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Creado por L.i.l.y Mar Ago 16, 2016 12:14 pm
Ya había pasado un tiempo desde que el grupo de cazadores se había dividido para revisar y limpiar cada una de las respectivas áreas donde podrían encontrarse con los piratas que habían estado asolando el pueblo de Gosa, los pocos habitantes de la locación se encontraban bastante estresados por cuál sería el resultado de aquel encuentro y si podrían llegar a reencontrarse con la paz y tranquilidad que había desaparecido con la aparición de aquel grupo de malvivientes.
Una figura arrastrando una bolsa de tela ensangrentada fue la primera en regresar, era la cazadora de recompensas que ya había estado allí en el pasado y que se había ahuyentado la vez anterior a los barbaros que se encontraban cerca, aunque se había ido con una capa y un aspecto confiado regresaba arrastrando aquella bolsa de tela la cual en realidad era su capa, enrojecida por la sangre mientras que sostenía el costado izquierdo de su cuerpo, cuando llego al pueblo se vio rodeada de personas bienintencionadas -Aquí hay lo que queda de uno... que no lo vean los niños- dijo entregando el saco al alcalde que se llevaría dicho saco improvisado.
La fémina comenzó a hablar vía den den mushi, ya había realizado varios trabajos para la marina así que era normal que tuviera el contacto de varios de ellos tanto agentes de campo como miembros del área administrativa donde se hablaba de las colaboraciones marine-cazadores, estaba contactando para que le enviaran un medico altamente cualificado, era una favor que estaba pidiendo sin embargo estaba lista para pagar una más que respetable suma de dinero para el medico que enviaran y por supuesto al hombre de administración que le enviara.
Uno de los habitantes trajo una silla para que la cazadora se pudiera sentar a esperar la llegada de la persona que enviarían sus contactos y el regresos de sus aliados cazadores, normalmente hubiera ido ella misma a buscarlos, sin embargo aquellas costillas rotas no eran algo con lo cual la veterana de Goa estuviera dispuesta a arriesgarse de caer en una emboscada, maldecía para sus adentros el hecho de que no se hubiera cerciorado de que todos sus aliados tuvieran un Den Den mushi con el cual comunicarse, apenas cobraran las recompensas les obligaría a todos a comprar uno.
Una figura arrastrando una bolsa de tela ensangrentada fue la primera en regresar, era la cazadora de recompensas que ya había estado allí en el pasado y que se había ahuyentado la vez anterior a los barbaros que se encontraban cerca, aunque se había ido con una capa y un aspecto confiado regresaba arrastrando aquella bolsa de tela la cual en realidad era su capa, enrojecida por la sangre mientras que sostenía el costado izquierdo de su cuerpo, cuando llego al pueblo se vio rodeada de personas bienintencionadas -Aquí hay lo que queda de uno... que no lo vean los niños- dijo entregando el saco al alcalde que se llevaría dicho saco improvisado.
La fémina comenzó a hablar vía den den mushi, ya había realizado varios trabajos para la marina así que era normal que tuviera el contacto de varios de ellos tanto agentes de campo como miembros del área administrativa donde se hablaba de las colaboraciones marine-cazadores, estaba contactando para que le enviaran un medico altamente cualificado, era una favor que estaba pidiendo sin embargo estaba lista para pagar una más que respetable suma de dinero para el medico que enviaran y por supuesto al hombre de administración que le enviara.
Uno de los habitantes trajo una silla para que la cazadora se pudiera sentar a esperar la llegada de la persona que enviarían sus contactos y el regresos de sus aliados cazadores, normalmente hubiera ido ella misma a buscarlos, sin embargo aquellas costillas rotas no eran algo con lo cual la veterana de Goa estuviera dispuesta a arriesgarse de caer en una emboscada, maldecía para sus adentros el hecho de que no se hubiera cerciorado de que todos sus aliados tuvieran un Den Den mushi con el cual comunicarse, apenas cobraran las recompensas les obligaría a todos a comprar uno.
L.i.l.y
Hoja de personaje
Nivel:
(22/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Übel Blatt Mar Ago 16, 2016 3:40 pm
El pequeño Übel arrastraba dos cuerpos de mayor tamaño, de no ser una máquina probablemente minutos atrás habría quedado paralizado por el desgaste además de que poco a poco llegaban a un limite energético cercano a la hibernación del sistema. Avanzaba cargando a Lexy que parecía seguir inconsciente con su mano derecha, la más sana la sostenía de su hombro mientras esta mantenía los pies en el suelo y avanzaba junto a él casi a pasos provocados por la diferencia de altura. En su otra mano llevaba jalando consigo y sujeto tanto desde el cabello como desde un amarre improvisado que hizo con su capa al pirata capturado, Buffaloman, inconsciente y lo suficientemente herido como para estar vislumbrando el fin de su vida.
Camianaba hacía el único punto que esperaba encontrar a alguien, el pequeño pueblo al que habían llegado. Lexy sin duda necesitaba atención médica, su estado estaba a tan solo heridas abiertas de ser similar al del malhechor del la zona y por otro lado el rubio no se quedaba atrás pese a que por suerte podía seguir. Por su voluntad imperecedera, por sus ultimas dotaciones de energía y de voluntad. El camino era largo y difícil, cada paso implicaba muchos más al no ver la cercanías del pueblo. Por momentos decía -Lexy... Lexy... ¿Sigues conmigo?- solo esperaba una respuesta para que le diese energía, la veía respirar pero realizar ese trecho solo era un martirio para el pequeño. Pensaba en una tonada alegre, un cántico de victoria que aún no podía cantar, aún no estaba seguro.
