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Censo
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Creado por L.i.l.y Lun Mayo 02, 2016 8:48 am
Una cazadora de recompensas caminaba a través del bosquecillo de la isla de Ilusia, dicho bosquecillo se encontraba en medio de una base de bandidos y un pueblo al cual estaba retornando en compañía de un marine junto al cual habían ido a neutralizar parte de dicho grupo de bandos, la fémina sostenía una cuerda conectada a un carrito con una caja, dentro de la caja se encontraba inconsciente, atado y amordazado un bandido capturado que si bien había confesado seguía teniendo que ser llevado ante la justicia, pero para evitar que algún ex-aliado viera al "canario" lo llevaba un poco a ocultas.
La fémina era una joven de ojos grises como la plata y poseía una larga cabellera negra como el azabache y una piel blanca bien cuidada, a pesar de su apariencia en ella seguía el olor de la sangre de la última pelea, la muñeca de su camisa estaba rota y llena de sangre al igual que la capa de color marrón que había utilizado durante aquel encuentro hacia tan solo un tiempo.
Suspiro un poco recordando que había prometido a su compañero contarle "una historia" en respuesta a la que el mismo le había narrado mientras que viajaban en camino a cumplir la misión mentada con anterioridad.
-Bueno, te prometí que te contaría una historia y así lo haré, se trata de una historia normal y tal vez por eso no sea genial, es una historia de todos los días, miles como esta surgen a diario y como esta historia han habido miles de vida y nunca cesarán puesto a que la humanidad misma tiende a repetirse.- Comentó como introducción a su historia mientras que de pasada arrancaba una rama de un árbol cercano al camino antes de que esté la golpeara, pasando a utilizarlo como un pequeño bastoncillo para juguetear sin dejar de andar ni hablar.
La fémina era una joven de ojos grises como la plata y poseía una larga cabellera negra como el azabache y una piel blanca bien cuidada, a pesar de su apariencia en ella seguía el olor de la sangre de la última pelea, la muñeca de su camisa estaba rota y llena de sangre al igual que la capa de color marrón que había utilizado durante aquel encuentro hacia tan solo un tiempo.
Suspiro un poco recordando que había prometido a su compañero contarle "una historia" en respuesta a la que el mismo le había narrado mientras que viajaban en camino a cumplir la misión mentada con anterioridad.
-Bueno, te prometí que te contaría una historia y así lo haré, se trata de una historia normal y tal vez por eso no sea genial, es una historia de todos los días, miles como esta surgen a diario y como esta historia han habido miles de vida y nunca cesarán puesto a que la humanidad misma tiende a repetirse.- Comentó como introducción a su historia mientras que de pasada arrancaba una rama de un árbol cercano al camino antes de que esté la golpeara, pasando a utilizarlo como un pequeño bastoncillo para juguetear sin dejar de andar ni hablar.
L.i.l.y
Hoja de personaje
Nivel:
(22/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Lun Mayo 02, 2016 12:38 pm
Guren ya se estaba acostumbrando a la forma de actuar de Lily, no le parecía para nada del otro mundo quizás hasta le podría simpatizar más en un futuro, en una de esas no tan lejano. Le habían prometido una historia, el tipo de esta le daba lo mismo, porque una historia es una al final de todo añadiendo que el contenido de esta es la que enriquece todo tipo de posibles dudas o intrigas que se posea. El peli negro solía pensar que lo mejor era esperar lo peor de los demás o no esperar nada para así cuando hagan algo que no sea las opciones ya mencionadas te sorprenda, iba siempre con esa intención. Esperando lo peor y desconfiando de todos, era su modo de ver la vida.
Quizás la manera de traer al bandido con ellos no era muy agradable pero al menos era una. Ichinose pensaba que no era necesario e incluso se le había pasado por la mente matar, pero si se hubieran enterado sus superiores quizás que hubiese sucedido para con él. Bostezó un poco en lo que se tocaba la herida que le hicieron con anterioridad. No le dejaría cicatriz pero la costra que le saldría sería digna de alabanza. Quizás lo usaría como broche para dar un toque más rudo para con las del sexo opuesto aunque no es su fuerte eso, es más, ignora al sexo opuesto ya que no está interesado en eso que llaman “afecto”.
Guren seguía con su traje respectivo de la marina, estaba casi limpio pero tenía claro unas manchas de sangre en uno de sus brazos. Nada que un buen detergente pudiera borrar. Parecía inquietarse al no imaginar que le podría contar la chica que le acompañaba. De pronto la voz le sacó de sí pudiendo de esa manera escuchar la introducción mientras caminaban por el bosquecillo muy tranquilos, era el momento adecuado para una charla.
El marine atendió con sus sentidos a todo lo que ella decía, le observó de reojo un par de veces para bufar, en verdad parecía ponerle mucho suspenso por el bien de todos él esperaba que fuera una buena historia pero iniciando con un “tiende a repetirse” ya como que le restaba interés pero de todos modos oiría, no es de los que juzgan por la portada.
— Todo en la vida es ciclico. Las historias siempre se van a repetir, solo con diferentes actores. — Finalizó en seco, casi ni mirando a Lily. — Soy todo oídos, escucho tu historia. Quiero saber que hay detrás de esa fachada de niña mala. ¿Algún corazón que quiera ser amada quizás? No me sorprendería, creo que es el deseo de muchos, tener quien te ame y acompañe. — Se expresó de más. Siempre escuchaba a las niñas y niños que jugaban de que querían contraer nupcias para vivir una vida de ensueño. Pocos eran los que decían que querían aventuras, conocer otros lugares y poder mover el mundo. Pero Guren no era de ninguna de las dos facciones, él no tenía sueños, no tenía ambiciones, ni tenía ansias de ponerse a pensar en algo así.
Heredó el sueño de su padre por convertir el estilo de su espada en uno famoso, pero no lo tomo como propio sino que para hacerle sonreír. Igual con el de su madre, de que viviera por el bien y fuera un hombre correcto. Nada de eso provenía de él. Lo malo es que sabía que sus padres vivirían por poco tiempo más, eran viejos y no alcanzarían a conocer nieto alguno. Eso le amargaba, volvería a la soledad pero ahora con techo.
De entre las hojas los rayos del sol marcaban la tierra, el rostro de los dos jóvenes. Corría un poco de viento, el suficiente para desordenar cualquier cabello alargado. Ichinose decidió peinarse para atrás, parecía un hombre mayor así, más serio.
Quizás la manera de traer al bandido con ellos no era muy agradable pero al menos era una. Ichinose pensaba que no era necesario e incluso se le había pasado por la mente matar, pero si se hubieran enterado sus superiores quizás que hubiese sucedido para con él. Bostezó un poco en lo que se tocaba la herida que le hicieron con anterioridad. No le dejaría cicatriz pero la costra que le saldría sería digna de alabanza. Quizás lo usaría como broche para dar un toque más rudo para con las del sexo opuesto aunque no es su fuerte eso, es más, ignora al sexo opuesto ya que no está interesado en eso que llaman “afecto”.
Guren seguía con su traje respectivo de la marina, estaba casi limpio pero tenía claro unas manchas de sangre en uno de sus brazos. Nada que un buen detergente pudiera borrar. Parecía inquietarse al no imaginar que le podría contar la chica que le acompañaba. De pronto la voz le sacó de sí pudiendo de esa manera escuchar la introducción mientras caminaban por el bosquecillo muy tranquilos, era el momento adecuado para una charla.
El marine atendió con sus sentidos a todo lo que ella decía, le observó de reojo un par de veces para bufar, en verdad parecía ponerle mucho suspenso por el bien de todos él esperaba que fuera una buena historia pero iniciando con un “tiende a repetirse” ya como que le restaba interés pero de todos modos oiría, no es de los que juzgan por la portada.
