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Censo
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Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 9:47 am
Toda esta historia es antes de que el marine se integrase a su la tripulación que en la actualidad pertenece, esa llamada Spetsnaz que es liderada por ese cyborg llamado Maxwell. Hace no mucho que el joven había entrado pero bueno para contar historias de esa tripulación hará falta mucho más tiempo que de momento no hay tanto que comentar sobre eso sino más bien que es lo típico, tampoco ha existido mucho movimiento de momentos. Pero el marine se puede decir que esta bastante a gusto con ese grupo, es uno que no parece ser traicionero y muy unido, eso es bueno, dará todo por hacer progresar a sus compañeros.
La misión constaba de un patrullaje poco habitual en una de las islas de los Blue. Nada fuera de lo normal pero claro siempre existían cosas que suceden entre cada historia que hacían cambiar cada una de las cosas a contar haciéndolas quizás un poco más interesantes. Bueno sigamos con los detalles de la misión. Era de patrullaje donde el joven marine tenía que dedicarse a avanzar por la isla en cada una de sus secciones para analizar y lograr hacer un informe sobre lo que pasaba allí, tanto de noche como de día era algo que quizás podía parecer ser complicado pero la verdad es que no era para tanto o al menos eso creía él. Como sea, eso fue lo que se le dio a hacer y el día en que fue dejado en la isla se bajó del barco con paso lento y se adentró en la ciudad pero vestido como un civil.
Era de mañana en la isla, todo el publico muy animado de hecho hoy se iba a celebrar una fiesta importante para todos. El chico no tenía entendido nada de hecho hasta parecía ser un forastero que ni sabía sobre las cosas a hacer. Fue por eso que se paró enfrente de una anciana a preguntarle que pasaba. — Disculpe, ¿me podría decir que pasará hoy?— Comentó mientras pasaban muchos tipos con varias cosas para formar un escenario en la plaza. La octogenaria le respondió que el día de hoy se haría una especie de teatro y todo bien cultural, el chico marine sonrió para dedicar su mirada a ver como armarían tanto espectáculo para que el telón diera paso a todo quedaba un par de horas tenía que ir a otros sitios pero de momento le haría bien observar por curiosidad, quizás se podía encontrar con algo más que solo tipos armando un escenario.
La misión constaba de un patrullaje poco habitual en una de las islas de los Blue. Nada fuera de lo normal pero claro siempre existían cosas que suceden entre cada historia que hacían cambiar cada una de las cosas a contar haciéndolas quizás un poco más interesantes. Bueno sigamos con los detalles de la misión. Era de patrullaje donde el joven marine tenía que dedicarse a avanzar por la isla en cada una de sus secciones para analizar y lograr hacer un informe sobre lo que pasaba allí, tanto de noche como de día era algo que quizás podía parecer ser complicado pero la verdad es que no era para tanto o al menos eso creía él. Como sea, eso fue lo que se le dio a hacer y el día en que fue dejado en la isla se bajó del barco con paso lento y se adentró en la ciudad pero vestido como un civil.
Era de mañana en la isla, todo el publico muy animado de hecho hoy se iba a celebrar una fiesta importante para todos. El chico no tenía entendido nada de hecho hasta parecía ser un forastero que ni sabía sobre las cosas a hacer. Fue por eso que se paró enfrente de una anciana a preguntarle que pasaba. — Disculpe, ¿me podría decir que pasará hoy?— Comentó mientras pasaban muchos tipos con varias cosas para formar un escenario en la plaza. La octogenaria le respondió que el día de hoy se haría una especie de teatro y todo bien cultural, el chico marine sonrió para dedicar su mirada a ver como armarían tanto espectáculo para que el telón diera paso a todo quedaba un par de horas tenía que ir a otros sitios pero de momento le haría bien observar por curiosidad, quizás se podía encontrar con algo más que solo tipos armando un escenario.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 9:58 am
Todos estaban normalmente haciendo sus cosas y el marine camuflado como civil les observaba, muchas mujeres traían lo que parecían ser un banquete para la fiesta. Todos alimentos que no se ponían malos con el calor de hecho eso le sorprendió al marine. Todo se veía apetitoso y claramente muchas de las cocineras le miraban de reojo, el joven Guren es guapo sí pero tampoco es de los que se le de bien andar coqueteando o algo por el estilo, sumemos a todo eso de que tiene pareja, sí.. Es raro decirlo pero trae novia y no hace mucho tiempo que tiene. Que igual que las que cocinan ahí ella es parte de un restaurante.
El solo hecho de pensar en la comida de su pareja le abría el apetito. El espadachín acomodó sus espadas partiendo por su meitou hasta la más normal. Sonrió cuando recordó de que trataba la maldición de aquella espada de hoja negra. La maldición hablaba de que los dueños no iban a poder conseguir pareja en su vida o si lo hacían estas se alejarían de una manera extraña, quizás muriendo o meramente desapareciendo. Todo quien sostenía la arma o era su propietario mejor dicho terminaría solo. Eso a Guren le traía sin cuidado antes de conocer a quien ahora compartía corazón no le iba ni venía y una maldición como esa no iba a destrozar una relación o eso pensaba él.
