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Censo
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Creado por Odín Vie Jul 01, 2016 9:25 pm
- OST del Guerrero Marino:
La tripulación de los diversity estaba en aún en la costa de la isla de Baterilla. La amena conversación iba del encuentro y reencuentro del variopinto grupo de seis allí presente. Lo que de momento le daba más gozo al azul era la única de raza que había conocido, desde que la había conocido en Goa su mente ya no era la misma. Paralelamente las divertidas acciones de Winry, Tiffany y Worick quedaban un poco opacadas para él. En un día más normal hubiese reído un poco con ellos y jugado con el globo peludo pero la situación era diferente para el joven azul. La conexión que los mantenía unidos le daba una oportunidad que no alcanzaba a comprender, pese a que estaba nervioso por la de piel caramelo había algo que habitaba dentro del wotan que era aún más fuerte que cualquier miedo, el ser un guerrero, un guerrero nunca se rinde, nunca huye y ante la posibilidad de cumplir un sueño lo daba todo. Desde que la había conocido en la batalla de Goa lo primero que había pensado y soñado era nadar junto a ella, hace unos minutos había cumplido ese sueño pero no había sido suficiente, ahora al ver como la de rosadas caderas se le había acercado, estaba más cargado de confianza.
Ante el comentario y suspiro de la rosácea sirena colosal proponía ir junto a él por la comida para el grupo. Odín estaba de acuerdo con la idea y miraba a la castaña esperando su aprobación, el delicado y radiante rostro de la capitana siempre decía algo adecuado para el bienestar de todos, el análisis que hacía de la ex-sacerdotisa era una especie de suplica, le pedía permiso porque la respetaba y con la lectura de rostro, no muy precisa por su aún poca experiencia con los humanos, le parecía recibir la aprobación. Estaba dispuesto a buscar lo que fuese, siempre junto a ella. -Estoy de acuerdo, vamos a ir y traeremos comida para todos, muchos peces- decía mientras en crescendo poco a poco su ánimo crecía para alcanzar su tamaño y superarlo por metros, por kilómetros, afrontar esa batalla era parte de crecer. Apretaba la mano de Molpe y avanzaba hacía atrás invitándola a acompañarla a lo que ella había propuesto – Byakuren vamos a ir, espero un llamado al aparato caracol -señalaba su morral- para regresar y saber donde ubicarnos todos de nuevo, Winry suerte controlando ese nuevo don y Worick si la vences a ella yo seré el siguiente, no te confíes porque todos acá son fuertes -decía emocionado infantilmente y con la sonrisa más grande que no había expresado nunca sobre la faz de la tierra- Molpe te prometo que voy a hacer todas las adaptaciones necesarias para nuestro barco, no te preocupes soy un buen artesano. - miraba como se colocaba el gran violín que bien podía ser un gran chello. -Vamos ya al mar Molpe, nos podemos comunicar con los chicos por cualquier cosa – la jalaba y miraba al basto océano, tratando de avanzar y esperando que removiera el cetro. Para correr por la playa hasta su habitad.
Última edición por Odín el Miér Jul 20, 2016 2:16 pm, editado 1 vez
Odín
Hoja de personaje
Nivel:
(21/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Molpe Ligeia Dom Jul 03, 2016 3:06 pm
Con una sonrisa aceptaba las órdenes que se le serían dadas y más gustosa aún, poder nadar al lado de alguien a quien no temería lastimar, asintiendo sujetó fuerte la mano de Odín. Dio un suave paso tirando suave de la mano de Odín mientras sus mejillas se mantenían carmesí y con la mano libre la movía de un lado a otro despidiéndose de los demás. - Nos veremos en un ratito. - Susurró confiada de que Byakuren estaría bien. Ahora él se había adelantado y dejándose guiar ambos terminaron por llegar al mar, una vez ahí dentro ella sin hacer de aquel par de piernas su cola se mantenía en su forma humana nadando suave y llevando consigo a Odín para ir más y más hondo. - Las mejores perlas siempre están en los más hondo. - Murmuró soltándole por un instante y nadar para quedar frente a él, bajando un poco para quedar a su altura y quedar frente a frente. - Oye Odín… - Preguntó en un suave susurro algo apenada. - ¿Qué comida crees que les guste a Byakuren y los demás? - Pensativa terminó por hacer nulo intento para flotar y caer sobre la tierra con su propio peso, quitándose su violín y cetro escondiéndolo bien como normalmente lo hacía, su perfecta memoria hacía que jamás los perdiera y así se mantenía más segura.
Una vez escondiendo todo entre corales y arena se encontraba hincada buscando con sus manos alguna ostra o algo parecido que les pudiera dar alguna perla, sin embargo lo que parecía un gran mástil de algún barco no era más que un palillo puntiagudo ante las manos de Molpe por lo que sin querer encajó suave su dedo lastimándola. Un par de gotas de sangre y un suave quejido por parte de la wotan se hicieron presentes llevando su dedo rápidamente a sus labios. - Hace mucho que no busco perlas.. -Se excusó, algo llorona nadó hacia el contrario y le abrazó escondiendo su frente en el cuello de él. - Oye.. Es mejor el agua, al menos aquí puedo estar a tu altura… - Bromeó abrazándolo un poco más fuerte… De verdad amaba aquella sensación, le reconfortaba y le llenaba. - ¿Crecerás más?.. - Preguntó en un suave tono bajo. - O terminaré arrastrándote al fondo del mar cada vez que quiera un abrazo… - Algo avergonzada se quedó así, refugiándose en los brazos de aquel ser. - Espero que Byakuren no me regañe… -
Una vez escondiendo todo entre corales y arena se encontraba hincada buscando con sus manos alguna ostra o algo parecido que les pudiera dar alguna perla, sin embargo lo que parecía un gran mástil de algún barco no era más que un palillo puntiagudo ante las manos de Molpe por lo que sin querer encajó suave su dedo lastimándola. Un par de gotas de sangre y un suave quejido por parte de la wotan se hicieron presentes llevando su dedo rápidamente a sus labios. - Hace mucho que no busco perlas.. -Se excusó, algo llorona nadó hacia el contrario y le abrazó escondiendo su frente en el cuello de él. - Oye.. Es mejor el agua, al menos aquí puedo estar a tu altura… - Bromeó abrazándolo un poco más fuerte… De verdad amaba aquella sensación, le reconfortaba y le llenaba. - ¿Crecerás más?.. - Preguntó en un suave tono bajo. - O terminaré arrastrándote al fondo del mar cada vez que quiera un abrazo… - Algo avergonzada se quedó así, refugiándose en los brazos de aquel ser. - Espero que Byakuren no me regañe… -
Molpe Ligeia
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Odín Dom Jul 03, 2016 10:03 pm
Ingresaban al mar de la mano, el buen guerrero nunca había pensado que algo tan natural solo por la compañía podía pasar a ser algo tan especial, atesoró ese momento, el sol, las olas, el contacto con ella. Entrecerraba los ojos y sonreía, achinado de felicidad, nunca algún ser marino que lo hubiese conocido un año atrás podía haber imaginado esa expresión en el fiero wotan.
