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Creado por Ord "The Dead" Miér Jul 27, 2016 7:28 pm
Hace 3 años
Era uno de mis primeros viajes como médico en practicas y aparentemente la situación que me esperaba no era la más común. El reino de Lvneel era un lugar bastante ostentoso y contaba con un sin fin de riqueza pero algo estaba sucediendo, los médico más reconocidos no había logrado solventar la extraña situación que aquejaba a la población, una serie de muertes de origen desconocido. Yo como estudiante destacado y afiliado al colegio de médicos de los cuatro blues destacaba por mis méritos pese a ser siempre marginado por mi aspecto físico, no el más agraciado, lo sabía y me en ocasiones me hacía sentir mal pero en lugar de rendirme u ocultarme me enfocaba en ser mejor, en no perder ante la vida, era cobarde pero habían unas pequeñas partículas de cierto orgullo y valor escondidas en algún rincón de mi mente.
No iba solo, uno de los más destacados compañeros me acompañaba, Romerto, de los pocos que nunca me había juzgado plenamente por mi aspecto, alguna vez lo escuché hablando con los demás pero se que las cosas que dijo fueron solo para encajar, para no ser el raro que no juzgaba al aún más raro. No le guardaba resentimiento por algo como eso, en absoluto, solo lo veía como a la mayoría que son susceptibles a prejuzgar. Luego de habernos conocido mejor habíamos estrechado nuestra amistad, el tenía su rumbo definido en la vida, buscar un buen lugar donde vivir e instalarse como médico en contraposición yo no tenía idea alguna, la atención a los enfermos en más de una ocasión era molesta por sus sustos o comentarios, mi sola presencia al despertar alguno de un estado grave podía generar arritmias por mi aspecto, no es que hubiese escogido mal mi profesión, era que la tolerancia de las personas, la común mayoría, no estaba preparada.
Al llegar al lugar nos indicaron que debíamos esperar a un tercer miembro, no íbamos a ser solo dos médicos aparentemente la extrañeza de la enfermedad llevaba a pensar en causas de contaminación o estados infringidos por alguien más, aparentemente un joven había sido contratado por un mercader destacado que era quien más perdida de seres cercanos había tenido, era sospechoso porque las ubicaciones de las muertes estaban muy lejanas de otras pero se nos dijo que aguardáramos, cuando estuviésemos los tres allí reunidos nos explicarían con detalle todo lo acontecido y nos darían algunas pistas de por donde se enmarañaban las conjeturas de los que habían estado investigando el dichoso mal que por vox populi había sido nombrado tanto en las calles y periódicos como "Síndrome de Moloch" los síntomas serían bastante notorios una vez analizáramos nuestra primer victima y viésemos las imágenes recolectadas en los vision dial de quienes nos proveían la información, no sabíamos bien quienes eran pero parecía ser alguien del gobierno, eso me hizo pensar su apariencia, forma de vestir y hablar, un tipo maduro, regordete pero músculos con bigote de morsa y cabellera castaña de carrera en medio, era serio y patoso pero sin duda sabía lo que hacía, la forma en que se dirigía con autoridad era cuanto menos intimidatoria, en espacial para mí que hasta al más anciano y amigable de los doctores que me habían educado le tenía en exceso respeto a diferencia de la mayoría.
- OFF:
Cualquier cosa si el tiempo atrás es mucho atrás o lo de la forma en que te invocó no te parece la cambio
Ord "The Dead"
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Agneta Jue Jul 28, 2016 5:44 am
Hace tres años
Días atrás cierta organización había contactado con él debido a un incidente en el reino Lvneel. No entraron en detalles pero la cosa era que había que ir lo más rápido que pudieran. A Agneta no le dio tiempo de reaccionar ya que medio le obligaron a aceptar la labor. Un hombre regordete parecía ser el interesado en todo ello, demasiado interesado según Agneta. Pero bueno, mejor dejaba de pensar en él. Se tenía que concentrar en su trabajo. Demandó información sobre el caso pero sus propuestas fueron ignoradas, decían que su trabajo iba a hacer ligeramente diferente comparado con los demás miembros del equipo que esperaban en Lvneel. La adrenalina causada por la intriga corría por sus venas, tenía muchas ganas de saber su trabajo. Era el primero que iba a tener de manera "oficial" y por ello estaba un poco más nervioso de lo normal. Por fin conoció a algunos miembros de la tripulación que manejaban los datos del capitán. Le revelaron que él ya había perdido familiares y por eso estaba tan nervioso, que quería solucionarlo todo. "Bueno, para, para" fue lo primero que dijo Agneta al ver que comenzaba a hablar. ¿El caso tenía que ver con una enfermedad? Pero si él era ingeniero, que tenía que ver. Pues algo sí que podía ayudar por lo visto ya se dice que podría tratarse de alguna contaminación o algún artefacto que produzca agentes nocivos. Al final entró en razón y accedió al fin. Eso había que solucionarlo como sea, no le gustó mucho la idea de que alguien estuviera haciendo eso, ¿quién podría tener un motivo para hacer eso?
