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Censo
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Creado por Laura Mar Dic 22, 2015 12:44 am
Recuerdo del primer mensaje :
Sol abrasador de verano, maldito es por todos aquellos viajeros portadores de denso pelaje que a diferencia de la ropa no se puede remover a placer, sin importar el lugar en el que uno se pueda encontrar las estaciones siempre llegaran, aunque uno desee escapar de las mismas siempre le alcanzaran, para bien o para mal así funciona el mundo habitado por todas las razas sin importar su origen, padeciendo esta realidad una mujer mink de denso pelaje grisáceo y marrón caminaba bajo la luz del sol que se posaba cruelmente en el firmamento, la peor hora del día, el momento más caluroso de la semana y todo rodeando a la cansada médica.
Densas gotas de sudor recorrían el rostro de la mujer solo llevaba puestos unos pantalones blancos y nada más, portando el resto de sus prendas junto a su maleta medica colgando de su peluda mano derecha, la mayor parte del cuerpo de la fémina estaba cubierto por aquel pelaje que no ayudaba a soportar las inclemencias del calor, con hastió en su rostro siguió caminando hasta llegar aproximarse a su lugar de destino, ciudad Orange, sus ojos carmesí se posaron en figura de la ciudad mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en el normalmente firme rostro de la lupina mujer, parecía que pronto llegaría y podría descansar y con algo de suerte podría comenzar la recolección de algunas plantas medicinales que tienden a crecer cerca de los árboles de frutas en aquella zona.
Pero una figura más cercana destruyo sus esperanzas de "llegar tranquilamente", tirado a un costado de una bifurcación cercana yacía en el suelo un muchacho de unos 15 años, un niño desde la perspectiva de la mujer de grisáceo pelaje que maldijo para sus adentros, al acercarse al mismo parecía llevar consigo una pesada carga que en parte se había esparcido por el suelo, pescado y algunas frutas de la región, al acercarse a revisar al muchacho, la médica pudo notar que se había deshidratado y probablemente creía que llegaría de regreso a la ciudad de todas formas pero no había logrado su objetivo. -Niño tonto, no está bien sobre esforzarse, ni tu orden de prioridades...- Había cierto tono despectivo en la voz de la mujer que se arrodillo al lado del "niño" antes de tomar la cantimplora de entre sus propias cosas, estaba vacía.
Sin preocuparse mucho por este hecho la mujer tomo una de las naranjas con una expresión amarga al notar que se habían calentado también. -No hay carne mala para el estómago vacío- Dijo la ojicarmesi con cierta frustración antes de desenvainar el cuchillo que llevaba en su espalda por sobre su cola canina que se agitaba ligeramente por el movimiento de la funda del arma. -Tendría que ver de conseguir utensilios normales algún día...- Tras un momento de cortar frutas y exprimirlas en la boca del muchacho la mujer también tomo el caliente liquido de algunas naranjas antes de ponerse la mochila del joven en la espala después de meter su propia maleta también dentro, pasos previos a tomar al niño, abrazarlo, levantarlo y comenzar a llevarlo de regreso a la ciudad.
Cada paso dado era más largo y cansado, un día largo, un viaje largo, un clima desfavorable, todas las condiciones parecían haberse reunido solo para molestar a la mujer de rasgos animales aquella tarde, aún sin llegar a la ciudad la mujer sabía que le sería difícil llegar, y prefería hacerlo consiente de ser posible, así que opto por pedir ayuda. -Ayuda, oigan, encontré un niño inconsciente en el camino asía aquí, por favor alguien venga a recogernos.- Grito con gran fuerza mientras seguía avanzando rumbo a la ciudad, seguramente la gente en los bordes de la misma podría haberla escuchado.
La los pies de la mujer se detuvieron para tomar un descanso aun sabiendo que traía a alguien más consigo, pero sabiendo que había una ciudad que podría ayudarlos cerca, así que confiando en la suerte del muchacho se arrodillo y lo volvió a dejar en el suelo, tomo su espada y la hizo pasar por entre las mangas e su bata medica antes de sentarse ella y hacerla ondear para aumentar las posibilidades de que alguien los viera sin tener que esforzarse tanto ella misma, después de todo, el muchacho estaría bien, ya había recibido suficiente líquido para salir del embrollo, a diferencia de la mujer lupina se encontraba consiente pero fatigada por culpa del clima y el recorrido.
