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Creado por Saya Shicheri Dom Jun 05, 2016 4:01 pm
Viajar por su cuenta a veces era beneficioso porque no tenía nadie que le presentará algún problema, debía que preocuparse por su propio bienestar y el de Fukorata, el único compañero que necesitaba para no sentirse completamente sola. Por supuesto que no podía hablar con él porque sería demasiado extraño, y no buscaba que los pobladores la tacharan de loca, era algo que prefería evitar a toda costa.
Aunque, ¿que estaba haciendo la joven pelirroja en la Villa Foosha? La razón era muy simple, necesitaba un momento de tranquilidad, puesto que, por mucho que amara el Mar y disfrutar de este, había momentos en que solo quería estar en un bar, donde la calidez le diera las energías suficientes para luego retomar su viaje, completando los mapas que llevaba siempre con ella.
Se encontraba en Partys Bar, dando cada tanto un poco de comida a Fukorata, el animal llamaba la atención de los ciudadanos, pero nadie le había dicho absolutamente nada acerca de que no podía tenerlo, quizás pensaron que era una Domadora. Mejor para ella, no le gustaría dejar a su mascota afuera, aunque supiera defenderse, no le agradaba la idea en lo más mínimo. Probablemente ni siquiera era por el búho que no le habían dicho nada, solían decir las malas lenguas que las pelirrojas raían mala suerte y eran parientes cercanas de las brujas. No le sorprendería que pensaran eso, hasta se reiría si alguno le dijera eso.
No pudo evitar sonreír mientras le daba un sorbo a su bebida, no era alcohol lo que se encontraba tomando, era simple agua cristalina que refrescaba su garganta, y delante de ella la libreta que estaba llenando. Ese artículo iba a donde ella, porque allí anotaba lo que se iba encontrando en el camino, podría considerarse como su mapa personal, aunque en estos momentos la llenaba por aburrimiento, corrigiendo algunas cosas y borrando otras, notándose lo perfeccionista que era con su mapa.
No es como si fuese lo más divertido para hacer en su día, el problema es que no se había encontrado con alguien interesante para poder charlar. Por ello se mantenía en su mapa, aunque observaba de vez en cuando a su alrededor.
Aunque, ¿que estaba haciendo la joven pelirroja en la Villa Foosha? La razón era muy simple, necesitaba un momento de tranquilidad, puesto que, por mucho que amara el Mar y disfrutar de este, había momentos en que solo quería estar en un bar, donde la calidez le diera las energías suficientes para luego retomar su viaje, completando los mapas que llevaba siempre con ella.
Se encontraba en Partys Bar, dando cada tanto un poco de comida a Fukorata, el animal llamaba la atención de los ciudadanos, pero nadie le había dicho absolutamente nada acerca de que no podía tenerlo, quizás pensaron que era una Domadora. Mejor para ella, no le gustaría dejar a su mascota afuera, aunque supiera defenderse, no le agradaba la idea en lo más mínimo. Probablemente ni siquiera era por el búho que no le habían dicho nada, solían decir las malas lenguas que las pelirrojas raían mala suerte y eran parientes cercanas de las brujas. No le sorprendería que pensaran eso, hasta se reiría si alguno le dijera eso.
No pudo evitar sonreír mientras le daba un sorbo a su bebida, no era alcohol lo que se encontraba tomando, era simple agua cristalina que refrescaba su garganta, y delante de ella la libreta que estaba llenando. Ese artículo iba a donde ella, porque allí anotaba lo que se iba encontrando en el camino, podría considerarse como su mapa personal, aunque en estos momentos la llenaba por aburrimiento, corrigiendo algunas cosas y borrando otras, notándose lo perfeccionista que era con su mapa.
No es como si fuese lo más divertido para hacer en su día, el problema es que no se había encontrado con alguien interesante para poder charlar. Por ello se mantenía en su mapa, aunque observaba de vez en cuando a su alrededor.