La ojos rojos miraba con un brillo apagado y un parpado a medio cerrar, estaba en mitad del campo, no alcanzaba a divisar la entrada probablemente, no podía seguir mucho más así pero la meta estaba próxima. Estaba a pasos de tratar de buscar a sus amigas o eso esperaba, ni siquiera sabía hacia donde ir. Se imaginaba llegando al centro del pueblo, donde había hablado con el alcalde y esperar ahí, esperar por ayuda de alguien del pueblo, habían derrotado a uno de los bandidos que los atemorizaban, esperaba algo de gratitud aunque no confiase mucho en las personas, aunque por momentos pensará en que podría aparecer un bandido compañero de este y darle un golpe que no podría esquivar. Pero en ese momento una mano mano amiga aparecería para aliviarle la carga.
A duras penas llegaba al lugar, caminando acompañado y con ayuda mientras mientras cantaba para ubicar a su One-chan. Empezaría a cantar la canción en la que pensaba "Relief und Olivenbäumen", era una plegaría para que fuese escuchada por una mano amiga. Cantaba -
Seguía mientras le durara la energía que poseía, mientras, alguien le escuchara y se acercara.
Camianaba hacía el único punto que esperaba encontrar a alguien, el pequeño pueblo al que habían llegado. Lexy sin duda necesitaba atención médica, su estado estaba a tan solo heridas abiertas de ser similar al del malhechor del la zona y por otro lado el rubio no se quedaba atrás pese a que por suerte podía seguir. Por su voluntad imperecedera, por sus ultimas dotaciones de energía y de voluntad. El camino era largo y difícil, cada paso implicaba muchos más al no ver la cercanías del pueblo. Por momentos decía -Lexy... Lexy... ¿Sigues conmigo?- solo esperaba una respuesta para que le diese energía, la veía respirar pero realizar ese trecho solo era un martirio para el pequeño. Pensaba en una tonada alegre, un cántico de victoria que aún no podía cantar, aún no estaba seguro.
La ojos rojos miraba con un brillo apagado y un parpado a medio cerrar, estaba en mitad del campo, no alcanzaba a divisar la entrada probablemente, no podía seguir mucho más así pero la meta estaba próxima. Estaba a pasos de tratar de buscar a sus amigas o eso esperaba, ni siquiera sabía hacia donde ir. Se imaginaba llegando al centro del pueblo, donde había hablado con el alcalde y esperar ahí, esperar por ayuda de alguien del pueblo, habían derrotado a uno de los bandidos que los atemorizaban, esperaba algo de gratitud aunque no confiase mucho en las personas, aunque por momentos pensará en que podría aparecer un bandido compañero de este y darle un golpe que no podría esquivar. Pero en ese momento una mano mano amiga aparecería para aliviarle la carga.
A duras penas llegaba al lugar, caminando acompañado y con ayuda mientras mientras cantaba para ubicar a su One-chan. Empezaría a cantar la canción en la que pensaba "Relief und Olivenbäumen", era una plegaría para que fuese escuchada por una mano amiga. Cantaba -
This land, This land, Übel alles
Übel alles in der Welt
Wenn es steht zun Schutz und Trotze
Brüderlich zusammen hält
Von der Maas bis an die Memel
Von der Etsch bis an den Belt
This land, This land, Übel alles
Übel alles in der Welt...-
Übel alles in der Welt
Wenn es steht zun Schutz und Trotze
Brüderlich zusammen hält
Von der Maas bis an die Memel
Von der Etsch bis an den Belt
This land, This land, Übel alles
Übel alles in der Welt...-
Seguía mientras le durara la energía que poseía, mientras, alguien le escuchara y se acercara.
- OFF:
Relief und Olivenbäumen: Canción de alivios y olivos de melodía angelical, Übel la canta con pasión y amor por la vida dando su alma en cada estrofa, es hermosa y ayuda a apaciguar, al escucharla llega al alma y al corazón le llena una bendición. Calma a las personas heridas sin ningún efecto más que distraerse un poco del dolor.
Última edición por Übel Blatt el Miér Ago 17, 2016 12:21 am, editado 2 veces
Übel Blatt
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Ruiko Saten Mar Ago 16, 2016 6:39 pm
La pelea con la pirata había acabado y Ruiko se tomo unos minutos para reponerse. Camino unos pasos para tomar su bate. Lo doblo dejando las dos mitades paralelas guardándolo en la pequeña correa que tenia su cinturón en el lado trasero. Luego fue en busca del hacha de Ilerene. La única prueba de que había logrado que la pirata se fuera del lugar aunque sabia que había fallado porque no la había capturado. Luego de la adrenalina del combate se ponía a pensar fríamente. *Aunque me den ganas de dejarlos ir porque me divierto no tengo que hacerlo mas. Sino nunca cobrare un berrie.*
Puso su hacha en el cinturón también el cual se bajo un poco. Tuvo que ajustarlo un poco mas porque sino lo perdería en el camino. Desato las vendas que tenia en su brazo y torpemente las uso para tapar sus pechos los cuales estaban expuestos. Termino dándole un par de vueltas y haciendo un nudo adelante el cual se notaba que estaba hecho con dificultad. Por ultimo agarro la parte que le había sido amputada. Esa mano izquierda metálica que suplantaba su ya perdida extremidad. -Bueno. Solo me queda confiar en los demás aunque estoy algo preocupada por la blancanieves y el peque. No dudo de sus habilidades pero no siempre es fácil trabajar en equipo.- se decía a si misma mientras emprendía un ligero trote alternado cada unos minutos con un corto vuelo.
