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Creado por Hisagi Mar Jun 21, 2016 9:14 am
Es cierto que la mayoría de veces el simple hecho de encontrarme en una isla como esta, donde se encuentra una base de la marina, me hace darme cuenta del poco respeto que tengo hacia esta facción, puede resultar incluso irónico que camine como si nada por sus calles portando mis tres katanas, y aún más manteniendo esos aires de grandeza a la hora de andar que tanto me caracterizan. Como siempre suelo andar en mi propia nube, como si nada de lo que ocurriese a mi alrededor influyera en mi, pero esta mas que claro que eso no es así. Un pequeño jaleo no muy lejos del lugar donde me encontraba me sacó de mi mundo, soy una persona demasiado curiosa, y cuando ocurren cosas de ese estilo suelo acercarme al menos para tener una breve idea de lo ocurrido. Un coro rodeaba donde estaba ocurriendo realmente la acción, me vinieron a la cabeza multitud de posibilidades, y realmente era lo que más me podía haber imaginado, una pelea. Lo cierto es que no me importaba demasiado, aun así decidí adentrarme un poco más para saber con exactitud qué estaba ocurriendo.
Me abrí paso entre el tumulto de gente hasta tener una capacidad optima para saber a ciencia cierta qué era lo que estaba ocurriendo allí mismo. Tres marines estaban golpeando a un hombre que se encontraba en el suelo ya con heridas de cierta gravedad, simplemente por la sangre que se encontraba fluyendo por el suelo y la inmensa cantidad de heridas que tenía, estaba claro que si no se detenían rápido podían llegar a matarlo, y la verdad es que no iba a permitirlo sin importar el motivo por el que estuviesen haciendo aquello, ya después me preocuparía por ello. Con unos rápidos movimientos de muñecas hice que las tres katanas estuviesen en su lugar correspondiente, preparado para el combate. La gente que se encontraba más cercana a mi se abrió, estaba claro que ninguno de ellos iban a colaborar, así que lo mejor seria que no estorbaran. Tomé aire profundamente al ver como los tres miembros de la marina se me quedaban mirándome sabiendo perfectamente cuales eran mis intenciones.-Ya que habéis tenido el valor de darle a él, venid por mi ahora.-Dije mostrando una sonrisa que inspiraba más que nada seguridad. Adopte mi posición de guardia no dejando ningún hueco libre, eran mas que yo, así que tendría que andar con demasiado cuidado.
Me abrí paso entre el tumulto de gente hasta tener una capacidad optima para saber a ciencia cierta qué era lo que estaba ocurriendo allí mismo. Tres marines estaban golpeando a un hombre que se encontraba en el suelo ya con heridas de cierta gravedad, simplemente por la sangre que se encontraba fluyendo por el suelo y la inmensa cantidad de heridas que tenía, estaba claro que si no se detenían rápido podían llegar a matarlo, y la verdad es que no iba a permitirlo sin importar el motivo por el que estuviesen haciendo aquello, ya después me preocuparía por ello. Con unos rápidos movimientos de muñecas hice que las tres katanas estuviesen en su lugar correspondiente, preparado para el combate. La gente que se encontraba más cercana a mi se abrió, estaba claro que ninguno de ellos iban a colaborar, así que lo mejor seria que no estorbaran. Tomé aire profundamente al ver como los tres miembros de la marina se me quedaban mirándome sabiendo perfectamente cuales eran mis intenciones.-Ya que habéis tenido el valor de darle a él, venid por mi ahora.-Dije mostrando una sonrisa que inspiraba más que nada seguridad. Adopte mi posición de guardia no dejando ningún hueco libre, eran mas que yo, así que tendría que andar con demasiado cuidado.
Hisagi
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Creado por Solon Mar Jun 21, 2016 3:18 pm
Había llegado esa misma mañana a Shelltown. Estaba extenuado y acaba de alquilar una habitación en uno de los hostales de la ciudad. Lo había elegido precisamente porque estaba justo enfrente de una taberna de cierta reputación. Estaba con su brazo izquierdo apoyado en el marco de la ventana viendo las vistas y fumando un purito que le había regalado un ciudadano. Tenía sabor a vainilla y lo que no le gustaba era que se consumía demasiado rápido. En cuanto desvió la mirada hacia adentro de la habitación porque alguien había golpeado la puerta comenzó a escuchar gritos. Se giró lo más rápido que pudo y lo único que vio al muchacho que le había dado el purito ¿Qué pasaba? De pronto dos marines aparecieron armados de entre una callejuela y atraparon a su conocido. En cuanto llegó el compañero que los perseguía comenzaron a golpearle sin pestañear. Abrió la puerta rápidamente colocándose su cinto con la katana y allí no había nadie. Tal vez habría sido el crío de alguien. Cuando llegó había tal cantidad de gente que ni veía el combate. Se abrió paso hasta encontrarse con los marines de pie, enfrentando a un chaval armado con tres espadas. Lo miró de arriba abajo, parecía hábil pero... ¿tres? Él una le parecía suficiente. Había escuchado hablar de aquella técnica, el santoryu. No recordaba a ningún conocido que luchara de aquella manera.
Los ignoró, se acercó al herido el cual parecía luchar para mantenerse consiente. Apoyó su rodilla cubierta por aquellos pantalones anchos que siempre vestía y la camiseta de tirantes se abalanzó hacia adelante por el efecto de la gravedad haciendo que cualquiera de los allí presentes pudieran percatarse de sus músculos marcados. -Ey chaval. ¿Qué has hecho para que esos te metan una buena tunda?-Se le iluminó la cara al reconocerlo. Una lágrima se le saltó y recorrió su mejilla ensangrentada creando lo que parecía un río rodeado de arbustos rojos. Se llevó la mano a su parte trasera para arrancarle un trozo de tela de la camiseta y limpiarle el rostro para que su orgullo se mantuviera todavía firme. -Ahora pareces una persona.- Aquel joven le caía bien. Le parecía honrado y con buena fe. -No hace falta que contestes, ellos me dirán lo que ha pasado.-Comentó al verlo intentar hablar pero por la convulsión de la paliza no podía articular palabra y decidió dejarlo estar.
