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Creado por Ange Miér Abr 27, 2016 8:48 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Enishi y Angelica habían pasado una noche entera en una habitación de cierta posada de poca monta discutiendo y en un futil intento de reclutamiento por parte del revolucionario que en lugar de convencer a la fémina de unirse a la armada incremento su determinación para convertirse en una pirata más poderosa y de temer, la oscuridad estaba empezando a disiparse mientras que estaban sentados, con la fémina abrazando todavía al pelirrojo que no había intentado apartarla de su lado hasta el momento pero que proponía de ir a desayunar para luego marchar.
La muchacha de cabello en coleta no parecía tener muchas intenciones de soltarse del pelirrojo -¿Acaso no duermes tú?... Venga, acostémonos un rato, una siestita y luego si vamos a comer algo, incluso con las ventajas de un cuerpo como el mío sigo necesitando dormir así que seguramente tu también, no te hagas el rudo- Dijo con firmeza antes de soltarse y levantarse del suelo, la joven se sentó en la cama y limpio un poco sus pies con un trapo antes de meterse bajo las sabanas con la ropa que traía puesta.
No había segundas intenciones de parte de la fémina, solo el deseo de pasar una noche en compañía de alguien que no fuera un completo cerdo depravado, hacía ya algún tiempo que no podía dormir en compañía de nadie, la sensación de soledad no era algo que le cayera en gracia en especial teniendo la oportunidad de eludirla, no se iba a quedar callada solo por cortesía para con Enishi, por eso mismo es que había actuado tras decir aquellas palabras.
Aún recostada cerro lo ojos mientras se acurrucaba en un borde de la cama -Oye Enishi ¿A dónde te dirigirás después de que nos separemos?- Pregunto tranquilamente la fémina, con aquella armoniosa voz de la cual incluso cuando menos lo deseaba hacía gala por naturaleza de nacimiento y no por adiestramiento ni entrenamiento alguno, una voz que no coincidía con la actitud, normalmente más violenta y explosiva de la fémina, aunque seguía comportándose de la misma forma, solo que en lugar de demostrarlo con palabras lo hacía con acciones mientras que las palabras eran más suaves. -Yo voy a ir a la isla Dawn, allí es donde comenzó todo así que debería iniciar mi propio viaje desde allí.-
Enishi y Angelica habían pasado una noche entera en una habitación de cierta posada de poca monta discutiendo y en un futil intento de reclutamiento por parte del revolucionario que en lugar de convencer a la fémina de unirse a la armada incremento su determinación para convertirse en una pirata más poderosa y de temer, la oscuridad estaba empezando a disiparse mientras que estaban sentados, con la fémina abrazando todavía al pelirrojo que no había intentado apartarla de su lado hasta el momento pero que proponía de ir a desayunar para luego marchar.
La muchacha de cabello en coleta no parecía tener muchas intenciones de soltarse del pelirrojo -¿Acaso no duermes tú?... Venga, acostémonos un rato, una siestita y luego si vamos a comer algo, incluso con las ventajas de un cuerpo como el mío sigo necesitando dormir así que seguramente tu también, no te hagas el rudo- Dijo con firmeza antes de soltarse y levantarse del suelo, la joven se sentó en la cama y limpio un poco sus pies con un trapo antes de meterse bajo las sabanas con la ropa que traía puesta.
No había segundas intenciones de parte de la fémina, solo el deseo de pasar una noche en compañía de alguien que no fuera un completo cerdo depravado, hacía ya algún tiempo que no podía dormir en compañía de nadie, la sensación de soledad no era algo que le cayera en gracia en especial teniendo la oportunidad de eludirla, no se iba a quedar callada solo por cortesía para con Enishi, por eso mismo es que había actuado tras decir aquellas palabras.
Aún recostada cerro lo ojos mientras se acurrucaba en un borde de la cama -Oye Enishi ¿A dónde te dirigirás después de que nos separemos?- Pregunto tranquilamente la fémina, con aquella armoniosa voz de la cual incluso cuando menos lo deseaba hacía gala por naturaleza de nacimiento y no por adiestramiento ni entrenamiento alguno, una voz que no coincidía con la actitud, normalmente más violenta y explosiva de la fémina, aunque seguía comportándose de la misma forma, solo que en lugar de demostrarlo con palabras lo hacía con acciones mientras que las palabras eran más suaves. -Yo voy a ir a la isla Dawn, allí es donde comenzó todo así que debería iniciar mi propio viaje desde allí.-
Última edición por Ange el Jue Abr 28, 2016 8:57 pm, editado 1 vez (Razón : corrección de los $%& codigos de colores :3)
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ange Miér Mayo 04, 2016 1:41 pm
Ya había terminado el plácido desayuno, ya había terminado la relajante sobre-mesa y ya había sido pagada la cuenta, ya se había terminado el tiempo de estar allí dentro y por tanto había llegado la hora de partir, la hora de separarse del agradable revolucionario pelirrojo conocido como Enishi, la hora de emprender el viaje hacia el lugar donde todo inicio y el lugar donde empezaría de nuevo el viaje y la vida de la fémina de ojos esmeralda.
