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Creado por Jason D. Redfox Jue Oct 06, 2016 5:07 pm
Fue el segundo día después de llegar al Campamento Las, cuando conocí a un buen samurai la vez que Koya había desaparecido y estaba muy preocupado. Habíamos logrado conseguir una diminuta habitación bastante estrecha en la que cabía una diminuta cama individual, pero que venía siendo mejor que dormir a la intemperie. Ambos nos fuimos a dormir nada más acostarnos, y no desperté hasta cerca de la hora de la comida, cuando el olor que provenía del comedor llegó hasta mi nariz.
-¿Ko...ya? -llamo al pequeño animal al no verlo a mi lado, lugar que acostumbra ocupar cuando me voy a dormir, siempre acompañándome a cualquier lugar que vaya, excepto al baño, después de haberme tirado largas horas intentando que se quedara fuera para poder estar tranquilo, llegando a abrir -de alguna forma- la puerta cuando aún no me hacía caso respecto a eso. Por suerte, ahora no lo hace.
-Disculpe... ¿Ha visto... al animal que me acompañaba anoche? -le pregunto al jefe del lugar, quien me atendió ayer mismo, el cual responde que le pareció ver a Koya salir por la puerta principal hace un rato, lo cual me hace salir a gran velocidad hacia el exterior, tapándome los ojos durante unos segundos hasta que consigo acostumbrarme a la claridad del día.
Koya... ¿Dónde fuiste?, pienso preocupado mientras miro de un lado a otro, girándome al escuchar al señor decirme que "tenga", recibiendo una pequeña bolsa que parece contener comida en el interior, diciéndome que ya me la pagaría luego. Agradecido, me despido de él y comienzo a buscarla, sin saber que ahora mismo se encontró con un hombre con un vestuario muy distinto al que se suele ver en esta isla.
-¿Ko...ya? -llamo al pequeño animal al no verlo a mi lado, lugar que acostumbra ocupar cuando me voy a dormir, siempre acompañándome a cualquier lugar que vaya, excepto al baño, después de haberme tirado largas horas intentando que se quedara fuera para poder estar tranquilo, llegando a abrir -de alguna forma- la puerta cuando aún no me hacía caso respecto a eso. Por suerte, ahora no lo hace.
-Disculpe... ¿Ha visto... al animal que me acompañaba anoche? -le pregunto al jefe del lugar, quien me atendió ayer mismo, el cual responde que le pareció ver a Koya salir por la puerta principal hace un rato, lo cual me hace salir a gran velocidad hacia el exterior, tapándome los ojos durante unos segundos hasta que consigo acostumbrarme a la claridad del día.
Koya... ¿Dónde fuiste?, pienso preocupado mientras miro de un lado a otro, girándome al escuchar al señor decirme que "tenga", recibiendo una pequeña bolsa que parece contener comida en el interior, diciéndome que ya me la pagaría luego. Agradecido, me despido de él y comienzo a buscarla, sin saber que ahora mismo se encontró con un hombre con un vestuario muy distinto al que se suele ver en esta isla.
- off:
- Bueno, eso es lo que se me ocurrió, pero si no te gusta puedo cambiarlo. Si te tiene sentido, podemos poner que a Kuya le llamaste la atención y ahora te sigue; si eso, podemos hacer que tarden en encontrarse, o que en un momento dado, cuando vayan a hacerlo, Kuya desaparezca y Toshiro le diga que la encontró y bla bla...
Última edición por Jason D. Redfox el Miér Oct 12, 2016 7:02 am, editado 1 vez
Jason D. Redfox
Hoja de personaje
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Creado por Toshiro Hitsugaya Lun Oct 10, 2016 10:57 am
La llegada del peliblanco a Campamento Las se debía a una mera casualidad, originalmente no quería acabar en esa isla sin embarco poco era lo que podía hacer ya que el barco en el que viajaba se detuvo para una revisión y arreglos luego de la tormenta vivida en los últimos días en alta mar. Sin poder estar en el barco y viajando solo decidió conocer un poco de la y quizás conseguir algo para comer, distinto a lo que le daban todos los días en el barco.
