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Creado por Ange Vie Jul 15, 2016 7:04 pm
El wing se mecía tranquilamente en los mares del North Blue mientras se distanciaba cada vez más de Reino Lvneel, quedando ya muy por fuera del alcance de alguna flota que pudiera intentar rastrearles desde allí, los primeros rayos del alba estaban alzándose sobre la estructura de madera con las velas izadas por seguridad básica, todavía la madera se encontraba completamente fría tras la noche a la intemperie del mar que sin calor alguno convertía suaves brizas en desagradables vientos helados si no se prestaba atención apropiada al clima antes de partir, aunque eso sería problema de quien tuviera que estar afuera del barco a esas horas.
Aunque ningún problema externo aquejaba a quienes se refugiaban dentro del barco, sobre todo en el bien equipado cuarto de la capitana, mujer joven de cabellos negros como el azabache que se encontraba recostada en su gran cama doble cubierta por gruesas sabanas robadas a algún ricachón que sin lugar a dudas tenía un refinado gusto por las telas y plumas de alta calidad, apoyadas en una pared se encontraban tres espadas, Gaea, una Odachi y una Katana, sobre una de las mesas de noche que flanqueaban la cabecera de la cama se encontraban un par de guanteletes de acero recibiendo también los primeros rayos del sol que invadían la habitación de navegación por la ventana.
Entre las sabanas había dos bultos, uno claramente más alto y grande que el otro que parecía acercarse mucho al de mayor tamaño, dentro de las sabanas se podía sentir un agradable calor generado por los dos cuerpos que se encontraban debajo de las sabanas, una mujer abrazaba al hombre que la había acompañado durante aquella velada, un rayo de luz golpeo los ojos que apenas y sobresalían de entre las sabanas. El despertar de la capitana del Wing vino acompañado de los sonidos matutinos del despertar que con su suave voz no parecían tan desagradables como los de muchas otras personas, la joven llevaba su cabello negro suelo y desarreglado mientras que bostezaba una vez más.
Tras frotarse un poco los ojos la joven de menos de veinte años parpadeo repetidas veces y se tomó un tiempillo para apoyarse contra su acompañante mientras le movía un poco con su pecho para despertarle, lo hubiera hecho con las manos, sin embargo ella quería despertarle haciéndole sentir su calor y no el tacto de la piel sintética que recubría aquellas extremidades que controlaba pero no podía sentir -Buenos días ¿Qué tal lo pasaste? y no me digas que no recuerdas nada porque te lanzaré al mar.- dijo medio en broma y medio en amenaza para su acompañante mientras que acaricia un poco los cortos cabellos negros del masculino que compartía su lecho en aquella mañana.
Aunque ningún problema externo aquejaba a quienes se refugiaban dentro del barco, sobre todo en el bien equipado cuarto de la capitana, mujer joven de cabellos negros como el azabache que se encontraba recostada en su gran cama doble cubierta por gruesas sabanas robadas a algún ricachón que sin lugar a dudas tenía un refinado gusto por las telas y plumas de alta calidad, apoyadas en una pared se encontraban tres espadas, Gaea, una Odachi y una Katana, sobre una de las mesas de noche que flanqueaban la cabecera de la cama se encontraban un par de guanteletes de acero recibiendo también los primeros rayos del sol que invadían la habitación de navegación por la ventana.
Entre las sabanas había dos bultos, uno claramente más alto y grande que el otro que parecía acercarse mucho al de mayor tamaño, dentro de las sabanas se podía sentir un agradable calor generado por los dos cuerpos que se encontraban debajo de las sabanas, una mujer abrazaba al hombre que la había acompañado durante aquella velada, un rayo de luz golpeo los ojos que apenas y sobresalían de entre las sabanas. El despertar de la capitana del Wing vino acompañado de los sonidos matutinos del despertar que con su suave voz no parecían tan desagradables como los de muchas otras personas, la joven llevaba su cabello negro suelo y desarreglado mientras que bostezaba una vez más.
Tras frotarse un poco los ojos la joven de menos de veinte años parpadeo repetidas veces y se tomó un tiempillo para apoyarse contra su acompañante mientras le movía un poco con su pecho para despertarle, lo hubiera hecho con las manos, sin embargo ella quería despertarle haciéndole sentir su calor y no el tacto de la piel sintética que recubría aquellas extremidades que controlaba pero no podía sentir -Buenos días ¿Qué tal lo pasaste? y no me digas que no recuerdas nada porque te lanzaré al mar.- dijo medio en broma y medio en amenaza para su acompañante mientras que acaricia un poco los cortos cabellos negros del masculino que compartía su lecho en aquella mañana.
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ord "The Dead" Vie Jul 15, 2016 10:39 pm
El mejor día de mi vida. Esa era la única descripción que podía dar justicia lo que el día y la noche anterior había sucedido. Lo que había empezado como la fiesta de la tripulación, un festival acorde al botín conseguido y una clara victoria de mi parte en la apuesta. Jamás espere el mejor premio de mi vida y todo gracias una maldición, no a la de ser feo sino la de la akuma no mi bara bara. La capitana me había invitado a pasar por el premio en la noche y a su habitación. Lo sucedido más que divertido y emocionante fue gratificante y hermoso.
Aunque me cueste aceptarlo para quienes me escuche o lean era un tipo de 27 años y nunca había estado con una mujer, era un aspecto que me avergonzaba un poco pero estuve con una de las más bellas y las más buscadas de todo el North Blue, era tan irreal. Pese a que lo sigo repitiendo en mi cabeza segundo a segundo estoy seguro que aún me da miedo despertar de ese sueño.
La increíble noche acompañada había pasado y de no ser porque disfrute como nunca una compañía tan cercana y tangible probablemente hubiese pasado en vela completamente por lo acontecido pero acá entre nos quede bastante agotado. Usar los poderes de separación también ayudaron agotarme hasta caer dormido junto a la tan bella como perseguida por muchos, capitana. La gritona y mandona que esa noche lo había hecho más de lo normal ya que era el único que tuvo que obedecerla de manera inmediata y precisa para hacer lo que ambos gustamos y necesitamos ya que quedo satisfecha, eso creía y me gustara creer por siempre.
El sol ya empezaba a iluminar la mañana y para alegrar el despertar de lo que no era un sueño. Unas delicadas sabanas nos cubría, nunca había tenido un lujo como ese en mi vida pero sin duda ella lo merecía, al menos para mí era más que mi capitana. Hacer a un hombre triste tan feliz como ella ameritaba que fuese capaz de dar mi vida por ella de ese día en adelante, a fin de cuentas mi sueño en la vida era algo banal en lo que Ange no se había fijado desde que me había conocido. Siempre me había dado un buen trato pese a que en alguna que otra resaca la llegue a maldecir en mi mente por su chillona voz.
Los pechos de ella se posaba sobre mi amplios pero no muy tonificados pectorales, mi delgado y pálido cuerpo empezaba a calentarse solo con ese contacto. Despertarme con esa sensación y esa imagen, las palabras que decía eran cuanto menos intimidantes, por suerte luego de mi acto de magia había conseguido más confianza que nunca y después de pasar por el tornado de Angelene Di Drago estaba aún más valiente, si pude estar con semejante fiera que me podía detener. Mi determinación era absoluta como mi felicidad.