Llegaron ya al reino. Todo fue demasiado rápido. El navío ancló y montaron una escalera que llegaba al muelle. Los nervios de Agneta aumentaban con cada paso que daba por esa rampa. Había un pelotón de personas vestidas con batas y algunos con gafas pareciendo ser intelectuales. Él pasaba más bien desapercibido comparado con todos los demás. El capitán gordo le hizo una señal a uno de sus hombres para que avisara al joven ingeniero de que fuera hacia dónde él. Nada más llegar le explicó un poco más del caso. Agneta escuchaba con atención intentando captar la mayoría de detalles posibles. Cuando terminó la conversación comenzaron a andar hacia un edificio, sería el más alto que había en aquel barrio. Las cristaleras eran enormes y no se podía ver el interior desde el exterior. La planta baja era una recepción gigante, todo era demasiado blanco y los sillones negros resaltaban de entre todos los elementos que había allí. Una mujer amable les indicó el itinerario. En el ascensor a Agneta le entraron ganas de ir al baño por lo que el líder del proyecto le ordenó que fuera en cuanto terminara, él se adelantaría. El baño también era de lo más peculiar, todo estaba fabricado de un material que conseguía que la temperatura se estabilizara en aquel lugar para hacerlo lo más cómodo posible. Cuando terminó de hacer sus necesidades.
Cuando él llego todo era extraño, el ambiente había cambiado radicalmente. Ahora todo se envolvía en un entorno profesional y lleno de terminologías y palabras cultas. Las miradas se dirigieron a él. El equipo parecía constar de un par de jóvenes más, él y el que manejaba todos los hilos, el tipo regordete del bigote. Ahí se enteró de que la enfermedad la habían bautizado como el "síndrome de Moloch", pero vamos que ese nombre no le decía nada. A él lo que le interesaba era lo que estuviera relacionado en su especialidad. No se cortó ni un pelo a pesar de los nervios, preguntó qué era lo que estaba haciendo realmente él allí. ¿Qué tenía de especial si todo aquello estaba relacionado en el campo de la salud? No se sentía cómo en aquel lugar. Los otros dos miembros le daba la sensación que lo miraban de arriba abajo como si lo estuvieran analizando y se sentía, pues eso, incómodo. A pesar de ello, la intriga no había desaparecido y la parte "científica" de él le decía que no abandonara por dios, había que resolver aquello cuanto antes para que no hubieran más muertes.
Agneta
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ord "The Dead" Vie Jul 29, 2016 2:09 am
Los minutos pasaban y tanto Romerto como yo nos empezabamos a aburrir. Por suerte el tipo de bigote afirmaría con la cabeza al ver ingresar a un chico de aspecto bastante joven, delgado con una mirada algo vacía y de aspecto poco común. Me recordaba un poco a mi en mi juventud pese a que claramente no contaba con unos brazos largos y tampoco debía de ser tan pésimo con las mujeres como yo, principalmente por mi cara, bueno y mi autoestima... y probablemente mucho, en fin al parecer ya iba a empezar la explicación por parte del tipo de regordete y empezaríamos a poner atención sin aún haber recibido una presentación con los demás presentes en la sala.
El tipo que miraba con cierta mirada con autoridad desmedida y que parecía querer recriminar cualquier pregunta que se hiciese antes de que acabara la explicación comenzaba diciendo -Bueno, acá ustedes tres van a formar un pequeño grupo de investigación cientifico, probablemente ninguno de ustedes tenga idea alguna de como vamos a manejar las cosas pero yo les ire enseñando los hechos y aportandole todo lo que puedan ocupar en su momento, van a tener cierta libertad de transito y ustedes doctores podrán analizar las víctimas fenecidas. -el tipo miraba al más joven y ultimo en llegar, le decía - Joven Agneta espero que no le incomode porque usted tambien debera ver dichos cadaveres, según la información usted es ingeniero, ya verá porque debe analizarlos- esas palabras que revelaban un poco más de dicho joven y no de su fuente hacía que empezara a dudar mucho más de lo que se trataba ese tal síndrome.
