Online
Conectarse
En total hay 7 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 7 Invitados :: 1 Motor de búsqueda
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 166 durante el Dom Nov 13, 2016 9:10 pm
Last Post
Censo
Staff
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
Creado por Harley Quinn Miér Sep 14, 2016 12:09 pm
La noche era solitaria y más oscura que de costumbre, las calles estaban vacías y la monotonía de los ciudadanos hacía que Flevance no fuera más que la misma isla que era hace semanas. Sin embargo aquella noche algo era diferente, una nueva presencia dejó huella en uno de los locales de espectáculos más caros y frecuentados de la ciudad, especialmente por gente de clase alta. En la oscuridad del local se abrió el gran telón y un foco de luz iluminó una figura femenina en el escenario. Los invitados clavaban su mirada en el frente, impacientes por un buen espectáculo con el que acompañar su exquisita cena.
La música comenzó a sonar y la silueta de mujer que se encontraba en lo alto del escenario, a casi veinte metros de altura, cayó desenrollando las telas que la sujetaban hasta que su cabeza casi chocó contra el suelo, dejando al público en un susto y no siendo más que parte de la función. El cuerpo de la acróbata quedó boca abajo con una pierna completamente erguida, mostrando la desnudez de su piel, y las blancas telas recogidas sobre sus brazos. Entonces al ritmo de la música comenzó a danzar con su cuerpo, formando una increíble coreografía de ballet aéreo que parecía fusionarse con las notas musicales y la voz de la gran cantante. La acróbata no era nada menos que Harley Quinn, una aún no conocida cazarrecompensas pero si afamada bailarina y acróbata en el mundo del espectáculo. La rubia le dedicó su mejor sonrisa al público y tras ello comenzó a escalar por las telas con bellos movimientos hasta llegar de nuevo a la máxima altura. Allí volvió a invertir su posición y esta vez abrió y extendió ambas piernas formando una "T" con su cuerpo, el público emocionado aplaudió aquella preciosa obra. Para su próxima postura Harley enrolló ambas piernas en las dos telas y estiró sus brazos, entonces con un impulso por parte de sus caderas comenzó a girar como si de una peonza se tratase, deslizándose por el aire hasta caer de nuevo con una enorme sonrisa. El público enloquecía y la cazarrecompensas disfrutaba aquello con toda su existencia.
Para terminar de comerse el escenario un aro aéreo llegó rodando por la madera hasta ella, quién ágil lo agarró y ató a los dos telas blancas, color que dejaba lucir su pequeño vestido de brillantes plateados y su teñido cabello, que llevaba suelto. Una vez ató el aro se sentó sobre éste e hizo una señal con el dedo para que subieran las cuerdas de nuevo a la mayor altura posible. Desde lo alto y para finalizar su espectáculo junto con la canción que la acompañaba, realizó varias acrobacias en el aro, desde dejarse colgar de la circunferencia hasta optar por posturas incluso aparentemente imposibles de realizar en la tierra. El escenario fue completamente suyo durante aquella función, y finalizó con un nuevo y más fuerte aplauso del público al tiempo que Harley descendía sentada con elegancia sobre el aro. Se bajó de éste y se inclinó para recibir al público.—¡Muchísimas gracias y disfruten del resto de la noche!—De sus rojos y pintados labios salieron algunas palabras de agradecimiento, pero quedaron ocultas entre los vítores de los presentes. Se inclinó una vez más y recogió una de las muchas rosas que le habían lanzado. La olió con ternura, e ilusionada como si de una niña se tratase se retiró del escenario para descansar en su acomodado camerino, en cuya puerta lucía el nombre de Harley Quinn junto a un corazón.
- ambientación:
La música comenzó a sonar y la silueta de mujer que se encontraba en lo alto del escenario, a casi veinte metros de altura, cayó desenrollando las telas que la sujetaban hasta que su cabeza casi chocó contra el suelo, dejando al público en un susto y no siendo más que parte de la función. El cuerpo de la acróbata quedó boca abajo con una pierna completamente erguida, mostrando la desnudez de su piel, y las blancas telas recogidas sobre sus brazos. Entonces al ritmo de la música comenzó a danzar con su cuerpo, formando una increíble coreografía de ballet aéreo que parecía fusionarse con las notas musicales y la voz de la gran cantante. La acróbata no era nada menos que Harley Quinn, una aún no conocida cazarrecompensas pero si afamada bailarina y acróbata en el mundo del espectáculo. La rubia le dedicó su mejor sonrisa al público y tras ello comenzó a escalar por las telas con bellos movimientos hasta llegar de nuevo a la máxima altura. Allí volvió a invertir su posición y esta vez abrió y extendió ambas piernas formando una "T" con su cuerpo, el público emocionado aplaudió aquella preciosa obra. Para su próxima postura Harley enrolló ambas piernas en las dos telas y estiró sus brazos, entonces con un impulso por parte de sus caderas comenzó a girar como si de una peonza se tratase, deslizándose por el aire hasta caer de nuevo con una enorme sonrisa. El público enloquecía y la cazarrecompensas disfrutaba aquello con toda su existencia.
Para terminar de comerse el escenario un aro aéreo llegó rodando por la madera hasta ella, quién ágil lo agarró y ató a los dos telas blancas, color que dejaba lucir su pequeño vestido de brillantes plateados y su teñido cabello, que llevaba suelto. Una vez ató el aro se sentó sobre éste e hizo una señal con el dedo para que subieran las cuerdas de nuevo a la mayor altura posible. Desde lo alto y para finalizar su espectáculo junto con la canción que la acompañaba, realizó varias acrobacias en el aro, desde dejarse colgar de la circunferencia hasta optar por posturas incluso aparentemente imposibles de realizar en la tierra. El escenario fue completamente suyo durante aquella función, y finalizó con un nuevo y más fuerte aplauso del público al tiempo que Harley descendía sentada con elegancia sobre el aro. Se bajó de éste y se inclinó para recibir al público.—¡Muchísimas gracias y disfruten del resto de la noche!—De sus rojos y pintados labios salieron algunas palabras de agradecimiento, pero quedaron ocultas entre los vítores de los presentes. Se inclinó una vez más y recogió una de las muchas rosas que le habían lanzado. La olió con ternura, e ilusionada como si de una niña se tratase se retiró del escenario para descansar en su acomodado camerino, en cuya puerta lucía el nombre de Harley Quinn junto a un corazón.
Última edición por Harley Quinn el Jue Sep 15, 2016 3:18 pm, editado 1 vez
Harley Quinn
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kote Bastian Jue Sep 15, 2016 3:48 am
Flevance, o al menos una sombra de lo que antaño era. El “Plomo Blanco” había erradicado a casi toda la población, pero con persistencia y un poco de paciencia, Flevance volvió a ser algo, no como antes, pero algo. ¿Estarían cerradas las minas o continuarían con su locura? A Kote le daba igual, pues él sabía por su padre que aquella enfermedad no era contagiosa, no al menos si no entrabas en contacto con el Plomo. Igualmente, el cazador veía las calles y veía a gente, pero, ¿dónde estaría toda la gente que había antes cuando Karrie llegaba a la ciudad? Yo te lo diré, estaban muertos o buscando una cura para el Plomo, pero definitivamente muertos. El castaño intentaba buscar un lugar donde pasar la tarde, acababa de cazar a un pirata y tenía que gastar el dinero en algo para cenar, pues aunque no fuera alguien de fama reconocida se había ganado un millón de berries, y eso era suficiente para cenar esta noche y comer mañana. Esta vida de artista ambulante no era buena. De esta forma, los pasos de Kote lo llevaron hasta la zona rica de la ciudad, se acomodó el cabello rápidamente y se acercó a una hermosa mujer para pedir indicaciones -Disculpe, mi buena dama, ¿sabe donde se encuentra el local donde se coma mejor de este lugar?- la mujer, sonrojada, miró a Kote de arriba abajo y le sonrió -Está buscando el “Flevance's Home of Art”. Siga recto por esa calle hasta la siguiente plaza y lo verá- Kote besó la mano de la mujer y se marchó, pensando en lo que podría encontrar en aquel lugar. La gente que pasaba estaba corriendo, feliz, añadiendo ciertos monólogos acerca de una hermosa mujer que iba a actuar en aquel local al que Kote iba a acudir, mira que bien, comida con espectáculo, justo lo que le gustaba a él. Quizás incluso podría probar a tocar algo en aquel escenario, eso siempre le gustaba, darse a conocer en sitios nuevos, aunque... Flevance no era un sitio nuevo precisamente.
El local estaba hasta arriba. Kote se acercó al metre con aire de nobleza, utilizando sus artes de actor para fingir que era alguien de gran importancia -Buenas noches, quiero una mesa, para una persona- dijo tajante e intentando meter miedo en la piel del metre, aunque este parecía soportar la presión con perfecta tranquilidad -Siento decirle, señor, que estamos llenos- Kote suspiró bastante enojado -Mire, no he venido desde Lvneel, enviado por el mismísimo rey para tocar en este cuchitril para que ahora me neguéis una puta mesa- el hombre tembló durante un segundo -¿No conoces Karrie? He sido enviado por el Rey representando a Karrie, vamos, déjame pasar y dame una buena mesa, frente al escenario- el hombre terminó de temblar, lo miró de arriba a abajo, observó el estuche del Laúd que portaba Kote y sin más dilación lo llevó a una mesa, justo frente al escenario, desde donde vería perfectamente el espectáculo. A parte de todo eso, pidió una cena realmente lujosa, suficiente como para pedir una comida barata en otro sitio al día siguiente.
