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Creado por Shimazu Toyohisa Sáb Abr 30, 2016 8:15 pm
Un barco de la marina surcaba el East Blue, cargado de jovenes marines dispuestos a empezar con una misión relativamente sencilla pero la idea era ver a los que tenían potencial. Un sargento, la tripulación y más de diez jovenes. Se veían todo tipo de caras, ansiosas, aburridas, con rabia, es difícil analizar lo que pasa por la cabeza de un grupo diverso de personas.
En especifico a Octarine le parecía llevar siglos en el barco había estado mucho tiempo sin poder movilizarse como le hubiera gustado, no era lo suficientemente grande como para correr, pero se tranquilizaba un poco viendo las nubes, muy claras y con formas variadas. Miraba una en especifico y pensaba. Esa parece un tiburón devorando un cardumen de pequeños peces, los pequeños peces son esa nube grande que parece haberse separado en pequeñas nubes, supongo que algo así sucede cuando una nube es victima de una corriente de aire proveniente de abajo hacia arriba y en lugar de arrastrarla la atraviesa. Le pregunto a el marine que estaba a su lado sobre la nube que estaba observando y este le dijo que le parecía un perro sin mirar mucho la nube. Un momento, ¿Este tipo me esta mintiendo? No, no creo que un marine portador de justicia le mienta a otro marine desconocido, empezó a verla de nuevo y con un poco de esfuerzo pensaba para así mismo. ¿Quizás desde una perspectiva así podría ser un perro?.
Anclaron el navío en el puerto, acababan de llegar la Isla de Organ, para la mayoría de ellos era su primer misión como marine o de las primeras. Interrumpieron a Octarine de su absurdo trance y bajaron ordenadamente, demasiado lento para su gusto que se notaba en el rápido tic tac que hacia con sus dedos indice y anular de ambas manos a cada lado de sus pantalones mientras caminaba firmemente. Una vez abajo les empezaron a explicar la misión y lo que debían hacer. Consistía en capturar a una banda de saqueadores de bajo nivel que, según un informante, habían llegado allí y se estaban aprovechando del pueblo, lo principal era evitar daños en el pueblo y capturarlos a todos.
En especifico a Octarine le parecía llevar siglos en el barco había estado mucho tiempo sin poder movilizarse como le hubiera gustado, no era lo suficientemente grande como para correr, pero se tranquilizaba un poco viendo las nubes, muy claras y con formas variadas. Miraba una en especifico y pensaba. Esa parece un tiburón devorando un cardumen de pequeños peces, los pequeños peces son esa nube grande que parece haberse separado en pequeñas nubes, supongo que algo así sucede cuando una nube es victima de una corriente de aire proveniente de abajo hacia arriba y en lugar de arrastrarla la atraviesa. Le pregunto a el marine que estaba a su lado sobre la nube que estaba observando y este le dijo que le parecía un perro sin mirar mucho la nube. Un momento, ¿Este tipo me esta mintiendo? No, no creo que un marine portador de justicia le mienta a otro marine desconocido, empezó a verla de nuevo y con un poco de esfuerzo pensaba para así mismo. ¿Quizás desde una perspectiva así podría ser un perro?.
Anclaron el navío en el puerto, acababan de llegar la Isla de Organ, para la mayoría de ellos era su primer misión como marine o de las primeras. Interrumpieron a Octarine de su absurdo trance y bajaron ordenadamente, demasiado lento para su gusto que se notaba en el rápido tic tac que hacia con sus dedos indice y anular de ambas manos a cada lado de sus pantalones mientras caminaba firmemente. Una vez abajo les empezaron a explicar la misión y lo que debían hacer. Consistía en capturar a una banda de saqueadores de bajo nivel que, según un informante, habían llegado allí y se estaban aprovechando del pueblo, lo principal era evitar daños en el pueblo y capturarlos a todos.
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Roderick Molten Dom Mayo 01, 2016 12:00 am
Sobre un barco en medio del ancho mar, allí estaba tímidamente entre un grupo de cadetes de la marina esperando llegar al destino programado por nuestro superior. Como eran mis primeros meses tras haberme unido a la institución, debía vestir adecuadamente la mayoría del tiempo, en especial ahora que me encontraba siendo vigilado.Llevaba mi uniforme completo desde la gorra, camiseta blanca con linea celeste y una insignia en forma de gaviota en el pecho hasta los pantalones blancos y zapatos café, no estaba del todo acostumbrado pero era un protocolo que había que seguir en casi todas las misiones que involucraran identificarnos como quienes somos.
Estaba sentado en una banca de madera posicionada en una orilla del barco, leyendo las ultimas noticias a nivel mundial en el periódico como distracción, se podía leer de todo, desde piratas que han causado destrozos, polémicas del gobierno, historias de civiles que les ha cambiado la vida de la noche a la mañana, entre muchas otras cosas. Me di una pausa por un momento y trate de relajarme estirando mi cuerpo, tronando mis dedos y posteriormente colocando mis manos detrás de la cabeza para sujetarla y observar a mi alrededor de manera disimulada que se encontraban haciendo mis compañeros. Podía ver como algunos socializaban entre ellos, ya sea hablando, compartiendo algún comestible, o mirando el cielo, esta última actividad llamo la atención y de puro entrometido observe hacia el punto que supuestamente estaban observando unos cadetes. Al parecer trataban de identificar las especies de aves que sobrevolaban el cielo, o quizás habían entrado en una especie de trance por medio de alguna hierba alucinógena. Levanté una ceja al pensar esto ultimo y luego reí suavemente al pensar que era absurdo pensar que se atreverían a hacer algo así con un mayor a bordo.
Llegamos a tierra firme, todos desembarcaron y escucharon atentamente las instrucciones del señor. Su explicación había sido fuerte y clara, entendible para todos o eso pensaba yo. Asentí con la cabeza y afirme con voz alta ante la orden del Sargento. Pensaba en retirarme de inmediato e ir a por esos sujetos, ya que me caracterizaba por ser alguien impaciente y decidido a la hora de hacer las cosas, pero era mejor dejar una buena impresión y relacionarme con los compañeros ante los ojos de los mas importantes, por lo que de inmediato me acerque al grupo y pregunte de manera un tanto desafiante a todas las personas reunidas, a cierta distancia del mayor claro esta.