El tipo se relamía el bigote y caminaba de un lado hacía otro hasta que se detuvo frente a una parte de la mesa donde se posaba una carpeta de cuero. Sacó lo que parecían unos archivos y dijo -Tomen asiento por favor- empezaba a sacar papeles y fotografías. Algunos eran certificados con firmas médicas, otros informes de los médicos que había tratado a los enfermos pero parecía como si hubiesen transpapelado planos de cyborg o pacifistas en dichos documentos, eso era lo que alcanzaba a percibir ante la aún expectante situación previa a la explicación del encargado. Volteaba a ver a Romerto para cerciorarme de que pensaba lo mismo que yo pero él parecía demasiado serio, ladee mi cabeza al recordar que no eramos tan cercanos para ese tipo de reacción. Pensé tristemente lo genial que hubiese sido, por lo mismo miré al joven que estaba al otro costado para ver que reacción tenía conmigo, ante mi extraña mirada para muchos, le vi fijamente por varios segundos intentando compenetrar con él en un atisbo de relación normal ante el silencio del encargado. No le dije nada probablemente solo lo asuste pero de momento no encontré esa conexión que la verdad no tenía con nadie, un amigo.
Las palabras del que se ubicaba del otro lado de la mesa serían -Observen bien esto- señalaba una imagen de un cadáver, era un varón caucásico, desnudo y con algo que sobrepasaba toda lógica, la mitad de su rostro estaba completamente deformada, no era algo común, era una especie de brazo metálico, un bicep, codo, antebrazo y puño. Sin duda nunca había visto nada así en los libros de médica, tenía ciertas nociones de los cyborg pero eso era absurdo, la nariz y la boca parecía pasar de la parte carnosa a la metálica sin diferencia alguna. Piel, materia orgánica y lo que parecía metal unidos de una manera como esa sin duda tenía que ser algo producto del demonio, ahora tenía un poco de sentido ese nombre pero porque en especifico ese, las incógnitas seguían creciendo cada vez más. Con un poco de duda preguntaría -uee ¿Cómo surgió eso de allí? Sin duda no tienen lógi... - el encargado de la investigación acercó el mismo informe a cada uno. Lo que decía eran las notas de los médicos que habían analizado a los enfermos. “Aún no se sabe quien tiene dicha enfermedad... No hay forma de notarlo hasta que ya es demasiado tarde... La aparición de los elementos mecánicos no ha sido captada por nadie... siempre es cerca de algún órgano vital y fatal...Los cuerpos presentan altas concentraciones de hierro muchas más veces de lo común... Y aparentemente los diseños mecánicos no están registrados bajo ninguna ... No se sabe que tan contagiosa pueda ser... De seguir así y no hallarse nada Lvneel debería ser puesto en estado de cuarentena hasta esclarecer la situación” Por la la virgen de la macarena, esa investigación estaba aún en un punto como ese. Por un momento pensé que podíamos no ser los primeros en empezar ese estudio, el pánico se apoderó de mi pero el tipo de vestimenta café dijo -Hasta ahora solo gente de acá has sido infectada, por eso es que se piensa en algún patógeno externo ambiental de larga exposición o dirigido. Como podrán imaginar no tenemos muchas pistas por donde deban empezar. Primero deben empaparse con la información registrada, conozcan la ciudad y entre ustedes. Esto podría durar bastante y es un completo secreto en su mayoría, se corre la voz de que lo produce un asesino pero aún todo son conjeturas- era lo ultimo que nos decía cuando se daba la vuelta y nos dejaba a merced de la información y sumidos en un punto de partida demasiado amplio, demasiado abierto ¿Por donde demonios íbamos a empezar? De momento solo se me ocurría hablarle al tipo nuevo pero antes de que yo lo hiciese Romerto parecía tener más iniciativa -Hola, mi nombre es Romerto y el es Ordnardo, somos médicos y por lo dicho tu eres ingeniero ¿Tu nombre es Agneta?- lo mire un momento y dije -uee prefiero que solo me llamen Ord, mucho gusto- era un saludo corto, movía mi mano derecha como si se tratara de un niño por pura inercia, todo transcurría demasiado lento dentro de ese lugar pero la intriga era por todo, no tenía idea donde ibamos a empezar o sí la iniciativa de ese joven competiría con la de Romerto pero sin duda yo no iba a dirigir nada.
El tipo que miraba con cierta mirada con autoridad desmedida y que parecía querer recriminar cualquier pregunta que se hiciese antes de que acabara la explicación comenzaba diciendo -Bueno, acá ustedes tres van a formar un pequeño grupo de investigación cientifico, probablemente ninguno de ustedes tenga idea alguna de como vamos a manejar las cosas pero yo les ire enseñando los hechos y aportandole todo lo que puedan ocupar en su momento, van a tener cierta libertad de transito y ustedes doctores podrán analizar las víctimas fenecidas. -el tipo miraba al más joven y ultimo en llegar, le decía - Joven Agneta espero que no le incomode porque usted tambien debera ver dichos cadaveres, según la información usted es ingeniero, ya verá porque debe analizarlos- esas palabras que revelaban un poco más de dicho joven y no de su fuente hacía que empezara a dudar mucho más de lo que se trataba ese tal síndrome.