Se puso en pie lentamente y colocó su mano izquierda en el mango de la katana mientras que se apoyaba con su otra mano en el cinto alrededor de su cintura. Se acercó un par de pasos hacia aquellos marines que se echaron hacia un lado para no estar rodeados del tipo del santoryu y él. -Odio a las personas que dan palizas sin motivos y más si son hombres de la justicia.- Él era un hombre de la justicia claro está, pero sabía de antemano que en la marina había demasiados reclutas idiotas y que algunos tan solo se dedicaban a mostrarse superiores a los ciudadanos corrientes. Solon nunca osaría a levantar la mano a alguien inocente porqué sí. -Creo que debéis una buena explicación- Decía con tono serio y amenazante. Los fulminó con sus ojos rojos. Miró a todas las personas que los rodeaban. Miraban furiosos a aquellos marines. -Tú--Decía firme y chulesco. Se dirigía al tipo de las tres espadas que también parecía afectado por lo sucedido. -¿Sabes algo?-Su tono de voz exigía respuestas rápidas. No le gustaba perder tiempo con chácharas innecesarias.
Los ignoró, se acercó al herido el cual parecía luchar para mantenerse consiente. Apoyó su rodilla cubierta por aquellos pantalones anchos que siempre vestía y la camiseta de tirantes se abalanzó hacia adelante por el efecto de la gravedad haciendo que cualquiera de los allí presentes pudieran percatarse de sus músculos marcados. -Ey chaval. ¿Qué has hecho para que esos te metan una buena tunda?-Se le iluminó la cara al reconocerlo. Una lágrima se le saltó y recorrió su mejilla ensangrentada creando lo que parecía un río rodeado de arbustos rojos. Se llevó la mano a su parte trasera para arrancarle un trozo de tela de la camiseta y limpiarle el rostro para que su orgullo se mantuviera todavía firme. -Ahora pareces una persona.- Aquel joven le caía bien. Le parecía honrado y con buena fe. -No hace falta que contestes, ellos me dirán lo que ha pasado.-Comentó al verlo intentar hablar pero por la convulsión de la paliza no podía articular palabra y decidió dejarlo estar.
Se puso en pie lentamente y colocó su mano izquierda en el mango de la katana mientras que se apoyaba con su otra mano en el cinto alrededor de su cintura. Se acercó un par de pasos hacia aquellos marines que se echaron hacia un lado para no estar rodeados del tipo del santoryu y él. -Odio a las personas que dan palizas sin motivos y más si son hombres de la justicia.- Él era un hombre de la justicia claro está, pero sabía de antemano que en la marina había demasiados reclutas idiotas y que algunos tan solo se dedicaban a mostrarse superiores a los ciudadanos corrientes. Solon nunca osaría a levantar la mano a alguien inocente porqué sí. -Creo que debéis una buena explicación- Decía con tono serio y amenazante. Los fulminó con sus ojos rojos. Miró a todas las personas que los rodeaban. Miraban furiosos a aquellos marines. -Tú--Decía firme y chulesco. Se dirigía al tipo de las tres espadas que también parecía afectado por lo sucedido. -¿Sabes algo?-Su tono de voz exigía respuestas rápidas. No le gustaba perder tiempo con chácharas innecesarias.
Solon
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Creado por Hisagi Miér Jun 22, 2016 6:32 am
La situación no era especialmente beneficiosa hacia mi persona, me encontraba en una isla donde el mando de la marina estaba más que asegurado, además de tener enfrente a tres de sus miembros. Suspire como siempre intentando mantener la calma, no sabía exactamente porque tenía que meterme en algo que no me afectaba para nada, pero siempre tenía ese tipo de impulsos que terminaban metiendo en peleas por culpa de otros. Un sujeto que portaba una katana se acercó hasta el herido mientras que yo no separaba ni un segundo la mirada de los marines, exactamente igual que ellos. Entonces las palabras de aquel extraño hombre hizo que el ambiente estuviese aún más caliente, al parecer también tenía intenciones de luchar contra ellos, así que la cosa estaba algo más igualada. Dirigió algunas de sus palabras hacia mi, su tono no me agrado demasiado a decir verdad, aun asi decidi dejar un poco al lado mis principios y devolverle una respuesta.-Supongo que exactamente lo mismo que tu, osease, nada.-Fije la mirada en él esperando al menos algún tipo de gesto que me diese algún indicio de sus intenciones, no lo conocía, y al fin y al cabo había supuesto demasiado rápido que estaba dispuesto a ayudarme con este tema.
Uno de los marines dio un paso al frente mostrándose como el “representante”, parecía dispuesto a hablar, aun así, ni siquiera se molestó en bajar la guardia, sabía perfectamente porque estabamos alli, y lo que estábamos dispuestos a hacer.- Despejen la zona, este hombre es un criminal y realmente se merecía todo esto, no hay nada más que hablar, y quien no acate las órdenes de un hombre de la ley, también tendrá que atenerse a las consecuencias.-Sus palabras estaban claramente dirigidas a todos los ciudadanos que había visto todo lo ocurrido, aun así, su mirada se había reflejado más bien en mi y en el otro sujeto, los únicos que nos habíamos molestado realmente en irrumpir todo ese jaleo. Solté una delicada sonrisa antes de responder sutilmente sus palabras.-La verdad es que no me importa demasiado lo que haya hecho ese hombre, aun asi estoy mas que seguro que no justifica la paliza que le habéis dado.-Mis palabras fueron subiendo paulatinamente de tono hasta acabar la frase gritando a pleno pulmón. Agaché la cabeza esta vez con la sonrisa completamente eliminada de mi rostro, apreté con mucha fuerza los mangos de mis espadas hasta el punto de retorcer un poco el material que envolvía el mismo.
Levanté la vista y clavé la mirada en los ojos del otro chico, levanté mi katana derecha en su dirección y entonces le dedique unas palabras.-Si estás dispuesto a hacer esto quédate, sino marchate ya.-Estaba seguro que el sabia perfectamente a qué me refería, quería estar seguro si él estaba dispuesto a vengar a ese hombre o no, para saber hasta qué punto podía contar con él. Baje lentamente el arma para que no malinterpretar nada, no estaba siendo hostil con él ni mucho menos, pero quería saber si al menos estaba dispuesto a desenfundar su arma.
