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Creado por Enishi Dom Abr 24, 2016 11:02 am
Enishi era un revolucionario solitario ya que aún no encontraba un grupo al que unirse o por su defecto no tenía a quienes reclutar. Siempre le fue bastante complicado encontrar camaradas incluso cuando entrenaba en Wano. Ahora que tenia tiempo para vagar y comenzar su búsqueda siempre que observaba piratas con un deseo interesante de superación se les acercaba para ofrecerles que se le unieran. El ejercito revolucionario de apoco iría cobrando poderío, él por su parte era uno más de entre las filas pero se podía notar a mera distancia que a un futuro lejano sería alguien de temer quizás uno de los más buscados igual. Aunque en su mente no estaba para nada el tener un “se busca” elevado ni nada por el estilo, quería andar camuflado siempre. Es por eso que llegó a Micqueot un sector tranquilo donde el vino era su característica.
Al pisar suelo en aquella isla pensó inmediatamente que no volvería a encontrar el puerto nunca más ya que su sentido de la orientación en tierra era un peligro pero no le tenía miedo absoluto siempre solía arreglárselas para salir, siguiendo personas o preguntando. Se cubrió el rostro con la gabardina, ya estaba atardeciendo y no encontraba lugar donde podría pasar la noche quizás tendría que gastar el dinero de la armada para poder mantenerse cubierto en una cama, sí en una residencial.
Vagó por las calles sin rumbo alguno, cada sitio estaba repleto y algunos no te dejaban pasar para tomar un trago que sea ya que los piratas tenían más o menos que impedido el ingreso a personas que no fueran de su tripulación. No le molestó al pelirrojo ya que los piratas no eran sus enemigos y comprendía el actuar de ellos. Tras dar vueltas por el mismo sector durante minutos -si no sabe ni por donde camina- llegó a un local menos concurrido, habían pocos casi ninguno diría él. Al entrar se sacó la gabardina dejando al descubierto su cabellera larga roja tan pronto como pudo ver a su alrededor habían mesas ocupadas, todos eran piratas se notaba por el aura o al menos eran civiles.
Pidió una copa de vino en lo que buscaba donde sentarse pero tan pronto como sus orbes celestes dieron con una chica de entre el montón prefirió ir donde ella. No era de ligar ni nada por el estilo pero sabía que quizás le interesaría ingresar a su tripulación de revolucionarios. Aparentemente estaba sola. Enishi se sentó en el mismo lugar que ella pero enfrente, con la copa de vino que llegó en seguida.
— Con permiso espero no te moleste. — Dijo mientras tomó un sorbo de su vino con suma calma. Estaba tan bueno que su paladar se endulzó de inmediato aunque estaba claro que no era como su amado sake. Luego sus orbes se fijaron en la contraria que estaba ahí, sería directo. — Me pareces interesante.. ¿te gustaría formar parte de los revolucionarios? — Le comentó solo para que ella escuchase, hablar de revolucionarios podría traerte problemas o incluso cosas peores. Enishi no tenía tapujos cuando algo le parecía interesante, la chica llamo su atención se notaba que sería alguien muy capaz. Además un rechazo más no creo que le haga entrar en depresión. — Soy un revolucionario solitario en búsqueda de camaradas. Soy Enishi. — Sonrió mientras acercó la copa de vino para beber el último sorbo que quedaba. Con la mano quien estuviera encargado le pidió otro vaso. No despegó sus ojos de la contraria, algo le decía que conocerla sería algo bueno pero que tan bueno no lo sabe.
Al pisar suelo en aquella isla pensó inmediatamente que no volvería a encontrar el puerto nunca más ya que su sentido de la orientación en tierra era un peligro pero no le tenía miedo absoluto siempre solía arreglárselas para salir, siguiendo personas o preguntando. Se cubrió el rostro con la gabardina, ya estaba atardeciendo y no encontraba lugar donde podría pasar la noche quizás tendría que gastar el dinero de la armada para poder mantenerse cubierto en una cama, sí en una residencial.
Vagó por las calles sin rumbo alguno, cada sitio estaba repleto y algunos no te dejaban pasar para tomar un trago que sea ya que los piratas tenían más o menos que impedido el ingreso a personas que no fueran de su tripulación. No le molestó al pelirrojo ya que los piratas no eran sus enemigos y comprendía el actuar de ellos. Tras dar vueltas por el mismo sector durante minutos -si no sabe ni por donde camina- llegó a un local menos concurrido, habían pocos casi ninguno diría él. Al entrar se sacó la gabardina dejando al descubierto su cabellera larga roja tan pronto como pudo ver a su alrededor habían mesas ocupadas, todos eran piratas se notaba por el aura o al menos eran civiles.
Pidió una copa de vino en lo que buscaba donde sentarse pero tan pronto como sus orbes celestes dieron con una chica de entre el montón prefirió ir donde ella. No era de ligar ni nada por el estilo pero sabía que quizás le interesaría ingresar a su tripulación de revolucionarios. Aparentemente estaba sola. Enishi se sentó en el mismo lugar que ella pero enfrente, con la copa de vino que llegó en seguida.
— Con permiso espero no te moleste. — Dijo mientras tomó un sorbo de su vino con suma calma. Estaba tan bueno que su paladar se endulzó de inmediato aunque estaba claro que no era como su amado sake. Luego sus orbes se fijaron en la contraria que estaba ahí, sería directo. — Me pareces interesante.. ¿te gustaría formar parte de los revolucionarios? — Le comentó solo para que ella escuchase, hablar de revolucionarios podría traerte problemas o incluso cosas peores. Enishi no tenía tapujos cuando algo le parecía interesante, la chica llamo su atención se notaba que sería alguien muy capaz. Además un rechazo más no creo que le haga entrar en depresión. — Soy un revolucionario solitario en búsqueda de camaradas. Soy Enishi. — Sonrió mientras acercó la copa de vino para beber el último sorbo que quedaba. Con la mano quien estuviera encargado le pidió otro vaso. No despegó sus ojos de la contraria, algo le decía que conocerla sería algo bueno pero que tan bueno no lo sabe.
Enishi
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ange Dom Abr 24, 2016 1:37 pm
Treinta Berries, treinta mugrosos berries era todo lo que quedaba en la bolsa de la joven Angelene, una miseria, no llegaba siquiera a pedir otro trago más del vino que estaba tomando, la joven de cabello color azabache suspiro con exasperación ante su deplorable situación actual, miro de reojo la Odachi que tenía a un lado pensando si utilizarla para obtener algo de dinero fácil, pero decidió evitarse problemas por el momento, primero buscaría una forma de conseguir donde dormir y más para tomar sin violencia.
Mientras miraba lo que quedaba en su copa la joven fue abordada de forma inesperada por un individuo de roja cabellera que se acomodó en la misma mesa delante de ella "Probablemente sea otro idiota intentando ligar conmigo" pensó irritada para sus adentros la fémina antes de escuchar las palabras mencionadas por aquel sujeto, una invitación para formar parte de los revolucionarios, un tipo que estaba en búsqueda de camaradas, en resumen, un tipo que reclutaba gente que parecía que podría ser tentada para unirse a ellos por, vaya dios a saber qué razones.
La joven suspiro mientras lo veía, dejar salir a flote su verdadera personalidad no le daría ni bebida ni dinero en aquellos momentos, así que se guardó un comentario viperino y sonrió un poco, no mucho solo lo suficiente para saber que no intentaría atravesar el cuerpo del masculino con su arma -¿Enishi eh? Creo que tendrías que invitar una copa a una dama al menos antes de empezar a hacer proposiciones, es una norma básica para que la gente te de algo de su atención- No era del todo mentira, pero principalmente lo dijo como una forma de pedir lo que deseaba.