Se sumergían y las luces del coloso, esta vez sin ser el más grande de la zona, parpadeaban al tic tac de su corazón. La idea era iluminar el fondo pero esta no era algo que había pensado, era algo inherente de su mecanismo adaptado a las más bajas profundidades. Mientras avanzaban de manera danzante replicó -Sin duda, las mejores mejores son las más difíciles de encontrar- y la miraba a ella, que parecía tan feliz como él pero mil veces más bella. Ante la siguiente pregunta acotaría -Byakuren come poco pero tiene buen gusto, mientras nadaba junto al barco vi atún aleta amarilla por esta zona, puede que eso les guste a todos, ¿A quien no?- y ya que ella dejaba sus cosas allí, aunque le costaba un poco dejaría el primer arma que había encontrado forjada por su padre, lo hacía imitándola, confiaba en ella y en ese momento todo le parecía tan perfecto que no veía la posibilidad de que alguien hiciera algo con esos exagerados instrumentos.
Removían piedras y partes de barcos que había pasado por algún funeral o simplemente había perecido por la vejes y la falta de utilidad. Odín vio como Molpe se lastimo y se sintió un poco mal pese a que las gotas carmesí como sus mejillas se mezclaron con el mar en su movimiento -¿Estas bien Molpe?- le decía levantando la madera de la cubierta de la misma embarcación que le había hecho daño para encontrarse con que debajo de estaba lo que buscaban -No tienes porque disculparte, sin duda aún tienes la magia- le decía correspondiendo el abrazo y frotandole la espalda hasta que ella bromeo y le hizo con más fuerza, un momento de nerviosismo le invadió y bastante ruborizado dijo -Según me dijeron no dejare de crecer hasta los cien años- y ante el comentario de que algo así se repetiría -No tienes que arrastrarme siempre que quieras te puedo dar uno de estos, acá o en tierra- refugiaba su rostro en la cabellera de ella, del lado derecho, así como le estaban enseñando a mostrar lo que quería expresar con contacto -No creo que ella nos regañe, nunca lo hecho conmigo y eso que no soy el más obediente. Ella quiere lo mejor para todos, si a ti al igual que a mí esto te llena de felicidad probablemente nos de permiso siempre- veía las ostras probablemente cargadas de perlas pero de momento estaba cómodo, no pensaba en nada más -Yo siempre he buscado perlas y las chicas de la tripulación le dan un buen uso pero creo que encontré la de mayor valor para mi, no creo que quiera venderla por nada- le decía al oído, ocultándose su frente entre su perlado cabello.
Se sumergían y las luces del coloso, esta vez sin ser el más grande de la zona, parpadeaban al tic tac de su corazón. La idea era iluminar el fondo pero esta no era algo que había pensado, era algo inherente de su mecanismo adaptado a las más bajas profundidades. Mientras avanzaban de manera danzante replicó -Sin duda, las mejores mejores son las más difíciles de encontrar- y la miraba a ella, que parecía tan feliz como él pero mil veces más bella. Ante la siguiente pregunta acotaría -Byakuren come poco pero tiene buen gusto, mientras nadaba junto al barco vi atún aleta amarilla por esta zona, puede que eso les guste a todos, ¿A quien no?- y ya que ella dejaba sus cosas allí, aunque le costaba un poco dejaría el primer arma que había encontrado forjada por su padre, lo hacía imitándola, confiaba en ella y en ese momento todo le parecía tan perfecto que no veía la posibilidad de que alguien hiciera algo con esos exagerados instrumentos.
Removían piedras y partes de barcos que había pasado por algún funeral o simplemente había perecido por la vejes y la falta de utilidad. Odín vio como Molpe se lastimo y se sintió un poco mal pese a que las gotas carmesí como sus mejillas se mezclaron con el mar en su movimiento -¿Estas bien Molpe?- le decía levantando la madera de la cubierta de la misma embarcación que le había hecho daño para encontrarse con que debajo de estaba lo que buscaban -No tienes porque disculparte, sin duda aún tienes la magia- le decía correspondiendo el abrazo y frotandole la espalda hasta que ella bromeo y le hizo con más fuerza, un momento de nerviosismo le invadió y bastante ruborizado dijo -Según me dijeron no dejare de crecer hasta los cien años- y ante el comentario de que algo así se repetiría -No tienes que arrastrarme siempre que quieras te puedo dar uno de estos, acá o en tierra- refugiaba su rostro en la cabellera de ella, del lado derecho, así como le estaban enseñando a mostrar lo que quería expresar con contacto -No creo que ella nos regañe, nunca lo hecho conmigo y eso que no soy el más obediente. Ella quiere lo mejor para todos, si a ti al igual que a mí esto te llena de felicidad probablemente nos de permiso siempre- veía las ostras probablemente cargadas de perlas pero de momento estaba cómodo, no pensaba en nada más -Yo siempre he buscado perlas y las chicas de la tripulación le dan un buen uso pero creo que encontré la de mayor valor para mi, no creo que quiera venderla por nada- le decía al oído, ocultándose su frente entre su perlado cabello.
