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Creado por Laura Mar Ene 05, 2016 1:35 pm
Un callejón desolado ocupado solamente por algunos barriles del local que ocupaba parte del mismo seguía tan silencioso y apacible como de costumbre cuando el disco solar se encontraba sobre las casas del lugar, un callejón que por la noche tendría malvivientes deambulando y algo de vomito en su suelo, un callejón silencioso y normal para cualquier ciudad medianamente grande, un callejón que vio su desoladora rutina de paz y quietud diurna interrumpida por cristales volando por el lugar y pedazos de madera saliendo por la ventana del Last Passage.
A través de la ventana rota hizo su entrada una figura completamente cubierta de blanco salvo por su cabeza, con un una cuchilla de combate empuñada en su mano derecha, la figura se paró un momento y grito al interior del local antes de empezar a correr por el callejón buscando la sombría figura que debía de estar por allí, la fémina que había escapado antes que ella del local dando saltos por otra ventana.
Quien se desplazaba ataviada de blanco, llevaba unos pantalones ajustados y una típica bata medica en la parte superior, por el movimiento realizado esta gran tela blanca que delataba su profesión, se levanto mostrando la parte trasera de su cuerpo donde estaba la funda de su cuchillo de combate y la cola canina que recordaba el origen de su raza por un instante, antes de que la tela volviera a descender, el grisáceo cabello de la mujer revoloteo por el viento que atravesaba aquel callejón con fuerza aunque reducida para nada insignificante a la hora de rastrear por olores o utilizar armas arrojadizas.
Los ojos carmesí buscaban a la otra portadora de una mirada similar, la pelinegra que compartía las posibilidades de ser la culpable del crimen que atrajo a los marines hasta el lugar donde se habían encontrado hasta hace solo unos segundos no se encontraba dentro de la línea de visión de la mink -Ayashi, si esa cosas nos está siguiendo realmente prefiero que me ayudes a enfrentarla, darle la espalda no será buena idea, no creo que quieras perder a tu medica de abordo tan rápidamente, así que trae tu saltarín trasero de donde quiera que estés y ayúdame.- Dijo en voz alta sin dejar de moverse buscando un buen lugar para voltearse y tratar de acomodarse para confrontar al enemigo de extraño aspecto y desconocidas capacidades.
A través de la ventana rota hizo su entrada una figura completamente cubierta de blanco salvo por su cabeza, con un una cuchilla de combate empuñada en su mano derecha, la figura se paró un momento y grito al interior del local antes de empezar a correr por el callejón buscando la sombría figura que debía de estar por allí, la fémina que había escapado antes que ella del local dando saltos por otra ventana.
Quien se desplazaba ataviada de blanco, llevaba unos pantalones ajustados y una típica bata medica en la parte superior, por el movimiento realizado esta gran tela blanca que delataba su profesión, se levanto mostrando la parte trasera de su cuerpo donde estaba la funda de su cuchillo de combate y la cola canina que recordaba el origen de su raza por un instante, antes de que la tela volviera a descender, el grisáceo cabello de la mujer revoloteo por el viento que atravesaba aquel callejón con fuerza aunque reducida para nada insignificante a la hora de rastrear por olores o utilizar armas arrojadizas.
Los ojos carmesí buscaban a la otra portadora de una mirada similar, la pelinegra que compartía las posibilidades de ser la culpable del crimen que atrajo a los marines hasta el lugar donde se habían encontrado hasta hace solo unos segundos no se encontraba dentro de la línea de visión de la mink -Ayashi, si esa cosas nos está siguiendo realmente prefiero que me ayudes a enfrentarla, darle la espalda no será buena idea, no creo que quieras perder a tu medica de abordo tan rápidamente, así que trae tu saltarín trasero de donde quiera que estés y ayúdame.- Dijo en voz alta sin dejar de moverse buscando un buen lugar para voltearse y tratar de acomodarse para confrontar al enemigo de extraño aspecto y desconocidas capacidades.
- Off:
- No hay orden pre establecido de turnos, así que una vez que hayan posteado todos en el tema, el orden de llegada será el orden de los turnos.
Si alguien no está de acuerdo que avise.
Tanto S.O.S.P – 8 como Laura, Tenemos ausencia posteada, así que tal vez nos retrasemos entre post, para compensar esto tratemos de llevar un buen ritmo siempre que podamos.
Sin más que decir, que empiece la fiesta
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
Creado por Alba Le Serenno Mar Ene 05, 2016 6:35 pm
Qué hermoso día era el que estaba teniendo ese día Loguentown, y por supuesto, una suave sonrisa adornaba mi rostro al caminar con calma por sus calles. ¿Hacia cuanto tiempo había ido a la deriva en aquella pequeña barca?. No estaba muy segura, pero como una amazona, el miedo no había entrado en mi corazón, no de ninguna manera.
Así había empezado mi aventura, y parecía que la primera isla que pisaría después de haber dejado mi isla natal seria aquella famosa por haber sido cuna y tumba del más grande pirata de todos los tiempos Gol D. Roger.
Por supuesto, en aquella calma del soleado día no esperaba ni por asomo meterme en algún lio, primero necesitaba un lugar donde vender algunas armas que había encontrado en el barco, necesitaba dinero para poder comprar comida e insumos para navegar. No quería envolverme con cualquiera, sobre todo… hombres, sabía que me los encontraría… ¿Cómo es que eran?, había escuchado historias y visto libros… pero realmente…
-¿Eh? – levante mi vista cuando los gritos de una fémina llegaron a mis oídos, al llevar mis orbes hasta donde provenían me toparía con una criatura totalmente nueva, aunque no desconocida: un mink.
Pestañee varias veces ¿Qué no eran una tribu muy rara que habitaba en algún lugar del nuevo mundo? Ver una aquí… seguro que ya era una historia digna de contar y que pocos me creerían. Pero no tenía tiempo de interrogarla sobre cosas triviales y sus motivos de estas ahí, parecía que huía de algo... o de alguien, y dado que se había referido a un “el”, un gruñido salió de mi ser.
-Un hombre – supuse armando la idea en mi cabeza sobre la malicia ya mencionada en algunas malas historias de mi isla. Camine hasta donde aquella lupus se encontraba posándome enfrente de ella con calma – ¿te persigue un hombre? – pregunte.
Probablemente la respuesta estricta podía ser cyborg, pero dado que bien podía referirse al sexo masculino, la respuesta habría de ser estrictamente “si”.
-Si es así... – dije retirando el escudo que en mi espalda descansaba y desenvainando aquella espada larga para dar un par de golpes con el puño de la misma sobre el escudo provocando un sonido metálico – esta amazona no te dejara sola.
Quién diría que… en mi primera isla, no solo encontraría a una mink, si no también tendría que intervenir en una pelea contra un hombre. Había aprendido a no temerles, me habían enseñado que en Amazon lily no se le temía a nada. Pero no podía negar que estaba nerviosa, seria la primera vez que me enfrentaría a uno… y me preguntaba si algunas historias como que lanzaban fuego de la boca.. o que algunos apestaban, eran cierto. Como fuera, ahora mi escudo estaba fuertemente sostenido, y mi espada atrás esperando el objetivo para atacar…
Así había empezado mi aventura, y parecía que la primera isla que pisaría después de haber dejado mi isla natal seria aquella famosa por haber sido cuna y tumba del más grande pirata de todos los tiempos Gol D. Roger.
