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Creado por Renard Mar Nov 01, 2016 10:36 am
Un médico de no demasiada experiencia, de comportamiento no muy acorde a su profesión, de respeto por los demás en tela de dudas. Simplemente iba a su bola. ¿Buscaba algún combate? Quizás ¿Buscaba algo en especifico? Tampoco mucho, solo había llegado hasta allí junto a unos piratas que le dieron unas cuantas perras por curar a un par de heridas de balas propinadas por miembros de la marina, había sido un trabajo sencillo pero el de los ojos color miel también lo había hecho prácticamente y veloz, no con demasiado cuidado, ese era un punto en el que quedaba debiendo como promotor de la salud, en teoría, realmente era algo un tanto alejado de la realidad.
Al llegar a esa isla vecina de la de su natalicio por algún motivo percibiría algo de familiaridad, era muy diferente a la suya pero igualmente su madre tampoco era originaria del gigantesco árbol, lo había dejado con una familia que lo educó en la medida de lo posible. Tampoco hicieron el mejor trabajo pero tampoco era necesario, Renard era bueno para obedecer hasta que se distraía y olvidaba el porque de su accionar. Era un improvisador nato y eso, aunque extraño, era uno de sus dones.
Se encontraba junto a una gran construcción, de proporciones colosales, sin duda un lugar para más especies que simplemente humanos. Aparentemente se vendían gran variedad de objetos y entre ellos algunos con fines médicos, no era que le apasionase pero le resultó atrayente la publicidad y lo que había escuchado en la isla, aparentemente corrían buenas palabras sobre eso. De todas formas no tenía prácticamente nada de dinero para comprar algo pero al menos se llevaría una impresión de todo eso.
El rubio vestía lo de siempre, ligero y abrigado a la vez. Se acercaba a la tendera y preguntaba sin ton ni son por los productos, para que servían y lo que eran. Obviamente varios eran recetas de la creadora del local pero al menos le informaban a base de que estaban hecho, era algo, quizás algún día intentara hacer algo así, sin mucha hipótesis, a prueba y error. Luego de un momento pasaría a observar las joyas marinas que también estaban a la venta pero resultaban aún más caras, tampoco lo valían pero sin duda su brillo era hermoso, aunque para Renard tampoco era algo espectacular.
Al llegar a esa isla vecina de la de su natalicio por algún motivo percibiría algo de familiaridad, era muy diferente a la suya pero igualmente su madre tampoco era originaria del gigantesco árbol, lo había dejado con una familia que lo educó en la medida de lo posible. Tampoco hicieron el mejor trabajo pero tampoco era necesario, Renard era bueno para obedecer hasta que se distraía y olvidaba el porque de su accionar. Era un improvisador nato y eso, aunque extraño, era uno de sus dones.
Se encontraba junto a una gran construcción, de proporciones colosales, sin duda un lugar para más especies que simplemente humanos. Aparentemente se vendían gran variedad de objetos y entre ellos algunos con fines médicos, no era que le apasionase pero le resultó atrayente la publicidad y lo que había escuchado en la isla, aparentemente corrían buenas palabras sobre eso. De todas formas no tenía prácticamente nada de dinero para comprar algo pero al menos se llevaría una impresión de todo eso.
El rubio vestía lo de siempre, ligero y abrigado a la vez. Se acercaba a la tendera y preguntaba sin ton ni son por los productos, para que servían y lo que eran. Obviamente varios eran recetas de la creadora del local pero al menos le informaban a base de que estaban hecho, era algo, quizás algún día intentara hacer algo así, sin mucha hipótesis, a prueba y error. Luego de un momento pasaría a observar las joyas marinas que también estaban a la venta pero resultaban aún más caras, tampoco lo valían pero sin duda su brillo era hermoso, aunque para Renard tampoco era algo espectacular.
Renard
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Creado por Zhenya Wayland Miér Nov 02, 2016 10:53 pm
Ya habían pasado unos cuantos días desde el incidente que marcaría la vida de la pirata y terminaría por decidir el rumbo de esta. Habían llegado hace poco hacia Baterilla ella y los compañeros de su tripulación. El plan era sencillo, buscar algo de información de las siguientes islas, un par de nuevos libros, medicina y vendajes para ella mientras los demás hacían cosas propias de ellos. Apresurarse y buscar a los demás era su prioridad, aún seguía algo temerosa e insegura de estar mucho tiempo sola al sentirse vulnerable y más que eso el insoportable dolor y picazón de sus alas al comenzar a llenarse de plumas la desesperaba en gran medida volviéndola un blanco fácil pues el pensar claro era algo que se le dificultaba ya en esas circunstancias.
