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Creado por Sinbad Jue Jun 30, 2016 5:31 pm
- Apariencia:
¿Cuantas mentiras puede decir una persona? La única respuesta lógica es más de las preguntas que se le hagan, cuando se es mentiroso una explicación es la oportunidad de pintar una obra, una historia remota de algo falso, una historia que narra la vida de otra persona, existente o inexistente, como las lineas de este personaje, tal vez, pero también como quien conteste esto. El mundo es uno y con mentiras es uno aún mejor, a la vista, en el fondo todo esta podrido.
Sinbad era un revolucionario por motivos como ese. Había iniciado como un pirata que quería recorrer el mundo y que el mundo fuese suyo, su ambición era tan grande como su ego y como su lujuria. Tres pecados, un triangulo perfecto que rondaba su mente, ninguno de estos aspectos superaba a otro pero todos estaban salpimentados con la mentira, ese don de la palabra que disfrutaba tanto, ser quien quisiera en cualquier isla y el reino que visitaba actualmente era tan perfecto como su nombre, Ilusia, una Ilusión era lo que el marino que ya había navegado por los cuatro blues dejaba luego de su visita a cada isla, una enamorada, un trato de comercio que solo había sido una estafa, una imagen de alguien ostentoso que solo desaparecería con el tiempo y quizas sería reconocida en un futuro donde su morada cabellera pintara en las fotografías de los periódicos del mundo. De momento era un castillo negro con cimientos falsos.
Como casi nunca y casi siempre Sinbad no era su nombre, esta vez era Sabato, un noble, escritor y músico. Su vestimenta era más discreta de lo normal. Un traje frac, lentes negros y sus armas dentro de lo que parecía el estuche de una guitarra, su ropa desentonaba un poco con sus aretes y largo cabello pero era lo que menos le importaba, convencía a todos con su historia y eso era lo que realmente le importaba. No era particular partidario de los cigarrillos pero como siempre estaba muy bien metido en su papel, músico y bohemio. Ya había hecho casi todo lo que había querido en Ilusia, una estancia sin crímenes, solo había disfrutado y conocido, no era tan malo pese a ser gobernado por fines tan estigmatizados para mal.
Caía la noche, un bar, un concierto y su comentario critico con plena seguridad. Estos tocan bien esto, estos tocan bien lo otro, podrían ser mejor en tal. Estaba con un grupo aleatorio de personas, simplemente poco a poco se fueron agrupando a su alrededor, claramente el lo buscó con sus comentarios, no eran reservados o privados para una sola persona eran públicos y al que le interesaba se unía, simple pero efectiva socialización del rey de las mentiras, los súbditos las creían los demás se oponían pero muchos guardaban su opinión. Cuando alguien dice algo y los demás parecen apoyarlo es más difícil desmentirlo, implica valor verdadero, seguridad o simplemente completo desinterés de la imagen propia. Hasta ese momento nadie renegaba nada a pelimorado, bebía tranquilo en el buen ambiente de su dominio. La noche y la mentira.
Sinbad
Hoja de personaje
Nivel:
(13/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kitsune Jue Jun 30, 2016 8:39 pm
Después de un día tan largo finalmente podía decirse que la joven de cabellos dorados lo había logrado, de verdad ¡Lo había logrado! y apenas terminó su primer trabajo, llamó a su padre quien aún se encontraba en el Archipiélago junto con su abuelo, a la espera de salir en uno de los tantos barcos de la marina; Su expresión logró que la rubia lanzara el den den mushi al otro lado de la habitación, sobre la que ahora sería su cama en aquel barco en el que navegaba bajo las órdenes de un Sargento que tenía toda la pinta de ser un hombre con hambre de poder. Kitsune se sentía orgullosa de haber podido ingresar a la marina y así enorgullecer no sólo a su padre y a su abuelo sino también a su madre quien, a pesar de no estar de acuerdo con que una Kuja saliera de Amazon Lily, sabría que sonreiría al saber que su hija estaba avanzando en el largo camino para poder conseguir su meta de convertirse en Jefa de cocineros en alguna de las divisiones de la marina.
Tras una charla extensa, intensa y graciosa con su padre respecto a lo que lograría ahora que estaba oficialmente dentro de la marina, la joven Kuja decidió que era necesario tomar un receso de todo, necesitaba despejarse la mente ya que por más que se había pellizcado el brazo, le resultaba irreal y no podía desaprovechar que estuviera fuera de servicio por lo que quedaba del día, después de todo, según había escuchado de boca de sus compañeros, se encontraban en una isla que realmente no necesitaba ser vigilada por la marina tan seguido como muchas otras. Cerró con seguro la puerta de su habitación compartida y procedió a cambiarse el uniforme marine por algo menos llamativo, que le permitiera mezclarse con la gente del pueblo sin llamar demasiado la atención, encontrando finalmente unos pantalones de color negro, una blusa de color azul, junto con un chaleco negro y sus distintivos guantes que se habían vuelto parte de ella desde que había aprendido a manejar el arco en Amazon Lily, cambiándolos cuando era más que necesario debido al desgaste. Se arregló los mechones rubios que apenas llegaban por encima de sus hombros, acomodó sus lentes y tras retira el seguro, salió de su habitación.
Avanzó por los pasillos saludando a sus nuevos compañeros quienes todavía portaban el uniforme, se sintió algo nerviosa debido a ello, sin embargo al no recibir llamada de atención, prácticamente corrió a cubierta para poder bajar del mismo sin ser vista por nadie que pudiera decirle absolutamente nada. Una vez estuvo fuera de peligro notó como la luna era ahora quien se encargaba de iluminar de lleno la ciudad, siendo ayudada por lámparas que le marcaban el camino en busca de algún sitio que fuera llamativo para la ahora marine. Se paseó con cuidado, observando todo, era la primer isla que visitaba ya no como una civil y aún con la emoción recorriendo cada parte de su cuerpo se aventuró en el primer bar con buena música que encontró, para su suerte el mismo también había mujeres, en menor cantidad al sexo opuesto pero al menos no se sentiría incómoda. Avanzó dejándose envolver por la música de fondo, el murmullo de las charlas ajenas y el aroma a Sake que tanto le recordaba a su abuelo.
Llegó hasta la barra y sin decir una sola palabra el hombre del otro lado de la misma se acercó a ella para tomar su orden, la cual sería sólo una copa con un licor ligero ya que al día siguiente tendría que volver al trabajo, temprano por la mañana, esperó recargada en la barra con ambos codos y pasó su vista por la pared la cual tenía varias botellas y cristalería impecable, trató de entretenerse leyendo la etiqueta de cada botella pero el sonido de la música llamó más su atención y se giró sobre el banco para dirigir su vista al pequeño escenario, observando a la cantante que parecía prácticamente un ángel bajo las luces, la rubia sonrió y disfrutó del show, después de todo, para eso estaba en aquél sitio.