Por supuesto, en aquella calma del soleado día no esperaba ni por asomo meterme en algún lio, primero necesitaba un lugar donde vender algunas armas que había encontrado en el barco, necesitaba dinero para poder comprar comida e insumos para navegar. No quería envolverme con cualquiera, sobre todo… hombres, sabía que me los encontraría… ¿Cómo es que eran?, había escuchado historias y visto libros… pero realmente…
-¿Eh? – levante mi vista cuando los gritos de una fémina llegaron a mis oídos, al llevar mis orbes hasta donde provenían me toparía con una criatura totalmente nueva, aunque no desconocida: un mink.
Pestañee varias veces ¿Qué no eran una tribu muy rara que habitaba en algún lugar del nuevo mundo? Ver una aquí… seguro que ya era una historia digna de contar y que pocos me creerían. Pero no tenía tiempo de interrogarla sobre cosas triviales y sus motivos de estas ahí, parecía que huía de algo... o de alguien, y dado que se había referido a un “el”, un gruñido salió de mi ser.
-Un hombre – supuse armando la idea en mi cabeza sobre la malicia ya mencionada en algunas malas historias de mi isla. Camine hasta donde aquella lupus se encontraba posándome enfrente de ella con calma – ¿te persigue un hombre? – pregunte.
Probablemente la respuesta estricta podía ser cyborg, pero dado que bien podía referirse al sexo masculino, la respuesta habría de ser estrictamente “si”.
-Si es así... – dije retirando el escudo que en mi espalda descansaba y desenvainando aquella espada larga para dar un par de golpes con el puño de la misma sobre el escudo provocando un sonido metálico – esta amazona no te dejara sola.
Quién diría que… en mi primera isla, no solo encontraría a una mink, si no también tendría que intervenir en una pelea contra un hombre. Había aprendido a no temerles, me habían enseñado que en Amazon lily no se le temía a nada. Pero no podía negar que estaba nerviosa, seria la primera vez que me enfrentaría a uno… y me preguntaba si algunas historias como que lanzaban fuego de la boca.. o que algunos apestaban, eran cierto. Como fuera, ahora mi escudo estaba fuertemente sostenido, y mi espada atrás esperando el objetivo para atacar…
- FDI:
- Bueno, espero que no haya problema, me dijeron que podía unirme a este tema DX
Alba Le Serenno
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por S.O.S.P. - 8 Miér Ene 06, 2016 4:53 pm
El interior de aquella taberna se convirtió en una marabunta de clientes huyendo, desperfectos materiales y ruidos que no hacían sino entorpecer la tarea que había traído al grupo de Marines y Cazadores a aquel lugar. Ahora que ya había logrado identificar positivamente a los objetivos, era una verdadera molestia encontrarse con que el espacio en el que se encontraban había decidido ponerse, inconscientemente, en su contra. El bullicio era una de las distracciones más oportunas para que el grupo de mujeres al que había arrinconado huyeran. Entre los vasos que se destrozaban en el suelo y el griterío de aquellos que querían salir por la entrada principal pero se la encontraban colapsada, dos de las figuras situadas anteriormente en aquella mesa huyeron por las ventanas. - Esas son mías. - fue lo último que dijo el pacifista a sus compañeros. Había fijado sus objetivos y no iba a dejarlos escapar así cómo así. Tras un rápido análisis de situación, Tetraides llegó a la conclusión de que su tamaño hacia la ventana un método de salida del local poco apropiado, así cómo la puerta principal, totalmente colapsada de gente. Por eso tomó la tercera opción, las escaleras que llevaban a la parte superior del Last Passage, las habitaciones dónde algunos humanos se hospedaban por las noches. Los agigantados pasos del androide le llevaron hasta la planta superior en un abrir y cerrar de ojos y una vez allí, un simple placaje suyo fue suficiente cómo romper uno de los ventanales de cristal que daban a los balcones exteriores. Desde allí, subió a los tejados, desde los cuales había calculado que podría escanear visualmente las calles más cercanas en busca de sus objetivos a la fuga. Se equivocó. No se habían tomado siquiera la molestia de huir, seguían allí, en uno de los callejones colindantes, esperando que apareciera por las ventanas un peligro que las observaba desde otro lugar distinto. No trató de atacar por sorpresa, hubiera sido demasiado ruin y, además difícil contra, aparentemente, un grupo de tres rivales. Pues si originalmente había salido en busca de dos objetivos, parecía que una tercera fémina había pasado a formar parte de la ecuación.
Sin buscar la más mínima gota de sigilo, saltó del tejado al callejón, aterrizando con una voltereta sobre sí mismo para prevenir posibles daños de la caída, a poco más de dos metros de dónde se encontraba la mujer de bata blanca. Sin duda debía haber sido una escena digna de mención, una enorme máquina de metal de más de dos metros y medio aterrizando aparentemente del cielo de semejante manera debía dejar una impresión. - Les recomendaría que hicieran uso de su derecho de otorgarse voluntariamente. - sugirió, con voz mecánica, mientras desenfundaba su espada, dejando que los rayos de Sol brillaran sobre esta. Su primera prioridad no era el uso de la fuerza indiscriminada, pero lo cierto era que Tetraides había llegado a la conclusión de que el patrón de comportamiento de aquellas mujeres era propio del de los criminales agresivos y violentos que recurrían a la fuerza. Por eso se mantenía tan alerta cómo le era posible, pasando su plan energético a potencia de combate. Ciertamente recargar la célula En-Core durante el viaje a Loguetown había sido una gran decisión táctica. Si al final el enfrentamiento daba lugar, le permitiría luchar en algo similar a una igualdad de oportunidades.
Sin buscar la más mínima gota de sigilo, saltó del tejado al callejón, aterrizando con una voltereta sobre sí mismo para prevenir posibles daños de la caída, a poco más de dos metros de dónde se encontraba la mujer de bata blanca. Sin duda debía haber sido una escena digna de mención, una enorme máquina de metal de más de dos metros y medio aterrizando aparentemente del cielo de semejante manera debía dejar una impresión. - Les recomendaría que hicieran uso de su derecho de otorgarse voluntariamente. - sugirió, con voz mecánica, mientras desenfundaba su espada, dejando que los rayos de Sol brillaran sobre esta. Su primera prioridad no era el uso de la fuerza indiscriminada, pero lo cierto era que Tetraides había llegado a la conclusión de que el patrón de comportamiento de aquellas mujeres era propio del de los criminales agresivos y violentos que recurrían a la fuerza. Por eso se mantenía tan alerta cómo le era posible, pasando su plan energético a potencia de combate. Ciertamente recargar la célula En-Core durante el viaje a Loguetown había sido una gran decisión táctica. Si al final el enfrentamiento daba lugar, le permitiría luchar en algo similar a una igualdad de oportunidades.
