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Censo
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Creado por Shun Takara Vie Jul 29, 2016 9:17 pm
Si los ricos viven tan bien... ¿Por qué coño soy pobre? Imaginaos en mi super casa con un montón de sirvientes trayendo todo lo que me salga de los huevos – Oww eso sí que es vida. – me cuestionaba mientras paseaba contemplando aquel “mágico” lugar, - Joder porque será que todo es tan blanco. – continuaba refunfuñando mientras esperaba que se me ocurriese una respuesta sobre lo de ser pobre y eso, pero venga eso estaba más que claro, pues era de suponer que no todos tenemos la misma suerte y bueno, lo que es el grado de vaguedad esta por las nubes en ciertas personas – Creo que me gusta mi vida tal y como es. – culminaba con aquellos problemas existenciales mientras seguía recorriendo las calles de aquella isla a la que había llegado hace nada y como era de esperar muchas miradas se dejaban caer sobre mí, llamadme loco pero pensaba que con el color de mi pelo iba a pasar desapercibido volviéndome uno con la zona aunque quizá el hecho de que estaba en calzoncillos tampoco ayudaba demasiado.
Vale ¿Por qué estoy semi desnudo? Pues tengo una respuesta totalmente lógica a todo esto, está claro que quería pasar desapercibido para reunir información y pues la idea del camuflaje era la más adecuada, bla, bla, bla… En resumidas cuentas… No tengo ni puta idea de porque estoy en calzones, de hecho la teoría de infiltración seria perfecta de no ser por el hecho de que mis calzones claramente me delataban, pues aunque está muy visto los mismos eran negros con puntos rojos así que camuflaje mis cojones, si estaba hoy aquí en estas circunstancias era seguramente porque me dio pereza vestirme después de la fiesta en aquel barco cuyos últimos momentos tengo seriamente borrados, pero vah, si les gusta lo que ven pues bien y si no también.
Como ya pudieron deducir no estaba en aquel lugar de paseo ni por alguna misión ni nada de eso, en realidad solo estaba de paso y pues quería un buen lugar para comer, lamentablemente estaba en la zona residencial y me tocaba caminar un poco mas para poder llegar a la zona de los comercios y se preguntaran como pagare la comida pues si encuentras la respuestas háganmelo saber. Mientras seguiré caminando con toda la tranquilidad del mundo, quien sabe, a lo mejor alguna Milf toda cachonda me invitaba a su casa para darme algo de comida, no sería la primera vez que me pasase (?)
Vale ¿Por qué estoy semi desnudo? Pues tengo una respuesta totalmente lógica a todo esto, está claro que quería pasar desapercibido para reunir información y pues la idea del camuflaje era la más adecuada, bla, bla, bla… En resumidas cuentas… No tengo ni puta idea de porque estoy en calzones, de hecho la teoría de infiltración seria perfecta de no ser por el hecho de que mis calzones claramente me delataban, pues aunque está muy visto los mismos eran negros con puntos rojos así que camuflaje mis cojones, si estaba hoy aquí en estas circunstancias era seguramente porque me dio pereza vestirme después de la fiesta en aquel barco cuyos últimos momentos tengo seriamente borrados, pero vah, si les gusta lo que ven pues bien y si no también.
Como ya pudieron deducir no estaba en aquel lugar de paseo ni por alguna misión ni nada de eso, en realidad solo estaba de paso y pues quería un buen lugar para comer, lamentablemente estaba en la zona residencial y me tocaba caminar un poco mas para poder llegar a la zona de los comercios y se preguntaran como pagare la comida pues si encuentras la respuestas háganmelo saber. Mientras seguiré caminando con toda la tranquilidad del mundo, quien sabe, a lo mejor alguna Milf toda cachonda me invitaba a su casa para darme algo de comida, no sería la primera vez que me pasase (?)
