La brisa del mar le tranquilizaba a pesar del todo el ajetreo que había en cubierta. Los novatos iban correteando de un lado para otro consiguiendo que la presencia de un barco del gobierno pareciera de uno de circo. Leía un libro cuyo autor era un gyojin. Le estaba interesando la historia y se estaba convirtiendo en el "niño burbuja" pero bastó un golpe en el costado del barco para que en un descuido se le cayera al mar. -¡joder!- Intentó recuperarlo con todo tipo de escobas que encontró en cubierta pero todos los intentos eran en vano. Ya escuchaba a unos de los jóvenes corretear por detrás suya y en un movimiento sagaz le cogió por el cuello y lo tenía vuelto espalda contra su pecho dando golpes a su brazo en símbolo de rendición.-Las personas cómo tú me ponen de los nervios. Dile a tus compañeritos-los cuales miraban atónitos y armados con materiales de limpieza-que dejen de corretear de un lado para otro y que hagan algo útil. No es un consejo, ¡es una jodida orden¡ ¡Largo!

Un bloque de rocas no uniformes que parecían tener dimensiones diferentes en el exterior que en el interior del mar habían rajado la quilla y el timón no respondía como debería. Solon fue a ver a su superior, bueno, que no era superior ya que era un marine, pero seguía siendo el capitán del navío. -Centurea debe de estar cerca-Alzó su dedo índice hacia el frente dónde se podía divisar una isla en forma de semicírculo perfecto y repleta de vegetación por su abundante color verde.-¿Demoraremos mucho en esa isla?-Preguntaba Solon notándose en su tono de voz un tanto de desagrado por lo sucedido. -No te gustan la compañía de los marines, ¿verdad?-Una sonrisa se dibujó en su rostro. -Es lo que tiene ser un novatillo del gobierno... esto...¿cómo te llamas? Se notaba feliz, como si fuera ese lugar el destino que de verdad seguía desde un principio. -Déjate de pamplinas. Tú preocúpate de que lleguemos de una vez. ¿Lo había dicho como si fuera una órden? -Sí mi señor.-Reía el capitán marine.

La arena era blanquecina y estaba muy caliente. Solon vestía unos pantalones anchos que le llegaban por encima de la rodilla además de una camiseta con un cuello grande que dejaba ver su pectoral. Apoyó su mano izquierda en el cinto donde tenía alojada su katana y comenzó a caminar mientras que la brisa marina le hacía oscilar su cabello. No se preocupó en ayudar al los marines a descargar algunas cosas para poder reparar el barco. Caminó y miró a un lado y a otro. No parecía haber vida en un principio y tan pronto cómo pestañeó uno de los marines lo alcanzó. Le habían dicho que podría haber algún tipo de actividad ilegal por la zona y que habría que tener cuidado. Se esmeró para convencer a sus superiores que no le hacía falta ayuda marine. Quería resolver las cosas por su propia mano. A sabiendas de que en un primer vistazo nadie diría que era un agente del gobierno comenzó a marchar seguro de sí mismo.

Hacia unas semanas que Harime estaba en la isla, había llegado a ella luego de estar persiguiendo por parte de un petición, a un grupo de bandidos del mar pues esta no los podía considerar ni piratas de lo inútiles que eran, los encontró en una isla mas al sur y eran una presa fácil para ella que se estaba especializando en asesinatos rápidos y sin dejar huella para llevarse lo que estos tuvieran pero para eso necesitaba elegir a las victimas correctas y de ser necesario, seguirlas hasta encontrar una oportunidad, no estaba libre de la marina, en cada isla que iba siempre conseguía de alguna u otra forma que esta la descubrieran o incluso que la persiguieran pero para Nui eso era algo mas de diversión para ella, en el poco tiempo que llevaba en los mares, se había convertido en una talentosa asesina a sueldo y eso le agradaba, no había mejor forma de ganar dinero que matar a alguien, o eso pensaba.

- Pupupu~ ¿Donde estarán hoy? Por aquí no - miraba las huellas que iban en varias direcciones y se desviaban del camino el cual esta seguía, así que decidiendolo a suertes, eligió el camino que llevaba a otra dirección, entonces lo pudo ver a lo lejos, se trataba de un barco de la marina y parecía estar desembarcando, con una alegre sonrisa, dio saltitos sin preocuparse mucho por ese hecho, ella solo quería terminar su trabajo y quizás divertirse con algún extra - pupupu~ los acabe encontrando - y ahi estaban, escondidos en un edificio derruido, dos chicos y una chica jóvenes que eran los bandidos que esta estaba persiguiendo, los tres chicos se sorprendieron al verla y salieron corriendo - ¡Es esa loca! huyamos! ¡Corran! - decían mientras se iban hacia el oeste, Nui solo sonrió, miro la escena y el miedo que le tenían, disfrutando hasta el ultimo segundo de eso y entonces salio detrás de los bandidos, pero no estaba corriendo, no tenia prisa, simplemente los seguía andando.

