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Creado por Byakuran Millefiore Vie Sep 02, 2016 1:27 pm
Habían pasado unos cuantos días desde que llego a la isla junto a su hermana también miembro de la armada revolucionaria. Durante esos días no recibieron mensaje alguno sobre la reunión que tendrían con quien sería el capitán de la tripulación a la que se debían unir por órdenes de los de arriba, a las cuales ellos no podían decir que no o por lo menos de momento no podían hacerlo. Los primeros días aprovecharon de pasar tiempo juntos y relajarse ya que en los días anteriores no habían tenido la oportunidad de hacerlo, estando en otras misiones sin mucho riesgo por el cargo que poseían dentro de la revolución, unos simples soldado.
Aun en la posada que estaban arrendando una habitación es que se encontraban, alistándose para salir a dar un paseo. — ¿Ya estás lista? — Preguntaría a Gina quien se estaba arreglando, por su parte al peliblanco le faltaba colocarse la camiseta que era lo último que se podría al igual que siempre al incomodarle el roce con sus alas. En su estadía en su isla notal no llevaba usar alguna vestimenta en la parte superior de su cuerpo lo que se le hizo una costumbre, y desde que llegaron al mar azul para que no le dijeran algo por andar desnudo como algunos le decían, como también para no llamar tanto la atención es que al momento de salir a la calle usaba una camiseta holgada la cual no le incomodara al usarla.
Se encontraba de pie esperando a que su melliza se terminara de arreglar, sintió que alguien se acercaba a la habitación por el pasillo justo cuando tocaron a la puerta, sin decir palabra alguna paso un papel por debajo de la puerta cayendo justo frente a los pies del peliblanco quien se agacho para ver de qué se trataba. Con la carta en las manos comenzó a leer con atención, no decía mucho solo el lugar que sería de punto de reunión con quien sería el capitán de la tripulación y posiblemente alguno que otro compañero. — Ya tenemos el punto de reunión con quien debemos juntarnos. — Alistaría sus armas antes de salir, las que estaban en el mismo lugar desde que llegaron a la posada.
Una vez que ambos peliblancos estuvieron listos dejaron la posada para salir en camino al punto de reunión que se trataba de la entrada a un bosque en camino a la ciudad donde ellos estaban. Para su suerte se encontraba a unos cuantos minutos caminando por lo que llegarían perfectamente a la hora, sino fuera por su querida hermana lo más seguro es que se distraería en el camino llegando tarde como solía hacerlo cuando no estaba con ella.
Sin muchas distracciones en el camino llegaron al punto de reunión acordado en la carta, estaba seguro de que ese era el lugar porque un árbol llevaba una marca que estaba dibujada en la carta. — Al parecer hemos sido los primeros en llegar. — Aprovecharía que se encontraban solos para abrazar a la peliblanca que se encontraba junto a él, antes de que llegaran el resto de miembros de la tripulación.
Aun en la posada que estaban arrendando una habitación es que se encontraban, alistándose para salir a dar un paseo. — ¿Ya estás lista? — Preguntaría a Gina quien se estaba arreglando, por su parte al peliblanco le faltaba colocarse la camiseta que era lo último que se podría al igual que siempre al incomodarle el roce con sus alas. En su estadía en su isla notal no llevaba usar alguna vestimenta en la parte superior de su cuerpo lo que se le hizo una costumbre, y desde que llegaron al mar azul para que no le dijeran algo por andar desnudo como algunos le decían, como también para no llamar tanto la atención es que al momento de salir a la calle usaba una camiseta holgada la cual no le incomodara al usarla.
Se encontraba de pie esperando a que su melliza se terminara de arreglar, sintió que alguien se acercaba a la habitación por el pasillo justo cuando tocaron a la puerta, sin decir palabra alguna paso un papel por debajo de la puerta cayendo justo frente a los pies del peliblanco quien se agacho para ver de qué se trataba. Con la carta en las manos comenzó a leer con atención, no decía mucho solo el lugar que sería de punto de reunión con quien sería el capitán de la tripulación y posiblemente alguno que otro compañero. — Ya tenemos el punto de reunión con quien debemos juntarnos. — Alistaría sus armas antes de salir, las que estaban en el mismo lugar desde que llegaron a la posada.
Una vez que ambos peliblancos estuvieron listos dejaron la posada para salir en camino al punto de reunión que se trataba de la entrada a un bosque en camino a la ciudad donde ellos estaban. Para su suerte se encontraba a unos cuantos minutos caminando por lo que llegarían perfectamente a la hora, sino fuera por su querida hermana lo más seguro es que se distraería en el camino llegando tarde como solía hacerlo cuando no estaba con ella.
Sin muchas distracciones en el camino llegaron al punto de reunión acordado en la carta, estaba seguro de que ese era el lugar porque un árbol llevaba una marca que estaba dibujada en la carta. — Al parecer hemos sido los primeros en llegar. — Aprovecharía que se encontraban solos para abrazar a la peliblanca que se encontraba junto a él, antes de que llegaran el resto de miembros de la tripulación.
Byakuran Millefiore
Hoja de personaje
Nivel:
(19/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por TR-3.5H Lun Sep 05, 2016 3:29 pm
Las serpientes se habían esparcido por el mar tras perder su cabeza, aquel mensaje había estado entre medio de tantos mensaje crípticos y falsas noticias que se esparcían en los medios regulares utilizados por la armada revolucionaria, bueno en uno de ellos concretamente, uno el cual le tomo algo de tiempo encontrar a cierto pacifista que había sido recontruido recientemente. Tras recibir aquella noticia y ponerse en contacto con la armada revolucionaria le dieron el punto de encuentro para reunirse con nuevos reclutas que tendría a su cargo dentro de poco tiempo.
El barco “Cría de la serpiente” estaría en un muelle cercano para que el pacifista pudiera reencontrarse con su embarcación una vez que estuviera reunido con sus nuevos compañeros en Swallow, a pesar de haber fracasado en Goa no se había cuestionado demasiado el largo historial de trabajos, la eficiencia ni la capacidad de combate de la unidad TR-3.5H, aunque el pacifista sentía cierta desconfianza por saber qué clase de reclutas serían asignados a sus filas, sentía que con esa derrota en Goa le habían restado algo de autoridad y por eso le habían impuesto el tipo de personas que viajarían con el hasta que pudiera obtener más tripulantes por sus propios medios.
