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Creado por Shinkai Urukiora Vie Jun 24, 2016 5:40 pm
- OST:
Shinkai nadaba como siempre junto a Chiyumi, desde su salida de isla Gyojin, nadaban por unas frías corrientes que le generaban cierta sensación de placer al chico alado. Entre más se acercaban parecía ser más helado y similar a las profundidades. Su querida piraña se quedaría pescando para saciar su hambre así que el tipo sombrío le diría que lo esperara o que fuese a la costa cuando estuviese satisfecha. Sabía bien que Chiyumi no muy partidaria del frío y menos de la helada que había allí.
Pese a que su pareja no pudo resistir su hambre y se quedó cazando peces. El del tatuaje negro en el pecho quería algo diferente o por lo menos probaría un humano que no era una carne tan mala como algunos podrían pensar. El desinteres por la humanidad ese día era particular, tenía ciertas ganas de golpear o dañar a esa raza que poblaba el mundo en mayoría solo para hacerles ver cual era la raza superior. Su mirada despedía desprecio mientras se ergía de la playa y caminaba por la blanca playa ante el frío que le rodaba que no le afectaba en lo más mínimo pese a no andar camisa. Desplegaba sus alas negras y con un movimiento removía la agua salada y le permitía un avance más ameno, libre del agua que probablemente se cristalizaría en sus extremidades.
La noche era perfecta y pese al frío no había viento. Caminaba por la desolada playa esperando topar con el primer humano que le sirviese de alimento. No había pensado aún si actuaria de alguna forma o lo atacaría de inmediato pero al encontrarse con el sujeto en aparecer diría fingiendo una tonalidad de amistad, no quería generar gritos o miedo, las mejores muertes para su gusto son las silenciosa -Saludos buen humano, ando en búsqueda de comida, cono algún local cercano- le resultaba un trago amargo tratar con cordialidad a una escoria humana pero era pertinente para su diversión, el único local que esperaba utilizar como restaurante era el mar con esa carne pero la respuesta del tipo podría sorprenderle o no.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Vie Jun 24, 2016 7:20 pm
La Dama Fortuna me había enviado a Isla Minion para servir un par de semanas de mesonero en un restaurante de poca monta. Seguía viajando para adquirir dotes culinarias de renombre, pero el trato a los cocineros que me había topado hasta el momento no era nada envidiable. Malditos chefs creídos; yo era uno, pero eso no evitaba que me molestase con los que también lo eran, pretenciosos que pensaban que sus platillos no tenían igual cuando yo sabía que haría algo mejor con los ojos cerrados. El colmo fue encontrarme de lleno con uno de esos malnacidos en aquel lugar de tan bajo perfil.
El trabajo debía durar un par de semanas, pero acabé sin poder aguantar más de tres días. Alcancé a darle un buen puñetazo al gordinflón cuando ya me estaban sacando a patadas. No me arrepentía, había sido un golpe brutal. Solo que ahora estaba desamparado para pasar la noche y hacía un frío increíble, y como no tenía ropa de invierno tuve la bestial idea de irme a dar un paseo nocturno a la playa con una botella de sake robada y una caja de cigarrillos que había tomado de una de las despensas de la cocina.
— Brbrbrbr... ¿quién hubiera dicho que hacía tanto frío en una puta playa a esta hora en una isla de invierno? —si alguien hubiera estado conmigo probablemente me habría lanzado un porrazo y habría exclamado "¡TODO EL MUNDO!", pero yo no me pensaba mucho las cosas, lo primero que se me ocurría, lo hacía. ¡Y sin remordimientos, sí señor! Así debían vivir los piratas.
La luz tenue de la luna en la playa al menos le daba un aspecto hermoso. Caminaba tiritando por allí cuando se me ocurrió encender un cigarrillo. Lo rodeé con la otra mano, y después de un par de chispazos di la primera calada. Cargaba la botella de sake en una pequeña aljaba que llevaba a la espalda, junto con Erufu Sangeki, mi arma de barra triple. Apenas alcé la vista contemplé algo inesperado: había otro individuo caminando de frente hacia mí desde el otro extremo de la playa.
Se trataba de un tipo enorme de aspecto bastante desagradable. Ya había visto en mis viajes a varios gyojins, pero este... tenía algo distinto. Esas alas no eran propias de ningún tipo de gyojin con el que me hubiera topado. Me daba exactamente igual qué haría semejante mastodonte allí, me disponía a pasar de largo como si no existiera, hasta que me dirigió la palabra. Entonces frené, lo observé...
... y sonreí como si aquel ser fuera un viejo amigo.
— ¿Comida dices? Hay un restaurante muy bueno en la entrada del pueblo, donde veas que hay un chef gordo que habla pura mierda, ahí es —destapé la botella de sake con el pulgar y eché un buen trago— Antes de que te vayas, ¿quieres un sorbo para ir calentando la barriga? Te doy un poco si me ganas una apuesta, ¿qué dices, grandote? —a continuación me quedé viéndolo con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
El trabajo debía durar un par de semanas, pero acabé sin poder aguantar más de tres días. Alcancé a darle un buen puñetazo al gordinflón cuando ya me estaban sacando a patadas. No me arrepentía, había sido un golpe brutal. Solo que ahora estaba desamparado para pasar la noche y hacía un frío increíble, y como no tenía ropa de invierno tuve la bestial idea de irme a dar un paseo nocturno a la playa con una botella de sake robada y una caja de cigarrillos que había tomado de una de las despensas de la cocina.
— Brbrbrbr... ¿quién hubiera dicho que hacía tanto frío en una puta playa a esta hora en una isla de invierno? —si alguien hubiera estado conmigo probablemente me habría lanzado un porrazo y habría exclamado "¡TODO EL MUNDO!", pero yo no me pensaba mucho las cosas, lo primero que se me ocurría, lo hacía. ¡Y sin remordimientos, sí señor! Así debían vivir los piratas.