Había salido de la playa hacia el oeste, o lo que creyó que era el oeste ya que no era navegante y no lo sabía con exactitud. Los árboles estaban esparcidos de manera desigual por lo que había tramos que estaba a la sombra y otros en los que los rayos de sol se colaban. Tampoco es que le importara, su misión era buscar si había algo que estuviera al otro lado del margen de la ley. Con sus manos apoyadas en el cinto y el cuerpo ligeramente encorvado hacia adelante caminaba sin ningún tipo de preocupación y sin esperanzas de encontrar nada. El sol ya estaba justo en lo alto de su cabeza por lo que dedujo que ya debería de ser medio día. La sensación de calor no era tanta porque corría una brisa que refrescaba. Allí no había nada, tan solo una pradera que dirigía a una meseta. Decidió que si llegaba hasta allí podría tener una mejor visión de toda la isla y creía que sería más sencillo encontrar algo.

En cuanto se desvió del trayecto para entrar en los brezales comenzó a escuchar voces. Giró su cuerpo de inmediato e identificó a tres individuos que se dirigían hacia él. Se puso erguido y su mano derecha se apoyó en el mango de su katana mientras que la otra la seguía manteniendo en el cinto. -¿Quiénes sois?- Preguntaba mientras le echaba un vistazo a cada uno. Parecía ser que habían estado corriendo un buen trecho por su respiración acelerada y el sudor. Había dos varones y una chica. Sus vestimentas de piel, típicas de pueblerinos, estaban llenas de polvo y no se veían en muy buen estado, como si hubieran estado escondidos en algún lugar.-¿Qué miráis tanto? Ya podéis desembuchar todo lo que sepáis.-Desvainó los suficiente de su espada para que se concienciaran de que no estaba de humor y que quería respuestas rápidas. -¡Una niña!- Dijo el chico de menor estatura, tenía ojeras como si no hubiera pegado ojo en un buen tiempo. -¡Está loca! ¡Nos ha estado persiguiendo!- Solon los miraba, enfadado. No estaba para humor. -¿Acaso no oís lo que os acabo de decir? ¡Qué me digáis que estáis haciendo aquí!.- Se acercó a ellos con aire de amenazas. Ellos retrocedieron varios pasos, asustados y sin saber cómo reaccionar. -Somos pirat...-La chica fue a terminar la frase pero el chico más alto le echó las manos hacia la boca consiguiendo que no se le entendiera nada. -¿Qué crees que estás haciend... ¡Ella, esa es!-El tipo pareció asustado, soltó a la chica y comenzó a correr en desbandada. Se disponía a abandonar a sus camaradas pero se encontró con Solon por el camino el cual le golpeó con la funda de la katana haciéndole caer de culo. Cuando se acercó a él, se percató de que alguien caminaba hacia ellos con unas vestimentas exóticas. -¡Tú!-Se dirigía hacia la chica que había aparecido.-¡Espero que tengas respuestas!

Era divertido, se divertía persiguiéndolos y siempre con una sonrisa, ver esas caras de terror, de miedo, de temor, era algo que realmente la excitaba,  la llamarían loca, asesina o sociopata por ello pero ella los podría llamar cadáveres una vez acabara con estos, entonces se detuvo a pocos metros, parecía que los bandidos habían parado y estaban siendo amenazados por un chico con un arma - Oh vaya, esto no entraba en mis planes - ladeo la cabeza, dudosa y pensativa, seguramente fuera uno de esos marines que había visto antes desembarcar, así que sin pensarlo mucho, se acerco a la escena donde estaban estos, dando saltos y con un aire sonriente que siempre la acompañaba, entonces fue cuando vio al chico del arma acercarse hacia ella, esta no le hizo mucho caso, de echo lo ignoro por completo.

- ¡Es nuestra oportunidad, escapemos! - dijo uno de los bandidos mientras junto a su compañera, parecían darse a la fuga pero Nui se había cansado de caminar, era momento de correr un poco, dio un pequeño impulso con los pies y se movió velozmente hacia delante, sacando lo que parecía ser una aguja de coser, se la incrusto al bandido que quería escapar en el cuello, justo en la columna y dándole en la médula espinal, inmovilizándolo en el acto, a la bandida no tuvo tanta suerte, se llevo una patada al costado que la lanzo, estrellándola contra el tronco de un árbol y se giro para mirar a aquel chico armado mientras se encontraba encima de la espalda del bandido que acababa de inmovilizar - No te preocupes por ellos amour, eres marine ¿verdad? Yo soy.... como decirlo, repartidora de justicia, déjame estos piratas a mi - dijo con una sonrisa y girando su paraguas con los dedos.