Odín
Hoja de personaje
Nivel:
(21/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Molpe Ligeia Mar Jul 05, 2016 9:24 pm
Se mantuvo abrazada a él, egoísta e incluso algo caprichosa buscando sentirse a gusto en los brazos de alguien más, y al pobre Odín era al que le había tocado llevar aquella carga - No creí encontrar a alguien tan grande, casi como yo… He vivido tanto tiempo entre monstruos marinos y todo tipo de peces que ya había olvidado interactuar con otras personas. - Seguía terca buscando excusarse para no tener incómodo al gran azulado, pero quizá aquello comenzaba a volverse contraproducente, insistente dejaría ver lo torpe que podría llegar a ser.
- Byakuren es alguien muy paciente, tienes razón, pero igual no dejo de sentirme extraña. - Trataba de explicar y terminó por alejarse un poco, hincándose sobre el fondo del mar curioseando al ver que él había encontrado unas cuantas ostras. - ¿Entonces qué uso les dan?.. - Entrecerró su mirada, curiosa y quizá algo incómoda al preguntarlo - Muchos humanos utilizan estas cosas para venderlas, creo que las personas con mucho dinero las compran, eso me explicó un ermitaño hace tiempo. - Arrugó un poco sus labios y levantó su mirada al contrario, una suave corriente pasó por aquel lugar haciendo el blanco cabello de la joven se moviese siguiendo aquello y recibiendo la dulce caricia del mar en su piel. Sin despegar de la vista de él terminó por suspirar y asentir, tenía que confiar en lo que él y los demás decían, sacando el morralillo de su cintura comenzó a llenarlo con las ostras teniendo cuidado de no lastimar a los peces y algunos camarones que despavoridos salían al ver cómo la gigante con sus dedos tomaba puños de ostras.
Poco a poco llenó el morralillo, era un número bastante considerable, poniéndose de pie levantó su rostro viendo la superficie - A por comida. - Sonrió al contrario mientras amarraba el morralillo a su cintura y se paraba a un lado de él - ¿Te habían dicho alguna vez que tu luz es muy bonita? - le tomó nuevamente de la mano para comenzar a buscar aquellos atunes que tanto le encantaban - Me gusta mucho el azul. - Agregó contenta
- Byakuren es alguien muy paciente, tienes razón, pero igual no dejo de sentirme extraña. - Trataba de explicar y terminó por alejarse un poco, hincándose sobre el fondo del mar curioseando al ver que él había encontrado unas cuantas ostras. - ¿Entonces qué uso les dan?.. - Entrecerró su mirada, curiosa y quizá algo incómoda al preguntarlo - Muchos humanos utilizan estas cosas para venderlas, creo que las personas con mucho dinero las compran, eso me explicó un ermitaño hace tiempo. - Arrugó un poco sus labios y levantó su mirada al contrario, una suave corriente pasó por aquel lugar haciendo el blanco cabello de la joven se moviese siguiendo aquello y recibiendo la dulce caricia del mar en su piel. Sin despegar de la vista de él terminó por suspirar y asentir, tenía que confiar en lo que él y los demás decían, sacando el morralillo de su cintura comenzó a llenarlo con las ostras teniendo cuidado de no lastimar a los peces y algunos camarones que despavoridos salían al ver cómo la gigante con sus dedos tomaba puños de ostras.
Poco a poco llenó el morralillo, era un número bastante considerable, poniéndose de pie levantó su rostro viendo la superficie - A por comida. - Sonrió al contrario mientras amarraba el morralillo a su cintura y se paraba a un lado de él - ¿Te habían dicho alguna vez que tu luz es muy bonita? - le tomó nuevamente de la mano para comenzar a buscar aquellos atunes que tanto le encantaban - Me gusta mucho el azul. - Agregó contenta
Molpe Ligeia
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Odín Miér Jul 06, 2016 1:18 am
El wotan se sintió identificado con sus muchos años en el mar donde la soledad y los seres marinos eran sus únicos amigos o consejeros. Sentía como al momento de que sus cuerpos se despegaban las corrientes trataban de llenar el espacio vacío que ahí quedaba, no era más que mental pero el azul imaginaba que ella se llevaba más que su amistad, más que el ardiente contacto y las palabras más tiernas que había dicho (no dedicadas a una comida). Era su alma, su vitalidad y sus ganas de regresar al mar, por ella y para ella. Efectivamente estaba siendo una sirena con una parte de él pero nada podía hacer más que confiar seguir ese cántico, creía tener suficiente fuerza para afrontar lo que sucediera y esperar siempre salir airoso, aunque fuese herido, aunque fuese incompleto, ese era su valor.
-Sentirse extraño en tierra creo que es algo normal, somos seres marinos y sin duda Byakuren es la mejor humana que seres como nosotros podíamos conocer- la veía algo sonriente y ruborizado, no entendía bien el porque pero se sentía un poco tonto -Así es, yo no lo sabía hasta que las enseñe unas que cargaba a Byakuren y Tiffany, las recolectaba en épocas de aburrimiento y me explicaron que eran muy valiosas. Son muy bonitas, blancas y brillantes, con tonos rosados o verdes dependiendo de la luz. Justo como tus escamas- en ese momento el mar como si quisiese hundir más al ahora sentimental de las profundidades le pintaba una escena magistral, el blanco cabello flotando, una mirada algo triste, perlas en la mano y la escultural wotan rosada y bronceada mirándole. Ese fue el primer momento en que Odín considero la idea de que su poesía podía ir más allá de la comida, aunque no fuese la mejor, había encontrado lo que aquel poeta calamar en isla Ggyojin le había comentado como "las musas". Después de un breve lapso donde grababa eso en su retina se agachó junto a ella a juntar ostras, desvió la mirada al suelo porque se había acercado mucho y también cargo su morral.
