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Creado por Maxwell MK-2 Miér Dic 30, 2015 9:44 pm
Habían pasado unos días en barco, el pacifista se encontraba rumbo al cuartel de Shelltown donde se suponía que debía entregar personalmente una carga muy valiosa. Un pirata, que normalmente no necesitaría tanta seguridad, pero el hecho de que fuese un Cyborg despertó cierto interés en los altos mandos. No es que fuese algo demasiado importante para el marine, solamente se limito a cumplir sus ordenes y llevar al criminal a la isla. Al llegar era de mañana, todo parecía estar en orden, una pequeña patrulla lo acompañaría hasta el cuartel. Bajaron el cargamento y lo pusieron en un camión blindado, mientras todo se organizaba el pacifista se colocaba en posición a un lado del transporte.
La marcha empezó y no se detuvo durante unas 2 horas hasta llegar al cuartel, ni si quiera los reclutas se movieron del curso, algo que normalmente nadie seria capaz de hacer. Al llegar al cuartel llevaron al prisionero por la entrada de carga hasta una de las celdas. Maxwell estuvo vigilando todo el traslado hasta que se completo. Cuando lo colocaron en una celda aislada y sus extremidades dentro de una caja de seguridad blindada. Estaba todo puesto para que el Cyborg no pudiese escapar por si mismo de aquella celda.
Una vez terminado todo, Maxwell sale del calabozo de vuelta al área del comedor. Pese a no tener hambre, ni necesitar comer, tenia algunas costumbres de sus memorias, tales como el desayuno, y con toda su naturaleza artificial disfrutaba de la comida. Que una vez terminada la hora del desayuno con los demás reclutas, salió un momento al patio, estaba por apuntarse a una pequeña ronda de patrullaje, no quería sentirse inútil o algo parecido en esa isla.
La marcha empezó y no se detuvo durante unas 2 horas hasta llegar al cuartel, ni si quiera los reclutas se movieron del curso, algo que normalmente nadie seria capaz de hacer. Al llegar al cuartel llevaron al prisionero por la entrada de carga hasta una de las celdas. Maxwell estuvo vigilando todo el traslado hasta que se completo. Cuando lo colocaron en una celda aislada y sus extremidades dentro de una caja de seguridad blindada. Estaba todo puesto para que el Cyborg no pudiese escapar por si mismo de aquella celda.
Una vez terminado todo, Maxwell sale del calabozo de vuelta al área del comedor. Pese a no tener hambre, ni necesitar comer, tenia algunas costumbres de sus memorias, tales como el desayuno, y con toda su naturaleza artificial disfrutaba de la comida. Que una vez terminada la hora del desayuno con los demás reclutas, salió un momento al patio, estaba por apuntarse a una pequeña ronda de patrullaje, no quería sentirse inútil o algo parecido en esa isla.
Maxwell MK-2
Hoja de personaje
Nivel:
(33/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Elise Shigure Miér Dic 30, 2015 10:14 pm
Ser una nueva recluta en la marina era, para Arlene, algo muy extraño y difícil de llevar a cabo puesto que aun tras estar cerca de un mes en aquella isla cumpliendo simples ordenes de patrullaje, no lograba acostumbrarse. Lo mas difícil era tratar los delicados temas de su raza, principalmente por el hecho de que una Gyojin en mares cardinales era algo sumamente extravagante. Sumado a ello se encontraba el tema de que no le era posible pasar desapercibida con su blanquecina piel, extravagante cuerno y, por sobre todas las cosas, su altura era su principal enemigo. En tiempos antiguos hubiera festejado haber sido mucho mayor que la media de las hembras de su raza, pero en momento de comprarse con simples humanos eso no le jugaba muy a favor puesto que era al menos el doble de grande que muchos de ellos lo cual hacia dos cosas: la primera y obvia era atraer curiosos que preguntaban de todo sin fijarse en que podían incomodarla y la segunda era la amplia soledad, una vez que le preguntaban todo cuanto querían saber se alejaban de ella y la ignoraban para siempre mientras que en ese mismo grupo se encontraban los que directamente le teman.
-Pfff...- Dejo escapar un amplio y tendido suspiro mientras se acercaba al comedor, un lugar amplio y repleto de gente bastante variada que no hacia otra cosa mas que desayunar, algo que la propia Arlene necesitaba hacer. Un simple té rojo fue toda la infusión que necesito para ponerse en marcha, aunque antes de largarse se dedico a tomar una pequeña fresa de contrabando, sin que nadie lo notara o, al menos, sin que nadie se le acercara a decirle que no debía de tocarla; en ciertos momentos su altura y el miedo que lograba imponer sin quererlo le eran de ayuda. Sin muchas mas cosas que hacer se dedico a salir del cuartel justo a tiempo para encontrarse con una patrulla que estaba a un paso de comenzar, una simple tarea de rutina que le asignaban a los reclutas para que gastaran su tiempo y, ademas, se familiarizaran con la labor de conversar con la gente, de darse a conocer y de aprender a trabajar en equipo. Unas cuantas cosas que a Arlene no le interesaban mucho pero que, aunque no lo quisiera, tenia que aceptar y llevar a cabo si pretendía ascender en los amplios peldaños de la marina.
Sus enormes y llamativos orbes rojizos buscaban entre los reclutas de allí a alguna mujer de buen porte, mejor que mejor era para ella si tenia un buen par de pechos bien puestos o una altura mas que respetable, lo cual lamentablemente termino en una búsqueda inútil que estuvo a un paso de hacer que la misma se resignase a otro día aburrido con un grupo de aburridos humanos hasta que de manera completamente aleatoria logro ver entre la multitud a un muchacho de rubia cabellera que no había estado los días anteriores "¿Y ese quien es?" Se pregunto para si misma mientras lo miraba desde su privilegiada altura hasta que finalmente opto por preguntarle directamente por ello. Ignoro al resto de personas allí presentes y se abrió camino de manera bastante simple puesto que todos se volteaban a verla y le dejaban camino de sobra para pasar.
