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Creado por Shimazu Toyohisa Mar Jun 07, 2016 3:01 pm
Luego de reunirse el destino de tres hilos bastante diferentes acabarían enredándonos en una tarde apacible, frente al mar cada uno esperando un café, esperando hablar de las cosas que a cada uno le preocupaba o simplemente lo que querían decir. Una tertulia, eso es lo que surge mientras se bebe café. Los presentes eran Octarine con su espíritu decaído, pese a encontrar, lo que el consideraba, amor no lo tenía cerca y le echaba en falta. La pirata de momento camuflada da nombre Naotora que no parecía muy a gusto con la compañía actual pero aparentemente no se pudo negar al café propuesto por el de la mirada de miel y el tercero pero casi que el más importante el protagonista que no quería serlo, el verdadero hombre definitivo en versión para llevar Greed Gōyoku, un simpático marine que había realizado su ultima misión con el hombre invisible, acompañados de fuertes golpes contra los enemigos, ideas escabrosas para las mujeres que supiesen de lo que hablaban este par y una parte humana que parecía tratar de no mostrar. Era acaso miedo al rechazo por parte del grandioso Greed, ninguno de los que lee esto cree eso era simplemente porque era el mejor amigo que todos deseaba más preocupado por su compañero que por él mismo.
Los comentarios de Greed eran bastante acertados, esa chica generaba una mala espina pero no era precisamente por lo que este decía, su memoria hacía el intento pero parecía no querer recordar. Sonrió a lo de cortapenes y dijo -Jajajaja un verdadero hombre asume esos riesgos, mi chica casi me dispara en la frente cuando la cortejaba a mi manera- pero luego de verla saludar a la pequeña que pasaba por ahí decía -Pero puede que quiera matrimonio o al menos hijos – sonreía con intención de que su amigo se asustara y lo pensara.
Se sentaron en el lugar y una camarera bastante atractiva los atendió -¿Qué desean tomar?- a lo que Octarine dijo -Un café negro y sin azúcar, de ser posible bien fuerte y algún bocadillo de pan, justo como el que tiene ese tipo- señalaba a un grande hombre que comía en una de las mesas de adentro y no se daría cuenta de lo dicho. La chica diría -Perfecto,¿ Y ustedes?- les decía mientras tornaba la mirada entre Greed y Naotora que aún no se había presentado con sus nuevos ¿amigos?.
Los comentarios de Greed eran bastante acertados, esa chica generaba una mala espina pero no era precisamente por lo que este decía, su memoria hacía el intento pero parecía no querer recordar. Sonrió a lo de cortapenes y dijo -Jajajaja un verdadero hombre asume esos riesgos, mi chica casi me dispara en la frente cuando la cortejaba a mi manera- pero luego de verla saludar a la pequeña que pasaba por ahí decía -Pero puede que quiera matrimonio o al menos hijos – sonreía con intención de que su amigo se asustara y lo pensara.
Se sentaron en el lugar y una camarera bastante atractiva los atendió -¿Qué desean tomar?- a lo que Octarine dijo -Un café negro y sin azúcar, de ser posible bien fuerte y algún bocadillo de pan, justo como el que tiene ese tipo- señalaba a un grande hombre que comía en una de las mesas de adentro y no se daría cuenta de lo dicho. La chica diría -Perfecto,¿ Y ustedes?- les decía mientras tornaba la mirada entre Greed y Naotora que aún no se había presentado con sus nuevos ¿amigos?.
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Alexandra Sig Mar Jun 07, 2016 6:04 pm
Naotora miro a la camarera acercarse para tomar la cuenta, luego de que atendiera a Octarine, esta fue la siguiente en tomar la palabra - Pues me gustaría un café con leche y este, este y este dulce - dijo señalando los nombres en la carta del menú de dicha cafetería mientras la camarera apuntaba todo en su cuadernillo - No me preocupare en pedir, después de todos lo pagáis ustedes, seria descortés que invitaran a una mujer y la hicieran pagar ¿no? - alzo una ceja mientras lucia orgullosa por lo que acababa de decir, tenia razón pero también estaba jugando con la masculinidad y el orgullo de los dos chicos, si de verdad querían algo mas que conversar, se ofrecerían a pagar todo lo que esta pidiera, se le ocurrió ir de compras y volverlos unos monta-bolsas para ella pero eso estaría por verse aunque si era cierto que la chica tenia pensado ir de compras, solo tenia dos o tres atuendos y el comprar algo de ropa nunca vendría mal a la hora de camuflarse entre la gente.
