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Creado por Kiros Blight Miér Nov 09, 2016 7:25 am
Si quieres saber más sobre Carol, la posadera, puedes leer este tema.
El tiempo seguía pasando sin que Kiros pudiera hacer nada por evitarlo. El problema no era que esto sucediera, sino que pasaba muy lento y tenía demasiado tiempo libre. Con el barco en el que había alquilado una parte de la bodega de viaje lo único que podía hacer era esperar. Estaba claro, revisaba la lonja todas las mañanas para encontrar las pieles a mejor precio y almacenarlas en su almacén alquilado, pero... Bueno, se podía decir que estaba cansado de ver la cara de Carol al no tener nada mejor que hacer en todo el día. Se había recorrido la ciudad varias veces a lo largo de la semana y las tardes eran largas y aburridas. No disponía de dinero suficiente para contratar un segundo barco que hiciera los negocios por él por lo que realmente solo podía esperar a que el barco de Lambert volviera con buenas noticias. Ya había calculado cual sería su siguiente movimiento pero necesitaría dinero para ello.
Con tal de intentar matar su aburrimiento estaba en la pequeña recepción del hostal en el que se hospedaba. Había varias mesas que hacían las veces de comedor e incluso de taberna, pues el acceso no solo estaba permitido a los que pagaran por una habitación. Es por esto que marineros y viajeros se quedaban por allí mientras cargaban las provisiones en el barco y Kiros podía informarse un poco: Saber qué demanda había en según qué ciudades y demás, era información comercial útil que planeaba utilizar en cuanto el barco volviera a Lvneel. Pero aquel día era particularmente aburrido pues nadie se había acercado por allí y el Sol empezaba a ponerse. La tercera cerveza de Kiros era traída por Carol, la posadera, que se la servía como siempre con una sonrisa. No es que fuera un verdadero fan de la cerveza pero cualquier cosa le servía para alcanzar ese punto de alcohol en sangre y que la tarde se pasara un poco más rápida.
—Nada interesante hoy, ¿eh Kiros?— preguntaría en voz alta la posadera que se sentó en la banqueta de delante de Kiros. Llevaba un vestido muy acorde con su estilo, ceñido en el abdómen y resaltando sus pechos adornados con un enorme escote, con el pelo anaranjado recogido en una trenza y un poco de maquillaje que solo resaltaba sus ya de por sí marcadas pecas. Kiros no respondió a la muchacha de edad ligeramente superior a la de él, sino que la dejó hablar pues parecía tener ganas de entablar una conversación. —Hoy no han venido apenas viajeros que compartan historias, es normal que estés aburrido. Si quieres cuando termine mi turno podemos divertirnos juntos.— diría de forma inocente, aunque como si se hubiera dado cuenta de lo mal que había sonado aquello apartaría la mirada ligeramente sonrojada y se levantaría de la mesa. Ni siquiera tenía ganas de coquetear con ella aquel día, solo tenía la mirada fija en la puerta esperando que alguien entrara, pidiera algo de beber y le contara la mejor de las historias aunque fuera simplemente inventada.
El tiempo seguía pasando sin que Kiros pudiera hacer nada por evitarlo. El problema no era que esto sucediera, sino que pasaba muy lento y tenía demasiado tiempo libre. Con el barco en el que había alquilado una parte de la bodega de viaje lo único que podía hacer era esperar. Estaba claro, revisaba la lonja todas las mañanas para encontrar las pieles a mejor precio y almacenarlas en su almacén alquilado, pero... Bueno, se podía decir que estaba cansado de ver la cara de Carol al no tener nada mejor que hacer en todo el día. Se había recorrido la ciudad varias veces a lo largo de la semana y las tardes eran largas y aburridas. No disponía de dinero suficiente para contratar un segundo barco que hiciera los negocios por él por lo que realmente solo podía esperar a que el barco de Lambert volviera con buenas noticias. Ya había calculado cual sería su siguiente movimiento pero necesitaría dinero para ello.
Con tal de intentar matar su aburrimiento estaba en la pequeña recepción del hostal en el que se hospedaba. Había varias mesas que hacían las veces de comedor e incluso de taberna, pues el acceso no solo estaba permitido a los que pagaran por una habitación. Es por esto que marineros y viajeros se quedaban por allí mientras cargaban las provisiones en el barco y Kiros podía informarse un poco: Saber qué demanda había en según qué ciudades y demás, era información comercial útil que planeaba utilizar en cuanto el barco volviera a Lvneel. Pero aquel día era particularmente aburrido pues nadie se había acercado por allí y el Sol empezaba a ponerse. La tercera cerveza de Kiros era traída por Carol, la posadera, que se la servía como siempre con una sonrisa. No es que fuera un verdadero fan de la cerveza pero cualquier cosa le servía para alcanzar ese punto de alcohol en sangre y que la tarde se pasara un poco más rápida.
—Nada interesante hoy, ¿eh Kiros?— preguntaría en voz alta la posadera que se sentó en la banqueta de delante de Kiros. Llevaba un vestido muy acorde con su estilo, ceñido en el abdómen y resaltando sus pechos adornados con un enorme escote, con el pelo anaranjado recogido en una trenza y un poco de maquillaje que solo resaltaba sus ya de por sí marcadas pecas. Kiros no respondió a la muchacha de edad ligeramente superior a la de él, sino que la dejó hablar pues parecía tener ganas de entablar una conversación. —Hoy no han venido apenas viajeros que compartan historias, es normal que estés aburrido. Si quieres cuando termine mi turno podemos divertirnos juntos.— diría de forma inocente, aunque como si se hubiera dado cuenta de lo mal que había sonado aquello apartaría la mirada ligeramente sonrojada y se levantaría de la mesa. Ni siquiera tenía ganas de coquetear con ella aquel día, solo tenía la mirada fija en la puerta esperando que alguien entrara, pidiera algo de beber y le contara la mejor de las historias aunque fuera simplemente inventada.