Tras una charla extensa, intensa y graciosa con su padre respecto a lo que lograría ahora que estaba oficialmente dentro de la marina, la joven Kuja decidió que era necesario tomar un receso de todo, necesitaba despejarse la mente ya que por más que se había pellizcado el brazo, le resultaba irreal y no podía desaprovechar que estuviera fuera de servicio por lo que quedaba del día, después de todo, según había escuchado de boca de sus compañeros, se encontraban en una isla que realmente no necesitaba ser vigilada por la marina tan seguido como muchas otras. Cerró con seguro la puerta de su habitación compartida y procedió a cambiarse el uniforme marine por algo menos llamativo, que le permitiera mezclarse con la gente del pueblo sin llamar demasiado la atención, encontrando finalmente unos pantalones de color negro, una blusa de color azul, junto con un chaleco negro y sus distintivos guantes que se habían vuelto parte de ella desde que había aprendido a manejar el arco en Amazon Lily, cambiándolos cuando era más que necesario debido al desgaste. Se arregló los mechones rubios que apenas llegaban por encima de sus hombros, acomodó sus lentes y tras retira el seguro, salió de su habitación.
Avanzó por los pasillos saludando a sus nuevos compañeros quienes todavía portaban el uniforme, se sintió algo nerviosa debido a ello, sin embargo al no recibir llamada de atención, prácticamente corrió a cubierta para poder bajar del mismo sin ser vista por nadie que pudiera decirle absolutamente nada. Una vez estuvo fuera de peligro notó como la luna era ahora quien se encargaba de iluminar de lleno la ciudad, siendo ayudada por lámparas que le marcaban el camino en busca de algún sitio que fuera llamativo para la ahora marine. Se paseó con cuidado, observando todo, era la primer isla que visitaba ya no como una civil y aún con la emoción recorriendo cada parte de su cuerpo se aventuró en el primer bar con buena música que encontró, para su suerte el mismo también había mujeres, en menor cantidad al sexo opuesto pero al menos no se sentiría incómoda. Avanzó dejándose envolver por la música de fondo, el murmullo de las charlas ajenas y el aroma a Sake que tanto le recordaba a su abuelo.
Llegó hasta la barra y sin decir una sola palabra el hombre del otro lado de la misma se acercó a ella para tomar su orden, la cual sería sólo una copa con un licor ligero ya que al día siguiente tendría que volver al trabajo, temprano por la mañana, esperó recargada en la barra con ambos codos y pasó su vista por la pared la cual tenía varias botellas y cristalería impecable, trató de entretenerse leyendo la etiqueta de cada botella pero el sonido de la música llamó más su atención y se giró sobre el banco para dirigir su vista al pequeño escenario, observando a la cantante que parecía prácticamente un ángel bajo las luces, la rubia sonrió y disfrutó del show, después de todo, para eso estaba en aquél sitio.
Kitsune
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Sinbad Sáb Jul 02, 2016 2:50 am
- OST Primera canción :
La noche transcurría con total parsimonia, la música no era la más alegre pero eso era lo de menos lo importante es que hacían sentir bien a la mayoría presentes, era muy buena la chica que cantaba, o eso le parecía a Sinbad. Había algo que en ocasiones atormentaba sin su consentimiento al de ojos tan dorados como sus alhajas. Era el ego de marinero, no le permitía aceptar que en más de una ocasión se había enamorado, realmente tenía una mala puntería en ese campo, así como dejaba amantes a su paso también era humano. Le rondaba una especie de maldición con su "elección definitiva", nunca eran buenas para él, siempre algo le hacía alejarse de la que pudo querer, de la que lo podía hacer sentar cabeza y quizás, solo si quizás sus deseos no fuesen más grandes que las deformadas relaciones que había tenido hasta ese momento, ser una persona de bien. Evidentemente como cualquiera cada vez que abría su corazón, en esas ocasiones donde creía encontrar algo especial, dejaba una parte al irse o al ser abandonado, es el riesgo que había corrido por años. Solo así había podido ascender al nivel del desinterés real en cuanto al amor simple, la fracción de bombeante órgano sanguíneo que le quedaba era cada vez menor pero en cada ocasión, cada vez más escasa, amaba más fuerte, sabiendo que podría ser la correcta, la última, la definitiva. Con forme pasaba el tiempo era más especifico en esa elección pero su maldición siempre hacía acto de presencia con una bastarda sonrisa, como si fuese una especie de engendro parido entre La Muerte y el insulso Cupido, un horrible niño calaverico, de capucha y pañal blanco, con una ballesta en vez del arco o la guadaña, que le decía a Sinbad cosas como -Esta no, va morir en unos días- o -Esta es pirata y la marina viene a buscarla la otra semana- o incluso -Esta te reconoció en un cartel de Wanted, mejor huye-. Claramente el mentiroso no lo podía escuchar solo eran hechos que sucedían pero así lo imaginaba en sus sueños, un enano bastardo que no le dejaba encontrar a su mujer ideal.
- OST Segunda canción:
La chica que cantaba había seguía con su espectáculo y esa canción tan romántica urticaba en el autobautizado como Sabato. En su mente solo pensaba y discutía para si mismo lo sobre valorado que estaban esas palabras dedicadas a ese sentimiento, se convencía a sí mismo diciendo que hablaba de amantes comunes, de esos amantes que solo buscaban pasión momentánea, carnal, como él. La canción le había dado muy mala señal. Prefirió alejarse del tumulto y se disculpaba con el grupo que le rodeaba, probablemente no volvería con ellos, no había nadie interesante allí. La siguiente canción que la chica cantaba sería demasiado evidente de la maldición de la siguiente pero como siempre Sinbad no percibía tales señales. Se acercaba a la barra, el espacio más próximo era junto a una chica que vestía del color al que tanto le cantaban en el escenario. La miró fijamente a los ojos desde su altura superior, durante ese breve recorrido, la chica portaba un rostro angelical, una ligeras gafas y un cabello corto rubio que solo le recordaba aún más esa imagen que pintaban algunas religiones como quienes acompañaban al rey creador.