Una vez se acerco noto lo extraño de su cuerpo, nada del mismo, mas alla de una gran parte de su rostro, era humano. Ella podía ser una Gyojin, pero era una medico y sabia bastante bien como era y funcionaba el cuerpo humano y aquel joven no tenia nada de ello por lo que en cierta manera su deseo de saber sobre aquel ser creció de manera exponencial -Hola, soy Arlene- Algo tosca se le paro a un lado y extendió su mano envuelta en un hermoso guante negro -Disculpa si soy algo... extraña, pero no creo haberte visto antes y, fuera de ello, tu cuerpo me despertó una enorme duda- ¿Extraña? Esa no era la palabra correcta, mas concretamente era tosca y algo bruta para hablar, incluso entrometida para hacer esa clase de preguntas a alguien desconocido, pero venga, le hacían el mismo tipo de preguntas todo el tiempo a ella por lo que era algo completamente normal y aceptable para ella -¿Que se supone que eres tu?- No era la mejor manera de decirlo, pero ya estaba dicho y, si aquel personaje se dignaba a responder o a presentarse, ya era un logro mas que grande para la pelinegra que por primera vez en mucho tiempo tenia preguntas que hacer a alguien en lugar de simplemente responder las mismas cosas de siempre.
-Pfff...- Dejo escapar un amplio y tendido suspiro mientras se acercaba al comedor, un lugar amplio y repleto de gente bastante variada que no hacia otra cosa mas que desayunar, algo que la propia Arlene necesitaba hacer. Un simple té rojo fue toda la infusión que necesito para ponerse en marcha, aunque antes de largarse se dedico a tomar una pequeña fresa de contrabando, sin que nadie lo notara o, al menos, sin que nadie se le acercara a decirle que no debía de tocarla; en ciertos momentos su altura y el miedo que lograba imponer sin quererlo le eran de ayuda. Sin muchas mas cosas que hacer se dedico a salir del cuartel justo a tiempo para encontrarse con una patrulla que estaba a un paso de comenzar, una simple tarea de rutina que le asignaban a los reclutas para que gastaran su tiempo y, ademas, se familiarizaran con la labor de conversar con la gente, de darse a conocer y de aprender a trabajar en equipo. Unas cuantas cosas que a Arlene no le interesaban mucho pero que, aunque no lo quisiera, tenia que aceptar y llevar a cabo si pretendía ascender en los amplios peldaños de la marina.
Sus enormes y llamativos orbes rojizos buscaban entre los reclutas de allí a alguna mujer de buen porte, mejor que mejor era para ella si tenia un buen par de pechos bien puestos o una altura mas que respetable, lo cual lamentablemente termino en una búsqueda inútil que estuvo a un paso de hacer que la misma se resignase a otro día aburrido con un grupo de aburridos humanos hasta que de manera completamente aleatoria logro ver entre la multitud a un muchacho de rubia cabellera que no había estado los días anteriores "¿Y ese quien es?" Se pregunto para si misma mientras lo miraba desde su privilegiada altura hasta que finalmente opto por preguntarle directamente por ello. Ignoro al resto de personas allí presentes y se abrió camino de manera bastante simple puesto que todos se volteaban a verla y le dejaban camino de sobra para pasar.
Una vez se acerco noto lo extraño de su cuerpo, nada del mismo, mas alla de una gran parte de su rostro, era humano. Ella podía ser una Gyojin, pero era una medico y sabia bastante bien como era y funcionaba el cuerpo humano y aquel joven no tenia nada de ello por lo que en cierta manera su deseo de saber sobre aquel ser creció de manera exponencial -Hola, soy Arlene- Algo tosca se le paro a un lado y extendió su mano envuelta en un hermoso guante negro -Disculpa si soy algo... extraña, pero no creo haberte visto antes y, fuera de ello, tu cuerpo me despertó una enorme duda- ¿Extraña? Esa no era la palabra correcta, mas concretamente era tosca y algo bruta para hablar, incluso entrometida para hacer esa clase de preguntas a alguien desconocido, pero venga, le hacían el mismo tipo de preguntas todo el tiempo a ella por lo que era algo completamente normal y aceptable para ella -¿Que se supone que eres tu?- No era la mejor manera de decirlo, pero ya estaba dicho y, si aquel personaje se dignaba a responder o a presentarse, ya era un logro mas que grande para la pelinegra que por primera vez en mucho tiempo tenia preguntas que hacer a alguien en lugar de simplemente responder las mismas cosas de siempre.
Elise Shigure
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Roderick Molten Vie Ene 01, 2016 12:18 pm
Era un nuevo día de incesante trabajo en una desconocida y pequeña isla del East Blue bajo las ordenes de la respetable marina, me esperaba una jornada de entrenamiento junto a los soldados novatos y muchos quehaceres administrativos por atender, cosas en lo que no era muy productivo pero se me había asignado. En eso, un poco desmotivado pero con el deber en mis espaldas, me fui en dirección a la oficina del capitán que me iba a hacer entrega de unos papeles que debía rellenar el día de hoy. Ya en la entrada golpee suavemente esperando la autorización para poder entrar, en el momento que me autorizó entre tímidamente y tome asiento para recibir el papeleo. Demorándose un pequeño periodo de tiempo y con una sonrisa y rostro positivo no dijo nada, como obligándome a preguntarle y eso fue lo que hice -¿Señor? ¿Sucede Algo?- intrigado y a la vez asustado por aquella extraña reacción de el -Nada, nada tu solo rellena que para eso te llame- me entrego un par de hojas corcheteadas para luego abandonar la sala, pero antes se apoyo en mi hombro con su mano y me felicito, ya era todo muy extraño, tenia que leer de que trataba el asunto.
He sido derivado y a ese lugar... ¡Genial! sabía que volvería y en calidad de promesa
Luego de llevarme aquella grata sorpresa, me encontraba sobre el navío que me trasladaría a Shells Town, aquella isla que me traía buenos recuerdos, donde viví mis primeras experiencias de marine sin ser un marine. Los escogidos que iban junto a mi para ser trasladados eran tres personas y un sargento nos llevo hacia destino. Mis compañeros eran bastante reservados y apenas hablaban para conocerse y cada ciertos ratos, por lo que no pude aguantar y fui a intrusear hacia donde estaba el mayor -¿Queda mucho señor? y si se puede saber ¿Por qué somos enviados a la isla?- a lo que el me respondió que en unos cuantos minutos anclaríamos porque era muy pequeña la distancia que separaba la isla pasada de la actual y en cuanto a la segunda interrogante, prefirió callar, por lo que supe que era prudente no volver a preguntar.