Entre un par de manos metálicas había una carta para el pacifista con el lugar donde debía reunirse con sus nuevos compañeros -Entendido...Misión del día, reunirme con Byakuran Millefiore y Gina Millefiore... serán aliados y miembros de Jörmundgander, por lo que no podré hacerles daño...- Una voz masculina que sonaba algo deprimida expresaba lo que se podría considerar el estado mental del pacifista cuyo patrón de pensamiento estaba compuesto por varias decenas de delincuentes y personas violentas utilizadas para el experimento que le dio "vida".
El punto de encuentro sería un bosque donde habría una marca, dando una alta prioridad a llegar al punto de encuentro primero el pacifista salió de la zona poblada y calculo su camino antes de desplazarse a la máxima velocidad posible sin encender sus calderas, aquello le había hecho llegar demasiado temprano por lo que empezó a recorrer la zona para marcar un perímetro de seguridad, para cuando estaba regresando ya había un par de personas en el árbol designado. Técnicamente había llegado tarde por hacer lo de ponerse a revisar el perímetro, sin embargo aquella era una oportunidad de que la parte más "inofensiva" de la personalidad del pacifista entrara en juego.
Con algo de cuidado el pacifista comenzó a acercarse con lentitud hasta romper una rama a su paso por accidente, más lejos de lo que hubiera deseado había delatado su posición, sin embargo automáticamente cambio el plan de “Boo” a algo más complicado, encendió sus calderas para recargar energía e iluminarse con aquellas llamas de color escarlata que daban aquel aspecto infernal mientras avanzaba -Soy la cabeza de la serpiente infernal que se presenta, se sus nombres, preséntense para recorrer los mares mi lado con el fin de devorar todo cuanto se interponga en nuestro camino o huyan para que tenga que atraparlos y pueda convertirlos en parte de la serpiente a la fuerza.- un centenar de voces de ultratumba parecían surgir desde las profundidades y manifestarse a través del demoníaco autómata, voces masculinas y femeninas que se sincronizaban para hablar con suficiente claridad para que ambas figuras pudieran comprenderle.
El barco “Cría de la serpiente” estaría en un muelle cercano para que el pacifista pudiera reencontrarse con su embarcación una vez que estuviera reunido con sus nuevos compañeros en Swallow, a pesar de haber fracasado en Goa no se había cuestionado demasiado el largo historial de trabajos, la eficiencia ni la capacidad de combate de la unidad TR-3.5H, aunque el pacifista sentía cierta desconfianza por saber qué clase de reclutas serían asignados a sus filas, sentía que con esa derrota en Goa le habían restado algo de autoridad y por eso le habían impuesto el tipo de personas que viajarían con el hasta que pudiera obtener más tripulantes por sus propios medios.
Entre un par de manos metálicas había una carta para el pacifista con el lugar donde debía reunirse con sus nuevos compañeros -Entendido...Misión del día, reunirme con Byakuran Millefiore y Gina Millefiore... serán aliados y miembros de Jörmundgander, por lo que no podré hacerles daño...- Una voz masculina que sonaba algo deprimida expresaba lo que se podría considerar el estado mental del pacifista cuyo patrón de pensamiento estaba compuesto por varias decenas de delincuentes y personas violentas utilizadas para el experimento que le dio "vida".
El punto de encuentro sería un bosque donde habría una marca, dando una alta prioridad a llegar al punto de encuentro primero el pacifista salió de la zona poblada y calculo su camino antes de desplazarse a la máxima velocidad posible sin encender sus calderas, aquello le había hecho llegar demasiado temprano por lo que empezó a recorrer la zona para marcar un perímetro de seguridad, para cuando estaba regresando ya había un par de personas en el árbol designado. Técnicamente había llegado tarde por hacer lo de ponerse a revisar el perímetro, sin embargo aquella era una oportunidad de que la parte más "inofensiva" de la personalidad del pacifista entrara en juego.
Con algo de cuidado el pacifista comenzó a acercarse con lentitud hasta romper una rama a su paso por accidente, más lejos de lo que hubiera deseado había delatado su posición, sin embargo automáticamente cambio el plan de “Boo” a algo más complicado, encendió sus calderas para recargar energía e iluminarse con aquellas llamas de color escarlata que daban aquel aspecto infernal mientras avanzaba -Soy la cabeza de la serpiente infernal que se presenta, se sus nombres, preséntense para recorrer los mares mi lado con el fin de devorar todo cuanto se interponga en nuestro camino o huyan para que tenga que atraparlos y pueda convertirlos en parte de la serpiente a la fuerza.- un centenar de voces de ultratumba parecían surgir desde las profundidades y manifestarse a través del demoníaco autómata, voces masculinas y femeninas que se sincronizaban para hablar con suficiente claridad para que ambas figuras pudieran comprenderle.
TR-3.5H
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Byakuran Millefiore Sáb Sep 10, 2016 12:17 am
El abrazo a su hermana seria simple y no duraría mucho, lo normal entre los abrazos si es que podían llegar a tener un tiempo estimado entre los que se daban, quien sabe si lo habría o no aunque en los tiempos de ahora posiblemente más de alguien se hubiera dado el tiempo para calcular algo como eso. El peliblanco se apoyaría en uno de los tantos árboles que disponía el bosque, preguntándose como seria quien estaría a cargo de ambos a partir de ese momento en adelante, en la carta no había una imagen sino más bien varias descripciones con las cuales una vez lo tuvieran al frente podrían saber de quien se trataba. Gina por su parte estaba muy callada desde la mañana así que la dejaría sola por si algo le ocurría, con todos los años que han compartido juntos sabía que cuando le pasaba algo era mejor dejar que se le pasara sola para retornar a la normalidad poco a poco.
Un sonido de una rama romperse cerca de donde estaban hizo que el espadachín se girara para ver de quien se trataba, claramente no se trataba de un humana o por lo menos eso podía decir a simple vista ya que no lucia como uno. Alguno de los rasgos que podía ver en lo que se estaba acercando a ellos eran los mismos que se describían en la carta en la cual se le informaba cual era el punto de reunión. Una incontable cantidad de veces fueron emitidas por quien les hizo frente presentándose a una forma muy particular ya que no menciono cuál era su nombre, sin duda alguna era quien sería el capitán de la tripulación a la cual se unirían ambos peliblancos. — Mi nombre es Byakuran, soy espadachín y navegante por lo que puedo manejar cualquier tipo de barco. — Mencionaría para presentarse tal cual como lo había pedido, agregándolo solo la información que consideraba importante para ese momento, seguramente más adelante dispondrían del tiempo para llegar a conocerse más. Dejaría que su hermana se presentara por su propia cuenta.
