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Censo
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Creado por Nyanta Lun Dic 21, 2015 5:28 pm
Base de la Armada Revolucionaria en Centaurea
Hace unos minutos
Hace unos minutos
—Lo siento Dave - kun, me veo obligado a desobedecer las órdenes del Capitán. —Un tipo con un traje inmaculado de color negro, una camisa blanca y una corbata azul celeste escuchaba las solemnes palabras de Nyanta. —Debo entrar en esa mansión, hacerme con cuanta información pueda y liberar a todos aquellos esclavos que vea. —El Capitán Raymond había enviado al Soldado Dave a vigilar las acciones de Nyanta. Una mansión había sido descubierta en las afueras del Reino de Briss y parecía esconder a algún noble relacionado con la compra venta de esclavos. Nyanta llevaba un tiempo vigilando las diversas situaciones que allí había, pero no había podido acceder a la edificación. Numerosos y poderosos guardaespaldas y vigilantes aguardaban tras la puerta de la verja que rodeaba el lugar. Sin embargo, Nyanta había descubierto un pequeño salvoconducto unas manzanas más allá que podía llevarle hasta el interior sin problema alguno. —Me niego a obedecer esa orden, llevo demasiado tiempo trabajando para entrar en ese sitio. Repórteme a los superiores si es necesario. —Esas fueron sus últimas palabras antes de salir de la base de la Armada Revolucionaria. Sus pasos se dirigían fugaces hacia el puerto donde un barco de la organización estaba esperándolo para zarpar rumbo al Reino de Briss.
Puerto de Centaurea
Actualidad
Actualidad
—Creo que está todo en orden, Ojo - kun. —Ese era el apodo con el que había bautizado al gerente del puerto. Esto era debido a una enorme cicatriz que cruzaba su rostro desde el nacimiento de su cabello en la frente hasta la parte superior de su pómulo derecho cruzando el ojo del mismo lado. —Mis superiores me han comunicado que un nuevo inquilino se unirá a la causa, estoy muy contento. En los últimos tiepos estamos reforzando nuestras tropas. —Con una amplia sonrisa se despidió del gerente que realizó un gesto con la cabeza asintiendo.
Sus pasos le guiaron hasta un pequeño navío de la Armada Revolucionaria. Era una goleta con una enorme escultura de un dragón rojo que la cruzaba desde proa hasta popa. Los cañones estaban adornados con los más curiosos ornamentos y en la vela del mástil principal ondeaba la bandera de la organización. Cuando se situó justo debajo de aquel armatoste, se acercó hasta un viejo conocido que iba a encargarse de presentar al nuevo.
—Buenas noches, Vino - kun. —El apodo hacía referencia a uno de los mayores vicios de aquel soldado: el vino. Se pasaba muchas noches en las tabernas de Centaurea tomando copa tras copa hasta acabar completamente ebrio. Nyanta le tenía un enorme aprecio porque a pesar de tener un problema con el alcohol era divertido y agradable. —¿Puedo acceder a la cubierta de la embarcación? —Soltó mientras observaba a los navegantes que ya estaban en la parte superior de la goleta. —Creo que tenemos nueva compañía. —Una sonrisa apareció en su rostro y comenzó a subir las escaleras que le permitían acceder a la cubierta.
—Claro que puedes, Nyanta - san. Aunque ten cuidado con los novatos dispuestos a quitarnos nuestros cargos. —Con una enorme carcajada Jaeson, que así se llamaba, se despidió de Nyanta que por fin pudo acceder a la cubierta de aquel barco. Miró alrededor y allí pudo observar el rostro de aquel novato que había decidido encomendarse para realizar la más digna de las tareas: implantar la verdadera justicia allá donde vayan. Sonrió ligeramente y comenzó a pensar en el apodo que mejor le viniera. Ya lo tenía decidido, su apodo iba a ser Barba - kun, al menos hasta que se ganara uno nuevo.
Última edición por Nyanta el Jue Dic 24, 2015 6:46 am, editado 2 veces
Nyanta
Creado por Aaron Lestrange Mar Dic 22, 2015 2:36 pm
La brisa del mar removía mi larga melena en la altura del puesto del vigía. Un barco de la armada nos llevaba hacia nuestro próximo destino: Centaurea. Durante muchos años había trabajado en las unidades revolucionarias del East Blue, participando en numerosas misiones e investigaciones como médico también. Éramos muchos los que nos encontrábamos en aquel navío, aunque pocos con buena experiencia como era mi caso. La mayoría de los allí presentes eran novatos.