- Off:
- Abrir temas no es lo mio xDD
Shun Takara
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Tsubaki Dom Jul 31, 2016 8:22 pm
Flevance: Isla caracterizada por el color de las construcciones y la técnica utilizada en el diseño de las mismas, entre lujosos hogares destacan prominentes edificios dirigidos a infinidad de Targets posibles. No sólo estos edificios por sí sólos maravillan a cualquier ser humano, la diversidad en decoración acompañada de enormes y vistosos cristales es más que importante a la hora de crear una idea de "Esto es importante" o "Esto destaca del resto". De pasada entre puertos lejanos, un lujoso navío comercial hizo su parada sobre esta ciudad durante unos días bajo la finalidad de rehunir recursos y permitirles despejarse a los extenuados pasajeros de tanto viaje por el inagotable mar.
-Esto es demasiado togtuoso... A este paso no llegagué a ningún lado. - Rompió el silencio aquella frase proveniente de una voz femenina aparentemente perdida, voz bastante característica por el peculiar acento francés acompañado de tenues tonalidades y dulzura innata por parte de la emisora. En este caso la emisora es la espectante Hae Tsubaki, pero... ¿Qué traería a alguien como ella en la ciudad blanca? Simple: En medio de su viaje se percató de que 60 prendas no son suficientes para sus necesidades como lucirse, que debía renovar mucha de aquellas prendas pese a que estén casi intactas o no haya usado la mayoría. Como es de común saber Tsubaki es un tanto quisquillosa en estos temas, su enorme ego no le permitiría jamás reutilizar demasiado unas prendas y las eventualidades hicieron cada vez más factible el ir de compras, no es casualidad que una isla tan privilegiada a nivel económico cuente con muchas de las mejores casas de diseño y es justamente ello el mejor señuelo para la joven.
Como deja explícito el primer diálogo de Tsubaki, ella se perdió entre la inmensa cantidad de edificaciones, la similar arquitectura y la inexperiencia que posee la susodicha provocaron que se perdiese. Inminente fue el que perdiera la paciencia a causa de lo anteriormente mencionado, pero en un intento de recuperar la calma optó por una opción que le pareció lo más racional: Contratar a alguien bien informado que la guiase hasta los centros de moda más populares, algunos centros de interés y finalmente cuando ya esté satisfecha del paseo que la llevé hasta el hotel. Pero, ¿Cómo lo haría? O mejor dicho. ¿Cómo conseguiría alguien que esté dispuesto a cumplir el trabajo?
Tsubaki estuvo en todo momento lista para utilizar sus encantos femeninos, además de su tan afamado maquillaje vistió un una camisa blanca de una tela algo traslúcida permitiendo así una visión difuminada sobre su sostén negro, una short de lycra negro del cual resaltan aquellas prominentes caderas y las muy esculpidas piernas finalizando con un calzado Vans completamente blanco. "Vestimenta fresca para una persona fresca" pensó la chef al momento de su elección, además, el hecho de no estar en su tierra natal inhibe el uso de su vestimenta más estrafalaria.
Se suponía que el día sería bastante normal, ella pidiendo algo de ayuda a los oriundos de la isla y poco más, un evento inmimente e impredecible hizo opocisión a esta precaria planificación. Justo cuando Tsubaki, virtuosa en amabilidad y dulzura, pidió cordialmente a un grupo de personas algunas inidicaciones pero apartar la vista de un extraño individuo. Por alguna razón un sujeto pálido, de cabello blanco y complexión delgada circula por las calles semi desnudo con completa libertad. No se necesita un ojo de ágila para observar un calzón tan notorio en contraste al de su usuario, Tsubaki naturalmente es alguien que no siente incomodidad al ver un cuerpo desnudo pero eso no le quita lo extraño. Imposible es rankear qué es lo más bizarro de la acción: El hecho que esté semi desnudo, que se muestre así por las calles, que juegue a ser un espía o que su vestimenta ya no tan "íntima" tenga una combinación tan mala de colores. Físicamente sus proporciones no son malas, pero tampoco para exhibirse de esa manera. ¿Acaso era un loco? ¿Un ezquisofrénico? Sea cual sea la respuesta la chef no quería averiguarlo.
