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Creado por Shimazu Toyohisa Sáb Abr 30, 2016 8:04 pm
Durante un atardecer en verano un barco marine parecía regresar y se anclaba en el puerto de Shells Town, del navío se bajaron mucho marines, aparentemente sin mucha experiencia en su mayoría, que regresaban de alguna misión de no muy alto nivel por las apariencias. De esa multitud algunos destacaban por su físico, algún arma o poder aparente visible pero todos caminaban a un mismo ritmo. Sin embargo había uno que, más que destacar, resaltaba a la vista simplemente porque caminaba muy rápido y se veía demasiado aliviado de estar en tierra, una vez abajo se quitó su uniforme de marine. Muchos se despidieron cordialmente y tomaron sus respectivos rumbos. El tipo de ágil andar, Octarine, caminó hacia la ciudad, cada vez estaba más cerca y poco a poco se topaba con más y más personas de diversas profesiones cada vez menos costeras, a la que les sonreía sin pretender hacerlo mientras tarareaba, a ratos silbaba, una tonado peculiar y alegre, aparentemente original.
En ese momento mientras cruzaba el pueblo se distrajo mirando hacia el cielo mientras caminaba y vio una nube que aunque no lo parecía en absoluto y le hizo recordar una blanca taza de café que despedía su característico aroma, disfrutaba la sensación energética posterior a beberlo, decidió ir a su cafetería favorita, reconociendo el camino con sus pies apresuro el paso. Mientras en determinados momentos seguía observando la nube con algo de antojo. Para su infortunio chocó con una persona, la que en tono agresivamente le dijo que lo había golpeado y debería pagarle los gastos médicos. Octarine se disculpo sabiendo que era culpa pero este era un tipo grande era imposible que fuese tan frágil aunque su bota tenía partes de acero y era su arma de combate por lo que le dio el beneficio de la duda a lo que el le dijo -Me disculpo señor, lo puedo acompañar al medico y pagar su factura, si es necesario- De pronto vio un brillo en sus ojos que por un momento no le generó confianza. El civil aparentemente no podía caminar, Octarine lo levantó y con un brazo en su hombro lo acompaño hacía donde este le indicó que fueran, era alto y pesado pero no tanto como para ser un problema. Se frustró un poco porque avanzaban lento y su café tendría que esperar.
Al llegar a donde el tipo lo dirigía no le parecía para nada que fuese a haber un medico allí, parecía una casa algo abandonada. Su acompañante lanzó un fuerte y singular chiflido, resultado de esto salieron otros dos tipos aún más grandes que lo primero que hicieron fue amenazarlo diciendo que le diese todo el dinero que poseía, en ese momento Octarine recordó que al salir del barco se había quitado su uniforme de marine y probablemente estos tipos pensaron que solo era un tipo ingenuo y que lo podría asaltar. Al ver su actitud vandálica rápidamente se dispuso a vencerlos soltando al tipo que fingía estar mal pero este lo agarró del brazo, Octarine realizó un giro completo de su cuerpo utilizando el brazo agarrado como eje y le mandó una patada con su talón que lo noqueo de inmediato dejando rastros de sangre que le salían de la boca. Los otros dos tipos se abalanzaron sobre él, esquivó al primero y más grande mientras decía -Muy lento- empujándolo hacía el piso y le acertó al otro una push kick en el esternón que lo mandó a volar. El grandullón se levanto y al girar su cabeza recibió una patada que lo dejo mirando de nuevo hacia el suelo. Se sacudió los pantalones de manera aliviada por haber detenido a estos vándalos y se sintió un poco satisfecho de no tener que gastar su dinero.
En ese preciso instante notó la silueta femenina que lo miraba, su presencia era imponente e incluso su mirada penetrante, pero solo veía una sombra por el atardecer. Lle preocupaba que fuese parte del grupo que acababa de derrotar o que no entendiese la razón de los hechos y lo atacara por el alboroto causado. Lo peor de todo es que no sabía cuanto tiempo llevaba ahí por lo que ya podría haber analizado su estilo de combate. Se quedó en silencio esperando su reacción.
