Online
Conectarse
En total hay 11 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 11 Invitados :: 1 Motor de búsqueda
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 166 durante el Dom Nov 13, 2016 9:10 pm
Last Post
Censo
Staff
Página 1 de 1.
Creado por Red Wolf Vie Oct 14, 2016 1:35 am
Alegría en los mares del North Blue, cálidos, tranquilos, con un mar lleno de toda clases de peces que podrían pescarse y cada uno tenía un sabor único, al menos si sabían cocinarlos para relucir todo su sabor, sería sin duda parte de los mares más prósperos de los Blues como la isla donde empezaba este relato.
Flevance – 6 años atrás….
Hace más de una década que la gran Era Pirata había comenzado con la muerte de Gold Roger, muchos criminales se alzaron en los mares para conseguir el gran tesoro que ahora se convertia en una leyenda ¿Por qué habia de pasar tantos años para hallarlo? Pero los sueños guiaban a las personas que era lo remarcaba de esta generación, aunque no el de todos mientras se escuchaban sonidos de golpes en un callejón. Un par de hombres caian golpeados hacia el suelo con el rostro hinchado como lleno de sangre, les costaba respirar pero seguían concientes vaciando sus bolsillos y alrededor de ellos se encontraban otros 3 quienes reian de forma sarcástica. –Vamos, vamos eso solo fue el adelanto por atrasarse con las deudas, el Jefe no le agrada la gente que no paga- Un joven de cabellos negros con ojos azules profundo como el mar era quien parecía liderar aquel trio aunque por su apariencia era menos fornido y el más joven pero llevaba una playera sin mangas como un chaleco que eran los que resaltaban en sus colores oscuros pero lo mas detallado serian las pequeñas alas sobre su espalda que se asomaban con sus puntas señalando hacia arriba, asi como la espada de su cintura y quien sabe que otra sorpresa guardada entre sus bolsillos, todo un bandido al que conocían todos como Lobo Rojo ¿El por qué el sobrenombre? Esa es otra historia.
Red, como era su apodo para acortar la forma de llamarlo, recogía el dinero empezando a contarlo con desanimo, no disfrutaba de realizar aquellas acciones si la gente no ameritaba una paliza pero si quería sobrevivir tenía que trabajar y no había mejor empleo pagado que ser el maton de un cabecilla mafioso en aquella isla del North Blue, protección, un techo, comida y dinero por solo tener que golpear a la gente ¿Había algo mejor? Tal vez si pero desde el incidente con los nobles, Red no podía regresar a la isla donde fue llevado y solo por la capacidad de leer como escribir no era suficiente para valerse en esos lugares, ni siquiera para una isla tan rica como Flevance era suficiente. –Aquí esta todo, nos hubisemos ahorrado todo el drama de ser los tipos malos y ustedes ser golpeados, si solo me hubieran entregado el dinero.... vámonos de aquí- Guardando el botin se alejaba con los otros 2 grandulones dejando aquella escena tensa para regresar al escondite.
En algún sitio oscuro, lúgubre y con cajas, clásica escena de escondite de criminales, Red entregaba el dinero a su Jefe quien complacido le daba su día de pago a sus secuaces permitiendo que se alejaran de ahí. ¡Finalmente! Libertad, el resto del día libre tras haber trabajado y tener dinero, solo un poco más y tal vez podría conseguir su primero objetivo, solo un poco más pero aun no era ese momento ¿Qué sería lo primero que debería hacer el ojos azules? Lo medito con una sonrisa mientras se dirigía a su lugar favorito, de varios en la isla, rumbo al puerto del Oeste, no había mejor vista del mar que ese lugar para mirar la puesta de sol aunque aún faltaran horas para eso, había un gran sol en lo cielo por lo que podría ser apenas medio día pero el clima era tan agradable que simplemente era un crimen no disfrutarlo y pensar que hacer con su resto del día libre ¿Comer? ¿Visitar a sus amigos? Regresar al sitio que usaba como dormitorio no era mala idea pero tenía demasiadas energías como para ir pronto ahí.