S.O.S.P. - 8
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ayashi Kouba Miér Ene 06, 2016 10:04 pm
Desolación ¿Qué más podía decir al respecto? La soledad había abatido la existencia de la pobre mink por un momento, tanto que, de una forma un tanto agresiva, invocó mi presencia, cosa que escuché a la perfección, pero gracias al tiempo extra que tuve me había quedado oculta por un momento, mi mirada carmesí buscaba una cosa, una simple cosa. Tras aquel grito de auxilio una mujer más llegó y se mostró muy amable con la doctora, quién de inmediato otorgó su escudo y espada para ayudar, no la conocía, pues nunca la había visto, sin embargo una palabra me otorgó todo lo que necesitaba saber de ella: Amazona.
¡Un estruendo llamó pronto mi atención y pude ver como hacía su aparición aquel cyborg, perfecto, justo lo que esperaba, descendió de los tejados a la cercanía de Laura y la otra chica, también muy cerca mío pero estaba en un lugar muy difícil de observar. Bien, era momento de dar una mano tras sus palabras del derecho a rendirnos y entregarnos... pero sus derechos ¿Quién iba a decirle sus derechos? Di dos pasos fuera de mi escondite donde llevaba conmigo ¡Un barril! Me dejé ver, aparecí justo por detrás de la amazonas y Laura, la mink. -¿Qué es lo que mis oídos escuchan? ¿Acaso invocaste mi ayuda? Bien, tranquila primor... bienvenida a mi patio de juego...- sonreí ante mi declaración y extendí mi dedo en dirección del cyborg -¡Objeción!... ok, siempre quise decir eso- primero alcé mi voz con fuerza para mencionar lo primero, para luego decir lo segundo ya más normal... una idiotez sin duda, pero no importaba, ahora debía hablar -Gracias por dictar nuestro derecho, ahora diré los tuyos... y temo mencionar que ¡No tienes ninguno! ¡Eres una máquina! A las mariquitas azules no les importa si te estropeas por completo, al final dirán "No era más que una invención obsoleta e inservible" ¿Sabes porqué?... ¡Porqué así son los humanos!- mencioné con suma tranquilidad mientras me preparaba para el contra ataque.
-Pero ¿Sabes qué? Aunque seas de hojalata... para mi eres humano y yo ¡Amo a los humanos!- mencioné alzando mi voz y empujando el barril en dirección del cyborg -¡Corramos!- les indiqué a Laura y la otra chica para que me siguieran puesto que conocía aquel lugar a la perfección. Bueno, en cuanto al barril, su contenido era simple, era agua sucia de la que se usaba en el bar, si aquello le caía al pacifista sin duda le dejaría hasta el alma mojada... y olor de los mil demonios. ¡Ahora era momento de huir! Cosa que ya hacía, buscando evitar un enfrentamiento directo de momento -Ustedes siganme, conozco tanto este lugar como todo lo que TODOS aquí hacen, así que estaremos bien... ¡Y si se acerca, le arrojan todo lo que vean! No sé si podamos ganarle aun en ventaja numérica- les mencioné, debía pensar y es lo que mi mente ya hacía, pensar en la forma de salir de esa, pero mientras más lejos lo llevemos de Last Passage, sería mejor para Alice y Mitsuki.
¡Un estruendo llamó pronto mi atención y pude ver como hacía su aparición aquel cyborg, perfecto, justo lo que esperaba, descendió de los tejados a la cercanía de Laura y la otra chica, también muy cerca mío pero estaba en un lugar muy difícil de observar. Bien, era momento de dar una mano tras sus palabras del derecho a rendirnos y entregarnos... pero sus derechos ¿Quién iba a decirle sus derechos? Di dos pasos fuera de mi escondite donde llevaba conmigo ¡Un barril! Me dejé ver, aparecí justo por detrás de la amazonas y Laura, la mink. -¿Qué es lo que mis oídos escuchan? ¿Acaso invocaste mi ayuda? Bien, tranquila primor... bienvenida a mi patio de juego...- sonreí ante mi declaración y extendí mi dedo en dirección del cyborg -¡Objeción!... ok, siempre quise decir eso- primero alcé mi voz con fuerza para mencionar lo primero, para luego decir lo segundo ya más normal... una idiotez sin duda, pero no importaba, ahora debía hablar -Gracias por dictar nuestro derecho, ahora diré los tuyos... y temo mencionar que ¡No tienes ninguno! ¡Eres una máquina! A las mariquitas azules no les importa si te estropeas por completo, al final dirán "No era más que una invención obsoleta e inservible" ¿Sabes porqué?... ¡Porqué así son los humanos!- mencioné con suma tranquilidad mientras me preparaba para el contra ataque.
-Pero ¿Sabes qué? Aunque seas de hojalata... para mi eres humano y yo ¡Amo a los humanos!- mencioné alzando mi voz y empujando el barril en dirección del cyborg -¡Corramos!- les indiqué a Laura y la otra chica para que me siguieran puesto que conocía aquel lugar a la perfección. Bueno, en cuanto al barril, su contenido era simple, era agua sucia de la que se usaba en el bar, si aquello le caía al pacifista sin duda le dejaría hasta el alma mojada... y olor de los mil demonios. ¡Ahora era momento de huir! Cosa que ya hacía, buscando evitar un enfrentamiento directo de momento -Ustedes siganme, conozco tanto este lugar como todo lo que TODOS aquí hacen, así que estaremos bien... ¡Y si se acerca, le arrojan todo lo que vean! No sé si podamos ganarle aun en ventaja numérica- les mencioné, debía pensar y es lo que mi mente ya hacía, pensar en la forma de salir de esa, pero mientras más lejos lo llevemos de Last Passage, sería mejor para Alice y Mitsuki.
- Off:
- Wii, corramos todos xD
Hola :3 espero nos divirtamos
Ayashi Kouba
Hoja de personaje
Nivel:
(20/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Laura Jue Ene 07, 2016 12:40 am
El mundo parecía empecinarse en volver la situación lo más extraña posible, con cada segundo que pasaba un bortice de caos, coincidencias y desenfreno tras llamar a la demencial jovencita de negra cabellera y ojos rojos apareció otra fémina vaya dios a saber de dónde con cabello totalmente distinto del esperado y una actitud realmente inesperada para la pirata por situación y medica de profesión, no todos los días un completo desconocido aparece para intentar defender a una mujer con rasgos lobunos de un hombre de hojalata con algún puesto en la marina.
La autoproclamada amazona se desenvaino escudo y espada para después posicionarse cerca de la peligrisácea mujer, tras la abierta declaración de las intenciones de aquella valerosa o ingenua guerrera originaria de amazon lily, desde el cielo cayo aquel perseguidor que hasta ahora no había sido visto a plena luz del día, el suelo grito bajo los pies de la figura metálica que cayó desde la altura para recordarle a las mujeres su "derecho a entregarse", probablemente solo para mantener protocolos, ya que estaba bastante claro que ninguna de las mujeres que salieron de Last Passage o la que se había unido a defender a la mink estarían dispuestas a rendirse sin luchar.