Paso un buen rato hasta que Ruiko llego a los bordes del campo. Vio a lo lejos una gran figura moverse. Al principio se empezó a acercar lentamente aunque al acercarse unos metros noto que se trataba del pequeño Ubel. Corrió en ese momento hasta el pero cuando casi llego noto el estado tanto de Lexy como de Ubel. -Tranquilo pequeño. Ya llegue para ayudarte.- dijo con una sonrisa de admiración y felicitaciones. El pequeño aun exhausto no había dejado atrás a su compañera herida. Eso lo hacia una gran persona digna de confianza. La pelinegro agarro a Lexi con su mano sana y usando los dos brazos la llevo en posición de princesa. Luego miro a Ubel. -Intenta atar esas riendas a mi cintura. Asi llevaremos entre los dos a ese sujeto.- digo tranquila esperando que Ubel termine de hacerlo.
Un rato después llegaron a la entrada de la ciudad. Al entrar se lograba ver a Lily sentada en una silla al parecer esperándolos. -Mira Ubel. Tu one-chan esta aquí también.- dice la pelinegro con una sonrisa. Al llegar al lado de Lily bajo suavemente a Lexy al suelo. -Necesita atención medica.- dice firme aunque las ultimas palabras fueron algo entrecortadas debido aunque el corte en su pecho aunque no era profundo le dolía un poco. Tampoco se había cerrado dado que no había dejado de moverse así que todavía sangraba un poco. Pero obviamente su herida era de mucho menos cuidado que las de Lexy.
En ese momento los pensamientos de que Lexy tuviera un brazo cibernético le importaban poco. Luego lo arreglaría. Lo importante ahora era que su parte biológica sanara.
Puso su hacha en el cinturón también el cual se bajo un poco. Tuvo que ajustarlo un poco mas porque sino lo perdería en el camino. Desato las vendas que tenia en su brazo y torpemente las uso para tapar sus pechos los cuales estaban expuestos. Termino dándole un par de vueltas y haciendo un nudo adelante el cual se notaba que estaba hecho con dificultad. Por ultimo agarro la parte que le había sido amputada. Esa mano izquierda metálica que suplantaba su ya perdida extremidad. -Bueno. Solo me queda confiar en los demás aunque estoy algo preocupada por la blancanieves y el peque. No dudo de sus habilidades pero no siempre es fácil trabajar en equipo.- se decía a si misma mientras emprendía un ligero trote alternado cada unos minutos con un corto vuelo.
Paso un buen rato hasta que Ruiko llego a los bordes del campo. Vio a lo lejos una gran figura moverse. Al principio se empezó a acercar lentamente aunque al acercarse unos metros noto que se trataba del pequeño Ubel. Corrió en ese momento hasta el pero cuando casi llego noto el estado tanto de Lexy como de Ubel. -Tranquilo pequeño. Ya llegue para ayudarte.- dijo con una sonrisa de admiración y felicitaciones. El pequeño aun exhausto no había dejado atrás a su compañera herida. Eso lo hacia una gran persona digna de confianza. La pelinegro agarro a Lexi con su mano sana y usando los dos brazos la llevo en posición de princesa. Luego miro a Ubel. -Intenta atar esas riendas a mi cintura. Asi llevaremos entre los dos a ese sujeto.- digo tranquila esperando que Ubel termine de hacerlo.
Un rato después llegaron a la entrada de la ciudad. Al entrar se lograba ver a Lily sentada en una silla al parecer esperándolos. -Mira Ubel. Tu one-chan esta aquí también.- dice la pelinegro con una sonrisa. Al llegar al lado de Lily bajo suavemente a Lexy al suelo. -Necesita atención medica.- dice firme aunque las ultimas palabras fueron algo entrecortadas debido aunque el corte en su pecho aunque no era profundo le dolía un poco. Tampoco se había cerrado dado que no había dejado de moverse así que todavía sangraba un poco. Pero obviamente su herida era de mucho menos cuidado que las de Lexy.
En ese momento los pensamientos de que Lexy tuviera un brazo cibernético le importaban poco. Luego lo arreglaría. Lo importante ahora era que su parte biológica sanara.
Ruiko Saten
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Yang Vie Ago 26, 2016 8:27 pm
La orden había sido dada al fin: ésta sería la primera misión que tendría para demostrar mis habilidades y lo que he aprendido desde que llegué aquí. He pasado los últimos dos meses tanto tiempo en una oficina que casi he olvidado el color del mar, su insistente aroma y además de eso... "Ya ya, déjate de nimiedades y concéntrate. Por lo que dijo tu superior esta no es una misión sencilla. Ni se te ocurra retractarte a medio camino, sabes lo difícil que es que nos den misiones. O bueno, a ti" ... las habladurías e insultos de Yang. Casi me hace desear no haber aceptado la misión para que siguiera durmiendo pero a lo hecho, pecho. O así iba el dicho. No tiene caso quejarse pues de nada sirve, y menos cuando tengo cosas mejores en las qué concentrarme; el lugar al que me dirigía sería nuevo para mí, pues East Blue no era un mar en el que me hubiera gustado navegar por mucho tiempo... traía malos recuerdo, recuerdos de otra vida, otra época y cuerpo
"Ya vas a empezar con tu humanidad. Querida Izayoi, ya no eres humana, eres una máquina. Y has tenido años para hacerte a la idea así que olvídate de la lástima y enfócate en tu misión. Mira ya casi llegamos" Yang tenía razón: podía ver la isla a la distancia, y aunque había poca neblina rodeándola no podía negar que se veía pacífica, aunque todo podía ser una trampa. Se me instruyó que apenas llegara debía ir directo a cierto poblado de ahí encargarme de mi misión y eso haría sin más tardanza ya que lo último que quería era fallar. Mientras avanzaba hacia el poblado Yang permanecía igual que yo, alerta y ansiosa por lo que nos fuéramos a encontrar, la verdad es que... estaba nerviosa. Cuanto más nos acercábamos me daba cuenta del tumulto y la multitud en torno a un agotado trío de lo que suponía eran... Oh, dios mío. Corrí lo más rápido apartando a la gente que ya sea morbo o preocupación seguían en torno a los que ahora eran mis pacientes. Había que dar órdenes, y pronto "Esto será interesante" convino mi gemela molesta en lo que yo intentaba acercarme lo más posible
