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Creado por Nissa Mar Jun 07, 2016 8:02 pm
Viernes, 19:40 Horas.
Cuartel de Shells Town.
Cuartel de Shells Town.
Un día ha pasado tras el apresamiento del pirata Killer shadow entre la Soldado Nissa y el soldado pacifista denominado Axel TX-40. Las luminarias a lo largo de los pasillos y los niveles del cuartel ya se han encendido en su totalidad. Muchos marines se levantan de sus escritorios y se preparan para hacer el cambio de turno o simplemente regresar a casa. Es viernes por la noche, muchos de los hombres y mujeres que trabajan fuertemente la mayoría de los días, se merecen un buen descanso, y quizás una buena reunión festiva entre colegas. El cuartel por el turno de las noches pasa a estar poblado solo de un 20 % de lo habitual, y los Den Den Mushi son encendidos y en estado de "alarma" para cualquier situación que se pueda presentar en una noche como esa.
~ Buenas noches Nissa-san ~ Se despidió un soldado que ya estaba en su vestimenta de civil, al parecer regresaría a casa. La joven Ningyo estaba en su cubículo de trabajo, atendiendo un par de documentos y sellando otras cosas relacionadas al cierre del pirata que le había causado un dolor de cabeza el día anterior. Tomaba unos sellos y los marcaba en los papeles, aprobaba, leía y repetía. El reloj marcaba ya las 20:00 y su sitio de trabajo se localizaba en el tercero piso de todo el cuartel. Se podría decir que en aquel sitio solo habían unos 4 marines que hacían sus trabajos, y Nissa ya estaba contada en dicho. Otros dos Marines se pararon y hablaron un poco, se acercaron a la joven Ningyo y elaboraron una pregunta ~ Señorita Nissa ~ Ella subió su mirada, se trataba de dos colegas que pertenecían al mismo turno que ella y que posiblemente ya era hora de su salida. ~ Hemos culminado con nuestras labores, y es viernes... ¿te gustaría venir con nosotros a beber o a comer algo? ¿O si quiera a estirar los piés para cambiar un poco la rutina? ~ Ella se quedó pensativa. Soltó su lápiz y vio el reloj localizado en una de las paredes a su lateral derecho. ~ No lo sé chicos... no me siento con muchas ganas de hacer algo como eso. Tengo trabajo que hacer. ¿Para otro momento si? ~ Lo dijo amablemente, y acompañó dichas palabras con una sonrisa. Prosiguió con su trabajo y aquellos soldados se disculparon por haberla interrumpido.
La noche apenas comenzaba, y el ambiente general de Shells Town olía a una buena velada de celebración y de disfrute...
Nissa
Hoja de personaje
Nivel:
(15/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Okita Souji Mar Jun 07, 2016 9:52 pm
Okita, ex cazador, ex Shinsengumi. Ahora vivía una vida totalmente diferente quizás alejada de su idea principal pero le daba exactamente lo mismo. Hoy sería su primer día como marine, como un tipo más que trabajaba para ellos, no le importaba mientras pudiera mantener un digno estatus para ayudar a su familia, haría lo que fuera y seguro, traicionaría a quien fuera por que sus hermanas y padres estuvieran en las mejores condiciones posibles. Con ese pensamiento el día de hoy salió pensando en que todo lo hecho había sido para mejor como siempre hacía sus cosas, sin pensar mucho más y con esa sonrisa tan características de un tipo como él.
Estaba ya apareciendo la noche como era habitual el espadachín por su parte se dirigía al cuartel de Shells Town. Sabía lo que eso quería decir pero habían sido las indicaciones de quienes eran sus superiores, ahora no mandaba sino que era mandado. Con sus espadas en la cintura y con el traje de marine se dirigió a donde le indicaron, le tocaría un turno. Al ir caminando por las calles se puso a silbar, una canción típica de su tierra, Wano. Al ir haciendo esto muchos le observaron a lo que él saludó con la mano. Estaba realmente animado de que podría hacer algo en estos momentos. A lo lejos pudo divisar aquel cuartel imponente donde llevaban a los peligrosos de estos mares, meros pusilánimes si es que le preguntas a él.
Al ir caminando se encontró con varios que salían del cuartel al parecer eran sujetos que se les había acabado el turno, el orbes verdosas no los saludó simplemente entró. Al entrar pudo notar como todo estaba en orden y justo a tiempo para el cambio de turno. De apoco caminó para buscar alguien y notificarle de su llegada. Tras un momento de jugar al gato y el ratón logró divisar a una muchacha de cabellos azulados, parecía ser de este turno o eso pensó. Se acercó por detrás de ella y con su mano le tocó el hombro, siempre con una sonrisa procedió a hablar.
— Muy buenas.. Vengo al turno de noche.— Comentó como todo un novato. Luego de eso desvió la mirada a las instalaciones de las cuales recién se había percatado. — Mi nombre es Okita Souji, soy un nuevo soldado.— Comentó con entusiasmo y aún algo asombrado por todo el sitio. Tras esto se dirigió a un asiento que estaba a unos metros de distancia. — Tú..¿serás mi compañera en esta noche? La verdad es que soy nuevo en esto.. hace poco ingresé.— Comentó con un suave tono de voz tras aquello acomodó sus katanas en la cintura. Bostezó un poco pero no dejo de mirar a su aparente compañera, sería la primera marine en turno que conocería, seguro todos aquí eran agradable o eso decían.
Estaba ya apareciendo la noche como era habitual el espadachín por su parte se dirigía al cuartel de Shells Town. Sabía lo que eso quería decir pero habían sido las indicaciones de quienes eran sus superiores, ahora no mandaba sino que era mandado. Con sus espadas en la cintura y con el traje de marine se dirigió a donde le indicaron, le tocaría un turno. Al ir caminando por las calles se puso a silbar, una canción típica de su tierra, Wano. Al ir haciendo esto muchos le observaron a lo que él saludó con la mano. Estaba realmente animado de que podría hacer algo en estos momentos. A lo lejos pudo divisar aquel cuartel imponente donde llevaban a los peligrosos de estos mares, meros pusilánimes si es que le preguntas a él.
Al ir caminando se encontró con varios que salían del cuartel al parecer eran sujetos que se les había acabado el turno, el orbes verdosas no los saludó simplemente entró. Al entrar pudo notar como todo estaba en orden y justo a tiempo para el cambio de turno. De apoco caminó para buscar alguien y notificarle de su llegada. Tras un momento de jugar al gato y el ratón logró divisar a una muchacha de cabellos azulados, parecía ser de este turno o eso pensó. Se acercó por detrás de ella y con su mano le tocó el hombro, siempre con una sonrisa procedió a hablar.
— Muy buenas.. Vengo al turno de noche.— Comentó como todo un novato. Luego de eso desvió la mirada a las instalaciones de las cuales recién se había percatado. — Mi nombre es Okita Souji, soy un nuevo soldado.— Comentó con entusiasmo y aún algo asombrado por todo el sitio. Tras esto se dirigió a un asiento que estaba a unos metros de distancia. — Tú..¿serás mi compañera en esta noche? La verdad es que soy nuevo en esto.. hace poco ingresé.— Comentó con un suave tono de voz tras aquello acomodó sus katanas en la cintura. Bostezó un poco pero no dejo de mirar a su aparente compañera, sería la primera marine en turno que conocería, seguro todos aquí eran agradable o eso decían.