Pasada una hora nos encontrábamos ya en tierra firme y en fila junto a mis compañeros detenidos esperando a que nos abrieran las puertas del cuartel de la marina, que era bastante bonito comparado a la pequeña caja de zapatos de mi anterior ubicación. Cuando dieron la señal y se abrieron las puertas, nos despedimos del sargento y entramos al cuartel, para la asignación de trabajos o lo que fuese a venir. Ya en el interior, un hombre de unos cuantos años nos habló de manera golpeada y con uso de palabras un tanto fuertes nos envió al patio del cuartel a que fuéramos a trabajar. Casi que corriendo seguimos sus ordenes y al momento de entrar, el grupo que me acompañaba se separo rápidamente y ya en mi soledad me di cuenta que todos los soldados estaban conversando entre ellos, cosa que me decepcionó un poco y a la vez no podía entender el reto del señor si los demás se encontraban cual muchacho de secundaria en horario de recreo. Me acerque con duda hacia un grupo de marines de aspecto novato que me resolvieron la inquietud, se encontraban conversando bajo indicaciones de los mismos mayores por lo que no dude en batir la lengua un rato. En media conversación pude ver como uno de los cadetes apuntaba discretamente hacia una novata de aspecto poco usual y se burló de su aspecto de una manera bastante desagradable de oír, a lo que otros dos soldados compartieron su opinión y rieron, cosa que a mi parecer no estaba bien y me indigno por lo que no tuve problemas para alzar la voz y exigir respeto hacia aquella mujer. El soldado se sintió un poco ofendido y se alejaron del lugar, al parecer los modales los dejaron junto con su inteligencia.
He sido derivado y a ese lugar... ¡Genial! sabía que volvería y en calidad de promesa
Luego de llevarme aquella grata sorpresa, me encontraba sobre el navío que me trasladaría a Shells Town, aquella isla que me traía buenos recuerdos, donde viví mis primeras experiencias de marine sin ser un marine. Los escogidos que iban junto a mi para ser trasladados eran tres personas y un sargento nos llevo hacia destino. Mis compañeros eran bastante reservados y apenas hablaban para conocerse y cada ciertos ratos, por lo que no pude aguantar y fui a intrusear hacia donde estaba el mayor -¿Queda mucho señor? y si se puede saber ¿Por qué somos enviados a la isla?- a lo que el me respondió que en unos cuantos minutos anclaríamos porque era muy pequeña la distancia que separaba la isla pasada de la actual y en cuanto a la segunda interrogante, prefirió callar, por lo que supe que era prudente no volver a preguntar.
Pasada una hora nos encontrábamos ya en tierra firme y en fila junto a mis compañeros detenidos esperando a que nos abrieran las puertas del cuartel de la marina, que era bastante bonito comparado a la pequeña caja de zapatos de mi anterior ubicación. Cuando dieron la señal y se abrieron las puertas, nos despedimos del sargento y entramos al cuartel, para la asignación de trabajos o lo que fuese a venir. Ya en el interior, un hombre de unos cuantos años nos habló de manera golpeada y con uso de palabras un tanto fuertes nos envió al patio del cuartel a que fuéramos a trabajar. Casi que corriendo seguimos sus ordenes y al momento de entrar, el grupo que me acompañaba se separo rápidamente y ya en mi soledad me di cuenta que todos los soldados estaban conversando entre ellos, cosa que me decepcionó un poco y a la vez no podía entender el reto del señor si los demás se encontraban cual muchacho de secundaria en horario de recreo. Me acerque con duda hacia un grupo de marines de aspecto novato que me resolvieron la inquietud, se encontraban conversando bajo indicaciones de los mismos mayores por lo que no dude en batir la lengua un rato. En media conversación pude ver como uno de los cadetes apuntaba discretamente hacia una novata de aspecto poco usual y se burló de su aspecto de una manera bastante desagradable de oír, a lo que otros dos soldados compartieron su opinión y rieron, cosa que a mi parecer no estaba bien y me indigno por lo que no tuve problemas para alzar la voz y exigir respeto hacia aquella mujer. El soldado se sintió un poco ofendido y se alejaron del lugar, al parecer los modales los dejaron junto con su inteligencia.
Roderick Molten
Hoja de personaje
Nivel:
(33/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Grothnack Blodmir Sáb Ene 02, 2016 7:36 am
Un nuevo día en Shelltown, donde estaba asignado temporalmente como médico del lugar, teniendo que tratar de curar toda herida que había sido producida, bien por ataque de los piratas, o bien sencillamente en los descuidos de los marines. Sin embargo, desde que había entrado en ese puesto no es que se atrevieran demasiado a entrar en la enfermería, quizás porque se sentían incómodos al estar dentro mientras les atendía, no paraban de mirarme con cierta incomodidad y aunque trataba de mantener una conversación civilizada cuando les curaba, no paraban de responderme de forma cortante y con cierta voz aguda, dando lugar a que de repente la tasa de gente herida se hubiera reducido. Suspiré, levantándome de una de las camas libre; permiso que tenía cuando tenía que pasar la noche haciendo guardia y me aseé un poco para ser presentable, aunque con mis pelos se volvían automáticamente salvajes sin remedio, así que lo único que podía hacer era retirar la suciedad de mi cara. Luego pasé a revisar los medicamentos que tenia, y estando todo en orden pasé a cerrar la puerta de la enfermería con una nota de que había ido a desayunar al comedor, pasando a avisar también a un par de personas para que tomaran mi relevo mientras tanto por si acaso.
Mientras iba hacia el comedor, pude ver como algunos me miraban y cuchicheaban. Ya me había acostumbrado a eso, debido a que mis cicatrices que poblaban mi cuerpo entre otros daban una apariencia que muchos catalogarían de intimidatoria por lo que me habían comentado algunos que se atrevieron. Eso daba que pensar, y había intentado algunas veces arreglar mi aspecto, pero no es que fuera demasiado exitoso en eso, así que me rendí y esperaba que algunos se decidieran a hablar conmigo... No era mala persona, solo mi aspecto intimidaba; y vale que me pasé varios años de mi infancia en la naturaleza siendo como una bestia mas que una persona, pero eso no quería decir que no quisiera amigos entre otros. Suspiré, pasando a entrar en el comedor, cogiendo una bandeja y pasando por donde se servía, recibiendo un buen plato de lo que se servía hoy para el desayuno, pasando a sentarme en solitario como normalmente me tocaba hacer. Al menos no estaba completamente solo al estar rodeado de personas, pero echaba de menos entablar una buena conversación con alguien.