Guren bufó un par de veces y se retiró de ahí. Al caminar con las manos en los bolsillos y dar un par de pasos de más chocó con una de las mujeres que allí servían. Era de cabello dorado, orbes azuladas y curvas demasiado femeninas. Le había hecho caer. Inmediatamente le dio la mano para que se levantase y con su mano libre se rascó la cabeza. — Oh disculpa, ando tan distraído.— Dijo en un tono de voz suave. Al ayudarle a recomponerse ella le dijo que no se preocupase. Guren se dio media vuelta para irse pero le detuvieron la mano, ella le dio una bolsa con pasteles. La chica sonrió y se fue, algo demasiado extraño había pasado. El chico no le dio importancia.
Aquel paquete traía dulces variados y pequeños, cada uno diferente del otro. Al marine le encantaba lo dulce, pero tampoco era un fanático empedernido. Con su diestra de aquella bolsa de papel sacó su primer bocado. Era un bizcocho de vainilla con una crema de avellana que complementaba todo, era delicioso. Hasta su rostro cambio a uno alegre al ir avanzando por la avenida principal.
El solo hecho de pensar en la comida de su pareja le abría el apetito. El espadachín acomodó sus espadas partiendo por su meitou hasta la más normal. Sonrió cuando recordó de que trataba la maldición de aquella espada de hoja negra. La maldición hablaba de que los dueños no iban a poder conseguir pareja en su vida o si lo hacían estas se alejarían de una manera extraña, quizás muriendo o meramente desapareciendo. Todo quien sostenía la arma o era su propietario mejor dicho terminaría solo. Eso a Guren le traía sin cuidado antes de conocer a quien ahora compartía corazón no le iba ni venía y una maldición como esa no iba a destrozar una relación o eso pensaba él.
Guren bufó un par de veces y se retiró de ahí. Al caminar con las manos en los bolsillos y dar un par de pasos de más chocó con una de las mujeres que allí servían. Era de cabello dorado, orbes azuladas y curvas demasiado femeninas. Le había hecho caer. Inmediatamente le dio la mano para que se levantase y con su mano libre se rascó la cabeza. — Oh disculpa, ando tan distraído.— Dijo en un tono de voz suave. Al ayudarle a recomponerse ella le dijo que no se preocupase. Guren se dio media vuelta para irse pero le detuvieron la mano, ella le dio una bolsa con pasteles. La chica sonrió y se fue, algo demasiado extraño había pasado. El chico no le dio importancia.
Aquel paquete traía dulces variados y pequeños, cada uno diferente del otro. Al marine le encantaba lo dulce, pero tampoco era un fanático empedernido. Con su diestra de aquella bolsa de papel sacó su primer bocado. Era un bizcocho de vainilla con una crema de avellana que complementaba todo, era delicioso. Hasta su rostro cambio a uno alegre al ir avanzando por la avenida principal.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 10:31 am
Avanzó hasta desaparecer de la mirada de la muchacha que le dio aquellos pasteles tanto así que la gente ya hablaba menos, habían más hombres con aspecto rudo, se estaba acercando a una zona más peligrosa si lo quería decir. Estaba lleno de tabernas y sitios nocturnos donde en la entrada tenían marcado una silueta de una mujer de pechos enormes. Guren miró a todos lados ya comprendiendo la situación. De apoco sacó una libre para anotar un par de cosas en esta. Todo indicaba que estaba en un sector bohemio, quizás el más sospechoso de noche tendría que andar con cuidado, sería de los primeros en andar observando.
Al dar pasos para salir de ahí muchos tipos le miraban como ya sabiendo que era nuevo por estos lares, el marine ignoró todo y con una mirada desafiante recordó el rostro de todos. Uno en una carnicería que tenía un bigote blanco, el del bar que era un rubio de ojos verdosos y una cicatriz en el rostro. Tenía ya grabado cada uno de los ademanes de los tipos, de hecho hasta de sus aliados que le cuidaban las espaldas. El marine pasó como si nada hasta ahora dirigirse a una calle más normal donde vendían artesanías y cosas de antigüedades.
En el nuevo sitio las personas que atendían tenían una silueta mucho más agradable hasta le invitaron a visitar las tiendas. Este aceptó y la primera que miró fue la de los ancianos que vendían cosas viejas y hasta compraban. El chico se acercó a paso discreto y lento hasta poder llegar a la entrada donde hizo una reverencia de respeto por el mayor. Tras eso procedió a decir unas palabra para con ellos.
— Oh gracias por invitarme a observar seguro a mis padres les encantaría ver todo eso.— Comentó con mucho gusto. Al entrar pudo observar todo tipo de cosas, habían relojes que claramente no eran de por aquí cerca. Habían igual mascaras de todos tipos, ropajes antiguos, espadas de todo tipo y claro más de una llamó la atención del espadachín. Se acercó a mirarlas, claramente por solo verles pudo notar que eran meitous como la de él. El anciano se le acercó de apoco.
Al estar a una distancia prudente le preguntó por la espada que traía en su cintura. Guren decidió mostrar su arma la cual era de una hoja intensa negra. El hombre la observó, sacó una especie de monóculo para mirarla mejor. De apoco comenzó a sonreír parecía que le había sacado toda la historia.