Okita Souji
Hoja de personaje
Nivel:
(16/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Nissa Mar Jun 07, 2016 11:06 pm
Nissa no dejó de escribir en sus carpetas y archivos. Parecía bastante concentrada en ello y no descansaría hasta que finalizara con todos los apuntes y documentos importantes que debía analizar. La gran sala donde ella estaba ubicada se sentía muy silenciosa, solo quedaban unos dos Marines por allí que cargaban sus mochilas para irse retirando, ya que la noche se tenía que aprovechar desde el punto de vista de ellos.
En cuestión de segundos, sintió un toque en su hombro. Ella se sobresaltó y alzó su mirada para ver de quién se trataba. Parecía que aquel sujeto le había tomado desprevenida, ya que incluso su respiración y aceleración del ritmo cardíaco de la Ningyo se habían acelerado. Llevó su mano a su pecho para tomar una gran bocanada de aire e irse tranquilizando poco a poco. Escuchó el nombre del sujeto y ella tras haberse calmado, posó su mirada en la apariencia general de aquel. A primera vista, parecía un chico agradable, portaba unas espadas, garantizando que era un usuario de dichas y que su desempeño era realmente bueno. Se siguió presentando y finalmente se detuvo. Nissa le mostró una agradable risa y respondió con una muy suave voz ~ Vaya... enserio que me has asustado... eh.. ¿Okita-san, no? ~ Ella se levantó de su silla y sujetó sus propias manos, colocándolas sobre su cintura para hacer una leve inclinación hacia adelante. Mostraba conocimientos relacionados a la cortesía y se presentaba ante él ~ Hola... mi nombre es Nissa ~ Se irguió y continuó con su plática ~ Te deseo unas buenas noches... y sí, tal parece que seremos compañeros para este turno. Es un placer la verdad ~ Le siguió con la mirada, para ver exactamente dónde se sentaría y luego ella hizo lo mismo al frente de su escritorio. ~ Si eres nuevo... supongo que tu rango es el de Soldado, tal como el mío, ¿cierto? ~ Quizás la pregunta era demasiado tonta, pero cabía la posibilidad de que aquel sujeto fuera hijo de algún alto mando con ciertos "privilegios", garantizandole un muy buen rango a diferencia del que tenía la propia chica.
En cuestión de segundos, sintió un toque en su hombro. Ella se sobresaltó y alzó su mirada para ver de quién se trataba. Parecía que aquel sujeto le había tomado desprevenida, ya que incluso su respiración y aceleración del ritmo cardíaco de la Ningyo se habían acelerado. Llevó su mano a su pecho para tomar una gran bocanada de aire e irse tranquilizando poco a poco. Escuchó el nombre del sujeto y ella tras haberse calmado, posó su mirada en la apariencia general de aquel. A primera vista, parecía un chico agradable, portaba unas espadas, garantizando que era un usuario de dichas y que su desempeño era realmente bueno. Se siguió presentando y finalmente se detuvo. Nissa le mostró una agradable risa y respondió con una muy suave voz ~ Vaya... enserio que me has asustado... eh.. ¿Okita-san, no? ~ Ella se levantó de su silla y sujetó sus propias manos, colocándolas sobre su cintura para hacer una leve inclinación hacia adelante. Mostraba conocimientos relacionados a la cortesía y se presentaba ante él ~ Hola... mi nombre es Nissa ~ Se irguió y continuó con su plática ~ Te deseo unas buenas noches... y sí, tal parece que seremos compañeros para este turno. Es un placer la verdad ~ Le siguió con la mirada, para ver exactamente dónde se sentaría y luego ella hizo lo mismo al frente de su escritorio. ~ Si eres nuevo... supongo que tu rango es el de Soldado, tal como el mío, ¿cierto? ~ Quizás la pregunta era demasiado tonta, pero cabía la posibilidad de que aquel sujeto fuera hijo de algún alto mando con ciertos "privilegios", garantizandole un muy buen rango a diferencia del que tenía la propia chica.
Nissa
Hoja de personaje
Nivel:
(15/100)
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Creado por Okita Souji Miér Jun 08, 2016 12:50 am
El joven de orbes verdosas siempre dirigió su atención a su compañera a medida que esta comenzaba a hablar. Su dialogo era pausado hasta el punto que sus palabras eran lo suficientemente deductivas para acertar en cada una de estas, el samurái solo sonrió ante tanta aseveración por parte de la peli azul que se llamaba Nissa. El chico miró hacia atrás un poco, con la cabeza en una posición no muy cómoda debido a como estaba sentado. Lanzó un bostezo algo cómico para finalizar con una estirada de brazos como si de un gato se tratase. Estaba lo suficientemente cómodo para iniciar ya con su nueva tarea como marine.
— Me puedes decir Okita, no te preocupes.— Sonrió ladeando un poco la cabeza en lo que de apoco se recomponía para mirarle con más detención. Tras verle a ella como se sentaba enfrente de aquel ex cazador este solo sonrió de una manera tenue casi queriendo darle confianza para que se sintiese más cómoda pero claro estaba muy a gusto y se notaba en sus ademanes pero claro mucho más en como se había expresado con anterioridad. — Sí como dices soy un soldado, hoy ingresé… Era un cazador pero ya sabes las vueltas de la vida. La verdad entré de suerte.. pero bueno. — Suspiró un poco para luego sacar de su bolsillo un pequeño paquete que contenía frutos secos variados, desde almendras hasta berries secas, todo bien variado y sabroso para cualquier paladar. Dio un pequeño bocado a su snack saludable, era tan delicioso que su boca disfrutaba cada vez más con los mordiscos que daba.
De su boca salían sonidos de agrado por lo que comía pero de apoco paró no quería ser descortés con su compañera por eso acercó la bolsa a donde estaba ella parándose de su asiento para de tal manera ofrecerle un poco.
— ¿Gustas un poco?— Preguntó el novato de marine. Siempre con una sonrisa en su rostro, se le caracterizaba por ser así siempre. En su mente no tenía nada más que hacer su misión de hecho, había dejado atrás su pasado como cazador lo tenía en el baúl de los recuerdos que no abriría más. El joven procedió a hablar nuevamente. — ¿Sabes si nos acompañarán más? .. La verdad este lugar es el sitio donde traen a los que atrapan ¿no?— Sonrió con curiosidad al respecto. Conocía lo poco y necesario de este local, había recolectado información por su trabajo de cazador que previamente realizó pero que no llegó a ningún fruto, una pena muy grande. El chico le miró al entrecejo. — ¿Hace cuanto estás en la marina, Nissa? Pareces muy joven, demasiado la verdad.— Aseveró en todo momento, pero poniendo énfasis en que parecía joven. Si le miraba más de cerca podía notar que hasta podría parecer hermana del cabello castaño. Okita no era un hombre que notase mucho las cosas y sí era de una raza poco común hasta ahora ni se había dado cuenta.