Vestía como siempre, un vestido negro algo entallado pues poco a poco comenzaba a recobrar el peso que había perdido durante tantos meses, sobre su cintura su par de espadas y en sus hombros una capa que ocultaba aquellas frágiles alas que vendadas pacientes se recuperaban de a poco. Sus pasos la llevaron a un lugar que parecía ser una tienda de artículos varios, quizá podría encontrar algo que le sirviera para el viaje. Al entrar lo primero que vio fue a un joven rubio platicando con la mujer que parecía se encargaba del lugar, Zhenya entró y atenta escuchó un poco de la conversación, nada relevante o de interés. Tomó algunas vendas, medicamento propio para curar heridas y algo de anestesia local. Junto a ello tomó un par de libros, un mapa y varias cosas más. - Llevaré esto. - Dijo tranquila mientras entre sus ropas buscaba con algo de desesperación el morral donde tenía el dinero - Disculpe ¿Sabe de algún médico en la ciudad? - Preguntó a la tendera, esta negando explicó que el médico del pueblo había salido recién había salido el sol a atender unas cuantas urgencias y no volvería hasta mucho después. Para nada le sentó la respuesta a la rubia llevando su mano derecha hacia su rostro el cual algo rojizo dejaba ver que parecía tener fiebre. - Y… ¿Otro médico? - La tendera negó mientras guardaba las cosas que había comprado en una bolsa y seguido de ello la Skypea pagó por las cosas. Giró su rostro observando al otro muchacho, antes él había preguntado por algunos artefactos, entre ellos unos médicos, con algo de prisa de unos cuantos pasos lo tomó de la muñeca para llamar su atención - Tú, preguntabas por algunas cosas. ¿Sabes de algún médico? - Cuestionó sin muchos rodeos - Si me llevas ahora mismo con uno te daré lo necesario para comprar alguna de esas cosas. - Sonrió con dificultad - ¿Qué dices? -
Vestía como siempre, un vestido negro algo entallado pues poco a poco comenzaba a recobrar el peso que había perdido durante tantos meses, sobre su cintura su par de espadas y en sus hombros una capa que ocultaba aquellas frágiles alas que vendadas pacientes se recuperaban de a poco. Sus pasos la llevaron a un lugar que parecía ser una tienda de artículos varios, quizá podría encontrar algo que le sirviera para el viaje. Al entrar lo primero que vio fue a un joven rubio platicando con la mujer que parecía se encargaba del lugar, Zhenya entró y atenta escuchó un poco de la conversación, nada relevante o de interés. Tomó algunas vendas, medicamento propio para curar heridas y algo de anestesia local. Junto a ello tomó un par de libros, un mapa y varias cosas más. - Llevaré esto. - Dijo tranquila mientras entre sus ropas buscaba con algo de desesperación el morral donde tenía el dinero - Disculpe ¿Sabe de algún médico en la ciudad? - Preguntó a la tendera, esta negando explicó que el médico del pueblo había salido recién había salido el sol a atender unas cuantas urgencias y no volvería hasta mucho después. Para nada le sentó la respuesta a la rubia llevando su mano derecha hacia su rostro el cual algo rojizo dejaba ver que parecía tener fiebre. - Y… ¿Otro médico? - La tendera negó mientras guardaba las cosas que había comprado en una bolsa y seguido de ello la Skypea pagó por las cosas. Giró su rostro observando al otro muchacho, antes él había preguntado por algunos artefactos, entre ellos unos médicos, con algo de prisa de unos cuantos pasos lo tomó de la muñeca para llamar su atención - Tú, preguntabas por algunas cosas. ¿Sabes de algún médico? - Cuestionó sin muchos rodeos - Si me llevas ahora mismo con uno te daré lo necesario para comprar alguna de esas cosas. - Sonrió con dificultad - ¿Qué dices? -
Zhenya Wayland
Hoja de personaje
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Creado por Renard Jue Nov 03, 2016 3:25 pm
Mientras seguía con curiosidad en el local acercándose a todos los objetos de procesamiento y fabricación, ojeando tomos de bastante grandes, demasiado como para que él los terminase, su conocimiento y principalmente su habilidad no venían especialmente del estudio pero tenía su particular brillantez, como las joyas de allí mismo, ciento por cien naturalidad. Demasiado evidente, sin nada que ocultar ,quizás sumamente simple pero así era el pirata, libre y sin preocupaciones.
Observaría una figura que entraba al gigantesco local, una chica rubia, de negro y que parecía algo preocupada. No era intensión de él bandido pero la escucharía lo suficiente como para percatarse de su necesidad inmediata y al ver todo lo que tomaba lo hacía aún más evidente, implemento médicos de urgencia.
Tenía en su poder algunas de los productos que le interesaban y en ese momento la bella rubia que preguntaba con insistencia y necesidad por un médico. El de Torino se sorprendería al ver la iniciativa y el aparente buen ojo, o suerte de la chica, al tomarlo por la mano y preguntar explicitamente por un médico -Ehh mmm sí- pensando un momento y con cierta vocación por ayudarla, tampoco tenía un rumbo definido, con algo de sorpresa pensaría en algo que podía no ser la mejor idea pero realmente la situación tendía a ello. Volteaba a ver a la dependiente y luego a la rubia- dame un momento, nada más - preguntaría por la mayoría de articulos que había visto y afirmaba - sí, me los llevo todos - volteaba a ver nuevamente a la vestida de negro -Creo que ya me diste lo necesario para comprar lo que quería...- tomando todo lo que había pedido y aparentando sacar dinero de su bolsillo. Se acercaba a la rubia que ya tenía las vendas y lo que aparentemente necesitaba, evidenciaba estar herida o demasiado preocupada. Renard se inclinaría un poco y la levantaría como si fuese una pluma, su fuerza sobrehumana se lo permitía -...un motivo. Soy un médico... bueno, un poco- empezaría a correr para salir del lugar con la chica en brazos, con el botín de artículos de su interés y una sonrisa. Inicialmente su intención no era robar y menos salir llevando a alguien así pero eran el tipo de acciones impulsivas que siempre lo llevaban a acabar en situaciones que disfrutaba, conflictos o festines, era una moneda al aire en la que nunca perdía todo es ganancia cuando no se tiene nada que perder.
Salia del local y con cierta duda, con la vos algo entrecortada por el ritmo pero si un ápice de agitación y sujetandola de las piernas y de la espalda, por suerte un poco más abajo de las pequeñas alas que esta escondía -¿A dónde vamos? y ¿Qué necesitas?- seguía corriendo sin mirar atrás donde la chica había avanzado un poco con la intención de advertir del rufián.
Observaría una figura que entraba al gigantesco local, una chica rubia, de negro y que parecía algo preocupada. No era intensión de él bandido pero la escucharía lo suficiente como para percatarse de su necesidad inmediata y al ver todo lo que tomaba lo hacía aún más evidente, implemento médicos de urgencia.