— Todo en la vida es ciclico. Las historias siempre se van a repetir, solo con diferentes actores. — Finalizó en seco, casi ni mirando a Lily. — Soy todo oídos, escucho tu historia. Quiero saber que hay detrás de esa fachada de niña mala. ¿Algún corazón que quiera ser amada quizás? No me sorprendería, creo que es el deseo de muchos, tener quien te ame y acompañe. — Se expresó de más. Siempre escuchaba a las niñas y niños que jugaban de que querían contraer nupcias para vivir una vida de ensueño. Pocos eran los que decían que querían aventuras, conocer otros lugares y poder mover el mundo. Pero Guren no era de ninguna de las dos facciones, él no tenía sueños, no tenía ambiciones, ni tenía ansias de ponerse a pensar en algo así.
Heredó el sueño de su padre por convertir el estilo de su espada en uno famoso, pero no lo tomo como propio sino que para hacerle sonreír. Igual con el de su madre, de que viviera por el bien y fuera un hombre correcto. Nada de eso provenía de él. Lo malo es que sabía que sus padres vivirían por poco tiempo más, eran viejos y no alcanzarían a conocer nieto alguno. Eso le amargaba, volvería a la soledad pero ahora con techo.
De entre las hojas los rayos del sol marcaban la tierra, el rostro de los dos jóvenes. Corría un poco de viento, el suficiente para desordenar cualquier cabello alargado. Ichinose decidió peinarse para atrás, parecía un hombre mayor así, más serio.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por L.i.l.y Lun Mayo 02, 2016 5:49 pm
La muchacha de orbes plateados no pudo sino sorprenderse al escuchar como su compañero de misión la trataba de "chica que aparenta ser ruda" siendo que solo hizo eso contra los bandidos, la pelinegra considera bastante obvio el hecho de intentar aparentar esa clase de actitud como herramienta de intimidación contra los mentado malvivientes.
-Primero, perdón sí parece que tuve fachada de chica mala, no era mi intención en ningún momento excepto de la lucha con los bandidos, donde era para asustarlos y que hablarán sin tener que hacer correr tanta sangre.- Comento aún sorprendido por la percepción que el marine había sacado de ella.
Tras aquella sorpresa hizo un gesto, como cortando el aire con la rama empuñada con la diestra y se aclaró la garganta -En fin, seguiré con la historia… esta es una historia normal, una historia cotidiana de Wishkey Peack, donde los mercenarios abundan y el dinero es lo más importante, donde gobierna el fuerte y nadie más, allí los niños nacen y son felices, sonríen y viven en ese mundo ignorando que hay otro mejor o peor, para ellos ese es su mundo y son felices a su modo, tal vez con dificultades o problemas, dependiendo de sus padres, pero los niños aquí y allí no son diferentes, inocentes y felices, juegan y se divierten sin discriminar a nada ni a nadie mientras van absorbiendo y aprendiendo de su entorno para convertirse en adultos como la gente de su entorno.- Narro con una dulce voz mientras que sonreía, viendo al frente y desviando los ojos del camino ocasionalmente por algún pajarillo o animalito del bosque que llamara su atención mientras no dejaba de hablar.
Sin cambiar su velocidad la cazadora seguía arrastrando el carrito con la caja donde descansaba el bandido capturado -Las niñas es normal vean y se conviertan tanto mozas como damas de compañía y aprenden a dominar su habilidad para el subterfigio, el cambio de actuar y la adaptabilidad necesarias para sobrevivir y caer en gracia al más fuerte, todos los niños por igual escuchan con gran admiración historias de mercenarios, asesinos y piratas por igual, historias de como un cazador le atraviesa el cráneo a un objetivo a más de 500 metros, historia de luchadores raudos que ataviados con pieles de osos luchan contra hombres de garrotes y máscaras para después gastarse el dinero en vino y mujeres, todos admiran las historias donde se cuenta como un cazador mato al anterior portador de una meitou para reclamarla para sí mismo, y los niños son felices jugando a imitar a los cazadores y piratas por igual, tal vez a la marina también, son niños, siempre juegan sin importar el papel que sea, pero al crecer los niños convierten su juego en su vocación.- comento aun sonriendo, mientras hablaba de espadas y luchadores utilizaba la rama en su mano para emular porras y espadas, la alineaba para fingir un rifle de larga distancia mientras avanzaba aún sonriente de aquella historia compuesta hasta ahora de buenos recuerdos.
-Primero, perdón sí parece que tuve fachada de chica mala, no era mi intención en ningún momento excepto de la lucha con los bandidos, donde era para asustarlos y que hablarán sin tener que hacer correr tanta sangre.- Comento aún sorprendido por la percepción que el marine había sacado de ella.
Tras aquella sorpresa hizo un gesto, como cortando el aire con la rama empuñada con la diestra y se aclaró la garganta -En fin, seguiré con la historia… esta es una historia normal, una historia cotidiana de Wishkey Peack, donde los mercenarios abundan y el dinero es lo más importante, donde gobierna el fuerte y nadie más, allí los niños nacen y son felices, sonríen y viven en ese mundo ignorando que hay otro mejor o peor, para ellos ese es su mundo y son felices a su modo, tal vez con dificultades o problemas, dependiendo de sus padres, pero los niños aquí y allí no son diferentes, inocentes y felices, juegan y se divierten sin discriminar a nada ni a nadie mientras van absorbiendo y aprendiendo de su entorno para convertirse en adultos como la gente de su entorno.- Narro con una dulce voz mientras que sonreía, viendo al frente y desviando los ojos del camino ocasionalmente por algún pajarillo o animalito del bosque que llamara su atención mientras no dejaba de hablar.
Sin cambiar su velocidad la cazadora seguía arrastrando el carrito con la caja donde descansaba el bandido capturado -Las niñas es normal vean y se conviertan tanto mozas como damas de compañía y aprenden a dominar su habilidad para el subterfigio, el cambio de actuar y la adaptabilidad necesarias para sobrevivir y caer en gracia al más fuerte, todos los niños por igual escuchan con gran admiración historias de mercenarios, asesinos y piratas por igual, historias de como un cazador le atraviesa el cráneo a un objetivo a más de 500 metros, historia de luchadores raudos que ataviados con pieles de osos luchan contra hombres de garrotes y máscaras para después gastarse el dinero en vino y mujeres, todos admiran las historias donde se cuenta como un cazador mato al anterior portador de una meitou para reclamarla para sí mismo, y los niños son felices jugando a imitar a los cazadores y piratas por igual, tal vez a la marina también, son niños, siempre juegan sin importar el papel que sea, pero al crecer los niños convierten su juego en su vocación.- comento aun sonriendo, mientras hablaba de espadas y luchadores utilizaba la rama en su mano para emular porras y espadas, la alineaba para fingir un rifle de larga distancia mientras avanzaba aún sonriente de aquella historia compuesta hasta ahora de buenos recuerdos.
L.i.l.y
Hoja de personaje
Nivel:
(22/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Mar Mayo 03, 2016 8:50 am
Guren era mucho de escuchar, le habían dicho que así aprenderías, comprenderías y entenderías a las personas en su totalidad. Tampoco es que le agradase mucho andar por ahí pidiendo que le contasen sus problemas para él los problemas son de sus portadores no sirve de nada andar comentándolo con todos para un poco de misericordia.