Una vez terminé de comer, dejé las cosas donde se suponía que había que dejarlas para que los cocineros y limpiadores pasaran a hacer la limpieza, y me dirigí al patio de entrenamiento, ya que en estos momentos había periodo de entrenamiento libre, por lo que antes de ponerme a entrenar mi cuerpo con el resto de marines, iría a pasar a revisar los diversos entrenamientos que había, entre otros. Sin embargo, pude llegar a ver algunas personas que no conocía del todo. La primera era una especie de cyborg, la segunda una mujer que la mayoría de personas seguramente miraría a sus atributos maternos antes que al rostro, y una persona más que estaba observando el lugar, pero que era un recluta igual que todos. Suspiré, mientras pasaba a seguir revisando los patios, aunque de vez en cuando pasaba a revisar esas tres personas que había detectado con curiosidad, aunque no sabía como entrar a hablar con ellos exactamente.
Mientras iba hacia el comedor, pude ver como algunos me miraban y cuchicheaban. Ya me había acostumbrado a eso, debido a que mis cicatrices que poblaban mi cuerpo entre otros daban una apariencia que muchos catalogarían de intimidatoria por lo que me habían comentado algunos que se atrevieron. Eso daba que pensar, y había intentado algunas veces arreglar mi aspecto, pero no es que fuera demasiado exitoso en eso, así que me rendí y esperaba que algunos se decidieran a hablar conmigo... No era mala persona, solo mi aspecto intimidaba; y vale que me pasé varios años de mi infancia en la naturaleza siendo como una bestia mas que una persona, pero eso no quería decir que no quisiera amigos entre otros. Suspiré, pasando a entrar en el comedor, cogiendo una bandeja y pasando por donde se servía, recibiendo un buen plato de lo que se servía hoy para el desayuno, pasando a sentarme en solitario como normalmente me tocaba hacer. Al menos no estaba completamente solo al estar rodeado de personas, pero echaba de menos entablar una buena conversación con alguien.
Una vez terminé de comer, dejé las cosas donde se suponía que había que dejarlas para que los cocineros y limpiadores pasaran a hacer la limpieza, y me dirigí al patio de entrenamiento, ya que en estos momentos había periodo de entrenamiento libre, por lo que antes de ponerme a entrenar mi cuerpo con el resto de marines, iría a pasar a revisar los diversos entrenamientos que había, entre otros. Sin embargo, pude llegar a ver algunas personas que no conocía del todo. La primera era una especie de cyborg, la segunda una mujer que la mayoría de personas seguramente miraría a sus atributos maternos antes que al rostro, y una persona más que estaba observando el lugar, pero que era un recluta igual que todos. Suspiré, mientras pasaba a seguir revisando los patios, aunque de vez en cuando pasaba a revisar esas tres personas que había detectado con curiosidad, aunque no sabía como entrar a hablar con ellos exactamente.
Grothnack Blodmir
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Milla Maxwell Lun Ene 04, 2016 5:11 pm
Los tranquilos mares cardinales serían un lugar seguro y un tanto exótico para la marine que recién había arribado a un nuevo sitio, estando los últimos meses de un lado a otro por diferentes problemas, esta se encontraba en un puerto desconocido, como era la costumbre. Por diferentes temas, ya sea su comportamiento, su aspecto, o sus métodos para enfrentar las cosas siempre le trajo problemas para la facción militar donde se encontraba, por lo cual, esta no era más que un estorbo, algo que simplemente se pasaba de mano en mano cuando ya no servía y simplemente, ahora había llegado al fondo del tarro, en una isla que no conocía para nada, ni su nombre la fémina aún conocía. No obstante, el tranquilo andar de la fémina seguía siendo el mismo, al igual que todas las miradas de los habitantes las cuales se clavaban en el extraño ser que caminaba con el traje azulado. Su andar junto a aquellos artefactos que se encontraban rodeando la figura de la desconocida marine llamaban más la atención, principalmente el color rojizo que cubría todo el puente, que al pasar, llamaba un poco la atención, pero posterior a eso los tres cañones que se encontraban apuntando a tres diferentes direcciones se robaban las miradas. Algo a lo que está ya se mantenía acostumbrada.
Ahh~ Siempre lo mismo... Esas palabras resonarían en lo profundo de su mente mientras que un largo suspiro sería expulsado, sin perder su semblante continuaría caminando colina arriba, donde estaba su destino. La mañana se encontraba bastante alborotada en la isla, los movimientos de los habitantes junto a otras personas que al parecer tenían entrenamiento militar se encontraban un poco acelerados, tan así que no se percataron sobre el armamento que cargaba la rubia en su espalda. El calor comenzaba a penetrar dentro de la ropa de la joven, quien abriría levemente la parte superior de su atuendo, liberando un poco aquel moño que cerraba por completo el formal y adorable traje que poseía, su pequeña boina decorando su cabeza tapaba parte del sol, aunque eso era, solo tapaba una pequeña cantidad, mientras que el resto daba de lleno sobre todo el armamento y el cuerpo de la fémina. Producto de dicho calor, esta paso a sentarse al borde del camino, junto a un poco de sombra que había en el sitio, colocando su brazo derecho sobre el puente de mando. - ¡!... - Como si fuese un filoso material esta retiro su brazo junto a un quejido producto del calor que emanaba el artefacto, el sol había calentado bastante el puente, aunque este no afecte su funcionamiento no se podría tocar de lo contrarío pasaría eso.
Retomando su viaje en cuestión de segundos, la fémina avanzaría a un paso más rápido que el anterior, en cuestión de minutos llegaría al cuartel donde ahora estaría, o al menos, por estos pocos días en los cuales conocería la isla. La torpeza de Alex comenzó a hacer efecto, esta entro por una entrada secundaría a la base, la cual dirigiría directamente hacía el área de entrenamiento y el patio que daba hacía el comedor y otras áreas de la base, su orientación junto a su torpeza le jugaron una mala pasada, tanto que sin observar por donde andaba caía gracias a una de las rocas que se encontraban para entrenar, sin embargo, su caída no fue tan brusca debido al puente de mando el cual actuó como amortiguador en cierta parte, quedando de cuclillas en el suelo, se levantaría rápidamente solamente para ver que había hecho su primer acto vergonzoso frente a todos los marines que tenía a escasos metros. Genial... qué buena entrada... Pensó mientras se limpiaba el traje del polvo que había levantado y ponía su mejor cara para integrarse dentro del grupo de marines, aunque su equipamiento no la dejaría pasar desapercibida.
