Online
Conectarse
En total hay 5 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 5 Invitados :: 2 Motores de búsqueda
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 166 durante el Dom Nov 13, 2016 9:10 pm
Last Post
Censo
Staff
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
Creado por Grase D. Angela Miér Sep 28, 2016 9:34 am
Pueblo de baterilla, en un café un tanto elegante
Temprano en la mañana, 9 am. Aprox.
Esta mañana era muy normal, tranquila… aburrida. Estaba yo sentada en la parte de afuera del café tomándome un cappuccino, curioso dato estaba pensando en ese momento, y era que el cappuccino estaba muy bueno, tiempo que no probaba uno como los que me hacia mi gran intento de figura paterna el capitán fabri, él era un amante de tal arte y me la transfirió.
Mientras pensaba de lo más tranquila llega el camarero dándome la cuenta donde exclamo con una sonrisa enferma de las mías -¿Me estas corriendo?- mirándolo fijamente a los ojos con mi sonrisa perdida y mis ojos enfermos de heterocromia – Ehh… no no disculpe… yo… solo… comenzó a sudar… la espero en caja señorita-.
Degustando mi cappuccino de lo más tranquila riéndome de la reacción del camarero, pude notar un chico extraño caminando en frente de mí, hay que resaltar lo de extraño ya que llevaba un sombrero muy llamativo y bien feo, bueno eso pensaba yo, ya que las voces que están en mi cabeza me hacían preguntas muy tiernas sobre él y en lo que pasa en frente de mi pensé en voz alta mi conversación con las voces apoyando mi cara de mi mano en plan pose de fatiga donde mi codo toca la mesa, con la otra sosteniendo la taza de cappuccino, mis piernas entrecruzadas y mi enferma sonrisa –es que si le apuñalo la espalda obviamente se va a manchar ese sombrero, no sé porque lo dudan-.
Temprano en la mañana, 9 am. Aprox.
Esta mañana era muy normal, tranquila… aburrida. Estaba yo sentada en la parte de afuera del café tomándome un cappuccino, curioso dato estaba pensando en ese momento, y era que el cappuccino estaba muy bueno, tiempo que no probaba uno como los que me hacia mi gran intento de figura paterna el capitán fabri, él era un amante de tal arte y me la transfirió.
Mientras pensaba de lo más tranquila llega el camarero dándome la cuenta donde exclamo con una sonrisa enferma de las mías -¿Me estas corriendo?- mirándolo fijamente a los ojos con mi sonrisa perdida y mis ojos enfermos de heterocromia – Ehh… no no disculpe… yo… solo… comenzó a sudar… la espero en caja señorita-.
Degustando mi cappuccino de lo más tranquila riéndome de la reacción del camarero, pude notar un chico extraño caminando en frente de mí, hay que resaltar lo de extraño ya que llevaba un sombrero muy llamativo y bien feo, bueno eso pensaba yo, ya que las voces que están en mi cabeza me hacían preguntas muy tiernas sobre él y en lo que pasa en frente de mi pensé en voz alta mi conversación con las voces apoyando mi cara de mi mano en plan pose de fatiga donde mi codo toca la mesa, con la otra sosteniendo la taza de cappuccino, mis piernas entrecruzadas y mi enferma sonrisa –es que si le apuñalo la espalda obviamente se va a manchar ese sombrero, no sé porque lo dudan-.
Grase D. Angela
Hoja de personaje
Nivel:
(5/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Artemis Jim Miér Sep 28, 2016 10:55 am
Desperté muy temprano, con la intención de realizar una caminata por la costa de la isla. Desde que había llegado a Baterilla, me llamó la atención una colosal construcción donde habría cabido un gigante, una especie de albergue. Cuando pregunté a los residentes sobre ello, me dijeron que se trataba de la obra de un grupo denominado Diversity, y que también habían abierto una tienda con múltiple mercancía a la venta. Me interesaba ver qué podría encontrar por allí. Pug aún dormía cuando me desperecé sobre la cama mullida, por lo que tuve que despertarlo con algo de prisa. Bajamos a desayunar en el piso inferior de la posada, y luego de eso nos dirigimos a nuestro destino, con el sol rociando de luz la isla.