Kiros Blight
Hoja de personaje
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Creado por Urahara Jue Nov 10, 2016 1:28 am
Era bastante tarde ya. Completamente a destiempo, la idea no era levantarse temprano con algún objetivo en especifico simplemente se empezaba a sentir viejo, sin rumbo, se notaba en su rostro. En ese hostal apenas sustentable para su capital. Tendía, como siempre, a los números rojos. El hambre y la pereza demasiado juntas, el espejo proyectaba una imagen poco digna, un cabello rubio despeinado y descuidado, una barba que ya era de demasiados días, más de lo normal para Urahara. Era tarde para bañarse, si pretendía alcanzar el desayuno, o el almuerzo, definitivamente el civil no tenía ni idea de la hora.
Llevaría antes de ese sueño un par de días en vela, desarrollando un dispositivo que definitivamente sería el que cambiaría el mundo, bueno, quizás eso es exagerar demasiado pero al menos se producirían miles de unidades y le daría mucho dinero una vez se comerciara. Tampoco, era otra basura que si bien funcionaba de manera practica serían contados los que comprarían algo así y aún más los que le interesaría invertir. Levantaba el aparato y lo colocaba en la cama, con cuidado, mientras se preparaba. Sin duda pese a que ese tipo fuera un genio seguía siendo un tonto absoluto, la noche previa acabaría dormido en el suelo, entre mantas y con el colchón libre. Su espalda lo resentía demasiado, no había duda, el traqueteo de las vertebras lo evidenciaba aún más para cualquiera que lo viese. Regresaría el invento a uno de sus bolsillos para luego "sorprender" a alguien, quien fuese.
Parecía como que fuese a decir algo, la expresión y boca se abría con la intención de simplemente liberar un gesto sordo. Un bostezo. Por poco le alcanzaría a desmontar la mandíbula, ese sueño había sido repudiablemente reparador, demasiadas horas perdidas -¡Guaaaah!- un sonido más fuerte al final. Se rascaba el ojo derecho con los nudillos. Recogía el sombrero que yacía, aplastado bajo las colchas que le habían acompañado e impedido que todo ese reparador descanso hubiese acabado en una catástrofe de día.
Se humectaría apenas las axilas, se lavaría la cara, todo esto demasiado rápido. Armándose con su yukata y su bastón, cerraría la puerta y bajaría en busca de algo de comida y bebida, aunque para el hambre que en ese momento tenía podían ser dosis muy perjudiciales, siendo un tipo de no mucho aguante y aún con hambre, no una común, una de días, casi dos. Uno y medio. Había comido un par de frutas. Mucha hambre de todas maneras.
Al bajar a tres pies, el bordón picaba el suelo a compás lento, acercandose a lo que parecía un desierto. Solo un tipo pelinegro delgado y la posadera. Probablemente ya tenía que pagarle pero mientras esta no sacará el tema no había que hablar de eso. Se acercaba y con demasiada confianza,porque estaba en su casa. ¿Pagaba por ello? Se sentaba junta al tipo e interrumpía algo aparentemente, la de cabellos de fuego seguía con carmín en sus mejillas -¡Ohayo tortolos de bar! ¿A cuántos hijos piensan alimentar?- decía como si les conociera demasiado. Con Carol tenía un trato normal pero el otro tipo no tenía la mínima idea, con una confianza que hacía que incluso la belleza pelirroja le viese con molestia -Para que les quede algo de comida para este valeroso y trabajador viejo- colocaba el bordón desde el lado curvo balanceándose en la barra y fingía una sonrisa completamente absurda, ocultando sus iris en sus parpados cerrados y estos a su vez en la sombra que el sombrero le proyectaba.
La encargada le miraba algo molesta aún por el tono satírico con que Kisuke y antes de que respondiera diría el espadachín -Dos filete de salmón al horno y un té verde- en primera instancia suspiraba y luego la chica caminaba hacía la cocina a informar y solicitar el pedido, regresaba haciendo un mal modo -¿Sabe lo caro que el salmón Urahara-san? Espero pague todo o no se irá bien de aquí hoy. Nada de pagar al final todo- suspiraba y decía mientras sacaba su triste monedero de calaveras -Le apuesto que me alcanza Carol, me sobra- no veía el fondo de su fortuna temía realmente por ello, volteaba a ver al tipo a su lado en lo que llegaba su comida y con calma decía -¿No es usted acaso ese famoso comerciante forrado en pasta y dispuesto a invertir en negocios infalibles? Oriundo de tierras lejanas y con una ambición como ninguno- Expectante de la respuesta y con un todo de comedía, simplemente se había dejado llevar por su aspecto, su modo y su mirada intensa. Era improbable e imposible, a su vista solo era un chico extranjero, como él, que pasaba por una cerveza, a diferencia de él. De ser otro inquilino más no le había visto y no era sorprendente pero ni siquiera pensaba en sacar su invento, esperaba una negativa. Su té llegaba y lo tomaba con ambas manos, soplando previamente a darle un sorbo.
Llevaría antes de ese sueño un par de días en vela, desarrollando un dispositivo que definitivamente sería el que cambiaría el mundo, bueno, quizás eso es exagerar demasiado pero al menos se producirían miles de unidades y le daría mucho dinero una vez se comerciara. Tampoco, era otra basura que si bien funcionaba de manera practica serían contados los que comprarían algo así y aún más los que le interesaría invertir. Levantaba el aparato y lo colocaba en la cama, con cuidado, mientras se preparaba. Sin duda pese a que ese tipo fuera un genio seguía siendo un tonto absoluto, la noche previa acabaría dormido en el suelo, entre mantas y con el colchón libre. Su espalda lo resentía demasiado, no había duda, el traqueteo de las vertebras lo evidenciaba aún más para cualquiera que lo viese. Regresaría el invento a uno de sus bolsillos para luego "sorprender" a alguien, quien fuese.
Parecía como que fuese a decir algo, la expresión y boca se abría con la intención de simplemente liberar un gesto sordo. Un bostezo. Por poco le alcanzaría a desmontar la mandíbula, ese sueño había sido repudiablemente reparador, demasiadas horas perdidas -¡Guaaaah!- un sonido más fuerte al final. Se rascaba el ojo derecho con los nudillos. Recogía el sombrero que yacía, aplastado bajo las colchas que le habían acompañado e impedido que todo ese reparador descanso hubiese acabado en una catástrofe de día.
