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Creado por Shinkai Urukiora Vie Ago 19, 2016 6:12 pm
El proseguir de la noche de reencuentro continuaba, al lado de la semidesnuda y bella ningyo azulada, era mi responsabilidad protegerla, así lo veía y sentía. Habíamos caminado lo suficiente sobre la arena de la playa pero ella necesitaba ropajes, y vestimentas que resguardaran su cuerpo, más que mis alas a su alrededor. La arena de la playa era cálida al contacto pese a la fría oscuridad que nos envolvía, siendo nosotros la única llama de vida por la playa. Mi ala derecha envolvía su cintura, cual negra minifalda, mi mano y antebrazo en su hombro mientras continuábamos caminando, paso a paso, porque para ella eran muy importantes, los primeros que daba en tierra.
El gyojin se sentía algo preocupado porque ciertamente su futuro no iba a ser nada tranquilo, no quería ver a Yamurahiha envuelta en sus asuntos que a la larga probablemente tendería a los problemas y la persecución pero a la vez no quería separarse de ella, tantos tiempo desde que la había conocido y seguía igual de bella y pura, siempre había sido un alma noble y probablemente ni siquiera pensaba en dañar a un humano, a diferencia de Shinkai que quería exterminarlos por completo, uno a uno y con dolor de ser necesario. No podía olvidar lo que le habían hecho a tantos conocidos, a tantos amigos. Vidas submarinas arruinadas por doquier.
Le sujetaba una mano y le comentaba -Hasta ahora no has tenido ningún problema al caminar, se te dará cada vez mejor con el tiempo - la mano en su hombro pasaba ahora a acariciar su mejilla mientras me ponía frente a ella, la miraba a sus profundos ojos azules y decía -Tenemos tanto de que hablar, ponernos al día, sigo atónito por haberte encontrado en un momento como este - las olas de fondo impactaban a una gran roca a la que íbamos aproximándonos y tronaba, un fuerte sonido como el palpitar de mi corazón por ella, seguía sin creerlo y bajo esa noche de luna perfecta, no quería dejarla ni un segundo sola.
Cuéntame de estos años en el mar, de tus sueños actuales, de lo que esperas de tu vida - la invitaba a conversar mientras no la veía, miraba al horizonte porque estaba pensativo, cierta parte de él estaba inconforme con las propuestas que tenía para ella, era llevar una flor a un campo de guerra pero realmente la quería y no sabía si esa flor quería despegarse de su suelo -Yo he nadado mucho y he cambiado desde que nos vimos por ultima vez- hablaba más ahínco de lo interno aunque igualmente su aspecto ahora era mucho mayor, su altura, su escamado bianconero y sus alas que ahora eran gigantescas en comparación con su infancia. -¿Es la primer isla en la que caminas? ¿Qué tanto has tratado con humanos?- le preguntaba ciertamente melancólico, una parte de el estaba preocupada por el futuro, en demasía. "¿Quizás no debería preocuparme tanto pero no puedo evitarlo? Ella me importa demasiado como para querer llevarla a un futuro sangriento como el que me espera ¿Y si no esta preparada?¿Si me ve como un monstruo por mis ideales?"
El gyojin se sentía algo preocupado porque ciertamente su futuro no iba a ser nada tranquilo, no quería ver a Yamurahiha envuelta en sus asuntos que a la larga probablemente tendería a los problemas y la persecución pero a la vez no quería separarse de ella, tantos tiempo desde que la había conocido y seguía igual de bella y pura, siempre había sido un alma noble y probablemente ni siquiera pensaba en dañar a un humano, a diferencia de Shinkai que quería exterminarlos por completo, uno a uno y con dolor de ser necesario. No podía olvidar lo que le habían hecho a tantos conocidos, a tantos amigos. Vidas submarinas arruinadas por doquier.
Le sujetaba una mano y le comentaba -Hasta ahora no has tenido ningún problema al caminar, se te dará cada vez mejor con el tiempo - la mano en su hombro pasaba ahora a acariciar su mejilla mientras me ponía frente a ella, la miraba a sus profundos ojos azules y decía -Tenemos tanto de que hablar, ponernos al día, sigo atónito por haberte encontrado en un momento como este - las olas de fondo impactaban a una gran roca a la que íbamos aproximándonos y tronaba, un fuerte sonido como el palpitar de mi corazón por ella, seguía sin creerlo y bajo esa noche de luna perfecta, no quería dejarla ni un segundo sola.
Cuéntame de estos años en el mar, de tus sueños actuales, de lo que esperas de tu vida - la invitaba a conversar mientras no la veía, miraba al horizonte porque estaba pensativo, cierta parte de él estaba inconforme con las propuestas que tenía para ella, era llevar una flor a un campo de guerra pero realmente la quería y no sabía si esa flor quería despegarse de su suelo -Yo he nadado mucho y he cambiado desde que nos vimos por ultima vez- hablaba más ahínco de lo interno aunque igualmente su aspecto ahora era mucho mayor, su altura, su escamado bianconero y sus alas que ahora eran gigantescas en comparación con su infancia. -¿Es la primer isla en la que caminas? ¿Qué tanto has tratado con humanos?- le preguntaba ciertamente melancólico, una parte de el estaba preocupada por el futuro, en demasía. "¿Quizás no debería preocuparme tanto pero no puedo evitarlo? Ella me importa demasiado como para querer llevarla a un futuro sangriento como el que me espera ¿Y si no esta preparada?¿Si me ve como un monstruo por mis ideales?"