Por supuesto, no todo era tan sencillo como aparentaba. Ahora era un pirata con un anuncio de búsqueda y captura, no podía andar a mis anchas en una ciudad como Baterilla, donde la presencia de la Marina era fuerte. Con todo, mi recompensa no valía la pena, hoy por hoy. Dudaba ser reconocido por alguien más que por los marines con los que me había criado.
Antes de ir a la playa, Pug y yo vimos un bonito café cerca de la posada, por lo que tomamos un desvío para comprar un par de cappuccinos. Pug los disfrutaba mucho, y yo normalmente solo lo compraba para acompañarlo. Dentro del establecimiento tan solo habían un par de hombres leyendo el periódico, con un café humeando frente a ellos, y una chica de extraño aspecto, aunque su aflicción en los ojos podría tener la culpa de ello; como no quería ser grosero, no la miré y simplemente hice mi pedido a la encargada del local.
¿Qué iba a esperarme yo que fuera la chica quien me buscase conversación? Habló en mi dirección, y cuando la miré de reojo me percaté de que tenía sus ojos clavados en mi espalda. El comentario que hizo no podría ser más perturbador. Pug, junto a mí, incluso le gruñó con desconfianza. Me giré hacia ella y me quedé allí parado un momento, con cara de póquer y sosteniendo los dos cafés en ambas manos.
— Ehhhhh... —empecé a decir; su mirada me ponía algo nervioso, y ¿por qué sonreía como si estuviera a punto de matarme?— Pues, normalmente si apuñalas a alguien se mancha su ropa, es verdad... ¿Sueles decirle estas cosas extrañas a los desconocidos, o es una forma muy rara que tienes de decirme que te gusta mi gorro? —pregunté, frunciendo el entrecejo.
Por supuesto, no todo era tan sencillo como aparentaba. Ahora era un pirata con un anuncio de búsqueda y captura, no podía andar a mis anchas en una ciudad como Baterilla, donde la presencia de la Marina era fuerte. Con todo, mi recompensa no valía la pena, hoy por hoy. Dudaba ser reconocido por alguien más que por los marines con los que me había criado.
Antes de ir a la playa, Pug y yo vimos un bonito café cerca de la posada, por lo que tomamos un desvío para comprar un par de cappuccinos. Pug los disfrutaba mucho, y yo normalmente solo lo compraba para acompañarlo. Dentro del establecimiento tan solo habían un par de hombres leyendo el periódico, con un café humeando frente a ellos, y una chica de extraño aspecto, aunque su aflicción en los ojos podría tener la culpa de ello; como no quería ser grosero, no la miré y simplemente hice mi pedido a la encargada del local.
¿Qué iba a esperarme yo que fuera la chica quien me buscase conversación? Habló en mi dirección, y cuando la miré de reojo me percaté de que tenía sus ojos clavados en mi espalda. El comentario que hizo no podría ser más perturbador. Pug, junto a mí, incluso le gruñó con desconfianza. Me giré hacia ella y me quedé allí parado un momento, con cara de póquer y sosteniendo los dos cafés en ambas manos.
— Ehhhhh... —empecé a decir; su mirada me ponía algo nervioso, y ¿por qué sonreía como si estuviera a punto de matarme?— Pues, normalmente si apuñalas a alguien se mancha su ropa, es verdad... ¿Sueles decirle estas cosas extrañas a los desconocidos, o es una forma muy rara que tienes de decirme que te gusta mi gorro? —pregunté, frunciendo el entrecejo.
Última edición por Artemis Jim el Miér Sep 28, 2016 2:36 pm, editado 1 vez
Artemis Jim
Creado por Grase D. Angela Miér Sep 28, 2016 11:27 am
-¡Es lo que yo digo! Obviamente se llenaría de sangre- le exclame al enclenque mientras seguía en mi pose tomando un poco de mi cappuccino, acto seguido riendo muy espontáneamente y un tanto enferma le digo –¡Noooo incredulo! son las voces ¡Dahh! ¡Jajajaja!-.