La luz tenue de la luna en la playa al menos le daba un aspecto hermoso. Caminaba tiritando por allí cuando se me ocurrió encender un cigarrillo. Lo rodeé con la otra mano, y después de un par de chispazos di la primera calada. Cargaba la botella de sake en una pequeña aljaba que llevaba a la espalda, junto con Erufu Sangeki, mi arma de barra triple. Apenas alcé la vista contemplé algo inesperado: había otro individuo caminando de frente hacia mí desde el otro extremo de la playa.
Se trataba de un tipo enorme de aspecto bastante desagradable. Ya había visto en mis viajes a varios gyojins, pero este... tenía algo distinto. Esas alas no eran propias de ningún tipo de gyojin con el que me hubiera topado. Me daba exactamente igual qué haría semejante mastodonte allí, me disponía a pasar de largo como si no existiera, hasta que me dirigió la palabra. Entonces frené, lo observé...
... y sonreí como si aquel ser fuera un viejo amigo.
— ¿Comida dices? Hay un restaurante muy bueno en la entrada del pueblo, donde veas que hay un chef gordo que habla pura mierda, ahí es —destapé la botella de sake con el pulgar y eché un buen trago— Antes de que te vayas, ¿quieres un sorbo para ir calentando la barriga? Te doy un poco si me ganas una apuesta, ¿qué dices, grandote? —a continuación me quedé viéndolo con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Vie Jun 24, 2016 8:01 pm
El humano de cabellera plateada jugó bien sus cartas ante un gyojin que podía haber actuado de manera sanginaría de no ser por su buen humor, tal vez producto del frío o de la nieve, ese día andaba especialmente juguetón y no era con su compañera. El tipo mostró un carácter simplemente amigable, si hubiese sido uno de su especie hubiese sido una historia diferente, le asqueaba ese gesto tan amablemente hipócrita y aún más el veneno que estaba respirando, ya los había visto, los cigarros y puros, le parecían absurdamente estúpidos, contaminantes tanto del mundo como del que los usaba pero a fin de cuentas se estaba matando solo. Por un momento le sonrió al chico al pensar en eso y mientras escuchaba las que podían ser sus últimas palabras.
El tipo de que parecía tener no muy buena resistencia al frío por el comportamiento trémulo de su cuerpo le decía un par de sentencias que ciertamente le resultarían interesantes. Habló de un chef gordo y de una apuesta, ambas opciones podían ser mejor al enclenque sonriente y sin saberlo casi suicida que tenía en frente. Las veces que había probado carne de humanos casi siempre eran con poca carne. Alzaría la mano y la movería a manera de negativa -No, solo bebo con mis hermanos- conteniendose un poco - pero me interesa lo de las apuestas, te propongo dos, si aciertas la primera que yo proponga me llevaras hasta ese lugar - le decía imaginando que sí lo iba a conseguir, a menos que fuese un ser carente de raciocinio, en ese caso merecería una muerte inmediata. Cambiaba su voz a una tonalidad interrogativa, excéntrica y divertida, conservando la sombría aura que lo acompañaba - "¿Qué bicho dirás que es, que es algo y nada a la vez?"- una vez respondiera esperaría la apuesta que este le hiciera, no esperaba un juego de palabras, imaginaba una moneda o algo pero de esa idea tan curiosa dependería si pensaba dejarlo con vida. Si el destino le favorecía al chico podría llevarse una golpiza pero no la muerte.
Shinkai pensaba en comer en el restaurante y asaltarlo, fue lo más obvio, ir recolectando fondos para su proyecto era algo que debía empezar a realizar paso a paso. Lo miraba hacia abajo esperando su propuesta que ya estaba escrita en el grueso libro del eterno destino.
El tipo de que parecía tener no muy buena resistencia al frío por el comportamiento trémulo de su cuerpo le decía un par de sentencias que ciertamente le resultarían interesantes. Habló de un chef gordo y de una apuesta, ambas opciones podían ser mejor al enclenque sonriente y sin saberlo casi suicida que tenía en frente. Las veces que había probado carne de humanos casi siempre eran con poca carne. Alzaría la mano y la movería a manera de negativa -No, solo bebo con mis hermanos- conteniendose un poco - pero me interesa lo de las apuestas, te propongo dos, si aciertas la primera que yo proponga me llevaras hasta ese lugar - le decía imaginando que sí lo iba a conseguir, a menos que fuese un ser carente de raciocinio, en ese caso merecería una muerte inmediata. Cambiaba su voz a una tonalidad interrogativa, excéntrica y divertida, conservando la sombría aura que lo acompañaba - "¿Qué bicho dirás que es, que es algo y nada a la vez?"- una vez respondiera esperaría la apuesta que este le hiciera, no esperaba un juego de palabras, imaginaba una moneda o algo pero de esa idea tan curiosa dependería si pensaba dejarlo con vida. Si el destino le favorecía al chico podría llevarse una golpiza pero no la muerte.
Shinkai pensaba en comer en el restaurante y asaltarlo, fue lo más obvio, ir recolectando fondos para su proyecto era algo que debía empezar a realizar paso a paso. Lo miraba hacia abajo esperando su propuesta que ya estaba escrita en el grueso libro del eterno destino.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Vie Jun 24, 2016 8:34 pm
— Anda, si lo divertido de la vida es beber con completos desconocidos —repliqué a su severa afirmación de que únicamente bebía con sus hermanos, mientras me pasaba la mano de forma distraída por la nuca y miraba al gran gyojin con el entrecejo fruncido.
Hacía muchísimo frío. Para el mastodonte aquel debía de resultar fácil, siendo una criatura que podía soportar semejantes temperaturas bajo el agua, pero la verdad es que a mí ya me resultaba incómodo y quizá fuera mejor regresar a la calidez del pueblo. Claro que también estaba el inconveniente de que unos cocineros enfurecidos y el personal del restaurante me volverían a atacar si me veían.
