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Creado por Maxwell MK-2 Miér Feb 03, 2016 8:39 am
Habían pasado ya unos días desde que la marina regreso de la invasión de Cardue. Desde entonces el pacifista se encontraba en Shelltown haciendo unas reparaciones en el área civil, ahora tenia mas responsabilidades pues había recibido un ascenso recientemente, pero eso no le quitaba el gusto de poder trabajar con sus propias manos cualquier área que le permitiesen sus habilidades – creo que ya esta listo – termino de reparar las farolas cerca de la plaza. No era algo demasiado complicado para él, así que decidió regresar al cuartel para reponer algunas herramientas. Lo primero que encuentra al momento de ingresar es un montón de gente corriendo de un lado a otro, parece que se les había atrasado trabajo administrativo o algo así. Entre tanto lo único que hizo fue caminar hasta el patio para intentar practicar un poco.
En pleno patio agradecía que no llevase mucho tiempo ahí, pues pudo entrenar como cualquier recluta. Sin embargo su entrenamiento no rindió los frutos que buscaba, pues comenzó a sonar una alarma. Había una caravana en el mar que estaba siendo atacada por un grupo de piratas. La caravana había pedido refuerzos al cuartel de Shelltown y este iba a responder gustoso a esa petición de ayuda. Todos los soldados comenzaron a alistarse, incluyendo el propio Maxwell que ponía a punto y calibraba todos sus sistemas. Salió un camión directo al puerto donde comenzaron a abordar un buque, que no tardo en zarpar directo al auxilio de esa caravana marítima.
Era desconocido el tiempo que iban a tardar en llegar a la ubicación y tampoco sabían a que se enfrentaban, pero Maxwell esperaba que todos los marines a bordo del barco estuviesen listos para completar su tarea. La prioridad era asegurar la supervivencia de los civiles, luego eliminar o capturar a los piratas y recuperar el cargamento robado.
En pleno patio agradecía que no llevase mucho tiempo ahí, pues pudo entrenar como cualquier recluta. Sin embargo su entrenamiento no rindió los frutos que buscaba, pues comenzó a sonar una alarma. Había una caravana en el mar que estaba siendo atacada por un grupo de piratas. La caravana había pedido refuerzos al cuartel de Shelltown y este iba a responder gustoso a esa petición de ayuda. Todos los soldados comenzaron a alistarse, incluyendo el propio Maxwell que ponía a punto y calibraba todos sus sistemas. Salió un camión directo al puerto donde comenzaron a abordar un buque, que no tardo en zarpar directo al auxilio de esa caravana marítima.
Era desconocido el tiempo que iban a tardar en llegar a la ubicación y tampoco sabían a que se enfrentaban, pero Maxwell esperaba que todos los marines a bordo del barco estuviesen listos para completar su tarea. La prioridad era asegurar la supervivencia de los civiles, luego eliminar o capturar a los piratas y recuperar el cargamento robado.
Maxwell MK-2
Hoja de personaje
Nivel:
(33/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Fausto VIII Miér Feb 03, 2016 2:57 pm
Con el paso del tiempo las cosas se van tornando más emocionantes, es cuando ganas experiencia que sientes que puedes lidiar con más cosas y te toman en cuenta para llevar a cabo labores que hace meses no te darían ni por casualidad, es más, ni por falta de personal. Para destacar en la Marina casi siempre dependes del rango y de lo que has hecho… Esperaba lograr un tramo bastante largo en mi vida, llegar a ser uno de esos agentes que son tomados en cuenta por el beneficio de lo que protegen, de sus ideales y las personas en general.
Llegué a Shelltown y me encontraba en la base de la marina, hace un par de días llegué y tuve la oportunidad de conocer a personas nuevas con las cuales entrenar y hacerme un poco más fuerte, aunque no existe nada como la experiencia dentro del campo de batalla o algo real. Estando en mi habitación, después de un baño reparador escuché el sonido de una de las alarmas, inmediatamente después un soldado atropelló mi puerta y manifestó se necesitaba mi presencia en el puerto para apoyar a una caravana que está bajo fuego enemigo.
Genial, nada mejor que volver a ensuciarme después de limpiarme, amo mi suerte. Terminé de vestirme y salí a toda marcha mientras que en camino me iba poniendo mis guantes de cuero negro. En el camino noté a un tipo llamado Maxwell, sentía curiosidad por él ya que escuché era de los pocos Marines que tienen un cuerpo distinto a los demás… Le llamaban un pacifista. No paré a conversar con él ni nada por el estilo, simplemente seguí mi camino hasta llegar donde se me requería.