- Y bien "Héroes" ¿Que mas historias de orgullo, valor y compañerismo tenéis? O solo fue una jejeje - se reía mientras la camarera se iba para decir los pedidos de estos a la cafetería mientras Naotora la seguía con la mirada, era una chica atractiva y Naotora no iba a desperdiciar la oportunidad de observar a la atractiva chica y si la suerte estaba de su lado, intentar flirtear con esta. Luego de unos minutos, la camarera volvió y entrego lo que había pedido cada uno, tomando un sorbo de su café con leche, Nao escucho a los dos chicos hablar y luego empezó a comerse el primer dulce, un croissant de chocolate.
- Y bien "Héroes" ¿Que mas historias de orgullo, valor y compañerismo tenéis? O solo fue una jejeje - se reía mientras la camarera se iba para decir los pedidos de estos a la cafetería mientras Naotora la seguía con la mirada, era una chica atractiva y Naotora no iba a desperdiciar la oportunidad de observar a la atractiva chica y si la suerte estaba de su lado, intentar flirtear con esta. Luego de unos minutos, la camarera volvió y entrego lo que había pedido cada uno, tomando un sorbo de su café con leche, Nao escucho a los dos chicos hablar y luego empezó a comerse el primer dulce, un croissant de chocolate.
Alexandra Sig
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shimazu Toyohisa Miér Jun 08, 2016 10:29 am
Sin duda la chica o no escatimaba en los gastos ajenos o tenía hambre pero pidió suficientes penecillos para el acompañar el café. Mientras escuchaba la aclaración que esta hacía para excusarse de pagar a lo que obviamente se le había invitado -Tranquila señorita, desde el ofrecimiento mi intención era invitarlos a ambos, no me gustaría llamarlo comprar compañía pero si comprar un consejo. Siéntanse libres de responder sinceramente a todo lo que les pregunte en el transcurso del café y de la tarde, esa seria mi única petición- su semblante se tornaba maduro y meditabundo, educado también cabía pero no era algo tan fuera de contexto con el marine -Por cierto curioso y bonito nombre ¿Es usted de Wanokuni?-
Al escuchar el reto que imponía la joven decía -Actos de heroísmo deben haber varios pero son sujetos a análisis del que lo juzga- cerraba el puño recordando lo sucedido con Veres en su segundo encuentro, el asesinato frente a sus ojos de la secuestrada vecina, él trató de impedir ese acto pero no lo logró y luego acabó con el asesino en un uso desmedido de la fuerza. No se le había dicho nada por eso en la institución pero se había visto mal para una misión de un infiltrado, unas cuantas palabras en su expediente hablaban de eso. Proseguía -Y respecto a compañerismo has acertado, solo tenemos una y es donde nos conocimos recientemente- le daba unas palmadas en el hombro al de la larga melena negra.
Su café negro llegaba para saciar la sed de otros vicios, cargaba cigarrillos y tenía ganas de beber alcohol, de preferencia quería vino, pero por el momento prefería algo más sano y que le pusiese alerta en las decisiones a tomar. El gran bocado, porque no se le podía llamar bocadillo, resultaba ciertamente apetitoso y se disponía a su consumo, el solo mirarlo le hacía rugir el estomago y con un ligero pero sonoro -¡Provecho chicos!- se disponía a degustarlo.
Al escuchar el reto que imponía la joven decía -Actos de heroísmo deben haber varios pero son sujetos a análisis del que lo juzga- cerraba el puño recordando lo sucedido con Veres en su segundo encuentro, el asesinato frente a sus ojos de la secuestrada vecina, él trató de impedir ese acto pero no lo logró y luego acabó con el asesino en un uso desmedido de la fuerza. No se le había dicho nada por eso en la institución pero se había visto mal para una misión de un infiltrado, unas cuantas palabras en su expediente hablaban de eso. Proseguía -Y respecto a compañerismo has acertado, solo tenemos una y es donde nos conocimos recientemente- le daba unas palmadas en el hombro al de la larga melena negra.