Finalmente la lupina pudo escuchar la voz de la pelinegra que hubiera buscado con anterioridad, aparentemente era imposible que dejará de lado sus demenciales comentarios sin importar lo grave de la situación en la que se encontraran, ya lo había demostrado en el pasado y aparentemente no tenía ninguna intención de que cupiera duda de su locura ante los ojos de la doctora que empezó a sonreír una vez que escucho el grito para correr, realmente prefería luchar allí frente a frente, pero si la que conoce el lugar sugiere huir, por algo sería. -Me gustaría correr libremente, pero esta cosa no me inspira confianza, así que no le daré la espalda, por cierto amazona, mi nombre es Laura y te sugiero que nos defendamos mutuamente, concéntrate en vigilar el camino indicado por esa chica excéntrica para que yo pueda concentrar mi mirada totalmente en el enemigo frente a mi...- El sonido del barril rodando llego a los oídos de la Mink que alertada dejo de hablar para tomar el curso de acción dictado por sus instintos tan feroces y poco precavidos.
Con un movimiento diagonal desde la cintura izquierda hasta el brazo derecho la violenta fémina lanzo un poderoso corte con el arma empuñada en su mano derecha antes de saltar con toda su fuerza lo más alto que pudo intentando alejarse del autómata tanto como le fuera posible. -Ayashi, te recuerdo que tenemos un hombre de hojalata aquí, no podemos simplemente darle la espalda y correr, así que guíanos con cuidado y asegúrate de también atacar a este tipo, no servirá de nada que tratemos de escapar si solo acabamos con toda la espalda tajeada, amazona céntrate en defender pero no dejes de retroceder en ningún momento, vamos a salir bien paradas de este encuentro ¿entendieron?... A todo esto ¿Quién eres tu hombre de hojalata?- A pesar de estar hablando principalmente a las féminas, los ojos y la guardia de la mink en ningún momento dejaron de estar centrados en el autómata, en prepararse para contrarrestar la represalia que podría llegar tras haber tomado acciones ofensivas en contra del marine.
La autoproclamada amazona se desenvaino escudo y espada para después posicionarse cerca de la peligrisácea mujer, tras la abierta declaración de las intenciones de aquella valerosa o ingenua guerrera originaria de amazon lily, desde el cielo cayo aquel perseguidor que hasta ahora no había sido visto a plena luz del día, el suelo grito bajo los pies de la figura metálica que cayó desde la altura para recordarle a las mujeres su "derecho a entregarse", probablemente solo para mantener protocolos, ya que estaba bastante claro que ninguna de las mujeres que salieron de Last Passage o la que se había unido a defender a la mink estarían dispuestas a rendirse sin luchar.
Finalmente la lupina pudo escuchar la voz de la pelinegra que hubiera buscado con anterioridad, aparentemente era imposible que dejará de lado sus demenciales comentarios sin importar lo grave de la situación en la que se encontraran, ya lo había demostrado en el pasado y aparentemente no tenía ninguna intención de que cupiera duda de su locura ante los ojos de la doctora que empezó a sonreír una vez que escucho el grito para correr, realmente prefería luchar allí frente a frente, pero si la que conoce el lugar sugiere huir, por algo sería. -Me gustaría correr libremente, pero esta cosa no me inspira confianza, así que no le daré la espalda, por cierto amazona, mi nombre es Laura y te sugiero que nos defendamos mutuamente, concéntrate en vigilar el camino indicado por esa chica excéntrica para que yo pueda concentrar mi mirada totalmente en el enemigo frente a mi...- El sonido del barril rodando llego a los oídos de la Mink que alertada dejo de hablar para tomar el curso de acción dictado por sus instintos tan feroces y poco precavidos.
Con un movimiento diagonal desde la cintura izquierda hasta el brazo derecho la violenta fémina lanzo un poderoso corte con el arma empuñada en su mano derecha antes de saltar con toda su fuerza lo más alto que pudo intentando alejarse del autómata tanto como le fuera posible. -Ayashi, te recuerdo que tenemos un hombre de hojalata aquí, no podemos simplemente darle la espalda y correr, así que guíanos con cuidado y asegúrate de también atacar a este tipo, no servirá de nada que tratemos de escapar si solo acabamos con toda la espalda tajeada, amazona céntrate en defender pero no dejes de retroceder en ningún momento, vamos a salir bien paradas de este encuentro ¿entendieron?... A todo esto ¿Quién eres tu hombre de hojalata?- A pesar de estar hablando principalmente a las féminas, los ojos y la guardia de la mink en ningún momento dejaron de estar centrados en el autómata, en prepararse para contrarrestar la represalia que podría llegar tras haber tomado acciones ofensivas en contra del marine.
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
Creado por Alba Le Serenno Vie Ene 08, 2016 6:55 pm
Bueno, era completamente increíble la cantidad de cosas nuevas que podían pasarme nada más llegar a la primera isla de mi recorrido por el mundo. ¿Quién podría jactarse de conocer a una Mink y enfrentarse a una cosa de cuentos (entiéndase un hombre), al inicio de su viaje? Bueno, no muchas, de eso estaba segura.
Aun asi, mis ojos se abrieron bastante y apreté con fuerza la empuñadura de mi espada cuando aquel pacifista aterrizo de aquella forma enfrente de la de rasgos lobunos y de mí. Jamás en mi vida había escuchado que los hombres tuvieran partes metálicas, y por supuesto, yo jamás había visto tampoco tales aberraciones a la naturaleza como los pacifistas, por lo que trague grueso al ver tan imponente figura.
-En la pelea es tu acero, su acero y nada mas- me recordé para calmarme, las enseñanzas de combate, no es que no pudiera cortarlo yo (o al menso eso pensaba), así que no tenia porque temerle. Sin embargo parecía que mi compañera era de opiniones diferentes, sobre todo cuando había llegado una saltarían peli negra a unirse a todo aquello – así que tenias una nakama – observe mirando curiosa a aquella de ojos escarlata.
Parecía algo escandalosa, pero había podido escuchar algo claramente “son libres de entregarse voluntariamente”. Aquello hizo que mis orbes quedasen completamente blancos y me girara hacia el cyborg - ¿A QUIEN LE DICES QUE SE ENTREGUE KORRA? – Brame con fuerza.
Si alguien no entendía el porqué de mi enojo, era simple, me habían dicho que los hombres solo buscaban una sola cosa de las mujeres…. Una. Y por supuesto, yo no iba a dar eso, primero le rebanaba el cuello.
Y bien podría haberme lanzado a su yugular de no ser por el barrilesco ataque de la ojos carmesí y su declaración de que debíamos correr… ¿correr? – pero una amazona… - iba a replicar pero ellas ya estaban corriendo y en todo caso, no estaba muy segura de enfrentarme cara a cara con ese hombre tan extraño.
Al parecer la desconocida pelinegra conocía estas calles, eso podía ser muy útil. Corrí junto con ellas siempre quedando en la retaguardia y con mi escudo cubriendo mi espalda, cualquier cosa que nos lanzara tendría que chocar con mi defensa antes que nada.
Asentí a la oferta de protegernos mutuamente de quien se presento como Laura y que se referiría a su compañera como Ayashi. Bueno, si algo sabia era apoyar a mis compañeras, quizá no conocieran las tácticas de combate de Amazon Lily, pero les ayudaría.
