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Censo
Staff
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Creado por Nyanta Mar Dic 22, 2015 4:47 am
Aquellas desgarradoras semillas del pasado seguían floreciendo en lo más profundo de mis pensamientos. Habían arraigado fuerte en mis entrañas e iban chupando poco a poco de mi fuerza vital. Me sentía débil y apenas podía moverme. Estaba apoyado en la fría madera que cubría las paredes de mi refugio personal. A mi derecha se encontraba una enorme botella de ron a medio acabar. La tomé con mi diestra y bebí un enorme trago. Pude notar como el licor mojaba mi boca para después bajar por mi garganta. Era delicioso. Suspiré y volví a apoyar mi espalda en la madera. Estaba tan fría que un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero poco me importó. Miré al techo carcomido y cerré mis ojos. Ya habían pasado más de diez años...
—¡Buenos días, Onii - san! —En efecto, hubo una época en la que tuve un hermano, hijo de la misma madre pero de diferente padre que yo. —Hoy me gustaría entrenar un poco con mis estoques, ¿me ayudarás? —Pagaría por ver mi rostro en aquel momento, estaba sumamente contento y comenzaba a obtener buenos conocimientos en el arte de la esgrima.
—Nyanta, tu hermano necesita dormir... —Susurró levemente para después bostezar. Nekoma, que así se llamaba mi hermano mayor, trabajaba en la guardia de la noche y solía dormir durante la mayor parte del día. Se revolvió en su cama y giró completamente su cuerpo dándome la espalda. —Quizá cuando comience a anochecer pueda ayudarte. —Esas fueron sus últimas palabras antes de que yo saliera apenado de su habitación. Solo quería pasar tiempo con mi hermano...
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—¡Buenos días, Onii - san! —En efecto, hubo una época en la que tuve un hermano, hijo de la misma madre pero de diferente padre que yo. —Hoy me gustaría entrenar un poco con mis estoques, ¿me ayudarás? —Pagaría por ver mi rostro en aquel momento, estaba sumamente contento y comenzaba a obtener buenos conocimientos en el arte de la esgrima.
—Nyanta, tu hermano necesita dormir... —Susurró levemente para después bostezar. Nekoma, que así se llamaba mi hermano mayor, trabajaba en la guardia de la noche y solía dormir durante la mayor parte del día. Se revolvió en su cama y giró completamente su cuerpo dándome la espalda. —Quizá cuando comience a anochecer pueda ayudarte. —Esas fueron sus últimas palabras antes de que yo saliera apenado de su habitación. Solo quería pasar tiempo con mi hermano...
Nyanta
Creado por Nyanta Mar Dic 22, 2015 4:57 am
Caminé a lo largo del pasillo del piso superior de mi casa. Descendí las escaleras y fui hasta la cocina. Allí estaba mi amada madre, preparando la comida y hablando con una amiga a través de un Den Den Mushi. Me acerqué hasta ella y coloqué mis manos sobre la encimera.
—¿Necesita ayuda, madre? —Como siempre hacía me ofrecí para echarle una mano y ayudar en aquello que buenamente pudiera.
—No hace falta, cariño. Me basto yo sola por el momento. —Sonriente decidió rechazar mi propuesta, pero yo no había bajado a la cocina con ese único objetivo.
—Madre, ya llevo mucho tiempo practicando el arte de la esgrima, ¿cuándo podré ingresar en las tropas de los Guardianes de la Noche? —Desde que era un crío siempre me había fijado en Nekoma. Era fuerte y poderosos además de ser uno de los principales guerreros de Zou. Quería ser como él y defender tanto a mi pueblo como a mi tribu.
—Todavía tienes que mejorar un poco más, Nyanta. Espero que te hagas tan fuerte como lo es tu hermano y lo fue tu padre. —Habían pasado más de tres años desde la muerte de mi padre. Él había decidido abandonar Zou en busca de la libertad de los Minks, pero le fue imposible. Jamás llegué a conocerlo, o al menos no recordaba el haberlo hecho.
