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Censo
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Creado por Shinkai Urukiora Vie Jul 08, 2016 2:49 pm
- OST:
Los hechos que en isla Minion se habían empezado a desarrollar desde que el gyojin había pisado tierra habían sido poco agradables, para las historias aburridas y comunes que Destino bordaba en su tela, hilando la vida de todos los seres vivos, en esta ocasión pintaba algo muy problemático.
No hubiese esperado adentrarse hasta el pueblo, el mantaraya era un tipo discreto en sus crímenes, le gustaba pasar desapercibido y tratar lo menos posible con los humanos pero el tahúr lo había llevado ha el evento de la sangre y la nieve que allí se festejaría, frente a un restaurante y con un par de humanos entre raros y desagradables para el bianconero.
Pese a que el humano intentaba detener el demoledor barrido con que arrasaba Shinkai la diferencia de fuerza y especialmente lo que podía soportar sopesaría en el contraataque que ejecutaba solo como defensa. El ímpetu del marino no iba a ser detenido tan fácilmente y para empezar con lo que podía ser el desarme del rival cerraba sus manos en el arma del mono rival y la trataría de cerrar, el mismo había puesto esa arma en su cuello, lo más optimo y poetico era que muriese con eso, no era algo que hubiese pensado pero en el fondo le parecía lo mejor. Además de esa presión y dandole libertad a su cola, que la dejaba en reposo a su lado pero por otro lado desde el estado de sujeción en el que ahora se encontraba lanzaría una patada negra hacía el pecho de Sarwick. Todo esto sucedía mientras solo decía -¡Oye humano!- decía imitándolo con asco- Sabes que me importa una mierda lo que digas o propongas- cuando propinaba la patada con todas las intenciones de acabar con el hablador que a menos de que se agachara sería quien recibiría una linda y divertida presión asfixiante en su traquea. Por un momento pensaba en la diversión que vendría después de eso y por un momento lamento que Chiyumi no estuviese allí para degustar de la sangre que se derramaría. -Lamentable- decía con decepción, no de él ni de su rival, ni siquiera de la compañía de la pequeña, solo pensaba en voz alta de la humanidad en general.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Sáb Jul 09, 2016 12:51 pm
Quería darle una paliza a la pastelera por lo que había hecho, pero no podría mientras aquel enorme gyojin estuviera tratando de matarme. Ignorando mi propuesta de unirnos primero para encargarnos de la pequeña esquizofrénica, aferró a Erufu Sangeki luego de haber detenido su embate triple. No era algo que me esperase, así que abrí los ojos, apretando los dientes mientras también tomaba el sansetsukon, con un agarre más abierto que el suyo de manera que me permitiera hacer fuerza para anular sus intentos de asfixiarme. La forma del sansetsukon, estando apoyada en mi nuca, no permitiría que se cerrase alrededor de mi cuello con tanta facilidad: era un arma larga, y habría que envolverla toda alrededor para verdaderamente cortarme la respiración.
Lo que quedó claro en ese momento era que el gyojin era fuerte, sí, pero mi fuerza propia no tenía nada que envidiarle. Logré hacer contra presión para no ser asfixiado, aunque luego arrojó una patada. Por acto reflejo, contraje la rodilla de la pierna derecha, alzándola para que su patada se estrellara en la pierna y no de lleno en el abdomen. Igual la sentí, había sido un golpe contundente, por lo que cerré un ojo, algo tocado, antes de contraatacar inmediatamente con una patada zurda frontal, intentando empujarlo y halar el sansetsukon a la vez para separarme de su agarre.
— Suéltame... bastardo... —musité al hacer esto. Mi intención al hacerlo soltar mi arma era no perder un segundo antes de saltar hacia adelante rápidamente, cambiando el agarre de Erufu Sangeki a dos barras por mano— ¡Ryūsandan... —inicié una secuencia de golpes directos, alternando las barras de las manos, repartidos entre el torso y la cabeza de Koro. En total, bombardeé su cuerpo con dos golpes al pecho, dos al abdomen, seguidos de cinco al rostro para finalizar con uno a donde debería estar su corazón— ... Daburusutetchi! —
Lo que quedó claro en ese momento era que el gyojin era fuerte, sí, pero mi fuerza propia no tenía nada que envidiarle. Logré hacer contra presión para no ser asfixiado, aunque luego arrojó una patada. Por acto reflejo, contraje la rodilla de la pierna derecha, alzándola para que su patada se estrellara en la pierna y no de lleno en el abdomen. Igual la sentí, había sido un golpe contundente, por lo que cerré un ojo, algo tocado, antes de contraatacar inmediatamente con una patada zurda frontal, intentando empujarlo y halar el sansetsukon a la vez para separarme de su agarre.
— Suéltame... bastardo... —musité al hacer esto. Mi intención al hacerlo soltar mi arma era no perder un segundo antes de saltar hacia adelante rápidamente, cambiando el agarre de Erufu Sangeki a dos barras por mano— ¡Ryūsandan... —inicié una secuencia de golpes directos, alternando las barras de las manos, repartidos entre el torso y la cabeza de Koro. En total, bombardeé su cuerpo con dos golpes al pecho, dos al abdomen, seguidos de cinco al rostro para finalizar con uno a donde debería estar su corazón— ... Daburusutetchi! —
- Técnica usada:
- Ryūsandan Daburusutetchi (Metralla de Doble Puntada):
Sarwick maneja el sansetsukon aferrando dos barras y atacando con una en cada mano a modo de estoques. Asesta una rápida sucesión de trallazos. El poder es menor pero la velocidad mayor. Realiza 10 impactos comunes.