Llegué a Shelltown y me encontraba en la base de la marina, hace un par de días llegué y tuve la oportunidad de conocer a personas nuevas con las cuales entrenar y hacerme un poco más fuerte, aunque no existe nada como la experiencia dentro del campo de batalla o algo real. Estando en mi habitación, después de un baño reparador escuché el sonido de una de las alarmas, inmediatamente después un soldado atropelló mi puerta y manifestó se necesitaba mi presencia en el puerto para apoyar a una caravana que está bajo fuego enemigo.
Genial, nada mejor que volver a ensuciarme después de limpiarme, amo mi suerte. Terminé de vestirme y salí a toda marcha mientras que en camino me iba poniendo mis guantes de cuero negro. En el camino noté a un tipo llamado Maxwell, sentía curiosidad por él ya que escuché era de los pocos Marines que tienen un cuerpo distinto a los demás… Le llamaban un pacifista. No paré a conversar con él ni nada por el estilo, simplemente seguí mi camino hasta llegar donde se me requería.
Fausto VIII
Hoja de personaje
Nivel:
(31/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Milla Maxwell Miér Feb 03, 2016 9:12 pm
El corto tiempo que paso patrullando con el pequeño grupo que se había formado hacía un tiempo ya, no había rendido mucho fruto en sus amistades, sin embargo, uno que al parecer empezaba a florecer era con la Gyojin, la única fémina, además de ella, en el grupo. Al parecer, esta poseía cierto interés en la rubia, quien simplemente, veía cada vez en su rostro bastante alegría, o al menos, eso aparentaba el rostro del ser. La amistad que poseían ambas era un tanto extravagante, sin embargo, por vario s motivos, en un periodo de tiempo estas no se vieron, al parecer, un viaje por parte de la contraría con un grupo de Marines, uno en el cual Alex no participo.
En aquel lapso de tiempo la fémina comenzó sus entrenamientos en la isla a la cual había sido transferida, aumentando su armamento, ahora esta había creado con éxito una serie de explosivos, la base al parecer era una bastante simple, sin embargo, sus derivados obtuvieron bastante éxito en los combates, tanto como de soporte y ataque. Así los había utilizado en una serie de combates que había tenido en la ciudad, contrarrestando incidentes y a su vez en entrenamientos tan realistas como una batalla a muerte con aquellos soldados más experimentados bajo las filas de la base.
- A...Arlene~san no es necesario... - Diría la fémina tartamudeando al inicio mientras una expresión avergonzada se mostraba en su rostro, su cuerpo permanecía sin ropa alguna, sin embargo, esta se cubría con una toalla la cual cubría desde su busto hasta pasando los muslos, este parecía bastante ajustado, sin embargo, la silla en la cual se sentaba no dejaba ver mucho más que eso, más que una figura detrás de ella, la de la Gyojin quien permanecía en el mismo estado que la Ingeniera, al parecer, el cabello de la rubia estaba hecho un destrozo por las acciones que había cometido hacía escasos minutos, y su reencuentro con la Gyojin dentro de las duchas había empezado así, con ella dándole una mano con su cabello.
De manera súbita una alarma comenzó a resonar por todas las instalaciones, al mismo tiempo que la alarma continuaba su sonar, un anuncio fue dicho por los altavoces que se encontraban distribuidos por todas las salas, se solicitaba la presencia de todos aquellos que se encontraban disponibles en el muelle, un ataque pirata se había efectuado en Alta Mar. Por ende, como todo Marines debían de realizar su trabajo de manera efectiva, el baño de las féminas había finalizado, mientras que Alex se separó en la puerta de las duchas de su compañera, se desvió hasta su lugar de descanso donde yacía el Puente, el cual de manera sagaz fue instalado en al fémina quien emprendió su recorrido hasta la salida de las instalaciones, el lugar donde dio inicio la utilización de sus turbinas las cuales ejecutaron tal velocidad que salió expulsada con rumbo al acantilado que se encontraba en las cercanías de la base, allí abajo, aparecía la ciudad, en la cual la fémina parecía volar, sin embargo, estaba cayendo. Posterior a varios segundos del impacto, se utilizaron nuevamente las turbinas, ejecutando su movimiento para frenar aquella caída y dejando como si de un suave salto se tratase a la fémina contra el suelo, ahora haría el mismo proceso que anteriormente, sin embargo, directamente hasta la embarcación.
