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Creado por Laura Jue Feb 11, 2016 2:52 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Había pasado algún tiempo desde el fiasco de Logue Town, realmente era una fisco la situación en la que se encontraba la Mink, había tenido que escapar perdiendo dos de sus armas y con un brazo roto por culpa de un gyojin de capacidades sobresalientes, tanto por tamaño como aguante.
En un bosque se encontraba una pequeña cabaña que se convirtió temporalmente en el refugio de la fémina de grisáceo pelaje mientras empezaba a realizar un adecuado tratamiento médico a su extremidad herida, era un proceso dolores y molesto tener que atenderse a ella misma una herida como aquella, por suerte se traba del brazo derecho, siendo ella una mujer aunque ambidiestra, con tendencias a ser zurda.
-No puedo creer que me haya separado de aquellas locas solo para terminar sola en un lugar como este... aunque fue una buena pelea se puso complicado cuando empezaron a llegar más personas... supongo que por eso viaje sola durante tanto tiempo... supongo que tendré que cambiar un poco de actitud, no puedo simplemente hacer culpa ajena, excepto a quien fuera que mato a una persona justo antes de la reunión, cuando sepa quién fue le daré una buena paliza.-
En su soledad hablaba la fémina de ojos rojos mientras estaba sentada sobre su bata médica, con un pequeño maletín de materiales médicos a su lado, mientras acomodaba su propio brazo y empezaba a entablillarlo adecuadamente, el antebrazo se encontraba en perfectas condiciones y podía sentir su mano, así que al parecer los daños no serían permanentes si tenía suficiente cuidado incluso podría evitar tener secuelas graves.
El sonido de la lluvia en el exterior era algo irritante para la fémina, el mismo sonido de aquella vez hacia ya mucho más de una década cuando su única familia había partido de este mundo, el sonido de la lluvia era realmente irritante para la Mink, pero también tenía un perfecto control de las prioridades, su brazo lesionado representaba su futuro y no dejaría que un hecho del pasado interfiriera con su porvenir que se avecinaba, después de todo, su madre no hubiera querido que se arruinara un brazo solo por recordarla en el momento equivocado.
Había pasado algún tiempo desde el fiasco de Logue Town, realmente era una fisco la situación en la que se encontraba la Mink, había tenido que escapar perdiendo dos de sus armas y con un brazo roto por culpa de un gyojin de capacidades sobresalientes, tanto por tamaño como aguante.
En un bosque se encontraba una pequeña cabaña que se convirtió temporalmente en el refugio de la fémina de grisáceo pelaje mientras empezaba a realizar un adecuado tratamiento médico a su extremidad herida, era un proceso dolores y molesto tener que atenderse a ella misma una herida como aquella, por suerte se traba del brazo derecho, siendo ella una mujer aunque ambidiestra, con tendencias a ser zurda.
-No puedo creer que me haya separado de aquellas locas solo para terminar sola en un lugar como este... aunque fue una buena pelea se puso complicado cuando empezaron a llegar más personas... supongo que por eso viaje sola durante tanto tiempo... supongo que tendré que cambiar un poco de actitud, no puedo simplemente hacer culpa ajena, excepto a quien fuera que mato a una persona justo antes de la reunión, cuando sepa quién fue le daré una buena paliza.-
En su soledad hablaba la fémina de ojos rojos mientras estaba sentada sobre su bata médica, con un pequeño maletín de materiales médicos a su lado, mientras acomodaba su propio brazo y empezaba a entablillarlo adecuadamente, el antebrazo se encontraba en perfectas condiciones y podía sentir su mano, así que al parecer los daños no serían permanentes si tenía suficiente cuidado incluso podría evitar tener secuelas graves.
El sonido de la lluvia en el exterior era algo irritante para la fémina, el mismo sonido de aquella vez hacia ya mucho más de una década cuando su única familia había partido de este mundo, el sonido de la lluvia era realmente irritante para la Mink, pero también tenía un perfecto control de las prioridades, su brazo lesionado representaba su futuro y no dejaría que un hecho del pasado interfiriera con su porvenir que se avecinaba, después de todo, su madre no hubiera querido que se arruinara un brazo solo por recordarla en el momento equivocado.
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
Creado por Laura Lun Feb 15, 2016 5:54 pm
La fémina de grisáceo pelaje permaneció en silencio mientras escuchaba la resumida y breve historia del espadachín de honor perdido que demostraba abiertamente su odio y deseo de venganza por la desgracia acaecida sobre el honor de su señor obligado a suicidarse en pros de preservar solo algo tan insignificante como su dignidad mientras arrojaba a la pérdida de un señor a los hombres que fueran similares al muchacho de nombre Zanji y apellido Katsumoto.
Tras el silencio generado por la finalización de aquella historia la mujer de rasgos lupinos noto algo más, la finalización de la lluvia que caía en el exterior, no porque estuviera viendo a otra cosa que no fuera su interlocutor mientras escuchaba su historia, sino porque dejo de notar la interferencia de aquel irritante ruido que era para ella la lluvia dentro de una pequeña choza como aquella.
