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Censo
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Creado por Liana Miér Sep 21, 2016 9:26 pm
-Es que musculitos no entiendes, no es miedo si no solo que ya no tengo hambre- Exclama la joven ningyo de manera muy triste pensando que en el pueblo los que la miraban de la misma que el joven Rida no serían como él.
Liana, y su amigo, mientras el la llevaba en sus brazos. No se percataron que en menos de lo que canta un gallo estaban rodeados de todos los pueblerinos, era el equivalente a cuando una horda de tontattas te sorprende en las afueras de Dressrosa, pero no era en plan de ataque, si no en estado de estupefacción con felicidad por estar presenciando una de las legendarias sirenas de las que todo mundo habla pero no han podido ver! Aclamaban gritando -¡PERO QUE HERMOSA! ¡VENGA A COMER EN MI RESTAURANTE! ¡VENGA POR ROPA EN MI TIENDA! ¡KAWAAAAIIIIIIIIIII!-.
La joven ningyo rápidamente cambio la cara con una sonrisota de oreja a oreja, voltea lentamente para encarar a su amigo musculitos con sus ojos llenos de luz gritando –¡CARNEEEEEEEEE! ¡Musculitooooosss tengo HAMBREEEEEE!-
Las personas del pueblo estaban muy felices y ofreciéndoles de todo a este par, pareciera que estuviera un grupo rock star donde los pueblerinos serian el club de fans, liana cambio su persepcion de la situacion y se dio cuenta que no todo el tiempo se tiene que dejar llevar por su pasado.
Liana, y su amigo, mientras el la llevaba en sus brazos. No se percataron que en menos de lo que canta un gallo estaban rodeados de todos los pueblerinos, era el equivalente a cuando una horda de tontattas te sorprende en las afueras de Dressrosa, pero no era en plan de ataque, si no en estado de estupefacción con felicidad por estar presenciando una de las legendarias sirenas de las que todo mundo habla pero no han podido ver! Aclamaban gritando -¡PERO QUE HERMOSA! ¡VENGA A COMER EN MI RESTAURANTE! ¡VENGA POR ROPA EN MI TIENDA! ¡KAWAAAAIIIIIIIIIII!-.
La joven ningyo rápidamente cambio la cara con una sonrisota de oreja a oreja, voltea lentamente para encarar a su amigo musculitos con sus ojos llenos de luz gritando –¡CARNEEEEEEEEE! ¡Musculitooooosss tengo HAMBREEEEEE!-
Las personas del pueblo estaban muy felices y ofreciéndoles de todo a este par, pareciera que estuviera un grupo rock star donde los pueblerinos serian el club de fans, liana cambio su persepcion de la situacion y se dio cuenta que no todo el tiempo se tiene que dejar llevar por su pasado.
Última edición por Liana el Lun Sep 26, 2016 10:29 am, editado 1 vez
Liana
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Jue Sep 22, 2016 8:24 pm
La villa tuvo un repentino estallido social, al estar aquellos aldeanos por primera vez en presencia de una ningyo. Allí donde posaba la mirada, había gente emocionada o demasiado sorprendida para reaccionar de manera alguna. Pescadores hipnotizados de amor, jóvenes soñadores incrédulos, tenderos que no cabían en sí, amas de casa soltando los instrumentos de cocina para acercarse un poco... eso y más, se cernía sobre la sirena. También sobre mí, ya que la estaba cargando. Escuché un par de gritos del tipo "¡Qué suerte tiene ese tipo, cargando una sirena en brazos!", y la envidia proyectándose desde muchas direcciones. Me causó mucha gracia, así que pronto recuperé mi sonrisa burlona.
— A ver, a ver, a ver, se mira pero no se toca, bastardos —advertí, poniéndome serio por un instante con un par de jardineros que venían acercando sus manos disimuladamente. Los gritos de Liana regresaron tan pronto como la sirena volvió a sentirse confianzuda y fuera de peligro; acentué mi sonrisa— ¡Ya oyeron a la sirena! ¿Harían el favor de traer ingredientes? Yo me encargo del resto —proporcionar alimento a la hermosa ningyo era algo que, obviamente, la mayoría estaba dispuesta a hacer, así que un gran voluntariado se comisionó a reunir de todo un poco para ofrecerle a Liana. Cuando la multitud se disipó un poco, volví a hablar con mi amiga— ¿Ves? Estabas preocupada por nada, ahora deja de gritarme en la oreja un rato para que pueda pensar en lo que cocinaré... —eché a caminar por la calle principal del pueblo, todavía con ella en brazos.
Llegamos a una pequeña plaza central donde había un cúmulo de bancos para sentarse, por lo que deposité allí a Liana, flexioné los músculos y troné los dedos, preparado para ofrecerle un banquete. Mientras lo hacía, me di cuenta de que un par de personas en un callejón adyacente habían estado viendo con seriedad a la sirena hasta que los pillé. Entonces, voltearon los rostros y pretendieron hablar con normalidad entre ellos. Los observé hasta que decidieron largarse, enfilando el callejón, que quedaba entre un par de casas comunes y corrientes.