Varias dudas pasaban por la mente del Skypiean al ver a tal particular ser. — Por la información que nos dieron, la cual calza perfectamente contigo debes ser TR-3.5H y la tripulación a la que nos uniremos es Serpiente Infernal por como acabas de llamarlo. — Quería confirmar los datos que estaban a su disposición para saber si era correctamente con quien debían encontrarse, la descripción dada calzaba perfectamente con él pero debían estar seguros, como revolucionarios siempre debían estarlo para evitar ser reconocidos por gente que pudiera delatarlos. — ¿Nosotros 3 seremos los únicos miembros? — Realizaría otra de las tantas preguntas que tenía por curiosidad ya que no quería arriesgar a Gina a pasar peligro innecesario, hace años atrás tuvieron que hacerlo y la pasaron bastante mal.
Un sonido de una rama romperse cerca de donde estaban hizo que el espadachín se girara para ver de quien se trataba, claramente no se trataba de un humana o por lo menos eso podía decir a simple vista ya que no lucia como uno. Alguno de los rasgos que podía ver en lo que se estaba acercando a ellos eran los mismos que se describían en la carta en la cual se le informaba cual era el punto de reunión. Una incontable cantidad de veces fueron emitidas por quien les hizo frente presentándose a una forma muy particular ya que no menciono cuál era su nombre, sin duda alguna era quien sería el capitán de la tripulación a la cual se unirían ambos peliblancos. — Mi nombre es Byakuran, soy espadachín y navegante por lo que puedo manejar cualquier tipo de barco. — Mencionaría para presentarse tal cual como lo había pedido, agregándolo solo la información que consideraba importante para ese momento, seguramente más adelante dispondrían del tiempo para llegar a conocerse más. Dejaría que su hermana se presentara por su propia cuenta.
Varias dudas pasaban por la mente del Skypiean al ver a tal particular ser. — Por la información que nos dieron, la cual calza perfectamente contigo debes ser TR-3.5H y la tripulación a la que nos uniremos es Serpiente Infernal por como acabas de llamarlo. — Quería confirmar los datos que estaban a su disposición para saber si era correctamente con quien debían encontrarse, la descripción dada calzaba perfectamente con él pero debían estar seguros, como revolucionarios siempre debían estarlo para evitar ser reconocidos por gente que pudiera delatarlos. — ¿Nosotros 3 seremos los únicos miembros? — Realizaría otra de las tantas preguntas que tenía por curiosidad ya que no quería arriesgar a Gina a pasar peligro innecesario, hace años atrás tuvieron que hacerlo y la pasaron bastante mal.
Byakuran Millefiore
Hoja de personaje
Nivel:
(19/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por TR-3.5H Mar Sep 13, 2016 7:00 pm
El pacifista no obtuvo la reacción que deseaba, cosa que le hizo decepcionarse enormemente al momento de ver que uno de los jóvenes se identificaba apropiadamente pasando a estar en su lista de aliados y subordinados -Tsk, que humanos más aburridos, un grito, un No, por favor, no quiero morir o algo por el estilo, aunque sea para que me sienta bien conmigo mismo.- El pacifista se quejó abiertamente de la actitud del dúo de jóvenes, hablando como un joven adulto y utilizando la voz de una niña asustada en medio de su "imitación", antes de lanzar lo que pareciera la imitación de una bufido molesto.
-Hola Byakuran, en efecto, soy la unidad pacifista TR-3.5H ó TR para resumir, la tripulación es Jörmundgander, la serpiente que lo devorará todo en este mundo. Se supone que seremos más debería de llegar alguien más dentro de poco... mejor dicho, ya debería de haber llegado, sin embargo son cosas que pasan.- comentó, una vez más en un tono masculino, había dejado de utilizar aquella voz de ultratumba más porque el ambiente era poco propicio para ello y era un desperdicio utilizar su voz favorita para comunicarse con un individuo tan poco divertido como aquel tipo controlaría la cría de serpiente de allí en adelante.
Procesando aquella información el pacifista volvió a comunicarse con el masculino -Ya que eres el navegante supongo que estarás a cargo de nuestra querida embarcación, La Cría de la Serpiente no es un gran barco pero espero que le des el amor que necesita esa nave.- al decir el nombre de la embarcación el pacifista dirigió su máscara al cielo, como hacen muchas personas cuando llaman a un recuerdo distante, tras lo cual volvió a dirigir su atención a la espera de quien fuera que aún no llegaba.
-Hola Byakuran, en efecto, soy la unidad pacifista TR-3.5H ó TR para resumir, la tripulación es Jörmundgander, la serpiente que lo devorará todo en este mundo. Se supone que seremos más debería de llegar alguien más dentro de poco... mejor dicho, ya debería de haber llegado, sin embargo son cosas que pasan.- comentó, una vez más en un tono masculino, había dejado de utilizar aquella voz de ultratumba más porque el ambiente era poco propicio para ello y era un desperdicio utilizar su voz favorita para comunicarse con un individuo tan poco divertido como aquel tipo controlaría la cría de serpiente de allí en adelante.
Procesando aquella información el pacifista volvió a comunicarse con el masculino -Ya que eres el navegante supongo que estarás a cargo de nuestra querida embarcación, La Cría de la Serpiente no es un gran barco pero espero que le des el amor que necesita esa nave.- al decir el nombre de la embarcación el pacifista dirigió su máscara al cielo, como hacen muchas personas cuando llaman a un recuerdo distante, tras lo cual volvió a dirigir su atención a la espera de quien fuera que aún no llegaba.
TR-3.5H
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Irene Kazaragi Jue Sep 15, 2016 2:39 am
El destino, en ocasiones, suele ser bastante cruel con todos los seres cuya curiosidad sobrepasa a la media; Un mundo sistematizado como el actual dicta por lógica la existencia de una delgada línea de lo llamativo e inofensivo y lo llamativo de riesgo potencial. Aquel innato sentido del peligro que todos los seres vivos poseen por defecto es no sólo una alerta propiamente dicha, si no una herramienta más que eficaz del sentido común para prevenir situaciones que pudiesen alterar la salud física o mental de su usuario innecesariamente. Aquella línea, una insana y difusa franja si es que se quiere ser más específicos, por la simple existencia del azar -Aunque se ponga en peligro la vida- y la obtención de un poco de adrenalina -Y por consecuente, sensaciones eufóricas para los más aventureros- atraería inevitablemente a la pelirroja a la boca del lobo.