Tenía en su poder algunas de los productos que le interesaban y en ese momento la bella rubia que preguntaba con insistencia y necesidad por un médico. El de Torino se sorprendería al ver la iniciativa y el aparente buen ojo, o suerte de la chica, al tomarlo por la mano y preguntar explicitamente por un médico -Ehh mmm sí- pensando un momento y con cierta vocación por ayudarla, tampoco tenía un rumbo definido, con algo de sorpresa pensaría en algo que podía no ser la mejor idea pero realmente la situación tendía a ello. Volteaba a ver a la dependiente y luego a la rubia- dame un momento, nada más - preguntaría por la mayoría de articulos que había visto y afirmaba - sí, me los llevo todos - volteaba a ver nuevamente a la vestida de negro -Creo que ya me diste lo necesario para comprar lo que quería...- tomando todo lo que había pedido y aparentando sacar dinero de su bolsillo. Se acercaba a la rubia que ya tenía las vendas y lo que aparentemente necesitaba, evidenciaba estar herida o demasiado preocupada. Renard se inclinaría un poco y la levantaría como si fuese una pluma, su fuerza sobrehumana se lo permitía -...un motivo. Soy un médico... bueno, un poco- empezaría a correr para salir del lugar con la chica en brazos, con el botín de artículos de su interés y una sonrisa. Inicialmente su intención no era robar y menos salir llevando a alguien así pero eran el tipo de acciones impulsivas que siempre lo llevaban a acabar en situaciones que disfrutaba, conflictos o festines, era una moneda al aire en la que nunca perdía todo es ganancia cuando no se tiene nada que perder.
Salia del local y con cierta duda, con la vos algo entrecortada por el ritmo pero si un ápice de agitación y sujetandola de las piernas y de la espalda, por suerte un poco más abajo de las pequeñas alas que esta escondía -¿A dónde vamos? y ¿Qué necesitas?- seguía corriendo sin mirar atrás donde la chica había avanzado un poco con la intención de advertir del rufián.
Renard
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Creado por Zhenya Wayland Vie Nov 04, 2016 10:10 am
No tardó mucho antes de recibir respuesta del rubio contrario, sin embargo que siquiera titubeara un poco responder la hizo sospechar un poco. Arqueó su ceja derecha y apenas si una media sonrisa se hizo presente - ¿Sí? - Cuestionó sólo para reafirmar lo que el otro había dicho y seguido a ello soltaría la muñeca del contrario entonces esperando o por la información o que tomase lo que él querría - ¿Entonces? - Se encogí de hombros esperando respuesta de él la cual pese a no ser lo que esperaba se hizo sólo a un lado y asintió siguiéndole con la mirada esperando lo necesario.
El que el rubio comenzara a preguntar de nuevo por algunas cosas puso un poco nerviosa a la ángel, rascando su nuca con la mano libre guardaría silencio todo el tiempo pero sus párpados se abrirían de par en par al escuchar que se llevaría todo ¿A caso tenía todo el dinero necesario? ¿Se burlaba de ella y aquel absurdo intento de pagar por información? Pero escucharlo a nueva cuenta la confundió más, negando un poco sin entender lo que él decía, siguiéndolo con la vista pero gracias al dolor del que era presa no pudo siquiera reaccionar tras ser tomada en brazos por lo que sólo gimoteó por lo bajo ante la presión que su capa hacía en sus alas. Abrió su ojo derecho viéndole de reojo cerrando sus rodillas dispuesta a golpearle de ser necesario pero no podría, menos si era un médico. - ¿Ah?.. - No entendía nada de lo que estaba pasando pero no tardaría mucho en comprenderlo. Abrazó la bolsa donde tenía todo lo que había comprado y se apegó un tanto más a él cuando comenzó a correr sin pagar un céntimo por lo ya robado, tal parecía era un bandido o quizá un pirata como ella.
Sólo sentía su rubio cabello revolotear ante el viento viendo hacia dónde corría este - ¡¿Qué demonios te pasa?! - Reclamó tras un suave jadeo por el ardor en sus alas, sin embargo al menos él le daría a elegir a dónde ir, lo que más necesitaban ahora era ocultarse antes de que un problema se ocasionara y comenzaran a perseguirlo, sumado a él que ella también saliese involucrada y por consecuencia su capitán y los demás. Apuntó hacia lo que sería un trozo de bosque que por lo extenso y frondoso los ocultaría a perfección.
Apenas llegaron al lugar lo primero en hacer fue bajar de los brazos de él y sentarse en un tronco ya caído dejando todo lo comprado en el piso arqueando su cuerpo hacia el frente para evitar el contacto de sus alas con la capa. - ¿Qué demonios te pasa? Yo pude haber corrido sola ¿Sabes? - Regañó llevando su mano derecha hacia su espalda acariciando al menos un poco. - Me lastimaste… - Renegó agachando un poco su cabeza. Suspiró y volvió a ver al contrario - Lo que menos quiero es meterme en problemas ahora y ahora por tu culpa quizá comiencen a buscarme. - Pero qué más daba, ya era común. Suspiró y se puso de pie para acercarse a él - Necesito que me ayudes. - Dijo sin más rodeos - Tengo una herida en mi espalda que duele, arde y da mucha comezón. Sólo necesito alguna… Pastilla o lo que sea, la persona que se encarga de curarme no está cerca, de hecho quedé con encontrarme con él en un rato pero no aguanto ya el dolor y tampoco es como que quisiera apresurarlo ni preocuparlo. - Trató de explicar llevando su mano derecha hacia su propia frente - A parte creo que tengo un poco de fiebre. No soy médico así que… - se encogió de hombros. - ¿Puedes ayudarme? Quizá aceptes como pago un par de libros de medicina que acabo de leer, son muy buenos. - Terminó ofreciendo ya con una pizca de desesperación. - Eso y no delatarte. - Bromeó entrecerrando su mirada y sonriendo un tanto más.
El que el rubio comenzara a preguntar de nuevo por algunas cosas puso un poco nerviosa a la ángel, rascando su nuca con la mano libre guardaría silencio todo el tiempo pero sus párpados se abrirían de par en par al escuchar que se llevaría todo ¿A caso tenía todo el dinero necesario? ¿Se burlaba de ella y aquel absurdo intento de pagar por información? Pero escucharlo a nueva cuenta la confundió más, negando un poco sin entender lo que él decía, siguiéndolo con la vista pero gracias al dolor del que era presa no pudo siquiera reaccionar tras ser tomada en brazos por lo que sólo gimoteó por lo bajo ante la presión que su capa hacía en sus alas. Abrió su ojo derecho viéndole de reojo cerrando sus rodillas dispuesta a golpearle de ser necesario pero no podría, menos si era un médico. - ¿Ah?.. - No entendía nada de lo que estaba pasando pero no tardaría mucho en comprenderlo. Abrazó la bolsa donde tenía todo lo que había comprado y se apegó un tanto más a él cuando comenzó a correr sin pagar un céntimo por lo ya robado, tal parecía era un bandido o quizá un pirata como ella.