Una vez a su lado pediría el ron por el que iba, esa noche, como siempre, como buen marino era su elección predilecta. No pudo evitar el contacto de su brazo con el de la rubia de guantes. Le diría mientras esperaba su trago - Parece que desde el escenario le canta a usted señorita -le decía con su conquistadora sonrisa de siempre- sin duda el azul le queda bastante bien, tanto en su ropa como en sus ojos- en ningún momento le paso por la cabeza que estaba hablando con una verdadera chica azul, una marine. Sin duda era muy guapa, le había impresionado bastante solo con ese hecho y ya por eso le había puesto el ojo encima -Por cierto mucho gusto, mi nombre es Sabato-. La primera estúpida canción le había sacado su lado más romántico y pensaba por momento que podía ser la elegida, ahora seguía el examen más riguroso para el pelimorado, todo dependía el trato o respuesta que le diera la desconocida, la infinidad de impresiones que le podía generar era un abanico tan amplio como la variada de las tonalidades del azul.
Sinbad
Hoja de personaje
Nivel:
(13/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kitsune Mar Jul 05, 2016 10:34 pm
La voz de la mujer le erizaba la piel, cantaba muy bien y era algo que incluso una novicia en el arte de la música como lo era la marine, podía notar; su voz era suave y acompañada con los músicos la llevaba básicamente a otro mundo. Aún cuando su copa había sido servida la rubia no podía despegar sus ojos del escenario, específicamente de aquella mujer que parecía entregarlo todo ahí arriba, logrando que más de uno prestara únicamente atención hacia ella, porque si, no todos los días te cruzabas con buenos cantantes. La letra de la canción dejaba en claro que quizá le cantaba a alguno de sus amantes, algo que la joven Kuja no entendía, sobretodo porque había pasado toda su vida en una isla llena de puras mujeres bajo la creencia de que los hombres eran seres malignos que hacían daño y que gracias a la shichibukai estaban protegidas de cualquier pirata, marine, revolucionario que quisiera posar sus pies sobre la isla de Amazon Lily. Kitsune sin embargo nunca compartió del todo aquella idea y aunque hubiese salido en busca de su padre, la idea de pensar en los hombres como algo más que existe más allá del Caml Belt, había sido aceptada por ella mucho más rápido de lo que ella se hubiera imaginado debido a que si no lo hacía tendría verdaderos problemas para poder desarrollarse como una mujer normal dentro de la sociedad.
Una vez acabó la primer canción, se giró y tomó la copa con su mano derecha, observando cómo el líquido casi cristalino se movía dentro, lo llevó hacia sus labios y apoyándose en el labio inferior inclinó ligeramente la copa para darle un ligero trago, saboreando el licor que gracias al cielo era tan dulce, tal cual el agrado de la marine. Depositó la copa de vuelta en la barra del bar y exhaló profundamente, escuchando como una segunda canción comenzaba. Estaba por girarse para posar su vista una vez más sobre la cantante cuando una figura masculina se interpuso en ello, rozando el brazo de la rubia, obligando a Kitsune a mirarle a los ojos para saber de quién se trataba, sus ojos azules llegaron a unos cubiertos por unas gafas oscuras, sus palabras dejaron en claro que se refería a ella por lo que la joven Kuja le dedicó una sonrisa inocente — ¿Tú crees? — preguntó aún sin borrar la sonrisa de su rostro — Yo soy Kitsune — respondió amablemente ya que él se había presentado primero — Yo no podría decir mucho del color de tus ojos, sobretodo si los tienes cubiertos con esas gafas oscuras, el sol se ha ocultado hace buen rato — bromeó girándose para tomar su copa por segunda vez.
Una vez acabó la primer canción, se giró y tomó la copa con su mano derecha, observando cómo el líquido casi cristalino se movía dentro, lo llevó hacia sus labios y apoyándose en el labio inferior inclinó ligeramente la copa para darle un ligero trago, saboreando el licor que gracias al cielo era tan dulce, tal cual el agrado de la marine. Depositó la copa de vuelta en la barra del bar y exhaló profundamente, escuchando como una segunda canción comenzaba. Estaba por girarse para posar su vista una vez más sobre la cantante cuando una figura masculina se interpuso en ello, rozando el brazo de la rubia, obligando a Kitsune a mirarle a los ojos para saber de quién se trataba, sus ojos azules llegaron a unos cubiertos por unas gafas oscuras, sus palabras dejaron en claro que se refería a ella por lo que la joven Kuja le dedicó una sonrisa inocente — ¿Tú crees? — preguntó aún sin borrar la sonrisa de su rostro — Yo soy Kitsune — respondió amablemente ya que él se había presentado primero — Yo no podría decir mucho del color de tus ojos, sobretodo si los tienes cubiertos con esas gafas oscuras, el sol se ha ocultado hace buen rato — bromeó girándose para tomar su copa por segunda vez.
Kitsune
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Sinbad Mar Jul 12, 2016 9:22 pm
El ambiente del lugar seguía igual de animado, alrededor los envolvía el mejor ambiente de los escuchas, que no eran tantos pero sabían apreciar la magnifica voz que se escurría en los oídos de los presentes, siendo más que solo ondas, siendo sentimientos de quien cantaba, de una historia que solo para la rubia o el que la escribió le transmitía algo respecto a su vida, real o ficticia, allí residía la magia de la música. Así le parecía a Sinbad y más aún con la sonriente chica que había tenido la suerte de encontrar.
El trago llegaba a su mano junto con las, igual de degustables, respuestas era simpática y cómica, dejando de lado lo hermosamente azul que resonaba en sus sentidos, tanto en visión como en oído. El comentario en tono cómico denotaba el buen estado de ánimo de la chica y como no estarlo, esa noche simplemente era pintada a cada detalle por algún dios onírico, un artista que embellecía cada detalle sin motivo aparente más que el puro capricho de dejar un gran día para los presentes -Hahaha eres simpática, simplemente genial - el pelimorado se quita los lentes mirandola de nuevo mejor con su mirada dorada, queriendo el mundo en sus manos y conseguir todos los tesoros, justo como el que aparentemente tiene en frente - Lindo nombre por cierto, no lo olvid...-hacía una pausa completamente real, sin mentiras, por una vez en su vida -Señorita Kitsune creía que tenías unos ojos hermosos pero esos lentes me engañaron, son más que eso, son dos mundos en los que me estoy perdiendo ahora mismo - no la podía dejar de ver, no había dado un sorbo a su trago y eso que su cuerpo llevaba rato pidiéndolo, guardaba esa imagen en su retina, en todo caso sería un espectacular recuerdo de esa noche, esos zafiros valían más que el propio Sinbad. Por un momento lo llego a pensar así -Y ¿De donde vienes?- le decía con una sonrisa -Si soy inoportuno no dudes en decirlo, nunca se sabe que buscan las personas en el fondo del vaso- miraba que no lo había probado aún y se mojaba los labios con la bebida, un buen trago, un cuarto de lo que había pedido.