Saya Shicheri
Hoja de personaje
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Takami Norihito Lun Jun 06, 2016 1:28 pm
Tras todo lo que le había sucedido en su temprana aventura, dejando atrás al hombre de Jake Rewod en su camino - al menos de momento, quién sabe si volverían a reencontrarse - el albino debía de encontrar algo interesante en esa isla, no irse con las manos vacías como diría cualquiera. El sol se imponía en lo alto del cielo y ninguna nube podía detener su camino, por lo que el suelo estaba caliente y las personas buscaban refugio en cualquier sombra disponible que hubiera por allí, ya fuese por la vegetación o por el alto de las casas, lo cual no era mucho de esperar. Chasqueaba la lengua de vez en cuando, el ingerir tanto pescado le había producido sed y debía de visitar algún sitio cualquiera donde le ofreciesen algo para picar mientras que degustase una buena cerveza. O al menos una decente y fresca con la que saciar su necesidad de tomar un líquido.
Esto le hizo parar en una taberna modesta del lugar, abriendo la puerta de par en par y llamando la atención de los clientes por varios motivos: su máscara de cuero, sus espadas colgadas en diferentes posiciones y por la mochila que empuñaba en la mano derecha, donde se asomaban cabezas de pescado y el olor era poco discreto. Había pasado dos días navegando sin descanso y se reflejaba en la ojera pronunciada de su ojo. - Tsk, siempre lo mismo. - Murmuró, rascándose la cabeza con la mano que le quedaba libre mientras que se acercaría a la barra. Tomó asiento en una de las bancas de madera de la zona y arrojó la mochila a sus propios pies. - Póngame la cerveza más fría y barata que tenga. - Abrió la cremallera de la máscara y la bajó un poco, dejando mostrar parte superior de su barbilla al igual que sus labios. Así podría respirar mejor y tomar un poco más de frescor del lugar. Una vez que se instaló, miró a su alrededor, percatándose de que ya había dejado de llamar la atención. Estaba pasando igual que la otra vez, solo que hubo algo distinto: sí pudo encontrar algo interesante de primeras. Se trataba de una mujer, la cual era pelirroja - y a su gusto la veía guapa - y se entretenía jugando con una mascota de lo más peculiar. ¿Aquello era un búho? Tenía que salir de dudas. - Oe, tú. - Dijo mientras recogía la jarra con la cerveza y se acercaba donde estaba sentada la chica. - ¿Te importa que me siente contigo? - Preguntó, pero ya lo había hecho, dejando la mochila de nuevo a sus pies al igual que la jarra, pero esta fue en la mesa. Las espadas, sin embargo, las dejó sobre sí mismo.
Esto le hizo parar en una taberna modesta del lugar, abriendo la puerta de par en par y llamando la atención de los clientes por varios motivos: su máscara de cuero, sus espadas colgadas en diferentes posiciones y por la mochila que empuñaba en la mano derecha, donde se asomaban cabezas de pescado y el olor era poco discreto. Había pasado dos días navegando sin descanso y se reflejaba en la ojera pronunciada de su ojo. - Tsk, siempre lo mismo. - Murmuró, rascándose la cabeza con la mano que le quedaba libre mientras que se acercaría a la barra. Tomó asiento en una de las bancas de madera de la zona y arrojó la mochila a sus propios pies. - Póngame la cerveza más fría y barata que tenga. - Abrió la cremallera de la máscara y la bajó un poco, dejando mostrar parte superior de su barbilla al igual que sus labios. Así podría respirar mejor y tomar un poco más de frescor del lugar. Una vez que se instaló, miró a su alrededor, percatándose de que ya había dejado de llamar la atención. Estaba pasando igual que la otra vez, solo que hubo algo distinto: sí pudo encontrar algo interesante de primeras. Se trataba de una mujer, la cual era pelirroja - y a su gusto la veía guapa - y se entretenía jugando con una mascota de lo más peculiar. ¿Aquello era un búho? Tenía que salir de dudas. - Oe, tú. - Dijo mientras recogía la jarra con la cerveza y se acercaba donde estaba sentada la chica. - ¿Te importa que me siente contigo? - Preguntó, pero ya lo había hecho, dejando la mochila de nuevo a sus pies al igual que la jarra, pero esta fue en la mesa. Las espadas, sin embargo, las dejó sobre sí mismo.