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Yamuraiha Vie Ago 19, 2016 7:36 pm
Al fin lejos de ojos ajenos, al fin se sentía segura, por fin... solos
Su mente era un caos, sus recuerdos se mezclaban con la realidad que estaba viviendo ahora y por lo mismo era que no podía apartar la sorprendida pero conmovida mirada de la sirena ahora con frágiles piernas al gyojin que la sostenía con tanto amor y calor que era imposible ignorar los brincos que su estupefacto corazón daban apenas daba cuenta de su presencia. Shinkai había cambiado tanto... pero su mirada, esa dulce, nostálgica mirada seguía allí así como la falta de una sonrisa sincera y feliz. Nunca le había temido, al contrario siempre encontró fascinante su sola existencia, un alma triste, dulce y tan sola... Se halló pensando formas en hacerlo feliz antes de escuchar la primera frase de sus labios. Su voz... tan serena y a la vez inflexible, fría y sin embargo, ella no sintió indiferencia. Tan solo percibía dulzura ¿Hacia ella? ¿Porqué, si debía ser al revés? ¿Cuándo se habían invertido los papeles?
Ya no es un niño... pero sigue siendo la pequeña mantarraya que adoro
Si, ya no tenía muchas dificultades para caminar, y aunque bien podría avanzar sin apoyo era el frío de la noche lo que la incitaba a no apartarse de su lado, a agradecer que le tomara la mano. El contacto le recordaba su hogar, esas tardes nadando con él en busca de aventuras-es porque tú me estás ayudando, Shinkai...- más recuerdos. Uno donde simplemente ambos conversaban sentados en una gran piedra, y él se teñía las mejillas de rojo al verla. Ahora la de las mejillas encendidas era ella al darse cuenta que estaba desnuda, y aunque él la cubría, la vergüenza de sentirse descubierta ante él le paralizaba... y emocionaba, sin saber todavía porqué. Tantas preguntas, tanto qué contarle, tanto que... aprender de los dos -He seguido explorando los mares, aventurándome en sus profundidades hasta dar con algunos descubrimientos... aunque es poco lo que he logrado en estos doce años. Los humanos jamás me habían visto hasta esta noche y, debo admitir que sus miradas me causan algo de incomodidad y desconfianza- se detiene, por lo que ha presenciado durante su breve encuentro en la costa nota que Shinkai los desprecia sin entender porqué, realmente
-La luna me dijo que saliera a la superficie... quizá quería que nos encontráramos-levantó entonces la mirada a la enorme señora de la noche, para sonreírle y darle silentes gracias por el reencuentro -Si me preguntas de mis sueños... es difícil decirlo. Pero secretamente había... deseado, soñado... con este momento. Verte de nuevo, mi mantarraya...-
se atrevió a mirarlo a los ojos, y ya fuera por el momento, o porque así se lo dictaba su corazón, se puso en puntillas para regalarle un beso en la mejilla
-Te extrañaba tanto-
Su mente era un caos, sus recuerdos se mezclaban con la realidad que estaba viviendo ahora y por lo mismo era que no podía apartar la sorprendida pero conmovida mirada de la sirena ahora con frágiles piernas al gyojin que la sostenía con tanto amor y calor que era imposible ignorar los brincos que su estupefacto corazón daban apenas daba cuenta de su presencia. Shinkai había cambiado tanto... pero su mirada, esa dulce, nostálgica mirada seguía allí así como la falta de una sonrisa sincera y feliz. Nunca le había temido, al contrario siempre encontró fascinante su sola existencia, un alma triste, dulce y tan sola... Se halló pensando formas en hacerlo feliz antes de escuchar la primera frase de sus labios. Su voz... tan serena y a la vez inflexible, fría y sin embargo, ella no sintió indiferencia. Tan solo percibía dulzura ¿Hacia ella? ¿Porqué, si debía ser al revés? ¿Cuándo se habían invertido los papeles?