Rumores, simplemente rumores bastaron para atraer a alguien con una madurez semejante que posee la susodicha tan fácilmente como un perro es atraído por el sonido de las ollas indicando que la comida está lista. Falsos rumores cual flautista de Hamelín que alejaron a la transeúnte de la seguridad de la ciudad, de la seguridad de estar en sociedad y más precisamente la seguridad de que haya testigos como mínimo que pidiesen entregar una ayuda mínima. Aquellos tan mencionados ofrecieron una muy precaria información y a su vez un cebo perfecto. - Allí en un bosque cercano a ésta ciudad, se dice que hay una marca oculta... Una ubicación a la cuales accederán los revolucionarios para hablar posiblemente de los tesoros más grandes jamás vistos y todo tipo de secretos estratégicos sobre sus movimientos. - Sin cabida a duda alguna, se ve como una mina de oro en esta extensa tabla de ajedrez llamada guerra.
Llegó temprano, más temprano de lo que cualquier otro miembro se expectaba que llegaría para poder posicionarse correctamente ya que si llegaba después la posibilidad de ser descubierta aumentaba a niveles casi totales. Ella no sabe nada de espionaje, camuflaje ni es del todo buena en sigilo, por lo que la mejor de las opciones si quisiese obtener algo de información e intercambiarla por dinero es llegar primero y no alertar a nadie. Bajo las mencionadas precauciones aprovechó al máximo los recursos que un lugar deshabitado como ese puede ofrecerle. Oculta en la espesa copa de un árbol cercano a no más de 100m de la ubicación se haya la pelirroja, observando todo lo que la vista convencional le permite. Si bien su escondite no es perfecto no quita que sea bastante bueno y más aún teniendo en cuenta que a esa distancia los sonidos menores son incapaces de llegar hasta el mencionado punto.
Bajo el velo forestal de la naturaleza todo es mucho más curioso y se precisa de más atención para la supervivencia. La espesura arbórea producida por el punto más alto de los árboles, adornados claramente por infinidad de ramas e incontables hojas para la limitadamente humana, crean en aquel ambiente una oscuridad mucho más espesa. La diferencia lumínica entre lo despejado y un área naturalmente más oscura que la convencional consecuencia a los leves rayos de luz que logran penetrar en el bosque permiten a aquel ojo que incursó primero tener ventaja al aún no acostumbrado a aquella oscuridad. Los árboles enormes, la diversa cantidad de ramas, animales y vegetación de todo tipo claramente delatarían a nivel sonoro -ya que un bosque es una ubicación donde en contraste, todo suena más fuerte- la los próximos visitantes.
En primer lugar, una pareja de peliblancos llegó al encuentro. Estos fueron fácilmente identificados ya que su cuidado no fue de lo óptimo pero... Más tarde, un ser irreconocible lograría penetrar el campo de visión de Irene y burlarlo completamente. Sea quien fuese este ser, no alertó a ninguno de los animales, ellos no reaccionaron a su naturaleza; Los la naturaleza local no interactúa con lo desconocido y así fue. Nada en la fauna oriunda del área le permitió percibir su existencia, es un ser bastante rápido, mucho más que la pelirroja, dato que obviamente activó aún más este innato sentido del peligro. No se parece a nada previamente visto, su tétrico aspecto junto a su difícil de identificar artefacto son más que prueba de que es un tipo difícil de tratar y mejor no meterse en problemas.
La pelirroja intentó permanecer lo más calma posible, pero el horripilante discurso de voces féminas y masculinas al unísono fue quizá más de lo esperado. Automáticamente y con cautela bajó del árbol en el que estaba pero, como mi frase favorita dice "siempre hay un pero", aquel recurso que tanto utilizó le jugó completamente en contra. Una esbelta y esculpida figura como la de la revolucionaria, los prominentes rulos carmesí junto a una extravagante vestimenta y combinación de colores claramente peculiar pasaron completamente desapercibidos como factores a la hora de la toma de decisiones por parte de la fémina. El miedo la colocó en Jaque, aunque inmediatamente no se percataría de ello. Sin pensarlo demasiado simplemente intentó escabullirse en el bosque nuevamente y regresar a su cómodo hogar donde finalizaría el día con una buena cena al llegar la noche.
Rumores, simplemente rumores bastaron para atraer a alguien con una madurez semejante que posee la susodicha tan fácilmente como un perro es atraído por el sonido de las ollas indicando que la comida está lista. Falsos rumores cual flautista de Hamelín que alejaron a la transeúnte de la seguridad de la ciudad, de la seguridad de estar en sociedad y más precisamente la seguridad de que haya testigos como mínimo que pidiesen entregar una ayuda mínima. Aquellos tan mencionados ofrecieron una muy precaria información y a su vez un cebo perfecto. - Allí en un bosque cercano a ésta ciudad, se dice que hay una marca oculta... Una ubicación a la cuales accederán los revolucionarios para hablar posiblemente de los tesoros más grandes jamás vistos y todo tipo de secretos estratégicos sobre sus movimientos. - Sin cabida a duda alguna, se ve como una mina de oro en esta extensa tabla de ajedrez llamada guerra.
Llegó temprano, más temprano de lo que cualquier otro miembro se expectaba que llegaría para poder posicionarse correctamente ya que si llegaba después la posibilidad de ser descubierta aumentaba a niveles casi totales. Ella no sabe nada de espionaje, camuflaje ni es del todo buena en sigilo, por lo que la mejor de las opciones si quisiese obtener algo de información e intercambiarla por dinero es llegar primero y no alertar a nadie. Bajo las mencionadas precauciones aprovechó al máximo los recursos que un lugar deshabitado como ese puede ofrecerle. Oculta en la espesa copa de un árbol cercano a no más de 100m de la ubicación se haya la pelirroja, observando todo lo que la vista convencional le permite. Si bien su escondite no es perfecto no quita que sea bastante bueno y más aún teniendo en cuenta que a esa distancia los sonidos menores son incapaces de llegar hasta el mencionado punto.
Bajo el velo forestal de la naturaleza todo es mucho más curioso y se precisa de más atención para la supervivencia. La espesura arbórea producida por el punto más alto de los árboles, adornados claramente por infinidad de ramas e incontables hojas para la limitadamente humana, crean en aquel ambiente una oscuridad mucho más espesa. La diferencia lumínica entre lo despejado y un área naturalmente más oscura que la convencional consecuencia a los leves rayos de luz que logran penetrar en el bosque permiten a aquel ojo que incursó primero tener ventaja al aún no acostumbrado a aquella oscuridad. Los árboles enormes, la diversa cantidad de ramas, animales y vegetación de todo tipo claramente delatarían a nivel sonoro -ya que un bosque es una ubicación donde en contraste, todo suena más fuerte- la los próximos visitantes.