Sol abrasador de verano, maldito es por todos aquellos viajeros portadores de denso pelaje que a diferencia de la ropa no se puede remover a placer, sin importar el lugar en el que uno se pueda encontrar las estaciones siempre llegaran, aunque uno desee escapar de las mismas siempre le alcanzaran, para bien o para mal así funciona el mundo habitado por todas las razas sin importar su origen, padeciendo esta realidad una mujer mink de denso pelaje grisáceo y marrón caminaba bajo la luz del sol que se posaba cruelmente en el firmamento, la peor hora del día, el momento más caluroso de la semana y todo rodeando a la cansada médica.
Densas gotas de sudor recorrían el rostro de la mujer solo llevaba puestos unos pantalones blancos y nada más, portando el resto de sus prendas junto a su maleta medica colgando de su peluda mano derecha, la mayor parte del cuerpo de la fémina estaba cubierto por aquel pelaje que no ayudaba a soportar las inclemencias del calor, con hastió en su rostro siguió caminando hasta llegar aproximarse a su lugar de destino, ciudad Orange, sus ojos carmesí se posaron en figura de la ciudad mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en el normalmente firme rostro de la lupina mujer, parecía que pronto llegaría y podría descansar y con algo de suerte podría comenzar la recolección de algunas plantas medicinales que tienden a crecer cerca de los árboles de frutas en aquella zona.
Pero una figura más cercana destruyo sus esperanzas de "llegar tranquilamente", tirado a un costado de una bifurcación cercana yacía en el suelo un muchacho de unos 15 años, un niño desde la perspectiva de la mujer de grisáceo pelaje que maldijo para sus adentros, al acercarse al mismo parecía llevar consigo una pesada carga que en parte se había esparcido por el suelo, pescado y algunas frutas de la región, al acercarse a revisar al muchacho, la médica pudo notar que se había deshidratado y probablemente creía que llegaría de regreso a la ciudad de todas formas pero no había logrado su objetivo. -Niño tonto, no está bien sobre esforzarse, ni tu orden de prioridades...- Había cierto tono despectivo en la voz de la mujer que se arrodillo al lado del "niño" antes de tomar la cantimplora de entre sus propias cosas, estaba vacía.
Sin preocuparse mucho por este hecho la mujer tomo una de las naranjas con una expresión amarga al notar que se habían calentado también. -No hay carne mala para el estómago vacío- Dijo la ojicarmesi con cierta frustración antes de desenvainar el cuchillo que llevaba en su espalda por sobre su cola canina que se agitaba ligeramente por el movimiento de la funda del arma. -Tendría que ver de conseguir utensilios normales algún día...- Tras un momento de cortar frutas y exprimirlas en la boca del muchacho la mujer también tomo el caliente liquido de algunas naranjas antes de ponerse la mochila del joven en la espala después de meter su propia maleta también dentro, pasos previos a tomar al niño, abrazarlo, levantarlo y comenzar a llevarlo de regreso a la ciudad.
Cada paso dado era más largo y cansado, un día largo, un viaje largo, un clima desfavorable, todas las condiciones parecían haberse reunido solo para molestar a la mujer de rasgos animales aquella tarde, aún sin llegar a la ciudad la mujer sabía que le sería difícil llegar, y prefería hacerlo consiente de ser posible, así que opto por pedir ayuda. -Ayuda, oigan, encontré un niño inconsciente en el camino asía aquí, por favor alguien venga a recogernos.- Grito con gran fuerza mientras seguía avanzando rumbo a la ciudad, seguramente la gente en los bordes de la misma podría haberla escuchado.
La los pies de la mujer se detuvieron para tomar un descanso aun sabiendo que traía a alguien más consigo, pero sabiendo que había una ciudad que podría ayudarlos cerca, así que confiando en la suerte del muchacho se arrodillo y lo volvió a dejar en el suelo, tomo su espada y la hizo pasar por entre las mangas e su bata medica antes de sentarse ella y hacerla ondear para aumentar las posibilidades de que alguien los viera sin tener que esforzarse tanto ella misma, después de todo, el muchacho estaría bien, ya había recibido suficiente líquido para salir del embrollo, a diferencia de la mujer lupina se encontraba consiente pero fatigada por culpa del clima y el recorrido.
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
Creado por Laura Mar Feb 09, 2016 11:39 pm
Mientras la gigante de orbes azules se comunicaba con sus superiores, la Mink que había terminado de ser tratada con ayuda de otro médico se acercó al barco, o lo que quedaba del mismo y empezó a revisarlo, hablando con algunos prisioneros, buscando algo que pudiera facilitarle un poco el viaje o al menos el tiempo en tierra en la próxima isla que visitaría, tomo algunas cañas y material de pesca, un barril de agua, uno de naranjas junto a otras provisiones y las subió al único navío de desembarco que había sano antes de regresar al "interior de la nave".