Al dar pasos para salir de ahí muchos tipos le miraban como ya sabiendo que era nuevo por estos lares, el marine ignoró todo y con una mirada desafiante recordó el rostro de todos. Uno en una carnicería que tenía un bigote blanco, el del bar que era un rubio de ojos verdosos y una cicatriz en el rostro. Tenía ya grabado cada uno de los ademanes de los tipos, de hecho hasta de sus aliados que le cuidaban las espaldas. El marine pasó como si nada hasta ahora dirigirse a una calle más normal donde vendían artesanías y cosas de antigüedades.
En el nuevo sitio las personas que atendían tenían una silueta mucho más agradable hasta le invitaron a visitar las tiendas. Este aceptó y la primera que miró fue la de los ancianos que vendían cosas viejas y hasta compraban. El chico se acercó a paso discreto y lento hasta poder llegar a la entrada donde hizo una reverencia de respeto por el mayor. Tras eso procedió a decir unas palabra para con ellos.
— Oh gracias por invitarme a observar seguro a mis padres les encantaría ver todo eso.— Comentó con mucho gusto. Al entrar pudo observar todo tipo de cosas, habían relojes que claramente no eran de por aquí cerca. Habían igual mascaras de todos tipos, ropajes antiguos, espadas de todo tipo y claro más de una llamó la atención del espadachín. Se acercó a mirarlas, claramente por solo verles pudo notar que eran meitous como la de él. El anciano se le acercó de apoco.
Al estar a una distancia prudente le preguntó por la espada que traía en su cintura. Guren decidió mostrar su arma la cual era de una hoja intensa negra. El hombre la observó, sacó una especie de monóculo para mirarla mejor. De apoco comenzó a sonreír parecía que le había sacado toda la historia.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 10:48 am
El anciano de apoco que blandió la espada sintió una sensación extraña por eso la dejó en su empuñadura y entregó a su dueño. Al principio el viejo se sentía atraído por la katana pero al tiempo decidió no hacer una oferta pero si le comentó sobre su maldición, y que había conocido al anterior propietario. De apoco el dialogo fue sobre esa maldición de como arruinó la vida de su amigo que la portó. Al comienzo el de la tienda quería comprársela por ser un arma ejemplar pero tras tener en mente como sufrió quien la tenía antes prefirió que no.
El viejo puso la mano en el hombro de Guren para decirle que lo sentía que nunca sería capas de formar una familia si tenía a esa espada en si cintura que las mujeres no le iban a durar nada y mucho menos una pareja, quizás era verdad pero al peli negro le daba lo mismo y fue ahí que respondió. — No estoy apurado en casarme la verdad pero.. tengo pareja y no se ha ido.— Comentó con una sonrisa en el rostro para luego guardar su espada acomodando por completo a su cuerpo. Sonrió de apoco y se dio media vuelta para poder irse de ese sitio pero claro con una reverencia no obstante fue detenido a lo que Guren decidió responder.
— Es un arma especial no hace falta preocuparse. Las maldiciones existen para romperse. Al menos saber que de mi espada se conoce me honra. Con su permiso.— Con una reverencia procedió a retirarse del sitio con lentitud. Las manos las guardó en sus bolsillos agregó un bostezo bastante estrepitoso. Sus piernas comenzaron a avanzar pero ahora se fue a una plaza a sentarse, recopilar la información general que había recabado. Todo lo escribió en una libreta que tenía acotaciones interesantes. Pasaron las horas ahí anotaba todo, las personas ya comenzaban a moverse para ir a la fiesta. Los pasteles que la bella mujer de cabellos dorados le regaló ya no estaban, solo quedaban migas. Si es que ella los había hecho tenía mano de monja como dicen.
Al cabo de un par de horas ya el festival estaba dando inicio, el marine había retomado su posición. Todas las personas reunidas observando pero él en una calle a varios metros de distancia solo. Los presentadores eran dos famosos de la isla, una mujer de pelo negro que en su minuto fue considerada la más hermosa de las islas aledañas y el otro un tipo mayor canoso daban comienzo al espectáculo.
El viejo puso la mano en el hombro de Guren para decirle que lo sentía que nunca sería capas de formar una familia si tenía a esa espada en si cintura que las mujeres no le iban a durar nada y mucho menos una pareja, quizás era verdad pero al peli negro le daba lo mismo y fue ahí que respondió. — No estoy apurado en casarme la verdad pero.. tengo pareja y no se ha ido.— Comentó con una sonrisa en el rostro para luego guardar su espada acomodando por completo a su cuerpo. Sonrió de apoco y se dio media vuelta para poder irse de ese sitio pero claro con una reverencia no obstante fue detenido a lo que Guren decidió responder.
— Es un arma especial no hace falta preocuparse. Las maldiciones existen para romperse. Al menos saber que de mi espada se conoce me honra. Con su permiso.— Con una reverencia procedió a retirarse del sitio con lentitud. Las manos las guardó en sus bolsillos agregó un bostezo bastante estrepitoso. Sus piernas comenzaron a avanzar pero ahora se fue a una plaza a sentarse, recopilar la información general que había recabado. Todo lo escribió en una libreta que tenía acotaciones interesantes. Pasaron las horas ahí anotaba todo, las personas ya comenzaban a moverse para ir a la fiesta. Los pasteles que la bella mujer de cabellos dorados le regaló ya no estaban, solo quedaban migas. Si es que ella los había hecho tenía mano de monja como dicen.
