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Creado por Mr. Narrador Lun Abr 11, 2016 5:33 am
La casa de empeños de Loguetown no era más que un simple agujero lleno de ratas y mugre. Situada en el almacén sobrante de una tienda de productos marinos frescos, el lugar apestaba a pescado. Al parecer durante muchos años se habían almacenado conservas en su interior y el olor perduraba. Había quien decía que el empeñador, un hombre de avanzada edad lo prefería así, pues hacía que sus clientes aceptaran más rápidamente sus ofertas al querer evitar tener que soportar durante más tiempo semejante hedor. Para su desgracia, Ran Dukai se había criado en un pueblo pesquero y gran parte de su habilidad con la espada venía de la cantidad de veces que había tenido que destripar pescado siendo apenas un crío. La negociación hasta ese punto estaba siendo dura. El pirata de cabellos rojizos no estaba dispuesto a dejar escapar aquellas piezas de orfebrería que había robado a un barco mercante por menos de tres cuartos de millón y el anciano no le ofrecía más de seiscientos mil. - Ya se lo he dicho abuelo, esto se va a vender fácil, son de Bliss. Un cuarto de millón o nada. - repitió por enésima vez, provocando una rabieta en su interlocutor, poco acostumbrado a negociadores tan duros. También le molestaba otra cosa y era el hecho de que aquel crío parecía no prestarle la más mínima atención. Había llegado sólo a la casa de empeños y pese a todo, parecía más atento a lo que podría estar ocurriendo fuera que dentro. No temía a una posible triquiñuela del viejo, sino de alguien de fuera. Probablemente marines, pues la ciudad estaba plagada de ellos, pensó.
El viejo vendedor se estiró de los pelos y, finalmente, aceptó. - Setecientos ciencuenta mil, tú ganas. - masculló, visiblemente enfadado, y le entregó un saquito de monedas al pirata pelirrojo que, lentamente, empezó a contarlas. Primero quería asegurarse de que todo estuviera en su sitio, hasta el último centavo.
El viejo vendedor se estiró de los pelos y, finalmente, aceptó. - Setecientos ciencuenta mil, tú ganas. - masculló, visiblemente enfadado, y le entregó un saquito de monedas al pirata pelirrojo que, lentamente, empezó a contarlas. Primero quería asegurarse de que todo estuviera en su sitio, hasta el último centavo.
- NPC:
- Ran Dukai25 añosEl RojoHumanoNivel 15Sin AkumaHaki ¿?3.000.000 BerriesAtributosGuerrero
Fuerza: 1
Resistencia: 2
Destreza: 2Datos
Joven capitán pirata de relativa fama. Lleva algún tiempo causando problemas en el East Blue, mar del que es originario. Es famoso por su cabello rojizo, así cómo su armadura del mismo tono, y por ser un espadachín más que decente. En lo que a físico se refiere se trata de un hombre joven normal y corriente, mide 1'80m y no tiene un cuerpo excesivamente fuera de lo común. En lo que a actitud se refiere es bastante sereno y callado, aunque muy autoritario. Su arma predilecta es una espada larga normal y corriente.AspectoRuari - Mabinogi
Mr. Narrador
Hoja de personaje
Nivel:
(1/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Lina Crestfall Lun Abr 11, 2016 7:20 pm
Bien… Era momento de poner en marcha el plan, ella tenía que hacer equipo con aquel hombre que poco y nada terminaba por agradarle, suspiró hondo y se giró para ponerse frente a él. - Yo me encargaré de distraerlo. - Arqueó la ceja mordiéndose el labio inferior. - Necesitaré un buen pretexto para ir a la casa de empeños… - Murmuró por lo bajo mientras comenzaba a desatar aquella tela que fungía como faja en ese momento dejando así su corsé libre comenzando a desabrocharlo con cuidado al igual que el contrario hacia sus preparativos. - Entraré primero así que me seguirás, ¿Entendiste? susurraba por lo bajo mientras seguía moviendo sus ropas, cualquier hombre de basta imaginación podría tachar aquello como si la fémina estuviese a punto de deshacerse de su corsé, más no era así. De entre las costuras de su ropa logró sacar una hermosa cadena que bien parecía de oro y un par de extrañas piedras incrustadas como adorno, llevándosela a la boca comenzó a abrochar nuevamente con firmeza su corsé, acomodándolo bien para resaltar un poco más sus curvas femeninas con la intención de llamar la atención del objetivo. La tela que tenía por corsé la dejó sobre sus hombros extendiéndola dándole un aspecto a chalina cubriéndose bien.