-y bueno muchachos ¿Quién se atreve a ir de una vez a por esos sujetos y volver con ellos lo mas rápido posible? vamos que si nos desocupamos antes sera mas tiempo libre, veanlo por el lado positivo-
Estaba sentado en una banca de madera posicionada en una orilla del barco, leyendo las ultimas noticias a nivel mundial en el periódico como distracción, se podía leer de todo, desde piratas que han causado destrozos, polémicas del gobierno, historias de civiles que les ha cambiado la vida de la noche a la mañana, entre muchas otras cosas. Me di una pausa por un momento y trate de relajarme estirando mi cuerpo, tronando mis dedos y posteriormente colocando mis manos detrás de la cabeza para sujetarla y observar a mi alrededor de manera disimulada que se encontraban haciendo mis compañeros. Podía ver como algunos socializaban entre ellos, ya sea hablando, compartiendo algún comestible, o mirando el cielo, esta última actividad llamo la atención y de puro entrometido observe hacia el punto que supuestamente estaban observando unos cadetes. Al parecer trataban de identificar las especies de aves que sobrevolaban el cielo, o quizás habían entrado en una especie de trance por medio de alguna hierba alucinógena. Levanté una ceja al pensar esto ultimo y luego reí suavemente al pensar que era absurdo pensar que se atreverían a hacer algo así con un mayor a bordo.
Llegamos a tierra firme, todos desembarcaron y escucharon atentamente las instrucciones del señor. Su explicación había sido fuerte y clara, entendible para todos o eso pensaba yo. Asentí con la cabeza y afirme con voz alta ante la orden del Sargento. Pensaba en retirarme de inmediato e ir a por esos sujetos, ya que me caracterizaba por ser alguien impaciente y decidido a la hora de hacer las cosas, pero era mejor dejar una buena impresión y relacionarme con los compañeros ante los ojos de los mas importantes, por lo que de inmediato me acerque al grupo y pregunte de manera un tanto desafiante a todas las personas reunidas, a cierta distancia del mayor claro esta.
-y bueno muchachos ¿Quién se atreve a ir de una vez a por esos sujetos y volver con ellos lo mas rápido posible? vamos que si nos desocupamos antes sera mas tiempo libre, veanlo por el lado positivo-
Roderick Molten
Hoja de personaje
Nivel:
(33/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shimazu Toyohisa Lun Mayo 02, 2016 3:13 am
En el preciso instante en que las instrucciones acabaron un soldado de pelo blanco dijo unas palabras que en la mente de Octarine resonaron a motivación y un reto para darle emoción a la travesía. Se acerco al chico que las dijo, se veía tan joven como él, incluso un poco más probablemente, por lo que se entusiasmo con el ánimo que proyectaba y le dijo -Excelentes palabras soldado, le acabas de agregar un extra de condimento a esta misión- le decía con una expresión completamente sincera -Por cierto mi nombre es Octarine- decia mientras estrechaba su mano, al soltarla su mirada se encendió y le dijo -El que capture más gana esta ronda y el jefe cuenta por siete- con un tono amistoso y que ardía juvenilmente por competir con alguien aparentemente entusiasta. Espero un momento y cuando parte del pelotón comenzó a marchar miró un momento sus pesadas botas y dijo casi susurrando -Es nuestro momento preciosas- y salió corriendo ante las mirada tanto emocionadas, desinteresadas y o con algo de desesperación de los diversos personajes miembros del pelotón que dejaba atrás, observó un momento la mano, del encargado de la misión, en el rostro con cierta apatía del veterano. Es una lástima que no tengas un mejor o más ánimo viejo lobo, seríamos una fuerza mucho más eficiente y productiva, aunque también puede estar avergonzado ajenamente al escuchar nuestras palabras de incentivo cruzaba su mente mientras cerraba los ojos, se mordía la lengua a la vez que sonreía y seguía avanzando rápidamente.
Llego al pueblo y siguiendo las indicaciones del superior de cabello blanco se ubicó respecto a la isla, giró la cabeza vio la iglesia, la giró otro poco y vio la posada, al girarla por tercera vez y un poco más vio dos tipos con mala cara. Estos podrían ser parte de los malandrines, cumplen con las características pero voy a entrar a la posada y preguntar. Lo hizo de inmediato, habló con el posadero, este le verificó la suposición y le dijo que acababan de robar a la familia que vivía junto a la iglesia. Salió de inmediato se dirigió hacia ellos con un semblante completamente serio y a pasos normales para no espantarlos pero uno sacó un revolver y se entretuvo lanzando unas amenazas a las que el de las botas pesadas no le prestó atención, el otro seguidamente un cuchillo sacó. Al ver el arma en un cambio de velocidad extraordinario, mientras proliferaban más palabras de advertencia, se paro frente a ambos y de un movimiento rápido con su rodilla hizo que el tipo más hablador perdiera el arma de fuego. Esta fue la mejor opción para evitar balas pérdidas. Le agarró la mano, ahora vacía, y jaló al tipo arremetiendo con su rodilla izquierda dejándolo tumbado y con los ojos en blanco. El otro tipo se había acercado y lanzado una ráfaga de cuchillazos pero Octarine había esquivado la primera ronda y luego interpuso el cuerpo del otro, no muy cerca, cuando lo había jalado a lo que el malhechor trató de no herir a su compañero. El marine se agachó un poco y brincó con sus piernas por encima de la cabeza muy agilmente y dejo caer su bota en la cabeza. Puede que me excediera con este golpe pensaba mientras gesticulaba una expresión que lo excusaba de su culpa y cuando tocó el piso con sus pies un par de baldosas hicieron un leve ¡Crack! Octarine se sintió mal por el daño hecho. Maldición, ya dañe una parte del pueblo y ambos acabaron noqueados! Ahora no puedo sacarles información, me volví a dejar llevar por la emoción del momento. Movía su cabeza negando algo desganado, recuadro que se contraponía a la escena total con los dos tipos hechos polvo.