Ya no es un niño... pero sigue siendo la pequeña mantarraya que adoro
Si, ya no tenía muchas dificultades para caminar, y aunque bien podría avanzar sin apoyo era el frío de la noche lo que la incitaba a no apartarse de su lado, a agradecer que le tomara la mano. El contacto le recordaba su hogar, esas tardes nadando con él en busca de aventuras-es porque tú me estás ayudando, Shinkai...- más recuerdos. Uno donde simplemente ambos conversaban sentados en una gran piedra, y él se teñía las mejillas de rojo al verla. Ahora la de las mejillas encendidas era ella al darse cuenta que estaba desnuda, y aunque él la cubría, la vergüenza de sentirse descubierta ante él le paralizaba... y emocionaba, sin saber todavía porqué. Tantas preguntas, tanto qué contarle, tanto que... aprender de los dos -He seguido explorando los mares, aventurándome en sus profundidades hasta dar con algunos descubrimientos... aunque es poco lo que he logrado en estos doce años. Los humanos jamás me habían visto hasta esta noche y, debo admitir que sus miradas me causan algo de incomodidad y desconfianza- se detiene, por lo que ha presenciado durante su breve encuentro en la costa nota que Shinkai los desprecia sin entender porqué, realmente
-La luna me dijo que saliera a la superficie... quizá quería que nos encontráramos-levantó entonces la mirada a la enorme señora de la noche, para sonreírle y darle silentes gracias por el reencuentro -Si me preguntas de mis sueños... es difícil decirlo. Pero secretamente había... deseado, soñado... con este momento. Verte de nuevo, mi mantarraya...-
se atrevió a mirarlo a los ojos, y ya fuera por el momento, o porque así se lo dictaba su corazón, se puso en puntillas para regalarle un beso en la mejilla
-Te extrañaba tanto-
Yamuraiha
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Sáb Ago 20, 2016 6:24 am
Ayudarla a cada paso era gratificante, me encantaba guiarla y verla tan sonriente, dispuesta a avanzar a mi lado. De momento fuese en esa arena blanca que iradiada por la luz de la luna la hacía parecer aún más virgen, tanto a ella como a la playa. La sirena que había dado primeros pasos parecía mirarme diferente, como yo la miraba la ultima vez que la vi. Eso sentía y al observarla reír y acostumbrarse a la vida terrestre no podía más que sonreír, en mi interior por ella, me hubiese gustado expresarlo como ella.
-No es por eso Yamuraiha, es porque puedes y eres capaz, siempre lo has sido- decía tratando de evitar la necesidad a la que aún no quería aferrarse, no si no estaba seguro de lo que le deparaba e imaginando como ella había podido superar su estancia sola por los bastos mares. El gyojin pasaba su mano por la cabellera azul, peinando hacía atrás y resguardando un mechón tras su oreja -Lo que tu hayas hecho en estos años es un logro, no lo demerites porque visitaste y nadaste por lugares a los que los humanos solo temen.- decía firmemente y cerrando el puño de la mano que no le peinaba -Esos tipos que lastimosamente vimos estaban podridos, por sus comentarios era entendible que no entendían de tolerancia racial, como la mayoría, requieren un rectificante- el gyojin se enervaba más de lo que debería, bajaría la mano de el pelo de la sirena y lo posaría en el hombro alejado, un abrazo para tomar un poco de paz de ella, de luz. Apacible luz lunar mágica que solo era evocaba por su piel.
Luego de un momento de desatención, porque eso era pensar en los humanos cuando tenía a la ningyo de sus sueños a la par, escucharía el porque de su salida a tierra y el significado para ella. El alado además le tomaba las manos en lo que le miraba a los ojos y la veía acercarse. Un beso próximo, era preciso y certero con el ser que muchos jurarían no tenía alguno. Cerró los ojos en el instante en que eso sucedió. Era tan increible por solo el hecho de estar en sus sueños, ciertamente le parecía imposible -Sin duda ese astro es una diosa que vela por el bien de los mares y sus seres, nosotros. Jamás pensé en un momento como este, contigo, solo contigo pudiese ser real, imagine escenarios inocentes e infantiles en su momento pero nada tan perfecto como esto - miraba hacía el cielo para luego mirarla a ella y meditar levemente que no había diferencia en su luz -Pernoctar con la luna bella, cuando aún esta llena, junto a lo importante, el mar y con a ella - diría con voz lírica.
Si bien ella había dado un beso en la mejilla Shinkai siempre había sido un ente voraz y para el aunque eso era hermoso no era suficiente, pondría una mano en la barbilla y la observaría fijamente, 4 segundos y procedería por sus labios. Ella había dado un paso de cariño pero la mantarraya daba el de amor, como el que se estaban expresando con palabras y ahora con hechos. Boca con boca, no era intrusivo, era con ternura, con admiración. La que siempre había tenido con ella y al separarse le decía colocando su frente con la de ella -En ocasiones pensé que los humanos podían tenerte cautiva, no imaginas la preocupación y la rabia que eso me llego a dar, el no saber nada era el mayor de los males. La ignorancia, en ocasiones puede ser una virtud pero para mi fue un martirio, me atrevería a decir que hoy soy lo que soy por eso, por cada acto vil que presencie y ahora me hace imposible confiar en esos seres terrestres.- Se daba un respiró y con su rostro triste decía - esto es por comprensión, quisiera hablar mas del presente pero debo aclararte mi pensamiento actual, si es que lo entiendes o lo vas a renegar - decía cerrando los ojos con preocupación por lo que estaba por decir.