No conocía muchos detalles de la isla donde se encontraba salvo que en el ultimo tiempo la cantidad de piratas había aumentando notablemente. Lo que era perfecto con su trabajo como cazarrecompensas pero de momento no tenia intenciones alguna de ir capturando piratas o todo lo que involucraba un trabajo como el que usaba para obtener algo de dinero, sobre todo el conseguir información de quien capturar al ser la que más tiempo le llevaba y no disponía de eso precisamente.
Al caminar por las calles más cercanas al puerto la gente que caminaba a su alrededor se le quedaba viendo unos segundos, llegando a darse vuelta para verlo. Como solía ocurrir llamaba la atención del resto al versus las ropas tradicionales de su isla natal, Wanokuni, las que son muy diferentes a la del resto de islas en las que ha visitado. Con un color completamente negro salvo por el cinturón de color blanco que usaba a la mitad de su cuerpo para sostener sus Katanas era perfecto para mantenerse fresco pese al calor que estaba haciendo.
Luego de unos diez minutos caminando tranquilo el peliblanco llega a una plaza con un lugar para sentarse bajo la sombra de un árbol. Sin nada mejor que hacer se sienta en el lugar quedando de frente a la calle viendo a las personas ir de un lado para otro. Cerca de él pudo sentir un sonido extraño a lo que se giro para ver de que se trataba, encontrándose con un animal que nunca antes había visto. Lo tomo con sus manos con cuidado para ver que le pasaba, sin poder notar algo extraño a simple vista.
No conocía muchos detalles de la isla donde se encontraba salvo que en el ultimo tiempo la cantidad de piratas había aumentando notablemente. Lo que era perfecto con su trabajo como cazarrecompensas pero de momento no tenia intenciones alguna de ir capturando piratas o todo lo que involucraba un trabajo como el que usaba para obtener algo de dinero, sobre todo el conseguir información de quien capturar al ser la que más tiempo le llevaba y no disponía de eso precisamente.
Al caminar por las calles más cercanas al puerto la gente que caminaba a su alrededor se le quedaba viendo unos segundos, llegando a darse vuelta para verlo. Como solía ocurrir llamaba la atención del resto al versus las ropas tradicionales de su isla natal, Wanokuni, las que son muy diferentes a la del resto de islas en las que ha visitado. Con un color completamente negro salvo por el cinturón de color blanco que usaba a la mitad de su cuerpo para sostener sus Katanas era perfecto para mantenerse fresco pese al calor que estaba haciendo.
Luego de unos diez minutos caminando tranquilo el peliblanco llega a una plaza con un lugar para sentarse bajo la sombra de un árbol. Sin nada mejor que hacer se sienta en el lugar quedando de frente a la calle viendo a las personas ir de un lado para otro. Cerca de él pudo sentir un sonido extraño a lo que se giro para ver de que se trataba, encontrándose con un animal que nunca antes había visto. Lo tomo con sus manos con cuidado para ver que le pasaba, sin poder notar algo extraño a simple vista.
Toshiro Hitsugaya
Hoja de personaje
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Creado por Jason D. Redfox Lun Oct 10, 2016 3:29 pm
Ya teniendo hambre desde que recuperé la consciencia tras dormir, ahora que la preocupación por no encontrar a Koya me envolvía mi estómago comienza a rugir con más fuerza, así que mientras corro buscándola, introduzco una de mis manos en la bolsa con comida que me dio el dueño para sacar el trozo de un bocadillo bastante completo, con algo de carne y verduras. No dudo en darle un buen mordisco, masticando con dificultad al estar en movimiento, pero sin descuidar ninguna de ambas cosas.
¿Por qué se habrá ido de repente? Es muy raro..., pienso muy extrañado mientras le intento buscar algún sentido a su desaparición. ¿Quizás... fue secuestrada?! No, me parece muy poco probable dado que mi sueño no es tan profundo como para no sentir si alguien se cuela en nuestra habitación. Aunque la cosa sería distinta si hubiesen atraído a Koya hasta el pasillo y poder atraparla sin tener que entrar en el interior... ¿Realmente me hará mucho bien pensar este tipo de cosas?