Tomo algo de aire y sonrió antes de pronunciar las siguientes palabras -Puedes decirme Ange, soy pirata por la libertad y venganza.- Dijo mientras terminaba el vino que quedaba en su copa. -Hagamos algo, invita una buena botella de algo, paga un cuarto y hablemos allí, está bien que no hay gente del gobierno aquí, pero no a todo el mundo le cae en gracia La Armada, si lo haces escuchare que es lo que pueden tener para ofrecer y por qué debería unírmeles.- sentencio con una mirada tranquila antes de revisar si había alguien realmente prestandoles atención.
Mientras miraba lo que quedaba en su copa la joven fue abordada de forma inesperada por un individuo de roja cabellera que se acomodó en la misma mesa delante de ella "Probablemente sea otro idiota intentando ligar conmigo" pensó irritada para sus adentros la fémina antes de escuchar las palabras mencionadas por aquel sujeto, una invitación para formar parte de los revolucionarios, un tipo que estaba en búsqueda de camaradas, en resumen, un tipo que reclutaba gente que parecía que podría ser tentada para unirse a ellos por, vaya dios a saber qué razones.
La joven suspiro mientras lo veía, dejar salir a flote su verdadera personalidad no le daría ni bebida ni dinero en aquellos momentos, así que se guardó un comentario viperino y sonrió un poco, no mucho solo lo suficiente para saber que no intentaría atravesar el cuerpo del masculino con su arma -¿Enishi eh? Creo que tendrías que invitar una copa a una dama al menos antes de empezar a hacer proposiciones, es una norma básica para que la gente te de algo de su atención- No era del todo mentira, pero principalmente lo dijo como una forma de pedir lo que deseaba.
Tomo algo de aire y sonrió antes de pronunciar las siguientes palabras -Puedes decirme Ange, soy pirata por la libertad y venganza.- Dijo mientras terminaba el vino que quedaba en su copa. -Hagamos algo, invita una buena botella de algo, paga un cuarto y hablemos allí, está bien que no hay gente del gobierno aquí, pero no a todo el mundo le cae en gracia La Armada, si lo haces escuchare que es lo que pueden tener para ofrecer y por qué debería unírmeles.- sentencio con una mirada tranquila antes de revisar si había alguien realmente prestandoles atención.
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Enishi Dom Abr 24, 2016 3:06 pm
Enishi era capas de mutar su actuar tan fácil como un espadachín puede cortar objetos a ojos cerrados. Las primeras palabras de la fémina evidentemente calaron en su interior, sus orbes le miraron con más seriedad, si se trataba de alguien interesante que, no intimidaba al pelirrojo pero sí le causaba curiosidad por el hecho de su actuar. Quería una copa para poder entablar un dialogo, si se le había olvidado ofrecerle una al comienzo pero era con esa intención de que ella pidiera una a ver que tan lejos podía llegar el interés por escucharle. Muchas personas se morirían por solo saber algo de los revolucionarios en cambio otros pagarían por estar en los zapatos de la cabellos oscuros.
Sabía el cabellos rojos debía cuidarse, siempre andaba cuidadoso y su habilidad con la katana le salvaría la vida, era alguien de un estilo de combatir muy extraordinario aunque su apariencia no dijese eso. La mujer se presentó como Ange, Enishi por su parte no olvidaría su nombre a partir de ahora. Como acto seguido aquella chica dio pie a su más osada proposición que claro tenía como trasfondo hablar más a solas, lo cual al pelirrojo sin dudar mucho iba a aceptar. Miró a la camarera y le dijo que trajese una botella además de dos copas limpias. El muchacho miró nuevamente a Ange para sonreí en lo que se paró de la mesa posando una de sus manos bajo de su ropa, bastante distintiva por cierto. Era el típico samurái de Wano, venía de tierras lejanas y buscaba aliados.
— Tienes razón, Ange. — Le dijo a la par de que tomó la botella con las dos copas que le traían añadiendo unas palabras pero ahora a la muchacha que les trajo todo. — Una habitación para mi y esta dulce dama. — De reojo miró a Ange nuevamente con una sonrisa calma como el mar. Le entregaron la llave de la habitación tan pronto como pudieron así fue como inició el andar hacia el cuarto en cuestión. — Vamos a ese sitio más privado que tanto quieres. — Comenzó a andar lentamente, sus ropas rojas se hicieron notar más entre su gabardina, su cabellera roja era notoria ya que nadie más allí tenía el pelo de ese color. Al subir unas escaleras que yacía al final del pasillo llegó a la habitación, era espaciosa pero tenía una sola cama pero si un lugar amplio para poder hablar, una mesa y la típica indumentaria necesaria.
— Creo que ahora tendremos privacidad, siéntete cómoda. — Tomó la botella de vino y sin duda alguna la abrió para servir dos copas dejando los vasos en la mesa, la botella la dejó a un lado. Se soltó el cabello por completo y se acomodó en el suelo con una mesa pequeña, emulando como lo hacían en Wano. — Beberemos como lo hacía en mi tierra. ¿Ahora si escucharas que tengo que ofrecerte? Joven pirata de la libertad y venganza. — No bebió sorbo alguno ya que esperaba cordialmente la entrada de ella para iniciar toda negociación, honestamente aún seguía analizando a la mujer. Algo en él llamaba su atención pero seguramente ella no tenía interés aunque le entró duda al pensar en que pidió “un lugar más privado”.
Sabía el cabellos rojos debía cuidarse, siempre andaba cuidadoso y su habilidad con la katana le salvaría la vida, era alguien de un estilo de combatir muy extraordinario aunque su apariencia no dijese eso. La mujer se presentó como Ange, Enishi por su parte no olvidaría su nombre a partir de ahora. Como acto seguido aquella chica dio pie a su más osada proposición que claro tenía como trasfondo hablar más a solas, lo cual al pelirrojo sin dudar mucho iba a aceptar. Miró a la camarera y le dijo que trajese una botella además de dos copas limpias. El muchacho miró nuevamente a Ange para sonreí en lo que se paró de la mesa posando una de sus manos bajo de su ropa, bastante distintiva por cierto. Era el típico samurái de Wano, venía de tierras lejanas y buscaba aliados.
— Tienes razón, Ange. — Le dijo a la par de que tomó la botella con las dos copas que le traían añadiendo unas palabras pero ahora a la muchacha que les trajo todo. — Una habitación para mi y esta dulce dama. — De reojo miró a Ange nuevamente con una sonrisa calma como el mar. Le entregaron la llave de la habitación tan pronto como pudieron así fue como inició el andar hacia el cuarto en cuestión. — Vamos a ese sitio más privado que tanto quieres. — Comenzó a andar lentamente, sus ropas rojas se hicieron notar más entre su gabardina, su cabellera roja era notoria ya que nadie más allí tenía el pelo de ese color. Al subir unas escaleras que yacía al final del pasillo llegó a la habitación, era espaciosa pero tenía una sola cama pero si un lugar amplio para poder hablar, una mesa y la típica indumentaria necesaria.
— Creo que ahora tendremos privacidad, siéntete cómoda. — Tomó la botella de vino y sin duda alguna la abrió para servir dos copas dejando los vasos en la mesa, la botella la dejó a un lado. Se soltó el cabello por completo y se acomodó en el suelo con una mesa pequeña, emulando como lo hacían en Wano. — Beberemos como lo hacía en mi tierra. ¿Ahora si escucharas que tengo que ofrecerte? Joven pirata de la libertad y venganza. — No bebió sorbo alguno ya que esperaba cordialmente la entrada de ella para iniciar toda negociación, honestamente aún seguía analizando a la mujer. Algo en él llamaba su atención pero seguramente ella no tenía interés aunque le entró duda al pensar en que pidió “un lugar más privado”.
Enishi
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ange Dom Abr 24, 2016 4:04 pm
Las cosas se encaminaron de la forma que la fémina deseaba, sonrió ante la afirmación dada por el masculino antes de que pidiera tanto la bebida como la habitación para ellos, asintió con su cabeza al escuchar la invitación al "lugar más privado" que había solicitado, al andar por las escaleras si bien las pisadas de ambos individuos se podían oír al prestar atención, la madera no crujía bajo el andar de la fémina, como si no se hubiera apoyado en los escalones en primer lugar.