Takami Norihito
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Creado por Saya Shicheri Lun Jun 06, 2016 2:11 pm
Podría considerarse que Villa Foosha era el punto de calma, alejado de todo el problema de la capital de la isla, después de todo había tenido la mala fortuna de pasar por el Reino Goa, pensaba encontrarse con un lugar magnífico como lo que había escuchado por los piratas, o los pobladores de otras islas, podría decirse que adornaban la belleza de aquel Reino, de tal manera que había querido conocer ese lugar. Por supuesto que no esperaba encontrarse con lo que vio.
Principalmente por ello estaba modificando su mapa, colocando las iniciales "ZG" sobre el boceto que representaba el Reino Caído. La Zona de Guerra que había estallado por razones desconocidas por ella, tampoco se había puesto a investigar, al fin de cuentas, hace dos días que dejo ese lugar, para disfrutar de la calma de Foosha.
Había devuelto su mirada al mapa hasta que escucho el ruido de la puerta del bar, además que se escuchó porque el silencio inundo el bar por unos breves momentos, y esto fue porque la presencia era impactante. ¿Con que frecuencia se observaba a un hombre con máscara, espadas y un cabello tan llamativo? Podría ser comparado con el blanco de las nubes. Aunque lo que mas llamo la atención de la pelirroja, fue el ojo rojo que provocó un estremecimiento; Lo más probable es que hayan sido los nervios que le provocaron concentrar toda su atención en el mapa en construcción.
Hubiera dado resultado, un plan completamente exitoso, de no ser porque el hombre que la había descolocado se acercó, preguntando y actuando sin que ella haya tenido tiempo a responder, simplemente se lo quedo mirando un momento antes de ver a Fuko, mirada que le fue devuelta por el animal que no entendía la acción del intruso. Debía admitirlo, casi se le forma una sonrisa porque compartiese la confusión con su mascota. Devolvió su mirada al muchacho para responderle. —No me molesta que se siente a mi lado— No era mentira, al contrario, despertaba curiosidad en ella. Desvío su mirada, ahora dirigida a sus armas. —¿Es usted un espadachín?— Fue una pregunta tan estúpida que la apenó. —Disculpe si señalo lo obvio, es solo que es la primera vez que veo uno.— Confesó, la vergüenza siendo notable en su tono de voz. Intentando evitar quedar como mas tonta, le dio un pedazo de pan a Fuko, aunque el animal ya estaba bajo la mesa, atraído por el aroma a pescado, claro que sin probarlo y quedándose al lado de los pies del extraño.
Principalmente por ello estaba modificando su mapa, colocando las iniciales "ZG" sobre el boceto que representaba el Reino Caído. La Zona de Guerra que había estallado por razones desconocidas por ella, tampoco se había puesto a investigar, al fin de cuentas, hace dos días que dejo ese lugar, para disfrutar de la calma de Foosha.
Había devuelto su mirada al mapa hasta que escucho el ruido de la puerta del bar, además que se escuchó porque el silencio inundo el bar por unos breves momentos, y esto fue porque la presencia era impactante. ¿Con que frecuencia se observaba a un hombre con máscara, espadas y un cabello tan llamativo? Podría ser comparado con el blanco de las nubes. Aunque lo que mas llamo la atención de la pelirroja, fue el ojo rojo que provocó un estremecimiento; Lo más probable es que hayan sido los nervios que le provocaron concentrar toda su atención en el mapa en construcción.
Hubiera dado resultado, un plan completamente exitoso, de no ser porque el hombre que la había descolocado se acercó, preguntando y actuando sin que ella haya tenido tiempo a responder, simplemente se lo quedo mirando un momento antes de ver a Fuko, mirada que le fue devuelta por el animal que no entendía la acción del intruso. Debía admitirlo, casi se le forma una sonrisa porque compartiese la confusión con su mascota. Devolvió su mirada al muchacho para responderle. —No me molesta que se siente a mi lado— No era mentira, al contrario, despertaba curiosidad en ella. Desvío su mirada, ahora dirigida a sus armas. —¿Es usted un espadachín?— Fue una pregunta tan estúpida que la apenó. —Disculpe si señalo lo obvio, es solo que es la primera vez que veo uno.— Confesó, la vergüenza siendo notable en su tono de voz. Intentando evitar quedar como mas tonta, le dio un pedazo de pan a Fuko, aunque el animal ya estaba bajo la mesa, atraído por el aroma a pescado, claro que sin probarlo y quedándose al lado de los pies del extraño.
