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Censo
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Creado por Sho Minazuki Vie Abr 01, 2016 3:09 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Micqueot, isla del buen vino y de las llamadas desventuras. Lugar de veraniego de parejas, pervertidos y desesperadas por igual. No sabía a ciencia cierta el motivo por el cual esa isla ubicada en el North Blue era el epicentro de tan dispares presencias, mas podía afirmar que no le molestaba. Sho sabía con total seguridad que los lugares alborotados siempre eran los indicados para encontrar buenos retos, tipos formidables con los cual intercambiar golpes y espadazos, o simplemente para cortejar mujeres que apenas llegaban al dedo y medio de frente. Sin embargo, esto último ya había dejado de llamarle la atención. En el pasado había conocido a alguien interesante, alguien que, sin siquiera pensarlo, había hecho que la perspectiva con la que el pirata viera al mundo fuese radicalmente distinta.
-Oh, que aburrido.- Vociferó el muchacho de cabellos carmesí, mientras observaba desde la proa del barco a las parejas que iban y venían, con lentitud, llenos de esperanza y alegría en sus ojos. El verlos le producía cierto rechazo; sus músculos se tensaban y un semblante serio se apoderaba de su cara, acentuando la gran cicatriz en forma de X que adornaba su piel. La apariencia del mismo era sumamente intimidante, casi como los matones de los colegios que les arrebatan el dinero a los menores. Si, así de intimidante. ¿Cómo? ¿Que eso no suena para nada intimidante? Entonces pregúntales a los niños que piensan.
El espadachín se dio vuelta, suspirando por lo bajo, tratando de no pensar en el asunto de la joven, ni de las estúpidas parejas que tanto profesaban su amor por obra y accionar del alcohol en sus torrentes sanguíneos. –Supongo que ya es hora.- Hora de desinfectar la herida, eso era. Para su fortuna, no tardó mucho en mejorar, mas trataba de no hacer ninguna estupidez que pudiera perjudicar su rápida cicatrización, ni darle más motivos a su “médico de cabecera” para llamarlo “retrasin” o algún otro sobrenombre estúpido.
Micqueot, isla del buen vino y de las llamadas desventuras. Lugar de veraniego de parejas, pervertidos y desesperadas por igual. No sabía a ciencia cierta el motivo por el cual esa isla ubicada en el North Blue era el epicentro de tan dispares presencias, mas podía afirmar que no le molestaba. Sho sabía con total seguridad que los lugares alborotados siempre eran los indicados para encontrar buenos retos, tipos formidables con los cual intercambiar golpes y espadazos, o simplemente para cortejar mujeres que apenas llegaban al dedo y medio de frente. Sin embargo, esto último ya había dejado de llamarle la atención. En el pasado había conocido a alguien interesante, alguien que, sin siquiera pensarlo, había hecho que la perspectiva con la que el pirata viera al mundo fuese radicalmente distinta.
-Oh, que aburrido.- Vociferó el muchacho de cabellos carmesí, mientras observaba desde la proa del barco a las parejas que iban y venían, con lentitud, llenos de esperanza y alegría en sus ojos. El verlos le producía cierto rechazo; sus músculos se tensaban y un semblante serio se apoderaba de su cara, acentuando la gran cicatriz en forma de X que adornaba su piel. La apariencia del mismo era sumamente intimidante, casi como los matones de los colegios que les arrebatan el dinero a los menores. Si, así de intimidante. ¿Cómo? ¿Que eso no suena para nada intimidante? Entonces pregúntales a los niños que piensan.
El espadachín se dio vuelta, suspirando por lo bajo, tratando de no pensar en el asunto de la joven, ni de las estúpidas parejas que tanto profesaban su amor por obra y accionar del alcohol en sus torrentes sanguíneos. –Supongo que ya es hora.- Hora de desinfectar la herida, eso era. Para su fortuna, no tardó mucho en mejorar, mas trataba de no hacer ninguna estupidez que pudiera perjudicar su rápida cicatrización, ni darle más motivos a su “médico de cabecera” para llamarlo “retrasin” o algún otro sobrenombre estúpido.
Sho Minazuki
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Sho Minazuki Sáb Abr 02, 2016 11:15 pm
Suspiró por lo bajo, resignado, ante las palabras de Eberhard. Tenía razón, de no ser por su ayuda, otra sería la historia. Por ese comentario, el pelirrojo comenzó a preguntarse porque había hecho lo que hizo en aquel entonces. Recordaba a la luchadora de bellísimas facciones, buen estado físico e inolvidables cabellos carmesí, similares a los destellos del mismísimo sol que daban cierta tonalidad anaranjada al atardecer. ¿Acaso ella había hecho fondo dentro del espadachín? No, no era eso. Sho sabía cuál era la respuesta a todo el asunto. Su corazón había titubeado, temeroso, ante la posibilidad de morir. Pero, sin restarle importancia alguna, tampoco se vio capaz de arrebatar el alma de la joven cazadora. ¿Por qué? ¿Por qué había titubeado ante algo que había hecho cientos de veces? ¿O quizá era por la niña que conoció hace un tiempo, quién le hizo ver las cosas de una forma ligeramente distintas?
Se puso de pie y levantó su brazo derecho, facilitándole el movimiento al médico, quien seguía con los últimos preparativos para terminar con la atención del día. Sentía su extremidad diestra algo adormecida por lo poco que lo había utilizado, y mucho más por lo aferrado que las vendas estaban a su cuerpo. Podía entenderlo, claro que sí. Buscaba evitar movimientos bruscos y estúpidos por parte del pirata. Buscaba cuidarlo, por más raro que suene. –Si, seguro.- Respondió disimulando poco interés, aunque por dentro saltaba de alegría por despojarse de esos hilos en su cuerpo. –Entonces… Hasta la otra.- Tomó la espada que en la mesa reposaba, la acomodó en su cintura, y salió a la cubierta del barco.
La brisa marina sacudió sus cabellos hacía un lado, despeinándolo aún más de lo que ya estaba. Acomodó su camisa, tratando de protegerse de aquel frio que comenzaba a hacerse presente. No importaba, ya estaban listos para reunirse con Elizabeth, por lo que ambos partieron, en dirección a la isla donde suponían se encontraba la albina.
Se puso de pie y levantó su brazo derecho, facilitándole el movimiento al médico, quien seguía con los últimos preparativos para terminar con la atención del día. Sentía su extremidad diestra algo adormecida por lo poco que lo había utilizado, y mucho más por lo aferrado que las vendas estaban a su cuerpo. Podía entenderlo, claro que sí. Buscaba evitar movimientos bruscos y estúpidos por parte del pirata. Buscaba cuidarlo, por más raro que suene. –Si, seguro.- Respondió disimulando poco interés, aunque por dentro saltaba de alegría por despojarse de esos hilos en su cuerpo. –Entonces… Hasta la otra.- Tomó la espada que en la mesa reposaba, la acomodó en su cintura, y salió a la cubierta del barco.
La brisa marina sacudió sus cabellos hacía un lado, despeinándolo aún más de lo que ya estaba. Acomodó su camisa, tratando de protegerse de aquel frio que comenzaba a hacerse presente. No importaba, ya estaban listos para reunirse con Elizabeth, por lo que ambos partieron, en dirección a la isla donde suponían se encontraba la albina.
Sho Minazuki
Hoja de personaje
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
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