-No es por eso Yamuraiha, es porque puedes y eres capaz, siempre lo has sido- decía tratando de evitar la necesidad a la que aún no quería aferrarse, no si no estaba seguro de lo que le deparaba e imaginando como ella había podido superar su estancia sola por los bastos mares. El gyojin pasaba su mano por la cabellera azul, peinando hacía atrás y resguardando un mechón tras su oreja -Lo que tu hayas hecho en estos años es un logro, no lo demerites porque visitaste y nadaste por lugares a los que los humanos solo temen.- decía firmemente y cerrando el puño de la mano que no le peinaba -Esos tipos que lastimosamente vimos estaban podridos, por sus comentarios era entendible que no entendían de tolerancia racial, como la mayoría, requieren un rectificante- el gyojin se enervaba más de lo que debería, bajaría la mano de el pelo de la sirena y lo posaría en el hombro alejado, un abrazo para tomar un poco de paz de ella, de luz. Apacible luz lunar mágica que solo era evocaba por su piel.
Luego de un momento de desatención, porque eso era pensar en los humanos cuando tenía a la ningyo de sus sueños a la par, escucharía el porque de su salida a tierra y el significado para ella. El alado además le tomaba las manos en lo que le miraba a los ojos y la veía acercarse. Un beso próximo, era preciso y certero con el ser que muchos jurarían no tenía alguno. Cerró los ojos en el instante en que eso sucedió. Era tan increible por solo el hecho de estar en sus sueños, ciertamente le parecía imposible -Sin duda ese astro es una diosa que vela por el bien de los mares y sus seres, nosotros. Jamás pensé en un momento como este, contigo, solo contigo pudiese ser real, imagine escenarios inocentes e infantiles en su momento pero nada tan perfecto como esto - miraba hacía el cielo para luego mirarla a ella y meditar levemente que no había diferencia en su luz -Pernoctar con la luna bella, cuando aún esta llena, junto a lo importante, el mar y con a ella - diría con voz lírica.
Si bien ella había dado un beso en la mejilla Shinkai siempre había sido un ente voraz y para el aunque eso era hermoso no era suficiente, pondría una mano en la barbilla y la observaría fijamente, 4 segundos y procedería por sus labios. Ella había dado un paso de cariño pero la mantarraya daba el de amor, como el que se estaban expresando con palabras y ahora con hechos. Boca con boca, no era intrusivo, era con ternura, con admiración. La que siempre había tenido con ella y al separarse le decía colocando su frente con la de ella -En ocasiones pensé que los humanos podían tenerte cautiva, no imaginas la preocupación y la rabia que eso me llego a dar, el no saber nada era el mayor de los males. La ignorancia, en ocasiones puede ser una virtud pero para mi fue un martirio, me atrevería a decir que hoy soy lo que soy por eso, por cada acto vil que presencie y ahora me hace imposible confiar en esos seres terrestres.- Se daba un respiró y con su rostro triste decía - esto es por comprensión, quisiera hablar mas del presente pero debo aclararte mi pensamiento actual, si es que lo entiendes o lo vas a renegar - decía cerrando los ojos con preocupación por lo que estaba por decir.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Yamuraiha Lun Ago 29, 2016 11:20 am
Es así como fluye las olas del tiempo; navegan suaves y seguras de sí mismas a través de las corrientes de las circunstancias, y en las orillas de lo inevitable chocan, mueren ¡Viven! y una vez más regresan al flujo del que se separaron. El mar sabe lo que hace porque la luna no se lo dicta, ni se lo explica: es solo el rumor de una palabra, y el mar la interpreta a su entendimiento, a su manera, a su corazón... ¿Crees que el mar es vacío? No lo es, no es vacío, al menos, no de sentimientos. Tantas historias no ha presenciado, tantas alegrías no ha causado, tanta esperanza...
Amor
Permite en tu propia inocencia la oscuridad amiga necesaria en tu luz, porque una no puede existir sin la otra. Las dos se necesitan, las dos se buscan y cuando se encuentran... Se crea la Vida. Ama, ama sin control, con pasión y con entrega. Porque amar es el único sufrimiento necesario. Porque amar... es lo que nos une a la Madre Océano
Nunca un texto había sido tan cierto como ese en aquel momento ni preciso. El mar daba vida, era una emoción constante y el mismo hecho que Yamuraiha lo recordara con tanta exactitud en aquel momento no decía otra cosa más que la verdad, por mucho que la confundida sirena lo intentara no negar, pero sí darle otro nombre. Las acciones y palabras de la mantarraya seguían teniendo el mismo efecto como cuando él era un niño y ella alcanzaba apenas la mayoría de edad con la ahora diferencia de que no había nada que les impidiera ser sinceros con el otro, y más prueba que aquello fue el beso que le regaló el gyojin tan sorpresivamente. El gesto fue bienvenido, sorpresivo claro, pero no rechazado. Cientos de emociones navegaron por el cuerpo de la sirena, empezando por la suavidad de la arena bajo sus pies, la sensación de Shinkai a su alrededor cuerpo con cuerpo, lo salado del beso por el agua que saboreaba de sus labios, el corazón agitado y agradecido... el deseo que el beso no se terminara jamás. Todo se puso oscuro, no había trazo de esa luz que todo el tiempo notaba cada segundo de su vida y por primera vez sintió paz, equilibrio. Entendió entonces lo que pasaría, no lo detendría, no lo negaría por ser ese su lugar. Mientras más avanzaba el beso más débil se sentía, las piernas encontraban difícil sostener su derrepente cuerpo de mantequilla y estaba segura que si él no la estuviera sosteniendo desde hace mucho se hubiera dejado rendir. Roto el beso más no el encanto le escuchó y mientras lo hacía alzó la mano -su izquierda- para tocarle la mejilla, delinear sus labios con el pulgar sin apartarse ni un centímetro del cálido abrazo que compartían. Había olvidado el hecho de que estaba desnuda por la manera en que se apegaba a él, sin remordimiento o pensamiento. Entendió sus palabras, desde siempre había sabido como era, y no iba a ponerlo en duda o a juzgar. La misma mano que lo acariciaba bajó lentamente a su cuello deslizándose hasta su nuca, su cabello y tras comprobar que no oponía resistencia le dejó ver la más sincera, cariñosa... traviesa de sus sonrisas
