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Creado por Aysel Assad Vie Dic 09, 2016 7:19 pm
La plataforma de ejecución se alzaba en una plazoleta en el centro de la cuidad. Aysel la miraba entretenida desde hace rato, como si ninguna otra cosa en el mundo fuera capaz de separar sus pensamientos de aquella imagen: el último lugar que vio con vida al Rey de los Piratas. "Esta fue la ultima vista que Gold D. Roger tuvo antes de morir..." Un escalofrió le recorrió toda la espalda cuando se visualizo a ella misma viendo el horizonte de Loguetown antes de que la hoja del verdugo le cortara la cabeza. Pero peor le agarraba cuando pensaba en lo que pudo haber pasado si no hubiese huido de Arabasta.
Pero no era hora de pensar en aquello... Según la información que Aysel había recibido y los mensajes que mantuvo los ultimas semanas un viejo amigo se presentaría en Loguetown para unirse a ella en los trabajos que realizaría en poz de los intereses de la Armada Revolucionaria. Acordaron verse en el Bar "Gold D. Roger" cerca de aquella zona pero había algo que a Aysel la mantuvo mas cuidadosa de lo normal. El mismo informante que le dijo que su compañero estaría en Loguetown le dijo también que habria un agente del gobierno cerca. "¿Que hace alguien así aquí?". Por supuesto, sus intenciones o su misión le eran totalmente ajenas, demasiado con que sabia que alguien de ese tipo se encontraba en la cuidad pero desconocía si siquiera era humano. La bailarina temia terminar dejando al descubierto su alineación y/o la de su compañero y terminar con ella, el o ambos muertos con en la infame Impel Down.
-Tengo que ser cuidadosa...- susurró por lo bajo. Entonces entro al bar...
Pero no era hora de pensar en aquello... Según la información que Aysel había recibido y los mensajes que mantuvo los ultimas semanas un viejo amigo se presentaría en Loguetown para unirse a ella en los trabajos que realizaría en poz de los intereses de la Armada Revolucionaria. Acordaron verse en el Bar "Gold D. Roger" cerca de aquella zona pero había algo que a Aysel la mantuvo mas cuidadosa de lo normal. El mismo informante que le dijo que su compañero estaría en Loguetown le dijo también que habria un agente del gobierno cerca. "¿Que hace alguien así aquí?". Por supuesto, sus intenciones o su misión le eran totalmente ajenas, demasiado con que sabia que alguien de ese tipo se encontraba en la cuidad pero desconocía si siquiera era humano. La bailarina temia terminar dejando al descubierto su alineación y/o la de su compañero y terminar con ella, el o ambos muertos con en la infame Impel Down.
-Tengo que ser cuidadosa...- susurró por lo bajo. Entonces entro al bar...
Aysel Assad
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Creado por Abril Vie Dic 09, 2016 11:55 pm
No tenia mucho que hacer en esos momentos. La cabrita había estado paseando por el mercado, realizando un par de compras sencillas como verduras y unas especies que al final le habrían tardado más de lo pensado en encontrar. Estaba de servicio pero a la vez no, no le habían asignado ninguna misión nueva y se estaba manteniendo en el cuartel de aquella isla casi por necesidad. No le habían ni asignado un compañero ni un cuartel base, por ende tenía que esperar nuevas órdenes de algún superior o como último recurso pedir alguna misión a la marina; no eran sus superiores directos, pues eran dos organizaciones diferentes el C.P. y la Marina, pero aun así podrían de ofrecerle algún que otro entretenimiento pasajero. ¿No?. No tanto… Ir a hacer compras al mercado era más un quehacer que otra cosa…
Pasando por la plaza central, se detuvo a mirar el lugar tan legendario de la ejecución de Gold D. Roger. Ahí mismo había muerto “el rey de los piratas”, como si hubiese hecho algo más que robar para proseer ese título. Nunca supo ni le intereso saber más de la historia de aquel pirata, para ella tan solo había sido un pirata que no hizo más que robar y luego ocultar todo en algún lugar remoto del planeta. Un Troll. Luego hacer que todos los demás fuesen a buscar ese tal “tesoro”. ¿Y que si ya se había gastado todo el oro? Quizás jamás lo encontrarían, quizás lo tiro todo al fondo del mar. ¿Qué no había otras cosas más útiles que hacer que ir a buscar un tonto tesoro? Bueno, le serviría bastante a ella un dinero extra, quizás podría poner un lechería en algún lugar, y luego donar el dinero que le sobrara…
-Hablando de eso… -
Deteniéndose a pensar un momento. Tenía sed. Haría una parada de improvisto en un bar de la zona a descansar y tomar algo fresco. Tan solo esperaba que el lugar que haya elegido no fuese uno de esos de poca monta. No se veía tan mal, pero el nombre no le convencía, el mismo que aquel pirata legendario. Ya que, no iba a ponerse a buscar otro. Aun con una bolsa de compras en mano se adentro al lugar. Y ni había dado un paso y todas las miradas ya se le posaban en ella.