Última edición por Saya Shicheri el Mar Jun 07, 2016 8:01 pm, editado 1 vez
Saya Shicheri
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Creado por Takami Norihito Mar Jun 07, 2016 10:06 am
La situación pudo volverse violenta, pero nada más lejos de la realidad, puesto que al sentarse notó cierta respuesta positiva de la pelirroja, lo cual le llamó la atención. No todos los días alguien estaba tranquilamente en una taberna haciendo sus cosas cuando una persona con dos espadas, máscara siniestra, pelo blanco y un ojo rojizo invadía tu espacio personal por puro egoísmo. Sin embargo, sucedió, por lo que Takami lo agradeció en sus adentros ya que esto le permitiría divertirse un poco más en aquel lugar tan cotidiano a la par que animado. Tomó a Luna Llena con la mano zurda, flexionando el codo para sujetarla por la hoja vendada y dejarla con el mango apoyado con la espaldera del asiento.
La pregunta dirigida hacia su persona hizo que Nori la mirase de reojo una segunda vez, un tanto extrañado por la incógnita tan obvia que había lanzado. ¿Será acaso que estaba nerviosa? ¿Por qué motivo? Esto no hizo más que crecer la curiosidad del pirata, acercando su torso a la mesa y apoyando los codos sobre la misma. - En efecto, manejo el arte de una y dos espadas al unísono. Me llevó diez años de entrenamiento. - Dio un trago a su bebida y se percató que el búho había desaparecido de su campo de visión, aunque tras juzgar por el sonido proveniente de debajo del mueble, debería de estar rondando a la mochila de su pescado; o eso al menos fue lo que supuso en un principio. - Incluso de donde provengo había gente con espadas, señorita, dudo mucho que alguien como yo sea el primero. - Cerró la cremallera de la máscara con tal de ocultar un poco más su rostro ante una desconocida. Ladeó un poco el brazo derecho buscando la mochila sin apartar la mirada mientras que hablaba. - ¿Eres una navegante? Lo digo por los mapas. - Pudo sacar un pescado de la misma y con disimulo lo arrojó por debajo de la mesa en dirección a su mascota. Si tenía hambre, no le serviría de nada investigarlo sin que su cuerpo y mente estuviesen despejados, por lo que accedió a alimentarlo. - Curiosamente he empezado mis andanzas por alta mar. Necesito a una compañera que me ayude a viajar de mar en mar. Tras estos meses, he aprendido que no sirvo mucho en solitario, menos montado en un barco. ¿Qué me dice, señorita...?
La pregunta dirigida hacia su persona hizo que Nori la mirase de reojo una segunda vez, un tanto extrañado por la incógnita tan obvia que había lanzado. ¿Será acaso que estaba nerviosa? ¿Por qué motivo? Esto no hizo más que crecer la curiosidad del pirata, acercando su torso a la mesa y apoyando los codos sobre la misma. - En efecto, manejo el arte de una y dos espadas al unísono. Me llevó diez años de entrenamiento. - Dio un trago a su bebida y se percató que el búho había desaparecido de su campo de visión, aunque tras juzgar por el sonido proveniente de debajo del mueble, debería de estar rondando a la mochila de su pescado; o eso al menos fue lo que supuso en un principio. - Incluso de donde provengo había gente con espadas, señorita, dudo mucho que alguien como yo sea el primero. - Cerró la cremallera de la máscara con tal de ocultar un poco más su rostro ante una desconocida. Ladeó un poco el brazo derecho buscando la mochila sin apartar la mirada mientras que hablaba. - ¿Eres una navegante? Lo digo por los mapas. - Pudo sacar un pescado de la misma y con disimulo lo arrojó por debajo de la mesa en dirección a su mascota. Si tenía hambre, no le serviría de nada investigarlo sin que su cuerpo y mente estuviesen despejados, por lo que accedió a alimentarlo. - Curiosamente he empezado mis andanzas por alta mar. Necesito a una compañera que me ayude a viajar de mar en mar. Tras estos meses, he aprendido que no sirvo mucho en solitario, menos montado en un barco. ¿Qué me dice, señorita...?