Comenzó el espectáculo. La dama estaba colgada boca abajo, cayó y Kote le sonrió, un verdadero espectáculo. Ya había visto a muchas mujeres y hombres capaces de hacer este tipo de ejercicios, pero alguien con tanta capacidad y sin temor a darse un golpe contra el suelo solo los había visto en Karrie. Quizás esta mujer le sirviera para algo en un futuro. El espectáculo fue fantástico, y Kote estaba tan sorprendido que casi no se terminó el plato de la mesa. Su voz resonó en todo el local y vio que poseía una voz de barítono, una voz aguda y hermosa, perfecta. Le entregaron un buen montón de rosas, de las cuáles solo cogió una y simplemente se marchó hacia sus camerinos. Kote hizo lo mismo, miró hacia todas las direcciones y vio un enorme ramo sobre una mesa que guardaba un hombre mayor. Simplemente se levantó, cambió un poco su tono de voz y se acercó -Disculpe, mi buen hombre, ¿ve a la mujer que se encuentra en aquella mesa? Me ha comentado que le ve muy atractivo y que le encantaría que se acercara, pero que no lleve las flores, es alérgica- el hombre rápidamente se acicaló un poco y salió despedido hacia la mujer. Kote sonrió, agarró el ramo de rosas y laureles y se marchó hacia los camerinos, seguramente el hombre quedaría un poco de piedra cuando supiera que le acababan de engañar y de robar.
Kote estaba frente a la puerta. Harley Quinn, así se llamaba la artista, y hoy conocería al mayor exponente de los artistas itinerantes, Kote Bastian. Le ofrecería un lugar en Karrie, donde conseguir una buena cantidad de dinero y sobretodo, cazar piratas haya por donde vayan, aunque Kote desconocía si ella estaría dispuesta a eso. Dio unos ligeros golpes en la puerta y la abrió lentamente, sin preocuparse de que la mujer estuviese vestida o completamente desnuda, así eran los artistas itinerantes, y más los de Karrie, que eran una familia, no respetaban la intimidad propia o ajena, recuerdo que cuando narraba a los miembros de Karrie Cirkus, el padre de Kote entraba en todos los camerinos aunque sus compañeros estuviesen desnudos... hay que decir que esa fue la razón por la que tuvieron a Kote.. un poco triste, pero bueno -¿Señorita Harley? Le traigo un regalo- dijo el cazador, mostrando su figura bajo el marco de la puerta y mostrando el ramo de rosas rojas y laureles azules, que pegaban con los mechones rosas y azules que la artista poseía. No hizo un solo movimiento más, esperando que la mujer lo recibiera.
El local estaba hasta arriba. Kote se acercó al metre con aire de nobleza, utilizando sus artes de actor para fingir que era alguien de gran importancia -Buenas noches, quiero una mesa, para una persona- dijo tajante e intentando meter miedo en la piel del metre, aunque este parecía soportar la presión con perfecta tranquilidad -Siento decirle, señor, que estamos llenos- Kote suspiró bastante enojado -Mire, no he venido desde Lvneel, enviado por el mismísimo rey para tocar en este cuchitril para que ahora me neguéis una puta mesa- el hombre tembló durante un segundo -¿No conoces Karrie? He sido enviado por el Rey representando a Karrie, vamos, déjame pasar y dame una buena mesa, frente al escenario- el hombre terminó de temblar, lo miró de arriba a abajo, observó el estuche del Laúd que portaba Kote y sin más dilación lo llevó a una mesa, justo frente al escenario, desde donde vería perfectamente el espectáculo. A parte de todo eso, pidió una cena realmente lujosa, suficiente como para pedir una comida barata en otro sitio al día siguiente.
Comenzó el espectáculo. La dama estaba colgada boca abajo, cayó y Kote le sonrió, un verdadero espectáculo. Ya había visto a muchas mujeres y hombres capaces de hacer este tipo de ejercicios, pero alguien con tanta capacidad y sin temor a darse un golpe contra el suelo solo los había visto en Karrie. Quizás esta mujer le sirviera para algo en un futuro. El espectáculo fue fantástico, y Kote estaba tan sorprendido que casi no se terminó el plato de la mesa. Su voz resonó en todo el local y vio que poseía una voz de barítono, una voz aguda y hermosa, perfecta. Le entregaron un buen montón de rosas, de las cuáles solo cogió una y simplemente se marchó hacia sus camerinos. Kote hizo lo mismo, miró hacia todas las direcciones y vio un enorme ramo sobre una mesa que guardaba un hombre mayor. Simplemente se levantó, cambió un poco su tono de voz y se acercó -Disculpe, mi buen hombre, ¿ve a la mujer que se encuentra en aquella mesa? Me ha comentado que le ve muy atractivo y que le encantaría que se acercara, pero que no lleve las flores, es alérgica- el hombre rápidamente se acicaló un poco y salió despedido hacia la mujer. Kote sonrió, agarró el ramo de rosas y laureles y se marchó hacia los camerinos, seguramente el hombre quedaría un poco de piedra cuando supiera que le acababan de engañar y de robar.
Kote estaba frente a la puerta. Harley Quinn, así se llamaba la artista, y hoy conocería al mayor exponente de los artistas itinerantes, Kote Bastian. Le ofrecería un lugar en Karrie, donde conseguir una buena cantidad de dinero y sobretodo, cazar piratas haya por donde vayan, aunque Kote desconocía si ella estaría dispuesta a eso. Dio unos ligeros golpes en la puerta y la abrió lentamente, sin preocuparse de que la mujer estuviese vestida o completamente desnuda, así eran los artistas itinerantes, y más los de Karrie, que eran una familia, no respetaban la intimidad propia o ajena, recuerdo que cuando narraba a los miembros de Karrie Cirkus, el padre de Kote entraba en todos los camerinos aunque sus compañeros estuviesen desnudos... hay que decir que esa fue la razón por la que tuvieron a Kote.. un poco triste, pero bueno -¿Señorita Harley? Le traigo un regalo- dijo el cazador, mostrando su figura bajo el marco de la puerta y mostrando el ramo de rosas rojas y laureles azules, que pegaban con los mechones rosas y azules que la artista poseía. No hizo un solo movimiento más, esperando que la mujer lo recibiera.
Kote Bastian
Hoja de personaje
Nivel:
(5/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Harley Quinn Jue Sep 15, 2016 11:44 am
El espectáculo había sido todo un éxito, el público había enloquecido con su actuación y la carrecompensas se sentía orgullosa de sí misma. Hacía meses que no montaba una función así, y mejor no recordar la última que acabó en una masacre de piratas. Pero ésta fue diferente, no siempre se podía vivir del dinero de las recompensas, a veces los cazadores tenían que recurrir al uso de sus dones para subsistir, y que mejor forma de ello que en el mundo del espectáculo frente a cientos de personas impacientes por verte solo a ti.
Harley descansaba en un cómodo sillón, frente a un espejo iluminado por una decena de bombillas. Días antes de la actuación había mandado decorar el camerino a su gusto, pintando las paredes de rosa y colocando lo que ella deseaba, todo para sentirse lo más cómoda posible. Se estaba quitando el maquillaje mientras hacía morritos y muecas con la boca cuando oyó unos pasos frente a la puerta del camerino. Vio que el pomo de ésta se abría y no dudó en agarrar el revólver que tenía sobre el tocador, se giró de cara a la puerta y apuntó a quien fuera que entrara por ella.—Si me traes un sándwich de mantequilla de cacahuete ya puedes estar huyendo de la isla.—Comentó con el dedo en el gatillo antes de pararse a comprobar que no era uno de los camareros. Entonces se fijó en que era un hombre desconocido, llevaba un ramo de rosas y laureles en sus manos, un regalo para ella.—¡Oh, un fan! Discúlpame cielo, a veces me irritan demasiado esos inútiles.—Dejó el arma de nuevo en el tocador y se levantó para recibir al hombre de oscuro cabello. Con dulzura le ofreció su mano para que se la besara y tras ello cogió el ramo de flores.—Muchas gracias.—Sonrió y le hizo un gesto con la mano para que la siguiera.—Siéntate, no suelo recibir visitas. Dicen que estoy demasiado...bueno, ya sabes.—Hizo un gesto con su dedo índice, girándolo en el aire al lado de la sien, acompañado de una risa bastante característica. Tras ello llevó al invitado hasta un pequeño sofá que había junto al sillón donde estaba sentada, dejó el ramo sobre el tocador y le ofreció una copa de la misma botella de vino que ella estaba bebiendo.—Lo han traído expresamente desde Micqueot.—Le tendió la mano con la copa con la intención de que éste la cogiera.—Harley Quinn, encantada.—Le guiñó un ojo juguetona y se sentó en el sillón tras darle la vuelta para estar frente a su invitado.—Aunque ya lo has podido leer en la puerta.—Rió levemente.—¿Qué te trae por aquí?.—Se puso cómoda y le dio un pequeño sorbo a su copa de vino, saboreando y disfrutando de su calidad. Harley solía adaptarse demasiado a su ambiente, si se encontraba tras una presa se metía en su papel de cazadora tanto que en momentos olvidaba sus modales. Sin embargo cuando se encontraba en un sitio como aquel lujoso local, su papel de estrella se le subía demasiado a la cabeza. Pero a pesar de todo, la espontaneidad y locura de la rubia siempre sería parte de ella.