-Je …je… ehm… -
*Please, que no me roben, es dinero de la marina.*
Pasando por la plaza central, se detuvo a mirar el lugar tan legendario de la ejecución de Gold D. Roger. Ahí mismo había muerto “el rey de los piratas”, como si hubiese hecho algo más que robar para proseer ese título. Nunca supo ni le intereso saber más de la historia de aquel pirata, para ella tan solo había sido un pirata que no hizo más que robar y luego ocultar todo en algún lugar remoto del planeta. Un Troll. Luego hacer que todos los demás fuesen a buscar ese tal “tesoro”. ¿Y que si ya se había gastado todo el oro? Quizás jamás lo encontrarían, quizás lo tiro todo al fondo del mar. ¿Qué no había otras cosas más útiles que hacer que ir a buscar un tonto tesoro? Bueno, le serviría bastante a ella un dinero extra, quizás podría poner un lechería en algún lugar, y luego donar el dinero que le sobrara…
-Hablando de eso… -
Deteniéndose a pensar un momento. Tenía sed. Haría una parada de improvisto en un bar de la zona a descansar y tomar algo fresco. Tan solo esperaba que el lugar que haya elegido no fuese uno de esos de poca monta. No se veía tan mal, pero el nombre no le convencía, el mismo que aquel pirata legendario. Ya que, no iba a ponerse a buscar otro. Aun con una bolsa de compras en mano se adentro al lugar. Y ni había dado un paso y todas las miradas ya se le posaban en ella.
-Je …je… ehm… -
*Please, que no me roben, es dinero de la marina.*
Abril
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Creado por Werner Schnitzler Dom Dic 11, 2016 3:34 pm
La brisa marina acariciaba el blanco pelaje del conejo, casi jugueteando en su cara. Una sonrisa se dibujaba en su rostro mientras tocaba su armónica y marchaba al ritmo de un viejo Blues. Arribo a Loguetown muy temprano ese día, así que tuvo tiempo de visitar la ciudad, "reconocimiento de terreno" podría decirse, aunque solo fuese un paseo. Las ordenes eran simplemente encontrarse con una vieja compañera para que se les fuese asignado un trabajo. Había sido mucho el tiempo que Werner estuvo trabajando solo, ya era hora de que se le asignara un compañero ya que el lo prefería así. Unas vueltas por la plaza de ejecución fueron suficientes para dar con su compañera, quien parecía estar entrando en un bar local.
El bar en el que se encontraba parecía un lugar tranquilo, aunque lentamente el bullicio se hizo presente en el lugar. Una figura femenina que resaltaba del resto parecía ser el centro de las miradas. "Y luego nosotros somos los salvajes", pensaba mientras se acercaba lentamente a la joven cabra quien cargaba consigo algunas bolsas de compra. Un suave movimiento de su mano le basto para tocar el hombro de la joven, mientras mantenía una agradable sonrisa en su rostro. Extendió su otra mano, con la palma abierta mientras esperaba que la joven le diera una de sus bolsas.