Sólo sentía su rubio cabello revolotear ante el viento viendo hacia dónde corría este - ¡¿Qué demonios te pasa?! - Reclamó tras un suave jadeo por el ardor en sus alas, sin embargo al menos él le daría a elegir a dónde ir, lo que más necesitaban ahora era ocultarse antes de que un problema se ocasionara y comenzaran a perseguirlo, sumado a él que ella también saliese involucrada y por consecuencia su capitán y los demás. Apuntó hacia lo que sería un trozo de bosque que por lo extenso y frondoso los ocultaría a perfección.
Apenas llegaron al lugar lo primero en hacer fue bajar de los brazos de él y sentarse en un tronco ya caído dejando todo lo comprado en el piso arqueando su cuerpo hacia el frente para evitar el contacto de sus alas con la capa. - ¿Qué demonios te pasa? Yo pude haber corrido sola ¿Sabes? - Regañó llevando su mano derecha hacia su espalda acariciando al menos un poco. - Me lastimaste… - Renegó agachando un poco su cabeza. Suspiró y volvió a ver al contrario - Lo que menos quiero es meterme en problemas ahora y ahora por tu culpa quizá comiencen a buscarme. - Pero qué más daba, ya era común. Suspiró y se puso de pie para acercarse a él - Necesito que me ayudes. - Dijo sin más rodeos - Tengo una herida en mi espalda que duele, arde y da mucha comezón. Sólo necesito alguna… Pastilla o lo que sea, la persona que se encarga de curarme no está cerca, de hecho quedé con encontrarme con él en un rato pero no aguanto ya el dolor y tampoco es como que quisiera apresurarlo ni preocuparlo. - Trató de explicar llevando su mano derecha hacia su propia frente - A parte creo que tengo un poco de fiebre. No soy médico así que… - se encogió de hombros. - ¿Puedes ayudarme? Quizá aceptes como pago un par de libros de medicina que acabo de leer, son muy buenos. - Terminó ofreciendo ya con una pizca de desesperación. - Eso y no delatarte. - Bromeó entrecerrando su mirada y sonriendo un tanto más.
Zhenya Wayland
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Creado por Renard Dom Nov 06, 2016 9:54 pm
Corriendo, no de la manera más rápida pero con una buen paso que premiaba más la facilidad de cargar a la chica como si fuese un pequeño gorrión de ala dañada. Dejaba atrás el local y solo escuchaba las palabras con algo de molestia, probablemente tenían razón, su accionar no era el más esperado ni común, tampoco lo pretendía.
A la pregunta proferida respondía con duda y sin detenerse hasta acabar en el lugar que había visualizado como seguro -Pues...- hacía una pausa, como si tomará aire -te tomé de rehén, así podrás volver cuando gustes y no eres cómplice- sentía que era lo mejor que podía haber hecho si la rubia era de allí y en algún momento tenía que volver a comprar más cosas. Al escuchar lo del daño no le quedaría más que disculparse algo cabizbajo -lo siento, no era mi intensión - se empezó a sentir mal por su accionar, había hecho por completo lo opuesto que como doctor era su deber. Se pondría en una posición de disculpas y golpearía el tronco con la frente, este se resquebrajaría por la fuerza del golpe y la movería mientras seguía escuchando todo su discurso de regaño y el caso a tratar.
Nunca había tenido una fuente de educación estricta por lo que sentía que todo lo que esta chica le decía era lo correcto, además tenía que prestarle suma atención, era la paciente, aparentemente -realmente lo siento, te atenderé de la manera más precisa, no suelo pensar mucho cuando hago algo- dudaba un poco de sus propias palabras puesto que pese a que se consideraba bueno la chica había dicho tener una herida y no era el médico con el mejor pulso o trato, era tosco, su excesiva fuerza le hacía un bruto nato. -vi que tomaste lo necesario, si me lo permites te podre desinfectar y puedo usar algo de lo que tome para la fiebre- tomaba la bolsa que ella había cargado pero él la había cargado a ella por lo que también a la bolsa y todo era cargable, a excepción de lo eléctrico, no había nada.
Se acercaba y ponía su mano en la frente de la rubia para verificar la temperatura, colocaba dos dedos en el cuello de ella sintiendo su pulso, que no era una estimación precisa por lo efectuado minutos antes pero eran datos a revisar. -sí, bastante fiebre- decía un poco necio y repetitivo pero simplemente se preparaba para sus funciones que realizaba casi pensando en el proceso que le habían enseñado e improvisando como le venía bien.
-te agradecería bastante los libros pero ahora que robamos esas cosas sería bueno un refugio, al menos por unos días, hasta que algún barco llegue al muelle- todos los días pasaba y revisaba para estimar cuando era conveniente irse de esa isla en la que había estado buscando sobre la historia que le habían heredado -ahh tonto tonto, soy bastante despistado- golpeándose la frente con la palma y dando una respuesta que podía no ser muy alentadora para un paciente -Mi nombre es Renar O. Donell, estudiante de medicina- ante la broma de delatar el rubio fruncía el ceño, miraba hacía un lado haciendo un puchero con su boca -no me da gracia- miraba a los alrededores -en esta isla hay muchos marines, es molesto- decía algo enojado simplemente con la isla.
Sacaba una botella de agua y vertía parte de esta en sus manos, se enjuagaba con un pequeño jabón que sacaba de la riñonera y luego una pequeña toalla blanca -muéstrame la herida, será bueno limpiarla y revisarla primero que todo- sacaba algo de alcohol de una pequeña botella que cargaba y tomaba los algodones que ella había hurtado por complicidad.