Lejos en la misma calle por donde caminaba Red, un par de hombres de lejos vigilaban con un par de binoculares al joven matón y comunicaban información por medio de un den den mushi por alguna razón, el prólogo solo acababa de iniciar..
Flevance – 6 años atrás….
Hace más de una década que la gran Era Pirata había comenzado con la muerte de Gold Roger, muchos criminales se alzaron en los mares para conseguir el gran tesoro que ahora se convertia en una leyenda ¿Por qué habia de pasar tantos años para hallarlo? Pero los sueños guiaban a las personas que era lo remarcaba de esta generación, aunque no el de todos mientras se escuchaban sonidos de golpes en un callejón. Un par de hombres caian golpeados hacia el suelo con el rostro hinchado como lleno de sangre, les costaba respirar pero seguían concientes vaciando sus bolsillos y alrededor de ellos se encontraban otros 3 quienes reian de forma sarcástica. –Vamos, vamos eso solo fue el adelanto por atrasarse con las deudas, el Jefe no le agrada la gente que no paga- Un joven de cabellos negros con ojos azules profundo como el mar era quien parecía liderar aquel trio aunque por su apariencia era menos fornido y el más joven pero llevaba una playera sin mangas como un chaleco que eran los que resaltaban en sus colores oscuros pero lo mas detallado serian las pequeñas alas sobre su espalda que se asomaban con sus puntas señalando hacia arriba, asi como la espada de su cintura y quien sabe que otra sorpresa guardada entre sus bolsillos, todo un bandido al que conocían todos como Lobo Rojo ¿El por qué el sobrenombre? Esa es otra historia.
Red, como era su apodo para acortar la forma de llamarlo, recogía el dinero empezando a contarlo con desanimo, no disfrutaba de realizar aquellas acciones si la gente no ameritaba una paliza pero si quería sobrevivir tenía que trabajar y no había mejor empleo pagado que ser el maton de un cabecilla mafioso en aquella isla del North Blue, protección, un techo, comida y dinero por solo tener que golpear a la gente ¿Había algo mejor? Tal vez si pero desde el incidente con los nobles, Red no podía regresar a la isla donde fue llevado y solo por la capacidad de leer como escribir no era suficiente para valerse en esos lugares, ni siquiera para una isla tan rica como Flevance era suficiente. –Aquí esta todo, nos hubisemos ahorrado todo el drama de ser los tipos malos y ustedes ser golpeados, si solo me hubieran entregado el dinero.... vámonos de aquí- Guardando el botin se alejaba con los otros 2 grandulones dejando aquella escena tensa para regresar al escondite.
En algún sitio oscuro, lúgubre y con cajas, clásica escena de escondite de criminales, Red entregaba el dinero a su Jefe quien complacido le daba su día de pago a sus secuaces permitiendo que se alejaran de ahí. ¡Finalmente! Libertad, el resto del día libre tras haber trabajado y tener dinero, solo un poco más y tal vez podría conseguir su primero objetivo, solo un poco más pero aun no era ese momento ¿Qué sería lo primero que debería hacer el ojos azules? Lo medito con una sonrisa mientras se dirigía a su lugar favorito, de varios en la isla, rumbo al puerto del Oeste, no había mejor vista del mar que ese lugar para mirar la puesta de sol aunque aún faltaran horas para eso, había un gran sol en lo cielo por lo que podría ser apenas medio día pero el clima era tan agradable que simplemente era un crimen no disfrutarlo y pensar que hacer con su resto del día libre ¿Comer? ¿Visitar a sus amigos? Regresar al sitio que usaba como dormitorio no era mala idea pero tenía demasiadas energías como para ir pronto ahí.
Lejos en la misma calle por donde caminaba Red, un par de hombres de lejos vigilaban con un par de binoculares al joven matón y comunicaban información por medio de un den den mushi por alguna razón, el prólogo solo acababa de iniciar..