— Me puedes decir Okita, no te preocupes.— Sonrió ladeando un poco la cabeza en lo que de apoco se recomponía para mirarle con más detención. Tras verle a ella como se sentaba enfrente de aquel ex cazador este solo sonrió de una manera tenue casi queriendo darle confianza para que se sintiese más cómoda pero claro estaba muy a gusto y se notaba en sus ademanes pero claro mucho más en como se había expresado con anterioridad. — Sí como dices soy un soldado, hoy ingresé… Era un cazador pero ya sabes las vueltas de la vida. La verdad entré de suerte.. pero bueno. — Suspiró un poco para luego sacar de su bolsillo un pequeño paquete que contenía frutos secos variados, desde almendras hasta berries secas, todo bien variado y sabroso para cualquier paladar. Dio un pequeño bocado a su snack saludable, era tan delicioso que su boca disfrutaba cada vez más con los mordiscos que daba.
De su boca salían sonidos de agrado por lo que comía pero de apoco paró no quería ser descortés con su compañera por eso acercó la bolsa a donde estaba ella parándose de su asiento para de tal manera ofrecerle un poco.
— ¿Gustas un poco?— Preguntó el novato de marine. Siempre con una sonrisa en su rostro, se le caracterizaba por ser así siempre. En su mente no tenía nada más que hacer su misión de hecho, había dejado atrás su pasado como cazador lo tenía en el baúl de los recuerdos que no abriría más. El joven procedió a hablar nuevamente. — ¿Sabes si nos acompañarán más? .. La verdad este lugar es el sitio donde traen a los que atrapan ¿no?— Sonrió con curiosidad al respecto. Conocía lo poco y necesario de este local, había recolectado información por su trabajo de cazador que previamente realizó pero que no llegó a ningún fruto, una pena muy grande. El chico le miró al entrecejo. — ¿Hace cuanto estás en la marina, Nissa? Pareces muy joven, demasiado la verdad.— Aseveró en todo momento, pero poniendo énfasis en que parecía joven. Si le miraba más de cerca podía notar que hasta podría parecer hermana del cabello castaño. Okita no era un hombre que notase mucho las cosas y sí era de una raza poco común hasta ahora ni se había dado cuenta.
Okita Souji
Hoja de personaje
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Nissa Miér Jun 08, 2016 3:50 pm
Nissa desvió por unos momentos su vista hacia uno de los cajones de su escritorio, lo abrió y sacó de éste una especie de librito gris con adornos dorados, era muy bello la verdad. Lo posó sobre el escritorio, cerrando después el cajón y abriendo dicho libro. Tomó su lápiz y comenzó a escribir en él mientras veía y escuchaba a Okita. Hubo cierto momento en que Nissa musitó en un tono de voz bastante bajo ~ Okita... Souji.... nuevo Marine. Compañero de turno ~ Simultáneamente escribía en el libro, haciendo alusión de que quizás ella estaba escribiendo lo que decía.
Nissa cerró su cuaderno y posó el lápiz a un lado para sujetar sus manos y escuchar tranquilamente la plática del individuo. Ella asintió, parecía agradarle la presencia de aquel buen hombre quien era respetuoso a su manera. ~ ¿De suerte? Oh... no digas eso. Supongo que eres un buen combatiente. ~ Señaló las espadas de aquel individuo y soltó una risilla ~ Debes ser bastante fuerte si dices que solo entraste de "suerte" ~ Volvió a unir sus manos y a colocarlas sobre el escritorio para continuar la conversación con el muchacho.
La ningyo observó luego como Okita empezaba a comer una especie de barra nutritiva, y ella se quedó hipnotizada por lo que él comía, incluso su boca se abría por sí sola y la saliva buscaba salir. Ella tenía hambre, no había comido desde el almuerzo y se le antojaba un poco. Justo cuando Okita se disponía a hacer alguna acción, ella tapó su boca con sus manos y evitó que la saliva le saliese para luego no hacer alguna mueca o algo por el estilo que denotara que ella estuviese anhelando aquella barra. Su sorpresa fue la siguiente: Okita le ofrecía un poco y sus ojos se iluminaron como un niño en alguna fábrica de dulces gratis. Ella extendió sus manos y tomó la conserva con alegría, la abrió y posó su mirada en el rostro de Okita para cerrar sus ojos, sonreír de una manera bastante linda y educada ~ Muchísimas gracias Okita ~ Los volvió a abrir y comió de aquel alimento. Su lengua limpiaba los labios que quizás tendrían algujas migajas y masticaba con mucha vigorosidad. Ella emitió un sonido de satisfacción ~ Está sabroso ~ Se dedicó a disfrutar de su alimento.
La Ningyo interrumpió lo que hacía para escuchar lo que Okita preguntaba. ~ Mmm... la verdad, es por el día. Como es viernes, y es de noche, la isla de Shells Town aprovecha este tipo de noches para celebrar, hacer fiestas y disfrutar de este maravilloso tiempo libre. Y sí, acá es donde traemos a los criminales, los procesamos y hacemos contacto directo con Marineford para informar sobre los apresamientos y demás. ~ Volvió a comer y a masticar su conserva. Tragaba y seguía hablando ~ Es normal que el cuartel esté así de vacío y... la verdad es que me averguenza el que veas este sitio en este estado, no quiero que pienses que la Marina es floja o algo como eso. No somos así ~ Vio a otro lado, observando una foto donde aparecía ella y su criador hace muchos años en el mismo escritorio, la simple idea de que pensaran eso de la Marina la hacía sentir bastante desmotivada o triste. Nissa era una chica que daba todo por la facción y que seguiría esforzándose por ella hasta que su vida culminase.
Nissa volvió en sí cuando Okita le preguntó otra cosa, posó su mirada en él y le sonrió para que no sintiese que le estaba ignorando. ~ Oh.. yo tengo más de 15 años en la Marina, pero... por ciertos inconvenientes cuando era joven, tuve problemas para avanzar de rango. Es una historia larga la verdad. ~ Se apenó mucho, no deseaba que Okita concluyera que era una chica floja o débil, ya que desde el punto de vista de muchos, el que una persona estuviese tantos años de servicio para algún ente gubernamental y que no consiguiera reputación, jerarquía o mejor salario, haría pensar que esa persona no se esforzaba en su trabajo. Arrojó el envoltorio del dulce en la papelera y dejó tales pensamientos para proseguir. ~ ¿Joven? Gracias Okita. La verdad es que tengo 35 años de vida ~ Tuvo que reírse, no esperaba que alguien como él la viese como una muchacha bastante joven, ¿acaso su piel y facciones generales aún maquillaban su verdadera edad? Había que admitir que Nissa poseía hermosura. ~ ¿Qué hay de usted? ¿Cuál es su edad? ~
Nissa cerró su cuaderno y posó el lápiz a un lado para sujetar sus manos y escuchar tranquilamente la plática del individuo. Ella asintió, parecía agradarle la presencia de aquel buen hombre quien era respetuoso a su manera. ~ ¿De suerte? Oh... no digas eso. Supongo que eres un buen combatiente. ~ Señaló las espadas de aquel individuo y soltó una risilla ~ Debes ser bastante fuerte si dices que solo entraste de "suerte" ~ Volvió a unir sus manos y a colocarlas sobre el escritorio para continuar la conversación con el muchacho.