Suspiró hondo y comenzó a caminar encaminándose hacia la casa de empeño… Lo primero al llegar fue un asqueroso hedor que bien parecían ser tripas de pez mezcladas con sudor y olor a anciano rancio. - Buenas tardes. - Sonrió con cierta inocencia caminando hacia donde el viejo se encontraba, en ningún momento se quejó del aroma y mucho menos hizo mueca alguna que la delatara. Terminó por pararse a un lado de un joven de rojos cabellos que bien entretenido contaba las monedas. - Me mandaron a traer esto. - Musitó mostrándole aquella valiosa pieza al anciano mientras que de reojo observaba atenta al pelirrojo. - Está hecha con oro y piedras preciosas, pertenece a una kuja, es bastante valioso, usted sabe que es difícil encontrar algo de la isla de las doncellas.- Haciendo gala de su buena labia parta llamar la atención del anciano no permitía que llegase a tocar aquella hermosa pieza, le pertenecía y aún así arriesgándola para usarla de pretexto no la perdería de vista. Entonces con su codo lo dejó sobre la mesa y haciendo un ademan explicando lo era aquella pulsera con toda intención y ventaja trató de hacer que las monedas que el pelirrojo contaba cayeran al piso volteando su rostro para así poderlo ver más detenidamente, era él, era “el rojo” un pirata no muy problemático pero bien conocido - ¡Perdón! Disculpe mi torpeza. - Dijo con cierto aire de arrepentimiento sin agacharse ni tener la más mínima intención de ayudarle a recoger las monedas que se hubiesen caído por su movimiento, aprovechó ese instante para alejar aquella pulsera del viejo mostrándose apenada ante el de cabellos rojos. - N-No era mi intención… - Murmuró por lo bajo haciendo suaves reverencias para disculparse utilizando el interior de sus brazos para presionar un poco por fuera de sus senos para que estos se marcaran un poco más y en el ángulo que él la viese fuesen atractivos para su vista. .
Suspiró hondo y comenzó a caminar encaminándose hacia la casa de empeño… Lo primero al llegar fue un asqueroso hedor que bien parecían ser tripas de pez mezcladas con sudor y olor a anciano rancio. - Buenas tardes. - Sonrió con cierta inocencia caminando hacia donde el viejo se encontraba, en ningún momento se quejó del aroma y mucho menos hizo mueca alguna que la delatara. Terminó por pararse a un lado de un joven de rojos cabellos que bien entretenido contaba las monedas. - Me mandaron a traer esto. - Musitó mostrándole aquella valiosa pieza al anciano mientras que de reojo observaba atenta al pelirrojo. - Está hecha con oro y piedras preciosas, pertenece a una kuja, es bastante valioso, usted sabe que es difícil encontrar algo de la isla de las doncellas.- Haciendo gala de su buena labia parta llamar la atención del anciano no permitía que llegase a tocar aquella hermosa pieza, le pertenecía y aún así arriesgándola para usarla de pretexto no la perdería de vista. Entonces con su codo lo dejó sobre la mesa y haciendo un ademan explicando lo era aquella pulsera con toda intención y ventaja trató de hacer que las monedas que el pelirrojo contaba cayeran al piso volteando su rostro para así poderlo ver más detenidamente, era él, era “el rojo” un pirata no muy problemático pero bien conocido - ¡Perdón! Disculpe mi torpeza. - Dijo con cierto aire de arrepentimiento sin agacharse ni tener la más mínima intención de ayudarle a recoger las monedas que se hubiesen caído por su movimiento, aprovechó ese instante para alejar aquella pulsera del viejo mostrándose apenada ante el de cabellos rojos. - N-No era mi intención… - Murmuró por lo bajo haciendo suaves reverencias para disculparse utilizando el interior de sus brazos para presionar un poco por fuera de sus senos para que estos se marcaran un poco más y en el ángulo que él la viese fuesen atractivos para su vista. .
Lina Crestfall
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Zanji Katsumoto Mar Abr 12, 2016 12:49 pm
La pelirroja parloteaba sin parar tras decidirse a ejecutar la estrategia del antiguo samurái al mismo tiempo que intentaba ponerse al mando de la situación, hablándole como si fuese un sirviente o novato cualquiera. Sin embargo el arquero poco o nada de caso le hizo, sintetizando su mensaje rápidamente a la idea de una distracción; lo cual era un buen plan inicial, ya que podrían pasar desapercibidos con un poco de suerte. Pero de repente algo distrajo al rōnin, y fueron las miradas de algunos viandantes en el instante que se deshizo e hizo de nuevo el cinturón de tela gris, pues coincidió con el despojamiento de trapos de la mismísima cazarrecompensas. Esto ruborizó al muchacho que se apresuró a terminar con lo suyo, viendo pocos segundos más tarde como la fémina sacaba una cadena de oro con algunas piedras preciosas incrustadas. No obstante la sorpresa poco le duraría, puesto que ya empezaba su infiltración.
— No me hables como a un niño, mujer — reclamó el pelinegro a la par que miraba a un lado y otro de la calle, buscando tal vez algo sospechoso en el ambiente o mal augurio — ¡Psché! —. Aquel mascullo vino en el tiempo que se dio cuenta que ella ya había entrado al lúgubre lugar, dejándolo hablar solo ahí en medio. — Esto no promete ser para nada fácil — susurró para sí mismo mientras cruzaba la solitaria vía.