En primer lugar, una pareja de peliblancos llegó al encuentro. Estos fueron fácilmente identificados ya que su cuidado no fue de lo óptimo pero... Más tarde, un ser irreconocible lograría penetrar el campo de visión de Irene y burlarlo completamente. Sea quien fuese este ser, no alertó a ninguno de los animales, ellos no reaccionaron a su naturaleza; Los la naturaleza local no interactúa con lo desconocido y así fue. Nada en la fauna oriunda del área le permitió percibir su existencia, es un ser bastante rápido, mucho más que la pelirroja, dato que obviamente activó aún más este innato sentido del peligro. No se parece a nada previamente visto, su tétrico aspecto junto a su difícil de identificar artefacto son más que prueba de que es un tipo difícil de tratar y mejor no meterse en problemas.
La pelirroja intentó permanecer lo más calma posible, pero el horripilante discurso de voces féminas y masculinas al unísono fue quizá más de lo esperado. Automáticamente y con cautela bajó del árbol en el que estaba pero, como mi frase favorita dice "siempre hay un pero", aquel recurso que tanto utilizó le jugó completamente en contra. Una esbelta y esculpida figura como la de la revolucionaria, los prominentes rulos carmesí junto a una extravagante vestimenta y combinación de colores claramente peculiar pasaron completamente desapercibidos como factores a la hora de la toma de decisiones por parte de la fémina. El miedo la colocó en Jaque, aunque inmediatamente no se percataría de ello. Sin pensarlo demasiado simplemente intentó escabullirse en el bosque nuevamente y regresar a su cómodo hogar donde finalizaría el día con una buena cena al llegar la noche.
Irene Kazaragi
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Irelia Dom Sep 18, 2016 11:08 pm
Según la información que había recibido se daría una reunión en las afueras del pueblo en un lugar apartado. Un árbol marcado con un símbolo determinado seria el lugar del encuentro. La joven mink había llegado un par de días antes y dado que estaba acostumbrada a vivir al aire libre decidió quedarse por los alrededores del lugar de encuentro. Cazando los animales del lugar para comer y durmiendo sobre las ramas de los arboles paso dos días de su espera.
El día de la reunión llego y la joven mink de castaños cabellos esperaba agazapada cerca del lugar esperando que aparecieran los que serían sus futuros nakamas. Esperaba paciente sobre la rama de un árbol cercano al indicado a que se hiciera la hora de encuentro pero una humana se presentó al lugar bastante antes del horario establecido. Esta chica de pelirroja cabellera mostró una actitud algo sospechosa llegando al lugar y subiéndose a uno de los árboles que estaban cerca del que ocupaba la mink. *Al parecer un ratoncito entro a la madriguera que no debía.* pensó la joven mink. La actitud de la fémina no le daba ninguna confianza a la mink haciéndola pensar que podría ser una marine o agente del gobierno que intentaba sacar información de la reunión. Por el momento esperaría paciente para ver que actitudes que tomaba.
En ese momento vio llegar a un sujeto con apariencia extraña que al seguirlo un poco con la vista noto que estaba asegurando el lugar. *No es una buena seguridad cuando hay dos personas en tu perímetro y no las notas.* pensó la mink que volvió a poner su atención sobre la pelirroja. Notó que esta se mantenía oculta aun viendo que otros dos revolucionarios llegaban al lugar de encuentro y esperaban ahí. Dos jóvenes, un chico y una chica de cabellos blancos los cuales se abrazaron por un momento. Aun después de esa imagen la pelirroja que se encontraba escondida no se movía.
Se tomó un tiempo para medir a su ya decidida presa cuando escucho un conjunto de voces de ultratumba hablando al unísono. Giro a mirar para ver de dónde venía esa extraña forma de hablar y noto al primer sujeto que estaba hablando junto a las otras dos personas que estaban en el lugar evidentemente presentándose como el sujeto con el que debía reunirse. Al parecer eso hizo que su colorada presa sintiera la necesidad de moverse e intentar escapar. Irelia se inclinó para caer al piso parada justo delante de la pelirroja que intentaba escapar haciendo que se chocaran. La joven mink al estar preparada para el choque ni se inmuto. -Siento el olor de una presa asustada en ti.- dijo con una voz seca y dura mirando hacia abajo desde su 1,90 de altura. Su presencia era bastante inquietante y abrumadora y su mirada era la de un depredador mirando a su presa. -Quien eres?- preguntó esperando la respuesta de la humana que tenía ante sus ojos.
El día de la reunión llego y la joven mink de castaños cabellos esperaba agazapada cerca del lugar esperando que aparecieran los que serían sus futuros nakamas. Esperaba paciente sobre la rama de un árbol cercano al indicado a que se hiciera la hora de encuentro pero una humana se presentó al lugar bastante antes del horario establecido. Esta chica de pelirroja cabellera mostró una actitud algo sospechosa llegando al lugar y subiéndose a uno de los árboles que estaban cerca del que ocupaba la mink. *Al parecer un ratoncito entro a la madriguera que no debía.* pensó la joven mink. La actitud de la fémina no le daba ninguna confianza a la mink haciéndola pensar que podría ser una marine o agente del gobierno que intentaba sacar información de la reunión. Por el momento esperaría paciente para ver que actitudes que tomaba.
En ese momento vio llegar a un sujeto con apariencia extraña que al seguirlo un poco con la vista noto que estaba asegurando el lugar. *No es una buena seguridad cuando hay dos personas en tu perímetro y no las notas.* pensó la mink que volvió a poner su atención sobre la pelirroja. Notó que esta se mantenía oculta aun viendo que otros dos revolucionarios llegaban al lugar de encuentro y esperaban ahí. Dos jóvenes, un chico y una chica de cabellos blancos los cuales se abrazaron por un momento. Aun después de esa imagen la pelirroja que se encontraba escondida no se movía.
Se tomó un tiempo para medir a su ya decidida presa cuando escucho un conjunto de voces de ultratumba hablando al unísono. Giro a mirar para ver de dónde venía esa extraña forma de hablar y noto al primer sujeto que estaba hablando junto a las otras dos personas que estaban en el lugar evidentemente presentándose como el sujeto con el que debía reunirse. Al parecer eso hizo que su colorada presa sintiera la necesidad de moverse e intentar escapar. Irelia se inclinó para caer al piso parada justo delante de la pelirroja que intentaba escapar haciendo que se chocaran. La joven mink al estar preparada para el choque ni se inmuto. -Siento el olor de una presa asustada en ti.- dijo con una voz seca y dura mirando hacia abajo desde su 1,90 de altura. Su presencia era bastante inquietante y abrumadora y su mirada era la de un depredador mirando a su presa. -Quien eres?- preguntó esperando la respuesta de la humana que tenía ante sus ojos.