Koya había sido despertada antes por su gran olfato, deleitándose con el olor a comida que procedía de la cocina del lugar en el que nos conseguimos quedar la noche anterior. La puerta estaba un mal estado, así que no se lograba cerrar del todo, permitiéndole a Koya salir sin problemas, terminando en la calle cuando un cliente había abierto la puerta de la entrada. Se había perdido tanto por los olores que recibía de fuera que, para cuando se quiso dar cuenta, ni ella sabía donde se encontraba, y menos donde andaba J.. Lo único que logró distraerla fue un olor distinto al resto, llevándola hasta -posiblemente- la persona más llamativa del Campamento Las en estos momentos, con sus pequeñas tripas sonando por el hambre que parece devorarla por dentro, mirando con tristeza al chico que la acaba de pillar, como si le estuviera rogando por algo que llevarse a la boca.
¿Por qué se habrá ido de repente? Es muy raro..., pienso muy extrañado mientras le intento buscar algún sentido a su desaparición. ¿Quizás... fue secuestrada?! No, me parece muy poco probable dado que mi sueño no es tan profundo como para no sentir si alguien se cuela en nuestra habitación. Aunque la cosa sería distinta si hubiesen atraído a Koya hasta el pasillo y poder atraparla sin tener que entrar en el interior... ¿Realmente me hará mucho bien pensar este tipo de cosas?
Mientras tanto...
Koya había sido despertada antes por su gran olfato, deleitándose con el olor a comida que procedía de la cocina del lugar en el que nos conseguimos quedar la noche anterior. La puerta estaba un mal estado, así que no se lograba cerrar del todo, permitiéndole a Koya salir sin problemas, terminando en la calle cuando un cliente había abierto la puerta de la entrada. Se había perdido tanto por los olores que recibía de fuera que, para cuando se quiso dar cuenta, ni ella sabía donde se encontraba, y menos donde andaba J.. Lo único que logró distraerla fue un olor distinto al resto, llevándola hasta -posiblemente- la persona más llamativa del Campamento Las en estos momentos, con sus pequeñas tripas sonando por el hambre que parece devorarla por dentro, mirando con tristeza al chico que la acaba de pillar, como si le estuviera rogando por algo que llevarse a la boca.
Jason D. Redfox
Hoja de personaje
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Creado por Toshiro Hitsugaya Miér Oct 12, 2016 12:29 am
No sabía por cuánto tiempo se quedaría en Campamento Las, por lo que le habían dicho al bajar del barco el tiempo mínimo seria de unas 12 horas por lo que al anochecer deberían estar todos los que quieran seguir viajando en el barco o poder elegir otra opción para continuar con su viaje. En el caso del peliblanco y pese a que era un Navegante en esta ocasión prefería estar en el barco de alguien más para descansar luego de varios días en que paso por altos y bajos en más de un aspecto, además así tampoco debería preocuparse de la comida y del dinero para viajar a causa de que con la ayuda que daba en la cocina lo estaban dejando viajar gratis.
Ahora que se encontraba sentado en esa banco bajo la sombra del árbol que estaba por encima se encontró con un animal que nunca antes había visto, lo primero que pensó al verlo es que se trataba de la unión de un zorro por un perro y a pesar de que tampoco había visto esa combinación estaba bastante seguro de que así seria. Lo estaba tomando con ambas manos para verlo con más detalles, aun desconocía porque estaba haciendo sonidos para que lo tomara, a simple vista no parecía tener alguna herida o rastro de un objeto que pudiera incomodarle, a ojos del peliblanco se veía bastante saludable. Lo debería a su lado derecho en el resto de banca para que descansara pero no fue así, el animal se acercó a su ropa olfateando con fuerza un bolsillo del cazador por lo que metió su mano para ver si poseía guardado algo en ese sitio, encontrándose con que guardaba un trozo de pan que partió para que pudiera comenzar a comer de apoco. — ¿Dónde estará tu dueño? — Miraba hacia ambas direcciones esperando a que el dueño de la mascota llegara a buscarlo, pese a que el animal era bastante pequeño no podía llevarlo en el barco así que no tendría donde dejarlo una vez que tuviera que volver, esa era una de las pocas reglas que poseía el barco en el cual estaba viajando.