Ante el bello saludo que me ofrecía no podía sino más que tratar de ser igual con ella -Ehh buenos días Ange kukuku- titubíe un poco y reí para tomar carrerilla en mis palabras -Sin duda lo pase bien capitana, me atrevo a decir que fue la mejor noche de mi vida kukuku- reía para no decir la triste realidad que prefería no decir, sería la primera mujer de mi vida, antes de eso ni un beso me había sido dado, solo miradas de desprecio o asco, mi ojos estaban apunto de encharcarse pero no lo permitiría, no frente a su fuerte e imponente mirada -Te digo que no lo olvidare nunca y si me lanzas al mar perderás a tu seguidor más fiel kukuku- trataba de bromear con ella y levantaba mi mano para acariciar su cabello. Mi sorpresa fue que mi mano estaba allí pero los antebrazos no, era una caricia mágica y sin unión a mi cuerpo pero lo importante era sentirla -Kukuku olvide unirme por completo, espero no dejar ninguna de mis partes o que me quites alguna para tu diversión kukuku – le dije sin pensar lo mal que podía sonar y la posibilidad que una mente perturbada, como la mía durante la necesidad y el deseo hubiese maquinado pero el nerviosismo pudo más y dejo salir lo primero que pensé -¿Y vos? Yo fui el que gane el premio pero espero haber sido un buen premiado- le dije con mi intento de sonrisa amorosa y menos fea, sin duda su contacto con mi cabello lo inspiraba aún más.
Aunque me cueste aceptarlo para quienes me escuche o lean era un tipo de 27 años y nunca había estado con una mujer, era un aspecto que me avergonzaba un poco pero estuve con una de las más bellas y las más buscadas de todo el North Blue, era tan irreal. Pese a que lo sigo repitiendo en mi cabeza segundo a segundo estoy seguro que aún me da miedo despertar de ese sueño.
La increíble noche acompañada había pasado y de no ser porque disfrute como nunca una compañía tan cercana y tangible probablemente hubiese pasado en vela completamente por lo acontecido pero acá entre nos quede bastante agotado. Usar los poderes de separación también ayudaron agotarme hasta caer dormido junto a la tan bella como perseguida por muchos, capitana. La gritona y mandona que esa noche lo había hecho más de lo normal ya que era el único que tuvo que obedecerla de manera inmediata y precisa para hacer lo que ambos gustamos y necesitamos ya que quedo satisfecha, eso creía y me gustara creer por siempre.
El sol ya empezaba a iluminar la mañana y para alegrar el despertar de lo que no era un sueño. Unas delicadas sabanas nos cubría, nunca había tenido un lujo como ese en mi vida pero sin duda ella lo merecía, al menos para mí era más que mi capitana. Hacer a un hombre triste tan feliz como ella ameritaba que fuese capaz de dar mi vida por ella de ese día en adelante, a fin de cuentas mi sueño en la vida era algo banal en lo que Ange no se había fijado desde que me había conocido. Siempre me había dado un buen trato pese a que en alguna que otra resaca la llegue a maldecir en mi mente por su chillona voz.
Los pechos de ella se posaba sobre mi amplios pero no muy tonificados pectorales, mi delgado y pálido cuerpo empezaba a calentarse solo con ese contacto. Despertarme con esa sensación y esa imagen, las palabras que decía eran cuanto menos intimidantes, por suerte luego de mi acto de magia había conseguido más confianza que nunca y después de pasar por el tornado de Angelene Di Drago estaba aún más valiente, si pude estar con semejante fiera que me podía detener. Mi determinación era absoluta como mi felicidad.
Ante el bello saludo que me ofrecía no podía sino más que tratar de ser igual con ella -Ehh buenos días Ange kukuku- titubíe un poco y reí para tomar carrerilla en mis palabras -Sin duda lo pase bien capitana, me atrevo a decir que fue la mejor noche de mi vida kukuku- reía para no decir la triste realidad que prefería no decir, sería la primera mujer de mi vida, antes de eso ni un beso me había sido dado, solo miradas de desprecio o asco, mi ojos estaban apunto de encharcarse pero no lo permitiría, no frente a su fuerte e imponente mirada -Te digo que no lo olvidare nunca y si me lanzas al mar perderás a tu seguidor más fiel kukuku- trataba de bromear con ella y levantaba mi mano para acariciar su cabello. Mi sorpresa fue que mi mano estaba allí pero los antebrazos no, era una caricia mágica y sin unión a mi cuerpo pero lo importante era sentirla -Kukuku olvide unirme por completo, espero no dejar ninguna de mis partes o que me quites alguna para tu diversión kukuku – le dije sin pensar lo mal que podía sonar y la posibilidad que una mente perturbada, como la mía durante la necesidad y el deseo hubiese maquinado pero el nerviosismo pudo más y dejo salir lo primero que pensé -¿Y vos? Yo fui el que gane el premio pero espero haber sido un buen premiado- le dije con mi intento de sonrisa amorosa y menos fea, sin duda su contacto con mi cabello lo inspiraba aún más.
Ord "The Dead"
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Ange Vie Jul 15, 2016 11:32 pm
La pirata se sonrió cuando escucho la respuesta dada por aquel hombre con quien compartía cuarto en aquellos momentos -Por supuesto que fue la mejor noche de tu vida, después de todo la pasaste conmigo- comento acompañando las risas del doctor de la tripulación de forma relajada antes de comenzar a buscar con la mirada donde había dejado su ropa sin realmente hacer mucho esfuerzo por encontrarla -Jajaja, sería una pena perder a un seguidor fiel que para colmo es un buen doctor y un tipo tan poderoso a su modo- respondió tras escuchar la valentía humorística con que contrarrestaba su amenaza al pálido individuo.
Al escuchar la mención del premio la pelinegra abrió los ojos como platos -¡AH! el premio, me emocione demasiado y lo olvide por completo.- De un salto la muchacha salto de la cama exponiendo su espalda, el único lugar donde era claramente visible buena parte de su naturaleza artificial, comenzó a revisar por el lugar hasta que encontró en un cajón lo que buscaba, ya estando levantada aprovecho de ponerse una playera que le quedaba enorme para vestirse un poco mientras se acercaba con el pequeño objeto a la cama.
-No es mucho, pero es algo- ya con el premio en su poder la pirata volvió a arroparse en la cama para recuperar algo del calor perdido al salir de la misma-Por ganar la apuesta de anoche, te doy como premio este Visión Dial para que puedas almacenar en su interior imágenes de tu agrado y para tu disfrute.- dijo sonriendo ampliamente mientras extendía su mano para entregar el mentado objeto a su legítimo dueño, Ord "The Dead" sin embargo y tras haber realizado todo aquello la pelinegra de cabello suelto se dio cuenta de algo que quizás, de tener algunas luces más en la azotea hubiera notado anteriormente.
-Espera ¿Creíste que el premio era pasar la noche conmigo?- pregunto entre sorprendida e indignada mientras dirigía su mirada al masculino, originalmente la joven tenía pensado platicar en la cama sobre sueños, aspiraciones y el futuro de la tripulación, sin embargo parecía ser que aquello se pospondría hasta aclarar aquella situación… aunque rápidamente decidió que tampoco era tan importante y simplemente esperó su respuesta para poder pasar a cosas más interesantes.