A la pregunta proferida respondía con duda y sin detenerse hasta acabar en el lugar que había visualizado como seguro -Pues...- hacía una pausa, como si tomará aire -te tomé de rehén, así podrás volver cuando gustes y no eres cómplice- sentía que era lo mejor que podía haber hecho si la rubia era de allí y en algún momento tenía que volver a comprar más cosas. Al escuchar lo del daño no le quedaría más que disculparse algo cabizbajo -lo siento, no era mi intensión - se empezó a sentir mal por su accionar, había hecho por completo lo opuesto que como doctor era su deber. Se pondría en una posición de disculpas y golpearía el tronco con la frente, este se resquebrajaría por la fuerza del golpe y la movería mientras seguía escuchando todo su discurso de regaño y el caso a tratar.
Nunca había tenido una fuente de educación estricta por lo que sentía que todo lo que esta chica le decía era lo correcto, además tenía que prestarle suma atención, era la paciente, aparentemente -realmente lo siento, te atenderé de la manera más precisa, no suelo pensar mucho cuando hago algo- dudaba un poco de sus propias palabras puesto que pese a que se consideraba bueno la chica había dicho tener una herida y no era el médico con el mejor pulso o trato, era tosco, su excesiva fuerza le hacía un bruto nato. -vi que tomaste lo necesario, si me lo permites te podre desinfectar y puedo usar algo de lo que tome para la fiebre- tomaba la bolsa que ella había cargado pero él la había cargado a ella por lo que también a la bolsa y todo era cargable, a excepción de lo eléctrico, no había nada.
Se acercaba y ponía su mano en la frente de la rubia para verificar la temperatura, colocaba dos dedos en el cuello de ella sintiendo su pulso, que no era una estimación precisa por lo efectuado minutos antes pero eran datos a revisar. -sí, bastante fiebre- decía un poco necio y repetitivo pero simplemente se preparaba para sus funciones que realizaba casi pensando en el proceso que le habían enseñado e improvisando como le venía bien.
-te agradecería bastante los libros pero ahora que robamos esas cosas sería bueno un refugio, al menos por unos días, hasta que algún barco llegue al muelle- todos los días pasaba y revisaba para estimar cuando era conveniente irse de esa isla en la que había estado buscando sobre la historia que le habían heredado -ahh tonto tonto, soy bastante despistado- golpeándose la frente con la palma y dando una respuesta que podía no ser muy alentadora para un paciente -Mi nombre es Renar O. Donell, estudiante de medicina- ante la broma de delatar el rubio fruncía el ceño, miraba hacía un lado haciendo un puchero con su boca -no me da gracia- miraba a los alrededores -en esta isla hay muchos marines, es molesto- decía algo enojado simplemente con la isla.
Sacaba una botella de agua y vertía parte de esta en sus manos, se enjuagaba con un pequeño jabón que sacaba de la riñonera y luego una pequeña toalla blanca -muéstrame la herida, será bueno limpiarla y revisarla primero que todo- sacaba algo de alcohol de una pequeña botella que cargaba y tomaba los algodones que ella había hurtado por complicidad.
Renard
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Creado por Zhenya Wayland Sáb Nov 12, 2016 3:27 pm
- ¿Rehén? - Cuestión por lo bajo en un suave susurro llevando su mano derecho hacia su nuca acariciando delicadamente esta bajo aquellos finos hilos de oro que poseía. - Si me ven tratarán de buscar información sobre ti y no es que me convenga mucho tener a gente de la marina o similar cerca de mí. - Acotó, con cierto desagrado en sus palabras desvió su mirada entrecerrando esta - sin contar que no quiero llamar mucho la atención porque si me meto en problemas interrumpiré a mi capitán y debe estar muy ocupado ahora mismo. - Terminó cerrando sus párpados totalmente y tras ello y el regaño que le había propinado la incomodidad en la ángel se hizo presente, aquellas palabras de disculpa que bien conocía la pirata le calaron y volvió su mirada hacia él. - Tampoco es como si fuese muy grave, me ayudarás así que supongo es justo. - apretó suave sus labios y quizá era cosa de su mente pero una suave sensación maternal se hizo presente, sentir que le regañaba y él cual niño pequeño se disculpaba terminó llenando de una pincelada de ternura sobre el pecho de la rubia más todo se fue al demonio al ver cómo este, torpe, rompía sin más un tronco de árbol haciendo tragar seco a Zhenya dejando ver en su rostro una clara mueca de sorpresa. - N-No es para tanto, relájate. - Repitió, suspiró y sólo se encogió de hombros, no había más que decir.
¿No suele pensar mucho? - Eso veo… - Respondió algo apenada, ya no importaba ya, al menos estaban fuera de peligro y en ese lugar nadie los buscaría. Negó al instante en cuanto él se ofreció a tratar directamente las heridas - Es que alguien ya las había atendido por mi, me dio medicamento y mi capitán es quien cuida de mi, sólo que él está muy ocupado ahora pero no quiero molestarlo… Y ciertamente no me sentiría cómoda de que alguien más viera la herida, por eso sólo necesito un poco de medicamento, algo que pueda tragar, beber, lo que sea. - Retrocedió un pequeño paso y al instante tomó las muñecas del contrario para que no tocara nada de lo que había comprado. Mas la cercanía sería aprovechada por él para tocar su frente midiendo su temperatura, Zhenya se quedó quieta entrecerrando su mirada, no era como que se sintiera cómoda de que alguien más tocara su rostro pero era necesario, suspiró y asintió - No me siento bien, por eso buscaba a alguien como tú. - Repitió y apartó todo lo que había comprado para que él dejara de insistir.