-Sí, creo que será toda la privacidad que necesitaremos para esta conversación.- Dijo mientras se dirigía a una de las esquinas del cuarto para depositar allí su Odachi, una afirmación indirecta de "No te voy a atacar" por parte de la fémina para con el hombre que la invito tan amablemente.
-Perdón si no tengo los modales que se requieran en tu tierra.- Dijo tranquilamente sin ninguna clase de arrepentimiento o pesar en su voz mientras que se puso de pie frente al masculino, sin la gente deambulando y estando solos en la habitación permitía ver fácilmente su cuerpo y vestimenta dejando resaltar la ausencia de calzado.
Dejando de hacerse esperar la joven se arrodilló de la misma forma que lo había hecho el masculino y se sentó en la misma postura delante de él, era una posición conveniente para ocultar la planta de sus pies que todavía no deberían de haber sido vistos por el pelirrojo.
-Claro, ya estando tan cómoda y confortable sin riesgo a que un pirata cuya familia fuera dañada por culpa de la armada puedo relajarme y acompañarte tanto en la plática como en la bebida.- ya sin burlas y con sus intenciones logradas a joven simplemente hablaba con normalidad, lo cual en su caso particular significaba hablar con una voz dulcemente melodiosa y una hermosa sonrisa en el rostro mientras extendía su mano para apoderarse de una de las copas de alcohol y dar el primer sorbo.-Tienes toda mi atención Enishi.-
-Sí, creo que será toda la privacidad que necesitaremos para esta conversación.- Dijo mientras se dirigía a una de las esquinas del cuarto para depositar allí su Odachi, una afirmación indirecta de "No te voy a atacar" por parte de la fémina para con el hombre que la invito tan amablemente.
-Perdón si no tengo los modales que se requieran en tu tierra.- Dijo tranquilamente sin ninguna clase de arrepentimiento o pesar en su voz mientras que se puso de pie frente al masculino, sin la gente deambulando y estando solos en la habitación permitía ver fácilmente su cuerpo y vestimenta dejando resaltar la ausencia de calzado.
Dejando de hacerse esperar la joven se arrodilló de la misma forma que lo había hecho el masculino y se sentó en la misma postura delante de él, era una posición conveniente para ocultar la planta de sus pies que todavía no deberían de haber sido vistos por el pelirrojo.
-Claro, ya estando tan cómoda y confortable sin riesgo a que un pirata cuya familia fuera dañada por culpa de la armada puedo relajarme y acompañarte tanto en la plática como en la bebida.- ya sin burlas y con sus intenciones logradas a joven simplemente hablaba con normalidad, lo cual en su caso particular significaba hablar con una voz dulcemente melodiosa y una hermosa sonrisa en el rostro mientras extendía su mano para apoderarse de una de las copas de alcohol y dar el primer sorbo.-Tienes toda mi atención Enishi.-
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Enishi Dom Abr 24, 2016 6:05 pm
Durante días de rechazos, personas que lo pensarían y un par que simplemente ya tenía a donde ir consiguió dar con aquella chica. Siempre se guiaba por como eran aparentemente, jamás le falló la corazonada. La usaba en su tierra natal también fuera, siempre dando resultados positivos. Como sea no se daría por vencido hasta poder unirse a un grupo, da lo mismo como fuera ya estaba convencido que como tripulante no sería entonces debería ser el capitán o un simple aliado esas eran las dos opciones que le quedaban al pelirrojo.
La chica pronto como pudo pasó. Su acto de dejar su arma ahí era evidente de que no iban a combatir ni nada por el estilo por eso Enishi respondió dejando sus tres katanas bien alejadas de él. Eran hermosas como ellas solas. Las armas alejadas ya era un lugar dispuesto a que ambos pudieran tener una charla, un lugar ameno donde igual pasar la noche ya que ambos se veían que no tenían donde ir. Una pirata en solitario y un revolucionario en solitario. Si eso no era señal de que no tenían compañía no podíamos decir que otra cosa sí.
Ange pidió perdón si no tenía modales a lo que Enishi pronto como pudo tuvo que responderle, ya que lo que decía no era correcto.
— Tienes modales de sobra, no seas tan ruda contigo misma. — Dijo con aquella típica sonrisa en su rostro. El chico proveniente de Wano siempre solía ser alegre con todos, verle serio era muy complicado y casi nada le molestaba pero cuando algo le molestaba de verdad era demasiado temible.
La forma de vestir de la chica era bastante poco normal pero a Enishi no le molestaba, le llamaba más la atención la carencia de algo para cubrir sus pies, lo demás era de sobra. Los pies siempre fueron algo que todos debían cuidar y más cuando eras un guerrero. Obvió eso por ahora, no era importante.
Ya estando ella acomodada y lanzó unas palabras que hicieron pensar un poco al pelirrojo. Tenía una corazonada que debía ahondar en las palabras “dañada” y la armada”. Sonrió ya que ahora el tiempo y toda la atención eran completamente de Enishi, disponía hasta mañana para poder hablar e intentar convencerle, un tiempo más que prudente.
— Hay muchas cosas que decir y otras que preguntar. Iniciaré por lo que me compete. — Bebió un ligero toque de su vino para abundar de alcohol esa garganta. — Soy un revolucionario. Y como verás ando en solitario pero hago caso a los líderes. Me debo buscar un grupo de fiar, compañeros en armas, hermanos o como quieras llamarles. No he encontrado donde unirme tampoco es por eso que me quedan dos alternativas o ser el capitán o unirme como aliado. Primero opté por ser capitán. No eres a la primera que he intentado acercarme para hablar. Han sido hombres y mujeres, tanto civiles como piratas. Pero cada quien tiene un propósito que no va acorde con el mío. — Volvió a beber para poder refrescar su garganta, ahora lo hizo más rápido que el anterior. — Entre todos los piratas que he visto, eres la tercera que selecciono. Te vi sola, así como yo. Supuse que no tendrías tripulación ni menos un capitán. Yo, te ofrezco unirte a mi.. Ser parte de los revolucionarios por mi recomendación y estar bajo mi tutela. — Mencionó en una postura bastante relajada mientras acababa su primera copa de vino. En verdad la resistencia etílica que tenía era impresionante.
— Pero me causó curiosidad lo que dijiste de que; un pirata cuya familia fuera dañada por culpa de la armada. — Miró a Ange, le recorrió con sus orbes celestes todo el cuerpo, no de manera pervertida sino solo para fijarse más. — Tu contextura física es muy buena. Lo que me intriga es porque andas descalza, un guerrero debe cuidar sus pies. — Sonrió mientras saco una especie de alga para morder, la cual puso en su boca pero también le ofreció a ella. — ¿Escondes algo? Ambos estamos moviéndonos por el mundo por venganza. Si te interesa saber más cuéntame y yo te contaré más. No hay necesidad de que aceptes venir conmigo ahora, el día y noche es joven además la botella aún tiene licor, dentro de poco tendremos hambre. Podemos pasar una amena noche hablando para así al final me des tu decisión pero claro.. Antes debemos conocernos más. Y comienzo yo queriendo saber de Ange. Me intrigas. — Terminó sus palabras con sus orbes clavados en ella además de una sonrisa típica. En verdad se encontraba con ganas de oír lo que le tuviese que contestar. Seguro no iría con evasivas, no pintaba de ser así.
La chica pronto como pudo pasó. Su acto de dejar su arma ahí era evidente de que no iban a combatir ni nada por el estilo por eso Enishi respondió dejando sus tres katanas bien alejadas de él. Eran hermosas como ellas solas. Las armas alejadas ya era un lugar dispuesto a que ambos pudieran tener una charla, un lugar ameno donde igual pasar la noche ya que ambos se veían que no tenían donde ir. Una pirata en solitario y un revolucionario en solitario. Si eso no era señal de que no tenían compañía no podíamos decir que otra cosa sí.