En ese momento mientras cruzaba el pueblo se distrajo mirando hacia el cielo mientras caminaba y vio una nube que aunque no lo parecía en absoluto y le hizo recordar una blanca taza de café que despedía su característico aroma, disfrutaba la sensación energética posterior a beberlo, decidió ir a su cafetería favorita, reconociendo el camino con sus pies apresuro el paso. Mientras en determinados momentos seguía observando la nube con algo de antojo. Para su infortunio chocó con una persona, la que en tono agresivamente le dijo que lo había golpeado y debería pagarle los gastos médicos. Octarine se disculpo sabiendo que era culpa pero este era un tipo grande era imposible que fuese tan frágil aunque su bota tenía partes de acero y era su arma de combate por lo que le dio el beneficio de la duda a lo que el le dijo -Me disculpo señor, lo puedo acompañar al medico y pagar su factura, si es necesario- De pronto vio un brillo en sus ojos que por un momento no le generó confianza. El civil aparentemente no podía caminar, Octarine lo levantó y con un brazo en su hombro lo acompaño hacía donde este le indicó que fueran, era alto y pesado pero no tanto como para ser un problema. Se frustró un poco porque avanzaban lento y su café tendría que esperar.
Al llegar a donde el tipo lo dirigía no le parecía para nada que fuese a haber un medico allí, parecía una casa algo abandonada. Su acompañante lanzó un fuerte y singular chiflido, resultado de esto salieron otros dos tipos aún más grandes que lo primero que hicieron fue amenazarlo diciendo que le diese todo el dinero que poseía, en ese momento Octarine recordó que al salir del barco se había quitado su uniforme de marine y probablemente estos tipos pensaron que solo era un tipo ingenuo y que lo podría asaltar. Al ver su actitud vandálica rápidamente se dispuso a vencerlos soltando al tipo que fingía estar mal pero este lo agarró del brazo, Octarine realizó un giro completo de su cuerpo utilizando el brazo agarrado como eje y le mandó una patada con su talón que lo noqueo de inmediato dejando rastros de sangre que le salían de la boca. Los otros dos tipos se abalanzaron sobre él, esquivó al primero y más grande mientras decía -Muy lento- empujándolo hacía el piso y le acertó al otro una push kick en el esternón que lo mandó a volar. El grandullón se levanto y al girar su cabeza recibió una patada que lo dejo mirando de nuevo hacia el suelo. Se sacudió los pantalones de manera aliviada por haber detenido a estos vándalos y se sintió un poco satisfecho de no tener que gastar su dinero.
En ese preciso instante notó la silueta femenina que lo miraba, su presencia era imponente e incluso su mirada penetrante, pero solo veía una sombra por el atardecer. Lle preocupaba que fuese parte del grupo que acababa de derrotar o que no entendiese la razón de los hechos y lo atacara por el alboroto causado. Lo peor de todo es que no sabía cuanto tiempo llevaba ahí por lo que ya podría haber analizado su estilo de combate. Se quedó en silencio esperando su reacción.
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Elise Shigure Lun Mayo 02, 2016 6:47 pm
Arlene recientemente se despertaba de la cama y... si, ya estaba llegando tarde. Algo increíble de su parte dado que le gustaba la puntualidad y el cumplimiento lo mas perfecto posible de las normas y aquello era una notable falta, algo que con seguridad la llevaría a vérselas de frente con problemas a los cuales no tenia ganas de ver siendo su ascenso tan reciente -¡¿Reciente?! ¡Apenas llevo cinco días!- El grito de la marine era sorprendente, como si estuviera reprochandole a cierta narradora las palabras elegidas para definir la situación, aunque no era mas que una mera coincidencia de los hechos dado que esta simplemente se encontraba fuera de si, absorta en la idea de correr para llegar a donde debía de llegar en menos de veinte minutos -¡Ahhh! Tengo que dejar esa maldita costumbre de leer libros hasta tan tarde- Después de ello un sin fin de malas palabras mientras iba tirando sus ropas de dormir por todas partes de la reducida habitación entrando al baño donde paso, como un milagro de los dioses, unos escasos cinco o diez minutos.
Con el pelo mojado, apenas arreglado, comenzaría a vestirse de manera rápida, ropa interior, guantes de combate, collar, vestido e incluso recordaría de tomar su cinturón donde reposaba su preciado e imponente martillo en cuyo mango rezaba el nombre del mismo -¡Joder!- Ese ultimo grito mientras terminaba de calzarse con unas enormes botas decoradas en montones de púas. La puerta de su habitación se abrió de golpe justo a tiempo para cerrarla rápidamente mientras miraba uno de los tantos relojes que se veían por las calles -¿Tengo... ¡Cinco minutos?!- No llegaba, lo sabia, no había manera.