La ningyo observó luego como Okita empezaba a comer una especie de barra nutritiva, y ella se quedó hipnotizada por lo que él comía, incluso su boca se abría por sí sola y la saliva buscaba salir. Ella tenía hambre, no había comido desde el almuerzo y se le antojaba un poco. Justo cuando Okita se disponía a hacer alguna acción, ella tapó su boca con sus manos y evitó que la saliva le saliese para luego no hacer alguna mueca o algo por el estilo que denotara que ella estuviese anhelando aquella barra. Su sorpresa fue la siguiente: Okita le ofrecía un poco y sus ojos se iluminaron como un niño en alguna fábrica de dulces gratis. Ella extendió sus manos y tomó la conserva con alegría, la abrió y posó su mirada en el rostro de Okita para cerrar sus ojos, sonreír de una manera bastante linda y educada ~ Muchísimas gracias Okita ~ Los volvió a abrir y comió de aquel alimento. Su lengua limpiaba los labios que quizás tendrían algujas migajas y masticaba con mucha vigorosidad. Ella emitió un sonido de satisfacción ~ Está sabroso ~ Se dedicó a disfrutar de su alimento.
La Ningyo interrumpió lo que hacía para escuchar lo que Okita preguntaba. ~ Mmm... la verdad, es por el día. Como es viernes, y es de noche, la isla de Shells Town aprovecha este tipo de noches para celebrar, hacer fiestas y disfrutar de este maravilloso tiempo libre. Y sí, acá es donde traemos a los criminales, los procesamos y hacemos contacto directo con Marineford para informar sobre los apresamientos y demás. ~ Volvió a comer y a masticar su conserva. Tragaba y seguía hablando ~ Es normal que el cuartel esté así de vacío y... la verdad es que me averguenza el que veas este sitio en este estado, no quiero que pienses que la Marina es floja o algo como eso. No somos así ~ Vio a otro lado, observando una foto donde aparecía ella y su criador hace muchos años en el mismo escritorio, la simple idea de que pensaran eso de la Marina la hacía sentir bastante desmotivada o triste. Nissa era una chica que daba todo por la facción y que seguiría esforzándose por ella hasta que su vida culminase.
Nissa volvió en sí cuando Okita le preguntó otra cosa, posó su mirada en él y le sonrió para que no sintiese que le estaba ignorando. ~ Oh.. yo tengo más de 15 años en la Marina, pero... por ciertos inconvenientes cuando era joven, tuve problemas para avanzar de rango. Es una historia larga la verdad. ~ Se apenó mucho, no deseaba que Okita concluyera que era una chica floja o débil, ya que desde el punto de vista de muchos, el que una persona estuviese tantos años de servicio para algún ente gubernamental y que no consiguiera reputación, jerarquía o mejor salario, haría pensar que esa persona no se esforzaba en su trabajo. Arrojó el envoltorio del dulce en la papelera y dejó tales pensamientos para proseguir. ~ ¿Joven? Gracias Okita. La verdad es que tengo 35 años de vida ~ Tuvo que reírse, no esperaba que alguien como él la viese como una muchacha bastante joven, ¿acaso su piel y facciones generales aún maquillaban su verdadera edad? Había que admitir que Nissa poseía hermosura. ~ ¿Qué hay de usted? ¿Cuál es su edad? ~
Nissa
Hoja de personaje
Nivel:
(15/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Okita Souji Miér Jun 08, 2016 4:55 pm
El ex cazador le agradaban los ademanes que la muchacha demostraba más con la comida que le había ofrecido. Le había encantado eso era algo bueno ya que el chico solía concentrarse en comer cosas saludables por su profesión de médico andaba en un momento de la vida donde prefería comer saludable para evitar enfermedades por la mala alimentación o algo por el estilo, además sabía de sobra que si quería formar familia en unos años más tenía que mantener una dieta completamente equilibrada para no ser infértil o algo por el estilo pero para que los niños lleguen a la vida de Okita falta tiempo, dinero y una pareja, todo eso no lo tiene de momentos.
El joven de verdes orbes se dignó a escuchar lo que seguía diciendo ella, le parecía cada palabra que articulaba interesante. Claro le trataba como un espadachín más que competente para poder entrar en las filas de la marina, la verdad es que él no podía decir si era fuerte o no, eso lo deciden los superiores ya que decir; “Oh soy muy fuerte” no va con su actitud no es altanero ni nada por el estilo pero sí, su dominio con la espada es destacable. Cerró sus ojos antes de proceder a responderle a eso, la verdad no quería quedar como un tipo fuerte cuando recién iniciaba su aventura.
— Eres amable pero no creo ser muy fuerte. Provengo de un país lleno de espadachines. He estado en una guerra pero nada más, el tiempo dirá si soy apto para tu comentario de “fuerte”, esperemos que sí.— Le sonrió a la dama de cabellos azulados como el mar. La verdad hasta ahora por mucho que le mirase quizás parecía de otra raza pero preguntar podría ser algo demasiado descortés por eso el hombre de Wano prefirió no hacer comentario alguno, era lo mejor. Luego la chica siguió su hablar explicando que era el sitio donde estaban, al verdoso hombre le quedó perfectamente claro todo, no entraba en duda alguna. Aceptó las afirmaciones de ella moviendo la cabeza de arriba abajo, casi como un niño en clases cuando la profesora le enseña la suma y resta.
Luego el comentario sobre la marina floja le hizo reír, si ella pensaba que eso era ser flojo debería conocer a otros individuos que parecía que hacían fotosíntesis todo el día, apenas se movían. Rió un poco para interrumpirle. — Jajaja. No creo que sean flojos me parecen muy activos ya vieras como son otros de flojos, te sorprenderías.— Terminó acentuando el “sorprenderías”. La verdad es que sí, aquí en la facción de la marina todos eran activos y hacían las cosas con velocidad, eso le agradaba. El espadachín volvió a reír un poco. — No tienes porque avergonzarte esto escapa de tus manos, eres demasiado minuciosa señorita Nissa.— Le sonrío como siempre agregando ese tono agradable para con las personas.
Todo siguió cuando Nissa explicó sobre su edad, era ya una veterana en la marina pero por motivos que dijo no había ascendido de rango. Okita pensaba que quizás su salud afectó bastante pero no era bueno entrometerse más, él lo sabía. Cuando de pronto ella comentó su edad, el chico lanzó por su boca al suelo todo el alimento que se iba a comer. Abrió los ojos como plato. —¿QUÉ? Esto debe ser una broma.— Comenzó a mover las manos algo sorprendido. Le miró de reojo, su contextura física parecía casi de una infante. — Mi madre tiene diez años más que tú y no luce así. Deberías darle el secreto a las demás para que no se les caiga esto y .. esto.— Con sus manos primero hizo señal a pechos grandes, turgentes y luego a unas nalgas prominentes, claro se levantó para hacer los gestos. — Estoy sorprendido. Yo tengo veinticuatro primaveras de vida.— Pensó un poco en su madre que lucía un poco mayor que ella, bueno igual los genes de ella eran buenos. Pero si hacia la comparación más detenidamente Nissa parecía más a su hermana de dieciocho años que a su madre, no podía imaginar que le sacaba tantos años a él.