No transcurrió más de un minuto hasta que el bushin entró en el local, notando enseguida el mal olor que emanaba de vete tú a saber dónde. Sin embargo se forzó a continuar avanzando, yéndose un poco por las esquivas del pútrido comercio al mismo tiempo que prestaba toda su atención en la grosera y ruda fémina. Mas se llevó una sorpresa al verla actuar tan afablemente con aquellos misteriosos hombres, de los cuales era muy fácil deducir quién era el dueño del antro. Pero el samurái sin maestro no podía cotejar de momento la cara del otro pelirrojo con alguna de la lista de "Se Busca", por lo que siguió con su paseo por la siniestra tienda de objetos varios. No obstante todo aquello cambió en el instante que la joven logró hacer que el misterioso chico cambiara el ángulo de su rostro, permitiendo al rōnin identificarlo al acto. Entonces fue cuando Zanji se levantó un poco su sombrero con el dedo índice de la mano izquierda a la vez que posaba su diestra sobre la tantō, calculando con esmero su ofensiva.
— ¡Hum! — exhaló sin querer el deshonrado samurái a la par arrojaba su arma, procurando no dar de ninguna manera en la mujer de cabellos rojizos. Había evaluado todos los ángulos posibles para ejecutar aquella acción y, desde la que lanzó la daga de veinticinco centímetros con doble filo, no podía haber ninguna posibilidad de herirla. Pero ahí no iba terminar el movimiento del arquero y espadachín, ya que rápidamente se posicionó para cubrir un posible contraataque del sujeto hacia la cazadora o él. Por lo que puso la zurda encima del mango de la katana y se colocó veloz en línea recta al criminal, incitándolo a que fuera hacia él si conseguía evadir el mortífero proyectil. — Vamos, Rojo, alégrame el día — dijo el bushin mientras tiraba su kasa de paja a un lado y desenvainaba confiado la katana de colores otoñales.
— No me hables como a un niño, mujer — reclamó el pelinegro a la par que miraba a un lado y otro de la calle, buscando tal vez algo sospechoso en el ambiente o mal augurio — ¡Psché! —. Aquel mascullo vino en el tiempo que se dio cuenta que ella ya había entrado al lúgubre lugar, dejándolo hablar solo ahí en medio. — Esto no promete ser para nada fácil — susurró para sí mismo mientras cruzaba la solitaria vía.
No transcurrió más de un minuto hasta que el bushin entró en el local, notando enseguida el mal olor que emanaba de vete tú a saber dónde. Sin embargo se forzó a continuar avanzando, yéndose un poco por las esquivas del pútrido comercio al mismo tiempo que prestaba toda su atención en la grosera y ruda fémina. Mas se llevó una sorpresa al verla actuar tan afablemente con aquellos misteriosos hombres, de los cuales era muy fácil deducir quién era el dueño del antro. Pero el samurái sin maestro no podía cotejar de momento la cara del otro pelirrojo con alguna de la lista de "Se Busca", por lo que siguió con su paseo por la siniestra tienda de objetos varios. No obstante todo aquello cambió en el instante que la joven logró hacer que el misterioso chico cambiara el ángulo de su rostro, permitiendo al rōnin identificarlo al acto. Entonces fue cuando Zanji se levantó un poco su sombrero con el dedo índice de la mano izquierda a la vez que posaba su diestra sobre la tantō, calculando con esmero su ofensiva.
— ¡Hum! — exhaló sin querer el deshonrado samurái a la par arrojaba su arma, procurando no dar de ninguna manera en la mujer de cabellos rojizos. Había evaluado todos los ángulos posibles para ejecutar aquella acción y, desde la que lanzó la daga de veinticinco centímetros con doble filo, no podía haber ninguna posibilidad de herirla. Pero ahí no iba terminar el movimiento del arquero y espadachín, ya que rápidamente se posicionó para cubrir un posible contraataque del sujeto hacia la cazadora o él. Por lo que puso la zurda encima del mango de la katana y se colocó veloz en línea recta al criminal, incitándolo a que fuera hacia él si conseguía evadir el mortífero proyectil. — Vamos, Rojo, alégrame el día — dijo el bushin mientras tiraba su kasa de paja a un lado y desenvainaba confiado la katana de colores otoñales.
- Off Rol:
- Kasa (笠, "Sombrero"): Se trata de un tipo de sombrero tradicional japonés hecho de paja.
Zanji Katsumoto
Hoja de personaje
Nivel:
(19/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Mr. Narrador Miér Abr 13, 2016 9:55 am
El joven pelirrojo contaba monedas cuando la puerta de la casa de empeños se abrió, chirriando cuando las viejas bisagras giraron sobre su propio eje para permitir mover la plancha de madera tosca que servía cómo puerta. El silencio se apoderó del lugar, así cómo un sentimiento de tensión que los recién llegados no parecían compartir. ¿Acaso habían terminado allí por error? Imposible, la fémina que había entrado se había dirigido rápidamente a la recepción para tratar de vender una joyería ante la atónita mirada del propietario. Seguramente estuviera tan activa y ajetreada que no se diera cuenta de que aquel anciano había palidecido y enmudecido al verla entrar por la puerta. Del mismo modo, había intentado estorbar al pirata que contaba monedas tranquilamente, con la más que clara intención estorbarle. El problema era que lo había hecho sin mirar, pues a aquellas alturas el pelirrojo ya no estaba sujetando el saquito de monedas, que había cerrado velozmente cuando la joven había puesto el collar sobre la mesa. Ahora en sus manos sujetaba su espada larga, con su brillantefilo de acero desenvainado y brillando bajo la luz de las velas que alumbraban el sótano. - No sabéis lo que estáis haciendo... - murmuró, visiblemente furioso. Los dos recién llegados no eran conscientes de que habían cometido un error garrafal, fruto de la escasa planificación de su maniobra. Se habían metido en la boca del lobo cuando este todavía estaba despierto. Era una norma no escrita que únicamente un cliente podía estar en el interior de aquel sótano para así evitar levantar más sospechas a ojos de la Marina. Y la manera de indicarlo era con un pequeño cartel rojo que, en esos momentos, colgaba de la puerta exterior. Fueran piratas o no, aquellos dos se habían metido en un gran problema simplemente por entrar allí.