Su expresión de sorpresa es invaluable, arqueó su ceja derecha quedando completamente atónita ante la acción ajena. Observó inmovil al sujeto pensando en si reírse, sentir pena o asco, cuando recuperó un poco la noción espacial optó por retirarse lo más rápido que pudo y así fue; Media vuelta y pa'casa... No vaya a ser que esté en frente de un potencial asesino serial y en una acción ¡PUM! Una Tsuba muerta, ante la duda "Soldado que huye, sirve para otra guerra"
-Esto es demasiado togtuoso... A este paso no llegagué a ningún lado. - Rompió el silencio aquella frase proveniente de una voz femenina aparentemente perdida, voz bastante característica por el peculiar acento francés acompañado de tenues tonalidades y dulzura innata por parte de la emisora. En este caso la emisora es la espectante Hae Tsubaki, pero... ¿Qué traería a alguien como ella en la ciudad blanca? Simple: En medio de su viaje se percató de que 60 prendas no son suficientes para sus necesidades como lucirse, que debía renovar mucha de aquellas prendas pese a que estén casi intactas o no haya usado la mayoría. Como es de común saber Tsubaki es un tanto quisquillosa en estos temas, su enorme ego no le permitiría jamás reutilizar demasiado unas prendas y las eventualidades hicieron cada vez más factible el ir de compras, no es casualidad que una isla tan privilegiada a nivel económico cuente con muchas de las mejores casas de diseño y es justamente ello el mejor señuelo para la joven.
Como deja explícito el primer diálogo de Tsubaki, ella se perdió entre la inmensa cantidad de edificaciones, la similar arquitectura y la inexperiencia que posee la susodicha provocaron que se perdiese. Inminente fue el que perdiera la paciencia a causa de lo anteriormente mencionado, pero en un intento de recuperar la calma optó por una opción que le pareció lo más racional: Contratar a alguien bien informado que la guiase hasta los centros de moda más populares, algunos centros de interés y finalmente cuando ya esté satisfecha del paseo que la llevé hasta el hotel. Pero, ¿Cómo lo haría? O mejor dicho. ¿Cómo conseguiría alguien que esté dispuesto a cumplir el trabajo?
Tsubaki estuvo en todo momento lista para utilizar sus encantos femeninos, además de su tan afamado maquillaje vistió un una camisa blanca de una tela algo traslúcida permitiendo así una visión difuminada sobre su sostén negro, una short de lycra negro del cual resaltan aquellas prominentes caderas y las muy esculpidas piernas finalizando con un calzado Vans completamente blanco. "Vestimenta fresca para una persona fresca" pensó la chef al momento de su elección, además, el hecho de no estar en su tierra natal inhibe el uso de su vestimenta más estrafalaria.
Se suponía que el día sería bastante normal, ella pidiendo algo de ayuda a los oriundos de la isla y poco más, un evento inmimente e impredecible hizo opocisión a esta precaria planificación. Justo cuando Tsubaki, virtuosa en amabilidad y dulzura, pidió cordialmente a un grupo de personas algunas inidicaciones pero apartar la vista de un extraño individuo. Por alguna razón un sujeto pálido, de cabello blanco y complexión delgada circula por las calles semi desnudo con completa libertad. No se necesita un ojo de ágila para observar un calzón tan notorio en contraste al de su usuario, Tsubaki naturalmente es alguien que no siente incomodidad al ver un cuerpo desnudo pero eso no le quita lo extraño. Imposible es rankear qué es lo más bizarro de la acción: El hecho que esté semi desnudo, que se muestre así por las calles, que juegue a ser un espía o que su vestimenta ya no tan "íntima" tenga una combinación tan mala de colores. Físicamente sus proporciones no son malas, pero tampoco para exhibirse de esa manera. ¿Acaso era un loco? ¿Un ezquisofrénico? Sea cual sea la respuesta la chef no quería averiguarlo.
