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Creado por Mei Haiba Mar Mar 15, 2016 1:17 pm
La calle era larga, de las que más en toda la ciudad, pero aún así el bullicio solía hacerla difícil de transitar, todavía más en un día soleado cómo aquel, en el que todo el mundo parecía haberse puesto de acuerdo para aprovechar e ir a tomar el aire todos al mismo tiempo. Por suerte, la soldado no tenía demasiado problema para avanzar entre el gentío. Su altura, superior a la media, le permitía abrirse paso con relativa facilidad y su agilidad de pies le permitía esquivar sin problemas a los demás e, incluso, escabullirse por espacios en los que el tránsito era más fluido. Todo ello sin dejar, en ningún momento, de mirar a su alrededor, observando los puestos de comida ambulante, las distintas tiendas y, sobretodo, las personas que llenaban el lugar. - Espero que el puerto esté algo más despejado. - pensó, aunque aquello era prácticamente una certeza. El paseo del puerto era mucho más ancho que aquella calle que pese a no ser un callejón, hubiera agradecido un poco más de espacio.
La soldado se dio la vuelta, oteando con la mirada en busca de Alexandra, que le seguía los pasos. - Ya casi hemos llegado. - la rubia alzó la voz, asegurándose de que la otra joven la oyera por encima del ruido de fondo. El puerto estaba sólo a unos cuantos portales de distancia. Si uno agudizaba el oído e intentaba escuchar más allá de los sonidos producidos por los peatones, hasta se podía oír el sonido del mar, de las olas al romper contra el dique y el graznar de las gaviotas. Deka dio un nuevo mordisco a la manzana que había comprado al principio de la calle y continuó con su camino, avanzando cómo fuera posible entre las personas que iban y venían sin para a su alrededor.
Tardó un poco más de lo esperado, pero finalmente la multitud se diluyó y el puerto apareció ante sus ojos. El Sol, radiante, se reflejaba sobre el mar cristalino cómo un espejo. Se trataba de una estampa que le encantaba y era una de las cosas que más añoraba desde que se había unido a la Marina. Cuando vivía con su familia adoptiva, su ventanal daba directamente al mar y le encantaba observar cómo el astro rey hacía relucir el agua al amanecer. Un pequeño placer del que no podía disfrutar en el habitáculo que le habían asignado en la base. - Ya estamos aquí. - comentó en voz alta una vez estuvieron frente al mar. - ¿Qué quieres ir a ver primer en el puerto? - le preguntó a su compañera. Al fin y al cabo ella era la guía, no la visitante, se conocía todo el puerto al dedillo.
La soldado se dio la vuelta, oteando con la mirada en busca de Alexandra, que le seguía los pasos. - Ya casi hemos llegado. - la rubia alzó la voz, asegurándose de que la otra joven la oyera por encima del ruido de fondo. El puerto estaba sólo a unos cuantos portales de distancia. Si uno agudizaba el oído e intentaba escuchar más allá de los sonidos producidos por los peatones, hasta se podía oír el sonido del mar, de las olas al romper contra el dique y el graznar de las gaviotas. Deka dio un nuevo mordisco a la manzana que había comprado al principio de la calle y continuó con su camino, avanzando cómo fuera posible entre las personas que iban y venían sin para a su alrededor.
Tardó un poco más de lo esperado, pero finalmente la multitud se diluyó y el puerto apareció ante sus ojos. El Sol, radiante, se reflejaba sobre el mar cristalino cómo un espejo. Se trataba de una estampa que le encantaba y era una de las cosas que más añoraba desde que se había unido a la Marina. Cuando vivía con su familia adoptiva, su ventanal daba directamente al mar y le encantaba observar cómo el astro rey hacía relucir el agua al amanecer. Un pequeño placer del que no podía disfrutar en el habitáculo que le habían asignado en la base. - Ya estamos aquí. - comentó en voz alta una vez estuvieron frente al mar. - ¿Qué quieres ir a ver primer en el puerto? - le preguntó a su compañera. Al fin y al cabo ella era la guía, no la visitante, se conocía todo el puerto al dedillo.
Mei Haiba
Hoja de personaje
Nivel:
(41/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Milla Maxwell Miér Mar 16, 2016 12:34 pm
Los pasos de par de rubias se hacían cada vez más largos, adentrándose cada vez más en la gente que comenzaría a inundar las calles, a pesar del calor y el gigante de fuego que iluminaba y proporcionaba calor. El inicio de la calle empezaba con varios puestos, en algunos parecía haber fruta, mientras que en otros al parecer recién comenzarían a abrirlos, colocando sus objetos de forma cuidadosa para comenzar a exponerlos, siendo estos totalmente cubiertos por varios artículos, resguardándolos de insectos o gente que aprovechará el exceso. Su compañera parecía aprovechar la situación y comprar una manzana, la tonalidad roja que portaba el comestible le recordaba a cierto objeto, aunque no podía apreciar la forma o el nombre de este en sus vagos recuerdos.
Posterior a unos segundos y una vez que finalizo la transacción la contraría comenzaría a avanzar entre el exceso de gente que había en el lugar, abriéndose paso por su altura, quizá por su cuerpo ante el enfrentamiento con hombres para poder pasar por un único sitio, algo de lo cual, la fémina no pudo percatarse, quedando atrás, completamente perdida por escasos minutos mientras que trataría de elevar su posición actual poniéndose de puntas de pies, observando a lo lejos a la fémina. Ahora era el turno para que la fémina comience a escabullirse entre otros sitios, buscando así, acercarse más a su compañera. Fue así como la contraría alzaría la voz indicando que estarían cerca, dirigiendo una mirada a Alex, quien había recuperado su posición inicial como si nada hubiese pasado.
