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Creado por Angelo Jaguerjakert Jue Jun 23, 2016 9:43 am
Era un barco de tamaño medio, repleto de objetos para la pesca, además en un lateral estaba puesto con letras azules “Pescador feliz” así que poco más se tenía que añadir. Los piratas subieron al barco que Kronos señaló, pero lejos de ser verdad que este tenía realmente un barco, estaban asaltando el de otras personas. Todos subieron al barco pensando que era propiedad de Kronos, que tenía un plan de escape, pero no, una vez subidos ya no quedaba de otra. Regresando a los ojos de Angelo, el peculiar pirata de albino cabello se introdujo en la cabina de mando, zona en la que estaba el timón. Lo que se encontró fue un hombre medio dormido, apoyando su cuerpo entre los dos asientos grandes que por supuesto debería tener cómodo al personal más importante, el que lleva el barco y guía el rumbo. Se le acercó, escupiendo su aliento en la oreja mientras sonreía. Su mano diestra avanzaba hasta colocarse a escasos metros de su boca y la restante sujetaba un cuchillo muy rudimentario que fue colocado justo en la sien del tipo. – Humano… - Susurró. Despertó, levantando la cabeza pero encontrándose con una mano que sujetaba su boca y nariz, ahogándolo. Cuando quería mover aquel cabezón el cuchillo se le clavaba un poco más, así que desistió en eso, aferrándose a la bondad de su aparente asesino, esperando que por un golpe de suerte le soltara.
El aliento salía cada vez más lento, quedaba poco para que muriera y justo antes de que esto sucediera, Angelo le soltó, el hombre respiró con profundidad liberando un aliento de alivio y el cuchillo que sujetaba con la otra mano el artillero le atravesó de un costado a otro. – Quién diría que en un sucio barco de pescadores me encontraría con esta joya. - Comentó, saliendo a cubierta para que todos le pudieran escuchar. En su diestra sujetaba un libro. - Dios del mar, ¿la historia del One Piece? - Suspiró. - Me encanta la gente soñadora, pero esto es más ficción de críos que otra cosa, toparme con él aquí es gracioso, es decir, es un tipo de literatura que se asocia a un tipo concreto de lector. - Siguió caminando hasta sentarse sobre un barril grande. – Al tipo al que se lo pedí prestado era un hombre de unos cincuenta, con aspecto de tipo rudo, poco leído, con una vida emocional muy escuálida probablemente. No le pega este tipo de literatura. - Las palabras de Angelo más que para el resto las estaba diciendo en voz alta para el mismo, pues no le encajaba mucho aquella escena, la de un borracho, gordo y sucio a la par de inculto, leyendo una obra de ficción, quizás la mejor de su generación, una brillante lectura merecedor de mentes originales y extensas o por lo menos de gente soñadora, no de borrachos con poca vida que vivir.
Muy confuso se levantó, cerró el libro que había empezado a leer por la página veinte y caminó de nuevo hacia el interior de la jaula del capitán del barco, allí donde se encontraba el timón y el cadáver. Miró, pensó, rascó su barbilla ojeando todo allí dentro. Para su sorpresa se topó con una bolsa de “Clesy” un hilero de tiendas infantiles, hasta que intentó llevar a cabo una idea. Puso voz de mujer, la verdad, sin sentido aparente y comentó. - El barco acaba de llegar a puerto, ruego a los caballeros que abandonen el navío de inmediato. Repito, ruego a todo ser vivo que salga del barco de inmediato o entraré yo y me comeré a tus padres delante de ti y ... - Su voz iba volviéndose oscura, pasando de una voz medio femenina para dar tranquilidad a la de un demonio, consciente de que en algún lugar de la cabina se escondía un crío, así fue. Antes de terminar de hablar, una puerta debajo del cadáver que conectaba el piso inferior con ese lugar, se abre. Es un niño, confuso y asustado, solo un niño puede tener esperanza en que un mensaje así fuera cierto, de unos diez años al igual que Senna, gordito con el cabello rubio casi dorado.
Aquel barco había empezado a salir del puerto. Angelo salía de nuevo a cubierta con el niño sujetado del cuello y moviéndose como una rata obesa. - Buscando el por qué de esto. - Señaló el libro en su zurda. - Me he terminado encontrando con esto. - Señala al niño sujetado con la diestra. - ¿Lo tiro por la borda? - Sus últimas palabras ni si quiera están centradas en alguien en concreto, pues el artillero se había puesto a ojear el libro mientras hablaba.