-Querida mantarraya, no hablemos de cosas tristes ahora. Estamos juntos, y así... quiero que permanezcamos- su corazón ahora yacía abierto entre las manos del ser blanquinegro sin protección alguna, vulnerable, blando y prístino. La urgencia de sentirlo de nuevo fue lo suficientemente fuerte como para que ella fuera ahora la que lo asaltara con un beso, uno dulce pero no suave de pasión, el fuego llamaba a su puerta implacable, poderoso e inclemente
Amor
Permite en tu propia inocencia la oscuridad amiga necesaria en tu luz, porque una no puede existir sin la otra. Las dos se necesitan, las dos se buscan y cuando se encuentran... Se crea la Vida. Ama, ama sin control, con pasión y con entrega. Porque amar es el único sufrimiento necesario. Porque amar... es lo que nos une a la Madre Océano
Nunca un texto había sido tan cierto como ese en aquel momento ni preciso. El mar daba vida, era una emoción constante y el mismo hecho que Yamuraiha lo recordara con tanta exactitud en aquel momento no decía otra cosa más que la verdad, por mucho que la confundida sirena lo intentara no negar, pero sí darle otro nombre. Las acciones y palabras de la mantarraya seguían teniendo el mismo efecto como cuando él era un niño y ella alcanzaba apenas la mayoría de edad con la ahora diferencia de que no había nada que les impidiera ser sinceros con el otro, y más prueba que aquello fue el beso que le regaló el gyojin tan sorpresivamente. El gesto fue bienvenido, sorpresivo claro, pero no rechazado. Cientos de emociones navegaron por el cuerpo de la sirena, empezando por la suavidad de la arena bajo sus pies, la sensación de Shinkai a su alrededor cuerpo con cuerpo, lo salado del beso por el agua que saboreaba de sus labios, el corazón agitado y agradecido... el deseo que el beso no se terminara jamás. Todo se puso oscuro, no había trazo de esa luz que todo el tiempo notaba cada segundo de su vida y por primera vez sintió paz, equilibrio. Entendió entonces lo que pasaría, no lo detendría, no lo negaría por ser ese su lugar. Mientras más avanzaba el beso más débil se sentía, las piernas encontraban difícil sostener su derrepente cuerpo de mantequilla y estaba segura que si él no la estuviera sosteniendo desde hace mucho se hubiera dejado rendir. Roto el beso más no el encanto le escuchó y mientras lo hacía alzó la mano -su izquierda- para tocarle la mejilla, delinear sus labios con el pulgar sin apartarse ni un centímetro del cálido abrazo que compartían. Había olvidado el hecho de que estaba desnuda por la manera en que se apegaba a él, sin remordimiento o pensamiento. Entendió sus palabras, desde siempre había sabido como era, y no iba a ponerlo en duda o a juzgar. La misma mano que lo acariciaba bajó lentamente a su cuello deslizándose hasta su nuca, su cabello y tras comprobar que no oponía resistencia le dejó ver la más sincera, cariñosa... traviesa de sus sonrisas
-Querida mantarraya, no hablemos de cosas tristes ahora. Estamos juntos, y así... quiero que permanezcamos- su corazón ahora yacía abierto entre las manos del ser blanquinegro sin protección alguna, vulnerable, blando y prístino. La urgencia de sentirlo de nuevo fue lo suficientemente fuerte como para que ella fuera ahora la que lo asaltara con un beso, uno dulce pero no suave de pasión, el fuego llamaba a su puerta implacable, poderoso e inclemente
Yamuraiha
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Lun Ago 29, 2016 7:21 pm
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Yamuraiha Jue Sep 01, 2016 8:57 pm
La brisa marina nocturna, el romper de las olas en las orillas junto con el candor de las estrellas que, titilantes allá en el infinito cielo azul oscuro parecían alegremente guiñarles el ojo a la pareja que por fin se sinceraban al respecto del otro para unirse en un mismo latido, un mismo sentimiento. La sirena de piernas humanas sabía que estaba en el lugar correcto con quien debía compartir el resto de su vida. El maravilloso sentimiento de calidez la embargaba, llenaba y aligeraba su corazón ahora en manos del gyojin de mirada brillante pero triste a quien correspondía, acariciando no solo su piel o su cabello, si no que también consolaba su alma para llenarla de luz, su luz
Luego, se hizo evidente que solo el contacto de sus labios no era suficiente para apaciguar el fuego, o poner nombre a todo lo que la ningyo cargaba en su interior. Con tierna dulzura terminó el beso solo para acariciar su rostro abrazarlo con fuerza después poniéndose de puntillas para poder alcanzar su cuello y dejar ahí un beso
-Shinkai... hay tanto que quiero decirte mi mantarraya...- susurró en su oído y temblando ligeramente por la cola del gyojin que no parecía querer soltarla es que sonrió nuevamente -Pero nunca he sido buena con las palabras. Y ahora esto que siento no hallo la mejor manera para decírtelo, pero puedo intentarlo. Ven, siéntate a mi lado- invitó siendo ella quien lo dirigió a una piedra lo suficientemente cerca del mar como para mojarse los pies con las olas. Calmados sus nervios tomada de la mano del gyojin, la ningyo miró a Shinkai a los ojos antes de entreabrir los labios
La canción terminaba, y finalmente Yamuraiha pudo ser capaz de decir todo lo que su corazón guardaba, todos los recuerdos volvieron a su mente de cuando estaban en la isla y compartieron todas aquellas aventuras que se convertirían y darían pie a ese amor, que perduró hasta ese momento ¿Podía pedir algo más?