Takami Norihito
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Creado por Saya Shicheri Mar Jun 07, 2016 11:19 pm
Ser tan expresiva lograba ser una clara desventaja, después de todo, eran contadas las ocasiones en que su emoción no estaba presente, sea en el movimiento de sus manos o en su rostro. En este caso, el hombre frente a ella lograba intimidarla, ni siquiera ella comprendía la razón, podría ser por la falta de costumbre de ver a un albino, o el hecho de la máscara; se inclinaba por esta última, puesto que sus compañeros de viaje solían tener el rostro descubierto. Teniendo esto en cuenta, ¿por que aceptó que se sentase con ella? Porque era el único que había logrado llamar su atención en toda Villa Foosha, si bien desconocía por completo quien era él, la curiosidad era mas fuerte que el pensamiento racional.
La misma falta de racionalidad logró que una sutil sonrisa sea formada en sus labios, esto debido a que la pelirroja esperaba que el sujeto se burle de ella o se marchará del asiento, en cambio le había contestado con información que no esperaba recibir y había logrado sorprenderla, ¿10 años llevaba entrenando? —Debo admitir que es sorprendente. —Realmente lo era, pero no quería decir más de lo necesario, no quería cometer el error de subirle el ego al extraño.
Dejo el lápiz en la mesa a su lado, antes de proceder a darle un trago a su bebida, disfrutando del líquido en su garganta antes de responder, manteniendo aquel tono de calma y educación con la que fue criada. —Puede parecer mentira, pero realmente es el primero que observo.
El rumbo de la charla casual fue dirigida hacia el trabajo de trazos, había ignorado que la libreta se encontraba abierta y con todo el contenido a la vista del desconocido, un detalle que logró avergonzarla aún más, claro que intento disimularlo, respondiendo su pregunta. —Si señor, lo soy. —Como no tenía caso guardar el cuaderno, se lo extendió para que pudiese verlo con mayor claridad, mientras tanto Fukorata estaba disfrutando de la atención del albino, poder recibir comida gratis era un lujo que rara vez podía darse, y estaba saboreando aquella cabeza de pescado sin culpa alguna, al menos lo seguiría haciendo hasta que la charla con el extraño que le daba ese manjar terminase, pero ante la proposición de compañerismo, no dudo en subir a la mesa para observarlo, comprobando también la expresión de sorpresa que demostraba la muchacha, como era lo que menos esperaba escuchar, tardo unos segundos para articular una frase. —Dicen que viajar acompañado hace mas ameno el viaje por el mar. —Entrecerró los ojos ante la pregunta, optando por hacer lo que todo pirata hace. —Aya, ¿y usted es?
La misma falta de racionalidad logró que una sutil sonrisa sea formada en sus labios, esto debido a que la pelirroja esperaba que el sujeto se burle de ella o se marchará del asiento, en cambio le había contestado con información que no esperaba recibir y había logrado sorprenderla, ¿10 años llevaba entrenando? —Debo admitir que es sorprendente. —Realmente lo era, pero no quería decir más de lo necesario, no quería cometer el error de subirle el ego al extraño.
Dejo el lápiz en la mesa a su lado, antes de proceder a darle un trago a su bebida, disfrutando del líquido en su garganta antes de responder, manteniendo aquel tono de calma y educación con la que fue criada. —Puede parecer mentira, pero realmente es el primero que observo.
El rumbo de la charla casual fue dirigida hacia el trabajo de trazos, había ignorado que la libreta se encontraba abierta y con todo el contenido a la vista del desconocido, un detalle que logró avergonzarla aún más, claro que intento disimularlo, respondiendo su pregunta. —Si señor, lo soy. —Como no tenía caso guardar el cuaderno, se lo extendió para que pudiese verlo con mayor claridad, mientras tanto Fukorata estaba disfrutando de la atención del albino, poder recibir comida gratis era un lujo que rara vez podía darse, y estaba saboreando aquella cabeza de pescado sin culpa alguna, al menos lo seguiría haciendo hasta que la charla con el extraño que le daba ese manjar terminase, pero ante la proposición de compañerismo, no dudo en subir a la mesa para observarlo, comprobando también la expresión de sorpresa que demostraba la muchacha, como era lo que menos esperaba escuchar, tardo unos segundos para articular una frase. —Dicen que viajar acompañado hace mas ameno el viaje por el mar. —Entrecerró los ojos ante la pregunta, optando por hacer lo que todo pirata hace. —Aya, ¿y usted es?