-Parece ser que atraes miradas no deseadas, déjame darte una mano con las bolsas, se ven pesadas- Agrego con un tono amable mientras esperaba respuesta de la joven. -Mi nombre es White, por cierto, un placer ver a uno de los nuestros en un lugar como este-
El bar en el que se encontraba parecía un lugar tranquilo, aunque lentamente el bullicio se hizo presente en el lugar. Una figura femenina que resaltaba del resto parecía ser el centro de las miradas. "Y luego nosotros somos los salvajes", pensaba mientras se acercaba lentamente a la joven cabra quien cargaba consigo algunas bolsas de compra. Un suave movimiento de su mano le basto para tocar el hombro de la joven, mientras mantenía una agradable sonrisa en su rostro. Extendió su otra mano, con la palma abierta mientras esperaba que la joven le diera una de sus bolsas.
-Parece ser que atraes miradas no deseadas, déjame darte una mano con las bolsas, se ven pesadas- Agrego con un tono amable mientras esperaba respuesta de la joven. -Mi nombre es White, por cierto, un placer ver a uno de los nuestros en un lugar como este-
Werner Schnitzler
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Creado por Aysel Assad Dom Dic 11, 2016 6:28 pm
-¡Que linda! -
-Ay...- vergüenza ajena era un concepto que se quedaba corto para describir lo que la bailarina sentía por su propia especie. Aquel cuerpo tan desarrollado y aquel rostro inocente mezclado con lo exótico que puede llegar a ser un mink por estas tierras habían acaparado la atención de todas las miradas, especialmente las masculinas, en el bar. Era de esperarse tratándose de marineros, algunos delincuentes menores y marines que se la pasan en alta mar o en sus guaridas viéndose las caras todos los días. -Vaya necesitados...-
Para ese entonces Aysel estaba sentada en un taburete de espaldas a la barra mientras esperaba para tomar una fría bebida sin alcohol con sabor a fresa que apenas le había pedido a la camarera. Se quedo mirando a la mink lo mas disimuladamente posible, preguntándose que haría alguien como ella tan lejos de su isla natal y su gente. ¿Habría venido con Werner? ¿Seria el agente del que le había advertido su informante? Se veía demasiado inocente como para trabajar para el Gobierno Mundial. "Pero un buen agente sabría como aparentar serlo..." Pero aun así hacerse a la idea le era difícil. Aquella era apenas una niña, con una cara demasiado adorable como para ser mas que eso. Estaba por darse vuelta cuando noto otra silueta en la puerta.
Se giró nuevamente y vio a su compañero asomarse a la entrada del bar ante las miradas atónitas del resto de la gente que no estaba acostumbrada a los minks y ahora veía a dos en un día, aunque el segundo no fuera tanto del agrado de la multitud. "Tu no cambias..." Aysel sonrió al ver al conejo ayudar a la cabrita a llevar sus bolsas.
-¡No! ¡Yo voy a ayudarla!
-¡No! ¡Yo puedo cargar con todo lo que quieras!
"La civilizada y evolucionada raza humana." Aysel se golpeo a si misma con la mano abierta en medio de la cara. Los pervertidos le caían mal y aquellos tipos no tenían una pizca de modales. "Algo me dice que esto no va a terminar bien..."