Se humectaría apenas las axilas, se lavaría la cara, todo esto demasiado rápido. Armándose con su yukata y su bastón, cerraría la puerta y bajaría en busca de algo de comida y bebida, aunque para el hambre que en ese momento tenía podían ser dosis muy perjudiciales, siendo un tipo de no mucho aguante y aún con hambre, no una común, una de días, casi dos. Uno y medio. Había comido un par de frutas. Mucha hambre de todas maneras.
Al bajar a tres pies, el bordón picaba el suelo a compás lento, acercandose a lo que parecía un desierto. Solo un tipo pelinegro delgado y la posadera. Probablemente ya tenía que pagarle pero mientras esta no sacará el tema no había que hablar de eso. Se acercaba y con demasiada confianza,porque estaba en su casa. ¿Pagaba por ello? Se sentaba junta al tipo e interrumpía algo aparentemente, la de cabellos de fuego seguía con carmín en sus mejillas -¡Ohayo tortolos de bar! ¿A cuántos hijos piensan alimentar?- decía como si les conociera demasiado. Con Carol tenía un trato normal pero el otro tipo no tenía la mínima idea, con una confianza que hacía que incluso la belleza pelirroja le viese con molestia -Para que les quede algo de comida para este valeroso y trabajador viejo- colocaba el bordón desde el lado curvo balanceándose en la barra y fingía una sonrisa completamente absurda, ocultando sus iris en sus parpados cerrados y estos a su vez en la sombra que el sombrero le proyectaba.
La encargada le miraba algo molesta aún por el tono satírico con que Kisuke y antes de que respondiera diría el espadachín -Dos filete de salmón al horno y un té verde- en primera instancia suspiraba y luego la chica caminaba hacía la cocina a informar y solicitar el pedido, regresaba haciendo un mal modo -¿Sabe lo caro que el salmón Urahara-san? Espero pague todo o no se irá bien de aquí hoy. Nada de pagar al final todo- suspiraba y decía mientras sacaba su triste monedero de calaveras -Le apuesto que me alcanza Carol, me sobra- no veía el fondo de su fortuna temía realmente por ello, volteaba a ver al tipo a su lado en lo que llegaba su comida y con calma decía -¿No es usted acaso ese famoso comerciante forrado en pasta y dispuesto a invertir en negocios infalibles? Oriundo de tierras lejanas y con una ambición como ninguno- Expectante de la respuesta y con un todo de comedía, simplemente se había dejado llevar por su aspecto, su modo y su mirada intensa. Era improbable e imposible, a su vista solo era un chico extranjero, como él, que pasaba por una cerveza, a diferencia de él. De ser otro inquilino más no le había visto y no era sorprendente pero ni siquiera pensaba en sacar su invento, esperaba una negativa. Su té llegaba y lo tomaba con ambas manos, soplando previamente a darle un sorbo.
Urahara
Hoja de personaje
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Creado por Kiros Blight Jue Nov 10, 2016 4:15 pm
Al parecer Kiros no era el único que había que tenido que escuchar las palabras de Carol, solo que al oyente no le parecieron tan tontas como a él. A dicha persona que hacía acto de presencia en el salón le pareció como un intento de flirtear hecho por parte de la posadera y sin ninguna intención de ocultar sus intenciones. Casi pudo ver cómo sus mejillas pasaban del color rosado al rojo intenso cuando se dio cuenta de que había otra persona en la habitación que la había escuchado. Kiros dedicó una mirada curiosa en la dirección de la que la voz venía, observando al tipo que acababa de entrar. Un hombre mayor que él, bastante alto y con el cabello de color rubio platino que llamaba la atención. Alzó una ceja preguntándose la razón de su reciente confianza como para hablar así, aunque parecía que ya llevaba un par de días alojado. Era la primera vez que Kiros lo veía pero quizás era porque no habían coincidido en las zonas comunes del hostal, aunque tampoco le importaba.
Al parecer el color de las mejillas de Carol pudo volver a la normalidad con ese pequeño paseo hasta la entrada de la cocina, momento tras el cual volvió para charlar con él con bastante confianza. Desde luego parecía que habían hablado alguna que otra vez y para Kiros eso solo significaba que o bien lo conocía de antes o ya llevaba allí un tiempo. También logró saber su nombre, cierta información que podía ser útil aunque en este caso no iba a servir para nada. Se mantuvo en silencio observando aquella conversación que estaba ocurriendo delante de él hasta que sin quererlo se vio incluído en esta. Sus palabras sonaron exageradamente aduladoras y equivocadas por igual, lo que le hizo sonreír mientras miraba hacia la mesa y se acomodaba. —No, no lo soy. Pero parece que te vendría bien que lo fuera.— indicaría de forma amable refiriéndose a la aparente falta de dinero que Carol había indicado.
—Mi nombre es Kiros Blight. Imagino que tú eres el señor Urahara, ¿es así?— le preguntó permitiéndose tutearlo. El joven no tenía comida en la mesa ni tenía intención de pedir ninguna, pero no tenía nada mejor que hacer que hablar con aquella persona. Al parecer o lo había confundido con otra persona real o solo había exagerado expresando lo que él necesitaba. —Aunque he de decir que tu definición ha pasado bastante cerca. Soy un...— pensó un segundo pues todavía no sabía lo que era. —Proyecto de mercader. Mi barco desapareció estando yo en tierra así que supongo que no puedo ser mercader si no tengo un barco...— su voz sonaría firme y sin mostrar ningún sentimiento de pena por la pérdida, quizás algo frío. —Ahora me toca empezar de cero, aunque ya tengo bastantes cosas preparadas.— indicó alzando ambas cejas y arrugaba el labio inferior en señal de satisfacción consigo mismo. —¿Y tú? ¿Qué haces aquí?— se permitió preguntar a pesar de que nunca le interesaban las vidas de los demás.
Al parecer el color de las mejillas de Carol pudo volver a la normalidad con ese pequeño paseo hasta la entrada de la cocina, momento tras el cual volvió para charlar con él con bastante confianza. Desde luego parecía que habían hablado alguna que otra vez y para Kiros eso solo significaba que o bien lo conocía de antes o ya llevaba allí un tiempo. También logró saber su nombre, cierta información que podía ser útil aunque en este caso no iba a servir para nada. Se mantuvo en silencio observando aquella conversación que estaba ocurriendo delante de él hasta que sin quererlo se vio incluído en esta. Sus palabras sonaron exageradamente aduladoras y equivocadas por igual, lo que le hizo sonreír mientras miraba hacia la mesa y se acomodaba. —No, no lo soy. Pero parece que te vendría bien que lo fuera.— indicaría de forma amable refiriéndose a la aparente falta de dinero que Carol había indicado.
