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Creado por TR-3.5H Jue Ene 14, 2016 11:05 pm
El anaranjado disco solar se posaba en el horizonte, estaba atardeciendo en aquella isla del north blue conocida por sus excelsos vinos y grandes viñedos, un lugar en el cual sin lugar a dudas abundaban las características más negativas de la humanidad, dado que no faltaría el hombre que se emborrachara y dejase salir lo peor de su ser convirtiendo el lugar del mejor alcohol en el lugar de la peor escoria social, o al menos sería en las zonas más bajas y con unos ingresos reducidos, la zona marginal siempre existente en todos los rincones del mundo.
En aquella zona marginal se daría la reunión entre ciertos miembros de la armada revolucionaría, el secretismo es algo normal en un grupo de personas que se han ganado la enemistad del gobierno mundial, por lo que no era raro tener que recurrir a las zonas de menor seguridad para que fueran el foco de reunión de aquellas personas que decidieran cambiar este mundo por una u otra razón, seguramente al ver la miseria y la situación cotidiana en aquellas zonas más de un espíritu revolucionario se visto enfurecido contra el gobierno que permitía que esta situación se diera, por suerte para las pocas fuerzas del orden que deambulaban por allí, la reunión que pronto se concretaría requería cierto secreto que impedía a los participantes causar el alboroto que quisieran solo por sus ideales.
Ataviado completamente debajo de una gran túnica marrón desde la cual sobresalían dos grandes cuernos rojos se encontraba una figura acurrucada entre un par de barriles y cajas en un callejón tratando de disimular su presencia, aquella figura esperaba allí para reunirse con otros integrantes de la armada revolucionaría el objetivo de esa reunión sería reunirse con un potencial miembro para la tripulación que planeaba formar, intercambiar información y empezar una pequeña misión para la armada revolucionaría en la isla, como de costumbre se trataba de una misión pequeña en comparación a la escala de los objetivos de la armada.
Pero sería una gran misión para los objetivos de la unidad TR-3.5H que esperaba con ansias la posibilidad de obtener un nuevo allegado dejando de lado el objetivo que les reuniera, el cual era una misión, una bastante sencilla de echo eliminar a cierto “buen ciudadano” que había decidido traicionar a la armada revolucionaría convirtiéndose en un doble agente, sin embargo al parecer no había muchos miembros en la zona dispuestos a ensuciarse las manos matando a un tipejo de poca relevancia, dado que realmente no conocía grandes secretos de la armada, sin embargo había acumulado riquezas para sí mismo con el dinero que la armada le proveyera para su misión, fondos que no se repondrían solo tomando lo que tuviera por supuesto.
En aquella zona marginal se daría la reunión entre ciertos miembros de la armada revolucionaría, el secretismo es algo normal en un grupo de personas que se han ganado la enemistad del gobierno mundial, por lo que no era raro tener que recurrir a las zonas de menor seguridad para que fueran el foco de reunión de aquellas personas que decidieran cambiar este mundo por una u otra razón, seguramente al ver la miseria y la situación cotidiana en aquellas zonas más de un espíritu revolucionario se visto enfurecido contra el gobierno que permitía que esta situación se diera, por suerte para las pocas fuerzas del orden que deambulaban por allí, la reunión que pronto se concretaría requería cierto secreto que impedía a los participantes causar el alboroto que quisieran solo por sus ideales.
Ataviado completamente debajo de una gran túnica marrón desde la cual sobresalían dos grandes cuernos rojos se encontraba una figura acurrucada entre un par de barriles y cajas en un callejón tratando de disimular su presencia, aquella figura esperaba allí para reunirse con otros integrantes de la armada revolucionaría el objetivo de esa reunión sería reunirse con un potencial miembro para la tripulación que planeaba formar, intercambiar información y empezar una pequeña misión para la armada revolucionaría en la isla, como de costumbre se trataba de una misión pequeña en comparación a la escala de los objetivos de la armada.
Pero sería una gran misión para los objetivos de la unidad TR-3.5H que esperaba con ansias la posibilidad de obtener un nuevo allegado dejando de lado el objetivo que les reuniera, el cual era una misión, una bastante sencilla de echo eliminar a cierto “buen ciudadano” que había decidido traicionar a la armada revolucionaría convirtiéndose en un doble agente, sin embargo al parecer no había muchos miembros en la zona dispuestos a ensuciarse las manos matando a un tipejo de poca relevancia, dado que realmente no conocía grandes secretos de la armada, sin embargo había acumulado riquezas para sí mismo con el dinero que la armada le proveyera para su misión, fondos que no se repondrían solo tomando lo que tuviera por supuesto.
TR-3.5H
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Lyn Giran Vie Ene 15, 2016 12:36 am
Las olas del mar intranquilo danzaban como un fondo propicio para la dama en traje verde, la capucha de su caperuza ocultaba su rostro, dicho rostro, terso y suave, con enormes safíros, los cuales veían sin cansancio un objeto entre sus manos, circular, una brújula. Las indicaciones recibidas eran simples, adentrarse en la ciudad y movilizarse sobre la zona noroeste del puerto, al llegar a la calle llena de bares, cambiar de dirección al este, debía ser sigilosa y cuidadosa.
Me encaminé a la ciudad mientras veía sus tonalidades oscuras y marrones, no era nada diferente a lo que ya me había acostumbrado, con mi caperuza verde avancé por un buen rato, vigilaba a los lados, evitaba rozar con alguien, cualquier persona, mi vista estaba dispuesta a encontrarme con aquellos revolucionarios e iniciar la misión... misión que se supone me dirían una vez me reuniera. No era de extrañar, pues siempre eran así de precavidos.
Los pasos de la señorita de dorados cabellos le llevaron a un callejón, pasó de largo pero despacio, no deseaba que los fisgones le observaran y trataran de alcanzarla o entrometerse, debía ser silenciosa. Una vez notó que nada había a los alrededores, se deslizó velozmente al callejón, uno lleno de cajas y barriles, uno donde debía andar con sumo cuidado. Los safiros de la joven observaron algo en una ténue oscuridad.
Se acercó entonces la joven y pudo ver por fin a una persona, estaba oculta bajo una capa, parecido a ella, pero de la misma pudo ver como sobresalían un par de cuernos. No puedo negarlo, me asusté... nada que tuviese cuernos era humano... ¿o si?. La muchacha alzó su diestra y retiró la capucha verde de su rostro, mostrando su cabello de oro y sus inmensos safiros, parpadeó con curiosidad y levantó su mano en señal de saludo, esperaba que él no le rechazara, pues muchos lo habían hecho por la hermosa apariencia de la joven, parecía inocente, como que fuera un accidente, parecía que ella no debía estar ahí... pero ahí se encontraba.
Tras aquellos barriles, y esperando tener la suma atención de aquel encapuchado, empezó con su presentación. Primero se señaló a si misma, lo cual indicaba un "yo soy", luego mostró su palma abierta hacia arriba en modo horizontal, y con sus dedos índice y medio, los colocaba juntos sobre su mano en varios lados, tratando de expresarle que ella "era parte de" o "pertenecía a un grupo" y finalmente, de sus botas tomó ambas ballestas en una muestra de lo que se referiría "tomar armas" o "una revolución". Volvió a colocarlas a ambas donde debían estar y nuevamente llevó su mano a su pecho, en señal de "yo soy" y con sus dedos mostró 3 letras, "L" "Y" "N" de modo que aquel interlocutor pudiese comprender lo que la pequeña de orbes de safiro quería decir. Si... las presentaciones eran difíciles, pero quizá aquel hombre se las arreglaría para entenderle... eso esperaba.