— Parece que tienes algunos acosadores, Sirena-chan, así que no bajes la guardia, solo por si acaso —le comenté, tras percatarme de aquello.
— A ver, a ver, a ver, se mira pero no se toca, bastardos —advertí, poniéndome serio por un instante con un par de jardineros que venían acercando sus manos disimuladamente. Los gritos de Liana regresaron tan pronto como la sirena volvió a sentirse confianzuda y fuera de peligro; acentué mi sonrisa— ¡Ya oyeron a la sirena! ¿Harían el favor de traer ingredientes? Yo me encargo del resto —proporcionar alimento a la hermosa ningyo era algo que, obviamente, la mayoría estaba dispuesta a hacer, así que un gran voluntariado se comisionó a reunir de todo un poco para ofrecerle a Liana. Cuando la multitud se disipó un poco, volví a hablar con mi amiga— ¿Ves? Estabas preocupada por nada, ahora deja de gritarme en la oreja un rato para que pueda pensar en lo que cocinaré... —eché a caminar por la calle principal del pueblo, todavía con ella en brazos.
Llegamos a una pequeña plaza central donde había un cúmulo de bancos para sentarse, por lo que deposité allí a Liana, flexioné los músculos y troné los dedos, preparado para ofrecerle un banquete. Mientras lo hacía, me di cuenta de que un par de personas en un callejón adyacente habían estado viendo con seriedad a la sirena hasta que los pillé. Entonces, voltearon los rostros y pretendieron hablar con normalidad entre ellos. Los observé hasta que decidieron largarse, enfilando el callejón, que quedaba entre un par de casas comunes y corrientes.
— Parece que tienes algunos acosadores, Sirena-chan, así que no bajes la guardia, solo por si acaso —le comenté, tras percatarme de aquello.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Liana Vie Sep 23, 2016 6:26 pm
-¡Así es gente! Ni se les ocurra tocar los glúteos de musculitos- exclama la joven pez neón rosa mientras le susurra a su amigo – ¿Musculitos cuánto te tardaras cocinando? Es que tengo hambre, cuidado con estas personas, se les nota que te quieren tocar el culo- Pone una cara muy seria.
Liana al escuchar lo que le dice su amigo de que no hay nada que temer, no le contesta, si no que le sonríe con una felicidad tan sincera que envolvía tanto paz como emoción de por fin haber conocido a alguien que además de caerle bien sabía que le podía dar confianza. Al llegar a la plaza, mientras su amigo la sentaba en el banco ella nota que un par de personas en un callejón adyacente la habían estado viendo con seriedad, pero se alejaron y adentraron al callejón.
-¡JAJAJAJAJA! Tranquilo musculitos tú solo regenera mis energías con tu comida y yo te defiendo con mis tres hermosas espadas- dijo liana con un tono un poco alto, pero lo suficientemente alto como para que llegara hacia las personas del callejón, estas, comenzaron a regresar pero con unas caras serias llenas de odio y empuñando espadas, se notaba a leguas lo que querían y lo que venían a hacer, el amigo de liana estaba concentrado en sus artes culinarias que ni se dio cuenta y la ningyo rosa pensando en su mundo particular asocio a los tipos con lo que paso antes al llegar al pueblo, por ende grita con todas sus fuerzas y con la cara más seria -¡MUSCULITOS VIENEN A POR TUS GLUTEOS!-.
Liana al escuchar lo que le dice su amigo de que no hay nada que temer, no le contesta, si no que le sonríe con una felicidad tan sincera que envolvía tanto paz como emoción de por fin haber conocido a alguien que además de caerle bien sabía que le podía dar confianza. Al llegar a la plaza, mientras su amigo la sentaba en el banco ella nota que un par de personas en un callejón adyacente la habían estado viendo con seriedad, pero se alejaron y adentraron al callejón.
-¡JAJAJAJAJA! Tranquilo musculitos tú solo regenera mis energías con tu comida y yo te defiendo con mis tres hermosas espadas- dijo liana con un tono un poco alto, pero lo suficientemente alto como para que llegara hacia las personas del callejón, estas, comenzaron a regresar pero con unas caras serias llenas de odio y empuñando espadas, se notaba a leguas lo que querían y lo que venían a hacer, el amigo de liana estaba concentrado en sus artes culinarias que ni se dio cuenta y la ningyo rosa pensando en su mundo particular asocio a los tipos con lo que paso antes al llegar al pueblo, por ende grita con todas sus fuerzas y con la cara más seria -¡MUSCULITOS VIENEN A POR TUS GLUTEOS!-.