No le perdió ojo en todo momento a aquella chiquilla que no debería de tener más de, ¿cuántos? 16 años. No sabía. Se acercó lentamente hacia los chavales que la miraban con horror. Solon miraba mientras la tensión de sus músculos aumentaba por momentos. -¿Qué crees que estás haciendo, niñata?-Pocas veces utilizaba aquella expresión, niñata. Le hacía recordar experiencias pasadas. Se fijó que alzó ese paraguas, aparentemente inofensivo, y atacó a uno de los chicos por la espalda. Él estaba cara a cara con él, pudo identificar en sus facciones el dolor que sentía. Cayó al suelo y para su sorpresa le propinó una fuerte patada a la chica mandándola por los aires. Desvainó su katana lentamente mientras en su cara se dibujaba una sonrisa. ¿Era el momento de luchar? Estaba algo oxidado en ese aspecto porque no había luchado en todo el trayecto. En su cabeza varios pensamientos fugaces aparecieron. ¿A qué se refería su misión? Según la chica pintoresca los débiles eran piratas. Pero ella los había derrotado en menos que canta un gallo. Así pues no era posible que su misión estuviera relacionada con esos maleantes de pacotilla. Aquí había algo que no le cuadraba y ese algo era aquella chica. Además, ¿cómo podían haber piratas tan sumamente débiles? Tras privilegiarse de un rato de silencio absoluto escuchó lo que tenía que decir.

¿Marine? ¿Tengo pinta de marine?- Decía mientras la miraba fijamente. Tenía el cabello dorado y sus ojos oscuros parecían ser profundos y sinceros.No me hagas reír-No pudo evitar una carcajada tras escuchar eso de "repartidora de justicia". -¿Quién te crees que eres?- Estaba analizándola de arriba a abajo. No sabía lo que podía hacer aquel paraguas y la verdad que le había picado la curiosidad. Se lo tomó como un desafío. Tenía que cumplir su tarea. Estaba derecho, la miraba con ferocidad con aquellos ojos rojos diabólicos y notaba que su pelo desaliñado se movía con la armonía del viento.-Ahora me vas a explicar qué haces aquí y quién eres si no quieres arrepentirte.-La tensión se podía cortar como a la mantequilla. Con ambos pies en paralelo la miraba fijamente y tensó los músculos de su brazo derecho, donde portaba la katana por si tenía que actuar con rapidez.

- Pupupu~ no tengo porque darte mis datos personales amour, si preguntas mi nombre lo encontraras buscando bien, no es muy dificil y no soy una niñata ¿o si? - ladeo la cabeza, poniéndose un dedo en la frente en una pose pensativa - quizás si pupupu ~ - miraba al chico de arriba a abajo por solo unos segundos y luego miro a sus ojos rojos, parecía estar preparado para combatir y Nui, con sus tres objetivos capturados podía darse el lujo de una diversión extra, claro, después de acabar su misión, se puso de rodillas en la espalda del bandido y apretó la aguja que tenia en su cuello - Antes de explicar nada -levantando un dedo, estando de espaldas al chico, tenia la confianza de que aquel chico no le haría nada mientras desconociera el comportamiento de esta o si llevaba algún arma - déjame acabar mi trabajo, Un ~ - dijo en un tono francés y entonces empujo la aguja de coser completamente en el cuello del bandido, acabando con su vida sin que este sintiera el mas mínimo dolor y saco la aguja, guardándola en un bolsillo.

 Cuando el otro chico de los bandidos se percato de que Nui miraba a la chica, se puso en medio de esta, acto que acabo condenándole - ¡No pasaras loca! - con un rápido movimiento del paraguas, como si enfundara y desenfundara una espada, degolló al bandido en un instante, había usado su aguja para hacer esta acción y solo le basto un corte en el cuello para que que cayera al suelo fulminado y formando un charco de sangre mientras intentaba decir unas ultimas palabras que nunca se escucharían - Puaaag, que asco, manchara mi ropa - dijo mientras pasaba caminando de un cuerpo a otro y sin perder la sonrisa, miro al chico de ojos rojos - Sigues aquí, eres un chico muy valiente, ya casi termino - para acabar lanzo la aguja de metal que uso para acabar con los otros dos hacia la chica bandido que estaba inconsciente, la aguja le atravesó el pecho y el corazón, muriendo en el acto - Trabajo terminado - dio un saltito, bajando de los cadáveres y piso el suelo con delicadeza - Ya podemos charlar tranquilamente y sin interrupciones ¿no? - ladeo la cabeza, feliz y con su eterna sonrisa que se estaba convirtiendo en objeto de miedo.