Uno de los marines dio un paso al frente mostrándose como el “representante”, parecía dispuesto a hablar, aun así, ni siquiera se molestó en bajar la guardia, sabía perfectamente porque estabamos alli, y lo que estábamos dispuestos a hacer.- Despejen la zona, este hombre es un criminal y realmente se merecía todo esto, no hay nada más que hablar, y quien no acate las órdenes de un hombre de la ley, también tendrá que atenerse a las consecuencias.-Sus palabras estaban claramente dirigidas a todos los ciudadanos que había visto todo lo ocurrido, aun así, su mirada se había reflejado más bien en mi y en el otro sujeto, los únicos que nos habíamos molestado realmente en irrumpir todo ese jaleo. Solté una delicada sonrisa antes de responder sutilmente sus palabras.-La verdad es que no me importa demasiado lo que haya hecho ese hombre, aun asi estoy mas que seguro que no justifica la paliza que le habéis dado.-Mis palabras fueron subiendo paulatinamente de tono hasta acabar la frase gritando a pleno pulmón. Agaché la cabeza esta vez con la sonrisa completamente eliminada de mi rostro, apreté con mucha fuerza los mangos de mis espadas hasta el punto de retorcer un poco el material que envolvía el mismo.
Levanté la vista y clavé la mirada en los ojos del otro chico, levanté mi katana derecha en su dirección y entonces le dedique unas palabras.-Si estás dispuesto a hacer esto quédate, sino marchate ya.-Estaba seguro que el sabia perfectamente a qué me refería, quería estar seguro si él estaba dispuesto a vengar a ese hombre o no, para saber hasta qué punto podía contar con él. Baje lentamente el arma para que no malinterpretar nada, no estaba siendo hostil con él ni mucho menos, pero quería saber si al menos estaba dispuesto a desenfundar su arma.
Hisagi
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Creado por Solon Miér Jun 22, 2016 8:47 am
Tampoco sabía nada, maldita sea. Dirigió su mirada hacia el agonizante joven de los puritos. Parecía estar recuperándose de la brutal paliza porque intentaba entrar en sí y apoyarse en una de las paredes de madera de la taberna la cual estaba a poco menos de tres metros. Para su sorpresa uno del trío que constituía la pandilla marine dio unos pasos al frente. Tenía una cicatriz que salía de su boca y llegaba hasta su oreja. ¿De verdad aquellas personas eran marines? Giró su rostro ante la respuesta de las tres espadas y fruncía el ceño ante las cosas que estaban saliendo de la boca de aquel chico. -Hay personas que merecen una mayor paliza de la que estos malnacidos le han dado al pobre chico. De hecho yo mismo lo haría.-Dirigió, ahora, su mirada enfadada hacia los marines que miraban a uno y a otro pareciendo que estaban asistiendo a un partido de tenis. -Ese chico no ha hecho nada, estoy seguro. Así que ahora me vais a decir qué os ha llevado a eso.-Dio unos pasos hacia adelante tranquilamente y aún desarmado. Los miró uno a uno, los de atrás estaban acojonados como si de bandidos se trataran al ver que le han pillado. El cabecilla se veía más seguro, como si sus órdenes fueran a hacer efecto en las personas.
El silencio que se originó fue interrumpido por el sonido del movimiento de una katana y del comienzo del habla del chico de las tres katanas. -¿Todavía seguías ahí?-Solon sonreía y se mostraba arrogante. -Déjate de esos comentarios, yo me ocuparé de estos falsos marines. Largo. Se tenía que ocupar de aquello él solo, se dedicaba a eso así y no le tenía ni respeto ni miedo a aquellas personas. -Pero...¿¡de qué hablas de falsos!? ¡No sabes nada!-Uno de los de atrás, el más alto y flaco le señalaba con su dedo índice mientras temblaba como si los hubieran pillado. Ante la sonrisa de Solon el cabecilla dio un paso hacia adelante seguido del otro camarada mientras desvainaba su katana y mantenía la punta hacia el suelo. -Ustedes lo habéis quer...- Solon estaba harto de tanta cháchara, quería terminar con ese asunto lo más pronto posible. Desvainó su katana lentamente y el silbido fue propagándose por todos lados hasta que la desvainó en su totalidad y cesó. Le apuntó con aquella espada la cual el mango era como si de una espada para cogerla con las dos manos se tratara. -¿A qué esperas?
El silencio que se originó fue interrumpido por el sonido del movimiento de una katana y del comienzo del habla del chico de las tres katanas. -¿Todavía seguías ahí?-Solon sonreía y se mostraba arrogante. -Déjate de esos comentarios, yo me ocuparé de estos falsos marines. Largo. Se tenía que ocupar de aquello él solo, se dedicaba a eso así y no le tenía ni respeto ni miedo a aquellas personas. -Pero...¿¡de qué hablas de falsos!? ¡No sabes nada!-Uno de los de atrás, el más alto y flaco le señalaba con su dedo índice mientras temblaba como si los hubieran pillado. Ante la sonrisa de Solon el cabecilla dio un paso hacia adelante seguido del otro camarada mientras desvainaba su katana y mantenía la punta hacia el suelo. -Ustedes lo habéis quer...- Solon estaba harto de tanta cháchara, quería terminar con ese asunto lo más pronto posible. Desvainó su katana lentamente y el silbido fue propagándose por todos lados hasta que la desvainó en su totalidad y cesó. Le apuntó con aquella espada la cual el mango era como si de una espada para cogerla con las dos manos se tratara. -¿A qué esperas?
Solon
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Creado por Hisagi Miér Jun 22, 2016 5:27 pm
El asunto se podía cada vez más tenso, lo cierto es que las palabras de ese sujeto no me había sentado nada bien, estaba intentado retener un poco al Hisagi que normalmente ya hubiese decapitado a esos tres hombres, pero su respuesta había sido lo único necesario para hacer que mi actitud cambiase por completo, dejando de lado la parte “amable”, para mostrar al chico mas frio. Revise de nuevo el aspecto de los tres marines, pensando en las palabras del chico, ¿realmente eran marines, o eran tal y como había dicho el sujeto falsos?, ciertamente no me importaba, iban a recibir de todas formas. Sin pensarlo dos veces e ignorando las palabras del otro tipo, un par de movimientos rápidos fueron más que suficientes para llevar mi katana izquierda al cuello del “jefe”, uno de los otros dos al ver como llegaba a colocar el arma en una parte vital de su jefe, tal y como había hecho, se dispuso a atacar, para ello me ayudé de la espada que portaba en mi mano derecha, la cual con un simple movimiento fue lo justo para mantener al marine en raya. El tiempo suficiente como para desplazar el otro arma hacia abajo con mucha fuerza, haciéndole un gran corte en todo el abdomen.
