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Censo
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Creado por Shintai Mar Dic 08, 2015 1:05 pm
Recuerdo del primer mensaje :
- Música de ambiente:
Un tranquilo día en Torino, como otro cualquiera. Los pájaros piaban conforme el sol iba saliendo, despertándose en un jolgorio habitual. Al fondo, grandes aves levantaban el vuelo y desde lejos parecían no medir más que un par de centímetros. Los árboles de diez metros de alto, por lo menos, dejaban pasar tenues rayos solares a la húmeda frondosidad de aquella isla llena de vegetación y animales. Ni una nube en el cielo, mostrando toda su inmensidad azul reflejada en la cristalina agua. Una suave brisa pasó, caprichosa, entre los majestuosos árboles y desapareció tras ir chocando contra estos. El suelo, una mezcla de barro y plantas, no parecía haber sido tocado por pies humanos, aunque de vez en cuando, sobre unos diez metros de distancia, aparecía una enorme pisada donde perfectamente podrían caber cinco o seis humanos tendidos en la huella.
De pronto, una sombra se elevó más alta que los árboles, asomando una cabeza con una maliciosa sonrisa. Un sonido sordo y estridente, muy parecido a una pisada enorme hizo temblar unos árboles de alrededor y los pájaros no dudaron en salir volando, aterrados con el estruendo que empezaba a formarse. Una mano se alargó rápidamente cogiendo a unos cinco o seis que iban demasiado juntos. Se llevó a la boca la mano y descargó el contenido dentro de ésta. Los pájaros pronto dejaron de piar pidiendo auxilio a sus compañeros que, ni de lejos, se iban a acercar. Había comenzado a desayunar, pero todavía sentía hambre. No parecía terminar nunca, pero allí había comida de sobra y prácticamente ningún ser que estuviera por los alrededores podía hacerle frente físicamente.
Más pisadas siguieron a la primera hasta que se fue acercando a la orilla de la playa de dorada arena, con el agua rozándole la punta de los dedos del pie. Allí, sin ningún árbol a la vista, se podía observar la figura imponente de un gigante, que miraba hacia delante, que debería ser el este por la posición del sol saliendo. No lo miraba fijamente, sino que sus ojos parecían estar enfocando más allá del mar, más allá de su conciencia. Todavía con su sonrisa perturbadora y con los labios llenos de sangre por la pequeña comida que acababa de ingerir. Una rojiza gota se escurrió, juguetona, en la comisura derecha del labio. Lamió la sangre sin dejar de mirar hacia el horizonte, como esperando algo. Iba vestido con ropas desgarradas y sin ningún tipo de arma. Parecía un naufrago. Había perdido la noción del tiempo que había pasado allí. ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Un año? La vida no era dura, pero la soledad se había llevado la poca humanidad que le quedaba.
Su enorme sombra, casi más grande que él mismo por el efecto de la luz solar, era proyectada a través de los árboles, por encima de estos. Unos atrevidos pájaros se posaron en su hombro. El gigante ni tan siquiera se inmutó. Tal vez no lo notara. Tal vez no los presentía como peligrosos. Tal vez los guardaba para comerlos luego.
De pronto, una sombra se elevó más alta que los árboles, asomando una cabeza con una maliciosa sonrisa. Un sonido sordo y estridente, muy parecido a una pisada enorme hizo temblar unos árboles de alrededor y los pájaros no dudaron en salir volando, aterrados con el estruendo que empezaba a formarse. Una mano se alargó rápidamente cogiendo a unos cinco o seis que iban demasiado juntos. Se llevó a la boca la mano y descargó el contenido dentro de ésta. Los pájaros pronto dejaron de piar pidiendo auxilio a sus compañeros que, ni de lejos, se iban a acercar. Había comenzado a desayunar, pero todavía sentía hambre. No parecía terminar nunca, pero allí había comida de sobra y prácticamente ningún ser que estuviera por los alrededores podía hacerle frente físicamente.