Mientras hablo con el enclenque noto que hay un perrito con el de lo más horrible, pero tierno al mismo tiempo, dejo mi taza en su plato, descruzo mis piernas, me levanto, inclino mi cabeza sonriendo hacia el enclenque, vaya que era pequeño… y pienso en voz alta – ¿o yo soy alta?- media un metro setenta y cinco acto seguido encaro al perro, literal, me doble con mis pies fijos a 90 grados pero mi torso agachado lo suficiente como para estar cara a cara con el perrito mientras le sonreí y le dije – WUFF -. creo que no le cai muy bien a su perro jajaja me pregunto si lo pateo hasta donde llegaria, las voces me dicen que seria muy gracioso y en parte yo tambien lo opino, ademas la escena de ver al enano llorar mientras el perro vuela seria lo maximo jajajajaja, aunque no se porque aun no quiero hacerle daño y quiero averiguar porque, aunque mis voces digan que lo mate JAJAJAJAJAJAJA.
Me pongo firme de golpe me siento, tomo mi misma pose sentada, bostezo, medio muevo la silla para que se siente el enano y le pregunto –cuéntame enclenque, ¿eres fuerte? ¿Cuáles son tus ambiciones?... encaro a la nada con mi risa y cara sarcástica… Aún no he pensado ni en hacerle daño al mesonero, y ya hablan de este niño… encaro al chico… perdón, las voces a veces pueden ser escandalosas- mientras le sonreía y lo veía con mis ojos bien abiertos.
Mientras hablo con el enclenque noto que hay un perrito con el de lo más horrible, pero tierno al mismo tiempo, dejo mi taza en su plato, descruzo mis piernas, me levanto, inclino mi cabeza sonriendo hacia el enclenque, vaya que era pequeño… y pienso en voz alta – ¿o yo soy alta?- media un metro setenta y cinco acto seguido encaro al perro, literal, me doble con mis pies fijos a 90 grados pero mi torso agachado lo suficiente como para estar cara a cara con el perrito mientras le sonreí y le dije – WUFF -. creo que no le cai muy bien a su perro jajaja me pregunto si lo pateo hasta donde llegaria, las voces me dicen que seria muy gracioso y en parte yo tambien lo opino, ademas la escena de ver al enano llorar mientras el perro vuela seria lo maximo jajajajaja, aunque no se porque aun no quiero hacerle daño y quiero averiguar porque, aunque mis voces digan que lo mate JAJAJAJAJAJAJA.
Me pongo firme de golpe me siento, tomo mi misma pose sentada, bostezo, medio muevo la silla para que se siente el enano y le pregunto –cuéntame enclenque, ¿eres fuerte? ¿Cuáles son tus ambiciones?... encaro a la nada con mi risa y cara sarcástica… Aún no he pensado ni en hacerle daño al mesonero, y ya hablan de este niño… encaro al chico… perdón, las voces a veces pueden ser escandalosas- mientras le sonreía y lo veía con mis ojos bien abiertos.
Grase D. Angela
Hoja de personaje
Nivel:
(5/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Artemis Jim Miér Sep 28, 2016 2:35 pm
Tenía la sensación de estar hablando con algún tipo de persona desequilibrada, y eso me producía incomodidad. Además, era una total desconocida para mí. ¿Y si era peligrosa? No sabía si estaba bromeando o su comentario perturbador ocultaba algo de realidad en su forma de ser, pero realmente en esos instantes quería largarme de allí. Ya tenía los cappuccinos, y a Pug tampoco le caía bien. Cuando mi perro gruñía a extraños, solía confiar bastante en su juicio instintivo.
La chica con heterocromia se refería a unas "voces". Me parecía no estar entendiéndola bien, pero su pronunciada risa ya había atraído la atención de los otros dos clientes dentro del café. Miré de reojo al camarero y a la encargada; el primero estaba algo asustado, y la segunda tenía el ceño ligeramente fruncido. Se podía sacar fácilmente la conclusión de que nadie se sentía cómodo cerca de la mujer.
Lo siguiente que hizo fue ponerse en pie y acercarse a Pug, quien continuó gruñendo, dando un paso atrás con cautela. Volvió a hacer una pregunta que no tenía mucho sentido. Era probable que estuviera mal de la cabeza y hablara con ella misma, tuviera un amigo imaginario, o vete tú a saber qué. A continuación se inclinó y emuló el sonido de un ladrido. A ese punto, incluso Pug se sentó sobre sus cuartos traseros, ladeando la cabeza.