-Ay...- vergüenza ajena era un concepto que se quedaba corto para describir lo que la bailarina sentía por su propia especie. Aquel cuerpo tan desarrollado y aquel rostro inocente mezclado con lo exótico que puede llegar a ser un mink por estas tierras habían acaparado la atención de todas las miradas, especialmente las masculinas, en el bar. Era de esperarse tratándose de marineros, algunos delincuentes menores y marines que se la pasan en alta mar o en sus guaridas viéndose las caras todos los días. -Vaya necesitados...-
Para ese entonces Aysel estaba sentada en un taburete de espaldas a la barra mientras esperaba para tomar una fría bebida sin alcohol con sabor a fresa que apenas le había pedido a la camarera. Se quedo mirando a la mink lo mas disimuladamente posible, preguntándose que haría alguien como ella tan lejos de su isla natal y su gente. ¿Habría venido con Werner? ¿Seria el agente del que le había advertido su informante? Se veía demasiado inocente como para trabajar para el Gobierno Mundial. "Pero un buen agente sabría como aparentar serlo..." Pero aun así hacerse a la idea le era difícil. Aquella era apenas una niña, con una cara demasiado adorable como para ser mas que eso. Estaba por darse vuelta cuando noto otra silueta en la puerta.
Se giró nuevamente y vio a su compañero asomarse a la entrada del bar ante las miradas atónitas del resto de la gente que no estaba acostumbrada a los minks y ahora veía a dos en un día, aunque el segundo no fuera tanto del agrado de la multitud. "Tu no cambias..." Aysel sonrió al ver al conejo ayudar a la cabrita a llevar sus bolsas.
-¡No! ¡Yo voy a ayudarla!
-¡No! ¡Yo puedo cargar con todo lo que quieras!
"La civilizada y evolucionada raza humana." Aysel se golpeo a si misma con la mano abierta en medio de la cara. Los pervertidos le caían mal y aquellos tipos no tenían una pizca de modales. "Algo me dice que esto no va a terminar bien..."
Aysel Assad
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Creado por Abril Dom Dic 11, 2016 7:37 pm
La entrada de la cabrita al bar se torno rápidamente en un descontrol, pero no del malo, sino uno cálido, al menos desde sus ojos. Pese a que las miradas dijesen más de lo que debían y fuesen algunas algo demás picaras, no era una situación tan mala como la que ella se espero al momento de entrar. La gente era atenta con ella y ya varios se habían levantado a ofrecerle una mano cargando las bolsas que poseía. Pero aun cuando quisiese dejarse ayudar, no lo haría, las compras realizadas eran propiedad del gobierno y por ende si perdía algo seria su culpa; prefería tenerlas consigo y negar lo más atentamente posible a que los extraños las tomaran.
Sonriendo calmadamente, aparto las bolsas de las manos ajenas, manteniéndolas abrazadas a su cuerpo, negado con la cabeza todo gesto de amabilidad. Tenía una sonrisa tan inocente y alegre que no hizo más que despertar más ganas de ayudarla en los hombres del lugar, que ya casi se estaban babeando. Algunos no podían contener su excitación, en parte por ver una mink y en otra por lo exuberante que era aquella chica.
-No, no… estoy bien. Je je. Gracias. Gracias… ¡soy fuerte!... puedo solita. Por favor, no toques las bolsas… Por favor… jeje. –
No sabía qué hacer. Al parecer algunos no sabían aceptar el “No” y se empujaban unos a otros por cargarle las bolsas; al punto de que algunos habían empezado a pelear olvidándose del porque mismo de la pelea. Eran tan solo un par de bolsas con verduras y especies para cocina. Ni siquiera eran tan pesadas. Acercándose al otro mink, un tal White que se le había presentado y tal como otros, ofrecido su ayuda a cargar las bolsas, le hablo en voz baja para que la ayudara a alejar a los otros que ya cada vez se le tiraban más, algunos incluso borrachos. Era el que mejor le había caído del grupo que se le acercaron, y era otro Mink, suponía que la podría ayudar al menos por ser de la misma raza.
-Ayuda~ -
Sonriendo calmadamente, aparto las bolsas de las manos ajenas, manteniéndolas abrazadas a su cuerpo, negado con la cabeza todo gesto de amabilidad. Tenía una sonrisa tan inocente y alegre que no hizo más que despertar más ganas de ayudarla en los hombres del lugar, que ya casi se estaban babeando. Algunos no podían contener su excitación, en parte por ver una mink y en otra por lo exuberante que era aquella chica.