Ahora que se encontraba sentado en esa banco bajo la sombra del árbol que estaba por encima se encontró con un animal que nunca antes había visto, lo primero que pensó al verlo es que se trataba de la unión de un zorro por un perro y a pesar de que tampoco había visto esa combinación estaba bastante seguro de que así seria. Lo estaba tomando con ambas manos para verlo con más detalles, aun desconocía porque estaba haciendo sonidos para que lo tomara, a simple vista no parecía tener alguna herida o rastro de un objeto que pudiera incomodarle, a ojos del peliblanco se veía bastante saludable. Lo debería a su lado derecho en el resto de banca para que descansara pero no fue así, el animal se acercó a su ropa olfateando con fuerza un bolsillo del cazador por lo que metió su mano para ver si poseía guardado algo en ese sitio, encontrándose con que guardaba un trozo de pan que partió para que pudiera comenzar a comer de apoco. — ¿Dónde estará tu dueño? — Miraba hacia ambas direcciones esperando a que el dueño de la mascota llegara a buscarlo, pese a que el animal era bastante pequeño no podía llevarlo en el barco así que no tendría donde dejarlo una vez que tuviera que volver, esa era una de las pocas reglas que poseía el barco en el cual estaba viajando.
- OFF:
- Toshiro en el momento en que estaba en los Blues era un Cazarrecompensas y al llegar a su primera isla en GL paso a convertirse en Marine. Aclaro para cuando diga que era un cazador.
Toshiro Hitsugaya
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Creado por Jason D. Redfox Miér Oct 12, 2016 7:01 am
En la bolsa se encontraban dos bocadillos bastante grandes, ambos cortados a la mitad. De esos cuatro trozos, he comido dos de ellos mientras buscaba por todas partes a Koya, preguntando a varias personas si la habían visto, pero nadie respondió afirmativamente. Aunque aún podría comerme un tercer trozo, decido dejar los dos restantes para la pequeña criatura ya que seguramente se debe encontrar hambrienta si ha debido de salir así sin más de la habitación. Aunque espero que -sobre todo- esté bien y no metida en ningún problema...
Koya logra encontrar el aroma del trozo de pan que lleva el albino en su bolsillo, llevándoselo a la boca cuando se lo ofrece sin dudarlo un segundo. El hambre que tiene le permite terminar de devorarlo en cuestión de un minuto, sin dejar más que unas diminutas migas en el lugar donde había tenido el trozo de pan, y se coloca sobre el regazo del chico, acomodándose tras dar dos vueltas sobre sus piernas y acostarse, agitando su cola un par de veces mientras dirige su mirada hacia el humano, dando un pequeño "ladrido", como si le estuviera dando las gracias por haberla alimentado.
-¿Koya? -justo cuando pasaba cerca del lugar, escuché su ladrido, el cual reconozco al instante -o al menos se me hace muy familiar- y decido correr en esa dirección, encontrándome con ella, en el regazo de un hombre bastante llamativo, tanto por su pelo albino como por la ropa que lleva, mirándolo fijamente mientras me subo las gafas, recordando algo que leí hace tiempo en un libro.
-¿Un samurai? -pienso en voz alta, recordando haber leído en un libro sobre gente que vestía de una forma similar y que se llamaban "samurais", portando con ellos una espada con un filo muy delgado llamada katana.
Koya logra encontrar el aroma del trozo de pan que lleva el albino en su bolsillo, llevándoselo a la boca cuando se lo ofrece sin dudarlo un segundo. El hambre que tiene le permite terminar de devorarlo en cuestión de un minuto, sin dejar más que unas diminutas migas en el lugar donde había tenido el trozo de pan, y se coloca sobre el regazo del chico, acomodándose tras dar dos vueltas sobre sus piernas y acostarse, agitando su cola un par de veces mientras dirige su mirada hacia el humano, dando un pequeño "ladrido", como si le estuviera dando las gracias por haberla alimentado.