Por esa misma regla de tres y sin tomarse el mayor esfuerzo de presentarse, la fémina se dio la vuelta pero en lugar de ingresar de nuevo en su habitación donde la esperaban un millar de carpetas con nombres a revisar, simplemente se digno a dar la vuelta y caminar para perderse entre algunos negocios de la isla. En ese exacto momento y casi de milagro se encontró a un joven que ayudaba a una persona, al parecer a llegar a algún sitio puesto que esta estaba rengueando aunque era obvia la falsedad de los hechos para alguien con los conocimientos de Arlene quien en lugar de seguir su camino se dio la vuelta para encontrarlo justo a tiempo peleando contra las personas que querían estafarlo, el combate no duro mucho tiempo y el vencedor, para sorpresa de la gyojin, había sido el pobre humano que iba a ser estafado.
En cuanto se volteo noto lo joven de aquella figura y lo extrañamente familiar que le resultaba, de alguno de los miles de papeles que había estado leyendo -Entonces, ¿el criminal eres tu o esas pobres almas golpeadas?- Ya sabia la respuesta, mas que nada por la manera de actuar del joven, pero de todas maneras lo pregunto de manera seria mientras se hacia sonar los nudillos de manera ciertamente amenazadora, mas que nada por la mera diversión de ver como iría a reaccionar ante ello. Lo mas normal era ver gente corriendo puesto que una mujer de piel blanquecina, con un cuerno y que, para colmo de gracias, llega a medir casi tres metros no es algo que se llegue a mostrar amigable.
Con el pelo mojado, apenas arreglado, comenzaría a vestirse de manera rápida, ropa interior, guantes de combate, collar, vestido e incluso recordaría de tomar su cinturón donde reposaba su preciado e imponente martillo en cuyo mango rezaba el nombre del mismo -¡Joder!- Ese ultimo grito mientras terminaba de calzarse con unas enormes botas decoradas en montones de púas. La puerta de su habitación se abrió de golpe justo a tiempo para cerrarla rápidamente mientras miraba uno de los tantos relojes que se veían por las calles -¿Tengo... ¡Cinco minutos?!- No llegaba, lo sabia, no había manera.
Por esa misma regla de tres y sin tomarse el mayor esfuerzo de presentarse, la fémina se dio la vuelta pero en lugar de ingresar de nuevo en su habitación donde la esperaban un millar de carpetas con nombres a revisar, simplemente se digno a dar la vuelta y caminar para perderse entre algunos negocios de la isla. En ese exacto momento y casi de milagro se encontró a un joven que ayudaba a una persona, al parecer a llegar a algún sitio puesto que esta estaba rengueando aunque era obvia la falsedad de los hechos para alguien con los conocimientos de Arlene quien en lugar de seguir su camino se dio la vuelta para encontrarlo justo a tiempo peleando contra las personas que querían estafarlo, el combate no duro mucho tiempo y el vencedor, para sorpresa de la gyojin, había sido el pobre humano que iba a ser estafado.
En cuanto se volteo noto lo joven de aquella figura y lo extrañamente familiar que le resultaba, de alguno de los miles de papeles que había estado leyendo -Entonces, ¿el criminal eres tu o esas pobres almas golpeadas?- Ya sabia la respuesta, mas que nada por la manera de actuar del joven, pero de todas maneras lo pregunto de manera seria mientras se hacia sonar los nudillos de manera ciertamente amenazadora, mas que nada por la mera diversión de ver como iría a reaccionar ante ello. Lo mas normal era ver gente corriendo puesto que una mujer de piel blanquecina, con un cuerno y que, para colmo de gracias, llega a medir casi tres metros no es algo que se llegue a mostrar amigable.
Elise Shigure
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shimazu Toyohisa Mar Mayo 03, 2016 8:52 pm
Ante la mirada de la dueña de esa sombra tuvo algo de miedo y al escucharla crujirse las articulaciones agresivamente, como quien se prepara para la batalla, Octarine alzó un poco su guardia pero al escuchar las palabras dichas se percató de que hablaba desde el punto de vista de la justicia, "Mmm, sus palabras son las de quien trata de esclarecer un hecho ocurrido para aplicar la fuerza de la ley." Sintió un poco más de confianza, se acercaba lentamente, con cuidado pero con paso firme -Esos tipos trataron de engañarme, asaltarme y me atacaron- decía mientras volvía a ver a los tipos en el suelo - Yo solo me defendí y les dí su merecido, espero llevarlos detenidos- estando a unos cuatro metros dijo -Por cierto mi nombre es Octarine y soy un soldado de la marina- aún algo precavido de su reacción esperaba, con una expresión amigable en su rostro, escuchar su respuesta.