Había decidido quedarme en el puesto del vigía durante la travesía, para contemplar las vistas que ofrecía el paisaje del mar en calma en aquella noche. Pensaba en el motivo de mi traslado. En teoría, querían promocionarme en la armada, pero necesitaban ver si podía trabajar en otros mares cardinales con otro tipo de gente. Principalmente querían evaluar mi capacidad de adaptación, al menos eso había deducido.
Tras una larga travesía parecía que llegábamos a nuestro destino. El barco llegó al puerto y hecho el ancla, anunciando que era la hora de desembarcar. Descendí entonces hasta la cubierta del barco, donde todos estaban preparando sus cosas para desembarcar, cuando de repente, un extraño hombre con apariencia de gato aparecía en la cubierta. Por un momento pensé que era un disfraz, pero cuando lo vi de cerca, entendí que aquella apariencia correspondía a una extraña raza de Grand Line, y era la primera vez que veía a un Mink, aunque todo aquello quedó en un segundo plano cuando el minino hablaba con uno de los tripulantes del barco haciendo referencia a los novatos que habían en el barco.
- Oe oe, no todos son novatos aquí - dije acercándome con pasos lentos hacia el hombre gato - Algunos llevamos años en la armada, aunque no ostentemos un cargo alto - expresé.
- Es raro ver a un Mink fuera de Grand Line - indiqué - Mi nombre es Aaron Lestrange, me envían desde East Blue.
Centaurea era una isla que había estado bajo ataque de la armada revolucionaria hacia años atrás. Realmente no sabía muy bien el motivo de nuestra presencia allí, pues en teoría era una zona del Sout Blue que estaba bajo nuestro control, al menos eso era lo poco que sabía, por lo que sería interesante comenzar a recabar información.
- Si alguno conoce detalles sobre nuestra misión me gustaría conocerla. La información es poder, y me gusta el poder - dije mirando al gato.
En aquel momento moví mi enorme melena, dejándola removerse con el poco viento que soplaba, como si de un actor se tratase, mientras reía estúpidamente pensando lo hermosa que era mi dorada cabellera.
- Hermosa, ¿verdad?
Había decidido quedarme en el puesto del vigía durante la travesía, para contemplar las vistas que ofrecía el paisaje del mar en calma en aquella noche. Pensaba en el motivo de mi traslado. En teoría, querían promocionarme en la armada, pero necesitaban ver si podía trabajar en otros mares cardinales con otro tipo de gente. Principalmente querían evaluar mi capacidad de adaptación, al menos eso había deducido.
Tras una larga travesía parecía que llegábamos a nuestro destino. El barco llegó al puerto y hecho el ancla, anunciando que era la hora de desembarcar. Descendí entonces hasta la cubierta del barco, donde todos estaban preparando sus cosas para desembarcar, cuando de repente, un extraño hombre con apariencia de gato aparecía en la cubierta. Por un momento pensé que era un disfraz, pero cuando lo vi de cerca, entendí que aquella apariencia correspondía a una extraña raza de Grand Line, y era la primera vez que veía a un Mink, aunque todo aquello quedó en un segundo plano cuando el minino hablaba con uno de los tripulantes del barco haciendo referencia a los novatos que habían en el barco.
- Oe oe, no todos son novatos aquí - dije acercándome con pasos lentos hacia el hombre gato - Algunos llevamos años en la armada, aunque no ostentemos un cargo alto - expresé.
- Es raro ver a un Mink fuera de Grand Line - indiqué - Mi nombre es Aaron Lestrange, me envían desde East Blue.
Centaurea era una isla que había estado bajo ataque de la armada revolucionaria hacia años atrás. Realmente no sabía muy bien el motivo de nuestra presencia allí, pues en teoría era una zona del Sout Blue que estaba bajo nuestro control, al menos eso era lo poco que sabía, por lo que sería interesante comenzar a recabar información.
- Si alguno conoce detalles sobre nuestra misión me gustaría conocerla. La información es poder, y me gusta el poder - dije mirando al gato.