Realmente no había sido muy disimulada, pero se había movido con tanta naturalidad que a ninguno de los prisioneros del barco les pareció extraño que su salvadora estuviera moviendo barriles de aquí para allá, sin embargo algunos se extrañaron cuando empezó a preguntar y consultar por si los piratas tenían alguna clase de cofre o botín guardado y los prisioneros lo habían encontrado, pero de todas formas le indicaron donde estaba ya que la doctora, ahora que no estaba Ishizu en el área, había tomado una postura un tanto más agresiva, en gran medida porque no había ni heridos ni nadie que necesitara su ayuda con urgencia.
Una vez que dio con el botín de los piratas no medio palabra alguna con los hombres se encontraban desenvaino su espada y destrozo la tapa del cofre que contenía los tesoro recolectados por aquellos piratas, por un momento la vieron con miedo, pero ella ni se inmuto, tomo un puñado de monedas y dos fajos de billetes, apenas y llevaba poco más de dos mil berries de un cofre lleno de tesoros y posesiones valiosas, poco le interesaban a la pirata realmente, sin embargo aquel dinero podría ayudarle en el futuro.
Ya con algo de dinero en su barco y después de "comprarle" su bata a uno de los médicos que estaban allí subió al pequeño bote a remos y dijo en voz alta para que la escucharan. -Díganle a Ishizu que me disculpe por irme sin despedirme de ella, por no serle sincera y por no quedarme a esperar a su regreso, pero seguramente ella entenderá porque hago lo que hago y espero que si nos cruzamos en el futuro sea de forma amistosa nuevamente... aunque quizás sea imposible-
Aunque había dicho todo con una voz tranquila pero alta, sus últimas palabras fueron solo audibles para sí misma, si se volvía a encontrar con la gigante sería poco probable que siguiera ignorando la identidad y el wanted de la mujer de rasgos lobunos, así que tal vez las cosas no irían muy bien entre ellas, tomo los remos y empezó a alejarse del lugar tan rápido como le era posible con sus heridas, tan pronto como se alejará del alcance de la simple vista y se relajaría para no causarse ningún daño más, los ojos rojos de aquella mujer no dejaron de vigilar la costa hasta que la perdió de vista, con la tranquilidad de que la agradable joven no regresaría a tiempo para causarle ningún problema.
Realmente no había sido muy disimulada, pero se había movido con tanta naturalidad que a ninguno de los prisioneros del barco les pareció extraño que su salvadora estuviera moviendo barriles de aquí para allá, sin embargo algunos se extrañaron cuando empezó a preguntar y consultar por si los piratas tenían alguna clase de cofre o botín guardado y los prisioneros lo habían encontrado, pero de todas formas le indicaron donde estaba ya que la doctora, ahora que no estaba Ishizu en el área, había tomado una postura un tanto más agresiva, en gran medida porque no había ni heridos ni nadie que necesitara su ayuda con urgencia.
Una vez que dio con el botín de los piratas no medio palabra alguna con los hombres se encontraban desenvaino su espada y destrozo la tapa del cofre que contenía los tesoro recolectados por aquellos piratas, por un momento la vieron con miedo, pero ella ni se inmuto, tomo un puñado de monedas y dos fajos de billetes, apenas y llevaba poco más de dos mil berries de un cofre lleno de tesoros y posesiones valiosas, poco le interesaban a la pirata realmente, sin embargo aquel dinero podría ayudarle en el futuro.
Ya con algo de dinero en su barco y después de "comprarle" su bata a uno de los médicos que estaban allí subió al pequeño bote a remos y dijo en voz alta para que la escucharan. -Díganle a Ishizu que me disculpe por irme sin despedirme de ella, por no serle sincera y por no quedarme a esperar a su regreso, pero seguramente ella entenderá porque hago lo que hago y espero que si nos cruzamos en el futuro sea de forma amistosa nuevamente... aunque quizás sea imposible-
Aunque había dicho todo con una voz tranquila pero alta, sus últimas palabras fueron solo audibles para sí misma, si se volvía a encontrar con la gigante sería poco probable que siguiera ignorando la identidad y el wanted de la mujer de rasgos lobunos, así que tal vez las cosas no irían muy bien entre ellas, tomo los remos y empezó a alejarse del lugar tan rápido como le era posible con sus heridas, tan pronto como se alejará del alcance de la simple vista y se relajaría para no causarse ningún daño más, los ojos rojos de aquella mujer no dejaron de vigilar la costa hasta que la perdió de vista, con la tranquilidad de que la agradable joven no regresaría a tiempo para causarle ningún problema.
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
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