Ya estando a esa distancia identificaba y apreciaba mejor su exótica belleza. Portaba un martillo de gran tamaño que impresionaba pero palidecía a la par de su proporcionado cuerpo de gran tamaño, con curvas que resaltaba a la vista con su vestido y cinturón, "es fuerte para usar esa arma y muy alta", la cabeza de Octarine al ver hacia el frente veía su prominente busto, rápidamente alzó la mirada con algo de timidez, al dirigirla unos grados más hacia arriba sus ojos presenciaban un blanco tono de piel característico de algún animal marino, un rostro de belleza sublime "ese rostro, debe ser como el de una princesa de un reino submarino" pensaba mientras también suponía "¿Debe ser una gyojin?" y observaba una hermosa cabellera negra, aparentemente algo húmeda, de la que salía un cuerno que apuntaba hacia el cielo desde un lado de su frente. "Es linda, bastante grande pero guapa y parece que viene de bañarse". En ese momento en que veía su rostro vio el cielo naranja a su alrededor y las nubes, todo desembocó en la corriente de pensamientos que le recordaban el café que anhelaba junto a algo de comer porque ya iba siendo hora de reponer fuerzas.
Octarine era muy sincero y aunque había sentido que Arlene le estaba intimidando para verlo asustado al inicio sentía que le caía bien por servir a la ley y haber sacado tiempo para intervenir en esa escena su hubiese sido necesario, aparentemente. En un tono bastante informal le preguntó - ¿Qué te parece ir a un café o a comer? - decía mientras le sonreía -Yo vengo de una de mis primeras misiones como Marine y estoy hambriento- en ese instante le rugió el estomago algo fuerte. Una leve sonrisa parecía asomarse en su boca sumamente dentada, la risa podría ser por su proposición o por se indiscreto estomago. Se terminó de acercar y estando frente a frente "Por esa fuerza que parece que proyecta debe ser un rango superior, como le fui a hacer tal proposición" pensaba preocupadamente mientras dudaba un poco de sus acciones pero de inmediato hizo una reverencia de respeto hacia un rango superior.
Ya estando a esa distancia identificaba y apreciaba mejor su exótica belleza. Portaba un martillo de gran tamaño que impresionaba pero palidecía a la par de su proporcionado cuerpo de gran tamaño, con curvas que resaltaba a la vista con su vestido y cinturón, "es fuerte para usar esa arma y muy alta", la cabeza de Octarine al ver hacia el frente veía su prominente busto, rápidamente alzó la mirada con algo de timidez, al dirigirla unos grados más hacia arriba sus ojos presenciaban un blanco tono de piel característico de algún animal marino, un rostro de belleza sublime "ese rostro, debe ser como el de una princesa de un reino submarino" pensaba mientras también suponía "¿Debe ser una gyojin?" y observaba una hermosa cabellera negra, aparentemente algo húmeda, de la que salía un cuerno que apuntaba hacia el cielo desde un lado de su frente. "Es linda, bastante grande pero guapa y parece que viene de bañarse". En ese momento en que veía su rostro vio el cielo naranja a su alrededor y las nubes, todo desembocó en la corriente de pensamientos que le recordaban el café que anhelaba junto a algo de comer porque ya iba siendo hora de reponer fuerzas.
Octarine era muy sincero y aunque había sentido que Arlene le estaba intimidando para verlo asustado al inicio sentía que le caía bien por servir a la ley y haber sacado tiempo para intervenir en esa escena su hubiese sido necesario, aparentemente. En un tono bastante informal le preguntó - ¿Qué te parece ir a un café o a comer? - decía mientras le sonreía -Yo vengo de una de mis primeras misiones como Marine y estoy hambriento- en ese instante le rugió el estomago algo fuerte. Una leve sonrisa parecía asomarse en su boca sumamente dentada, la risa podría ser por su proposición o por se indiscreto estomago. Se terminó de acercar y estando frente a frente "Por esa fuerza que parece que proyecta debe ser un rango superior, como le fui a hacer tal proposición" pensaba preocupadamente mientras dudaba un poco de sus acciones pero de inmediato hizo una reverencia de respeto hacia un rango superior.
Shimazu Toyohisa
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Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
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