Liana
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Vie Sep 23, 2016 7:43 pm
Algunos aldeanos quedaron sumamente desconcertados ante los reclamos de la ningyo. Algo sobre mis glúteos, decía. Al principio, abrí los ojos de par en par, creyendo en la posibilidad de que algún ama de casa pervertida aprovechara el escándalo con la sirena para sobrepasarse conmigo... pero cuando todos miraron a su alrededor y se dieron cuenta de que Liana había malinterpretado la situación, el murmullo general fue "Eh... que creo que a la que querían tocar era a ti". Murmullo general al que también me uní.
Las ganas de la ningyo por probar mi comida eran infinitas, aparentemente. Volvió a insistir otro poco, y de paso me preguntó cuánto tardaría.
— ¿Tú no conoces la palabra paciencia, verdad? Yo soy un cocinero veloz y eficiente, confía en mí —volví a mostrarle una gran sonrisa dentada; Liana, contra todos los pronósticos de ingenuidad, volvió a hacer mención a lo de los aldeanos con mis glúteos, a lo que compuse una cara de desesperada frustración— ¡Que a la que querían tocar era a ti, sirena despistada! —probablemente le habría dado un coscorrón si se tratase de un hombre.
Liana podía ser muchas cosas, ya me había dado cuenta, pero sutil no era una de esas cosas. Mi mención a los hombres del callejón fue acompañada por, prácticamente, una invitación a los líos. Ella exclamó en voz alta de inmediato que cuando tuviera sus energías recargadas, me protegería, en un tono claramente altanero que hizo que aquellos rufianes dieran media vuelta y cambiaran sus intenciones. Se trataban de un gordo calvo con bandana y un enclenque con aspecto de rata, ambos armados con espadas. Frustrado, me di una palmada en la frente con la mano abierta. ¿Cómo es que esta sirena seguía viva?
Y otra vez lo de los glúteos.
— Si vienen por mis nalgas, ¿qué hacen viéndote a ti? —hundí las manos en los bolsillos laterales de los pantalones, sonriendo de manera burlona como de costumbre. El par de individuos se detuvo a escasos dos metros de nosotros— ¿Se les perdió algo? —les pregunté, mirándolos de manera despreocupada.
— Sí... una sirena escandalosa... —dijo el obeso.
— ... y muy valiosa también —complementó el más pequeño.
— Escúchenme, idiotas —dije en tono cortante, sin perder la sonrisa— Estoy tratando de concentrarme para ponerme a cocinar, así que si llegan a molestarme a mí o a mi comensal, les voy a meter esas espadas por el culo —a pesar de seguir sonriendo, esto último era claramente una peligrosa advertencia; cuando miré de reojo a Liana, me percaté de algo importante— Sirena-chan, ¿y cómo se supone que tienes pensado pelear sin tus espadas? —le pregunté, mirándola con los ojos entrecerrados.
Las ganas de la ningyo por probar mi comida eran infinitas, aparentemente. Volvió a insistir otro poco, y de paso me preguntó cuánto tardaría.
— ¿Tú no conoces la palabra paciencia, verdad? Yo soy un cocinero veloz y eficiente, confía en mí —volví a mostrarle una gran sonrisa dentada; Liana, contra todos los pronósticos de ingenuidad, volvió a hacer mención a lo de los aldeanos con mis glúteos, a lo que compuse una cara de desesperada frustración— ¡Que a la que querían tocar era a ti, sirena despistada! —probablemente le habría dado un coscorrón si se tratase de un hombre.
Liana podía ser muchas cosas, ya me había dado cuenta, pero sutil no era una de esas cosas. Mi mención a los hombres del callejón fue acompañada por, prácticamente, una invitación a los líos. Ella exclamó en voz alta de inmediato que cuando tuviera sus energías recargadas, me protegería, en un tono claramente altanero que hizo que aquellos rufianes dieran media vuelta y cambiaran sus intenciones. Se trataban de un gordo calvo con bandana y un enclenque con aspecto de rata, ambos armados con espadas. Frustrado, me di una palmada en la frente con la mano abierta. ¿Cómo es que esta sirena seguía viva?
Y otra vez lo de los glúteos.
— Si vienen por mis nalgas, ¿qué hacen viéndote a ti? —hundí las manos en los bolsillos laterales de los pantalones, sonriendo de manera burlona como de costumbre. El par de individuos se detuvo a escasos dos metros de nosotros— ¿Se les perdió algo? —les pregunté, mirándolos de manera despreocupada.
— Sí... una sirena escandalosa... —dijo el obeso.
— ... y muy valiosa también —complementó el más pequeño.