Llego al pueblo y siguiendo las indicaciones del superior de cabello blanco se ubicó respecto a la isla, giró la cabeza vio la iglesia, la giró otro poco y vio la posada, al girarla por tercera vez y un poco más vio dos tipos con mala cara. Estos podrían ser parte de los malandrines, cumplen con las características pero voy a entrar a la posada y preguntar. Lo hizo de inmediato, habló con el posadero, este le verificó la suposición y le dijo que acababan de robar a la familia que vivía junto a la iglesia. Salió de inmediato se dirigió hacia ellos con un semblante completamente serio y a pasos normales para no espantarlos pero uno sacó un revolver y se entretuvo lanzando unas amenazas a las que el de las botas pesadas no le prestó atención, el otro seguidamente un cuchillo sacó. Al ver el arma en un cambio de velocidad extraordinario, mientras proliferaban más palabras de advertencia, se paro frente a ambos y de un movimiento rápido con su rodilla hizo que el tipo más hablador perdiera el arma de fuego. Esta fue la mejor opción para evitar balas pérdidas. Le agarró la mano, ahora vacía, y jaló al tipo arremetiendo con su rodilla izquierda dejándolo tumbado y con los ojos en blanco. El otro tipo se había acercado y lanzado una ráfaga de cuchillazos pero Octarine había esquivado la primera ronda y luego interpuso el cuerpo del otro, no muy cerca, cuando lo había jalado a lo que el malhechor trató de no herir a su compañero. El marine se agachó un poco y brincó con sus piernas por encima de la cabeza muy agilmente y dejo caer su bota en la cabeza. Puede que me excediera con este golpe pensaba mientras gesticulaba una expresión que lo excusaba de su culpa y cuando tocó el piso con sus pies un par de baldosas hicieron un leve ¡Crack! Octarine se sintió mal por el daño hecho. Maldición, ya dañe una parte del pueblo y ambos acabaron noqueados! Ahora no puedo sacarles información, me volví a dejar llevar por la emoción del momento. Movía su cabeza negando algo desganado, recuadro que se contraponía a la escena total con los dos tipos hechos polvo.
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Roderick Molten Lun Mayo 02, 2016 10:25 pm
Espere mirándolos a todos y cada uno de ellos, no les quería incomodar pero quería que alguien se pronunciara para comenzar con las actividades, en ese mismo momento dos de los diez presentes sacudieron la cabeza hacia los lados timidamente y con ello mis ganas de competir disminuyeron por lo que me iba preparando para ir por mi cuenta a por ellos, pero de pronto una luz entre medio de la oscuridad apareció, si, era un soldado dispuesto a aceptar el reto, los demás sentía que nos miraban de una manera despectiva, como si fuesemos bichos raros, era clara evidencia de que les avergonzaba nuestro comportamiento. Reí en mi interior y estreche la mano bruscamente con mi competidor y le clave una mirada mas intensa que el fuego, era la llama de la voluntad que ardía en mi interior, amaba los desafíos y gozaba restregar la victoria a mi contrincante una vez ganador, no mentira, no era de ese tipo de personas, pero si me gustaba agrandarme de vez en cuando y ganarle a un cadete era entretenido y podíamos apostar algo para volver mas interesante el "juego".
-Un gusto Octarine, me llamo Zed. Tus reglas serán acatadas, pero no crees que hay que ponerle algo de pimienta a esto? el ganador sera atendido durante una semana en altamar con el mejor servicio que le pueda dar el que no pudo vencer, y el perdedor, le deberá a todos los muchachos una ronda del mejor sake, o acaso crees que el sacrificio no lo vale?-
Escuche la respuesta del muchacho y vi como se retiraba de inmediato a jugársela. Quede boquiabierto, me estaba superando en mi propio desafío, no podía permitir esto, mi orgullo no lo resistiría. Lo que atine a hacer fue observar hacia donde se dirigía para tenerlo al alcance, cosa de que no se me alejara mucho para saber como le estuviera yendo. Me puse a pensar en que ruta podría tomar, seguir su mismo camino pero tomar otra dirección o tomar una desviación y probablemente encontrarme con los enemigos pero a la vez con bestias salvajes que podrían traerme mas de un problema.
-"Oh vamos, no puedo perder tiempo así, seguiré otro camino y todo solucionado"
Deje atrás al resto de mis compañeros y me introduje en la isla pero por otro camino, uno que quizás no estaba urbanizado pero de todos modos me aventure. Cuando sentí que la vegetación se iba haciendo mas densa, camine lento, no quería llamar la atención de algún monstruo o algo por el estilo, después de todo aún era joven y saltaba a la vista que no tenía mucha experiencia en peleas con cierto grado de riesgo. Me introduje mas adentro y vi pequeñas chozas, ¿Por qué tanta distancia con el pueblo? ¿Que habría allí dentro?. Me aproxime con cuidado a una de ellas, asome mi cabeza en la entrada y un hombre se me lanzó encima dispuesto a herirme con una navaja. Forceje durante un momento con el y vi como dejaba un hueco abierto para atacarle, en eso le di una patada librandome de su prisión y posteriormente colocandome a cierta distancia de el.
-Tu tienes que ver con todo este problema verdad? donde estan los demas? donde esta tu lider?
-Por que tendria que decirtelo sucio marinerito? te dare una pista a ver si tu pequeño cerebro es capaz de asociarlo a algo... Cruz, santidad, hora de la misa, baño de sangre y posterior saqueo... Jajaja
No controle mi impulso y aprovechando su fanfarroneria corri a asestarle un golpe en el rostro. Este atontado, retrocedio lentamente, tropezando con una caja que había tirada y cayendo noqueado de momento al suelo. Arrastre su cuerpo al interior de la choza y luego inspeccione el lugar, pensando en dirigirme a la iglesia e ir a ver si podía evitar algún acto temerario que de seguro, los inescrupulosos piratas llevarian a cabo sin remordimientos.
-Un gusto Octarine, me llamo Zed. Tus reglas serán acatadas, pero no crees que hay que ponerle algo de pimienta a esto? el ganador sera atendido durante una semana en altamar con el mejor servicio que le pueda dar el que no pudo vencer, y el perdedor, le deberá a todos los muchachos una ronda del mejor sake, o acaso crees que el sacrificio no lo vale?-
Escuche la respuesta del muchacho y vi como se retiraba de inmediato a jugársela. Quede boquiabierto, me estaba superando en mi propio desafío, no podía permitir esto, mi orgullo no lo resistiría. Lo que atine a hacer fue observar hacia donde se dirigía para tenerlo al alcance, cosa de que no se me alejara mucho para saber como le estuviera yendo. Me puse a pensar en que ruta podría tomar, seguir su mismo camino pero tomar otra dirección o tomar una desviación y probablemente encontrarme con los enemigos pero a la vez con bestias salvajes que podrían traerme mas de un problema.
-"Oh vamos, no puedo perder tiempo así, seguiré otro camino y todo solucionado"
Deje atrás al resto de mis compañeros y me introduje en la isla pero por otro camino, uno que quizás no estaba urbanizado pero de todos modos me aventure. Cuando sentí que la vegetación se iba haciendo mas densa, camine lento, no quería llamar la atención de algún monstruo o algo por el estilo, después de todo aún era joven y saltaba a la vista que no tenía mucha experiencia en peleas con cierto grado de riesgo. Me introduje mas adentro y vi pequeñas chozas, ¿Por qué tanta distancia con el pueblo? ¿Que habría allí dentro?. Me aproxime con cuidado a una de ellas, asome mi cabeza en la entrada y un hombre se me lanzó encima dispuesto a herirme con una navaja. Forceje durante un momento con el y vi como dejaba un hueco abierto para atacarle, en eso le di una patada librandome de su prisión y posteriormente colocandome a cierta distancia de el.