La conversación fue interrumpida cuando de repente llamaron a la puerta, y el pomo de ésta comenzó a abrirse al tiempo que se escuchaban unas palabras procedentes de una voz masculina.—Señorita Har-.—No terminó de pronunciar el nombre cuando la cazarrecompensas lo espantó.—¡LARGO!.—Le gritó subiendo el tono de voz, a lo que el camarero cerró la puerta y salió corriendo, dejando escuchar sus rápidos pasos.—¿Por dónde íbamos?.—Le preguntó con actitud diferente, completamente calmada, a su invitado.—Ah sí, ibas a contarme qué te había traído hasta aquí.—Se autorespondió la rubia y lo miró fijamente a los ojos, atenta a sus palabras. La cazarrecompensas no siempre parecía estar escuchando, pero aquella no era una de esas veces.
Harley descansaba en un cómodo sillón, frente a un espejo iluminado por una decena de bombillas. Días antes de la actuación había mandado decorar el camerino a su gusto, pintando las paredes de rosa y colocando lo que ella deseaba, todo para sentirse lo más cómoda posible. Se estaba quitando el maquillaje mientras hacía morritos y muecas con la boca cuando oyó unos pasos frente a la puerta del camerino. Vio que el pomo de ésta se abría y no dudó en agarrar el revólver que tenía sobre el tocador, se giró de cara a la puerta y apuntó a quien fuera que entrara por ella.—Si me traes un sándwich de mantequilla de cacahuete ya puedes estar huyendo de la isla.—Comentó con el dedo en el gatillo antes de pararse a comprobar que no era uno de los camareros. Entonces se fijó en que era un hombre desconocido, llevaba un ramo de rosas y laureles en sus manos, un regalo para ella.—¡Oh, un fan! Discúlpame cielo, a veces me irritan demasiado esos inútiles.—Dejó el arma de nuevo en el tocador y se levantó para recibir al hombre de oscuro cabello. Con dulzura le ofreció su mano para que se la besara y tras ello cogió el ramo de flores.—Muchas gracias.—Sonrió y le hizo un gesto con la mano para que la siguiera.—Siéntate, no suelo recibir visitas. Dicen que estoy demasiado...bueno, ya sabes.—Hizo un gesto con su dedo índice, girándolo en el aire al lado de la sien, acompañado de una risa bastante característica. Tras ello llevó al invitado hasta un pequeño sofá que había junto al sillón donde estaba sentada, dejó el ramo sobre el tocador y le ofreció una copa de la misma botella de vino que ella estaba bebiendo.—Lo han traído expresamente desde Micqueot.—Le tendió la mano con la copa con la intención de que éste la cogiera.—Harley Quinn, encantada.—Le guiñó un ojo juguetona y se sentó en el sillón tras darle la vuelta para estar frente a su invitado.—Aunque ya lo has podido leer en la puerta.—Rió levemente.—¿Qué te trae por aquí?.—Se puso cómoda y le dio un pequeño sorbo a su copa de vino, saboreando y disfrutando de su calidad. Harley solía adaptarse demasiado a su ambiente, si se encontraba tras una presa se metía en su papel de cazadora tanto que en momentos olvidaba sus modales. Sin embargo cuando se encontraba en un sitio como aquel lujoso local, su papel de estrella se le subía demasiado a la cabeza. Pero a pesar de todo, la espontaneidad y locura de la rubia siempre sería parte de ella.
La conversación fue interrumpida cuando de repente llamaron a la puerta, y el pomo de ésta comenzó a abrirse al tiempo que se escuchaban unas palabras procedentes de una voz masculina.—Señorita Har-.—No terminó de pronunciar el nombre cuando la cazarrecompensas lo espantó.—¡LARGO!.—Le gritó subiendo el tono de voz, a lo que el camarero cerró la puerta y salió corriendo, dejando escuchar sus rápidos pasos.—¿Por dónde íbamos?.—Le preguntó con actitud diferente, completamente calmada, a su invitado.—Ah sí, ibas a contarme qué te había traído hasta aquí.—Se autorespondió la rubia y lo miró fijamente a los ojos, atenta a sus palabras. La cazarrecompensas no siempre parecía estar escuchando, pero aquella no era una de esas veces.
Harley Quinn
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Zakura Jue Sep 15, 2016 12:32 pm
Flevance, la Ciudad Blanca como algunos la llamaban, era una noche solitaria, mas solitaria que de costumbe para una ciudad como esta que estaba tan animada por las noches o eso podia haber visto Zakura que llevaba alli cerca de una semana por una simple razon, descanso, venia de su ultimo trabajo bastante agotada y lo primero que hizo fue tomarse un relajante descanso en la primera isla que estuviera cerca de donde termino su trabajo. Esa misma noche se encontraba caminando por la calle con su atuendo rojo y rosado tradicional de su tierra natal, con una coleta corta en su cabello y su katana escondida en su ropa para no levantar ninguna sospecha, tampoco queria montar mucho escandolo pues estaba en su tiempo de descanso y hubo algo que le llamo su atencion, todo el mundo se dirigia a una misma direccion y cuando llego a lo que parecia ser un local de espectaculos donde la gente se regodeaba viendo a todo tipo de personas hacer las delicias del espectador, asi que como no tenia nada mas que hacer, entro para pasar el rato. Se apoyo en la barra del local, acomodandose en el taburete como una señorita de clase alta y pidio una copa de vino, viendo los espectaculos con gran interes pues nunca habia visto cosas asi que fueran usadas para entretener en vez de para asesinar.
Al cabo del rato, Zakura ya se habia bebido dos botellas de vino y sin duda iba a pedir una tercera, no es que fuera una bebedora experta sino que no estaba muy acostumbrada a las copas de vino y bebia muy rapido, en su tierra natal solo bebian un sorbo como mucho asi que se tenia que acostumbrar a eso todavia - Camarero... otra por favor - dijo señalandolo con el dedo y este nego con la cabeza - Señorita, ya no queda mas vino aqui, usted se bebio las ultimas dos botellas y ade...- el hombre no pudo decir nada mas pues Zakura lo miro de manera amenazante y este salio corriendo a algun lugar.
Zakura se giro en su taburete y miro el lugar, todo lo que habia eran señores ricos y un grupito de...¿piratas? Eso parecian por su atuendo en una esquina del local, no molestaban mucho pero tenian algo que Zakura queria ademas de que si los pillaba podia cobrar una recompensa. Se bajo del taburete y camino hacia estos balanceandose un poco y con sus mejillas algo rojas, uno de los tres piratas que habia se dio cuenta de que se estaba acercando y sonrio - Mira quien viene hacia nosotros muchachos - Zakura se paro delante de estos, no los miraba, solo miraba el vino pero los tontos parecian tener otras ideas, pues uno de ellos se levanto para tomarla de la cintura, a lo que Zakura respondio moviendo su katana con una mano, que se encontraba en el interior de ropa y darle un golpe en el costado con el mango de esta para que no se acercara - ¡Auch! esta bien señorita, no me acerco ¿con que demonios me ha dado? - este hizo una mueca de dolor y sus otros dos compañeros le miraron extrañados pero cuando quisieron volver a mirar a la chica, Zakura no estaba alli y la botella de vino tampoco, la habia agarrado y ahora se encontraba en la barra bebiendo de nuevo, un segundo que la perdieran de vista bastaba para que ella robara con exito.
Al cabo del rato, Zakura ya se habia bebido dos botellas de vino y sin duda iba a pedir una tercera, no es que fuera una bebedora experta sino que no estaba muy acostumbrada a las copas de vino y bebia muy rapido, en su tierra natal solo bebian un sorbo como mucho asi que se tenia que acostumbrar a eso todavia - Camarero... otra por favor - dijo señalandolo con el dedo y este nego con la cabeza - Señorita, ya no queda mas vino aqui, usted se bebio las ultimas dos botellas y ade...- el hombre no pudo decir nada mas pues Zakura lo miro de manera amenazante y este salio corriendo a algun lugar.