-Alba Le Serenno ¡un placer! – me presente acomodando de nuevo mi escudo sobre mi brazo para avanzar lateralmente con el escudo aun cubriendo la parte trasera. Estaba interesada en eso de “hombre de hojalata” ¿había hombres de diferentes cosas?, a cada día... me resultaban más bizarros de lo que contaban en mi isla
Aun asi, mis ojos se abrieron bastante y apreté con fuerza la empuñadura de mi espada cuando aquel pacifista aterrizo de aquella forma enfrente de la de rasgos lobunos y de mí. Jamás en mi vida había escuchado que los hombres tuvieran partes metálicas, y por supuesto, yo jamás había visto tampoco tales aberraciones a la naturaleza como los pacifistas, por lo que trague grueso al ver tan imponente figura.
-En la pelea es tu acero, su acero y nada mas- me recordé para calmarme, las enseñanzas de combate, no es que no pudiera cortarlo yo (o al menso eso pensaba), así que no tenia porque temerle. Sin embargo parecía que mi compañera era de opiniones diferentes, sobre todo cuando había llegado una saltarían peli negra a unirse a todo aquello – así que tenias una nakama – observe mirando curiosa a aquella de ojos escarlata.
Parecía algo escandalosa, pero había podido escuchar algo claramente “son libres de entregarse voluntariamente”. Aquello hizo que mis orbes quedasen completamente blancos y me girara hacia el cyborg - ¿A QUIEN LE DICES QUE SE ENTREGUE KORRA? – Brame con fuerza.
Si alguien no entendía el porqué de mi enojo, era simple, me habían dicho que los hombres solo buscaban una sola cosa de las mujeres…. Una. Y por supuesto, yo no iba a dar eso, primero le rebanaba el cuello.
Y bien podría haberme lanzado a su yugular de no ser por el barrilesco ataque de la ojos carmesí y su declaración de que debíamos correr… ¿correr? – pero una amazona… - iba a replicar pero ellas ya estaban corriendo y en todo caso, no estaba muy segura de enfrentarme cara a cara con ese hombre tan extraño.
Al parecer la desconocida pelinegra conocía estas calles, eso podía ser muy útil. Corrí junto con ellas siempre quedando en la retaguardia y con mi escudo cubriendo mi espalda, cualquier cosa que nos lanzara tendría que chocar con mi defensa antes que nada.
Asentí a la oferta de protegernos mutuamente de quien se presento como Laura y que se referiría a su compañera como Ayashi. Bueno, si algo sabia era apoyar a mis compañeras, quizá no conocieran las tácticas de combate de Amazon Lily, pero les ayudaría.
-Alba Le Serenno ¡un placer! – me presente acomodando de nuevo mi escudo sobre mi brazo para avanzar lateralmente con el escudo aun cubriendo la parte trasera. Estaba interesada en eso de “hombre de hojalata” ¿había hombres de diferentes cosas?, a cada día... me resultaban más bizarros de lo que contaban en mi isla
Alba Le Serenno
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Creado por Ayashi Kouba Miér Ene 13, 2016 10:35 pm
Bien, el plan ya estaba en marcha, barril volador y cyborg mojado ¿Habría algo peor para él? Quizá si, pero no era el momento de pensar en ello, empecé a correr y las otras dos me seguían, bien, todo debía ir bien ¿cierto? Pero algo me hizo ver hacia atrás y fue cuando lo ví... ¿era en serio? Seguí corriendo pero comencé a hablar a ambas -¡Dejen de ver hacia atrás! Si lo hacen no podrán seguirme... ¡Laura! Usa tu oído para escuchar sus pisadas... creo que es más seguro y tu... ¡Corre de frente!- regañé a ambas antes que su reducción de velocidad al estar corriendo de forma incorrecta, no era tiempo de luchar, sino, esquivar las veces que fuese necesario para salir de ahí vivas.
Continué mi avance, entonces les hablé nuevamente -En la esquina a la derecha- les indiqué, y como iba delante de ellas, crucé primero, eran unas casas que marcaban el camino, tras mi cruce había una puerta abierta a dos pasos de la esquina, entre en ella y cuando ambas pasaron, busqué jalarlas de los brazos para que entraran y cerrar la puerta tras de nosotras. El camino iba recto en un cruce en cruz, pero ahí estabamos a salvo... ¿Dónde estábamos?
Nos encontrabamos en una bodega, habían barriles y cajas por todos lados, la luz apenas penetraba el tejado de madera, por eso no era totalmente oscuro, me quedé pegada al muro manteniendo la puerta cerrada -Laura... ¿lo escuchaste pasar?- pregunté, mi plan era esperar que no les encontrara y se fuera de paso, si entraba, justo le lanzaría los barriles, pues sabía que tenían distintos tipos de bebidas alcoholicas ahí, pues estaban en zonas de bares, era lo más común ahí. Observé entonces a Alba y recordé ciertos sucesos de ese día y realmente me puse a pensar... ¿Acaso ella también haría lo mismo que Alice y Laura? Le miré un poco extrañada y luego negué con la cabeza -Bien, veo que te has unido a nuestro pequeño grupo, soy Ayashi Kouba y esta isla... es mi patio de juegos- mencioné con suma confianza y una sonrirsa que demostraba aquella confianza que poseía.
Continué mi avance, entonces les hablé nuevamente -En la esquina a la derecha- les indiqué, y como iba delante de ellas, crucé primero, eran unas casas que marcaban el camino, tras mi cruce había una puerta abierta a dos pasos de la esquina, entre en ella y cuando ambas pasaron, busqué jalarlas de los brazos para que entraran y cerrar la puerta tras de nosotras. El camino iba recto en un cruce en cruz, pero ahí estabamos a salvo... ¿Dónde estábamos?
Nos encontrabamos en una bodega, habían barriles y cajas por todos lados, la luz apenas penetraba el tejado de madera, por eso no era totalmente oscuro, me quedé pegada al muro manteniendo la puerta cerrada -Laura... ¿lo escuchaste pasar?- pregunté, mi plan era esperar que no les encontrara y se fuera de paso, si entraba, justo le lanzaría los barriles, pues sabía que tenían distintos tipos de bebidas alcoholicas ahí, pues estaban en zonas de bares, era lo más común ahí. Observé entonces a Alba y recordé ciertos sucesos de ese día y realmente me puse a pensar... ¿Acaso ella también haría lo mismo que Alice y Laura? Le miré un poco extrañada y luego negué con la cabeza -Bien, veo que te has unido a nuestro pequeño grupo, soy Ayashi Kouba y esta isla... es mi patio de juegos- mencioné con suma confianza y una sonrirsa que demostraba aquella confianza que poseía.