Una vez que llegó hasta el sitio observo alrededor a la cantidad de marines que había, solamente uno conocido, el rubio el cual tenía unas tácticas de negociación bastantes.... bastantes. Sacando a aquella persona, ninguna era conocida, al parecer, su compañera aún no había llegado, clavando su vista en la única dirección de donde podría venir aquella fémina permanecía observando alejada de los soldados allí presentes.
En aquel lapso de tiempo la fémina comenzó sus entrenamientos en la isla a la cual había sido transferida, aumentando su armamento, ahora esta había creado con éxito una serie de explosivos, la base al parecer era una bastante simple, sin embargo, sus derivados obtuvieron bastante éxito en los combates, tanto como de soporte y ataque. Así los había utilizado en una serie de combates que había tenido en la ciudad, contrarrestando incidentes y a su vez en entrenamientos tan realistas como una batalla a muerte con aquellos soldados más experimentados bajo las filas de la base.
- A...Arlene~san no es necesario... - Diría la fémina tartamudeando al inicio mientras una expresión avergonzada se mostraba en su rostro, su cuerpo permanecía sin ropa alguna, sin embargo, esta se cubría con una toalla la cual cubría desde su busto hasta pasando los muslos, este parecía bastante ajustado, sin embargo, la silla en la cual se sentaba no dejaba ver mucho más que eso, más que una figura detrás de ella, la de la Gyojin quien permanecía en el mismo estado que la Ingeniera, al parecer, el cabello de la rubia estaba hecho un destrozo por las acciones que había cometido hacía escasos minutos, y su reencuentro con la Gyojin dentro de las duchas había empezado así, con ella dándole una mano con su cabello.
De manera súbita una alarma comenzó a resonar por todas las instalaciones, al mismo tiempo que la alarma continuaba su sonar, un anuncio fue dicho por los altavoces que se encontraban distribuidos por todas las salas, se solicitaba la presencia de todos aquellos que se encontraban disponibles en el muelle, un ataque pirata se había efectuado en Alta Mar. Por ende, como todo Marines debían de realizar su trabajo de manera efectiva, el baño de las féminas había finalizado, mientras que Alex se separó en la puerta de las duchas de su compañera, se desvió hasta su lugar de descanso donde yacía el Puente, el cual de manera sagaz fue instalado en al fémina quien emprendió su recorrido hasta la salida de las instalaciones, el lugar donde dio inicio la utilización de sus turbinas las cuales ejecutaron tal velocidad que salió expulsada con rumbo al acantilado que se encontraba en las cercanías de la base, allí abajo, aparecía la ciudad, en la cual la fémina parecía volar, sin embargo, estaba cayendo. Posterior a varios segundos del impacto, se utilizaron nuevamente las turbinas, ejecutando su movimiento para frenar aquella caída y dejando como si de un suave salto se tratase a la fémina contra el suelo, ahora haría el mismo proceso que anteriormente, sin embargo, directamente hasta la embarcación.
Una vez que llegó hasta el sitio observo alrededor a la cantidad de marines que había, solamente uno conocido, el rubio el cual tenía unas tácticas de negociación bastantes.... bastantes. Sacando a aquella persona, ninguna era conocida, al parecer, su compañera aún no había llegado, clavando su vista en la única dirección de donde podría venir aquella fémina permanecía observando alejada de los soldados allí presentes.
Milla Maxwell
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Elise Shigure Miér Feb 03, 2016 10:06 pm
El viaje a Cardue había sido bastante pesado puesto que el enfrentamiento que tuvo con un humano dejo a Arlene ciertamente dolida, mas que nada por el hecho de haber dejado inconsciente a aquel pequeño renacuajo y, por otro lado, se lamentaba seriamente no haberle capturado como correspondía... Era bastante horrible el hecho de dejarle tirado en aquella isla, perdido bajo tierra, esperaba que alguien se apiadara del pobre y le llevara a aun sitio donde pudiera ser atendido. Por otro lado una idea que contrarrestaba todo el malestar causado por abandonar una vida a su pura suerte era la de ver de nueva cuenta a aquella fémina de rubia cabellera que había conocido antes de irse a aquella misión de la cual solo había conseguido algo que era conocido como Dial, en el caso especifico de la Gyojin el mismo almacenaba y liberaba fuego de una manera casi mágica, aunque era mas correcto decir que era una formula natural de aquellas conchas de mar traídas del cielo mismo.