Ran se disponía a hacer que su espada recorriera el espacio que la separaba del cuello de la joven cuando su compañero reaccionó. El extraño individuo, con apariencias de campesino miserable, alzó su sombrero de paja y atacó al pelirrojo con un cuchillo arrojadizo al tiempo que desenvainaba su espada lo que no hacía sino confirmar las sospechas del pirata sobre aquellos dos. Definitivamente no se trataba de dos piratas que desconocieran las normas, estaban allí por otro motivo. Seguramente los millones que pesaban sobre la cabeza de "El Rojo", que con un rápido movimiento de su espada, lanzó un tajo horizontal que interceptó la trayectoria del proyectil que se dirigía hacia él. - Sea así, pues. - sentenció, pero pese a parecer que su duelo inicial sería con el otro espadachín, el tajo diagonal que realizó no fue contra él, sino contra su acompañante. El pirata lanzó un ataque rápido dirigido al hombro izquierdo de la joven que si conseguía dar en su objetivo, le cruzaría el pecho hasta el costillar izquierdo. Si querían a Ran, iban a tener que sudar sangre para prenderle.
Ran se disponía a hacer que su espada recorriera el espacio que la separaba del cuello de la joven cuando su compañero reaccionó. El extraño individuo, con apariencias de campesino miserable, alzó su sombrero de paja y atacó al pelirrojo con un cuchillo arrojadizo al tiempo que desenvainaba su espada lo que no hacía sino confirmar las sospechas del pirata sobre aquellos dos. Definitivamente no se trataba de dos piratas que desconocieran las normas, estaban allí por otro motivo. Seguramente los millones que pesaban sobre la cabeza de "El Rojo", que con un rápido movimiento de su espada, lanzó un tajo horizontal que interceptó la trayectoria del proyectil que se dirigía hacia él. - Sea así, pues. - sentenció, pero pese a parecer que su duelo inicial sería con el otro espadachín, el tajo diagonal que realizó no fue contra él, sino contra su acompañante. El pirata lanzó un ataque rápido dirigido al hombro izquierdo de la joven que si conseguía dar en su objetivo, le cruzaría el pecho hasta el costillar izquierdo. Si querían a Ran, iban a tener que sudar sangre para prenderle.
Mr. Narrador
Hoja de personaje
Nivel:
(1/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Lina Crestfall Vie Abr 15, 2016 2:14 am
Ninguno de los encantos femeninos que ella pudiese haber tenido servirían en esa situación… El pútrido olor que comenzaba a ser fastidioso ya no ayudaba en nada a la concentración de la joven e incluso a pensar claramente reprochándose a ratos el como demonios había podido terminar ahí y el porque no había cerrado su bocota cuando había tenido la oportunidad… Y sobre todo escapar en el momento que debió hacerlo. Arrugó un poco la nariz en cuanto aquel se puso en guardia y sin más terminó lanzando aquel golpe a la pelirroja tras evitar que su compañero lo lastimara. - Tché..- Chasqueó la lengua frunciendo el ceño.. Molesta, con su mano izquierda bien protegida con uno de sus guanteletes trató de desviar aquel golpe de la espada, golpeándola con el reverso de la mano para que esta saliese de trayectoria, apretando seguidamente la mano derecha y con un paso hacia adelante lanzo un gancho directo a la boca del estomago. Buscando no solo defenderse del ataque sino también acortar distancia, y con ello tratar de restarle efectividad al arma enemiga.