-Gracias por escuchar mi historia y contarme la tuya... tal vez omitiste algo que no querías contarme y lo entiendo, después de todo, soy una criminal y una mujer carente de aquel honor que tanto ostentas, me dejo guiar por mis deseos propios así que ahora los seguiré.- La doctora se levantó mientras veía la luz del sol asomándose entre los huecos de las nubes a través de la ventana, tomo su bata médica y la puso sobre su hombros sin mucho interés en cubrir su cuerpo acomodo la espada ropera en su cintura y tomo el maletín de material médico con la zurda aún sana antes de acercarse al pelinegro.
-Te regalaré saber qué es lo que hubiera pasado si me hubieras enfrentado, te regalaré también la oportunidad de ver ante tus propios ojos algo que probablemente hayas escuchado pero nunca visto.- La fémina pateo la puerta y salió de la pequeña cabaña destartalada que crujió un poco a su paso, pero no más de lo que había hecho cuando entrara, camino un par de metros alejándose y dejo caer su maletín medico mientras lentamente realizaba un par de estiramientos con el brazo izquierdo, no utilizaría toda su fuerza para evitar maniobrar con todo su cuerpo o empeorar su condición.
-Esta técnica la llamo ira, pero ahora estoy muy calmada para que veas todo su poder, así que conténtate con saber que si realmente odias a ese emperador y si entrenas arduamente podrás aprender a canalizar la rabia que habita en tu corazón de hombre en esta técnica, yo no se nada de espadas o armas realmente, nunca entrene con un maestro, pero llevo la violencia en la sangre, seguramente tu que has recibido entrenamiento puedas lograr algo mejor.-
La fémina avanzo un poco más mientras desenvainaba aquella delgada espada ropera que portaba en sus cintura, levanto la hoja de la misma por sobre su cabeza y acomodo su cuerpo lentamente para que el humano pudiera ver bien como ejecutaba aquella acción antes de hacer descender la hoja del arma, cortando el aire y haciéndolo rugir con un dolores sonido mientras visiblemente una onda cortante atravesaba la tierra en una línea de casi diez metros de largo antes de volver a envainar el arma y tomar el maletín. - Dado que planeo ser una mujer hasta el día de mi muerte nunca podrás luchar conmigo, así que espero que nos volvamos a encontrar algún día, de esa forma podríamos continuar platicando, tal vez contarnos algunas historias de nuestros viajes o algo por el estilo.- Dijo mientras emprendía empezaba a alejarse de aquel lugar donde estuviera encerrada durante tanto tiempo.
Tras el silencio generado por la finalización de aquella historia la mujer de rasgos lupinos noto algo más, la finalización de la lluvia que caía en el exterior, no porque estuviera viendo a otra cosa que no fuera su interlocutor mientras escuchaba su historia, sino porque dejo de notar la interferencia de aquel irritante ruido que era para ella la lluvia dentro de una pequeña choza como aquella.
-Gracias por escuchar mi historia y contarme la tuya... tal vez omitiste algo que no querías contarme y lo entiendo, después de todo, soy una criminal y una mujer carente de aquel honor que tanto ostentas, me dejo guiar por mis deseos propios así que ahora los seguiré.- La doctora se levantó mientras veía la luz del sol asomándose entre los huecos de las nubes a través de la ventana, tomo su bata médica y la puso sobre su hombros sin mucho interés en cubrir su cuerpo acomodo la espada ropera en su cintura y tomo el maletín de material médico con la zurda aún sana antes de acercarse al pelinegro.
-Te regalaré saber qué es lo que hubiera pasado si me hubieras enfrentado, te regalaré también la oportunidad de ver ante tus propios ojos algo que probablemente hayas escuchado pero nunca visto.- La fémina pateo la puerta y salió de la pequeña cabaña destartalada que crujió un poco a su paso, pero no más de lo que había hecho cuando entrara, camino un par de metros alejándose y dejo caer su maletín medico mientras lentamente realizaba un par de estiramientos con el brazo izquierdo, no utilizaría toda su fuerza para evitar maniobrar con todo su cuerpo o empeorar su condición.
-Esta técnica la llamo ira, pero ahora estoy muy calmada para que veas todo su poder, así que conténtate con saber que si realmente odias a ese emperador y si entrenas arduamente podrás aprender a canalizar la rabia que habita en tu corazón de hombre en esta técnica, yo no se nada de espadas o armas realmente, nunca entrene con un maestro, pero llevo la violencia en la sangre, seguramente tu que has recibido entrenamiento puedas lograr algo mejor.-
La fémina avanzo un poco más mientras desenvainaba aquella delgada espada ropera que portaba en sus cintura, levanto la hoja de la misma por sobre su cabeza y acomodo su cuerpo lentamente para que el humano pudiera ver bien como ejecutaba aquella acción antes de hacer descender la hoja del arma, cortando el aire y haciéndolo rugir con un dolores sonido mientras visiblemente una onda cortante atravesaba la tierra en una línea de casi diez metros de largo antes de volver a envainar el arma y tomar el maletín. - Dado que planeo ser una mujer hasta el día de mi muerte nunca podrás luchar conmigo, así que espero que nos volvamos a encontrar algún día, de esa forma podríamos continuar platicando, tal vez contarnos algunas historias de nuestros viajes o algo por el estilo.- Dijo mientras emprendía empezaba a alejarse de aquel lugar donde estuviera encerrada durante tanto tiempo.