Ella se sentó y apartó una silla para mí. ¿Que si era fuerte? ¿Que cuáles eran mis ambiciones? En esos momentos, mi ambición principal era largarme, así que simplemente me di la vuelta mientras ella iba diciendo "perdón, a veces las voces...", dejándola con la palabra en la boca. Pug me siguió y mi intención era abrir la puerta del local para salir a la calle.
— ¿En el manicomio local sabrán que ésa está suelta? —le pregunté a Pug, seriamente, mientras daba los primeros sorbos a mi cappuccino.
La chica con heterocromia se refería a unas "voces". Me parecía no estar entendiéndola bien, pero su pronunciada risa ya había atraído la atención de los otros dos clientes dentro del café. Miré de reojo al camarero y a la encargada; el primero estaba algo asustado, y la segunda tenía el ceño ligeramente fruncido. Se podía sacar fácilmente la conclusión de que nadie se sentía cómodo cerca de la mujer.
Lo siguiente que hizo fue ponerse en pie y acercarse a Pug, quien continuó gruñendo, dando un paso atrás con cautela. Volvió a hacer una pregunta que no tenía mucho sentido. Era probable que estuviera mal de la cabeza y hablara con ella misma, tuviera un amigo imaginario, o vete tú a saber qué. A continuación se inclinó y emuló el sonido de un ladrido. A ese punto, incluso Pug se sentó sobre sus cuartos traseros, ladeando la cabeza.
Ella se sentó y apartó una silla para mí. ¿Que si era fuerte? ¿Que cuáles eran mis ambiciones? En esos momentos, mi ambición principal era largarme, así que simplemente me di la vuelta mientras ella iba diciendo "perdón, a veces las voces...", dejándola con la palabra en la boca. Pug me siguió y mi intención era abrir la puerta del local para salir a la calle.
— ¿En el manicomio local sabrán que ésa está suelta? —le pregunté a Pug, seriamente, mientras daba los primeros sorbos a mi cappuccino.
Artemis Jim
Creado por Grase D. Angela Miér Sep 28, 2016 3:18 pm
Tenía mucho tiempo que no me iba a divertir tanto, jajaja este pobre chico había caído en mi juego, cambien por completo mi personalidad original a la que siempre aparento ser, una chica tierna e inocente, y exclamo con una voz delicada – ayyy ¿te asuste verdad?... me acerco a él y agacho la cabeza toda apenada… Discúlpame es me gusta actuar, y como jamás había hecho de villana pensé que seria gracioso ¡PERDON!- pude notar como el chico se para dándome la espalda al escucharme y además como cambio totalmente el ambiente en la cafetería, todos estaba en total calma susurrando menos mal con risa entrelazadas, todos estaban como si la muerte se había topado e ido ante sus ojos sin hacer nada.
Me dije a mi misma por dentro ¡COMO AMO MANIPULAR!
Se me acerca el camarero diciéndome – ¡Vaya que si me diste un gran susto jovencita! Tienes madera para actuar, en hora buena- me voltee y le dije – Mil gracias jijiji, podría traernos unas malteadas de chocolate a los tres ¡YO INVITO! Bueno claro si aún me dirigen la palabra… susurre mientras tanteaba con los dedos con cara de apenada… de verdad lo siento sombrerito chan-. Pensando me dije como será que lo mato, me llamo loca… una loca lo torturaría primero antes de matarlo o simplemente lo torturaría hasta que muera ¡JAJAAJJAJAJAJAJJAJA!.
Me dije a mi misma por dentro ¡COMO AMO MANIPULAR!
Se me acerca el camarero diciéndome – ¡Vaya que si me diste un gran susto jovencita! Tienes madera para actuar, en hora buena- me voltee y le dije – Mil gracias jijiji, podría traernos unas malteadas de chocolate a los tres ¡YO INVITO! Bueno claro si aún me dirigen la palabra… susurre mientras tanteaba con los dedos con cara de apenada… de verdad lo siento sombrerito chan-. Pensando me dije como será que lo mato, me llamo loca… una loca lo torturaría primero antes de matarlo o simplemente lo torturaría hasta que muera ¡JAJAAJJAJAJAJAJJAJA!.