Su café negro llegaba para saciar la sed de otros vicios, cargaba cigarrillos y tenía ganas de beber alcohol, de preferencia quería vino, pero por el momento prefería algo más sano y que le pusiese alerta en las decisiones a tomar. El gran bocado, porque no se le podía llamar bocadillo, resultaba ciertamente apetitoso y se disponía a su consumo, el solo mirarlo le hacía rugir el estomago y con un ligero pero sonoro -¡Provecho chicos!- se disponía a degustarlo.
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Abai Serp Miér Jun 08, 2016 12:19 pm
La conversación con su amigo y aquella mujer era extraña, diferente pintoresca y entretenida. Bien se podían quedar en la entrada del café o mediar para poder estar en el interior, tomar algo y relajarse hablando sobre la vida. Negarse a tomar café sería un error, no para aquella mujer sino para el resto de presentes; dos hombres guapos solos en una cantina harían que nadie les mirara. Al estar con una mujer haría que numerosas miradas femeninas les tomaran en cuenta, estar con una mujer atractiva tenía frutos y los marines los sacarían más tarde que temprano. No lo sabía, su amigo tenía chica, novia, esposa, mujer, espina, jaula o como cada hombre llamara a las ataduras de una mujer. – Oh… -se detuvo taciturno mientras miraba a su amigo-. No sabía cómo era, no le había escuchado hablar de ella mas lo expuesto le dejó todavía más pillado e intrigado. – No lo sabía ¿Cómo es? Entramos a tomar algo y no relatas tu cortejo y tu amor. –alegaba mientras se animaba él solo-. Adoro las historias de amor donde hay balas de por medio. –requirió ser respondido aun cuando su amigo podía negarse de buen grado-. Su siguiente comentario le creó un escalofrío helado en toda la espalda.
– Hijos… menos mal que tienes tu poder, al primer problema… ya sabes, a comprar tabaco. –guiñó un ojo a su amigo-. Si Octa era la versión amable y gentil del hombre, uno enamorado. Greed era lo contrario, un vividor, con miedo a ataduras; pobre cuando se enamorara de verdad. Después de muy poco tiempo, los tres tomaron asiento en el interior del café; allí podrían dialogar con calma. – Café manchado, con azúcar, de picar cuatro berries de porras con azúcar. –alegó la chaqueta que había tenido todo el rato encima-. Ahora se veía como un corriente marine, camiseta blanca, pañuelo azul atado al brazo, pantalones marinos y botas de montaña. Era marine y no tenía por qué ocultarlo. – Claro, Octa paga que fijo le ascienden después de la misión que hicimos. –señaló a su amigo con el dedo índice con desdén y diversión en su mirada-. Seguro que tendré que llamarle señor de ahora en adelante. –ejecutó con un tono gracioso-.
La pregunta fue expuesta dejando que el moreno cavilara sobre que respuesta dar, no sabía muy bien por dónde empezar mas siempre apuntaba alto. – Hemos hablado de nosotros pero ¿Y tú? ¿Cómo te ganas la vida? –preguntó dejando escapar un suspiro al ver como la camarera tardaba en servir-. La cuestión fue cambiada cuando el moreno acompañante y de mayor atractivo les invitó a la comida, era bueno y Greed sabía que le tendría que devolver el favor pagando una ronda de cualquier alcohol cualquier otra noche.
– Hijos… menos mal que tienes tu poder, al primer problema… ya sabes, a comprar tabaco. –guiñó un ojo a su amigo-. Si Octa era la versión amable y gentil del hombre, uno enamorado. Greed era lo contrario, un vividor, con miedo a ataduras; pobre cuando se enamorara de verdad. Después de muy poco tiempo, los tres tomaron asiento en el interior del café; allí podrían dialogar con calma. – Café manchado, con azúcar, de picar cuatro berries de porras con azúcar. –alegó la chaqueta que había tenido todo el rato encima-. Ahora se veía como un corriente marine, camiseta blanca, pañuelo azul atado al brazo, pantalones marinos y botas de montaña. Era marine y no tenía por qué ocultarlo. – Claro, Octa paga que fijo le ascienden después de la misión que hicimos. –señaló a su amigo con el dedo índice con desdén y diversión en su mirada-. Seguro que tendré que llamarle señor de ahora en adelante. –ejecutó con un tono gracioso-.
