- Pupupu~ esto es algo bastante interesante, acepto, así que pueden pagarme por adelantado - la chica sostenía una foto y un papel con los detalles y el nombre de su siguiente objetivo a matar y un hombre trajeado le paso una bolsita llena de Berries, poniéndola encima de una mesa a su lado, Nui sonrió y guardo la bolsita en su vestido - Trato aceptado con gusto, un nuevo pastel esta por gestarse, si me disculpan me pondré en marcha, tendrá la noticia de la misión cumplida en estos breves días - se levanto de la silla de madera donde estaba sentada, agarro su paraguas y abrió la puerta, abriendo su paraguas nada mas salir - Espero con gusto esa buena noticia, Pastelera - dijo el hombre trajeado antes de que la puerta se cerrara a espaldas de la chica y esta con una sonrisa, respondió - La tendrá pupupu~ - y empezó a caminar por las calles de la ciudad.

Estaba emocionada y no era para menos, el objetivo que tenia era de los que mas le gustaba, un hombre fuerte, entrenado y seguramente vigilado, su objetivo era matar a uno de los marines de la isla, era solo un soldado marine pero aun así seria mas divertido que otro trabajo de matar civiles o piratas sin wanted si quiera, sabia donde tenia que ir y a que hora ir, le habían proporcionado esa información y ahora se dirigía a donde seguramente se encontrara su victima, era un bar donde los marines de la isla iban a beber, no era un lugar que ella frecuentara ni que tuviera deseos de entrar pero aun así debía hacerlo, todo por divertirse un poco, una vez llego a la entrada del lugar, cerro su paraguas y entro como toda una señorita - Ando sedienta después de ese largo viaje - se acercaba a la barra y apoyo los codos en esta - tabernero, un poco de agua y quizás medio vaso de whisky, por favor - dijo con su típica sonrisa alegre, ya podía escuchar murmullos de los marines y clientes del bar hablando de quien podría hacer, si tendrían alguna oportunidad con ella o cosas así pero eso no le interesaba, ya había encontrado a su victima a unas pocas mesas y no lo dejaría escapar.

Por donde podemos comenzar, creo que presentándome antes de cualquier acto de este dormilón personaje, soy un pequeño ser que solo esta atrapado en los pensamientos y ambiente de Colt, a simple vista, un humilde narrador, el cual les contara ahora como es su primer paso en este lugar ¿comenzamos? se trataba de un bar común y corriente, unas cuantas personas bebiendo, otras hablando, en su mayoría marinos de distintos rangos, lo que se podría decir el momento de relajo despues del trabajo, ¿y que era de nuestro querido pelinegro? pues era su momento favorito del dia, el momento en que escapaba de sus responsabilidades, si, era marino como agradecimiento a una persona especial para el, pero eso no convertía el hecho de que trabajar de esa forma no era lo suyo, descanso o no, se mantenia oculto de los ojos de sus superiores, de una manera discreta y nada complicada, el tipo estaba sosteniendo entre sus manos una botella de alcohol, tirado en una mesa cerca de la barra, a ojos cerrados con su rostro apoyado en la madera, dormido por completo pero dando la ilusión de que estaba borracho, todo perfecto, si no fuera por el detalle de que la botella se encontraba sellada aun, sin ser probada en lo mas mínimo, y si tuviera que apostar, nuestro querido amigo Colt se durmió antes de preparar su cuartada.

—Hacen mucho ruido en este lugar... pense que aqui no me llamarían al trabajo pero la cubierta es mas cómoda que este lugar...— lentamente el joven de cabello negro abrió sus ojos, con esa imborrable expresión apática y tranquila, con su abrigo cubriendo su boca y la botella siendo soltada, lo ultimo que se pudo ver de este pequeño lapso de sueño fue un enorme y largo bostezo el cual ocupo todas las energías del chico por querer levantarse, ahi, tirado en la mesa, recorrió el exterior que lo rodeaba con la mirada, deteniéndose en sin duda lo que destacaba mas, una joven de largo cabello  y traje rosa en distintas tonalidades, por donde la vieras, chocaba totalmente con el ambiente del lugar.