Saya Shicheri
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Creado por Takami Norihito Jue Jun 09, 2016 12:24 pm
Que alguien halagara su condición como espadachín, obtuvo como resultado el nacimiento de dos sentimientos al mismo tiempo. Por un lado, se sintió halagado por las palabras de la mujer cuyo oficio era una navegante. Pero también pudo sentirse algo decepcionado con la facilidad con la que se sorprendiese la mujer por cualquier hecho - bajo el criterio del albino - rutinario o común. Cerró el ojo por un momento mientras que la chica hablaba y dejó escapar un suspiro, como si se estuviese cansando de todas aquellas palabras amables. Le sonaban forzabas, además de que se percató del corte en la voz contraria, como si sintiera algo fuera de lo normal en su día a día. ¿Era la expresión miedo? ¿O simplemente estaba nerviosa por solo su presencia? De igual manera, el solo imaginarse algo semejante logró que dejara caer una risa sarcástica, apoyando los codos sobre la mesa con más comodidad e invadiendo un poco más de espacio, adelantando un poco su rostro hacia adelante y sujetando la jarra con la mano derecha.
Iba a contestar, pero la invasión de su mascota sobre la mesa le pilló con la guardia baja, dando un ligero brinco y disimulando como buenamente pudo, dejándose caer contra el respaldo de su asiento. Dejó salir todo el aire almacenado en sus pulmones y llevó su mano libre hasta el mango de la katana, a modo de utilizarla como punto de apoyo. - Vaya vaya, dame un respiro. - Murmuró, entrecerrando su ojo sin apartar la mirada del supuesto búho mientras que la mujer hablaba y aceptaba la propuesta del albino. A decir verdad, aún no era consciente del por qué quiso reclutarla a ella, habiendo por ahí afuera piratas más adecuados para ello como Jake, aunque dejó de lado todas las razones lógicas. Si le apeteció tenerla de compañera, pues bien recibida sería. - Tu mascota, ¿Cómo se llama? - Alzó la zurda con el dedo índice extendido, esperando a que el animal obedeciera la indirecta y se apoyara en él de un saltito, aunque el mismo no se movió y se quedó mirando al pirata con la cabeza torcida a la derecha. - Por lo que veo, no me hace mucho caso. Con el tiempo espero que me acepte. - Comentó, relajando la facción visible de su rostro, lo cual era señal de que estaba sonriendo con los labios.
Había ignorado la aceptación de la tal Aya hasta ahora, puesto que la mascota había ocupado gran parte de importancia en la conversación. Takami se acercó un poco más de la mesa, entrelazando sus dedos y dejando caer las manos sobre la mesa, adquiriendo una postura más formal a la par que relajada. - Espero que entiendas lo que significa navegar conmigo. Soy un pirata, Aya-san. - Le reveló, notando que los presentes en el bar bajaron un poco el tono de voz y miraron por unos segundos al enmascarado, pues un pirata por ese bar no es que fuese muy frecuente. - Puedes llamarme Parcheado o Parche. - Ya que iban a navegar juntos, al menos debería de decirle su apodo en un sitio público. Con el tiempo, tal vez le revelase su nombre real, aunque lo dudaba en su interior. - Si aún así aceptas, debes de saber que no soy una buena persona. Si tengo que robar, lo haré. Si tengo que extorsionar, lo haré. Si tengo que matar... - Carraspeó, señalando con su propio ojo hacia atrás, donde asomaba el mango de su primera espada cubierta de vendas. - ... creo que es obvia la terminación. Aún así, agradecería contar con sus servicios... nakama.