Su expresión de sorpresa es invaluable, arqueó su ceja derecha quedando completamente atónita ante la acción ajena. Observó inmovil al sujeto pensando en si reírse, sentir pena o asco, cuando recuperó un poco la noción espacial optó por retirarse lo más rápido que pudo y así fue; Media vuelta y pa'casa... No vaya a ser que esté en frente de un potencial asesino serial y en una acción ¡PUM! Una Tsuba muerta, ante la duda "Soldado que huye, sirve para otra guerra"
Tsubaki
Hoja de personaje
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(1/100)
Haki:
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Creado por Beak Sáb Ago 06, 2016 8:12 pm
Gigantes. Gigantes cubrían el horizonte. Pero allí había olor a comida. La dualidad presente en la vida misma llenaba de dudas a aquel animal con cuerpo humano. Por un lado podía conseguir comida, por otro lado aquellos gigantes de piedra, marmol, madera y demases podrían matarlo por pura diversión. Pero el resto de la gente. ¿Gente? Humanos, no veía Gyojins. El resto de los humanos parecían no temerles a estos gigantes que en cualquier momento podían caerse y aplastar a la gente que entraba en ellos o que pasaba cerca de los mismos. De uno de estos gigantes salía el olor que había llevado al híbrido hacia aquel pueblo. El sol daba sobre su piel, se sentía extraño, podía disfrutar de la calidez durante horas pero necesitaba comer. Había podido cazar animales pequeños a lo largo de los últimos días, alguna que otra uña se le había roto al excavar una madriguera, pero ese día no había encontrado más que uno que otro insecto y tampoco en cantidades suficientes como para satisfacer su apetito.
Su ropa permanecía similar, la misma ropa que llevaba siempre. Le daba sensación de seguridad, había usado eso casi toda su vida, agregándole telas a aquel ropaje naranja para extenderlo a medida que crecía. Quizás la sensación de seguridad propia de su ropaje lo llevó a la bestia hacia la ciudad. El olor era extraño. Le gustaba, sabía eso, pero no era olor a carne ni a vegetales, no era olor a bosque, era extraño. La curiosidad le ganó finalmente y caminó en 4 patas hacia un bar saliendo de la protección del bosque. Se asomó por una ventana viendo como había gente que se alimentaba. Gente, nunca había visto a tanta junta. Humanos. Todos humanos. Como mami. ¿Querrían también dañarlo esos hombres? ¿Debía de pedirle al gigante que cayese y después entre los escombros buscar comida? No podía hablar gigante, no podía hablar, dudaba que fuese eficaz. Entrar al lugar. ¿Después qué? ¿Buscar comida? ¿Sacarle comida a alguien? No, si entraba algo malo pasaría, esa gente mala le haría cosas malas y nadie además de mami podía hacer cosas con el cuerpo de Beak.
Se desplazó unos pocos metros, llegando hasta el final de la pared que impedía que la gente de dentro lo mirase, y al azomar la cabeza por esta pudo notar como un olor similar al de la comida salía de un... ¿Un qué? ¿Una trampa? Una caja rara... una caja grande... con bolsas negras y olores feos combinados con olores ricos. Era una trampa. Debía ser una trampa. ¿Querrían capturarlo? Pero tenía hambre. Agarró una piedra y la tiró dentro del tacho de basura. Se regodeó en su propia astucia y sonrió para si mismo, bien, no parecía que aquello fuese una trampa, sino la caja se habría cerrado por la piedra tal como unas plantas malas habían hecho. Sacó 2 bolsas y volvió al bosque, hacia afuera de la ciudad, desde donde podía ver a la gente de entre los gigantes. Al abrir las bolsas pudo notar como estaban llenas de comida. Si, era una trampa. Alguien había tirado comida y había esperado a que Beak se metiese en la caja para cerrarla y aplastarlo. Quizás esos gigantes que miraban imperturbables a la incesante gente.
Comió los restos, inclusive fríos sabían bien, la carne era rara, no sabía igual a la de los animales que cazaba, no tenía la misma consistencia. Unas carnes se sentían más chiclosas que otras, más blandas que otras, más ricas que otras, era raro. Terminó de alimentarse del contenido de las bolsas, dejando las partes/cosas que no podía comer en el suelo. Pero aún no era suficiente. No tenía hambre, ya no, pero su cuerpo se sentía raro. Necesitaba agua. Los gigantes parecían rodear algo, lo había visto antes pero antes no tenía sed y al comer le había dado sed. Una cosa rara. Bueno, otra cosa rara entre las cosas raras. Un árbol de mármol que disparaba agua en un círculo que tenía agua como si fuese un arrollo. Podría ir ahí y saciar su sed. Pero la gente lo vería y quizás se acercaría a él y lo lastimaría. Pero tenía sed. Demasiada sed. ¿Hace cuánto que no bebía? ¿La sangre de un conejo contaba como bebida? En su casa por lo menos tenía agua y pan casi siempre, pero allí ya tenía que buscarse agua.