El aliento salía cada vez más lento, quedaba poco para que muriera y justo antes de que esto sucediera, Angelo le soltó, el hombre respiró con profundidad liberando un aliento de alivio y el cuchillo que sujetaba con la otra mano el artillero le atravesó de un costado a otro. – Quién diría que en un sucio barco de pescadores me encontraría con esta joya. - Comentó, saliendo a cubierta para que todos le pudieran escuchar. En su diestra sujetaba un libro. - Dios del mar, ¿la historia del One Piece? - Suspiró. - Me encanta la gente soñadora, pero esto es más ficción de críos que otra cosa, toparme con él aquí es gracioso, es decir, es un tipo de literatura que se asocia a un tipo concreto de lector. - Siguió caminando hasta sentarse sobre un barril grande. – Al tipo al que se lo pedí prestado era un hombre de unos cincuenta, con aspecto de tipo rudo, poco leído, con una vida emocional muy escuálida probablemente. No le pega este tipo de literatura. - Las palabras de Angelo más que para el resto las estaba diciendo en voz alta para el mismo, pues no le encajaba mucho aquella escena, la de un borracho, gordo y sucio a la par de inculto, leyendo una obra de ficción, quizás la mejor de su generación, una brillante lectura merecedor de mentes originales y extensas o por lo menos de gente soñadora, no de borrachos con poca vida que vivir.
Muy confuso se levantó, cerró el libro que había empezado a leer por la página veinte y caminó de nuevo hacia el interior de la jaula del capitán del barco, allí donde se encontraba el timón y el cadáver. Miró, pensó, rascó su barbilla ojeando todo allí dentro. Para su sorpresa se topó con una bolsa de “Clesy” un hilero de tiendas infantiles, hasta que intentó llevar a cabo una idea. Puso voz de mujer, la verdad, sin sentido aparente y comentó. - El barco acaba de llegar a puerto, ruego a los caballeros que abandonen el navío de inmediato. Repito, ruego a todo ser vivo que salga del barco de inmediato o entraré yo y me comeré a tus padres delante de ti y ... - Su voz iba volviéndose oscura, pasando de una voz medio femenina para dar tranquilidad a la de un demonio, consciente de que en algún lugar de la cabina se escondía un crío, así fue. Antes de terminar de hablar, una puerta debajo del cadáver que conectaba el piso inferior con ese lugar, se abre. Es un niño, confuso y asustado, solo un niño puede tener esperanza en que un mensaje así fuera cierto, de unos diez años al igual que Senna, gordito con el cabello rubio casi dorado.
Aquel barco había empezado a salir del puerto. Angelo salía de nuevo a cubierta con el niño sujetado del cuello y moviéndose como una rata obesa. - Buscando el por qué de esto. - Señaló el libro en su zurda. - Me he terminado encontrando con esto. - Señala al niño sujetado con la diestra. - ¿Lo tiro por la borda? - Sus últimas palabras ni si quiera están centradas en alguien en concreto, pues el artillero se había puesto a ojear el libro mientras hablaba.
Angelo Jaguerjakert
Hoja de personaje
Nivel:
(4/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinra Tsukishima Jue Jun 23, 2016 1:23 pm
Kronos se agencias méritos que no eran suyos, a mí me daba igual personalmente, pero me hacía gracia cómo el cabrón se las apañaba para ser el que mueve los hilos. Si llega a haber un ejército en ese barco, a saber que estaría pasando. Entré a aquel navío detrás de Angelo, no había nada en especial. Y a pesar de que la gran parte de las cosas me daban igual, era un poco curioso, así que indagué el barco caminado detrás del artillero que hablaba a los fantasmas. Pues después de encontrarse un libro, comenzó a hablar sólo, puesto que no preguntaba ni miraba a ningún lado ~ Y pensaba que era cuerdo ~ Me hacía gracia pensarlo. Seguía observando el barco y sus interiores, no había nada interesante que me llamase la atención, así que el único que me entretenía era Angelo con sus cosas de "cuerdo", exactamente cuando se divertía con ese tipo de dentro del barco. No decía nada, sólo lo miraba al igual que muchas otras cosas que veía. Pero como decía, nada interesante.