Me encaminé a la ciudad mientras veía sus tonalidades oscuras y marrones, no era nada diferente a lo que ya me había acostumbrado, con mi caperuza verde avancé por un buen rato, vigilaba a los lados, evitaba rozar con alguien, cualquier persona, mi vista estaba dispuesta a encontrarme con aquellos revolucionarios e iniciar la misión... misión que se supone me dirían una vez me reuniera. No era de extrañar, pues siempre eran así de precavidos.
Los pasos de la señorita de dorados cabellos le llevaron a un callejón, pasó de largo pero despacio, no deseaba que los fisgones le observaran y trataran de alcanzarla o entrometerse, debía ser silenciosa. Una vez notó que nada había a los alrededores, se deslizó velozmente al callejón, uno lleno de cajas y barriles, uno donde debía andar con sumo cuidado. Los safiros de la joven observaron algo en una ténue oscuridad.
Se acercó entonces la joven y pudo ver por fin a una persona, estaba oculta bajo una capa, parecido a ella, pero de la misma pudo ver como sobresalían un par de cuernos. No puedo negarlo, me asusté... nada que tuviese cuernos era humano... ¿o si?. La muchacha alzó su diestra y retiró la capucha verde de su rostro, mostrando su cabello de oro y sus inmensos safiros, parpadeó con curiosidad y levantó su mano en señal de saludo, esperaba que él no le rechazara, pues muchos lo habían hecho por la hermosa apariencia de la joven, parecía inocente, como que fuera un accidente, parecía que ella no debía estar ahí... pero ahí se encontraba.
Tras aquellos barriles, y esperando tener la suma atención de aquel encapuchado, empezó con su presentación. Primero se señaló a si misma, lo cual indicaba un "yo soy", luego mostró su palma abierta hacia arriba en modo horizontal, y con sus dedos índice y medio, los colocaba juntos sobre su mano en varios lados, tratando de expresarle que ella "era parte de" o "pertenecía a un grupo" y finalmente, de sus botas tomó ambas ballestas en una muestra de lo que se referiría "tomar armas" o "una revolución". Volvió a colocarlas a ambas donde debían estar y nuevamente llevó su mano a su pecho, en señal de "yo soy" y con sus dedos mostró 3 letras, "L" "Y" "N" de modo que aquel interlocutor pudiese comprender lo que la pequeña de orbes de safiro quería decir. Si... las presentaciones eran difíciles, pero quizá aquel hombre se las arreglaría para entenderle... eso esperaba.
- Off:
- Hola superior, tan solo quiero avisarle. Todo lo que salga de este color no es más que un punto de vista de mi personaje, porque ella no habla al ser muda.
Espero no causarle problemas.
Lyn Giran
Hoja de personaje
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Creado por TR-3.5H Vie Ene 15, 2016 10:03 am
Dentro del margen de tiempo esperado apareció una menuda figura cubierta por una caperuza verde, al remover la cobertura que impedía a la luz desvelar sus rasgos se revelaron un par de zafiros de intenso brillo, una piel blanca sin las marcas características de la edad, desde los lados de su cabeza caían dos trenzas hechas de doradas hebras que serían la envidia de más de una dama de la alta sociedad seguramente, en conjunto parecía un pequeño tesoro hecho por una máscara de porcelana decorada con un par de zafiros para los ojos rodeados con cabellos de oro, una figura que los hombre considerarían hermosa seguramente.
Desde detrás de su prenda marrón, pof debajo de donde emergían aquellos cuernos dos pequeñas orbes empezaron a brillar, rojos como el fuego del mismo infierno aquellos orbes enfocaron a la fémina, claramente la mirada de aquel ser oculto en el callejón se había dirigido completamente a la humana que había hecho acto de presencia Quiero destruirla... La unidad central de procesamiento de TR-3.5H comenzó a calcular la dificultad para acabar con aquella mientras la observaba, sin embargo no tomo acciones además de volver a bajar un poco la cabeza después de entender el mensaje enviado por la humana.
-Ven pequeña Lyn- la voz de aquella figura parecía ser masculina, algo lúgubre y parecía poseer alguna clase de eco distante, como si proviniera de algún otro lugar y se transmitiera desde la figura todavía encapuzada que acompaño sus palabras por el sencillo gesto de su mano para invitar a la joven a acercarse, ofreciendo asiento en una caja más pequeña oculta detrás por otras más grandes, para que aquellos que pasaran por los costados del callejón no le vieran fácilmente.
Re-calculando parámetros de misión, de condición con los revolucionarios, evaluando probabilidad de consecuencias tras eliminar al individuo identificado bajo el sustantivo propio de "Lyn"... Efectos adversos, ninguna ventaja o recompensa, perdida de potencial aliado, perdida de status en la organización, incremento de recompensa, obtención de una facción enemiga mientras que la unidad no ha terminado de desarrollar sus capacidades, probabilidades de supervivencia y alcanzar la perfección y los objetivos de la unidad reducidas por debajo del margen aceptable.... conclusión, el individuo denominado Lyn será un aliado y no se le dañara... objetivo secundario, ganar alianza y confianza del individuo para que contribuya a cumplir los requisitos formales para la formación de una tripulación establecida dentro de la armada revolucionaría.
Por un momento la figura permaneció completamente silenciosa, como si diera tiempo a la joven de tomar otra acción o esperara a algo, sin embargo tras esta pausa la voz de ultratumba cambiaria ligeramente su tono y el efecto similar a un eco se redujo drásticamente para dar paso a una voz más "cordial" y un poco menos "infernal".-Bienvenida pequeña, Lyn... también soy parte de la arma revolucionaría, soy la unidad TR-3.5H, aunque puedes identificarme como prefieras... Lo que nos trae a este centro de alcohol y corrupción humana es una misión principal es un asesinato, el desgraciado en cuestión para ser designado como objetivo es un traidor de la armada revolucionaría que ahora trabaja junto a los marines...-
La figura todavía cubierta apenas tenía la cabeza levantada, para que la oscuridad solo desvelara sus brillantes ojos rojos mientras observaba a su aliada para esta misión, dándole tiempo de terminar de asimilar lo dicho. -Este individuo en cuestión ha causado una importante cantidad de gastos para la armada, así que cualquier ingreso extra que podamos obtener después de saquear su tienda y morada será bien recibida, dada la baja prioridad de esta misión no se nos está permitido acabar con cualquier civil que encontremos, sin embargo podemos asesinar y saquear a cualquiera que decida interferir con la misión por la razón que fuere... ¿Está todo claro? ¿Tienes alguna duda o consulta?.- La pregunta tenía un tono formal pero agradable a su vez, el tono de alguien dispuesto a escuchar las preguntas mil veces y responderlas mil y una, una de las ventajas de TR-3.5H era provistas por el hecho de ser una maquina es que nunca fallaría en utilizar el tono de voz que considerará optimo para comunicarse de forma que no generaría efectos no deseados.