Seguía la comida y ella lo indicaría, se levantaba y él hacía lo mismo cuando lo tomaría por sorpresa de nuevo -Creo que nadie me había dicho nada así sobre mi luz - decía con cierta extrañeza -muchas gracias, me parece que han estado brillando aún más desde hoy- no tenía ni idea de lo que significaban en esas instancias pero probablemente además de su uso primordial estaba fungiendo como un mecanismo para llamar la atención de ella -A mi también me gusta el azul- decía algo ruborizado mirándola a la cara mientras le daba la otra mano -pero tus colores son mucho más lindos, te hacen ver hermosa en el mar, cuando nadas eres impresionante- miraba hacía arriba para cambiar de tema, trataba de ser valiente pero era muy inocente, le intimidaba -Allá hay atunes, vamos- posaba su mano agigantanda en la cintura de fresa y caramelo, la llevaba junto con él casi a rastras en su nadó por el siguiente objetivo para la noche que les esperaba junto a toda la tripulación pero que de momento Odín quería que durase más en llegar ese momento -¿Crees que eres feliz? Yo definitivamente nunca lo había pensado tanto, me preocupa que se acabe- decía algo pensativo iniciando esta vez el abrazo durante el tramo del nado hacía el cardumen que les exigiría más trabajo que las perlas
-Sentirse extraño en tierra creo que es algo normal, somos seres marinos y sin duda Byakuren es la mejor humana que seres como nosotros podíamos conocer- la veía algo sonriente y ruborizado, no entendía bien el porque pero se sentía un poco tonto -Así es, yo no lo sabía hasta que las enseñe unas que cargaba a Byakuren y Tiffany, las recolectaba en épocas de aburrimiento y me explicaron que eran muy valiosas. Son muy bonitas, blancas y brillantes, con tonos rosados o verdes dependiendo de la luz. Justo como tus escamas- en ese momento el mar como si quisiese hundir más al ahora sentimental de las profundidades le pintaba una escena magistral, el blanco cabello flotando, una mirada algo triste, perlas en la mano y la escultural wotan rosada y bronceada mirándole. Ese fue el primer momento en que Odín considero la idea de que su poesía podía ir más allá de la comida, aunque no fuese la mejor, había encontrado lo que aquel poeta calamar en isla Ggyojin le había comentado como "las musas". Después de un breve lapso donde grababa eso en su retina se agachó junto a ella a juntar ostras, desvió la mirada al suelo porque se había acercado mucho y también cargo su morral.
Seguía la comida y ella lo indicaría, se levantaba y él hacía lo mismo cuando lo tomaría por sorpresa de nuevo -Creo que nadie me había dicho nada así sobre mi luz - decía con cierta extrañeza -muchas gracias, me parece que han estado brillando aún más desde hoy- no tenía ni idea de lo que significaban en esas instancias pero probablemente además de su uso primordial estaba fungiendo como un mecanismo para llamar la atención de ella -A mi también me gusta el azul- decía algo ruborizado mirándola a la cara mientras le daba la otra mano -pero tus colores son mucho más lindos, te hacen ver hermosa en el mar, cuando nadas eres impresionante- miraba hacía arriba para cambiar de tema, trataba de ser valiente pero era muy inocente, le intimidaba -Allá hay atunes, vamos- posaba su mano agigantanda en la cintura de fresa y caramelo, la llevaba junto con él casi a rastras en su nadó por el siguiente objetivo para la noche que les esperaba junto a toda la tripulación pero que de momento Odín quería que durase más en llegar ese momento -¿Crees que eres feliz? Yo definitivamente nunca lo había pensado tanto, me preocupa que se acabe- decía algo pensativo iniciando esta vez el abrazo durante el tramo del nado hacía el cardumen que les exigiría más trabajo que las perlas
Odín
Hoja de personaje
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Creado por Molpe Ligeia Jue Jul 07, 2016 2:56 pm
¿B-Bonitas?.. ¿Había dicho que sus escamas eran tan bonitas como las perlas?.. No, no pudo con ello, cual adolecente sus mejillas se tiñeron de un intenso carmesí por sobre aquella tez de color dorado, no podía, simplemente no podía con aquel hermoso alago que el ser marino le había dado y, por mucho, terminó sintiéndose por primera vez avergonzada al escuchar que resaltaran de esa manera sus peculiares escamas rosadas. - G-Gracias… - Susurró bajo con una sonrisa agachando por momentos su cabeza demostrando aquel sentimiento de vergüenza, quizá se veía tonta, quizá parecía una torpe niñata pero no podía ocultarlo.
- No creo que jamás nadie te dijese eso de tu luz, de verdad.. A.. A mi me gusta… - Insistió acercándose un poco más a él mostrándose algo nerviosa ¿Era tonto no? Apenas si le veía por segunda vez podría jurar le conocía la vida entera, quizá… Sólo quizá era por aquella afinidad a la raza que ambos tenían. Asintió dándole la razón pues, lo poco que recordaba él es que sí, aquellas habrían tenido un suave destello intenso pero no tanto como ahora, algo que a la peliplata le llamaba la atención al seguir, buscar y recolectar objetos brillantes toda su vida teniendo algunos de ellos siempre en su morralillo, ahora teniendo a un ser de esas proporciones con algo que tanto le encantaba podría algo territorial reclamarlo como suyo por instinto pero vamos, él no era un objeto, no era correcto. - Es bonito… - Volvía a decir sonriéndole con cierto deje de ternura que quizá encantaría al azul. ¿De nuevo?.. ¿De nuevo aquellos halagos tan lindos, tan elegantes y precisos? Era mucho para la Betta, llevando por un instante sus dedos índice y corazón a sus labios avergonzada ocultando su sonrisa y riendo por lo bajo. - O-Odín, para ya, me estás avergonzando… - Pidió retrocediendo un poco para que él no notase el color de sus mejillas, era lindo sentirse así.. Vulnerable por primera vez.