-¡Abran paso! He venido por petición de la Marina a atender estas personas. Necesitaré un medio de transporte para llevarlos a todos a unas instalaciones más apropiadas y comenzar el tratamiento ¡Por favor, lo más rápido que se pueda!- eché una mirada. Al menos dos de ellos podrían resistir un poco más, pero la tercera... debía hacer algo pronto o su vida peligraría en mayor medida de lo que podía hacer. No hubo comentarios de Yang, ni uno solo y se lo agradecí. Necesitaba pensar, y con ella estorbando sería imposible -¿Alguien más necesita atención?- pregunté a la pelinegra de las costillas fracturadas, lo sabía por la forma en que se presionaba el costado. El más pequeño necesitaba recostarse también... -Pronto se sentirán mejor, lo prometo-
Yang
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por L.i.l.y Lun Ago 29, 2016 5:37 pm
La buena voluntad de los pobladores de Gosa era algo rebosante y desbordante, era poca gente si se lo compara con otras aldeas, normal, habían padecido varias desgracias y por eso mismo el ver a aquella persona que había acudido en su ayuda no una, sino dos veces era normal que quisieran estar allí para ella, en el momento que Übell y Saten regresaron cargando a Lexi y arrastrando a un hombre desconocido se convirtieron en el segundo foco de atención, la gente no podía hacer mucho más allá de escucharlos y encerrar en donde podían al encadenado hombre inconsciente que era identificado como uno de los individuos que habían estado aterrando a los locales.
En el momento que la cazadora de cabello color azabache vio que Übel aunque no en sus mejores condiciones, regresaba al lugar sonrió, parecía ser que las otras dos cazadoras también habían regresado aunque no en las mejores condiciones, ya había pasado una respetable cantidad de tiempo desde la llamada vía den den mushi realizada por la cazadora más veterana del grupo cuando una persona desconocida llego al pueblo, la enviada de parte de la marina había llegado, no se trataba de ninguno de los conocidos de Lily pero seguía tratándose de un aliado y con eso ella se daba por satisfecha.
-Venga, llévenlos a la que era la casa del médico local, seguramente allí podrás atendernos... Soy Lily- con ayuda de un par de hombres locales y el alcalde el grupo de cazadores sería trasladado a lo más cercano a una instalación medica dentro del pequeño pueblo, una vez hecho eso el alcalde se ocuparía de mantener a los chismosos lejos para que la médica pudiera comenzar a trabajar en el tratamiento de los heridos con tranquilidad.
En el momento que la cazadora de cabello color azabache vio que Übel aunque no en sus mejores condiciones, regresaba al lugar sonrió, parecía ser que las otras dos cazadoras también habían regresado aunque no en las mejores condiciones, ya había pasado una respetable cantidad de tiempo desde la llamada vía den den mushi realizada por la cazadora más veterana del grupo cuando una persona desconocida llego al pueblo, la enviada de parte de la marina había llegado, no se trataba de ninguno de los conocidos de Lily pero seguía tratándose de un aliado y con eso ella se daba por satisfecha.
-Venga, llévenlos a la que era la casa del médico local, seguramente allí podrás atendernos... Soy Lily- con ayuda de un par de hombres locales y el alcalde el grupo de cazadores sería trasladado a lo más cercano a una instalación medica dentro del pequeño pueblo, una vez hecho eso el alcalde se ocuparía de mantener a los chismosos lejos para que la médica pudiera comenzar a trabajar en el tratamiento de los heridos con tranquilidad.
L.i.l.y
Hoja de personaje
Nivel:
(22/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ruiko Saten Lun Ago 29, 2016 6:12 pm
Luego de dejar a Lexy en el suelo la pelinegro mira a Ubel para ver si no tenia alguna lastimadura que no haya visto antes. Al parecer solo estaba agotado así que Saten suspiro aliviada. Luego se levanto para ver el estado de Lily la cual se tomaba las costillas. Al parecer la amputación de su mano mecánica era el menor daño recibido por el grupo. Quien lo diría que una amputación podría llegar a ser tan superficial comparándola al estado de sus compañeros. Luego escucho que una medica pedía que se abriera el paso así que se alejo de la blancanieves, apodo que le había dado a Lexy, para darle lugar y agarro a Ubel al cual lo notaba muy agotado. -Tranquilo pequeño. Lo hiciste muy bien. Ahora déjame ser tu soporte.- dijo tranquila pero con una sonrisa. Luego miro a Lily preocupada por el daño latente que demostraba sobre su costado. -Necesitas ayuda Lily?- pregunto tranquila ofreciendo su ayuda a la pelinegro de semblante serio aunque no podía imaginarse contra que se habían enfrentado sus compañeros para terminal en tal estado. Sea cual fuera la respuesta seguiría a la medica y otras personas que llevarían a Lexy a lo que era la clínica del pueblo. Idea dada por la joven cazadora Lily la cual demostraba que conocía este lugar muy bien como ya nos había comentado. Luego miro a la medica contestando su pregunta de si alguien mas estaba herido. -Yo tengo un leve corte en el pecho pero nada profundo un moretón e el brazo izquierdo pero nada urgente. Prefiero que atiendas a mis compañeros antes.- dijo la cazadora decidida. Realmente estaba preocupada por el estado de Lexy y de Lily. No le extrañaría que Lily tuviera mas daño del que demostraba pero como no la conocía lo suficiente no podía estar segura. Igual Lily debía ser atendida con mas urgencia que ella
Ruiko Saten
Hoja de personaje
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Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Lexi Henrietta Miér Ago 31, 2016 10:07 am
Estaba soñando.