La primera parada al parecer estaba alejada de las tiendas, o quizá cambio al ver el sitio de tal forma, algo que, Alex agradecería seguramente a la contraría. En un par de minutos, el andar de las dos mujeres finalizo frente al océano, el lugar donde los viejos lobos de mar yacían para tomarse algunos tragos recordando los viejos tiempos, y el lugar donde aquellos que tienen ansias de surcarlos permanecen mirándolo hipnotizados. El reflejo que poseía el gigante en las tranquilas aguas era imponente, algo que, la fémina parecía estar acostumbrada debido a sus continuos viajes, era algo que poseía un nombre casi, algo con el cual, rara vez, permanecía hablando, con el agua tranquila que reflejaba el sol que bañaba sus hombros con sus rayos. Ahora, estando junto a su compañera esta le preguntaba cual sería la primera parada en el puerto. Siendo la nueva en la ciudad, conocía poco y nada las cosas que este poseía. - ¿Qué lugar me recomienda mi guía? - Diría esbozando una sincera y delicada sonrisa mientras clavaba sus orbes en los de la contraría, buscando una escapatoria al aprieto en el que la había metido con esa pregunta, sin respuesta alguna, esperaría la ayuda externa.
Posterior a unos segundos y una vez que finalizo la transacción la contraría comenzaría a avanzar entre el exceso de gente que había en el lugar, abriéndose paso por su altura, quizá por su cuerpo ante el enfrentamiento con hombres para poder pasar por un único sitio, algo de lo cual, la fémina no pudo percatarse, quedando atrás, completamente perdida por escasos minutos mientras que trataría de elevar su posición actual poniéndose de puntas de pies, observando a lo lejos a la fémina. Ahora era el turno para que la fémina comience a escabullirse entre otros sitios, buscando así, acercarse más a su compañera. Fue así como la contraría alzaría la voz indicando que estarían cerca, dirigiendo una mirada a Alex, quien había recuperado su posición inicial como si nada hubiese pasado.
La primera parada al parecer estaba alejada de las tiendas, o quizá cambio al ver el sitio de tal forma, algo que, Alex agradecería seguramente a la contraría. En un par de minutos, el andar de las dos mujeres finalizo frente al océano, el lugar donde los viejos lobos de mar yacían para tomarse algunos tragos recordando los viejos tiempos, y el lugar donde aquellos que tienen ansias de surcarlos permanecen mirándolo hipnotizados. El reflejo que poseía el gigante en las tranquilas aguas era imponente, algo que, la fémina parecía estar acostumbrada debido a sus continuos viajes, era algo que poseía un nombre casi, algo con el cual, rara vez, permanecía hablando, con el agua tranquila que reflejaba el sol que bañaba sus hombros con sus rayos. Ahora, estando junto a su compañera esta le preguntaba cual sería la primera parada en el puerto. Siendo la nueva en la ciudad, conocía poco y nada las cosas que este poseía. - ¿Qué lugar me recomienda mi guía? - Diría esbozando una sincera y delicada sonrisa mientras clavaba sus orbes en los de la contraría, buscando una escapatoria al aprieto en el que la había metido con esa pregunta, sin respuesta alguna, esperaría la ayuda externa.
Milla Maxwell
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Mei Haiba Jue Mar 17, 2016 10:07 am
La joven se echó las manos a la cabeza cuando cayó en la cuenta de su error. Le acababa de pedir una dirección a alguien que desconocía por completo Baterilla. Una tremenda estupidez que, seguramente propiciada por el ajetreo que la rodeaba, se le había pasado de largo hasta que Alexandra le pidió que tomara la iniciativa de la visita. Al fin y al cabo ella era la guía, se suponía que debía ser quien marcara el paso, no quien lo siguiera. - Tienes toda la razón. - la marine se rascó la parte posterior de la cabeza y sacó la lengua para señalar que aquel comentario anterior sólo había sido un despiste. A partir de aquel momento sería ella quien llevaría las riendas.
Tras su disculpa, la soldado alzó la cabeza y oteó a su alrededor. Lo hacía para situarse correctamente y saber exactamente en que punto del puerto estaban, pero también para ganar un poco de tiempo para que su mente pudiera trazar un recorrido, aunque fuera sólo un principio y luego ya seguiría planificando sobre la marcha. Varias ideas le vinieron a la cabeza, aunque fueron descartadas rápidamente. La mayoría implicaban volver sobre sus propios pasos y subir aquella ajetreada calle de la cual habían escapado segundos atrás. Al menos hasta dentro de un buen rato ir hacia el centro de Baterilla era una idea, cuanto menos, cuestionable. Con eso en mente, necesitaba encontrar un lugar que visitar hasta entonces. Y fueron sus ojos quienes le dieron la solución cuando su vista se fijó en el lado opuesto del puerto dónde se alzaba el faro de la isla.
Cuando lo tuvo decidido, se acercó de nuevo a su compañera, llamando su atención y señalando en dirección al faro. - Vamos al otro lado del puerto, iremos a ver el faro más de cerca. Además durante el camino podemos ir viendo que barcos hay amarrados hoy. - comentó justo antes de emprender la marcha por el puerto. De manera curiosa, pese a querer avanzar con más lentitud, su paseo por el puerto era mucho más rápido que cuando habían recorrido la calle. La mayor amplitud de la parte transitable del muelle evitaba que la gente se apelotonara y, a la vez, hacía caminar algo más a los marineros que descargaban mercancías que, aún así, también salían ganando al evitar las aglomeraciones de gente. - ¿No tienes curiosidad por saber de dónde vienen todos estos barcos Alexandra? - preguntó de pronto la joven, dándose la vuelta para encarar de nuevo a su interlocutora. - Yo siempre me he preguntado de dónde vienen, si han surcado la Grand Line o algún otro mar misterioso. - la rubia sonrió, sin dejar de mirar directamente a la otra marine, mientras sus pasos las acercaban más rápido de lo esperado al faro.