Se preparó, la gente se distrajo con algo, todos miraban a alguien, a una persona que parecía estar con menos ropa que el resto. Estaban distraídos, quizás sería un buen momento ahí. Si alguna persona se acercaba podía mostrar sus dientes, eso a veces las ahuyentaba. Si. Eso serviría. Si alguien se acercaba se mostraría como alguien malo y los humanos le temerían y no le harían cosas malas. Aquel cuerpo grisaceo caminó hacia la fuente y empezó a beber en esta, sumergiendo la cabeza en la misma y bebiendo el agua preguntándose por que el sabor raro de la misma. Los peces de la fuente se dispersaron cuando Beak metió su cabeza en el agua, ellos habían visto sus dientes cuando Beak había empezado a tomar el agua y entendían que era malo. Bien. Eso serviría, podría beber e irse de allí y nadie le haría daño.
Su ropa permanecía similar, la misma ropa que llevaba siempre. Le daba sensación de seguridad, había usado eso casi toda su vida, agregándole telas a aquel ropaje naranja para extenderlo a medida que crecía. Quizás la sensación de seguridad propia de su ropaje lo llevó a la bestia hacia la ciudad. El olor era extraño. Le gustaba, sabía eso, pero no era olor a carne ni a vegetales, no era olor a bosque, era extraño. La curiosidad le ganó finalmente y caminó en 4 patas hacia un bar saliendo de la protección del bosque. Se asomó por una ventana viendo como había gente que se alimentaba. Gente, nunca había visto a tanta junta. Humanos. Todos humanos. Como mami. ¿Querrían también dañarlo esos hombres? ¿Debía de pedirle al gigante que cayese y después entre los escombros buscar comida? No podía hablar gigante, no podía hablar, dudaba que fuese eficaz. Entrar al lugar. ¿Después qué? ¿Buscar comida? ¿Sacarle comida a alguien? No, si entraba algo malo pasaría, esa gente mala le haría cosas malas y nadie además de mami podía hacer cosas con el cuerpo de Beak.
Se desplazó unos pocos metros, llegando hasta el final de la pared que impedía que la gente de dentro lo mirase, y al azomar la cabeza por esta pudo notar como un olor similar al de la comida salía de un... ¿Un qué? ¿Una trampa? Una caja rara... una caja grande... con bolsas negras y olores feos combinados con olores ricos. Era una trampa. Debía ser una trampa. ¿Querrían capturarlo? Pero tenía hambre. Agarró una piedra y la tiró dentro del tacho de basura. Se regodeó en su propia astucia y sonrió para si mismo, bien, no parecía que aquello fuese una trampa, sino la caja se habría cerrado por la piedra tal como unas plantas malas habían hecho. Sacó 2 bolsas y volvió al bosque, hacia afuera de la ciudad, desde donde podía ver a la gente de entre los gigantes. Al abrir las bolsas pudo notar como estaban llenas de comida. Si, era una trampa. Alguien había tirado comida y había esperado a que Beak se metiese en la caja para cerrarla y aplastarlo. Quizás esos gigantes que miraban imperturbables a la incesante gente.
Comió los restos, inclusive fríos sabían bien, la carne era rara, no sabía igual a la de los animales que cazaba, no tenía la misma consistencia. Unas carnes se sentían más chiclosas que otras, más blandas que otras, más ricas que otras, era raro. Terminó de alimentarse del contenido de las bolsas, dejando las partes/cosas que no podía comer en el suelo. Pero aún no era suficiente. No tenía hambre, ya no, pero su cuerpo se sentía raro. Necesitaba agua. Los gigantes parecían rodear algo, lo había visto antes pero antes no tenía sed y al comer le había dado sed. Una cosa rara. Bueno, otra cosa rara entre las cosas raras. Un árbol de mármol que disparaba agua en un círculo que tenía agua como si fuese un arrollo. Podría ir ahí y saciar su sed. Pero la gente lo vería y quizás se acercaría a él y lo lastimaría. Pero tenía sed. Demasiada sed. ¿Hace cuánto que no bebía? ¿La sangre de un conejo contaba como bebida? En su casa por lo menos tenía agua y pan casi siempre, pero allí ya tenía que buscarse agua.