Con el cigarrillo a medio consumir entre los dientes, escuché las palabras de aquel enorme individuo alado. ¿Le interesaban las apuestas? ¡Genial! La mayoría de las veces nadie me aceptaba las apuestas. Esto había que celebrarlo con un trago, así que eso hice, primero alzando la botella de sake en dirección al gyojin, invitándole a continuar hablando.
No pasó ni un segundo después de que el gyojin terminara de recitar su adivinanza cuando dije lo primero que se me vino a la cabeza, pensando que era un acertijo sumamente fácil:
— ¡Un alga! —claro que, medio segundo después, entendí que había relacionado la palabra "algo" con las algas porque el maldito gyojin había dicho que nadaban, así que mi expresión fue cambiando paulatinamente de una en total confianza a una un poco más chistosa que asemejaba a alguien tratando de resolver un problema de matemáticas dificilísimo— No, espera... las algas no nadan... Un... ¿pez? ¿pez alga? ¿existen los peces alga, verdad? —me quedé allí, ignorando al gran gyojin, balbuceando incoherencias para mí mismo un rato hasta que eché una gran carcajada— ¡Vale! Creo que fallé. Mira que ponerme una adivinanza, yo estaba esperando algo como un concurso de quién lanza la piedra más lejos, o unas charadas... En fin, si quieres igual te llevo al restaurante, aquí hace jodido frío, o te puedes quedar ahí, como tú quieras —al terminar esas palabras, di media vuelta, y ya viniera o no el gyojin conmigo me traía sin cuidado, me devolvía por donde venía mientras continuaba dándole caladas a mi cigarrillo.
Hacía muchísimo frío. Para el mastodonte aquel debía de resultar fácil, siendo una criatura que podía soportar semejantes temperaturas bajo el agua, pero la verdad es que a mí ya me resultaba incómodo y quizá fuera mejor regresar a la calidez del pueblo. Claro que también estaba el inconveniente de que unos cocineros enfurecidos y el personal del restaurante me volverían a atacar si me veían.
Con el cigarrillo a medio consumir entre los dientes, escuché las palabras de aquel enorme individuo alado. ¿Le interesaban las apuestas? ¡Genial! La mayoría de las veces nadie me aceptaba las apuestas. Esto había que celebrarlo con un trago, así que eso hice, primero alzando la botella de sake en dirección al gyojin, invitándole a continuar hablando.
No pasó ni un segundo después de que el gyojin terminara de recitar su adivinanza cuando dije lo primero que se me vino a la cabeza, pensando que era un acertijo sumamente fácil:
— ¡Un alga! —claro que, medio segundo después, entendí que había relacionado la palabra "algo" con las algas porque el maldito gyojin había dicho que nadaban, así que mi expresión fue cambiando paulatinamente de una en total confianza a una un poco más chistosa que asemejaba a alguien tratando de resolver un problema de matemáticas dificilísimo— No, espera... las algas no nadan... Un... ¿pez? ¿pez alga? ¿existen los peces alga, verdad? —me quedé allí, ignorando al gran gyojin, balbuceando incoherencias para mí mismo un rato hasta que eché una gran carcajada— ¡Vale! Creo que fallé. Mira que ponerme una adivinanza, yo estaba esperando algo como un concurso de quién lanza la piedra más lejos, o unas charadas... En fin, si quieres igual te llevo al restaurante, aquí hace jodido frío, o te puedes quedar ahí, como tú quieras —al terminar esas palabras, di media vuelta, y ya viniera o no el gyojin conmigo me traía sin cuidado, me devolvía por donde venía mientras continuaba dándole caladas a mi cigarrillo.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Sáb Jun 25, 2016 4:24 am
Ignoraría por completo el comentario sobre beber con desconocidos, el lo practicaba y practicaría siempre que no fuese con humanos. Era algo que en ese momento no hacía falta que fuese dicho si pretendía seguir conservando su papel. Sin duda el tipo era el clásico humano despreocupado por su forma de actuar tan amistosa, no era que ese tipo de personalidad fuese malo para Shinkai pero cualquier estereotipo que concebiese ante un humano ya era motivo para calificarlo y dejarlo como tal en su cerrada mente en cuanto aspectos de razas, en ese momento era imposible que concibiese el más mínimo atisbo de intención de algún trato decente, verdadero. La mentira que estaba empleando por hacer la payasada era algo completamente distinto.
El tipo bebía y fumaba con cierta regularidad desde que lo había divisado, ¿Era un mendigo? su ropa era más bien pobre. Shinkai ante la precipitada respuesta sin pensar hizo un rápido y agresivo movimiento con su cola, pero esta era ocultada por sus alas, ciertamente le había parecido una desfachatez no pensar la respuesta y estuvo a un momento de atacar al mendrugo pero dijo la obvia respuesta correcta un momento después. Y dijo algo que no le parecío tan tonto, más bien aunque no se hubiese dado cuenta ese tipo de cabello blanco con movimientos casi caninos al rascarse le había hecho recordar al chico raya un amigo de su infancia. Era un gyojin verde que en su infancia era maltratado por los demás y el en un par de ocasiones lo había defendido, era un prospecto para su proyecto pero luego de se perdió entre sustancias ilícitas, había perdido la magia y el animo de cambiar el mundo por una absurda comodidad, era un gyojin de pez alga y le recordó por un momento que en su especie también había algunos que podían no valer la pena, por alguna carencia, en ese caso la voluntad.