Tras su disculpa, la soldado alzó la cabeza y oteó a su alrededor. Lo hacía para situarse correctamente y saber exactamente en que punto del puerto estaban, pero también para ganar un poco de tiempo para que su mente pudiera trazar un recorrido, aunque fuera sólo un principio y luego ya seguiría planificando sobre la marcha. Varias ideas le vinieron a la cabeza, aunque fueron descartadas rápidamente. La mayoría implicaban volver sobre sus propios pasos y subir aquella ajetreada calle de la cual habían escapado segundos atrás. Al menos hasta dentro de un buen rato ir hacia el centro de Baterilla era una idea, cuanto menos, cuestionable. Con eso en mente, necesitaba encontrar un lugar que visitar hasta entonces. Y fueron sus ojos quienes le dieron la solución cuando su vista se fijó en el lado opuesto del puerto dónde se alzaba el faro de la isla.
Cuando lo tuvo decidido, se acercó de nuevo a su compañera, llamando su atención y señalando en dirección al faro. - Vamos al otro lado del puerto, iremos a ver el faro más de cerca. Además durante el camino podemos ir viendo que barcos hay amarrados hoy. - comentó justo antes de emprender la marcha por el puerto. De manera curiosa, pese a querer avanzar con más lentitud, su paseo por el puerto era mucho más rápido que cuando habían recorrido la calle. La mayor amplitud de la parte transitable del muelle evitaba que la gente se apelotonara y, a la vez, hacía caminar algo más a los marineros que descargaban mercancías que, aún así, también salían ganando al evitar las aglomeraciones de gente. - ¿No tienes curiosidad por saber de dónde vienen todos estos barcos Alexandra? - preguntó de pronto la joven, dándose la vuelta para encarar de nuevo a su interlocutora. - Yo siempre me he preguntado de dónde vienen, si han surcado la Grand Line o algún otro mar misterioso. - la rubia sonrió, sin dejar de mirar directamente a la otra marine, mientras sus pasos las acercaban más rápido de lo esperado al faro.
Mei Haiba
Hoja de personaje
Nivel:
(41/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Milla Maxwell Vie Mar 18, 2016 4:47 pm
Al parecer la contraría posterior a las palabras empleadas por la rubia se fijo en el error que había cometido, a pesar de que eso no podía llamarse un error, era un fallo ante las acciones que realizarían en el día, algo que, rara vez sucedía para aquellos del bando azul. La personalidad llamaba la atención de la fémina, esta era algo alegre y divertida a ojos de la Cyborg quien permanecía callada observando cada movimiento que la contraría realizaba y sus gestos, como si tratara de averiguar algo tras ellos. Luego de aquella situación la contraría comenzaría a alzar su cabeza nuevamente, observando todo el sitio, quizá buscaba un lugar en especial, o simplemente trataba de rastrear su ubicación actual. La gente que apreciaba el lugar donde se encontraban las dos rubias no era tanto como los anteriores, sin embargo, la fila de embarcaciones que atracaban en el puerto eran bastantes numerosas.
Los marinos que surcaban los mares en dichos navíos descargaban cosas y otros cargaban, algunos simplemente yacían vacíos en la espera de sus tripulantes. Uno que otro parecía un poco destrozado, quizá abandonado por sus anteriores usuarios, algo realmente triste a ojos de la fémina. Sin embargo, el centro de atención seguía siendo el faro que poseía la isla, estando relativamente cerca de la posición de las dos rubias, era algo que se llevaba bastante la atención, por encima de aquellos imponentes barcos. Fue así como la contraría una vez fijo su vista en el faro decidió el rumbo que iban a tomar, indicando que en su paseo hasta el lugar designado podrían observar los barcos que habían atracado en el día.
- Esta bien - Diría con un tono totalmente alegre mientras una sonrisa era demostrada, y allí era cuando comenzaría su nuevo viaje hasta el faro, el lugar donde pasarían un buen rato antes de proseguir al resto de la isla. Su caminata comenzaría a avanzar cada vez más rápido, algo que, esta había captado desde un principio, quizá la contraría se había aburrido un poco ya de tanta caminata y charla por una isla que conocía como la palma de su mano y con una persona totalmente desconocida, Alex suponía que esto era comprensible, allí fue el momento en que la contraría se daría la vuelta nuevamente y comenzaría a caminar hacía atrás mientras su vista se clavaría sobre la de la fémina, esta comenzaría a cuestionar los pensamientos de la contraría. - Creo que más curiosidad me da el paradero de alguno de sus dueños... - Diría la fémina mientras observaría a uno de los barcos abandonados que yacía a escasos pasos del par, un haz de tristeza sería entonado por ella en la última parte de sus dichos, algo que podía ser escuchado pero no entendido.