-¿Koya? -justo cuando pasaba cerca del lugar, escuché su ladrido, el cual reconozco al instante -o al menos se me hace muy familiar- y decido correr en esa dirección, encontrándome con ella, en el regazo de un hombre bastante llamativo, tanto por su pelo albino como por la ropa que lleva, mirándolo fijamente mientras me subo las gafas, recordando algo que leí hace tiempo en un libro.
-¿Un samurai? -pienso en voz alta, recordando haber leído en un libro sobre gente que vestía de una forma similar y que se llamaban "samurais", portando con ellos una espada con un filo muy delgado llamada katana.
Jason D. Redfox
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Creado por Toshiro Hitsugaya Sáb Oct 15, 2016 2:15 am
El animal no tardó mucho en acabar con el trozo completo de pan que hasta hace tan solo un instante se encontraba dentro del bolsillo del peliblanco, le basto tan solo de un minuto para poder comerlo sin dejar mayor rastro de lo que se estaba llevando al hocico. En el momento en que el samurái miraba hacia los constados para ver si el dueño llegaba a aparecer el animal aprovecho para colocarse sobre su regazo, luego de acomodarse dando un par de vueltas las que el cazador sentía a duras penas, fijándose como se encontraba el animal una vez que estaba mirándole e instalado sobre su regazo para descansar luego de la comida. — No me puedo quedar contigo. — Se lamentaba por el hecho de que una vez se acabara el tiempo de su estadía en la isla tendría que dejar al animal a la buena de Dios a menos que encontrara a alguien que fuera capaz de cuidarlo.
Una voz llamaría su atención girando su rostro para ver de quien se trataba, un hombre que nunca antes había tenido la oportunidad de conocer, con un cabello de color rojo junto a unos lentes, alguien que resaltaba del resto de la gente a simple vista. — Más o menos. — Respondería a la preguntaba que le estaba haciendo, era cierto que nació en la isla de Wanokuni pero no fue mucho el tiempo que vivió en ella. — Mi padre me obligo a usar este tipo de vestimenta. — Explicaría sin motivo alguno, aunque si mantenía algo de verdad lo que estaba diciendo, fue su padre principalmente quien le enseño las costumbres de su isla natal.
Un movimiento del animal hizo que el peliblanco mirara hacia abajo para saber si es que le sucedía algo, al ver que no se trataba de nada a simple viste volvería a dirigir su mirada hacia el pelirrojo aquel. — ¿Conoces cuál es el nombre de la raza de este animal? — Con su mano derecha apuntaba a quien aún se encontraba sobre su regazo, si conseguía información podría comenzar a buscar a su dueño antes de zarpar.
Una voz llamaría su atención girando su rostro para ver de quien se trataba, un hombre que nunca antes había tenido la oportunidad de conocer, con un cabello de color rojo junto a unos lentes, alguien que resaltaba del resto de la gente a simple vista. — Más o menos. — Respondería a la preguntaba que le estaba haciendo, era cierto que nació en la isla de Wanokuni pero no fue mucho el tiempo que vivió en ella. — Mi padre me obligo a usar este tipo de vestimenta. — Explicaría sin motivo alguno, aunque si mantenía algo de verdad lo que estaba diciendo, fue su padre principalmente quien le enseño las costumbres de su isla natal.
Un movimiento del animal hizo que el peliblanco mirara hacia abajo para saber si es que le sucedía algo, al ver que no se trataba de nada a simple viste volvería a dirigir su mirada hacia el pelirrojo aquel. — ¿Conoces cuál es el nombre de la raza de este animal? — Con su mano derecha apuntaba a quien aún se encontraba sobre su regazo, si conseguía información podría comenzar a buscar a su dueño antes de zarpar.
Toshiro Hitsugaya
Hoja de personaje
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Creado por Jason D. Redfox Sáb Oct 15, 2016 2:23 pm
La respuesta del otro hombre no me deja muy claro si realmente se trata de alguien que proviene de Wano, una isla del Nuevo Mundo de la que se comenta en varios libros y leyendas que sus habitantes visten con una ropa cuyo estilo difiere al de resto de personas y seres, y que su cultura se basa en la esgrima con katana o artes especiales llamadas "artes ninja", aunque esa clase de información es prácticamente nula sin importar donde se busque. Al menos tengo claro que está al tanto de lo que hablo.