El trago llegaba a su mano junto con las, igual de degustables, respuestas era simpática y cómica, dejando de lado lo hermosamente azul que resonaba en sus sentidos, tanto en visión como en oído. El comentario en tono cómico denotaba el buen estado de ánimo de la chica y como no estarlo, esa noche simplemente era pintada a cada detalle por algún dios onírico, un artista que embellecía cada detalle sin motivo aparente más que el puro capricho de dejar un gran día para los presentes -Hahaha eres simpática, simplemente genial - el pelimorado se quita los lentes mirandola de nuevo mejor con su mirada dorada, queriendo el mundo en sus manos y conseguir todos los tesoros, justo como el que aparentemente tiene en frente - Lindo nombre por cierto, no lo olvid...-hacía una pausa completamente real, sin mentiras, por una vez en su vida -Señorita Kitsune creía que tenías unos ojos hermosos pero esos lentes me engañaron, son más que eso, son dos mundos en los que me estoy perdiendo ahora mismo - no la podía dejar de ver, no había dado un sorbo a su trago y eso que su cuerpo llevaba rato pidiéndolo, guardaba esa imagen en su retina, en todo caso sería un espectacular recuerdo de esa noche, esos zafiros valían más que el propio Sinbad. Por un momento lo llego a pensar así -Y ¿De donde vienes?- le decía con una sonrisa -Si soy inoportuno no dudes en decirlo, nunca se sabe que buscan las personas en el fondo del vaso- miraba que no lo había probado aún y se mojaba los labios con la bebida, un buen trago, un cuarto de lo que había pedido.
Sinbad
Hoja de personaje
Nivel:
(13/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kitsune Jue Jul 14, 2016 7:04 pm
Con la copa ya en mano dio un corto trago a su copa ya que el sabor que tenía le había agradado lo suficiente para mantenerla un poco más, sumado al hecho de que ella no había llegado a emborracharse a aquél lugar, lo único que buscaba la rubia aquella noche era festejar por el empleo que había logrado obtener después de haber sido convencida por su padre y su abuelo, ese par de hombres que habían dado tanto a la marina y querían que el nuevo miembro de su familia siguiera con la herencia familiar de ser cocineros en algún barco marine ya que su padre no había buscado a una mujer que no fuera la Kuja que ahora se encontraba en Amazon Lily quien había traído al mundo a una joven de cabellos dorados, quien era básicamente su única hija.
La rubia se seguía dejando llevar por la música que parecía como bien había dicho el hombre que ahora estaba sentado a su lado estaba siendo cantada para ella, la voz de la cantante le dio hasta cierto punto envidia porque era suave y perfecta para el ritmo que seguía. Cuando le observa retirarse las gafas de sol su vista se posa sobre ese par de ojos dorados que parecían bastante imponentes por las luces del lugar — Su nombre también resulta cautivante, si me permite decirlo nunca había escuchado uno como ese ¿De dónde es? — resultó hasta cierto punto intrigante saber un poco más sobre aquél hombre que había llegado de la nada a hablar con ella.
Ocultó un rostro completamente cubierto de rojo, un rojo que siempre se apoderaba de ella cuando recibía algún tipo de comentario positivo sobre su físico, algo que no le agradaba ya que prefería no verse tan fácilmente vulnerable por ello, aprovechó la pregunta del joven para calmarse y obligar a aquél tono rojizo a desaparecer de su rostro — Vengo de Amazon Lily — se encogió levemente de hombros restándole importancia ya que ella pensaba que había Kujas como ella a lo largo del mar azul en diferentes islas ya que no fue la única en salir de aquella isla — Hasta el momento supongo que no hay problema con su pregunta, es lo que la gente quiere saber cuándo conoce a alguien nuevo ¿no? — y aquella afirmación era cierta proviniendo de alguien que no había socializado mucho antes.
La rubia se seguía dejando llevar por la música que parecía como bien había dicho el hombre que ahora estaba sentado a su lado estaba siendo cantada para ella, la voz de la cantante le dio hasta cierto punto envidia porque era suave y perfecta para el ritmo que seguía. Cuando le observa retirarse las gafas de sol su vista se posa sobre ese par de ojos dorados que parecían bastante imponentes por las luces del lugar — Su nombre también resulta cautivante, si me permite decirlo nunca había escuchado uno como ese ¿De dónde es? — resultó hasta cierto punto intrigante saber un poco más sobre aquél hombre que había llegado de la nada a hablar con ella.
Ocultó un rostro completamente cubierto de rojo, un rojo que siempre se apoderaba de ella cuando recibía algún tipo de comentario positivo sobre su físico, algo que no le agradaba ya que prefería no verse tan fácilmente vulnerable por ello, aprovechó la pregunta del joven para calmarse y obligar a aquél tono rojizo a desaparecer de su rostro — Vengo de Amazon Lily — se encogió levemente de hombros restándole importancia ya que ella pensaba que había Kujas como ella a lo largo del mar azul en diferentes islas ya que no fue la única en salir de aquella isla — Hasta el momento supongo que no hay problema con su pregunta, es lo que la gente quiere saber cuándo conoce a alguien nuevo ¿no? — y aquella afirmación era cierta proviniendo de alguien que no había socializado mucho antes.
Kitsune
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Sinbad Lun Jul 18, 2016 4:36 pm
La noche y la música el entorno perfecto ambientado con nimias dosis de alcohol donde el publico más tranquilo y civilizado, a diferencia de muchos otros lugares, se había sabido mantener para rendir con aplausos a los artistas que pasaban por el escenario. Ninguno era particularmente famoso pero todos se entregaban allí mismo, esa era la vocación del artista, independientemente del publico darlo todo y acabar satisfecho con el resultado, para bien o para mal.
Los comentarios sobre el falso nombre eran enternecedores para el de mirada dorada, siempre los recibía para nombres falsos, algún día a alguna mujer le comentaría la verdad pero de momento prefería mantenerse al margen de revelar su identidad, como siempre, nunca sabía que podía esperar de a quien se lo dijese, el mundo era una locura con maquinas y bestias monstruosas, así era mejor y su respuesta sería -Para nada, mi nombre palidece mil veces frente al suyo, de forma similar a mi sonrisa frente a la suya. Y respondiendo a su duda proviene del Reino de Lvneel, justo como yo- no pudo evitarlo, se dejo llevar, se dejo fluir y decir una verdad era un paso en falso para un mentiroso pero sería una de las pocas verdades que diría en esa ocasión o al menos eso pensaba sin saber realmente lo que le esperaba por que esa rubia de tersa piel que a la vista no nada común, era una amazona y sin duda eso asombraría aún más al revolucionario, al escucharlo le hacía demasiado ilusión ya que si bien conocía muchas islas de los blues no tenía mucho conocimiento del Grand Line o el Calm Belt. Las preguntas sobre esos orígenes ahora serían obligatorias y con más deseos de saber una pizca más, cada vez, con esa información que iba extrayendo a cuentagotas pero que parecían ser parte de un liquido divino, el alcohol no era nada en comparación con el beber de una conversación interesante y abundante en cuanto interés, Al menos por parte del pelimorado que podía toparse de nuevo, y cuantas veces fuese necesario, con su maldita suerte.