Y tal cual, apoyando mis pies sobre la misma herida de un salto, me impulse con fuerza tirándolo de espaldas. Mis intenciones no eran acabar rápido con todo esto, sino todo lo contrario, cuanto más lo alargarse más se arrepentirán de haber hecho lo que habían hecho con ese hombre, no iba a matarlos para dejar que su agonía acabase rápido. Me limpie un poco la cara con ayuda de mi mano derecha, aun manteniendo la guardia, mientras les dejaba claro que no iba a dejarlos morir sin sufrir.-No creáis que os voy a cortar la cabeza, seria lo mas fácil y mas rápido, pero es menos divertido.-Dije mientras soltaba una fuerte carcajada, la cual prácticamente resonó en toda la calle, esta misma se había vaciado en cuestión de segundos. Respire un par de veces haciendo que mi pulsaciones fuese bajando de forma mas rápida, me sentía un poco ajetreado y es no me daba ninguna ventaja a la hora del combate, sino todo lo contrario, me hace sentirme más preocupado por mi mismo, como si estuviese más indefenso.
Abandone la postura de guardia para tomar una posición algo más chulesca, e incluso dejando un poco de misterio para mis próximos movimientos. Apoyando el filo de mi katana derecha sobre mi hombro, y dejando que la punta de la espada derecha rozase con el mismo suelo, adoptando una posición de seguridad, o tal vez de aburrimiento.-Venga, por lo menos enséñame que sabes hacer, ya que lo tienen tan creído.-Dije soltando una suave puya por su comportamiento anterior, no me gustan una mierda los subiditos.
Y tal cual, apoyando mis pies sobre la misma herida de un salto, me impulse con fuerza tirándolo de espaldas. Mis intenciones no eran acabar rápido con todo esto, sino todo lo contrario, cuanto más lo alargarse más se arrepentirán de haber hecho lo que habían hecho con ese hombre, no iba a matarlos para dejar que su agonía acabase rápido. Me limpie un poco la cara con ayuda de mi mano derecha, aun manteniendo la guardia, mientras les dejaba claro que no iba a dejarlos morir sin sufrir.-No creáis que os voy a cortar la cabeza, seria lo mas fácil y mas rápido, pero es menos divertido.-Dije mientras soltaba una fuerte carcajada, la cual prácticamente resonó en toda la calle, esta misma se había vaciado en cuestión de segundos. Respire un par de veces haciendo que mi pulsaciones fuese bajando de forma mas rápida, me sentía un poco ajetreado y es no me daba ninguna ventaja a la hora del combate, sino todo lo contrario, me hace sentirme más preocupado por mi mismo, como si estuviese más indefenso.
Abandone la postura de guardia para tomar una posición algo más chulesca, e incluso dejando un poco de misterio para mis próximos movimientos. Apoyando el filo de mi katana derecha sobre mi hombro, y dejando que la punta de la espada derecha rozase con el mismo suelo, adoptando una posición de seguridad, o tal vez de aburrimiento.-Venga, por lo menos enséñame que sabes hacer, ya que lo tienen tan creído.-Dije soltando una suave puya por su comportamiento anterior, no me gustan una mierda los subiditos.
Hisagi
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Creado por Solon Miér Jun 22, 2016 9:02 pm
Mientras que él le había dejado bien claro, pensaba él, que se iba a ocupar de todo y que no se interpusiera, el tipo de las tres espadas no tiene otra cosa que hacer que cargárselo a todos. Solon se quedó parado mirando el panorama, incrédulo. ¿Pero de qué iba este tío? ¿De defensor? ¿De guerrero? La madre que le parió. Él tan solo resopló hasta que se aburrió y dirigió la mirada a su conocido. El chaval de los puritos le miraba y le hacía el gesto de "ok" con el dedo pulgar erguido y los demás entrecerrados. Ahora aquel joven se había puesto a pocos metros de él y lo miraba desafiante. ¿Le había llamado creído? -Eres un completo idiota-Así, sin más y punto. Aunque seguía siendo un desafío claro... mmm. Se llevó su mano izquierda a la cabeza para rascarse en la coronilla ya que con su otra mano blandía la katana. Dio un par de pasos hacia la izquierda para tener al chico más cerca y le miró. Le habían salido moratones y desde que algunos vecinos comenzaron a auxiliarle las inflamaciones habían disminuído muy considerablemente. Se alegraba de ello. En ese momento tenía parte de la cabeza pensando en ello y tampoco quería demorarse mucho en el combate con el metecato porque debía de resolver los sucesos como agente del gobierno que era.
-Le voy a dar una paliza a este tipo, después voy contigo- Le dijo mientras retrocedía sobre sus mismas pisadas y alzaba un par de palmos la espada del suelo. -Quiero saber lo sucedido y pienso resolver lo que ha pasado con esos marines... pero siempre tendré un hueco para un desafío.- Sonreía mientras su miraba se posaba en él para analizarlo por encima. Tres katanas contra una. Si las sabía utilizar bien su ventaja estaría en la velocidad. Si se percata de que hay algún hueco en su movimiento, basta con empezar quitarle espadas. Lo veía algo sencillo como si se fuera a enfrentar a un niño desarmado. Aún así había visto tal y como se había comportado y eso era lo que le hacía pensar así: parecía tener actitud infantil. Se llevó la katana hacia atrás y torneó su cuerpo hacia la derecha para que su brazo izquierdo alcanzara el bajo del mango. Flexionó ligeramente sus piernas tras una carrerita hacia la posición de su rival. A ver de lo que era capaz aquel tipo. Su intención era golpearle en el costado para luego aprovechar el impulso y dar una vuelta más sobre sí mismo al elevar una pierna y colocarse sobre uno de sus pies para parar en seco y hacerlo retroceder. Después volvería a la casilla de inicio para preparar su defensiva. Eso era un aviso de "ey, no lo vas a tener sencillo" pero a Solon no le pegaba decir esas cosas.