Al verme, Koya se levanta del regazo del otro y da un gran salto hacia mí, cuando ya me encontraba a menos de un metro de distancia de ellos, pero suficiente para que esta llegue hasta mi pecho, al cual se adhiere con sus garras el suficiente tiempo para que pueda cogerla con la mano que tengo libre, empujándola hacia arriba para que pudiera colocarse sobre mi hombro izquierdo, como acostumbra hacer.
-La realidad es que no lo tengo claro. Por lo que busqué, sé que es una clase de zorro, pero no sé exactamente a cuál pertenece. -le respondo mientras me acerco hasta quedar a su lado, de pie, y rebusco en la bolsa para darle un trozo de bocadillo a Koya, la cual comienza a mordisquear la comida que le ofrezco desde mi hombro, manteniendo el trozo de bocadillo sujeto para que pueda comerlo tranquilamente.
-Ah, si... -digo de repente, cuando me doy cuenta de ese importante detalle. -Muchas gracias por cuidar de ella. Espero que no le haya causado problemas. -casi me olvidaba de darle las gracias, ya que cuando los encontré, vi a Koya en su regazo, y no creo que sea capaz de hacer eso con cualquier persona, considerando que unos sujetos capturaron a varios de su especie -incluida ella- y no se veían muy contentos cuando los encontré en su barco. Aún me entristece no haber sido capaz de liberarlos a todos, pero me alegro de que al menos Koya pudiera ser libre desde ese día, en lugar de terminar en dios sabe dónde, con dios sabe quién.
Al verme, Koya se levanta del regazo del otro y da un gran salto hacia mí, cuando ya me encontraba a menos de un metro de distancia de ellos, pero suficiente para que esta llegue hasta mi pecho, al cual se adhiere con sus garras el suficiente tiempo para que pueda cogerla con la mano que tengo libre, empujándola hacia arriba para que pudiera colocarse sobre mi hombro izquierdo, como acostumbra hacer.
-La realidad es que no lo tengo claro. Por lo que busqué, sé que es una clase de zorro, pero no sé exactamente a cuál pertenece. -le respondo mientras me acerco hasta quedar a su lado, de pie, y rebusco en la bolsa para darle un trozo de bocadillo a Koya, la cual comienza a mordisquear la comida que le ofrezco desde mi hombro, manteniendo el trozo de bocadillo sujeto para que pueda comerlo tranquilamente.
-Ah, si... -digo de repente, cuando me doy cuenta de ese importante detalle. -Muchas gracias por cuidar de ella. Espero que no le haya causado problemas. -casi me olvidaba de darle las gracias, ya que cuando los encontré, vi a Koya en su regazo, y no creo que sea capaz de hacer eso con cualquier persona, considerando que unos sujetos capturaron a varios de su especie -incluida ella- y no se veían muy contentos cuando los encontré en su barco. Aún me entristece no haber sido capaz de liberarlos a todos, pero me alegro de que al menos Koya pudiera ser libre desde ese día, en lugar de terminar en dios sabe dónde, con dios sabe quién.
Jason D. Redfox
Hoja de personaje
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Creado por Toshiro Hitsugaya Lun Oct 17, 2016 4:26 pm
El zorro al ver al pelirrojo se levantó del regazo dando un gran salto para llegar hasta donde se encontraba el hombre de lentes, quien lo ayudo a subir hasta su hombro una vez que estuvo en su pecho. Al parecer ambos se conocían por lo cual ya no tendría que preocuparse por encontrarle un lugar donde dormir o a quien fuera su dueño, ahora debía hacerlo aquel pelirrojo a menos que fuera su dueño original. Por lo que conocía del animal podría acercarse a las personas simplemente para conseguir algo de comida.