Ahora bien, nuestra protagonista de orbes rojos se encontraba tomando un baño con nada mas y nada menos que Alexandra, la marine de rubios cabellos. Ambas se encontraban completamente desnudas, aunque en el caso de la artillera, esta llevaba una toalla entre manos para cubrir sus enormes pechos, como si le diera vergüenza mostrarlos (algo por demás comprensible con Arlene a su lado). La idea de manosear el cuerpo ajeno no hacia mas que inundar los pensamientos de la fémina quien por respeto, o mas bien inocencia propia dentro de su perversión, no hizo mas que ofrecer su ayuda para cuidar y tratar aquella hermosa cabellera de un color tan dorado como el sol mismo -Si lo es, no puedo dejar que un cabello tan bonito como este se eche a perder~- Usando un tono divertido se sentó a su espalda y sin muchas preocupaciones tomo el cabello ajeno para peinarlo repetidas veces.
En cierto momento estiro su mano mas allá del pelo, muy cierta de su cintura y de la zona donde se encontraba la toalla, casi a punto de dejarse ganar por sus instintos y decimos casi porque una alarma comenzó a sonar solicitando la presencia de todos los marines posibles en el puerto dado que se acercaba un inminente ataque pirata, una pelea en pleno mar. Sin quejarse salio del baño de manera rápida vistiéndose de manera ordenada, aunque no por ello menos rápida, saliendo una vez todas sus prendas estuvieran en su lugar, incluyendo los guantes, collar y botas con pinchos que rara vez usaba. Al finalizar simplemente se fue caminando, como si el apuro no existiera, llegando a ver como por entre el cielo una rubia salia volando a base de saltos hasta abordar un barco a lo lejos en el mar... El mismo barco que Arlene tenia que usar para saber en donde se iba a dar la condenada batalla.
Por eso mismo se largo a correr entre las calles, esquivando gente y lanzándose al mar de manera apresurada para nadar de manera igual o mas apresurada que antes alcanzando con relativa tranquilidad el barco al cual abordo simplemente de un salto, esas eran algunas de las enormes ventajas de ser una Gyojin y no una simple humana. Desde allí logro ver a nuestro negociador experto (nótese el sarcasmo) y entre el resto de reclutas, a la rubia a la cual Arlene se acerco a paso tranquilo solo para poner una de sus manos sobre su cabeza -Alexa~- Le guiño ligeramente el ojo mientras mostraba una ligera sonrisa a labios cerrados, tal como le había dicho la propia Alexa, sus dientes daban terror y pánico a la vez, por lo que era mejor mostrarlos lo menos posible.
Ahora bien, nuestra protagonista de orbes rojos se encontraba tomando un baño con nada mas y nada menos que Alexandra, la marine de rubios cabellos. Ambas se encontraban completamente desnudas, aunque en el caso de la artillera, esta llevaba una toalla entre manos para cubrir sus enormes pechos, como si le diera vergüenza mostrarlos (algo por demás comprensible con Arlene a su lado). La idea de manosear el cuerpo ajeno no hacia mas que inundar los pensamientos de la fémina quien por respeto, o mas bien inocencia propia dentro de su perversión, no hizo mas que ofrecer su ayuda para cuidar y tratar aquella hermosa cabellera de un color tan dorado como el sol mismo -Si lo es, no puedo dejar que un cabello tan bonito como este se eche a perder~- Usando un tono divertido se sentó a su espalda y sin muchas preocupaciones tomo el cabello ajeno para peinarlo repetidas veces.
En cierto momento estiro su mano mas allá del pelo, muy cierta de su cintura y de la zona donde se encontraba la toalla, casi a punto de dejarse ganar por sus instintos y decimos casi porque una alarma comenzó a sonar solicitando la presencia de todos los marines posibles en el puerto dado que se acercaba un inminente ataque pirata, una pelea en pleno mar. Sin quejarse salio del baño de manera rápida vistiéndose de manera ordenada, aunque no por ello menos rápida, saliendo una vez todas sus prendas estuvieran en su lugar, incluyendo los guantes, collar y botas con pinchos que rara vez usaba. Al finalizar simplemente se fue caminando, como si el apuro no existiera, llegando a ver como por entre el cielo una rubia salia volando a base de saltos hasta abordar un barco a lo lejos en el mar... El mismo barco que Arlene tenia que usar para saber en donde se iba a dar la condenada batalla.