Al escuchar la mención del premio la pelinegra abrió los ojos como platos -¡AH! el premio, me emocione demasiado y lo olvide por completo.- De un salto la muchacha salto de la cama exponiendo su espalda, el único lugar donde era claramente visible buena parte de su naturaleza artificial, comenzó a revisar por el lugar hasta que encontró en un cajón lo que buscaba, ya estando levantada aprovecho de ponerse una playera que le quedaba enorme para vestirse un poco mientras se acercaba con el pequeño objeto a la cama.
-No es mucho, pero es algo- ya con el premio en su poder la pirata volvió a arroparse en la cama para recuperar algo del calor perdido al salir de la misma-Por ganar la apuesta de anoche, te doy como premio este Visión Dial para que puedas almacenar en su interior imágenes de tu agrado y para tu disfrute.- dijo sonriendo ampliamente mientras extendía su mano para entregar el mentado objeto a su legítimo dueño, Ord "The Dead" sin embargo y tras haber realizado todo aquello la pelinegra de cabello suelto se dio cuenta de algo que quizás, de tener algunas luces más en la azotea hubiera notado anteriormente.
-Espera ¿Creíste que el premio era pasar la noche conmigo?- pregunto entre sorprendida e indignada mientras dirigía su mirada al masculino, originalmente la joven tenía pensado platicar en la cama sobre sueños, aspiraciones y el futuro de la tripulación, sin embargo parecía ser que aquello se pospondría hasta aclarar aquella situación… aunque rápidamente decidió que tampoco era tan importante y simplemente esperó su respuesta para poder pasar a cosas más interesantes.
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ord "The Dead" Sáb Jul 16, 2016 12:37 am
Al momento de escuchar la exclamación sobre el premio y ver como la hermosa chica que tenía al lado se movía apenas cubierta con las tan gratas al tacto sabanas, se movía como siempre alegre y sin pensar en su alrededor, mi mano seguía posada en la cabeza de ella en el trayecto que esta hacía por el premio. El premio... ¿El premio? ¡Qué diablos! si el premio no había sido pasar la noche con Ange ¿Qué lo era? No es que le fuese a decepcionar fuese lo que fuese pero era insuperable en comparación con lo sucedido por voluntad propia... ¿Voluntad propia? La pirata más valiosa de todo el North Blue me había elegido por verdadero interés o curiosidad ¿Qué demonios pasaba? ¿Acaso la fruta bara bara tenía algún poder hipnótico o algo que no estaba escrito en los libros? Sentía como, de manera similar a lo sucedido en la noche previa mi cerebro y alma parecían alejarse de el plano físico pero en esta ocasión era aún más abrumador. Yo lo catalogo de absurdo pero sin duda todo puede pasar en el mundo para un científico como yo era algo que rompía muchas paredes y barreras mentales. Mi otra mano haría acto de presencia, parecía estar bajo la almohada que la cyborg había usado, esta pieza constaba con más del antebrazo y mi tronco también contaba con otra mitad de mis delgados biceps, solo faltaba el par de articulaciones que al observar bien estaba siendo arrastrados entre los pies y los pequeños pies de blanquecinas tonalidades de la dragona.
Puse la palma de la mano para recibir el premio y hacer tanto un agradecimiento como un llamado a mi parte que se escurriría entre las pantorrillas solo para regresar a mi poder y completar mi extremidad derecha -Gracias no me lo esperaba ueueue- era el llamado y la unión por ahora de mi mano. Podía llamar a todas al mismo tiempo pero no tenía idea donde estaban, algunas podías estar bajo la cama. Al menos mi espada estaba posada de manera ciertamente humillante junto a la Gaea de Ange, mi pobre espada vieja y oxidada, debía sentirse mal estando al lado de una arma legendaria como esa, ¡Sí! Justo como yo, me sentía un poco inofensivo y vulnerable a lo que pudiese venir luego -Los visión dial son muy útiles y lo apreciaré bastante, plantas y síntomas de patologías deben ser capturados mediante imágenes como si de seres salvajes se tratará- hacía un comentario que como chiste contextualizado en otro mundo podía hablar de Pókemon Go pero yo no lo sabía. Diría antes de que el comentario inesperadamente previsto me fuese lanzado, con cierto rubor y pensando que era una mala idea igualmente le lanzaba - ¿Puedo grabar una imagen tuya Ange? ¿De este momento? - pero escucharía la pregunta sobre el premio un par de segundos después. Era algo que ya me había roto todos mis esquemas mentales -Pues sí kukuku honestamente eso fue lo que pensé durante toda la noche por suerte no me lo dijiste hasta ahora te hubiera preguntado ¿Porque a mi? Obviamente eres libre de cualquier elección pero ¿Yo? ¿El feo Ord?- decía con mirada seria mi mano bajaba por su cabello posandose en la delicada mejilla y con el pulgar acariciaba la barbilla y el cuello, quería sentirla bien antes de que alguna respuesta inesperada me pudiese hacer daño, evidentemente había sido mía esa noche pero no lo era para siempre, era demasiado libre y yo no era suficiente, claro que no lo era, mi cabeza me lo dice. La razón, pese a que la elección de mi persona parecía no tener lógica, a mi criterio, solo podía esperar la misma relación entre nosotros y que eso hubiese sido una excepción a la regla. Evidentemente, solo eso. No hacía falta aclararlo tanto. En mi mente. Igualmente no tenía ni puta idea de una relación y probablemente la cagaría, así que era lo mejor, sin duda. Como siempre lo pensaba demasiado.
Le sonreiría y dejando esa respuesta un poco de lado para entenderla mejor, era algo que nunca le había preguntado pese a llevar tanto tiempo a su lado -¿Cuales son nuestros objetivos a la larga Ange? Digo, como tripulación. Se que estoy siendo muy feliz como pirata y creo que he cambiado mucho en estos meses desde que me uní a tu proyecto pero no se que es lo que buscas y ahora tampoco se lo que yo busco.- le decía pensativo y colocando mi cabeza en la palma de mi único brazo completo que se colocaba de extraña manera arqueada por sus dos articulaciones.