Luego, se hizo evidente que solo el contacto de sus labios no era suficiente para apaciguar el fuego, o poner nombre a todo lo que la ningyo cargaba en su interior. Con tierna dulzura terminó el beso solo para acariciar su rostro abrazarlo con fuerza después poniéndose de puntillas para poder alcanzar su cuello y dejar ahí un beso
-Shinkai... hay tanto que quiero decirte mi mantarraya...- susurró en su oído y temblando ligeramente por la cola del gyojin que no parecía querer soltarla es que sonrió nuevamente -Pero nunca he sido buena con las palabras. Y ahora esto que siento no hallo la mejor manera para decírtelo, pero puedo intentarlo. Ven, siéntate a mi lado- invitó siendo ella quien lo dirigió a una piedra lo suficientemente cerca del mar como para mojarse los pies con las olas. Calmados sus nervios tomada de la mano del gyojin, la ningyo miró a Shinkai a los ojos antes de entreabrir los labios
Las palabras sobran cuando hay amor de verdad,
simplemente es todo entregar sin nada esperar
es tomar tus manos aunque no haya frío,
sin medidas ni razón brindarte mi calidez
decir 'Te quiero' es tan superficial
Más dentro de mi corazón no cabe más tanto amor
Me duele tanto el amarte tanto,
porque te quedas como el ocaso en mi corazón
Mis sentimientos no tienen donde ir
Ya desbordan mi interior
Si no me ves más y queda algo sin aclarar,
tras el cambio de estación ¿se iría el amor?
A decir verdad tú eres el primero y no te podré olvidar,
O a otra persona amar porque mi amor...
Es solo para ti
Y mi razón para seguir es darte ¡Todo! de mí
Quiero cuidarte hasta que el mundo acabe
y demostrarte que mi inocencia te hará feliz,
Mi alma frágil te pertenece ahora y hasta el fin
Me duele tanto el amarte tanto,
que ya no puedo volver a casa si no es junto a ti
Por ti pretendo sacar de adentro las palabras del corazón
simplemente es todo entregar sin nada esperar
es tomar tus manos aunque no haya frío,
sin medidas ni razón brindarte mi calidez
decir 'Te quiero' es tan superficial
Más dentro de mi corazón no cabe más tanto amor
Me duele tanto el amarte tanto,
porque te quedas como el ocaso en mi corazón
Mis sentimientos no tienen donde ir
Ya desbordan mi interior
Si no me ves más y queda algo sin aclarar,
tras el cambio de estación ¿se iría el amor?
A decir verdad tú eres el primero y no te podré olvidar,
O a otra persona amar porque mi amor...
Es solo para ti
Y mi razón para seguir es darte ¡Todo! de mí
Quiero cuidarte hasta que el mundo acabe
y demostrarte que mi inocencia te hará feliz,
Mi alma frágil te pertenece ahora y hasta el fin
Me duele tanto el amarte tanto,
que ya no puedo volver a casa si no es junto a ti
Por ti pretendo sacar de adentro las palabras del corazón
La canción terminaba, y finalmente Yamuraiha pudo ser capaz de decir todo lo que su corazón guardaba, todos los recuerdos volvieron a su mente de cuando estaban en la isla y compartieron todas aquellas aventuras que se convertirían y darían pie a ese amor, que perduró hasta ese momento ¿Podía pedir algo más?