Una gran cubierta bien cuidada, velas azotadas por el viento, aroma de fuertes licores mezclados y un bullicio incomparable. Estaba muy acostumbrada a ese ambiente, y al mismo tiempo cansada de él. Solo que no lo había entendido hasta ahora. Tras volver a nacer como cyborg, era claro. Había perdido el ojo derecho, mas el sentimiento era contrario. En realidad acababa de abrir los ojos, y esa nueva visión artificial era más real que la orgánica. Esa era mi verdadero yo, la Henrietta que se había escondido por tanto tiempo en el interior de un cuerpo humano que la retenía. Fue ahí, en esa cubierta rodeada de apestosos piratas, que decidí mi camino. Y me rebelé. Me convertí en cazarrecompensas. La cazadora que sería el único y legendario Cyborg Perfecto.
Empecé a abrir los ojos poco a poco, recuperando los sentidos. ¿Qué... mierda había pasado? No entendía nada, salvo que me dolía todo el cuerpo a horrores. Sí, el dolor volvió antes que la memoria, pero esta siempre regresa justo después. Un puñetazo bestial, mi brazo oprimiéndose contra mi torso, el claro sonido que hacían los huesos al romperse, ¿cuántos tenía rotos? Solo un diagnóstico médico lo diría. Intenté mover el brazo mecánico, el cual apenas reaccionó, flexionando ligeramente la articulación del codo. Averiado... tenía que repararlo cuanto antes. Sin ese brazo, no era nadie.
Cuando pude enfocar bien la vista, reconocí algunos rostros, danzando a mi alrededor, velando por mi. Súbitamente, otra remembranza martilleó mi subconsciente. En aquel barco pirata, había despertado en un estado mucho peor, y pese a haber anhelado que mis nakamas estuvieran junto a mi lecho, esperando a que volviera en mí, había despertado sola, en un cuarto oscuro.
Mi vida había cambiado desde entonces, ¿eh?
— Übel... Marin... Lily... —balbuceé, girando levemente la cabeza para distinguirlos a todos. ¿Había sido yo la única que se había desmayado tras su combate?— P-perdón por... haber sido una carga... Debo ser... más fuerte —fue lo primero que dije, porque era lo único en que podía pensar ahora mismo. No había sido honorable haber perdido la consciencia, tuve que haber resistido y apoyado a Übel. Inaceptable. No se repetiría.
Una gran cubierta bien cuidada, velas azotadas por el viento, aroma de fuertes licores mezclados y un bullicio incomparable. Estaba muy acostumbrada a ese ambiente, y al mismo tiempo cansada de él. Solo que no lo había entendido hasta ahora. Tras volver a nacer como cyborg, era claro. Había perdido el ojo derecho, mas el sentimiento era contrario. En realidad acababa de abrir los ojos, y esa nueva visión artificial era más real que la orgánica. Esa era mi verdadero yo, la Henrietta que se había escondido por tanto tiempo en el interior de un cuerpo humano que la retenía. Fue ahí, en esa cubierta rodeada de apestosos piratas, que decidí mi camino. Y me rebelé. Me convertí en cazarrecompensas. La cazadora que sería el único y legendario Cyborg Perfecto.
Empecé a abrir los ojos poco a poco, recuperando los sentidos. ¿Qué... mierda había pasado? No entendía nada, salvo que me dolía todo el cuerpo a horrores. Sí, el dolor volvió antes que la memoria, pero esta siempre regresa justo después. Un puñetazo bestial, mi brazo oprimiéndose contra mi torso, el claro sonido que hacían los huesos al romperse, ¿cuántos tenía rotos? Solo un diagnóstico médico lo diría. Intenté mover el brazo mecánico, el cual apenas reaccionó, flexionando ligeramente la articulación del codo. Averiado... tenía que repararlo cuanto antes. Sin ese brazo, no era nadie.
Cuando pude enfocar bien la vista, reconocí algunos rostros, danzando a mi alrededor, velando por mi. Súbitamente, otra remembranza martilleó mi subconsciente. En aquel barco pirata, había despertado en un estado mucho peor, y pese a haber anhelado que mis nakamas estuvieran junto a mi lecho, esperando a que volviera en mí, había despertado sola, en un cuarto oscuro.
Mi vida había cambiado desde entonces, ¿eh?
— Übel... Marin... Lily... —balbuceé, girando levemente la cabeza para distinguirlos a todos. ¿Había sido yo la única que se había desmayado tras su combate?— P-perdón por... haber sido una carga... Debo ser... más fuerte —fue lo primero que dije, porque era lo único en que podía pensar ahora mismo. No había sido honorable haber perdido la consciencia, tuve que haber resistido y apoyado a Übel. Inaceptable. No se repetiría.
Lexi Henrietta
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Hikari Oakenelven Miér Ago 31, 2016 3:34 pm
Pueblo Gosa, alguna vez fue un lugar transcurrido, activo en términos económicos, turísticos, políticos, e industriales. Consecuente a la corrupción y tiranía indiscriminada como único vestigio de lo que, haciendo historia contrafáctica, podría haber sido un hermoso sitio turístico no sea más que una añejada herida histórica en toda la población. La susodicha según información previa tuvo un gran descenso gracias a historias de veracidad no tan fiable, sin embargo el argumento principal: El claramente forzado desgaste en las edificaciones tanto comerciales como viviendas, un aura de desconfianza que emana desde lo más profundo del subconsciente entre los oriundos, esa gélida mirada ante lo desconocido, sin ser una experta en la materia lo reconocía; Algo definitivamente ocurrió en este tiempo.