Red Wolf
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Daoko Sáb Oct 15, 2016 3:39 pm
El vagar por los mares comenzaba a volverse más que una mera y simple cuestión de trabajo, la rutina y el aburrimiento comenzaba a consumir el estar de la joven sirena la cual, paciente sólo podía atenerse a aquel gran mar que era su hogar faltando únicamente unos cuantos meses para así cumplir aquella mayoría de edad y gozar de aquello a lo que los humanos llamaban piernas para poder darse el lujo de sentir la tierra y poder ver más allá de lo permitido. Casi podría sentir ya el calor de la arena sobre sus inexistentes pies arrebatando sin que nadie se pudiera percatar una dulce sonrisa que inconsciente la traicionaba escapando sólo para dar fe de la pequeña pizca de felicidad, curiosidad y necesidad que día a día se volvían más latentes.
Su largo viaje no la llevó muy lejos de la anterior isla a la cual había asistido. Nadando siempre bajo o al lado de un barco mercante o pesquero se daba el lujo de exponerse a ser vista y quizá capturada pero era de la única manera en la que podía enterarse de lo que pasaba en el mundo y a la próxima isla a la que pretendía ir, sin contar que robar en ocasiones el delicioso pescado que los pescadores atrapaban era una magnífica fuente de comida sin mucho esfuerzo.
Aquel día el sol parecía más agresivo que de costumbre, quemaba un poco y sumado al reflejo de la luz casi juraba tentaba a tostar aquella blanquecina piel de la dama marina obligándola a bajar más de lo normal sin perder el barco a la vista, mas poco faltó para ver el puerto en el cual varias embarcaciones esperaban paciente para ser abordadas, otras para cargar mercancía y salir y otras tantas bajando su mercancía y pasajeros a bordo. Era normal, común para ella ver ese tipo de escenarios, clara y lógica señal de que ya había llegado a su destino.
La poca comodidad de ver a tanta gente junta la hacía rondar de un lado a otro sólo viendo a aquellos humanos pasar y trabajar, sin ánimos de siquiera arriesgarse a acercarse un poco moviendo su cabeza de un lado a otro buscando alguna otra orilla dónde descansar obligándose a sí misma a comenzar a nadar hacia otra dirección. Los sabes vaivenes de su cola al chocar con el agua producían un sonido profundo de burbujas al subir, uno que sólo ella disfrutaría en aquel corto camino. Du cuerpo apenas si era cubierto con un crop top de tela ligera de un hermoso color aqua, y su cabello, simplemente caía con gracia sin ningún tipo de adorno que lo detuviese. En su espalda aquel grueso escudo que llevaba siempre a todas parte y en su cintura su látigo y un morralillo con algunas cosas personales, nada importante.
Poco tardó antes de llegar a lo que parecía otro puerto, más pequeño y prácticamente sin ningún barco que pudiese contener algún humano que pudiese verla; Sonriente se decidió acercar con suma cautela sacando y asomando apenas aquel par de ojos adornados con esos orbes entre violeta y celeste, levantando un poco su mirada dispuesta a saltar para tomar la orilla comenzó a escuchar los pesados pasos de lo que intuía eran toscas botas imaginando al instante un enorme hombre tosco y bruto portador de estas. Frunció el ceño con cierto desagrado de sólo imaginarlo y se quedó en silencio oculta en la rabadilla del final de aquella parte. No escuchó más ¿Se había ido? ¿Se quedó quieto? Mordiéndose el labio inferior muriendo de curiosidad y llenándose de valor dando un empujón con su cola tras ponerse de frente tomó la orilla con sus finas manos comenzando a levantarse para poder subir y descansar pero grande fue su sorpresa viendo ahí a quien antes había escuchado - ¡Nnhijjg! - Sonido burdo y raro saliendo de la garganta de ella, se soltó al instante, seguramente caería de lleno contra el agua y más que eso salpicar al que apenas si pudo observar tenía negros cabellos. Vaya torpeza más grande, maldiciendo una y otra vez a los humanos sólo mantenía sus párpados cerrados como si aquello la protegiera de que él la hubiese visto - ¡Tonto humano! - Gritó como pudo, renegando ya no había más que hacer. Volvió a asomar su rostro en el mar, viéndolo atenta empuñando sus manos y fue cuando logró ver aquel par de… De… ¿Alas? - ¿Eres una gaviota? - Fue lo primero en decir sin siquiera medir palabra, amenazante con su mirada se sentía segura en aquella distancia entre el mar y poco del puerto.