- Dato de mi ficha:
- Esta cita es de mi ficha por si quieren considerarlo para el posteo: "Su imagen suele imponer respeto aunque no lo desee. Personas comunes y animales le temerán viéndola como un depredador."
Irelia
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Byakuran Millefiore Vie Sep 23, 2016 10:51 pm
La confirmación por parte del pacifista de que él sería el capitán de la tripulación a la cuales los hermanos Millefiore deberían unirse lo tranquilizaba de cierta forma, sobre todo por su hermana la cual era un poco más débil que el peliblanco, con una tripulación tendría mayor libertad para moverse durante las misiones. Alzo las cejas al escuchar que no solo serían ellos tres los únicos miembros de Jörmundgander sino que los demás miembros ya deberían estar por los alrededores, quizás hasta escuchando la conversación que se daba entre el pacifista y el Skypiean. Agradecía que dejara de usar aquella voz de ultratumba que a su parecer poco iba con el ambiente que estaba viviendo, de recién conocerse para incluirse al grupo de revolucionarios que por lo escuchado con anterioridad hace unos meses contaba con más miembros que los actuales pero eso no es algo que le concierne y le interese realmente. — Sí, yo seré quien lleve a Cría de la Serpiente a donde tengamos que ir para cumplir misiones. — No le molestaba tener que hacer ese tipo de cosas ya que finalmente es su trabajo dentro de la revolución y disfruta hacerlo, además de no tener que ocultarse de los humanos que más de una vez trataron de capturarlo por sus alas aunque es consciente de que no todos son iguales.
El peliblanco había dejado de lado a su hermana por un instante notando que aún seguía un poco extraña o mejor dicho distante a como era normalmente, sin saber lo que le pasaba. — ¿Los demás miembros que están por llegar los conoces de anterioridad? — Se podía dar el caso de que solamente ellos fueran los nuevos miembros de la tripulación y todo el resto se conocía de antes o que fuera un grupo totalmente nuevo. Desde que TR le menciono que llegarían más personas al lugar de encuentro es que miraba a sus alrededores para ver si es que había alguien cerca de ellos, en lo personal no conocía a nadie más que tuviera las mismas indicaciones que ellos por lo que estaba atento a los alrededores. Podía escuchar algunos ruidos cercanos sin embargo no podía diferenciarlos muy bien por lo que no sabía si se trataba de aliados o enemigos. — Puede ser que estén más cerca de lo que esperaba. — Comentaría por si el capitán de Jörmundgander no se había percatado de lo que pasaba a su alrededor, cosa que dudaba ya que como buen pacifista seguramente podría hacer de todo.
El peliblanco había dejado de lado a su hermana por un instante notando que aún seguía un poco extraña o mejor dicho distante a como era normalmente, sin saber lo que le pasaba. — ¿Los demás miembros que están por llegar los conoces de anterioridad? — Se podía dar el caso de que solamente ellos fueran los nuevos miembros de la tripulación y todo el resto se conocía de antes o que fuera un grupo totalmente nuevo. Desde que TR le menciono que llegarían más personas al lugar de encuentro es que miraba a sus alrededores para ver si es que había alguien cerca de ellos, en lo personal no conocía a nadie más que tuviera las mismas indicaciones que ellos por lo que estaba atento a los alrededores. Podía escuchar algunos ruidos cercanos sin embargo no podía diferenciarlos muy bien por lo que no sabía si se trataba de aliados o enemigos. — Puede ser que estén más cerca de lo que esperaba. — Comentaría por si el capitán de Jörmundgander no se había percatado de lo que pasaba a su alrededor, cosa que dudaba ya que como buen pacifista seguramente podría hacer de todo.
Byakuran Millefiore
Hoja de personaje
Nivel:
(19/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por TR-3.5H Mar Sep 27, 2016 6:56 am
Desde la perspectiva del pacifista era algo entre triste y aburrido el hecho de que los humanoides no reaccionaran a su sobre actuación y se presentarán sin más, aquello incluso frustraba un poco al ente que había ensamblando el diseño estético y parte del diseño practico de su cuerpo para aterrorizar a los seres inferiores. Claramente aquello habría tocado una parte del orgullo de varias de las personalidades de asesinos utilizados para generar aquella que era la personalidad artificial del pacifista, en parte porque muchos disfrutaban del terror y se enorgullecían de asustar a sus víctimas convirtiendo aquel fracaso con el peliblanco en un golpe para el orgullo del autómata.
Se suponía que allí debía de estar alguien más para colmo. El pacifista se negaba a creer que solo le mandarían a "dos humanitos" para completar la tripulación de la antaño (supuestamente) temible banda de Jörmundgander -Tsk ¿Por qué tardan tanto en aparecer? ¿eh?- el masculino de aquella pareja preguntaba si el pacifista conocía a quienes se suponía que se les unirían, sin embargo el líder de la tripulación realmente no tenía mucha idea al respecto porque realmente no estaba seguro de que alguien más fuera a aparecer, sin embargo un ruido llamo su atención a la distancia, enfoco su vista en la dirección determinada -Así parece ser…je, creo que llegaron y voy a darles la bienvenida- dijo respondiendo al masculino de blancos cabellos mientras se ponía en postura de para iniciar una carrera.
-Código Kiojin- El ente mecánico dio a correr a gran velocidad esquivando los arboles con una agilidad pasmosa, a simple vista probablemente parecería alguna clase de chiste que un ser mecanizado de aquellas dimensiones tuviera una velocidad y agilidad tan desproporcionadas a su apariencia que parecía ir cambiando mientras que avanzaba en dirección a aquellos sonidos y donde había girado su cuello para ver el joven Millefiore. Con cada paso que daba las zancadas del pacifista se ampliaban y su tamaño se incrementaba de forma extraordinaria y sin embargo conservaba aquella agilidad que lo hacía prácticamente no tocar ninguna rama o árbol que no quisiera pisar en su recorrido.
Para cuando avanzará lo suficiente para tener perfectamente en el rango de visión a las dos intrusas que habían sido pasadas por alto anteriormente el pacifista ya era un ente de seis metros de alto con ojos de llamas rojas y un cuerpo desde el cual múltiples llamas del color de la sangre desbordaban -Di tu nombre si montaras a la cría de serpiente para devorar este mundo o huye si deseas enfrentar el final.- un centenar de voces furiosas rugieron mientras la amenazante figura se seguía acercando amenazante a aquellas figuras desconocidas.