Siguieron con el plan, guiándose mutuamente sintió aquel brazo rodear su gran cuerpo el cual, ante el tamaño de él parecía perfecto, como si fuese hecho sólo para ella, sintiéndose frágil entre sus brazos intentó detenerse pero fue guiada por él sólo ocultando aquella mueca de nerviosismo. Su piel se había erizado y su cabello se esponjó de manera inconsciente pues, los de su tipo, los Betta usaban aquello a modo de defensa o para llamar la atención del de sexo opuesto y siendo sincera… No sabía cómo había actuado en ese momento, no estaba acostumbrada al contacto pero tampoco le desagradaba. Aquella pregunta la sacó de sus pensamientos de manera instantánea, ladeando su rostro quedando a un costado del de él algo sorprendida por lo que preguntaba. - ¿Feliz?.. - Repitió sin alejar la vista de él confiada en que él la guiaba por buen camino. - ¿Qué se acabe qué?.. - No comprendía mucho a qué se refería él ¿Qué se acabara la felicidad?.. ¿Qué se acabara la comida? ¿Qué se acabaran las perlas? ¿Qué se acabara el día?.. ¿Qué se acabara aquel pequeño viaje.. juntos?.. - Yo creo que… La felicidad la hace uno mismo… - Explicó con su mirada ahora al frente. - Yo no soy feliz. - Lo dijo abiertamente - Hay cosas que me hacen ponerme feliz, contenta, pero jamás me he sentido plena, siempre he sentido que me falta algo… - Cayó y sonrió - Por eso viajo por el mar, quiero encontrar una razón, algo que me haga ser feliz. - Terminó explicándole, esperaba que él comprendiera ese sentimiento que tanto le costaba expresar. - ¿Tú? ¿Eres feliz?.. - preguntó para seguido voltear a verle y paciente, esperar la respuesta del marino
- No creo que jamás nadie te dijese eso de tu luz, de verdad.. A.. A mi me gusta… - Insistió acercándose un poco más a él mostrándose algo nerviosa ¿Era tonto no? Apenas si le veía por segunda vez podría jurar le conocía la vida entera, quizá… Sólo quizá era por aquella afinidad a la raza que ambos tenían. Asintió dándole la razón pues, lo poco que recordaba él es que sí, aquellas habrían tenido un suave destello intenso pero no tanto como ahora, algo que a la peliplata le llamaba la atención al seguir, buscar y recolectar objetos brillantes toda su vida teniendo algunos de ellos siempre en su morralillo, ahora teniendo a un ser de esas proporciones con algo que tanto le encantaba podría algo territorial reclamarlo como suyo por instinto pero vamos, él no era un objeto, no era correcto. - Es bonito… - Volvía a decir sonriéndole con cierto deje de ternura que quizá encantaría al azul. ¿De nuevo?.. ¿De nuevo aquellos halagos tan lindos, tan elegantes y precisos? Era mucho para la Betta, llevando por un instante sus dedos índice y corazón a sus labios avergonzada ocultando su sonrisa y riendo por lo bajo. - O-Odín, para ya, me estás avergonzando… - Pidió retrocediendo un poco para que él no notase el color de sus mejillas, era lindo sentirse así.. Vulnerable por primera vez.
Siguieron con el plan, guiándose mutuamente sintió aquel brazo rodear su gran cuerpo el cual, ante el tamaño de él parecía perfecto, como si fuese hecho sólo para ella, sintiéndose frágil entre sus brazos intentó detenerse pero fue guiada por él sólo ocultando aquella mueca de nerviosismo. Su piel se había erizado y su cabello se esponjó de manera inconsciente pues, los de su tipo, los Betta usaban aquello a modo de defensa o para llamar la atención del de sexo opuesto y siendo sincera… No sabía cómo había actuado en ese momento, no estaba acostumbrada al contacto pero tampoco le desagradaba. Aquella pregunta la sacó de sus pensamientos de manera instantánea, ladeando su rostro quedando a un costado del de él algo sorprendida por lo que preguntaba. - ¿Feliz?.. - Repitió sin alejar la vista de él confiada en que él la guiaba por buen camino. - ¿Qué se acabe qué?.. - No comprendía mucho a qué se refería él ¿Qué se acabara la felicidad?.. ¿Qué se acabara la comida? ¿Qué se acabaran las perlas? ¿Qué se acabara el día?.. ¿Qué se acabara aquel pequeño viaje.. juntos?.. - Yo creo que… La felicidad la hace uno mismo… - Explicó con su mirada ahora al frente. - Yo no soy feliz. - Lo dijo abiertamente - Hay cosas que me hacen ponerme feliz, contenta, pero jamás me he sentido plena, siempre he sentido que me falta algo… - Cayó y sonrió - Por eso viajo por el mar, quiero encontrar una razón, algo que me haga ser feliz. - Terminó explicándole, esperaba que él comprendiera ese sentimiento que tanto le costaba expresar. - ¿Tú? ¿Eres feliz?.. - preguntó para seguido voltear a verle y paciente, esperar la respuesta del marino
Molpe Ligeia
Hoja de personaje
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Creado por Odín Jue Jul 07, 2016 6:52 pm
Las gigantescas figuras submarinas ya estaban cerca de iniciar el nado hacía los peces y la ternura con que Molpe respondía para con Odín le llenaban bastante, esas palabras de mutuo halago y esos actos de rubor en la de tez morena que hacían aún más eterno el momento. Hasta el momento en que ella le recomendaba de manera súbita pero preciosa que era suficiente las palabras dichas, pero el wotan pensaba sobremanera en todo lo que ella hacía a su lado, en la cabeza de el azul no era suficiente, nunca sería suficiente por más adjetivos que le dedicara, ella lo tenía maravillado y absorto.