Al cabo de un par de horas ya el festival estaba dando inicio, el marine había retomado su posición. Todas las personas reunidas observando pero él en una calle a varios metros de distancia solo. Los presentadores eran dos famosos de la isla, una mujer de pelo negro que en su minuto fue considerada la más hermosa de las islas aledañas y el otro un tipo mayor canoso daban comienzo al espectáculo.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 11:08 am
Ichinose se cruzó de brazos esperando a ver como se desarrollaban las cosas, de apoco las personas se motivaban mucho más, hasta el punto en que las meseras servían la comida al instante. A Guren no le ofrecieron por estar bastante alejado de aquel sitio pero cuando se percató alguien le jaló la ropa. Al observar de apoco se dio cuenta de la mujer rubia, ahora vestía como una civil más. Ella había venido a observar todo igual que él. Primero se presentó como Cecilia. Ichinose como ya típico desvió la mirada prestando atención en el show pero luego sonrió de apoco para responderle de una manera tan gallarda.
— Soy Guren Ichinose.— Le iba a dar la mano pero ella interrumpió con un beso en la mejilla, en la zurda. Esto le sorprendió de golpe pero claro luego sacó la bolsa de papel y la agitó un poco hacia abajo para que cayesen las migas, ella comenzó a reír. — Estaban deliciosos pero se acabaron.— Guren hizo un gesto de pena absoluta ya que no tenía más que comer y realmente estaban demasiado bueno, tanto que recordar como ese bizcocho era tan blando con sabor espléndido se le habría el apetito al instante. Si bien la rubia tenía mano increíble se podía decir que por su apariencia era una mujer espléndida en todo sentido, que sabía cocinar así de sabroso y tenía una figura envidiable. Guren sacó esos pensamientos de su cabeza y siguió mirando el espectáculo.
Guren estaba acompañado por la mujer que le hablaba de todo pero él no podía hablar mucho era algo tímido para con las mujeres en general. Ella le comentaba sobre que trataba la fiesta, que los platillos que se preparaban eran de la temporada y típicos de aquí. Sí, en las palabras de ella todo era hermoso hasta se le notaba disfrutar cuando hablaba de la comida. Toda mujer que comentaba sobre lo que hacia con tantas ganas le agradaba se oír, el marine siempre prestaba atención de hecho tanto que sus orbes cambiaron a mirarle a ella.
Su historia comenzó a cambiar ahora, trataba de como había llegado aquí hace poco. Toda su familia había venido a este lugar y ella como proveniente de un restaurante típico de una de las islas de Blues tenía que dar una buena impresión en la primera fiesta grande que participaban con sus platos. La verdad los pasteles fueron fenomenales, al marine le encantaron. Luego la chica quien no paraba de hablar le dijo al oído que podía preparar de esos siempre que él quisiera.
— Soy Guren Ichinose.— Le iba a dar la mano pero ella interrumpió con un beso en la mejilla, en la zurda. Esto le sorprendió de golpe pero claro luego sacó la bolsa de papel y la agitó un poco hacia abajo para que cayesen las migas, ella comenzó a reír. — Estaban deliciosos pero se acabaron.— Guren hizo un gesto de pena absoluta ya que no tenía más que comer y realmente estaban demasiado bueno, tanto que recordar como ese bizcocho era tan blando con sabor espléndido se le habría el apetito al instante. Si bien la rubia tenía mano increíble se podía decir que por su apariencia era una mujer espléndida en todo sentido, que sabía cocinar así de sabroso y tenía una figura envidiable. Guren sacó esos pensamientos de su cabeza y siguió mirando el espectáculo.
Guren estaba acompañado por la mujer que le hablaba de todo pero él no podía hablar mucho era algo tímido para con las mujeres en general. Ella le comentaba sobre que trataba la fiesta, que los platillos que se preparaban eran de la temporada y típicos de aquí. Sí, en las palabras de ella todo era hermoso hasta se le notaba disfrutar cuando hablaba de la comida. Toda mujer que comentaba sobre lo que hacia con tantas ganas le agradaba se oír, el marine siempre prestaba atención de hecho tanto que sus orbes cambiaron a mirarle a ella.
Su historia comenzó a cambiar ahora, trataba de como había llegado aquí hace poco. Toda su familia había venido a este lugar y ella como proveniente de un restaurante típico de una de las islas de Blues tenía que dar una buena impresión en la primera fiesta grande que participaban con sus platos. La verdad los pasteles fueron fenomenales, al marine le encantaron. Luego la chica quien no paraba de hablar le dijo al oído que podía preparar de esos siempre que él quisiera.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 12:12 pm
El marine ante la cercanía de la mujer simplemente por mero reflejó se alejó levemente, era de los hombres fieles por eso no iba a caer en la tentación por muy guapa, hermosa y que fuese la última mujer de la tierra, sí el tenía pareja no le iba a ser infiel. Para calmar un poco las aguas este sonrió y con su mano en el hombro de ella le agregó ademanes de mucho gusto. Sí, el marine sabía que la cocina de ella era espectacular y no solo lo dulce, sí cocina lo salado como lo dulce tiene ganado el cielo en base a los alimentos pero eso no es razón como para caer en la tentación de la infidelidad.