-No, no… estoy bien. Je je. Gracias. Gracias… ¡soy fuerte!... puedo solita. Por favor, no toques las bolsas… Por favor… jeje. –
No sabía qué hacer. Al parecer algunos no sabían aceptar el “No” y se empujaban unos a otros por cargarle las bolsas; al punto de que algunos habían empezado a pelear olvidándose del porque mismo de la pelea. Eran tan solo un par de bolsas con verduras y especies para cocina. Ni siquiera eran tan pesadas. Acercándose al otro mink, un tal White que se le había presentado y tal como otros, ofrecido su ayuda a cargar las bolsas, le hablo en voz baja para que la ayudara a alejar a los otros que ya cada vez se le tiraban más, algunos incluso borrachos. Era el que mejor le había caído del grupo que se le acercaron, y era otro Mink, suponía que la podría ayudar al menos por ser de la misma raza.
-Ayuda~ -
Abril
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Creado por Werner Schnitzler Lun Dic 12, 2016 6:00 pm
Un suspiro se escapo de la boca del conejo -Tch-, fue la única expresión que logro soltar mientras escuchaba a la cabra pedir por ayuda. Con un leve movimiento de piernas, antepuso su cuerpo al de la joven, quedando entremedio de ella y la multitud, por detrás de ellos, la entrada al bar quedaba libre. Rápidamente se dispuso a buscar a su compañera con la mirada, mientras que con su brazo izquierdo lentamente iba apartando a la joven Mink hacia la puerta. Una vez cruzado mirada con Aysel, le dio una señal con los ojos, para que sacara a la cabra de allí, hecho esto, se dispuso a servir de distracción.
Un rápido movimiento de manos confundió al primer hombre que se encontraba frente a el, mientras que su pierna derecha, entraba en contacto con la entrepierna de un joven muchacho, el cual ahora yacía en el suelo, redoblándose de dolor -Oh, lo siento, mi pie resbalo, no era la intensión- Una pequeña rabieta de bar era mas que suficiente para sacar aquellas miradas de encima de la cabra, tiempo suficiente para que salieran de allí, luego el se encargara de buscarlas si era necesario.
Un rápido movimiento de manos confundió al primer hombre que se encontraba frente a el, mientras que su pierna derecha, entraba en contacto con la entrepierna de un joven muchacho, el cual ahora yacía en el suelo, redoblándose de dolor -Oh, lo siento, mi pie resbalo, no era la intensión- Una pequeña rabieta de bar era mas que suficiente para sacar aquellas miradas de encima de la cabra, tiempo suficiente para que salieran de allí, luego el se encargara de buscarlas si era necesario.
Werner Schnitzler
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Creado por Aysel Assad Miér Dic 14, 2016 1:17 pm
Cuando Aysel contemplo lo que la simple presencia de la niña mink había provocado fue cuestión de esperar a que todo, simplemente, se fuera al infierno. Quizás si se hubiese dado cuenta de por que estaban tan "felices" por su presencia se hubiese retirado rápidamente, pero por su cara de alegría y tranquilidad no parecía preocupada. Debería, pero no lo estaba.
Quizás hubiese simplemente podido olvidarse del problema y que la cabrita saliera corriendo o esperar a que todo se resuelva solo. Pero Werner tenia que tomar el papel del héroe y meterla en sus planes. Por que cuando le hizo la seña y vio que para que el plan de su amigo resultara exitoso ella debía involucrarse, a regañadientes no lo pensó dos veces y se mando a toda velocidad en dirección a la puerta. -Cuidado con tus bolsas- dijo tan rápido como la agarro a Abril del cuello de su ropa y trato de llevársela lejos de allí. Esperaba que la niña no pusiera resistencia o creyera que era alguno de aquellos ebrios intentando secuestrarla o de lo contrario el plan de Werner seria totalmente en vano.
Su reencuentro con el conejo tendría que ser en otro momento, aunque esperaba que aquel imprevisto no pusiera en peligro una tarea tan simple como reencontrarse con su compañero. Por suerte sabia que de cualquier forma Werner era demasiado rápido como para cuidarse solo...