Zakura se giro en su taburete y miro el lugar, todo lo que habia eran señores ricos y un grupito de...¿piratas? Eso parecian por su atuendo en una esquina del local, no molestaban mucho pero tenian algo que Zakura queria ademas de que si los pillaba podia cobrar una recompensa. Se bajo del taburete y camino hacia estos balanceandose un poco y con sus mejillas algo rojas, uno de los tres piratas que habia se dio cuenta de que se estaba acercando y sonrio - Mira quien viene hacia nosotros muchachos - Zakura se paro delante de estos, no los miraba, solo miraba el vino pero los tontos parecian tener otras ideas, pues uno de ellos se levanto para tomarla de la cintura, a lo que Zakura respondio moviendo su katana con una mano, que se encontraba en el interior de ropa y darle un golpe en el costado con el mango de esta para que no se acercara - ¡Auch! esta bien señorita, no me acerco ¿con que demonios me ha dado? - este hizo una mueca de dolor y sus otros dos compañeros le miraron extrañados pero cuando quisieron volver a mirar a la chica, Zakura no estaba alli y la botella de vino tampoco, la habia agarrado y ahora se encontraba en la barra bebiendo de nuevo, un segundo que la perdieran de vista bastaba para que ella robara con exito.
- Atuendo de Zaku:
Zakura
Hoja de personaje
Nivel:
(7/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kote Bastian Jue Sep 15, 2016 2:37 pm
Era un bonito camerino, pequeño, pero suficientemente grande como para vivir sin problemas durante un tiempo. Kote esperaba estar a la altura de ese lugar para que la mujer decidiera aceptar su propuesta de alianza o como demonios quisieran llamarla. No estaba nervioso, ni un ápice, había charlado antes con este tipo de gente, artistas callejeros, otros más lujosos, pero sobretodo había charlado con mujeres, y por eso no estaba nada nervioso, simplemente había que tener cuidado de no herirlas sentimentalmente, porque si no ellas te castraban literalmente. Las manos de Kote permanecieron bajas, sin levantarlas en ningún momento, y rió al escuchar el comentario acerca del sándwich de mantequilla de cacahuete. Si, lo había oído de esta mujer en las calles de Flevance era cierto, estaba loca, pero las locas eran las mejores actrices... y bueno, otras cosas que es mejor no comentar en este momento. Simplemente alzó una ceja y abrió su gabardina beige, mostrando sus armas -Creo que no soy el más indicado para apuntarle con un arma- en cuanto vio su mano tendida, este la agarró con una actuación magistral, propia de cualquier actor profesional, la miró con lujuria, alzó la mano de ella un poco y le besó en el reverso, deseoso de poder charlar a solas.
-Soy yo quien debería darte las gracias, ha sido una actuación que me ha llenado de pasión y felicidad- sonrió siguiéndola, dándole el ramo y sentándose delicadamente, cruzando en un ángulo recto sus piernas y acomodándose en el sofá, echando sus brazos hacia atrás, mirando fijamente a la mujer -Soy alguien que sabe fijarse en el talento de la gente, y no como esos estafadores que se dedican a buscar talentos para engañarles, soy un artista itinerante, como tú- escuchó entonces aquello sobre que estaba loca, al menos el gesto debía de decir eso -Todos estamos un poco locos, ¿no crees?- dijo guiñándole un ojo con delicadeza y agarrando una copa de vino que ella misma le ofreció. Ese vino venía expresamente del mismo sitio que venía Kote, de Micqueot, y solo el tono de su color rojizo podía decirlo, además de muchos otros condicionantes -Vengo del mismo lugar que tu vino, seguro que eso no lo sabías- dijo riendo y dando otro pequeño trago a la copa en la que se había servido -¿Sabes? Hay gente que no sabe apreciar el vino, que su sabor es irritante y poco dulce, dicen, se equivocan, el vino es como una buena mujer, delicado, hermoso y delicioso- la miró -¿Y tú? ¿Eres todas esas cosas?- preguntó deseoso de una respuesta coherente.
-El placer es mío, Harley- rió levemente con ella y entonces se propuso a contar todo por lo que había ido a Flevance y por casualidad se había encontrado con ella. Simplemente era sencillo, comenzó con una pequeña historia que contaba sus andanzas por Micqueot, algo que claramente no tenía relevancia, pero que era necesaria para explicar el porqué de su llegada a Flevance -Y mi llegada a Flevance fue por anuncios de festividades y artistas ambulantes que se dedican a lo mismo que yo, a encantar al público- la miró intentando ver en ella algo de interés, y al parecer si que lo había. Pero para cuando intentó continuar, la puerta se abrió tras de él y pudo ver a un camarero que intentó hablar, pero la voz “elocuente” de la mujer lo expulsó de allí con una velocidad asombrosa. Kote sonrió, era testaruda y furiosa, pero a su vez dulce y tierna, o eso parecía, ya tendrían tiempo de comprobarlo de primera mano.
Kote simplemente volvió a acomodarse en el sillón, la miró y sonrió -Ah, si, por supuesto- se frotó las manos rápidamente, intentando engañar sus sentidos para que pensara más en la presencia de él mismo en la sala que en cualquier otra cosa -Como te dije, soy Artista itinerante, viajo por el mundo intentando llevar la felicidad a todos, y supongo que tú, como parte del gremio comprenderás de qué hablo- sonrió -Pero, tengo una pega, pues yo solo no puedo satisfacer a todo el mundo- Kote reprimió en sí mismo una carcajada -Mi familia, destruida tiempo atrás, poseía un circo, Karrie se llamaba, si has vivido por aquí seguro que alguna vez los viste o al menos has oído hablar de ellos- se detuvo para darle más emoción al momento y dio otro trago a la copa, terminándola del todo -Bien, yo intento devolver a Karrie su antiguo esplendor, pero, tras Karrie hay algo más, yo me dedico a cazar piratas, algo de lo que no sé si tu estarás de acuerdo, igualmente eso es algo que no me importa del todo, lo importante es...- se calló y la miró fijamente -Te ofrezco acompañarme por el mundo, sin dejarnos un solo trozo de tierra sin pisar, para llevar nuestros dones a todos y.. para cazar criminales, y la verdad, no aceptaré un no por respuesta- le tendió la mano, intentando que esta aceptara cuanto antes, quizás se llevaba una sorpresa -Se te ve alguien fuerte, quizás sepas golpear mejor que danzar, o quizás lo tengas todo a un mismo nivel, no lo sé, pero me encantaría tenerte en mi equipo- sonrió ligeramente y alzó las cejas esperando su más sincera respuesta.
-Soy yo quien debería darte las gracias, ha sido una actuación que me ha llenado de pasión y felicidad- sonrió siguiéndola, dándole el ramo y sentándose delicadamente, cruzando en un ángulo recto sus piernas y acomodándose en el sofá, echando sus brazos hacia atrás, mirando fijamente a la mujer -Soy alguien que sabe fijarse en el talento de la gente, y no como esos estafadores que se dedican a buscar talentos para engañarles, soy un artista itinerante, como tú- escuchó entonces aquello sobre que estaba loca, al menos el gesto debía de decir eso -Todos estamos un poco locos, ¿no crees?- dijo guiñándole un ojo con delicadeza y agarrando una copa de vino que ella misma le ofreció. Ese vino venía expresamente del mismo sitio que venía Kote, de Micqueot, y solo el tono de su color rojizo podía decirlo, además de muchos otros condicionantes -Vengo del mismo lugar que tu vino, seguro que eso no lo sabías- dijo riendo y dando otro pequeño trago a la copa en la que se había servido -¿Sabes? Hay gente que no sabe apreciar el vino, que su sabor es irritante y poco dulce, dicen, se equivocan, el vino es como una buena mujer, delicado, hermoso y delicioso- la miró -¿Y tú? ¿Eres todas esas cosas?- preguntó deseoso de una respuesta coherente.
-El placer es mío, Harley- rió levemente con ella y entonces se propuso a contar todo por lo que había ido a Flevance y por casualidad se había encontrado con ella. Simplemente era sencillo, comenzó con una pequeña historia que contaba sus andanzas por Micqueot, algo que claramente no tenía relevancia, pero que era necesaria para explicar el porqué de su llegada a Flevance -Y mi llegada a Flevance fue por anuncios de festividades y artistas ambulantes que se dedican a lo mismo que yo, a encantar al público- la miró intentando ver en ella algo de interés, y al parecer si que lo había. Pero para cuando intentó continuar, la puerta se abrió tras de él y pudo ver a un camarero que intentó hablar, pero la voz “elocuente” de la mujer lo expulsó de allí con una velocidad asombrosa. Kote sonrió, era testaruda y furiosa, pero a su vez dulce y tierna, o eso parecía, ya tendrían tiempo de comprobarlo de primera mano.