— Suena bastante bien pero, tengo a mi pareja que es cocinera. Eso no quiere decir que no venga a probar tu comida en varias ocasiones.— Le respondió con sinceridad y fue ahí cuando el rostro de la mujer ni cambió solo seguía alegre como si la respuesta hubiera sido más o menos que podían tener algo. Le pareció raro el actuar de ella a tal punto de que pensaba que lo que hacía era parte de un plan macabro o algo por el estilo. La mujer no se detuvo ahí sino que le tomó el brazo cuando comenzó a escucharse una música para bailar. Sí la fiesta no era solo escuchar unos grupos tocar música sino que igual disfrutar de un baile hasta altas horas de la madrugada, quizás hasta el otro día de lleno pero él tenía una misión esperaba que la verdad ella quisiera irse a casa pronto para poder zafar de la situación sin mucho más que decir o hacer.
Tras ser cogido para un baile, Guren se dispuso a bailar no sabía como hacerlo y sus pasos parecían como si el robot de Maxwell estuviera en la pista. Todos se movían de una manera espectacular pero en cambio él parecía una marioneta controlada por un ebrio loco. La chica se reía de los pasos de su compañero pero no podía evitar seguir su ritmo. Ichinose nunca antes había bailado en su miserable vida. De hecho ni sabía como tomar a la mujer para bailar más pegados, cuando la velada inició en ese ámbito este tuvo que mirar a su alrededor para copiar como tomaban todos a sus parejas. Era una mano en la cintura y la otra con la mano ajena, bien pegados. Este imitó aquel paso y se acercó lo suficiente. Aquella curva de la fémina era prominente, ella de apoco se acercó más y él solo mantuvo un poco de distancia en lo que la música relajaba el ambiente, todos bailando lento y pegados, una velada romántica totalmente.
— Suena bastante bien pero, tengo a mi pareja que es cocinera. Eso no quiere decir que no venga a probar tu comida en varias ocasiones.— Le respondió con sinceridad y fue ahí cuando el rostro de la mujer ni cambió solo seguía alegre como si la respuesta hubiera sido más o menos que podían tener algo. Le pareció raro el actuar de ella a tal punto de que pensaba que lo que hacía era parte de un plan macabro o algo por el estilo. La mujer no se detuvo ahí sino que le tomó el brazo cuando comenzó a escucharse una música para bailar. Sí la fiesta no era solo escuchar unos grupos tocar música sino que igual disfrutar de un baile hasta altas horas de la madrugada, quizás hasta el otro día de lleno pero él tenía una misión esperaba que la verdad ella quisiera irse a casa pronto para poder zafar de la situación sin mucho más que decir o hacer.
Tras ser cogido para un baile, Guren se dispuso a bailar no sabía como hacerlo y sus pasos parecían como si el robot de Maxwell estuviera en la pista. Todos se movían de una manera espectacular pero en cambio él parecía una marioneta controlada por un ebrio loco. La chica se reía de los pasos de su compañero pero no podía evitar seguir su ritmo. Ichinose nunca antes había bailado en su miserable vida. De hecho ni sabía como tomar a la mujer para bailar más pegados, cuando la velada inició en ese ámbito este tuvo que mirar a su alrededor para copiar como tomaban todos a sus parejas. Era una mano en la cintura y la otra con la mano ajena, bien pegados. Este imitó aquel paso y se acercó lo suficiente. Aquella curva de la fémina era prominente, ella de apoco se acercó más y él solo mantuvo un poco de distancia en lo que la música relajaba el ambiente, todos bailando lento y pegados, una velada romántica totalmente.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 12:30 pm
De apoco el baile se puso mucho más candente, los cuerpos estaban tan pegados que parecían fundirse en pasión. Los pasos de Guren eran torpes pero por su pareja eran normalizados y hasta parecían de un dúo perfecto de baile. Estaba nervioso y no por la cercanía sino porque sentía que hacia el ridiculo con cada paso que daba. En la distancia que estaban podía sentir el perfume floral de ella, sentía la suavidad de su mano e incluso a veces ese perfume floral se combinaba con el aroma a canela de su piel, seguro usaba crema de la buena y un aroma mejor. Guren se sentía atraído por esos aromas, era casi como un lobo que iba a donde los olores eran mejores.
Estaba atontado completamente, le miraba de reojo siempre parecía eterno el baile tan eterno que los demás parecían bailar a la velocidad de un caracol. Los pasos eran tan repetitivos que de apoco se adecuaba a la perfección de estos, hasta en su mente los contaba como; “uno, dos y tres”, iteraba esta acción. Si bien todos estaban en la etapa donde acomodaban sus cabezas en el hombro de su compañero, él pensaba que si ella hacia eso parecerían unos recién casados o algo por el estilo. En ese pensar sintió un peso en su hombro, era ella, su cabeza se apoyo en el hombro pero de apoco se recostó más a su pecho por la estatura inferior por parte de la fémina.