—¡Pero yo ya soy fuerte, madre! —Rugí con intensidad y me marché de la cocina. Pude escuchar perfectamente a mi madre suspirar y notar como se le saltaban un par de lágrimas. Ella no quería que me pasara lo mismo que le pasó a mi padre.
—¿Necesita ayuda, madre? —Como siempre hacía me ofrecí para echarle una mano y ayudar en aquello que buenamente pudiera.
—No hace falta, cariño. Me basto yo sola por el momento. —Sonriente decidió rechazar mi propuesta, pero yo no había bajado a la cocina con ese único objetivo.
—Madre, ya llevo mucho tiempo practicando el arte de la esgrima, ¿cuándo podré ingresar en las tropas de los Guardianes de la Noche? —Desde que era un crío siempre me había fijado en Nekoma. Era fuerte y poderosos además de ser uno de los principales guerreros de Zou. Quería ser como él y defender tanto a mi pueblo como a mi tribu.
—Todavía tienes que mejorar un poco más, Nyanta. Espero que te hagas tan fuerte como lo es tu hermano y lo fue tu padre. —Habían pasado más de tres años desde la muerte de mi padre. Él había decidido abandonar Zou en busca de la libertad de los Minks, pero le fue imposible. Jamás llegué a conocerlo, o al menos no recordaba el haberlo hecho.
—¡Pero yo ya soy fuerte, madre! —Rugí con intensidad y me marché de la cocina. Pude escuchar perfectamente a mi madre suspirar y notar como se le saltaban un par de lágrimas. Ella no quería que me pasara lo mismo que le pasó a mi padre.
Nyanta
Creado por Nyanta Mar Dic 22, 2015 5:07 am
Estaba en la sala de estar, donde solía jugar y pasar el tiempo con mi hermano cuando éramos más pequeños. Mi madre había decorado toda la habitación con fotos de ambos y quitando todas aquellas que hacían referencia a mi padre. No entendía si era por un odio interno que ella le tenía o si simplemente era pena, pero aún era demasiado pequeño como para preocuparme de ese tipo de cosas.
Me senté en una silla y saqué un pequeño juego de tazas que había escondido en un cajón. Cuando era mucho más pequeño me gustaba jugar a las tacitas con amigos imaginarios que yo mismo me inventaba o con mi hermano cuando le apetecía.
—Tome un poco de té, señor Layton. —Layton era uno de mis amigos imaginarios con los que siempre había pasado el tiempo. Acerqué la taza a una de las sillas que había pegada a la mía y comencé a divertirme en soledad.
Pasó aproximadamente una hora. Mi hermano seguía en la cama y mi madre en la cocina. Suspiré y golpeé la mesa con mi puño causando un gran estruendo. La figura de mi madre no tardó en aparecer entre lágrimas y se acercó hasta mí para abrazarme.
—Siento todo esto, Nyanta. Lo siento de verdad... —La muerte de mi padre le había afectado muchísimo y por ello mostraba ese comportamiento. La abracé como ella estaba haciendo y pude sentir todo el calor que una madre puede compartir.
Me senté en una silla y saqué un pequeño juego de tazas que había escondido en un cajón. Cuando era mucho más pequeño me gustaba jugar a las tacitas con amigos imaginarios que yo mismo me inventaba o con mi hermano cuando le apetecía.
—Tome un poco de té, señor Layton. —Layton era uno de mis amigos imaginarios con los que siempre había pasado el tiempo. Acerqué la taza a una de las sillas que había pegada a la mía y comencé a divertirme en soledad.
Pasó aproximadamente una hora. Mi hermano seguía en la cama y mi madre en la cocina. Suspiré y golpeé la mesa con mi puño causando un gran estruendo. La figura de mi madre no tardó en aparecer entre lágrimas y se acercó hasta mí para abrazarme.
—Siento todo esto, Nyanta. Lo siento de verdad... —La muerte de mi padre le había afectado muchísimo y por ello mostraba ese comportamiento. La abracé como ella estaba haciendo y pude sentir todo el calor que una madre puede compartir.
Nyanta
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