- Off:
- Aclaración tambien [clor=darkred]Esto es pensamiento[/color]
-Y esto es dialogo-
TR-3.5H
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Creado por Galen Marek Lun Ene 18, 2016 2:50 pm
La digna melodía rocambolesca aturdía sus sentidos. Completamente cegado por la señorita que bailaba en el escenario, el muchacho de cabellera rubia daba un trago a una jarra de cerveza. Podríais pensar en que era demasiado joven como para poder beber ese líquido celestial con sabor a malta, o simplemente que era un beodo total. No, ni lo uno ni lo otro. Simplemente le encantaba el sabor de la deliciosa cerveza, y siempre que podía se paraba en algún bar en el que alguna hermosa dama bailara para él y para el resto, aunque, si por el fuera, el resto estarían muertos. Y así casi pasaba en más de una ocasión, en la que Galen se había visto tentado a dispararle a alguien en la cabeza por no dejar de molestar a la chica. Malditos beodos sin remedio.
La mujer bailaba de forma sensual, observando al muchacho que tanto hipnotizaba con sus caderas en movimiento. Los presentes la vitoreaban, la idolatraban, y el único que estaba en completo silencio era Galen, que dudaba de si decir o hacer algo ante aquel espectáculo de movimientos hipnóticos. Pero de pronto, alguien comenzó a gritar, a levantarse, a acercarse a la muchacha y a intentar subir al escenario con ella, a molestarla y a sobarla, y nadie hacía nada para impedirlo. Un borracho con cara de idiota que no paraba de provocar a la gente para que también lo vitoreasen. Claramente, el lugar se quedó en completo silencio hasta que el silbido de una flecha cruzó el lugar. Justo en la garganta y el hombre cayó desplomado en el suelo, todos miraron hacia la mesa de Galen y observaron como el muchacho daba un último trago a la cerveza, cogía el carcaj de flechas y se levantaba, guiñándole el ojo a la mujer, y saliendo del local, como si no hubiera pasado absolutamente nada.
Las gentes de aquella taberna quedaron traumatizadas ante aquella escena, pero claro, que más se podía hacer. Galen tenía una excusa realmente válida, y esa era que el hom de ahora convertido en cadáver era un criminal, un vulgar ladrón que se dedicaba a molestar a las bailarinas y que Galen había perseguido hasta aquel lugar. No, mentira, solo se trataba de un idiota con ganas de tocar las narices que se encontró de frente con el marine a cargo de defender el lugar.
Un Den Den Mushi comenzó a vibrar en el bolsillo de Galen, se trataba de uno que la Marina le había confiado para llamadas de emergencia, y si lo usaban significaba que había alguna emergencia. De esta forma, el muchacho joven de rubios cabellos cogió el caracol y lo descolgó -Galen al habla, digame- una voz salio de entre los labios del caracol -Alerta a todas las unidades, se avisa de presencia de la Armada Revolucionaria en la zona, no conocemos la apariencia de los soldados, pero son peligrosos, repito, son peligrosos- el rubio se colocó la capucha y colgó el Den Den Mushi -Que empiece el juego...- dijo caminando por una de las calles del lugar.
La mujer bailaba de forma sensual, observando al muchacho que tanto hipnotizaba con sus caderas en movimiento. Los presentes la vitoreaban, la idolatraban, y el único que estaba en completo silencio era Galen, que dudaba de si decir o hacer algo ante aquel espectáculo de movimientos hipnóticos. Pero de pronto, alguien comenzó a gritar, a levantarse, a acercarse a la muchacha y a intentar subir al escenario con ella, a molestarla y a sobarla, y nadie hacía nada para impedirlo. Un borracho con cara de idiota que no paraba de provocar a la gente para que también lo vitoreasen. Claramente, el lugar se quedó en completo silencio hasta que el silbido de una flecha cruzó el lugar. Justo en la garganta y el hombre cayó desplomado en el suelo, todos miraron hacia la mesa de Galen y observaron como el muchacho daba un último trago a la cerveza, cogía el carcaj de flechas y se levantaba, guiñándole el ojo a la mujer, y saliendo del local, como si no hubiera pasado absolutamente nada.
Las gentes de aquella taberna quedaron traumatizadas ante aquella escena, pero claro, que más se podía hacer. Galen tenía una excusa realmente válida, y esa era que el hom de ahora convertido en cadáver era un criminal, un vulgar ladrón que se dedicaba a molestar a las bailarinas y que Galen había perseguido hasta aquel lugar. No, mentira, solo se trataba de un idiota con ganas de tocar las narices que se encontró de frente con el marine a cargo de defender el lugar.
Un Den Den Mushi comenzó a vibrar en el bolsillo de Galen, se trataba de uno que la Marina le había confiado para llamadas de emergencia, y si lo usaban significaba que había alguna emergencia. De esta forma, el muchacho joven de rubios cabellos cogió el caracol y lo descolgó -Galen al habla, digame- una voz salio de entre los labios del caracol -Alerta a todas las unidades, se avisa de presencia de la Armada Revolucionaria en la zona, no conocemos la apariencia de los soldados, pero son peligrosos, repito, son peligrosos- el rubio se colocó la capucha y colgó el Den Den Mushi -Que empiece el juego...- dijo caminando por una de las calles del lugar.
Galen Marek
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Creado por Rena Lun Ene 18, 2016 6:41 pm
Micqueot… Una de las islas más conocidas por nada más y nada menos que la producción de vino, un lugar que si bien goza de un terreno amplio su flora y fauna podrían llegar a ser envidiables mas no son nada del otro mudo. Ese día la joven Mink había llegado junto con un barco con la simple misión de rondar la isla para cuidar que todo estuviese en orden y, cómo era costumbre, la vulpina dorada se encontraba en los tejados, en lo más alto que podía ofrecer cada estructura de aquel lugar. Quedándose quieta a ratos lograba observar cómo aquellos humanos comerciaban entre sí.. Desde sacos de granos, frutas y verduras hasta baratijas tan banas que podría parecer absurdo a cualquiera… Al menos para ella.
Levantaba sus orejas mientras con cierta delicadeza meneaba su cola, la gracia, el sigilo y manera de moverse lograba hacer que la vulpina pasara desapercibida a ojos de extraños. Como siempre oculta entre las sombras se dirigió a la zona “baja” del lugar.. Donde se presumían los bares estaban repletos de mala gente y malandros. Piratas y delincuentes que buscaban ganarse la vida, a veces a costa de los inocentes o bien con la mente tan retorcida y sentimientos muy por debajo de lo “normal” para aprovecharse de los demás. Se quedó oculta en la pared de un callejón recargada en la pared de un viejo bar… Agachando un poco su cabeza cerró sus párpados cruzando los brazos sobre su pecho mientras meneaba delicadamente la punta de su cola… Callando y escuchando todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor, rogando por que fuese un día tranquilo.
Levantaba sus orejas mientras con cierta delicadeza meneaba su cola, la gracia, el sigilo y manera de moverse lograba hacer que la vulpina pasara desapercibida a ojos de extraños. Como siempre oculta entre las sombras se dirigió a la zona “baja” del lugar.. Donde se presumían los bares estaban repletos de mala gente y malandros. Piratas y delincuentes que buscaban ganarse la vida, a veces a costa de los inocentes o bien con la mente tan retorcida y sentimientos muy por debajo de lo “normal” para aprovecharse de los demás. Se quedó oculta en la pared de un callejón recargada en la pared de un viejo bar… Agachando un poco su cabeza cerró sus párpados cruzando los brazos sobre su pecho mientras meneaba delicadamente la punta de su cola… Callando y escuchando todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor, rogando por que fuese un día tranquilo.