-Da igual que respondieras mal inicialmente, te la voy a dar como valida, hoy ando de buenas y...- se corto ahí para no decir que de momento le parecía correcto y en cualquier momento podía cambiar de opinión, así como la marea podía subir o bajar, su ánimo en ese momento era igual. No se hubiese imaginado hablando tanto con un humano pero era por ocio y con fines de prácticos de exploración del comportamiento humano, si Chiyumi hubiese estado ahí otro gallo cantaría. -Un reto de fuerza u habilidad de ese tipo me hubiese parecido una desventaja para usted chico, por naturaleza lo gyojin somos superiores que los humanos - le decía saliendose un poco del papel pero hablando con cierto criterio lógico -Ultimadamente vayamos al dichoso restaurante del chef gordo- decía mientras se relamía un poco los labios -Tampoco me parece lo del frío pero supongo que es entendible para un mamífero- empezaba a caminar de donde venía el tipo el había dicho que fueran y claramente en esa dirección es que se veían las luces del pueblo. Trago un momento y pensaba "este de momento esta perdonado, una vez allá comido se verá que puede suceder" -Mi nombre es Koro y el tuyo p...- contuvo la palabra piltrafa, realmente quería ofender y armar pleito pero iba a esperar un poco. Entre más humanos el espectáculo podía ser mejor.
El tipo bebía y fumaba con cierta regularidad desde que lo había divisado, ¿Era un mendigo? su ropa era más bien pobre. Shinkai ante la precipitada respuesta sin pensar hizo un rápido y agresivo movimiento con su cola, pero esta era ocultada por sus alas, ciertamente le había parecido una desfachatez no pensar la respuesta y estuvo a un momento de atacar al mendrugo pero dijo la obvia respuesta correcta un momento después. Y dijo algo que no le parecío tan tonto, más bien aunque no se hubiese dado cuenta ese tipo de cabello blanco con movimientos casi caninos al rascarse le había hecho recordar al chico raya un amigo de su infancia. Era un gyojin verde que en su infancia era maltratado por los demás y el en un par de ocasiones lo había defendido, era un prospecto para su proyecto pero luego de se perdió entre sustancias ilícitas, había perdido la magia y el animo de cambiar el mundo por una absurda comodidad, era un gyojin de pez alga y le recordó por un momento que en su especie también había algunos que podían no valer la pena, por alguna carencia, en ese caso la voluntad.
-Da igual que respondieras mal inicialmente, te la voy a dar como valida, hoy ando de buenas y...- se corto ahí para no decir que de momento le parecía correcto y en cualquier momento podía cambiar de opinión, así como la marea podía subir o bajar, su ánimo en ese momento era igual. No se hubiese imaginado hablando tanto con un humano pero era por ocio y con fines de prácticos de exploración del comportamiento humano, si Chiyumi hubiese estado ahí otro gallo cantaría. -Un reto de fuerza u habilidad de ese tipo me hubiese parecido una desventaja para usted chico, por naturaleza lo gyojin somos superiores que los humanos - le decía saliendose un poco del papel pero hablando con cierto criterio lógico -Ultimadamente vayamos al dichoso restaurante del chef gordo- decía mientras se relamía un poco los labios -Tampoco me parece lo del frío pero supongo que es entendible para un mamífero- empezaba a caminar de donde venía el tipo el había dicho que fueran y claramente en esa dirección es que se veían las luces del pueblo. Trago un momento y pensaba "este de momento esta perdonado, una vez allá comido se verá que puede suceder" -Mi nombre es Koro y el tuyo p...- contuvo la palabra piltrafa, realmente quería ofender y armar pleito pero iba a esperar un poco. Entre más humanos el espectáculo podía ser mejor.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
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Creado por Rida Sarwick Sáb Jun 25, 2016 8:59 am
Frené en seco y miré de reojo, aún de espaldas, al gyojin, quien parecía que iba a seguirme después de todo.
— ¿Inicialmente? ¿Acerté con el pez alga? ¡Ja! quién lo hubiera dicho... —exclamé, genuinamente asombrado y divertido. A continuación siguió hablando, así que me terminé de dar la vuelta y di otro trago mientras escuchaba lo que decía sobre la superioridad de los gyojin— A ver, a ver, a ver, qué ínfulas que te gastas grandote, los gyojin podrán ser más grandes y más fuertes pero... mi cabello es definitivamente más guay que el tuyo —ladeé una sonrisa burlona.
Finalmente decidió acompañarme hasta el pueblo, así que me puse a caminar en dirección al restaurante con tranquilidad. No era un camino demasiado largo de vuelta, debíamos tardar diez minutos en llegar a la entrada, y el local estaba justo allí.
— Ahora que dices lo de mamífero, nunca había pensado en cómo nacen los gyojin, ¿salen de huevos? —pregunté como quien pregunta la hora, rascándome la barbilla mientras seguía calando el cigarrillo, que ya estaba por acabarse, dejando a mi paso un humo nacarado en contraste con la fría noche. El gyojin al final se identificó como Koro y preguntó por mi nombre— Soy Sarwick. Mi nombre también es más guay —volví a bromear, alzando la botella y brindando.
Mientras nos acercábamos al pueblo, el sonido de la playa quedaba atrás. Las luces frente a nosotros cobraban tamaño y se divisaban mejor. Isla Minion era conocida por un pueblo fantasma que quedaba al otro lado de este, así que de por sí el ambiente dejaba toques de misterio. Recordando este detalle, me dije que luego tendría que ir a visitar aquel pueblo, me gustaría ver cómo luce una aldea embrujada. Pero primero, tenía que encargarme del "pequeño" asunto que ahora caminaba junto a mi.
Y ya podemos irnos dejando de juegos. La gente podía decir que era cabezota, imprudente y lanzado, pero nunca idiota. Tenía un muy mal presentimiento en cuanto a Koro, y normalmente no me habría molestado en interferir en su camino, pero había una razón de peso tras mis decisiones esa vez. Una aniñada voz me llamaba en mi mente, desde el lejano pasado en Ilusia. Era Kaz, mi amigo más atesorado de la infancia. No solía pensar en él ni ponerme melancólico. Sus palabras eran un grito de súplica, resonando como ecos a través del tiempo: "¡¡Un restaurante es... un lugar sagrado!! ¡¡No permitiré que nadie lo perturbe!!"