Ahh~ Siempre lo mismo... Esas palabras resonarían en lo profundo de su mente mientras que un largo suspiro sería expulsado, sin perder su semblante continuaría caminando colina arriba, donde estaba su destino. La mañana se encontraba bastante alborotada en la isla, los movimientos de los habitantes junto a otras personas que al parecer tenían entrenamiento militar se encontraban un poco acelerados, tan así que no se percataron sobre el armamento que cargaba la rubia en su espalda. El calor comenzaba a penetrar dentro de la ropa de la joven, quien abriría levemente la parte superior de su atuendo, liberando un poco aquel moño que cerraba por completo el formal y adorable traje que poseía, su pequeña boina decorando su cabeza tapaba parte del sol, aunque eso era, solo tapaba una pequeña cantidad, mientras que el resto daba de lleno sobre todo el armamento y el cuerpo de la fémina. Producto de dicho calor, esta paso a sentarse al borde del camino, junto a un poco de sombra que había en el sitio, colocando su brazo derecho sobre el puente de mando. - ¡!... - Como si fuese un filoso material esta retiro su brazo junto a un quejido producto del calor que emanaba el artefacto, el sol había calentado bastante el puente, aunque este no afecte su funcionamiento no se podría tocar de lo contrarío pasaría eso.
Retomando su viaje en cuestión de segundos, la fémina avanzaría a un paso más rápido que el anterior, en cuestión de minutos llegaría al cuartel donde ahora estaría, o al menos, por estos pocos días en los cuales conocería la isla. La torpeza de Alex comenzó a hacer efecto, esta entro por una entrada secundaría a la base, la cual dirigiría directamente hacía el área de entrenamiento y el patio que daba hacía el comedor y otras áreas de la base, su orientación junto a su torpeza le jugaron una mala pasada, tanto que sin observar por donde andaba caía gracias a una de las rocas que se encontraban para entrenar, sin embargo, su caída no fue tan brusca debido al puente de mando el cual actuó como amortiguador en cierta parte, quedando de cuclillas en el suelo, se levantaría rápidamente solamente para ver que había hecho su primer acto vergonzoso frente a todos los marines que tenía a escasos metros. Genial... qué buena entrada... Pensó mientras se limpiaba el traje del polvo que había levantado y ponía su mejor cara para integrarse dentro del grupo de marines, aunque su equipamiento no la dejaría pasar desapercibida.
Milla Maxwell
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Maxwell MK-2 Lun Ene 04, 2016 11:26 pm
Se había quedado unos momentos parado pensando en que hacer, estaba bastante deseoso se ponerse manos a la obra para no sentirse como peso muerto en esa isla. Muchos reclutas comenzaban a salir, pero una marine en particular capto su atención, mas que nada por como apartaba a todo el mundo para aproximarse a la ubicación del pacifista. Una mujer bastante alta que a primera vista parecía simplemente tener un crecimiento super desarrollado, probablemente por un problema hormonal, pero cuando esta se le aproxima mas se hacen evidentes rasgos en su piel y rostro que no son pertenecientes a los humanos. Piel pálida con dentinas y ese cuerno que sobre salía de una parte de su cabeza, la indicaban posiblemente como una ningyo o algún miembro de esa familia.
Sus sospechas fueron aclaradas en pocos instantes cuando la mujer se paró a su lado y le extendió la mano, presentándose en señal de saludo – Soy Maxwell, un gusto – las siguientes palabras de quien ahora se identificaba como Arlene, fueron bastante curiosas por decirlo poco, sobre todo la parte final en la que preguntaba por el origen del pacifista – debería mirarse primero a un espejo antes de referirse de esa manera a otras personas – no es como si le hubiese molestado, pero no le gusto demasiado que le preguntara como si fuese alguna especie de bicho raro, cuando ella misma no era demasiado normal que se diga – Soy un marine, al igual que tu – dice en un tono serio – ahora si te refieres a mi raza, soy un Pacifista, un androide si lo quieres ver de esa manera – hablo con bastante naturalidad, no tenia problema alguno con explicar su raza de origen, ya es una etapa que quemo hace mucho tiempo atrás.
Mientras hablaban ocurrió un sonido estridente, como si se estuviese derribando una pila de escombros. Maxwell se giro en dirección a la fuente del ruido solo para darse cuenta de una chica, rubia que venia saliendo “rodando” del patio del cuartel. Lo único que pudo hacer fue suspirar – espere un momento srta. Arlene – dice para alejarse un poco y llegar hasta donde se encontraba la accidentada – ¿se encuentra bien?
Sus sospechas fueron aclaradas en pocos instantes cuando la mujer se paró a su lado y le extendió la mano, presentándose en señal de saludo – Soy Maxwell, un gusto – las siguientes palabras de quien ahora se identificaba como Arlene, fueron bastante curiosas por decirlo poco, sobre todo la parte final en la que preguntaba por el origen del pacifista – debería mirarse primero a un espejo antes de referirse de esa manera a otras personas – no es como si le hubiese molestado, pero no le gusto demasiado que le preguntara como si fuese alguna especie de bicho raro, cuando ella misma no era demasiado normal que se diga – Soy un marine, al igual que tu – dice en un tono serio – ahora si te refieres a mi raza, soy un Pacifista, un androide si lo quieres ver de esa manera – hablo con bastante naturalidad, no tenia problema alguno con explicar su raza de origen, ya es una etapa que quemo hace mucho tiempo atrás.
Mientras hablaban ocurrió un sonido estridente, como si se estuviese derribando una pila de escombros. Maxwell se giro en dirección a la fuente del ruido solo para darse cuenta de una chica, rubia que venia saliendo “rodando” del patio del cuartel. Lo único que pudo hacer fue suspirar – espere un momento srta. Arlene – dice para alejarse un poco y llegar hasta donde se encontraba la accidentada – ¿se encuentra bien?