Era claro que con Lily sentía un mero interés, por su historia claro. Seguramente los que son ahora jóvenes adultos, que fueron niños en su tiempo, tienen una historia parecida. Casi todos provienen de la misma estirpe, de la calle, de una vida difícil ya son pocos los que nacen en cuna de oro y siguen así por siempre, el mundo está podrido. Guren lo sabe de sobra.
Ante el primer comentario de la mujer la escucho sin observarle. Si era chica mala o chica bien, no le importaba. Era una careta que se usaba últimamente para definir a todos. No le agradaban más una que la otra, le era igual. Para él, todas son iguales sin importar por cual de los modelos se rigen. Hablando de personalidad y eso, claro.
— Da igual. No te lo tomes como si me hubiera molestado o algo así. A veces camuflo los halagos. No soy bueno diciéndolos directamente. Pero estuviste genial. — Comento con sinceridad. En su tiempo en la calle pocas eran las mujeres que podían actuar de semejante manera. Muchas siempre eran salvadas por tipos adinerados o familias de ancianos. Les agradaba más tener una chica, criarla bien que un chico conflictivo. Nunca estuvo celoso por la suerte de ellas, sino más bien se sentía algo más agosto de que no estuvieran en la calle. Quizás era un pensamiento machista en el fondo.
La historia de Lily comenzó. Guren prestó atención completamente. Sonaba algo triste pero era la realidad, habían tantas realidades como seres. Conocía algo o había escuchado mejor dicho sobre el sitio que mencionaba. Se conocía como un sitio algo tormentoso. Muchas veces tipos provenientes de allá barrieron el suelo con el peli negro. Eran en su mayoría brutos, no conoció mujer alguna de allí hasta ahora. La voz de la joven era dulce a pesar de contar algo como eso. El sonido de su timbre era admirado ya por Guren. No solía caer ante encantos y no lo haría ahora pero sí poseía una voz que no era común.
Cuando la palabra dama de compañía se hizo presente, el temple de Guren se hizo más frívolo, sus ojos se entrecerraron y su ceño se frunció. Le molestaba eso, solo escucharlo le daba algo de asco. Quizás puedan notar que el peli negro es algo tosco, bruto o carente de ganas para las mujeres pero en el fondo les respeta. Y tener que criar a una para hacer ese tipo de cosas como que no va. Su mano por intuición fue a su katana como si enfrente estuviera aquel gestor de hacer eso, lo cortaría. Le haría comer su propio miembro si fuera necesario. Era vengativo y cruel con cosas así. Pero los gestos de Lily y el continuar de la historia le sacaron de esa onda.
Era cierto lo que decía. Muchos niños siempre juegan al marine y el pirata. Creyendo que las peleas y destrucciones son meros juegos. La vida y la muerte está rondando a diario las vidas de todos. Guren cerró sus ojos y posó su mano en la cabeza de Lily, esta vez no le hizo pat pat ni nada semejante, sino que le acaricio lentamente como si de un hermano mayor se tratase. Le revoloteo el pelo sin despeinarle y sonrió, por mera intuición masculina.
— Debió ser difícil. — Agregó ciertamente para ella ya que en pasares de la historia era claro que se refería a ella. — Tienes alma de niña. No eres chica mala, sino dulce. — No sonrió en ningún momento pero dejó de mostrarle afecto con su mano. Siguió su andar con ella, ahora a ratos se desviaba para mirarle de pie a cabezas. — ¿Siempre quisiste ser caza recompensas? — Preguntó. Era una interrogante valida a todo lo que contaba. Ya que Guren en ningún momento quiso ser marine. Por su mente solo pasaba el sobrevivir un día más, no tenía planeado más allá que un día extra. Luego muy tarde le plantearon ser marine pero a él, no se le pasó por la cabeza.
Era claro que con Lily sentía un mero interés, por su historia claro. Seguramente los que son ahora jóvenes adultos, que fueron niños en su tiempo, tienen una historia parecida. Casi todos provienen de la misma estirpe, de la calle, de una vida difícil ya son pocos los que nacen en cuna de oro y siguen así por siempre, el mundo está podrido. Guren lo sabe de sobra.
Ante el primer comentario de la mujer la escucho sin observarle. Si era chica mala o chica bien, no le importaba. Era una careta que se usaba últimamente para definir a todos. No le agradaban más una que la otra, le era igual. Para él, todas son iguales sin importar por cual de los modelos se rigen. Hablando de personalidad y eso, claro.
— Da igual. No te lo tomes como si me hubiera molestado o algo así. A veces camuflo los halagos. No soy bueno diciéndolos directamente. Pero estuviste genial. — Comento con sinceridad. En su tiempo en la calle pocas eran las mujeres que podían actuar de semejante manera. Muchas siempre eran salvadas por tipos adinerados o familias de ancianos. Les agradaba más tener una chica, criarla bien que un chico conflictivo. Nunca estuvo celoso por la suerte de ellas, sino más bien se sentía algo más agosto de que no estuvieran en la calle. Quizás era un pensamiento machista en el fondo.
La historia de Lily comenzó. Guren prestó atención completamente. Sonaba algo triste pero era la realidad, habían tantas realidades como seres. Conocía algo o había escuchado mejor dicho sobre el sitio que mencionaba. Se conocía como un sitio algo tormentoso. Muchas veces tipos provenientes de allá barrieron el suelo con el peli negro. Eran en su mayoría brutos, no conoció mujer alguna de allí hasta ahora. La voz de la joven era dulce a pesar de contar algo como eso. El sonido de su timbre era admirado ya por Guren. No solía caer ante encantos y no lo haría ahora pero sí poseía una voz que no era común.
Cuando la palabra dama de compañía se hizo presente, el temple de Guren se hizo más frívolo, sus ojos se entrecerraron y su ceño se frunció. Le molestaba eso, solo escucharlo le daba algo de asco. Quizás puedan notar que el peli negro es algo tosco, bruto o carente de ganas para las mujeres pero en el fondo les respeta. Y tener que criar a una para hacer ese tipo de cosas como que no va. Su mano por intuición fue a su katana como si enfrente estuviera aquel gestor de hacer eso, lo cortaría. Le haría comer su propio miembro si fuera necesario. Era vengativo y cruel con cosas así. Pero los gestos de Lily y el continuar de la historia le sacaron de esa onda.
Era cierto lo que decía. Muchos niños siempre juegan al marine y el pirata. Creyendo que las peleas y destrucciones son meros juegos. La vida y la muerte está rondando a diario las vidas de todos. Guren cerró sus ojos y posó su mano en la cabeza de Lily, esta vez no le hizo pat pat ni nada semejante, sino que le acaricio lentamente como si de un hermano mayor se tratase. Le revoloteo el pelo sin despeinarle y sonrió, por mera intuición masculina.
— Debió ser difícil. — Agregó ciertamente para ella ya que en pasares de la historia era claro que se refería a ella. — Tienes alma de niña. No eres chica mala, sino dulce. — No sonrió en ningún momento pero dejó de mostrarle afecto con su mano. Siguió su andar con ella, ahora a ratos se desviaba para mirarle de pie a cabezas. — ¿Siempre quisiste ser caza recompensas? — Preguntó. Era una interrogante valida a todo lo que contaba. Ya que Guren en ningún momento quiso ser marine. Por su mente solo pasaba el sobrevivir un día más, no tenía planeado más allá que un día extra. Luego muy tarde le plantearon ser marine pero a él, no se le pasó por la cabeza.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por L.i.l.y Mar Mayo 03, 2016 9:54 am
La cazadora se tomo un momento para recuperar la voz y respirar cuando sintió una mano sobre su cabeza, no era un gesto burlón esta vez así que en lugar de oponerse y mirar se limito a aceptar la gentileza proveniente de aquellos dedos endurecidos por el entrenamiento incansable en pros de un objetivo, se sonrió un poco y volvió a hablar -La historia aún no concluyo, pero te responderé ahora, una dubitativa parte de mi misma pensaba en simplemente seguir los pasos de mi madre y convertirme en una más de las damas de compañía que allí habitan... me pregunto cómo estará mamá...-.