Grase D. Angela
Hoja de personaje
Nivel:
(5/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Artemis Jim Miér Sep 28, 2016 3:51 pm
Me encontraba a punto de salir por el umbral de la puerta, buscando alejarme todo lo posible de aquella demente, cuando se me acercó presurosa. Me volteé a mirarla, temiendo que me hiciera algo, pero me quedé pasmado al notar la manera en que su rostro ya no denotaba locura, sino todo lo contrario. La chica se inclinó disculpándose y se excusó alegando que le gustaba interpretar otras personalidades. Fue convincente, lo cual no quería decir que estuviera menos loca, pero todos en el local se tranquilizaron y el ambiente tenso por su actitud se disipó como una burbuja que revienta en su máxima capacidad.
El camarero se acercó para hablar amistosamente con la mujer, e incluso felicitarla por su actuación. Pug y yo tan solo pudimos compartir una mirada cómplice. Ni de lejos confiaba en ella, pero ahora parecía mucho menos peligrosa, y lo siguiente que dijo me animó a quedarme en el café, al menos unos momentos más.
— Bueeeeeno, si me invitas una malteada no te voy a decir que no, pero Pug no debería tomar chocolate o se va a poner hiperactivo —dije, pensativo, mientras el bulldog me miraba con reproche— Es la verdad. En fin, me llamo Jim, pero realmente puedes llamarme como te dé la gana. ¿Y tú, tienes nombre? —pregunté, mientras volvía dentro.
Al final nos sentamos con ella en su mesa, Pug junto a mí frente a la chica actriz. El camarero volvió al poco rato, trayendo tres malteadas de chocolate que se veían increíbles, y a pesar de no haber terminado nuestros cappuccinos, Pug y yo dimos grandes sorbos a las mismas.
— Está buenísima, valió la pena —dije, sonriendo levemente, y Pug ladró una vez para transmitir su felicidad.
El camarero se acercó para hablar amistosamente con la mujer, e incluso felicitarla por su actuación. Pug y yo tan solo pudimos compartir una mirada cómplice. Ni de lejos confiaba en ella, pero ahora parecía mucho menos peligrosa, y lo siguiente que dijo me animó a quedarme en el café, al menos unos momentos más.
— Bueeeeeno, si me invitas una malteada no te voy a decir que no, pero Pug no debería tomar chocolate o se va a poner hiperactivo —dije, pensativo, mientras el bulldog me miraba con reproche— Es la verdad. En fin, me llamo Jim, pero realmente puedes llamarme como te dé la gana. ¿Y tú, tienes nombre? —pregunté, mientras volvía dentro.
Al final nos sentamos con ella en su mesa, Pug junto a mí frente a la chica actriz. El camarero volvió al poco rato, trayendo tres malteadas de chocolate que se veían increíbles, y a pesar de no haber terminado nuestros cappuccinos, Pug y yo dimos grandes sorbos a las mismas.
— Está buenísima, valió la pena —dije, sonriendo levemente, y Pug ladró una vez para transmitir su felicidad.
Artemis Jim
Creado por Grase D. Angela Miér Sep 28, 2016 7:20 pm
Créanme que no miento cuando digo que hacía mucho que no me divertía, todos estos inútiles se creyeron todo jajajaja. Le exclame a jim – ¡ayyy mi primo se llama así! Que genial que seas tocayo de alguien de mi familia… le exclame muy feliz con cara sonrojada en forma de chibi con la mano arriba… y bueno a este hermoso perrito ¿no me los vas a presentar?... le agarre la pata al perrito de la manera mas suave y calida posible… yo me llamo Angela mucho gusto-.
Al llegar las malteadas vi como ambos se la tomaban y la disfrutaban, miro a jim con una sonrisa tenue muy sincera y le digo –Hey, de verdad disculpa lo anterior… ¿deberíamos dar un paseo cuando terminemos estas malteadas no crees? ¿Qué hacen por aquí?- se me cae un poco de la crema esponjosa en la mesa, la agarro con el dedo, y de manera sigilosa bueno fue muy obvio para jim, se la doy al perro diciendo en un tono muy muy cariñoso riendo -que jim no te vea ¡eh!- por un momento se me ocurrió que pasaría si le metía el dedo en el ojo al perro pero me contuve ya que tenía que seguir mi plan de volverme su mejor amiga del día.
Termino mi merengada, de verdad que jim no mentía estaba muy rica, hago ruido cuando tomo el ultimo sorbo de la merengada de propósito y de forma muy apenada le pido disculpas que no quería parecer una muerta de hambre y le exclamo con ternura – ¿Al final daremos un paseo? Lo siento soy muy olvidadiza- .