De apoco el ambiente se tornó rojo por la iluminación, las parejas que sí eran reales se besaron mientras que los dos solo se miraron, al acabar toda la situación el ambiente se inundó de muchos aplausos los cuales al joven le hicieron sonreír nada más eso. La fiesta estaba acabando al menos la que yacía en la plaza. Guren tenía que seguir trabajando así que comenzó a irse pero antes de eso ella le tomó del traje y le atrajo un poco hacia su dirección. Le comentó que se iba a ir por ende como buen caballero lo mejor sería que le llevase a su casa. El marine solo tragó saliva y de apoco prefirió incorporarse a hablar.
— Sí, te llevo a casa Cecilia.— Dijo en un tono masculino en lo que ella inició la caminata de vuelta. Le tomó la mano para apurar al joven marine que hasta ahora era simplemente un civil más. La chica a Guren le parecía extraña y con demasiada confianza para con él, quizás era una trampa o una de esas bromas que te hacen tus parejas para ver si caes. Miró a todos lados intentando buscar algo pero nada, al parecer ella era así.
Estaba atontado completamente, le miraba de reojo siempre parecía eterno el baile tan eterno que los demás parecían bailar a la velocidad de un caracol. Los pasos eran tan repetitivos que de apoco se adecuaba a la perfección de estos, hasta en su mente los contaba como; “uno, dos y tres”, iteraba esta acción. Si bien todos estaban en la etapa donde acomodaban sus cabezas en el hombro de su compañero, él pensaba que si ella hacia eso parecerían unos recién casados o algo por el estilo. En ese pensar sintió un peso en su hombro, era ella, su cabeza se apoyo en el hombro pero de apoco se recostó más a su pecho por la estatura inferior por parte de la fémina.
De apoco el ambiente se tornó rojo por la iluminación, las parejas que sí eran reales se besaron mientras que los dos solo se miraron, al acabar toda la situación el ambiente se inundó de muchos aplausos los cuales al joven le hicieron sonreír nada más eso. La fiesta estaba acabando al menos la que yacía en la plaza. Guren tenía que seguir trabajando así que comenzó a irse pero antes de eso ella le tomó del traje y le atrajo un poco hacia su dirección. Le comentó que se iba a ir por ende como buen caballero lo mejor sería que le llevase a su casa. El marine solo tragó saliva y de apoco prefirió incorporarse a hablar.
— Sí, te llevo a casa Cecilia.— Dijo en un tono masculino en lo que ella inició la caminata de vuelta. Le tomó la mano para apurar al joven marine que hasta ahora era simplemente un civil más. La chica a Guren le parecía extraña y con demasiada confianza para con él, quizás era una trampa o una de esas bromas que te hacen tus parejas para ver si caes. Miró a todos lados intentando buscar algo pero nada, al parecer ella era así.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 1:14 pm
Guren iba con la joven de cabellos dorados más hermosos que antes haya visto, de seguro nadie más se le igualaba. Las calles estaban algo deshabitadas por decirlo así, todos iban a continuar con la fiesta y todo era propicio para un ataque sorpresa. Por su parte el Marine miraba siempre de reojo a su acompañante, no sabía donde quedaba su casa pero seguro ella le llevaría hacia ella. Las luces eran tenue para la noche, se podían notar los rostros de los dos y sus ropajes. La luna estaba menguante ese día, era hermosa e incluso podías pensar más de un cuento de amor mejor que crepúsculo para crear.
De pronto se escuchó el hablar de un grupo de tres hombres con tres mujeres a lo lejos. Guren decidió por tomar a Cecila y llevarla al callejón que estaba cerca. Lo que hablaban no era normal, se escuchaba el balbuceo de algunas cosas, algunas otras palabras eran audibles en su totalidad. El marine le tapó la boca a la chica, estaba algo a la defensiva para que a ella no le ocurriese nada de nada. Cuando el grupo se separó en una dirección más adentro de la ciudad este le soltó pero no sin antes decirle unas palabras para que no se alarmara.
— Disculpa que haya sido tan brusco. Pero debo confesarte algo.— Dijo el marine de pelo negro mientras le miraba detenidamente a los ojos azulados de ella. Ella le tomó la mano como pensando que sería una declaración o algo así, era una mujer enamoradiza o quizás estaba haciendo el papel muy bien la verdad. De pronto unos sonidos se escucharon pero era solo un gato que maulló fuerte, se lamió la pata y les quedó mirando, era de color azabache. El momento de tensión y de intriga había sido destruido por un felino inquieto que luego saltó al basurero, les miró otra vez y se relamió para salir corriendo de ahí.
Guren rió un poco, le daba gracia la situación pero tenía que ponerse serio, le iba a confesar que era un marine, aunque bueno eso no era nada como decir que eres un revolucionario traidor o algo por el estilo. El marine tomó un poco de aire y respondió. — Soy un marine y estoy en misión.— Dijo sin esperar respuesta alguna, la verdad andaba custodiando el sitio, ella por su parte le miró con ojos diferentes. Casi queriéndole preguntar más sobre su facción pero luego ella tirando de la parte inferior del traje del barón le dijo que igual debía confesarle algo.