— Las mujeres de Wano estarían deseosas de saber sobre que comes, que ejercicio haces. Son bastante estrictas con la belleza, si las vieras. Son unas hermosas mujeres guerreras…— Se quedó pensando un poco en una mujer de cabellos rojos que vio en su tierra cuando tenía veinte años. Luego miró a Nissa. — Serás la envidia de todas.— Suspiró un poco para cambiar el temple. — Cambiando de tema, hoy nosotros cuidamos y los demás disfrutan. Ah bueno, no me quejo ya que vengo llegando no tengo amigos ni nada para salir por mujeres o tomar un trago. Mejor conozco a la dueña de la eterna juventud.— Comentó con una sonrisa bastante picarona, siempre con los ojos mirando a la chica que era muy detallista al parecer. A los ojos de Okita nada se escapaba, le agradaba eso de ella, hablaba bien de esta.
El joven de verdes orbes se dignó a escuchar lo que seguía diciendo ella, le parecía cada palabra que articulaba interesante. Claro le trataba como un espadachín más que competente para poder entrar en las filas de la marina, la verdad es que él no podía decir si era fuerte o no, eso lo deciden los superiores ya que decir; “Oh soy muy fuerte” no va con su actitud no es altanero ni nada por el estilo pero sí, su dominio con la espada es destacable. Cerró sus ojos antes de proceder a responderle a eso, la verdad no quería quedar como un tipo fuerte cuando recién iniciaba su aventura.
— Eres amable pero no creo ser muy fuerte. Provengo de un país lleno de espadachines. He estado en una guerra pero nada más, el tiempo dirá si soy apto para tu comentario de “fuerte”, esperemos que sí.— Le sonrió a la dama de cabellos azulados como el mar. La verdad hasta ahora por mucho que le mirase quizás parecía de otra raza pero preguntar podría ser algo demasiado descortés por eso el hombre de Wano prefirió no hacer comentario alguno, era lo mejor. Luego la chica siguió su hablar explicando que era el sitio donde estaban, al verdoso hombre le quedó perfectamente claro todo, no entraba en duda alguna. Aceptó las afirmaciones de ella moviendo la cabeza de arriba abajo, casi como un niño en clases cuando la profesora le enseña la suma y resta.
Luego el comentario sobre la marina floja le hizo reír, si ella pensaba que eso era ser flojo debería conocer a otros individuos que parecía que hacían fotosíntesis todo el día, apenas se movían. Rió un poco para interrumpirle. — Jajaja. No creo que sean flojos me parecen muy activos ya vieras como son otros de flojos, te sorprenderías.— Terminó acentuando el “sorprenderías”. La verdad es que sí, aquí en la facción de la marina todos eran activos y hacían las cosas con velocidad, eso le agradaba. El espadachín volvió a reír un poco. — No tienes porque avergonzarte esto escapa de tus manos, eres demasiado minuciosa señorita Nissa.— Le sonrío como siempre agregando ese tono agradable para con las personas.
Todo siguió cuando Nissa explicó sobre su edad, era ya una veterana en la marina pero por motivos que dijo no había ascendido de rango. Okita pensaba que quizás su salud afectó bastante pero no era bueno entrometerse más, él lo sabía. Cuando de pronto ella comentó su edad, el chico lanzó por su boca al suelo todo el alimento que se iba a comer. Abrió los ojos como plato. —¿QUÉ? Esto debe ser una broma.— Comenzó a mover las manos algo sorprendido. Le miró de reojo, su contextura física parecía casi de una infante. — Mi madre tiene diez años más que tú y no luce así. Deberías darle el secreto a las demás para que no se les caiga esto y .. esto.— Con sus manos primero hizo señal a pechos grandes, turgentes y luego a unas nalgas prominentes, claro se levantó para hacer los gestos. — Estoy sorprendido. Yo tengo veinticuatro primaveras de vida.— Pensó un poco en su madre que lucía un poco mayor que ella, bueno igual los genes de ella eran buenos. Pero si hacia la comparación más detenidamente Nissa parecía más a su hermana de dieciocho años que a su madre, no podía imaginar que le sacaba tantos años a él.
— Las mujeres de Wano estarían deseosas de saber sobre que comes, que ejercicio haces. Son bastante estrictas con la belleza, si las vieras. Son unas hermosas mujeres guerreras…— Se quedó pensando un poco en una mujer de cabellos rojos que vio en su tierra cuando tenía veinte años. Luego miró a Nissa. — Serás la envidia de todas.— Suspiró un poco para cambiar el temple. — Cambiando de tema, hoy nosotros cuidamos y los demás disfrutan. Ah bueno, no me quejo ya que vengo llegando no tengo amigos ni nada para salir por mujeres o tomar un trago. Mejor conozco a la dueña de la eterna juventud.— Comentó con una sonrisa bastante picarona, siempre con los ojos mirando a la chica que era muy detallista al parecer. A los ojos de Okita nada se escapaba, le agradaba eso de ella, hablaba bien de esta.
Okita Souji
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Creado por Nissa Miér Jun 08, 2016 10:06 pm
Nissa compartía muchas de las opiniones que Okita expresaba sin embargo, el que no se considerara así mismo como alguien "fuerte" era algo que, desde el punto de vista de Nissa , no era admisible. Nissa no quiso llevarle la contraria y simplemente le siguió la corriente ~ Yo también lo espero ~
La ningyo permaneció sentada y escuchó como Okita daba explicaciones ajenas a sus anteriores comentarios y respuestas, estaba sorprendida y bastante agradecida, ya que no esperaba que alguien como él pensara que la Marina era una facción que se echaba la reponsabilidad a los hombros solo para abusar de su poder como el ente de justicia más reconocido a nivel mundial. Le asintió con mucha determinación y con su mano hizo la típica señal del: Esta bien.
Okita al parecer, no esperaba esa edad de Nissa, y era comprensible. La ningyo no sabía cómo reaccionar ante sus acciones y simplemente veía a los lados buscando alguna excusa para intentar cambiar el tema o que simplemente dejara de pensar que ella era una especie de mujer en un cuerpo de una adolescente. Escuchó las tonterías graciosas de Okita y pensó con mucha tranquilidad lo que tenía que decir, ya que prácticamente le estaba arrojando unos cuantos halagos a su bello rostro y quizás cuerpo. ~ Eh.. eh... bueno... ~ Ella tartamudeaba, no sabía cómo proceder, incluso llevó su mano a la cabeza para rascarla, dudosa en su totalidad ~ La verdad es que... no tengo secretos... ehm creo ~ Sus palabras estaban en nerviosismo y miraba a otro lado para no intercambiar alguna mirada con el chico de pelo marrón. ~ Tu también eres joven ~ Acotó, sin verle, simplemente tenía su mirada puesta en el escritorio.