—Mi nombre es Kiros Blight. Imagino que tú eres el señor Urahara, ¿es así?— le preguntó permitiéndose tutearlo. El joven no tenía comida en la mesa ni tenía intención de pedir ninguna, pero no tenía nada mejor que hacer que hablar con aquella persona. Al parecer o lo había confundido con otra persona real o solo había exagerado expresando lo que él necesitaba. —Aunque he de decir que tu definición ha pasado bastante cerca. Soy un...— pensó un segundo pues todavía no sabía lo que era. —Proyecto de mercader. Mi barco desapareció estando yo en tierra así que supongo que no puedo ser mercader si no tengo un barco...— su voz sonaría firme y sin mostrar ningún sentimiento de pena por la pérdida, quizás algo frío. —Ahora me toca empezar de cero, aunque ya tengo bastantes cosas preparadas.— indicó alzando ambas cejas y arrugaba el labio inferior en señal de satisfacción consigo mismo. —¿Y tú? ¿Qué haces aquí?— se permitió preguntar a pesar de que nunca le interesaban las vidas de los demás.
Kiros Blight
Hoja de personaje
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Creado por Urahara Sáb Nov 12, 2016 10:24 pm
-Definitivamente, hubiese sido bueno pero en fin – sacando algo para leer mientras seguía con la bebida y la comida llegaba – idealmente, toparía con suerte, ya va siendo mi hora que me pongo viejo – se rascaba la barbilla mientras buscaba la página en la que había quedado. Mirando hacía el cielo, más bien la lampara del local -Kamisama piensa en mi-en tono alto para posteriormente recibir un regaño de la dueña
Momentos después llegarían los ansiados platillos que mostrarían cierta fiereza en su mirada, un hambre inminente y volteaba a ver la comida. Pese a la presentación del pelinegro y los aparentes modales podían ambos brazos sobre la mesa. Cubría la visión de los platillos y decía –¡Son míos! – con sus ojos entrecerrados que bajo la sombra del sombrero podían hacer parecer que quería un combate o similar, casi soltaba un gruñido. Un instante después, con una velocidad sin igual tomaría los cubiertos y partiría un gran trozo de salmón, colocándolo con cierta prisa en su boca su expresión cambiaría por completo. Un nuevo Urahara que saboreaba a ojos cerrados – Mmmm delicioso Carol- nuevamente volteaba a ver al chico mientras partía en trozos la comida, con los ojos cerrados y una sonrisa exagerada para el chico –Un gusto Kiros, mi nombre es un enigma que te sería imposible acertar a como hiciste hace un momento – dejando la expresión de amistad volvía vorazmente para aturugar por completo el espacio disponible con tres trozos más de la bien lograda receta. En ese momento el chico rectificaría que su definición no había estado tan mal, aclarando sobre su proyecto de mercader.
El rubio desgarbado y sombrero se sorprendería bastante y casi empezaría a no poder respirar por tragar de manera apresurada –¿Morcafer? ¿Borco?- hacía un trago grueso y volvía a mirarle. Miro nuevamente el segundo plato, lo levanto con el índice y el pulgar para abriendo la boca había arriba y con el fin de comer el magro pescado rápidamente para hablar de negocios.
Hacía su silla más al lado demasiado cerca y colocando la mano derecha en el hombro izquierdo del tipo –Si necesitas ayuda –susurrando – y si tienes dinero – volvía al tono enérgico – estaría dispuesto a ayudar, invertir o lo que haga falta. Soy un gran creador de dispositivos de funcionamiento maravilloso, un médico de grandes conocimientos -haciendo un movimiento circular con ambas manos bastante efusivo y en forma de semi circulo para luego mostrar una expresión de cansancio absoluto - pero soy algo vago- tomaba nuevamente el libro y volvía a la lectura, con el meñique se rascaba un poco la oreja y luego observaba residuos de alguna suciedad -¿cuéntame más?- tomaba té y se reía ligeramente por algo escrito en su libro.
Momentos después llegarían los ansiados platillos que mostrarían cierta fiereza en su mirada, un hambre inminente y volteaba a ver la comida. Pese a la presentación del pelinegro y los aparentes modales podían ambos brazos sobre la mesa. Cubría la visión de los platillos y decía –¡Son míos! – con sus ojos entrecerrados que bajo la sombra del sombrero podían hacer parecer que quería un combate o similar, casi soltaba un gruñido. Un instante después, con una velocidad sin igual tomaría los cubiertos y partiría un gran trozo de salmón, colocándolo con cierta prisa en su boca su expresión cambiaría por completo. Un nuevo Urahara que saboreaba a ojos cerrados – Mmmm delicioso Carol- nuevamente volteaba a ver al chico mientras partía en trozos la comida, con los ojos cerrados y una sonrisa exagerada para el chico –Un gusto Kiros, mi nombre es un enigma que te sería imposible acertar a como hiciste hace un momento – dejando la expresión de amistad volvía vorazmente para aturugar por completo el espacio disponible con tres trozos más de la bien lograda receta. En ese momento el chico rectificaría que su definición no había estado tan mal, aclarando sobre su proyecto de mercader.
El rubio desgarbado y sombrero se sorprendería bastante y casi empezaría a no poder respirar por tragar de manera apresurada –¿Morcafer? ¿Borco?- hacía un trago grueso y volvía a mirarle. Miro nuevamente el segundo plato, lo levanto con el índice y el pulgar para abriendo la boca había arriba y con el fin de comer el magro pescado rápidamente para hablar de negocios.
Hacía su silla más al lado demasiado cerca y colocando la mano derecha en el hombro izquierdo del tipo –Si necesitas ayuda –susurrando – y si tienes dinero – volvía al tono enérgico – estaría dispuesto a ayudar, invertir o lo que haga falta. Soy un gran creador de dispositivos de funcionamiento maravilloso, un médico de grandes conocimientos -haciendo un movimiento circular con ambas manos bastante efusivo y en forma de semi circulo para luego mostrar una expresión de cansancio absoluto - pero soy algo vago- tomaba nuevamente el libro y volvía a la lectura, con el meñique se rascaba un poco la oreja y luego observaba residuos de alguna suciedad -¿cuéntame más?- tomaba té y se reía ligeramente por algo escrito en su libro.