- Reposo: 2 turnos.
- Evolución: +5 impactos cada 10 niveles.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Sáb Jul 09, 2016 4:02 pm
Resultaba bastante escurridizo o alcanzaba a ser salvaguardado por un ángel que lo protegía ante el diablo que tenía al frente, la patada que había empleado había sido certera pese a que no había impactado donde hubiese querido, tampoco es que le preocupara, Shinkai esta bastante confiado en su superioridad natural, a la larga sería un fiambre.
El tipo lanzaba una patada en respuesta a la del marino que levantaba la propia para amortiguar el impacto que no era debil en lo absoluto, le sorprendió un poco pero el daño era mínimo, esperaba una mayor fragilidad de la especie que esperaba a aniquilar y exterminar en el futuro más próximo posible.
Rida pretendía montar un contraataque y el mantarraya tambíen, soltaba con una mano la arma del enemigo, dándole la oportunidad de demostrar de lo que era capaz mientras empleando un movimiento rápido halaba el mango de su arma para capturarlo por la cintura con el látigo que guardaba enrollado a la altura de la cintura con su derecha. El arma envolvía al opononente para atraparlo mientras este lanzaba su ataque con la mitad de libertad que se le había dado a su arma. Igualmente la cola empleaba un ágil y arrastrandose en el aire como una serpiente para capturar la pierna izquierda que habían utilizado en su contra, ese agarre iba a la altura de la rodilla y desembocaría con un golpe del huesudo arpón - Y sí te agarro mejor mono albino- le bramaba en la cara -aunque me das bastante asco- recibía los golpes que le propinaba en el pecho y en el abdomen previendo los de la cara que cubriría con el antebrazo sin soltar su el arma rival, el agarre era fuerte y no quería que escapara haciendo que la escenita durase más de lo necesario - Pide clemencia a la raza superior, ante los gyojin, pídeme piedad y tal vez no veas hoy la penumbra, esa puede ser tu última apuesta blanquito -decía con leve sonrisa mientras ejercía el movimiento jalando tanto con el brazo como con la cadera para capturar tanto cintura y pierna con la presión necesaria.
El tipo lanzaba una patada en respuesta a la del marino que levantaba la propia para amortiguar el impacto que no era debil en lo absoluto, le sorprendió un poco pero el daño era mínimo, esperaba una mayor fragilidad de la especie que esperaba a aniquilar y exterminar en el futuro más próximo posible.
Rida pretendía montar un contraataque y el mantarraya tambíen, soltaba con una mano la arma del enemigo, dándole la oportunidad de demostrar de lo que era capaz mientras empleando un movimiento rápido halaba el mango de su arma para capturarlo por la cintura con el látigo que guardaba enrollado a la altura de la cintura con su derecha. El arma envolvía al opononente para atraparlo mientras este lanzaba su ataque con la mitad de libertad que se le había dado a su arma. Igualmente la cola empleaba un ágil y arrastrandose en el aire como una serpiente para capturar la pierna izquierda que habían utilizado en su contra, ese agarre iba a la altura de la rodilla y desembocaría con un golpe del huesudo arpón - Y sí te agarro mejor mono albino- le bramaba en la cara -aunque me das bastante asco- recibía los golpes que le propinaba en el pecho y en el abdomen previendo los de la cara que cubriría con el antebrazo sin soltar su el arma rival, el agarre era fuerte y no quería que escapara haciendo que la escenita durase más de lo necesario - Pide clemencia a la raza superior, ante los gyojin, pídeme piedad y tal vez no veas hoy la penumbra, esa puede ser tu última apuesta blanquito -decía con leve sonrisa mientras ejercía el movimiento jalando tanto con el brazo como con la cadera para capturar tanto cintura y pierna con la presión necesaria.
- OFF:
- Aunque interpongas el pie con tu velocidad inferior no te daría tiempo de acomodarte tan bien, ya que es un golpe certero en dicha extremidad. Ya que tu resistencia es 1 y mi fuerza es 3 supongo que debería ser un daño considerable y doloroso, especifica el estado de tu pierna de ser posible.
Resumen de mis acciones
El agarre del látigo va a la cintura, a la altura del ombligo.
El agarre de la cola va la pierna izquierda
Los impacto en el pecho y abdomen efectivos
Impacto en el rostro cubiertos
El arma sigue agarrada y jalada por el brazo derecho
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Lun Jul 11, 2016 9:54 am
A la luz de la luna, al alcance de los gritos del cocinero que había perdido sus manos, tener la cara de aquel gran gyojin mantaraya en frente no era nada alentador. Menos alentador era encontrarme con su dura armadura de escamas amortiguando mis golpes directos. Había conseguido darle unos cuantos, pero si quería afectarlo realmente tendría que darle bastantes más. La situación pintaba en contra, ya que había conseguido cogerme de la cintura con su látigo y de la pierna izquierda con su larga cola. Al sentir un pequeño pinchazo en esta, entendí que había quedado algo sentido de su anterior patada. Cerré un ojo con dolor contenido mientras maquinaba una manera de salir de su agarre, a la vez que me dedicaba unas palabras que evidenciaban su trauma racial.