Ange pidió perdón si no tenía modales a lo que Enishi pronto como pudo tuvo que responderle, ya que lo que decía no era correcto.
— Tienes modales de sobra, no seas tan ruda contigo misma. — Dijo con aquella típica sonrisa en su rostro. El chico proveniente de Wano siempre solía ser alegre con todos, verle serio era muy complicado y casi nada le molestaba pero cuando algo le molestaba de verdad era demasiado temible.
La forma de vestir de la chica era bastante poco normal pero a Enishi no le molestaba, le llamaba más la atención la carencia de algo para cubrir sus pies, lo demás era de sobra. Los pies siempre fueron algo que todos debían cuidar y más cuando eras un guerrero. Obvió eso por ahora, no era importante.
Ya estando ella acomodada y lanzó unas palabras que hicieron pensar un poco al pelirrojo. Tenía una corazonada que debía ahondar en las palabras “dañada” y la armada”. Sonrió ya que ahora el tiempo y toda la atención eran completamente de Enishi, disponía hasta mañana para poder hablar e intentar convencerle, un tiempo más que prudente.
— Hay muchas cosas que decir y otras que preguntar. Iniciaré por lo que me compete. — Bebió un ligero toque de su vino para abundar de alcohol esa garganta. — Soy un revolucionario. Y como verás ando en solitario pero hago caso a los líderes. Me debo buscar un grupo de fiar, compañeros en armas, hermanos o como quieras llamarles. No he encontrado donde unirme tampoco es por eso que me quedan dos alternativas o ser el capitán o unirme como aliado. Primero opté por ser capitán. No eres a la primera que he intentado acercarme para hablar. Han sido hombres y mujeres, tanto civiles como piratas. Pero cada quien tiene un propósito que no va acorde con el mío. — Volvió a beber para poder refrescar su garganta, ahora lo hizo más rápido que el anterior. — Entre todos los piratas que he visto, eres la tercera que selecciono. Te vi sola, así como yo. Supuse que no tendrías tripulación ni menos un capitán. Yo, te ofrezco unirte a mi.. Ser parte de los revolucionarios por mi recomendación y estar bajo mi tutela. — Mencionó en una postura bastante relajada mientras acababa su primera copa de vino. En verdad la resistencia etílica que tenía era impresionante.
— Pero me causó curiosidad lo que dijiste de que; un pirata cuya familia fuera dañada por culpa de la armada. — Miró a Ange, le recorrió con sus orbes celestes todo el cuerpo, no de manera pervertida sino solo para fijarse más. — Tu contextura física es muy buena. Lo que me intriga es porque andas descalza, un guerrero debe cuidar sus pies. — Sonrió mientras saco una especie de alga para morder, la cual puso en su boca pero también le ofreció a ella. — ¿Escondes algo? Ambos estamos moviéndonos por el mundo por venganza. Si te interesa saber más cuéntame y yo te contaré más. No hay necesidad de que aceptes venir conmigo ahora, el día y noche es joven además la botella aún tiene licor, dentro de poco tendremos hambre. Podemos pasar una amena noche hablando para así al final me des tu decisión pero claro.. Antes debemos conocernos más. Y comienzo yo queriendo saber de Ange. Me intrigas. — Terminó sus palabras con sus orbes clavados en ella además de una sonrisa típica. En verdad se encontraba con ganas de oír lo que le tuviese que contestar. Seguro no iría con evasivas, no pintaba de ser así.
Enishi
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
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Creado por Ange Lun Abr 25, 2016 9:02 am
La pirata se dispuso a tomar a un ritmo tranquilo mientras que escuchaba las palabras provenientes de aquel miembro de la armada revolucionaria llamado Enishi, era muy cortes y se tomaba su debido tiempo para expresar lo que quería decir, no se andaba con verborrea ni perdía demasiado el tiempo, pero tampoco resumía de una forma admirable, era una persona normal contando la historia de cómo había fracasado en obtener otros aliados y ahora se encontraba realizando un nuevo intento con la pelinegra que se mantenía impasible.
Angelene no era una buena bebedora, ni tenía una gran resistencia natural al alcohol, sin embargo gracias a los descuidos de su madre ella había entrado al mundo de la bebida a temprana edad por lo que tenía una resistencia ligeramente superior a la media, por experiencia más que por talento, así que disfruto de terminar su primera copa mientras escuchaba las interrogantes dadas por el masculino a su persona, silenciosamente agarro la botella como si pensara en cómo responder mientras procedía a servirse a sí misma y luego al masculino, no por cortesía sino por reflejo de ver un recipiente vacio y llenarlo.
Tras mojar sus labios con la dulce bebida dirigió su mirada con desinterés a las katanas de Enishi -Sobre el pirata dañado por la armada, la verdad es que no conozco ninguno directamente, pero tus amiguetes de La Armada Revolucionaria han producido mucho caos en aras de “la libertad y justicia”, civiles que pierden familias y tratan de unirse al CP pero no lo logran y acaban uniéndose a piratas para volverse fuertes y dar caza a los tuyos, hombres que renuncian al honor para volverse cazadores y costear su venganza con la sangre de cualquier criminal, historias de venganza abundan por todos los mares, afirmar abiertamente ser un pirata entre piratas no esta tan mal, afirmar ser un revolucionario entre revolucionarios tampoco, pero hacerlo en un lugar donde la gente se mescla puede no ser tan buena idea.- Suspiro un poco y volvió a tomar, dirigió su mirada a su interlocutor esta vez, lo anteriormente dicho era algo que no le interesaba mucho así que paso a un tema que era más personal.
La pelinegra dio un trago largo antes de dejar salir un fuerte suspiro -¿Quieres saber más de mi? Pues comenzaré diciéndote porque no uso calzado, es porque no lo necesito, estos ni siquiera son mis pies de nacimiento, son artificiales, una muy avanzada maquinaria experimental creada por un científico loco que necesitaba sujetos de pruebas, evidentemente acepte para superar la debilidad con la que nace la humanidad.- No era del todo cierto ni tampoco del todo mentira lo que decía, realmente lo había hecho para ser más fuerte, aunque era más para ganarse la aprobación de alguien más que por mera convicción persona.
Antes de continuar hablando tomo el trozo de alga de mascar y le dio una probada -¿Esconder algo? Por supuesto que escondo muchas cosas, todo mundo esconde cosas, pero si quieres ver algo de lo que escondo, te mostraré.- La muchacha se levanto y desato el nudo de su camisa mientras se daba vuelta y la removía, sus hombros, en su espalda eran claramente visibles huecos mecánicos, a la altura de los hombros era fácilmente visible la sección en la que sus brazos mecánicos se conectaban a su torso humano, tras aquella demostración la pelinegra volvió a sentarse, sin la prenda que cubría sus articulaciones era ahora mucho más invisible su naturaleza artificial.
-Por cierto, sigues sin decirme que es lo que gano yo al unirme a la armada, tú ganas una aliada poderosa, una "miembro de tripulación" y seguramente algo más por reclutar gente para su causa... y si quieres cuéntame algo sobre ti a cambio de lo que te he mostrado tampoco me quejare.- comento tranquilamente mientras daba otro sorbo a su copa mientras sonreía.
Angelene no era una buena bebedora, ni tenía una gran resistencia natural al alcohol, sin embargo gracias a los descuidos de su madre ella había entrado al mundo de la bebida a temprana edad por lo que tenía una resistencia ligeramente superior a la media, por experiencia más que por talento, así que disfruto de terminar su primera copa mientras escuchaba las interrogantes dadas por el masculino a su persona, silenciosamente agarro la botella como si pensara en cómo responder mientras procedía a servirse a sí misma y luego al masculino, no por cortesía sino por reflejo de ver un recipiente vacio y llenarlo.