Última edición por Urahara el Dom Nov 13, 2016 2:54 pm, editado 1 vez
Urahara
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Creado por Kiros Blight Dom Nov 13, 2016 4:33 am
La primera impresión que le daba aquel hombre tenía algo que ver con los bufones de Arabasta, aquellos que hacían el ridículo para entretenimiento de la alta sociedad. Sin embargo tenía algo diferente y es que no lo hacía para hacerle reír, sino porque de verdad su personalidad era así. Este dato le parecía cuanto menos curioso, no solía toparse con gente que se tomara las relaciones entre desconocidas tan a la ligera. Quizás debía seguir su ejemplo y contarle todo su proyecto, quizás quisiera ayudarle de verdad y pudiera ser un valioso aliado... Pero que me aspen si Kiros iba a confiar en un desconocido de la misma forma que este lo había hecho con él. Su plan comercial era, es y será algo que únicamente él sabría y quizás su timonel cuando esté en el barco, pero solo en el último momento.
—Tranquilo, yo tengo el estómago lleno.— bromeó con su escaso sentido del humor. Para él era difícil hacer bromas "de buenas formas", pues generalmente eran mucho más mezquinas y punzantes. No se inmutó cuando el tipo se metió demasiado dentro de su burbuja de espacio personal, sino que se mantuvo inmóvil como hasta ese momento. —Para ser un médico bastante conocido nunca había oído hablar de ti, ¿eres de fuera del Reino de Lvneel?.— diría con pura intención de que se alejara de él un poco pues la situación y la cercanía le incomodaba. —¿Y qué podría aportarme un hombre como tú en mi proyecto comercial? Aparte de unos servicios médicos que parece ser obvio.— indicaría, aunque no podría evitar ahogar una sonrisa en un nuevo trago de cerveza. —Y diciendo que eres poco trabajador no te estás vendiendo bien, ¿sabes?— le diría con buenas intenciones.
Tras dejar la cerveza de nuevo sobre la superficie de madera pensó en cuáles podrían ser las ventajas por él mismo, sin que él tuviera que decir nada. Sin duda los productos médicos podían ser una buena inversión, además de que necesitaría alguien que se encargara de que su tripulación estuviera a pleno rendimiento en todo momento. Sin embargo no le convencía la parte en la que él en concreto fuera una buena elección, pues médicos podía encontrar más en el mundo y posiblemente en aquella isla. Se había definido a sí mismo como "creador de dispositivos" y no sabía hasta que punto aquello podía ser una pérdida de tiempo o una mina de oro. —¿Qué son esos dispositivos que dices crear?— preguntó esperando que le contestara. Aún no iba a confiar en él como para iniciar una empresa juntos, pero podía ser que lo hiciera dependiendo de lo que le contara.
—Tranquilo, yo tengo el estómago lleno.— bromeó con su escaso sentido del humor. Para él era difícil hacer bromas "de buenas formas", pues generalmente eran mucho más mezquinas y punzantes. No se inmutó cuando el tipo se metió demasiado dentro de su burbuja de espacio personal, sino que se mantuvo inmóvil como hasta ese momento. —Para ser un médico bastante conocido nunca había oído hablar de ti, ¿eres de fuera del Reino de Lvneel?.— diría con pura intención de que se alejara de él un poco pues la situación y la cercanía le incomodaba. —¿Y qué podría aportarme un hombre como tú en mi proyecto comercial? Aparte de unos servicios médicos que parece ser obvio.— indicaría, aunque no podría evitar ahogar una sonrisa en un nuevo trago de cerveza. —Y diciendo que eres poco trabajador no te estás vendiendo bien, ¿sabes?— le diría con buenas intenciones.
Tras dejar la cerveza de nuevo sobre la superficie de madera pensó en cuáles podrían ser las ventajas por él mismo, sin que él tuviera que decir nada. Sin duda los productos médicos podían ser una buena inversión, además de que necesitaría alguien que se encargara de que su tripulación estuviera a pleno rendimiento en todo momento. Sin embargo no le convencía la parte en la que él en concreto fuera una buena elección, pues médicos podía encontrar más en el mundo y posiblemente en aquella isla. Se había definido a sí mismo como "creador de dispositivos" y no sabía hasta que punto aquello podía ser una pérdida de tiempo o una mina de oro. —¿Qué son esos dispositivos que dices crear?— preguntó esperando que le contestara. Aún no iba a confiar en él como para iniciar una empresa juntos, pero podía ser que lo hiciera dependiendo de lo que le contara.
Kiros Blight
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Creado por Urahara Dom Nov 13, 2016 2:51 pm
-La gente solo habla de las leyendas cuando mueren, solo por eso recuerdan a Elton Tico- le miraba y se rascaba un poco la barba de días -efectivamente, soy de una hermosa isla de crepúsculos arrebolados llamada Karakuri, con montañas de reluciente chatarra- sus ojos se iluminaban como si fuera un buen recuerdo, era todo una mentira porque no anhelaba nada de esa isla, sus padres nunca se interesaron por él y lo ultimo que había escuchado es que ahora esa isla estaba gobernada por una pirata renombrada, de nombre Lala.
-¿Qué podría aportar? Primero que todo soy un imán para las chicas, ahí donde ves a Carol enojada conmigo es porque se me ha declarado tres veces ya- se acomodaba el cuello de su vestimenta cual galán ganador - no pensaba quedarme en esta isla por lo que le he dicho que no se ilusione- la pelirroja le miraba completamente incrédula y hacía un modo con el rostro hacía otro lado sin decir palabras -como medico un crack, como inventor un crack, como consejero y asesor de finanzas un crack, como guerrero soy un humilde espadachín que sigue el camino del honor y todo eso- señalando el bastón que no alcanzaba a tocar el suelo y sin revelar que era una espada, al menos a la vista -lo de poco trabajador es una manera de presentarse correctamente al entregar un curriculúm, debes enfocarte en la virtud de mi honestidad más que en mi indisposición a los gastos innecesarios de energía- continuaba leyendo con una sonrisa y bebiendo el té a sorbos lentos.