Los marinos que surcaban los mares en dichos navíos descargaban cosas y otros cargaban, algunos simplemente yacían vacíos en la espera de sus tripulantes. Uno que otro parecía un poco destrozado, quizá abandonado por sus anteriores usuarios, algo realmente triste a ojos de la fémina. Sin embargo, el centro de atención seguía siendo el faro que poseía la isla, estando relativamente cerca de la posición de las dos rubias, era algo que se llevaba bastante la atención, por encima de aquellos imponentes barcos. Fue así como la contraría una vez fijo su vista en el faro decidió el rumbo que iban a tomar, indicando que en su paseo hasta el lugar designado podrían observar los barcos que habían atracado en el día.
- Esta bien - Diría con un tono totalmente alegre mientras una sonrisa era demostrada, y allí era cuando comenzaría su nuevo viaje hasta el faro, el lugar donde pasarían un buen rato antes de proseguir al resto de la isla. Su caminata comenzaría a avanzar cada vez más rápido, algo que, esta había captado desde un principio, quizá la contraría se había aburrido un poco ya de tanta caminata y charla por una isla que conocía como la palma de su mano y con una persona totalmente desconocida, Alex suponía que esto era comprensible, allí fue el momento en que la contraría se daría la vuelta nuevamente y comenzaría a caminar hacía atrás mientras su vista se clavaría sobre la de la fémina, esta comenzaría a cuestionar los pensamientos de la contraría. - Creo que más curiosidad me da el paradero de alguno de sus dueños... - Diría la fémina mientras observaría a uno de los barcos abandonados que yacía a escasos pasos del par, un haz de tristeza sería entonado por ella en la última parte de sus dichos, algo que podía ser escuchado pero no entendido.
Milla Maxwell
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Mei Haiba Dom Mar 20, 2016 3:39 pm
La respuesta de Alexandra desconcertó y frustró a Deka al mismo tiempo. Por una parte no podía evitar sentir curiosidad por todo aquel secretismo y misterio que rodeaba la vida personal de su compañera mientras que, por otro lado, eso mismo la frustraba. Estaba haciendo sus mejores esfuerzos para ser amable y cordial con aquella muchacha que la había ayudado en el campo de tiro, pero la realidad era que no le estaba poniendo las cosas para nada fáciles. Silencios, respuestas breves e difusas, cambios de tema bruscos,... la otra rubia parecía disponer de un gran repertorio de maneras de evitar dar ningún dato sobre sí misma. Y ya había quedado patente que no dudaba ni un ápice en usarlo constantemente.
En esta ocasión la soldado no trató de indagar en la falta de información proporcionada por su interlocutora. Creía haber aprendido la lección. No preguntar, sólo guiar. Aunque le molestara y le doliera, empezaba a caer en la certeza de que su presencia no había sido en ningún momento del agrado de Alexandra. Así que quizás la mejor opción sería simplemente seguir con la visita, terminarla y tomar cada uno su vida de nuevo, cómo si aquello nunca hubiera ocurrido.
El signo más notable de aquel cambio de actitud fue el rápido movimiento con el que Deka se dio la vuelta, dándole la espalda a su acompañante, tras oír su respuesta. Lo hacía para ocultar el hecho de que se estaba mordiendo el labio para liberar un poco la rabia que por unos segundos la había invadido por dentro y también para acelerar un poco más el paso. Apenas unos minutos atrás había decidido entorpecer su caminata para esperar a que el centro de Baterilla se despejara un poco... pero aquellos planes se le habían esfumado al mismo tiempo que las intenciones amistosas y amigables. - Aquí estamos... - dijo, finalmente, cuando sus pasos la llevaron hasta el faro. La enorme construcción de piedra blanca y lisa se alzaba varios metros hacía el cielo, coronada por una cúpula en la que se encontraba la llama que guiaba a los navíos que surcaban los mares de noche. Por su parte, la soldado no iba a decir más. Se había hartado de ser la boba. Si Alexandra quería ver el faro por dentro, iría con ella, pero no se lo iba a proponer. Si quería seguir hacia otro sitio, iría con ella, y si le pedía consejo, ella la guiaría. Pero esta vez la iniciativa debía tomarla ella.
En esta ocasión la soldado no trató de indagar en la falta de información proporcionada por su interlocutora. Creía haber aprendido la lección. No preguntar, sólo guiar. Aunque le molestara y le doliera, empezaba a caer en la certeza de que su presencia no había sido en ningún momento del agrado de Alexandra. Así que quizás la mejor opción sería simplemente seguir con la visita, terminarla y tomar cada uno su vida de nuevo, cómo si aquello nunca hubiera ocurrido.
El signo más notable de aquel cambio de actitud fue el rápido movimiento con el que Deka se dio la vuelta, dándole la espalda a su acompañante, tras oír su respuesta. Lo hacía para ocultar el hecho de que se estaba mordiendo el labio para liberar un poco la rabia que por unos segundos la había invadido por dentro y también para acelerar un poco más el paso. Apenas unos minutos atrás había decidido entorpecer su caminata para esperar a que el centro de Baterilla se despejara un poco... pero aquellos planes se le habían esfumado al mismo tiempo que las intenciones amistosas y amigables. - Aquí estamos... - dijo, finalmente, cuando sus pasos la llevaron hasta el faro. La enorme construcción de piedra blanca y lisa se alzaba varios metros hacía el cielo, coronada por una cúpula en la que se encontraba la llama que guiaba a los navíos que surcaban los mares de noche. Por su parte, la soldado no iba a decir más. Se había hartado de ser la boba. Si Alexandra quería ver el faro por dentro, iría con ella, pero no se lo iba a proponer. Si quería seguir hacia otro sitio, iría con ella, y si le pedía consejo, ella la guiaría. Pero esta vez la iniciativa debía tomarla ella.