La ruborizada expresión de la pequeña gran mujer con quien compartía el momento simplemente avasallaron con cualquier intención de hacerle algo malo, a la vista y experiencia de un casanova como Sinbad era claro que la inocencia en la mirada de la dueña de ese par de estrellas de la mañana -Sin duda, sin duda. El objetivo de conocer gente- aclaraba de manera confiada y con otro trago, esta vez más pequeño, no era un problema en absoluto, su resistencia al alcohol era casi irreal, quizas por su gran cuerpo o tal vez solo por voluntad pero embriagarse junto a alguien resultaba una faena digna de compartir solo con lo más gigantescos piratas -Me resulta cada vez más impresionante Señorita Kitsune, yo esperaba que fuese una noche común de música y copas pero ahora quiero que me cuente mucho más de usted. No se imagina el interés que tengo por los mares y las islas. Para que usted viniese acá desde Amazon Lily quiere decir que ha recorrido mares por los que yo apenas sueño- se ponía la mano en la frente, con una sonrisa total, era definitivo, tenía, sí, tenía que conversar con ella lo máximo que pudiera. Antes de que se fuera, generalmente las inocentes como ella no trasnochaban mucho. Su pensamiento estaba demasiado esquematizado y estructurado para el comportamiento de sus presas naturales -Por favor tomemos asiento en una de esas mesas para dos. Cuénteme más sobre usted, su lugar de nacimiento y sus metas en la vida- señalaba el par de sillas más próximo y con una vista perfecta para el escenario donde la mujer que cantaba había acabado ya, una verdadera lástima pero así era la noche. Seguía un tipo de aspecto normal pero que seguro también les sorprendería a los de las facciones opuestas. Sinbad movía la silla para ella y decía -Por favor, dele ese regalo de su compañía a un, ya no tan desconocido, amante de la mar- había cargado su trago a la mesa y esperaba que ella se sentara a su lado, por lo que quedaba de noche y de bebidas.
Los comentarios sobre el falso nombre eran enternecedores para el de mirada dorada, siempre los recibía para nombres falsos, algún día a alguna mujer le comentaría la verdad pero de momento prefería mantenerse al margen de revelar su identidad, como siempre, nunca sabía que podía esperar de a quien se lo dijese, el mundo era una locura con maquinas y bestias monstruosas, así era mejor y su respuesta sería -Para nada, mi nombre palidece mil veces frente al suyo, de forma similar a mi sonrisa frente a la suya. Y respondiendo a su duda proviene del Reino de Lvneel, justo como yo- no pudo evitarlo, se dejo llevar, se dejo fluir y decir una verdad era un paso en falso para un mentiroso pero sería una de las pocas verdades que diría en esa ocasión o al menos eso pensaba sin saber realmente lo que le esperaba por que esa rubia de tersa piel que a la vista no nada común, era una amazona y sin duda eso asombraría aún más al revolucionario, al escucharlo le hacía demasiado ilusión ya que si bien conocía muchas islas de los blues no tenía mucho conocimiento del Grand Line o el Calm Belt. Las preguntas sobre esos orígenes ahora serían obligatorias y con más deseos de saber una pizca más, cada vez, con esa información que iba extrayendo a cuentagotas pero que parecían ser parte de un liquido divino, el alcohol no era nada en comparación con el beber de una conversación interesante y abundante en cuanto interés, Al menos por parte del pelimorado que podía toparse de nuevo, y cuantas veces fuese necesario, con su maldita suerte.
La ruborizada expresión de la pequeña gran mujer con quien compartía el momento simplemente avasallaron con cualquier intención de hacerle algo malo, a la vista y experiencia de un casanova como Sinbad era claro que la inocencia en la mirada de la dueña de ese par de estrellas de la mañana -Sin duda, sin duda. El objetivo de conocer gente- aclaraba de manera confiada y con otro trago, esta vez más pequeño, no era un problema en absoluto, su resistencia al alcohol era casi irreal, quizas por su gran cuerpo o tal vez solo por voluntad pero embriagarse junto a alguien resultaba una faena digna de compartir solo con lo más gigantescos piratas -Me resulta cada vez más impresionante Señorita Kitsune, yo esperaba que fuese una noche común de música y copas pero ahora quiero que me cuente mucho más de usted. No se imagina el interés que tengo por los mares y las islas. Para que usted viniese acá desde Amazon Lily quiere decir que ha recorrido mares por los que yo apenas sueño- se ponía la mano en la frente, con una sonrisa total, era definitivo, tenía, sí, tenía que conversar con ella lo máximo que pudiera. Antes de que se fuera, generalmente las inocentes como ella no trasnochaban mucho. Su pensamiento estaba demasiado esquematizado y estructurado para el comportamiento de sus presas naturales -Por favor tomemos asiento en una de esas mesas para dos. Cuénteme más sobre usted, su lugar de nacimiento y sus metas en la vida- señalaba el par de sillas más próximo y con una vista perfecta para el escenario donde la mujer que cantaba había acabado ya, una verdadera lástima pero así era la noche. Seguía un tipo de aspecto normal pero que seguro también les sorprendería a los de las facciones opuestas. Sinbad movía la silla para ella y decía -Por favor, dele ese regalo de su compañía a un, ya no tan desconocido, amante de la mar- había cargado su trago a la mesa y esperaba que ella se sentara a su lado, por lo que quedaba de noche y de bebidas.
Sinbad
Hoja de personaje
Nivel:
(13/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kitsune Dom Jul 24, 2016 8:28 pm
Sin darse cuenta, la bebida que parecía ser eterna se había terminado y ya no había más que una copa vacía entre sus delicadas y finas manos ¿Cuánto tiempo pasaría dentro de la marina para que perdieran toda suavidad? Obviamente eso era algo que ella debía cuidar ya que incluso después de tanto tiempo manejando su arco, seguían siendo tersas al contacto, básicamente como manos de bebé. La joven de cabellos cortos y dorados no pudo evitar sonrojarse una vez más dibujando una inocente sonrisa en su rostro cuando el hombre comparó sus nombres y su sonrisas ¿Cómo era que podía causar ese efecto en ella un completo extraño? Obviamente ella tenía que trabajar en ello, salir más, conocer mas gente y dejar de parecer una adolescente que apenas ve la luz del día o de la luna en este caso — Es gracioso que lo digas, si es tu nombre, obviamente ambos provienen de ahí — se rió un poco pero no burlándose del hombre que tenía una mirada excesivamente imponente sino más bien notando que el alcohol que contenía la bebida dulce comenzaba a hacer efecto en ella, combinado probablemente con el calor del ambiente y el hecho de que no había comido nada antes de llegar al bar se habían apoderado de la parte reservada de la marine, odiaba ser un peso ligero.