El tabernero enseguida y con mas prisa que a cualquier otro que estuviera allí, pues era muy extraño ver a una chica elegante en un bar común, preparando los vasos lo mas rápido que pudo, el tabernero le entrego lo que había pedido y esta pago con unas pocas monedas, tomando el vaso de agua y bebiéndolo con rapidez, realmente tenia sed, escuchaba los murmullos y las palabras que tenían que decir, algunos comentaban sobre ella, sobre llevársela a la cama o algún otro lugar, otros ignoraban ese echo y siguieron hablando con sus cosas, Harime tomo su vaso de whisky, se giro dando la espalda a la barra y miro a todos en el lugar con una sonrisa, pobres necios pensó mientras ahora dirigió su miraba hacia su objetivo, movió un dedo apuntándolo y haciendo un gesto para que se acercara, el marine dio un sobresalto, sorprendido porque la chica con aspecto de niña le estaba incitando a que se acercara, así que sin pensarlo mucho, este se levanto y se dirigió hacia Nui, estaba jugando con la mente de este, los hombres eran simples si veían una cara bonita, casi todos cederían a beber una copa con la chica mas guapa del lugar y cuanto mas grandes eran menos exigentes se volvían.

El marine pidió una botella de cerveza para el mientras se coloca al lado de Nui, esta lo miraba de arriba a abajo, despreciable, mientras se tomaba un sorbo de su vaso pregunto - Te preguntaras el porque te llame a ti pupupu~ - El marine se rasco la nuca y contesto - jejeje pues si, no esperaba que una chica linda me invitara a charlar jejeje - Nui con una sonrisa, dejo el vaso en la barra y se acerco al marine - A veces lo imposible se hace realidad ¿Como te llamas? - el marine respondió casi al instante con tono nervioso - A...Andersen Wolfstein... - Bingo, era a quien estaba buscando - Oh, esa es una familia rica según escuche - puso una mano en el pecho del chico y se acerco lo suficiente para actuar, se apego mientras sacaba de su bolsillo derecho una aguja con la punta rociada en un veneno verde de efecto lento pero que acabaría durmiendo a su victima, le dio una punzada en el brazo y la guardo de inmediato - Aich! ¿que fue eso? - se miro el brazo, donde tenia una pequeña punzada - Debe de haber sido un mosquito pupupu ~ - marcado, solo restaba esperar unas horas hasta que su victima cayera fulminado.

Sin duda la apariencia de la joven levantaba la vista de mas de uno dentro del bar, todos murmuraban con solo ver su aspecto, y sin descontar su forma de hablar, con la suerte de los que estaban mas cerca, pero había algo diferente, un pequeño detalle que no le permitía al joven caer rendido en sus sueños, mientras miraba fijamente a esta y al marino frente a ella, tal vez un simple compañero de trabajo para el, pero con un rostro que no le sonaba en lo mas mínimo, claro esta, para Colt, conocer a una persona asi no significa mucho, pues pocas veces mezcla su vida normal con el trabajo, ya sean de amistades o parecidos, bueno, volviendo al tema central, la nariz del joven de cabellera negra era asaltada repetidas veces por un inconfundible olor, un aroma dulce, como de pastel recién horneado, tenue dentro del bar, pero que esa única y pequeña muestra que recorrió una sola vez su nariz basto para despejar su mente de el maravilloso mundo onírico.

—Es demasiado dulce...— sin duda los pocos dulces que a probado en su vida se pueden contar con los dedos, pues si no era robado o por un efecto de enorme suerte, el no tenia oportunidad de siquiera conocer su sabor, por lo que entre el aroma del tabaco, alcohol, y agregados de quienes estuvieran en ese momento en el interior, no podía dejar de separar de todos estos un pequeño y dulce aroma, proveniente de la delgada chica de traje rosa, el pelinegro se levanto de su asiento, estirando sus brazos y haciendo sonar mas de uno de los huesos de su cuerpo para luego caminar hasta los dos que ya estaban hablando, ignorando levemente al marino, su vista se dirigio a Nui, apoyando ambos brazos en la barra —Usualmente no diría nada, pero no puedo evitarlo, tu dulce aroma me esta matando el sueño... ¿les importa si los acompaño?— tal vez palabras que se pueden confundir facilmente, dentro de la cabeza del joven, estas eran una queja por su espanto de sueño, pero gracias a su expresión tan apática esta podía ser entendida de la forma que el receptor quisiera.