La pregunta fue expuesta dejando que el moreno cavilara sobre que respuesta dar, no sabía muy bien por dónde empezar mas siempre apuntaba alto. – Hemos hablado de nosotros pero ¿Y tú? ¿Cómo te ganas la vida? –preguntó dejando escapar un suspiro al ver como la camarera tardaba en servir-. La cuestión fue cambiada cuando el moreno acompañante y de mayor atractivo les invitó a la comida, era bueno y Greed sabía que le tendría que devolver el favor pagando una ronda de cualquier alcohol cualquier otra noche.
Abai Serp
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Alexandra Sig Miér Jun 08, 2016 12:44 pm
Escucho a los dos chicos charlar mientras se tomaba su café y terminaba de comerse su tercer dulce y aun le quedaban unos 7 mas, de chocolate y nata y no tenia la menos intención de compartirlos con esos dos chicos a los que catalogo como "cretinos". Entonces escucho la pregunta de Octarine y le respondió intentando no insultarlo en el proceso - Pues exactamente, soy de Wano aunque no se mucho de allí, únicamente lo que se me lo contaron mis difuntos padres, así que tendré que ir alguna vez para confirmar lo que me contaron, cosas como hombres de honor que cargaban majestuosas espadas llamados samurais o personas como sombras que asesinaban a todo auel que iba en contra del rey, allí llamado Shogun, supongo que es un país interesante de visitar y me pregunto si habrá mas mujeres guerreras - Realmente se preguntaba eso ultimo, había oído hablar de los samurais y ninjas pero en ninguna de sus historias ninguna mujer parecía hacer ningún acto heroico o que resultara realmente útil que no fuera comportarse como una princesa en apuros aunque estaba segura de que habría mujeres fuertes en aquel lugar.
Entonces fue Greed el siguiente que pregunto ¿Como se ganaba la vida? No podía decir que era una pirata ni los asesinatos ni crímenes que había cometido, se tenia que inventar una mentira o al menos una verdad escondida, lo pensó un poco mientras daba un sorbo a su café y entonces hablo - Pues hago trabajillos como ayudante de barco y demás, ya saben, cargar mercancía y ir de un lugar a otro con esta, no es el mejor trabajo pero es muy cómodo si quieres ver mar - y entonces dijo lo siguiente - Y ademas, odio a los hombres, en general, tengo mis razones para hacerlo - sonrió levemente y orgullosa, esperando la reacción de los dos chicos.
Entonces fue Greed el siguiente que pregunto ¿Como se ganaba la vida? No podía decir que era una pirata ni los asesinatos ni crímenes que había cometido, se tenia que inventar una mentira o al menos una verdad escondida, lo pensó un poco mientras daba un sorbo a su café y entonces hablo - Pues hago trabajillos como ayudante de barco y demás, ya saben, cargar mercancía y ir de un lugar a otro con esta, no es el mejor trabajo pero es muy cómodo si quieres ver mar - y entonces dijo lo siguiente - Y ademas, odio a los hombres, en general, tengo mis razones para hacerlo - sonrió levemente y orgullosa, esperando la reacción de los dos chicos.
Alexandra Sig
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shimazu Toyohisa Miér Jun 08, 2016 1:43 pm
El café sin duda estaba como lo quería, solo con el olor se le apaciguaba el alma, era negro y profundo. El solo degustar la sustancia activaba sus sentidos entrando casi como en un despertar de su aletargado ánimo de ese día, su oído se agudizaba, sus movimientos oculares eran más rápidos y su corazón también. Sin duda Octarine tenía un problema de adicción con el café pero nunca lo aceptaba, por naturaleza era susceptible a los vicios, así había sido con el cigarrillo, con el alcohol y ahora con el amor. Pues sí, los viciosos son los peores amantes porque sin su droga su estado de ánimo puede cambiar, aman con locura pero no simple locura, es la necesidad de constantes dosis de ese amor y justamente la que le brindaba esto al de los ojos color miel era fría y distante, solía darle las dosis en bajas cantidades lo que le hacía estar completamente necesitado y por más que le diese su amor, recibía poco a cambio, quizás era tonto, sí pero no había sido su culpa enamorarse y menos aún ser correspondido cuando pudo haber sido solo un choque contra una pared de realidad, sin duda el futuro de este pelinegro no se vislumbraba muy claramente.