Llegamos a la entrada de la aldea al poco rato. Como era entrada la noche, no quedaban tantas personas en la calle, pero el restaurante estaba repleto y se oía muy concurrido. Tintineos de copas y cubiertos, charlas felices, cocineros en plena labor... Música para mis oídos. Un anciano justo iba saliendo, y se quedó lívido al echar un vistazo a Koro, como era normal. Aquel gyojin era muy intimidante. Tranquilamente me separé de él y caminé hasta el anciano, quien se quedó paralizado mientras gentilmente le quitaba su abrigo invernal.
— Váyase, viejo. Llegaron los piratas —afirmé con una sonrisa maquiavélica.
El anciano salió corriendo (bueno, a la velocidad que podría un anciano) por la calle, seguramente para llamar a la guardia. No me interesaba en lo más mínimo. Me calé el abrigo, que era blanco y muy acolchado. Así estaba mucho mejor. Me giré hacia el gyojin, parándome en la entrada del restaurante bien erguido, terminé mi cigarrillo y lo eché al suelo nevado para luego darle un pisotón.
— Nunca dejo de cumplir mis apuestas, estimado Koro. Te he traído al restaurante. Lamentablemente, he decidido que eres jodidamente feo y acojonante, y que no te traes nada bueno, así que no te dejaré entrar. Un restaurante es sagrado... no importa la mierda de chef que tenga —mientras decía estas palabras, mi sonrisa aumentaba, volviéndose la de un lunático que la está pasando bomba, y extraía mi sansetsukon de la aljaba, dejando la botella de sake en el suelo y empuñando el arma, listo para lo que se me viniera encima.
— ¿Inicialmente? ¿Acerté con el pez alga? ¡Ja! quién lo hubiera dicho... —exclamé, genuinamente asombrado y divertido. A continuación siguió hablando, así que me terminé de dar la vuelta y di otro trago mientras escuchaba lo que decía sobre la superioridad de los gyojin— A ver, a ver, a ver, qué ínfulas que te gastas grandote, los gyojin podrán ser más grandes y más fuertes pero... mi cabello es definitivamente más guay que el tuyo —ladeé una sonrisa burlona.
Finalmente decidió acompañarme hasta el pueblo, así que me puse a caminar en dirección al restaurante con tranquilidad. No era un camino demasiado largo de vuelta, debíamos tardar diez minutos en llegar a la entrada, y el local estaba justo allí.
— Ahora que dices lo de mamífero, nunca había pensado en cómo nacen los gyojin, ¿salen de huevos? —pregunté como quien pregunta la hora, rascándome la barbilla mientras seguía calando el cigarrillo, que ya estaba por acabarse, dejando a mi paso un humo nacarado en contraste con la fría noche. El gyojin al final se identificó como Koro y preguntó por mi nombre— Soy Sarwick. Mi nombre también es más guay —volví a bromear, alzando la botella y brindando.
Mientras nos acercábamos al pueblo, el sonido de la playa quedaba atrás. Las luces frente a nosotros cobraban tamaño y se divisaban mejor. Isla Minion era conocida por un pueblo fantasma que quedaba al otro lado de este, así que de por sí el ambiente dejaba toques de misterio. Recordando este detalle, me dije que luego tendría que ir a visitar aquel pueblo, me gustaría ver cómo luce una aldea embrujada. Pero primero, tenía que encargarme del "pequeño" asunto que ahora caminaba junto a mi.
Y ya podemos irnos dejando de juegos. La gente podía decir que era cabezota, imprudente y lanzado, pero nunca idiota. Tenía un muy mal presentimiento en cuanto a Koro, y normalmente no me habría molestado en interferir en su camino, pero había una razón de peso tras mis decisiones esa vez. Una aniñada voz me llamaba en mi mente, desde el lejano pasado en Ilusia. Era Kaz, mi amigo más atesorado de la infancia. No solía pensar en él ni ponerme melancólico. Sus palabras eran un grito de súplica, resonando como ecos a través del tiempo: "¡¡Un restaurante es... un lugar sagrado!! ¡¡No permitiré que nadie lo perturbe!!"
Llegamos a la entrada de la aldea al poco rato. Como era entrada la noche, no quedaban tantas personas en la calle, pero el restaurante estaba repleto y se oía muy concurrido. Tintineos de copas y cubiertos, charlas felices, cocineros en plena labor... Música para mis oídos. Un anciano justo iba saliendo, y se quedó lívido al echar un vistazo a Koro, como era normal. Aquel gyojin era muy intimidante. Tranquilamente me separé de él y caminé hasta el anciano, quien se quedó paralizado mientras gentilmente le quitaba su abrigo invernal.
— Váyase, viejo. Llegaron los piratas —afirmé con una sonrisa maquiavélica.
El anciano salió corriendo (bueno, a la velocidad que podría un anciano) por la calle, seguramente para llamar a la guardia. No me interesaba en lo más mínimo. Me calé el abrigo, que era blanco y muy acolchado. Así estaba mucho mejor. Me giré hacia el gyojin, parándome en la entrada del restaurante bien erguido, terminé mi cigarrillo y lo eché al suelo nevado para luego darle un pisotón.