En aquel momento moví mi enorme melena, dejándola removerse con el poco viento que soplaba, como si de un actor se tratase, mientras reía estúpidamente pensando lo hermosa que era mi dorada cabellera.
- Hermosa, ¿verdad?
Aaron Lestrange
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Nyanta Mar Dic 22, 2015 3:35 pm
Entre todos los individuos que se encontraban en la parte superior de la embarcación había uno que destacaba por encima del resto. Quizá era por su exuberante melena o por la cualidad que tenía de no cerrar demasiado la boca. Sin embargo, aquello tampoco importaba, estaban en paz y armonía entre integrantes de la Armada Revolucionaria. Nyanta le miró con una sonrisa en su rostro, para él todos aquellos que defendieran sus mismos ideales se convertían en sus hermanos. Se acercó hasta él y colocó su mano derecha en el hombro izquierdo del rubio.
—Ya sé que no todos sois novatos aquí. —Comentó convencido. Sino se os hubiera hecho imposible llegar hasta esta isla, Barba - kun. —La sonrisa de su rostro no se desvanecía mientras soltaba aquellas palabras. —A pesar de que tengas años de experiencia, me gustaría advertirte de algo: El East Blue es el mar más débil de los cuatro cardinales, aquí en el South Blue deberás andarte con más ojo. —Apartó su mano del hombro del rubio y la bajó hasta colocarla paralela a su cadera ofreciéndole un amistoso saludo a su nuevo compañero. —Mi nombre es Nyanta, encantando. —Condecoró su presentación con una majestuosa reverencia dando un cursillo de elegancia a todos aquellos que se encontraban a su alrededor.
Tras la cordial presentación se acercó hasta la borda de la goleta permitiendo que el viento moviera sus cabellos en una perfecta demostración de clase. Guió su ojo izquierdo y atusó su barbilla mientras escuchaba las palabras de su nuevo compañero de fondo. Tras su plática no pudo evitar soltar una pequeña carcajada bromista y girarse de nuevo para disfrutar de la melena del joven.
—Nuestra misión es sencilla pero a la vez peligrosa, Barba - kun. —Soltó Nyanta con grandilocuencia. —Debemos navegar hasta el Reino de Briss y allí alejarnos un poco de la multitud. Apartada de la sociedad se encuentra una enorme mansión perteneciente a un joven noble en la que suponemos guarda esclavos. Como anteriormente he comentado, nuestra misión es simple: encontrar cuanta información podamos y liberar a cuantos esclavos nos encontremos. —Esa era a grandes rasgos la misión que Nyanta tenía programada aunque tuviera que desobedecer a cargos más elevados de la Armada Revolucionaria. —Partiremos hacia allá en un abrir y cerrar de ojos, debemos llegar lo antes posible. —Y tras esas últimas palabras hizo una pequeña gesticulación con su mano invitando a todos aquellos soldados que aún estaban en tierra a subir a la embarcación.
Y tras su pequeña explicación se acercó a Aaron para tener una conversación algo más privada. Colocó el morado pañuelo que llevaba en su cuello para que dejara de molestarle y clavó su mirada en los verdosos ojos del rubio.
—Está claro que la información es poder, pero debe ser utilizada con cuidado y de una forma responsable. No es buena en manos de cualquiera. —Soltó intentando dar una pequeña lección a su nuevo compañero. —Su melena es hermosa y presumida, al igual que su propietario. —Ante ese último comentario no pudo evitar soltar de nuevo una carcajada. —¡Hermanos, izad las velas y levad el ancla, partimos hacia el Reino de Briss! —Su gritó se expandió por toda la cubierta y cada uno de sus compañeros se puso manos a la obra. El barco tardaría un poco aún en comenzar a moverse permitiendo a Aaron y a Nyanta mantener una conversación algo más "privada".
—Ya sé que no todos sois novatos aquí. —Comentó convencido. Sino se os hubiera hecho imposible llegar hasta esta isla, Barba - kun. —La sonrisa de su rostro no se desvanecía mientras soltaba aquellas palabras. —A pesar de que tengas años de experiencia, me gustaría advertirte de algo: El East Blue es el mar más débil de los cuatro cardinales, aquí en el South Blue deberás andarte con más ojo. —Apartó su mano del hombro del rubio y la bajó hasta colocarla paralela a su cadera ofreciéndole un amistoso saludo a su nuevo compañero. —Mi nombre es Nyanta, encantando. —Condecoró su presentación con una majestuosa reverencia dando un cursillo de elegancia a todos aquellos que se encontraban a su alrededor.