Toda la locación es actualmente impregnada por una atmósfera de misterio. Un silencio innatural se apoderó del pequeño pueblo, la mayoría de los lugareños manifestaban corporalmente desesperación en un intento de ayudar a alguien o algo. Ellos, capitalizados en distintos focos lógicos, se distribuyeron de manera óptima para lograr su cometido fuese cual fuese. La mencionada distribución permite apenas divisar figuras antropomorfas en el suelo, el estado de las mismas a simple vista es desconocido pero eso no inhibe que el ambiente en sí brinde pistas sobre un fatídico suceso. El temor, las posturas, comentarios y susurros emitidos por la puebla expectante ante esto, lo artificial del ruido, una extraña sensación de terror absoluto ante posibilidades desconocidas que recorre el cuerpo de cualquier visitante en toda su plenitud.
Están los que estuvieron siempre apoyando a los “héroes” en grave estado desde el inicio, los que apenas comprenden la situación pese a estar, los que recién llegan y son incapaces de comprender, los que sienten un empático pudor al observar heridas, los que simplemente disfrutan el observar y difundir rumores, los que informan, entre otros espectadores casuales. De ellos en lo amplio de un panorama visible deslumbraría con su presencia una reconocida marine enviada para el apoyo y aislamiento de heridas graves, Silver Raven, misma persona por la que la próxima en pisar el agónico suelo sentía admiración y curiosidad.
Un vehemente corcel blanco hizo de su trote un eco resonante en las calles próximas y anteriores, del eco una majestuosa sinfonía que alivianó la carga moral sobre los espectadores quienes dejarían que la responsabilidad recaiga principalmente en el jinete. Vestida de un extravagante y característico traje aeronáutico adornado con el decorado Headset utilizado como diadema se presentó en la escena la fémina de aspecto infantil. Como dice el refrán: “Las apariencias engañan”. Que una niña mimada de lacio cabello castaño no te engañe, ese pulcro y dulce rostro pertenece a una de las mentes más brillantes del mundo. Claramente Hikari no es una simple transeúnte más, es parte del apoyo especializado que la Marine envió en ayuda a los cazadores que previamente batallaron por una justa recompensa.
Hikari con cuidado bajó del corcel, al poner un pie en tierra su primera acción fue sujetarlo desde las riendas ya que necesitaba continuar con él. Además de a ella hace un instante, el animal porta un pesado bolso que la fémina es incapaz de cargar consecuente al enorme peso del mismo, el referenciado cuenta con infinidad de herramientas y repuestos especializados que serían de gran utilidad en la labor de la compañera Marine.
Con precaución se acercó a ellos procurando no crear ruidos que pudiesen irritar a pacientes tan delicados como esos, se limitó a observar en detalle el estado y la escena sacando hipótesis sobre cómo haría para resolverlo todo. Una vez más hizo alarde de su intelecto, no demoró más de 20 segundos en determinar qué necesitaría, terminada esta acción su mente está lista para proceder pero no sin antes percatarse de que fue (como siempre) irrespetuosa y no se presentó como debía. - Doctora en ingeniería, Hikari Oakenelven a su servicio - Saludó con formalidad en voz tenue ya que de estar inconsciente alguien delicado, no quería despertarlo y que este sea capaz de percibir el dolor de las heridas. La sangre no es cosa que le agrade pero con ayuda de una profesional como la presente no existe impedimento alguno.
- Espero cumplan su promesa, quiero una hamburguesa para cuando vuelva y una muy grande… ¡LA MÁS GRANDE QUE SE PUEDA COMPRAR! Y jugo, jugo de naranja y créanme que sé si es de naranja naranja o un timo. ¿Tú qué pediste al volver? - Preguntó manifestándose amistosa y con ansiedad la fémina a su vez que estuvo planificando el futuro pese a que recientemente llegó a la ubicación, tanta confianza se tiene que es consciente de que todo va a salir bien y se deleitará con comida chatarra. Esa cena es inminente, pero seguramente su par Marine no aceptaría trabajos con pagas tan bajas que a la vista de alguien tan infantil, como lo es Hikari, es extremadamente buena. Aunque como se dice: Panza llena, corazón contento.
Toda la locación es actualmente impregnada por una atmósfera de misterio. Un silencio innatural se apoderó del pequeño pueblo, la mayoría de los lugareños manifestaban corporalmente desesperación en un intento de ayudar a alguien o algo. Ellos, capitalizados en distintos focos lógicos, se distribuyeron de manera óptima para lograr su cometido fuese cual fuese. La mencionada distribución permite apenas divisar figuras antropomorfas en el suelo, el estado de las mismas a simple vista es desconocido pero eso no inhibe que el ambiente en sí brinde pistas sobre un fatídico suceso. El temor, las posturas, comentarios y susurros emitidos por la puebla expectante ante esto, lo artificial del ruido, una extraña sensación de terror absoluto ante posibilidades desconocidas que recorre el cuerpo de cualquier visitante en toda su plenitud.
Están los que estuvieron siempre apoyando a los “héroes” en grave estado desde el inicio, los que apenas comprenden la situación pese a estar, los que recién llegan y son incapaces de comprender, los que sienten un empático pudor al observar heridas, los que simplemente disfrutan el observar y difundir rumores, los que informan, entre otros espectadores casuales. De ellos en lo amplio de un panorama visible deslumbraría con su presencia una reconocida marine enviada para el apoyo y aislamiento de heridas graves, Silver Raven, misma persona por la que la próxima en pisar el agónico suelo sentía admiración y curiosidad.