Nissa escuchaba aún más los elogios que aquel espadachín arrojaba, y poco a poco se ruborizaba. Ella extendió sus manos hacia al frente y comenzó a moverlas de un lado a otro, hacia arriba, hacia abajo, derecha, izquierda, con el fin de intentar frenar sus dulces palabras. La boca de ella temblaba ~ Ya.. para... no sigas con eso, no soy tan joven, ni tengo secretos... simplemente nací así ~ De repente ella dejó de hacer eso, y su expresión general cambió a una más seria ~ ¿Wano?... ¿Eres de la isla Wano? ¿La isla que queda en el Nuevo Mundo? ~ Ella esbozó una gran sonrisa, parecía bastante admirada por saber que aquel muchacho era de un mar bastante rudo. ~ La verdad es que, mi turno ya acabó hace 3 horas. Simplemente, no me gusta celebrar... no me siento aún preparada para hacerlo ~ Ella enarcó una de sus cejas y pensó algo por varios segundos ~ ¿Estás seguro que hoy es tu turno? ¿No tienes tus papeles o algún tipo de horario? Me gustaría echarles un ojo... es que, justamente algo acaba de llegar a mi mente. ~ Nissa estaba pensativa, no recordaba que algún nuevo recluta llegaría, y había olvidado eso muy importante porque se había divertido bastante platicando con aquel chico.
La ningyo permaneció sentada y escuchó como Okita daba explicaciones ajenas a sus anteriores comentarios y respuestas, estaba sorprendida y bastante agradecida, ya que no esperaba que alguien como él pensara que la Marina era una facción que se echaba la reponsabilidad a los hombros solo para abusar de su poder como el ente de justicia más reconocido a nivel mundial. Le asintió con mucha determinación y con su mano hizo la típica señal del: Esta bien.
Okita al parecer, no esperaba esa edad de Nissa, y era comprensible. La ningyo no sabía cómo reaccionar ante sus acciones y simplemente veía a los lados buscando alguna excusa para intentar cambiar el tema o que simplemente dejara de pensar que ella era una especie de mujer en un cuerpo de una adolescente. Escuchó las tonterías graciosas de Okita y pensó con mucha tranquilidad lo que tenía que decir, ya que prácticamente le estaba arrojando unos cuantos halagos a su bello rostro y quizás cuerpo. ~ Eh.. eh... bueno... ~ Ella tartamudeaba, no sabía cómo proceder, incluso llevó su mano a la cabeza para rascarla, dudosa en su totalidad ~ La verdad es que... no tengo secretos... ehm creo ~ Sus palabras estaban en nerviosismo y miraba a otro lado para no intercambiar alguna mirada con el chico de pelo marrón. ~ Tu también eres joven ~ Acotó, sin verle, simplemente tenía su mirada puesta en el escritorio.
Nissa escuchaba aún más los elogios que aquel espadachín arrojaba, y poco a poco se ruborizaba. Ella extendió sus manos hacia al frente y comenzó a moverlas de un lado a otro, hacia arriba, hacia abajo, derecha, izquierda, con el fin de intentar frenar sus dulces palabras. La boca de ella temblaba ~ Ya.. para... no sigas con eso, no soy tan joven, ni tengo secretos... simplemente nací así ~ De repente ella dejó de hacer eso, y su expresión general cambió a una más seria ~ ¿Wano?... ¿Eres de la isla Wano? ¿La isla que queda en el Nuevo Mundo? ~ Ella esbozó una gran sonrisa, parecía bastante admirada por saber que aquel muchacho era de un mar bastante rudo. ~ La verdad es que, mi turno ya acabó hace 3 horas. Simplemente, no me gusta celebrar... no me siento aún preparada para hacerlo ~ Ella enarcó una de sus cejas y pensó algo por varios segundos ~ ¿Estás seguro que hoy es tu turno? ¿No tienes tus papeles o algún tipo de horario? Me gustaría echarles un ojo... es que, justamente algo acaba de llegar a mi mente. ~ Nissa estaba pensativa, no recordaba que algún nuevo recluta llegaría, y había olvidado eso muy importante porque se había divertido bastante platicando con aquel chico.
Nissa
Hoja de personaje
Nivel:
(15/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Okita Souji Jue Jun 09, 2016 8:23 pm
Okita era demasiado explícito para con los comentarios de los cuerpos de las mujeres. Sí a veces sus hermanas le daban golpes en la cabeza cuando hacía gestos similares para decir que a los hombres les agradaban esos dos atributos, existía momentos como los de hoy en que extrañaba de que ellas le golpearan para reprimir esos comentarios. El espadachín comenzó a reír con suavidad ante los comentarios, ademanes y todo lo que ella decía con referencia al físico, la juventud y todo lo demás. Parecía incluso que el tema le acomplejaba o quizás lo tomó demasiado como un cumplido que sí, lo era pero en manos de una mujer eso sería envidia no un cumplido.
El joven de cabello castaño sabía que las mujeres eran envidiosas por naturaleza, bueno, no todas pero las que había conocido si que lo eran. Pero de esa envidia, que por cierto es sana, en este caso, nacía la preocupación por verse mejor, no por el que dirán de ellas sino por el bien de ellas mismas y competir entre las mismas. El mundo de las mujeres era tan extraño que Souji prefirió no ahondar más en eso, sino responder a los comentarios de su compañera.
— ¡Oh que modesta! .. Sí soy joven. Debo aprovechar más mi juventud pero hoy no, tengo que trabajar.— Bostezó únicamente para bromear con respecto a lo último que dijo, lo del trabajo. Luego se levantó algo inquieto, miró a todos lados para seccionarse de que no había nada extraño, todo en orden. Miró a los pasillos igual un poco alerta por si es que escuchaba algún ruido sospechoso, era mejor mantenerse alerta.
De pronto ella hizo alusión a la isla de donde provenía nuestro protagonista lo que inmediatamente le hizo mirarle, girando el rostro un poco. Sí era de Wano como le había dicho anteriormente. Era como decía ella, una isla del Nuevo Mundo que era reconocida por ciertas practicas y sus espadachines, como Okita que peleaban espléndidamente. — Sí, mi amada Wano es mi isla natal. Donde aprendí a usar estas hermosuras.— Desenvainó rápido una de sus katanas la cual cortó el aire generando un sonido leve pero audible para los dos. — Cómo extraño mi hogar.— Recordó melancólico. Tras eso escuchó como decía que no era su turno y que no gustaba celebrar. Okita levantó una ceja sorprendido por este último comentario.
— Sí es mi turno hoy. Además no tendría con quien salir e ir por mujeres hoy como que no me apetece… Ando de malhumor últimamente.— Respondió el hombre, era muy raro que él dijese que andaba malhumorado. — ¿Papeles y horario? No tengo nada solo unas katanas. Quizás si buscas en los baúles encuentres algo sobre mi y todo.— Respondió acercándose al escritorio donde estaba ella. — ¿Qué llegó a tu mente? Espero no me quieras investigar a fondo.. Mi vida como cazador no vale la pena. Fue muy divertida a comienzos pero al final, solo lamentable.— Sonrió el muchacho con esa sonrisa picarona. Prefería ni tener en mente lo que pasó hace poco, ya ni lo recordaba y era sólo una espina de pescado que le molestó un único segundo.