¿Pedir clemencia? ¿Piedad? Aún en aquella situación, le dediqué una sonrisa burlona de oreja a oreja, mientras forcejeaba haciendo fuerza para que soltara mi sansetsukon. Lo que hice, en vista de que parecía no querer dejar en paz a Erufu Sangeki, fue soltar el arma con mi zurda y al mismo tiempo tirar con todas mis fuerzas de la mano derecha, buscando arrastrar su brazo lejos de su cara. Si el gyojin quería continuar cubriendo su rostro, tendría que soltar el sansetsukon. Arrojé entonces el puñetazo más fuerte del que era capaz a corta distancia, con el brazo izquierdo buscando estampar mis nudillos entre los ojos del enorme hombre pez.
— ¡A callar! —bramé al unísono del puñetazo, buscando enseguida rotar el cuerpo en un intento por desenrollarme a mí mismo del látigo que ahora me apresaba.
¿Pedir clemencia? ¿Piedad? Aún en aquella situación, le dediqué una sonrisa burlona de oreja a oreja, mientras forcejeaba haciendo fuerza para que soltara mi sansetsukon. Lo que hice, en vista de que parecía no querer dejar en paz a Erufu Sangeki, fue soltar el arma con mi zurda y al mismo tiempo tirar con todas mis fuerzas de la mano derecha, buscando arrastrar su brazo lejos de su cara. Si el gyojin quería continuar cubriendo su rostro, tendría que soltar el sansetsukon. Arrojé entonces el puñetazo más fuerte del que era capaz a corta distancia, con el brazo izquierdo buscando estampar mis nudillos entre los ojos del enorme hombre pez.
— ¡A callar! —bramé al unísono del puñetazo, buscando enseguida rotar el cuerpo en un intento por desenrollarme a mí mismo del látigo que ahora me apresaba.
- Spoiler:
- Ryūsandan Daburusutetchi: 1/2 en reposo
La pierna izquierda del cocinero está tocada, no al nivel aún de una fisura, pero le dolerá apoyarse en ella D:
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Mar Jul 12, 2016 9:51 pm
El agarre que ejecutaba era fatal para el pobre humano, al tratar de girar y dar unas vueltas solo acabo por enredar su otra pierna en la cola, el segundo látigo que lo apresaba, no había sido un mal intento, escapo de un par de vueltas pero no estaba cerca de escapar del terror que caía allí mismo. Justo sobre el que tan indefenso podía estar un humano herido y apresado, con su aparente única arma sujeta por alguien mucho más fuerte y resistente pero aún tenía el valor de revelarse, de decir que no, era un terco, como Shinkai, lo vio en la mirada rojiza del tipo, se identificó con el tal Sarwick y le dio asco. La sangre se subió a la cabeza del gyojin y lanzó tres puñetazos contra el estomago del humano rebelde, los golpes iban cargados de odio y de poder, de deseo de destrucción y de una sujeción poderosa. No pronunciaba palabras, ni una, ya había dicho suficiente, cuando se rindiera lo dejaría, si es que pensaba hacerlo.
Luego de los lo acercó hacía su rostro, le dio la oportunidad de que le diera un puñetazo con la mano que no forcejeaba por el arma, si aún era capaz de sostenerla. Alejaba dicha arma lo más posible de su rostro para que incluso con la tercer parte de su arma no pudiese emplear un golpe efectivo. Le dio un fuerte cabezazo rápidamente y le apretaba aún más las piernas. Lo único que le preocupaba era no dañar el abrigo pero si a final de cuentas le pasaba algo tampoco sería un problema, solo se estaba divirtiendo con la mascota, el alegre cachorrito que lo saludo cuando salía de la playa. "Su actitud y determinación son las justas pero parece ser un cabeza de chorlito en cuanto a conocer su limite" Lo trataría de tomar por el cuello como último movimiento solo para empezar a asfixiarlo y sabiendo lo que solía hacer la escoria en esa posición. Escupir, que tan bajo puede caer alguien por puro orgullo en una circunstancia como esa. Apretaría su cuello o la parte que agarrara con fuerza, trataría de romper algo más que la voluntad del tipo, hasta que cediera y tratara de redimirse, con él y con su especie. Evidentemente la esclavización de su raza y menos el proxenetismos exótico no era culpa de ese tipo pero lamentablemente en la ley de Shinkai alguien debía pagar los platos rotos de los demás -¿Algo que decir o quieres prefieres seguir jugando de valiente? Eh pequeño mono ¿Aún puedes hablar?- decía solo para cerciorase que no estaba ante un cadáver.
Luego de los lo acercó hacía su rostro, le dio la oportunidad de que le diera un puñetazo con la mano que no forcejeaba por el arma, si aún era capaz de sostenerla. Alejaba dicha arma lo más posible de su rostro para que incluso con la tercer parte de su arma no pudiese emplear un golpe efectivo. Le dio un fuerte cabezazo rápidamente y le apretaba aún más las piernas. Lo único que le preocupaba era no dañar el abrigo pero si a final de cuentas le pasaba algo tampoco sería un problema, solo se estaba divirtiendo con la mascota, el alegre cachorrito que lo saludo cuando salía de la playa. "Su actitud y determinación son las justas pero parece ser un cabeza de chorlito en cuanto a conocer su limite" Lo trataría de tomar por el cuello como último movimiento solo para empezar a asfixiarlo y sabiendo lo que solía hacer la escoria en esa posición. Escupir, que tan bajo puede caer alguien por puro orgullo en una circunstancia como esa. Apretaría su cuello o la parte que agarrara con fuerza, trataría de romper algo más que la voluntad del tipo, hasta que cediera y tratara de redimirse, con él y con su especie. Evidentemente la esclavización de su raza y menos el proxenetismos exótico no era culpa de ese tipo pero lamentablemente en la ley de Shinkai alguien debía pagar los platos rotos de los demás -¿Algo que decir o quieres prefieres seguir jugando de valiente? Eh pequeño mono ¿Aún puedes hablar?- decía solo para cerciorase que no estaba ante un cadáver.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Jue Jul 14, 2016 5:37 pm
Su cola, firmemente enredada en mi pierna izquierda, más el agarre de su látigo a mi cintura eran muy inconvenientes. No tenía movilidad en mi propio cuerpo. Sabía en lo que me había metido, entendía las consecuencias de mis acciones; no importaba que no fuera el más inteligente de los piratas, siempre asumía la responsabilidad por mis decisiones, y si me metía en un combate no me arrepentía. No permitiría flaquear mi coraje o faltar a mis principios incluso cuando hubiera sido más lógico haber escogido otra metódica. Sin embargo, ahora me hallaba en una situación comprometedora por donde se le viera: Koro me mantenía atrapado como un insecto en su telaraña, las personas habían huido de la zona por miedo a la pelea, y aquella extraña pastelera había sembrado el caos al cortar las manos del cocinero.