El masculino se levantó y avanzo un poco antes de mirar al a fémina quien respondió con una silenciosa sonrisa a la pregunta bromista de su aliado, tan pronto como cruzaron el umbral de la puerta ella salto y se le aferro al brazo pegándosele bien cerca -Lo mejor será que vayamos bien juntos entre esta multitud, no queremos que te pierdas ¿verdad?- Dijo algo sarcástica la dama de cola de caballo mientras se aferraba al brazo del espadachín y empezaba a avanzar rumbo al muelle, a paso tranquilo pero seguro, después de todo, no había forma de que se perderían en un camino tan simple.
El sol brillaba en el exterior con una intensidad bastante respetable, el tumulto de la gente no hacía más que acentuar el calor que había en la zona por lo que ir tan pegados como estaba haciendo la pelinegra no sería lo más cómodo sin embargo claramente la muchacha no tenía ninguna intención de cambiar como estaban las cosas en aquel momento.
-Por cierto, con respecto a lo del bronceado, tomo sol suficiente para cuidar mi piel y salud, pero tengo que tener cuidado, mis piernas y brazos no se broncearan sin importar que haga y sería demasiado raro que tuviera un lindo bronceado en cara y torso pero mis brazos y piernas siguieran igual de pálidos, sobre todo porque si me hubiera quemado el sol usando ropa el efecto sería exactamente el contrario.- comento a modo de explicación para el masculino, después de todo él sabía que era una cyborg y que parte de ella había dejado de ser humana, pero aquello era muy fácil de olvidar gracias a la piel sintética con la que estaba recubierto el cuerpo de la dama de angelical expresión y dulce voz.
El masculino se levantó y avanzo un poco antes de mirar al a fémina quien respondió con una silenciosa sonrisa a la pregunta bromista de su aliado, tan pronto como cruzaron el umbral de la puerta ella salto y se le aferro al brazo pegándosele bien cerca -Lo mejor será que vayamos bien juntos entre esta multitud, no queremos que te pierdas ¿verdad?- Dijo algo sarcástica la dama de cola de caballo mientras se aferraba al brazo del espadachín y empezaba a avanzar rumbo al muelle, a paso tranquilo pero seguro, después de todo, no había forma de que se perderían en un camino tan simple.
El sol brillaba en el exterior con una intensidad bastante respetable, el tumulto de la gente no hacía más que acentuar el calor que había en la zona por lo que ir tan pegados como estaba haciendo la pelinegra no sería lo más cómodo sin embargo claramente la muchacha no tenía ninguna intención de cambiar como estaban las cosas en aquel momento.
-Por cierto, con respecto a lo del bronceado, tomo sol suficiente para cuidar mi piel y salud, pero tengo que tener cuidado, mis piernas y brazos no se broncearan sin importar que haga y sería demasiado raro que tuviera un lindo bronceado en cara y torso pero mis brazos y piernas siguieran igual de pálidos, sobre todo porque si me hubiera quemado el sol usando ropa el efecto sería exactamente el contrario.- comento a modo de explicación para el masculino, después de todo él sabía que era una cyborg y que parte de ella había dejado de ser humana, pero aquello era muy fácil de olvidar gracias a la piel sintética con la que estaba recubierto el cuerpo de la dama de angelical expresión y dulce voz.
Ange
Hoja de personaje
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(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Enishi Jue Mayo 05, 2016 1:29 pm
Habían mujeres que sabían que decirle a los hombres para encantarles, Ange era una de ellas. A pesar de que Enishi no tenía inconvenientes de estos siempre tendía a no prestar atención a detalles como ese, la verdad no es por falto de interés o bueno quizás un poco sino más bien por el hecho de que no se siente en condiciones de conocer a una mujer más allá de alguna situación concreta como fue el caso este. El reclutamiento que fallo totalmente, si fuera una prueba con evaluación de puntaje es más que seguro que estaría reprobando el curso de; “Como reclutar a mi primer aliado 1”.
La joven se aferro al brazo del pelirrojo con suma normalidad y este no se opuso en momento alguno es más su andar fue de lo más normal entre todos los comerciantes, mujeres, hombres e incluso niños que ahí estaban. Para Enishi el tacto de Ange era sutil, casi no parecía que tuviera piezas metálicas en el cuerpo, esa frialdad típica del metal era inexistente cuando se trataba de Enishi o al menos eso creía. El joven le miró por el rabillo del ojo para enmarcar una sonrisa al toparse con sus orbes. Estaba simpatizado con la tomada y el andar que tenían en este caluroso día, que casi parecía perfecto para ir a la playa.
El andar se hizo ameno para él tanto que parecía estar levitando más que caminando como tal. No se molestaba con el tacto en ningún momento, incluso disfrutaba de este. Solía mirar las calles, observar todo para no olvidar nada, le dedicaba una que otra mirada a su compañera a medida que se avanzaba hasta ya seguramente el final del camino que sería el más extenso de todos o eso creía el joven. Tan pronto como a lo lejos ya se podía observar que estaba a menos de un par de kilómetros la despedida inminente. La voz de ella le sacó el pensamiento, así que no podía broncearse por completo. Enishi lo sabía, no es tan tonto como lo aparenta pero que tomase el consejo e intentara hacer algo, era curioso.