-Le voy a dar una paliza a este tipo, después voy contigo- Le dijo mientras retrocedía sobre sus mismas pisadas y alzaba un par de palmos la espada del suelo. -Quiero saber lo sucedido y pienso resolver lo que ha pasado con esos marines... pero siempre tendré un hueco para un desafío.- Sonreía mientras su miraba se posaba en él para analizarlo por encima. Tres katanas contra una. Si las sabía utilizar bien su ventaja estaría en la velocidad. Si se percata de que hay algún hueco en su movimiento, basta con empezar quitarle espadas. Lo veía algo sencillo como si se fuera a enfrentar a un niño desarmado. Aún así había visto tal y como se había comportado y eso era lo que le hacía pensar así: parecía tener actitud infantil. Se llevó la katana hacia atrás y torneó su cuerpo hacia la derecha para que su brazo izquierdo alcanzara el bajo del mango. Flexionó ligeramente sus piernas tras una carrerita hacia la posición de su rival. A ver de lo que era capaz aquel tipo. Su intención era golpearle en el costado para luego aprovechar el impulso y dar una vuelta más sobre sí mismo al elevar una pierna y colocarse sobre uno de sus pies para parar en seco y hacerlo retroceder. Después volvería a la casilla de inicio para preparar su defensiva. Eso era un aviso de "ey, no lo vas a tener sencillo" pero a Solon no le pegaba decir esas cosas.
Solon
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Creado por Hisagi Jue Jun 23, 2016 5:36 pm
Solo solté una sutil risa al ver como el chico había caído en mi desafío, lo cierto es que no me preocupa demasiado, digamos que el respeto en aquel momento hacía no era el suficiente como para arrepentirme de haber lanzado aquel reto. Lo cierto es que el chico tenía la determinación suficiente aun sabiendo que de cierta manera estaba por debajo de las posibilidades, tres espadas contra una, tres puntos de apoyos completamente independientes, aunque mi habilidad no fuese exactamente la misma con las tres armas, siguen siendo armas y formas de provocar algún daño de una manera u otra. Estaba dándole vueltas al tema sin realmente prestar la suficiente atención en la situación actual, el tiempo seguía corriendo y el no pensaba perder tiempo ninguno, pero tan solo ver como retrocedía lo suficiente como para lanzarse hacia mi dirección, me dio mas que tiempo de sobra de colocar las tres espadas en forma de guardia, en el momento exacto para repeler su ataque, el cual ayude a romper haciendo fuerza con la rodilla derecha en el centro de las espadas.
Regreso a su punto inicial y yo desmonte la posición de guardia sin dejar de mirarle en ningún momento a los ojos, lo cierto es que en un momento así mi principal objetivo era darle un buen escarmiento a ese tipo, pero lo otro tenia mas prioridad, no iba a dejar que un simple desafío no me dejase resolver el anterior asunto.- No tengo ningún problema en enfrentarme contigo, pero tengo una cosa pendiente.-Le guiñe un ojo haciendo que el ambiente mantuviese esa tensión necesaria para hacer aquello algo más divertido, podía ser un comportamiento algo infantil, pero muchas veces es mejor jugar con la mente de un rival, así seguramente espere mucho menos de mi. Redirigí la mirada sin ni siquiera esperar una respuesta del otro sujeto, no la necesitaba para hacer lo que iba a hacer. El hombre al cual yo había atacado aún se mantenía sentado en el suelo, la herida que le había provocado no había sido lo suficientemente profunda como para matarlo, exactamente lo que buscaba.-Levántate y da la cara, ya que has tenido el valor de atacar a este hombre, ahora atente a las consecuencias.-Estaba empezando a tomarme aquella situación de forma más seria, no me había gustado nada ese acto, y la presencia de ese tipo no me agradaba demasiado. Recupere la posición de combate, completamente dispuesto a acabar con todo esto de un momento a otro.
Regreso a su punto inicial y yo desmonte la posición de guardia sin dejar de mirarle en ningún momento a los ojos, lo cierto es que en un momento así mi principal objetivo era darle un buen escarmiento a ese tipo, pero lo otro tenia mas prioridad, no iba a dejar que un simple desafío no me dejase resolver el anterior asunto.- No tengo ningún problema en enfrentarme contigo, pero tengo una cosa pendiente.-Le guiñe un ojo haciendo que el ambiente mantuviese esa tensión necesaria para hacer aquello algo más divertido, podía ser un comportamiento algo infantil, pero muchas veces es mejor jugar con la mente de un rival, así seguramente espere mucho menos de mi. Redirigí la mirada sin ni siquiera esperar una respuesta del otro sujeto, no la necesitaba para hacer lo que iba a hacer. El hombre al cual yo había atacado aún se mantenía sentado en el suelo, la herida que le había provocado no había sido lo suficientemente profunda como para matarlo, exactamente lo que buscaba.-Levántate y da la cara, ya que has tenido el valor de atacar a este hombre, ahora atente a las consecuencias.-Estaba empezando a tomarme aquella situación de forma más seria, no me había gustado nada ese acto, y la presencia de ese tipo no me agradaba demasiado. Recupere la posición de combate, completamente dispuesto a acabar con todo esto de un momento a otro.
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Creado por Solon Jue Jun 23, 2016 6:39 pm
Había defendido bien su ofensiva. Ya había visto una pincelada de cómo se desarrollaba los movimientos del estilo de las tres espadas. Retrocedió por el impulso y ahora estaba en una posición segura. Era extraño, sus miradas se mantuvieron desde que comenzaron a dialogar. Era cómo si ese fuera el verdadero duelo: quien quitara la mirada por sentirse cohibido sería el derrotado. En los siguientes movimientos del rival él se quedó sin palabras. ¿Lo desafiaba y ahora se había rajado? ¿Tan mediocre era ese chaval? Giró la cabeza de un lado a otro mostrando su negación e incoherencia para después resoplar y acercarse con paso decidido hacia él. ¿Qué iría a hacer ahora ese insensato? Apretaba su el mango de su katana con cada paso que daba hacia él y el grupo de los marines. Parecía estar hablándole y él estaba malherido, ¿cómo lo había dejado vivo? No se había percatado de ello. Esperaba que el tipo de las tres katanas no le interrumpiera al ver cómo comenzaba a actuar y al escuchar las respuestas de aquel tipo. Creía que él también quería descubrir lo que había pasado.
Después de un instante el espadachín pareció reincorporarse al combate. -Ahora sí, ¿eh? Una vez que desvías la atención de un combate de vida y muerte estás muerto. Veo una pérdida de tiempo luchar contigo.-Decía con desagrado y se notaba algo de furia en su habla debido a que sentía que había estado desperdiciando el tiempo. No había sido cien por cien honesto en esta última frase. La verdad que no le parecía una pérdida de tiempo, ¡joder! una katana contra tres. ¿Qué otro desafío podría tener más importancia en ese momento? Pero ahora lo que era primordial para él cambió. Ignoró la presencia del espadachín y comenzó a trotar a pocos metros del tipo que estaba sentado el cual miraba con odio a Solon, ¿o tal vez era una petición de compasión? No le importaba. Le dio una fuerte patada en la mandíbula haciendo que cayera hacia atrás y se golpeara la cabeza pero no suficientemente fuerte como para perder el conocimiento. -Habla-Había llevado el extremo cortante de la espada al cuello del marine.