Le decía a Greed -Ahora os la cuento amigo y amiga- se tomaba confianzas con la chica que probablemente no debía. Escuchaba lo que decía Naotara del desconocimiento de su lugar de origen y replicaba diciendo -Interesante, yo tampoco se nada de la isla donde nací pero no es tan diferente como el país de Wano, me críe en Skypea y eso sí era diferente para mi gusto- decía con recuerdos agridulces de su infancia y juventud - Greed si recibo un ascenso sin duda te seguiré tratando igual, esperaría que me acompañaras en las misiones, sin duda me caes bien amigo pero lo del trato con respeto a tus superiores no lo podrás evitar- le decía sonriente jocosamente mientras le daba otro sorbo al café. Casí escupe cuando la chica dijo que odiaba a los hombres en general, estaba apunto de empezar a contar su historia pero se detuvo para conocer lo que le había sucedido -¿Cuál es el motivo de ese particular comportamiento? Ciertamente resulta curioso y trabajando como grumete debe serlo aún más con la gran cantidad de varones que navegan en estos barcos- decía mientras la miraba con intriga, el había odiado por completo a las mujeres cuando su chica le trato mal y le rompió el corazón hasta que al regresar a encontrarse y en su cama todas las palabras dichas fueron borradas.
Le decía a Greed -Ahora os la cuento amigo y amiga- se tomaba confianzas con la chica que probablemente no debía. Escuchaba lo que decía Naotara del desconocimiento de su lugar de origen y replicaba diciendo -Interesante, yo tampoco se nada de la isla donde nací pero no es tan diferente como el país de Wano, me críe en Skypea y eso sí era diferente para mi gusto- decía con recuerdos agridulces de su infancia y juventud - Greed si recibo un ascenso sin duda te seguiré tratando igual, esperaría que me acompañaras en las misiones, sin duda me caes bien amigo pero lo del trato con respeto a tus superiores no lo podrás evitar- le decía sonriente jocosamente mientras le daba otro sorbo al café. Casí escupe cuando la chica dijo que odiaba a los hombres en general, estaba apunto de empezar a contar su historia pero se detuvo para conocer lo que le había sucedido -¿Cuál es el motivo de ese particular comportamiento? Ciertamente resulta curioso y trabajando como grumete debe serlo aún más con la gran cantidad de varones que navegan en estos barcos- decía mientras la miraba con intriga, el había odiado por completo a las mujeres cuando su chica le trato mal y le rompió el corazón hasta que al regresar a encontrarse y en su cama todas las palabras dichas fueron borradas.
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Abai Serp Miér Jun 08, 2016 2:01 pm
Tomar aquel café era bueno, agradable y sensato para aquellos marines después de haber pasado días duros en una misión peligrosa. Por suerte para ellos, tenían el inmenso honor de compartir mesa con una bella mujer, con una persona con el don de la palabra y la gracia divina que muy pocas personas poseían. El moreno se encontraba inmerso en su café, en el aroma que hacía aun cuando estaba manchado con leche, es decir, no era puro como el que había pedido su amigo mas así le gustaba a él. Tenía que disfrutar todavía más con las porras, un dulce de su tierra que muy pocas personas conocían y mucho menos se atrevían a probar. El sentido de la conversación se vio inmersa por la mujer, esta estaba hablando de ella, de su pasado, de la muerte de sus padres, del lugar donde nació y el desconocimiento de este. – Wano ¿Qué habrá allí? ¿Mujeres fuertes como tú? –preguntaba mientras proseguía a comerse una nueva porra-. Siempre con poca sensualidad, como los hombres que comen un plátano, mordiscos cortos y no visualizando otros ojos varoniles. Octa se tenía que dar cuenta que no le miraba lo más mínimo mientras se comía la porra, que lo hacía rápido y sin dejar mucho tiempo dicho alimento entre sus dientes.