Angelo siguió indagando, y yo detrás de él, dejándole su espacio sin atosigarlo y teniendo yo mi espacio. Mientras mirábamos las instalaciones del cuarto del capitán o dónde está el timón. Casualmente me encontré en un barril varias armas. Katanas y escopetas principalmente, nada interesante ~ Pues vaya ~ Después de escuchar las palabras de Angelo por megáfono, este encontró una puerta oculta debajo del hombre que había matado por puro aburrimiento o gusto. Casualmente había un muchacho. El peliblanco lo sacó el cuello, ver el miedo en su rostro era fácil, pobre chico, aunque me daba igual lo que pasase. En otro momento o en otra vida no hubiese sido así. Seguí a Angelo desde atrás, hasta que preguntó que hacer con el chico. Y mientras existía el silencio del que hacer, me asomé a cubierta para ver cuánto nos habíamos separado. Era poco, pero me carcomía una pregunta ~ ¿Será de aquí? Mm... Lo dudo, sino no estaría en el barco, este chico ya lleva aquí un par de viajes ~ Me acerqué un poco a Angelo y al chico ~ Angelo ~ Busqué su atención mientras me acercaba poco a poco ~ Espera un momento ~ No mostraba expresión alguna ~ Dime chico, ¿En qué isla te secuestraron? ~ El niño con miedo, contestó como medio trabado ~ De, de, shi, Shimotsuki ~ Era una putada, pues esa era mi aldea natal. No podía hacer nada por él, pero él si que podía hacer algo por él mismo, sobrevivir y hacerse más fuerte ~ Toma ~ Le di una de mis katanas, eran corrientes, así que no me preocupaba ~ Si lo vas a tirar... Tíralo cerca del puerto para que pueda subir las escaleras. Con lo fuerte que está, no se si llegará ~ Dije una broma tonta sobre su fisionomía, mientras me dirigía mediante saltos al techo del barco para sentarme al borde dejando caer las piernas ~ ¿Qué harás Angelo? ~ Me cuestioné
Angelo siguió indagando, y yo detrás de él, dejándole su espacio sin atosigarlo y teniendo yo mi espacio. Mientras mirábamos las instalaciones del cuarto del capitán o dónde está el timón. Casualmente me encontré en un barril varias armas. Katanas y escopetas principalmente, nada interesante ~ Pues vaya ~ Después de escuchar las palabras de Angelo por megáfono, este encontró una puerta oculta debajo del hombre que había matado por puro aburrimiento o gusto. Casualmente había un muchacho. El peliblanco lo sacó el cuello, ver el miedo en su rostro era fácil, pobre chico, aunque me daba igual lo que pasase. En otro momento o en otra vida no hubiese sido así. Seguí a Angelo desde atrás, hasta que preguntó que hacer con el chico. Y mientras existía el silencio del que hacer, me asomé a cubierta para ver cuánto nos habíamos separado. Era poco, pero me carcomía una pregunta ~ ¿Será de aquí? Mm... Lo dudo, sino no estaría en el barco, este chico ya lleva aquí un par de viajes ~ Me acerqué un poco a Angelo y al chico ~ Angelo ~ Busqué su atención mientras me acercaba poco a poco ~ Espera un momento ~ No mostraba expresión alguna ~ Dime chico, ¿En qué isla te secuestraron? ~ El niño con miedo, contestó como medio trabado ~ De, de, shi, Shimotsuki ~ Era una putada, pues esa era mi aldea natal. No podía hacer nada por él, pero él si que podía hacer algo por él mismo, sobrevivir y hacerse más fuerte ~ Toma ~ Le di una de mis katanas, eran corrientes, así que no me preocupaba ~ Si lo vas a tirar... Tíralo cerca del puerto para que pueda subir las escaleras. Con lo fuerte que está, no se si llegará ~ Dije una broma tonta sobre su fisionomía, mientras me dirigía mediante saltos al techo del barco para sentarme al borde dejando caer las piernas ~ ¿Qué harás Angelo? ~ Me cuestioné
Shinra Tsukishima
Hoja de personaje
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(1/100)
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Creado por Revy Lothbrok Jue Jun 23, 2016 6:13 pm
Se encontraban en Isla Karate, sí, no dejaba mucho a la imaginación. Era una pequeña isla, con un bonito puerto y con casas sencillas, rodeadas de un frondoso bosque. Habían vuelto a viajar juntos, y eso significaba una cosa, que era tener principalmente, un barco. Y por eso estaban allí, porque en teoría, el barco “El Pescador Feliz” era de Kronos, pero no, la verdad es que no. Estaban asaltando un barco. Pero a Revy realmente le dio bastante igual. Subió a bordo, detrás de todos. La verdad es que estaba ansiosa en subirse de una vez, si ese era el barco que tendría que navegar, tenía que mirarlo a fondo. Las vestimentas de Revy eran igual de descubiertas que siempre, con un simple body color gris.