Rena
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Creado por Nathan Seven Mar Ene 19, 2016 12:04 pm
Mientras el sol, comenzaba a lentamente descender hasta quedar cubierto por el manto azul del mar, que rodeaba la ciudad de Micqueot, donde dormiria hasta el nacimiento de otro diaa.Esta isla, reconocida por sus vinos.Siendo que muchos personas suelen establecer actividades comerciales, intercambiando ciertos bienes por el vino proveniente de esta isla, una actividad que permite que islas como estas sobrevivan. Pero, el que sea el vino aquello que hace especial a esta isla. La convierte en un punto de encuentro mutuo, para la escoria bebedora de la humanidad, de los cuales algunos son piratas y cazarecompensas o simplemente borrachos irancundos y nauseabundos a los cuales nadie sensato se les acercaria. Los que creen que tienen todo el derecho de hacer lo que quieran siempre y cuando tengan una cerveza en la mano. Realmente de lo peor de la sociedad civilizada.
Esto no solo lo se por mala fama, sino que lo estaba viviendo. Debido a que el Cipher-Pol, como siempre un paso adelante de los demas.Me ordeno entrar dentro de un Bar de esta isla, y mantenerme a la espera.
Mi presencia alli dentro, no era posible de encontrar para los presentes. Pese a mi altura y vestimenta peculiarmente elegante para aquel vulgar bar, sin contar el hecho de tener mi rostro cubierto por esta mascara blanca.Ya que mi especialidad es ser un Infiltrado, asi que poder entrar,quedarme y salir de lugares concurridos como estos sin ser detectado es algo propio de mi, no importa que tanto sea mi apariencia capaz de llamar atencion. Como si de algun tipo de aparicion se tratara.
Asi que alli dentro,de pie en un oscuro rincon de aquel bar. Mientras trataba de alejarme de aquella repugnante intento siquiera de basura humana. Los que bebian, apostaban, maldecian y luchaban entre ellos. Aveces algunos se acercaban, pero podia alejarlos golpeandolos. Entre su estado de ebriedad y mi presencia, inexistente para sus atrofiados sentidos. Mis golpes, no eran recibidos como ataques, sino como errores propios de su estado.
Pero por fortuna, mi estadia alli dentro no duro demasiado. Ya que, fui capaz de detectar movimiento a las afuras del Bar, algo rapido se estaba moviendo. En cuanto, me percate de ello. Me fui de este, aunque tuve que empujar a las personas a mi alrededor, estos borrachos no solo no me percibieron. Sino que incluso, se culpaban entre si comenzando pleitos sin fin. Algo que al menos, me dio razones para sonreir.
Una vez fuera, tratando de seguir el rastro comienzo a caminar por los alrededores del bar. Y una vez soy capaz de encontrarlo. Me dirigo hacia dentro de un callejon, alli se encontraba una Dorada...........animal de aspecto femenino. La cual, parecia estar buscando tranquilidad, o al menos eso se podria creer al verla. Recargada sobre la pared de aquel Bar.
-"Si es paz lo que buscas, no la encontraras ahi. Solo ruido y basura. Pero mas importante de eso, ¿Podrias identificarte?-Le dije, mientras parado frente a ella, flexione mis rodillas y extendi mi cuerpo para que mi rostro y el suyo esten a la misma altura.
"Hablo"-"Pienso".
Esto no solo lo se por mala fama, sino que lo estaba viviendo. Debido a que el Cipher-Pol, como siempre un paso adelante de los demas.Me ordeno entrar dentro de un Bar de esta isla, y mantenerme a la espera.
Mi presencia alli dentro, no era posible de encontrar para los presentes. Pese a mi altura y vestimenta peculiarmente elegante para aquel vulgar bar, sin contar el hecho de tener mi rostro cubierto por esta mascara blanca.Ya que mi especialidad es ser un Infiltrado, asi que poder entrar,quedarme y salir de lugares concurridos como estos sin ser detectado es algo propio de mi, no importa que tanto sea mi apariencia capaz de llamar atencion. Como si de algun tipo de aparicion se tratara.
Asi que alli dentro,de pie en un oscuro rincon de aquel bar. Mientras trataba de alejarme de aquella repugnante intento siquiera de basura humana. Los que bebian, apostaban, maldecian y luchaban entre ellos. Aveces algunos se acercaban, pero podia alejarlos golpeandolos. Entre su estado de ebriedad y mi presencia, inexistente para sus atrofiados sentidos. Mis golpes, no eran recibidos como ataques, sino como errores propios de su estado.
Pero por fortuna, mi estadia alli dentro no duro demasiado. Ya que, fui capaz de detectar movimiento a las afuras del Bar, algo rapido se estaba moviendo. En cuanto, me percate de ello. Me fui de este, aunque tuve que empujar a las personas a mi alrededor, estos borrachos no solo no me percibieron. Sino que incluso, se culpaban entre si comenzando pleitos sin fin. Algo que al menos, me dio razones para sonreir.
Una vez fuera, tratando de seguir el rastro comienzo a caminar por los alrededores del bar. Y una vez soy capaz de encontrarlo. Me dirigo hacia dentro de un callejon, alli se encontraba una Dorada...........animal de aspecto femenino. La cual, parecia estar buscando tranquilidad, o al menos eso se podria creer al verla. Recargada sobre la pared de aquel Bar.
-"Si es paz lo que buscas, no la encontraras ahi. Solo ruido y basura. Pero mas importante de eso, ¿Podrias identificarte?-Le dije, mientras parado frente a ella, flexione mis rodillas y extendi mi cuerpo para que mi rostro y el suyo esten a la misma altura.
"Hablo"-"Pienso".
Nathan Seven
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Creado por Lyn Giran Miér Ene 20, 2016 12:27 am
Su presentación fue precisa, sencilla, directa, a pesar de ser a base de señas, al parecer su interlocutor pudo comprender las palabras de la rubia, cosa que le causó una sonrisa, sobre todo cuando escuchó su nombre salir de sus labios en aquel tono sepulcral, pero que no causaba temor a la pequeña, pues el oír su nombre le causó una sonrisa, sin importar la forma en que aquella voz sonaba, pues cualquier otro sufriría de un espanto con tal clase de tonalidad, sobre todo al mencionar su nombre, como una voz del infierno.
Pero algo que si se notaba, más que nada para los enormes ojos azulados de Lyn, eran aquellos aterrorizantes ojos rojos, se quedó viéndolos, hipnotizada, su mirada era normal, continuaba normal y poco a poco fue afilándose más, mostrando una cosa... ella era una mujer que había jugado con la muerte en más de una ocasión, había sido ofendida por los hombres de "justicia" y seguía con vida, vio idas y destrozos, muertes y sangre... su mirada se apegó a la de su ahora superior, aquella expresión seria y esos ojos azules que parecían que en cualquier momento se teñirían de sangre, así veía a su superior, no era una mirada de odio... pero si lo expresaba desde el espejo de su alma.