Kote simplemente volvió a acomodarse en el sillón, la miró y sonrió -Ah, si, por supuesto- se frotó las manos rápidamente, intentando engañar sus sentidos para que pensara más en la presencia de él mismo en la sala que en cualquier otra cosa -Como te dije, soy Artista itinerante, viajo por el mundo intentando llevar la felicidad a todos, y supongo que tú, como parte del gremio comprenderás de qué hablo- sonrió -Pero, tengo una pega, pues yo solo no puedo satisfacer a todo el mundo- Kote reprimió en sí mismo una carcajada -Mi familia, destruida tiempo atrás, poseía un circo, Karrie se llamaba, si has vivido por aquí seguro que alguna vez los viste o al menos has oído hablar de ellos- se detuvo para darle más emoción al momento y dio otro trago a la copa, terminándola del todo -Bien, yo intento devolver a Karrie su antiguo esplendor, pero, tras Karrie hay algo más, yo me dedico a cazar piratas, algo de lo que no sé si tu estarás de acuerdo, igualmente eso es algo que no me importa del todo, lo importante es...- se calló y la miró fijamente -Te ofrezco acompañarme por el mundo, sin dejarnos un solo trozo de tierra sin pisar, para llevar nuestros dones a todos y.. para cazar criminales, y la verdad, no aceptaré un no por respuesta- le tendió la mano, intentando que esta aceptara cuanto antes, quizás se llevaba una sorpresa -Se te ve alguien fuerte, quizás sepas golpear mejor que danzar, o quizás lo tengas todo a un mismo nivel, no lo sé, pero me encantaría tenerte en mi equipo- sonrió ligeramente y alzó las cejas esperando su más sincera respuesta.
Kote Bastian
Hoja de personaje
Nivel:
(5/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Harley Quinn Vie Sep 16, 2016 1:47 pm
La rubia escuchó encantada los halagos del invitado y rió ante sus muchos comentarios. Sin duda alguna la voz y el don que tenía el chico para hablar era digno de admirar. Dejaba hipnotizado con su forma de expresarse y se podía apreciar que sabía engatusar a los demás con la mejor arma posible: las palabras. Sabía cuáles escoger y en qué momento, pues no cualquiera era capaz de entablar una conversación con Harley sin que ésta lo cortara en medio de una oración o simplemente se marchara por puro aburrimiento. Aquello era una excepción que jamás la cazarrecompensas había llegado a experimentar.
Al parecer no era un mero fan, sino que era un cazatalentos procedente de Micqueot. Pero no un cazatalentos cualquiera, sino que además era un artista, un compañero más del escenario que comprendía como Harley y los demás semejantes a ellos podían sentirse. Continuó escuchándole tras la interrupción del camarero. No había ido a visitar a la rubia únicamente con intención de negocios, sino que había ido para algo mucho más lejos, quería llevársela con él a recorrer los siete mares como parte de su circo, un circo cazarrecompensas. Parecía muy decidido con aquella propuesta y parecía tener claro que era fundamental la presencia de Harley en su troupe. La rubia no pronunció ni una palabra hasta dejarlo acabar y ver que éste le tendiera la mano para aceptar su propuesta.—Vaya querido, si que te has lanzado de lleno con una oferta como esa, y se te ve muy decidido.—Comentó tras unos segundos de silencio al tiempo que rechazaba su mano y en su lugar apoyaba la suya encima, haciendo caer ambas sobre la mesa mientras lo miraba a los ojos.—Pero tienes que saber que no soy la más indicada con la que convivir en un circo.—Sus palabras eran sinceras y no había ni una pizca de humor en ellas, como solía ser. Se giró un momento y agarró el revólver del tocador, entonces apuntó al frente, a un cuadro de un paisaje marino que había colgado junto a la puerta, al otro lado de la habitación. Cerró un ojo y agarró el arma con dos manos al tiempo que cubría parte del lado superior con su lengua, como gesto involuntario cada vez que disparaba.—Aunque tenemos más en común de lo que piensas.—Afirmó y apretó el gatillo. La bala atravesó una de las nubes del cuadro.—Pues somos parte de dos mismos gremios.—Apretó el gatillo de nuevo y la bala atravesó el mismo punto que la anterior. La rubia sonrió al fin y miró al pelinegro, entonces apretó el gatillo una tercera vez y la bala de nuevo atravesó el mismo punto que las dos anteriores.—Odio a los piratas, me has convencido.—Sopló para apartarse un mechón de su rostro y acto seguido comenzó a reír cuán loca que era. Cogió ambas manos del chico y la sostuvo entre las suyas.—Reviviremos de nuevo el circo de tu familia, y a cambio tú me ayudarás a encontrar al pirata que me hizo esto.—Soltó sus manos y con ambos dedos índices señaló sus sienes, luego deslizó el derecho por su rostro y señaló el tatuaje que tenía bajo la mejilla derecha, en él ponía "Rotten" (podrido). Esperó algunas palabras del chico y se puso en pie para darle de nuevo la vuelta al sillón, le dio un sorbo a su copa y se sentó frente a su tocador.—¿Cuándo nos marchamos?.—Preguntó sonriente mientras se terminaba de quitar el exceso de maquillaje de la actuación para dejar sólo el que llevaba normalmente. Luego se quitó el corto vestido con el que había danzado, sin preocuparse por la presencia de un hombre. Se puso su conjunto habitual y se sentó de nuevo para recogerse el pelo en dos coletas que separaban los dos colores que teñían su rubio cabello, dejando dos finos mechones a cada lado de su rostro. Continuó arreglándose cuando varios gritos se escucharon por los pasillos, acompañados de rápidos pasos. Antes de que Harley pudiera apenas girarse llamaron a la puerta y esta vez el camarero no esperó a que la acróbata lo dejara pasar.—Señorita Quinn, tiene que marcharse por la puerta de atrás. Unos piratas están aterrorizando a los clientes. Rápido, yo la protegeré.—La rubia no se movió y lo miró al tiempo que inclinaba hacia un lado su rostro.—¿A qué espera? No hay tiempo que perder.—Harley alzó una mano hacia el trajeado hombre mostrándole su palma.—No te preocupes, retírate.—El camarero sorprendido movió las manos nervioso, sin saber que hacer o decir.—Pero...—La cazarrecompensas lo miró de nuevo.—¿Es que no me has oído? ¡FUERA!.—Agarró rápidamente su revólver y disparó con precisión al marco de la puerta, justo a unos pocos centímetros por encima de la frente de aquel hombre.—¿Por qué no hay comida para gatos con sabor a ratón?.—Le preguntó a su nuevo compañero tras salir el camarero corriendo. Entonces guardó el revólver en su funda, que se había colocado bajo una chaqueta roja y azul, y por último agarró su bate metálico que estaba apoyado en una esquina. Se lo llevó a los hombros y caminó hasta la puerta luciendo sus tacones. Miró a ambos lados del pasillo para comprobar si aún quedaban clientes, luego giró medio cuerpo y le mostró una sonrisa al carrecompensas.—¿Preparado para divertirte?.—Río de nuevo con su característica risa.
Al parecer no era un mero fan, sino que era un cazatalentos procedente de Micqueot. Pero no un cazatalentos cualquiera, sino que además era un artista, un compañero más del escenario que comprendía como Harley y los demás semejantes a ellos podían sentirse. Continuó escuchándole tras la interrupción del camarero. No había ido a visitar a la rubia únicamente con intención de negocios, sino que había ido para algo mucho más lejos, quería llevársela con él a recorrer los siete mares como parte de su circo, un circo cazarrecompensas. Parecía muy decidido con aquella propuesta y parecía tener claro que era fundamental la presencia de Harley en su troupe. La rubia no pronunció ni una palabra hasta dejarlo acabar y ver que éste le tendiera la mano para aceptar su propuesta.—Vaya querido, si que te has lanzado de lleno con una oferta como esa, y se te ve muy decidido.—Comentó tras unos segundos de silencio al tiempo que rechazaba su mano y en su lugar apoyaba la suya encima, haciendo caer ambas sobre la mesa mientras lo miraba a los ojos.—Pero tienes que saber que no soy la más indicada con la que convivir en un circo.—Sus palabras eran sinceras y no había ni una pizca de humor en ellas, como solía ser. Se giró un momento y agarró el revólver del tocador, entonces apuntó al frente, a un cuadro de un paisaje marino que había colgado junto a la puerta, al otro lado de la habitación. Cerró un ojo y agarró el arma con dos manos al tiempo que cubría parte del lado superior con su lengua, como gesto involuntario cada vez que disparaba.—Aunque tenemos más en común de lo que piensas.—Afirmó y apretó el gatillo. La bala atravesó una de las nubes del cuadro.—Pues somos parte de dos mismos gremios.—Apretó el gatillo de nuevo y la bala atravesó el mismo punto que la anterior. La rubia sonrió al fin y miró al pelinegro, entonces apretó el gatillo una tercera vez y la bala de nuevo atravesó el mismo punto que las dos anteriores.—Odio a los piratas, me has convencido.—Sopló para apartarse un mechón de su rostro y acto seguido comenzó a reír cuán loca que era. Cogió ambas manos del chico y la sostuvo entre las suyas.—Reviviremos de nuevo el circo de tu familia, y a cambio tú me ayudarás a encontrar al pirata que me hizo esto.—Soltó sus manos y con ambos dedos índices señaló sus sienes, luego deslizó el derecho por su rostro y señaló el tatuaje que tenía bajo la mejilla derecha, en él ponía "Rotten" (podrido). Esperó algunas palabras del chico y se puso en pie para darle de nuevo la vuelta al sillón, le dio un sorbo a su copa y se sentó frente a su tocador.—¿Cuándo nos marchamos?.—Preguntó sonriente mientras se terminaba de quitar el exceso de maquillaje de la actuación para dejar sólo el que llevaba normalmente. Luego se quitó el corto vestido con el que había danzado, sin preocuparse por la presencia de un hombre. Se puso su conjunto habitual y se sentó de nuevo para recogerse el pelo en dos coletas que separaban los dos colores que teñían su rubio cabello, dejando dos finos mechones a cada lado de su rostro. Continuó arreglándose cuando varios gritos se escucharon por los pasillos, acompañados de rápidos pasos. Antes de que Harley pudiera apenas girarse llamaron a la puerta y esta vez el camarero no esperó a que la acróbata lo dejara pasar.—Señorita Quinn, tiene que marcharse por la puerta de atrás. Unos piratas están aterrorizando a los clientes. Rápido, yo la protegeré.—La rubia no se movió y lo miró al tiempo que inclinaba hacia un lado su rostro.—¿A qué espera? No hay tiempo que perder.—Harley alzó una mano hacia el trajeado hombre mostrándole su palma.—No te preocupes, retírate.—El camarero sorprendido movió las manos nervioso, sin saber que hacer o decir.—Pero...—La cazarrecompensas lo miró de nuevo.—¿Es que no me has oído? ¡FUERA!.—Agarró rápidamente su revólver y disparó con precisión al marco de la puerta, justo a unos pocos centímetros por encima de la frente de aquel hombre.—¿Por qué no hay comida para gatos con sabor a ratón?.—Le preguntó a su nuevo compañero tras salir el camarero corriendo. Entonces guardó el revólver en su funda, que se había colocado bajo una chaqueta roja y azul, y por último agarró su bate metálico que estaba apoyado en una esquina. Se lo llevó a los hombros y caminó hasta la puerta luciendo sus tacones. Miró a ambos lados del pasillo para comprobar si aún quedaban clientes, luego giró medio cuerpo y le mostró una sonrisa al carrecompensas.—¿Preparado para divertirte?.—Río de nuevo con su característica risa.