Un pequeño momento de distracción seguido de una negación con su cabeza regreso al punto de lo que decía -...perdón la distracción ,como decía, lo pensé un poco, pero llegue a la conclusión de que lo que yo realmente quería era traer mi dinero y gastarlo en los bares de mala muerte contando mis propias historias, presumiendo de mis hazañas, siendo yo misma una cazadora en la cual los niños y niñas se inspiraran como habíamos hecho yo y mis amigos.- Comento, terminando finalmente de responder la pregunta realizada por el marine, agito la rama en su mano como levantando un telón.
Nuevamente empezó a utilizar aquel tono de narración para hablar -Al crecer los niños convierten su juego en vocación- Continuo donde se había quedado sin mayor dificultad -Algunos niños se lanzan a la aventura de buenas a primera, y esos niños convertidos en adolescentes imprudentes acaban muriendo para dar final a sus historias muchas veces, sus amigos los lloran y aprenden un poco de ellos a veces, también están los que se arrepiente y prefieren evitar el camino que creían correcto y viven de otra forma para escribir otras historias, pero en nuestra historia hay niñas que piensan, que saben cómo se maneja el lugar donde están y piensan antes de lanzarse a por la espada y la batalla.- Al momento de hablar de muerte la rama se convertía en tajo que sentenciaba y al hablar de espada era empuñada como para una estocada.
-Las jovencitas un poco más precavidas recuerdan las frases de los cazadores "Una buena espada vale más que contratar a otro idiota", "Solo era un mocos, ni la barba le había salido, no tenía posibilidades evidentemente", "no llego a tomar la soga, sus brazos eran muy cortos", "Una herida de pequeño le hacia renguear y le impidió crecer bien para seguir luchando", "De no ser porque era una meitou se hubiera partido y no la hubiera contado", entre otro centenar de frases que ejemplifican la importancia de llevar equipo adecuado a un viaje y que los jóvenes eran más débiles que los adultos, quienes se dan cuenta de la sabiduría en estas frases buscan la forma de equiparse y esperar a que su cuerpo madure antes de irse lanzarse a la muerte segura, una niña decidió primero trabajar para reunir dinero y conseguir un buen equipo antes de emprender su viaje, primero como moza en una taberna que por las noches era lugar de predilección de hombres lujuriosos, esa taberna en cierta forma era su hogar, allí trabajaba su madre y allí pasaba largos días, allí escuchaba historias durante el día y allí todos le conocían, allí comenzó a trabajar durante el día primero.
Allí comenzó después a trabajar como moza por las noches, allí escuchó la voz de las mujeres, los engaños y mentiras de estas, allí aprendió a mentir y fingir, allí la joven aprendió el arte de cuando callar para ser ignorada, aprendió a decir lo que la gente necesitaba escuchar para salir bien parada, aprendió como es que ven los humanos entre la oscuridad y que cosas ignoran en ella, aprendió a cautivar con sus gestos, a decir y hacer lo que no es con tal de agradar y obtener extras, propinas y halagadoras palabras que aunque de menor valor demostraban sus progresos en aquella arte al incrementar la frecuencia de los mismos, hasta que tuvo la edad de ser tan dama como cualquier mujer dejando de ser moza y pasando trabajar junto a las otras consortes, después de todo, aquel lugar era su hogar más que la propia casa donde habitaba, era normal que aprendiera tanto allí.-
Un pequeño momento de distracción seguido de una negación con su cabeza regreso al punto de lo que decía -...perdón la distracción ,como decía, lo pensé un poco, pero llegue a la conclusión de que lo que yo realmente quería era traer mi dinero y gastarlo en los bares de mala muerte contando mis propias historias, presumiendo de mis hazañas, siendo yo misma una cazadora en la cual los niños y niñas se inspiraran como habíamos hecho yo y mis amigos.- Comento, terminando finalmente de responder la pregunta realizada por el marine, agito la rama en su mano como levantando un telón.
Nuevamente empezó a utilizar aquel tono de narración para hablar -Al crecer los niños convierten su juego en vocación- Continuo donde se había quedado sin mayor dificultad -Algunos niños se lanzan a la aventura de buenas a primera, y esos niños convertidos en adolescentes imprudentes acaban muriendo para dar final a sus historias muchas veces, sus amigos los lloran y aprenden un poco de ellos a veces, también están los que se arrepiente y prefieren evitar el camino que creían correcto y viven de otra forma para escribir otras historias, pero en nuestra historia hay niñas que piensan, que saben cómo se maneja el lugar donde están y piensan antes de lanzarse a por la espada y la batalla.- Al momento de hablar de muerte la rama se convertía en tajo que sentenciaba y al hablar de espada era empuñada como para una estocada.
-Las jovencitas un poco más precavidas recuerdan las frases de los cazadores "Una buena espada vale más que contratar a otro idiota", "Solo era un mocos, ni la barba le había salido, no tenía posibilidades evidentemente", "no llego a tomar la soga, sus brazos eran muy cortos", "Una herida de pequeño le hacia renguear y le impidió crecer bien para seguir luchando", "De no ser porque era una meitou se hubiera partido y no la hubiera contado", entre otro centenar de frases que ejemplifican la importancia de llevar equipo adecuado a un viaje y que los jóvenes eran más débiles que los adultos, quienes se dan cuenta de la sabiduría en estas frases buscan la forma de equiparse y esperar a que su cuerpo madure antes de irse lanzarse a la muerte segura, una niña decidió primero trabajar para reunir dinero y conseguir un buen equipo antes de emprender su viaje, primero como moza en una taberna que por las noches era lugar de predilección de hombres lujuriosos, esa taberna en cierta forma era su hogar, allí trabajaba su madre y allí pasaba largos días, allí escuchaba historias durante el día y allí todos le conocían, allí comenzó a trabajar durante el día primero.
Allí comenzó después a trabajar como moza por las noches, allí escuchó la voz de las mujeres, los engaños y mentiras de estas, allí aprendió a mentir y fingir, allí la joven aprendió el arte de cuando callar para ser ignorada, aprendió a decir lo que la gente necesitaba escuchar para salir bien parada, aprendió como es que ven los humanos entre la oscuridad y que cosas ignoran en ella, aprendió a cautivar con sus gestos, a decir y hacer lo que no es con tal de agradar y obtener extras, propinas y halagadoras palabras que aunque de menor valor demostraban sus progresos en aquella arte al incrementar la frecuencia de los mismos, hasta que tuvo la edad de ser tan dama como cualquier mujer dejando de ser moza y pasando trabajar junto a las otras consortes, después de todo, aquel lugar era su hogar más que la propia casa donde habitaba, era normal que aprendiera tanto allí.-
L.i.l.y
Hoja de personaje
Nivel:
(22/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Mayo 04, 2016 12:28 pm
Las palabras de Lily comenzaban a ser mucho más abundantes de lo que el protagonista pudo haber imaginado con anterioridad. Cuando respondió a su duda fue una respuesta nuevamente nula, carente de sentido para lo que había sido. Dijo que le iba a responder ahora pero solo comentó sobre su duda sobre seguir el camino de su madre, el cual siguió pero nada más. Guren levantó una de sus cejas y evitó preguntar algo, ya veía que las respuestas concretas no eran lo suyo. Simplemente fue algo como “alguna vez quise esto pero tanto, tanto y tanto” pero luego solo se queda en una interrogante sobre alguien que no está en la conversación.