En ningún momento supo los pensamientos de su superior, en ningún momento se podría enterar que la primera idea que recibió fue, matar, nunca supo que su vida corría peligro... pobre inocente criatura, incapaz de ver la muerte asechando por años su delicado cuerpo. Pero el destino fue amable esta vez y le permitió vivir. Pero de nueva cuenta la voz que salía de aquel encapuchado le hizo parpadear un par de veces, rompiendo así aquella mirada y volviendo a su mirada inocente de niña. Escuchó con atención a todo lo dicho ... ¿Unidad TR-3.5H?......... ¿Qué es eso? rondaba su mente mientras su rostro mostraba la notoria incredulidad, duda y demás... ¿Es un nombre clave? Entonces ¿Yo tendré un nombre clave también? Pero decir letras, números, puntos y rayas debe ser muy cansado... ¿No pueden ser nombres de animalitos o cosas más sencillas? siguió divagando su mente al mismo tiempo que escuchaba a su superior.
Una vez este hubo acabado, tanto su presentación como la misión a abordar, la pequeña levantó su diestra a su propia sien, como si fuese un saludo militar, pero simplemente informaba a su superior que lo había entendido todo, aunque de pronto su rostro reflejó una incógnita, dado que llevó su dedo índice a su mentón y perdió la vista de su interlocutor, observando la nada. Se decidió y extendió su zurda con su palma hacia arriba y su diestra señalando su propia palma, ¿a qué se refería? Pues simple, estaba preguntando si conocía la ubicación del objetivo, era simple su pregunta pues ¿Cómo matarlo? Era algo aun más sencillo, pues la respuesta yacían en sus botas. Por el momento estaba bajo las ordenes de su superior y... ¿Ahora qué?
Pero algo que si se notaba, más que nada para los enormes ojos azulados de Lyn, eran aquellos aterrorizantes ojos rojos, se quedó viéndolos, hipnotizada, su mirada era normal, continuaba normal y poco a poco fue afilándose más, mostrando una cosa... ella era una mujer que había jugado con la muerte en más de una ocasión, había sido ofendida por los hombres de "justicia" y seguía con vida, vio idas y destrozos, muertes y sangre... su mirada se apegó a la de su ahora superior, aquella expresión seria y esos ojos azules que parecían que en cualquier momento se teñirían de sangre, así veía a su superior, no era una mirada de odio... pero si lo expresaba desde el espejo de su alma.
En ningún momento supo los pensamientos de su superior, en ningún momento se podría enterar que la primera idea que recibió fue, matar, nunca supo que su vida corría peligro... pobre inocente criatura, incapaz de ver la muerte asechando por años su delicado cuerpo. Pero el destino fue amable esta vez y le permitió vivir. Pero de nueva cuenta la voz que salía de aquel encapuchado le hizo parpadear un par de veces, rompiendo así aquella mirada y volviendo a su mirada inocente de niña. Escuchó con atención a todo lo dicho ... ¿Unidad TR-3.5H?......... ¿Qué es eso? rondaba su mente mientras su rostro mostraba la notoria incredulidad, duda y demás... ¿Es un nombre clave? Entonces ¿Yo tendré un nombre clave también? Pero decir letras, números, puntos y rayas debe ser muy cansado... ¿No pueden ser nombres de animalitos o cosas más sencillas? siguió divagando su mente al mismo tiempo que escuchaba a su superior.
Una vez este hubo acabado, tanto su presentación como la misión a abordar, la pequeña levantó su diestra a su propia sien, como si fuese un saludo militar, pero simplemente informaba a su superior que lo había entendido todo, aunque de pronto su rostro reflejó una incógnita, dado que llevó su dedo índice a su mentón y perdió la vista de su interlocutor, observando la nada. Se decidió y extendió su zurda con su palma hacia arriba y su diestra señalando su propia palma, ¿a qué se refería? Pues simple, estaba preguntando si conocía la ubicación del objetivo, era simple su pregunta pues ¿Cómo matarlo? Era algo aun más sencillo, pues la respuesta yacían en sus botas. Por el momento estaba bajo las ordenes de su superior y... ¿Ahora qué?
Lyn Giran
Hoja de personaje
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Creado por TR-3.5H Miér Ene 20, 2016 2:01 am
Aquella hermosa y pequeña figurilla de porcelana que podría inspirar a mil artistas no había dudado ni por un momento en ver directamente a los ojos de aquella diabólica figura que se encontraba delante de ella, había permanecido sonriente y feliz ante el tono en que su voz fue pronunciada, casi como un llamado desde el mismísimo infierno y sus ojos reflejaban algo que era extraño, algo pocas veces visto por la joven mirada de la unidad TR-3.5H, pero eso no era importante para la misión, lo importante era, primero que la jovencita había entendido lo que había que hacer y segundo que había hecho una pregunta muy importante pero que algún novato pasaría por alto. Pero aquella jovencita había preguntado, demostrando que era más útil que muchos idiotas que abundaban en la armada.
-Nuestro objetivo tiene una joyería que a su vez es su casa, tiene una planta alta y dos entradas en la planta baja, tu entrarás sigilosamente y le mataras mientras duerme mientras que yo abriré su caja fuerte y comenzaré a saquear la tienda, una vez que lo tengas listo tráeme el cadáver, necesitaremos armar un poco de estamento para que los otros topos entiendan que es mala idea trabajar para el gobierno mundial jejeje-
Aunque hablaba bajo, aquella voz de ultra tumba delataba las ansias de sangre que traía consigo aquel ser extraído del sacrificio de varias decenas de vidas, empezó a avanzar encorvado, agachado, parecía no medir más de metro setenta de altura por la forma tan encorvada que tenía, pero era poseedor de una agilidad y gracia sin paragón, gatos y espías envidiarían la agilidad con la que pasaba entre cajas y barriles, con la que evitaba a la gente que se acumulaba en las calles principales que debía de atravesar.
Aunque alguna mirada ocasional era atraída por los rojos cuernos de aquel ser, su figura rápidamente volvía a ser engullida por la sombra de los pasillos, callejones y corredores que lo llevarían hasta el edificio determinado, aunque se encontraba en la zona barata de la ciudad, la entrada frontal daba a una calle principal que volvía el negocio casi tan rentable como si estuviera en la zona medía del centro urbano.
De entre la apertura de la marrón vestimenta que cubría las extremidades y facciones de aquel ser salieron un par de ganzúas y empezaron a trabajar en la puerta trasera del edificio. -La puerta frontal tiene más de 3 trabas, 4 cadenas y una tranca de hierro, pero la puerta trasera tiene 3 mecanismos de cierre y esta enteramente reforzada, sería una pena que quien te asalta esta noche sea un excelente trabajador mecánico...- Parecía hablar tanto a la joven de ojos zafiros como a sí mismo, después de casi un minuto escondido allí sonó el primer click, otro minuto y vino el segundo, el tercer sonido se hizo esperar casi cinco minutos y dos ganzúas rotas, pero finalmente cedió ante el ingeniero no tan especializado en aquellas cerraduras.