Tras la cordial presentación se acercó hasta la borda de la goleta permitiendo que el viento moviera sus cabellos en una perfecta demostración de clase. Guió su ojo izquierdo y atusó su barbilla mientras escuchaba las palabras de su nuevo compañero de fondo. Tras su plática no pudo evitar soltar una pequeña carcajada bromista y girarse de nuevo para disfrutar de la melena del joven.
—Nuestra misión es sencilla pero a la vez peligrosa, Barba - kun. —Soltó Nyanta con grandilocuencia. —Debemos navegar hasta el Reino de Briss y allí alejarnos un poco de la multitud. Apartada de la sociedad se encuentra una enorme mansión perteneciente a un joven noble en la que suponemos guarda esclavos. Como anteriormente he comentado, nuestra misión es simple: encontrar cuanta información podamos y liberar a cuantos esclavos nos encontremos. —Esa era a grandes rasgos la misión que Nyanta tenía programada aunque tuviera que desobedecer a cargos más elevados de la Armada Revolucionaria. —Partiremos hacia allá en un abrir y cerrar de ojos, debemos llegar lo antes posible. —Y tras esas últimas palabras hizo una pequeña gesticulación con su mano invitando a todos aquellos soldados que aún estaban en tierra a subir a la embarcación.
Y tras su pequeña explicación se acercó a Aaron para tener una conversación algo más privada. Colocó el morado pañuelo que llevaba en su cuello para que dejara de molestarle y clavó su mirada en los verdosos ojos del rubio.
—Está claro que la información es poder, pero debe ser utilizada con cuidado y de una forma responsable. No es buena en manos de cualquiera. —Soltó intentando dar una pequeña lección a su nuevo compañero. —Su melena es hermosa y presumida, al igual que su propietario. —Ante ese último comentario no pudo evitar soltar de nuevo una carcajada. —¡Hermanos, izad las velas y levad el ancla, partimos hacia el Reino de Briss! —Su gritó se expandió por toda la cubierta y cada uno de sus compañeros se puso manos a la obra. El barco tardaría un poco aún en comenzar a moverse permitiendo a Aaron y a Nyanta mantener una conversación algo más "privada".
Última edición por Nyanta el Jue Dic 24, 2015 6:20 am, editado 1 vez
Nyanta
Creado por Aaron Lestrange Jue Dic 24, 2015 3:56 am
Sin duda me había tocado un compañero bastante peculiar, aunque sus buenas intenciones compensaban sus carcajadas y su extraño afán por llamarme "Barba-kun", algo que no me molestaba del todo, probablemente sería una forma amistosa de ganarse mi confianza.
- Nunca he creído demasiado en eso de los mares más fuertes, al fin y al cabo Gold D.Roger salió del East Blue, y solo los más necios dirían que era débil - dije suspirando - Encantado Nyanta, un nombre peculiar para un minino peculiar - dije siguiendo las bromas del mink.
Entonces comencé a escuchar las palabras de Nyanta, quien comenzó a hablar sobre nuestra misión. Al parecer nuestra misión no transcurriría en Centaurea, aquella isla solo había sido nuestro punto de encuentro, algo que me encajaba mejor porque realmente aquella isla como pensaba estaba controlada por la Armada Revolucionaria. Nuestro objetivo sería el Reino de Briss, realmente había oído hablar poco de él por lo que escuchaba con atención al mink gatuno para no perder ningún detalle.
- Entiendo, desconocía la existencia de esclavos fuera de Tequila Wolf. Será un honor ayudar a liberarlos - dije mirando al horizonte recordando por unos segundos mis años en Tequila Wolf, para cerrar momentáneamente los ojos y luego volver a mirar a Nyanta.
- Solo tengo una objeción....¡necesito algo con lo que entretenerme en el trayecto!, ¡mi cabello no soportaría otra travesía contemplando el mar desde el puesto del vigía! - dije con total seriedad como si realmente aquello fuese un tema de suma importancia, viendo como los demás integrantes del barco ya estaban algo acostumbrados a aquel tipo de escenas, al fin y al cabo habían viajado conmigo hasta Centaurea.