El chico manoseo su katana con lentitud, estaba en perfecto estado y es por eso que no quería blandirla nunca más. Aunque claro luego de eso termino respondiendo a su pregunta, había sido una distracción meramente. Guren sonrió agradecido de la respuesta. El dinero es por lo general la respuesta a todo y ahora le quedaba más que claro. Lo que siguió después de eso le pareció algo ególatra por parte de ella, comentar sus historias, etcétera era algo que seguro alguien necesitaría para regodearse pero a la larga es meramente algo vació, los héroes y todo lo que los niños quieren imitar no es eso, sino va más allá. Siempre hay pequeños que no idolatran al más fuerte, al que tiene las batallas más aguerridas, sino al que sean la imagen a la que quieren llegar ser. Muchas veces los amigos de Guren cuando pequeño solían querer ser como tipos que no eran nadie, pero sonreían. Así llegó a la conclusión de que dependía de la crianza era el que querer aspirar.
Habló de la vida y la muerte como si tratase de solo algo que le pasara a los que no se preparan. Guren pensaba que cada quién podía hacer lo que le diera la gana pero las consecuencias de hacer eso podían ser nefastas y cada quien las asumía. Las muertes siempre son dolorosas, quien más que él lo podría decir. Se hizo fuerte y seguro ya no lloraría con ninguna muerte, no tenía amigos por los que lamentarse, solo unos padres adoptivos que sí, les haría pasar pena cuando se fueran pero no lloraría. Solo calló ante las palabras de ella, no era necesario comentar nada al respecto de este tópico. Solo avanzó lentamente, dejándose llevar por el bosque que emanaba la humedad típica de un sector como ese.
Le tomó la atención aquellos dichos que comentaba. Ninguno parecía muy concretamente fuerte, quizás vacíos en el fondo. El vivió en las calles, en los barrios bajos. El vivir o morir era pan de cada día, las espadas eran el arma más básica con el que te pueden atacar. No tienes que ser un experto para sobrevivir, es el instinto de cada ser el querer vivir y ya verás como te las arreglas aun cuando no logres tu objetivo para así ser alcanzado por la eternidad.
Donde quiera que este, la palabra meitou siempre hacía relación con espadachines. Él por el momento no portaba una, muchos decían cosas maravillosas de esas espadas, otros que traían consigo maldiciones muy penosas. Pero para él eran armas, fuertes y quería una para ser más poderoso, si la maldición era perder la noción del tiempo, lo aceptaría. Sí era no tener nunca pareja, mejor todavía no estaba interesado en eso.
El peli negro tenía más de cuatro dedos de frente, podía entender que cuando contó lo de la chica que juntó dinero se trataba de ella. Le había tocado ser dama de compañía con cerdos. No la juzgó ni nada, cada quién con el camino para lograr ese bien, por muy bien aparente que sea. Prestó atención hasta el final de sus palabras, ahora comprendía todo. Para suerte de él, jamás había sido engañado por esas chicas “entrenadas”. No confiaba en nadie, nunca creyó que una chica se le acercaría simplemente porque sí, sino que traía algo más de ante mano. Rechazó a muchas de ese motivo, varias buscaban algo más que solo la amistad o un romance casual. A él le parecía poco relevante todo eso del amor y cosas lindas. Pero lo de los hombres lujuriosos le hacia razón. Siempre veía a las mujeres robándoles dinero a los ebrios, usando palabras bonitas para sacarles dinero de manera licita. Aprendió de eso y pero no imaginó del todo que ella era así, pero el cambio de actitud del inicio hasta la pelea le dio la razón.
— Ahora comprendo tu actuar. — Dijo mirando al frente. No mencionó nada más. Simplemente siguió su camino con una postura tan masculina, un andar tan gallardo que parecía ser un importante rango de la marina pero la realidad es que era un simple soldado.
El chico manoseo su katana con lentitud, estaba en perfecto estado y es por eso que no quería blandirla nunca más. Aunque claro luego de eso termino respondiendo a su pregunta, había sido una distracción meramente. Guren sonrió agradecido de la respuesta. El dinero es por lo general la respuesta a todo y ahora le quedaba más que claro. Lo que siguió después de eso le pareció algo ególatra por parte de ella, comentar sus historias, etcétera era algo que seguro alguien necesitaría para regodearse pero a la larga es meramente algo vació, los héroes y todo lo que los niños quieren imitar no es eso, sino va más allá. Siempre hay pequeños que no idolatran al más fuerte, al que tiene las batallas más aguerridas, sino al que sean la imagen a la que quieren llegar ser. Muchas veces los amigos de Guren cuando pequeño solían querer ser como tipos que no eran nadie, pero sonreían. Así llegó a la conclusión de que dependía de la crianza era el que querer aspirar.
Habló de la vida y la muerte como si tratase de solo algo que le pasara a los que no se preparan. Guren pensaba que cada quién podía hacer lo que le diera la gana pero las consecuencias de hacer eso podían ser nefastas y cada quien las asumía. Las muertes siempre son dolorosas, quien más que él lo podría decir. Se hizo fuerte y seguro ya no lloraría con ninguna muerte, no tenía amigos por los que lamentarse, solo unos padres adoptivos que sí, les haría pasar pena cuando se fueran pero no lloraría. Solo calló ante las palabras de ella, no era necesario comentar nada al respecto de este tópico. Solo avanzó lentamente, dejándose llevar por el bosque que emanaba la humedad típica de un sector como ese.
Le tomó la atención aquellos dichos que comentaba. Ninguno parecía muy concretamente fuerte, quizás vacíos en el fondo. El vivió en las calles, en los barrios bajos. El vivir o morir era pan de cada día, las espadas eran el arma más básica con el que te pueden atacar. No tienes que ser un experto para sobrevivir, es el instinto de cada ser el querer vivir y ya verás como te las arreglas aun cuando no logres tu objetivo para así ser alcanzado por la eternidad.
Donde quiera que este, la palabra meitou siempre hacía relación con espadachines. Él por el momento no portaba una, muchos decían cosas maravillosas de esas espadas, otros que traían consigo maldiciones muy penosas. Pero para él eran armas, fuertes y quería una para ser más poderoso, si la maldición era perder la noción del tiempo, lo aceptaría. Sí era no tener nunca pareja, mejor todavía no estaba interesado en eso.
El peli negro tenía más de cuatro dedos de frente, podía entender que cuando contó lo de la chica que juntó dinero se trataba de ella. Le había tocado ser dama de compañía con cerdos. No la juzgó ni nada, cada quién con el camino para lograr ese bien, por muy bien aparente que sea. Prestó atención hasta el final de sus palabras, ahora comprendía todo. Para suerte de él, jamás había sido engañado por esas chicas “entrenadas”. No confiaba en nadie, nunca creyó que una chica se le acercaría simplemente porque sí, sino que traía algo más de ante mano. Rechazó a muchas de ese motivo, varias buscaban algo más que solo la amistad o un romance casual. A él le parecía poco relevante todo eso del amor y cosas lindas. Pero lo de los hombres lujuriosos le hacia razón. Siempre veía a las mujeres robándoles dinero a los ebrios, usando palabras bonitas para sacarles dinero de manera licita. Aprendió de eso y pero no imaginó del todo que ella era así, pero el cambio de actitud del inicio hasta la pelea le dio la razón.