-Tu tienes que ver con todo este problema verdad? donde estan los demas? donde esta tu lider?
-Por que tendria que decirtelo sucio marinerito? te dare una pista a ver si tu pequeño cerebro es capaz de asociarlo a algo... Cruz, santidad, hora de la misa, baño de sangre y posterior saqueo... Jajaja
No controle mi impulso y aprovechando su fanfarroneria corri a asestarle un golpe en el rostro. Este atontado, retrocedio lentamente, tropezando con una caja que había tirada y cayendo noqueado de momento al suelo. Arrastre su cuerpo al interior de la choza y luego inspeccione el lugar, pensando en dirigirme a la iglesia e ir a ver si podía evitar algún acto temerario que de seguro, los inescrupulosos piratas llevarian a cabo sin remordimientos.
Roderick Molten
Hoja de personaje
Nivel:
(33/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shimazu Toyohisa Miér Mayo 04, 2016 2:18 am
Octarine tomó a los prisioneros, recuperó las pertenencias robadas, y les quitó sus pantalones, ante la mirada curiosa de algunos civiles que habían presenciado el altercado, usando estos les hizo un amarre y los acercó a la posada. Entró y le preguntó al posadero -¿Dónde podrían estar los demás?- a lo que el posadero le dijo -En el pueblo no estamos muy seguros de donde salen pero algunos dicen haberlos visto saliendo por el norte por ese bosque, la mayoría de las veces se dirigen hacía allí- mientras señalaba una dirección en especifico. Octarine agradeció al posadero por haberle ayudado tanto con la información. Y le indicó que se se encargara de devolverle las pertenencias robadas y el dinero a la familia a la que les pertenecía.
Salió corriendo, como siempre, a una velocidad abrumadora y en la dirección indicada. Mientras avanzaba notó un grupo que se aproximaba, los rodeo por el bosque y analizó la dirección en que venían. Eran cinco tipejos, de pinta similar a los anteriores, barbas y ropas sucias, alguno sin dientes y no muy visiblemente pero armados. Estuvo en un dilema por un momento pero decidió ir en la dirección en que venían. Encontrando así la entrada de una cueva, en la que se infiltró de manera precisa, ubicándose detrás de una roca mediana mientras escuchaba lo que sucedía. Se preparó por un momento para la batalla pero cinco tipejos más pasaron a la par suya y salieron. Observó la situación habían aún adentro veintiún vándalos. En ese momento, uno de los que se veía más fuerte dijo -¡Una vez este toda la comunidad en la iglesia los atacaremos, les robaremos todas las pertenencias y las de la iglesia, luego los mataremos como nos plazca!- decía con su ronca y asquerosa voz-¡Nos reiremos de dios en su cara y de su rebaño!- acabo esa frase con escupitajo y los bandidos lo vitoreaban. Octarine se preocupo un poco ya había dejado pasar varios individuos y sus compañeros no sabían de este plan, por lo que podría tomarlos por sorpresa "Necesito llegar al poblado y contarles la situación o pedir refuerzos"sus pensamientos fueron interrumpidos por un -¡Salgan ya!- gritó el aparente lider. Otra vez un grupo pasó a su lado. Esta vez eran seis. "Ahora son más pero al menos tengo una idea del tiempo de diferencia con que salen" una vez estaban afuera espero treintaisiete segundos y salio como una sombra. Justo al salir chocó con un tipo -¡Idiota! ¡Quitate, vengo a avisar que ya llegaron los marines!- Al escuchar esto Octarine reaccionó lanzando una patada con toda su fuerza. El tipo alzó la mano -¡Crack!- fue el sonido del hueso contra la bota metálica y un posterior grito de dolor "¡Maldición debí haber lanzado la patada a un punto más vital!" le atacó de nuevo y los noqueo. Lo arrastró rápidamente y aplicando la misma técnica que con los primeros dos lo amarró con los pantalones, a este lo guindo de una rama.Y justo cuando iba a por el grupo que había salido cuando el salió vio otro grupo salir, otros seis. "Salieron demasiado rápido comparado con los anteriores" los vio pasar y pensaba como proceder "Primero vi a cinco, cuando entre salieron otros cinco y antes de irme de la cueva seis más, todos con un lapsus similar, estos otros seis salieron mucho más rápido. Quedan nueve adentro probablemente estos van a ir juntos. Voy a esperar tres minutos, si salen los nueve luchó con ellos aquí mismo y los tomó por sorpresa sino voy tras estos seis y me asegurare de tener suficiente tiempo para vencerlos y que no lleguen los demás".
Octarine espero atentamente los tres minutos le preocupaba la situación en el pueblo "Si todos los marines tuviéramos un den-den mushi no pasaría este tipo de cosas en estas operaciones" pensaba con cara sería cuando recordó que estaba ahí por pura prisa a la hora de hacer las cosas "Bueno supongo que es mi culpa pero al menos obtuve esta información a tiempo" seguía pensando con una cara algo más tonta. Pasaron los tres minutos y unos segundos, los demás no salieron. Octarine corrió hacia el último grupo de seis y sin que se lo esperaran los dos últimos recibieron una patada fulminante en la espalda, uno cayó noqueado el otro también iba noqueado pero compartió el viaje al suelo y varios metros con uno de sus compañeros. Los otros tres se pusieron en guardia mientras el cuarto lentamente se incorporaba.