Un vehemente corcel blanco hizo de su trote un eco resonante en las calles próximas y anteriores, del eco una majestuosa sinfonía que alivianó la carga moral sobre los espectadores quienes dejarían que la responsabilidad recaiga principalmente en el jinete. Vestida de un extravagante y característico traje aeronáutico adornado con el decorado Headset utilizado como diadema se presentó en la escena la fémina de aspecto infantil. Como dice el refrán: “Las apariencias engañan”. Que una niña mimada de lacio cabello castaño no te engañe, ese pulcro y dulce rostro pertenece a una de las mentes más brillantes del mundo. Claramente Hikari no es una simple transeúnte más, es parte del apoyo especializado que la Marine envió en ayuda a los cazadores que previamente batallaron por una justa recompensa.
Hikari con cuidado bajó del corcel, al poner un pie en tierra su primera acción fue sujetarlo desde las riendas ya que necesitaba continuar con él. Además de a ella hace un instante, el animal porta un pesado bolso que la fémina es incapaz de cargar consecuente al enorme peso del mismo, el referenciado cuenta con infinidad de herramientas y repuestos especializados que serían de gran utilidad en la labor de la compañera Marine.
Con precaución se acercó a ellos procurando no crear ruidos que pudiesen irritar a pacientes tan delicados como esos, se limitó a observar en detalle el estado y la escena sacando hipótesis sobre cómo haría para resolverlo todo. Una vez más hizo alarde de su intelecto, no demoró más de 20 segundos en determinar qué necesitaría, terminada esta acción su mente está lista para proceder pero no sin antes percatarse de que fue (como siempre) irrespetuosa y no se presentó como debía. - Doctora en ingeniería, Hikari Oakenelven a su servicio - Saludó con formalidad en voz tenue ya que de estar inconsciente alguien delicado, no quería despertarlo y que este sea capaz de percibir el dolor de las heridas. La sangre no es cosa que le agrade pero con ayuda de una profesional como la presente no existe impedimento alguno.
- Espero cumplan su promesa, quiero una hamburguesa para cuando vuelva y una muy grande… ¡LA MÁS GRANDE QUE SE PUEDA COMPRAR! Y jugo, jugo de naranja y créanme que sé si es de naranja naranja o un timo. ¿Tú qué pediste al volver? - Preguntó manifestándose amistosa y con ansiedad la fémina a su vez que estuvo planificando el futuro pese a que recientemente llegó a la ubicación, tanta confianza se tiene que es consciente de que todo va a salir bien y se deleitará con comida chatarra. Esa cena es inminente, pero seguramente su par Marine no aceptaría trabajos con pagas tan bajas que a la vista de alguien tan infantil, como lo es Hikari, es extremadamente buena. Aunque como se dice: Panza llena, corazón contento.
Hikari Oakenelven
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Übel Blatt Vie Sep 02, 2016 1:16 am
El pequeño rubio junto a Saten se reponía y ante la aparición de su one-chan se sentía más aliviado, todos habían logrado salir con vida y airosos de la misión. Era un encuentro demasiado grato, Lily tambien parecía estar adolorida y la necesidad energética del del ojo agachado no era suficiente para un exceso de efusividad, miraba a la de pelo negro y decía -Lo conseguimos, aunque fue bastante difícil. Gracias por traerme Lily one-chan - le sonreía mientrasel ojo derecho se le cerraba por completo. Al escuchar los consejos y el rumbo que tomarían para ser sanados recordaría algo que tenía que hacer como cazador. Justo en el momento en que las personas se les acercaban con curiosidad iría un momento donde el alcalde, con el que habían hablado antes de salir con el destino a la pelea y decirle -Hola señor alcalde, la señorita del ojo de flor y yo capturamos a ese tipo del afro, fue difícil pero fue un gusto ayudar a limpiar el mal que molestaba al pueblo- decía con una sonrisa y con una prisa extrema, como la persona que se percata de tener 2% de batería del móvil -Hasta pronto señor- se despedía y caminaba de nuevo junto a las compañeras.
Tambien habían aparecido un par de chicas que el rubio no era muy consciente de su objetivo pero parecían hablar con Lily, ella era la cabecilla del grupo y la que sabía como debía funcionar todo, escucharía las palabras de Lexy y respondería -Para mi fuiste la mejor compañera que pude tener para el combate, no te disculpes ojíflor-one-chan- como hasta ahora el trato con esta albina traía ciertos roces pero sin duda el pelear codo con codo y confiando en el otro les había hecho estrechar la relación, para el de la bella trenza la chica ahora era más que respetable, una verdadera hermana -Todos debemos ser más fuertes de aquí en adelante-. De igual manera Satan que de no ser por ella probablemente no habrían llegado hasta el pueblo, por más cyborg que fuese tenía un limite y cargar con dos cuerpos adultos luego de un combate tan desgastante y destructivo pasaban una gran factura en el de aspecto infantil.
El ojirojo seguiría al grupo y trataría de ser la menor carga posible sin quejarse del daño que le aquejaba en sus pequeños brazos, tanto el derecho y mecánico tenía daños leves de un bloqueo realizado de un objeto contundente del poderoso y abrumador ataque de bufaloman y por el otro lado en mucho peor estado su única extremidad humana, y de las pocas partes que tenían aún aspectos biologicos funcionales estaba bastante grave, un choque con su espada ante un ataque brutal y directo representaban un daño casi total, se encontraba bajo su capucha pero estaba completamente roja, aún más que el único ojo que aún mantenía abierto -Soy Übel Blatt señoritas doctoras, por favor encárguense primero de Lexy, ella lucho mucho- decía desde el lugar donde ya se encontraban todos esperando la atención requerida.