Su largo viaje no la llevó muy lejos de la anterior isla a la cual había asistido. Nadando siempre bajo o al lado de un barco mercante o pesquero se daba el lujo de exponerse a ser vista y quizá capturada pero era de la única manera en la que podía enterarse de lo que pasaba en el mundo y a la próxima isla a la que pretendía ir, sin contar que robar en ocasiones el delicioso pescado que los pescadores atrapaban era una magnífica fuente de comida sin mucho esfuerzo.
Aquel día el sol parecía más agresivo que de costumbre, quemaba un poco y sumado al reflejo de la luz casi juraba tentaba a tostar aquella blanquecina piel de la dama marina obligándola a bajar más de lo normal sin perder el barco a la vista, mas poco faltó para ver el puerto en el cual varias embarcaciones esperaban paciente para ser abordadas, otras para cargar mercancía y salir y otras tantas bajando su mercancía y pasajeros a bordo. Era normal, común para ella ver ese tipo de escenarios, clara y lógica señal de que ya había llegado a su destino.
La poca comodidad de ver a tanta gente junta la hacía rondar de un lado a otro sólo viendo a aquellos humanos pasar y trabajar, sin ánimos de siquiera arriesgarse a acercarse un poco moviendo su cabeza de un lado a otro buscando alguna otra orilla dónde descansar obligándose a sí misma a comenzar a nadar hacia otra dirección. Los sabes vaivenes de su cola al chocar con el agua producían un sonido profundo de burbujas al subir, uno que sólo ella disfrutaría en aquel corto camino. Du cuerpo apenas si era cubierto con un crop top de tela ligera de un hermoso color aqua, y su cabello, simplemente caía con gracia sin ningún tipo de adorno que lo detuviese. En su espalda aquel grueso escudo que llevaba siempre a todas parte y en su cintura su látigo y un morralillo con algunas cosas personales, nada importante.
Poco tardó antes de llegar a lo que parecía otro puerto, más pequeño y prácticamente sin ningún barco que pudiese contener algún humano que pudiese verla; Sonriente se decidió acercar con suma cautela sacando y asomando apenas aquel par de ojos adornados con esos orbes entre violeta y celeste, levantando un poco su mirada dispuesta a saltar para tomar la orilla comenzó a escuchar los pesados pasos de lo que intuía eran toscas botas imaginando al instante un enorme hombre tosco y bruto portador de estas. Frunció el ceño con cierto desagrado de sólo imaginarlo y se quedó en silencio oculta en la rabadilla del final de aquella parte. No escuchó más ¿Se había ido? ¿Se quedó quieto? Mordiéndose el labio inferior muriendo de curiosidad y llenándose de valor dando un empujón con su cola tras ponerse de frente tomó la orilla con sus finas manos comenzando a levantarse para poder subir y descansar pero grande fue su sorpresa viendo ahí a quien antes había escuchado - ¡Nnhijjg! - Sonido burdo y raro saliendo de la garganta de ella, se soltó al instante, seguramente caería de lleno contra el agua y más que eso salpicar al que apenas si pudo observar tenía negros cabellos. Vaya torpeza más grande, maldiciendo una y otra vez a los humanos sólo mantenía sus párpados cerrados como si aquello la protegiera de que él la hubiese visto - ¡Tonto humano! - Gritó como pudo, renegando ya no había más que hacer. Volvió a asomar su rostro en el mar, viéndolo atenta empuñando sus manos y fue cuando logró ver aquel par de… De… ¿Alas? - ¿Eres una gaviota? - Fue lo primero en decir sin siquiera medir palabra, amenazante con su mirada se sentía segura en aquella distancia entre el mar y poco del puerto.