— Nunca dejo de cumplir mis apuestas, estimado Koro. Te he traído al restaurante. Lamentablemente, he decidido que eres jodidamente feo y acojonante, y que no te traes nada bueno, así que no te dejaré entrar. Un restaurante es sagrado... no importa la mierda de chef que tenga —mientras decía estas palabras, mi sonrisa aumentaba, volviéndose la de un lunático que la está pasando bomba, y extraía mi sansetsukon de la aljaba, dejando la botella de sake en el suelo y empuñando el arma, listo para lo que se me viniera encima.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
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Creado por Harime Nui Dom Jun 26, 2016 11:15 am
Nieve caía y no paraba de caer, Nui acababa de pasar unos días en un hostal de la isla y ya había terminado el trabajo que le habían encomendado, así que tenia el resto de los días libres, salio del hostal, saludando amablemente al encargado y abrió su paraguas para que la nieve no le cayera encima y empezó a caminar por el lugar, necesitaba un lugar donde entretenerse mientras no le contactaran para otra misión de asesinato así que simplemente se dedico a dar vueltas por el pueblo, miraba las tiendas y la gente mientras seguía en busca de algo que la divirtiera - Que aburrimiento...- se dijo para si misma y entonces escucho algunas personas hablar de un sujeto extraño por la isla cerca del restaurante, esta puso una sonrisa al encontrar algo con que divertirse por fin.
Cuando estaba a pocos metros del restaurante del que había escuchado antes, vio como un tipo bastante extraño para ella pues era un gyojin, sabia lo que eran, le había tocado asesinar a uno o dos en misiones anteriores y sabia que estos perdían bastante cuando estaban en tierra pero ¿que hacia en tierra? y su otro acompañante era un simple humano, empezaron una especie de discusión que acabo con que el humano no permitió que el gyojin entrara en el bar, esta soltó una risita y se dirigió a la entrada del bar con una sonrisa, no pidió entrar sino que se quedo apoyada en la pared del bar mientras miraba la escena - Pupupu ~ ¿Van a formar un escándalo? Si es así, hagamos un trato, quien pierda de los dos, se volverá un ingrediente en mis pasteles ¿bien? pupupu~ - No tenia intención ninguna de entablar una conversación amistosa esta vez, a veces le cansaba fingir que es siempre amable, así que en esta ocasión se intereso por ver cual de los dos chicos le daría una receta mas que interesante.
Cuando estaba a pocos metros del restaurante del que había escuchado antes, vio como un tipo bastante extraño para ella pues era un gyojin, sabia lo que eran, le había tocado asesinar a uno o dos en misiones anteriores y sabia que estos perdían bastante cuando estaban en tierra pero ¿que hacia en tierra? y su otro acompañante era un simple humano, empezaron una especie de discusión que acabo con que el humano no permitió que el gyojin entrara en el bar, esta soltó una risita y se dirigió a la entrada del bar con una sonrisa, no pidió entrar sino que se quedo apoyada en la pared del bar mientras miraba la escena - Pupupu ~ ¿Van a formar un escándalo? Si es así, hagamos un trato, quien pierda de los dos, se volverá un ingrediente en mis pasteles ¿bien? pupupu~ - No tenia intención ninguna de entablar una conversación amistosa esta vez, a veces le cansaba fingir que es siempre amable, así que en esta ocasión se intereso por ver cual de los dos chicos le daría una receta mas que interesante.
Harime Nui
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Dom Jun 26, 2016 8:17 pm
Mientras Shinkai caminaba junto al humano este parecía hablar demasiado y poco que decir respecto a los temas que tocaba. El gyojin no se tomaba la molestia ni de mirarlo y solo le respondía con lo mínimo pese a que había estado de buen ánimo poco a poco se iba enojando -No nacen de huevos- decía de manera cortante, no le iba dar la explicación larga, era una perdida absoluta de tiempo si con solo eso ya se había ganado mínimo un golpe en la cien con la intención de que perdiera la consciencia y olvidara los últimos dos días. Ante su otro comentario "divertido" solo añadiría -Sí, muy "guay"- con desprecio en la enfatización de esa palabra tan asquerosamente humana, sin duda nunca había escuchado a alguien decirla o verla escrita en alguno de los muchos textos que había leído, cuando la dijo suponiendo que para el albino significaba algo bueno pensó completamente lo opuesto que probablemente significaría para ese mono. Una vena en su frente empezaba a palpitar con cada frase que cruzaban.
Cuando lo vio acercarse a un vejestorio lo que realmente estaba a la vista era del mantarraya era un muerto viviente, un ser que robaba el aire, la libertad de pequeños gyojin esclavizados, cuanto asco. Cuando se iba alejando escupió en la dirección en la que caminaba el viejo. Le lanzó una mirada de muerte y se disponía a entrar al local. No le sorprendió que el tal Sarwick dijera "los piratas" probablemente era demasiado evidente que el era un criminal por más que actuara pero la generó un leve enarque de una ceja al escuchar que esa piltrafa era un pirata, pensaba "Por favor vida, es enserio, ese humano es un pirata. Se supone que hay seres del marinos que son atacados y vencidos por este tipo de bocadillos de grumetes".
Al verlo decir sus últimas palabras y armarse con su arma solo pensó, que era una lástima, dentro del local hubiese podido causar más muerte y caos, una victoria para sus objetivos -Una perdida de una apuesta sin siquiera realizarla, muy lindo de tu parte- decía feliz porque ya no tenía que actuar, simplemente iba a pulverizarlo lo que le iba a saber muy bien, tanto como el banquete posterior dentro del local -No se que hablas de sagrado, un simple deshuesadero de seres vivos para el consumo no tiene el mínimo atisbo de divinidad - cerraba su puño dispuesto a dar un golpe cuando una chica, aparentemente muy estúpida intervenía sin motivo aparente, al menos solo habló del evidente perdedor -¡Calla perra entrometida! En un momento puedes tomar esta escoria y hacerle lo que quieras- realmente estaba enojado, lastima Chiyumi no estaba allí, le hubiese gustado devorar a esa molesta chica de la voz chillona por solo hablarle a Shinkai sin su permiso.