— Escúchenme, idiotas —dije en tono cortante, sin perder la sonrisa— Estoy tratando de concentrarme para ponerme a cocinar, así que si llegan a molestarme a mí o a mi comensal, les voy a meter esas espadas por el culo —a pesar de seguir sonriendo, esto último era claramente una peligrosa advertencia; cuando miré de reojo a Liana, me percaté de algo importante— Sirena-chan, ¿y cómo se supone que tienes pensado pelear sin tus espadas? —le pregunté, mirándola con los ojos entrecerrados.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Liana Vie Sep 23, 2016 10:53 pm
ESCUCHAR ESTE SONDTRACK AL LEER: https://www.youtube.com/watch?v=ZoXEqpcC7To
-Me ven porque piensan que yo las quiero tocar, piensan que con solo el hecho de que me vas a cocinar las tendré, pero déjame decirte musculitos que se equivocan ¡PIENSAN MUCHO! Y… Y… YYYY ¡YO NO LAS QUIERO! ¡SOLO QUIERO COMIDA!- Exclama la joven ningyo con una seriedad muy grande llena de un sentimiento marcado con el símbolo de la protección hacia un nakama, por más idiota que fuera esa meta, ella siempre se toma las cosas en serio cuando se trata de un nakama o por lo menos de alguien que aprecia.
Mientras liana escuchaba a su amigo dialogar con esos dos rufianes, pensaba -Pobre musculitos no sabe nada de lo que esta pasado, creo que tengo que derrotarlos pero sin mis espadas o agua no poder ayudarlo en nada, ¡Vamos! ¡Piensa, Piensa, Piensa!- pensaba la ningyo con los ojos cerrados cuando de repente escucha.
-¡LIIIIIAAAANAAAAAA!- grita una voz cansada que a leguas la joven ningyo reconoce que es del viejo Saorishi donde le exclama a ella – ¡HASTA CUANDO VAS A SALIR SIN TUS ESPADAS! - Liana con una sonrisota conociendo al personaje sabe lo que pasara y más temprano que tarde el viejo Saorishi le avienta las espadas con un grito -¡VAMOS TU PUEDES!-
Cuando liana agarra las espadas desde el banco donde estaba sentada, las había agarrado con tal gracilidad y elegancia que se observó en cámara lenta.
La joven ningyo se puso en posición de ataque con sus tres espadas, sentada en el banco para poder pelear contra sus contrincantes. Estos se comenzaron a reír de ella y a burlarse, Ella les exclama con cara de demonio – ¡DE QUE MIERDA SE RIEN!- clava las dos espadas en el piso diciendo –CatapultaFISHING- y se impulsa hacia atrás y de repente se lanza hacia su amigo gritando y diciendo –NINGYOOOOO- -¡Agarrame por la cola RIDA! ¡Lanzame hacia ellos! ¡AHHHHHHHH!-.
Mientras liana escuchaba a su amigo dialogar con esos dos rufianes, pensaba -Pobre musculitos no sabe nada de lo que esta pasado, creo que tengo que derrotarlos pero sin mis espadas o agua no poder ayudarlo en nada, ¡Vamos! ¡Piensa, Piensa, Piensa!- pensaba la ningyo con los ojos cerrados cuando de repente escucha.
-¡LIIIIIAAAANAAAAAA!- grita una voz cansada que a leguas la joven ningyo reconoce que es del viejo Saorishi donde le exclama a ella – ¡HASTA CUANDO VAS A SALIR SIN TUS ESPADAS! - Liana con una sonrisota conociendo al personaje sabe lo que pasara y más temprano que tarde el viejo Saorishi le avienta las espadas con un grito -¡VAMOS TU PUEDES!-
Cuando liana agarra las espadas desde el banco donde estaba sentada, las había agarrado con tal gracilidad y elegancia que se observó en cámara lenta.
La joven ningyo se puso en posición de ataque con sus tres espadas, sentada en el banco para poder pelear contra sus contrincantes. Estos se comenzaron a reír de ella y a burlarse, Ella les exclama con cara de demonio – ¡DE QUE MIERDA SE RIEN!- clava las dos espadas en el piso diciendo –CatapultaFISHING- y se impulsa hacia atrás y de repente se lanza hacia su amigo gritando y diciendo –NINGYOOOOO- -¡Agarrame por la cola RIDA! ¡Lanzame hacia ellos! ¡AHHHHHHHH!-.
Liana
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Sáb Sep 24, 2016 3:56 pm
La sirena pronto sacó sus propias conclusiones sobre la razón por la cual aquellos dos invitados inesperados posaban sus miradas sobre ella, quedando bastante claro para mí y cualquiera que estuviera oyendo la situación, que Liana no tenía remedio.
— Vives en tu propio mundo —me limité a decirle, frunciendo el ceño, aunque sin retirar la sonrisa de mis labios ni un momento. Sin embargo, tenía mucha curiosidad por ver de qué estaba hecha realmente aquella escandalosa chica; si es que era pura habladuría o realmente valía lo que pretendía.
— ¡Ja! Sostenla, esto será fácil —indicó uno de los rufianes, el gordo, a su amigo de la cara de rata.
Sin embargo, antes de que nadie pudiera hacer nada o se desatara una verdadera pelea en la plaza de Villa Foosha, una estridente voz cortó el aire. Me giré en dirección al sitio del cual provenía. Para mi sorpresa, el anciano del lago que había estado entrenando a Liana con los colibrís venía a toda prisa, cargando con las tres espadas de la ningyo. Gracias a éste, y una maniobra estrafalaria en la cual lanzaba las armas filosas para que su pupila las atrapase, Liana volvió a estar armada, aunque eso solo causó las risas de los otros dos.