El pez diablo suele vivir más solo que la mayoría o rodeado de entes tan desconocidos que no acaba por comprender, tan extraños como él o incluso más pero la rosada era una verdadera luz en su vida, lo hacía salir de la más baja profundidad a la que se encontraba una parte de sus ser, donde la presión era menor. Ese espacio donde la vista se nubla entre el azul y el negro, donde uno de los peces más feos apenas podía subir sin que le afectara y encontrarse con uno de los más bellos y coloridos del mar como lo era la especie beta.
Con los dedos de ella en sus labios decía -Perdón por avergonzarte así Molpe, me siento tonto pero me gusta decirte todo lo que pienso, no veo porque no decirlo.-era una lógica demasiado honesta pero así era el musculoso índigo - De hecho ahora te vez tan bonita con esa expresión, no se cuanto podre aguantar sin decirte ese tipo de verdad que te avergüenzan -no se percataba de que ya lo había vuelto a hacer.
Luego de que nadaran juntos, siguiendo y tratando de alcanzar a los peces, en algún momento, hasta que fuese oportuno. Escuchaba atento lo que decía ella respecto a su duda y su opinión apenas planteada. Ella preguntaba y daba su opinión, no muy distante que la del del hacha pero que pasaría a aclarar una vez ella terminara de explicar su versión de la felicidad, de la suya, se había puesto más seria pero él azul también al preguntarlo, la concepción del tiempo es muy diferente para alguien que con 100 o hasta 200 años sigue en plena juventud, por su raza frente a un mundo que envejece a pasos agigantados como los de ellos en tierra -Es muy aproximado a lo que pienso y me preocupa por experiencia, te explico- tomaba un tono aún más meditabundo -Durante muchos años nade solo y encontraba lo que imaginaba como felicidad en lo que fuese, un combate, una victoria, una buena pesca, un día soleado o uno lluvioso- la miraba tratando de explicarse, no estaba seguro de que poderse dar a entender -Cuando encontre a Byakuren y Tiffany fue como hallar una perla brillante, me dieron felicidad con su trató. Contigo fue igual, cuando te conocí en Goa me hizo ilusión conocer alguien como yo. Poco a poco son momentos que iba recolectando y ahora me parecen más valiosos que los de antes de conocerles, lo que consideraba felicidad antes ha ido cambiando.- decía pensativo y tomaba un largo respiro branquial.
-Han sido hechos momentáneos, como esta tarea, a tu lado, ahora es uno de ellos, sin duda- posaba su frente en la de ella -Yo he sido feliz pero todo siempre ha ido creciendo, ahora soy más feliz, contigo y con todos en Diversity, eso el lo que me preocupa.- cerraba los ojos y extendía un profundo abrazo ese día– Que todo esto se acabe, tener que empezar a conformarme con buscar pequeñas perlas cuando no se ni como encontre las más grandes, las que ahora me hacen así de feliz -
El pez diablo suele vivir más solo que la mayoría o rodeado de entes tan desconocidos que no acaba por comprender, tan extraños como él o incluso más pero la rosada era una verdadera luz en su vida, lo hacía salir de la más baja profundidad a la que se encontraba una parte de sus ser, donde la presión era menor. Ese espacio donde la vista se nubla entre el azul y el negro, donde uno de los peces más feos apenas podía subir sin que le afectara y encontrarse con uno de los más bellos y coloridos del mar como lo era la especie beta.
Con los dedos de ella en sus labios decía -Perdón por avergonzarte así Molpe, me siento tonto pero me gusta decirte todo lo que pienso, no veo porque no decirlo.-era una lógica demasiado honesta pero así era el musculoso índigo - De hecho ahora te vez tan bonita con esa expresión, no se cuanto podre aguantar sin decirte ese tipo de verdad que te avergüenzan -no se percataba de que ya lo había vuelto a hacer.
Luego de que nadaran juntos, siguiendo y tratando de alcanzar a los peces, en algún momento, hasta que fuese oportuno. Escuchaba atento lo que decía ella respecto a su duda y su opinión apenas planteada. Ella preguntaba y daba su opinión, no muy distante que la del del hacha pero que pasaría a aclarar una vez ella terminara de explicar su versión de la felicidad, de la suya, se había puesto más seria pero él azul también al preguntarlo, la concepción del tiempo es muy diferente para alguien que con 100 o hasta 200 años sigue en plena juventud, por su raza frente a un mundo que envejece a pasos agigantados como los de ellos en tierra -Es muy aproximado a lo que pienso y me preocupa por experiencia, te explico- tomaba un tono aún más meditabundo -Durante muchos años nade solo y encontraba lo que imaginaba como felicidad en lo que fuese, un combate, una victoria, una buena pesca, un día soleado o uno lluvioso- la miraba tratando de explicarse, no estaba seguro de que poderse dar a entender -Cuando encontre a Byakuren y Tiffany fue como hallar una perla brillante, me dieron felicidad con su trató. Contigo fue igual, cuando te conocí en Goa me hizo ilusión conocer alguien como yo. Poco a poco son momentos que iba recolectando y ahora me parecen más valiosos que los de antes de conocerles, lo que consideraba felicidad antes ha ido cambiando.- decía pensativo y tomaba un largo respiro branquial.
-Han sido hechos momentáneos, como esta tarea, a tu lado, ahora es uno de ellos, sin duda- posaba su frente en la de ella -Yo he sido feliz pero todo siempre ha ido creciendo, ahora soy más feliz, contigo y con todos en Diversity, eso el lo que me preocupa.- cerraba los ojos y extendía un profundo abrazo ese día– Que todo esto se acabe, tener que empezar a conformarme con buscar pequeñas perlas cuando no se ni como encontre las más grandes, las que ahora me hacen así de feliz -
Odín
Hoja de personaje
Nivel:
(21/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Molpe Ligeia Dom Jul 10, 2016 2:42 am
Quizá en algún punto de todo aquello la wotan se sentiría algo tonta… Ya tenía bastantes años encima de sus hombros y ponerse a debatir la vida como si de una adolecente se tratara era algo que sí, estaba fuera de lugar ya… Avergonzada ya estaba y, aquel abrazo de la que era cautiva sin ejercer resistencia alguna, ser escuchada en parte le había hecho sentir tranquila… Curioso sentimiento que después de haber estado tanto tiempo sola se había dado a flote. Y apenas terminó esperó paciente las respuestas a sus preguntas fuesen dadas. Afortunadamente o, de manera algo especial la mentalidad de ambos era parecida e incluso aquella seguridad con la que hablaba le hacía parecer más maduro, cosa que, a la betta atrajo de manera inmediata.