Quizás hubiese simplemente podido olvidarse del problema y que la cabrita saliera corriendo o esperar a que todo se resuelva solo. Pero Werner tenia que tomar el papel del héroe y meterla en sus planes. Por que cuando le hizo la seña y vio que para que el plan de su amigo resultara exitoso ella debía involucrarse, a regañadientes no lo pensó dos veces y se mando a toda velocidad en dirección a la puerta. -Cuidado con tus bolsas- dijo tan rápido como la agarro a Abril del cuello de su ropa y trato de llevársela lejos de allí. Esperaba que la niña no pusiera resistencia o creyera que era alguno de aquellos ebrios intentando secuestrarla o de lo contrario el plan de Werner seria totalmente en vano.
Su reencuentro con el conejo tendría que ser en otro momento, aunque esperaba que aquel imprevisto no pusiera en peligro una tarea tan simple como reencontrarse con su compañero. Por suerte sabia que de cualquier forma Werner era demasiado rápido como para cuidarse solo...
Aysel Assad
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Creado por Abril Miér Dic 14, 2016 6:14 pm
Al menos había almas caritativas que no tenían ganas de lanzársele como lobos feroces a una corderita (bueno, era una corderita después de todo) y la ayudasen salir de este enriedo que la entrada del bar había causado. Claro, podría defenderse ella misma, ¿pero eso no ocasionaría más problemas de los que solucionaba? Además, parecía que el conejito se encargaría de ayudarla a liberarse de los problemas, si en caso contrario se le complicaba más de la cuenta, tendría que entrar entonces ella a darle sus patadas a todos los del lugar. Quizás incluso tan solo presentarse como una C.P. en actividad sería suficiente para espantar a varios de ahí, o quizás incluso causaría más quilombo de lo correspondido; había varios ahí que no parecían tener en buena estima a los miembros del gobierno o la marina.
Siendo apartada un poco de la multitud, en parte entretenida ya con la riña que de algún lugar había salido, tenía un espacio para huir sola del lugar. Pero la ayuda no bastaba al parecer, porque de la nada una chica se encamino a la cabra y la tomo de sorpresa de su ropa. Este acto casi hizo que le diera una patada en acto reflejo, pero se contuvo lo suficiente para evitar un accidente. Por suerte solo trataban de ayudarla. Aflojando un poco la tensión del momento, se dejo llevar por la chica, sujetando fuerte sus bolsas como le indicaban y pasando a llevar una mirada entre curiosa y sorprendida por todo lo que andaba ocurriendo. Seguiría un poco con la actuación de ser una pobre corderita en apuros si eso hacia que las cosas siguiesen su rumbo y se calmaran.
~Ahhh… gr-gracias! ~ Pero no-no me tires tanto de la ropa!
Siendo apartada un poco de la multitud, en parte entretenida ya con la riña que de algún lugar había salido, tenía un espacio para huir sola del lugar. Pero la ayuda no bastaba al parecer, porque de la nada una chica se encamino a la cabra y la tomo de sorpresa de su ropa. Este acto casi hizo que le diera una patada en acto reflejo, pero se contuvo lo suficiente para evitar un accidente. Por suerte solo trataban de ayudarla. Aflojando un poco la tensión del momento, se dejo llevar por la chica, sujetando fuerte sus bolsas como le indicaban y pasando a llevar una mirada entre curiosa y sorprendida por todo lo que andaba ocurriendo. Seguiría un poco con la actuación de ser una pobre corderita en apuros si eso hacia que las cosas siguiesen su rumbo y se calmaran.
~Ahhh… gr-gracias! ~ Pero no-no me tires tanto de la ropa!