Salió corriendo, como siempre, a una velocidad abrumadora y en la dirección indicada. Mientras avanzaba notó un grupo que se aproximaba, los rodeo por el bosque y analizó la dirección en que venían. Eran cinco tipejos, de pinta similar a los anteriores, barbas y ropas sucias, alguno sin dientes y no muy visiblemente pero armados. Estuvo en un dilema por un momento pero decidió ir en la dirección en que venían. Encontrando así la entrada de una cueva, en la que se infiltró de manera precisa, ubicándose detrás de una roca mediana mientras escuchaba lo que sucedía. Se preparó por un momento para la batalla pero cinco tipejos más pasaron a la par suya y salieron. Observó la situación habían aún adentro veintiún vándalos. En ese momento, uno de los que se veía más fuerte dijo -¡Una vez este toda la comunidad en la iglesia los atacaremos, les robaremos todas las pertenencias y las de la iglesia, luego los mataremos como nos plazca!- decía con su ronca y asquerosa voz-¡Nos reiremos de dios en su cara y de su rebaño!- acabo esa frase con escupitajo y los bandidos lo vitoreaban. Octarine se preocupo un poco ya había dejado pasar varios individuos y sus compañeros no sabían de este plan, por lo que podría tomarlos por sorpresa "Necesito llegar al poblado y contarles la situación o pedir refuerzos"sus pensamientos fueron interrumpidos por un -¡Salgan ya!- gritó el aparente lider. Otra vez un grupo pasó a su lado. Esta vez eran seis. "Ahora son más pero al menos tengo una idea del tiempo de diferencia con que salen" una vez estaban afuera espero treintaisiete segundos y salio como una sombra. Justo al salir chocó con un tipo -¡Idiota! ¡Quitate, vengo a avisar que ya llegaron los marines!- Al escuchar esto Octarine reaccionó lanzando una patada con toda su fuerza. El tipo alzó la mano -¡Crack!- fue el sonido del hueso contra la bota metálica y un posterior grito de dolor "¡Maldición debí haber lanzado la patada a un punto más vital!" le atacó de nuevo y los noqueo. Lo arrastró rápidamente y aplicando la misma técnica que con los primeros dos lo amarró con los pantalones, a este lo guindo de una rama.Y justo cuando iba a por el grupo que había salido cuando el salió vio otro grupo salir, otros seis. "Salieron demasiado rápido comparado con los anteriores" los vio pasar y pensaba como proceder "Primero vi a cinco, cuando entre salieron otros cinco y antes de irme de la cueva seis más, todos con un lapsus similar, estos otros seis salieron mucho más rápido. Quedan nueve adentro probablemente estos van a ir juntos. Voy a esperar tres minutos, si salen los nueve luchó con ellos aquí mismo y los tomó por sorpresa sino voy tras estos seis y me asegurare de tener suficiente tiempo para vencerlos y que no lleguen los demás".
Octarine espero atentamente los tres minutos le preocupaba la situación en el pueblo "Si todos los marines tuviéramos un den-den mushi no pasaría este tipo de cosas en estas operaciones" pensaba con cara sería cuando recordó que estaba ahí por pura prisa a la hora de hacer las cosas "Bueno supongo que es mi culpa pero al menos obtuve esta información a tiempo" seguía pensando con una cara algo más tonta. Pasaron los tres minutos y unos segundos, los demás no salieron. Octarine corrió hacia el último grupo de seis y sin que se lo esperaran los dos últimos recibieron una patada fulminante en la espalda, uno cayó noqueado el otro también iba noqueado pero compartió el viaje al suelo y varios metros con uno de sus compañeros. Los otros tres se pusieron en guardia mientras el cuarto lentamente se incorporaba.
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Roderick Molten Vie Mayo 06, 2016 9:40 pm
Atravesar algunos tipos de hierba, principalmente y en gran abundancia maleza, era una tarea agotadora y que requería de mucha paciencia y buen estado físico. Me enredaba con la hiedra y debía cortarla con un machete que llevaba a todas partes, si no era eso, al llegar a un pequeño lago, me hundía en el barro del camino, ahora fuera de los obstáculos de la naturaleza, también actuaban los animales, debía huir de las serpientes y taparme los oídos por la bulla de los primates chillones que no paraban de gritar como si lo hicieran a propósito para ponerme mas estresado de lo que estaba. Luego de llevar mucho tiempo caminando, un mono que estaba mirándome desde la rama de un árbol empezó a burlarse de mi dando saltos, rascándose la cabeza y chillando, llego a fastidiarme tanto que busque algún tipo de proyectil en el suelo, no me puse exquisito asi que solo agarre un pedazo de barro seco y se lo lancé. El primate hábilmente evadió mi lanzamiento pero le asusto y se retiro a mucha velocidad. Casi lo había perdido de vista, pero encontraba que lo debía perseguir para ver si me estaba jodiendo con algún propósito, quizás estaba esperando demasiado de un animal, pero no por nada los científicos dicen que ellos son nuestros antecesores en lo que a evolución respecta y en realidad no perdía nada, en una de esas perdiendome encontraría mas piratas y les haría revelarme mas información, si es que mis capacidades de interrogación o de violencia daban la talla, en una de esas me salía uno fortachon y quien sabe si saldria de allí de una pieza.
-Condenado mono... condenado bosque... condenadas misiones... condenados piratas... condenado dia-
El mono llego a un lugar un poco mas despejado de vegetación, lo que me llamó la atención no era el paisaje que lo adornaba ni que el chango hubiera escapado de mi alcance, no, eso paso a segundo plano cuando pude divisar la entrada a lo que parecía ser una cueva, de hecho, mis sentidos estaban totalmente enfocados en ese lugar, escuche algunos quejidos inclusive que parecían provenir de ese lugar. Me dio algo de temor el pensar que estaría pasando allí, una pelea entre osos, unos carnívoros llevando una presa para comerla en la paz y tranquilidad que les ofrecía su morada, un rito satánico, bueno ya basta, ya no era niño, solo era adolescente, si bien no estaba paralizado del miedo también sentía algo de escalofrió típico de un joven de mi edad quién teme a lo desconocido.
-Solo si me adentro podre saber que pasa, espero que no sea un oso... o por lo menos que no sea mas de uno...
Suavemente me acerque a la cueva, tome el olor que había y solo podía sentir la humedad, frescura del bosque y el aroma a vegetación abundante, no parecía haber presencia de cadáveres, ya que no sentía el olor a fierro que emite la sangre ni a descompuesto que emite la carne al pasar el tiempo sin refrigerar. Me adentre mas y mas, la luz llegaba aún al interior del túnel y no parecía oscurecerse en lo mas mínimo, era algo sorprendente, quizás había algún tipo de iluminación mas en el centro de por ahí, lo que me daba mala espina, o habían humanos o posiblemente descubriría alguna nueva especie de animal.
"Acaso ese no es uno de los reclutas?"
Llegado a un punto de mi sigilosa caminata en la cavidad natural hecha a base de desconocidos elementos, pude observar a un sujeto que había conocido en mi viaje a esta isla, y si se trataba de alguien con quien habia compartido barco, o era un compañero, o se trataba de un empleado de aseo, pero generalmente el personal encargado del ornato no salian de allí para evitar problemas que atenten contra su seguridad o con la misión de los marines. Estaba en lo cierto y para sorpresa, se trataba del muchacho al que había retado a un desafío, justo en el momento que lo encontre lo iba a ir a saludar, pero mis intenciones se vieron interrumpidas de golpe cuando pude mirar a cuatro sujetos rodeandole. En ese instante, sin dudar ni un segundo me puse al lado de mi compañero y me prepare para pelear.