OST de la escena :

No supo cómo reaccionar, aquella situación de irrealidad le sobrepasaba. Se miró la punta de los zapatos, las cuales tenía manchadas de polvo, y se comenzó a cuestionar quién carajo podría ser aquella niña que tanto conseguía sacarle de sus casillas. La verdad, es que no la soportaba. -Mira niña, esas personas seguro que eran piratas o bandidos así que merecían el desprecio con el que has acabado con sus vidas. Pero vamos a ver, ¿qué y quién se supone que eres? No estoy de bromas y me repugnan las que siempre están de cháchara...- Sus sospechas se habían esfumado. Tras su actuación sabía que las órdenes que le habían encomendado  tenía algo que ver con ella. No debía matarla pero suponía que capturarla viva sería un quebradero de cabeza por su aparente forma  de ser. Le daba escalofríos aquella sonrisa imborrable de su rostro.Qué se supone que era aquella cosa o niña o adivina tú que.

Con su katana desenfundada fue acercándose a ella poco a poco. Mientras más se estrechaba la distancia entre los dos, sus ojos más se entrecerraban casi convirtiéndose en una línea excepto por su color rojizo. Cuando ya estaba a poco más de un metro de distancia la miró, de nuevo, de arriba a abajo. -¿Cazarrecompensas? Pf... no creo que esas personas a las que has asesinado tengan precio por su cabeza o si lo tiene no merece la pena...-Le echó una mirada a los cadáveres sin mostrar mucho empeño en encontrar detalles.-Descartado.- Respiró profundamente mientras se llevaba su espada al hombro y la miraba fijamente y una sonrisa maléfica se dibujaba en su rostro. Asesina a sueldo-Asintió al verle la cara pero era algo que no lo podía creer.-Tu forma de matar sigilosa e irrastreable. Todo encaja. -Abrió sus ojos y con una débil sonrisa le sostenía la mirada. -¿Quieres hablar tranquilamente?-Se tomó su tiempo para proseguir y su sonrisa cada vez era más amplia. Echó su cabeza para atrás levemente para conseguir una apariencia más chulesca e imponente.-Hablemos pues. Tú nombre y para quién trabajas.-Se mostraba serio y mostrando una gran seguridad.

Nui, una vez acabo con su trabajo, se dispuso amablemente y sin vergüenza, a tener una conversación con ese sujeto amenazante, si podía ser una conversación amable y agradable, tomando algún pastel, mucho mejor pero dudaba que este fuera a compartir sus vivencias con ella de la forma en la que le hablaba, entonces esta le respondió con total tranquilidad y limpiándose los zapatos de sangre con la ropa de uno de los cadáveres, ademas de recoger su aguja, que había quedado incrustada en la bandida - ¿Que soy y quien soy? Bueno, soy una repartidora de justicia y no te puedo decir mi nombre, creía que me estaba haciendo famosa pero parece que es solo en el bajo mundo pupupu~ - entonces vio como el chico seguía acercándose con su arma en mano.

Escucho al chico llamarla cazarrecompensas pero eso no era lo que hacia, ella mataba toda persona mientras le pagaran una cantidad acorde, claro esta, no le interesaba si tenia una recompensa sobre su cabeza o no, eso para ella era un extra mas de su trabajo y una diversión añadida, entonces el chico de ojos rojos dio en el clavo, eso es lo que era ademas de una pirata, una asesina a sueldo y era mucho mas conocida por ese trabajo - ¡Pin pon pan pon! ¡Bingo! Acertaste a la segunda, soy una asesina a sueldo, veo por fin hablamos el mismo idioma pupupu~ - entonces el chico dijo unas cuantas cosas mas y estaba vez estaba mas dispuesto hablar, aunque no dejaba esa aura amenazante a ella no le importaba, entonces alzo un dedo en señal de que iba a hablar - Amour, si empezamos con las presentaciones esta bien, me conocen como "La Pastelera", solo dire eso sobre mi nombre y para quien trabajo pues - señalaba los dos bandidos muertos - Esos dos eran hijo mal criados y sus papas me dieron una suma acorde, creo eran hermanos o algo, la familia Wolfs y la chica, pues era una esclava que sabia demasiado, me pagaron por silenciarla, hice un gran trabajo ¿no? - y lo miro, cerrando su unico ojo y mostrando una sonrisa feliz.