Se dio una vuelta por el barco, empezando por la proa, mirando cada pequeño detallito. Se dio una vuelta, siguiendo la barandilla, como mirando la calidad que tenía la madera. Mientras hacía esto, escuchaba la voz de Angelo, hablando solo seguramente. La verdad es que en ese momento no le hizo demasiado caso. Casi todo lo que había era de un típico barco pesquero. Bueno, eso ya por el nombre del barco se podía esperar. No sabía pescar, ni le interesaba, así que no le pareció un mal barco, pero no uno que ella se quedaría definitivamente. Sabía lo que Angelo estaba haciendo en ese momento, y prefirió esperar a entrar a la habitación del navegante. No disfrutaba especialmente de los pequeños espectáculos que su compañero hacía, pensaba que, si se va a matar a alguien inocente, que sea rápido y punto. No disfrutaba de las torturas si no son merecidas. Pero Angelo tenía una mente más retorcida que la suya. Revy seguía manteniendo una pequeña parte de su inocencia, en algún lado.
Al rato abrió la puerta. Se encontraba con Angelo sujetando en una mano a un niño pequeño, y en la otra mano un libro. También estaba Shinra con él. Parecía que acababa de llegar cuando terminaba una conversación. – Angelo deja al niño. – Dijo con un suspiro. Solo era un niño, se le veía en la cara lo asustado que estaba. Se dirigió al asiento del navegante, donde estaba sentado ese hombre gordo y sucio que acababa de matar su compañero. – Iugh. – Toda la sangre se había desparramado sobre la silla y el timón. Cogió al hombre de la camiseta para tirarlo al suelo, quitándolo de SU asiento a partir de ahora. La mujer se sentó, no, se tiró sobre el asiento, apoyándose cómodamente, medio recostada, y apoyando por pies sobre el timón a la vez que dejaba las manos detrás de la cabeza. Parecía darle igual que se estaba manchando el culo de sangre, que, por cierto, llevaba al descubierto. Luego se daba un baño y ya está, la verdad es que la sangre no era un problema. – Me gusta este barco. – Dijo, mientras sonreía, moviendo los pies y con ello, el timón, de un lado a otro.
Se dio una vuelta por el barco, empezando por la proa, mirando cada pequeño detallito. Se dio una vuelta, siguiendo la barandilla, como mirando la calidad que tenía la madera. Mientras hacía esto, escuchaba la voz de Angelo, hablando solo seguramente. La verdad es que en ese momento no le hizo demasiado caso. Casi todo lo que había era de un típico barco pesquero. Bueno, eso ya por el nombre del barco se podía esperar. No sabía pescar, ni le interesaba, así que no le pareció un mal barco, pero no uno que ella se quedaría definitivamente. Sabía lo que Angelo estaba haciendo en ese momento, y prefirió esperar a entrar a la habitación del navegante. No disfrutaba especialmente de los pequeños espectáculos que su compañero hacía, pensaba que, si se va a matar a alguien inocente, que sea rápido y punto. No disfrutaba de las torturas si no son merecidas. Pero Angelo tenía una mente más retorcida que la suya. Revy seguía manteniendo una pequeña parte de su inocencia, en algún lado.