-¿Que haces aca? ¿No te habías ido al pueblo? en fin, dejame echarte una mano, estos sujetos se ven duros de roer y además debemos ir a la iglesia. Hace poco me enfrente a unos sujetos y al parecer tienen planeado atacar aquel lugar sagrado-
-No me hagas reír mocoso ¿Crees que ustedes dos pueden contra nosotros y ademas detener nuestro plan?-
-No digas mas idiota! prepárense gusanos-
El segundo que se pronunció le pego al primer tipo un zape en la nuca para que cerrara la boca y no diera mas detalles de lo que iría a suceder en poco tiempo. De todos modos no se veían amistosos y seguro aprovecharían de asesinarnos aquí, aislados de toda persona aledaña al centro del pueblo, para que no generaran mas problemas en sus intentos por hacer el mal, como todo malhechor.
-Condenado mono... condenado bosque... condenadas misiones... condenados piratas... condenado dia-
El mono llego a un lugar un poco mas despejado de vegetación, lo que me llamó la atención no era el paisaje que lo adornaba ni que el chango hubiera escapado de mi alcance, no, eso paso a segundo plano cuando pude divisar la entrada a lo que parecía ser una cueva, de hecho, mis sentidos estaban totalmente enfocados en ese lugar, escuche algunos quejidos inclusive que parecían provenir de ese lugar. Me dio algo de temor el pensar que estaría pasando allí, una pelea entre osos, unos carnívoros llevando una presa para comerla en la paz y tranquilidad que les ofrecía su morada, un rito satánico, bueno ya basta, ya no era niño, solo era adolescente, si bien no estaba paralizado del miedo también sentía algo de escalofrió típico de un joven de mi edad quién teme a lo desconocido.
-Solo si me adentro podre saber que pasa, espero que no sea un oso... o por lo menos que no sea mas de uno...
Suavemente me acerque a la cueva, tome el olor que había y solo podía sentir la humedad, frescura del bosque y el aroma a vegetación abundante, no parecía haber presencia de cadáveres, ya que no sentía el olor a fierro que emite la sangre ni a descompuesto que emite la carne al pasar el tiempo sin refrigerar. Me adentre mas y mas, la luz llegaba aún al interior del túnel y no parecía oscurecerse en lo mas mínimo, era algo sorprendente, quizás había algún tipo de iluminación mas en el centro de por ahí, lo que me daba mala espina, o habían humanos o posiblemente descubriría alguna nueva especie de animal.
"Acaso ese no es uno de los reclutas?"
Llegado a un punto de mi sigilosa caminata en la cavidad natural hecha a base de desconocidos elementos, pude observar a un sujeto que había conocido en mi viaje a esta isla, y si se trataba de alguien con quien habia compartido barco, o era un compañero, o se trataba de un empleado de aseo, pero generalmente el personal encargado del ornato no salian de allí para evitar problemas que atenten contra su seguridad o con la misión de los marines. Estaba en lo cierto y para sorpresa, se trataba del muchacho al que había retado a un desafío, justo en el momento que lo encontre lo iba a ir a saludar, pero mis intenciones se vieron interrumpidas de golpe cuando pude mirar a cuatro sujetos rodeandole. En ese instante, sin dudar ni un segundo me puse al lado de mi compañero y me prepare para pelear.
-¿Que haces aca? ¿No te habías ido al pueblo? en fin, dejame echarte una mano, estos sujetos se ven duros de roer y además debemos ir a la iglesia. Hace poco me enfrente a unos sujetos y al parecer tienen planeado atacar aquel lugar sagrado-
-No me hagas reír mocoso ¿Crees que ustedes dos pueden contra nosotros y ademas detener nuestro plan?-
-No digas mas idiota! prepárense gusanos-
El segundo que se pronunció le pego al primer tipo un zape en la nuca para que cerrara la boca y no diera mas detalles de lo que iría a suceder en poco tiempo. De todos modos no se veían amistosos y seguro aprovecharían de asesinarnos aquí, aislados de toda persona aledaña al centro del pueblo, para que no generaran mas problemas en sus intentos por hacer el mal, como todo malhechor.
Roderick Molten
Hoja de personaje
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(33/100)
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shimazu Toyohisa Dom Mayo 08, 2016 2:56 am
De los seis tipos cuando habían dos noqueados y uno recuperándose llegó el chico de gran motivación al inicio de la misión con una interrogante, su rostro mostraba una nueva expresión no tan ferviente, pero al ver mi situación dirigió una interrogante y rápidamente se unió a la lucha y le dio su merecido al más parguelas y parlanchín de los individuos con los que ahora ambos luchábamos, aún en desventaja numérica no fueron un problema, -Mi nombre es Octarine- le dije antes de una patada, -debemos informar a los demás porque tratan de hacer una matanza en la iglesia y son muchos- recalque en otro momento durante el combate. Entre los dos con nuestra agilidad y respectivos movimientos los tumbamos fácilmente.
Ya derrotados los maleantes de una manera más calmada Octarine, le dijo que escondieran los cuerpos y hablaran un momento entre los matorrales. Este le comentaba más detenidamente la mínima de individuos que podían ser parte de ese grupo - al menos unos treinta, que para ese plan habían estado llegando poco a poco a la villa o probablemente a sus alrededores de manera esporádica- ya era probable que ya se enterasen de la llegada de la marina, - Al menos el líder y los que aparentaban más fuerza, a ojo de buen marine, al menos hace un par de minutos aún no venían de camino.- le comentaba algo pensativo, como piensas que deberíamos proceder -Mi idea era regresar y avisar a todos pero esto se puede convertir en una guerra sin cuartel-
Mientras escuchaba atentamente las opiniones al respecto del chico otros dos regresaban, probablemente con la misma intención de avisar sobre la presencia de la marina a su líder o superior, fueron interceptados por unas sombras desde los matorrales y tomados por sorpresa, aunque ofrecieron resistencia unos cuantos segundos después pasaron a formar parte del costal de los derrotados esa mañana en esa isla.