— Ahora comprendo tu actuar. — Dijo mirando al frente. No mencionó nada más. Simplemente siguió su camino con una postura tan masculina, un andar tan gallardo que parecía ser un importante rango de la marina pero la realidad es que era un simple soldado.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por L.i.l.y Miér Mayo 04, 2016 3:00 pm
Tal vez fuera simplemente que el marine era callado o que no le interesaba mucho lo narrado por la pelinegra, pero esta se limitó a sonreír y seguir agitando la rama para emular objetos y señalar cosas o situaciones en medio de su historia -Solo falta un fragmento más y la historia habrá concluido, pronto te liberarás de seguir soportando tan larga cháchara.- Comento tranquilamente la fémina antes de hacer otro silencio para recuperar su voz y continuar.
Tras aquella breve pausa en la cual sus pasos los estaban alejando cada vez más del bosquecillo y acercando a la ciudad, aquello advertía que cada vez menos tiempo quedaba para que la cazadora concluyera de una buena vez con si historia, carraspeo un momento para recuperar la tonada de narradora, tomo aire y prosiguió como antes lo había hecho. -Los años pasaron y lentamente los ahorros se reunieron, más lento de lo esperado puesto a que seguía tratándose de una chica normal, una chica que quería divertirse con sus amigos, una chica que tuvo parejas, una chica más de las que abundaban en Wishkey Peack, finalmente llego el día que pudo pagar su equipo, espadas, armadura, mochilas y antídotos para venenos simples, material para desactivar trampas entre tantas cosas, aquella chica inocente y feliz se reunió con otros como ella que soñaban ser grandes cazadores y creían ya estar listos, comenzaron a dominar sus herramientas y habilidades, sus estilos de pelea y demás.
La muchacha era débil, frágil y torpe, pero era buena carnada, buena distracción, buena metiéndose en los aposentos de las presas para que no pudieran volver a despertar, buena acercándose para dar el primer golpe y buena para escapar, con eso tenía asegurado su lugar en el grupo ya, los primeros trabajos de aquel grupo eran excelentes, mal pagados pero no dejaban de estar muy bien ejecutados, todo con mucha precaución, todo con miedo pero valor a su vez, todo con nervios pero sin errores, hasta que el éxito llego a la cabeza de todos, la confianza se convirtió en arrogancia y ese fue el momento del final para ese grupo de camaradas y la chica que tan confiada estaba.- La narradora había permanecido sonriendo y feliz mientras actuaba y avanzaba, pero aquello solo siguió hasta la llegada de aquellas últimas palabras llenas de amargura y reproche inconfundible e imposible de disfrazar.
Tono que sería posteriormente reemplazada nuevamente por el estilo narrado, con claras intenciones de dar atmosfera y contar una historia -La arrogancia les llevo a buscar una presa más grande de lo que podían atrapar, los llevo a cometer errores y los llevo por caminos poco placenteros, muerte para los hombres y captura para las únicas dos chicas, "Las chicas capturadas estaban, así que muy bien los bandidos lo pasaban"- Dijo en un tono casi de rima y canto, como si una canción parodiara en medio de su acto -Decenas de días y noches pasaron, los azotes eran solo un poco más frecuentes al uso que le daban los hombres, como objetos las conservaban sin posibilidad de escapar las dejaban, brazos y piernas dañados estaba, la columna misma también fallaba, solo servían para ser utilizadas, la gangrena e infección llegaron a las heridas, la fiebre subió como si el infierno al a tierra llegara pero hasta divertidos los captores parecían, divertidos hasta que la muerte les llego.
Un grupo de grandes cazadores los atrapo en su propia madriguera, los abatió y a las prisioneras rescato, ya nada había que hacer, las piernas y brazos eran completamente inútiles, con medicamentos para combatir la infección solo la de la columna dañada sobrevivió, poco había que el doctor pudiera hacer por lo que quedaba de quien alguna vez fuera una chica o una niña, solo un trozo de carne con mente quedaba, una idea llego y a un ingeniero como sujeto de pruebas la vendieron con su consentimiento por supuesto, un salvador llego y doto de brazos, espadas cierras y prácticamente de alas a quien anteriormente fuera una niña y una chica, ya no del todo humana una nueva cazadora se alzaba.
La cazadora igual y distinta de la niña era, mismas memorias misma persona y distinta esencia, en lugar de débil como hormiga era fuerte como un oso, en lugar de ser gusano era resistente como las raíces de la montaña y en lugar de torpe al andar cual pingüino era ágil como el más flexible de los felinos. Con aquella nueva forma la cazadora se alzó y su propia historia comenzó.
Tras aquella breve pausa en la cual sus pasos los estaban alejando cada vez más del bosquecillo y acercando a la ciudad, aquello advertía que cada vez menos tiempo quedaba para que la cazadora concluyera de una buena vez con si historia, carraspeo un momento para recuperar la tonada de narradora, tomo aire y prosiguió como antes lo había hecho. -Los años pasaron y lentamente los ahorros se reunieron, más lento de lo esperado puesto a que seguía tratándose de una chica normal, una chica que quería divertirse con sus amigos, una chica que tuvo parejas, una chica más de las que abundaban en Wishkey Peack, finalmente llego el día que pudo pagar su equipo, espadas, armadura, mochilas y antídotos para venenos simples, material para desactivar trampas entre tantas cosas, aquella chica inocente y feliz se reunió con otros como ella que soñaban ser grandes cazadores y creían ya estar listos, comenzaron a dominar sus herramientas y habilidades, sus estilos de pelea y demás.
La muchacha era débil, frágil y torpe, pero era buena carnada, buena distracción, buena metiéndose en los aposentos de las presas para que no pudieran volver a despertar, buena acercándose para dar el primer golpe y buena para escapar, con eso tenía asegurado su lugar en el grupo ya, los primeros trabajos de aquel grupo eran excelentes, mal pagados pero no dejaban de estar muy bien ejecutados, todo con mucha precaución, todo con miedo pero valor a su vez, todo con nervios pero sin errores, hasta que el éxito llego a la cabeza de todos, la confianza se convirtió en arrogancia y ese fue el momento del final para ese grupo de camaradas y la chica que tan confiada estaba.- La narradora había permanecido sonriendo y feliz mientras actuaba y avanzaba, pero aquello solo siguió hasta la llegada de aquellas últimas palabras llenas de amargura y reproche inconfundible e imposible de disfrazar.
Tono que sería posteriormente reemplazada nuevamente por el estilo narrado, con claras intenciones de dar atmosfera y contar una historia -La arrogancia les llevo a buscar una presa más grande de lo que podían atrapar, los llevo a cometer errores y los llevo por caminos poco placenteros, muerte para los hombres y captura para las únicas dos chicas, "Las chicas capturadas estaban, así que muy bien los bandidos lo pasaban"- Dijo en un tono casi de rima y canto, como si una canción parodiara en medio de su acto -Decenas de días y noches pasaron, los azotes eran solo un poco más frecuentes al uso que le daban los hombres, como objetos las conservaban sin posibilidad de escapar las dejaban, brazos y piernas dañados estaba, la columna misma también fallaba, solo servían para ser utilizadas, la gangrena e infección llegaron a las heridas, la fiebre subió como si el infierno al a tierra llegara pero hasta divertidos los captores parecían, divertidos hasta que la muerte les llego.
Un grupo de grandes cazadores los atrapo en su propia madriguera, los abatió y a las prisioneras rescato, ya nada había que hacer, las piernas y brazos eran completamente inútiles, con medicamentos para combatir la infección solo la de la columna dañada sobrevivió, poco había que el doctor pudiera hacer por lo que quedaba de quien alguna vez fuera una chica o una niña, solo un trozo de carne con mente quedaba, una idea llego y a un ingeniero como sujeto de pruebas la vendieron con su consentimiento por supuesto, un salvador llego y doto de brazos, espadas cierras y prácticamente de alas a quien anteriormente fuera una niña y una chica, ya no del todo humana una nueva cazadora se alzaba.