Yamuraiha
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinkai Urukiora Dom Sep 11, 2016 8:00 pm
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinkai Urukiora Dom Nov 06, 2016 6:18 pm
El momento era perfecto, para cualquier ser que aspirara a una vida feliz, tranquila y en pareja, el gyojin realmente lo quería lo sentía pero también estaba aturdido, confundido, no habían pasado ni 48 horas desde el impacto que le había arrebatado gran parte de sus recuerdos dejando claroscuros indescifrables de las paginas de su vida. El beso que le daba a la ningyo desencadenaría un sinfín de sensaciones pero antes de poder disfrutar por completo de la compañía de su querida Yamuraiha, el despertar de algo que había estado oculto desde el golpe de la bala de cañón en su cabeza.
De la nada un fuerte chirrido resonaba, arruinaba todo, una marea de recuerdos le invadían, un motivo más fuerte que él mismo, que sus deseos, el exterminio de la humanidad. No estaba hecho para ser feliz, no tenía que serlo, para un objetivo como el suya debía liberarse de cualquier tipo de relación, de cualquier tipo de aspiración, conocía bien a la ningyo, sabía que en su futuro podría ser su mayor debilidad. Amar a alguien, como lo hacía con ella, era sin igual. Se cree que el primer amor es el más importante y nunca se olvida, este era el detalle con ella, de seguir así era esclavo de esto, no tenía la libertad a la que aspiraba.
En medio del dolor de cabeza recordó todo absolutamente, recordó a Chiyumi, se sentía mal, la había abandonado, la había olvidado desde el encuentro con los piratas en isla Minion, le preocupó, ella sola probablemente era solo una fuerza descomunal sin dirección a diferencia de la chica que le besaba ahora, delicada y frágil, pensaba bien a la ningyo azul, una flor hermosa y probablemente incapaz de herir a nadie, ingenua y pese a que tenía fe en ella no la veía capaz de arrebatar una vida humana como lo haría Chiyumi, como lo haría el mismo, eso era lo que necesitaba, destrucción e independencia.
- Yamuraiha, a mi también me duele tanto amarte tanto,no creo puedas volver a casa, lo siento - deslizando sus manos, lo que antes eran caricias en sus mejillas ahora son sus manos en el cuello, estrangulándola, con fuerza. Shinkai siempre sería un tipo pasivo y calculador pero esto se salía de su control, mientras ella estuviera viva todo le recordaría su infancia, le trataría de mostrar el lado bueno de la vida era inevitable.
Antes de que fuese su debilidad le iba a convertir en su fortaleza, un punto de no retorno.
Casi podía imaginar una familia con ella, hijos que los acompañarían, responsabilidades que le desviarían de su misión original, estaba a un paso de cerrar esa puerta de su camino. Tenía motivos para no permitirlo y era la única opción, la única salida.
No se pueden tener varias puertas abiertas, se debe elegir una si se quiere alcanzar la grandeza en algún aspecto de la vida y un pensador, con una memoria recién recompuesta como el mantarrayo, no se daría un lujo como ese de debilidad. Un par de lagrimas bajaban por su rostro, por las manchas de este, no se iba a detener por nada. Estaba completamente decidido, apretaba con fuerza la traquea de la ningyo, observando bien, a los ojos la expresión de miedo que esta tenía, con su cola aprisionaba las piernas para evitar patadas.
Cargaba su puño izquierdo y lanzaba un puñetazo al estomago, estaba seguro que no iba salir volando, la tenía sujeta con la cola y por el cuello, quitando todo el aire que trataba de inhalar -Hyakumaigawara Seiken- decía con determinación y lagrimas, directo a la boca del estomago. Suspirando
De la nada un fuerte chirrido resonaba, arruinaba todo, una marea de recuerdos le invadían, un motivo más fuerte que él mismo, que sus deseos, el exterminio de la humanidad. No estaba hecho para ser feliz, no tenía que serlo, para un objetivo como el suya debía liberarse de cualquier tipo de relación, de cualquier tipo de aspiración, conocía bien a la ningyo, sabía que en su futuro podría ser su mayor debilidad. Amar a alguien, como lo hacía con ella, era sin igual. Se cree que el primer amor es el más importante y nunca se olvida, este era el detalle con ella, de seguir así era esclavo de esto, no tenía la libertad a la que aspiraba.
En medio del dolor de cabeza recordó todo absolutamente, recordó a Chiyumi, se sentía mal, la había abandonado, la había olvidado desde el encuentro con los piratas en isla Minion, le preocupó, ella sola probablemente era solo una fuerza descomunal sin dirección a diferencia de la chica que le besaba ahora, delicada y frágil, pensaba bien a la ningyo azul, una flor hermosa y probablemente incapaz de herir a nadie, ingenua y pese a que tenía fe en ella no la veía capaz de arrebatar una vida humana como lo haría Chiyumi, como lo haría el mismo, eso era lo que necesitaba, destrucción e independencia.
- Yamuraiha, a mi también me duele tanto amarte tanto,no creo puedas volver a casa, lo siento - deslizando sus manos, lo que antes eran caricias en sus mejillas ahora son sus manos en el cuello, estrangulándola, con fuerza. Shinkai siempre sería un tipo pasivo y calculador pero esto se salía de su control, mientras ella estuviera viva todo le recordaría su infancia, le trataría de mostrar el lado bueno de la vida era inevitable.
Antes de que fuese su debilidad le iba a convertir en su fortaleza, un punto de no retorno.