Ya derrotados los maleantes de una manera más calmada Octarine, le dijo que escondieran los cuerpos y hablaran un momento entre los matorrales. Este le comentaba más detenidamente la mínima de individuos que podían ser parte de ese grupo - al menos unos treinta, que para ese plan habían estado llegando poco a poco a la villa o probablemente a sus alrededores de manera esporádica- ya era probable que ya se enterasen de la llegada de la marina, - Al menos el líder y los que aparentaban más fuerza, a ojo de buen marine, al menos hace un par de minutos aún no venían de camino.- le comentaba algo pensativo, como piensas que deberíamos proceder -Mi idea era regresar y avisar a todos pero esto se puede convertir en una guerra sin cuartel-
Mientras escuchaba atentamente las opiniones al respecto del chico otros dos regresaban, probablemente con la misma intención de avisar sobre la presencia de la marina a su líder o superior, fueron interceptados por unas sombras desde los matorrales y tomados por sorpresa, aunque ofrecieron resistencia unos cuantos segundos después pasaron a formar parte del costal de los derrotados esa mañana en esa isla.
Shimazu Toyohisa
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Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Roderick Molten Dom Mayo 08, 2016 1:39 pm
En definitiva nos estaban superando en cuanto a cantidad de soldados, eramos dos contra cuatro de momento, la pelea no se iría a complicar ya que mientras estábamos intercambiando ataques, mi mirada se desvió hacia un lugar de la cueva, en el cual habían unos cuantos cuerpos tirados de quienes parecían estar relacionados a los tipos con los que estábamos peleando, seguramente a manos del marine que estaba a mi lado y yo que tampoco le hacía nada mal, seguro esto no tardaría mas de unos cuantos minutos y así fue como sucedio, los piratas cayeron derrotados y sin señal de querer volver a levantarse, o por lo menos no por un buen momento.
Tras haberse deshecho de los inadaptados, era clara señal de que el momento de las preguntas había llegado, ¿Qué estaba haciendo dentro de una cueva y por qué estaba combatiendo contra piratas? ¿Acaso este era su refugio para tramar sus sucios planes sin que se vean interrumpidos por la justicia?. No me dio el tiempo si quiera para hacer alguna de las previas interrogantes, ya que lo que mencionaría a continuación me dejo con la sangre helada, se refería exactamente a lo que sospechaba, un atentado iría a ocurrir en la catedral a manos de los mismos sujetos que la marina de seguro nos había mandado a darles su merecido. Ante esto y luego de haberme explicado el chico con detalles lo que podría eventualmente suceder con todo esa cantidad de sujetos con malas intenciones, lo mas probable era que quisiera oír mi opinión en todo lo que significaba este complicado, arriesgado y siniestro embrollo.
-Tienes razón, no hay tiempo que perder. Antes también había obtenido por mis medios algunas pistas que me revelaban información confusa en relación a la iglesia y ahora que me lo has dejado en claridad, debemos ir allá e impedir que la gente se reúna al horario que se vaya a llevar a cabo la congregación. Lo mas atinado que podríamos hacer sería conseguirnos un Den Den Mushi en algún local del pueblo y comunicarnos con el barco y los cadetes que se encontraran dentro de este ¿Estás de acuerdo con esto?-
Ya me preparaba para ponerme en marcha esperando ver como reaccionaria mi compañero, aunque en eso que me disponía a dirigirme al centro de la ciudad, otro par de ilusos se enfrentarían a nosotros, pero el resultado fue favorable nuevamente y salimos victorioso. No se por cuanto rato mas podría llevar este ritmo.
Tras haberse deshecho de los inadaptados, era clara señal de que el momento de las preguntas había llegado, ¿Qué estaba haciendo dentro de una cueva y por qué estaba combatiendo contra piratas? ¿Acaso este era su refugio para tramar sus sucios planes sin que se vean interrumpidos por la justicia?. No me dio el tiempo si quiera para hacer alguna de las previas interrogantes, ya que lo que mencionaría a continuación me dejo con la sangre helada, se refería exactamente a lo que sospechaba, un atentado iría a ocurrir en la catedral a manos de los mismos sujetos que la marina de seguro nos había mandado a darles su merecido. Ante esto y luego de haberme explicado el chico con detalles lo que podría eventualmente suceder con todo esa cantidad de sujetos con malas intenciones, lo mas probable era que quisiera oír mi opinión en todo lo que significaba este complicado, arriesgado y siniestro embrollo.
-Tienes razón, no hay tiempo que perder. Antes también había obtenido por mis medios algunas pistas que me revelaban información confusa en relación a la iglesia y ahora que me lo has dejado en claridad, debemos ir allá e impedir que la gente se reúna al horario que se vaya a llevar a cabo la congregación. Lo mas atinado que podríamos hacer sería conseguirnos un Den Den Mushi en algún local del pueblo y comunicarnos con el barco y los cadetes que se encontraran dentro de este ¿Estás de acuerdo con esto?-
Ya me preparaba para ponerme en marcha esperando ver como reaccionaria mi compañero, aunque en eso que me disponía a dirigirme al centro de la ciudad, otro par de ilusos se enfrentarían a nosotros, pero el resultado fue favorable nuevamente y salimos victorioso. No se por cuanto rato mas podría llevar este ritmo.
Roderick Molten
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Creado por Shimazu Toyohisa Lun Mayo 09, 2016 2:13 am
Juntos ambos marines llegaron a la ciudad bastante agotados, como era de esperar. Octarine sentía a su alrededor miradas y presencias que probablemente pretendían causar daño, le dijo al chico de cabellera blanca -Vamos a la posada, no es descabellado pensar que el encargado tenga un Den Den Mushi y de paso le informamos del peligro latente en la próxima misa Además ¿Necesitamos saber a que hora se va realizar?-. Justo antes de entrar vieron a varios marines en la plaza de la ciudad, aún se mostraban tranquilos e ignorando la situación. -Ve a avisarles, si te parece- le decía Octarine mientras habría la puerta de la posada y miraba hacía atrás esperando la reacción de su compañero.