La cazadora igual y distinta de la niña era, mismas memorias misma persona y distinta esencia, en lugar de débil como hormiga era fuerte como un oso, en lugar de ser gusano era resistente como las raíces de la montaña y en lugar de torpe al andar cual pingüino era ágil como el más flexible de los felinos. Con aquella nueva forma la cazadora se alzó y su propia historia comenzó.
L.i.l.y
Hoja de personaje
Nivel:
(22/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Vie Mayo 06, 2016 10:13 am
Quizás los ademanes de Guren no demostraban su interés en concreto pero lo que si era sincero de pensar es que le estaba escuchando con suma naturalidad e incluso a tal punto de que analizaba lo que pensaba. Tampoco era que querría interrumpirle a cada segundo para añadir algo, era mejor guardarse todo para el final y ahí comenzar a soltar las palabras que no hizo antes, en vez de interrumpir. Su madre decía a menudo de que hacer ese tipo de cosas faltaban al respeto, que era mejor esperar a que las personas acabasen sus ideas para expresar inquietudes, aseveraciones o expresarse en general.
Al peli negro le pareció algo extremista el comentario lanzado por Lily. No respondió nada ya que no era necesario, se sobre entendía de que no era el caso, no era una cháchara sino más bien una conversación con respeto y que él estaba prestando atención. La historia retomó su transcurso normal. Comenzó a ser relatada por su propietaria. Guren prestó toda su atención en ella, desde el mover de sus labios hasta el actuar en sí, sus ademanes eran importantes a la hora de expresar que había ocurrido en su vida. Para el peli negro era más importante interpretar que solo escuchar es por eso que cada palabra importante le solía mirar.
Sí en su historia comenzó narrando como les iba bien, tanto que parecían unos cazadores muy buenos en lo que hacían. Quizás ella jamás fue lo suficientemente hábil para una pelea, eso lo dejó muy claro en los inicios pero sí engañando y en el arte del sigilo. A lo que Guren le llamó la atención y sonrió.
Cuando la historia cambio al rumbo más sombrío el joven se quedó mirando hacia adelante, solo oyendo a Lily. Se notaba que la confianza era la peor enemiga pero la más lujuriosa de todos. Los atrapó como ella quizo. Guren no podía evitar pensar en eso y más en que seguiría. Cada palabra que venía era cruel, se podía inferir que fueron usadas en índole sexual retiradas veces. Al marine eso le molestaba, era sumamente hombre como para pensar que aquellas fechorías eran de calaña asquerosa. Su ceño se frunció a medida que las palabras de ella seguían. Sus puños se apretaron a medida que más daba pie a llegar al termino. Sus huesos sonaron tan fuerte que el apretar de sus dientes fue un nada. Quizás le inunde la rabia al recordar eso por que tenía una hermana e imaginar semejantes cosas se le viene a la mente que se lo hayan hecho a ella y eso le altera.
La historia termino bien dentro de lo que pudo ser. Guren se tranquilizó en lo que miraba a su acompañante. En verdad su vida había sido dura pero a la larga le había servido. Quizás aquellas nuevas extremidades eran una nueva esperanza para ella, más que claro de que una luz proveniente del futuro le entregó una gota más de vida con aquel rescate, tenía que sentirse afortunada.
— Así es como la vida nos moldea a semejanza de nuestras vivencias. — Comentó con simpleza pero con voz fuerte. — Tuvo que haber sido difícil para esa niña. — Sabía que todo trataba de ella pero él se hacía el tonto. — Si lo vez por el lado positivo, ahora sirve de experiencia. Y como quería ser de ejemplo para esos niños ahora puede llenarlos de cautela si es que salen de viaje para así evitar cosas peores a las futuras generaciones. No hay mal que por bien no venga. — Terminó con palabras sabías que siempre eran mencionadas. — Al menos viviste, ¿te sientes bien luego de haber sobrevivido? ¿Qué piensan las ex parejas de esa chica ahora? — Añadió mientras seguía caminando. Su rostro era fuerte, algo molesto pero era típico de él pero al contrario de sus palabras siempre eran agradables, en este momento. — Tu historia de vida fue buena, te hizo crecer Lily. — Hizo gala a su ya singular tono de voz de hombre para entregar las últimas palabras para su compañera. La verdad sentía que ella era grande tanto por dentro como por fuera, moldeada por la vida y por sucesos trágicos.
Al peli negro le pareció algo extremista el comentario lanzado por Lily. No respondió nada ya que no era necesario, se sobre entendía de que no era el caso, no era una cháchara sino más bien una conversación con respeto y que él estaba prestando atención. La historia retomó su transcurso normal. Comenzó a ser relatada por su propietaria. Guren prestó toda su atención en ella, desde el mover de sus labios hasta el actuar en sí, sus ademanes eran importantes a la hora de expresar que había ocurrido en su vida. Para el peli negro era más importante interpretar que solo escuchar es por eso que cada palabra importante le solía mirar.
Sí en su historia comenzó narrando como les iba bien, tanto que parecían unos cazadores muy buenos en lo que hacían. Quizás ella jamás fue lo suficientemente hábil para una pelea, eso lo dejó muy claro en los inicios pero sí engañando y en el arte del sigilo. A lo que Guren le llamó la atención y sonrió.
Cuando la historia cambio al rumbo más sombrío el joven se quedó mirando hacia adelante, solo oyendo a Lily. Se notaba que la confianza era la peor enemiga pero la más lujuriosa de todos. Los atrapó como ella quizo. Guren no podía evitar pensar en eso y más en que seguiría. Cada palabra que venía era cruel, se podía inferir que fueron usadas en índole sexual retiradas veces. Al marine eso le molestaba, era sumamente hombre como para pensar que aquellas fechorías eran de calaña asquerosa. Su ceño se frunció a medida que las palabras de ella seguían. Sus puños se apretaron a medida que más daba pie a llegar al termino. Sus huesos sonaron tan fuerte que el apretar de sus dientes fue un nada. Quizás le inunde la rabia al recordar eso por que tenía una hermana e imaginar semejantes cosas se le viene a la mente que se lo hayan hecho a ella y eso le altera.
La historia termino bien dentro de lo que pudo ser. Guren se tranquilizó en lo que miraba a su acompañante. En verdad su vida había sido dura pero a la larga le había servido. Quizás aquellas nuevas extremidades eran una nueva esperanza para ella, más que claro de que una luz proveniente del futuro le entregó una gota más de vida con aquel rescate, tenía que sentirse afortunada.
— Así es como la vida nos moldea a semejanza de nuestras vivencias. — Comentó con simpleza pero con voz fuerte. — Tuvo que haber sido difícil para esa niña. — Sabía que todo trataba de ella pero él se hacía el tonto. — Si lo vez por el lado positivo, ahora sirve de experiencia. Y como quería ser de ejemplo para esos niños ahora puede llenarlos de cautela si es que salen de viaje para así evitar cosas peores a las futuras generaciones. No hay mal que por bien no venga. — Terminó con palabras sabías que siempre eran mencionadas. — Al menos viviste, ¿te sientes bien luego de haber sobrevivido? ¿Qué piensan las ex parejas de esa chica ahora? — Añadió mientras seguía caminando. Su rostro era fuerte, algo molesto pero era típico de él pero al contrario de sus palabras siempre eran agradables, en este momento. — Tu historia de vida fue buena, te hizo crecer Lily. — Hizo gala a su ya singular tono de voz de hombre para entregar las últimas palabras para su compañera. La verdad sentía que ella era grande tanto por dentro como por fuera, moldeada por la vida y por sucesos trágicos.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por L.i.l.y Vie Mayo 06, 2016 5:11 pm
Finalmente había terminado de contar aquella historia de su propia cosecha, aquellas vivencias que aún seguían tan frescas y presentes en el interior de la fémina que a pesar de todo seguía sonriendo y disfrutando de la vida sin amargarse durante la mayor parte del tiempo -Ya puedes dejar lo de "la niña" era más para dar atmosfera a la hora de contarlo que por alguna clase de, no sé, em... lo que fuera que motivaría para no decir que era yo además de lo que dije.- Comentó tranquilamente.