De pronto se escuchó el hablar de un grupo de tres hombres con tres mujeres a lo lejos. Guren decidió por tomar a Cecila y llevarla al callejón que estaba cerca. Lo que hablaban no era normal, se escuchaba el balbuceo de algunas cosas, algunas otras palabras eran audibles en su totalidad. El marine le tapó la boca a la chica, estaba algo a la defensiva para que a ella no le ocurriese nada de nada. Cuando el grupo se separó en una dirección más adentro de la ciudad este le soltó pero no sin antes decirle unas palabras para que no se alarmara.
— Disculpa que haya sido tan brusco. Pero debo confesarte algo.— Dijo el marine de pelo negro mientras le miraba detenidamente a los ojos azulados de ella. Ella le tomó la mano como pensando que sería una declaración o algo así, era una mujer enamoradiza o quizás estaba haciendo el papel muy bien la verdad. De pronto unos sonidos se escucharon pero era solo un gato que maulló fuerte, se lamió la pata y les quedó mirando, era de color azabache. El momento de tensión y de intriga había sido destruido por un felino inquieto que luego saltó al basurero, les miró otra vez y se relamió para salir corriendo de ahí.
Guren rió un poco, le daba gracia la situación pero tenía que ponerse serio, le iba a confesar que era un marine, aunque bueno eso no era nada como decir que eres un revolucionario traidor o algo por el estilo. El marine tomó un poco de aire y respondió. — Soy un marine y estoy en misión.— Dijo sin esperar respuesta alguna, la verdad andaba custodiando el sitio, ella por su parte le miró con ojos diferentes. Casi queriéndole preguntar más sobre su facción pero luego ella tirando de la parte inferior del traje del barón le dijo que igual debía confesarle algo.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 3:28 pm
La chica desvió la mirada un par de veces bastante nerviosa, quizás lo que iba a decir le costaría todo lo que había construido que por muy mínimo que fuera era una amistad hasta el momento. La chica se sentía algo atrapada por lo que quería admitir pero el joven marine solo la miraba, no decía nada ninguna palabra salían de sus labiales. Sus orbes se clavaron en las bellas perlas de ella, el contacto visual era tanto que lograba inquietar a cualquiera. La chica con timidez se acercó al pecho del masculino con timidez. Cuando estaba ahí sintió el perfume con tonalidades de madera, un poco cítricas igual, cerró los ojos la chica y le dijo que ella era una cazadora, que su trabajo era ayudarle a él.
Los ojos de Guren se abrieron de par en par, no podía creer lo que escuchaba, esa joven con tan linda fachada estaba ahí para ayudarle. Ladeo un poco la cabeza para poder asimilar la idea, la verdad es que le costaba un poco pero no por que no fuese agradable sino porque ella ya sabía quien era Guren o al menos eso debería saber por que trabajaría con él. Las manos del marine fueron algo atrevidas y se posaron en la cadera de ella, de ahí comenzó a hablar.
— ¿De verdad?— Dijo entre cortado. — Ha sido una grata sorpresa.— Sentenció mientras ella sonría ante la respuesta de él. Luego de eso volvió a hablarle a la chica. — No pensé que tendría una compañía y mucho menos alguien agradable.— Comentó mientras de apoco parecía que la noche ya se establecía como si nada. Dentro de poco seguramente ya serían las diez de la noche o algo por el estilo. Guren tomó de la mano a la mujer para así comenzar a caminar saliendo de ese callejón. — Debemos dar una vuelta o quizás te llevo a tu casa.— Comentó mientras de apoco se sentían pasos por todos lados, sí eran las personas que iban a la fiesta principal y de termino pero de todas maneras los sujetos anteriores tenían la pinta de tipos malos, había que mantenerlos bien vigilados.
Guren al ir de la mano con la chica e intentar pasar desapercibido pudo divisar al grupo de seis personas de antes, miró a Cecilia y tan pronto como pudo le hizo una señal que indicaba que tenían que proceder, quizás se vendría algo sumamente importante en este momento, algo que tenían planeado los sospechosos o quizás no era nada, solo una jugada más para la diversión de la isla.
Los ojos de Guren se abrieron de par en par, no podía creer lo que escuchaba, esa joven con tan linda fachada estaba ahí para ayudarle. Ladeo un poco la cabeza para poder asimilar la idea, la verdad es que le costaba un poco pero no por que no fuese agradable sino porque ella ya sabía quien era Guren o al menos eso debería saber por que trabajaría con él. Las manos del marine fueron algo atrevidas y se posaron en la cadera de ella, de ahí comenzó a hablar.