Insisto, si le metía el dedo en el ojo al perro se lo sacaba o tenía que darle con fuerza agarrándolo que si del cuello… mmm una incógnita que capas tendré toda mi vida.
Al llegar las malteadas vi como ambos se la tomaban y la disfrutaban, miro a jim con una sonrisa tenue muy sincera y le digo –Hey, de verdad disculpa lo anterior… ¿deberíamos dar un paseo cuando terminemos estas malteadas no crees? ¿Qué hacen por aquí?- se me cae un poco de la crema esponjosa en la mesa, la agarro con el dedo, y de manera sigilosa bueno fue muy obvio para jim, se la doy al perro diciendo en un tono muy muy cariñoso riendo -que jim no te vea ¡eh!- por un momento se me ocurrió que pasaría si le metía el dedo en el ojo al perro pero me contuve ya que tenía que seguir mi plan de volverme su mejor amiga del día.
Termino mi merengada, de verdad que jim no mentía estaba muy rica, hago ruido cuando tomo el ultimo sorbo de la merengada de propósito y de forma muy apenada le pido disculpas que no quería parecer una muerta de hambre y le exclamo con ternura – ¿Al final daremos un paseo? Lo siento soy muy olvidadiza- .
Insisto, si le metía el dedo en el ojo al perro se lo sacaba o tenía que darle con fuerza agarrándolo que si del cuello… mmm una incógnita que capas tendré toda mi vida.
Grase D. Angela
Hoja de personaje
Nivel:
(5/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Artemis Jim Jue Sep 29, 2016 3:48 pm
— Jim es un nombre muy común, no es la gran cosa... —le respondí cuando se emocionó en sobremanera por mi nombre, ya que era igual al de un primo suyo. Pug me volteó a ver en el instante en que la mujer le sostuvo la pata para presentarse oficialmente con él. Tenía cara de pocos amigos, era obvio que no le caía bien aquella chica, pero no había razones para ser groseros con ella, al menos por ahora— Se llama Pug, es mi compañero a donde quiera que voy —le dije, mientras el perro gruñía un poco, pero se quedaba quieto ante el saludo de Angela.
De no ser por la malteada me habría ido con total seguridad. Me alegró haberme quedado para probar aquella delicia. Sin embargo, la bipolar mujer propuso ir a dar un paseo con ella. No tenía idea de qué estaba tramando, su insistencia por ser acompañada por nosotros, unos desconocidos que se había topado en un café, más su acto de teatro villanesco y la desconfianza que le tenía el bulldog eran suficientes para pensar que probablemente no fuera buena idea ir con esa chica a "pasear".
— Estábamos por aquí de paso, pero ahora iba a ir a visitar la nueva tienda en la costa, a ver si había algo interesante —repliqué a su pregunta sobre qué hacíamos aquí; Pug y yo bebíamos de a ratos la malteada. En una ocasión, Angela recogió algo de espuma que se le había caído y se la acercó al perro, avisándole de que Jim no lo viera— Puedo verlo perfectamente —dije, mirando con los ojos entrecerrados a la chica, sin entender qué pasaba por su cabeza. Al principio Pug la miró con cara de póquer, pero luego sorbió la espuma de un único y rápido lengüetazo. Ella volvió a mencionar el paseo— Si quieres seguirnos a la tienda, sírvete. No nos molesta —fue lo que le contesté, muy directo y con tono de voz aburrido.
De no ser por la malteada me habría ido con total seguridad. Me alegró haberme quedado para probar aquella delicia. Sin embargo, la bipolar mujer propuso ir a dar un paseo con ella. No tenía idea de qué estaba tramando, su insistencia por ser acompañada por nosotros, unos desconocidos que se había topado en un café, más su acto de teatro villanesco y la desconfianza que le tenía el bulldog eran suficientes para pensar que probablemente no fuera buena idea ir con esa chica a "pasear".