Maxwell MK-2
Hoja de personaje
Nivel:
(33/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Elise Shigure Mar Ene 05, 2016 4:09 pm
Por algún motivo mucho de los marines parecían creer que Arlene era sorda o que no sentía cuando alguien la miraba de mala gana o le señalaba, parecía como si ignoraran que la misma no era del todo humana y gran parte de sus sentidos pertenecieran a los de un animal marino. Por esa misma razón y tras unos cuantos días rodeada de humanos había pasado a preferir el silencio, no iba a pelear con nadie por algo tan simple como su apariencia y mucho menos ahora que había visto a aquel ser de metálico cuerpo, alguien que, como la pelinegra, era diferente a la gran mayoría que los rodeaba. Una enorme sonrisa se dibujo en su rostro al escuchar como una de muchas personas se había tomado el atrevimiento de defenderla, de parar el carro a aquellos maleducados que se reían de ella, gente como esa era la que le daba esperanzas a la Gyojin sobre la marina, sobre que estaba en el bando correcto para hacer cumplir sus sueños.
-¿Eh? ¿Un espejo? ¿Acaso me creció un tercer cuerno?- En ese momento se toco la frente de manera bastante inocente en búsqueda de algún desperfecto que obviamente no encontró hasta que finalmente algunas fichas terminaron de acomodarse dentro de su cabeza dando un orden correcto a sus ideas -Ah, claro. Soy una Gyojin, supongo que como tu soy algo raro de ver caminar por los cuarteles de la marina- Sonrió puesto que para ella era algo obvio que era un ser especial y que llamaba demasiado la atención por ello, mientras que el contrario era alguien igual de curioso por sus partes metálicas, aunque dejando de lado todo ello había algo, o mas bien alguien, tanto o incluso mas curioso que ambos personajes juntos -Conque un androide, pensé que eso era cosa de cuentos...- Se dijo mas a si misma que otra cosa mientras recapacitaba esas palabras, algo que no termino de hacer puesto que cerca de ellos ocurrió un ruido bastante extraño que le hizo girar el rostro.
Allí, arrodillada en el suelo y sin nadie a su alrededor, se encontraba una fémina bastante bonita, de rubia cabellera y atributos mas que de sobra, aunque en su espalda llevaba una especie de pedazo de barco enorme y que parecía ser bastante pesado. En ese momento el recientemente autonombrado Maxwell se alejo de su lado con una ligera petición preguntarle su estado a la desconocida que hacia poco se había tropezado "Toda una reunión de excentricidades" Pensó para si misma dejando escapar una ligera carcajada, obviamente entre esas "excentricidades" se encontraba ella misma -¡Ah si! Muchas gracias por defenderme- Giro ligeramente su rostro para mirar al joven que hacia poco había frenado al conjunto de marines que se había reído de ella por nada mas que su apariencia. Le extendió la mano derecha que se encontraba completamente cubierta por un guante de tela negro y a la altura de muñeca se le podía ver una pulsera bastante gruesa con una serie de picos bastante sombríos saliendo hacia los lados, algo que junto a su altura, orbes de tono rojo sangre y sonrisa se podría llegar a malinterpretar (si, esa era una simple sonrisa de amistad) -Soy Arlene, te debo una por eso de recién- Le dijo de manera bastante relajada y alegre a la vez puesto que era la primera vez en muchísimo tiempo que le debía un favor a alguien, realmente era una especie de suceso que ocurre una vez cada cien años para la Gyojin.
Sin esperar mucho mas se volvió para caminar los pocos pasos que la distanciaban de aquella rubia y Maxwell, obviamente eran pasos de su altura por lo que eran algo largos. Al encontrarse cerca noto que aquel era, en apariencia, armamento pesado y que todo cuando la rodeaba era seriamente parecido a un barco de guerra de la marina, tenia unas serias ganas de preguntar, de investigar y toquetear todas aquellas maquinas para saber como funcionaban y si realmente se encontraban enlazadas a su cuerpo, pero se arroto todo ello y simplemente se digno a sonreír de manera muy tonta mientras miraba sus pechos puesto que como medica que era y que había sido por un buen tiempo, nunca había llegado a ver pechos de semejante tamaño. Si, es todo lo que la fémina pensaba como medio de distracción en esos momentos.
-¿Eh? ¿Un espejo? ¿Acaso me creció un tercer cuerno?- En ese momento se toco la frente de manera bastante inocente en búsqueda de algún desperfecto que obviamente no encontró hasta que finalmente algunas fichas terminaron de acomodarse dentro de su cabeza dando un orden correcto a sus ideas -Ah, claro. Soy una Gyojin, supongo que como tu soy algo raro de ver caminar por los cuarteles de la marina- Sonrió puesto que para ella era algo obvio que era un ser especial y que llamaba demasiado la atención por ello, mientras que el contrario era alguien igual de curioso por sus partes metálicas, aunque dejando de lado todo ello había algo, o mas bien alguien, tanto o incluso mas curioso que ambos personajes juntos -Conque un androide, pensé que eso era cosa de cuentos...- Se dijo mas a si misma que otra cosa mientras recapacitaba esas palabras, algo que no termino de hacer puesto que cerca de ellos ocurrió un ruido bastante extraño que le hizo girar el rostro.
Allí, arrodillada en el suelo y sin nadie a su alrededor, se encontraba una fémina bastante bonita, de rubia cabellera y atributos mas que de sobra, aunque en su espalda llevaba una especie de pedazo de barco enorme y que parecía ser bastante pesado. En ese momento el recientemente autonombrado Maxwell se alejo de su lado con una ligera petición preguntarle su estado a la desconocida que hacia poco se había tropezado "Toda una reunión de excentricidades" Pensó para si misma dejando escapar una ligera carcajada, obviamente entre esas "excentricidades" se encontraba ella misma -¡Ah si! Muchas gracias por defenderme- Giro ligeramente su rostro para mirar al joven que hacia poco había frenado al conjunto de marines que se había reído de ella por nada mas que su apariencia. Le extendió la mano derecha que se encontraba completamente cubierta por un guante de tela negro y a la altura de muñeca se le podía ver una pulsera bastante gruesa con una serie de picos bastante sombríos saliendo hacia los lados, algo que junto a su altura, orbes de tono rojo sangre y sonrisa se podría llegar a malinterpretar (si, esa era una simple sonrisa de amistad) -Soy Arlene, te debo una por eso de recién- Le dijo de manera bastante relajada y alegre a la vez puesto que era la primera vez en muchísimo tiempo que le debía un favor a alguien, realmente era una especie de suceso que ocurre una vez cada cien años para la Gyojin.