Iba a contestar, pero la invasión de su mascota sobre la mesa le pilló con la guardia baja, dando un ligero brinco y disimulando como buenamente pudo, dejándose caer contra el respaldo de su asiento. Dejó salir todo el aire almacenado en sus pulmones y llevó su mano libre hasta el mango de la katana, a modo de utilizarla como punto de apoyo. - Vaya vaya, dame un respiro. - Murmuró, entrecerrando su ojo sin apartar la mirada del supuesto búho mientras que la mujer hablaba y aceptaba la propuesta del albino. A decir verdad, aún no era consciente del por qué quiso reclutarla a ella, habiendo por ahí afuera piratas más adecuados para ello como Jake, aunque dejó de lado todas las razones lógicas. Si le apeteció tenerla de compañera, pues bien recibida sería. - Tu mascota, ¿Cómo se llama? - Alzó la zurda con el dedo índice extendido, esperando a que el animal obedeciera la indirecta y se apoyara en él de un saltito, aunque el mismo no se movió y se quedó mirando al pirata con la cabeza torcida a la derecha. - Por lo que veo, no me hace mucho caso. Con el tiempo espero que me acepte. - Comentó, relajando la facción visible de su rostro, lo cual era señal de que estaba sonriendo con los labios.
Había ignorado la aceptación de la tal Aya hasta ahora, puesto que la mascota había ocupado gran parte de importancia en la conversación. Takami se acercó un poco más de la mesa, entrelazando sus dedos y dejando caer las manos sobre la mesa, adquiriendo una postura más formal a la par que relajada. - Espero que entiendas lo que significa navegar conmigo. Soy un pirata, Aya-san. - Le reveló, notando que los presentes en el bar bajaron un poco el tono de voz y miraron por unos segundos al enmascarado, pues un pirata por ese bar no es que fuese muy frecuente. - Puedes llamarme Parcheado o Parche. - Ya que iban a navegar juntos, al menos debería de decirle su apodo en un sitio público. Con el tiempo, tal vez le revelase su nombre real, aunque lo dudaba en su interior. - Si aún así aceptas, debes de saber que no soy una buena persona. Si tengo que robar, lo haré. Si tengo que extorsionar, lo haré. Si tengo que matar... - Carraspeó, señalando con su propio ojo hacia atrás, donde asomaba el mango de su primera espada cubierta de vendas. - ... creo que es obvia la terminación. Aún así, agradecería contar con sus servicios... nakama.
Takami Norihito
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Creado por Saya Shicheri Jue Jun 09, 2016 3:19 pm
Fukorata no solo era la mascota, sino que también el guardián de la pelirroja, era por eso que no se acercaba al albino, y había evitado su acercamiento, porque era un desconocido y como todo buen vigilante, desconfiaba hasta que demostrase lo contrario. Claro que la reacción del chico hizo sonreír a la muchacha, no podía negar el búho tenia un buen método para sorprender a los demás, mientras el contrario se recuperaba, la pelirroja había optado por acariciar el plumaje del animal con cariño, y siguió haciéndolo cuando el albino habló. —Su nombre es Fukorata.—La desconfianza era palpable, y con ese movimiento de cabeza indicaba que no iba a posar sus garras en el dedo extraño. Con la sonrisa, le respondió el comentario. —El tiempo lo dirá — Y así era, puesto que hasta que no haya confianza, el búho solo se acercaría a pedir, mejor dicho, a robar comida, al final de cuentas, el pájaro tenía una interesante personalidad, casi podría decirse que era un reflejo de la pirata, solo fiel a ella y arisco con el resto del mundo, y cualquiera que quisiera tocarle una pluma, recibía un picotazo o un rasguño que te quedaba toda la vida; nadie podía decir que no tenía carácter el emplumado.
Los mimos seguían siendo recibidos tranquilamente por el búho, aunque este observaba de vez en cuando al extraño, comprobando que no hiciera nada que podría dañar a su compañera. Claro que ambos se detuvieron cuando escucharon la declaración del contrario, no sólo ellos, sino que parecía que todo el bar se había detenido ante esas simples palabras "Soy un pirata", las palabras que le siguieron después fueron suficientes para que una afilada sonrisa fuese dibujada en los labios de la pelirroja, inclusive su mirada parecía cambiada, no era como la damita que observaba pacíficamente lo que ocurría a su alrededor, era como una mujer armada que se encontraba preparada para lo que se había presentado ante ella, una oportunidad de oro para tener un poco de riquezas.