Al rato abrió la puerta. Se encontraba con Angelo sujetando en una mano a un niño pequeño, y en la otra mano un libro. También estaba Shinra con él. Parecía que acababa de llegar cuando terminaba una conversación. – Angelo deja al niño. – Dijo con un suspiro. Solo era un niño, se le veía en la cara lo asustado que estaba. Se dirigió al asiento del navegante, donde estaba sentado ese hombre gordo y sucio que acababa de matar su compañero. – Iugh. – Toda la sangre se había desparramado sobre la silla y el timón. Cogió al hombre de la camiseta para tirarlo al suelo, quitándolo de SU asiento a partir de ahora. La mujer se sentó, no, se tiró sobre el asiento, apoyándose cómodamente, medio recostada, y apoyando por pies sobre el timón a la vez que dejaba las manos detrás de la cabeza. Parecía darle igual que se estaba manchando el culo de sangre, que, por cierto, llevaba al descubierto. Luego se daba un baño y ya está, la verdad es que la sangre no era un problema. – Me gusta este barco. – Dijo, mientras sonreía, moviendo los pies y con ello, el timón, de un lado a otro.
Última edición por Revy Lothbrok el Lun Jun 27, 2016 1:06 pm, editado 2 veces
Revy Lothbrok
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Angelo Jaguerjakert Sáb Jun 25, 2016 3:19 pm
Angelo lanza el cuerpo del crío choca contra la puerta de la cabina donde está Revy, su cabeza impacta contra el suelo y un hilo de sangre le brota desde la ceja derecha. – Está bien, está bien, tranquilidad. - Susurró, una clara respuesta a los comentarios de Revy y Shinra, es más, éste segundo le entregó al niño mientras se estaba ahogando en la mano de Angelo una katana, ni más ni menos. El albino caminó con desdén hasta Shinra, seguía leyendo su libro con tranquilidad, pero cuando pasó por su lado se le acercó ligeramente al oído izquierda. - Deja de ser una niña pequeña, creía que habías aprendido en estos años que el único que importa eres tú mismo, pero veo que no. - Si algo había que caracterizaba mucho a Angelo, entre otros tantos talentos, era la de hacer daño con sus palabras, aunque en innumerables veces, como ahora, no es lo que buscaba, tan solo estaba expresando un sentimiento, un pensamiento. -Ahora que viajamos de nuevo juntos puede que aprendas algo. - Se alejó un poco, ahora sí alzando en un tono normal su volumen para que todos pudieran escucharlo si les interesaba.
– Viejo volante no funcionas, intento que funciones, te muevo con fuerza pero no te mueves, ¿acaso ya no me necesitas? - Sentó su trasero en otro barril mientras seguía leyendo. Era un cuento popular que seguramente habían escuchado, pero sin duda se trataba de un claro mensaje hacia Shinra. En aquel mundo pirata todos debían evolucionar hacia una variante algo menos ortodoxa, seguir por el camino establecido no le ayudaría mucho con aquellos compañeros.
– Viejo volante no funcionas, intento que funciones, te muevo con fuerza pero no te mueves, ¿acaso ya no me necesitas? - Sentó su trasero en otro barril mientras seguía leyendo. Era un cuento popular que seguramente habían escuchado, pero sin duda se trataba de un claro mensaje hacia Shinra. En aquel mundo pirata todos debían evolucionar hacia una variante algo menos ortodoxa, seguir por el camino establecido no le ayudaría mucho con aquellos compañeros.
Angelo Jaguerjakert
Hoja de personaje
Nivel:
(4/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinra Tsukishima Sáb Jun 25, 2016 10:31 pm
Curioso, y observando desde una posición tranquila y cómoda. Se debatía la opción de "que hacer en el niño" aunque eso sólo lo discutía Angelo y consigo mismo, yo dije lo de las escaleras en plan broma, pero se ve que confundió mis palabras, lo que hiciese a ese niño me daba absolutamente igual, todos un día tenemos que morir. Me daban igual muchas cosas, me daba pereza otras muchas cosas... En fin, vayamos a lo que íbamos desde un principio. Observé cómo después de cargarse a un tío, luego lanzaba al niño catapultado por su brazo, estampando su cabeza contra la puerta, que esa fue su decisión final ~ Buena elección ~ Dije para mi mismo y mentalmente, no cómo Angelo, que habla sin querer, que cualquier día se le pira un secreto. Me hizo hasta gracia, pero si le di la espada fue para darle esperanza y determinación, si sobrevivía o no, me daba igual. Bueno, que había tirado la katana para nada. Aunque, si el niño sobrevive, cabía la posibilidad de que quisiese venganza algún día, oye no se sabe, pero no me sorprendería la verdad.