Tenía que salir de allí rápido, o los guardias podrían presentarse, y quién sabe si la Marina. El gyojin estaba enfadado, mucho. Eso quedó perfectamente claro en la sucesión de tres golpes con los que arremetió sin piedad contra mi abdomen. Sentí las abolladuras en la piel a medida que se hacían, degustando la fuerza abrasadora del enorme hombre mantaraya. Escupí sangre tras el impacto de los ataques, cerrando los ojos, bastante adolorido. No había sido tan satisfactorio como había creído el ver mi puño estampado en su cara. La caparazón de escamas en la piel de aquel energúmeno le daban bastante aguante.
Al menos había conseguido que su látigo me apresara con menor presión. Si podía hacer algo con su cola, quizá podría terminar de zafarme. Así que ese sería mi objetivo una vez pudiera ganar el forcejeo por mi arma. Un cabezazo en seco me hizo soltar un breve quejido. Sentía la sangre en los labios y sabía que tenía la mejilla partida por el impacto, goteando ahora un hilo de sangre por la cara. A continuación, su mano cerrándose en mi cuello era, probablemente, la sentencia final.
No podía hablar, me asfixiaba. Pero que usara sus manos para tratar de acabar conmigo directamente al menos liberó a Erufu Sangeki. Agitándolo con furia con los brazos, sosteniendo dos de las barras para que la tercera propinara los golpes, arrojé varios golpes diagonales descendentes sobre la cola que aferraba mi pierna, intentando a la vez tirar de la misma, empleando todo mi espíritu en lograr zafar la pierna antes de empezara a faltarme el aire.
— Ryūsandan... Sutetchi... —intenté susurrar, aunque no sabría si su agarre me dejaría emitir un sonido entendible, pero los trallazos descendentes a la cola intentaban hacer descender la altura de la constricción; era lo único que podía hacer por ahora.
Tenía que salir de allí rápido, o los guardias podrían presentarse, y quién sabe si la Marina. El gyojin estaba enfadado, mucho. Eso quedó perfectamente claro en la sucesión de tres golpes con los que arremetió sin piedad contra mi abdomen. Sentí las abolladuras en la piel a medida que se hacían, degustando la fuerza abrasadora del enorme hombre mantaraya. Escupí sangre tras el impacto de los ataques, cerrando los ojos, bastante adolorido. No había sido tan satisfactorio como había creído el ver mi puño estampado en su cara. La caparazón de escamas en la piel de aquel energúmeno le daban bastante aguante.
Al menos había conseguido que su látigo me apresara con menor presión. Si podía hacer algo con su cola, quizá podría terminar de zafarme. Así que ese sería mi objetivo una vez pudiera ganar el forcejeo por mi arma. Un cabezazo en seco me hizo soltar un breve quejido. Sentía la sangre en los labios y sabía que tenía la mejilla partida por el impacto, goteando ahora un hilo de sangre por la cara. A continuación, su mano cerrándose en mi cuello era, probablemente, la sentencia final.
No podía hablar, me asfixiaba. Pero que usara sus manos para tratar de acabar conmigo directamente al menos liberó a Erufu Sangeki. Agitándolo con furia con los brazos, sosteniendo dos de las barras para que la tercera propinara los golpes, arrojé varios golpes diagonales descendentes sobre la cola que aferraba mi pierna, intentando a la vez tirar de la misma, empleando todo mi espíritu en lograr zafar la pierna antes de empezara a faltarme el aire.
— Ryūsandan... Sutetchi... —intenté susurrar, aunque no sabría si su agarre me dejaría emitir un sonido entendible, pero los trallazos descendentes a la cola intentaban hacer descender la altura de la constricción; era lo único que podía hacer por ahora.
- Acciones realizadas:
- - Ser usado de saco de boxeo.
- Atacar a la cola con
Ryūsandan Sutetchi (Metralla de Puntada):
Sarwick maneja el sansetsukon aferrando dos barras y dejando una para el ataque. Asesta una rápida sucesión de trallazos. El poder es mayor pero la velocidad menor. Realiza 5 impactos fuertes.
- Reposo: 2 turnos.
- Evolución: +5 impactos cada 10 niveles.
(asumiendo que al agarrar mi cuello puedo liberar el sansetsukon para realizar esta técnica T_T)
- Echar todo tipo de pestes mentales del mantarrayo y rogar que venga un marine a salvarme la vida.