— No conozco el Reino de Lvneel, pero si alguna vez por azares del destino llego a aquél lugar, entonces me acordaré de ti — asintió segura de sí misma posando una mano sobre la barra para apoyarse y no dejar que se notara que la bebida ya había surtido un poco de efecto en ella, el bartender sin preguntar siquiera tomó de vuelta la copa que ya no tenía sujeta la rubia y le trajo una segunda acompañado de un guiño que la obligó a sonreír debido a que ella no podía ser descortés con alguien que se mostraba amable a sus ojos. Negó con la cabeza levemente cuando él mencionó que ella podía saber mucho sobre los mares, parecía que no tenía la remota idea de que se había cruzado con una mujer que en su momento sólo quería salir de una isla llena de mujeres y por cualquier medio a lado de su padre — Te acabas de topar de frente con alguien que no sabe nada de navegación y mucho menos de islas, soy una Kuja que sólo quería escapar de casa en busca de un padre que le pudiera mostrar más allá de lo que había en el Calm Belt, que le apoyara en conocer más personas que una tribu de mujeres Amazonas que no hacen que más que repetir una misma rutina desde que nacen hasta que mueren — relamió sus labios y tomó la copa nuevamente servida para darle un corto trago, un impulso que la obligaría a patearse mentalmente por ello.
Se mordió el labio inferior cuando el hombre de cabello morado le pedía ir a una mesa más privada par ambos fue cuando su instinto de conservación se disparó al cielo, su estado de alerta aumentó y por un momento el alcohol que había en su sistema fue rápidamente procesado por la joven Kuja quien tras aferrarse a su copa casi llena asintió ante la petición del hombre siguiéndole por entre la pequeña multitud que ya se había formado alrededor de la mesa para finalmente sentarse a su lado en la mesa, colocando su copa firmemente sobre la pequeña mesa, se aclaró un poco la garganta y recogió su corto cabello en un rápido chongo que no duraría mucho amarrado sólo para refrescarse un poco ya que el aumento de la gente le había causado un calor repentino, sumado al alcohol que aún tenía en el sistema y que por el momento había logrado controlar obviamente ella necesitaba comer algo y no tardó mucho en llamar con la mano a alguna de las meseras que rondaban por el sitio para pedirle algo de comer, a lo cual la mujer asintió y marchó lejos del par para adentrarse a una habitación a la que por lo visto solo el personal tenía permitido el acceso. Se giró para ver al hombre de ojos dorados y lanzó la siguiente pregunta — ¿Y puedo saber tu repentino interés por alguien como yo? — aquella pregunta había llegado a la mente de la rubia desde que escuchó las primeras palabras del peli morado las cuales se dirigían hacia ella — No me malinterpretes, simplemente es curiosidad — y finalmente volvió a sonreír.
— No conozco el Reino de Lvneel, pero si alguna vez por azares del destino llego a aquél lugar, entonces me acordaré de ti — asintió segura de sí misma posando una mano sobre la barra para apoyarse y no dejar que se notara que la bebida ya había surtido un poco de efecto en ella, el bartender sin preguntar siquiera tomó de vuelta la copa que ya no tenía sujeta la rubia y le trajo una segunda acompañado de un guiño que la obligó a sonreír debido a que ella no podía ser descortés con alguien que se mostraba amable a sus ojos. Negó con la cabeza levemente cuando él mencionó que ella podía saber mucho sobre los mares, parecía que no tenía la remota idea de que se había cruzado con una mujer que en su momento sólo quería salir de una isla llena de mujeres y por cualquier medio a lado de su padre — Te acabas de topar de frente con alguien que no sabe nada de navegación y mucho menos de islas, soy una Kuja que sólo quería escapar de casa en busca de un padre que le pudiera mostrar más allá de lo que había en el Calm Belt, que le apoyara en conocer más personas que una tribu de mujeres Amazonas que no hacen que más que repetir una misma rutina desde que nacen hasta que mueren — relamió sus labios y tomó la copa nuevamente servida para darle un corto trago, un impulso que la obligaría a patearse mentalmente por ello.
Se mordió el labio inferior cuando el hombre de cabello morado le pedía ir a una mesa más privada par ambos fue cuando su instinto de conservación se disparó al cielo, su estado de alerta aumentó y por un momento el alcohol que había en su sistema fue rápidamente procesado por la joven Kuja quien tras aferrarse a su copa casi llena asintió ante la petición del hombre siguiéndole por entre la pequeña multitud que ya se había formado alrededor de la mesa para finalmente sentarse a su lado en la mesa, colocando su copa firmemente sobre la pequeña mesa, se aclaró un poco la garganta y recogió su corto cabello en un rápido chongo que no duraría mucho amarrado sólo para refrescarse un poco ya que el aumento de la gente le había causado un calor repentino, sumado al alcohol que aún tenía en el sistema y que por el momento había logrado controlar obviamente ella necesitaba comer algo y no tardó mucho en llamar con la mano a alguna de las meseras que rondaban por el sitio para pedirle algo de comer, a lo cual la mujer asintió y marchó lejos del par para adentrarse a una habitación a la que por lo visto solo el personal tenía permitido el acceso. Se giró para ver al hombre de ojos dorados y lanzó la siguiente pregunta — ¿Y puedo saber tu repentino interés por alguien como yo? — aquella pregunta había llegado a la mente de la rubia desde que escuchó las primeras palabras del peli morado las cuales se dirigían hacia ella — No me malinterpretes, simplemente es curiosidad — y finalmente volvió a sonreír.