Abril
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Creado por Judith V. Lun Ene 23, 2017 8:36 am
En las oficinas de los cuarteles de loguetown se encontraba una mujer en silla de ruedas con una enorme panza que delataba un embarazo bastante avanzado al cual no le quedaría más de un mes y aparentemente debía de tener alguna complicación para necesitar de aquel instrumento, cualquiera pensaría a simple vista que se trataba de una civil que estaba allí para pedir ayuda o de la esposa de alguno de los marines de la fortaleza y por eso le permitían ir medianamente a sus anchas, sin embargo los Sargentos mayores y el Alférez a cargo sabían que aquella mujer era una persona de temer pues era Judith Vautour una miembro en asenso dentro de la cadena de mando militar ya que incluso se sabía que ella misma había participado estando embarazada de la guerra civil que se desatara en otra isla hacia algunos meses.
La agente Vautour se encontraba regularmente en dicha base de la marina tanto por la seguridad de su embarazo como para ayudar en la labor de ser una estratega dentro del cuartel, su alto intelecto y fría mente habrían cambiado las tornas en más de una ocasión en el pasado sin embargo en aquel momento tenía que atender asuntos relativamente delicados relacionados a la posible corrupción en la isla por lo que sería incapaz de colaborar con los marines para dicha labor y debía de contactar a otro miembro del CP para que pasara a buscarla y explicar la situación, tanto detrás como debajo de la silla había compartimientos para guardar cosas entre ellas saco un pequeño Den Den Mushi -Señorita Caprice, Señorita Caprice, por favor atienda a esta llamada y confirme de que se encuentra en la inmediaciones de Logue Town y de que se encuentra sola al momento de escuchar el próximo mensaje.-
Judith espero un momento, solo el tiempo suficiente para que si la agente estaba ocupada realizando alguna clase de actividad que requiriera atención pudiera concluirla o cuanto menos esconderse para atender la llamada al Den Den Mushi -Señorita Caprice, se solicita su presencia en los cuarteles de Logue Town, concretamente en el hall principal de recepción, verá a una mujer de cabello negro, piel blanca, ojos dorados y vestimentas principalmente rojas en silla de ruedas, deberá de hacer contacto con ella y trasladarla a otro establecimiento donde se le informará apropiadamente de lo que está ocurriendo, por el momento se solicita discreción y que actué con naturalidad.- por precaución y para evitar delatar completamente las funciones de Abril o a si misma Judith había omitido la organización para la cual trabajaban y lo que debían de hacer.
La agente Vautour se encontraba regularmente en dicha base de la marina tanto por la seguridad de su embarazo como para ayudar en la labor de ser una estratega dentro del cuartel, su alto intelecto y fría mente habrían cambiado las tornas en más de una ocasión en el pasado sin embargo en aquel momento tenía que atender asuntos relativamente delicados relacionados a la posible corrupción en la isla por lo que sería incapaz de colaborar con los marines para dicha labor y debía de contactar a otro miembro del CP para que pasara a buscarla y explicar la situación, tanto detrás como debajo de la silla había compartimientos para guardar cosas entre ellas saco un pequeño Den Den Mushi -Señorita Caprice, Señorita Caprice, por favor atienda a esta llamada y confirme de que se encuentra en la inmediaciones de Logue Town y de que se encuentra sola al momento de escuchar el próximo mensaje.-
Judith espero un momento, solo el tiempo suficiente para que si la agente estaba ocupada realizando alguna clase de actividad que requiriera atención pudiera concluirla o cuanto menos esconderse para atender la llamada al Den Den Mushi -Señorita Caprice, se solicita su presencia en los cuarteles de Logue Town, concretamente en el hall principal de recepción, verá a una mujer de cabello negro, piel blanca, ojos dorados y vestimentas principalmente rojas en silla de ruedas, deberá de hacer contacto con ella y trasladarla a otro establecimiento donde se le informará apropiadamente de lo que está ocurriendo, por el momento se solicita discreción y que actué con naturalidad.- por precaución y para evitar delatar completamente las funciones de Abril o a si misma Judith había omitido la organización para la cual trabajaban y lo que debían de hacer.
Judith V.
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