Más pisadas siguieron a la primera hasta que se fue acercando a la orilla de la playa de dorada arena, con el agua rozándole la punta de los dedos del pie. Allí, sin ningún árbol a la vista, se podía observar la figura imponente de un gigante, que miraba hacia delante, que debería ser el este por la posición del sol saliendo. No lo miraba fijamente, sino que sus ojos parecían estar enfocando más allá del mar, más allá de su conciencia. Todavía con su sonrisa perturbadora y con los labios llenos de sangre por la pequeña comida que acababa de ingerir. Una rojiza gota se escurrió, juguetona, en la comisura derecha del labio. Lamió la sangre sin dejar de mirar hacia el horizonte, como esperando algo. Iba vestido con ropas desgarradas y sin ningún tipo de arma. Parecía un naufrago. Había perdido la noción del tiempo que había pasado allí. ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Un año? La vida no era dura, pero la soledad se había llevado la poca humanidad que le quedaba.
Su enorme sombra, casi más grande que él mismo por el efecto de la luz solar, era proyectada a través de los árboles, por encima de estos. Unos atrevidos pájaros se posaron en su hombro. El gigante ni tan siquiera se inmutó. Tal vez no lo notara. Tal vez no los presentía como peligrosos. Tal vez los guardaba para comerlos luego.
- Ambientación sobre la cronología de Shintai:
- Está ambientado una semana antes de la partida de Torino, según mi historia. Por tanto, todavía no soy de la Marina ni sé prácticamente nada de cómo se ha desarrollado el mundo en los últimos años. Para más información, consultad mi ficha.
Shintai
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shintai Miér Dic 23, 2015 4:55 am
- OFF:
- Siento que te hayan incomodado dos puntualizaciones que te he hecho en distintos posts; no era mi intención que mis aclaraciones fuesen malinterpretadas. En ningún momento voy de "perfecto" ni de "perfeccionista" pero si pongo que realizo X acción o describo las longitudes, espero que al menos se tengan en cuenta.
Las olas del mar acariciaban suavemente las pies de Shintai quien, ya cansado de mirar al horizonte, se levantó de la playa, dejando que el agua escurriera un rato antes de ponerse ca minar para evitar algún resfriado, aunque por la época del año en la que estaban no sería lo más habitual, tampoco por el clima de la isla. Una vez la ropa estuvo húmeda más no mojada, comenzó a recorrer de nuevo la isla, ésta vez bajo sus mismos pasos. No le importaba la gente que estaba en ella: lo más seguro es que hubieran muerto o estuvieran perdidos. Tal vez los volviera a encontrar algún día, o tal vez no, pero no le podía importar menos.
Se adentró entre los inmensos árboles que habían por la zona y aunque no llegaban a cubrirle la cabeza, simplemente se iba andando hasta la vegetación más profunda, cerca del enorme árbol que coronaba la isla, justo por el medio. Allí era donde tenía todo lo que él necesitara. Ese día no fue más que como cualquier otro en su vida y había aprendido una valiosa lección, aunque no supiera exactamente cuál era. Bostezó con su enorme boca haciendo un gruñido característico y levantó sus brazos para desperezarse, alcanzando mayor altura si cabe.
Recorrería los metros que hicieran falta hasta llegar a su hogar... Bueno, lo que él consideraba como hogar en aquél lugar plagado de peligros, seguramente él el más grande todos. Se echaría la siesta o dormiría hasta bien entrada la noche. Sería entonces cuando le entraría hambre y tendría que salir a cazar, pero eso ya era otra historia.
Se adentró entre los inmensos árboles que habían por la zona y aunque no llegaban a cubrirle la cabeza, simplemente se iba andando hasta la vegetación más profunda, cerca del enorme árbol que coronaba la isla, justo por el medio. Allí era donde tenía todo lo que él necesitara. Ese día no fue más que como cualquier otro en su vida y había aprendido una valiosa lección, aunque no supiera exactamente cuál era. Bostezó con su enorme boca haciendo un gruñido característico y levantó sus brazos para desperezarse, alcanzando mayor altura si cabe.
Recorrería los metros que hicieran falta hasta llegar a su hogar... Bueno, lo que él consideraba como hogar en aquél lugar plagado de peligros, seguramente él el más grande todos. Se echaría la siesta o dormiría hasta bien entrada la noche. Sería entonces cuando le entraría hambre y tendría que salir a cazar, pero eso ya era otra historia.
- OFF:
- Igual que Beliar, salgo del tema.
Shintai
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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