Mei Haiba
Hoja de personaje
Nivel:
(41/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Milla Maxwell Lun Mar 21, 2016 4:27 pm
La contestación que la rubia le había dado al parecer no había sido del agrado de la contraría, algo que, era un tanto evidente puesto que ahora se comportaría de una manera callada y tranquila, algo completamente contrario a lo que había demostrado hasta el momento. - Pero supongo que si... A veces es curioso saber el trayecto que tienen. - Contestaría posterior a que la rubia se diera la vuelta y continuaría caminando tras ella. Su llegada al faro era inminente, mientras que el par de rubias seguían calladas como si no tuvieran permiso alguno para articular palabra. Algo que fue roto cuando la contraría soltó algo evidente, ya se encontraban frente al faro que dominaba aquellas aguas.
- Es más alto de lo que esperaba... - Diría mientras esbozaba una sonrisa y observaría de reojo a la fémina quien yacía junto a ella. - Entraré. - Expulsaría mientras daría media vuelta y observaría a los ojos a la soldado - ¿Me acompañas? - Comentó mientras su orbe derecho sería cerrado mostrando un claro guiño en señal de paz entre ambas féminas, algo que de ahora en adelante sería cambiado en la relación que portarían, posiblemente, la Cyborg debería de ser más "humana" y demostrar más cariño y afecto como lo son aquellos, algún sentimiento más que aquel nerviosismo que la caracteriza.
Los pasos de la rubia comenzaron a ejercerse mientras su diestra se posaría sobre una gran puerta de metal que se encontraba entreabierta, ejerciendo una leve presión Fenrir comenzó a abrir la puerta quien retrocedía de forma lenta y con un pequeño chirrido, algo que no entonaba con el ambiente, pero al fin y al cabo esto había sucedido. La puerta había sido abierta de par en par por la mujer que comenzaría a entrar, con la esperanza de que su acompañante y guía la siga para explicarle más sobre la edificación.
- Es más alto de lo que esperaba... - Diría mientras esbozaba una sonrisa y observaría de reojo a la fémina quien yacía junto a ella. - Entraré. - Expulsaría mientras daría media vuelta y observaría a los ojos a la soldado - ¿Me acompañas? - Comentó mientras su orbe derecho sería cerrado mostrando un claro guiño en señal de paz entre ambas féminas, algo que de ahora en adelante sería cambiado en la relación que portarían, posiblemente, la Cyborg debería de ser más "humana" y demostrar más cariño y afecto como lo son aquellos, algún sentimiento más que aquel nerviosismo que la caracteriza.
Los pasos de la rubia comenzaron a ejercerse mientras su diestra se posaría sobre una gran puerta de metal que se encontraba entreabierta, ejerciendo una leve presión Fenrir comenzó a abrir la puerta quien retrocedía de forma lenta y con un pequeño chirrido, algo que no entonaba con el ambiente, pero al fin y al cabo esto había sucedido. La puerta había sido abierta de par en par por la mujer que comenzaría a entrar, con la esperanza de que su acompañante y guía la siga para explicarle más sobre la edificación.
Milla Maxwell
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Mei Haiba Jue Mar 24, 2016 10:08 am
La soldado asintió con la cabeza a la propuesta de su compañera de subir a lo alto del faro. Parecía que al final había logrado lo que se había propuesto y Alexandra empezaba a mostrarse algo más activa, haciendo que la propia Deka se sintiera mucho más a gusto. La gente nunca había sido su fuerte, y si encima estos no ponían de su parte, solía terminar desquiciándose. Y en aquella ocasión había estado a pocos minutos de pasarle. - Subamos pues... - musitó por lo bajo cuando su acompañante abrió la puerta del faro, iniciando el ascenso al edificio más alto de Baterilla. La joven realizaría la misma acción varios segundos después, tras ajustarse de nuevo la camiseta, algo incómoda, para que no le molestara en su subida.
Las escaleras del interior del faro eran lo más similar a una tortura inocente que había visto en su vida. Larguísimas, de eslabones cortos y viejos, su simple diseño ya las convertía en un algo casi diabólico... Pero a eso se le debía añadir el deterioro notable tras el paso de los años y las personas, dañando algunos eslabones y, sobretodo, la humedad. Al parecer, el constructor de aquel faro nunca cayó en la cuenta de que ocurriría cuando lloviera en la ciudad y, al parecer, el faro no disponía de un sistema de desagües minimamente decente, por lo que cuando las nubes descargaban su carga sobre él, el agua se colaba por todos los rincones, haciendo que la piedra fuera todavía más resbaladiza. - Ve con cuidado, no sea que resbales. - advirtió, antes de iniciar el ascenso a la escalinata.
Pese a que en Baterilla no eran extrañas las tormentas veraniegas propias de una isla de ese clima, el faro parecía no haber tenido problemas con el agua recientemente ya que la piedra no estaba mojada. Aquello facilitó el ascenso de las dos féminas, o al menos de Deka, que tardó unos pocos minutos en llegar a la trampilla de madera que daba paso a la azotea del faro. Las bisagras chirriaron y giraron cuando la marine las empujó, abriéndolas y siendo cegada por el reluciente Sol del mediodía. Y cuando finalmente dio el paso definitivo hacia el final de las escalera, sus ojos se maravillaron por las vistas. La estampa marina que había desde el puerto palidecía con aquella. El azul oscuro del mar colisionaba con el azul claro del cielo, limpio de cualquier nube, bajo la luz de un astro rey radiante. - Podría pasarme la vida aquí. - confesó, sin saber a ciencia cierta si Alexandra ya había llegado hasta arriba o no.