Tambien habían aparecido un par de chicas que el rubio no era muy consciente de su objetivo pero parecían hablar con Lily, ella era la cabecilla del grupo y la que sabía como debía funcionar todo, escucharía las palabras de Lexy y respondería -Para mi fuiste la mejor compañera que pude tener para el combate, no te disculpes ojíflor-one-chan- como hasta ahora el trato con esta albina traía ciertos roces pero sin duda el pelear codo con codo y confiando en el otro les había hecho estrechar la relación, para el de la bella trenza la chica ahora era más que respetable, una verdadera hermana -Todos debemos ser más fuertes de aquí en adelante-. De igual manera Satan que de no ser por ella probablemente no habrían llegado hasta el pueblo, por más cyborg que fuese tenía un limite y cargar con dos cuerpos adultos luego de un combate tan desgastante y destructivo pasaban una gran factura en el de aspecto infantil.
El ojirojo seguiría al grupo y trataría de ser la menor carga posible sin quejarse del daño que le aquejaba en sus pequeños brazos, tanto el derecho y mecánico tenía daños leves de un bloqueo realizado de un objeto contundente del poderoso y abrumador ataque de bufaloman y por el otro lado en mucho peor estado su única extremidad humana, y de las pocas partes que tenían aún aspectos biologicos funcionales estaba bastante grave, un choque con su espada ante un ataque brutal y directo representaban un daño casi total, se encontraba bajo su capucha pero estaba completamente roja, aún más que el único ojo que aún mantenía abierto -Soy Übel Blatt señoritas doctoras, por favor encárguense primero de Lexy, ella lucho mucho- decía desde el lugar donde ya se encontraban todos esperando la atención requerida.
Übel Blatt
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Janneline Mar Sep 27, 2016 8:01 pm
Un leve suspiró redondeo sus labios sintiéndose un poco mejor, no sabía exactamente cómo debía hacer pero el llamado había sido efectuado y allí estaba ella nada más para cumplir órdenes. Así eran las cosas ¿no? Claro que no, una patada salvaje cayó en una de las maderas del barco que se dirigía al lugar. Eran unos malditos que no entendían nada. ¿Darle órdenes? ¿A ella? Algún día vendrían y se arrepentirían, pero por mientras….
Una suave brisa cruzo el lugar dejando un suave y calmado sentimiento en la piel de la rubia mientras enredaba un mechón de pelo alrededor de su dedo índice de la mano derecha y miraba al horizonte del lugar, mientras el pequeño silbido del mar chocando contra el barco se volvía una música insistente que no quería dejar desalojar a nadie de sus andanzas extrañas. Janneline se sentó en una silla que se encontraba cerca, buscando de alguna manera las direcciones correctas para ella misma. Perdida en ese mundo de pensamientos, en ese nudo de reflexiones ni cuenta se dio cuando ya se encontraba fuera del barco caminando con un grupo de médicos hasta la dirección dada. Entonces las vio.
Un suspiro fue dado por la rubia cuando vio a un rostro conocido entre los heridos y quizás una media sonrisa burlona que llegó hasta sus labios mientras observaba el lugar, oh, aquella cazadora que había conocido tiempo atrás… Un pequeño sonido salió de su boca mientras se acercaba a cada uno observando cuidadosamente sus problemas.
-Lily…- susurró en cierto tono serio, cosa extraña en ella, sin emkbargo, no se dejó desanimar por nada, dejó sus utensilios en el suelo, una maleta de metal que se encontraba herméticamente cerrada para que nada fuera a contaminarlo, puso su pie en la bota de tacón oscuro encima de la misma con gesto burlón -Que se le va a hacer- dijo mientras movía sus manos de un lado al otro en una forma estática. -¡Me debes está!- dicho eso abrió la maleta y se acercó a una de las muchachas más graves allí. [Lexi] para ponerse manos a la obra, Tenía un brazo mecánico completamente destruido. -Muerde esto por mientras- le metió un paño en la boca con la idea que lo mordiera y contuviera el dolor que podría causar las siguientes curaciones.
Una suave brisa cruzo el lugar dejando un suave y calmado sentimiento en la piel de la rubia mientras enredaba un mechón de pelo alrededor de su dedo índice de la mano derecha y miraba al horizonte del lugar, mientras el pequeño silbido del mar chocando contra el barco se volvía una música insistente que no quería dejar desalojar a nadie de sus andanzas extrañas. Janneline se sentó en una silla que se encontraba cerca, buscando de alguna manera las direcciones correctas para ella misma. Perdida en ese mundo de pensamientos, en ese nudo de reflexiones ni cuenta se dio cuando ya se encontraba fuera del barco caminando con un grupo de médicos hasta la dirección dada. Entonces las vio.
Un suspiro fue dado por la rubia cuando vio a un rostro conocido entre los heridos y quizás una media sonrisa burlona que llegó hasta sus labios mientras observaba el lugar, oh, aquella cazadora que había conocido tiempo atrás… Un pequeño sonido salió de su boca mientras se acercaba a cada uno observando cuidadosamente sus problemas.
-Lily…- susurró en cierto tono serio, cosa extraña en ella, sin emkbargo, no se dejó desanimar por nada, dejó sus utensilios en el suelo, una maleta de metal que se encontraba herméticamente cerrada para que nada fuera a contaminarlo, puso su pie en la bota de tacón oscuro encima de la misma con gesto burlón -Que se le va a hacer- dijo mientras movía sus manos de un lado al otro en una forma estática. -¡Me debes está!- dicho eso abrió la maleta y se acercó a una de las muchachas más graves allí. [Lexi] para ponerse manos a la obra, Tenía un brazo mecánico completamente destruido. -Muerde esto por mientras- le metió un paño en la boca con la idea que lo mordiera y contuviera el dolor que podría causar las siguientes curaciones.
Janneline
Hoja de personaje
Nivel:
(3/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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