- En reposo:
- - Ryūsandan Daburusutetchi: 2/2
- Ryūsandan Sutetchi: 0/2
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Jue Jul 14, 2016 10:15 pm
Aunque el gyojin no lo quería aceptar el golpe que le había dado en el rostro le había hecho algo de daño, era más de lo que cualquier humano había hecho nunca, sin duda el pequeño mono albino era un humano fuera de lo común, al que dejando de lado por su estupidez podía ser un luchador formidable, como saco de boxeo aguantaba y sus contrataques eran aceptables.
La fuerza que empleo para liberar su arma fue bastante y simplemente sorprendente aparentemente se iba a desquitar con su cola iniciando una serie de golpes en ella pero solo el primero sería efectivo, le dolió un poco pero interpuso su mano izquierda para bloquear rápidamente todos los impactos posteriores, también de un dolor leve en su armadura marina. Pero mientras hacía estos bloqueos se iba a desquitar por la perdida de tiempo. Eso decía para enojarse pero en el fondo se estaba divirtiendo como un hermano mayor con el menor, un muñeco de trapo. Liberaría una patada animal como si se tratara de un gol de campo en la entrepierna del humano, el dolor de esa zona haría llorar hasta al más viril de los gyojin, sabía que los humanos no eran tan diferentes y si eso era algo sucio era irrelevante, el solo se divertía dejando salir la fuerza e ira contra la humanidad, la distancia era bastante corta como para esquivar eso, quizas podría bloquear con el arma que luchaba con la cola pero su brazo detenía cualquier interferencia, al menos ese golpe sería algo memorable para el cocinero. Soltó una risa al escuchar que podía hablar, solo dijo la técnica a realizar pero fuer divertido por el momento, solo le encendía más, ya empezaba a ver la sangre, ese liquido que tanto le excitaba tanto en combate como en el amor.
Se agachaba un poco para dar un puñetazo más con la derecha en la boca del estomago y un gancho final hacía la barbilla con la intención absoluta de levantarlo del suelo al menos una distancia mayor a su altura, en caso de que fuese tan ligero como para irse lejos lo impediría con su cola que aunque había recibido algo de daño no pretendía soltar lo que había pescado. Pensaba que después de eso lo mataría y solo para saber en la posición que lo dejaría sobre el suelo le preguntaba -¿Cara o cruz?- sonreía un poco imaginando que era una moneda, un doblón de plata ensangrentado. El daño que fuese a recibir el humano llevaría su tiempo para recuperarse y el del gyojin también pero el calor del momento le permitía dar todo lo que tenía con suma felicidad. El diablo estaba orgulloso aunque aún no había redención solo quedaría muerte o una interrupción de la ley, que en ese estado, en caso de que se lo llevarán, el estado de una de sus piernas además del resto de su cuerpo era lamentable como había pronosticado, evidentemente lo reconocerían por revoltoso como criminal la suerte del gyojin no sería diferente pero tendría que apresurar su paso para un escape, aún estaba en condiciones para eso.
La fuerza que empleo para liberar su arma fue bastante y simplemente sorprendente aparentemente se iba a desquitar con su cola iniciando una serie de golpes en ella pero solo el primero sería efectivo, le dolió un poco pero interpuso su mano izquierda para bloquear rápidamente todos los impactos posteriores, también de un dolor leve en su armadura marina. Pero mientras hacía estos bloqueos se iba a desquitar por la perdida de tiempo. Eso decía para enojarse pero en el fondo se estaba divirtiendo como un hermano mayor con el menor, un muñeco de trapo. Liberaría una patada animal como si se tratara de un gol de campo en la entrepierna del humano, el dolor de esa zona haría llorar hasta al más viril de los gyojin, sabía que los humanos no eran tan diferentes y si eso era algo sucio era irrelevante, el solo se divertía dejando salir la fuerza e ira contra la humanidad, la distancia era bastante corta como para esquivar eso, quizas podría bloquear con el arma que luchaba con la cola pero su brazo detenía cualquier interferencia, al menos ese golpe sería algo memorable para el cocinero. Soltó una risa al escuchar que podía hablar, solo dijo la técnica a realizar pero fuer divertido por el momento, solo le encendía más, ya empezaba a ver la sangre, ese liquido que tanto le excitaba tanto en combate como en el amor.
Se agachaba un poco para dar un puñetazo más con la derecha en la boca del estomago y un gancho final hacía la barbilla con la intención absoluta de levantarlo del suelo al menos una distancia mayor a su altura, en caso de que fuese tan ligero como para irse lejos lo impediría con su cola que aunque había recibido algo de daño no pretendía soltar lo que había pescado. Pensaba que después de eso lo mataría y solo para saber en la posición que lo dejaría sobre el suelo le preguntaba -¿Cara o cruz?- sonreía un poco imaginando que era una moneda, un doblón de plata ensangrentado. El daño que fuese a recibir el humano llevaría su tiempo para recuperarse y el del gyojin también pero el calor del momento le permitía dar todo lo que tenía con suma felicidad. El diablo estaba orgulloso aunque aún no había redención solo quedaría muerte o una interrupción de la ley, que en ese estado, en caso de que se lo llevarán, el estado de una de sus piernas además del resto de su cuerpo era lamentable como había pronosticado, evidentemente lo reconocerían por revoltoso como criminal la suerte del gyojin no sería diferente pero tendría que apresurar su paso para un escape, aún estaba en condiciones para eso.