Al menos buscaría poder darle algún margen a su compañero, el lugar estaba repleto de cosas empeñadas, algo bueno podría encontrar ¿No?.. maldecía por lo bajo que las cosas no saliesen tal cual lo había planeado pero después de todo el “infiltrarse” no era para nada lo de ella, solo sabía tirar unos cuantos golpes y curar gente… A parte buena suerte la de ella que su torpe compañero no trajera lo necesario para pelear a su modo. A lmenos a su otro compañero le estaba yendo bien ¿No?.. Si todo saliera perfecto quizá Marcus podría llegar a ayudarlos, después de todo estaban en el mismo lugar, sus esperanzas quedaban ya en manos de aquellos dos, rogaba por no salir ella lastimada pues no habría nadie que la auxiliara
Al menos buscaría poder darle algún margen a su compañero, el lugar estaba repleto de cosas empeñadas, algo bueno podría encontrar ¿No?.. maldecía por lo bajo que las cosas no saliesen tal cual lo había planeado pero después de todo el “infiltrarse” no era para nada lo de ella, solo sabía tirar unos cuantos golpes y curar gente… A parte buena suerte la de ella que su torpe compañero no trajera lo necesario para pelear a su modo. A lmenos a su otro compañero le estaba yendo bien ¿No?.. Si todo saliera perfecto quizá Marcus podría llegar a ayudarlos, después de todo estaban en el mismo lugar, sus esperanzas quedaban ya en manos de aquellos dos, rogaba por no salir ella lastimada pues no habría nadie que la auxiliara
Lina Crestfall
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Zanji Katsumoto Vie Abr 15, 2016 4:30 pm
El antiguo samurái miraba fijamente a los ojos de su enemigo, intentado distinguir algo que no sean las típicas sensaciones que brotan en una batalla. Sin embargo lo único que visualizó fue a una simple bestia capaz de usar un mandoble, lo cual no resultó muy sorprendente o revelador. De hecho, y en cierto sentido puramente analítico, Zanji comprendía las acciones que emprendía el pirata pelirrojo, pues es consciente que actuaría del mismo modo si estuviera en su lugar. Pero era una lástima que no se hallase en mitad de un ejercicio de empatía, por lo que rápidamente inicio los preparativos para recibir la respuesta a su última frase. Y es que al observar como su adversario levantaba poderoso la espada supuso que iría hacia él, intentado eliminarlo antes de ponerse con la muchacha de cabellos rojizos. No obstante la ofensiva del criminal fue directa a por la salvaje de su lado, dejando casi atontado al cazador.
— ¡No! — exclamó el ex-soldado a la par que empezaba a reaccionar. Mas la melodía de aceros chocándose lo tranquilizó, deteniéndose en el preciso instante que daba el primer paso en dirección al detestable malhechor. — ¿Cómo...? — preguntó retóricamente el arquero mientras observaba a la grosera chica aguantar el ataque, sintiendo al mismo tiempo una fuerte contradicción en sus fundados pensamientos. — Esto no quedará así — murmuró ideando algo que hacer con las cosas que allí habían.
De repente el bushin alcanza a ver unos metros a su izquierda medio escondida una pequeña montaña de mercancías metálicas en donde parecen descansar algunos dardos y cuchillos pesqueros, dándole una ligera idea de qué emprender ahora. Pero el tiempo apremia, puesto que de reojo consigue ver a la pelirroja preparar un enérgico puñetazo al torso de su adversario, y antes de que ésta ejecute su prometedora acción, Zanji ya está yendo en dirección a las susodichas piezas. Luego solamente tuvo que coger todo lo afilado y con punta que vio e irse a por el farolillo rojo. Aunque antes de hacerse con todas las diminutas baratijas el guerrero guardó su katana sin perder un segundo en su movimiento. Acto seguido el pelinegro inició un bombardeo a pequeña escala, tirándole al criminal todos los dardos y cuchillos que antes había conseguido mientras calculaba la trayectoria para no darle a la muchacha.
— ¡No! — exclamó el ex-soldado a la par que empezaba a reaccionar. Mas la melodía de aceros chocándose lo tranquilizó, deteniéndose en el preciso instante que daba el primer paso en dirección al detestable malhechor. — ¿Cómo...? — preguntó retóricamente el arquero mientras observaba a la grosera chica aguantar el ataque, sintiendo al mismo tiempo una fuerte contradicción en sus fundados pensamientos. — Esto no quedará así — murmuró ideando algo que hacer con las cosas que allí habían.
De repente el bushin alcanza a ver unos metros a su izquierda medio escondida una pequeña montaña de mercancías metálicas en donde parecen descansar algunos dardos y cuchillos pesqueros, dándole una ligera idea de qué emprender ahora. Pero el tiempo apremia, puesto que de reojo consigue ver a la pelirroja preparar un enérgico puñetazo al torso de su adversario, y antes de que ésta ejecute su prometedora acción, Zanji ya está yendo en dirección a las susodichas piezas. Luego solamente tuvo que coger todo lo afilado y con punta que vio e irse a por el farolillo rojo. Aunque antes de hacerse con todas las diminutas baratijas el guerrero guardó su katana sin perder un segundo en su movimiento. Acto seguido el pelinegro inició un bombardeo a pequeña escala, tirándole al criminal todos los dardos y cuchillos que antes había conseguido mientras calculaba la trayectoria para no darle a la muchacha.
- Off Rol:
- - El pequeño montón de cosas está sobre una mesa y por eso Zanji se hace con todo lo útil tan rápido.