Al entrar se dirigió por tercera vez agitado hacía el posadero, esta ultima vez en su estado más lamentable de suciedad, sudor y no el mejor olor para ligar una chica. El posadero con una mirada característica de los encargado de locales hacía el típico cliente que nunca compra, pide favores, llega charlar y a robarle el tiempo mientras trabaja. Igualmente con una falta de aire, perceptible por su tono, decía -¿A que hora es la misa? Los maleantes planean realizar una matanza de todos los ciudadanos y apropiarse de las mayores riquezas de este pueblo- frases cortadas y acentos jadeantes matizaron estas largas frases. Respiraba por momentos mientras escuchaba la respuesta de su mejor informante hasta el momento de esa isla. -Falta media hora para que el templo abra sus puertas, debo avisarles a todos los del pueblo- decía algo alterado, Octarine trataba de tranquilizarlo con consejos. Tras un breve momento de despiste le pediría otro favor en el local -Acá se cuenta con algún dispositivo de comunicación para hablarle a los marines del barco para que rápidamente vengan a detener a los malhechores, son muchos pero con esos refuerzos los acabaremos fácilmente, no son muy fuertes- mientras le señalaba y rápidamente tomando el caracol en sus manos Octarine realizaba el llamado tan necesario
Al entrar se dirigió por tercera vez agitado hacía el posadero, esta ultima vez en su estado más lamentable de suciedad, sudor y no el mejor olor para ligar una chica. El posadero con una mirada característica de los encargado de locales hacía el típico cliente que nunca compra, pide favores, llega charlar y a robarle el tiempo mientras trabaja. Igualmente con una falta de aire, perceptible por su tono, decía -¿A que hora es la misa? Los maleantes planean realizar una matanza de todos los ciudadanos y apropiarse de las mayores riquezas de este pueblo- frases cortadas y acentos jadeantes matizaron estas largas frases. Respiraba por momentos mientras escuchaba la respuesta de su mejor informante hasta el momento de esa isla. -Falta media hora para que el templo abra sus puertas, debo avisarles a todos los del pueblo- decía algo alterado, Octarine trataba de tranquilizarlo con consejos. Tras un breve momento de despiste le pediría otro favor en el local -Acá se cuenta con algún dispositivo de comunicación para hablarle a los marines del barco para que rápidamente vengan a detener a los malhechores, son muchos pero con esos refuerzos los acabaremos fácilmente, no son muy fuertes- mientras le señalaba y rápidamente tomando el caracol en sus manos Octarine realizaba el llamado tan necesario
Shimazu Toyohisa
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Creado por Roderick Molten Lun Mayo 09, 2016 7:00 pm
Nuestra apariencia era deplorable, manchados en gran cantidad, Octarine el muchacho no tanto pero yo al haberme movilizado entre barro, humedad y aguas de la naturaleza estaba impresentable, pero bueno, eso demostraba ante los ojos de los civiles que las manchas en nuestros uniformes de nosotros los marines significaban que dejábamos la piel en nuestro trabajo. Llegados recién a la ciudad, empecé a mirar alrededor tratando de encontrar algún acto sospechoso, podría estar sucediendo en cualquier lugar y x momento, como por ejemplo aquellos hombre apoyados en la pared de una abarroteria fumando unos puros, o el hombre que esta sentado en la banca leyendo las noticias con un sombrero que cubre su rostro casi por completo, incluso las ancianas reunidas en el interior del banco yendo a cobrar la pensión podrían tener una doble cara tras esas tiernas arrugas de la edad, así es, en ese momento no era muy difícil lucir paranoide, debido al nerviosismo de poder tener al enemigo a unos cuantos metros y que estén disimulando su verdadera identidad por vernos a nosotros presentes. De pronto, despeje un poco las dudas hacia mi entorno al ver como un grupo de marines, no mas de seis, se encontraban patrullando la zona y a continuación, mi compañero marine se pronunciaría diciendo que el se haría cargo de realizar la llamada y me sugirió hablar con los otros socios para informar acerca de la situación, no me molesto en lo absoluto, encontré que eso era lo mejor, ir juntos para todos lados en presencia de una caótica situación como esta sería una pura perdida de tiempo y negligencia sabiendo lo que potencialmente podía suceder en este lugar.
-Iré a avisarles sobre todo esto, te dejo la misión de contactarte con el grupo de la zona. Apresúrate que yo también lo haré, esperemos que todo salga bien y sin herido alguno-
Confié en sus aptitudes para guardar la calma que tenía como soldado y sin perder el tiempo, acudí a los demás hombres que estaban cercanos a la posadera. Ya estaban a una buena distancia, al parecer irían a revisar la zona salvaje de la isla, por lo que para no cansarme corriendo hasta allá pegue un grito, una especie de código que los que son de este rubro entenderían. El sonido fue captado a la perfección por los del grupo y en un santiamén ya se encontraban al frente mío, con una cara de sorprendidos, al parecer hace tiempo no veían mas marines por la zona, de seguro eran propios de la Isla Organ. Apenas oyeron lo que les había contado se agitaron tremendamente, tragando los deseos de gritarles a todos la advertencia. Un poco molesto, los hice callar y pensé en una estrategia improvisada, pero que bastaría de momento para evitar que se colen los enemigos. La táctica consistía en que todo el grupo se dividiera y se colocaran alrededor de la iglesia en puntos claves donde probablemente accederían los piratas, llámese vitrales, puerta principal, trasera y alguna entrada anexa que alguien desconociese. Los marines asintieron y cada uno adopto su propia posición. Yo por mi cuenta fui inmediatamente a la posada y en voz alta pregunte al muchacho.
-¿¡Has realizado ya la llamada!? Los pocos marines de la zona están resguardando el terreno, debemos prepararnos para la invasión y hay que encargarnos de que la gente no circule en ese momento-
-Iré a avisarles sobre todo esto, te dejo la misión de contactarte con el grupo de la zona. Apresúrate que yo también lo haré, esperemos que todo salga bien y sin herido alguno-
Confié en sus aptitudes para guardar la calma que tenía como soldado y sin perder el tiempo, acudí a los demás hombres que estaban cercanos a la posadera. Ya estaban a una buena distancia, al parecer irían a revisar la zona salvaje de la isla, por lo que para no cansarme corriendo hasta allá pegue un grito, una especie de código que los que son de este rubro entenderían. El sonido fue captado a la perfección por los del grupo y en un santiamén ya se encontraban al frente mío, con una cara de sorprendidos, al parecer hace tiempo no veían mas marines por la zona, de seguro eran propios de la Isla Organ. Apenas oyeron lo que les había contado se agitaron tremendamente, tragando los deseos de gritarles a todos la advertencia. Un poco molesto, los hice callar y pensé en una estrategia improvisada, pero que bastaría de momento para evitar que se colen los enemigos. La táctica consistía en que todo el grupo se dividiera y se colocaran alrededor de la iglesia en puntos claves donde probablemente accederían los piratas, llámese vitrales, puerta principal, trasera y alguna entrada anexa que alguien desconociese. Los marines asintieron y cada uno adopto su propia posición. Yo por mi cuenta fui inmediatamente a la posada y en voz alta pregunte al muchacho.
-¿¡Has realizado ya la llamada!? Los pocos marines de la zona están resguardando el terreno, debemos prepararnos para la invasión y hay que encargarnos de que la gente no circule en ese momento-
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