Lo que pasó luego, fue que Angelo, se me acercó hasta hablarme al oído a decirme unas comparaciones a niñas pequeñas, pensé que no veía a cuento, pero no caí en la cuenta de que Angelo seguía más o menos igual. Me dieron igual sus palabras. Sin moverme, mientras se alejaba ~ Je... ~ Sonreí un poco. No se porque me dijo esas palabras, pero me resultaron curiosas. Y más aún ese cuento chino, relato o lo que fuese. Mi duda seguía ahí ~ ¿Por qué lo dirá? ~ Yo no era quién había dicho que dejara al niño. Después de unos segundos en silencio sin dejar de mirar a Angelo, que quitando la sonrisa de antes, no expresaba ninguna emoción ni expresión ~ Por curiosidad Angelo, ¿Hay alguna explicación para esas palabras? ~ Terminé preguntando con absoluta naturalidad ~ Ah, y otra cosa ~ Miré a Revy también ~ Yo no voy a ser el que le limpie esto ~ Señalé toda la sangre y demás ~ Y mejor que quien lo haga, lo haga ahora que o sino eso luego huele que no veas ~ Dije por el echo de que me daba igual lo que hiciese con su vida o con la de los demás. Simplemente me quedé mirando a Angelo para ver si limpiaba lo que había ensuciado, este barco ahora era nuestro, y me gustaba estar en un lugar aseado y limpio ~ Angelo, por hacer todo esto, te toca por derecho ~ Decía serio, no me reía para nada, pero por dentro sí, aunque pensaba realmente que se negará, hacerle la broma no estaba demás.
.Lo que pasó luego, fue que Angelo, se me acercó hasta hablarme al oído a decirme unas comparaciones a niñas pequeñas, pensé que no veía a cuento, pero no caí en la cuenta de que Angelo seguía más o menos igual. Me dieron igual sus palabras. Sin moverme, mientras se alejaba ~ Je... ~ Sonreí un poco. No se porque me dijo esas palabras, pero me resultaron curiosas. Y más aún ese cuento chino, relato o lo que fuese. Mi duda seguía ahí ~ ¿Por qué lo dirá? ~ Yo no era quién había dicho que dejara al niño. Después de unos segundos en silencio sin dejar de mirar a Angelo, que quitando la sonrisa de antes, no expresaba ninguna emoción ni expresión ~ Por curiosidad Angelo, ¿Hay alguna explicación para esas palabras? ~ Terminé preguntando con absoluta naturalidad ~ Ah, y otra cosa ~ Miré a Revy también ~ Yo no voy a ser el que le limpie esto ~ Señalé toda la sangre y demás ~ Y mejor que quien lo haga, lo haga ahora que o sino eso luego huele que no veas ~ Dije por el echo de que me daba igual lo que hiciese con su vida o con la de los demás. Simplemente me quedé mirando a Angelo para ver si limpiaba lo que había ensuciado, este barco ahora era nuestro, y me gustaba estar en un lugar aseado y limpio ~ Angelo, por hacer todo esto, te toca por derecho ~ Decía serio, no me reía para nada, pero por dentro sí, aunque pensaba realmente que se negará, hacerle la broma no estaba demás.
Shinra Tsukishima
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Revy Lothbrok Dom Jun 26, 2016 12:29 pm
Revy se encontraba sentada en un sillón lleno de sangre, machando su espalda y su trasero. Miraba la escenita de los dos piratas delante de sus ojos, curiosa. Seguía moviendo los dedos de los pies, en lo alto del timón, haciendo que su cuerpo estuviese aún más inclinado. Las cruzaba, una por encima de la otra. Veía como Angelo tiró el niño hacia la puerta, haciendo que éste se abriese una herida en la frente. No parecía gran cosa, pues el niño se levantó al instante y echó a correr hacia el puerto, con la katana en la mano que era tres veces más grande que él. Después, vio como el peliblanco se acercaba como para susurrarle algo al otro pirata. Revy rodó los ojos y miró para otro lado, la verdad es que había perdido el interés. Se levantó de un salto, haciendo que la sangre se derramase por las largas y fuertes piernas de la amazona. Pero, aunque no hubiese escuchado el susurro de Angelo a Shinra, sabía a qué se refería. Ese tipo de amabilidad era propia de un caza recompensas, pero no de una persona que compartía grupo con estos piratas. Shinra aún era joven y quedaba en él ese instinto que ya había desaparecido en los demás. No era algo malo, solo era algo no común. Revy al menos lo veía así. En cierta manera envidiaba ese sentimiento.