Mantuvo la mente en blanco un momento. Se relajó, había conseguido ya la información que pretendía obtener. Hablaba de forma sincera, a su parecer, claro. Miró a los chicos muertos. ¿Así que la familia Wolfs? Debería tener renombre en algún lugar cercano a Centurea.  -¿Qué clase de padres manda a asesinar a sus hijos?-Escupió cada palabra con desagrado porque le hacía recordad un momento duro de su niñez. Alzó la mirada. Pasaron aves migratorias, tenían un característico pico anaranjado y un voluminoso plumaje, le recordó a gallinas... pero, ¡bueno! ya se estaba yendo por las ramas. Aquella chica le parecía tan irreal que incluso bajó su katana al verla con aquella sonrisa. Tal vez sería más fácil convencer a aquella niña de lo que parecía ser. Dejó el tono amenazante apartado y llevó la punta de la espada al suelo. -¿La pastelera? Puede que lo haya escuchado en algún sitio. Ese mote le sonaba de algo. ¿Lo habría leído por encima al estar con los papeleos en el cuartel? No sabía muy bien. ¿Lo habría escuchado en otro lugar? Le sonaba tan usual que se estaba haciendo un lío en la cabeza. Decía que solo era famosa en el bajo mundo, ¿sería algún truco? ¿De verdad se refería al bajo mundo? El lugar dónde se encuentran los más avariciosos criminales. Desde ladrones hasta nobles con un título que sostener. Suspiró.

Quería llevarla al barco marine para que ellos la interrogaran pero eso significaría ir en contra de sus ideales. Aquel paraguas llamaba mucho la atención de Solon. ¡Quería ver cuánto poder tenía! ¡Joder! -Bueno justiciera. Voy a tener que robar algo de tu tiempo. Te vienes conmigo, a las buenas, me contestas a unas preguntas que te haga y después cumples condena en la celda que más te guste. ¿Qué me dices?- Decía con una medio sonrisa en su rostro y con aires de arrogancia. Sujetó con firmeza el mango de la katana teniendo todos sus sentidos en los movimientos de la chica y preparándose para una posible defensa.

El chico parecía estar dispuesto a dialogar, al menos de momento, esta escucho cada pregunta que dijo y la contesto casi al instante después de que esta se formulara - Creo que unos padres con demasiados hijos pupupu~ - ciertamente no le preocupaba si sus victimas tenían padres o no que se preocuparan por ellos, ella tenia padres pero los había ignorado completamente desde su infancia y solo se centro en la cocina de pasteles y otros dulces, no le importo el tener padres o no, para ella eran una perdida de tiempo aunque sabia quienes eran y como se encontraban, no era un monstruo en ese sentido, incluso a veces les mandaba alguna carta para decirles que estaba bien, para ella esos pequeños actos la volvían una "niña buena" - Oh, claro que debes haberlo escuchado, espero que mas gente lo escuche pronto - no era una cara muy famosa, no era una gran noble ni nada por el estilo, ella solamente se hacia conocida por la manera de hacer y de terminar sus trabajos, siempre terminandolos y nunca fallando.

Entonces el chico pareció tomar la delantera, este quería llevársela y que la capturaran pero Nui no tenia tiempo para eso ademas de que mataría a quien le pusiera una mano encima sin su permiso, miro al chico con su terrorífica sonrisa y le contesto - Pupupu~ Veo que por eso que has dicho no eres un marine, no - dio dos pasos, mirando hacia el mar y luego volvió a mirar al chico para proseguir - oh! eres un agente del CP! eres como yo, un asesino, con una única diferencia - alzaba un dedo - tus actos los respalda el gobierno y la Marina pupupu eso si que es cruel para tus victimas, el saber que una institución que defiende la paz los quiere muertos, veo mis actos mucho mas sinceros, yo mato para vivir, es mi trabajo al igual que el tuyo - metió la mano en su bolsillo y saco la aguja que había usado antes, atada con un hilo de color rojo, señalandole con esta - Y ahora chico ¿de verdad quieres detenerme? - la escena tomo una tensión anormal, se podía cortar el aire con un dedo en esa situación, realmente tenia una aura de asesina y si ese chico no desistía e su labor realmente acabaría por tomar la ofensiva, ya le había echo una advertencia, estaba siendo generosa pues, no le importaba matar a un CP, un marine o a quien fuera con total de vivir y realmente disfrutaba con ello, lo que la volvía realmente aterradora.