- OFF:
Golpes recibidos:
El daño de la cara aún duele u.u
1 golpe en la cola, 4 en la mano izquierda (mano pendiente del arma y de bloquearla o recibir más daño)
Golpes empleados:
Patada en la entrepierna
Golpe al estomago
Gancho a la mandíbula
Jalón con la cola en caso de que se vaya a alejar mucho con el gancho que lo mandaría a volar como un Mortal Kombat (?) (el 2 preferiblemente)
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Vie Jul 15, 2016 5:26 pm
Había puesto todo lo que tenía en mi último ataque, no me quedaba mucho más que ofrecer en aquella contienda. Pese a que logré azotar su cola, el molesto brazo de la mantaraya parecía siempre ponerse en medio, impidiendo así que mi pierna izquierda quedara finalmente libre. Forcejeé; me sentía un insecto atrapado en una red, sin escapatoria. Cuanto menos, no me había estrangulado. El castigo continuaría de todas formas, ya que el gyojin no se detendría a menos que algún tipo de milagro sucediese, o así lo veía yo. Vi como echaba la pierna hacia atrás, y el instinto de todo hombre era proteger primero sus partes nobles, por lo que alcé inmediatamente la pierna libre, la derecha, encogiéndome a la vez que cruzaba aquella extremidad de lado.
Mi bloqueo no me había salvado del bestial daño que era capaz de realizar Kuro, pero al menos aún no me había quedado estéril. Lo que sí, con la pierna derecha lastimada, y ya a punto de perder sensibilidad en la otra, apresada por la cola. Adolorido, pero con capacidad aún para defenderme como pudiera, plegué el sansetsukon, de modo que las tres barras del arma estuvieran compactas como si fueran una sola de más grosor. El golpe posterior que el gyojin arrojó contra mi abdomen logró ser levemente amortiguado gracias a que logré interponer las barras. El último ataque, un gancho ascendente, me dio de lleno.
Sentía como se me iban un poco las luces. Mi cuerpo quedó libre unos instantes, mientras manchas de sangre teñían el aire a mi alrededor, habiéndome reventado la boca aquel uppercut. Cuando caí presa una vez más de Kuro, tenía los ojos entrecerrados. Escuché su pregunta. Entendí que se divertía. No era rival para él... Bueno, si iba a morir, no iba a morir como una sabandija pataleando por unas bocanadas más de aire. Si era realmente el fin, quizá podría ver de nuevo a mis nakamas... Eso era prometedor.
Llevé una temblorosa mano a aferrar la cola del gyojin y apretarla con la fuerza que me quedaba. Sonreí levantando el rostro amoratado y ensangrentado, mirando a mi buen amigo Kuro.
— Eso suena... a algo que yo diría —dije, con ciertas dificultades— Maldito bastardo... robándome... diálogos tan geniales... —aumenté la fuerza con la que agarraba su cola, forzando mis límites, aunque no creía realmente ser capaz de soltarme a esas alturas.
De pronto, se escucharon pasos a lo lejos, moviéndose desde el final de la calle principal del pueblo donde estábamos. Los podía oír, eran muchos. Volteé la cara para tratar de ver quiénes eran. ¿Dónde se habría metido la pastelera? Kuro me había tenido tan ocupado que no había podido darle su merecido... El cocinero amputado parecía haber sido ingresado nuevamente al restaurante para vendarlo, supuse. Cuando distinguí que lo que se aproximaban eran los guardias del pueblo, con varias espadas desenvainadas, no supe si temer por ellos, por Kuro, o por mí. Ese chiste interno me hizo soltar una pequeña risa que no venía a cuento con mi situación.
Mi bloqueo no me había salvado del bestial daño que era capaz de realizar Kuro, pero al menos aún no me había quedado estéril. Lo que sí, con la pierna derecha lastimada, y ya a punto de perder sensibilidad en la otra, apresada por la cola. Adolorido, pero con capacidad aún para defenderme como pudiera, plegué el sansetsukon, de modo que las tres barras del arma estuvieran compactas como si fueran una sola de más grosor. El golpe posterior que el gyojin arrojó contra mi abdomen logró ser levemente amortiguado gracias a que logré interponer las barras. El último ataque, un gancho ascendente, me dio de lleno.
Sentía como se me iban un poco las luces. Mi cuerpo quedó libre unos instantes, mientras manchas de sangre teñían el aire a mi alrededor, habiéndome reventado la boca aquel uppercut. Cuando caí presa una vez más de Kuro, tenía los ojos entrecerrados. Escuché su pregunta. Entendí que se divertía. No era rival para él... Bueno, si iba a morir, no iba a morir como una sabandija pataleando por unas bocanadas más de aire. Si era realmente el fin, quizá podría ver de nuevo a mis nakamas... Eso era prometedor.
Llevé una temblorosa mano a aferrar la cola del gyojin y apretarla con la fuerza que me quedaba. Sonreí levantando el rostro amoratado y ensangrentado, mirando a mi buen amigo Kuro.
— Eso suena... a algo que yo diría —dije, con ciertas dificultades— Maldito bastardo... robándome... diálogos tan geniales... —aumenté la fuerza con la que agarraba su cola, forzando mis límites, aunque no creía realmente ser capaz de soltarme a esas alturas.