Las escaleras del interior del faro eran lo más similar a una tortura inocente que había visto en su vida. Larguísimas, de eslabones cortos y viejos, su simple diseño ya las convertía en un algo casi diabólico... Pero a eso se le debía añadir el deterioro notable tras el paso de los años y las personas, dañando algunos eslabones y, sobretodo, la humedad. Al parecer, el constructor de aquel faro nunca cayó en la cuenta de que ocurriría cuando lloviera en la ciudad y, al parecer, el faro no disponía de un sistema de desagües minimamente decente, por lo que cuando las nubes descargaban su carga sobre él, el agua se colaba por todos los rincones, haciendo que la piedra fuera todavía más resbaladiza. - Ve con cuidado, no sea que resbales. - advirtió, antes de iniciar el ascenso a la escalinata.
Pese a que en Baterilla no eran extrañas las tormentas veraniegas propias de una isla de ese clima, el faro parecía no haber tenido problemas con el agua recientemente ya que la piedra no estaba mojada. Aquello facilitó el ascenso de las dos féminas, o al menos de Deka, que tardó unos pocos minutos en llegar a la trampilla de madera que daba paso a la azotea del faro. Las bisagras chirriaron y giraron cuando la marine las empujó, abriéndolas y siendo cegada por el reluciente Sol del mediodía. Y cuando finalmente dio el paso definitivo hacia el final de las escalera, sus ojos se maravillaron por las vistas. La estampa marina que había desde el puerto palidecía con aquella. El azul oscuro del mar colisionaba con el azul claro del cielo, limpio de cualquier nube, bajo la luz de un astro rey radiante. - Podría pasarme la vida aquí. - confesó, sin saber a ciencia cierta si Alexandra ya había llegado hasta arriba o no.
Mei Haiba
Hoja de personaje
Nivel:
(41/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Milla Maxwell Jue Mar 24, 2016 3:26 pm
Su caminata había iniciado en el interior del faro, algo que fue aceptado por su camarada quien comenzaría a iniciar el ascenso por el faro al mismo tiempo que la Cyborg, siendo la otra rubia quien tomara el liderazgo y estuviera primera en posición de ascenso. La mirada de la tiradora se alzó, observando lo alto del faro, como algunos rayos de luz se filtrarían y descenderían hasta lo más bajo, la entrada del mismo lugar. El deterioro por el interior de la estructura era notable, al parecer no tenía un mantenimiento seguido por dentro, o quizá, nunca se preocuparon por él más que lo que se mostraba por fuerza, una expresión amarga se marco por esto en el rostro de la fémina mientras comenzaría a seguir a la contraría en el ascenso.
En el inicio esta daría la advertencia del cuidado, algo que ya se había percatado Alex, sin embargo, ahora lo tendría recordado y bastante presente. El inicio de la subida comenzó mientras que el rostro aún con tintes agrios avanzaba por la escalera caracol que poseía el faro, en cuestión de minutos llegarían ambas a lo más alto de Baterilla, la contraría comenzaría a abrir la puerta final la cual junto a unos chirridos arremetería con una potente luz contra las féminas, una que poco a poco fue bajando su intensidad. La normalidad había vuelto, y ahora las dos mujeres permanecían en lo alto, observando aquella gran vista que pocas personas disfrutaban.
La fusión del eterno océano con otro reino completamente eterno en su vida, el cielo azulado sin ninguna mancha blanca. La fusión de las tonalidades daba a un infinito y agradable que transmitía tranquilidad, todo lo contrarió cuando se observaba hacía la ciudad, un lugar con una gran concentración de gente, la cual poco a poco iba disminuyendo, aquella misma masa de gente era por donde habían pasado las dos marines hacía poco tiempo, sin embargo, el medio día parecía azotar fuertemente los organismos de cada una de esas personas, haciendo que comiencen a dispersarse. El tiempo continuó pasando, mientras que la contraría había expresado el hecho de que podría pasar el resto de su vida allí, algo que, alegremente Alex confirmo que ella también lo pasaría. - Supongo que debo agradecerte... - Diría la fémina mientras clavaría sus orbes en los de la contraría, observando a esta de manera sería y con un tono agradable a pesar de aquella mirada.
- Me uní a la marina ya hace varios años, todo, como te dije por un mero error, o algo que este destino que me guía me preparo... - Diría con una tonalidad completamente diferente a la anterior mientras sus orbes se desviarían hacía la tranquilidad de las aguas que descansaban a sus pies. - Originalmente trabajaba en una instalación científica para la Marina, con un grupo de investigadores... Pero luego de un accidente - Hizo una pausa mientras tragaría saliva y dirigía su mirada hacía la contraría, su zurda se posaría sobre una de las rocas que finalizaban la estructura y dejaban una apertura para observar desde lo alto. - Luego del accidente he sido otra persona, por eso termine en las filas. - Expulso mientras ejercería una pequeña cantidad de fuerza con su zurda en aquella roca que se agrieto de forma mínima, al mismo tiempo la zurda se retiraría para evitar un daño mayor dentro de la estructura.
En el inicio esta daría la advertencia del cuidado, algo que ya se había percatado Alex, sin embargo, ahora lo tendría recordado y bastante presente. El inicio de la subida comenzó mientras que el rostro aún con tintes agrios avanzaba por la escalera caracol que poseía el faro, en cuestión de minutos llegarían ambas a lo más alto de Baterilla, la contraría comenzaría a abrir la puerta final la cual junto a unos chirridos arremetería con una potente luz contra las féminas, una que poco a poco fue bajando su intensidad. La normalidad había vuelto, y ahora las dos mujeres permanecían en lo alto, observando aquella gran vista que pocas personas disfrutaban.