Ayashi Kouba
Hoja de personaje
Nivel:
(20/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Kefka Palazzo Jue Ene 14, 2016 12:29 pm
¿En este foro ya te ponen recompensa de inmediato? Bueno de perdido déjenme cometer un delito on-rol (¿Qué tan difícil es clavarle un cuchillo en el ojo a un niño de 3 años?) y aunque no lo crean ese crimen tenía su nivel de dificultad. (No todos podemos ser como Freddy Krueguer… se tiene que iniciar de algún lado como él lo hizo…) pero al menos él no tenía la desventaja de que un oso café con casco siguiéndolo… (Graaaaaaaaw ¬¬) (Ahora resulta que el chiflado soy yo… solo porque me subo a tu lomo…) espera un momento… ¿También Bozco puede romper la 4° pared y hablar con los usuarios? (Groooaaaaw n_n) (Ah bueno, si lo pones así tiene sentido… ¿cómo le hice para poder encontrarme a un amigo tan elocuente como tú?… lleno de sabiduría y pelo…) y de esa forma era que Kefka estaba escondiéndose desde su llegada a Loguetown ya que en esa isla la gente era bien racista y corría por todos lados al ver a un semental como lo era Bozco (Y absolutamente no tiene nada que ver el hecho de que tengamos recompensa) pero la marina no tenía las mismas ideas ya que al parecer llevar animales sensuales estaba prohibido o querían robarle un mechón de pelo al melenudo por ser sus fans. (Ah cierto… ¿Qué trabajamos en un circo medio reconocido?) (Graauuuuuwwraaaw =D)
Habían pasado unos días desde que llegaron ya que para que la gente de este tema estuviera tan tranquila era porque se les había olvidado que el súper oso llego al pueblo junto con su hermoso compañero. El dúo dinámico entro a la bodega una de las noches que buscaban donde dormir (¡Y no podíamos creerlo! Había muchos barriles lleno de alcohol y comida gratis… la gente es tan buena que deja sin llave la puerta) (Guuuuurrr T_T) de forma que habían acomodado las cajas y barriles para que taparan de perdido al oso en 4 patas mientras abrían los barriles viendo sus contenidos. –Mira Bozco… hay muchas manzanas aquí… necesitamos vitamina C para ser grandototototes y fuertototototes… o al menos tu porque yo ni puedo usar un cuchillo de mantequilla- decía mientras se repartían… bueno en realidad andaban tomando todo lo que pudieran con sus manos obviamente no lavadas. –Graaauuuw?- pregunto el oso viendo detenidamente a Kefka. –No… la ultima vez que comimos barras de granola de dieta sin gluten nos hicieron bien en el estómago… no podemos arriesgarnos así- -Gruuuuuuuooooow T_T- -No empieces a llorar oso marica… mejor bebamos de este alcohol para desahogar las penas- -Graaaaw =D- y es de esa forma que una gran cena digna de dos raros se dio en la bodega donde terminaron dormidos del alcohol.
A la mañana siguiente todo estaba bien en la bodega, era una suerte que estando ebrios ninguno de los dos roncara para causar sospechas y cada uno tenia un sueño que les divertía siendo el sueño de su vida. Por un lado tenemos a Kefka convertido en un dios morado con una toga griega mientras vuela en un fondo amarillo todo poderoso mientras que Bozco soñaba con un mundo de caramelos lleno de aire de algodón donde los dulces caen del cielo… (Espera espera espera del verbo perar… ¿Estas citando la canción de la telenovela infantil mexicana?) (¡Groooow! ¬¬) (Tiene razón el peludo… mejor ya escribe que llegan las 3 mellizas) bueno… este… todo iba bien en los sueños de cada uno cuando de repente unos pasos y voces se escuchaban en el lugar, como apenas estarían despertando no entenderían ni pio (Ni que fueran pollos) y les estaba pegando una gran cruda siendo Kefka el primero en sentarse para sobarse la cabeza sin decir nada más que haciendo ruidos raros que los demás escucharían detrás de unos barriles sin ver bien que era –Ahiisguusamadaguuuu…- eso en definitiva llamaría la atención a la chicas que no estaban solas en esa bodega, Bozco por otro lado como era mas grande se sentaría igual pero su cabeza golpearía con una caja tirándola para descubrir la cabeza del peludo ante las intrusas. (¡Música maestro!)
En eso Kefka se pondría de pie sosteniéndose de un barril para ver qué había pasado y ver a las chicas en la puerta, ahora sabían que había un oso y un ¿Payaso? (EL payaso… no lo olviden…) tallándose un poco los ojos el hermoso (Gracias) ser de payaso miro mejor y volteo al oso. -¿Las contrataste para el servicio completo?- -Griwoooaw -_-U- respondió Bozco bostezando en el proceso mostrando sus enormes dientes amenazadores junto con un sonido de oso bostezando… -¿Y cómo voy a saber por qué llegaron antes? ¿Les distes mal la hora o que?- le respondió el payaso cambiando la vista a las chicas primero viendo a Laura con su bata que le daba la apariencia de medica. –Creo que esa es la tuya… siempre has querido jugar al doctor… además creo que esta peluda…- a Kefka se le olvidaba que su oso era Okama pero eso no detenía que tuviera ciertos gustos… en seguida vio a las Albas abriendo enormemente los ojos. –Me vale que siempre me castres en el LoL pero dios... que anginas tan inflamadamente hermosas tienes... asi a cualquiera se le quita la resaca...- decía notandose feliz con una enorme pero tetrica sonrisa en su rostro con quien sabe que ideas en su mente... que de hecho es facil de adivinar..., finalmente vio a la líder del grupo sin saber que era la líder. –Esa no me gusta… tiene cara de bato… te la dejo con gusto- -Gwooooor- se quejaba el oso volviendo su vista en Laura. -¿Entonces cuando comenzamos…?- le comento a la chica del sol pasando su lengua por los labios morados de payaso como si estuviera saboreando un helado de chocolate con pistache.
Habían pasado unos días desde que llegaron ya que para que la gente de este tema estuviera tan tranquila era porque se les había olvidado que el súper oso llego al pueblo junto con su hermoso compañero. El dúo dinámico entro a la bodega una de las noches que buscaban donde dormir (¡Y no podíamos creerlo! Había muchos barriles lleno de alcohol y comida gratis… la gente es tan buena que deja sin llave la puerta) (Guuuuurrr T_T) de forma que habían acomodado las cajas y barriles para que taparan de perdido al oso en 4 patas mientras abrían los barriles viendo sus contenidos. –Mira Bozco… hay muchas manzanas aquí… necesitamos vitamina C para ser grandototototes y fuertototototes… o al menos tu porque yo ni puedo usar un cuchillo de mantequilla- decía mientras se repartían… bueno en realidad andaban tomando todo lo que pudieran con sus manos obviamente no lavadas. –Graaauuuw?- pregunto el oso viendo detenidamente a Kefka. –No… la ultima vez que comimos barras de granola de dieta sin gluten nos hicieron bien en el estómago… no podemos arriesgarnos así- -Gruuuuuuuooooow T_T- -No empieces a llorar oso marica… mejor bebamos de este alcohol para desahogar las penas- -Graaaaw =D- y es de esa forma que una gran cena digna de dos raros se dio en la bodega donde terminaron dormidos del alcohol.