Harley Quinn
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Zakura Vie Sep 16, 2016 7:11 pm
Zakura no se sento de nuevo en su taburete, apoyo los codos en la barra mientras tomaba la botella y bebia directamente de ella sin percatarse de nada a su alrededor y por su puesto no se percato de los tres piratas que estaban yendo a por ella a su espalda, estos no iban armados pero el tipo grande que parecia ser el jefe seguramene sabria defenserse de lo basico y fue este, el tipo grande el que puso el brazo sobre los hombros de Zakura y dijo en un tono arrogante y con peste a alcohol en su aliento - Bueno, bueno, señorita extranjera, estoy seguro de que no sabes lo que has hecho y te has llevado esa botella de vino sin querer ¿cierto? - Zakura no lo miro, solo nego levemente con la cabeza y dio otro trago, casi acabandose la botella de vino para decir a continuacion - N-no... yo te la robe porque simplemente sois unos idiotas por haberos dado cuenta tan tarde - dijo con sus mas sinceras palabras y el tipo puso una mueca enojada, apreto su puño con fuerza pero aun asi calmo su respiracion y le hizo una señal a los otros dos para que agarraran algo para golpear a lo que respondieron agarrando una botella cada uno - Entonces dices que nos la robaste, muy bien, te atribuyo ese merito pero señorita extranjera...- hizo una pausa alzando su puño sobre la cabeza de ella y lo bajo con rapidez para golpear contra la barra del local, Zakura simplemente aprovecho que levanto el brazo para moverse a un lado y esquivar el ataque, mientras el tipo grande chasqueaba la lengua algo adolorido dijo - ¡Atrapenla! - y los otros dos tipos se abalanzaron sobre Zakura.
- Debi suponer que algo asi sucederia jeje - esbozo una sonrisa mientras lanzaba la botella de vino vacia a uno de los piratas que venian hacia ella, impactando en el pecho de este y echandolo un poco hacia atras, tiempo suficiente para que Zakura golpeara con la katana, aun enfundada en el vientre del otro tipo y los mantuviera a raya a los tres piratas, era un tres contra uno y aunque ella estuviera algo borracha seguia siendo muy capaz de manejar su arma - T-tiene un arma jefe - dijo uno de los piratas mientras el tipo grande que era el jefe chocaba los puños y sonreia - ¡Tranquilo! No podra contra los tres a la vez - dijo en tono arrogante y Zakura solto una risita floja, seguramente producto del vino y desenfundaba su katana lentamente - Podria con mas idiotas como vosotros incluso... ¿Quieren verlo? - y una pelea estaba por dar comienzo en el local donde la gente ya habia salido corriendo antes incluso de que Zakura desenfundara su katana.
- Debi suponer que algo asi sucederia jeje - esbozo una sonrisa mientras lanzaba la botella de vino vacia a uno de los piratas que venian hacia ella, impactando en el pecho de este y echandolo un poco hacia atras, tiempo suficiente para que Zakura golpeara con la katana, aun enfundada en el vientre del otro tipo y los mantuviera a raya a los tres piratas, era un tres contra uno y aunque ella estuviera algo borracha seguia siendo muy capaz de manejar su arma - T-tiene un arma jefe - dijo uno de los piratas mientras el tipo grande que era el jefe chocaba los puños y sonreia - ¡Tranquilo! No podra contra los tres a la vez - dijo en tono arrogante y Zakura solto una risita floja, seguramente producto del vino y desenfundaba su katana lentamente - Podria con mas idiotas como vosotros incluso... ¿Quieren verlo? - y una pelea estaba por dar comienzo en el local donde la gente ya habia salido corriendo antes incluso de que Zakura desenfundara su katana.
Zakura
Hoja de personaje
Nivel:
(7/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kote Bastian Sáb Sep 17, 2016 4:21 am
Los gestos y las palabras de Kote habían funcionado de sobremanera. No se la veía alguien estable psicológicamente, pero por supuesto estaba atendiendo sin ningún tipo de queja. Kote estaba contento con su labia y su forma de atraer al público, y este, era un gran momento. La observaba, él hablaba y ella escuchaba, estaba claramente atenta, hipnotizada y eso era algo que al cazador le encantaba, pues pocas veces engatusaba a las mujeres igual que a los hombres, era algo extraño, pero así era, pues los hombres resultaban mucho más estúpidos que las mujeres en el ochenta por ciento de los casos. Pero cuidado, había hombres muy inteligentes y eso no podía cambiarlo nadie.
El cazador sonrió ante su primer comentario, parecía haberla enganchado a su historia, corta, pero interesante. Eso era lo que un buen trovador debía hacer, y al parecer, estaba funcionando., pero, la sorpresa de Kote fue enorme al ver que posicionaba su mano sobre la de él mismo y la dejaba caer sobre la mesa, significaba eso que se negaba, ¿no? O quizás se equivocaba, él simplemente contestó a lo que la mujer dijo -Creo que te equivocas, eres el tipo de mujer perfecta para convivir en un circo- dijo sonriendo y con un gesto de idiota, pues realmente tenía razón, el hecho de convivir con alguien como ella en un circo era algo totalmente normal. ¿Decían que estaba loca? Había gente que estaba peor. Cuando se volvió y agarró el revolver, Kote sonrió, sabía que su piel no estaba en peligro, si no que iba a realizar una demostración de sus dotes de artillera, y así fue, cuando disparó e hizo un agujero en un cuadro, volvió a disparar y pasó por el mismo agujero y volvió a disparar y de nuevo pasó por el mismo agujero. El castaño observó la trayectoria de las balas, supo ver el peso de las mismas, sin influencia de viento era más sencillo, pero, colar las tres balas por el mismo agujero era complicado. Escuchó las palabras de Harley y entonces se dio cuenta de algo... ella era una cazadora como él.
Sus manos fueron estrechadas fuertemente y Kote sonrió, sabía que esto no sería más que el inicio de un grupo enorme y con grandes características, así que, solo había que esperar un poco para que todo creciera, y bueno, no solo tenía a Harley. El tal Clopin con el que se vio antaño en Micqueot aún le esperaba en algún sitio, y lo encontraría, y entonces Karrie volvería a tener el esplendor que tuvo cuando los tátara tatarabuelos de Kote llevaban el circo con apenas cinco personas, y aún así triunfaban. En cuanto observó que la mujer se sentaba de nuevo frente a su tocador, tras mostrarles las marcas de una posible tortura, se levantó, se acercó a ella y colocó sus manos en sus hombros, acercándose a su oído -A veces, aquello que se ha podrido es más delicioso- dijo para después volverse -Tienes mi palabra de que ese pirata no irá a prisión, si no que morirá en tus manos,- sonrió de espaldas a la mujer y entonces alguien abrió la puerta del camerino. El mismo tipo de antes entraba y estaba asustado, gritaba algo sobre unos piratas que aterrorizaban el local. La mujer gritaba y le ordenaba que marchara, y con un disparo lo ahuyentó. Kote no tuvo tiempo ni siquiera de decirle a Harley cuando se marcharían, pues estaba ocupada quitándose el maquillaje y la ropa, sin preocuparse por la presencia de Kote, pues estaba claro, eso no importaba realmente en un circo.