Tras mojar sus labios con la dulce bebida dirigió su mirada con desinterés a las katanas de Enishi -Sobre el pirata dañado por la armada, la verdad es que no conozco ninguno directamente, pero tus amiguetes de La Armada Revolucionaria han producido mucho caos en aras de “la libertad y justicia”, civiles que pierden familias y tratan de unirse al CP pero no lo logran y acaban uniéndose a piratas para volverse fuertes y dar caza a los tuyos, hombres que renuncian al honor para volverse cazadores y costear su venganza con la sangre de cualquier criminal, historias de venganza abundan por todos los mares, afirmar abiertamente ser un pirata entre piratas no esta tan mal, afirmar ser un revolucionario entre revolucionarios tampoco, pero hacerlo en un lugar donde la gente se mescla puede no ser tan buena idea.- Suspiro un poco y volvió a tomar, dirigió su mirada a su interlocutor esta vez, lo anteriormente dicho era algo que no le interesaba mucho así que paso a un tema que era más personal.
La pelinegra dio un trago largo antes de dejar salir un fuerte suspiro -¿Quieres saber más de mi? Pues comenzaré diciéndote porque no uso calzado, es porque no lo necesito, estos ni siquiera son mis pies de nacimiento, son artificiales, una muy avanzada maquinaria experimental creada por un científico loco que necesitaba sujetos de pruebas, evidentemente acepte para superar la debilidad con la que nace la humanidad.- No era del todo cierto ni tampoco del todo mentira lo que decía, realmente lo había hecho para ser más fuerte, aunque era más para ganarse la aprobación de alguien más que por mera convicción persona.
Antes de continuar hablando tomo el trozo de alga de mascar y le dio una probada -¿Esconder algo? Por supuesto que escondo muchas cosas, todo mundo esconde cosas, pero si quieres ver algo de lo que escondo, te mostraré.- La muchacha se levanto y desato el nudo de su camisa mientras se daba vuelta y la removía, sus hombros, en su espalda eran claramente visibles huecos mecánicos, a la altura de los hombros era fácilmente visible la sección en la que sus brazos mecánicos se conectaban a su torso humano, tras aquella demostración la pelinegra volvió a sentarse, sin la prenda que cubría sus articulaciones era ahora mucho más invisible su naturaleza artificial.
-Por cierto, sigues sin decirme que es lo que gano yo al unirme a la armada, tú ganas una aliada poderosa, una "miembro de tripulación" y seguramente algo más por reclutar gente para su causa... y si quieres cuéntame algo sobre ti a cambio de lo que te he mostrado tampoco me quejare.- comento tranquilamente mientras daba otro sorbo a su copa mientras sonreía.
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Enishi Lun Abr 25, 2016 11:19 am
Enishi siempre fue reconocido por escuchar a todas las personas, no solía mucho descontrolarse ni nada por el estilo puesto que cuando iba a decir las cosas las pensaba muy bien, pero le caía pesado que se dijeran cosas simplemente usando la mitad de la historia y no completa. Era el caso con el primer comentario que expresó en este momento la mujer. Habló de un ciclo pero era obvio, todo en este mundo tiene un ciclo. La “armada” como gustaba llamarle a los demás siempre seleccionaba a ciertas personas, con ciertos fines y no solo moribundos que buscan venganza ya que esos por lo general serían los primeros en caer. Fue lo opuesto con Enishi ya que entró buscando venganza pero acorde pasó el tiempo sus pensamientos fueron más unidos a lo que reflejaba ser parte de los revolucionarios, no el concepto hueco que el mundo decía que era.
Enishi soltar el vaso con licor, lo dejó en la mesa sin repudio alguno, el vino le sabía amargo ya, quizás porque las palabras de Ange eran más bien llevadas de un sentimiento de pesadez. Es por eso que decidió cerrar sus ojos para así hablar.
— En todo ése caos que tú mencionas siempre están tres bandos; piratas, marina y revolucionarios. La culpa de ése desastre es de todos, ya que cada quien se rige bajo su, como tu misma has dicho, libertad y justicia. — Abrió sus orbes celestes para así ni mirar el vaso simplemente observarle, con un poco de desganas la verdad. — ¿Criminales? Para tus ojos ellos son criminales, para los ojos de ellos nosotros, la marina y quien no esté con la marina son criminales pero ¿quienes son los verdaderos criminales? Hay una fuerza más poderosa detrás de todo esto. — Comentó con un leve bufido la verdad no entraba en ganas de detalles tan explícitos a lo que tenía entendido ya que eran cosas de alta seguridad pero seguramente revelaría algo, no mucho tampoco.
— Cada quién tiene sus motivos y no los juzgo por eso. Yo entré por venganza pero ahora voy por algo más grande que un motivo tan básico como ése. — Finalizó el pelirrojo mientras decidió volver a tomar del vino que de apoco retomaba ese sabor tan particular que era reconocido en todos los mares. Ante el comentario de afirmar ser revolucionario en un ambiente ajeno prefirió no decir nada, era mejor para él mantenerse oculto pero en sí, le importaba un bledo mencionarlo a cualquiera a excepción del gobierno mundial.
Luego aquella muchacha le comenzó a contar todo sobre ella, sobre su naturaleza “artificial”. A los ojos de Enishi seguía siendo una mujer. Lo que le dijo ni le tomó por sorpresa ya que habían tantos como ella que ya parecían una plaga, en el buen sentido. La chica en un golpe de improviso dejo al descubierto su naturaleza de metal, el pelirrojo miró asombrado ya que no había visto de tan cerca aquellos mecanismos ni nada por el estilo. Honestamente parecía que querían ponerle a prueba moralmente al respecto. Para finalizar quería ella saber los motivos y le contase su historia, era lo mínimo que podía hacer él para recompensar.
— Así como con ese hay miles de científicos que trabajan con sujetos de pruebas, tanto piratas, algún revolucionario al igual que marines. ¿Cuál es el que produce el caos? Todos. No diré que lamento tu situación ya que lo buscaste y seguro estás contenta con los resultados, para llamarte a ti misma una “aliada poderosa”. — Comentó Enishi posando su codo en la mesa mientras miraba a la mujer con una sonrisa en su rostro. — Bueno no te daré resumen de nada, seré lo más explicativo posible.. Podría conseguir aliados más fuertes que ambos juntos, podría unirme a unos más poderosos incluso, pero eso me da igual honestamente. Sí poder es lo que buscas o riquezas, es obvio que caminarás por el camino de lo que cree el gobierno mundial como caos, es decir, ser pirata o revolucionario. — Paró un poco para remojar su garganta que de apoco se secaba. — Tus beneficios serían que no tendrías que incurrir en cosas como estas para tener un techo, ni tampoco una bebida. El dinero no te faltará, aquí nos repartimos todo lo que se gana. Así como enfatizas tanto en la libertad y venganza, eres libre para ejercer ambas. Si tienes un objetivo es seguro que tu grupo te apoyará en conseguirlo. Quizás sólo conozcas la parte superficial de todo el meollo, pero hay más que sólo caos, muertes ocasionadas por todos los bandos. — Enishi se levantó para así dejar su torso al descubierto, dando a conocer que era un simple humano. — Yo aún poseo la debilidad de la que tu te despojaste. Soy un simple humano. Seguramente muera o quizás viva. Es esa debilidad la que agrada. No intento ser más o menos que alguien. — Terminó el joven volviendo a tomar asiento enfrente de ella.
— Y no solo yo gano una aliada, todos nosotros ganamos una, tú igual ganas muchos aliados. Seguro ni sabías que los revolucionarios toman a los huérfanos de países destrozados para educarlos y entrenarlos, les dan un techo. Claro el caos solo se conoce la superficie, son como los icebergs. — Se acomodo la ropa para abrigarse ya que no tenía para que seguir mostrando su torso. — Y de mí.. Soy un revolucionario nacido en ése caos que tu dices. Atacaron mi pueblo, mis padres murieron y juré venganza. Todo comenzó así pero luego cuando tenía la misma percepción de todo como tú, entendí que mi venganza era simplemente un grano de sal en lo que se buscaba en verdad. Quizás te suene cruel pero.. Si causar caos es le precio para que todo sea más igualitario, causaremos caos pero jamás al inocente. — Agregó con honestidad al respecto. Sabía y tenía conocimiento de que así se realizaban las cosas entre la “armada”. — Además aquí somos libres de conseguir nuestras metas, cómo la mía de ser el espadachín más fuerte de la historia. — Sonrió ante aquella aseveración. Siempre había sido el sueño del muchacho de globos celestes.