Zanji Katsumoto
Hoja de personaje
Nivel:
(19/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Marcus d' Voltem Dom Abr 17, 2016 12:18 pm
Ahora que sabia perfectamente que el tontatta estaba dispuesto a aceptar no había mucho que seguir hablando – la mermelada de pirata es super saludable, el único problema es que no siempre hay voluntarios dispuestos – notaba como el pirata sacaba alas pequeñas, similares a las de un insecto – habrá que ver que tanto dinero esa recompensa por información – comenta el cazador -cuando te toque hacer una oferta similar nuevamente, ten los números en mano, eso normalmente hace la oferta mas contundente – bajaba las escaleras con la misma tranquilidad que las había subido – supongo que si no hay un escándalo la cosa no es tan grave – había una pequeña pila de chatarra tirada justo al lado de las escaleras, eran unas vigas de metal. Marcus aprovechando la situación tomo un par, y dándole una cantidad muy rápida de mordiscos, se las termino comiendo como si fuesen una barra de chocolate de gran tamaño – ¿y esencialmente que hacia ese tipo como para que lo busque la marina? Ese tipo de cosas me ayudaría a hacer ciertos estimados - su mente comenzaba ya a sacar posibles cuentas, normalmente el buscado de un criminal o la recompensa que ofrecía la marina por información relevante, estaba relacionada con los crímenes cometidos o con sospecha de los mismos.
Caminaba por la calle hasta llegar al callejón donde se suponía que estaba la tienda de empeños, aunque los sonidos que escuchaba mientras se aproximaban le hicieron brotar una ligera vena en al frente – ¿normalmente son tan animados en tu negocio? – buscaba cambiar un poco de conversación mientras se aproximaban hasta la tienda. La puerta estaba abierta de par en par, y en el interior pudo observar la lucha que se estaba dando. De su mano derecha salió un revolver e hizo un disparo al aire impactando la bala en el techo – Muy bien, se acabo la fiesta – dice tras realizar el disparo – ¿te encuentras bien Lina? – observa la situación y al riñón, rodeado de un montón de basura – al menos tu no pareces herido, es buen comienzo – en eso mira a un sujeto de cabellera y armadura roja - oye rojo, tu amiguito y yo llegamos a un acuerdo sobre la situación actual – le hace un resumen rápido de su conversación con el tontatta – básicamente es que nos entregues las pruebas necesarias para que la marina encierre al empeñador, así nos iremos tranquilamente sin montar algún otro percance en tu tienda, a menos que quieras ir por otro camino
Caminaba por la calle hasta llegar al callejón donde se suponía que estaba la tienda de empeños, aunque los sonidos que escuchaba mientras se aproximaban le hicieron brotar una ligera vena en al frente – ¿normalmente son tan animados en tu negocio? – buscaba cambiar un poco de conversación mientras se aproximaban hasta la tienda. La puerta estaba abierta de par en par, y en el interior pudo observar la lucha que se estaba dando. De su mano derecha salió un revolver e hizo un disparo al aire impactando la bala en el techo – Muy bien, se acabo la fiesta – dice tras realizar el disparo – ¿te encuentras bien Lina? – observa la situación y al riñón, rodeado de un montón de basura – al menos tu no pareces herido, es buen comienzo – en eso mira a un sujeto de cabellera y armadura roja - oye rojo, tu amiguito y yo llegamos a un acuerdo sobre la situación actual – le hace un resumen rápido de su conversación con el tontatta – básicamente es que nos entregues las pruebas necesarias para que la marina encierre al empeñador, así nos iremos tranquilamente sin montar algún otro percance en tu tienda, a menos que quieras ir por otro camino
- off:
Liberation
Marcus es capaz de liberar, desde cualquier parte de su cuerpo, aunque usualmente usa la manos, un objeto que consumiese.
Marcus d' Voltem
Hoja de personaje
Nivel:
(35/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 | 1 |
Creado por Mr. Narrador Dom Abr 17, 2016 3:09 pm
Ran no se vio en apuros en ningún momento. La defensa de la mujer fue poco efectiva, pues su golpe contra el acero del pirata apenas logró desviar el arma y su contraataque fue lento y obvio. El pelirrojo apenas tuvo que hacer nada para evitar el puñetazo, pues aprovecho el tiempo que la mujer tardó en dar el paso de avance para dar una rápida zancada hacia su izquierda, dejando que la trayectoria cerrada del brazo derecho de la rival fallara de largo. Al parecer, a diferencia de su compañero, era una luchadora de puños lo que le confería cierta ventaja en espacio cerrados, por eso el pirata se había movido en busca de un espacio más amplio y, especialmente, para salir de aquella posición contra la pared. Sus ojos entonces se centraron en el otro enemigo, al que vio moverse rápidamente. Pese a tener una espada el muy cobarde prefería seguir jugando desde la distancia. Los cuchillos que tenía en las manos, listos para ser lanzados confirmaban su teoría. Cuando los filos empezaron a volar, a Ran no le quedó otro remedio que saltar tras la mesa del empeñador, que había salido por patas, y volcarla para usarla como cobertura provisional. Los proyectiles se clavaron con fuerza en la madera, incluso traspasando alguna punta el tablón de viejo roble. Acto seguido el espadachín saltó por encima de la mesa, preparado para atacar directamente al "vagabundo" cuando la puerta se abrió de par en par y un nuevo individuo entró, lanzando un disparo al techo de buenas a primeras.