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
Creado por Zanji Katsumoto Mar Feb 16, 2016 3:55 pm
De repente un delicado rayo de luz cruza valiente la habitación, provocando una respuesta inmediata de la pirata, la cual se alza como un resorte para alistarse y salir aprisa de allí dentro comentando a la vez el relato del rōnin. Sin embargo éste último solamente observa desde su baja posición las acciones de la bucanera, intuyendo muy inteligente que tal dinámica reacción a su historia es efecto de ver el sol afuera. No obstante, y lejos de enfadarse por los irreverentes movimientos de la muchacha, Zanji asiente cordialmente a la paráfrasis de la malherida doncella. Mas en verdad lo que oculta este elegante pero sutil ladeo de cráneo es el reconocimiento a la mujer, puesto que ahora el samurái sin maestro entiende que la joven sólo es una persona como él que buscó venganza en su momento y la cumplió. De hecho la llega a ver como una heroína, pues según las leyes del bushidō ha recuperado su honor perdido.
- Ha sido una buena conversación - responde a los agradecimientos de la buscada fémina - Gracias -.
Pero lejos de aceptar la despedida y marcharse tranquila, Laura toma la decisión de mostrarle algo al pelinegro; el cual sencillamente se queda observando desde su posición, habiendo escuchado previamente el último atisbo de vacilación y superioridad de hoy por parte de la antropomórfica chica.
- De acuerdo - responde muy correcto y serio el soldado sin señor - Adelante, por favor - termina serio.
A continuación la mujer de ojos carmesí empieza a abrirse camino rompiendo con una potente patada la quebradiza puerta de húmeda madera vieja, situándose más tarde en la playa donde realiza algunos estiramientos para facilitar la misteriosa maniobra de su brazo izquierdo, captando la atención de Zanji.
- Lo comprendo... - dice el espadachín de ojos pardos al ver los actos de la salvaje joven - ...Laura-chan -.
Entonces la indomable corsaria desenvaina con refinamiento su estoque y, haciendo uso de una técnica bastante habitual, lo coloca sobre su cabeza por unos instantes sospechosamente longevos. Sin embargo lo que acontece después de equívoco no tiene absolutamente nada, ya que la trampa era imposible ante la estupefacta lógica del rōnin. De pronto una onda nacida en el precioso movimiento de la licántropo separa el arenoso suelo que tiene por delante casi en dos, tomando desprevenidamente al incrédulo samurái deshonrado. No obstante, y lejos de mostrar cualquier alteración en su frío rostro, Zanji aplaude un par de veces o tres antes de levantarse y acercarse a la zona de los hechos, escuchando en aquellos segundos las curiosas palabras de la médico. Y es que auguran un reencuentro sumamente interesante para el tradicional espadachín; aunque por el momento éste se queda solo en la dulce costa.
- Ha sido una buena conversación - responde a los agradecimientos de la buscada fémina - Gracias -.
Pero lejos de aceptar la despedida y marcharse tranquila, Laura toma la decisión de mostrarle algo al pelinegro; el cual sencillamente se queda observando desde su posición, habiendo escuchado previamente el último atisbo de vacilación y superioridad de hoy por parte de la antropomórfica chica.
- De acuerdo - responde muy correcto y serio el soldado sin señor - Adelante, por favor - termina serio.
A continuación la mujer de ojos carmesí empieza a abrirse camino rompiendo con una potente patada la quebradiza puerta de húmeda madera vieja, situándose más tarde en la playa donde realiza algunos estiramientos para facilitar la misteriosa maniobra de su brazo izquierdo, captando la atención de Zanji.
- Lo comprendo... - dice el espadachín de ojos pardos al ver los actos de la salvaje joven - ...Laura-chan -.
Entonces la indomable corsaria desenvaina con refinamiento su estoque y, haciendo uso de una técnica bastante habitual, lo coloca sobre su cabeza por unos instantes sospechosamente longevos. Sin embargo lo que acontece después de equívoco no tiene absolutamente nada, ya que la trampa era imposible ante la estupefacta lógica del rōnin. De pronto una onda nacida en el precioso movimiento de la licántropo separa el arenoso suelo que tiene por delante casi en dos, tomando desprevenidamente al incrédulo samurái deshonrado. No obstante, y lejos de mostrar cualquier alteración en su frío rostro, Zanji aplaude un par de veces o tres antes de levantarse y acercarse a la zona de los hechos, escuchando en aquellos segundos las curiosas palabras de la médico. Y es que auguran un reencuentro sumamente interesante para el tradicional espadachín; aunque por el momento éste se queda solo en la dulce costa.
Fin del Tema
Zanji Katsumoto
Hoja de personaje
Nivel:
(19/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
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