El joven de cabello castaño sabía que las mujeres eran envidiosas por naturaleza, bueno, no todas pero las que había conocido si que lo eran. Pero de esa envidia, que por cierto es sana, en este caso, nacía la preocupación por verse mejor, no por el que dirán de ellas sino por el bien de ellas mismas y competir entre las mismas. El mundo de las mujeres era tan extraño que Souji prefirió no ahondar más en eso, sino responder a los comentarios de su compañera.
— ¡Oh que modesta! .. Sí soy joven. Debo aprovechar más mi juventud pero hoy no, tengo que trabajar.— Bostezó únicamente para bromear con respecto a lo último que dijo, lo del trabajo. Luego se levantó algo inquieto, miró a todos lados para seccionarse de que no había nada extraño, todo en orden. Miró a los pasillos igual un poco alerta por si es que escuchaba algún ruido sospechoso, era mejor mantenerse alerta.
De pronto ella hizo alusión a la isla de donde provenía nuestro protagonista lo que inmediatamente le hizo mirarle, girando el rostro un poco. Sí era de Wano como le había dicho anteriormente. Era como decía ella, una isla del Nuevo Mundo que era reconocida por ciertas practicas y sus espadachines, como Okita que peleaban espléndidamente. — Sí, mi amada Wano es mi isla natal. Donde aprendí a usar estas hermosuras.— Desenvainó rápido una de sus katanas la cual cortó el aire generando un sonido leve pero audible para los dos. — Cómo extraño mi hogar.— Recordó melancólico. Tras eso escuchó como decía que no era su turno y que no gustaba celebrar. Okita levantó una ceja sorprendido por este último comentario.
— Sí es mi turno hoy. Además no tendría con quien salir e ir por mujeres hoy como que no me apetece… Ando de malhumor últimamente.— Respondió el hombre, era muy raro que él dijese que andaba malhumorado. — ¿Papeles y horario? No tengo nada solo unas katanas. Quizás si buscas en los baúles encuentres algo sobre mi y todo.— Respondió acercándose al escritorio donde estaba ella. — ¿Qué llegó a tu mente? Espero no me quieras investigar a fondo.. Mi vida como cazador no vale la pena. Fue muy divertida a comienzos pero al final, solo lamentable.— Sonrió el muchacho con esa sonrisa picarona. Prefería ni tener en mente lo que pasó hace poco, ya ni lo recordaba y era sólo una espina de pescado que le molestó un único segundo.
Okita Souji
Hoja de personaje
Nivel:
(16/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Nissa Vie Jun 10, 2016 4:47 pm
Ella empuñó su mano derecha y la extendió hacia al frente cuando la actitud de Okita demostraba que deseaba trabajar con muchas ganas. Ella lo apoyaba con esa nueva pose y sin más alzó la voz ~ ! Bien dicho Okita ! Hay que trabajar y muy duro ~ Tras eso, se echó a reír, dejándo caer su espalda sobre el espaldar de la silla y luego así calmar un poco esa secuencia de carcajadas. La actitud de aquel espadachín cambió, comenzó a evaluar todo el ambiente como si estuviera buscando alguna amenaza. La marine solo le quedaba permanecer en silencio y mirarle de forma bastante rara, ya que no esperaba esa actuación de su parte.
El tema luego se centró en Wano, y Nissa tuvo que acotar algo más, era solo su humilde opinión ~ Me gustaría conocer esa isla algún día, y pues... es tu hogar, el hogar siempre será tu hogar y tendrás esos dulces y ardientes deseos de volver ~ Posó sus manos de vuelta a sus piernas para asumir una postura de cortesía allí sentada.
Ella se sorprendió y colocó su mano derecha en su boca para pensar muy bien lo que diría, al parecer al joven Okita le encantaban las féminas, y pues, era obvio, ya que su actitud desde el primer momento en que le vio era de un total caballero y ligón, de esos que te tratan amablemente y tiran la piedra para ver si logra dar en su objetivo, claro está que no criticaba eso, ya que el trabajo de cualquier hombre es impresionar, tratar bien y ser bastante educado a una bella dama y esto no le molestaba en lo absoluto a la bella Ningyo quien miró de una manera pícara al muchacho ~ ¿Entonces te gustan las compañias femeninas? ¿Cuáles son tus gustos? Ya que puedo hacerte un pequeño favor con algunas colegas amigas mías... ¿te interesaría? ~ Soltó luego un silbido de coqueteo, ese típico que sueltan los hombres a las mujeres cuando las ven por la calle y lo hizo para bromear a su modo ante el espadachín. ~ Solo espero que cuando las deseches, estés preparado a recibir tu buen escarmiento... o quizás no eres de esos. Quien sabe ~ Acompañó esas palabras con un toque de sarcasmo y humor negro, y cerró sus ojos para reír como una niña.
Ella giró la silla para levantarse y caminar hacia el escritorio de uno de sus superiores. ~ Acompáñame ~ Revisó los cajones respectivos y finalmente halló una carpeta con fecha para el día siguiente. Verificó en dichos documentos y dio finalmente con el de Okita Souji, sin embargo, solo revisó su día oficial de ingreso. ~ No te preocupes Okita, no tengo intenciones de investigarte. Tampoco voy a usar este documento para inmiscuirme en tu pasado como Cazador, soy una Soldado de bajo rango y tenemos los mismos derechos y deberes ~ Le extendió su documento de vida para que apreciara que la fecha de ingreso era para el siguiente día ~ Pero, creo que no te toca hoy... y me complace decir que tienes este viernes por la noche para ti ~ Volvió a tomar el documento, después de que este posiblemente lo leyera y guardó todo bien ordenado de donde lo sacó. Giró su cabeza para verle de reojo y entre cerró sus ojos para darle una mirada de acosadora ~ Entonces... ¿llamo a una de mis amiguitas? ~
El tema luego se centró en Wano, y Nissa tuvo que acotar algo más, era solo su humilde opinión ~ Me gustaría conocer esa isla algún día, y pues... es tu hogar, el hogar siempre será tu hogar y tendrás esos dulces y ardientes deseos de volver ~ Posó sus manos de vuelta a sus piernas para asumir una postura de cortesía allí sentada.
Ella se sorprendió y colocó su mano derecha en su boca para pensar muy bien lo que diría, al parecer al joven Okita le encantaban las féminas, y pues, era obvio, ya que su actitud desde el primer momento en que le vio era de un total caballero y ligón, de esos que te tratan amablemente y tiran la piedra para ver si logra dar en su objetivo, claro está que no criticaba eso, ya que el trabajo de cualquier hombre es impresionar, tratar bien y ser bastante educado a una bella dama y esto no le molestaba en lo absoluto a la bella Ningyo quien miró de una manera pícara al muchacho ~ ¿Entonces te gustan las compañias femeninas? ¿Cuáles son tus gustos? Ya que puedo hacerte un pequeño favor con algunas colegas amigas mías... ¿te interesaría? ~ Soltó luego un silbido de coqueteo, ese típico que sueltan los hombres a las mujeres cuando las ven por la calle y lo hizo para bromear a su modo ante el espadachín. ~ Solo espero que cuando las deseches, estés preparado a recibir tu buen escarmiento... o quizás no eres de esos. Quien sabe ~ Acompañó esas palabras con un toque de sarcasmo y humor negro, y cerró sus ojos para reír como una niña.