Casi podía imaginar una familia con ella, hijos que los acompañarían, responsabilidades que le desviarían de su misión original, estaba a un paso de cerrar esa puerta de su camino. Tenía motivos para no permitirlo y era la única opción, la única salida.
No se pueden tener varias puertas abiertas, se debe elegir una si se quiere alcanzar la grandeza en algún aspecto de la vida y un pensador, con una memoria recién recompuesta como el mantarrayo, no se daría un lujo como ese de debilidad. Un par de lagrimas bajaban por su rostro, por las manchas de este, no se iba a detener por nada. Estaba completamente decidido, apretaba con fuerza la traquea de la ningyo, observando bien, a los ojos la expresión de miedo que esta tenía, con su cola aprisionaba las piernas para evitar patadas.
Cargaba su puño izquierdo y lanzaba un puñetazo al estomago, estaba seguro que no iba salir volando, la tenía sujeta con la cola y por el cuello, quitando todo el aire que trataba de inhalar -Hyakumaigawara Seiken- decía con determinación y lagrimas, directo a la boca del estomago. Suspirando
- OFF:
Ha pasado el tiempo pertinente para esto.Ser más malo que el diablo
Shinkai tenía una perdida parcial de la memoria, recuerda todo luego del besoporque puede
-Lo primero que hace es estrangular a la ningyo con la derecha.
-Atrapa sus pies con su cola y la sujeta con firmeza.
-Le lanza un golpe al estomago.
Técnica
Hyakumaigawara Seiken (Verdadero Golpe de las Cien Tejas): El usuario da un fuerte puñetazo que manda al oponente volando. Se pueden romper cien tejas con esta técnica. (Nivel 10)
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinkai Urukiora Miér Nov 09, 2016 10:06 am
Suspiraba por un momento, sin pesar, generando una fuerza máxima sobre el cuello de ella, no dudaba pese a lo que podía sentir, simplemente hacía sonar levemente todo y verla cerrar los ojos. Acabaría con el estrangulamiento, parecía ya no tener vida, parecía no respirar en absoluto. No se percataría de su ritmo, viva o no el simple acto le liberaba. Lanzaba el cuerpo y lo dejaba en la costa, se acercaba a una piedra y descargaba un golpe a toda fuerza, disminuyéndola a escombros y cargado de odio por su debilidad. Necesitaba ser demasiado diferente, insensible e independiente.
No tenía a nadie y podía que a futuro ocupase a alguien, simplemente serían piezas en el tablero. Cerraba por completo todo lo que podía sentir, en su pecho, lo que era un tatuaje negro ahora era un vórtice que tragaba todo lo que le hacía débil y vulnerable. Sentía una tormenta dentro, quería liberar su rabia contenida, los recuerdos le dolían más que todo.
El secuestro de una ningyo que era su amiga, la masacre de un sin fin de seres marinos por una invasión humana en su isla natal. Los repudiaba y acababa, pocos minutos antes de topar con uno, de que le ofendiera y completamente tranquilo seguiría solo por la distracción que la peliazul le había generado. Le dolía la cabeza, los puños, los cerraba con demasiada fuerza, se acercaba al mar y empezaba a nadar a toda velocidad, ni siquiera lejos, no tenía motivo para irse, por la costa. Se iba alejando con solo una sombra negra que era prácticamente invisible en la noche, de no ser por la luz de la luna que resplandecía en sus alas que destacaban de entre el mar.
Estaba recién liberado de tantas prisiones, el olvide y los sentimientos, de estar en una física en ese momento se sentiría desesperado. El mar era tranquilidad y libertad. Lo era todo.
No tenía a nadie y podía que a futuro ocupase a alguien, simplemente serían piezas en el tablero. Cerraba por completo todo lo que podía sentir, en su pecho, lo que era un tatuaje negro ahora era un vórtice que tragaba todo lo que le hacía débil y vulnerable. Sentía una tormenta dentro, quería liberar su rabia contenida, los recuerdos le dolían más que todo.
El secuestro de una ningyo que era su amiga, la masacre de un sin fin de seres marinos por una invasión humana en su isla natal. Los repudiaba y acababa, pocos minutos antes de topar con uno, de que le ofendiera y completamente tranquilo seguiría solo por la distracción que la peliazul le había generado. Le dolía la cabeza, los puños, los cerraba con demasiada fuerza, se acercaba al mar y empezaba a nadar a toda velocidad, ni siquiera lejos, no tenía motivo para irse, por la costa. Se iba alejando con solo una sombra negra que era prácticamente invisible en la noche, de no ser por la luz de la luna que resplandecía en sus alas que destacaban de entre el mar.
Estaba recién liberado de tantas prisiones, el olvide y los sentimientos, de estar en una física en ese momento se sentiría desesperado. El mar era tranquilidad y libertad. Lo era todo.
- OFF:
- Pasado el tiempo pertinente de otras 48 horas y solo para acabar el tema con los post necesarios sigo con el tema.
Ya que la situación lo permite hago un crimen, no se que tan valido será por la ausencia de respuesta.
Presente acabado.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
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