A la mañana siguiente todo estaba bien en la bodega, era una suerte que estando ebrios ninguno de los dos roncara para causar sospechas y cada uno tenia un sueño que les divertía siendo el sueño de su vida. Por un lado tenemos a Kefka convertido en un dios morado con una toga griega mientras vuela en un fondo amarillo todo poderoso mientras que Bozco soñaba con un mundo de caramelos lleno de aire de algodón donde los dulces caen del cielo… (Espera espera espera del verbo perar… ¿Estas citando la canción de la telenovela infantil mexicana?) (¡Groooow! ¬¬) (Tiene razón el peludo… mejor ya escribe que llegan las 3 mellizas) bueno… este… todo iba bien en los sueños de cada uno cuando de repente unos pasos y voces se escuchaban en el lugar, como apenas estarían despertando no entenderían ni pio (Ni que fueran pollos) y les estaba pegando una gran cruda siendo Kefka el primero en sentarse para sobarse la cabeza sin decir nada más que haciendo ruidos raros que los demás escucharían detrás de unos barriles sin ver bien que era –Ahiisguusamadaguuuu…- eso en definitiva llamaría la atención a la chicas que no estaban solas en esa bodega, Bozco por otro lado como era mas grande se sentaría igual pero su cabeza golpearía con una caja tirándola para descubrir la cabeza del peludo ante las intrusas. (¡Música maestro!)
En eso Kefka se pondría de pie sosteniéndose de un barril para ver qué había pasado y ver a las chicas en la puerta, ahora sabían que había un oso y un ¿Payaso? (EL payaso… no lo olviden…) tallándose un poco los ojos el hermoso (Gracias) ser de payaso miro mejor y volteo al oso. -¿Las contrataste para el servicio completo?- -Griwoooaw -_-U- respondió Bozco bostezando en el proceso mostrando sus enormes dientes amenazadores junto con un sonido de oso bostezando… -¿Y cómo voy a saber por qué llegaron antes? ¿Les distes mal la hora o que?- le respondió el payaso cambiando la vista a las chicas primero viendo a Laura con su bata que le daba la apariencia de medica. –Creo que esa es la tuya… siempre has querido jugar al doctor… además creo que esta peluda…- a Kefka se le olvidaba que su oso era Okama pero eso no detenía que tuviera ciertos gustos… en seguida vio a las Albas abriendo enormemente los ojos. –Me vale que siempre me castres en el LoL pero dios... que anginas tan inflamadamente hermosas tienes... asi a cualquiera se le quita la resaca...- decía notandose feliz con una enorme pero tetrica sonrisa en su rostro con quien sabe que ideas en su mente... que de hecho es facil de adivinar..., finalmente vio a la líder del grupo sin saber que era la líder. –Esa no me gusta… tiene cara de bato… te la dejo con gusto- -Gwooooor- se quejaba el oso volviendo su vista en Laura. -¿Entonces cuando comenzamos…?- le comento a la chica del sol pasando su lengua por los labios morados de payaso como si estuviera saboreando un helado de chocolate con pistache.
- Hola :
- Hola mucho gusto, soy Kefka es un horro conocerlas... bueno a una ya la conozco asi que no me queda de otra. Espero les guste el post, provoque muchas risas que ese es mi objetivo =D
Kefka Palazzo
Hoja de personaje
Nivel:
(7/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Laura Lun Ene 18, 2016 9:45 am
A pesar de sus deseos de luchar, la mink podía entender que necesitaría toda la colaboración y ventaja tactica que pudiera obtener antes de intentar enfrentarse al autómata que venía persiguiendo a las ahora tres mujeres que se desplazaron a través de las calles, casas u callejones guiadas por aquella pelinegra de estrafalaria personalidad, mientras estaba atenta a las pisadas del autómata y la jovencita llamada Alba Le Serenno que se había incorporado al grupo en aquella persecución, para cuando entraron en la bodega ya prácticamente no podía oír las pisadas del autómata.
Tras un momento encerradas en la oscuridad en silencio pudo oír los pasos del "hombre de hojalatas" apartarse del lugar a gran velocidad con ese peso característico que al saltar desde la altura tanto la había sorprendido, en el interior de la bodega sus ojos tardaron poco en adaptarse a la precaria luz, allí también había un olor desagradable, no el olor del alcohol o comida arruinada que podría haber en un lugar así, la comida en la bodega parecía ser fresca pro su aroma, y el alcohol estaría bien de no ser por el hedor a borracho que alerto a la peli grisácea que no tardo en ponerse delante de Alba poniendo su brazo para taparle el camino, tanto a ella de el oso y su dueño como al revés, la mirada y la gesticulación de ese payaso no le resultaban nada confiables.
De alguna forma ese extraño payaso estaba allí hablando con un oso que hasta parecía responderle en una bizarra escena digna de ser olvidada, de no ser por el detalle de que aquel payaso ... y al parecer el oso tenían intenciones no muy honradas para con las féminas de diversas apariencias… excepto con Ayashi por tener cara de hombre.
Lejos de molestarle la doctora ya estaba curada por el espanto en cuanto a insultos, burlas y piropos de constructores así que decidió seguir la broma. -Lo siento pero veníamos a decirles que el servicio a la habitación no estará disponible por hoy así que aprovechamos y vinimos a avisarles del hombre de hojalata de la marina que probablemente los quiera matar por no pagar la cuenta.- Dijo señalando los barriles antes de dirigir su mirada a la pelinegra "con cara de bato" que las había guiado allí.
-Alba, ese hombre es claramente un degenerado, pero de la misma forma que te ofreciste a ayudarme antes yo te ayudare con este para evitar luchar...- Dijo en voz baja antes de dirigir sus ojos a los únicos machos presentes en el lugar. -Un payaso con cara, voz y expresión de degenerado y un oso pervertido... Ayashi, explícame nuevamente por que mil infiernos nos metimos aquí antes de que decida entregarte a esos dos...- El tono de la medica no era del todo amenazante, parecía ser en parte una broma para relajarse y seguir hablando en un tono suficientemente bajo como para no gritar y arriesgarse a que el autómata que las seguía decidiera revisar esa bodega.
Después de prestar atención por un momento más, la mujer de rasgos lupinos tuvo la seguridad de que el pacifista de desconocida identidad pero clara procedencia se había alejado lo suficiente miro nuevamente al oso y al payaso antes de volver a observar a sus compañeras en aquel escape, incluso sin la doctora allí dentro estarían bien, la pelinegra seguramente tendría alguna idea para evitar los problemas. -Dejando de lado la cara de degenerado del payaso, creo que estarán bien, me preocupan las que se quedaron en la taberna, así que iré a revisar si necesitan refuerzos, dudo que muerte sensual necesite ayuda, pero allí había un gigante acorazado, eso puede llegar a ser problemático, no se dejen atrapar por el hombre de hojalata... USTEDES, payaso y oso, no se les ocurra tocarle un pelo a Alba - Dijo señalando a la mencionada. -Ayashi sabrá divertirlos por más de que tenga cara de tío así que no causen problemas mientras voy a buscar al resto de las chicas... si se portan bien los presentaré bien ante ellas- Dijo antes de darse media vuelta tantear el terreno después de abrir un poco la puerta y emprender su viaje de regreso hacía el Last Passage.
Tras un momento encerradas en la oscuridad en silencio pudo oír los pasos del "hombre de hojalatas" apartarse del lugar a gran velocidad con ese peso característico que al saltar desde la altura tanto la había sorprendido, en el interior de la bodega sus ojos tardaron poco en adaptarse a la precaria luz, allí también había un olor desagradable, no el olor del alcohol o comida arruinada que podría haber en un lugar así, la comida en la bodega parecía ser fresca pro su aroma, y el alcohol estaría bien de no ser por el hedor a borracho que alerto a la peli grisácea que no tardo en ponerse delante de Alba poniendo su brazo para taparle el camino, tanto a ella de el oso y su dueño como al revés, la mirada y la gesticulación de ese payaso no le resultaban nada confiables.