- ¿Robamos? - Arqueó su ceja - Déjame aclarar que aquí el bandido fuiste tú, yo he pagado por todo lo mío, pero si me ayudarás… Bueno… Desvió su mirada y llevó su mano derecha hacia su codo izquierda. - Quizá podría ofrecerte hogar temporal, pero no te aseguro nada, quien elige eso es mi capitán y tendrías que verlo. Sé que si se lo pido aceptará pero no es como que confiemos mucho en cualquier persona, menos ahora. Y sí, hay bastantes marines. - Sonrió apenas un poco - Era broma el delatarte, una bandida tampoco es como que se ponga ver y luchar por códigos de ética a estas alturas. Yo me llamo Zhenya. Zhenya Wa… - Calló, cerró sus labios apretándolos un poco y pensando un poco antes de siquiera terminar de presentarse. - Zhenya Wayland. - Susurró observándole como comenzaba a limpiar sus manos negando un par de veces - Ya te lo dije, no quiero que la veas, no si mi capitán no está presente. - Frunció el ceño, mas sabía que a estas alturas molestarlo sería algo que podría preocuparlo - Sólo arde y da un poco de comezón ¿Sí? - Explicó con cierta desesperación. - Al momento de salir las plumas pica bastante y… Y… - hizo suave presión sobre su codo y no es como si esperaba que el otro comprendiera, después de todo ella no le había dicho que era una ángel - Te propongo dos cosas… Dame algo que pueda tomar para que el dolor se calme, te llevaré al barco de mi capitán y con él presente revisarás mis heridas, a cambio de ello te daré mis libros y trataré de que podamos llevarte a la siguiente isla. - Ofreció extendiendo su mano derecha lista para cerrar el trato con el contrario - A parte si tienes algo de hambre puedo preparar algo para ti, prepararé hoy algo de comida así que un poco más para un invitado no está demás. - Sonrió un tanto más tratando de parecer amable, cosa que se le complicaba un poco pero quizá con algo de suerte aquel médico podría ayudarla.
¿No suele pensar mucho? - Eso veo… - Respondió algo apenada, ya no importaba ya, al menos estaban fuera de peligro y en ese lugar nadie los buscaría. Negó al instante en cuanto él se ofreció a tratar directamente las heridas - Es que alguien ya las había atendido por mi, me dio medicamento y mi capitán es quien cuida de mi, sólo que él está muy ocupado ahora pero no quiero molestarlo… Y ciertamente no me sentiría cómoda de que alguien más viera la herida, por eso sólo necesito un poco de medicamento, algo que pueda tragar, beber, lo que sea. - Retrocedió un pequeño paso y al instante tomó las muñecas del contrario para que no tocara nada de lo que había comprado. Mas la cercanía sería aprovechada por él para tocar su frente midiendo su temperatura, Zhenya se quedó quieta entrecerrando su mirada, no era como que se sintiera cómoda de que alguien más tocara su rostro pero era necesario, suspiró y asintió - No me siento bien, por eso buscaba a alguien como tú. - Repitió y apartó todo lo que había comprado para que él dejara de insistir.
- ¿Robamos? - Arqueó su ceja - Déjame aclarar que aquí el bandido fuiste tú, yo he pagado por todo lo mío, pero si me ayudarás… Bueno… Desvió su mirada y llevó su mano derecha hacia su codo izquierda. - Quizá podría ofrecerte hogar temporal, pero no te aseguro nada, quien elige eso es mi capitán y tendrías que verlo. Sé que si se lo pido aceptará pero no es como que confiemos mucho en cualquier persona, menos ahora. Y sí, hay bastantes marines. - Sonrió apenas un poco - Era broma el delatarte, una bandida tampoco es como que se ponga ver y luchar por códigos de ética a estas alturas. Yo me llamo Zhenya. Zhenya Wa… - Calló, cerró sus labios apretándolos un poco y pensando un poco antes de siquiera terminar de presentarse. - Zhenya Wayland. - Susurró observándole como comenzaba a limpiar sus manos negando un par de veces - Ya te lo dije, no quiero que la veas, no si mi capitán no está presente. - Frunció el ceño, mas sabía que a estas alturas molestarlo sería algo que podría preocuparlo - Sólo arde y da un poco de comezón ¿Sí? - Explicó con cierta desesperación. - Al momento de salir las plumas pica bastante y… Y… - hizo suave presión sobre su codo y no es como si esperaba que el otro comprendiera, después de todo ella no le había dicho que era una ángel - Te propongo dos cosas… Dame algo que pueda tomar para que el dolor se calme, te llevaré al barco de mi capitán y con él presente revisarás mis heridas, a cambio de ello te daré mis libros y trataré de que podamos llevarte a la siguiente isla. - Ofreció extendiendo su mano derecha lista para cerrar el trato con el contrario - A parte si tienes algo de hambre puedo preparar algo para ti, prepararé hoy algo de comida así que un poco más para un invitado no está demás. - Sonrió un tanto más tratando de parecer amable, cosa que se le complicaba un poco pero quizá con algo de suerte aquel médico podría ayudarla.
Zhenya Wayland
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Renard Sáb Nov 12, 2016 10:01 pm
Con algo de intriga pero sin inmiscuirse, entendiendo la privacidad anque -No es tan urgente tu tratamiento, eso es mejor, un lugar como este no es el más apropiado pero por la forma en que lo pedías pensé que era urgente – al escuchar sobre la vergüenza por la herida remarcaría señalando con el dedo sin nada de tacto – no te preocupes, he visto varias heridas feas, yo tengo una acá, otra acá y también acá – con el índice sobre su ceja, lateral del pecho y en el muslo de la pierna izquierda – pero supongo que en las mujeres es más delicado, te preparare algo para el dolor y un tranquilizante – decía completamente lo que pensaba y revisaba en su riñonera- ¿Te apetece un té aparte de los medicamentos?-la seguía escuchando –Entendiendo perfectamente la falta de tratamiento inmediato en la herida – tomaba algunas plantas junto al mortero de porcelana, sacaba unos brebajes que cargaba en pequeños botecitos, principalmente calmantes, lo que la chica sí necesitaba.