– Asesinar contra la ley, interesante, tendríamos que ir allí y patear algún que otro trasero. –expresó mientras dejaba que su mente en blanco para pensar en sus cosas-. La explicación de su vida tenía más o menos sentido mas lo último le dejó confuso, odiaba los hombres. – Fijo que la violaron de niña, todo personaje de este foro le pasa algo trágico. –lamentaba el marine mientras interactuaba con el lector-. Su rostro quedó rezagado intentando explicarse, al menos de la forma más educada. – Tus motivos tendrás. –mencionó sin quitarle la vista de encima-. La próxima vez que vayamos a un burdel en busca de calor femenino te vienes, si te gustan las mujeres como a nosotros te lo pasarás genial. –se había confundido o al menos era lo que se había planteado en su pervertida mente-.
Los comentarios de su amigo eran entrañables, poco a poco se iba mostrando la cordialidad que tenían entre ellos. - ¿Skypea? –preguntó mientras apuntaba con su mano sobre la mesa-. ¿Dónde esta eso? –le preguntó pues este si parecía tener recuerdos sobre su pasado-. Sobre el tema de seguirle en misiones hablarían más adelante, ahora importaba más el odio de aquella mujer por los hombres.
– Asesinar contra la ley, interesante, tendríamos que ir allí y patear algún que otro trasero. –expresó mientras dejaba que su mente en blanco para pensar en sus cosas-. La explicación de su vida tenía más o menos sentido mas lo último le dejó confuso, odiaba los hombres. – Fijo que la violaron de niña, todo personaje de este foro le pasa algo trágico. –lamentaba el marine mientras interactuaba con el lector-. Su rostro quedó rezagado intentando explicarse, al menos de la forma más educada. – Tus motivos tendrás. –mencionó sin quitarle la vista de encima-. La próxima vez que vayamos a un burdel en busca de calor femenino te vienes, si te gustan las mujeres como a nosotros te lo pasarás genial. –se había confundido o al menos era lo que se había planteado en su pervertida mente-.
Los comentarios de su amigo eran entrañables, poco a poco se iba mostrando la cordialidad que tenían entre ellos. - ¿Skypea? –preguntó mientras apuntaba con su mano sobre la mesa-. ¿Dónde esta eso? –le preguntó pues este si parecía tener recuerdos sobre su pasado-. Sobre el tema de seguirle en misiones hablarían más adelante, ahora importaba más el odio de aquella mujer por los hombres.
Abai Serp
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
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Creado por Alexandra Sig Miér Jun 08, 2016 6:45 pm
Como esperaba Naotora, los chicos se extrañaron y preguntaron sobre los motivos que la fémina tendría para odiar a los hombres, para ella el motivo era lo suficiente como para que llevara ese odio de por vida mientras que si lo explicaba podría quedar como una tonta, quizás, y como una criminal, así que se tenia que inventar otra mentira sobre una verdad quizás, ignorando el comentario de Greed sobre ir a un burdel, ¿un burdel? no era ese lugar donde iban mujeres de "compañía" para divertir a los hombres, no le agradaba la idea pero tampoco dijo que no a esta - Bueno, supón que te engañan, se llevan a un ser querido para ti, osea, lo secuestran y tienes que ir a buscarlo, abriéndote paso a golpes y ser amenazada de muerte pero consiguiendo salvar a ese ser querido pero casi al borde de la muerte y todo eso provocado por una mujer si fuera tu caso ¿No la odiarías por lo que ha echo? ¿Ni buscaría venganza? - todo lo que había dicho en esa verdad a medias era cincuenta por ciento cierto y falso, el único ser querido que tenia la chica era su espada, Kyoken, pero hablar de su arma solo la podría delatar aunque fuera el único tema de conversación que se le ocurría.
- Me uno a esa pregunta, Skypea ¿donde cae eso? - Cambien sentía curiosidad por la tierra natal de aquel chico, nunca escucho de un lugar así y eso que ella había estado en muchos lugares anteriormente pero nunca había escuchado de un lugar como ese ¿Donde se encontraría? en alguna parte de los Blues, en el Grand Line o quizás era parte el Nuevo Mundo. Esperaba que el chico respondiera mientras se terminaba el cafe y se llevaba su ultimo dulce a la boca.
- Me uno a esa pregunta, Skypea ¿donde cae eso? - Cambien sentía curiosidad por la tierra natal de aquel chico, nunca escucho de un lugar así y eso que ella había estado en muchos lugares anteriormente pero nunca había escuchado de un lugar como ese ¿Donde se encontraría? en alguna parte de los Blues, en el Grand Line o quizás era parte el Nuevo Mundo. Esperaba que el chico respondiera mientras se terminaba el cafe y se llevaba su ultimo dulce a la boca.