— No intentaré en influenciar mucho tampoco, no quiero cambiar tu postura para con la vida. Pero no quiere decir que no me llame la atención como expresas el conflicto y lo que hay detrás de esas palabras. Ah sí.. — Quería agregar algo antes de finalizar, algo bastante importante que había pasado por alto. — Aquí tendrás una familia enorme. Eso somos, una familia. — Sí, sonaba muy de cuentos pero se formaba ese tipo de lazos ya que todos provenían de situaciones similares, se confiaba mucho en los otros y era el pilar fundamental aunque muchos les vieran como los “malos”.
Enishi soltar el vaso con licor, lo dejó en la mesa sin repudio alguno, el vino le sabía amargo ya, quizás porque las palabras de Ange eran más bien llevadas de un sentimiento de pesadez. Es por eso que decidió cerrar sus ojos para así hablar.
— En todo ése caos que tú mencionas siempre están tres bandos; piratas, marina y revolucionarios. La culpa de ése desastre es de todos, ya que cada quien se rige bajo su, como tu misma has dicho, libertad y justicia. — Abrió sus orbes celestes para así ni mirar el vaso simplemente observarle, con un poco de desganas la verdad. — ¿Criminales? Para tus ojos ellos son criminales, para los ojos de ellos nosotros, la marina y quien no esté con la marina son criminales pero ¿quienes son los verdaderos criminales? Hay una fuerza más poderosa detrás de todo esto. — Comentó con un leve bufido la verdad no entraba en ganas de detalles tan explícitos a lo que tenía entendido ya que eran cosas de alta seguridad pero seguramente revelaría algo, no mucho tampoco.
— Cada quién tiene sus motivos y no los juzgo por eso. Yo entré por venganza pero ahora voy por algo más grande que un motivo tan básico como ése. — Finalizó el pelirrojo mientras decidió volver a tomar del vino que de apoco retomaba ese sabor tan particular que era reconocido en todos los mares. Ante el comentario de afirmar ser revolucionario en un ambiente ajeno prefirió no decir nada, era mejor para él mantenerse oculto pero en sí, le importaba un bledo mencionarlo a cualquiera a excepción del gobierno mundial.
Luego aquella muchacha le comenzó a contar todo sobre ella, sobre su naturaleza “artificial”. A los ojos de Enishi seguía siendo una mujer. Lo que le dijo ni le tomó por sorpresa ya que habían tantos como ella que ya parecían una plaga, en el buen sentido. La chica en un golpe de improviso dejo al descubierto su naturaleza de metal, el pelirrojo miró asombrado ya que no había visto de tan cerca aquellos mecanismos ni nada por el estilo. Honestamente parecía que querían ponerle a prueba moralmente al respecto. Para finalizar quería ella saber los motivos y le contase su historia, era lo mínimo que podía hacer él para recompensar.
— Así como con ese hay miles de científicos que trabajan con sujetos de pruebas, tanto piratas, algún revolucionario al igual que marines. ¿Cuál es el que produce el caos? Todos. No diré que lamento tu situación ya que lo buscaste y seguro estás contenta con los resultados, para llamarte a ti misma una “aliada poderosa”. — Comentó Enishi posando su codo en la mesa mientras miraba a la mujer con una sonrisa en su rostro. — Bueno no te daré resumen de nada, seré lo más explicativo posible.. Podría conseguir aliados más fuertes que ambos juntos, podría unirme a unos más poderosos incluso, pero eso me da igual honestamente. Sí poder es lo que buscas o riquezas, es obvio que caminarás por el camino de lo que cree el gobierno mundial como caos, es decir, ser pirata o revolucionario. — Paró un poco para remojar su garganta que de apoco se secaba. — Tus beneficios serían que no tendrías que incurrir en cosas como estas para tener un techo, ni tampoco una bebida. El dinero no te faltará, aquí nos repartimos todo lo que se gana. Así como enfatizas tanto en la libertad y venganza, eres libre para ejercer ambas. Si tienes un objetivo es seguro que tu grupo te apoyará en conseguirlo. Quizás sólo conozcas la parte superficial de todo el meollo, pero hay más que sólo caos, muertes ocasionadas por todos los bandos. — Enishi se levantó para así dejar su torso al descubierto, dando a conocer que era un simple humano. — Yo aún poseo la debilidad de la que tu te despojaste. Soy un simple humano. Seguramente muera o quizás viva. Es esa debilidad la que agrada. No intento ser más o menos que alguien. — Terminó el joven volviendo a tomar asiento enfrente de ella.
— Y no solo yo gano una aliada, todos nosotros ganamos una, tú igual ganas muchos aliados. Seguro ni sabías que los revolucionarios toman a los huérfanos de países destrozados para educarlos y entrenarlos, les dan un techo. Claro el caos solo se conoce la superficie, son como los icebergs. — Se acomodo la ropa para abrigarse ya que no tenía para que seguir mostrando su torso. — Y de mí.. Soy un revolucionario nacido en ése caos que tu dices. Atacaron mi pueblo, mis padres murieron y juré venganza. Todo comenzó así pero luego cuando tenía la misma percepción de todo como tú, entendí que mi venganza era simplemente un grano de sal en lo que se buscaba en verdad. Quizás te suene cruel pero.. Si causar caos es le precio para que todo sea más igualitario, causaremos caos pero jamás al inocente. — Agregó con honestidad al respecto. Sabía y tenía conocimiento de que así se realizaban las cosas entre la “armada”. — Además aquí somos libres de conseguir nuestras metas, cómo la mía de ser el espadachín más fuerte de la historia. — Sonrió ante aquella aseveración. Siempre había sido el sueño del muchacho de globos celestes.
— No intentaré en influenciar mucho tampoco, no quiero cambiar tu postura para con la vida. Pero no quiere decir que no me llame la atención como expresas el conflicto y lo que hay detrás de esas palabras. Ah sí.. — Quería agregar algo antes de finalizar, algo bastante importante que había pasado por alto. — Aquí tendrás una familia enorme. Eso somos, una familia. — Sí, sonaba muy de cuentos pero se formaba ese tipo de lazos ya que todos provenían de situaciones similares, se confiaba mucho en los otros y era el pilar fundamental aunque muchos les vieran como los “malos”.
Enishi
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ange Lun Abr 25, 2016 7:31 pm
Desde el punto de vista de la pelinegra, su interlocutor se había puesto un poco a la defensiva sobre la forma en que ella trataba el tema de La Armada y las demás facciones, sin embargo no le presto tanta importancia ni intento responderlo de buenas a primeras, en lugar de eso prefirió escuchar todo lo que tenía que decir en silencio como una amable señorita mientras terminaba su segunda copa y se volvía a servir de aquella agradable bebida tan placentera como era aquel vino.
Los esmerilados orbes de la joven vigilaban al masculino en búsqueda de más información además de la extraída por las palabras dichas por el mismos mientras le escuchaba, al parecer el pelirrojo insistía en mostrar lo buenos que eran los revolucionarios y su causa, sin lugar a dudas era uno de esos tipos que tenían sus ideales y su moral grabadas en una tablilla de acero dentro de sus cabezas, no era que le desagradara especialmente a la muchacha, después de todo al menos estaban intentando hacer algo por esos ideales en lugar de solo llenarse la boca con ellos como hacían muchas personas.