Lo que hizo la sirena a continuación, sumamente enojada, me tomó desprevenido.
— Eh, eh, eh... espera, no, ¡ESPERA...! —de poco valieron mis gritos de advertencia, al siguiente segundo ya tenía a la imprudente sirena lanzándome encima como una demente; atiné a agarrarla de la cola con ambas manos, girando como peonza debido a la inercia de su salto contra mí— ¿Acaso crees que soy... —un brillo maligno se hizo notar en mis ojos; sí, probablemente al menos disfrutara de estampar a la alocada sirena contra aquellos indeseados— ... UN MALDITO TRAMPOLÍN? —en conjunto con aquel alarido furioso de reproche, arrojé a Liana contra sus oponentes, usando toda la fuerza de la que disponía para imprimir toda la velocidad posible a su improvisada técnica. Jadeando, tras hacer esto, miré en dirección al viejo— Creo que empiezo a entender que sigue viva gracias a ti, abuelo —le comenté, recuperando la sonrisa.
— Vives en tu propio mundo —me limité a decirle, frunciendo el ceño, aunque sin retirar la sonrisa de mis labios ni un momento. Sin embargo, tenía mucha curiosidad por ver de qué estaba hecha realmente aquella escandalosa chica; si es que era pura habladuría o realmente valía lo que pretendía.
— ¡Ja! Sostenla, esto será fácil —indicó uno de los rufianes, el gordo, a su amigo de la cara de rata.
Sin embargo, antes de que nadie pudiera hacer nada o se desatara una verdadera pelea en la plaza de Villa Foosha, una estridente voz cortó el aire. Me giré en dirección al sitio del cual provenía. Para mi sorpresa, el anciano del lago que había estado entrenando a Liana con los colibrís venía a toda prisa, cargando con las tres espadas de la ningyo. Gracias a éste, y una maniobra estrafalaria en la cual lanzaba las armas filosas para que su pupila las atrapase, Liana volvió a estar armada, aunque eso solo causó las risas de los otros dos.
Lo que hizo la sirena a continuación, sumamente enojada, me tomó desprevenido.
— Eh, eh, eh... espera, no, ¡ESPERA...! —de poco valieron mis gritos de advertencia, al siguiente segundo ya tenía a la imprudente sirena lanzándome encima como una demente; atiné a agarrarla de la cola con ambas manos, girando como peonza debido a la inercia de su salto contra mí— ¿Acaso crees que soy... —un brillo maligno se hizo notar en mis ojos; sí, probablemente al menos disfrutara de estampar a la alocada sirena contra aquellos indeseados— ... UN MALDITO TRAMPOLÍN? —en conjunto con aquel alarido furioso de reproche, arrojé a Liana contra sus oponentes, usando toda la fuerza de la que disponía para imprimir toda la velocidad posible a su improvisada técnica. Jadeando, tras hacer esto, miré en dirección al viejo— Creo que empiezo a entender que sigue viva gracias a ti, abuelo —le comenté, recuperando la sonrisa.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Liana Sáb Sep 24, 2016 10:26 pm
-JAJAJAJAJA TU SOLO AGARRAMEEEEEEEE- En el momento que Rida me lanzo quede anonadada con tal fuerza que de por si estaba subestimando desde el principio, era mi momento de lucirme como la buena espadachín que soy tanto para Rida y no pasar pena que como para el viejo Saorishi mi entrenador, así que aquí voy, GRITE – ¡NEO FLIGHT! ¡SSUUUPEERRR SPLASHHHH!- Lance un corte preciso hacia mis dos oponentes cortándolos de manera horizontal, pude llegarle a ambos ya que la fuerza de Rida era impresionante pero lo que no se me ocurrió fue como rayos iba a frenar, lo único que veía en frente de mi era una gran pared de concreto, comencé a gritar - ¡AHHHHHHHHH! – Pero más temprano que tarde me acorde que tenía la burbuja que me había regalado mi antiguo amigo marine y la lance hacia la pared mientras ella se abombaba de aire, rebote de la burbuja donde tal impacto me devolvió hacia musculitos donde caí en frente de él.
Al voltearme y ver a esos rufianes en el piso le digo a musculitos -¡Lo logramos! Somos muy buen equipo musculitos, de verdad me sorprendió la fuerza que tienes- me levante con cara de picara tanteando un musculito con mi dedo y diciéndole – ¿acaso me dejaste todo el trabajo a mí porque te intimidaron los rufianes que querían tocarte el culo? –.
De manera pensativa viendo al horizonte me dije a mi misma -Sigo insistiendo que la fuerza que posee musculitos es la de alguien que no anda jugando por la vida, era la fuerza de alguien decidido ¿será que algún día tendré que pelear contra él? Espero que no, él me ha caído demasiado bien-.