Sin esperar mucho mas se volvió para caminar los pocos pasos que la distanciaban de aquella rubia y Maxwell, obviamente eran pasos de su altura por lo que eran algo largos. Al encontrarse cerca noto que aquel era, en apariencia, armamento pesado y que todo cuando la rodeaba era seriamente parecido a un barco de guerra de la marina, tenia unas serias ganas de preguntar, de investigar y toquetear todas aquellas maquinas para saber como funcionaban y si realmente se encontraban enlazadas a su cuerpo, pero se arroto todo ello y simplemente se digno a sonreír de manera muy tonta mientras miraba sus pechos puesto que como medica que era y que había sido por un buen tiempo, nunca había llegado a ver pechos de semejante tamaño. Si, es todo lo que la fémina pensaba como medio de distracción en esos momentos.
Elise Shigure
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Roderick Molten Miér Ene 06, 2016 3:06 pm
Ya me sentía algo mas calmado, incluso de tanta tranquilidad se podía llegar a confundir con una expresión psicopática, ya que luego de gritarles a los marines me puse a sonreír porque me había dado risa ver como del susto e incomodidad se alejaron de mi entorno. Cuando me di cuenta que algunos marines me observaban, mi rostro se ruborizó levemente y me rasque la cabeza mirando hacia otro lugar para no sentirme tan presionado con sus fijas y asfixiantes miradas. Mientras estaba quieto y pensando de la vida en una banquita en la que decidí sentarme, podía ver a cierta distancia como un hombre de pelo blanco, alto y con el cuerpo con unas curiosas cicatrices observaba hacia este sector y a unos metros de por aquí, se paseaba repetidamente por el patio y miraba a ratos. En una de esas miradas y dentro de mi aburrimiento no se me ocurrió nada mejor que levantar mi mano y hacerle un gesto de amor y paz, mientras con mi otra mano sostenía mi cabeza desde el mentón, evidenciando aburrimiento pero buena vibra hacia los cadetes.
Unos cuantos minutos después, decidí volver al lugar en el que me encontraba para elongar y prepararme para hacer algo de ejercicio, pero antes pude ver como la chica de hace un momento atrás se volteo hacia mi, extendiendo su mano, claramente en señal de agradecimiento por lo que había hecho por ella hace un momento -No te preocupes, hay que aprender a respetar a los demás. Me llamo Zed, un gusto- le acepté el saludo de buena forma, sin verle algún rasgo fuera de lo normal como para llegar a burlarse de ella, además de sus rasgos que la identificaban como una gyojin, lo que me llamo la atención fueron sus intensos ojos rojos y sus atributos femeninos que saltaban a la vista de los espectadores masculinos.
Al ver como la chica volvía con su grupo, me dispuse a hacer una pequeña serie de ejercicios sin ocupar mucho espacio y esperando a que se le asignara alguna labor en lo pronto, porque tanto tiempo destinado a la charla era casi una broma. Hablando de cosas graciosas, la llegada de una marine se hizo notar con fuerza y de porrazo, ya que una jovencita de cabellera rubia uniformada se estampo fuertemente contra el piso, quien sabe por que pero lo importante era ir a ayudarla, pero antes de ir a auxiliarla pude ver al cyborg que acompañaba a la chica gyojin en ayuda de la muchacha, que por cierto era también bonita, ¿asi como me iba a concentrar en ejercitar? todas las cadetes eran atractivas y yo no tenía que hacer, de momento me debía contener y no dejar que los instintos me dominasen por lo que me fui a dar una vuelta alrededor del patio, esperando la llegada de un mayor al mando de nosotros -"Estara bien que yo, recien trasladado a Shells Town, ¿este aca junto a los cadetes de todos los dias? Mmm debería estar en la cocina, haciendo papeleo o entrenandome en manejo de armas, que aburrido"-
Pensaba mirando al cielo en espera de la siguiente tarea en la marina
Unos cuantos minutos después, decidí volver al lugar en el que me encontraba para elongar y prepararme para hacer algo de ejercicio, pero antes pude ver como la chica de hace un momento atrás se volteo hacia mi, extendiendo su mano, claramente en señal de agradecimiento por lo que había hecho por ella hace un momento -No te preocupes, hay que aprender a respetar a los demás. Me llamo Zed, un gusto- le acepté el saludo de buena forma, sin verle algún rasgo fuera de lo normal como para llegar a burlarse de ella, además de sus rasgos que la identificaban como una gyojin, lo que me llamo la atención fueron sus intensos ojos rojos y sus atributos femeninos que saltaban a la vista de los espectadores masculinos.
Al ver como la chica volvía con su grupo, me dispuse a hacer una pequeña serie de ejercicios sin ocupar mucho espacio y esperando a que se le asignara alguna labor en lo pronto, porque tanto tiempo destinado a la charla era casi una broma. Hablando de cosas graciosas, la llegada de una marine se hizo notar con fuerza y de porrazo, ya que una jovencita de cabellera rubia uniformada se estampo fuertemente contra el piso, quien sabe por que pero lo importante era ir a ayudarla, pero antes de ir a auxiliarla pude ver al cyborg que acompañaba a la chica gyojin en ayuda de la muchacha, que por cierto era también bonita, ¿asi como me iba a concentrar en ejercitar? todas las cadetes eran atractivas y yo no tenía que hacer, de momento me debía contener y no dejar que los instintos me dominasen por lo que me fui a dar una vuelta alrededor del patio, esperando la llegada de un mayor al mando de nosotros -"Estara bien que yo, recien trasladado a Shells Town, ¿este aca junto a los cadetes de todos los dias? Mmm debería estar en la cocina, haciendo papeleo o entrenandome en manejo de armas, que aburrido"-
Pensaba mirando al cielo en espera de la siguiente tarea en la marina
Roderick Molten
Hoja de personaje
Nivel:
(33/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Milla Maxwell Sáb Ene 09, 2016 4:34 pm
Al parecer, tal y como ella pensaba su llegada no había pasado desapercibida por ninguno de los reclutas que estaban allí, pero debido a su rara apariencia todos dudaban en acercarse, salvo una persona la cual parecía estar en familiarizado con los elementos metálicos como las partes que poseía la fémina, a simple vista, el desconocido parecía una persona completamente normal, sin embargo, en su andar había algo extraño, esta no se encontraba segura, pero empleando cada vez más sus conocimientos sobre las diferentes ramas de la ingeniería tenía cierta inquietud e incertidumbre por aquella persona que se le acerco. - Estoy bien, estoy bien - Indicaría con cierto nerviosismo levantando las manos dejando ver sus dos palmas cubiertas por los guantes negros. - Gracias por no evitarme por los pequeños - Indicaría con cierto tono cariñoso hacía aquellas creaciones que se encontraban aferradas a su cuerpo, mientras deslizaba una mano sobre el puente de mando junto con su mirada perdida en él.