Sin embargo todo se fue al cuero muy fácilmente, la cyborg estuvo a nada de levantarse para irse cuando escucho la última afirmación del revolucionario, había tocado una fibra muy sensible, una herida bastante fresca en el interior de la pirata que por un momento clavo sus ojos en el cráneo del masculino, su cabello era rojo como los como los ojos del objetivo de su odio y causante de su reciente perdida, realmente estaba furiosa pero Enishi no tenía la culpa y aun así la joven fue incapaz de contener su rabia.
-Escúchame !#$%&, no necesito que me ofrezcas ninguna @#&€$ familia ni tragarme esa @#%€$ solo porque...- La joven cerro la boca irritada en una mueca de frustración mientras tomaba bruscamente la botella y se servía otra copa de vino que tomo de un trago, mientras sostenía la copa vacía esta se rajó por la fuerza con la que la sujetaba.
-...Eso...simplemente...Gah…- Ahogo algún ruido de irritación similar a alguna clase de rugido antes de dejarse caer para atrás y quedar mirando el techo -... digamos que metiste el dedo en la llaga... no te merecías eso... no te pediré disculpas porque tampoco es que me haya pasado tanto...-
La muchacha cerró los ojos y se quedó allí tirada mientras tomaba aire para continuar -Mi familia murió hace poco… mi madre era pirata y siempre quiso tener un hijo varón, hace algunos años encontró un chico que era la viva imagen de su amado pero con los ojos de ella… los míos son verdes, los de mi madre eran rojos como la sangre derramada por sus víctimas… se volvió loca después de que se le escaparas de las garras, paso años buscándolo y perdiendo tripulantes por su demencial conducta, al final solo los más fieles a ella y a mí se quedaron, evidentemente fueron capturados y ejecutados por el deteriorado liderazgo de mi madre… fue hace poco y aún no lo termino de asimilar…- la joven seguía con sus ojos cerrados, tirada en el suelo que no podía sentir por la falta de tacto en su espalda.
Los esmerilados orbes de la joven vigilaban al masculino en búsqueda de más información además de la extraída por las palabras dichas por el mismos mientras le escuchaba, al parecer el pelirrojo insistía en mostrar lo buenos que eran los revolucionarios y su causa, sin lugar a dudas era uno de esos tipos que tenían sus ideales y su moral grabadas en una tablilla de acero dentro de sus cabezas, no era que le desagradara especialmente a la muchacha, después de todo al menos estaban intentando hacer algo por esos ideales en lugar de solo llenarse la boca con ellos como hacían muchas personas.
Sin embargo todo se fue al cuero muy fácilmente, la cyborg estuvo a nada de levantarse para irse cuando escucho la última afirmación del revolucionario, había tocado una fibra muy sensible, una herida bastante fresca en el interior de la pirata que por un momento clavo sus ojos en el cráneo del masculino, su cabello era rojo como los como los ojos del objetivo de su odio y causante de su reciente perdida, realmente estaba furiosa pero Enishi no tenía la culpa y aun así la joven fue incapaz de contener su rabia.
-Escúchame !#$%&, no necesito que me ofrezcas ninguna @#&€$ familia ni tragarme esa @#%€$ solo porque...- La joven cerro la boca irritada en una mueca de frustración mientras tomaba bruscamente la botella y se servía otra copa de vino que tomo de un trago, mientras sostenía la copa vacía esta se rajó por la fuerza con la que la sujetaba.
-...Eso...simplemente...Gah…- Ahogo algún ruido de irritación similar a alguna clase de rugido antes de dejarse caer para atrás y quedar mirando el techo -... digamos que metiste el dedo en la llaga... no te merecías eso... no te pediré disculpas porque tampoco es que me haya pasado tanto...-
La muchacha cerró los ojos y se quedó allí tirada mientras tomaba aire para continuar -Mi familia murió hace poco… mi madre era pirata y siempre quiso tener un hijo varón, hace algunos años encontró un chico que era la viva imagen de su amado pero con los ojos de ella… los míos son verdes, los de mi madre eran rojos como la sangre derramada por sus víctimas… se volvió loca después de que se le escaparas de las garras, paso años buscándolo y perdiendo tripulantes por su demencial conducta, al final solo los más fieles a ella y a mí se quedaron, evidentemente fueron capturados y ejecutados por el deteriorado liderazgo de mi madre… fue hace poco y aún no lo termino de asimilar…- la joven seguía con sus ojos cerrados, tirada en el suelo que no podía sentir por la falta de tacto en su espalda.
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Enishi Mar Abr 26, 2016 1:38 pm
Honestamente todo lo que decía era sincero. Enishi era sumamente claro al decir cada palabra y aunque cayese mal le daba simplemente lo mismo puesto que había una leve franja en que le gustaba caminar cuando trataba con las personas. Muchas personas solían volverse sensibles o actuar de manera agresiva al menos con las palabras cuando tocabas ciertos temas que podían ser tabú. Al pelirrojo eso le daba lo mismo, si vas a insultarle seguramente le dará lo mismo puesto que varias veces yendo por islas con el rostro cubierto ha escuchado como la gente, piratas y marines, e incluso civiles llaman a los revolucionarios como hijos de puta, entre más epítetos de alto calibre. Al inicio siempre pensaba en reventarles la cabeza pero al rato simplemente lo tomaba como era eso, palabras vacías de gente inepta.
Ahora cuando la chica de acero comenzó a expresarse de manera tan fuerte para con el joven de Wano, él simplemente entre abrió sus ojos para ver. Se quedó quieto aunque parecía que lo querían matar. No le importó, se dejó llevar por las palabras de la joven y casi no le daba importancia a los insultos pero si a las palabras que decía luego de estos. Podía ser un humano con “debilidad” pero en verdad no era para nada débil como para tener semejante sueño tan ambicioso. Las acciones que siguieron le llamaron la atención pero él cerro sus orbes lentamente en lo que ella cerraba su boca además tomaba la botella de licor.
Ange ya algo más calmada comenzó a expresar el porque de su enojo. Enishi había metido las patas pero no parecía arrepentirse, el dejar atrás los males que te aterraban desde hace tiempo era bueno para todos. La verdad es que tampoco merecía insultos como ella misma aclaró. También no merecía disculpas a él las disculpas con palabras no le importan para nada es casi lo mismo que no disculparse. Enishí abrió sus ojos lentamente, para así mirarle con ojos apagados. No tenía intención de ser gratificante para con ella en este momento.
— Lo hecho, hecho está. — Comentó tan seco como el desierto, no había necesidad de expresar más palabras para con eso. Pero luego prestó atención a su trágica historia a la par que le miraba tumbarse en el suelo. Se notaba a simple vista que con cada palabra que soltaba, una gota de sufrimiento reflejaba. De apoco se comprendía más la historia de ella, era claro que una familia era su talón de Aquiles. Al parecer esa “debilidad” humana no se había esfumado como ella había pensado.
Cuando la joven acabó su historia Enishi se levantó tan sigiloso como la noche, posó su dedo indice en el suelo al levantarse, caminó al costado de ella para donde se hincó con las rodillas flectadas. Con su dedo índice tocó el sitio donde yacía el corazón de todo ser vivo. No hizo mucha fuerza simplemente quería enfatizar las palabras que iba a decir.
— El recuerdo de tu madre vive ahí y sólo tú eres quien seguirá su legado. No tuvo un hijo, te tuvo a ti. No supo aprovechar a su hija. No la olvides. Seguro tus ojos no son como los de ella, pero el resto eres igual. Seguro también insultaba como tú. — Sonrió ampliamente casi cerrando los ojos en ese acto. — Solo procura ser mejor que ella. Además ya es hora de que lo superes y no solo seas fuerte exteriormente — Dijo a la par que aún mantenía su dedo apoyado en el pecho de ella señalando donde se ubicaba el corazón. Era para enfatizar sus palabras y darle un toque más emotivo. Luego se separó volviendo a su posición inicial.