De pronto, se escucharon pasos a lo lejos, moviéndose desde el final de la calle principal del pueblo donde estábamos. Los podía oír, eran muchos. Volteé la cara para tratar de ver quiénes eran. ¿Dónde se habría metido la pastelera? Kuro me había tenido tan ocupado que no había podido darle su merecido... El cocinero amputado parecía haber sido ingresado nuevamente al restaurante para vendarlo, supuse. Cuando distinguí que lo que se aproximaban eran los guardias del pueblo, con varias espadas desenvainadas, no supe si temer por ellos, por Kuro, o por mí. Ese chiste interno me hizo soltar una pequeña risa que no venía a cuento con mi situación.
- Acciones realizadas:
- - Interponer pierna derecha para cubrir patada a la entrepierna. Daño leve a la pierna derecha. Aún puede caminar con el estado actual de sus piernas, pero correría cojeando.
- Amortiguar golpe al abdomen con el sansetsukon.
- Quedar medio mareado por el uppercut a lo Mortal Kombat.
- Hacer el payaso.
- En reposo:
- - Ryūsandan Sutetchi: 1/2
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Sáb Jul 16, 2016 6:31 pm
El patético humano era más necio hasta hartar pero ya el hambre era optima como para pensar en entrar al restaurante, el ejercicio que el bastardo que había alcanzado a hacerme sentir dolor había provocado bastante enojo. Desde el agarre que le tenía de la pierna y viendo como se acercaban más humanos de los que pretendía atender antes de la comida preferí arremeter el cuerpo del albino contra el sueño, con la intención de dejarlo bocabajo para delicadamente y tratando de no dañar más el abrigo, en el fondo me interesaba una mierda pero era solo para humillarle antes de irme, solo por un motivo no lo mataría. Jale del abrigo viendo como el que bien bien podía ser un cadáver presentaba la resistencia que quisiera, sin trataba de impedirlo usaría más fuerza. Cabe destacar que rápidamente había puesto mi pierna sobre el trasero solo para presionarle las bolas contra el suelo e impedirle hacer algo más estúpido cuando para mi gusto ya todo había acabado con él.
Una vez con la blanca prenda en mi poder, al fin, lo lanzaría contra los estúpidos uniformados que se acercaban, como si fuese un costal -Vive y mata algunos humanos copito, con lo del "dialogo genial" me conformo, por ahora, puede ser que te dañe la cabeza y no me di cuenta.- le decía en la mientras el cuerpo volaba del tal Rida esperaba impactar a los idiotas que llegaban para no hacer nada más que mirar -Esta noche soy un ente benevolente, considérate un milagro con patas, en todo lo que vivas no olvides pensar y agradecer al mar siempre que lo veas, piensa en mi- la media luna que se dibujaba en el rostro del gyojin era absolutamente honesto.
La endemoniada pastelera probablemente ya no estaba cerca, solo había causado estragos. Shinkai arraso hacía el restaurante, en la puerta entraría evitando a todos los que estaban allí, al que se opusiera. Tenía algo de tiempo mientras todos esos armados llegaran. Una vez adentro y enrollando parte del abrigo en mi cola amenazaría a una pareja para que me diese unas joyas que se veían valiosas para el mercado y a otro tipo de bigote gris que portaba un maletín. Toda la gente estaba horrorizada durante esos instantes. Los guardias aparecerían en la puerta justo antes de que la diabólica figura entrara a la cocina. Tomaría una gran cazuela que llenaría de ingredientes, noquearía a los dos cocineros, uno era gordo y con cara de papa. Probablemente ese fue el que me pude haber comido. Todo se había arruinado pero no había salido tan mal, fue un día de diversión.
Saldría por la única ventana de la cocina, vidrios rotos que me molestarían casi tanto como ese estúpido humano que por un arrebato momentáneo deje vivo, tenía una pizca de maldad dentro de él o algún ancestro de otra raza que me hiciese dudar. Escapaba de la ley solo por el hambre y porque sabía que me quitarían tiempo, que quería aprovechar para comer lo más pronto posible. Mi cola cargaba demasiadas cosas cada ala portaba cosas dentro, en mis manos lo robado y el único platillo que estaba terminado dentro de la cocina.
Una vez con la blanca prenda en mi poder, al fin, lo lanzaría contra los estúpidos uniformados que se acercaban, como si fuese un costal -Vive y mata algunos humanos copito, con lo del "dialogo genial" me conformo, por ahora, puede ser que te dañe la cabeza y no me di cuenta.- le decía en la mientras el cuerpo volaba del tal Rida esperaba impactar a los idiotas que llegaban para no hacer nada más que mirar -Esta noche soy un ente benevolente, considérate un milagro con patas, en todo lo que vivas no olvides pensar y agradecer al mar siempre que lo veas, piensa en mi- la media luna que se dibujaba en el rostro del gyojin era absolutamente honesto.
La endemoniada pastelera probablemente ya no estaba cerca, solo había causado estragos. Shinkai arraso hacía el restaurante, en la puerta entraría evitando a todos los que estaban allí, al que se opusiera. Tenía algo de tiempo mientras todos esos armados llegaran. Una vez adentro y enrollando parte del abrigo en mi cola amenazaría a una pareja para que me diese unas joyas que se veían valiosas para el mercado y a otro tipo de bigote gris que portaba un maletín. Toda la gente estaba horrorizada durante esos instantes. Los guardias aparecerían en la puerta justo antes de que la diabólica figura entrara a la cocina. Tomaría una gran cazuela que llenaría de ingredientes, noquearía a los dos cocineros, uno era gordo y con cara de papa. Probablemente ese fue el que me pude haber comido. Todo se había arruinado pero no había salido tan mal, fue un día de diversión.