Sonreí hacia mi nuevo amigo musculitos y le grite con fuerza - ¡A COCINARRRR! WOOHOOOO- bostecé diciendo muy sutilmente – sé que no te gusta que te apresure ni grite musculitos, pero, me gustaría comer lo más rápido posible para así luego pelear contra ti de manera amistosa, quiero desafiar a tu gran fuerza- exclame mientras me lance hacia sus brazos con la esperanza de que me cargara de lo cansada que estoy.
Al voltearme y ver a esos rufianes en el piso le digo a musculitos -¡Lo logramos! Somos muy buen equipo musculitos, de verdad me sorprendió la fuerza que tienes- me levante con cara de picara tanteando un musculito con mi dedo y diciéndole – ¿acaso me dejaste todo el trabajo a mí porque te intimidaron los rufianes que querían tocarte el culo? –.
De manera pensativa viendo al horizonte me dije a mi misma -Sigo insistiendo que la fuerza que posee musculitos es la de alguien que no anda jugando por la vida, era la fuerza de alguien decidido ¿será que algún día tendré que pelear contra él? Espero que no, él me ha caído demasiado bien-.
Sonreí hacia mi nuevo amigo musculitos y le grite con fuerza - ¡A COCINARRRR! WOOHOOOO- bostecé diciendo muy sutilmente – sé que no te gusta que te apresure ni grite musculitos, pero, me gustaría comer lo más rápido posible para así luego pelear contra ti de manera amistosa, quiero desafiar a tu gran fuerza- exclame mientras me lance hacia sus brazos con la esperanza de que me cargara de lo cansada que estoy.
Liana
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Dom Sep 25, 2016 4:42 pm
Liana salió despedida cual cohete con cola de pez. La verdad, temí por un instante haber mandado a la imprudente sirena a una muerte segura a manos de los malhechores, pero me quedé gratamente sorprendido al ratificar lo competente que era. Con limpios cortes, dejó fuera de combate a los oponentes. Estelas de sangre mancharon el suelo de la plaza conforme sus cuerpos caían, al unísono con dos alaridos de dolor. Era obvio que el plan improvisado de la ningyo no saldría del todo como había querido, ya que estuvo a punto de darse un fuerte golpe contra la pared, pero se las arregló para salir ilesa con una extraña burbuja que sacó de quién sabe dónde. Me crucé de brazos, contemplando divertido la escena.
Al percatarse de que había triunfado, Liana se dirigió a mí con júbilo y en alabanza a la fuerza que había demostrado. No es que aquella sirena fuera muy pesada, podía cargar y lanzar cosas peores que ella.
— Si te sorprendes con ese tipo de demostraciones de fuerza, aún te falta mucho, Sirena-chan —le dije, tratando de mofarme amigablemente de ella una vez más; la chica toqueteó de nuevo mis músculos volviendo al asunto de que "querían tocarme el culo"— ¡¿Quieres dejar ese tema?! —le grité, impaciente.
Mientras la sirena parecía distraerse unos instantes, algunos pueblerinos se acercaron otra vez a la plaza. El alboroto no había sido grande ya que los dos buscapleitos habían sido reducidos en poco tiempo, pero el hecho de que se hubiera derramado sangre en medio del pueblo parecía preocupar a algunos. ¿Habría sido realmente buena idea iniciar un conflicto allí? ¿Y si llamaban a la Marina? No obstante, me tranquilicé un poco cuando varios aldeanos estuvieron de acuerdo en que aquellos dos eran unos bandidos de poca monta y se merecían lo que les había pasado. Otros estaban más pendientes de la sirena; eran ellos quienes habían reunido ingredientes en varias canastas y las habían traído.
— Si quieren pueden usar la cocina de mi restaurante, será un placer tener a una sirena de verdad sentada en mis mesas —dijo un hombre de avanzada edad que se estaba quedando pelón, sonriendo encantado a Liana.
— Es muy amable de tu parte, anciano. ¡Ustedes, lleven esto al restaurante, la sirena tiene hambre! —ordené a las personas que cargaban las canastas, quienes harían cualquier cosa para complacer a la ningyo, así que me obedecieron sin rechistar.
Mientras nos dirigíamos al restaurante, que quedaba a la vuelta de la esquina de la calle principal, Liana volvía a demostrar sus ganas de comer y entusiasmo que la caracterizaban, pero esta vez agregando que quería retar mi fuerza tras llenarse la panza. Reí mirándola de reojo.
— ¿Quieres enfrentarte a mí? —le pregunté, para estar seguro de que había oído bien— Haz lo que quieras, Sirena-chan, pero no voy a contenerme contigo solo por ser una sirena que necesita que la carguen a todas partes —era efectivamente lo que estaba haciendo justo ahora, cargar a Liana en dirección al restaurante; no es que me encantara, pero como se seguía lanzando encima de mí sin preguntarme, no podía hacer mucho. Aunque, cuando vi a su viejo entrenador cerca de allí, sin mediar palabra arrojé a Liana como un saco de cargamento encima de Saorishi— Eh, viejo, carga tus cosas tú mismo —le reproché, frunciendo el ceño.