El tipo se relamía el bigote y caminaba de un lado hacía otro hasta que se detuvo frente a una parte de la mesa donde se posaba una carpeta de cuero. Sacó lo que parecían unos archivos y dijo -Tomen asiento por favor- empezaba a sacar papeles y fotografías. Algunos eran certificados con firmas médicas, otros informes de los médicos que había tratado a los enfermos pero parecía como si hubiesen transpapelado planos de cyborg o pacifistas en dichos documentos, eso era lo que alcanzaba a percibir ante la aún expectante situación previa a la explicación del encargado. Volteaba a ver a Romerto para cerciorarme de que pensaba lo mismo que yo pero él parecía demasiado serio, ladee mi cabeza al recordar que no eramos tan cercanos para ese tipo de reacción. Pensé tristemente lo genial que hubiese sido, por lo mismo miré al joven que estaba al otro costado para ver que reacción tenía conmigo, ante mi extraña mirada para muchos, le vi fijamente por varios segundos intentando compenetrar con él en un atisbo de relación normal ante el silencio del encargado. No le dije nada probablemente solo lo asuste pero de momento no encontré esa conexión que la verdad no tenía con nadie, un amigo.
Las palabras del que se ubicaba del otro lado de la mesa serían -Observen bien esto- señalaba una imagen de un cadáver, era un varón caucásico, desnudo y con algo que sobrepasaba toda lógica, la mitad de su rostro estaba completamente deformada, no era algo común, era una especie de brazo metálico, un bicep, codo, antebrazo y puño. Sin duda nunca había visto nada así en los libros de médica, tenía ciertas nociones de los cyborg pero eso era absurdo, la nariz y la boca parecía pasar de la parte carnosa a la metálica sin diferencia alguna. Piel, materia orgánica y lo que parecía metal unidos de una manera como esa sin duda tenía que ser algo producto del demonio, ahora tenía un poco de sentido ese nombre pero porque en especifico ese, las incógnitas seguían creciendo cada vez más. Con un poco de duda preguntaría -uee ¿Cómo surgió eso de allí? Sin duda no tienen lógi... - el encargado de la investigación acercó el mismo informe a cada uno. Lo que decía eran las notas de los médicos que habían analizado a los enfermos. “Aún no se sabe quien tiene dicha enfermedad... No hay forma de notarlo hasta que ya es demasiado tarde... La aparición de los elementos mecánicos no ha sido captada por nadie... siempre es cerca de algún órgano vital y fatal...Los cuerpos presentan altas concentraciones de hierro muchas más veces de lo común... Y aparentemente los diseños mecánicos no están registrados bajo ninguna ... No se sabe que tan contagiosa pueda ser... De seguir así y no hallarse nada Lvneel debería ser puesto en estado de cuarentena hasta esclarecer la situación” Por la la virgen de la macarena, esa investigación estaba aún en un punto como ese. Por un momento pensé que podíamos no ser los primeros en empezar ese estudio, el pánico se apoderó de mi pero el tipo de vestimenta café dijo -Hasta ahora solo gente de acá has sido infectada, por eso es que se piensa en algún patógeno externo ambiental de larga exposición o dirigido. Como podrán imaginar no tenemos muchas pistas por donde deban empezar. Primero deben empaparse con la información registrada, conozcan la ciudad y entre ustedes. Esto podría durar bastante y es un completo secreto en su mayoría, se corre la voz de que lo produce un asesino pero aún todo son conjeturas- era lo ultimo que nos decía cuando se daba la vuelta y nos dejaba a merced de la información y sumidos en un punto de partida demasiado amplio, demasiado abierto ¿Por donde demonios íbamos a empezar? De momento solo se me ocurría hablarle al tipo nuevo pero antes de que yo lo hiciese Romerto parecía tener más iniciativa -Hola, mi nombre es Romerto y el es Ordnardo, somos médicos y por lo dicho tu eres ingeniero ¿Tu nombre es Agneta?- lo mire un momento y dije -uee prefiero que solo me llamen Ord, mucho gusto- era un saludo corto, movía mi mano derecha como si se tratara de un niño por pura inercia, todo transcurría demasiado lento dentro de ese lugar pero la intriga era por todo, no tenía idea donde ibamos a empezar o sí la iniciativa de ese joven competiría con la de Romerto pero sin duda yo no iba a dirigir nada.
Ord "The Dead"
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