— Estábamos por aquí de paso, pero ahora iba a ir a visitar la nueva tienda en la costa, a ver si había algo interesante —repliqué a su pregunta sobre qué hacíamos aquí; Pug y yo bebíamos de a ratos la malteada. En una ocasión, Angela recogió algo de espuma que se le había caído y se la acercó al perro, avisándole de que Jim no lo viera— Puedo verlo perfectamente —dije, mirando con los ojos entrecerrados a la chica, sin entender qué pasaba por su cabeza. Al principio Pug la miró con cara de póquer, pero luego sorbió la espuma de un único y rápido lengüetazo. Ella volvió a mencionar el paseo— Si quieres seguirnos a la tienda, sírvete. No nos molesta —fue lo que le contesté, muy directo y con tono de voz aburrido.
Artemis Jim
Creado por Grase D. Angela Jue Sep 29, 2016 10:40 pm
Tengo que dar un mejor trabajo para poder engañar a este enclenque, bueno por lo menos acepto que podría ir con él, si quiero arrancarle la piel y dársela de comer a su perro tengo que esforzarme más.
En lo que jim me dice que no le molestaba que lo acompañara le comente muy apenada – bueno es que, es que, te parecerá raro… tanteo mis dedos… pero es que yo no conozco a nadie aquí y por alguna razón me caen bien y quiero estar acompañada jejeje-Les tengo que ser sincera, no entiendo ni me cave en la cabeza porque ese perro me gruñe, cada vez menos desde el gesto que le hice en la mesa, pero no soporto a esa bazofia de animal asqueroza.
Comenzamos a caminar y lance un comentario mientras tomaba de mi merengada que aún no terminaba -no sabía que había una tienda en la costa ¿de que se trata esta tienda?... ¿será que le compraras algo a tu novia?... Exclamo sonrojada… ¿o acaso es para el pequeño y adorable Pug?... le hice una seña al perro y lance todo sin que jim viera por su espalda un trozo de chocolate.
Me quiero dar un premio la verdad, ya que ese estado de sonrojado fue tan espontáneo, creo que se debe a que me imagine como lo torturaba quitándole las uñas… no es que me caiga mal, solo que la cago cuando me llamo loca, un segundo, ¿si estoy loca? jajajajaja No sé ni a quien le hablo.
Pude notar que mientras íbamos por la costa ya era un sitio bastante alejado de la zona, me pregunto dónde estará esta tienda… ¿siquiera existe?
En lo que jim me dice que no le molestaba que lo acompañara le comente muy apenada – bueno es que, es que, te parecerá raro… tanteo mis dedos… pero es que yo no conozco a nadie aquí y por alguna razón me caen bien y quiero estar acompañada jejeje-Les tengo que ser sincera, no entiendo ni me cave en la cabeza porque ese perro me gruñe, cada vez menos desde el gesto que le hice en la mesa, pero no soporto a esa bazofia de animal asqueroza.
Comenzamos a caminar y lance un comentario mientras tomaba de mi merengada que aún no terminaba -no sabía que había una tienda en la costa ¿de que se trata esta tienda?... ¿será que le compraras algo a tu novia?... Exclamo sonrojada… ¿o acaso es para el pequeño y adorable Pug?... le hice una seña al perro y lance todo sin que jim viera por su espalda un trozo de chocolate.
Me quiero dar un premio la verdad, ya que ese estado de sonrojado fue tan espontáneo, creo que se debe a que me imagine como lo torturaba quitándole las uñas… no es que me caiga mal, solo que la cago cuando me llamo loca, un segundo, ¿si estoy loca? jajajajaja No sé ni a quien le hablo.
Pude notar que mientras íbamos por la costa ya era un sitio bastante alejado de la zona, me pregunto dónde estará esta tienda… ¿siquiera existe?
Grase D. Angela
Hoja de personaje
Nivel:
(5/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Artemis Jim Lun Oct 03, 2016 10:08 pm
Disfrutar de una malteada espontánea junto a Pug y una inexplicable nueva "amiga" en aquel café cerca de la costa en Baterilla era una actividad inusual, pero reconfortante. Al menos por los momentos. Angela parecía decidida a acompañarnos a pasear, y no tenía idea de qué podría acontecer entonces, pero tenía mis reservas. No tenía inconveniente en ir por la calle a plena luz del día, más aún por una zona tan poblada como la playa, en compañía de la mujer. Sin embargo, sabría si algo olía mal en todo el asunto. Estaba con la guardia alta.