Al percatarse de que había triunfado, Liana se dirigió a mí con júbilo y en alabanza a la fuerza que había demostrado. No es que aquella sirena fuera muy pesada, podía cargar y lanzar cosas peores que ella.
— Si te sorprendes con ese tipo de demostraciones de fuerza, aún te falta mucho, Sirena-chan —le dije, tratando de mofarme amigablemente de ella una vez más; la chica toqueteó de nuevo mis músculos volviendo al asunto de que "querían tocarme el culo"— ¡¿Quieres dejar ese tema?! —le grité, impaciente.
Mientras la sirena parecía distraerse unos instantes, algunos pueblerinos se acercaron otra vez a la plaza. El alboroto no había sido grande ya que los dos buscapleitos habían sido reducidos en poco tiempo, pero el hecho de que se hubiera derramado sangre en medio del pueblo parecía preocupar a algunos. ¿Habría sido realmente buena idea iniciar un conflicto allí? ¿Y si llamaban a la Marina? No obstante, me tranquilicé un poco cuando varios aldeanos estuvieron de acuerdo en que aquellos dos eran unos bandidos de poca monta y se merecían lo que les había pasado. Otros estaban más pendientes de la sirena; eran ellos quienes habían reunido ingredientes en varias canastas y las habían traído.
— Si quieren pueden usar la cocina de mi restaurante, será un placer tener a una sirena de verdad sentada en mis mesas —dijo un hombre de avanzada edad que se estaba quedando pelón, sonriendo encantado a Liana.
— Es muy amable de tu parte, anciano. ¡Ustedes, lleven esto al restaurante, la sirena tiene hambre! —ordené a las personas que cargaban las canastas, quienes harían cualquier cosa para complacer a la ningyo, así que me obedecieron sin rechistar.
Mientras nos dirigíamos al restaurante, que quedaba a la vuelta de la esquina de la calle principal, Liana volvía a demostrar sus ganas de comer y entusiasmo que la caracterizaban, pero esta vez agregando que quería retar mi fuerza tras llenarse la panza. Reí mirándola de reojo.
— ¿Quieres enfrentarte a mí? —le pregunté, para estar seguro de que había oído bien— Haz lo que quieras, Sirena-chan, pero no voy a contenerme contigo solo por ser una sirena que necesita que la carguen a todas partes —era efectivamente lo que estaba haciendo justo ahora, cargar a Liana en dirección al restaurante; no es que me encantara, pero como se seguía lanzando encima de mí sin preguntarme, no podía hacer mucho. Aunque, cuando vi a su viejo entrenador cerca de allí, sin mediar palabra arrojé a Liana como un saco de cargamento encima de Saorishi— Eh, viejo, carga tus cosas tú mismo —le reproché, frunciendo el ceño.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Liana Dom Sep 25, 2016 6:31 pm
-¡JAJAAJAJAJJAJA! Que gracioso eres musculitos, no es que me sorprenda tu fuerza, es que la subestime- le di la espalda mientras tapaba mi boca con mi mano y reía de manera picara -jijijiji- en el momento que musculitos me gritaba por lo de sus glúteos pude notar como los aldeanos nos miraba de manera feliz, ya que habíamos derrotado a unas personas mal vistas de la zona o por lo menos eso fue lo que percibí.
Entre la multitud un abuelito muy muy amable nos ofreció su restaurante para que mi querido amigo nuevo cocinara y yo comiera, en lo que escuche al viejo y a musculitos dije – ¡Ohhh sí! No se deje llevar por los prejuicios esta ningyo tiene hambre- mientras musculitos me llevaba y yo le comentaba lo de la peleea no me creía y le dije –Que si ¡jajajaja! Quiero entrenar con alguien que valga la pena- volteo con cara seria hacia Saorishi y exclamo – no como otros ¡JUM!- vuelvo a mirar a musculitos y le digo – Así que al terminar de comer…- Rida me lanzo hacia el viejo Saorishi de manera un poco grosera, en lo que estoy cayendo hacia el pobre abuelo note que tenía una cara de pervertido feliz sangrando por la nariz porque me iba a cargar, pero también note que cargaba la burbuja, así que la active al caer en sus brazos. El pervertido quedo pegado en la pared inconsciente por el rebote mientras yo le grite con cara de demonio desde la burbuja a Rida mientras me acercaba a el -¡BUENO QUE MIERDA TE PASA DICK! ¡YO NO SOY UNA COSA! ¡NORMALMENTE CAMINO PERO TE PEDI EL FAVOR PORQUE ESTABA CANSADA Y ME CAIAS BIEN! ¡JUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUM!- Le lanzo un golpe a su cabeza con intenciones de dejarle un chichón y sigo mi camino mientras susurro molesta – espero que compenses esto con tu cocina –.
Me siento en una mesa al entrar al restaurante, apago mi burbuja y espero a que cocine las famosas comidas que me prometió musculitos. Más temprano que tarde me quede dormida en la mesa esperando mientras estaba lista la comida.