Por eso mismo se largo a correr entre las calles, esquivando gente y lanzándose al mar de manera apresurada para nadar de manera igual o mas apresurada que antes alcanzando con relativa tranquilidad el barco al cual abordo simplemente de un salto, esas eran algunas de las enormes ventajas de ser una Gyojin y no una simple humana. Desde allí logro ver a nuestro negociador experto (nótese el sarcasmo) y entre el resto de reclutas, a la rubia a la cual Arlene se acerco a paso tranquilo solo para poner una de sus manos sobre su cabeza -Alexa~- Le guiño ligeramente el ojo mientras mostraba una ligera sonrisa a labios cerrados, tal como le había dicho la propia Alexa, sus dientes daban terror y pánico a la vez, por lo que era mejor mostrarlos lo menos posible.
Elise Shigure
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Roderick Molten Jue Feb 04, 2016 3:04 pm
Los recuerdos no hacian mas que dar vueltas en mi cabeza, aquella expedicion en Cardue tuvo un sabor agridulce. El encontrar algunos objetos en el subterraneo del almacen habia sido la parte dulce de esto, pero el perderlos misteriosamente tiempo despues fue la contraparte de lo que sentia. Sin dudas mi primera aventura en otra isla con un gran peloton a mis espaldas fue de no mucha utilidad para la marina, ni para los otros infiltrados la verdad.
En otra jornada al servicio de la justicia, me encontraba en el cuartel de Shells Town archivando informes de visitas a ciertas islas por parte de nuestro bando, me dedique a gran parte de la mañana a hacer eso y sentia que los papeles que me entregaban eran las mismas visitas, o sea que habian sacado mas de una copia por visita ya que me resultaba eterno el ordenar todo este papeleo ¿Se imaginan un incendio al interior de la base? significaria la perdida de muchisimo trabajo de todos los marines, todas esas hora de duro esfuerzo a la basura, claro, y sin contar lo material que decoraba el interior. Luego de esto me tocaba la sesion de ejercicios diarios en un cuarto especializado para ello. Ordene lo que me faltaba a toda maquina, sin confundirme ni fallar y me fui corriendo al lugar anteriormente nombrado. Al entrar pude ver como se dividia el gran lugar entre los tiradores, que contaban con muñecos disfrazados de pirata a unos quince metros de distancia, los espadachines, que enfrentaban a un personal especializado en combate de katanas de la misma marina y finalmente la seccion de luchadores que era la que me pertenecia. Me fui a poner frente a un saco colgante que se veia bien grueso con un cuero negro que lo tenia envuelto y lo empece a golpear, no lo movia mucho como otros compañeros a mi alrededor que golpeaban al saco como si se tratase de un vil malhechor, pero esto no me desanimaba ya que mi estilo de combate no se basaba mucho en la fuerza, de hecho la agilidad era mi fuerte. Estuve treinta minutos en ese ritmo, hasta que entro un superior y escogio unos cuatro soldados al azar dentro de los cuales me encontraba yo para ir a supervisar el trabajo de los marines que se encontraban dispersos en las calles de la isla. No tuve de otra que acatar, asi que pase rapidamente al baño para darme una ducha fugaz y acto seguido sali del cuartel para dirigirme hacia el puerto, donde estaban la mayor cantidad de marines reunidos.
De pronto mientras me encontraba paseando, senti una fuerte alarma que no dejaba de chillar y en ese mismo momento al lado mio paso rapidamente un camion que iba en la misma direccion que yo, esto me llamo la atencion asi que agilice el paso y me dispuse a correr para llegar al puerto lo antes posible. Una vez llegado al sitio, pude ver como del camion descendieron un cierto numero de marines que a gran velocidad iban abordando un buque de la marina sin saber por que, aunque dentro de mi mente lo relacionaba al ruidoso estruendo de recien. Para saber de que trataba esto, agarre del hombro a un cabo y le pregunte sobre la situacion, este me informo de una caravana que se encontraba siendo atacada por piratas y que iban a rescatar a la gente inocente. Le agradeci y posteriormente le segui los pasos tambien subiendome a la nave.