En el camino recorrido ninguna rama se había roto, ningún árbol había sido golpeado y la única pista que podría haber de que aquel ente mecánico era físico y no una alucinación que no afectaba al entorno eran las pisadas dejadas a su paso mientras se acercaba, de no ser por ello incluso era poco posible probar que había llegado hasta allí ciertamente. Realmente disfrutaba de presumir de su agilidad sobrehumana y aquel inmenso cuerpo propio del nuevo modo de combate que había desarrollado hacia relativamente poco tiempo.
Se suponía que allí debía de estar alguien más para colmo. El pacifista se negaba a creer que solo le mandarían a "dos humanitos" para completar la tripulación de la antaño (supuestamente) temible banda de Jörmundgander -Tsk ¿Por qué tardan tanto en aparecer? ¿eh?- el masculino de aquella pareja preguntaba si el pacifista conocía a quienes se suponía que se les unirían, sin embargo el líder de la tripulación realmente no tenía mucha idea al respecto porque realmente no estaba seguro de que alguien más fuera a aparecer, sin embargo un ruido llamo su atención a la distancia, enfoco su vista en la dirección determinada -Así parece ser…je, creo que llegaron y voy a darles la bienvenida- dijo respondiendo al masculino de blancos cabellos mientras se ponía en postura de para iniciar una carrera.
-Código Kiojin- El ente mecánico dio a correr a gran velocidad esquivando los arboles con una agilidad pasmosa, a simple vista probablemente parecería alguna clase de chiste que un ser mecanizado de aquellas dimensiones tuviera una velocidad y agilidad tan desproporcionadas a su apariencia que parecía ir cambiando mientras que avanzaba en dirección a aquellos sonidos y donde había girado su cuello para ver el joven Millefiore. Con cada paso que daba las zancadas del pacifista se ampliaban y su tamaño se incrementaba de forma extraordinaria y sin embargo conservaba aquella agilidad que lo hacía prácticamente no tocar ninguna rama o árbol que no quisiera pisar en su recorrido.
Para cuando avanzará lo suficiente para tener perfectamente en el rango de visión a las dos intrusas que habían sido pasadas por alto anteriormente el pacifista ya era un ente de seis metros de alto con ojos de llamas rojas y un cuerpo desde el cual múltiples llamas del color de la sangre desbordaban -Di tu nombre si montaras a la cría de serpiente para devorar este mundo o huye si deseas enfrentar el final.- un centenar de voces furiosas rugieron mientras la amenazante figura se seguía acercando amenazante a aquellas figuras desconocidas.
En el camino recorrido ninguna rama se había roto, ningún árbol había sido golpeado y la única pista que podría haber de que aquel ente mecánico era físico y no una alucinación que no afectaba al entorno eran las pisadas dejadas a su paso mientras se acercaba, de no ser por ello incluso era poco posible probar que había llegado hasta allí ciertamente. Realmente disfrutaba de presumir de su agilidad sobrehumana y aquel inmenso cuerpo propio del nuevo modo de combate que había desarrollado hacia relativamente poco tiempo.
TR-3.5H
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Irene Kazaragi Vie Sep 30, 2016 2:13 am
Monstruoso como sólo ese pacifista podía llegar a serlo, impuso el miedo de manera inmediata sobre la pelirroja que tuvo y tendrá el infortunio de poder observarlo en detalle. Todo en él causó un terror natural a tal punto que la pelirroja se sintió completamente indefensa al descender por el árbol; Como dije antes, la primera y más descuidada de las acciones fue el intentar escapar del arbóreo escenario en el cual se dio lugar a tan desafortunado contacto. Aquella diversidad y espesura de la vegetación, los frutos y flora local podrían llegar a ser un método de escape óptimo para cualquiera que intentase dicho acto. Entre los factores determinantes para lo anteriormente descrito se hayan la probabilidad de que los animales generen mayores y aleatorios sonidos que pudiesen confundir a cualquier perseguidor, los movimientos que alterarían la atención rival ante la distorsión y reflejos que provocan los estímulos no focalizados, las infinitas rutas y desniveles con los que se puede topar, entre otros.
Si bien el cazador poseía una supremacía física total sobre Irene, aún existía en aquel entonces la considerable posibilidad de un escape exitoso. Pero, por alguna extraña razón, su escape se vio completamente interrumpido por una presencia desconocida. A comienzos del trayecto una voluminosa felina antropomorfa se interpuso en el recorrido, la acción trajo como consecuencia que Irene se parase en seco para evitar chocarse con ella. La pelirroja no estuvo en el mejor de los estados, se vio un tanto alterada con una respiración innatural semejante a la de un atleta preparándose a nivel oxígeno para correr, su vista se mostró muy activa y atenta a las distintas salidas posibles. Irene hubiese escapado si no fuese por una frase que llamó poderosamente su atención, Irelia comentó que "Sentía el olor de una presa asustanda" y preguntó quién es la pelirroja, cosa que molestó demasiado.
Los iris alba de la cabello escarlata, al elevar su vista levemente junto a la inclinación de sus cejas, formaron una expresión de odio inhumano. Aquellos dedos fueron cerrándose sobre su mano como eje formando así un firme puño, tenzó su músculo molesta, permaneció unos instantes pensativa sobre si la violencia es la mejor opción. En un vano intento por permanecer fría y cuerda ante todo, la rabia terminó por consumir su personalidad adoptando una completamente diferente. Con ambas manos cercanas a su cadera aún formando puñoz, adoptó una postura en la cual acercó su rostro a la felina casi provocándola, utilizando su pie izquierdo como apoyo continuó observándola en detalle una última vez. Ya no le importaba quién era más fuerte, a Irene se le puede hacer prácticamente cualquier tipo de tortura sin que le molestase demasiado, pero subestimarla al punto de decir que efectivamente teme -si bien puede temer o no- es algo completamente imperdonable. — Soy la que te va a romper la cara, maldita perra... Tsk — Respondió manifestando su profundo enojo con un tono de voz impetuoso y completamente hostil, definitivamente la pelirroja se "convirtió" en una persona completamente distinta consecuente a la tan caudalosa ira que fluctuó sobre su cuerpo.