Se preparó, la gente se distrajo con algo, todos miraban a alguien, a una persona que parecía estar con menos ropa que el resto. Estaban distraídos, quizás sería un buen momento ahí. Si alguna persona se acercaba podía mostrar sus dientes, eso a veces las ahuyentaba. Si. Eso serviría. Si alguien se acercaba se mostraría como alguien malo y los humanos le temerían y no le harían cosas malas. Aquel cuerpo grisaceo caminó hacia la fuente y empezó a beber en esta, sumergiendo la cabeza en la misma y bebiendo el agua preguntándose por que el sabor raro de la misma. Los peces de la fuente se dispersaron cuando Beak metió su cabeza en el agua, ellos habían visto sus dientes cuando Beak había empezado a tomar el agua y entendían que era malo. Bien. Eso serviría, podría beber e irse de allí y nadie le haría daño.
Beak
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Tsubaki Mar Ago 09, 2016 10:52 am
Luego del suceso anterior, suceso que finalizó tras la más que recomendable estrategia empleada por la siempre genital chef, Tsubaki llegó hacia un sitio más transcurrido en la tan afamada isla. Los transeúntes continuaron con sus trayectos diarios, inmutables estos ante las noticias ajenas a sus vidas puesto a que poco parecía importarles el hecho de que el anterior sujeto circulase de esa manera tan “Osada” por así decirlo. Ella emitió un enorme suspiro de alivio, permitió que su cuerpo y mente se relajasen completamente en un intento de olvidar lo anterior. El día es lo suficientemente extraño como para borrar temporalmente la meta inicial que se impuso la chef, comprar ropa, pero la recordaría minutos después tras observar a unas elegantes féminas caminando enérgicamente por allí.
Llevó su mano hacia la cabeza como si estuviese extenuada, hizo uso de su normal postura erecta, alzó su vista pudiendo contemplar un hermoso y despejado cerúleo cielo reflexionando sobre lo ocurrido. Esbozó una pequeña sonrisa de satisfacción puesto que todo ello es parte del viaje que recientemente emprendió, aún es joven y todo lo que pase (por más bizarro que pueda llegar a ser) en definitiva enriquece la experiencia haciendo de las personas un poco menos influenciables ante nuevos eventos. Durante un breve lapso de tiempo sintió una gran satisfacción personal pensando en lo que le faltaba y lo que había logrado, sonriente prosiguió con su camino hasta encontrarse finalmente con una tienda de ropa. ¡Estaba allí! A sólo unos 100m se halla una enorme tienda de vestimenta varia, decenas de vestidos, tapados, camisas, zapatos, todo tipo de prenda de diseño al fin, allí.
Completamente cegada consecuente a su principal objetivo caminó hacia el mismo, emocionada dio cada paso imaginándose qué tipo de prendas se llevaría o le gustaría ver, cual niña viendo una enorme juguetería exclamó en un tono alegre, alto, enérgico y ante todo manifiesto de emoción. - Gopa de geinas, para una g…- No terminó de decir y fue interrumpida por su descarado descuido. En el trayecto hacia su tan anhelada compra de vestimenta se tropezó con los cimientos de la fuente, cayendo así inevitablemente en el agua. La vista colectiva quedó en casi su totalidad fija en ella, la tan refinada Tsubaki cometió un acto de descuido total quedando en ridículo ante todos o eso era al menos lo que ella pensaba. Su blanca e impecable camisa quedó traslúcida y grisácea ante la influencia del agua, su lacio peinado quedó completamente arruinado, definitivamente algo que no se esperaba. Apoyando ambas palmas en la profundidad de la fuente ejerció fuerza levantándose poco a poco. Triste, casi a punto de llorar puesto a que a las princesas no les ocurre eso, con la yema de sus dedos se retiró un excedente de agua de la fuente así recuperar visibilidad.