Las palabras del pistolero hicieron que el capitán pirata detuviera su ataque, pero sin bajar la guardia. La llegada de Run unos segundos después no hizo sino confirmarle que debían estar en lo cierto. - Run, explicación, ya. - le ordenó, a lo que el Tontatta, que revoloteó hasta colocarse junto a su capitán, no tardó en responder. - Se largan si les dejamos entregar al viejo a la Marina. - le explicó, breve y conciso. - ¿Te ha llegado a pagar? - preguntó el enano, a lo que el espadachín le respondió enseñándole el saco de monedas. - Maravilloso. Entonces dale al tipo de las gafas raras uno de los avales que nos firmó en su día. - le indició Run a su compañero, que metió la mano derecha en uno de sus bolsillos, del que sacó un papel arrugado y lleno de letras. - Es un aval que nos dio en su día. Esta firmado con su nombre real y con el mío. Debería ser suficiente. - el pirata enrolló el papel y lo lanzó a las manos del cazador de recompensas. - Ahora, perdeos. No nos hemos conocido nunca. ¿Entendido? - culminó el Tontatta, mirando directamente al tirador, cuyo nombre no había llegado a conocer. Si ellos se iban, los dos criminales aprovecharían su oportunidad de llevarse unas cuantas cosas de interés de aquel lugar antes de que la Marina viniera y lo confiscara todo.
Las palabras del pistolero hicieron que el capitán pirata detuviera su ataque, pero sin bajar la guardia. La llegada de Run unos segundos después no hizo sino confirmarle que debían estar en lo cierto. - Run, explicación, ya. - le ordenó, a lo que el Tontatta, que revoloteó hasta colocarse junto a su capitán, no tardó en responder. - Se largan si les dejamos entregar al viejo a la Marina. - le explicó, breve y conciso. - ¿Te ha llegado a pagar? - preguntó el enano, a lo que el espadachín le respondió enseñándole el saco de monedas. - Maravilloso. Entonces dale al tipo de las gafas raras uno de los avales que nos firmó en su día. - le indició Run a su compañero, que metió la mano derecha en uno de sus bolsillos, del que sacó un papel arrugado y lleno de letras. - Es un aval que nos dio en su día. Esta firmado con su nombre real y con el mío. Debería ser suficiente. - el pirata enrolló el papel y lo lanzó a las manos del cazador de recompensas. - Ahora, perdeos. No nos hemos conocido nunca. ¿Entendido? - culminó el Tontatta, mirando directamente al tirador, cuyo nombre no había llegado a conocer. Si ellos se iban, los dos criminales aprovecharían su oportunidad de llevarse unas cuantas cosas de interés de aquel lugar antes de que la Marina viniera y lo confiscara todo.
Mr. Narrador
Hoja de personaje
Nivel:
(1/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Lina Crestfall Dom Abr 17, 2016 7:59 pm
Maldijo todo lo que pudo en los cortos segundos que tuvo para apreciar como aquel hombre con facilidad y de manera admirable había movido su cuerpo con la finalidad de evitar aquel golpe que iba de lleno hacia él, acción bastante efectiva logrando que el brazo de Lina apenas si rozara las ropas de él. Al verlo saltar tras la mesa intuyendo la situación al recordar que su compañero era parte tirador retrocedió algo de distancia en un pequeño salto pegando su espalda a la pared frunciendo el ceño bastante molesta, las cosas no habían salido para nada como ella lo hubiera esperado, sin embargo era de creerse… Las tácticas no se le daban para nada a ellas y por mucho .
Pero antes de siquiera planear algo más o ponerse nuevamente en acción un disparo al aire la hizo cerrar sus párpados por inercia dejando salir un suave grito tras poner sus finas manos en sus oídos, su cuerpo se había estremecido tras el estruendoso sonido y juntó sus rodillas que, aunque fuese poco creíble, la hizo ver frágil y vulnerable por un instante. Abrió uno de sus ojos viendo de soslayo la entrada de la puerta, siendo lo primero en ver a su compañero, Macus el cual tras preguntarle si estaba bien ella se limitó a asentir y suspirar, volviendo a tomar su compostura peinando un poco su cabello acomodando un mechón tras su oreja. Parpadeó y vio de reojo a Marcus tras escuchar lo que aquel par decía ¿Eso era cierto? ¿De verdad había hablado con aquella personita pequeña tan... Tan linda? Si ya se había llegado a un acuerdo ella simplemente se limitaría a acatar órdenes si estas se eran dadas. Rascó su nuca y recargada en la pared a ver qué pasaba.
Pero antes de siquiera planear algo más o ponerse nuevamente en acción un disparo al aire la hizo cerrar sus párpados por inercia dejando salir un suave grito tras poner sus finas manos en sus oídos, su cuerpo se había estremecido tras el estruendoso sonido y juntó sus rodillas que, aunque fuese poco creíble, la hizo ver frágil y vulnerable por un instante. Abrió uno de sus ojos viendo de soslayo la entrada de la puerta, siendo lo primero en ver a su compañero, Macus el cual tras preguntarle si estaba bien ella se limitó a asentir y suspirar, volviendo a tomar su compostura peinando un poco su cabello acomodando un mechón tras su oreja. Parpadeó y vio de reojo a Marcus tras escuchar lo que aquel par decía ¿Eso era cierto? ¿De verdad había hablado con aquella personita pequeña tan... Tan linda? Si ya se había llegado a un acuerdo ella simplemente se limitaría a acatar órdenes si estas se eran dadas. Rascó su nuca y recargada en la pared a ver qué pasaba.