Alexandra Sig
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shimazu Toyohisa Miér Jun 08, 2016 7:24 pm
Octarine parecía realmente impactado con lo que decía la del café más claro y mayor cantidad de bocadillos -Sin duda suena mal Naotora, supongo que tienes toda la razón, somos seres sujetos a condiciones especificas que nos acarrea la vida y debemos aprender a vivir con el tipo de cosas que enfrentamos, malos ratos y buenos, de eso trata la vida. - pensaba meditabundo comentando tanto para su interlocutora como para sí mismo, pese a que ellos no lo imaginasen una simple conversación podía ser la mejor terapia para alguien en cualquier caso de problema, todo en la vida es interpretable. Desde estar hablando con un agricultor y que diga como crece cierta planta o que hacer para que de su fruto puede ser la historia que te cambie en ese momento, que te despierte de esa realidad o letargo carente de sentido, esa es la magia de la comunicación y le entendimiento. Y como no disfrutarlo aún más en buena compañia y con algo de café. Sin duda es el tipo de acciones puntuales y pequeñas que muchos dejan pasar por alto y no aprecian, saber agarrar esos momentos es saber vivir, es saber disfrutar un pequeño placer y como todo también hay personas que pueden preferir no degustarlo. Es la gracia de la humanidad, su variedad. Seguía diciendo -... y la venganza es algo relativo, yo la tuve y no me dio paz. Un día al llegar a mi morada mi vecina como siempre me saludo, por algún motivo salimos por una copa y fuimos a dar a un lugar equivocado. Fue la peor derrota de mi vida estuve más de tres meses en cama y luego, hace poco, fui a por ellos, a otra isla y el bastardo la tenía cautiva. La mató frente a mis ojos, después de que me preocupe por casi medio año de su desaparición, no me pude contener y lo mate a golpes, no me enorgullece para nada, era un vil criminal que traficaba con sustancias que alteraban a las personas pero igual era una persona, un bastardo sí pero al final no obtuve paz, solo tristeza. Dos muertes, dos caminos segados y la cadena continua, eso es generar odio y es lo que se debe evitar.- decía solemnemente -Supongo que espero no volver a tener que hacer algo así pero en la marina debo acatar ordenes y si eres un criminal que mereces la muerte pues se debe pagar, es el precio justo por tus actos que arruinan la vida de los demás- acababa su discurso, realmente se estaba abriendo con este par de personas.
Luego de un momento empezaría a hablar de la tierra, o nube, que lo vio crecer -Es curioso porque casi nadie lo conoce y yo tampoco lo ando publicitando pero es una isla del cielo.- decía contundentemente -Aunque no lo crean es una isla que flota y es imperceptible desde el mar o desde tierra. Al menos eso fue lo que me enseñaron- decía mirando las nubes que cruzaban sobre el mar- No es habitada por humanos normales, sus habitantes tienen pequeñas alas que no pueden usar para volar y tecnologías muy variadas- se metía la mano en su bolsillo y sacaba su vision dial -La tecnología de los diales es proveniente de ahí, supongo que no muchos sabemos de eso y tal vez se pregunten ¿como se llega o como se baja? la verdad solo se que es en barco y hay unas corrientes que lo permiten. Yo baje cuando unos marines fueron hasta allí, fueron impresionantes y fueron de los pocos humanos ordinarios que conocí- acababa de contar la historia que parecía de fantasía.
Luego de un momento empezaría a hablar de la tierra, o nube, que lo vio crecer -Es curioso porque casi nadie lo conoce y yo tampoco lo ando publicitando pero es una isla del cielo.- decía contundentemente -Aunque no lo crean es una isla que flota y es imperceptible desde el mar o desde tierra. Al menos eso fue lo que me enseñaron- decía mirando las nubes que cruzaban sobre el mar- No es habitada por humanos normales, sus habitantes tienen pequeñas alas que no pueden usar para volar y tecnologías muy variadas- se metía la mano en su bolsillo y sacaba su vision dial -La tecnología de los diales es proveniente de ahí, supongo que no muchos sabemos de eso y tal vez se pregunten ¿como se llega o como se baja? la verdad solo se que es en barco y hay unas corrientes que lo permiten. Yo baje cuando unos marines fueron hasta allí, fueron impresionantes y fueron de los pocos humanos ordinarios que conocí- acababa de contar la historia que parecía de fantasía.