-¿Qué te parece llevarnos el barco de estos imbéciles cuando acabemos con ellos?- dijo Kote volviéndose hacia la hermosa mujer, observando su verdadero aspecto. Sonrió y observó como agarraba sus armas, Kote hizo lo propio y sin dilación, desenvainó su Nodachi, una espada enorme que llevaba todo el rato a la espalda y que había dejado en la puerta del camerino, fuera en el pasillo -Este tipo de gente es frecuente en estos lugares, son idiotas que intentan ganarse el dinero mediante el miedo... burdos intentos de ser temido- Kote avanzó por el pasillo hasta llegar a la sala principal, suponiendo que Harley iba detrás -Si hubiera comida de gatos con sabor a ratón, la gente no ganaría para matar ratones- dijo como respuesta a esa pregunta retórica, pero Kote siempre contestaba la retórica con estupideces, y eso lo hacía interesante y divertido.
-Muy bien, hijos de puta, dejad a la mujer y enfrentaos a alguien de vuestro... ¿está armada?- dijo mirando a la mujer que parecía una verdadera espadachina -Creo que... simplemente serviremos de ayuda- dijo el castaño observando la escena. El jefe de los tres tipos era grande, feo y con una enorme verruga en la nariz, algo extraño, pero parecía fuerte, de esta forma, el castaño se movió hacia un lugar amplio y empujó una mesa -A ver, el jefe de ese grupo de ineptos colegiales, que de un paso adelante y se acerque a mi, y no le seccionaré el cuello- dijo con una sonrisa vacilante pero valiente. El grandote se giró, miró a Kote y simplemente dio un paso hacia él, esperando a ver de que era capaz el espadachín.
El cazador sonrió ante su primer comentario, parecía haberla enganchado a su historia, corta, pero interesante. Eso era lo que un buen trovador debía hacer, y al parecer, estaba funcionando., pero, la sorpresa de Kote fue enorme al ver que posicionaba su mano sobre la de él mismo y la dejaba caer sobre la mesa, significaba eso que se negaba, ¿no? O quizás se equivocaba, él simplemente contestó a lo que la mujer dijo -Creo que te equivocas, eres el tipo de mujer perfecta para convivir en un circo- dijo sonriendo y con un gesto de idiota, pues realmente tenía razón, el hecho de convivir con alguien como ella en un circo era algo totalmente normal. ¿Decían que estaba loca? Había gente que estaba peor. Cuando se volvió y agarró el revolver, Kote sonrió, sabía que su piel no estaba en peligro, si no que iba a realizar una demostración de sus dotes de artillera, y así fue, cuando disparó e hizo un agujero en un cuadro, volvió a disparar y pasó por el mismo agujero y volvió a disparar y de nuevo pasó por el mismo agujero. El castaño observó la trayectoria de las balas, supo ver el peso de las mismas, sin influencia de viento era más sencillo, pero, colar las tres balas por el mismo agujero era complicado. Escuchó las palabras de Harley y entonces se dio cuenta de algo... ella era una cazadora como él.
Sus manos fueron estrechadas fuertemente y Kote sonrió, sabía que esto no sería más que el inicio de un grupo enorme y con grandes características, así que, solo había que esperar un poco para que todo creciera, y bueno, no solo tenía a Harley. El tal Clopin con el que se vio antaño en Micqueot aún le esperaba en algún sitio, y lo encontraría, y entonces Karrie volvería a tener el esplendor que tuvo cuando los tátara tatarabuelos de Kote llevaban el circo con apenas cinco personas, y aún así triunfaban. En cuanto observó que la mujer se sentaba de nuevo frente a su tocador, tras mostrarles las marcas de una posible tortura, se levantó, se acercó a ella y colocó sus manos en sus hombros, acercándose a su oído -A veces, aquello que se ha podrido es más delicioso- dijo para después volverse -Tienes mi palabra de que ese pirata no irá a prisión, si no que morirá en tus manos,- sonrió de espaldas a la mujer y entonces alguien abrió la puerta del camerino. El mismo tipo de antes entraba y estaba asustado, gritaba algo sobre unos piratas que aterrorizaban el local. La mujer gritaba y le ordenaba que marchara, y con un disparo lo ahuyentó. Kote no tuvo tiempo ni siquiera de decirle a Harley cuando se marcharían, pues estaba ocupada quitándose el maquillaje y la ropa, sin preocuparse por la presencia de Kote, pues estaba claro, eso no importaba realmente en un circo.
-¿Qué te parece llevarnos el barco de estos imbéciles cuando acabemos con ellos?- dijo Kote volviéndose hacia la hermosa mujer, observando su verdadero aspecto. Sonrió y observó como agarraba sus armas, Kote hizo lo propio y sin dilación, desenvainó su Nodachi, una espada enorme que llevaba todo el rato a la espalda y que había dejado en la puerta del camerino, fuera en el pasillo -Este tipo de gente es frecuente en estos lugares, son idiotas que intentan ganarse el dinero mediante el miedo... burdos intentos de ser temido- Kote avanzó por el pasillo hasta llegar a la sala principal, suponiendo que Harley iba detrás -Si hubiera comida de gatos con sabor a ratón, la gente no ganaría para matar ratones- dijo como respuesta a esa pregunta retórica, pero Kote siempre contestaba la retórica con estupideces, y eso lo hacía interesante y divertido.
-Muy bien, hijos de puta, dejad a la mujer y enfrentaos a alguien de vuestro... ¿está armada?- dijo mirando a la mujer que parecía una verdadera espadachina -Creo que... simplemente serviremos de ayuda- dijo el castaño observando la escena. El jefe de los tres tipos era grande, feo y con una enorme verruga en la nariz, algo extraño, pero parecía fuerte, de esta forma, el castaño se movió hacia un lugar amplio y empujó una mesa -A ver, el jefe de ese grupo de ineptos colegiales, que de un paso adelante y se acerque a mi, y no le seccionaré el cuello- dijo con una sonrisa vacilante pero valiente. El grandote se giró, miró a Kote y simplemente dio un paso hacia él, esperando a ver de que era capaz el espadachín.
Kote Bastian
Hoja de personaje
Nivel:
(5/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Harley Quinn Sáb Sep 17, 2016 9:06 am
Harley estaba impaciente por ver lo que le depararía el futuro con su ingreso en una tripulación. Nunca antes había trabajado en equipo, y mucho menos con un equipo que le pidiese a ella su presencia. Sabía que no volvería a ser una cazadora solitaria que viajaba sin rumbo en busca de alguna diminuta pista sobre el paradero de su pasado. Pero con un barco y una tripulación que viajara por los siete mares, las posibilidades de encontrar a aquel pirata se multiplicaban muchísimo. Además de que su capitán le había prometido con sus dulces palabras que el hombre al que buscaba moriría en sus manos. Los ojos de la rubia se iluminaron ante aquella opción, estaba deseando que llegara el momento. Sin embargo aún tenían mucho camino que recorrer, pues aquella historia no había hecho más que comenzar.
—Me parece genial, pero me pido un dormitorio con buenas vistas.—Alzó el brazo mientras sonreía cuán niña pequeña y observó como el capitán, de aparentemente su misma edad, desenvainaba una larga katana. Realmente la cazarrecompensas no era lo que podría decirse una experta en armas, pues las suyas ni siquiera podían considerarse unas.—Haremos que ellos nos teman.—Le guiñó un ojo cómplice a su aliado y lo siguió por el pasillo. Rió levemente ante su respuesta a la pregunta sobre la comida de gatos, en parte tenía razón.—No sé si te lo he mencionado ya, pero fui formada como navegante de grandes navíos. Sólo dame una carta de navegación, algunas herramientas y pondremos rumbo a dónde desees.—Afirmó mientras caminaba a su lado por los pasillos tras el escenario.