— Tampoco soy de aquí —coincidí con ella, tras haber comentado con gesto apenado que le caíamos bien y quería estar acompañada— Deberías comprarte un perro si no quieres andar sola por la vida —le dije, con mucha seriedad. Pug imitó mi expresión al contemplar a la chica de cabello azabache.
Una vez el bulldog y yo terminamos las bebidas que Angela nos había invitado, nos levantamos decidiendo ponernos en marcha de una vez. Salimos por la puerta, que volvió a agitar la campanilla, bajo un sol piadoso y envueltos en una decente brisa. El clima era bueno para un paseo por la playa, al menos para mí, que detestaba insolarme, y sabía que Pug era igual. Nuestra compañera, aún con su malteada en la mano, preguntó por la tienda a la que íbamos.
— Es un proyecto muy comentado en toda Baterilla; un grupo variopinto llamado Diversity trabajó durante los últimos meses en construir un gran albergue y una tienda en la costa. Tienen una especie de red de mercadeo, y dicen que se venden cosas interesantes. También averigüé que cuentan con dos wotans, deben ser muy fuertes —expliqué a Angela, con una media sonrisa; escuché su pregunta acerca de mi "novia" y volví a colocar una expresión muy seria, a pesar de que lo que fuera a contestar estaría cargado de sarcasmo— No tengo novia, ¿estás interesada? Haberte enamorado de mí a primera vista sería una explicación mucho más lógica de por qué demonios me sigues... —la miré con aburrimiento al notar cómo volvía a ofrecerle cosas al perro, esta vez tratándose de un trozo de chocolate de procedencia dudosa que Pug capturó con la boca— No lo comas —el bulldog escupió de inmediato el aperitivo. Cabe destacar que había dado una orden seria, el tipo de órdenes que Pug obedecía al pie de la letras— Ummm... podríamos comprarte un perro en la tienda de Diversity, debes sentirte más sola de lo que pensaba —me froté la barbilla, mirándola con suspicacia.
— Tampoco soy de aquí —coincidí con ella, tras haber comentado con gesto apenado que le caíamos bien y quería estar acompañada— Deberías comprarte un perro si no quieres andar sola por la vida —le dije, con mucha seriedad. Pug imitó mi expresión al contemplar a la chica de cabello azabache.
Una vez el bulldog y yo terminamos las bebidas que Angela nos había invitado, nos levantamos decidiendo ponernos en marcha de una vez. Salimos por la puerta, que volvió a agitar la campanilla, bajo un sol piadoso y envueltos en una decente brisa. El clima era bueno para un paseo por la playa, al menos para mí, que detestaba insolarme, y sabía que Pug era igual. Nuestra compañera, aún con su malteada en la mano, preguntó por la tienda a la que íbamos.
— Es un proyecto muy comentado en toda Baterilla; un grupo variopinto llamado Diversity trabajó durante los últimos meses en construir un gran albergue y una tienda en la costa. Tienen una especie de red de mercadeo, y dicen que se venden cosas interesantes. También averigüé que cuentan con dos wotans, deben ser muy fuertes —expliqué a Angela, con una media sonrisa; escuché su pregunta acerca de mi "novia" y volví a colocar una expresión muy seria, a pesar de que lo que fuera a contestar estaría cargado de sarcasmo— No tengo novia, ¿estás interesada? Haberte enamorado de mí a primera vista sería una explicación mucho más lógica de por qué demonios me sigues... —la miré con aburrimiento al notar cómo volvía a ofrecerle cosas al perro, esta vez tratándose de un trozo de chocolate de procedencia dudosa que Pug capturó con la boca— No lo comas —el bulldog escupió de inmediato el aperitivo. Cabe destacar que había dado una orden seria, el tipo de órdenes que Pug obedecía al pie de la letras— Ummm... podríamos comprarte un perro en la tienda de Diversity, debes sentirte más sola de lo que pensaba —me froté la barbilla, mirándola con suspicacia.
Artemis Jim
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Un enclenque, su perro, una psicópata y un intruso
» Un enclenque y su perro contra una psicópata
» La curiosidad mató al perro... ¿O era el gato? [Priv. Winry]
» Un enclenque y su perro contra una psicópata
» La curiosidad mató al perro... ¿O era el gato? [Priv. Winry]
Página 1 de 2.
|
|