Las personas se habían medio dispersado pero aún seguían los más curiosos. Él apretó la mandíbula y no abrió la boca. Solon hizo un poco más de presión consiguiendo que su cuello se tornara de un rojo peligroso. Sus ojos feroces lo miraban con mucha rabia. -Tú el de los puros. ¿Te puedes poner en pie? Acércate-Estaba manejando la situación como un auténtico líder. Se notaba que no era la primera vez que se veía involucrado en algo semejante. -¿Cómo te llamas?- Preguntaba sin desviar su mirada del enemigo. -Esto... soy Serge... Serge Aston, señor- Parecía ponerle nervioso aquella situación. Sentía en él que no quería más violencia, utilizaría ese rasgo a favor. -No estoy de humor para ir perdiendo el tiempo. ¿Qué sabes?-Preguntaba mirando a los ojos el tipo que yacía tumbado en el suelo. Aligeró la presión en el cuello para poder observar adecuadamente la reacción de él ante lo que tenía que decir Serge. -Estaba en la tienda de mi difunto padre cuando entraron e intentaron secuestrarme mientras me exigían que revelara el almacén dónde tengo todo el tabaco.- Tras escucharlo el marine abrió los ojos y escupió palabras malsonantes. Solon echó su espada hacia arriba acercándose hacia la mandíbula haciendo que él se obligara a echar la cabeza hacia atrás si no quería que le atravesara.
-Este tipo sabe identificar una mentira, más cuando vienen de críos como tú...-El marine comenzó a hablar y Solon fue retirando la espada poco a poco su katana de su cuello mientras una amplia sonrisa se dibujaba en el rostro del marine. -¿No es verdad? ¿Agente?- Llevó su espada rápidamente hacia una de sus piernas y comenzó a hundirla lentamente. Exigía respuestas y muy rápidas. -¡Es cierto! ¡Es cierto que lo intentamos raptar para que nos llevara a los puros! Se venden muy bien en el mercado negro... ¡Pero que te diga de dónde los saca!- Retiró su katana de su muslo y la dirigió hacia el crío que al intentar retroceder se tropezó y cayó al suelo. Seguramente ese marine ya lo habría visto por el cuartel y hablando con sus superiores o algo porque no era normal. Se estaba maldiciendo. Ese niñato lo había estado engañando todo este tiempo y él había tenido una venda en los ojos todo este tiempo. Tenía un gran don, tenía apariencia y personalidad de alguien humilde y trabajador. No entraba en su cabeza que fuera un contrabandista. Se giró y miró a su rival espadachín. -Creo que voy a tener que oír una opinión para saber cómo actuar. Yo quiero resolver todo esto y colocarlo todo en su sitio, ¿y tú?. Le mostró una sonrisa como de un igual a igual. Esa acción para Solon era algo importante, sabía que aquel tipo tenía potencial y lo podía usar a favor para poder manejar aquella situación que en aquellos instantes le venía grande.
Después de un instante el espadachín pareció reincorporarse al combate. -Ahora sí, ¿eh? Una vez que desvías la atención de un combate de vida y muerte estás muerto. Veo una pérdida de tiempo luchar contigo.-Decía con desagrado y se notaba algo de furia en su habla debido a que sentía que había estado desperdiciando el tiempo. No había sido cien por cien honesto en esta última frase. La verdad que no le parecía una pérdida de tiempo, ¡joder! una katana contra tres. ¿Qué otro desafío podría tener más importancia en ese momento? Pero ahora lo que era primordial para él cambió. Ignoró la presencia del espadachín y comenzó a trotar a pocos metros del tipo que estaba sentado el cual miraba con odio a Solon, ¿o tal vez era una petición de compasión? No le importaba. Le dio una fuerte patada en la mandíbula haciendo que cayera hacia atrás y se golpeara la cabeza pero no suficientemente fuerte como para perder el conocimiento. -Habla-Había llevado el extremo cortante de la espada al cuello del marine.
Las personas se habían medio dispersado pero aún seguían los más curiosos. Él apretó la mandíbula y no abrió la boca. Solon hizo un poco más de presión consiguiendo que su cuello se tornara de un rojo peligroso. Sus ojos feroces lo miraban con mucha rabia. -Tú el de los puros. ¿Te puedes poner en pie? Acércate-Estaba manejando la situación como un auténtico líder. Se notaba que no era la primera vez que se veía involucrado en algo semejante. -¿Cómo te llamas?- Preguntaba sin desviar su mirada del enemigo. -Esto... soy Serge... Serge Aston, señor- Parecía ponerle nervioso aquella situación. Sentía en él que no quería más violencia, utilizaría ese rasgo a favor. -No estoy de humor para ir perdiendo el tiempo. ¿Qué sabes?-Preguntaba mirando a los ojos el tipo que yacía tumbado en el suelo. Aligeró la presión en el cuello para poder observar adecuadamente la reacción de él ante lo que tenía que decir Serge. -Estaba en la tienda de mi difunto padre cuando entraron e intentaron secuestrarme mientras me exigían que revelara el almacén dónde tengo todo el tabaco.- Tras escucharlo el marine abrió los ojos y escupió palabras malsonantes. Solon echó su espada hacia arriba acercándose hacia la mandíbula haciendo que él se obligara a echar la cabeza hacia atrás si no quería que le atravesara.