Escuchaba con atención las palabras del pelirrojo una vez que comenzó a hablar sobre la raza del animal, de la cual no se encontraba del todo seguro pero si conocía más que el peliblanco. — Se parece mucho a un zorro pero no estaba seguro. — Agregaría el espadachín a lo dicho por el pelirrojo, viendo que le entregaba más comida la cual el animal sostenía por si solo para comer.
— No es nada, hace poco que me encontré con él. — Afirma mirando al animal quien seguía comiendo. — Me acabo de encontrar con ella y no sabía de dónde provenía, como me tengo que ir en un par de horas de la isla no sabía con quién podría dejarla, es la primera vez que estoy en Campamento Las. — Llevo su mano derecho hasta su nuca para rascarse con suavidad, observando como la gente seguía pasando frente a ellos como si aquel lugar no fuera uno con la calle por donde estaban caminando.
Llevo su vista nuevamente hacia el pelirrojo. — ¿A ti que te trae a la isla? — Preguntaría un poco curioso para conocer un poco más a quien estaba frente a él. — Posees vestimentas muy particulares. — No era mejor para hablar sobre vestimentas que llamaban la atención pero si el hombre de lentes frente a él era el primero en llamar su atención por las vestimentas que usa.
Escuchaba con atención las palabras del pelirrojo una vez que comenzó a hablar sobre la raza del animal, de la cual no se encontraba del todo seguro pero si conocía más que el peliblanco. — Se parece mucho a un zorro pero no estaba seguro. — Agregaría el espadachín a lo dicho por el pelirrojo, viendo que le entregaba más comida la cual el animal sostenía por si solo para comer.
— No es nada, hace poco que me encontré con él. — Afirma mirando al animal quien seguía comiendo. — Me acabo de encontrar con ella y no sabía de dónde provenía, como me tengo que ir en un par de horas de la isla no sabía con quién podría dejarla, es la primera vez que estoy en Campamento Las. — Llevo su mano derecho hasta su nuca para rascarse con suavidad, observando como la gente seguía pasando frente a ellos como si aquel lugar no fuera uno con la calle por donde estaban caminando.
Llevo su vista nuevamente hacia el pelirrojo. — ¿A ti que te trae a la isla? — Preguntaría un poco curioso para conocer un poco más a quien estaba frente a él. — Posees vestimentas muy particulares. — No era mejor para hablar sobre vestimentas que llamaban la atención pero si el hombre de lentes frente a él era el primero en llamar su atención por las vestimentas que usa.
Toshiro Hitsugaya
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Creado por Jason D. Redfox Mar Oct 18, 2016 2:03 pm
El "samurai" parece conocer también las criaturas clasificadas en la raza zorruna, aunque -al igual que yo- desconoce cuál pueda ser el tipo en concreto de Koya. Pero no lo siento muy importante, tan solo un dato interesante, así que no tengo ninguna prisa por descubrirlo aunque parezca lo contrario. La pequeña criatura come con más normalidad el bocadillo en comparación al trozo de pan que le entregaron, manteniéndose sujeta a mi hombro con sus garras para evitar perder el equilibrio y caer mientras me encuentro en movimiento, aproximándome un poco más al otro para no mantener una distancia demasiado exagerada, tal y como le tuviera miedo o tuviese precaución por alguna razón.
-Mi nombre es J., y también es mi primera vez aquí... creo... -respondo mientras muestro dudas sobre lo dicho en mi cara, ya que la pérdida de memoria me ha hecho perder todos mis recuerdos desde -al rededor- diecisiete años desde que desperté en aquella barca, en medio del océano conocido como West Blue. ¿Habría venido alguna vez a esta isla? En ningún momento sentí dolor o un sentimiento de "familiaridad" al pasear por parte del campamento, así que no lo creo.
-¿Tienes más ropa de ese estilo? Siento ganas por probarla... -le pregunto, casi como si llegara a ignorar sus palabras referentes a mi vestuario, pero las escuché. No es realmente una sorpresa que me diga eso, dado que su estilo es muy diferente al del West Blue -y cualquier Blue lo más seguro- así que los "raros" somos los demás excepto él, y al revés en nuestro caso. Aunque eso no me importa realmente, ya que me llama más la curiosidad por probarme ese tipo de ropa tan diferente.