Puse la palma de la mano para recibir el premio y hacer tanto un agradecimiento como un llamado a mi parte que se escurriría entre las pantorrillas solo para regresar a mi poder y completar mi extremidad derecha -Gracias no me lo esperaba ueueue- era el llamado y la unión por ahora de mi mano. Podía llamar a todas al mismo tiempo pero no tenía idea donde estaban, algunas podías estar bajo la cama. Al menos mi espada estaba posada de manera ciertamente humillante junto a la Gaea de Ange, mi pobre espada vieja y oxidada, debía sentirse mal estando al lado de una arma legendaria como esa, ¡Sí! Justo como yo, me sentía un poco inofensivo y vulnerable a lo que pudiese venir luego -Los visión dial son muy útiles y lo apreciaré bastante, plantas y síntomas de patologías deben ser capturados mediante imágenes como si de seres salvajes se tratará- hacía un comentario que como chiste contextualizado en otro mundo podía hablar de Pókemon Go pero yo no lo sabía. Diría antes de que el comentario inesperadamente previsto me fuese lanzado, con cierto rubor y pensando que era una mala idea igualmente le lanzaba - ¿Puedo grabar una imagen tuya Ange? ¿De este momento? - pero escucharía la pregunta sobre el premio un par de segundos después. Era algo que ya me había roto todos mis esquemas mentales -Pues sí kukuku honestamente eso fue lo que pensé durante toda la noche por suerte no me lo dijiste hasta ahora te hubiera preguntado ¿Porque a mi? Obviamente eres libre de cualquier elección pero ¿Yo? ¿El feo Ord?- decía con mirada seria mi mano bajaba por su cabello posandose en la delicada mejilla y con el pulgar acariciaba la barbilla y el cuello, quería sentirla bien antes de que alguna respuesta inesperada me pudiese hacer daño, evidentemente había sido mía esa noche pero no lo era para siempre, era demasiado libre y yo no era suficiente, claro que no lo era, mi cabeza me lo dice. La razón, pese a que la elección de mi persona parecía no tener lógica, a mi criterio, solo podía esperar la misma relación entre nosotros y que eso hubiese sido una excepción a la regla. Evidentemente, solo eso. No hacía falta aclararlo tanto. En mi mente. Igualmente no tenía ni puta idea de una relación y probablemente la cagaría, así que era lo mejor, sin duda. Como siempre lo pensaba demasiado.
Le sonreiría y dejando esa respuesta un poco de lado para entenderla mejor, era algo que nunca le había preguntado pese a llevar tanto tiempo a su lado -¿Cuales son nuestros objetivos a la larga Ange? Digo, como tripulación. Se que estoy siendo muy feliz como pirata y creo que he cambiado mucho en estos meses desde que me uní a tu proyecto pero no se que es lo que buscas y ahora tampoco se lo que yo busco.- le decía pensativo y colocando mi cabeza en la palma de mi único brazo completo que se colocaba de extraña manera arqueada por sus dos articulaciones.
Ord "The Dead"
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Ange Sáb Jul 16, 2016 1:53 pm
Tras entregar aquel pequeño objeto a modo de premio para su subordinado, le fue solicitado a la pelinegra si sería posible captar una imagen de ella en esos momentos, inflando su pecho con arrogancia la joven se hizo un poco la desentendida mientras sonreía orgullosamente -Eh ¿Una imagen mía? pues claro ¿Por qué no?- dijo mientras asentía con su cabeza y se erguía bien llenando sus pulmones de aire para inflar aunque fuera un poco su pecho mientras posaba para la foto con la misma sonrisa arrogante que la caracterizaba.
El medico brujo parecía estar intrigado sobre que la hermosa joven de ojos esmeralda le eligiera para ser su compañero de lecho en aquella velada -¿Por qué tú? Supongo que porque te ves feroz, yo no creo que seas particularmente feo y tenía curiosidad, supongo que tuvieras una akuma no mi me hizo pensar "Piensa en las posibilidad" pero era más fácil simplemente comprobarlo de forma práctica en vez de quedarme pensando por mucho tiempo sin saber si lo que aparecía en mi cabeza seria real y tengo que admitir que me gustó mucho jeje.- como de costumbre la capitana del Wing demostraba cierta despreocupación por si sus palabras podían hacer sentir herida o utilizada a la otra persona, eran palabras mayormente simples pero sobre todo sinceras.
Ya con aquella interrogante respondida la joven se recostó en la cama mientras atraía el cuerpo del masculino sobre el suyo para atraer su calor mientras miraba el techo -Los dragones son los seres más poderosos, tienen gran fuerza, grandes conocimientos, grandes instintos, grandes cuerpos, gran influencia y grandes riquezas ¿Qué cosa en este mundo simboliza todo eso? ¿De qué forma, nosotros, dragones sin cuerpo de dragón podemos adueñarnos de todo eso?, pues no lo sé, pero de todas formas voy a intentar obtenerlo.- dijo con determinación mientras que sus ojos atravesaban el techo con la mirada.
Volvió a dirigir su mirada al de peculiar aspecto con quien se encontraba en aquellos momentos mientras abría para él un poco más de su mente -Yo solo sé que quiero ser tan absurdamente poderosa que nadie sea capaz de enfrentarme o intentar quitarme mi libertad, tampoco tengo realmente un objetivo, mi objetivo era la venganza, pero con esta venganza ya cumplida yo no había pensado que hacer después.- hablaba con seriedad y sin la habitual sonrisa en sus labios.
Inflo sus pulmones una vez más antes de afirmar -¿A quién le importa? Si no tenemos una meta propia hoy en día simplemente disfrutemos del recorrido en este mundo… aunque creo tener una buena idea como meta para los Wild Dragons, tomaremos el One Piece para demostrar que somos dragones aunque no tengamos escamas, seremos libres y seremos felices luchando con un sin fin de oponentes los que deseamos eso y viajaremos disfrutando el viaje, haremos lo que queramos para divertirnos y disfrutar en todo lo que podamos hasta que alguien intente detenernos, entonces lo aplastaremos y seguiremos disfrutando, si algún dragón tiene su sueño particular, como Zett que quiere conquistar Zou, pues lo ayudaremos porque somos todos dragones y estamos todos en el mismo barco después de todo.- un discurso creado sin ninguna clase de pensamiento previo ni previa meditación, simplemente la espontaneidad propia de aquella dama de ojos esmeralda que poco le importaba la forma de hacer las cosas que hubiera tenido otro capitán.
Satisfecha con haber dicho suficiente sobre el tema sin embargo quiso agregar algo más -Si no sabes lo que quieres ni lo que buscas, simplemente quédate junto a nosotros hasta que encuentres lo que deseas, entonces te ayudaremos a obtener lo que quieres igual que tú nos ayudaras al resto.- la joven se relajó mientras decía aquellas palabras, tenía su brazo sobre el cuerpo de Ord pero no podía sentir la caricia que hacía, sin embargo seguía pudiendo sentir los latidos del corazón del masculino y los suyos propio en el contacto de su propio torso con el ajeno.
El medico brujo parecía estar intrigado sobre que la hermosa joven de ojos esmeralda le eligiera para ser su compañero de lecho en aquella velada -¿Por qué tú? Supongo que porque te ves feroz, yo no creo que seas particularmente feo y tenía curiosidad, supongo que tuvieras una akuma no mi me hizo pensar "Piensa en las posibilidad" pero era más fácil simplemente comprobarlo de forma práctica en vez de quedarme pensando por mucho tiempo sin saber si lo que aparecía en mi cabeza seria real y tengo que admitir que me gustó mucho jeje.- como de costumbre la capitana del Wing demostraba cierta despreocupación por si sus palabras podían hacer sentir herida o utilizada a la otra persona, eran palabras mayormente simples pero sobre todo sinceras.
Ya con aquella interrogante respondida la joven se recostó en la cama mientras atraía el cuerpo del masculino sobre el suyo para atraer su calor mientras miraba el techo -Los dragones son los seres más poderosos, tienen gran fuerza, grandes conocimientos, grandes instintos, grandes cuerpos, gran influencia y grandes riquezas ¿Qué cosa en este mundo simboliza todo eso? ¿De qué forma, nosotros, dragones sin cuerpo de dragón podemos adueñarnos de todo eso?, pues no lo sé, pero de todas formas voy a intentar obtenerlo.- dijo con determinación mientras que sus ojos atravesaban el techo con la mirada.