De manera disimulada, bajo su mano hasta su muslo para extraer la pistola pero dejándola oculta a la vista de los demás. Observó el ojo del albino, mientras acercarse un poco a él para contestar con un tono opuesto al educado que tenía antes, como si estuviera murmurando un secreto. —Es lo que debemos hacer todos, ¿verdad? Sino tuviéramos esa ideología, no podríamos considerarnos piratas.— Se levanto del asiento en el que estaba, sacando la pistola de la falda, subiendo con ayuda del asiento hacia la mesa, apuntando a un jarrón de cerveza que sostenía un borracho de la barra y así disparar, logrando que el sujeto retroceda por la sorpresa. —Muy bien señores, ahora que tengo su atención, hagamos esto de manera organizada, pasare una bolsa y esperó que la llenen con lo que tengan, ahorren decir que no llevan nada encima o que tienen familia esperándolos, esta excusa ya esta algo gastada—Con la misma sonrisa afilada, le apunto al cantinero en la cabeza. —En cuanto a la primera, realmente me interesa saber como iban a pagar a este hombre por las bebidas que les daban, sino tienen dinero para darme, ¿como iban a seguir disfrutando del alcohol? ¿Con un trabajo manual? —Ladeo su cabeza, reposando el arma en su cintura aunque agarrada firmemente por su mano. —¿Me harán esperar mucho? Realmente agradecería su colaboración, no es mi estilo la agresión...— Parecía un mal chiste, si se observaba la cerveza que iba escapando del jarró, manchando lo que antes era un impecable piso de madera.
Los mimos seguían siendo recibidos tranquilamente por el búho, aunque este observaba de vez en cuando al extraño, comprobando que no hiciera nada que podría dañar a su compañera. Claro que ambos se detuvieron cuando escucharon la declaración del contrario, no sólo ellos, sino que parecía que todo el bar se había detenido ante esas simples palabras "Soy un pirata", las palabras que le siguieron después fueron suficientes para que una afilada sonrisa fuese dibujada en los labios de la pelirroja, inclusive su mirada parecía cambiada, no era como la damita que observaba pacíficamente lo que ocurría a su alrededor, era como una mujer armada que se encontraba preparada para lo que se había presentado ante ella, una oportunidad de oro para tener un poco de riquezas.
De manera disimulada, bajo su mano hasta su muslo para extraer la pistola pero dejándola oculta a la vista de los demás. Observó el ojo del albino, mientras acercarse un poco a él para contestar con un tono opuesto al educado que tenía antes, como si estuviera murmurando un secreto. —Es lo que debemos hacer todos, ¿verdad? Sino tuviéramos esa ideología, no podríamos considerarnos piratas.— Se levanto del asiento en el que estaba, sacando la pistola de la falda, subiendo con ayuda del asiento hacia la mesa, apuntando a un jarrón de cerveza que sostenía un borracho de la barra y así disparar, logrando que el sujeto retroceda por la sorpresa. —Muy bien señores, ahora que tengo su atención, hagamos esto de manera organizada, pasare una bolsa y esperó que la llenen con lo que tengan, ahorren decir que no llevan nada encima o que tienen familia esperándolos, esta excusa ya esta algo gastada—Con la misma sonrisa afilada, le apunto al cantinero en la cabeza. —En cuanto a la primera, realmente me interesa saber como iban a pagar a este hombre por las bebidas que les daban, sino tienen dinero para darme, ¿como iban a seguir disfrutando del alcohol? ¿Con un trabajo manual? —Ladeo su cabeza, reposando el arma en su cintura aunque agarrada firmemente por su mano. —¿Me harán esperar mucho? Realmente agradecería su colaboración, no es mi estilo la agresión...— Parecía un mal chiste, si se observaba la cerveza que iba escapando del jarró, manchando lo que antes era un impecable piso de madera.
Saya Shicheri
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» Torpe muchacho [ Priv. ]
» De cacería en las nieves [Priv]
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