Daoko
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Red Wolf Sáb Oct 15, 2016 6:18 pm
Paz y tranquilidad, no era extraño no ver embarcaciones en la isla, aquella zona era predilecta de pescadores para anclar sus navíos pero ahora todos estarían en la mar tratando de capturar algo de valor, por esa razón era el sitio preferido para el cabellos negros ya que no habría mucha presencia humana y seria de los pocos sitios que estaban conectados entre el mar y la tierra como lo era aquel muelle de madera con sus altos postes y tablones de madera sobre el agua. Había caminado lo suficiente, hasta el final de la madera donde ya solo adelante era únicamente el mar azul con el brillo del sol en sus apacibles olas, era vitalizante poder oler la sal del mar y el buen aroma del puerto de hierbas, debido al pequeño desfiladero hasta donde llegaba el puerto donde había distintas plantas de la isla, el aroma de aquellas plantas inundaban aquel sitio como si fuese una joven mujer en su primavera, sin duda un gran aroma mientras se agachaba Red para poder sentarse al filo del muelle con sus pies al aire disfrutando la escena.
Hasta entonces su mente se llenaba de fantasías y sueños que solo había en su mente, en su objetivo y lo que podría encontrar más allá de esta isla si tuviera la cantidad suficiente para financiarse logrando así cumplir sus metas, no cabía duda que sería una gran vida pero por ahora estaba atado a la vida de matón pero no por ello dejaba de mirar al horizonte sabiendo que le aguardaba algo mejor. El sonido del agua salpicando le sacaba de estar soñando despierto para observar hacia donde provenía el sonido, un splash autentico a donde se levantó para dirigirse el skypean y ver quien había caído al agua ¿Un animal? ¿Una persona? ¿Un objeto? Eso se resolvió rápidamente al escuchar el grito que era un tonto humano dejándole consternado de semejante grito ahogado que se perdía con el agua hasta que podía verla finalmente. Un lindo rostro de mujer con la piel tan blanca que parecía nieve, junto con unos ojos azules tan claro que profundos pero no tan distintivos como el curioso color de su cabello, una chica había caído al agua, se tuvo que resistir de reírse Red volteando de lado el rostro con una sonrisa, no era algo que sucediera muy a menudo pero también no pasaba por alto al volver a mirarla con una sonrisa calmada e incluso amable que aquella chica no era nadie que habría visto antes ¿Quién podría olvidar apariencia tan mas singular?
-Oye estas..- apenas pudo pronunciar un par de palabras antes que la chica del mar contestara primero en voz alta preguntando si era una clase de ave, un momento donde se quedó congelado con un enojo interno por haber sido llamado gaviota cuando había muchas más aves en el mundo, no era como si esa broma ya se la hubieran jugado. -¡No soy una gaviota!- Con actitud efusiva pero lo dejaba pasar colocando su mano en la boca para toser como si arreglara su voz y su actitud. –No te había visto antes así que lo dejare pasar ¿Necesitas ayuda para salir? Te resfriaras si te quedas ahi- Se agachaba un poco al borde del muelle estirando su mano con su habitual sonrisa en auxilio para ayudar a sacarla del agua a la joven con quien apenas comenzaba a tener una conversación.
Hasta entonces su mente se llenaba de fantasías y sueños que solo había en su mente, en su objetivo y lo que podría encontrar más allá de esta isla si tuviera la cantidad suficiente para financiarse logrando así cumplir sus metas, no cabía duda que sería una gran vida pero por ahora estaba atado a la vida de matón pero no por ello dejaba de mirar al horizonte sabiendo que le aguardaba algo mejor. El sonido del agua salpicando le sacaba de estar soñando despierto para observar hacia donde provenía el sonido, un splash autentico a donde se levantó para dirigirse el skypean y ver quien había caído al agua ¿Un animal? ¿Una persona? ¿Un objeto? Eso se resolvió rápidamente al escuchar el grito que era un tonto humano dejándole consternado de semejante grito ahogado que se perdía con el agua hasta que podía verla finalmente. Un lindo rostro de mujer con la piel tan blanca que parecía nieve, junto con unos ojos azules tan claro que profundos pero no tan distintivos como el curioso color de su cabello, una chica había caído al agua, se tuvo que resistir de reírse Red volteando de lado el rostro con una sonrisa, no era algo que sucediera muy a menudo pero también no pasaba por alto al volver a mirarla con una sonrisa calmada e incluso amable que aquella chica no era nadie que habría visto antes ¿Quién podría olvidar apariencia tan mas singular?