— Mis padres murieron hace nueve años casi. No pude ver el rostro de mi madre, ni de mi padre, tampoco el de mis hermanos cuando murieron. Ni siquiera pude darle un entierro. Es algo que te hace sufrir pero.. si no sales a delante sólo te sentenciaras. — Bebió un poco más de vino dejando ahí su cuota de alcohol para este momento ya que le entraría más hambre y más ganas de un sake. — Sólo haz que tu madre se enorgullezca de ti. Es seguro que querría que fueras la mejor. No tengo duda de que eres la hija que en verdad quiso tener. — Bufó un poco para luego suspirar un tanto, no estaba agotado pero ya sabía como iba a terminar todo esto. — Supongo que sentencie mi intento de convencerte. Sólo haz las cosas mejor que tu madre, Ange. Tu historia recién inicia. — Terminó Enishi ya resignado en verdad, le agradó su historia y conversar con ella no obstante la misión primordial estaba perdida seguramente. Siempre tenía esa mala suerte.
Ahora cuando la chica de acero comenzó a expresarse de manera tan fuerte para con el joven de Wano, él simplemente entre abrió sus ojos para ver. Se quedó quieto aunque parecía que lo querían matar. No le importó, se dejó llevar por las palabras de la joven y casi no le daba importancia a los insultos pero si a las palabras que decía luego de estos. Podía ser un humano con “debilidad” pero en verdad no era para nada débil como para tener semejante sueño tan ambicioso. Las acciones que siguieron le llamaron la atención pero él cerro sus orbes lentamente en lo que ella cerraba su boca además tomaba la botella de licor.
Ange ya algo más calmada comenzó a expresar el porque de su enojo. Enishi había metido las patas pero no parecía arrepentirse, el dejar atrás los males que te aterraban desde hace tiempo era bueno para todos. La verdad es que tampoco merecía insultos como ella misma aclaró. También no merecía disculpas a él las disculpas con palabras no le importan para nada es casi lo mismo que no disculparse. Enishí abrió sus ojos lentamente, para así mirarle con ojos apagados. No tenía intención de ser gratificante para con ella en este momento.
— Lo hecho, hecho está. — Comentó tan seco como el desierto, no había necesidad de expresar más palabras para con eso. Pero luego prestó atención a su trágica historia a la par que le miraba tumbarse en el suelo. Se notaba a simple vista que con cada palabra que soltaba, una gota de sufrimiento reflejaba. De apoco se comprendía más la historia de ella, era claro que una familia era su talón de Aquiles. Al parecer esa “debilidad” humana no se había esfumado como ella había pensado.
Cuando la joven acabó su historia Enishi se levantó tan sigiloso como la noche, posó su dedo indice en el suelo al levantarse, caminó al costado de ella para donde se hincó con las rodillas flectadas. Con su dedo índice tocó el sitio donde yacía el corazón de todo ser vivo. No hizo mucha fuerza simplemente quería enfatizar las palabras que iba a decir.
— El recuerdo de tu madre vive ahí y sólo tú eres quien seguirá su legado. No tuvo un hijo, te tuvo a ti. No supo aprovechar a su hija. No la olvides. Seguro tus ojos no son como los de ella, pero el resto eres igual. Seguro también insultaba como tú. — Sonrió ampliamente casi cerrando los ojos en ese acto. — Solo procura ser mejor que ella. Además ya es hora de que lo superes y no solo seas fuerte exteriormente — Dijo a la par que aún mantenía su dedo apoyado en el pecho de ella señalando donde se ubicaba el corazón. Era para enfatizar sus palabras y darle un toque más emotivo. Luego se separó volviendo a su posición inicial.
— Mis padres murieron hace nueve años casi. No pude ver el rostro de mi madre, ni de mi padre, tampoco el de mis hermanos cuando murieron. Ni siquiera pude darle un entierro. Es algo que te hace sufrir pero.. si no sales a delante sólo te sentenciaras. — Bebió un poco más de vino dejando ahí su cuota de alcohol para este momento ya que le entraría más hambre y más ganas de un sake. — Sólo haz que tu madre se enorgullezca de ti. Es seguro que querría que fueras la mejor. No tengo duda de que eres la hija que en verdad quiso tener. — Bufó un poco para luego suspirar un tanto, no estaba agotado pero ya sabía como iba a terminar todo esto. — Supongo que sentencie mi intento de convencerte. Sólo haz las cosas mejor que tu madre, Ange. Tu historia recién inicia. — Terminó Enishi ya resignado en verdad, le agradó su historia y conversar con ella no obstante la misión primordial estaba perdida seguramente. Siempre tenía esa mala suerte.
Enishi
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ange Mar Abr 26, 2016 3:54 pm
La jovencita de negra cabellera se quedó allí, tirada en el suelo mientras escuchaba al pelirrojo y sentía su tacto señalando el corazón que seguía latiendo dentro de ella, tan irregular como corresponde a una joven que acaba de prácticamente largarse a gritar y llorar de buenas a primeras, suspiro mientras escuchaba pausadamente al masculino que tan paciente había recibido el malestar interno de la muchacha, después de todo, no había tenido con quien descargarse hasta el momento y no sentía que aquel revolucionario fuera ninguna amenaza ni peligro si dejaba ver su lado débil a diferencia del resto de personas hasta el momento.
Tras escuchar finalmente la última sentencia del masculino la ojiverde se levantó pausadamente y suspiro -Gracias...- Dijo y sin miramientos se lanzó a abrazarlo, con la ligereza de una pluma pero la velocidad un chita se dirigió a envolver al interlocutor que ahora tanto sabía de ella -Como le cuentes a alguien esto, te prendo fuego junto a la tu barco, la posada y la armada revolucionara entera...- Dijo mientras cerraba los ojos y disfrutaba del momento un poco más.
-Pues déjame decirte que tu intento de convencerme de unirme a la armada ya estaba sentenciado en el momento que me contaste que era un intento de reclutamiento, no podría aceptar ordenes de un superior y no creo que me lleve bien con eso de hacer misiones o rescatar niños, simplemente seré la pirata más poderosa del mundo y viviré de la forma que más me complazca... pero puedes considerarme tu aliada, si necesitas ayuda que yo pueda ofrecer te la daré y no me meteré con tu grupito de la armada... no prometo no darle una tunda al que me toque las narices.-
Claramente la pirata había terminado de recuperar los estribos y sus ánimos mientras decía aquellas palabras. -Con la alianza formada entre mis piratas y Enishi, ósea tú, ya podemos dar el tema por zanjado, así que podemos seguir platicando, comiendo y aprovechando el lugar que ya pagaste.- Dijo la muchacha restando importancia a todo lo anteriormente mentado, como dando un punto final al tema zanjado previamente.
Tras escuchar finalmente la última sentencia del masculino la ojiverde se levantó pausadamente y suspiro -Gracias...- Dijo y sin miramientos se lanzó a abrazarlo, con la ligereza de una pluma pero la velocidad un chita se dirigió a envolver al interlocutor que ahora tanto sabía de ella -Como le cuentes a alguien esto, te prendo fuego junto a la tu barco, la posada y la armada revolucionara entera...- Dijo mientras cerraba los ojos y disfrutaba del momento un poco más.
-Pues déjame decirte que tu intento de convencerme de unirme a la armada ya estaba sentenciado en el momento que me contaste que era un intento de reclutamiento, no podría aceptar ordenes de un superior y no creo que me lleve bien con eso de hacer misiones o rescatar niños, simplemente seré la pirata más poderosa del mundo y viviré de la forma que más me complazca... pero puedes considerarme tu aliada, si necesitas ayuda que yo pueda ofrecer te la daré y no me meteré con tu grupito de la armada... no prometo no darle una tunda al que me toque las narices.-
Claramente la pirata había terminado de recuperar los estribos y sus ánimos mientras decía aquellas palabras. -Con la alianza formada entre mis piratas y Enishi, ósea tú, ya podemos dar el tema por zanjado, así que podemos seguir platicando, comiendo y aprovechando el lugar que ya pagaste.- Dijo la muchacha restando importancia a todo lo anteriormente mentado, como dando un punto final al tema zanjado previamente.
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
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