Ya sobre esta observe mi entorno, era un formidable
medio de transporte, creo que dentro de lo que recuerdo no habia subido antes a un buque de la marina, sin duda me sentia privilegiado, pero lo malo es que segundo a segundo me estaba acostumbrando al lujo de viajar sobre este gran aparato -Es realmente asombroso, voy a dar lo mejor de mi esta vez- me dije a mi mismo en voz alta mientras apretaba mi puño, luego recorde que habia conocido algunas personas antes del viaje a Cardue, me preguntaba si se encontraban en esta plataforma, no era que me interesaba realmente, pero se hacia un buen equipo con ellos. Para apaciguar el viaje, me fui a la parte frontal del buque a admirar la vista.
En otra jornada al servicio de la justicia, me encontraba en el cuartel de Shells Town archivando informes de visitas a ciertas islas por parte de nuestro bando, me dedique a gran parte de la mañana a hacer eso y sentia que los papeles que me entregaban eran las mismas visitas, o sea que habian sacado mas de una copia por visita ya que me resultaba eterno el ordenar todo este papeleo ¿Se imaginan un incendio al interior de la base? significaria la perdida de muchisimo trabajo de todos los marines, todas esas hora de duro esfuerzo a la basura, claro, y sin contar lo material que decoraba el interior. Luego de esto me tocaba la sesion de ejercicios diarios en un cuarto especializado para ello. Ordene lo que me faltaba a toda maquina, sin confundirme ni fallar y me fui corriendo al lugar anteriormente nombrado. Al entrar pude ver como se dividia el gran lugar entre los tiradores, que contaban con muñecos disfrazados de pirata a unos quince metros de distancia, los espadachines, que enfrentaban a un personal especializado en combate de katanas de la misma marina y finalmente la seccion de luchadores que era la que me pertenecia. Me fui a poner frente a un saco colgante que se veia bien grueso con un cuero negro que lo tenia envuelto y lo empece a golpear, no lo movia mucho como otros compañeros a mi alrededor que golpeaban al saco como si se tratase de un vil malhechor, pero esto no me desanimaba ya que mi estilo de combate no se basaba mucho en la fuerza, de hecho la agilidad era mi fuerte. Estuve treinta minutos en ese ritmo, hasta que entro un superior y escogio unos cuatro soldados al azar dentro de los cuales me encontraba yo para ir a supervisar el trabajo de los marines que se encontraban dispersos en las calles de la isla. No tuve de otra que acatar, asi que pase rapidamente al baño para darme una ducha fugaz y acto seguido sali del cuartel para dirigirme hacia el puerto, donde estaban la mayor cantidad de marines reunidos.
De pronto mientras me encontraba paseando, senti una fuerte alarma que no dejaba de chillar y en ese mismo momento al lado mio paso rapidamente un camion que iba en la misma direccion que yo, esto me llamo la atencion asi que agilice el paso y me dispuse a correr para llegar al puerto lo antes posible. Una vez llegado al sitio, pude ver como del camion descendieron un cierto numero de marines que a gran velocidad iban abordando un buque de la marina sin saber por que, aunque dentro de mi mente lo relacionaba al ruidoso estruendo de recien. Para saber de que trataba esto, agarre del hombro a un cabo y le pregunte sobre la situacion, este me informo de una caravana que se encontraba siendo atacada por piratas y que iban a rescatar a la gente inocente. Le agradeci y posteriormente le segui los pasos tambien subiendome a la nave.
Ya sobre esta observe mi entorno, era un formidable
medio de transporte, creo que dentro de lo que recuerdo no habia subido antes a un buque de la marina, sin duda me sentia privilegiado, pero lo malo es que segundo a segundo me estaba acostumbrando al lujo de viajar sobre este gran aparato -Es realmente asombroso, voy a dar lo mejor de mi esta vez- me dije a mi mismo en voz alta mientras apretaba mi puño, luego recorde que habia conocido algunas personas antes del viaje a Cardue, me preguntaba si se encontraban en esta plataforma, no era que me interesaba realmente, pero se hacia un buen equipo con ellos. Para apaciguar el viaje, me fui a la parte frontal del buque a admirar la vista.