Que incauta fue, pensó que el caerse es actualmente la mejor de sus preocupaciones. Para cuando se percató del entorno, no solamente de todos los espectadores circulando por la zona, pudo observar una extraña figura en esa misma fuente. Un ¿Chico? De raras proporciones, comportamiento tribal, estrafalaria vestimenta y cabello, extrañas marcas, vestimenta “inusual” y desgastada bebía de la fuente como si nada. El estrafalario sujeto no sólo se limitaba a verse raro, sino que también actuaba bastante raro. Ante el ojo normal pareciese un simple animal que perdido en una ciudad, pero, ante los ojos de Tsubaki es más que atemorizante o desagradable aquella existencia. Pegó un susto brutal como primer impresión, su primer reacción ante ello fue el salir de la fuente y tomar distancia como lo es natural en casi todo ser vivo. ¿Quién era? ¿De dónde venía? ¿Qué quiere? Y más importante aún. ¿Es peligroso?
Llevó su mano hacia la cabeza como si estuviese extenuada, hizo uso de su normal postura erecta, alzó su vista pudiendo contemplar un hermoso y despejado cerúleo cielo reflexionando sobre lo ocurrido. Esbozó una pequeña sonrisa de satisfacción puesto que todo ello es parte del viaje que recientemente emprendió, aún es joven y todo lo que pase (por más bizarro que pueda llegar a ser) en definitiva enriquece la experiencia haciendo de las personas un poco menos influenciables ante nuevos eventos. Durante un breve lapso de tiempo sintió una gran satisfacción personal pensando en lo que le faltaba y lo que había logrado, sonriente prosiguió con su camino hasta encontrarse finalmente con una tienda de ropa. ¡Estaba allí! A sólo unos 100m se halla una enorme tienda de vestimenta varia, decenas de vestidos, tapados, camisas, zapatos, todo tipo de prenda de diseño al fin, allí.
Completamente cegada consecuente a su principal objetivo caminó hacia el mismo, emocionada dio cada paso imaginándose qué tipo de prendas se llevaría o le gustaría ver, cual niña viendo una enorme juguetería exclamó en un tono alegre, alto, enérgico y ante todo manifiesto de emoción. - Gopa de geinas, para una g…- No terminó de decir y fue interrumpida por su descarado descuido. En el trayecto hacia su tan anhelada compra de vestimenta se tropezó con los cimientos de la fuente, cayendo así inevitablemente en el agua. La vista colectiva quedó en casi su totalidad fija en ella, la tan refinada Tsubaki cometió un acto de descuido total quedando en ridículo ante todos o eso era al menos lo que ella pensaba. Su blanca e impecable camisa quedó traslúcida y grisácea ante la influencia del agua, su lacio peinado quedó completamente arruinado, definitivamente algo que no se esperaba. Apoyando ambas palmas en la profundidad de la fuente ejerció fuerza levantándose poco a poco. Triste, casi a punto de llorar puesto a que a las princesas no les ocurre eso, con la yema de sus dedos se retiró un excedente de agua de la fuente así recuperar visibilidad.
Que incauta fue, pensó que el caerse es actualmente la mejor de sus preocupaciones. Para cuando se percató del entorno, no solamente de todos los espectadores circulando por la zona, pudo observar una extraña figura en esa misma fuente. Un ¿Chico? De raras proporciones, comportamiento tribal, estrafalaria vestimenta y cabello, extrañas marcas, vestimenta “inusual” y desgastada bebía de la fuente como si nada. El estrafalario sujeto no sólo se limitaba a verse raro, sino que también actuaba bastante raro. Ante el ojo normal pareciese un simple animal que perdido en una ciudad, pero, ante los ojos de Tsubaki es más que atemorizante o desagradable aquella existencia. Pegó un susto brutal como primer impresión, su primer reacción ante ello fue el salir de la fuente y tomar distancia como lo es natural en casi todo ser vivo. ¿Quién era? ¿De dónde venía? ¿Qué quiere? Y más importante aún. ¿Es peligroso?
Tsubaki
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