Tomo postura de pelea y se lanzó a toda velocidad contra el peliblanco, acortando la distancia a la mínima necesaria para un golpe efectivo -Creo que se de alguien que le puede gustar ese abrigo blanco, no lo manches con sangre- decía mientras durante el movimiento, pensaba que tal vez le podía gustar a su piraña. Le lanzó un puñetazo contundente a la altura del pecho mientras zarandeaba la huesuda cola del lado derecho con la intención de darle un golpe al arma del tipo, ante cualquier ofensiva que tomara este tipo le iba a fundir su arpón en la cabeza con un movimiento descendente, como si se tratara de un espadazo.
Cuando lo vio acercarse a un vejestorio lo que realmente estaba a la vista era del mantarraya era un muerto viviente, un ser que robaba el aire, la libertad de pequeños gyojin esclavizados, cuanto asco. Cuando se iba alejando escupió en la dirección en la que caminaba el viejo. Le lanzó una mirada de muerte y se disponía a entrar al local. No le sorprendió que el tal Sarwick dijera "los piratas" probablemente era demasiado evidente que el era un criminal por más que actuara pero la generó un leve enarque de una ceja al escuchar que esa piltrafa era un pirata, pensaba "Por favor vida, es enserio, ese humano es un pirata. Se supone que hay seres del marinos que son atacados y vencidos por este tipo de bocadillos de grumetes".
Al verlo decir sus últimas palabras y armarse con su arma solo pensó, que era una lástima, dentro del local hubiese podido causar más muerte y caos, una victoria para sus objetivos -Una perdida de una apuesta sin siquiera realizarla, muy lindo de tu parte- decía feliz porque ya no tenía que actuar, simplemente iba a pulverizarlo lo que le iba a saber muy bien, tanto como el banquete posterior dentro del local -No se que hablas de sagrado, un simple deshuesadero de seres vivos para el consumo no tiene el mínimo atisbo de divinidad - cerraba su puño dispuesto a dar un golpe cuando una chica, aparentemente muy estúpida intervenía sin motivo aparente, al menos solo habló del evidente perdedor -¡Calla perra entrometida! En un momento puedes tomar esta escoria y hacerle lo que quieras- realmente estaba enojado, lastima Chiyumi no estaba allí, le hubiese gustado devorar a esa molesta chica de la voz chillona por solo hablarle a Shinkai sin su permiso.
Tomo postura de pelea y se lanzó a toda velocidad contra el peliblanco, acortando la distancia a la mínima necesaria para un golpe efectivo -Creo que se de alguien que le puede gustar ese abrigo blanco, no lo manches con sangre- decía mientras durante el movimiento, pensaba que tal vez le podía gustar a su piraña. Le lanzó un puñetazo contundente a la altura del pecho mientras zarandeaba la huesuda cola del lado derecho con la intención de darle un golpe al arma del tipo, ante cualquier ofensiva que tomara este tipo le iba a fundir su arpón en la cabeza con un movimiento descendente, como si se tratara de un espadazo.
- OFF:
- El arpón de la cola: Una acumulación escamada negra, muy resistente, casi osea y alargada de un metro (es el arpón de la raya pero en este caso no tiene filo, cuenta con una cabeza de flecha gruesa y redondeada), ubicada al final de su cola que posee extensión de la parte delgada y negra poco más de tres metros. El objeto contundente lo puede usar desde su cola o como un pequeño báculo si lo toma en una de sus manos.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Lun Jun 27, 2016 9:57 am
— Bueno, habrá bastante divinidad de sobra en la forma en que te patearé el culo, no te preocupes —repliqué con una sonrisa perenne, buscando picarlo más de lo que ya estaba. Si podía hacerlo molestar más de la cuenta, hasta podría ser favorable para mí. Al menos, se centraría únicamente en destrozarme antes de pensar entrar al restaurante, y con eso me bastaba. Había que mantener esto entre él y yo.
Cuando ya estaba todo listo para que empezara el encuentro entre gyojin y humano, una voz sonó a mis espaldas, haciendo que me volteara extrañado. Había llegado una muchacha baja en comparación al gigantesco Koro de más de dos metros, y a mi, que medía casi dos. Tenía un aspecto aniñado y, por su voz, hubiera jurado que era menor a lo que seguramente sería. ¿Pero de dónde había salido esta tan de repente? ¿Y qué era eso de usarnos de ingredientes en sus pasteles? ¿Era una cocinera igual que yo?
La respuesta de Kuro fue más que adorable.
— Wow, ¿así le hablas a tu madre? —dije ante el insultante comentario dirigido hacia la recién llegada pastelera— ¿Segura que quieres quedarte ahí, quien quiera que seas? —añadí mirando de reojo a la chica, de manera totalmente despreocupada— No creo que quieras al gyojin, los pasteles de pescado son poco ortodoxos, pero te puedo dar mi receta especial de sushi de los domingos —le piqué un ojo a la chica antes de volver a centrarme en aquella problemática mantaraya.
No se veía nada feliz, mira que no aguantaba el menor chiste. Luego de comentar algo extraño respecto al abrigo blanco que acababa de tomar del anciano, empezó la contienda. Se abalanzó a toda velocidad hacia mí, y no necesité más que eso para saber que era más ágil en todo sentido. Menos mal que fue un evidente ataque frontal y sus intenciones eran legibles. De inmediato giré en el momento en que lanzó su ataque frontal en forma de fuerte puñetazo. Los giros eran mi especialidad: el Estilo del Dragón Enrollado del sansetsukon, que potenciaba los ataques a base de giros. Moví con destreza el arma envolviendo mi cuerpo con ella mientras giraba hacia la izquierda. Llegué a atisbar un latigazo con la cola por la derecha, pero me había apartado a tiempo moviéndome al lado contrario... Debía tener cuidado con esa cosa.
El giro me apartó de la trayectoria del golpe. Enlacé aquel giro con otro desplazándome hacia el flanco opuesto de mi adversario de donde había venido el coletazo. Desenrollé el sansetsukon lanzando un golpe contundente hacia atrás para pegarle en la parte baja de la espalda. A la vez, el impulso de aquel golpe me sirvió para saltar con fuerza al frente, separándome de él. No era conveniente estar tan cerca cuando podía usar cola, brazos, piernas y alas para avasallarme en la ofensiva.