Kitsune
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Sinbad Lun Jul 25, 2016 1:16 am
Aflojar un poco más la corbata y abrir el botón que le seguía de la camisa denotaba que él tampoco era invulnerable al calor, no solo del lugar sino del momento. El estar emocionado le hacía hervir la sangre, no era el hecho de la cacería sino de una "presa" que parecía perfecta aún, no habían detalles malditos como los que siempre aparecían. Sinbad se había posado como en su casa, quizás con demasiada confianza pero era algo real, aspectos y matices que no podía camuflar, su ascendencia cercana a la nobleza de su reino le había hecho tomar tantos aspectos de ellos como para nunca sentirse menos junto a los de mayor prestancia y distinción. El de exótica vestimenta, la mayoría de las veces, soñaba con hacer de Lvneel, su nación natal, la base del reino que soñaba de manera demasiado... confiada, esa es sin duda la palabra para el pelimorado crear. Afirmaba -Saber o no de navegación no es el punto, es el hecho de que quisiste salir, eres una aventurera por naturaleza. O así te estoy idealizando desde ya, a diferencia de tus amazonas que pareces no tener en muy buena estima ¿Algún motivo en particular para eso?- le decía mientras la veía sentarse, sonreía porque le era inevitable.
Al escuchar la pregunta que le planteaba de manera incrédula respondía -Enserio dices "¿Alguien como yo? "de esa forma- se señalaba así mismo con su palma abierta, una leve imitación cariñosa de la rubia, era una broma pero conservando el respeto y una imitación bastante aceptable de la chica de lentes -No me malinterpretes tampoco pero no te creo -una breve pausa - no creo que no seas consciente de lo hermosa que eres a la vista de un hombre, como yo- le decía sin un ápice de duda, pese a que las palabras de ella parecían honestas le resultaba absurdamente increíble -y conforme lo que hemos estado hablando me resulta cada vez más interesante, no dudaría en catalogarla ya mismo como un verdadero tesoro- realmente lo creía, en el fondo ella se había ganado un pedestal, que estaba a la altura de él, Sinbad era demasiado egocéntrico como para poner a alguien en mayor estima pero que alguien alcanzase ese estado de igualdad era un verdadero hito, las veces que había puesto a alguien a su nivel podían ser contado con los dedos de sus manos, proseguía -No pienso ocultar mis intenciones con usted señorita- le decía mientras acercaba su rostro, lo suficiente para mirar en lo profundo de esos zafiros y sin invadir su espacio -Espero poder verla más noche, más días, tantos como sean posibles. Usted ilumina más de lo que ima...- en ese momento irrumpiría la mesera que la amazona había llamado, inoportuna, tal vez pero era su trabajo. Los hambrientos ojos dorados le decían a los azules las palabras que faltaban y ya no serían pronunciadas, ese discurso había sido cortado pero no las ganas.
El revolucionario volteaba hacía la que les atendía, era bastante bella, miraba de nuevo a la de guantes para reafirmar lo que pensaba, era algo diferente a la belleza era el interés, esa chispa que se desprende de las personas risueñas, trasparentes e interesantes. Reía un poco por dentro mientras tenía un pensamiento análogo a eso previamente escrito, el mismo no era lo que buscaba pero pensaba que no tenía que serlo, quizás de manera errada. La mesera preguntaría por lo que se les ofrecía, acercaba la carta, una sola, para que ambos la observaran. El masculino la tomaba y se la mostraba a su acompañante, el no pretendía pedir nada pero leer las opciones y ver que elegiría le daba mucho que pensar sobre la de vestimenta azul -Muchas gracias por su atención inmediata, yo estoy perfectamente a gusto con la noche, la señorita creo que si va pedir algo- se reclinaba en su silla, apoltronado y posaba la mano en el respaldar de la de la compañera mientras la observaba, más bien la estudiaba, no tampoco era eso, la analizaba detalle a detalle, trazo a trazo y segundo a segundo.
Al escuchar la pregunta que le planteaba de manera incrédula respondía -Enserio dices "¿Alguien como yo? "de esa forma- se señalaba así mismo con su palma abierta, una leve imitación cariñosa de la rubia, era una broma pero conservando el respeto y una imitación bastante aceptable de la chica de lentes -No me malinterpretes tampoco pero no te creo -una breve pausa - no creo que no seas consciente de lo hermosa que eres a la vista de un hombre, como yo- le decía sin un ápice de duda, pese a que las palabras de ella parecían honestas le resultaba absurdamente increíble -y conforme lo que hemos estado hablando me resulta cada vez más interesante, no dudaría en catalogarla ya mismo como un verdadero tesoro- realmente lo creía, en el fondo ella se había ganado un pedestal, que estaba a la altura de él, Sinbad era demasiado egocéntrico como para poner a alguien en mayor estima pero que alguien alcanzase ese estado de igualdad era un verdadero hito, las veces que había puesto a alguien a su nivel podían ser contado con los dedos de sus manos, proseguía -No pienso ocultar mis intenciones con usted señorita- le decía mientras acercaba su rostro, lo suficiente para mirar en lo profundo de esos zafiros y sin invadir su espacio -Espero poder verla más noche, más días, tantos como sean posibles. Usted ilumina más de lo que ima...- en ese momento irrumpiría la mesera que la amazona había llamado, inoportuna, tal vez pero era su trabajo. Los hambrientos ojos dorados le decían a los azules las palabras que faltaban y ya no serían pronunciadas, ese discurso había sido cortado pero no las ganas.
El revolucionario volteaba hacía la que les atendía, era bastante bella, miraba de nuevo a la de guantes para reafirmar lo que pensaba, era algo diferente a la belleza era el interés, esa chispa que se desprende de las personas risueñas, trasparentes e interesantes. Reía un poco por dentro mientras tenía un pensamiento análogo a eso previamente escrito, el mismo no era lo que buscaba pero pensaba que no tenía que serlo, quizás de manera errada. La mesera preguntaría por lo que se les ofrecía, acercaba la carta, una sola, para que ambos la observaran. El masculino la tomaba y se la mostraba a su acompañante, el no pretendía pedir nada pero leer las opciones y ver que elegiría le daba mucho que pensar sobre la de vestimenta azul -Muchas gracias por su atención inmediata, yo estoy perfectamente a gusto con la noche, la señorita creo que si va pedir algo- se reclinaba en su silla, apoltronado y posaba la mano en el respaldar de la de la compañera mientras la observaba, más bien la estudiaba, no tampoco era eso, la analizaba detalle a detalle, trazo a trazo y segundo a segundo.
Sinbad
Hoja de personaje
Nivel:
(13/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kitsune Jue Ago 11, 2016 3:43 am
No se había percatado en lo absoluto de que sus palabras podían haberse desviado a un resentimiento que pudiese existir para con las Kujas que aún seguían en Amazon Lily y que nunca saldrían de ahí, justo como su madre. La realidad era que no les odiaba en lo absoluto, pero no lograba entender del todo cómo es que querían seguir en aquella isla con una vida que parecía ser marcada por una serie de normas que era más que obvio la joven rubia no estaba dispuesta a seguir por mucho tiempo más, por eso se encontraba sentada a lado de un hombre que estaba más que interesado en su pasado, como pocas personas que había tenido el placer de conocer en su corta estancia en un mundo más allá de su tribu. Las palabras del hombre retumbaron en su cabeza dejándole un mal sabor de boca al sentir que estaba hablando mal de aquella tribu de mujeres que le vieron nacer y crecer lo suficiente para convertirse en una adolescente llena de sueños y de metas que obviamente no podía cumplir si se quedaba ahí, la joven marine extrañaba a su madre, la extrañaba cada día ya que ella sabría cómo actuar en la mayoría de las situaciones a la que se había tenido que enfrentar sola, o al menos, sabría cómo actuar sabiamente comos sólo una madre puede hacerlo.