Roderick Molten
Hoja de personaje
Nivel:
(33/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Mr. Narrador Dom Feb 07, 2016 11:11 am
Los piratas se estaban dando un deleite con lo que había en el barco mercante, saqueando lo que ahí se encontraba. Su bandera era una jolly roger un tanto peculiar, pues consistía de una concha de caracol y dos llaves cruzadas. La carabela llena de saqueadores, abordaba el barco mercante con una brutalidad impresionante. No eran precisamente los mas tranquilos, sino que literalmente le daban una soberana paliza a todo el que mostrara cualquier signo de resistencia. Pero todo eso cambio, su disfrute se transformo en rabia cuando divisaron los buques de la marina aproximándose a lo lejos. Los oficiales piratas eran un total de tres, cada uno un poco menos armonioso que el otro, pero todos dispuestos a matar a todos los marines que se aproximaran – ¡vamos chicos, al abordaje! – se escucha una voz sonora desde una cabina oscura, donde no se puede ver al dueño de dicha voz.
El barco pirata comenzó a moverse de su posición hasta que embistió cual ariete el buque marine. En pocos momentos los piratas comenzaron a invadir el navío, desatándose una batalla campal entre los marines y los invasores piratas. Entre los diferentes grupos piratas dos personas destacaban mas que otros, una mujer rubia de tez morena y complexión fornida que parecía mandar a la gente a volar con sus poderosos golpes. Mientras que había otra persona, un chico que no aparentaba mas de veinte años, que con agiles movimientos acompañado de unos guantes con garras en los nudillos, despedazaba rápidamente a cualquier marine que se le aproximase. No eran rivales ordinarios, pues eran cada uno los subalternos de mayor confianza del desconocido líder del barco.
La rubia alzo el rostro para posar su mirada en otra mujer, también de complexión fornida y bastante alta. Por su apariencia no parecía ser una persona normal y corriente, casi parecía ser alguna criatura no humana. Mas diversión, sin esperar movimiento alguno, se lanza directamente hacia ella. En sus manos se encontraban dos guantes que aparentaban ser de tela, pero debajo del cuero se encontraban gruesas piezas de metal que podrían propinar un duro golpe. Su velocidad de momento no parecía destacar demasiado, pero apartaba todo lo que tuviese en su camino como si fuese un camión de carga, ansiaba ver el poder de la marine.
Por otro lado, el chico de mentalidad algo mas fría que su agresiva compañera, se movía rápidamente como si fuese una sombra, rebanando a todo el que se le cruzara en medio con una precisión casi quirúrgica. No tardo en darse cuenta de un grupo de tres marines que se encontraban mas alejados. Como buen asesino, aprovechaba una presa aislada, pero no arremetió directamente sino que se les aproximaba con bastante calma, como si los estuviese subestimando. Sus intenciones no eran ahuyentarlos, sino que en apariencia era invitar a los marines a que se acercaran.
El barco pirata comenzó a moverse de su posición hasta que embistió cual ariete el buque marine. En pocos momentos los piratas comenzaron a invadir el navío, desatándose una batalla campal entre los marines y los invasores piratas. Entre los diferentes grupos piratas dos personas destacaban mas que otros, una mujer rubia de tez morena y complexión fornida que parecía mandar a la gente a volar con sus poderosos golpes. Mientras que había otra persona, un chico que no aparentaba mas de veinte años, que con agiles movimientos acompañado de unos guantes con garras en los nudillos, despedazaba rápidamente a cualquier marine que se le aproximase. No eran rivales ordinarios, pues eran cada uno los subalternos de mayor confianza del desconocido líder del barco.
La rubia alzo el rostro para posar su mirada en otra mujer, también de complexión fornida y bastante alta. Por su apariencia no parecía ser una persona normal y corriente, casi parecía ser alguna criatura no humana. Mas diversión, sin esperar movimiento alguno, se lanza directamente hacia ella. En sus manos se encontraban dos guantes que aparentaban ser de tela, pero debajo del cuero se encontraban gruesas piezas de metal que podrían propinar un duro golpe. Su velocidad de momento no parecía destacar demasiado, pero apartaba todo lo que tuviese en su camino como si fuese un camión de carga, ansiaba ver el poder de la marine.
Por otro lado, el chico de mentalidad algo mas fría que su agresiva compañera, se movía rápidamente como si fuese una sombra, rebanando a todo el que se le cruzara en medio con una precisión casi quirúrgica. No tardo en darse cuenta de un grupo de tres marines que se encontraban mas alejados. Como buen asesino, aprovechaba una presa aislada, pero no arremetió directamente sino que se les aproximaba con bastante calma, como si los estuviese subestimando. Sus intenciones no eran ahuyentarlos, sino que en apariencia era invitar a los marines a que se acercaran.
- Off:
- Así empieza la trama, en breves se harán los respectivos temas de las luchas.
Mr. Narrador
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