Volvió a dirigir su mirada al de peculiar aspecto con quien se encontraba en aquellos momentos mientras abría para él un poco más de su mente -Yo solo sé que quiero ser tan absurdamente poderosa que nadie sea capaz de enfrentarme o intentar quitarme mi libertad, tampoco tengo realmente un objetivo, mi objetivo era la venganza, pero con esta venganza ya cumplida yo no había pensado que hacer después.- hablaba con seriedad y sin la habitual sonrisa en sus labios.
Inflo sus pulmones una vez más antes de afirmar -¿A quién le importa? Si no tenemos una meta propia hoy en día simplemente disfrutemos del recorrido en este mundo… aunque creo tener una buena idea como meta para los Wild Dragons, tomaremos el One Piece para demostrar que somos dragones aunque no tengamos escamas, seremos libres y seremos felices luchando con un sin fin de oponentes los que deseamos eso y viajaremos disfrutando el viaje, haremos lo que queramos para divertirnos y disfrutar en todo lo que podamos hasta que alguien intente detenernos, entonces lo aplastaremos y seguiremos disfrutando, si algún dragón tiene su sueño particular, como Zett que quiere conquistar Zou, pues lo ayudaremos porque somos todos dragones y estamos todos en el mismo barco después de todo.- un discurso creado sin ninguna clase de pensamiento previo ni previa meditación, simplemente la espontaneidad propia de aquella dama de ojos esmeralda que poco le importaba la forma de hacer las cosas que hubiera tenido otro capitán.
Satisfecha con haber dicho suficiente sobre el tema sin embargo quiso agregar algo más -Si no sabes lo que quieres ni lo que buscas, simplemente quédate junto a nosotros hasta que encuentres lo que deseas, entonces te ayudaremos a obtener lo que quieres igual que tú nos ayudaras al resto.- la joven se relajó mientras decía aquellas palabras, tenía su brazo sobre el cuerpo de Ord pero no podía sentir la caricia que hacía, sin embargo seguía pudiendo sentir los latidos del corazón del masculino y los suyos propio en el contacto de su propio torso con el ajeno.
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ord "The Dead" Sáb Jul 16, 2016 5:49 pm
- OST que me avergüenza usar, incluso me duelen los oídos, pero solo por el chiste del feo lo pongo. Escúchese bajo su propio riesgo:
- OST verdadero a mi gusto (?):
La imagen quedaría grabada en el visión dial pero de forma aún más perpetua en mi mente, la del ahora feliz brazos largos, a fuego, era la persona que más me había cambiado la vida y sin duda nunca la olvidaría en lo que durara mi existencia, esperando que fuese un lapso mayor que el del premio material. La verdad dicho regalo quedaba más que opacado con la gratificante tanto realidad como la honestidad, en los actos y palabras de la artificialmente bella compañera de carácter contagioso.
Las palabras de que no era particularmente feo me llegarían más de lo que podía imaginar la de enfrente probablemente ni se percataría, era demasiada la libertad que poseía incluso en sus gustos, era tan diferente a cualquier otra mujer. Mi apariencia fiera y la akuma, sin duda esa maldición valía mil veces más la pena que cualquier otra, en ese momento no me hubiese cambiado por nadie, en absoluto, si ahí no era el rey de mi cuento nunca lo sería. Era el protagonista feliz y libre, o al menos eso intentaría de allí en adelante, aunque claramente ya estaba atado a un sentimiento que no sabía como controlaría a futuro -Por actitudes como esas es que te admiro Ange, planteaste una hipótesis y la comprobaste sin más, el método científico queda obsoleto, eres absolutamente increíble. Y que te gustara lo hace aún más kukuku – no podía evitar mi sonrisa y acercarme un poco más a ella, como no hacerlo con palabras tan gratas como esas. Entre más durara ese amanecer a su lado más feliz podía ser, o al menos eso sentía en ese instante.
Y si pensaba que por lo que había dicho la admiraba quedaría perplejo con sus palabras posteriores sobre los dragones, nunca la había visto como una capitana especialmente brillante, ese no era el fuerte o aparentaba no serio en la cotidianidad. Lo que allí, bajo las sabanas, decía era más que inspirador. Mis ojos prendían una hoguera más con cada sentencia que pronunciaba, cada pregunta que planteaba y cada sueño que mencionaba acabaría con una infernal deseo de lograr y ser como ella quería que fuésemos, esos dragones, unas bestias mitológicas sin miedo a nada y libres como ningún otro, volando por el mundo y sembrando lo que quisiésemos hacer desde detener una guerra a fuego hasta montarla y arrasar con todo -Esas palabras sin duda salen de tu corazón, espero seguirlas y seguirte hasta el fin- mi mano sin antebrazos bajaba hasta el pecho de ella, quizás con demasiada confianza para con la capitana y dejando un leve tacto como el pasar de una hormiga pero realmente estaba cautivado con el aura de todo allí -Confió en lo que dices y creo que puedes hacer cualquier de lo imposible lo más simple. El hecho de que en Goa esquivases y arrasases con todo consiguiendo una espada como esa lo demuestra. Deje de creer en el destino con el tiempo pero considero que vos tenes una estrella demasiado brillante, no notarla sería tratar de ocultar el sol con un dedo.- yo también sentía el latido de la poderosa pirata en mi pecho e incluso algo más, probablemente algún sistema mecánico que dentro de ella se mantenía siempre en funcionamiento, no importaba era algo especial y probablemente único una sensación tan distinta como preciosa, a fin de cuentas ya lo había decido hace mucho, la iba a seguir, ahora solo reafirmaba mis deseos de dar todo por los objetivos tan amplios que teníamos. Podíamos englobar todo o nada, búsquedas especificas o simple malvivir, que resultaba realmente bueno para la mayoría.
Pensaba demasiado y me puse a su altura, quería darle un abrazo antes de decirle mi respuesta que era más que obvia -Se lo que quiero y es seguir a tu lado, lo repetiré las veces que sea necesario para que sea realidad, y al lado de todos los dragones, cumplir los sueños de todos en el objetivo. -hacía una breve pausa para cambiar la entonación a una más común en mi - El motivo por el que empecé mi viaje fue una estupidez, con el tiempo lo he visto más claro y sin duda gracias a tu ayuda. Si creíste que solo porque no tengo un sueño dude en algún momento alejarme estas equivocada. Mi estancia en prisión me hizo ver lo hermoso de la vida y lo que el odio produce. Mi presente y futuro solo puede ser a tu lado, mi capitana gritona, tu dragón negro será el que que reciba y sane a los heridos para dejar caer su ira- mantenía el medioabrazo, que era efectuado solo con la derecha, para luego hacer salir la mano libre de entre los torsos y ponérsela en la frente -Sigo sin creer lo de que no soy feo kukuku toda una vida me lo han dicho con palabras o con miradas extrañadas, sin duda solo las personas como tu merecen ser tan absurdamente fuertes como anhelas, las que pretenden ir por lo que sea y van a por eso, lo toman y se vuelven sus dueños– hablaba de todo pero también de mi mismo, mi estado era más que chocante, yo buscaba no ser feo pero cuando la mujer más bella a mis ojos me dijo que no lo era entonces ¿Qué importaban la opinión de los demás? De los que no me aportaban nada bueno. - Ange, a mi gusto el mundo se podía ir a la mierda mientras los dragones seamos los más fuertes y felices es lo único que me importa- Esa era mi nueva determinación sobre todo lo dicho y escuchado. No tenía que esperar nada del exterior si nosotros podíamos lograr lo que nos propusiésemos.