— No es eso, es sólo que yo no estaba dispuesta a seguir en un lugar donde no podía cumplir las metas que tanto me inspiraron a seguir adelante durante mi infancia, las Kujas son mujeres fuertes e independientes sin embargo la gran mayoría no tiene expectativas más allá de mantener una vida tranquila en Amazon Lily, o quizá no tienen el valor de seguir con sus sueños o quizá son demasiado felices ahí como para siquiera tener la idea de salir de ahí, es algo.. complejo — se apresuró a decir mientras recobraba la compostura, obviamente ella no podía ser cruel con esas mujeres. Fue cuestión de segundos para que cada palabra que mencionaba el hombre causaran en ella un calor en las mejillas que le seguía molestando, obviamente la mujer tenía que trabajar en controlar sus emociones y en no dejar ver a la primera que aquellas palabras le estaban erizando la piel, si bien, su padre se había empeñado en hacerle aprender de memoria de que los hombres no buscaban nada más allá de una noche de placer carnal no podía no hacerse una falsa ilusión con cualquiera que le dijera palabras bonitas y eso resultaba en un problema demasiado grande. Kitsune no podía mantenerle la mirada al hombre que parecía feliz logrando sonrojarla en más de una ocasión en lo que iba de la noche y por ello agradeció demasiado que la mesera llegase en el momento indicado para poder tomarse un respiro y entender que quizá esa noche se había tornado muy diferente a la que ella se figuraba mientras salía del barco marine.
La rubia seguía sin entender del todo el porqué del interés de aquél hombre sobre ella, había mujeres incluso más hermosas que ella rondando todo el bar, algunas con acompañante y otras a la espera de quizá algún hombre que les recordara lo bonitas que eran, era una idea que ella no entendía pero aceptaba, después de todo en Amazon Lily al no haber hombres la mujer de cabellos rubios no estaba acostumbrada a su presencia, aún le resultaban seres desconocidos y sus actitudes demasiado extrañas como para poder realizar un paso seguro, ella estaba en una cuerda floja. Sus ojos se posaron sobre su comida y al ver que la mesera les tendía de nueva cuenta una carta se limitó a leerla notando la ahora ya más obvia cercanía que tenía con el hombre de cabello morado, trató de pasarlo por alto y pasó la vista por la lista en esta ocasión menos nerviosa y cuando el hombre decidió no pedir nada ella aprovechó para pedir lo que debió pedir quizá desde un inicio — Yo quiero un vaso de agua, fría — hacía calor y no podía hidratarse con alcohol ya que su cuerpo no estaba acostumbrado a él y que ella pidiera una bebida alcohólica era más un capricho. Una vez fue devuelta la carta a la mesera y esta se marchó se armó de valor para posar la vista sobre su acompañante quien parecía estar haciendo exactamente la misma cosa — Disculpa si mis acciones resultan torpes, pero esta es la primera vez que me topo con alguien que muestra ese tipo de interés en mi.. es algo extraño, aunque no se si ésa sea la palabra correcta — aseguró algo apenada.
— No es eso, es sólo que yo no estaba dispuesta a seguir en un lugar donde no podía cumplir las metas que tanto me inspiraron a seguir adelante durante mi infancia, las Kujas son mujeres fuertes e independientes sin embargo la gran mayoría no tiene expectativas más allá de mantener una vida tranquila en Amazon Lily, o quizá no tienen el valor de seguir con sus sueños o quizá son demasiado felices ahí como para siquiera tener la idea de salir de ahí, es algo.. complejo — se apresuró a decir mientras recobraba la compostura, obviamente ella no podía ser cruel con esas mujeres. Fue cuestión de segundos para que cada palabra que mencionaba el hombre causaran en ella un calor en las mejillas que le seguía molestando, obviamente la mujer tenía que trabajar en controlar sus emociones y en no dejar ver a la primera que aquellas palabras le estaban erizando la piel, si bien, su padre se había empeñado en hacerle aprender de memoria de que los hombres no buscaban nada más allá de una noche de placer carnal no podía no hacerse una falsa ilusión con cualquiera que le dijera palabras bonitas y eso resultaba en un problema demasiado grande. Kitsune no podía mantenerle la mirada al hombre que parecía feliz logrando sonrojarla en más de una ocasión en lo que iba de la noche y por ello agradeció demasiado que la mesera llegase en el momento indicado para poder tomarse un respiro y entender que quizá esa noche se había tornado muy diferente a la que ella se figuraba mientras salía del barco marine.
La rubia seguía sin entender del todo el porqué del interés de aquél hombre sobre ella, había mujeres incluso más hermosas que ella rondando todo el bar, algunas con acompañante y otras a la espera de quizá algún hombre que les recordara lo bonitas que eran, era una idea que ella no entendía pero aceptaba, después de todo en Amazon Lily al no haber hombres la mujer de cabellos rubios no estaba acostumbrada a su presencia, aún le resultaban seres desconocidos y sus actitudes demasiado extrañas como para poder realizar un paso seguro, ella estaba en una cuerda floja. Sus ojos se posaron sobre su comida y al ver que la mesera les tendía de nueva cuenta una carta se limitó a leerla notando la ahora ya más obvia cercanía que tenía con el hombre de cabello morado, trató de pasarlo por alto y pasó la vista por la lista en esta ocasión menos nerviosa y cuando el hombre decidió no pedir nada ella aprovechó para pedir lo que debió pedir quizá desde un inicio — Yo quiero un vaso de agua, fría — hacía calor y no podía hidratarse con alcohol ya que su cuerpo no estaba acostumbrado a él y que ella pidiera una bebida alcohólica era más un capricho. Una vez fue devuelta la carta a la mesera y esta se marchó se armó de valor para posar la vista sobre su acompañante quien parecía estar haciendo exactamente la misma cosa — Disculpa si mis acciones resultan torpes, pero esta es la primera vez que me topo con alguien que muestra ese tipo de interés en mi.. es algo extraño, aunque no se si ésa sea la palabra correcta — aseguró algo apenada.
Kitsune
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
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