Con cuidado abrió la puerta y entro como si de una fiera que se prepara para la caza. -Está arriba... de hecho, ¿Sabes qué? primero limpiemos el lugar, toma todas las joyas que puedas cargar y el dinero que encuentres, yo me ocupare del pez gordo, quiero armar un buen espectáculo esta noche.- Encendió una vela para que su compañera pudiera ver en aquella oscuridad antes de ponerse a trabajar en la caja fuerte, casi media hora transcurrió hasta saquear completamente la dichosa caja fuerte, llenar los cuernos depósitos de la unidad TR con joyas finas sin que fuera visto por la jovencita fue lo más problemático, pero salió bien, una vez que la mayor parte del dinero y objetos de valor, la figura esparció la pólvora que había dentro de un juguete por el loca, no suficiente para explotar pero si suficiente para hacer que el lugar empiece a arder. -Si terminaste de recoger sal de aquí y prepárate, se va a liar parda niña... seguro llegan los pitufos-
Los escalones crujieron bajo las pisadas ahora menos delicadas de aquella figura que ascendía, desde su interior se escuchaban voces, casi como las voces de niños cantando una canción infantil salida desde el inframundo, el ruido de cadenas golpeando los escalones se hizo presente y el grito de un hombre asustado no tardo en llegar, arruinando la paz de aquella noche, un grito de dolor fue seguido a una escena que horrorizaría a la gente que caminaba desde en la calle, el rechoncho cuerpo de un hombre atravesó la ventana de la planta alta de un edificio, un una hoz clavada en el pecho y una cadena que se extendía desde la misma los gritos de horror no tardaron en llegar, algunas personas pudieron ver como desde el hueco de la ventana una llama carmesí tomaba color y empezaba a expandirse por el edificio mientras la cadena tiraba del cadáver hasta golpearlo contra la pared del edificio que lo había expulsado, en un vano intento de volver a traerlo a su interior puesto a que por el peso del mismo se desengancharía del arma que le había atravesado el pecho tras ascender menos de medio metro en por la pared, desde el interior del lugar se podía escuchar una potente carcajada, como las voces de varias decenas de hombres riendo ante el horrendo espectáculo, la ropa marrón de aquella figura estaba en llamas cuando bajo por la escalera y encendió la pólvora esparciendo el fuego por todo el lugar mientras salía por la puerta trasera. -Es hora del show.-
-Nuestro objetivo tiene una joyería que a su vez es su casa, tiene una planta alta y dos entradas en la planta baja, tu entrarás sigilosamente y le mataras mientras duerme mientras que yo abriré su caja fuerte y comenzaré a saquear la tienda, una vez que lo tengas listo tráeme el cadáver, necesitaremos armar un poco de estamento para que los otros topos entiendan que es mala idea trabajar para el gobierno mundial jejeje-
Aunque hablaba bajo, aquella voz de ultra tumba delataba las ansias de sangre que traía consigo aquel ser extraído del sacrificio de varias decenas de vidas, empezó a avanzar encorvado, agachado, parecía no medir más de metro setenta de altura por la forma tan encorvada que tenía, pero era poseedor de una agilidad y gracia sin paragón, gatos y espías envidiarían la agilidad con la que pasaba entre cajas y barriles, con la que evitaba a la gente que se acumulaba en las calles principales que debía de atravesar.
Aunque alguna mirada ocasional era atraída por los rojos cuernos de aquel ser, su figura rápidamente volvía a ser engullida por la sombra de los pasillos, callejones y corredores que lo llevarían hasta el edificio determinado, aunque se encontraba en la zona barata de la ciudad, la entrada frontal daba a una calle principal que volvía el negocio casi tan rentable como si estuviera en la zona medía del centro urbano.
De entre la apertura de la marrón vestimenta que cubría las extremidades y facciones de aquel ser salieron un par de ganzúas y empezaron a trabajar en la puerta trasera del edificio. -La puerta frontal tiene más de 3 trabas, 4 cadenas y una tranca de hierro, pero la puerta trasera tiene 3 mecanismos de cierre y esta enteramente reforzada, sería una pena que quien te asalta esta noche sea un excelente trabajador mecánico...- Parecía hablar tanto a la joven de ojos zafiros como a sí mismo, después de casi un minuto escondido allí sonó el primer click, otro minuto y vino el segundo, el tercer sonido se hizo esperar casi cinco minutos y dos ganzúas rotas, pero finalmente cedió ante el ingeniero no tan especializado en aquellas cerraduras.
Con cuidado abrió la puerta y entro como si de una fiera que se prepara para la caza. -Está arriba... de hecho, ¿Sabes qué? primero limpiemos el lugar, toma todas las joyas que puedas cargar y el dinero que encuentres, yo me ocupare del pez gordo, quiero armar un buen espectáculo esta noche.- Encendió una vela para que su compañera pudiera ver en aquella oscuridad antes de ponerse a trabajar en la caja fuerte, casi media hora transcurrió hasta saquear completamente la dichosa caja fuerte, llenar los cuernos depósitos de la unidad TR con joyas finas sin que fuera visto por la jovencita fue lo más problemático, pero salió bien, una vez que la mayor parte del dinero y objetos de valor, la figura esparció la pólvora que había dentro de un juguete por el loca, no suficiente para explotar pero si suficiente para hacer que el lugar empiece a arder. -Si terminaste de recoger sal de aquí y prepárate, se va a liar parda niña... seguro llegan los pitufos-
Los escalones crujieron bajo las pisadas ahora menos delicadas de aquella figura que ascendía, desde su interior se escuchaban voces, casi como las voces de niños cantando una canción infantil salida desde el inframundo, el ruido de cadenas golpeando los escalones se hizo presente y el grito de un hombre asustado no tardo en llegar, arruinando la paz de aquella noche, un grito de dolor fue seguido a una escena que horrorizaría a la gente que caminaba desde en la calle, el rechoncho cuerpo de un hombre atravesó la ventana de la planta alta de un edificio, un una hoz clavada en el pecho y una cadena que se extendía desde la misma los gritos de horror no tardaron en llegar, algunas personas pudieron ver como desde el hueco de la ventana una llama carmesí tomaba color y empezaba a expandirse por el edificio mientras la cadena tiraba del cadáver hasta golpearlo contra la pared del edificio que lo había expulsado, en un vano intento de volver a traerlo a su interior puesto a que por el peso del mismo se desengancharía del arma que le había atravesado el pecho tras ascender menos de medio metro en por la pared, desde el interior del lugar se podía escuchar una potente carcajada, como las voces de varias decenas de hombres riendo ante el horrendo espectáculo, la ropa marrón de aquella figura estaba en llamas cuando bajo por la escalera y encendió la pólvora esparciendo el fuego por todo el lugar mientras salía por la puerta trasera. -Es hora del show.-
- Off:
- Resumen: cosas de sigilo hasta que un hombre es arrojado con una hoz en el pecho desde una planta alta de un edificio que se está prendiendo fuego, del interior del edificio sale una figura pequeña y jorobada envuelta en llamas que están quemando su ropa.
Reglas: Como será un tema de combate el tiempo para esperar a que alguien poste será de 48 horas tras las cuales se lo salteara.
Una vez que hayan pasado 48h por cada usuario se darán otras 24 horas para postear a todos los que se hayan retrasado, en caso de que entre en combate y no postee durante una ronda el enemigo podrá asumir el resultado de sus acciones sin llegar a ser letales ni determinantes la primera vez.