Luego de eso escucharía mejor la versión de los hechos que le tenían que contar, habían más detalles de los que podía imaginar respecto a la paciente. Mientras seguía con la preparación del brebaje apropiado para los pesares de la chica –Tienes razón, yo soy el que hice todo el crimen – con una sonrisa sincera – cierto, ya has mencionado dos veces al capitán, si tienen un lugar como un hogar me gustaría intentarlo. Soy huérfano y nunca he sentido lo que es un hogar – iba a proseguir con su historia pero una broma y una presentación harían que cambiara por un momento su rumbo – Nunca escuche un nombre así- y girando la cabeza de lado al escuchar lo de las plumas –¿Plumas?- se rasco la barbilla y continuo sin preguntar, no entendía en absoluto, quizás era una metáfora o ese tipo de situaciones que algunas personas de basta inteligencia y sabiduría en el don de la palabra explicaban para hacer referencia a algo más allá de lo visible –Justo eso estaba preparando, no garantizo que sea rico pero si efectivo – tenía lista la mezcla – y respecto a la siguiente isla no se ni a donde voy, solo vine acá, ya hace bastante, porque me dijeron que se sospechaba que mi padre era de acá era una de las pocas pistas que mi madre dejo, tampoco tengo especial interés en conocerle. Solo viajo sin rumbo, no se que busco – decía con una expresión algo desconcertante, como si fuese profundo pero tonto a la vez,al ver la mano y escuchar lo de comida su cabeza afirmaba disposición a esa propuesta, extendía también la mano para estrecharla – por comida puedo matar y no miento – decía con la sonrisa que le caracterizaba y enseñando el puño como si quisiera demostrar lo fuerte que era aunque era innecesario.
Una vez acabada el brebaje lo vertió en un recipiente de más fácil consumo. Armó una pequeña hoguera con ramas secas y hojarascas. Con un par de piedras y chasquidos continuos prendió una llama, saco un recipiente pequeño y chamuscado, lo tomo con una pinza y lo cargo de agua de su cantimplora, un poco de té para él y si ella aceptaba también le daría un poco. La simpleza de las "vajillas" llevaba a simplemente no ser considerada como tal por su simpleza, una de porcelana tsuji se reiría frente a la madera pero ella le respondería orgullosa que hacía la misma función y era menos frágil.
Luego de eso escucharía mejor la versión de los hechos que le tenían que contar, habían más detalles de los que podía imaginar respecto a la paciente. Mientras seguía con la preparación del brebaje apropiado para los pesares de la chica –Tienes razón, yo soy el que hice todo el crimen – con una sonrisa sincera – cierto, ya has mencionado dos veces al capitán, si tienen un lugar como un hogar me gustaría intentarlo. Soy huérfano y nunca he sentido lo que es un hogar – iba a proseguir con su historia pero una broma y una presentación harían que cambiara por un momento su rumbo – Nunca escuche un nombre así- y girando la cabeza de lado al escuchar lo de las plumas –¿Plumas?- se rasco la barbilla y continuo sin preguntar, no entendía en absoluto, quizás era una metáfora o ese tipo de situaciones que algunas personas de basta inteligencia y sabiduría en el don de la palabra explicaban para hacer referencia a algo más allá de lo visible –Justo eso estaba preparando, no garantizo que sea rico pero si efectivo – tenía lista la mezcla – y respecto a la siguiente isla no se ni a donde voy, solo vine acá, ya hace bastante, porque me dijeron que se sospechaba que mi padre era de acá era una de las pocas pistas que mi madre dejo, tampoco tengo especial interés en conocerle. Solo viajo sin rumbo, no se que busco – decía con una expresión algo desconcertante, como si fuese profundo pero tonto a la vez,al ver la mano y escuchar lo de comida su cabeza afirmaba disposición a esa propuesta, extendía también la mano para estrecharla – por comida puedo matar y no miento – decía con la sonrisa que le caracterizaba y enseñando el puño como si quisiera demostrar lo fuerte que era aunque era innecesario.
Una vez acabada el brebaje lo vertió en un recipiente de más fácil consumo. Armó una pequeña hoguera con ramas secas y hojarascas. Con un par de piedras y chasquidos continuos prendió una llama, saco un recipiente pequeño y chamuscado, lo tomo con una pinza y lo cargo de agua de su cantimplora, un poco de té para él y si ella aceptaba también le daría un poco. La simpleza de las "vajillas" llevaba a simplemente no ser considerada como tal por su simpleza, una de porcelana tsuji se reiría frente a la madera pero ella le respondería orgullosa que hacía la misma función y era menos frágil.
Renard
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Zhenya Wayland Miér Nov 16, 2016 7:47 pm
La tranquilidad y la buena respuesta de aquel joven de rubios cabellos hizo que la sonrisa de Zhenya se mantuviera, satisfecha por sus palabras asintió - Gracias por entenderlo. -Musitó con gran alivio mas lo seguido dicho por él hizo que sus labios se arrugaran suavemente - Es que… son más que heridas. - Sí, tendría que contárselo en algún momento ¿No? Después de todo él era quien terminaría por ayudarla de una u otra manera y si la revisaría se daría cuenta del pequeño secreto de la pirata. Siguió con su mirada una a una de las heridas que él remarcaba y hacía evidente, asintiendo a cada una de ellas sonrió suave agradeciendo aquel sutil pero lindo gesto de hacerla sentir más cómoda. - Es que precisamente mi herida no es en la espalda… - Susurraría por lo bajo al grado de que él seguramente no la escucharía, agachando suave su cabeza asintió ante la afirmación del prepararle algo para el dolor, algo que, sin duda alguno la skipyea agradeció a sobremanera sonriéndole sin pena. - Sí, un té estaría bien. - más tranquila se relajó y se sentó en el tronco en el cual había dejado sus cosas recargadas. -De verdad me alegro haber encontrado un médico en este lugar, gracias en verdad por tomarte la molestia de al menos escucharme. -