De alguna forma ese extraño payaso estaba allí hablando con un oso que hasta parecía responderle en una bizarra escena digna de ser olvidada, de no ser por el detalle de que aquel payaso ... y al parecer el oso tenían intenciones no muy honradas para con las féminas de diversas apariencias… excepto con Ayashi por tener cara de hombre.
Lejos de molestarle la doctora ya estaba curada por el espanto en cuanto a insultos, burlas y piropos de constructores así que decidió seguir la broma. -Lo siento pero veníamos a decirles que el servicio a la habitación no estará disponible por hoy así que aprovechamos y vinimos a avisarles del hombre de hojalata de la marina que probablemente los quiera matar por no pagar la cuenta.- Dijo señalando los barriles antes de dirigir su mirada a la pelinegra "con cara de bato" que las había guiado allí.
-Alba, ese hombre es claramente un degenerado, pero de la misma forma que te ofreciste a ayudarme antes yo te ayudare con este para evitar luchar...- Dijo en voz baja antes de dirigir sus ojos a los únicos machos presentes en el lugar. -Un payaso con cara, voz y expresión de degenerado y un oso pervertido... Ayashi, explícame nuevamente por que mil infiernos nos metimos aquí antes de que decida entregarte a esos dos...- El tono de la medica no era del todo amenazante, parecía ser en parte una broma para relajarse y seguir hablando en un tono suficientemente bajo como para no gritar y arriesgarse a que el autómata que las seguía decidiera revisar esa bodega.
Después de prestar atención por un momento más, la mujer de rasgos lupinos tuvo la seguridad de que el pacifista de desconocida identidad pero clara procedencia se había alejado lo suficiente miro nuevamente al oso y al payaso antes de volver a observar a sus compañeras en aquel escape, incluso sin la doctora allí dentro estarían bien, la pelinegra seguramente tendría alguna idea para evitar los problemas. -Dejando de lado la cara de degenerado del payaso, creo que estarán bien, me preocupan las que se quedaron en la taberna, así que iré a revisar si necesitan refuerzos, dudo que muerte sensual necesite ayuda, pero allí había un gigante acorazado, eso puede llegar a ser problemático, no se dejen atrapar por el hombre de hojalata... USTEDES, payaso y oso, no se les ocurra tocarle un pelo a Alba - Dijo señalando a la mencionada. -Ayashi sabrá divertirlos por más de que tenga cara de tío así que no causen problemas mientras voy a buscar al resto de las chicas... si se portan bien los presentaré bien ante ellas- Dijo antes de darse media vuelta tantear el terreno después de abrir un poco la puerta y emprender su viaje de regreso hacía el Last Passage.
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
Creado por Alba Le Serenno Miér Ene 20, 2016 12:14 pm
Algo era seguro, si en el momento en que había empezado mi viaje me hubieran dicho que me encontraría con tantas excentricidades, no lo hubiera creído en lo mas mínimo. Pero así era, me había topado no solo con una Mink, un pacifista, y otros raros seres en la misma isla, si no el mismo día, eso para mi hubiera sido imposible en otro momento.
En todo caso, y aunque no me agradaba huir de un combate, había terminado por escapar del llamado “hombre de hojalata”. Terminado, en compañía de la lupus y la de orbes carmesí, en una bodega en la que, con diferencia me encontraría con lo mas bizarro de aquella isla.
Una de mis cejas se arqueo al ver a aquellos dos ebrios, aunque en realidad mi vista estaba fija en el payaso. Por amor a la reina amazona ¿que carajo era esa cosa?.
Lo que decían ambos no tenia sentido para mi,ni pies ni cabeza, el oso parecía perdido (al menos a mi vista, este no estaba en la misma sintonia que su compañero).
-¿Lol? - pregunte cuando este al verme menciono tal cosa, por supuesto, no tena idea a que se refería, pero cuando menciono lo de las amígdalas instintivamente lleve mi mano a mi garganta... así que eso es lo que les gustaba a los hombres... malditos degenerados, una cosa era segura.. en algo tenia razón, o la tendría si yo tuviera idea de lo que tenían los hombres entre las piernas... y eso era que iba a castrarlo.
Para divina fortuna de aquel degenerado seria la Mink a primera en hablar e intervenir para frenar los métodos de tortura que se formaban en mi cabeza.
-Ya me había dado cuenta de lo que es ese hombre - dije en un bufido, aunque no estaba del todo de acuerdo respecto al oso, los animales eran criaturas nobles, ¿como podía ser pervertido un oso?... si tenia que culpar a alguien seria al mismo payaso por corromper a tan santa criatura. - Antes le corto la mano que dejar que me toque – solté con un gruñido que bien podía parecer el de una leona.
En todo caso, yo prefería no seguir en el mismo sitio que ese ser, por lo que, dando media vuelta me decidí a seguir a la de rasgos lobunos, ella había dicho que Ayashi se encargaría de ellos, y para mi eso solo significaba que les iba a atizar de lo lindo... esperaba que no se lastimara las manos, tenia uñas fantásticas.
En todo caso, y aunque no me agradaba huir de un combate, había terminado por escapar del llamado “hombre de hojalata”. Terminado, en compañía de la lupus y la de orbes carmesí, en una bodega en la que, con diferencia me encontraría con lo mas bizarro de aquella isla.
Una de mis cejas se arqueo al ver a aquellos dos ebrios, aunque en realidad mi vista estaba fija en el payaso. Por amor a la reina amazona ¿que carajo era esa cosa?.
Lo que decían ambos no tenia sentido para mi,ni pies ni cabeza, el oso parecía perdido (al menos a mi vista, este no estaba en la misma sintonia que su compañero).
-¿Lol? - pregunte cuando este al verme menciono tal cosa, por supuesto, no tena idea a que se refería, pero cuando menciono lo de las amígdalas instintivamente lleve mi mano a mi garganta... así que eso es lo que les gustaba a los hombres... malditos degenerados, una cosa era segura.. en algo tenia razón, o la tendría si yo tuviera idea de lo que tenían los hombres entre las piernas... y eso era que iba a castrarlo.
Para divina fortuna de aquel degenerado seria la Mink a primera en hablar e intervenir para frenar los métodos de tortura que se formaban en mi cabeza.
-Ya me había dado cuenta de lo que es ese hombre - dije en un bufido, aunque no estaba del todo de acuerdo respecto al oso, los animales eran criaturas nobles, ¿como podía ser pervertido un oso?... si tenia que culpar a alguien seria al mismo payaso por corromper a tan santa criatura. - Antes le corto la mano que dejar que me toque – solté con un gruñido que bien podía parecer el de una leona.
En todo caso, yo prefería no seguir en el mismo sitio que ese ser, por lo que, dando media vuelta me decidí a seguir a la de rasgos lobunos, ella había dicho que Ayashi se encargaría de ellos, y para mi eso solo significaba que les iba a atizar de lo lindo... esperaba que no se lastimara las manos, tenia uñas fantásticas.
Alba Le Serenno
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