El orden de posteo es TR-3.5H >>>>Galen Marek >>>>Rena >>>>> Nathan Seven >>>Lyn Giran
Aclaración: Nathan trata de leer con más atención las acciones de los otros, en el caso de Rena, ella se encontraba sobre los tejados durante su post. Perdón si sueno quejosa o molesta pero si fue un error de una vez esta bien, si no es así pues es una buena oportunidad de ayudarte a corregir el detalle, para evitar problemas en el futuro. Si tienes dudas sobre el post de alguno en la CB seguramente te sabran ayudar o si preguntas via MP estaré más que dispuesta a ayudarte.
Por precaución aclaro que Lyn es muda y lo que tiene color en sus post no son dialogos que podamos escuchar ni de los uqe nos podamos enterar normalmente
TR-3.5H
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Galen Marek Miér Ene 20, 2016 10:41 am
La paz y tranquilidad del lugar se veía interrumpida claramente por las voces de los viandantes que recorrían la ciudad aquella noche. Micqueot no era nada más y nada menos que una ciudad que claramente era recorrida por sus ciudadanos por la noche, por lo que un delito a plena vista se vería con claridad, y más aún si se hacía ruido a mansalva. En la nocturnidad de la noche, Galen paseaba por la ciudad, aunque no precisamente por la acera que recorría toda la isla, no, se encontraba sobre los tejados, observando cualquier anomalía que pudiera decorar aquel lugar. Aún no había visto a un solo miembro de la Armada Revolucionaria de los que habían avisado, y claro, aunque no conocieran sus malditos aspectos, reconocer a un miembro de la Armada era sencillo por las túnicas que solían llevar, aunque claro, quizás estaban escondidos a plena vista y no conseguirían encontrarlos en ningún momento. Era por eso por lo que Galen vigilaba desde las alturas, para mayor perspectiva y una forma de ocultación mas sencilla. Simplemente era para poder apuntar mejor con sus armas de distancia, aunque un virote duele más si se dispara desde cerca. Ya había pasado un rato desde el aviso vía Den Den Mushi, y claro, el rubio esperaba poder encontrar a algunos de aquellos malditos criminales para divertirse un poco, pues hasta ahora solo había visto putas y pervertidos. Si, putas y pervertidos, que se cruzaban en la calle y unas ofrecían su cuerpo y otros su dinero a cambio. Para alguien tan joven como el muchacho de rubia cabellera solo podía significar una necesidad imperiosa de descargar presión de una semana, pero claro, la necesidad de pagar por tener sexo era algo que el rubio no iba a experimentar en la vida.
Durante un rato, el rubio pareció observar movimientos extraños cerca del mercado, por lo que decidió seguir la estela de sospechas que lo llevaban hasta allí. Una pareja de “seres” que intentaba esconderse del resto. Conversaban delante de la gente y al rato se escondían, como si no quisieran ser descubiertos. Claramente fue algo que llamó la atención del marine de ojos azules. Buscaba entretenimiento y estaba claro que iba a conseguirlo. Pronto, se asomó por el tejado, observando el escondite de aquella pareja que parecía querer ocultarse y sus ojos se abrieron como platos, parecían un par de lunas llenas. Una pareja de enamorados cuyas familias posiblemente estuvieran enfrentadas se encontraban dándose su amor el uno al otro mediante caricias, abrazos y besos. La verdad es que la diversión que el rubio pensaba haber encontrado se desvaneció en menos de lo que un gallo pudiera cantar la canción de los buenos días. Se dio la vuelta e intentó encontrar otro tipo de distracción. Allá a lo lejos, quizás unos metros, podía encontrar a otra pareja, aunque algo más extraña. Un hombre con un sombrero de copa y una máscara y una criatura parecida a un zorro de pelaje amarillo. Le sonaba haber visto a una soldado de la marina con ese aspecto, pero quizás se equivocaba.
No pasó mucho tiempo cuando los gritos invadieron sus oídos y provocaron que se volviera del todo. Una nube de humo negro producida por un incendio apareció de la nada. Acababa de encontrar la diversión que claramente iba a alegrarle la noche. Saltando de tejado en tejado comenzó a correr hacia el lugar del crimen, esquivando tendederos, chimeneas y demás obstáculos. Cargaba en su mano su arco, preparándose para disparar una flecha en la dirección que tuviera que lanzarla. De esta forma, y con una velocidad sin igual, llegó hasta el lugar, posicionandose en un tejado en dirección contraria a la dirección que el humo tomaba, para de esta forma no cegarse con ese maldito humo. Allí, pudo ver una túnica marrón que ocultaba un cuerpo bastante amplio, se trataba claramente de un agente de la revolución, y si el rubio se equivocaba no lo hacía con que él había sido el culpable del incendio -Aviso a todas las unidades disponibles...- decía en voz baja e intentando ocultarse tras una chimenea -... encontré a los miembros de la Armada, provocaron un incendio en las coordenadas 55.211.500- se silenció un segundo -Diríjanse aquí con la mayor velocidad posible, repito, con la mayor velocidad posible- estaba claro que aquella llamada alertaría a las fuerzas del orden disponibles aquella noche, que claramente no sería muchas. Mientras, él debía ganar algo de tiempo -¡Eh, masa de excrementos!- gritó fuertemente mostrando su figura el tejado -¡Traga plomo!- con un manejo impresionante, el rubio lanzó una flecha que silbó a través del viento con la intención de clavarse en el cuerpo –alguna parte no específica- de aquel ser cubierto por la tela en llamas que se dedicaba a expandir el fuego.
Durante un rato, el rubio pareció observar movimientos extraños cerca del mercado, por lo que decidió seguir la estela de sospechas que lo llevaban hasta allí. Una pareja de “seres” que intentaba esconderse del resto. Conversaban delante de la gente y al rato se escondían, como si no quisieran ser descubiertos. Claramente fue algo que llamó la atención del marine de ojos azules. Buscaba entretenimiento y estaba claro que iba a conseguirlo. Pronto, se asomó por el tejado, observando el escondite de aquella pareja que parecía querer ocultarse y sus ojos se abrieron como platos, parecían un par de lunas llenas. Una pareja de enamorados cuyas familias posiblemente estuvieran enfrentadas se encontraban dándose su amor el uno al otro mediante caricias, abrazos y besos. La verdad es que la diversión que el rubio pensaba haber encontrado se desvaneció en menos de lo que un gallo pudiera cantar la canción de los buenos días. Se dio la vuelta e intentó encontrar otro tipo de distracción. Allá a lo lejos, quizás unos metros, podía encontrar a otra pareja, aunque algo más extraña. Un hombre con un sombrero de copa y una máscara y una criatura parecida a un zorro de pelaje amarillo. Le sonaba haber visto a una soldado de la marina con ese aspecto, pero quizás se equivocaba.