Atenta lo observaba, dedicado y paciente la manera en que preparaba aquella preparación que pese a no tener un aroma agradable de verdad confiaba le serviría para sentirse mejor. Entrecerró su mirada cuando le escuchó, sonriendo con cierta amargura tratando de corresponder su sonrisa. - No es para tanto, muchas veces los piratas hacemos lo necesario para sobrevivir en este mundo tan feo. ¿Y de verdad jamás habías escuchado un nombre así? Muchos del mar azul me lo dicen, supongo que es un nombre extraño para ustedes, en mi hogar es algo más o menos común. - Tomó el brebaje que él le ofrecía y lo dejó por un instante sobre su regazo. - Sí, es un barco muy bonito, se volvió mi hogar. - Sus mejillas se tiñeron apenas de un suave carmesí tras sonreír manteniendo su mirada fija en el brebaje mientras le escuchaba trabajar en lo que parecería una pequeña fogata - Mi querido capitán es quien ha cuidado de mi en todo momento, Coyote es uno de los tripulantes, es un gran ser humano, se volvió alguien muy importante para mi. - Comenzó a explicar levantando suavemente su mirada - Yo vine al mar azul buscando a mi hermanito, me sentía muy sola hasta conocer a los que ahora se volvieron parte de mi vida, quizá por ahora estás solo pero no tiene que ser por toda la vida, cuando menos te lo esperes encontrarás a las personas indicadas para poder atreverte a decir que son tu familia. - Sonrió más manteniendo el rojo de sus mejillas - Después de todo no las familias siempre tienen que ser de sangre ¿No? - Tomó el recipiente con ambas manos y bebió de él tragándolo todo de golpe sin importarle mucho el sabor; dejando salir un suave jadeo sacó un poco su lengua con una pequeña mueca de desagrado - Ya encontrarás un motivo que te lleve a seguir un camino. - Explicó con una voz un tanto graciosa por la mueca que hacía tras beber aquel peculiar líquido - Mi mamá me dijo una vez que no debería importar el camino que se tome, de una u otra manera terminas llegando al lugar que debes llegar. - Se puso de pie acercándose a él entregándole el pequeño recipiente. - Gracias. - Susurró viéndole a los ojos. - Y en cuanto a tu pregunta. - Quizá él se desconcertaría un poco ya que tras pensar un rato buscó la mejor manera de decirlo. - Sí, plumas. - Enterneció su mirada. - Hay un lugar… Más allá del mar azul. - Comenzó a contarle mientras se acercaba a las cosas que acababa de comprar sacando de ahí el mapa que era para su capitán. - Los del mar azul no pueden llegar de una manera fácil, por eso no es muy conocido. - Lo extendió mientras caminaba hacia él mostrándoselo - Ustedes siempre dibujan como si vieran las cosas desde el cielo, por eso no pueden ver más allá. - Comenzó a doblarlo lentamente. - Vengo del cielo, del mar blanco. Nosotros poseemos pequeñas alas en nuestra espalda. Las mías… Bueno… - Desvió su mirada - Se lastimaron y parecen un par de trozos de carne con motes de plumas a medio crecer. Duele y pica bastante. - Suspiró. - No espero que me creas, de igual forma ya podrás verlas cuando lleguemos al barco. - Terminó por decir abrazando suave el mapa. - Quizá mi capitán ya esté ahí para entonces. -
Atenta lo observaba, dedicado y paciente la manera en que preparaba aquella preparación que pese a no tener un aroma agradable de verdad confiaba le serviría para sentirse mejor. Entrecerró su mirada cuando le escuchó, sonriendo con cierta amargura tratando de corresponder su sonrisa. - No es para tanto, muchas veces los piratas hacemos lo necesario para sobrevivir en este mundo tan feo. ¿Y de verdad jamás habías escuchado un nombre así? Muchos del mar azul me lo dicen, supongo que es un nombre extraño para ustedes, en mi hogar es algo más o menos común. - Tomó el brebaje que él le ofrecía y lo dejó por un instante sobre su regazo. - Sí, es un barco muy bonito, se volvió mi hogar. - Sus mejillas se tiñeron apenas de un suave carmesí tras sonreír manteniendo su mirada fija en el brebaje mientras le escuchaba trabajar en lo que parecería una pequeña fogata - Mi querido capitán es quien ha cuidado de mi en todo momento, Coyote es uno de los tripulantes, es un gran ser humano, se volvió alguien muy importante para mi. - Comenzó a explicar levantando suavemente su mirada - Yo vine al mar azul buscando a mi hermanito, me sentía muy sola hasta conocer a los que ahora se volvieron parte de mi vida, quizá por ahora estás solo pero no tiene que ser por toda la vida, cuando menos te lo esperes encontrarás a las personas indicadas para poder atreverte a decir que son tu familia. - Sonrió más manteniendo el rojo de sus mejillas - Después de todo no las familias siempre tienen que ser de sangre ¿No? - Tomó el recipiente con ambas manos y bebió de él tragándolo todo de golpe sin importarle mucho el sabor; dejando salir un suave jadeo sacó un poco su lengua con una pequeña mueca de desagrado - Ya encontrarás un motivo que te lleve a seguir un camino. - Explicó con una voz un tanto graciosa por la mueca que hacía tras beber aquel peculiar líquido - Mi mamá me dijo una vez que no debería importar el camino que se tome, de una u otra manera terminas llegando al lugar que debes llegar. - Se puso de pie acercándose a él entregándole el pequeño recipiente. - Gracias. - Susurró viéndole a los ojos. - Y en cuanto a tu pregunta. - Quizá él se desconcertaría un poco ya que tras pensar un rato buscó la mejor manera de decirlo. - Sí, plumas. - Enterneció su mirada. - Hay un lugar… Más allá del mar azul. - Comenzó a contarle mientras se acercaba a las cosas que acababa de comprar sacando de ahí el mapa que era para su capitán. - Los del mar azul no pueden llegar de una manera fácil, por eso no es muy conocido. - Lo extendió mientras caminaba hacia él mostrándoselo - Ustedes siempre dibujan como si vieran las cosas desde el cielo, por eso no pueden ver más allá. - Comenzó a doblarlo lentamente. - Vengo del cielo, del mar blanco. Nosotros poseemos pequeñas alas en nuestra espalda. Las mías… Bueno… - Desvió su mirada - Se lastimaron y parecen un par de trozos de carne con motes de plumas a medio crecer. Duele y pica bastante. - Suspiró. - No espero que me creas, de igual forma ya podrás verlas cuando lleguemos al barco. - Terminó por decir abrazando suave el mapa. - Quizá mi capitán ya esté ahí para entonces. -
Zhenya Wayland
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
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