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Abai Serp Jue Jun 09, 2016 12:42 pm
La estancia en aquel lugar era apacible, tranquila sabiendo lo locos que se podían poner Octa y Greed frente a una mujer; más bien el segundo de estos. El moreno había escuchado todo lo que se explicaba, siempre mantenía la calma y se serenaba para evitar decir cosas que se arrepintiera en el futuro. La explicación fue expresada con rabia, la ira irradiaba desde el más hondo de su alma y eso era sencillo de ver; no hacía nada más que tener ojos y escucharla de cerca. Alguien le había engañado, robado y maltratado, quizá no era creíble que le hubiese dañado físicamente pero su interior había sufrido daños irreparables. Asintió con el rostro a la explicación y no dijo nada, no podía defender aquel acto y no tenía argumentos para ayudarla a sentirse mejor. Era mejor dejar pasar aquel trance y permitir que el tema muriera en aquel mismo instante. Todo pudo haber cambiado de idea mas la pregunta de la mujer tuvo que ser respondida, Greed levantó la mirada hacia ella mientras afilaba sus ojos.
– Soy marine, no puedo tomar venganzas, soy parte de la justicia. –respondió mientras daba un nuevo sorbo a su café con leche-. Pero en el caso de que yo no fuera marine, ese sujeto, la persona que me traicionó estaría muerto. –alegó con una mueca alegre, simpática, cordial-. Así era el marine, sincero y directo en todas sus respuesta. Poco le quedaba por hacer, escuchar lo que su amigo tenía que decir sobre la tierra en la que había nacido. Así llegó el instante, justo cuando el café se había terminado, justo cuando las porras dejaron de saciar su hambre. El relato expuesto por su amigo le dejó todavía más pensativo, mientras que Nao había dejado libre su verdad, el moreno había expuesto una realidad que hacía hondo en los corazones. Había odiado, se había vengado y eso no le había dado la paz que se busca. Greed asentía con cada comentario, con cada verdad escrita en un puño, en la sangre de los inocentes corría la pena, la muerte, la pena de las personas que no tenían poder para salvarse.
– Lo siento mucho amigo, con el tiempo verás cómo queda en un pequeño lado de tu corazón, un recuerdo más. –por primera vez en todo aquel encuentro, la voz de Greed parecía seria-. La segunda explicación llegó con la isla del cielo, con lo que parecía ser una tierra que flotaba en el cielo ¿cómo flotaba? Preguntas que se hacía el moreno, preguntas que no haría por seguir pensando en la historia que Octa había explicado, la venganza cruel, demasiado.
– Soy marine, no puedo tomar venganzas, soy parte de la justicia. –respondió mientras daba un nuevo sorbo a su café con leche-. Pero en el caso de que yo no fuera marine, ese sujeto, la persona que me traicionó estaría muerto. –alegó con una mueca alegre, simpática, cordial-. Así era el marine, sincero y directo en todas sus respuesta. Poco le quedaba por hacer, escuchar lo que su amigo tenía que decir sobre la tierra en la que había nacido. Así llegó el instante, justo cuando el café se había terminado, justo cuando las porras dejaron de saciar su hambre. El relato expuesto por su amigo le dejó todavía más pensativo, mientras que Nao había dejado libre su verdad, el moreno había expuesto una realidad que hacía hondo en los corazones. Había odiado, se había vengado y eso no le había dado la paz que se busca. Greed asentía con cada comentario, con cada verdad escrita en un puño, en la sangre de los inocentes corría la pena, la muerte, la pena de las personas que no tenían poder para salvarse.
– Lo siento mucho amigo, con el tiempo verás cómo queda en un pequeño lado de tu corazón, un recuerdo más. –por primera vez en todo aquel encuentro, la voz de Greed parecía seria-. La segunda explicación llegó con la isla del cielo, con lo que parecía ser una tierra que flotaba en el cielo ¿cómo flotaba? Preguntas que se hacía el moreno, preguntas que no haría por seguir pensando en la historia que Octa había explicado, la venganza cruel, demasiado.
Abai Serp
Hoja de personaje
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