La fusión del eterno océano con otro reino completamente eterno en su vida, el cielo azulado sin ninguna mancha blanca. La fusión de las tonalidades daba a un infinito y agradable que transmitía tranquilidad, todo lo contrarió cuando se observaba hacía la ciudad, un lugar con una gran concentración de gente, la cual poco a poco iba disminuyendo, aquella misma masa de gente era por donde habían pasado las dos marines hacía poco tiempo, sin embargo, el medio día parecía azotar fuertemente los organismos de cada una de esas personas, haciendo que comiencen a dispersarse. El tiempo continuó pasando, mientras que la contraría había expresado el hecho de que podría pasar el resto de su vida allí, algo que, alegremente Alex confirmo que ella también lo pasaría. - Supongo que debo agradecerte... - Diría la fémina mientras clavaría sus orbes en los de la contraría, observando a esta de manera sería y con un tono agradable a pesar de aquella mirada.
- Me uní a la marina ya hace varios años, todo, como te dije por un mero error, o algo que este destino que me guía me preparo... - Diría con una tonalidad completamente diferente a la anterior mientras sus orbes se desviarían hacía la tranquilidad de las aguas que descansaban a sus pies. - Originalmente trabajaba en una instalación científica para la Marina, con un grupo de investigadores... Pero luego de un accidente - Hizo una pausa mientras tragaría saliva y dirigía su mirada hacía la contraría, su zurda se posaría sobre una de las rocas que finalizaban la estructura y dejaban una apertura para observar desde lo alto. - Luego del accidente he sido otra persona, por eso termine en las filas. - Expulso mientras ejercería una pequeña cantidad de fuerza con su zurda en aquella roca que se agrieto de forma mínima, al mismo tiempo la zurda se retiraría para evitar un daño mayor dentro de la estructura.
Milla Maxwell
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Mei Haiba Vie Mar 25, 2016 3:47 pm
Sus palabras no recibieron respuesta inmediata pero sí fueron escuchadas. Los pasos de Alexandra la llevaron hasta la azotea pocos segundos después de que Deka llegara allí por lo que había sido perfectamente capaz de oír lo que había dicho, aunque había decidido mantener el silencio durante algunos segundos. Quizás estuviera disfrutando de las vistas o quizás sólo tratara de recuperar el aliento pero la cuestión era que el silencio había vuelto a reinar entre las dos mujeres. Pero esta vez era diferente. No quedaba nada de aquellos momentos tensos que se habían sucedido durante toda la mañana, eso había desaparecido para dejar lugar a un ambiente de mayor complicidad. Ambas empezaban a comprenderse mejor y eso era palpable.
La soldado esbozó una media sonrisa cuando Alexandra le dio las gracias. - No tienes porqué darme las gracias... - se limitó a responder, dejando que la joven prosiguiera con sus palabras. Sus miradas se cruzaron durante unos segundos, manteniendo ambas los ojos fijos en los de la otra, hasta que fue su acompañante quien desvió la mirada hacia el mar, un movimiento que Deka imitó. Tenía que admitir que todo aquello le estaba tomando bastante por sorpresa. Parecía que al final había dado con la llave que abría la puerta a todo aquello que la muchacha había escondido con fiereza hasta entonces. Y pese a que en ningún momento se lo había propuesto y se sentía hasta cierto punto temerosa de lo que pudiera pasar, era consciente de que ya no podía dar marcha atrás. Sería fallarse a sí misma y a aquella persona que, finalmente había decidido confiar en ella.
El tono de voz de la joven cambió, la soldado no hubiera podido decir exactamente en qué ni cómo, pero algo distinto había en ella. De forma casi paradójica, la rubia le respondió a la primera pregunta que había evitado cuando todavía estaban en la base de la Marina, los motivos que la habían llevado a unirse a las fuerzas del orden. Su respuesta seguía siendo difusa, poco concreta, pero en aquella ocasión no era intencionadamente. Deka no sabía que había ocurrido pero su mente ya tenía algo en mente y pese a que no sabía con certeza el qué, si que podía apreciar perfectamente que había dejado una marca muy profunda en Alexandra. Tan profunda que parecía perdurar hasta entonces y siendo muy probablemente el motivo de su extraño comportamiento de buenas a primeras. - ¿Otra persona? - la pregunta era retórica, pero le sirvió a la soldado para tomar ella las riendas de la conversación. - Creo que te equivocas, nunca has dejado de ser tú misma. - continuó, esta vez sentándose en el suelo, acurrucando las piernas y dirigiendo su mirada hacia el infinito horizonte. - Puede que las circunstancias te hayan cambiado, pero siempre seguirás siendo quien eres. Y eso es lo que te permite avanzar, mejorar poco hasta convertirte en alguien del que puedas sentirte orgulloso. - la joven calló durante unos segundos, dejando que reinara el silencio, mientras sus ojos seguían buscando invisibles en el cielo. - Aunque no creo que estés aquí para escuchar consejos de una boba cómo yo. - bromeó, riendo. - Ahora en serio, no tienes porqué sentirte obligada a contarme cosas que no quieras que sepa. - finiquitó, dirigiendo su mirada hacia Alexandra y sonriendo amablemente.