Aquel odio debió ser tragado como si nada, aquel momento en el que interactuó con la felina sirvió como perfecta distracción para que el pacifista se acercase a ambas dando así un ultimatum clave para un inminente accionar. Él, dio como posibles resoluciones el intentar escapar y conseguir la muerte o el identificarse otorgando una posibilidad de sobrevivir. Normalmente Irene se hubiese conservado calma, hubiese inventado una excusa para salir de la situación y logrado identificarse correctamente así como el argumentar sobre su inocencia, pero no. Las ganas de darle una paliza a la tigresa eran inaguantables, sus ojos se asemejaron a la de una bestia hambrienta de batalla en búsqueda de la mutilación de su rival, si se detuviese por el simple capricho de supervivencia no toleraría el tener que tragarse su odio natural hacia su "rival". Pero, encontró en las posibilidades actuales una manera de salir airosa de la situación,
— No puedo decir mi nombre ante alguien que va a morir, no se merece el honor de conocerme. — Acotó en una tonalidad más moderada que la anterior,aún con sus brazos listos para golpear, aunque estuviese hablando permaneció atenta al más mínimo de los estímulos evitando así ser golpeada por estar desprevenida de la contraria. — Seas lo que seas, monstruo, déjame terminar con ella y luego también te daré una paliza si lo deseas, pero una a la vez. — Respondió nuevamente, sin dirigir su vista sobre el pacifista, luego de darse una breve pausa para cambiar su ritmo de respiración. Estaba decidida, como mínimo en aquel encuentro debía llevarse a alguien por delante para sólo así permanecer en calma después.
Si bien el cazador poseía una supremacía física total sobre Irene, aún existía en aquel entonces la considerable posibilidad de un escape exitoso. Pero, por alguna extraña razón, su escape se vio completamente interrumpido por una presencia desconocida. A comienzos del trayecto una voluminosa felina antropomorfa se interpuso en el recorrido, la acción trajo como consecuencia que Irene se parase en seco para evitar chocarse con ella. La pelirroja no estuvo en el mejor de los estados, se vio un tanto alterada con una respiración innatural semejante a la de un atleta preparándose a nivel oxígeno para correr, su vista se mostró muy activa y atenta a las distintas salidas posibles. Irene hubiese escapado si no fuese por una frase que llamó poderosamente su atención, Irelia comentó que "Sentía el olor de una presa asustanda" y preguntó quién es la pelirroja, cosa que molestó demasiado.
Los iris alba de la cabello escarlata, al elevar su vista levemente junto a la inclinación de sus cejas, formaron una expresión de odio inhumano. Aquellos dedos fueron cerrándose sobre su mano como eje formando así un firme puño, tenzó su músculo molesta, permaneció unos instantes pensativa sobre si la violencia es la mejor opción. En un vano intento por permanecer fría y cuerda ante todo, la rabia terminó por consumir su personalidad adoptando una completamente diferente. Con ambas manos cercanas a su cadera aún formando puñoz, adoptó una postura en la cual acercó su rostro a la felina casi provocándola, utilizando su pie izquierdo como apoyo continuó observándola en detalle una última vez. Ya no le importaba quién era más fuerte, a Irene se le puede hacer prácticamente cualquier tipo de tortura sin que le molestase demasiado, pero subestimarla al punto de decir que efectivamente teme -si bien puede temer o no- es algo completamente imperdonable. — Soy la que te va a romper la cara, maldita perra... Tsk — Respondió manifestando su profundo enojo con un tono de voz impetuoso y completamente hostil, definitivamente la pelirroja se "convirtió" en una persona completamente distinta consecuente a la tan caudalosa ira que fluctuó sobre su cuerpo.
Aquel odio debió ser tragado como si nada, aquel momento en el que interactuó con la felina sirvió como perfecta distracción para que el pacifista se acercase a ambas dando así un ultimatum clave para un inminente accionar. Él, dio como posibles resoluciones el intentar escapar y conseguir la muerte o el identificarse otorgando una posibilidad de sobrevivir. Normalmente Irene se hubiese conservado calma, hubiese inventado una excusa para salir de la situación y logrado identificarse correctamente así como el argumentar sobre su inocencia, pero no. Las ganas de darle una paliza a la tigresa eran inaguantables, sus ojos se asemejaron a la de una bestia hambrienta de batalla en búsqueda de la mutilación de su rival, si se detuviese por el simple capricho de supervivencia no toleraría el tener que tragarse su odio natural hacia su "rival". Pero, encontró en las posibilidades actuales una manera de salir airosa de la situación,
— No puedo decir mi nombre ante alguien que va a morir, no se merece el honor de conocerme. — Acotó en una tonalidad más moderada que la anterior,aún con sus brazos listos para golpear, aunque estuviese hablando permaneció atenta al más mínimo de los estímulos evitando así ser golpeada por estar desprevenida de la contraria. — Seas lo que seas, monstruo, déjame terminar con ella y luego también te daré una paliza si lo deseas, pero una a la vez. — Respondió nuevamente, sin dirigir su vista sobre el pacifista, luego de darse una breve pausa para cambiar su ritmo de respiración. Estaba decidida, como mínimo en aquel encuentro debía llevarse a alguien por delante para sólo así permanecer en calma después.
Irene Kazaragi
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Irelia Vie Sep 30, 2016 5:08 pm
Irelia había logrado lo que buscaba lo cual era retener a la intrusa hasta que los revolucionarios cercanos se percataran de ellas dos. No contaba con que la que vio como una ovejita asustada mostrara ese deseo de sangre. La reacción de la pelirroja solo hizo que Irelia perdiera cualquier interés dado que alguien que perdía los estribos tan fácil no valía la pena como presa. Ademas por el momento no tenia nada contra ella así que dejaría que decidiera el sujeto que se estaba acercando. Noto por su olfato que no era humano, mas bien completamente maquinaria. El olor a quemado mezclado con aceite le molesto un poco pero no le dio mayor importancia. Luego la pelirroja se acerco de forma provocadora soltando un insulto que a la mink no le molesto. Estuvo a poco de contestarle pero se detuvo dado que no valía la pena. Al llegar el pacifista el cual poseía unos metros mas que los que evidenciaba antes Irelia ignoro completamente a la pelirroja. -Irelya Grey, artesana. He venido a montar a la cría de serpiente. Usted debe ser el líder de la tripulación Tresh, no?- dijo tranquila con su voz neutra y un rostro que carecía de expresión alguna. -Me encontré a esta humana escondida entre los arboles vigilando el lugar de reunión y cuando intento escapar la detuve. No se quien sea pero como de ahora en mas usted sera el capitán de la tripulación dejo que usted decida que hacer con ella.- dijo sin pelos en la lengua. A su lado todavía estaba la pelirroja despotricando y amenazando de una forma un tanto estúpida. *Es tan ilusa que piensa que después de sus amenazas el pedido de pelea de a uno servirá? Si eres un problema para la tripulación y para la armada te vamos a cazar entre todos.* pensó la mink mientras esperaba la reacción de los otros revolucionarios y la decisión que tomaría el pacifista.
Irelia
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