Y con las palabras del minino, todos comenzaron a prepararse para abandonar el puerto y adentrarnos a la mar de nuevo. Yo me dirigí hacia Nyanta para continuar nuestra conversación.
- Bueno, al parecer seremos compañeros. Pienso que deberíamos conocernos mejor, ya que de alguna forma dependeremos el uno del otro en Briss, así que la mejor forma que se me ocurre es una buena conversación...con nuestras espadas - dije desenfundando una de mis espadas.
- Necesito conocer tus capacidades para estar seguro de que podrás cubrirme las espaldas en caso de que sea necesario, e imagino que tu querrás saber si te han asignado a alguien competente para esta misión, ¿te parece bien, Misifú-san? - dije riendo ligeramente mientras me dirigía al centro de la cubierta del barco, mientras los demás comenzaban a cuchichear entre ellos y a centrar su atención en nosotros dos.
Un duelo amistoso podía traer consigo muchas cosas positivas, como poder confiar en las habilidades en combate del minino, lo cual era un buen punto de partida para poder conocerlo. ¿Que sorpresas tendría aquel mink para enseñarme?
- Nunca he creído demasiado en eso de los mares más fuertes, al fin y al cabo Gold D.Roger salió del East Blue, y solo los más necios dirían que era débil - dije suspirando - Encantado Nyanta, un nombre peculiar para un minino peculiar - dije siguiendo las bromas del mink.
Entonces comencé a escuchar las palabras de Nyanta, quien comenzó a hablar sobre nuestra misión. Al parecer nuestra misión no transcurriría en Centaurea, aquella isla solo había sido nuestro punto de encuentro, algo que me encajaba mejor porque realmente aquella isla como pensaba estaba controlada por la Armada Revolucionaria. Nuestro objetivo sería el Reino de Briss, realmente había oído hablar poco de él por lo que escuchaba con atención al mink gatuno para no perder ningún detalle.
- Entiendo, desconocía la existencia de esclavos fuera de Tequila Wolf. Será un honor ayudar a liberarlos - dije mirando al horizonte recordando por unos segundos mis años en Tequila Wolf, para cerrar momentáneamente los ojos y luego volver a mirar a Nyanta.
- Solo tengo una objeción....¡necesito algo con lo que entretenerme en el trayecto!, ¡mi cabello no soportaría otra travesía contemplando el mar desde el puesto del vigía! - dije con total seriedad como si realmente aquello fuese un tema de suma importancia, viendo como los demás integrantes del barco ya estaban algo acostumbrados a aquel tipo de escenas, al fin y al cabo habían viajado conmigo hasta Centaurea.
Y con las palabras del minino, todos comenzaron a prepararse para abandonar el puerto y adentrarnos a la mar de nuevo. Yo me dirigí hacia Nyanta para continuar nuestra conversación.
- Bueno, al parecer seremos compañeros. Pienso que deberíamos conocernos mejor, ya que de alguna forma dependeremos el uno del otro en Briss, así que la mejor forma que se me ocurre es una buena conversación...con nuestras espadas - dije desenfundando una de mis espadas.
- Necesito conocer tus capacidades para estar seguro de que podrás cubrirme las espaldas en caso de que sea necesario, e imagino que tu querrás saber si te han asignado a alguien competente para esta misión, ¿te parece bien, Misifú-san? - dije riendo ligeramente mientras me dirigía al centro de la cubierta del barco, mientras los demás comenzaban a cuchichear entre ellos y a centrar su atención en nosotros dos.
Un duelo amistoso podía traer consigo muchas cosas positivas, como poder confiar en las habilidades en combate del minino, lo cual era un buen punto de partida para poder conocerlo. ¿Que sorpresas tendría aquel mink para enseñarme?
Aaron Lestrange
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Nyanta Jue Dic 24, 2015 4:30 am
El barullo seguía inundando la buena atmósfera que se había generado en la goleta. Las velas se habían izado pero el ancla aún seguía clavada, aún tenía tiempo para mantener su conversación durante un rato más. Nyanta se volvió para mirar a su nuevo compañero y sonrió mientras observaba su melena. Quizá aquel pelaje le dificultase el combate, pero no dudaba que el ego que tenía era mucho más perjudicial. Escuchó con tranquilidad todas las palabras del rubio y alzó la voz para contestarle.