-Muy buena pregunta joven Kiros, mis dispositivos son para todo, este es el ultimo -empezaba a buscar entre una manga y sacaba un aparato cromado, casi un efecto de brillo legendario le rodeaba - el nombre es >Fruteladero 3000 <, patente pendiente - sin siquiera mirar el rostro y como todo vendedor diría - veo en su rostro la intriga absoluta por esta belleza, frutas más hielo y una pizca de leche, mezclado a presión y en momentos un delicioso manjar-le miraba a los ojos - se que mataría por probarlo, son 1000 berries una prueba de fresas y otra fruta que usted me proporcione, si no le gusta se le devuelve la mitad del dinero. 7000 berries, el aparato es suyo y de su futura esposa - recordaba por un momento que no era un cliente sino un posible aliado comercial -esta es solo la idea de hace un par de días, tengo muchos diseños y prototipos a desarrollar- decía abiertamente y dispuesto a escuchar cualquier comentario, un risa o burla sobre su producto no sería algo nuevo, las personas de la mayoría de islas no estaban preparadas para este tipo de ejemplares tan novedosos.
-¿Qué podría aportar? Primero que todo soy un imán para las chicas, ahí donde ves a Carol enojada conmigo es porque se me ha declarado tres veces ya- se acomodaba el cuello de su vestimenta cual galán ganador - no pensaba quedarme en esta isla por lo que le he dicho que no se ilusione- la pelirroja le miraba completamente incrédula y hacía un modo con el rostro hacía otro lado sin decir palabras -como medico un crack, como inventor un crack, como consejero y asesor de finanzas un crack, como guerrero soy un humilde espadachín que sigue el camino del honor y todo eso- señalando el bastón que no alcanzaba a tocar el suelo y sin revelar que era una espada, al menos a la vista -lo de poco trabajador es una manera de presentarse correctamente al entregar un curriculúm, debes enfocarte en la virtud de mi honestidad más que en mi indisposición a los gastos innecesarios de energía- continuaba leyendo con una sonrisa y bebiendo el té a sorbos lentos.
-Muy buena pregunta joven Kiros, mis dispositivos son para todo, este es el ultimo -empezaba a buscar entre una manga y sacaba un aparato cromado, casi un efecto de brillo legendario le rodeaba - el nombre es >Fruteladero 3000 <, patente pendiente - sin siquiera mirar el rostro y como todo vendedor diría - veo en su rostro la intriga absoluta por esta belleza, frutas más hielo y una pizca de leche, mezclado a presión y en momentos un delicioso manjar-le miraba a los ojos - se que mataría por probarlo, son 1000 berries una prueba de fresas y otra fruta que usted me proporcione, si no le gusta se le devuelve la mitad del dinero. 7000 berries, el aparato es suyo y de su futura esposa - recordaba por un momento que no era un cliente sino un posible aliado comercial -esta es solo la idea de hace un par de días, tengo muchos diseños y prototipos a desarrollar- decía abiertamente y dispuesto a escuchar cualquier comentario, un risa o burla sobre su producto no sería algo nuevo, las personas de la mayoría de islas no estaban preparadas para este tipo de ejemplares tan novedosos.
Urahara
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Creado por Kiros Blight Dom Nov 13, 2016 3:57 pm
Todo iba bastante bien mientras el tipo seguía comiendo su salmón, pero la conversación hizo que perdiera repentinamente el interés. Empezó cuando hizo aquella broma que no tardó en pillar y que le hizo preguntarse si de verdad aquella persona estaba en sus cabales o solo le estaba tomando el pelo. Por lo menos no bromeó con lo de su isla o al menos no que él supiera, pues en realidad no conocía nada de la isla mencionada. La guinda del pastel era todo aquello que comentaba, todo lo que salía de su boca le quitaba credibilidad y hacía desaparecer el interés de Kiros. Un solo movimiento con los ojos le hizo saber que Carol no se le había declarado, llevaba meses allí y sabía muy bien lo que la chica haría y lo que no. Pero lo peor fue acerca de ese invento que lo pintaba como si fuera a revolucionar el mundo y lo único que provocaba en Kiros era sentimiento de pena. O bien le estaba tomando el pelo o de verdad pensaba aquello, en cualquier caso no le interesaba.
—Carol, la comida la pago yo.— le dijo haciéndole un gesto sobre el plato de aquel hombre, al tiempo que se disponía a tragar lo que quedaba en su jarra de cerveza. —Lo cierto es que por un momento pensaba que iba a ser algo que me interesara, pero no ha sido el caso. Sin duda aprecio tu honestidad, pero ya tengo gente que me sea sincera. Es un gusto conocerle, señor Urahara, pero creo que no es posible que hagamos ningún negocio juntos.— se levantaría de la silla preparándose para irse, algo decepcionado por cómo había resultado todo aquello.
El tipo era, sin lugar a dudas, un payaso. No a método de insulto sino como calificativo para indicar que todo lo que hacía parecía hecho con intención de hacer reír a un público inexistente. No trabajaría con una persona así porque sencillamente no le aportaba nada y solo le molestaría. No se sentía mal por lo que acababa de hacer, ¡qué demonios, acababa de invitarle a la comida! No, Kiros no tenía un buen corazón que le impidiera hacer ese tipo de cosas. En parte le habría gustado encontrarse con un buen médico para llevar en su viaje pero no podía llevar a alguien que no se tomara las cosas en serio. Se preparó despacio, esperando por si quería decirle algo. Que todo había sido una broma, que su sentido del humor era malísimo y que en realidad era trabajador y profesional. Porque ese es el único tipo de persona que contrataría para su tripulación y para sus proyectos.
—Carol, la comida la pago yo.— le dijo haciéndole un gesto sobre el plato de aquel hombre, al tiempo que se disponía a tragar lo que quedaba en su jarra de cerveza. —Lo cierto es que por un momento pensaba que iba a ser algo que me interesara, pero no ha sido el caso. Sin duda aprecio tu honestidad, pero ya tengo gente que me sea sincera. Es un gusto conocerle, señor Urahara, pero creo que no es posible que hagamos ningún negocio juntos.— se levantaría de la silla preparándose para irse, algo decepcionado por cómo había resultado todo aquello.