— Supuse que no podrías. Lo hice pensando en que me dirías. Además.. — Sonrió con aquella dentadura tan perfecta, ese rostro tan masculino pero que era bello para así terminar sus palabras. — A mi me gusta. — Dijo mientras casi todo parecía en silencio por que sí, ya estaban ad portas de que el joven se fuera. A lo lejos en el muelle estaba su canoa, maltrecha, vieja que nadie robaría. Acomodó sus katanas un poco, se soltó el cabello. Lo traía largo y era rojo, el rojizo más bello que seguro cualquiera hubiera observado en su vida. Ante el sol, la presencia de su acompañante se lo amarro con tanta masculinidad que parecía estar preparándose para entrar en una operación de pabellón. Quedó perfecto para él, firme y listo para emprender el viaje, tristemente.
— Bueno Ange, supongo que aquí es donde se separan nuestros caminos. No te quiero decir adiós. Sí, suena cliché pero lo que quiero decir es hasta pronto. — Le dijo acercándose un poco, sonrío como tan típico de él era. Puso su diestra en el hombro de ella y lo apretó con suavidad para luego llegar a su rostro y con la yema de su dedo índice rozarle para luego parar el tacto. Acortó más la distancia y beso su frente. — Es mejor sigas tu camino. Trata de no olvidarme, ¿sí? — Dijo con una evidente pena. Era la primera persona que conocía en alta mar, anteriormente todo quien le rechazó ni le dio chance para un dialogo previo. Se sentía algo extraño pero con ánimos de emprender su viaje. Su sueño de convertirse en el mejor espadachín estaba iniciando, quedarían en sueño porque pronto será una realidad. Así fue como seguía cruzando miradas con su receptora, el clima era extraño pero ya era hora de marchar.
La joven se aferro al brazo del pelirrojo con suma normalidad y este no se opuso en momento alguno es más su andar fue de lo más normal entre todos los comerciantes, mujeres, hombres e incluso niños que ahí estaban. Para Enishi el tacto de Ange era sutil, casi no parecía que tuviera piezas metálicas en el cuerpo, esa frialdad típica del metal era inexistente cuando se trataba de Enishi o al menos eso creía. El joven le miró por el rabillo del ojo para enmarcar una sonrisa al toparse con sus orbes. Estaba simpatizado con la tomada y el andar que tenían en este caluroso día, que casi parecía perfecto para ir a la playa.
El andar se hizo ameno para él tanto que parecía estar levitando más que caminando como tal. No se molestaba con el tacto en ningún momento, incluso disfrutaba de este. Solía mirar las calles, observar todo para no olvidar nada, le dedicaba una que otra mirada a su compañera a medida que se avanzaba hasta ya seguramente el final del camino que sería el más extenso de todos o eso creía el joven. Tan pronto como a lo lejos ya se podía observar que estaba a menos de un par de kilómetros la despedida inminente. La voz de ella le sacó el pensamiento, así que no podía broncearse por completo. Enishi lo sabía, no es tan tonto como lo aparenta pero que tomase el consejo e intentara hacer algo, era curioso.
— Supuse que no podrías. Lo hice pensando en que me dirías. Además.. — Sonrió con aquella dentadura tan perfecta, ese rostro tan masculino pero que era bello para así terminar sus palabras. — A mi me gusta. — Dijo mientras casi todo parecía en silencio por que sí, ya estaban ad portas de que el joven se fuera. A lo lejos en el muelle estaba su canoa, maltrecha, vieja que nadie robaría. Acomodó sus katanas un poco, se soltó el cabello. Lo traía largo y era rojo, el rojizo más bello que seguro cualquiera hubiera observado en su vida. Ante el sol, la presencia de su acompañante se lo amarro con tanta masculinidad que parecía estar preparándose para entrar en una operación de pabellón. Quedó perfecto para él, firme y listo para emprender el viaje, tristemente.
— Bueno Ange, supongo que aquí es donde se separan nuestros caminos. No te quiero decir adiós. Sí, suena cliché pero lo que quiero decir es hasta pronto. — Le dijo acercándose un poco, sonrío como tan típico de él era. Puso su diestra en el hombro de ella y lo apretó con suavidad para luego llegar a su rostro y con la yema de su dedo índice rozarle para luego parar el tacto. Acortó más la distancia y beso su frente. — Es mejor sigas tu camino. Trata de no olvidarme, ¿sí? — Dijo con una evidente pena. Era la primera persona que conocía en alta mar, anteriormente todo quien le rechazó ni le dio chance para un dialogo previo. Se sentía algo extraño pero con ánimos de emprender su viaje. Su sueño de convertirse en el mejor espadachín estaba iniciando, quedarían en sueño porque pronto será una realidad. Así fue como seguía cruzando miradas con su receptora, el clima era extraño pero ya era hora de marchar.
Enishi
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
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