Saldría por la única ventana de la cocina, vidrios rotos que me molestarían casi tanto como ese estúpido humano que por un arrebato momentáneo deje vivo, tenía una pizca de maldad dentro de él o algún ancestro de otra raza que me hiciese dudar. Escapaba de la ley solo por el hambre y porque sabía que me quitarían tiempo, que quería aprovechar para comer lo más pronto posible. Mi cola cargaba demasiadas cosas cada ala portaba cosas dentro, en mis manos lo robado y el único platillo que estaba terminado dentro de la cocina.
- OFF:
Estas vivo solo por ser pasado y porque ocupo una explicación para dejarte de esa forma, reza todas las noches >:v
( xD me encanta ser malo maloso)
PD: Sorry porque hice un mix raro de primera y tercera persona. Venía de postear con el pj que uso en primera y se me hizo un cruce.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Dom Jul 17, 2016 2:20 pm
Bajo la cruel noche nos hallábamos; mi cuerpo magullado y mi rostro ensangrentado aún sujetos por el gran gyojin. Sus alas bien podrían representar al ángel mismo de la muerte. El vaho de nuestros alientos se apreciaba debido al frío que nos arropaba. Cuando menos, ya no estábamos solos. Múltiples guardias venían aproximándose para poner un paro a aquel combate que ya había generado víctimas heridas de gravedad. Aguantando el dolor, mis últimos intentos por zafarme quedaron sepultados bajo el golpe final de Kuro que puso fin a la contienda. Cogió mi cuerpo como si fuera un muñeco y lo asestó contra el piso. Me golpeé de frente la cara, el torso, ambas piernas... todo. Se me cortó la respiración unos instantes. Estuve a punto de quedar inconsciente.
Temblando un poco, sentí como el gyojin se disponía a extraer el abrigo blanco que antes había tomado del viejo comensal que salía del restaurante. No podía detenerlo, no me quedaban fuerzas. Apenas me alcanzaba para proferir unos quejidos leves. Aún en mi estado, decidió presionarme con un pie contra el suelo, impidiendo cualquier potencial acción. Probablemente era lo suficientemente estúpido para intentarla, si mi cuerpo me dejase, claro estaba. Por los momentos, estaba muy maltratado como para ponerme a pelear. Necesitaba recuperar el aliento... si es que la mantaraya me dejaba, claro.
No pareció suficiente con lo anterior. En un momento me vi volando en dirección a los guardias, cayendo y rodando varias veces por el suelo cubierto de nieve. Las palabras que el gyojin me dirigió eran de superioridad absoluta. Cómo hubiera deseado en ese momento ser más fuerte para callar su boca, pero hasta allí había llegado la pelea; el que no me hubiera matado ya era mucho. Por un momento, creí que en verdad lo haría. Estaba muy tocado y no tenía fuerzas para levantarme. Escuché un revuelo de puertas abiertas y gritos. Kuro asaltaba el restaurante. No había podido evitarlo al final, y un cocinero había perdido sus manos. Qué crimen tan atroz se había suscitado en la Isla Minion esa noche... Malditos piratas bastardos. Claro, yo también lo era, pero estos dos con los que me había topado eran varias veces peores.
Lo próximo que supe fue que algunos ciudadanos llamaban a un médico para atender a los heridos, incluyéndome. Seguramente, al ver la paliza que me había dado el gyojin, no se les habría ocurrido pensar que también era un pirata, y no venía a cuento. Al final, era yo quien había intentado detener a Kuro, y había fallado, pero mis intenciones quizá fueran recordadas por algunos en esa isla.
Temblando un poco, sentí como el gyojin se disponía a extraer el abrigo blanco que antes había tomado del viejo comensal que salía del restaurante. No podía detenerlo, no me quedaban fuerzas. Apenas me alcanzaba para proferir unos quejidos leves. Aún en mi estado, decidió presionarme con un pie contra el suelo, impidiendo cualquier potencial acción. Probablemente era lo suficientemente estúpido para intentarla, si mi cuerpo me dejase, claro estaba. Por los momentos, estaba muy maltratado como para ponerme a pelear. Necesitaba recuperar el aliento... si es que la mantaraya me dejaba, claro.
No pareció suficiente con lo anterior. En un momento me vi volando en dirección a los guardias, cayendo y rodando varias veces por el suelo cubierto de nieve. Las palabras que el gyojin me dirigió eran de superioridad absoluta. Cómo hubiera deseado en ese momento ser más fuerte para callar su boca, pero hasta allí había llegado la pelea; el que no me hubiera matado ya era mucho. Por un momento, creí que en verdad lo haría. Estaba muy tocado y no tenía fuerzas para levantarme. Escuché un revuelo de puertas abiertas y gritos. Kuro asaltaba el restaurante. No había podido evitarlo al final, y un cocinero había perdido sus manos. Qué crimen tan atroz se había suscitado en la Isla Minion esa noche... Malditos piratas bastardos. Claro, yo también lo era, pero estos dos con los que me había topado eran varias veces peores.
Lo próximo que supe fue que algunos ciudadanos llamaban a un médico para atender a los heridos, incluyéndome. Seguramente, al ver la paliza que me había dado el gyojin, no se les habría ocurrido pensar que también era un pirata, y no venía a cuento. Al final, era yo quien había intentado detener a Kuro, y había fallado, pero mis intenciones quizá fueran recordadas por algunos en esa isla.
- Spoiler:
- Nos volveremos a encontrar, mantarayo pestilente
Rida Sarwick
Hoja de personaje
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Haki:
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