El tipo era, sin lugar a dudas, un payaso. No a método de insulto sino como calificativo para indicar que todo lo que hacía parecía hecho con intención de hacer reír a un público inexistente. No trabajaría con una persona así porque sencillamente no le aportaba nada y solo le molestaría. No se sentía mal por lo que acababa de hacer, ¡qué demonios, acababa de invitarle a la comida! No, Kiros no tenía un buen corazón que le impidiera hacer ese tipo de cosas. En parte le habría gustado encontrarse con un buen médico para llevar en su viaje pero no podía llevar a alguien que no se tomara las cosas en serio. Se preparó despacio, esperando por si quería decirle algo. Que todo había sido una broma, que su sentido del humor era malísimo y que en realidad era trabajador y profesional. Porque ese es el único tipo de persona que contrataría para su tripulación y para sus proyectos.
- Detalles:
- Como habrás podido leer (si no lo has hecho, lee antes XD) a Kiros no le ha gustado demasiado Urahara. Con esto no quiero decir que terminemos el tema (de hecho por mí podemos continuar hasta terminarlo, por eso Kiros se está levantando despacio para que le hables) pero al menos que la cosa cambie mucho creo que no seguiríamos después de esto en plan organización. Sus personalidades son demasiado dispares, y aunque Kiros soportaría algunas bromas, Urahara parece ser demasiado bromista y cómico que es algo que no se centra para nada con lo que tengo en mente.
Podemos rolear más veces de aquí en adelante, pero en cuanto a acompañar a Kiros al Paraíso creo que mejor no (y es una pena, porque no es que sobre gente y tu personaje aportaría buenas cosas).
No lo tomes como algo personal, a mí me ha encantado el post xD Pero no encaja nada con Kiros, lo siento :S
Kiros Blight
Hoja de personaje
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(6/100)
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Creado por Urahara Dom Nov 13, 2016 6:39 pm
La reacción del pelinegro era bastante previsible, estaba bastante inconforme, al menos pagaría por la cuenta era más de lo que esperaba el rubio desgarbado. Acabaría su bebida y escucharía sus palabras de rechazo, a fin de cuentas estaba acostumbrado a que nadie tuviese fe en sus proyectos -Igualmente un gusto, quizás cuando cada uno tenga su imperio cambiemos de parecer, a fin de cuentas aún no tiene barco y tampoco mujer para que use esta belleza- guardando el dispositivo como si su manga fuese un bolsillo mágico.
Tomaba su bastón y se levantaba junto al chico, agradecía con un gesto a Carol, se acercaría nuevamente al tipo que le había dado la espalda luego de pagar por todo, seriamente y con tono solemne pondría una mano en su hombro, dejando una tarjeta con su nombre y forma de contactarlo por den den mushi -Puede que no podamos hacer negocios pero si necesitas ayuda en combates o con heridos no dudes en contactarme- su expresión era seria y fuerte. Volteaba un momento para ver hacía atrás, retornando nuevamente a una expresión de completa tranquilidad, paz, libre de toda preocupación.
-vaya vaya, o que tienes dinero ¿Fumas? ¿Algo?- sacando su cajetilla de cigarrillos para acompañarlo afuera, solo le pretendía preguntar un par de cosas más antes de que se tuviese que ir de ese lugar, al menos por ese día y en búsqueda de algo de dinero para pagar los días que había pasado bajo ese techo.
Tomaba su bastón y se levantaba junto al chico, agradecía con un gesto a Carol, se acercaría nuevamente al tipo que le había dado la espalda luego de pagar por todo, seriamente y con tono solemne pondría una mano en su hombro, dejando una tarjeta con su nombre y forma de contactarlo por den den mushi -Puede que no podamos hacer negocios pero si necesitas ayuda en combates o con heridos no dudes en contactarme- su expresión era seria y fuerte. Volteaba un momento para ver hacía atrás, retornando nuevamente a una expresión de completa tranquilidad, paz, libre de toda preocupación.
-vaya vaya, o que tienes dinero ¿Fumas? ¿Algo?- sacando su cajetilla de cigarrillos para acompañarlo afuera, solo le pretendía preguntar un par de cosas más antes de que se tuviese que ir de ese lugar, al menos por ese día y en búsqueda de algo de dinero para pagar los días que había pasado bajo ese techo.
- Spoiler:
No te preocupes, entiendo perfectamente.
Suerte
Urahara
Hoja de personaje
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(1/100)
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Creado por Kiros Blight Lun Nov 14, 2016 3:48 pm
Se detuvo nada más dar dos pasos de camino a la habitación, su propuesta parecía ser lo mejor para lo que quedaba de día. No tenía nada que hacer así que por lo menos podría hacer que el tiempo pasara algo más rápido si tenía compañía, incluso podría aceptar un chiste o dos. —No necesito de una mujer para que me haga los helados, creo que podría apañármelas solo perfectamente.— le contestó alzando una ceja. No sabía si había menospreciado a las mujeres relegándolas a aquella tarea o si lo había menospreciado a él al decirle que necesitaría a otra persona. No se lo tuvo en cuenta, pocas cosas que dijera iban a cambiar la visión que tenía de él. Era una persona que siempre buscaba hacer la gracia y era normal que hiciera aquellas meteduras de pata con frecuencia.
Sin embargo parecía que se había puesto serio y eso era un punto a su favor. Lo acompañó a la salida para que fumara pese a que Kiros nunca había fumado en su vida porque no le veía necesidad. Abrió la puerta y la dejó abierta para que saliera detrás de él, apoyándose en la pared de la fachada cruzándose de brazos. Empezaba a refrescar y se notaba, sobretodo con la poca ropa que llevaba el mercader tapando su torso. —No, no fumo. Lo cierto es que puede ser una buena idea, si eres tan buen doctor como dices ser ten por seguro que volverás a oír de mí.— indicó mirando hacia el final de la calle, donde algunas personas paseaban y se dirigían a ellos. Otras se alejaban también, pero la mayoría abandonaba el puerto y se dirigían al interior de los edificios.