Entre la multitud un abuelito muy muy amable nos ofreció su restaurante para que mi querido amigo nuevo cocinara y yo comiera, en lo que escuche al viejo y a musculitos dije – ¡Ohhh sí! No se deje llevar por los prejuicios esta ningyo tiene hambre- mientras musculitos me llevaba y yo le comentaba lo de la peleea no me creía y le dije –Que si ¡jajajaja! Quiero entrenar con alguien que valga la pena- volteo con cara seria hacia Saorishi y exclamo – no como otros ¡JUM!- vuelvo a mirar a musculitos y le digo – Así que al terminar de comer…- Rida me lanzo hacia el viejo Saorishi de manera un poco grosera, en lo que estoy cayendo hacia el pobre abuelo note que tenía una cara de pervertido feliz sangrando por la nariz porque me iba a cargar, pero también note que cargaba la burbuja, así que la active al caer en sus brazos. El pervertido quedo pegado en la pared inconsciente por el rebote mientras yo le grite con cara de demonio desde la burbuja a Rida mientras me acercaba a el -¡BUENO QUE MIERDA TE PASA DICK! ¡YO NO SOY UNA COSA! ¡NORMALMENTE CAMINO PERO TE PEDI EL FAVOR PORQUE ESTABA CANSADA Y ME CAIAS BIEN! ¡JUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUM!- Le lanzo un golpe a su cabeza con intenciones de dejarle un chichón y sigo mi camino mientras susurro molesta – espero que compenses esto con tu cocina –.
Me siento en una mesa al entrar al restaurante, apago mi burbuja y espero a que cocine las famosas comidas que me prometió musculitos. Más temprano que tarde me quede dormida en la mesa esperando mientras estaba lista la comida.
Liana
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Lun Sep 26, 2016 1:55 pm
La explosiva ningyo no se mostró muy feliz al haber sido arrojada de esa forma. El pobre viejo terminó pagando la mayor parte del asunto, al ser golpeado por la burbuja extraña que Liana podía hacer aparecer para desplazarse. No es que fuera del todo inocente; la cara de depravado del anciano lo decía todo, quizá hasta se mereciese tal castigo. No satisfecha con ello, el enojo de Liana la llevó a gritarme y reprocharme, aunque yo simplemente me quedé allí, mostrándole una gran sonrisa de duende. Al menos eso fue hasta recibir un golpe en la coronilla que probablemente me habría dejado un gran chichón. Sin embargo, continué riendo. Era divertido meterme con la ningyo.
Entramos al restaurante del anciano. Éramos el viejo Saorishi, el dueño del local, Liana, un montón de fans de la sirena y yo. El establecimiento sería, muy probablemente, de los más lucrativos en la villa, a juzgar por lo bonito que era su interior en comparación al resto del modesto pueblo. Miré de reojo cómo la sirena se quedaba dormida sentada a la mesa en espera de la comida. Mejor así, no me apresuraría mientras trabajaba.
La cocina del sitio era bastante aceptable, y el viejo la puso a mi disposición. De entre mis cosas, saqué mis utensilios y mi delantal. Con éste puesto encima de la ropa, estaba preparado. Ya tenía una idea aproximada de lo que cocinaría para Liana. Empecé a afilar los cuchillos, dándole un vistazo a las canastas con ingredientes que los pueblerinos habían reunido.
Manos a la obra.
Unos veinte minutos después, entre varios fans, colocamos frente a Liana de golpe el banquete que le había preparado, tan fuerte como para despertarla y que lo primero que viera fuera el manjar frente a ella.
— Vamos a ver si este estómago tuyo puede con... ¡esto! —dije, cruzándome de brazos, muy seguro de mí mismo.
Entramos al restaurante del anciano. Éramos el viejo Saorishi, el dueño del local, Liana, un montón de fans de la sirena y yo. El establecimiento sería, muy probablemente, de los más lucrativos en la villa, a juzgar por lo bonito que era su interior en comparación al resto del modesto pueblo. Miré de reojo cómo la sirena se quedaba dormida sentada a la mesa en espera de la comida. Mejor así, no me apresuraría mientras trabajaba.
La cocina del sitio era bastante aceptable, y el viejo la puso a mi disposición. De entre mis cosas, saqué mis utensilios y mi delantal. Con éste puesto encima de la ropa, estaba preparado. Ya tenía una idea aproximada de lo que cocinaría para Liana. Empecé a afilar los cuchillos, dándole un vistazo a las canastas con ingredientes que los pueblerinos habían reunido.
Manos a la obra.
Unos veinte minutos después, entre varios fans, colocamos frente a Liana de golpe el banquete que le había preparado, tan fuerte como para despertarla y que lo primero que viera fuera el manjar frente a ella.
— Vamos a ver si este estómago tuyo puede con... ¡esto! —dije, cruzándome de brazos, muy seguro de mí mismo.
- NOTA:
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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