Lina Crestfall
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Zanji Katsumoto Lun Abr 18, 2016 2:55 pm
De repente los sutiles silbidos de las piezas metálicas acercándose a su objetivo fueron silenciadas súbitamente con sonidos toscos de golpes, confirmando lo que era evidente a ojos de los cazadores de recompensas. La batalla iba a ser largar, dura y muy intensa. Sin embargo todo esto ya lo había asumido el pelinegro, puesto que no dudó ni un instante en sacar nuevamente la katana, posicionándose de forma defensiva a la espera de la embestida por parte del criminal. — ¿Qué harás ahora, Rojo? — se pregunta susurrando el espadachín del cabello recogido — ¿Seguirás yendo a por ella o vendrás hacia mí? —. No obstante las dudas del ronin pronto se disiparían, pues muy veloz su enemigo saltó por encima de aquel escritorio y tomó decidido rumbo hacia él. Pero cuando parecía que por fin iban a cruzar los filos y medir de tú a tú sus capacidades, un improvisto los sorprendió de sopetón. Marcus-san, el cual fuera líder del grupo de cazarrecompensas, entró a la casa de empeños disparando al aire y pidiendo la calma.
— ¡Psché! — respondió tras escuchar las frías palabras del pistolero sobre su salud — ¿A qué se debe esta intromisión? —. El tono de voz usado por el arquero era de incomodidad y molestia, ya que todo parecía haber acabado incluso antes de empezar. Y es que según exponía el tirador, las partes llegaron a un acuerdo de beneficio mutuo. — Si no nos hemos conocido nunca, ¿cómo explicamos a la Armada que tenemos un documento que guarda el nombre de un pirata buscado? — se comentó para sus adentros.
A continuación, y lejos de manifestar aquel pensamiento, Zanji tomó dirección a la izquierda, pensando en recuperar su jigasa de paja. Seguidamente visualizó un poco más allá su tantō, el cual estaba a los pies de una enorme y vieja estantería de la pared. Así que ni corto ni perezoso se dispuso a rescatarlo de un posible olvido, moviéndose en silencio por el perímetro hecho con ladrillos y madera de la apestosa sala de empeños. Aunque en ningún momento perdió algún ápice de información con respecto a la charla de los piratas con el mercenario de gafas extrañas, puesto que jamás sobraba una nimiedad de prudencia en los momentos que uno juega fuera de casa. Pero algo inesperadamente llamó a gritos la atención del pelinegro cuando al agacharse vio una caja de proporciones diminutas y una belleza extrema. Durante unos instantes el bushin se mantuvo dubitativo, ya que no descifraba qué hacer. Mas al final decidió llevarse el pequeñísimo cofre al mismo tiempo que recogía su arma, guardando las piezas con sutileza.
— ¿Y bien? — cuestionó el arquero y espadachín — No creo que sea buena idea seguir aquí — terminó añadiendo a la par que caminaba tranquilamente con destino a la salida y se ponía su cobrizo sombrero.
— ¡Psché! — respondió tras escuchar las frías palabras del pistolero sobre su salud — ¿A qué se debe esta intromisión? —. El tono de voz usado por el arquero era de incomodidad y molestia, ya que todo parecía haber acabado incluso antes de empezar. Y es que según exponía el tirador, las partes llegaron a un acuerdo de beneficio mutuo. — Si no nos hemos conocido nunca, ¿cómo explicamos a la Armada que tenemos un documento que guarda el nombre de un pirata buscado? — se comentó para sus adentros.
A continuación, y lejos de manifestar aquel pensamiento, Zanji tomó dirección a la izquierda, pensando en recuperar su jigasa de paja. Seguidamente visualizó un poco más allá su tantō, el cual estaba a los pies de una enorme y vieja estantería de la pared. Así que ni corto ni perezoso se dispuso a rescatarlo de un posible olvido, moviéndose en silencio por el perímetro hecho con ladrillos y madera de la apestosa sala de empeños. Aunque en ningún momento perdió algún ápice de información con respecto a la charla de los piratas con el mercenario de gafas extrañas, puesto que jamás sobraba una nimiedad de prudencia en los momentos que uno juega fuera de casa. Pero algo inesperadamente llamó a gritos la atención del pelinegro cuando al agacharse vio una caja de proporciones diminutas y una belleza extrema. Durante unos instantes el bushin se mantuvo dubitativo, ya que no descifraba qué hacer. Mas al final decidió llevarse el pequeñísimo cofre al mismo tiempo que recogía su arma, guardando las piezas con sutileza.
— ¿Y bien? — cuestionó el arquero y espadachín — No creo que sea buena idea seguir aquí — terminó añadiendo a la par que caminaba tranquilamente con destino a la salida y se ponía su cobrizo sombrero.
Zanji Katsumoto
Hoja de personaje
Nivel:
(19/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
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