-Tengo que darte toda la razón de que ahora sirvo como un ejemplo viviente de lo que ocurre cuando el orgullo se vuelve arrogancia.- Tras escuchar las preguntas realizadas por el marine la doncella de negra cabellera no pudo evitar empezar a reírse en vos alta, varias carcajadas escaparon desde su garganta -Pues a decir verdad, desde ese incidente para mí la vida es maravillosa, todo momento es hermoso, incluso cuando un ave te usa de inodoro se vuelve un momento por el cual estar agradecida tras aquella experiencia.-.
Pese a comentar tan alegremente sobre los cambios traídos por aquellas experiencias a sí misma no pudo responder rápidamente en cuanto a lo referente a sus ex parejas durante un momento hubo silencio, mientras que en su rostro se dibujó la declaración de “dame un momento que intento recordar quienes eran”-Pues la verdad a mis ex no les he vuelto a hablar a la mayoría, imagino que sentirían lastima algunos, con el único que estuve en contacto hasta ese incidente era uno de mis compañeros en aquella partida, así que supongo que debe estar feliz de que este viva y lo recuerde, o algo así.-
-Tengo que darte toda la razón de que ahora sirvo como un ejemplo viviente de lo que ocurre cuando el orgullo se vuelve arrogancia.- Tras escuchar las preguntas realizadas por el marine la doncella de negra cabellera no pudo evitar empezar a reírse en vos alta, varias carcajadas escaparon desde su garganta -Pues a decir verdad, desde ese incidente para mí la vida es maravillosa, todo momento es hermoso, incluso cuando un ave te usa de inodoro se vuelve un momento por el cual estar agradecida tras aquella experiencia.-.
Pese a comentar tan alegremente sobre los cambios traídos por aquellas experiencias a sí misma no pudo responder rápidamente en cuanto a lo referente a sus ex parejas durante un momento hubo silencio, mientras que en su rostro se dibujó la declaración de “dame un momento que intento recordar quienes eran”-Pues la verdad a mis ex no les he vuelto a hablar a la mayoría, imagino que sentirían lastima algunos, con el único que estuve en contacto hasta ese incidente era uno de mis compañeros en aquella partida, así que supongo que debe estar feliz de que este viva y lo recuerde, o algo así.-
L.i.l.y
Hoja de personaje
Nivel:
(22/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Lun Mayo 09, 2016 11:36 am
Guren era un tipo extraño. Introvertido, de mal humor e incluso muy distante de las personas en general. Aunque en el fondo existía esas ganas de conocer y encontrarse con la debida persona. Quizás estaba en alguna isla esperando a conocer al muchacho o quien sabe, son cosas que se piensan cuando sale a la palestra el tema de parejas y eso, como Lily había mencionado hace poco. Dejando eso de lado, la mente del peli negro andaba divagando un poco ya que tenía muchas cosas en las que pensar hasta tal punto de que sus ideas flotaban y chocaban las unas con las otras.
Lo bueno de todo es que las primeras palabras de la fémina de metal es que le daba la razón a Guren. Él no sonrió ante aquello porque sabía que tenía razón, era egocéntrico hasta tal punto. Luego la chica comenzó a reír bastante fuerte, el joven pensó de que le sucedía algo, quizás un ataque de risa descontrolado por algo que había recordado, solo hizo el gesto de mirarle algo sorprendido pero luego cuando dijo aquel comentario de la mierda del animal, Guren quedó perplejo con un rostro póquer de; “Really nigga?”. Bufó levemente y acompañó con una risa mucho más suave que la de su compañera.
El joven prefirió escuchar las palabras de ella sobre sus exs. Al parecer no dialogaba mucho tampoco con ellos, era lo normal cuando hay ruptura muy pocas son las parejas que siguen en dialogo en tono de amistad o incluso de amigos cercanos. Para él, quien nunca había estado en pareja, le parecía sumamente extraño de hecho hasta no se imaginaba en la posición de estar ya peleado con un ex amor y hablarle, ni siquiera pensaba en tener un amor, era algo complicado para él. No es que le repeliese simplemente es que como no lo ha vivido como tal, es complicado.
— Yo de ese tema no sé nada, Lily. Jamás he tenido pareja por lo tanto ni “ex”. Pero supongo que si acaban la relación es por algo y por eso no suelen hablar, comento desde lo que he visto en las calles.. Cuando las mujeres le dan cachetadas y dicen: “Espero no verte más hijo de puta”. Unas damas hasta al insultar. — Rió un poco mientras seguía sus andanzas al lado de la cazadora. — El que viva siempre alegrará a alguien o eso dice mi mamá. “El solo hecho de que estés vivo hace feliz a más de una persona”. Supongo tiene razón. — Comentó algo apagado mientras ya parecía que el camino se acabaría. — ¿Por cierto que harás después? — Comentó con mucha interrogación. Le causaba curiosidad el próximo destino, si es que tenía, de Lily.
Lo bueno de todo es que las primeras palabras de la fémina de metal es que le daba la razón a Guren. Él no sonrió ante aquello porque sabía que tenía razón, era egocéntrico hasta tal punto. Luego la chica comenzó a reír bastante fuerte, el joven pensó de que le sucedía algo, quizás un ataque de risa descontrolado por algo que había recordado, solo hizo el gesto de mirarle algo sorprendido pero luego cuando dijo aquel comentario de la mierda del animal, Guren quedó perplejo con un rostro póquer de; “Really nigga?”. Bufó levemente y acompañó con una risa mucho más suave que la de su compañera.
El joven prefirió escuchar las palabras de ella sobre sus exs. Al parecer no dialogaba mucho tampoco con ellos, era lo normal cuando hay ruptura muy pocas son las parejas que siguen en dialogo en tono de amistad o incluso de amigos cercanos. Para él, quien nunca había estado en pareja, le parecía sumamente extraño de hecho hasta no se imaginaba en la posición de estar ya peleado con un ex amor y hablarle, ni siquiera pensaba en tener un amor, era algo complicado para él. No es que le repeliese simplemente es que como no lo ha vivido como tal, es complicado.
— Yo de ese tema no sé nada, Lily. Jamás he tenido pareja por lo tanto ni “ex”. Pero supongo que si acaban la relación es por algo y por eso no suelen hablar, comento desde lo que he visto en las calles.. Cuando las mujeres le dan cachetadas y dicen: “Espero no verte más hijo de puta”. Unas damas hasta al insultar. — Rió un poco mientras seguía sus andanzas al lado de la cazadora. — El que viva siempre alegrará a alguien o eso dice mi mamá. “El solo hecho de que estés vivo hace feliz a más de una persona”. Supongo tiene razón. — Comentó algo apagado mientras ya parecía que el camino se acabaría. — ¿Por cierto que harás después? — Comentó con mucha interrogación. Le causaba curiosidad el próximo destino, si es que tenía, de Lily.
Shinya Kougami
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