No pasó mucho tiempo cuando los gritos invadieron sus oídos y provocaron que se volviera del todo. Una nube de humo negro producida por un incendio apareció de la nada. Acababa de encontrar la diversión que claramente iba a alegrarle la noche. Saltando de tejado en tejado comenzó a correr hacia el lugar del crimen, esquivando tendederos, chimeneas y demás obstáculos. Cargaba en su mano su arco, preparándose para disparar una flecha en la dirección que tuviera que lanzarla. De esta forma, y con una velocidad sin igual, llegó hasta el lugar, posicionandose en un tejado en dirección contraria a la dirección que el humo tomaba, para de esta forma no cegarse con ese maldito humo. Allí, pudo ver una túnica marrón que ocultaba un cuerpo bastante amplio, se trataba claramente de un agente de la revolución, y si el rubio se equivocaba no lo hacía con que él había sido el culpable del incendio -Aviso a todas las unidades disponibles...- decía en voz baja e intentando ocultarse tras una chimenea -... encontré a los miembros de la Armada, provocaron un incendio en las coordenadas 55.211.500- se silenció un segundo -Diríjanse aquí con la mayor velocidad posible, repito, con la mayor velocidad posible- estaba claro que aquella llamada alertaría a las fuerzas del orden disponibles aquella noche, que claramente no sería muchas. Mientras, él debía ganar algo de tiempo -¡Eh, masa de excrementos!- gritó fuertemente mostrando su figura el tejado -¡Traga plomo!- con un manejo impresionante, el rubio lanzó una flecha que silbó a través del viento con la intención de clavarse en el cuerpo –alguna parte no específica- de aquel ser cubierto por la tela en llamas que se dedicaba a expandir el fuego.
- Resumen:
- Bueno, yo simplemente vigilo por los tejados, veo a Rena y a Seven y de pronto veo el incendio producido TR y por Lyn, llamo mediante un Den Den Mushi a las unidades disponibles (Rena y Seven) para que acudan al lugar y acto seguido disparo una flecha con la intención de que impacte en TR
Galen Marek
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
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Creado por Rena Miér Ene 20, 2016 2:21 pm
Movía lentamente la punta de su cola haciendo que esta la acompañara con suaves vaivenes. Mantenía sus orbes cerrados disfrutando de la poca tranquilidad que aquel húmedo callejón podría darle, pero los ruidos causados por algunos borrachos no eran de mucha ayuda… Mas no importaba, mientras ella siguiera concentrada en sus cosas así el mundo estuviese cayendo la joven zorro ni se inmutaría. Sin embargo abrió lentamente sus párpados al escuchar cómo unos suaves pasos se acercaban a ella, levantando un poco más sus orejas ladeó su mirada observando de soslayo. Un hombre de un atuendo formal cargando una especie de.. ¿Máscara? ¿Eso era una máscara?.. - Es una máscara de comedia. - Acotó alejándose un poco de la pared deshaciendo aquel recargue para quedarse parada frente a él cruzándose de brazos, levantando un poco su cabeza para poder verle a los ojos. - Soy Rena, un soldado de la marina y deduzco por tus ropas que eres un agente del CP, se han escuchado rumores de un tipo que porta máscara la mayor parte del tiempo y eres el único que se le nota el porte de hacerlo. Masculló con suma tranquilidad. - Sé tu apodo más no tu nombre, ¿Cómo te llamas y qué haces aquí? - Las preguntas no se hicieron esperar por parte de la Mink, pero aquello de un momento a otro terminarían volviéndose datos innecesarios.
Er grito estremecedor de varias personas rápidamente alertaron a la zorro la que tras levantar sus orejas deshizo el cruce de sus brazos flexionando sus rodillas, levantó su hocico comenzando a olfatear. - Humo… Y quizá sangre. - Afiló su mirada tras apretar la mandíbula y fruncir el ceño. Bajó su mirada sólo para hacer contacto visual con el agente, no era necesario decir ninguna palabra para saber qué es lo que debían hacer. Dio un largo salto subiendo al techo del bar, comenzó a correr en dirección a la bola de humo que lograba apreciarse a lo lejos. Agradecía poder ir por las alturas evitando los mares de gente que comenzaba a correr horrorizada alejándose del lugar, entonces fue cuando escuchó el den den mushi de ella, uno de sus compañero había hablado, era una emergencia, alguien había provocado el incendio… Sólo rogaba porque nadie saliera herido.
Saltó de un tejado apenas llegó al lugar de los hechos, cayendo al piso en sus cuatro patas se levantó y corrió para tomaron con ambos brazos al hombre tendido en el piso con una herida mortal en el pecho. -¿Se encuentra bien?..- Pregunta que jamás fue respondida, Con dos de sus dedos tocó el cuello ajeno buscando el pulso de este pero no se encontraba ya… La mink se puso de pie dejando al hombre ahí tras con su mano cerrar los párpados ajenos ocultando aquellos orbes ya sin color. Gruñó bajo, el aroma de alguien conocido se hizo presente pues, en uno de los tejados se encontraba uno de sus compañeros el cual viendo de frente tiró sin más una flecha, Rena corrió hasta quedar a unos diez metros de distancia quedando frente a la calle donde se encontraba la puerta trasera del local. Chasqueó la lengua, no hizo sonido alguno para no alertar al Revolucionario de la flecha, pero en cuanto este girara su cabeza podría ver a Rena de frente. Ella le distraería por abajo, mientras su compañero la apoyara y en lo que llegaba el agente, rogaba porque no hubiese nadie más en el lugar apoyando al que parecía ser un pacifista.
Er grito estremecedor de varias personas rápidamente alertaron a la zorro la que tras levantar sus orejas deshizo el cruce de sus brazos flexionando sus rodillas, levantó su hocico comenzando a olfatear. - Humo… Y quizá sangre. - Afiló su mirada tras apretar la mandíbula y fruncir el ceño. Bajó su mirada sólo para hacer contacto visual con el agente, no era necesario decir ninguna palabra para saber qué es lo que debían hacer. Dio un largo salto subiendo al techo del bar, comenzó a correr en dirección a la bola de humo que lograba apreciarse a lo lejos. Agradecía poder ir por las alturas evitando los mares de gente que comenzaba a correr horrorizada alejándose del lugar, entonces fue cuando escuchó el den den mushi de ella, uno de sus compañero había hablado, era una emergencia, alguien había provocado el incendio… Sólo rogaba porque nadie saliera herido.
Saltó de un tejado apenas llegó al lugar de los hechos, cayendo al piso en sus cuatro patas se levantó y corrió para tomaron con ambos brazos al hombre tendido en el piso con una herida mortal en el pecho. -¿Se encuentra bien?..- Pregunta que jamás fue respondida, Con dos de sus dedos tocó el cuello ajeno buscando el pulso de este pero no se encontraba ya… La mink se puso de pie dejando al hombre ahí tras con su mano cerrar los párpados ajenos ocultando aquellos orbes ya sin color. Gruñó bajo, el aroma de alguien conocido se hizo presente pues, en uno de los tejados se encontraba uno de sus compañeros el cual viendo de frente tiró sin más una flecha, Rena corrió hasta quedar a unos diez metros de distancia quedando frente a la calle donde se encontraba la puerta trasera del local. Chasqueó la lengua, no hizo sonido alguno para no alertar al Revolucionario de la flecha, pero en cuanto este girara su cabeza podría ver a Rena de frente. Ella le distraería por abajo, mientras su compañero la apoyara y en lo que llegaba el agente, rogaba porque no hubiese nadie más en el lugar apoyando al que parecía ser un pacifista.
- Resumen:
- Tras hablar con el agente escucha los gritos de la gente y le llega el aroma a humo, salta entre los tejados llegando hasta el hombre que comprueba está muerto. Observó a Galen en el tejado y corrió quedando a unos 10 metros alejada de Tresh sin despegarle la mirada esperando comprobar si no hay nadie más a parte de él.
Rena
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