Recibía la mirada del contrario y, con una sonrisa la aceptaba encantada y el simple escuchar la afirmación de él la hizo volver a teñir sus mejillas de carmesí. Apenada y con nervio lo primero en hacer fue desviar un poco su mirada por sólo un instante. Llevó ambas mejillas con delicadeza a las ásperas mejillas del menor volviendo a cerrar sus párpados deteniendo el nado, quedando ambos suspendidos en el agua por segundos que parecieron horas. - También me siento feliz estando al lado de alguien que me comprende y a quien puedo abrazar… - murmuró por lo bajo y se alejó con suavidad volviendo a abrir sus párpados para posar aquellos orbes rosados que a veces parecían dibujar aquello que los humanos llamaban “corazón”. - Cuando se vive tanto tiempo aprendes a aceptar las cosas… Los seres vienen y se van… Para que alguien pueda nacer, otro más debe morir. - Susurró aún manteniendo sus manos en las mejillas de él. - El tiempo es cruel, da y quita… Permite y retiene, es así, siempre lo fue, lo es y lo será. Por ello está en uno mismo aprovecharlo, disfrutar, gozar del presente porque el pasado ya fue y el futuro en incierto. - Enterneció su mirada y con su pulgar derecho regaló una dulce caricia al azul sobre su rugosa piel - No temas, no tienes porque hacerlo… Todo acabará, tarde o temprano. Pero mientras esté, mientras exista, sea palpable y se mantenga ante ti debes disfrutarlo plenamente, protegerlo con tu alma y agradecer al tiempo por un segundo más con aquellos que son lo más importante para ti. - Sonrió más y acercó un poco su rostro al de él, lento, calmado… - Tendrás tanto miedo por el futuro que te olvidarás de vivir el presente… - Un dulce susurro, un tenue hilo de voz formó una simple oración que para la wotan sería el consejo más sincero que una mayor podía a ofrecer a aquel que apenas si comenzaba a vivir la vida. Con aquello último levantó su rostro, un tierno beso en la frente de aquel guerrero sería plantado a muestra de cariño y cierto deje de maternidad, protección y tranquilidad. Retirando con un suave movimiento sus manos siguió el camino, nadando tranquila para que él la alcanzara, comenzaba a hacerse más tarde, debían apresurarse o los demás comenzarían a padecer de hambre.
Recibía la mirada del contrario y, con una sonrisa la aceptaba encantada y el simple escuchar la afirmación de él la hizo volver a teñir sus mejillas de carmesí. Apenada y con nervio lo primero en hacer fue desviar un poco su mirada por sólo un instante. Llevó ambas mejillas con delicadeza a las ásperas mejillas del menor volviendo a cerrar sus párpados deteniendo el nado, quedando ambos suspendidos en el agua por segundos que parecieron horas. - También me siento feliz estando al lado de alguien que me comprende y a quien puedo abrazar… - murmuró por lo bajo y se alejó con suavidad volviendo a abrir sus párpados para posar aquellos orbes rosados que a veces parecían dibujar aquello que los humanos llamaban “corazón”. - Cuando se vive tanto tiempo aprendes a aceptar las cosas… Los seres vienen y se van… Para que alguien pueda nacer, otro más debe morir. - Susurró aún manteniendo sus manos en las mejillas de él. - El tiempo es cruel, da y quita… Permite y retiene, es así, siempre lo fue, lo es y lo será. Por ello está en uno mismo aprovecharlo, disfrutar, gozar del presente porque el pasado ya fue y el futuro en incierto. - Enterneció su mirada y con su pulgar derecho regaló una dulce caricia al azul sobre su rugosa piel - No temas, no tienes porque hacerlo… Todo acabará, tarde o temprano. Pero mientras esté, mientras exista, sea palpable y se mantenga ante ti debes disfrutarlo plenamente, protegerlo con tu alma y agradecer al tiempo por un segundo más con aquellos que son lo más importante para ti. - Sonrió más y acercó un poco su rostro al de él, lento, calmado… - Tendrás tanto miedo por el futuro que te olvidarás de vivir el presente… - Un dulce susurro, un tenue hilo de voz formó una simple oración que para la wotan sería el consejo más sincero que una mayor podía a ofrecer a aquel que apenas si comenzaba a vivir la vida. Con aquello último levantó su rostro, un tierno beso en la frente de aquel guerrero sería plantado a muestra de cariño y cierto deje de maternidad, protección y tranquilidad. Retirando con un suave movimiento sus manos siguió el camino, nadando tranquila para que él la alcanzara, comenzaba a hacerse más tarde, debían apresurarse o los demás comenzarían a padecer de hambre.
Molpe Ligeia
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Odín Mar Jul 12, 2016 11:27 am
- OST:
El tiempo era tan lento en esos momentos que le abrumaba la concepción de la idea de no percatarse de este, como fenomeno era algo abrumador, cuando le prestaba atención era cuando más lentamente transcurría y pese a que no era un ser de pensar mucho las cosas en ese momento lo estaba haciendo, sus preocupaciones inmediatas y futuras lo requerían, por lo que quería, por lo que disfrutaba y por lo que anhelaba fuera eterno mientras soñaba como un niño, de 66 años pero niño al fin, el vivir tantos años como un animal salvaje y con sus deseos principalmente enfocados en trivialidades que en su momento no lo eran le hacía no entender a su yo del pasado y tampoco a su yo presente, no entendía como había cambiado y porque. La mente, su mente, era algo que de momento se calentaba demasiado, si fuese una maquina ya hubiese presentado problemas pero por suerte era un ser vivo, que sentía más de lo que podía procesar, amor, deseo, sueños, preocupaciones, incomprensión y hasta odio, todo lo malo era contra el tiempo, le parecía el villano de su cuento porque era quien a la larga le quitaría lo que quería.