Habíamos quedado como antes del inicio del combate, pero con posiciones intercambiadas. Me di media vuelta entonces, volviendo a ponerme en guardia y sonriendo. Siempre sonriendo.
Cuando ya estaba todo listo para que empezara el encuentro entre gyojin y humano, una voz sonó a mis espaldas, haciendo que me volteara extrañado. Había llegado una muchacha baja en comparación al gigantesco Koro de más de dos metros, y a mi, que medía casi dos. Tenía un aspecto aniñado y, por su voz, hubiera jurado que era menor a lo que seguramente sería. ¿Pero de dónde había salido esta tan de repente? ¿Y qué era eso de usarnos de ingredientes en sus pasteles? ¿Era una cocinera igual que yo?
La respuesta de Kuro fue más que adorable.
— Wow, ¿así le hablas a tu madre? —dije ante el insultante comentario dirigido hacia la recién llegada pastelera— ¿Segura que quieres quedarte ahí, quien quiera que seas? —añadí mirando de reojo a la chica, de manera totalmente despreocupada— No creo que quieras al gyojin, los pasteles de pescado son poco ortodoxos, pero te puedo dar mi receta especial de sushi de los domingos —le piqué un ojo a la chica antes de volver a centrarme en aquella problemática mantaraya.
No se veía nada feliz, mira que no aguantaba el menor chiste. Luego de comentar algo extraño respecto al abrigo blanco que acababa de tomar del anciano, empezó la contienda. Se abalanzó a toda velocidad hacia mí, y no necesité más que eso para saber que era más ágil en todo sentido. Menos mal que fue un evidente ataque frontal y sus intenciones eran legibles. De inmediato giré en el momento en que lanzó su ataque frontal en forma de fuerte puñetazo. Los giros eran mi especialidad: el Estilo del Dragón Enrollado del sansetsukon, que potenciaba los ataques a base de giros. Moví con destreza el arma envolviendo mi cuerpo con ella mientras giraba hacia la izquierda. Llegué a atisbar un latigazo con la cola por la derecha, pero me había apartado a tiempo moviéndome al lado contrario... Debía tener cuidado con esa cosa.
El giro me apartó de la trayectoria del golpe. Enlacé aquel giro con otro desplazándome hacia el flanco opuesto de mi adversario de donde había venido el coletazo. Desenrollé el sansetsukon lanzando un golpe contundente hacia atrás para pegarle en la parte baja de la espalda. A la vez, el impulso de aquel golpe me sirvió para saltar con fuerza al frente, separándome de él. No era conveniente estar tan cerca cuando podía usar cola, brazos, piernas y alas para avasallarme en la ofensiva.
Habíamos quedado como antes del inicio del combate, pero con posiciones intercambiadas. Me di media vuelta entonces, volviendo a ponerme en guardia y sonriendo. Siempre sonriendo.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Harime Nui Lun Jun 27, 2016 10:17 am
Entonces los dos chicos empezaron una pelea, estas ignoro las palabras del gyojin aunque le llamo la atención lo que dijo el humano ¿seria un cocinero como ella? Aunque ella era mas una pastelera que cocinera pero supongo que las dos cosas podían llegar a confundirse, no se movió de donde estaba mientras veía a los dos chicos intercambiar golpes, ni si quiera se inmuto cuando la cola paso por su lado derecho del rostro, estaba viendo cual de los dos acabaría muerto antes para divertirse con el ganador, no era una jugada muy limpia la que tenia en mente pero tampoco quería exponerse a mostrar sus cartas cartas tan pronto, entonces el escándalo que los chicos estaban formando atrajo a la gente que estaba dentro del restaurante, algunos salieron a ver, otros salieron a detenerlos y estos fueron los que mas mala suerte tuvieron.
Dos cocineros que habían salido a detener la trifulca aparecieron - Oigan ustedes ¡Dejen de pelear! - dijo uno de ellos mientras su compañero chocaba los puños, entonces esos puños fueron cortados limpiamente, mientras la gente quedo horrorizada y el tipo ahora sin manos yacía en el suelo porque la perdida de sangre repentina provoco un fuerte shock en el, la autora de ese suceso sonreía felizmente, con su espada morada en forma de hoja de tijera apoyada en su hombro y el paraguas a un lado, pues este era la funda de la espada proclamo - Cualquiera que intente molestarlos se las vera conmigo, no es bueno dañar los ingredientes pupupu~ - y todos los que estaban viendo la pelea salieron corriendo del miedo, algunos hacia sus casa y otros a refugiarse en el restaurante, iba a ser así, quien quisiera molestar esa disputa entre "caballeros" acabaría siendo cortado por una peligrosa y extraña chica.
Dos cocineros que habían salido a detener la trifulca aparecieron - Oigan ustedes ¡Dejen de pelear! - dijo uno de ellos mientras su compañero chocaba los puños, entonces esos puños fueron cortados limpiamente, mientras la gente quedo horrorizada y el tipo ahora sin manos yacía en el suelo porque la perdida de sangre repentina provoco un fuerte shock en el, la autora de ese suceso sonreía felizmente, con su espada morada en forma de hoja de tijera apoyada en su hombro y el paraguas a un lado, pues este era la funda de la espada proclamo - Cualquiera que intente molestarlos se las vera conmigo, no es bueno dañar los ingredientes pupupu~ - y todos los que estaban viendo la pelea salieron corriendo del miedo, algunos hacia sus casa y otros a refugiarse en el restaurante, iba a ser así, quien quisiera molestar esa disputa entre "caballeros" acabaría siendo cortado por una peligrosa y extraña chica.
Harime Nui
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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