—Gol D. Roger fue un tipo que nació y creció en Loguetown, una isla del East Blue, en efecto. —Comentó recordando el rostro del último Rey de los Piratas. —Sin embargo ya ha pasado un tiempo de todo aquello y ahora vivimos en un era nueva. Los Yonkos se pelean entre ellos y los piratas más poderosos intentan convertirse en el nuevo Yonko. Los marines y los revolucionarios se matan entre ellos cada día y los agentes del Gobierno Mundial asesinan a sangre fría. Esta es una era diferente a la que Gol D. Roger vivió. —Explicó expresando su disconformidad ante la perspectiva global.
Esclavos hay en todos los lugares, Barba - kun. —Nyanta había comprobado a lo largo de sus seis años en la Armada Revolucionaria que, fuera donde fuera, siempre había tipos que esclavizaban y gente que sufría. —Estoy de acuerdo contigo, los viajes son demasiado aburridos. —Soltó para justo después pegar un increíble bostezo.
Nyanta miró a la mar de nuevo. El horizonte se escondía en el fondo y nadie más que ellos quería librar al mundo de una era de corrupción y soberanía absoluta. Era increíble el miedo que la población tenía al Gobierno Mundial. Todos debían luchar por sus derechos juntos, como una enorme nación que lucha por recuperar a su rey de las garras de un enemigo. Sin embargo casi nadie era lo suficientemente valiente como para ayudar.
—En efecto, Barba - kun, seremos compañeros próximamente. —En la próxima misión que tenían encomendada debían ir juntos. —Y estoy de acuerdo contigo en realizar un pequeño combate para saber si de verdad tendré mis espaldas bien cubiertas. —Rió mientras desenvainaba sus dos estoques. —Primero vos, Barba - kun, ando algo desentrenado en el arte de la espada. —Sonrió mientras preparaba su clásica postura de batalla. Se colocó de perfil sujetando con su mano izquierda un estoque apuntando a su rival y con la derecha sujetando el otro pero pasándolo por detrás de su espalda. Sin lugar a dudas era una posición sumamente extraña pero que siempre le había dado buenos resultados.
—Gol D. Roger fue un tipo que nació y creció en Loguetown, una isla del East Blue, en efecto. —Comentó recordando el rostro del último Rey de los Piratas. —Sin embargo ya ha pasado un tiempo de todo aquello y ahora vivimos en un era nueva. Los Yonkos se pelean entre ellos y los piratas más poderosos intentan convertirse en el nuevo Yonko. Los marines y los revolucionarios se matan entre ellos cada día y los agentes del Gobierno Mundial asesinan a sangre fría. Esta es una era diferente a la que Gol D. Roger vivió. —Explicó expresando su disconformidad ante la perspectiva global.
Esclavos hay en todos los lugares, Barba - kun. —Nyanta había comprobado a lo largo de sus seis años en la Armada Revolucionaria que, fuera donde fuera, siempre había tipos que esclavizaban y gente que sufría. —Estoy de acuerdo contigo, los viajes son demasiado aburridos. —Soltó para justo después pegar un increíble bostezo.
Nyanta miró a la mar de nuevo. El horizonte se escondía en el fondo y nadie más que ellos quería librar al mundo de una era de corrupción y soberanía absoluta. Era increíble el miedo que la población tenía al Gobierno Mundial. Todos debían luchar por sus derechos juntos, como una enorme nación que lucha por recuperar a su rey de las garras de un enemigo. Sin embargo casi nadie era lo suficientemente valiente como para ayudar.
—En efecto, Barba - kun, seremos compañeros próximamente. —En la próxima misión que tenían encomendada debían ir juntos. —Y estoy de acuerdo contigo en realizar un pequeño combate para saber si de verdad tendré mis espaldas bien cubiertas. —Rió mientras desenvainaba sus dos estoques. —Primero vos, Barba - kun, ando algo desentrenado en el arte de la espada. —Sonrió mientras preparaba su clásica postura de batalla. Se colocó de perfil sujetando con su mano izquierda un estoque apuntando a su rival y con la derecha sujetando el otro pero pasándolo por detrás de su espalda. Sin lugar a dudas era una posición sumamente extraña pero que siempre le había dado buenos resultados.
- Posición inicial de combate:
Nyanta
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