Las palabras de la figura que le acompañaba eran tan reales como ciertas, las preocupaciones que acongojaban al wotan azul estaban fuera de su control. Igualmente le generaba un mal trago, eso significaba que nada perduraba, todo podía cambiar en un instante, los amigos a los que quería tanto podían quedar resagados victimas del tiempo que discriminaba al medir a unos con una vara y a otros con otra, era tan injusto como los prejuicios de los humanos. Las luces de Odín dieron un parpadeo y se apagaron un poco, la intensidad en lux no superaba la mitad que tenía en los momentos en que abrazaba a Molpe, sin duda esas glándulas dependían mucho de las emociones del guerrero abisal pero este aún no lo entendía y mucho menos lo podía controlar como quisiera.
Pero también se motivaba con las palabras de la de cola rosada, si bien en su momento problemas achacarían su vida lo importante ahora era vivirla y ser feliz, lo más que pudiera, mirar las perlas y resguardarlas en su mano todo el tiempo posible, sin dejarlas ir, sin dejarlas de mirar y apreciandolas cada vez que pudiese -Tienes razón Molpe, no puedo hacer nada contra el tiempo, no ahora, no se me ocurre nada y desconozco demasiado del mundo- los ojos del guerrero reflejaban una fragilidad nunca antes mostrada, por alguna razón con el tiempo se iba haciendo un ser más de amor que de guerra ¿Acaso su padre había sido así? ¿Porque lo había abandonado? Sin conocerlo y sin crear un lazo. Eran incógnitas que pasaban como rayos de luz que se escurrían entre los atunes que en ese momento ya estaban a su lado, pasaban junto a ellos como si los ignoraran, hacían un espectáculo sobre ellos, una ráfaga en la que algunos, como si trataran de llamar la atención de quienes los necesitaban para sus amigos, pedían a gritos ser capturados pero Odín estaba pensativo aún, necesitaba un golpe de realidad, de la hermosa realidad que tenía al frente, que le halase, estaba siendo tan tonto el pobre, sujetaba a la que consideraba y probablemente lo fuese, la gigantesca figura más bella de los mares y se preocupaba por el futuro, sin duda era un pobre pez diablo -El futuro no es importante, el presente, la realidad- lo decía poco a poco, se convencía de luchar contra esos miedos, ya había superado los del nerviosismo que le generaba ahora seguía ese y después de esa lucha interna tal vez podría ser libre de los miedos, como un verdadero guerrero, con la bandera de su raza.
Odín
Hoja de personaje
Nivel:
(21/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Molpe Ligeia Vie Jul 15, 2016 9:56 pm
Y sin darse cuenta, en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba entre aquel enorme banco de peces que la rodeaban a ella y a su compañero, él, en su mundo parecía bastante pensativo después de las palabras de la bella sirena, Molpe sin querer interrumpirle, incomodarle y mucho menos molestarle sacó de su morralillo un trozo de tela lo suficientemente grande para que al ser tomado por las cuatro esquinas tuviese el tamaño de una embarcación. Tomó aquella tela y extendiéndola con sus dos manos comenzó a nadar atrapando en esta todos los peces que podían caber. - Odín ¿Comes mucho? - Cuestionó tratando de atrapar la mayor cantidad para que todos comieran perfectamente bien, sin embargo, el gran tamaño de aquellos peces era suficiente como para que un humano adulto comiera perfectamente. - No sé cuantos quepan y si falta comida tocará cazar más. - Hablaba fuerte ya que el revoloteo de los peces en el agua lograba causar un curioso sonido mientras las burbujas se creaban en el fondo del mar.
Una vez atrapó todos los que pudo, anudó las cuatro esquinas de la tela formando así una especie de red donde los peces yacían ya. Se acercó a Odín y con cuidado tomó suavemente la mano de este entrelazando suave sus dedos en un agarre firme pero dulce entre aquellas enormes manos. - Vamos con los demás… - Susurró bajito, tenue, acercándose lentamente hacia él quedando a centímetros de aquella azulada mejilla en la cual depositó un suave beso con el fin de que se tranquilizara, que se relajara - Se te irá la vida en tanto pensar. - Rió y nadó suave hacia atrás jalándolo suavemente - cuando acabemos de comer venimos por las armas. - Sugirió - A parte yo no puedo dormir en la superficie, tendré que buscar un arrecife cercano o una cueva… - susurró bajo, como si no quisiera decirlo. - Será una noche larga.. Estoy cansada… - Agregó tirando suave de él nuevamente - ¡Anda! -
Una vez atrapó todos los que pudo, anudó las cuatro esquinas de la tela formando así una especie de red donde los peces yacían ya. Se acercó a Odín y con cuidado tomó suavemente la mano de este entrelazando suave sus dedos en un agarre firme pero dulce entre aquellas enormes manos. - Vamos con los demás… - Susurró bajito, tenue, acercándose lentamente hacia él quedando a centímetros de aquella azulada mejilla en la cual depositó un suave beso con el fin de que se tranquilizara, que se relajara - Se te irá la vida en tanto pensar. - Rió y nadó suave hacia atrás jalándolo suavemente - cuando acabemos de comer venimos por las armas. - Sugirió - A parte yo no puedo dormir en la superficie, tendré que buscar un arrecife cercano o una cueva… - susurró bajo, como si no quisiera decirlo. - Será una noche larga.. Estoy cansada… - Agregó tirando suave de él nuevamente - ¡Anda! -
Molpe Ligeia
Hoja de personaje
Nivel:
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