Ord "The Dead"
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Creado por Ange Dom Jul 17, 2016 12:28 am
El medico brujo parecía tomar de muy buena manera las palabras de su capitana, más de lo que había esperado la pelinegra que no supo bien cómo reaccionar ante los halagos del masculino además de enorgullecerse por lo bien que hablaba de ella el hombre de peculiar mirada, tampoco estaba del todo segura de cómo reaccionar a la emotivas palabras de compromiso con la tripulación por parte del usuario de la bara bara, sus palabras eran demasiado emotivas para la normalmente tosca capitana que estaba bastante desacostumbrada a esa clase de cosas, simplemente correspondió al medio abrazo en silencio, sin embargo como acto de piedad el medico trajo un nuevo tema a colación, su fealdad.
Aprovechando aquella oportunidad la joven dejo salir un poco más de su entusiasmo habitual para dejar pasar aquella situación a la que no estaba adaptada todavía -A ti te dicen feo y a mí me dicen que tengo que no soy ruda, como tu dijiste a la mierda lo que diga el resto.- dijo coincidiendo con las últimas palabras dichas por el hombre de pálido rostro mientras que ella levantaba uno de sus puños dirigiéndolo al techo como si desafiara al cielo que estaba por sobre las maderas de aquella estructura.
Con aquellas buenas palabras el tiempo comenzó a pasar de forma casual dentro del habitáculo que funcionaba tanto como cuarto de navegación como habitación de la capitana de aquel grupo pirata, la luz del sol ya debía de haber disculpado buena parte del frio mientras que la ojiverde platicaba con el de peculiares orbes amarillentos -Bueno, supongo que ya va siendo hora de empezar a desperezarnos, el sol ya debería haber barrido con el frio matutino.- dijo mientras que lentamente la joven se separaba para levantarse con intenciones de empezar a hacer algunos ejercicios de estiramientos, que si bien no eran necesarios para sus articulaciones le servían para despejar la mente.
-Tú dices que te llaman feo, eso es porque estuviste con gente que ve las cosas de forma diferente, a mí me dijeron muchas veces que no debería ser pirata ni navegante, que tendría que haber sido bailarina, cantante o prostituta, pero eso es porque las apariencias son solo como nos vemos, lo que realmente somos es lo que nuestras acciones dicen… la joven se puso a hacer “el puente” sobre la alfombra de su habitaciones después de girarse para así que mientras seguía hablando podría ver en dirección a su interlocutor.
Tenía que hablar de un tema supuestamente serio, sin embargo realmente no le importaba tanto, le llamaba más la atención la pregunta con que finalizaría su próxima sentencia -Hablando de acciones, no te pongas demasiado arrogante porque lo hicimos y me gustara ¿Entendido?, si quieres presumirlo que no sea a mis espaldas prefiero estar allí para hacer comentarios, evidentemente no por eso podrás faltarme el respeto a la ligera... ¿Tú haces ejercicio por las mañanas?- No es que el silencio incomodará a la pirata mientras realizaba aquellos movimientos solo con una playera, sin embargo le gustaba hablar cuando había alguien que pudiera responderle y aunque comenzara aquel intento de platica con seriedad finalmente acabo haciendo una pregunta que no venía tan a cuento para evitar silencios incomodos o que el medico brujo se quedara demasiado tiempo cayado.
Aprovechando aquella oportunidad la joven dejo salir un poco más de su entusiasmo habitual para dejar pasar aquella situación a la que no estaba adaptada todavía -A ti te dicen feo y a mí me dicen que tengo que no soy ruda, como tu dijiste a la mierda lo que diga el resto.- dijo coincidiendo con las últimas palabras dichas por el hombre de pálido rostro mientras que ella levantaba uno de sus puños dirigiéndolo al techo como si desafiara al cielo que estaba por sobre las maderas de aquella estructura.
Con aquellas buenas palabras el tiempo comenzó a pasar de forma casual dentro del habitáculo que funcionaba tanto como cuarto de navegación como habitación de la capitana de aquel grupo pirata, la luz del sol ya debía de haber disculpado buena parte del frio mientras que la ojiverde platicaba con el de peculiares orbes amarillentos -Bueno, supongo que ya va siendo hora de empezar a desperezarnos, el sol ya debería haber barrido con el frio matutino.- dijo mientras que lentamente la joven se separaba para levantarse con intenciones de empezar a hacer algunos ejercicios de estiramientos, que si bien no eran necesarios para sus articulaciones le servían para despejar la mente.
-Tú dices que te llaman feo, eso es porque estuviste con gente que ve las cosas de forma diferente, a mí me dijeron muchas veces que no debería ser pirata ni navegante, que tendría que haber sido bailarina, cantante o prostituta, pero eso es porque las apariencias son solo como nos vemos, lo que realmente somos es lo que nuestras acciones dicen… la joven se puso a hacer “el puente” sobre la alfombra de su habitaciones después de girarse para así que mientras seguía hablando podría ver en dirección a su interlocutor.
Tenía que hablar de un tema supuestamente serio, sin embargo realmente no le importaba tanto, le llamaba más la atención la pregunta con que finalizaría su próxima sentencia -Hablando de acciones, no te pongas demasiado arrogante porque lo hicimos y me gustara ¿Entendido?, si quieres presumirlo que no sea a mis espaldas prefiero estar allí para hacer comentarios, evidentemente no por eso podrás faltarme el respeto a la ligera... ¿Tú haces ejercicio por las mañanas?- No es que el silencio incomodará a la pirata mientras realizaba aquellos movimientos solo con una playera, sin embargo le gustaba hablar cuando había alguien que pudiera responderle y aunque comenzara aquel intento de platica con seriedad finalmente acabo haciendo una pregunta que no venía tan a cuento para evitar silencios incomodos o que el medico brujo se quedara demasiado tiempo cayado.
Ange
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Creado por Ord "The Dead" Dom Jul 17, 2016 9:37 pm
Por un momento no sentía que tenía que decir nada y solo atesorar aún más ese irrepetible momento para cualquier hombre, algo tardío, quizás, pero si alguien me juzgaba por ello era porque también me juzgaría por mi físico y en ese caso simplemente era alguien que no valía la pena, en absoluto. No valía ni la bala que se merecía en la frente. Maldito mundo superficial, malditos todos los que se consagran y vanaglorian así mismos para creerse mejor que los demás y creerse en la potestad de decidir que esta bien y que mal. ¡Qué se pudran todos juntos a los escritos y el arte que viven de esa ignorancia de la conciencia! Por otro lado, la ciencia mil veces más bella, justo como ella, que considera cada caso aparte y a su gusto, solo hablaba de patrones pero en el fondo se habla de la diversidad, de las diferencias nanometricas del todo, porque no hay dos, de nada, que sean exactamente iguales entre sí, dos gotas de agua serán siempre diferentes y en el caso que mediante métodos absurdamente complicados se logré repetir que dichas nimiedades sean iguales el tiempo habrá pasado ya no lo serán, no en el mismo momento y no por obra del ser imperfecto, como lo somos todos. En especial y aún más los que no lo aceptan.