-Este tipo sabe identificar una mentira, más cuando vienen de críos como tú...-El marine comenzó a hablar y Solon fue retirando la espada poco a poco su katana de su cuello mientras una amplia sonrisa se dibujaba en el rostro del marine. -¿No es verdad? ¿Agente?- Llevó su espada rápidamente hacia una de sus piernas y comenzó a hundirla lentamente. Exigía respuestas y muy rápidas. -¡Es cierto! ¡Es cierto que lo intentamos raptar para que nos llevara a los puros! Se venden muy bien en el mercado negro... ¡Pero que te diga de dónde los saca!- Retiró su katana de su muslo y la dirigió hacia el crío que al intentar retroceder se tropezó y cayó al suelo. Seguramente ese marine ya lo habría visto por el cuartel y hablando con sus superiores o algo porque no era normal. Se estaba maldiciendo. Ese niñato lo había estado engañando todo este tiempo y él había tenido una venda en los ojos todo este tiempo. Tenía un gran don, tenía apariencia y personalidad de alguien humilde y trabajador. No entraba en su cabeza que fuera un contrabandista. Se giró y miró a su rival espadachín. -Creo que voy a tener que oír una opinión para saber cómo actuar. Yo quiero resolver todo esto y colocarlo todo en su sitio, ¿y tú?. Le mostró una sonrisa como de un igual a igual. Esa acción para Solon era algo importante, sabía que aquel tipo tenía potencial y lo podía usar a favor para poder manejar aquella situación que en aquellos instantes le venía grande.
Última edición por Solon el Vie Jun 24, 2016 7:47 am, editado 1 vez
Solon
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Creado por Hisagi Jue Jun 23, 2016 7:20 pm
Resoplé mientras mantenía la vista en la situación, ¿de verdad había llegado hasta este punto?, las ideas no estaban llegando como deberían hasta mi cabeza,¿al final si eran marines, y ese sujeto tan “inocente” era contrabandista de tabaco?, la situación cambiaba sutilmente, pero no lo suficiente para hacerme cambiar de idea, cada uno se busca la vida como puede, algunos robando o asesinando, al menos eso era algo más digno. Suspire intentando mantener la calma, mientras volvía a clavar la mirada en el chico dispuesto a responder su proposición.- Supongo que es lo mismo que quiero hacer yo.-Dije mostrándome un poco amable por unos segundos. Baje lentamente la cabeza mientras dejaba ver una pequeña sonrisa en la comisura de mis labios, no sabía realmente cuales eran las intenciones del sujeto, ni siquiera sabía la identidad de ese hombre. Encogí un poco las piernas, lo suficiente para conseguir el impulso necesario para quedarme prácticamente a un metro del marine que el sujeto había golpeado, apoyándome con mi pierna izquierda lance una patada directamente al rostro del marine.
Yo no contaba con una gran habilidad para el combate cuerpo a cuerpo, sin armas, pero al menos sí sabía defenderme de una forma bastante buena. El tibiazo fue directo a la parte inferior de la mandíbula, y tras el anterior golpe del otro espadachín, no hizo falta nada más para que cayera inconsciente al suelo. En aquella situación estaba dándole la espalda al resto de personas que quedaban. No estaba dispuesto a utilizar demasiado mi habilidad contra estos tipos, simplemente no era necesario y no tenia porque dármelas de fuerte ni nada por el estilo, tan solo no era el momento ni la ocasión para hacerlo. Giré sobre mí mismo para quedarme mirando a los otros dos marines, al crío y al espadachín, ya que ese tipo “no sabía nada más”, podíamos seguir reduciendo un poco el círculo. Por muy buena persona que fuese, y por muy buena voluntad que yo llevase llevando todo esto a cabo, no estaba de más sacar algo de beneficio, y mucho menos sabiendo que era de algo ilegal.-Bueno, supongo que aquí no hay nadie que haya hecho nada bueno, así que primero nos encargamos de vosotros, y luego tendremos que ir a desalojar ese almacén.-Dije ampliando lentamente la sonrisa que portaba en mi cara, estaba integrando en mi plural que el otro espadachín pensaba hacer lo mismo, pero había algo que me hace replantearme realmente la actitud de ese tipo, no me parecía ni un pirata ni un cazarecompensas, y mucho menos viendo la rapidez de las respuestas de estos marines.
-Se suponía que ibas a ayudarme, no a extorsionarme.- Las palabras de aquel sujeto fueron más que suficientes para que me replantearse todo esto, al fin y al cabo era pirata, y ciertamente necesitaba dinero, no me importaba la manera de conseguirlo.-Tómalo como una forma de pagarme, simple protección , aun así, si lo prefieres puedo dejar que sigan con su trabajo.- Me importaba bastante poco su respuesta, iba a acabar con esos marines, y encima pensaba sacarle la localización del almacén a ese tipo, si o si.
Yo no contaba con una gran habilidad para el combate cuerpo a cuerpo, sin armas, pero al menos sí sabía defenderme de una forma bastante buena. El tibiazo fue directo a la parte inferior de la mandíbula, y tras el anterior golpe del otro espadachín, no hizo falta nada más para que cayera inconsciente al suelo. En aquella situación estaba dándole la espalda al resto de personas que quedaban. No estaba dispuesto a utilizar demasiado mi habilidad contra estos tipos, simplemente no era necesario y no tenia porque dármelas de fuerte ni nada por el estilo, tan solo no era el momento ni la ocasión para hacerlo. Giré sobre mí mismo para quedarme mirando a los otros dos marines, al crío y al espadachín, ya que ese tipo “no sabía nada más”, podíamos seguir reduciendo un poco el círculo. Por muy buena persona que fuese, y por muy buena voluntad que yo llevase llevando todo esto a cabo, no estaba de más sacar algo de beneficio, y mucho menos sabiendo que era de algo ilegal.-Bueno, supongo que aquí no hay nadie que haya hecho nada bueno, así que primero nos encargamos de vosotros, y luego tendremos que ir a desalojar ese almacén.-Dije ampliando lentamente la sonrisa que portaba en mi cara, estaba integrando en mi plural que el otro espadachín pensaba hacer lo mismo, pero había algo que me hace replantearme realmente la actitud de ese tipo, no me parecía ni un pirata ni un cazarecompensas, y mucho menos viendo la rapidez de las respuestas de estos marines.
-Se suponía que ibas a ayudarme, no a extorsionarme.- Las palabras de aquel sujeto fueron más que suficientes para que me replantearse todo esto, al fin y al cabo era pirata, y ciertamente necesitaba dinero, no me importaba la manera de conseguirlo.-Tómalo como una forma de pagarme, simple protección , aun así, si lo prefieres puedo dejar que sigan con su trabajo.- Me importaba bastante poco su respuesta, iba a acabar con esos marines, y encima pensaba sacarle la localización del almacén a ese tipo, si o si.