—Mi intención es regresar al Grand Line algún día, volver a Arabasta, la tierra donde nací. Si nos encontramos allí algún día o si vas a pasar por aquella zona ten por seguro que encontrarás alguien que probablemente contrate tus servicios.— le dijo. No sabía en qué situación se encontraría con aquel hombre si de verdad lo volvía a ver en el Paraíso por lo que no estaba seguro de si no tendría otro médico. O si no sería un muerto de hambre mendigando para volver a Arabasta. Pero aún así decir aquello le haría sonar como una buena persona que se preocupaba y eso le daría puntos ante un posible reencuentro futuro.
Sin embargo parecía que se había puesto serio y eso era un punto a su favor. Lo acompañó a la salida para que fumara pese a que Kiros nunca había fumado en su vida porque no le veía necesidad. Abrió la puerta y la dejó abierta para que saliera detrás de él, apoyándose en la pared de la fachada cruzándose de brazos. Empezaba a refrescar y se notaba, sobretodo con la poca ropa que llevaba el mercader tapando su torso. —No, no fumo. Lo cierto es que puede ser una buena idea, si eres tan buen doctor como dices ser ten por seguro que volverás a oír de mí.— indicó mirando hacia el final de la calle, donde algunas personas paseaban y se dirigían a ellos. Otras se alejaban también, pero la mayoría abandonaba el puerto y se dirigían al interior de los edificios.
—Mi intención es regresar al Grand Line algún día, volver a Arabasta, la tierra donde nací. Si nos encontramos allí algún día o si vas a pasar por aquella zona ten por seguro que encontrarás alguien que probablemente contrate tus servicios.— le dijo. No sabía en qué situación se encontraría con aquel hombre si de verdad lo volvía a ver en el Paraíso por lo que no estaba seguro de si no tendría otro médico. O si no sería un muerto de hambre mendigando para volver a Arabasta. Pero aún así decir aquello le haría sonar como una buena persona que se preocupaba y eso le daría puntos ante un posible reencuentro futuro.
Kiros Blight
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
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Creado por Urahara Lun Nov 14, 2016 5:24 pm
El médico del sombrero de franjas aceptaría por completo las palabras, evidentemente no había mucha química en la conversación y ya iba siendo oportuno dejar de importunar al joven, a fin de cuentas después de un sueño tan largo y profundo sentía la necesidad de ver nuevamente el mundo, el sol que probablemente calentaría la espada oculta en la forma de bastón -Pero de seguro que prefieres ser tratado como un rey, todos los hombre lo queremos y luego de una larga jornada de trabajo dormir y dormir- se dejaba llevar por sus pensamientos -en fin, era una propuesta de cierta practicidad joven Kiros. La realidad va más allá de la vista- con seriedad, como dando un sermón pero no le pretendía impresionar, con sus comentarios que terminaban en burdas tonterías.
Salía del local y ante la negativa -Lástima, ahora te deberé algo por pagar la comida y no aceptar mi cigarro a cambio pero es algo bueno, es una mala costumbre- decía con pesar y luego haciendo como que se ruborizaba, solo para tornar nuevamente el ambiente absurdo que el rubio disfrutaba -Una primera cita que no salió como esperábamos, por suerte invitaste pero ahora tengo una deuda- prendía el cigarrillo con un mechero-lapicero -El Tintafuego TX, patente pendiente- señalando con cierto orgullo pero ya no con la idea de venderlo, solo para verlo refunfuñar odio hacía él, a fin de cuentas era lo común. Se apartaba un poco para caminar hacía la avenida de Lvneel. Iba a ir al mercado a comerciar con alguna que otra baratija que sacaría de sus bolsillos.
-Yo no se si quiero regresar a Grand Line, a Karakuri, no por ahora pero creo entender que están en diferentes corrientes- lo que le sabía mal era su estado actual de fracaso y dando un par de caladas y liberando humo sonreiría con sinceridad -Ya veremos caballero de negro, donde desembocan los afluentes de nuestros destinos en parajes futuros inesperados e inciertos- decía ufanando un poco de los discursos grandilocuentes de los letrados. Poco a poco se alejaba a paso cortó de a tres pies, el bordón.
Despidiendo al chico de Arabasta, levantando una mano y diciendo con exagerada voz chillona, como siempre que hacía comentarios que faltaban a la seriedad -Hasta luego joven puede que nos volvamos a ver pronto. Yo soy tu padre- sin mirarlo pero observaba a la pluma llameante, parecería dicho para el contrario desde su perspectiva.
Salía del local y ante la negativa -Lástima, ahora te deberé algo por pagar la comida y no aceptar mi cigarro a cambio pero es algo bueno, es una mala costumbre- decía con pesar y luego haciendo como que se ruborizaba, solo para tornar nuevamente el ambiente absurdo que el rubio disfrutaba -Una primera cita que no salió como esperábamos, por suerte invitaste pero ahora tengo una deuda- prendía el cigarrillo con un mechero-lapicero -El Tintafuego TX, patente pendiente- señalando con cierto orgullo pero ya no con la idea de venderlo, solo para verlo refunfuñar odio hacía él, a fin de cuentas era lo común. Se apartaba un poco para caminar hacía la avenida de Lvneel. Iba a ir al mercado a comerciar con alguna que otra baratija que sacaría de sus bolsillos.
-Yo no se si quiero regresar a Grand Line, a Karakuri, no por ahora pero creo entender que están en diferentes corrientes- lo que le sabía mal era su estado actual de fracaso y dando un par de caladas y liberando humo sonreiría con sinceridad -Ya veremos caballero de negro, donde desembocan los afluentes de nuestros destinos en parajes futuros inesperados e inciertos- decía ufanando un poco de los discursos grandilocuentes de los letrados. Poco a poco se alejaba a paso cortó de a tres pies, el bordón.
Despidiendo al chico de Arabasta, levantando una mano y diciendo con exagerada voz chillona, como siempre que hacía comentarios que faltaban a la seriedad -Hasta luego joven puede que nos volvamos a ver pronto. Yo soy tu padre- sin mirarlo pero observaba a la pluma llameante, parecería dicho para el contrario desde su perspectiva.
- Spoiler:
Si no me equivoco con tu respuesta le podemos dar fin al tema.
Suerte.
Urahara
Hoja de personaje
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