Las palabras de mi superior, tanto en puesto como en valor, al menos por ahora, me había motivado y aspiraba a superarla, quizás era imposible pero al menos estar a su lado en ese campo que solo la locura podía dar, irracionalidad que yo no tenía por mi mismo, el sobrepensar también es un mal, uno que reside en las almas más parsimoniosas y lentas para actuar. -Me alegro que nunca les hicieras caso, yo por otro lado más débil creí lo que no debía. Pero me inspiras a hacerlo nunca más- le decía con mis ojos que irradiaban con tal fuerza y tan baja longitud de onda que podían hacer mutar a la reina de los blues, mal que jamás le querría generar pero era lo que sentía, lo acepto, en ese momento me faltaban palabras, me dolían los ojos de tanto mirarla. De esa forma que quizás nadie podía entender más que yo, un caso único e irrepetible según mis propias teorías del mundo.
Pero lo que ella hacía, no lo que ahí pasaba, era tan ilógico como adorable, una obra del hombre en carne viva, una cyborg, de relación equiparable a la arquitectura clásica griega, simétrica y perfecta aunque en la cotidianidad no lo era con los pantalones rotos que solía portar la mayoría de las veces. -Kukuku claro que no Angelene, preferiría no comentarlo la verdad- aparentaba con todo ser un caballero, como los imaginaba y como lo había tratado de ser pero siempre conservaba, en algún recondito rincón de mi, miedo. A salir afectado por algún vinculo emocional al que no debía aferrarme, no a alguien libre como ella y como yo anhelaba ser -Estoy orgulloso de lo hecho y es porque estoy más que satisfecho con tu opinión y la mía kukuku no necesito opiniones que traten, cambien o nublen mi estado, son los dragones pero si se deben enterar ya lo harán - decía con mi efímero valor, necesitaba gritar algo como eso a los cuatro vientos para cargarme de confianza pero me sentía más valiente de esa forma, seguir luchando contra él mundo y contra su peste.
La pregunta de el ejercicio mañanero me descoloco por completo, en mi época de arte marcialista si lo había hecho pero cuando empece en mis estudios por las trasnochadas veladas de manuales médicos y de casos perdí esa costumbre. Tampoco era mala idea retomar dicha costumbre, aunque con esa compañía era una idea irrechazable. Me levante percibí que de mi cintura para abajo todo estaba completo y que andaba mi ropa interior de patitos, no lo recordaba pero había sido irrelveante, tal vez de buena suerte pero no solía creer en ello. Me pare frente a ella y dije -Ueueueueeue- llame las partes que faltaban alguna que otra salio de partes donde no me las esperaba como debajo de la cama, bajo el escritorio y una trayendo consigo una de las prendas que la espadachín cibernetica había usado -Supongo que podemos hacer una variante de uno que solía hacer en donde me entrene en combate cuerpo a cuerpo de joven- ya estaba completo pero no por mucho, puse mi mano en la cintura y saque el mismo bocado que ya en el espectáculo había tomado para estar a su altura. El abdomen se poso en el suelo como si fuese un banco, la mitad de mis largas manos también fue removida y puse mis manos sobre los hombros de Ange -Pon tus manos en mis hombros. Es un duelo, el que lo haga 50 primero gana, puedes patear al contrincante si no sigue tu ritmo y te roba espacio. Solo consiste en alternar los pies sobre el banco y hacerlo más rápido- iba ser un doble esfuerzo para mi porque debía mantenerme firme pero era parte de mis nuevas metas, un entrenamiento más arduo, había dejado muchas cosas de lado por la medicina era momento de empezar paso a paso a afinar mi arma, mi cuerpo -Solía hacer esto en la isla kanzan pero hace mucho no lo hacía, lista? 1,2,3- empezaría mi loca idea, le de el brazos largos más feliz en el mundo en ese momento, era algo me que le recordaba mi infancia, nunca fui el mejor pero los entrenamientos me había enseñado la disciplina que me había acompañado en mis estudios médicos, lo único en que en realidad me había esforzado en mi negra vida.
Las palabras de mi superior, tanto en puesto como en valor, al menos por ahora, me había motivado y aspiraba a superarla, quizás era imposible pero al menos estar a su lado en ese campo que solo la locura podía dar, irracionalidad que yo no tenía por mi mismo, el sobrepensar también es un mal, uno que reside en las almas más parsimoniosas y lentas para actuar. -Me alegro que nunca les hicieras caso, yo por otro lado más débil creí lo que no debía. Pero me inspiras a hacerlo nunca más- le decía con mis ojos que irradiaban con tal fuerza y tan baja longitud de onda que podían hacer mutar a la reina de los blues, mal que jamás le querría generar pero era lo que sentía, lo acepto, en ese momento me faltaban palabras, me dolían los ojos de tanto mirarla. De esa forma que quizás nadie podía entender más que yo, un caso único e irrepetible según mis propias teorías del mundo.
Pero lo que ella hacía, no lo que ahí pasaba, era tan ilógico como adorable, una obra del hombre en carne viva, una cyborg, de relación equiparable a la arquitectura clásica griega, simétrica y perfecta aunque en la cotidianidad no lo era con los pantalones rotos que solía portar la mayoría de las veces. -Kukuku claro que no Angelene, preferiría no comentarlo la verdad- aparentaba con todo ser un caballero, como los imaginaba y como lo había tratado de ser pero siempre conservaba, en algún recondito rincón de mi, miedo. A salir afectado por algún vinculo emocional al que no debía aferrarme, no a alguien libre como ella y como yo anhelaba ser -Estoy orgulloso de lo hecho y es porque estoy más que satisfecho con tu opinión y la mía kukuku no necesito opiniones que traten, cambien o nublen mi estado, son los dragones pero si se deben enterar ya lo harán - decía con mi efímero valor, necesitaba gritar algo como eso a los cuatro vientos para cargarme de confianza pero me sentía más valiente de esa forma, seguir luchando contra él mundo y contra su peste.
La pregunta de el ejercicio mañanero me descoloco por completo, en mi época de arte marcialista si lo había hecho pero cuando empece en mis estudios por las trasnochadas veladas de manuales médicos y de casos perdí esa costumbre. Tampoco era mala idea retomar dicha costumbre, aunque con esa compañía era una idea irrechazable. Me levante percibí que de mi cintura para abajo todo estaba completo y que andaba mi ropa interior de patitos, no lo recordaba pero había sido irrelveante, tal vez de buena suerte pero no solía creer en ello. Me pare frente a ella y dije -Ueueueueeue- llame las partes que faltaban alguna que otra salio de partes donde no me las esperaba como debajo de la cama, bajo el escritorio y una trayendo consigo una de las prendas que la espadachín cibernetica había usado -Supongo que podemos hacer una variante de uno que solía hacer en donde me entrene en combate cuerpo a cuerpo de joven- ya estaba completo pero no por mucho, puse mi mano en la cintura y saque el mismo bocado que ya en el espectáculo había tomado para estar a su altura. El abdomen se poso en el suelo como si fuese un banco, la mitad de mis largas manos también fue removida y puse mis manos sobre los hombros de Ange -Pon tus manos en mis hombros. Es un duelo, el que lo haga 50 primero gana, puedes patear al contrincante si no sigue tu ritmo y te roba espacio. Solo consiste en alternar los pies sobre el banco y hacerlo más rápido- iba ser un doble esfuerzo para mi porque debía mantenerme firme pero era parte de mis nuevas metas, un entrenamiento más arduo, había dejado muchas cosas de lado por la medicina era momento de empezar paso a paso a afinar mi arma, mi cuerpo -Solía hacer esto en la isla kanzan pero hace mucho no lo hacía, lista? 1,2,3- empezaría mi loca idea, le de el brazos largos más feliz en el mundo en ese momento, era algo me que le recordaba mi infancia, nunca fui el mejor pero los entrenamientos me había enseñado la disciplina que me había acompañado en mis estudios médicos, lo único en que en realidad me había esforzado en mi negra vida.