-Oye estas..- apenas pudo pronunciar un par de palabras antes que la chica del mar contestara primero en voz alta preguntando si era una clase de ave, un momento donde se quedó congelado con un enojo interno por haber sido llamado gaviota cuando había muchas más aves en el mundo, no era como si esa broma ya se la hubieran jugado. -¡No soy una gaviota!- Con actitud efusiva pero lo dejaba pasar colocando su mano en la boca para toser como si arreglara su voz y su actitud. –No te había visto antes así que lo dejare pasar ¿Necesitas ayuda para salir? Te resfriaras si te quedas ahi- Se agachaba un poco al borde del muelle estirando su mano con su habitual sonrisa en auxilio para ayudar a sacarla del agua a la joven con quien apenas comenzaba a tener una conversación.
Red Wolf
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Daoko Lun Oct 17, 2016 10:47 pm
Quizá sería el calor de aquel día. Quizá era aquella curiosidad que invadía poco a poco a la de azules cabellos o sólo el sutil enfado de verle sonreír, así, con cierto cinismo, cosa que hacía la sirena hirviera en coraje pues atribuía aquella inocente sonrisa divertida a que se burlaba de su torpeza. Chasqueó la lengua girando su rostro hacia un lado sin moverse, viendo apenas por el robadillo de su ojo a aquel de negros cabellos cómo inútilmente reclamaba ante la comparativa de aquella ave a la cual le había encontrado al instante parecido sólo por aquel par de alas pequeñas que se asomaban por los costados de sus hombros. - ¿Lo dejarás pasar? No es como que necesite tu perdón o algo así. - Reclamó por lo bajo sin dejar de observarlo para lo que aquella siguiente pregunta y comentario no hizo más que hacer crecer el enojo de la dama marina. - No. - Frunció su ceño cruzándose de brazos a la par que con un suave movimiento con una de las aletas de su cola intentó golpear el dorso de la mano del joven para que no la acercara más a ella - No necesito ayuda de una paloma. - Volvió a recalcar manteniendo aquella penetrante mirada en èl. - Jamás me he resfriado estando en el mar, no comenzaré ahora sólo porque tú… Humano extraño, me lo dice. - Susurraba bajo, con cierto enojo y recelo sin dejar de verle.
- … - Giró su rostro hacia él con aquel enojo tan característica de ella, uno que teñía aquellas pálidas mejillas de un dulce carmesí e incluso le hacía brillar más la mirada - ¿Por qué sonríes? ¿Qué es gracioso? - El no tener ni por asomo un trato cordial o agradable con los humanos a parte de volverla tosca le había cerrado en totalidad la mente, haber estado a nada de tender a ser cazada, vendida e incluso cocinada chocaba de lleno contra aquel rostro tan… ¿Tierno? ¡¿Por qué sonreía?! El sólo verle le hervía la sangre y ni siquiera podía ocultarlo. Movió a nueva cuenta su cola buscando levantar parte de aquella agua marina para salpicarlo y obligarlo a cambiar de mueca - Odio a los humanos que sonríen así. - Entre suaves reniegos mantenía aquella torpe postura, no quería ni pretendía dar su brazo a torcer por él.
- … - Giró su rostro hacia él con aquel enojo tan característica de ella, uno que teñía aquellas pálidas mejillas de un dulce carmesí e incluso le hacía brillar más la mirada - ¿Por qué sonríes? ¿Qué es gracioso? - El no tener ni por asomo un trato cordial o agradable con los humanos a parte de volverla tosca le había cerrado en totalidad la mente, haber estado a nada de tender a ser cazada, vendida e incluso cocinada chocaba de lleno contra aquel rostro tan… ¿Tierno? ¡¿Por qué sonreía?! El sólo verle le hervía la sangre y ni siquiera podía ocultarlo. Movió a nueva cuenta su cola buscando levantar parte de aquella agua marina para salpicarlo y obligarlo a cambiar de mueca - Odio a los humanos que sonríen así. - Entre suaves reniegos mantenía aquella torpe postura, no quería ni pretendía dar su brazo a torcer por él.
Daoko
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Contenido patrocinado
Contenido patrocinado
Página 1 de 1.
|
|