No tardaron en llegar al foco del caos, allí se encontraron a tres piratas, uno de ellos de complexión grande, que rodeaban a una chica. La chica vestía un exótico kimono y blandía una katana. El capitán se dirigió directamente al jefe de ellos, mientras tanto Harley se acercó a la chica.—Harley Quinn, encantada.—Le sonrió alegremente y pegó espalda con espalda, de forma que ambas mujeres quedaron frente a los otros dos piratas. Los sucios bandidos comenzaron a reír, probablemente al ver que sus rivales eran del sexo opuesto.—¿Qué pasa? ¿Has visto tu reflejo en algún cristal y por eso te ríes?.—Le preguntó la rubia juguetona, enfureciendo al pirata.—Probablemente nosotras dos solas valemos más que mil de vosotros juntos.—Alzó su bate metálico y lo agarró con ambas manos, preparándose para pelear. Antes giró un poco el cuello y le dijo en voz baja a la espadachina.—Demostrémosles el poder de las mujeres.—Río levemente y miró fijamente a los ojos de aquel hombre, preparada ante su primer movimiento. El pirata gruñó cuán animal y empuñó una espada de media longitud con la que se dispuso a realizar una estocada contra la cazarrecompensas. Harley separó su espalda de su compañera para bloquear el golpe con su bate, luego le guiñó un ojo al pirata y retrocedió un par de metros en diagonal para no chocar con la chica.—¿Tienes un chicle? Me apetece uno.—Giró el bate dos veces en su mano, una vez hacia delante y la segunda hacia atrás. Esperó impaciente el segundo movimiento del pirata, sabía que no soportaría la idea de ver a la rubia tan calmada y se dispondría a atacarla a toda costa.—¿Entonces tienes chicle o no?.—Le volvió a preguntar, realmente le ayudaban a relajarse.—Serás...—Pronunció el pirata y se dirigió de nuevo a realizar un corte, esta vez horizontal en dirección al cuello de Harley. Ésta ágilmente se agachó para esquivarlo y le golpeó con fuerza en la rodilla. Lo hizo tambalearse hasta perder el equilibrio y caer apoyado sobre una pierna. Se dispuso a golpearle con un puñetazo, pero Harley se apoyó sobre la cabeza del hombre y realizó un giro en el aire hasta sus espaldas, esquivando los intentos de golpearla. El pirata sorprendido se giró blandiendo la espada pero fue demasiado tarde.—Here I come!.—Pronunció la rubia el nombre de su entrenada técnica y golpeó con su arma concentrando toda la fuerza del golpe en la mandíbula de aquel sucio hombre, lo que le hizo girar el cuello más de lo normal hasta oír un crujido de huesos rotos no muy agradable y cayó inconsciente en el suelo sobre un charco de su propia sangre.—¿El siguiente?.–Preguntó sonriente la cazarrecompensas llevándose el bate a sus hombros con una mano. Echó un vistazo para ver como le iba a su compañero y a aquella desconocida chica.
—Me parece genial, pero me pido un dormitorio con buenas vistas.—Alzó el brazo mientras sonreía cuán niña pequeña y observó como el capitán, de aparentemente su misma edad, desenvainaba una larga katana. Realmente la cazarrecompensas no era lo que podría decirse una experta en armas, pues las suyas ni siquiera podían considerarse unas.—Haremos que ellos nos teman.—Le guiñó un ojo cómplice a su aliado y lo siguió por el pasillo. Rió levemente ante su respuesta a la pregunta sobre la comida de gatos, en parte tenía razón.—No sé si te lo he mencionado ya, pero fui formada como navegante de grandes navíos. Sólo dame una carta de navegación, algunas herramientas y pondremos rumbo a dónde desees.—Afirmó mientras caminaba a su lado por los pasillos tras el escenario.
No tardaron en llegar al foco del caos, allí se encontraron a tres piratas, uno de ellos de complexión grande, que rodeaban a una chica. La chica vestía un exótico kimono y blandía una katana. El capitán se dirigió directamente al jefe de ellos, mientras tanto Harley se acercó a la chica.—Harley Quinn, encantada.—Le sonrió alegremente y pegó espalda con espalda, de forma que ambas mujeres quedaron frente a los otros dos piratas. Los sucios bandidos comenzaron a reír, probablemente al ver que sus rivales eran del sexo opuesto.—¿Qué pasa? ¿Has visto tu reflejo en algún cristal y por eso te ríes?.—Le preguntó la rubia juguetona, enfureciendo al pirata.—Probablemente nosotras dos solas valemos más que mil de vosotros juntos.—Alzó su bate metálico y lo agarró con ambas manos, preparándose para pelear. Antes giró un poco el cuello y le dijo en voz baja a la espadachina.—Demostrémosles el poder de las mujeres.—Río levemente y miró fijamente a los ojos de aquel hombre, preparada ante su primer movimiento. El pirata gruñó cuán animal y empuñó una espada de media longitud con la que se dispuso a realizar una estocada contra la cazarrecompensas. Harley separó su espalda de su compañera para bloquear el golpe con su bate, luego le guiñó un ojo al pirata y retrocedió un par de metros en diagonal para no chocar con la chica.—¿Tienes un chicle? Me apetece uno.—Giró el bate dos veces en su mano, una vez hacia delante y la segunda hacia atrás. Esperó impaciente el segundo movimiento del pirata, sabía que no soportaría la idea de ver a la rubia tan calmada y se dispondría a atacarla a toda costa.—¿Entonces tienes chicle o no?.—Le volvió a preguntar, realmente le ayudaban a relajarse.—Serás...—Pronunció el pirata y se dirigió de nuevo a realizar un corte, esta vez horizontal en dirección al cuello de Harley. Ésta ágilmente se agachó para esquivarlo y le golpeó con fuerza en la rodilla. Lo hizo tambalearse hasta perder el equilibrio y caer apoyado sobre una pierna. Se dispuso a golpearle con un puñetazo, pero Harley se apoyó sobre la cabeza del hombre y realizó un giro en el aire hasta sus espaldas, esquivando los intentos de golpearla. El pirata sorprendido se giró blandiendo la espada pero fue demasiado tarde.—Here I come!.—Pronunció la rubia el nombre de su entrenada técnica y golpeó con su arma concentrando toda la fuerza del golpe en la mandíbula de aquel sucio hombre, lo que le hizo girar el cuello más de lo normal hasta oír un crujido de huesos rotos no muy agradable y cayó inconsciente en el suelo sobre un charco de su propia sangre.—¿El siguiente?.–Preguntó sonriente la cazarrecompensas llevándose el bate a sus hombros con una mano. Echó un vistazo para ver como le iba a su compañero y a aquella desconocida chica.
Harley Quinn
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Zakura Sáb Sep 17, 2016 11:07 am
Zakura se encontraba en desventaja o eso pensaba, pues de la nada salieron dos desconocidos al salve aunque la chica de Wano no lo necesitara, el chico parecia que se encargaria del jefe y la chica de coletas que se puso de espaldas con tra ella y incluso se presento se encargaria de otro - Zakura, el placer es mio - dijo con una sonrisa mientras el pirata que tenia enfrente desenbaina una espada que tenia en su cintura, mas que una espada era una cimitarra bastante afilada pues escucho como cortaba el aire mientras la desembaina y se abalanzo sobre la chica mientras Zakura daba un paso hacia delante, al parecer la chica de coletas que se presento, Harley, ya estaba luchando de una manera poco ortodoxa con su bate y ese era un estilo totalmente opuesto al de una chica entrenada y curtida en el manejo de una espada como Zakura, cuando vio al pirata blandir la cimitarra en vertical, con direccion a su cabeza esta solo tuvo que defenderse chocando espadas con el, se mantuvieron asi unos segundos hasta que Zakura movio su katana un poco y realizo un corte hacia arriba, alejando la cimitarra y provocando un leve corte sangrante en el hombro de aquel pirata que la miro con desprecio - Seras perra... te vas a enterar por robarnos el vino - dijo y Zakura le provoco con un gesto con la mano, indicando que viniera hacia ella.
El pirata de la cimitarra se abalanzo sobre ella cambiando la cimitarra a su otra mano y Zakura hizo lo propio, no le espero, puso su katana en horizontal hacia la derecha y corrio velozmente hacia el tipo, parecia una escena tipica de las peleas de samurai y asi fue, Zakura sabia muy bien como tratar con tipos asi y esquivo el ataque en vertical que iba a su hombro con facilidad, echandose a un lado y moviendo su katana hacia arriba, de abajo a arriba, formando un arco en el aire que acabo con un corte profundo del tipo en el cuello, que empezo a sangrar abundantemente y cayo al suelo mientras se aguantaba el cuello aunque ya era muy tarde para eso, le habia cortado las venas y la traquea y moriria por ahogo en pocos segundos. Zakura limpio la sangre de un movimiento rapido en el aire y guardo su katana con delicadeza, despacio y con sus ojos cerrados, cuando la guardo, se giro para guiñarle un ojo a Harley que tambien habia acabado y solo quedaba que el chico se encargara del jefe.
El pirata de la cimitarra se abalanzo sobre ella cambiando la cimitarra a su otra mano y Zakura hizo lo propio, no le espero, puso su katana en horizontal hacia la derecha y corrio velozmente hacia el tipo, parecia una escena tipica de las peleas de samurai y asi fue, Zakura sabia muy bien como tratar con tipos asi y esquivo el ataque en vertical que iba a su hombro con facilidad, echandose a un lado y moviendo su katana hacia arriba, de abajo a arriba, formando un arco en el aire que acabo con un corte profundo del tipo en el cuello, que empezo a sangrar abundantemente y cayo al suelo mientras se aguantaba el cuello aunque ya era muy tarde para eso, le habia cortado las venas y la traquea y moriria por ahogo en pocos segundos. Zakura limpio la sangre de un movimiento rapido en el aire y guardo su katana con delicadeza, despacio y con sus ojos cerrados, cuando la guardo, se giro para guiñarle un ojo a Harley que tambien habia acabado y solo quedaba que el chico se encargara del jefe.
Zakura
Hoja de personaje
Nivel:
(7/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Contenido patrocinado
Contenido patrocinado
Página 1 de 2. • 1, 2
Página 1 de 2.
|
|