Mientras Nui hablaba con su objetivo, distrayendolo para que el tiempo pasara y el veneno hiciera su efecto, esta vio como un chico, el chico que antes estaba dormido aparecía a su lado en la barra y dirigió unas bonitas palabras sobre su aroma a Nui, esta así lo entendió pero antes de que pudiera decir nada el marine se le adelanto - Oye tu...fuera de aquí ¿me entiendes? - bostezo - vaya, parece que me entro el sueño...tu culpa niño, estas intentando quitarme a mi chica! - dijo agarrando al dormilón del cuello de su ropa pero este ceso cuando una afilada uña se acerco a su cuello, a pocos centímetros de sus vasos sanguíneos, era Nui que estaba en contra de montar un escándalo, pues prefería el sigilo y la cautela - Primero, no soy de nadie, marine idiota - lo miro con una sonrisa y el marine soltó al chico de rostro apático mientras temblaba de miedo - Segundo, este no es lugar para montar un escandalo, te recomiendo marcharte de aquí antes de que llame a mi papa, no sabes con quien tratas - Eso era una mentira pero aun así tenia que mantener su aspecto de niña rica que tiene una protección de un noble, el marine asintió y salio del local, quedándose apoyado en una columna de afuera.

- Disculpa los modales de ese imbécil, ahí gente que no sabe disfrutar de una copa - movía la copa haciendo que su contenido girara en la misma mientras Nui miraba al chico - Gracias por el halago, es extraño encontrar a gente así por estos lares, me entiendes ¿no? - tomo un sorbo de su whisky y volvió a mirar al chico - Aunque no  te respondí a tu pregunta, no me importa si me acompañas pupupu~ - y sin quererlo, un extra de su misión había aparecido, eso la ponía feliz, mas ingredientes se cocían en este pastel de color azul.

—"Quitarme a mi chica..." es acaso un perro que marca su propiedad solo con orinar la, un animal repulsivo que solo se interesa por alguien del sexo opuesto por sus lascivos impulsos... me da asco el solo pensar que debo usar el mismo uniforme que ese sujeto... — al escuchar como el otro sujeto se largaba de mal humor, el joven Colt se mantenia cansado y sin mucho interés en la barra, abrazando la anterior botella como si se tratara de una almohada, seguramente el tiempo que paso con esta provoco que tanto el liquido como el envase se calentaran por su propia temperatura, haciendo asi de termo al adormilado pelinegro, no sin antes volver a abrir sus ojos, recordando lo que acababa de interrumpir —Colt... es mi nombre, puedes llamarme asi, y creo que si es dificil, no siempre vengo a dormir en el bar, pero el piso de los pasillos es helado... tu eres...— este intentando preguntar su nombre, abrió por fin la bebida que mantenia entre sus brazos, bebiendo un pequeño trago directamente de esta al faltar le una copa o parecido, suspirando —Cálida...— se estaba refiriendo a la bebida, pero gracias a su forma de hablar, con pausas que parecen pensativas, hasta yo mismo creería que se estaba refiriendo a que Nui era cálida, si no fuera por la temperatura actual de la botella.

—Si de verdad fueras la hija de algún tipo poderoso no estarías en este lugar, asi que me cuesta creer eso, y me llamas la atencion ¿te parece conocernos un poco? a menos que tengas algo que hacer...— mantenia su apática expresión, casi bostezando pero mirando fijamente los movimientos de su acompañante, sus delicados brazos, unas manos tan cuidadas que parecen el trabajo de un escultor —Es una pena, un par de manos tan bien cuidadas como las tuyas se estropearan con este lugar, el alcohol no es un buen acompañante si esta tan marcado como cada centimetro de este bar...— este soltó un ultimo suspiro e hizo una señal hacia la salida, le estaba proponiendo salir del bar para seguir su charla.