La soldado esbozó una media sonrisa cuando Alexandra le dio las gracias. - No tienes porqué darme las gracias... - se limitó a responder, dejando que la joven prosiguiera con sus palabras. Sus miradas se cruzaron durante unos segundos, manteniendo ambas los ojos fijos en los de la otra, hasta que fue su acompañante quien desvió la mirada hacia el mar, un movimiento que Deka imitó. Tenía que admitir que todo aquello le estaba tomando bastante por sorpresa. Parecía que al final había dado con la llave que abría la puerta a todo aquello que la muchacha había escondido con fiereza hasta entonces. Y pese a que en ningún momento se lo había propuesto y se sentía hasta cierto punto temerosa de lo que pudiera pasar, era consciente de que ya no podía dar marcha atrás. Sería fallarse a sí misma y a aquella persona que, finalmente había decidido confiar en ella.
El tono de voz de la joven cambió, la soldado no hubiera podido decir exactamente en qué ni cómo, pero algo distinto había en ella. De forma casi paradójica, la rubia le respondió a la primera pregunta que había evitado cuando todavía estaban en la base de la Marina, los motivos que la habían llevado a unirse a las fuerzas del orden. Su respuesta seguía siendo difusa, poco concreta, pero en aquella ocasión no era intencionadamente. Deka no sabía que había ocurrido pero su mente ya tenía algo en mente y pese a que no sabía con certeza el qué, si que podía apreciar perfectamente que había dejado una marca muy profunda en Alexandra. Tan profunda que parecía perdurar hasta entonces y siendo muy probablemente el motivo de su extraño comportamiento de buenas a primeras. - ¿Otra persona? - la pregunta era retórica, pero le sirvió a la soldado para tomar ella las riendas de la conversación. - Creo que te equivocas, nunca has dejado de ser tú misma. - continuó, esta vez sentándose en el suelo, acurrucando las piernas y dirigiendo su mirada hacia el infinito horizonte. - Puede que las circunstancias te hayan cambiado, pero siempre seguirás siendo quien eres. Y eso es lo que te permite avanzar, mejorar poco hasta convertirte en alguien del que puedas sentirte orgulloso. - la joven calló durante unos segundos, dejando que reinara el silencio, mientras sus ojos seguían buscando invisibles en el cielo. - Aunque no creo que estés aquí para escuchar consejos de una boba cómo yo. - bromeó, riendo. - Ahora en serio, no tienes porqué sentirte obligada a contarme cosas que no quieras que sepa. - finiquitó, dirigiendo su mirada hacia Alexandra y sonriendo amablemente.
Mei Haiba
Hoja de personaje
Nivel:
(41/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Milla Maxwell Vie Mar 25, 2016 8:17 pm
Alexandra había iniciado una conversación sobre su pasado, algo que pocas veces lleva a cabo, y al parecer, la fuerza demostrada ante la contraría no parecía importarle, quizá esta no poseía conocimientos sobre la existencia de las "partes" que se reemplazan rara vez en humanos, algo que, era poco conocido sin embargo no todos tenían dicha información. De todas formas esto era algo completamente irrelevante. Una sonrisa fue expuesta con las palabras dichas por la contraría, algo que hizo que imitara el movimiento que la otra había efectuado, descendiendo, sentándose frente a Deka mientras acurrucaría sus piernas y pasaría sus brazos por delante, aprisionándolas contra ella. - Supongo que tienes razón... - Diría mientras una pequeña sonrisa era demostrada por su rostro, escuchando las palabras finales de la contraría.
- Tranquila... - Comentaría mientras cerraría sus orbes en dirección a la contraría quien hasta antes de dicha acción permanecería mirando al horizonte - He sido la misma, pero he adquirido algo un poco diferente a lo "normal" - Diría con un tono un tanto diferente al anterior y mostraría media sonrisa, dando a entender que esta poseía algo diferente a lo que un simple humano podía llegar a manipular. Las extremidades completamente metálicas y gélidas permanecían por debajo de aquel disfraz perfecto. Fue así como nuevamente, la tensión había desaparecido pero el silencio comenzaría a ganar terreno una vez más, Alex simplemente permanecería observando a la contraría mientras cambiaría de objetivo con el despejado cielo que poseía de fondo, además de las rocas pertenecientes al faro. - Creo que ya sería hora ¿No? - Comentaría mientras su cuerpo se elevaba nuevamente y observaba la calle que anteriormente habían transitado, esta se encontraba completamente vacía, al mismo tiempo, el estomago de la rubia rugiría por la ausencia de alimento en el, algo que genero un leve sonrojo en el rostro de la Cyborg. - D..Disculpa... - Expulso con aquel tono y expresiones tímidas que había demostrado en un principio.
- Tranquila... - Comentaría mientras cerraría sus orbes en dirección a la contraría quien hasta antes de dicha acción permanecería mirando al horizonte - He sido la misma, pero he adquirido algo un poco diferente a lo "normal" - Diría con un tono un tanto diferente al anterior y mostraría media sonrisa, dando a entender que esta poseía algo diferente a lo que un simple humano podía llegar a manipular. Las extremidades completamente metálicas y gélidas permanecían por debajo de aquel disfraz perfecto. Fue así como nuevamente, la tensión había desaparecido pero el silencio comenzaría a ganar terreno una vez más, Alex simplemente permanecería observando a la contraría mientras cambiaría de objetivo con el despejado cielo que poseía de fondo, además de las rocas pertenecientes al faro. - Creo que ya sería hora ¿No? - Comentaría mientras su cuerpo se elevaba nuevamente y observaba la calle que anteriormente habían transitado, esta se encontraba completamente vacía, al mismo tiempo, el estomago de la rubia rugiría por la ausencia de alimento en el, algo que genero un leve sonrojo en el rostro de la Cyborg. - D..Disculpa... - Expulso con aquel tono y expresiones tímidas que había demostrado en un principio.
Milla Maxwell
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
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