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Creado por Solon Vie Jun 24, 2016 8:15 am
Desvió su mirada del sujeto de las tres katanas y observó a los dos que yacían en el suelo contemplando la situación. Deseaba acabar con todo aquello lo más rápido posible. Estaba muy enfadado con el chico porque no había sospechado en ningún momento que fuera a engañarlo. Aquí fue donde se dio cuenta de que las apariencias realmente engañan como decía el proverbio. A partir de ahora no se iba a tomar a la ligera el primero con el que se cruzara. El espadachín se acercó y le propinó una fuerte patada a la altura de la mandíbula al marine corrupto. Solon no le dijo nada. Era normal sentir eso porque él mismo lo estaba notando recorrer sus venas. Cuando fue a acerarse al chico una voz a su espalda lo interrumpió. Le parecía correcto lo que había dicho por lo que siguió hacia adelante. No sabía de lo que estaba charlando el del santoryu pero bueno tampoco es que hubiera dicho algo de valor. -Así que el chiquillo al final resulta ser de todo menos santo.-Decía escupiendo cada palabra. Las venas de su frente se hincharon debido a la rabia que estaba sintiendo en aquel mismo instante. Su katana aún seguía manchada con la sangre del marine y ahora apuntaba al chico el cual se puso visco al ver la punta de su espada en el entrecejo.
-Eh-Decía con un tono ronco impropio de él para hacerle saber al tipo lo que iba a decir. -Ocúpate de esos corruptos, pero intenta dejar con vida aunque sea al cabecilla. Este de aquí nos dirá todo lo que queramos saber- Esto último lo dijo mirándole a los ojos y con una sonrisa dibujada en su rostro. Le daría un aire de un tipo que está loco. Hizo presión con su katana y el chico de los puros no pudo evitar tumbarse obligado en el suelo. -Por cierto, mi nombre es Solon.-Decía sin mirarlo. Lo estaba tratando como un igual, te daba un poco de coraje porque sentía que había dejado su orgullo un tanto apartado pero con cerrar los ojos y tomar una bocanada de aire profunda esas ideas se esfumaron. Era algo necesario y lo hecho, hecho está. -¡No se de qué hablaba ese marine!- Solon lo miraba con aquella mirada feroz de ojos rojos, parecía la reencarnación del diablo. Le pisoteó la entrepierna y el chico soltó un grito sordo. -¡Tú mismo lo dijiste! ¡No eran marines! ¡Déjame en paz!- Ahí si lo había notado. Ese tipo no resultaba ser tan honesto como pretendía ser. Hizo más presión en su entrepierna sintiendo incluso como sus testículos se deslizaban hacia abajo como intentando separarse del cuerpo. El joven gritaba y gritaba pero no paraba. Muchas personas lo miraban con desagrado, pero habían estado escuchando todo. Ese era el culpable de que aquella isla fuese el punto de encuentro de los contrabandistas y eso traía odio a la isla. Sabían que era necesario pero comprendía que muchos no fueran capaz de presenciar aquellos actos.
Al ver que parecía no hablar decidió hacer las cosas de otra manera. Levantó su katana y le dio un golpe con el mango en el rostro tras apoyarse con su rodilla en el pecho casi ni dejándolo respirar. Le abrió una brecha en la ceja izquierda y comenzó a sangrar un poco. Después llevó su katana a su costado y comenzó a presionar. -Eres joven. ¿Enserio quiere tirar tu vida por la borda? No eres de esos. Cede, lo veo en tus ojos.-Se mostró compasivo y sutil. Le estaba cogiendo el gustillo de jugar con las palabras y mostrando sentimientos falsos. Al notar que entraba en razón le hizo ponerse en pie y avisó al espadachín de las tres katanas. -Sé que nos guiará al almacén-Asintió mientras envainaba su espada y miraba al chico, estaba cabizbajo pero aún así no veía de verdad en su rostro un auténtico miedo, como si algo oculto en el almacén pudiera ayudarlo.
-Eh-Decía con un tono ronco impropio de él para hacerle saber al tipo lo que iba a decir. -Ocúpate de esos corruptos, pero intenta dejar con vida aunque sea al cabecilla. Este de aquí nos dirá todo lo que queramos saber- Esto último lo dijo mirándole a los ojos y con una sonrisa dibujada en su rostro. Le daría un aire de un tipo que está loco. Hizo presión con su katana y el chico de los puros no pudo evitar tumbarse obligado en el suelo. -Por cierto, mi nombre es Solon.-Decía sin mirarlo. Lo estaba tratando como un igual, te daba un poco de coraje porque sentía que había dejado su orgullo un tanto apartado pero con cerrar los ojos y tomar una bocanada de aire profunda esas ideas se esfumaron. Era algo necesario y lo hecho, hecho está. -¡No se de qué hablaba ese marine!- Solon lo miraba con aquella mirada feroz de ojos rojos, parecía la reencarnación del diablo. Le pisoteó la entrepierna y el chico soltó un grito sordo. -¡Tú mismo lo dijiste! ¡No eran marines! ¡Déjame en paz!- Ahí si lo había notado. Ese tipo no resultaba ser tan honesto como pretendía ser. Hizo más presión en su entrepierna sintiendo incluso como sus testículos se deslizaban hacia abajo como intentando separarse del cuerpo. El joven gritaba y gritaba pero no paraba. Muchas personas lo miraban con desagrado, pero habían estado escuchando todo. Ese era el culpable de que aquella isla fuese el punto de encuentro de los contrabandistas y eso traía odio a la isla. Sabían que era necesario pero comprendía que muchos no fueran capaz de presenciar aquellos actos.
Al ver que parecía no hablar decidió hacer las cosas de otra manera. Levantó su katana y le dio un golpe con el mango en el rostro tras apoyarse con su rodilla en el pecho casi ni dejándolo respirar. Le abrió una brecha en la ceja izquierda y comenzó a sangrar un poco. Después llevó su katana a su costado y comenzó a presionar. -Eres joven. ¿Enserio quiere tirar tu vida por la borda? No eres de esos. Cede, lo veo en tus ojos.-Se mostró compasivo y sutil. Le estaba cogiendo el gustillo de jugar con las palabras y mostrando sentimientos falsos. Al notar que entraba en razón le hizo ponerse en pie y avisó al espadachín de las tres katanas. -Sé que nos guiará al almacén-Asintió mientras envainaba su espada y miraba al chico, estaba cabizbajo pero aún así no veía de verdad en su rostro un auténtico miedo, como si algo oculto en el almacén pudiera ayudarlo.
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