Ella giró la silla para levantarse y caminar hacia el escritorio de uno de sus superiores. ~ Acompáñame ~ Revisó los cajones respectivos y finalmente halló una carpeta con fecha para el día siguiente. Verificó en dichos documentos y dio finalmente con el de Okita Souji, sin embargo, solo revisó su día oficial de ingreso. ~ No te preocupes Okita, no tengo intenciones de investigarte. Tampoco voy a usar este documento para inmiscuirme en tu pasado como Cazador, soy una Soldado de bajo rango y tenemos los mismos derechos y deberes ~ Le extendió su documento de vida para que apreciara que la fecha de ingreso era para el siguiente día ~ Pero, creo que no te toca hoy... y me complace decir que tienes este viernes por la noche para ti ~ Volvió a tomar el documento, después de que este posiblemente lo leyera y guardó todo bien ordenado de donde lo sacó. Giró su cabeza para verle de reojo y entre cerró sus ojos para darle una mirada de acosadora ~ Entonces... ¿llamo a una de mis amiguitas? ~
Nissa
Hoja de personaje
Nivel:
(15/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Okita Souji Sáb Jun 11, 2016 5:02 pm
La verdad es que el espadachín estaba absolutamente seguro que hoy iba a trabajar poco, quizás la seguridad era algo sencillo y más en un sector como ese donde los criminales que hay son puros débiles que andan causando problemas en los Blues, haciéndose los malos o algo por el estilo. Claro que dejó eso de lado cuando la muchacha comentó que quería conocer la isla del joven de cabello medio café. Esta afirmación le hizo sonreír, no muchos de estos lados conocían sitios tan alejados como el lugar donde provenía Okita, quizás porque era muy lejos o porque no había tenido oportunidad de realizar un viaje tan extenso con un navegante capacitado, quién sabe.
— Seguro la conocerás en un futuro, es un destino a realizar.— Comentó con sinceridad el espadachín a la par que se volvía a sentar bien acomodado. Tras la espera de unos segundos más vino un tema de conversación bastante extraño por parte de la mujer de cabellos azules. Todo se tornó a los gustos de Okita, claro a él le gustaban las mujeres pero la forma en que hacía las preguntas parecía que lo trataba de un lacho o algo por el estilo, él no era así sino que como la mayoría de los hombres, le encanta la figura femenina y como está soltero, disfruta de esto, no quiere decir que haga sufrir a nadie puesto que dos solteros saben a lo que van. El último comentario de “desecho” le hizo levantar una ceja, no pudo dejar que dijera más e interrumpió.
— Sí me gustan las mujeres, además estoy soltero no veo problema. Además yo no desecho a nadie. Busco pareja sí, para algo serio pero para eso debo conocer a alguien de mi agrado, no juzgue señorita.— Respondió con una sonrisa en sus labiales que se extendió lo suficiente para ser agradable sin pasar a lo pesado, sus orbes verdes se desviaron a ver un poco el sitio donde estaban. — Supongo será complicado encontrar a quien conocer siendo marine.— Musitó suave para que simplemente él escuchase, quizás Nissa podría oír pero sería meramente un murmuro que hizo Okita para consigo mismo, casi pensando en voz baja.
Cuando la chica agregó que Okita tenía la noche libre este levantó una ceja, no podía ser posible él tenía entendido de que hoy era su momento de cuidado el sitio. Se rascó la barbilla en reiteradas ocasiones para intentar asimilar la información. De golpe lo de invitar a su compañera le sorprendió, este bufó y cerró los ojos. — Siento que me tratas como un mujeriego que usa mujeres. Prefiero rechazar tu oferta, Nissa. Buscaré a quien conocer por mis medios así me mantengo alejado de los prejuicios.— Sonrió un poco pero luego se levantó de donde estaba sentado. — Pero sí aceptaría a salir un rato, si es que no tengo turno pero sigo creyendo que sí.— Se acomodó las katanas en su cintura para ir de apoco a un sector donde tenían las instrucciones de que hacer y hombres en los calabozos, entre más. — O sino me iré a mi cuarto a dormir.. Supongo que las mujeres pueden esperar, a ver si a alguna le interesa conocer más a Okita.— Comenzó a reír mientras se acercó a la compañera soldado marine. Sí decía la verdad perdió el tiempo viniendo al cuartel pero no del todo ya que conoció a alguien curiosa, y con el secreto de la juventud eterna.
— Seguro la conocerás en un futuro, es un destino a realizar.— Comentó con sinceridad el espadachín a la par que se volvía a sentar bien acomodado. Tras la espera de unos segundos más vino un tema de conversación bastante extraño por parte de la mujer de cabellos azules. Todo se tornó a los gustos de Okita, claro a él le gustaban las mujeres pero la forma en que hacía las preguntas parecía que lo trataba de un lacho o algo por el estilo, él no era así sino que como la mayoría de los hombres, le encanta la figura femenina y como está soltero, disfruta de esto, no quiere decir que haga sufrir a nadie puesto que dos solteros saben a lo que van. El último comentario de “desecho” le hizo levantar una ceja, no pudo dejar que dijera más e interrumpió.
— Sí me gustan las mujeres, además estoy soltero no veo problema. Además yo no desecho a nadie. Busco pareja sí, para algo serio pero para eso debo conocer a alguien de mi agrado, no juzgue señorita.— Respondió con una sonrisa en sus labiales que se extendió lo suficiente para ser agradable sin pasar a lo pesado, sus orbes verdes se desviaron a ver un poco el sitio donde estaban. — Supongo será complicado encontrar a quien conocer siendo marine.— Musitó suave para que simplemente él escuchase, quizás Nissa podría oír pero sería meramente un murmuro que hizo Okita para consigo mismo, casi pensando en voz baja.
Cuando la chica agregó que Okita tenía la noche libre este levantó una ceja, no podía ser posible él tenía entendido de que hoy era su momento de cuidado el sitio. Se rascó la barbilla en reiteradas ocasiones para intentar asimilar la información. De golpe lo de invitar a su compañera le sorprendió, este bufó y cerró los ojos. — Siento que me tratas como un mujeriego que usa mujeres. Prefiero rechazar tu oferta, Nissa. Buscaré a quien conocer por mis medios así me mantengo alejado de los prejuicios.— Sonrió un poco pero luego se levantó de donde estaba sentado. — Pero sí aceptaría a salir un rato, si es que no tengo turno pero sigo creyendo que sí.— Se acomodó las katanas en su cintura para ir de apoco a un sector donde tenían las instrucciones de que hacer y hombres en los calabozos, entre más. — O sino me iré a mi cuarto a dormir.. Supongo que las mujeres pueden esperar, a ver si a alguna le interesa conocer más a Okita.— Comenzó a reír mientras se acercó a la compañera soldado marine. Sí decía la verdad perdió el tiempo viniendo al cuartel pero no del todo ya que conoció a alguien curiosa, y con el secreto de la juventud eterna.
Okita Souji
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