Escuchaba las palabras del chico a su lado con atención, incluso se presento y ahora le proponía dar una vuelta, esta acepto de buena gana pues ya había cumplido con lo que había venido a hacer, así que irse y volver mas tarde no le haría daño, mientras salían del bar, todas las miradas se centraron en ellos dos, pues esta era la que mas llamaba la atención y mas luego de decir que era una niña rica, cuando ya salieron hacia el exterior, esta abriendo su paraguas para que no le diera el sol, le dirigió unas palabras ademas de presentarse - Es inusual ver a alguien tan versado en la palabra por aquí, por cierto mi nombre es Riruka Stark, creo que debes conocer a los fabricantes de armas y armamento Starks, yo soy una de las herederas de ese negocio pupupu~ - se tapo la boca con una mano con delicadeza mientras reía, todo lo que había dicho era una vil mentira, no podía dejar que fuera descubierta por nadie.

Mientras caminaba con el chico, esta lo miraba de reojo pues no se fiaba de alguien así como así, incluso desconfiaba de las acciones que ella misma podía tomar en cualquier situación, algunas veces se le iba la mano con los asesinatos y dejaba un reguero de victimas pero eso era únicamente cuando era tocada o recibía daño, por muy mínimo que fuera, en sus manos o brazos, para ella eran lo mas preciado pues le permitían hacer pasteles, si algo así sucedía, podía volverse una persona completamente diferente y sanguinaria. El chico pareció entender la importancia de sus manos sin que esta tuviera que explicárselo, así que le dirigió unas amables palabras - Veo que te percataste de la importancia y lo bien cuidada que estaban mis manos, es impresionante que alguien se fije en eso pupupu ¿no tendrás un fetiche con las manos? - dijo en tono de broma mientras soltaba una leve risita.

—Es fácil para mi saberlo...— el joven de cabello negro se detuvo unos segundos, como ya esta acostumbrado, sin cambiar su expresión, calmado, pensando cada segundo sobre lo que haría, pero provocando lo que era unas ganas de recostarse y dormir, pero antes de comenzar a ver atractivo el suelo para tomar una siesta, este levanto ambas mangas hasta algo mas arriba de los ante brazos, como resultado, un par de brazos algo trabajados pero no mucho por su fisico de notaban facilmente, remarcando en estos varias cicatrices de cortes o quemaduras, bastante antiguas pero no por eso borradas con el tiempo —No soy la persona con mejor suerte, o tal vez si, pues sigo vivo... pero no muy cuidado, es por eso que puedo notar facilmente cuando una persona cuida algo mas de lo normal, es como... bueno, como nunca tuve nada, se lo que es cuidar algo como un tesoro...— cerro sus ojos de par en par, volviendo sus mangas a la normalidad y desapareciendo asi las marcas de su pasado en las calles, claro, todo su cuerpo estaba cubierto por estas cicatrices, por distintas situaciones que podrían ser contadas en su momento, pero mas importante, demostrando que la vestimenta del joven no era solo por moda.

—Si tuviera un fetiche con las manos creo que estaría buscando verlas mas de cerca, jeje...— una pequeña risa escapo de sus labios, al igual que una sonrisa, la cual fue encubierta por lo largo de su ropa, tal vez de las maravillas del mundo, pues su rostro rara vez muestra expresiones, mas que la de bostezar claro esta, pero sin mas, volviendo a su estado normal, cruzándose de brazos para concentrarse en sus pensamientos —Te saque el bar y ahora eres mi rehén, supongo que significa que hoy no ire a trabajar ¿pasamos el día haciendo algo?— lo de rehén era una obvia broma refiriéndose a que la acompañaba ahora, y si mayor duda, era como ocuparía para entretenerla, despues de todo, no todos los días alguien acepta salir con un extraño.