— ¿De verdad?— Dijo entre cortado. — Ha sido una grata sorpresa.— Sentenció mientras ella sonría ante la respuesta de él. Luego de eso volvió a hablarle a la chica. — No pensé que tendría una compañía y mucho menos alguien agradable.— Comentó mientras de apoco parecía que la noche ya se establecía como si nada. Dentro de poco seguramente ya serían las diez de la noche o algo por el estilo. Guren tomó de la mano a la mujer para así comenzar a caminar saliendo de ese callejón. — Debemos dar una vuelta o quizás te llevo a tu casa.— Comentó mientras de apoco se sentían pasos por todos lados, sí eran las personas que iban a la fiesta principal y de termino pero de todas maneras los sujetos anteriores tenían la pinta de tipos malos, había que mantenerlos bien vigilados.
Guren al ir de la mano con la chica e intentar pasar desapercibido pudo divisar al grupo de seis personas de antes, miró a Cecilia y tan pronto como pudo le hizo una señal que indicaba que tenían que proceder, quizás se vendría algo sumamente importante en este momento, algo que tenían planeado los sospechosos o quizás no era nada, solo una jugada más para la diversión de la isla.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Miér Jun 08, 2016 3:43 pm
Los dos jóvenes comenzaron a seguir a los sospechosos hasta llegar a una calle bastante oscura donde Guren hizo señales para que se subieran a unas escaleras típicas de edificio para llegar a pisos superiores. Ella andaba muy elegante tanto así que deslumbraba, cada quien la veía quedaba con la boca abierta y claro muchos fueron golpeados por sus parejas, por otra parte el marine andaba vestido con un traje negro y camisa debajo, claro sus katanas siempre estaban ahí presentes. Apuraron el paso siempre sin dejar de ver a los tipos mientras subían las escaleras a toda prisa, tenían que observar lo que iban a realizar, eran demasiado sospechosos.
Guren iba detrás de la chica e intentaba desviar la mirada porque al ir corriendo la mujer dejaba un poco al descubierto su ropa interior, él como no quería ser grosero evitaba mirar pero de vez en cuando se le notaba el trasero. Sus mejillas se ruborizaban pero su paso seguía hasta que llegaron a una altura prudente donde se pudieron establecer. Guren andaba con una especie de catalejo el cual sacó inmediatamente. Al momento de sacarlo se lo entregó a Cecilia para que observase con más detención los pasos del grupo. Guren por su parte se acercó al borde para con su vista observar.
— Es demasiado extraño.— Reclamó para sí mientras la chica seguía observando pero ahora con el catalejo la cara del marine. Sonreía y jugaba al hacer esto, el chico con sus manos intentaba cubrirse, detestaba que le mirasen así. — Cecilia deberíamos concentrarnos.— Le dijo apagando un poco el juego. Tras esto la chica le comenzó a decir que había un grupo de rufianes que por las noches salía a hacer disturbios pequeños. Interrumpían principalmente en fiestas de cualquier índole. Desde cumpleaños hasta matrimonios y seguro ahora el momento ideal para hacer la mejor de todas las bromas. Esa era la conclusión que ambos estaban llegando.
De pronto Guren se dio cuenta de como los sujetos avanzaron saliendo del lugar pero con un bolso extraño cada uno y unas mascaras, era sospechoso a pesar de que no traían armas todo lo que llevaban era de suma curiosidad. Ambos enviados por el gobierno se miraron y comenzaron a correr para seguirles el rastro. Cecilia por su parte se rasgó el traje para poder correr con más facilidad eso dejo al descubierto sus largas piernas blancas y parte de su muslo. Ella bromeó para con Guren diciéndole que observase que tan buenas “nalgas” traía, rió bastante y él se sonrosó.
Guren iba detrás de la chica e intentaba desviar la mirada porque al ir corriendo la mujer dejaba un poco al descubierto su ropa interior, él como no quería ser grosero evitaba mirar pero de vez en cuando se le notaba el trasero. Sus mejillas se ruborizaban pero su paso seguía hasta que llegaron a una altura prudente donde se pudieron establecer. Guren andaba con una especie de catalejo el cual sacó inmediatamente. Al momento de sacarlo se lo entregó a Cecilia para que observase con más detención los pasos del grupo. Guren por su parte se acercó al borde para con su vista observar.
— Es demasiado extraño.— Reclamó para sí mientras la chica seguía observando pero ahora con el catalejo la cara del marine. Sonreía y jugaba al hacer esto, el chico con sus manos intentaba cubrirse, detestaba que le mirasen así. — Cecilia deberíamos concentrarnos.— Le dijo apagando un poco el juego. Tras esto la chica le comenzó a decir que había un grupo de rufianes que por las noches salía a hacer disturbios pequeños. Interrumpían principalmente en fiestas de cualquier índole. Desde cumpleaños hasta matrimonios y seguro ahora el momento ideal para hacer la mejor de todas las bromas. Esa era la conclusión que ambos estaban llegando.
De pronto Guren se dio cuenta de como los sujetos avanzaron saliendo del lugar pero con un bolso extraño cada uno y unas mascaras, era sospechoso a pesar de que no traían armas todo lo que llevaban era de suma curiosidad. Ambos enviados por el gobierno se miraron y comenzaron a correr para seguirles el rastro. Cecilia por su parte se rasgó el traje para poder correr con más facilidad eso dejo al descubierto sus largas piernas blancas y parte de su muslo. Ella bromeó para con Guren diciéndole que observase que tan buenas “nalgas” traía, rió bastante y él se sonrosó.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
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