-Mi nombre es J., y también es mi primera vez aquí... creo... -respondo mientras muestro dudas sobre lo dicho en mi cara, ya que la pérdida de memoria me ha hecho perder todos mis recuerdos desde -al rededor- diecisiete años desde que desperté en aquella barca, en medio del océano conocido como West Blue. ¿Habría venido alguna vez a esta isla? En ningún momento sentí dolor o un sentimiento de "familiaridad" al pasear por parte del campamento, así que no lo creo.
-¿Tienes más ropa de ese estilo? Siento ganas por probarla... -le pregunto, casi como si llegara a ignorar sus palabras referentes a mi vestuario, pero las escuché. No es realmente una sorpresa que me diga eso, dado que su estilo es muy diferente al del West Blue -y cualquier Blue lo más seguro- así que los "raros" somos los demás excepto él, y al revés en nuestro caso. Aunque eso no me importa realmente, ya que me llama más la curiosidad por probarme ese tipo de ropa tan diferente.
Jason D. Redfox
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Creado por Toshiro Hitsugaya Jue Oct 20, 2016 5:34 pm
El peliblanco quedaba atento a lo que pudiera decirle el pelirrojo, entrecerrando un poco los ojos al escuchar su nombre o por lo menos parte de este ya que tan solo le había mencionado una letra. — ¿Solamente J? — Preguntaba para llamarlo de forma correcta y no solamente por una letra, era la primera persona que conocía con un nombre así, lo que le llamaba la atención querer saber de dónde provenía el sujeto. — ¿Cuál fue la isla en la que naciste? — Quizás al saber la isla de la que provenía tal llamativo hombre podría explicar sus extrañas ropas como también su peculiar nombre.
Ante su preguntaría bajaría la cabeza para darle una mirada a las vestimentas que estaba usando ese día, con las cuales se sentía muy fresco sin importar si el clima era cálido o frío. — No, no tengo más ropas como estas. — Volvería a dirigir su vista al rostro de J. — Estas las confecciono mi madre unos días antes de morir. Si quieres tener una como estas tendrás que visitar la isla de Wano en Nuevo Mundo, las confecciono teniendo en mente las ropas tradicionales de la isla donde provenimos. — El rostro del peliblanco se podía notar más serio al estar hablando sobre su madre y la isla de donde nació, al fin y al cabo es donde debía regresar como una misión personal.
Inhalaría con más fuerza de la normal sin darse cuenta de que lo estaba haciendo. — ¿Conociste algo interesante de la isla en tu estancia? — Preguntaba colocándose las manos sobre sus rodillas, ya estaba siendo hora para volver al barco para saber cómo estaba la reparación del mismo y ver si podían continuar con el viaje. — Me queda poco tiempo en la isla y me gustaría conocer un buen lugar antes de irme, lo único que he conocido es el camino del puerto hasta aquí. — Explicaba con total calma.
Ante su preguntaría bajaría la cabeza para darle una mirada a las vestimentas que estaba usando ese día, con las cuales se sentía muy fresco sin importar si el clima era cálido o frío. — No, no tengo más ropas como estas. — Volvería a dirigir su vista al rostro de J. — Estas las confecciono mi madre unos días antes de morir. Si quieres tener una como estas tendrás que visitar la isla de Wano en Nuevo Mundo, las confecciono teniendo en mente las ropas tradicionales de la isla donde provenimos. — El rostro del peliblanco se podía notar más serio al estar hablando sobre su madre y la isla de donde nació, al fin y al cabo es donde debía regresar como una misión personal.
Inhalaría con más fuerza de la normal sin darse cuenta de que lo estaba haciendo. — ¿Conociste algo interesante de la isla en tu estancia? — Preguntaba colocándose las manos sobre sus rodillas, ya estaba siendo hora para volver al barco para saber cómo estaba la reparación del mismo y ver si podían continuar con el viaje. — Me queda poco tiempo en la isla y me gustaría conocer un buen lugar antes de irme, lo único que he conocido es el camino del puerto hasta aquí. — Explicaba con total calma.
Toshiro Hitsugaya
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