Posterior a unos segundos se iba a dirigir una vez más hacía el masculino que tenía frente a ella, pero antes desvió su mirada hacía la acompañante del desconocido, para observar como la mirada de la fémina se mantenía un poco inclinada y fija, en ese instante la ficha cayó en la mente de la rubia, la cual como si fuese un reflejo retraía sus brazos imitando una señal de una cruz frente a sus dos pechos y negaría con la cabeza mientras cerraba sus ojos, clara señal para la desconocida y una completamente ilógica para el ser que permanecía frente a ella. Ante aquel acto, esta no había tomado consciencia de su entorno, al tener una persona delante y funcionar aquella acción como un reflejo podría haber quedado en un completo ridículo, al parecer la fama como la rara del armamento empezaría ese día. - Deberías volver con tu amiga, no quiero traer problemas en los primeros minutos... Al menos más de los que ya he tenido hasta el momento - Indico la fémina mientras deslizaba sus brazos hacia abajo y miraba con una expresión bastante frágil y alegre al desconocido.
Posterior a unos segundos se iba a dirigir una vez más hacía el masculino que tenía frente a ella, pero antes desvió su mirada hacía la acompañante del desconocido, para observar como la mirada de la fémina se mantenía un poco inclinada y fija, en ese instante la ficha cayó en la mente de la rubia, la cual como si fuese un reflejo retraía sus brazos imitando una señal de una cruz frente a sus dos pechos y negaría con la cabeza mientras cerraba sus ojos, clara señal para la desconocida y una completamente ilógica para el ser que permanecía frente a ella. Ante aquel acto, esta no había tomado consciencia de su entorno, al tener una persona delante y funcionar aquella acción como un reflejo podría haber quedado en un completo ridículo, al parecer la fama como la rara del armamento empezaría ese día. - Deberías volver con tu amiga, no quiero traer problemas en los primeros minutos... Al menos más de los que ya he tenido hasta el momento - Indico la fémina mientras deslizaba sus brazos hacia abajo y miraba con una expresión bastante frágil y alegre al desconocido.
Milla Maxwell
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Grothnack Blodmir Dom Ene 10, 2016 2:37 pm
Mientras observaba como iba todo, junto con que estaba en parte preocupado por si hubiera alguno que estuviera herido o algo por el estilo, vi como una chica que estaba cargando una cantidad enorme de cosas, pasó a caer al suelo, pero luego paso a levantarse junto con un par de personas que se habían acercado, exactamente el par extraño consistente en una especie de robot y otra que era una especie de pez que no era capaz de identificar ya que tenía también características humanas. Suspiré, viendo que también había uno que había defendido a la mujer en un momento dado ante aquellas personas que habían estado haciendo una especie de burla o algo parecido. Di un vistazo más alrededor, pero vi que la chica de antes estaba algo magullada, y no quería que por una caída ella fuera a tener que estar fuera de acción una temporada, pero ella aparentaba estar bien. ¿Debería tratar de atenderla para asegurarme, o me tomaría como alguien que era un metomentodo? En teoría era el médico de esta base durante un buen rato, así que no estaría fuera de lugar que la revisase aunque fuese un poco, pero a saber que tipo de problemas podría darme si se lo tomaba mal.
Después de dar un par de pasos hacia delante y hacia atrás haciendo un círculo a mi alrededor, pensativo, al final me decanté por la parte de que debería tratar de saludar al menos y preocuparme, pero entonces me fijé en que otro chico estaba haciendo ejercicios varios. Recordaba algo de que venía un barco con tripulantes varios, y que tenía que atender a los que necesitaran, pero en teoría nadie se había pasado en su momento así que no es que estuviera evitando mi trabajo. Suspiré, a sabiendas de que quizás debería tratar al menos de ayudar a ese chico en cuestión de que hacer, porque a lo mejor se encontraba perdido en la base. Suspiré, tratando de tranquilizarme a mi mismo, e intentar no ser precisamente atemorizante como lo solía ser, e intenté sonreir, pasandome a acercarme a aquel chico. - ¿Eres uno de los que han venido en el barco? Si es así, quisiera saber si tienes algun defecto o algo que deba saber, soy el médico de la base. - Dije, tratando de mantenerme algo sociable, aunque la verdad es que no tenía idea alguna de como hacerlo. Normalmente solían venirme todos a mi con la misma cara y rostro que era el que preferían evitar ir a donde estaba yo, pero por ahora era una de las pocas veces en las que intentaba entablar yo mismo conversación, así que esperaba que no fuera una molestia demasiado grande.
Después de dar un par de pasos hacia delante y hacia atrás haciendo un círculo a mi alrededor, pensativo, al final me decanté por la parte de que debería tratar de saludar al menos y preocuparme, pero entonces me fijé en que otro chico estaba haciendo ejercicios varios. Recordaba algo de que venía un barco con tripulantes varios, y que tenía que atender a los que necesitaran, pero en teoría nadie se había pasado en su momento así que no es que estuviera evitando mi trabajo. Suspiré, a sabiendas de que quizás debería tratar al menos de ayudar a ese chico en cuestión de que hacer, porque a lo mejor se encontraba perdido en la base. Suspiré, tratando de tranquilizarme a mi mismo, e intentar no ser precisamente atemorizante como lo solía ser, e intenté sonreir, pasandome a acercarme a aquel chico. - ¿Eres uno de los que han venido en el barco? Si es así, quisiera saber si tienes algun defecto o algo que deba saber, soy el médico de la base. - Dije, tratando de mantenerme algo sociable, aunque la verdad es que no tenía idea alguna de como hacerlo. Normalmente solían venirme todos a mi con la misma cara y rostro que era el que preferían evitar ir a donde estaba yo, pero por ahora era una de las pocas veces en las que intentaba entablar yo mismo conversación, así que esperaba que no fuera una molestia demasiado grande.
Grothnack Blodmir
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
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