- OFF:
Me emocione escribiendo y casi no puse diálogos para mi gusto, ahí te va :v
Ord "The Dead"
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Creado por Ange Mar Jul 19, 2016 1:20 pm
Parecía ser que Ord se mostraba humilde y no se pondría a parlotear de lo que había ocurrido, con aquellas palabras la joven capitana se daba por satisfecha, por lo que, de ser posible en aquella posición hubiera asentido como gesto de aprobación, sin embargo estaba bastante complicado lograr aquella clase de acciones por cómo se encontraba, sin embargo tampoco creía que fuera tan necesario que le demostrará algo que obviamente la dejaba tranquila o satisfecha en ese caso particular.
Ante la pregunta del ejercicio matutino, el medico brujo de aquella poderosa tripulación ofreció hacer una versión distinta de un entrenamiento que hacia durante sus épocas de entrenamiento marcial, cosa que emociono un poco a la pirata haciéndola saltar rápidamente desde su posición en el suelo a estar de pie una vez más, sin embargo de todas formas realizo un estiramiento breve pues no quería tener problemas por el cambio de posición en su cuerpo, una vez que se sintió lista se acercó a Ord mientras seguía sus instrucciones.
Con entusiasmo la pirata se acercó a su subordinado mientras que este cambiaba su altura y la extensión de sus brazos para que el ejercicio fuera más como para ambos, realmente aquella fruta tenía bastantes usos muy interesantes y divertidos, por más de que ya los hubieras visto y probado en carne propia la joven de ojos esmeralda seguía sorprendiéndose con cada una de las extrañas maniobras de Ord, como si de una niña pequeña con un juguete nuevo se tratará.
Después de un momento tomo la postura explicada por el luchador y comenzó a realizar los movimientos que le fueron explicados con gran entusiasmo, era algo torpe por no estar acostumbrada a ellos y había buena parte del ejercicio que se desperdiciaba por culpa de sus partes mecánicas, sin embargo eso no quitaba el hecho de que la fémina se estuviera divirtiendo mientras que competía con el que la entrenaba, después de todo, una competencia siempre podía hacerla arder de emoción suficiente para olvidarse de esa clase de cosas.
Ante la pregunta del ejercicio matutino, el medico brujo de aquella poderosa tripulación ofreció hacer una versión distinta de un entrenamiento que hacia durante sus épocas de entrenamiento marcial, cosa que emociono un poco a la pirata haciéndola saltar rápidamente desde su posición en el suelo a estar de pie una vez más, sin embargo de todas formas realizo un estiramiento breve pues no quería tener problemas por el cambio de posición en su cuerpo, una vez que se sintió lista se acercó a Ord mientras seguía sus instrucciones.
Con entusiasmo la pirata se acercó a su subordinado mientras que este cambiaba su altura y la extensión de sus brazos para que el ejercicio fuera más como para ambos, realmente aquella fruta tenía bastantes usos muy interesantes y divertidos, por más de que ya los hubieras visto y probado en carne propia la joven de ojos esmeralda seguía sorprendiéndose con cada una de las extrañas maniobras de Ord, como si de una niña pequeña con un juguete nuevo se tratará.
Después de un momento tomo la postura explicada por el luchador y comenzó a realizar los movimientos que le fueron explicados con gran entusiasmo, era algo torpe por no estar acostumbrada a ellos y había buena parte del ejercicio que se desperdiciaba por culpa de sus partes mecánicas, sin embargo eso no quitaba el hecho de que la fémina se estuviera divirtiendo mientras que competía con el que la entrenaba, después de todo, una competencia siempre podía hacerla arder de emoción suficiente para olvidarse de esa clase de cosas.
Ange
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ord "The Dead" Mar Jul 19, 2016 2:44 pm
- OST Del Médico Brujo:
Ambos realizabamos el ejercicio con normalidad y bastante impetu, evidentemente mi carga era mayor y más que un calentamiento eso sería casi un entrenamiento de buenas a primeras. Como médico y con gran trato con niños, preferiblemente cuando usaba mascarilla, me daba cuenta de como la capitana era como uno de ellos perfectamente. ¿Quizás ese era el secreto de la felicidad? La inocencia o la ignorancia, esos eran los aspectos que libraban de pensamientos innecesarios a una cara sonriente.
Mi endurecido y delgado abdomen durante el ejercicio había cumplido y mis piernas también, inicialmente el duelo había sido parejo pero a la larga el cansancio por partida doble pudo más conmigo, Ange me venció pero no era algo que me importara en ese momento, era un calentamiento en el que me había excedido con el esfuerzo, poco más y empezaría a sudar tanto o más como horas antes, como en el robo o en la cama.
Aceptaba felizmente mi derrota, sabía que aún no estaba preparado para vencerla y aunque lo hubiese estado sentía que mi victoria era pasar ese rato con ella, ambos con una sonrisa que para el que lo viese desde afuera le parecería tonta pero era un lindo momento -ufff kukuku claramente me venciste Ange, la próxima vez te ganare kukuku- le decía mientras me inclinaba un poco y pronunciaba entre suspiros -ufff ueueue uf ueueueue- retomaba mi forma completa para decirle a la capitana -Supongo que ya podemos empezar felices el día- no era como que yo recientemente lo hubiese hecho pero era un buen día para eso.
Antes de salir empezaba a recorrer la habitación buscando y recolectando mis cosas, las que no podía llamar, la ropa y mis armas. Una vez estaba un poco más completo y con los patitos cubiertos le decía a la capitana -kukuku supongo que ya va siendo hora del desayuno, supongo que lo mejor es que baje a mi habitación y me de un buen baño matinal kukuku- le decía con un sonrisa, mientras la miraba algo perdido en sus ojos claros, agachando un poco mi cuerpo, con la joroba no hacía tanta falta, sobre ella mientras la sostenía por un momento con mis delgados brazos de sus hombros para darle un beso un su oscura cabellera -Ya sabes que puedes invocar a tu médico brujo cuando lo necesites kukuku- le decía con una proyección de confianza a modo de petición, por momentos pensé en darle un mejor beso pero los nervios me jugaron una mala pasada, esperaría su respuesta para unos minutos después dejarla estar, temía un poco ser el Ícaro de ese sol de apellido Di Drago.
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