Angelo se sentó en un barril para seguir leyendo, en alto, esta vez un refrán bastante conocido. Revy se dio la vuelta, dándoles la espalda a los dos. Las palabras se repitieron en la cabeza de la mujer, como un eco. Se quedó unos segundos pensando en ellas, mientras se apoyaba en una pequeña encimera, enfrente de una ventana. Empezaba a sentir como sus muslos se quedaban pegados; la sangre se estaba secando y poniendo pegajosa. Se pasó las manos por la espalda y lo comprobó. Se giró para darle la cara a Angelo y a Shinra, ya que el caza había empezado a dirigirse a ella esta vez. Dirigió la mirada hacia la sangre del suelo y la que quedaba en el sillón que no se había llevado ella pegada. – Que la limpie a quien le moleste, a mí personalmente me da igual, va a ser un barco temporal de todas maneras. – Se encogió de hombros. Ella tampoco quería limpiar. – Yo voy a darme un baño para quitarme todo esto. – Dijo mientras señalaba la playa desde la ventana que había dejado a su espalda. – Si queréis venir… - Sonrió mientras salía de la habitación, y luego del barco.
Siguió caminando, casi entera manchada. Pudo ver cómo había gente que se giraba para mirarla, con cara de extrañada. – Tengo la regla, señora. – Mintió cuando una mujer no dejaba de mirarla muy descaradamente. Aunque esto solo hizo que la señora la mirase con más horror todavía. Suspiró y rodó los ojos, para luego seguir su camino hasta que llegó a una playa donde no había nadie. No era época de bañarse, pues el agua estaba muy fría, y el tiempo también, así que se sintió cómoda al saber que tampoco esperaba visita. Se metió dentro del mar de un tirón y nadó hacia lo más profundo que pudo, donde ni si quiera hacía pie en la arena. Una vez dentro, se aseguró de que, de nuevo, no había nadie, para sacarse un momento el body que llevaba como ropa, así lavaría mejor la prenda y a sí misma. Intentó hacerlo rápido para que, si venía alguien, no la pillase en bolas.
Angelo se sentó en un barril para seguir leyendo, en alto, esta vez un refrán bastante conocido. Revy se dio la vuelta, dándoles la espalda a los dos. Las palabras se repitieron en la cabeza de la mujer, como un eco. Se quedó unos segundos pensando en ellas, mientras se apoyaba en una pequeña encimera, enfrente de una ventana. Empezaba a sentir como sus muslos se quedaban pegados; la sangre se estaba secando y poniendo pegajosa. Se pasó las manos por la espalda y lo comprobó. Se giró para darle la cara a Angelo y a Shinra, ya que el caza había empezado a dirigirse a ella esta vez. Dirigió la mirada hacia la sangre del suelo y la que quedaba en el sillón que no se había llevado ella pegada. – Que la limpie a quien le moleste, a mí personalmente me da igual, va a ser un barco temporal de todas maneras. – Se encogió de hombros. Ella tampoco quería limpiar. – Yo voy a darme un baño para quitarme todo esto. – Dijo mientras señalaba la playa desde la ventana que había dejado a su espalda. – Si queréis venir… - Sonrió mientras salía de la habitación, y luego del barco.
Siguió caminando, casi entera manchada. Pudo ver cómo había gente que se giraba para mirarla, con cara de extrañada. – Tengo la regla, señora. – Mintió cuando una mujer no dejaba de mirarla muy descaradamente. Aunque esto solo hizo que la señora la mirase con más horror todavía. Suspiró y rodó los ojos, para luego seguir su camino hasta que llegó a una playa donde no había nadie. No era época de bañarse, pues el agua estaba muy fría, y el tiempo también, así que se sintió cómoda al saber que tampoco esperaba visita. Se metió dentro del mar de un tirón y nadó hacia lo más profundo que pudo, donde ni si quiera hacía pie en la arena. Una vez dentro, se aseguró de que, de nuevo, no había nadie, para sacarse un momento el body que llevaba como ropa, así lavaría mejor la prenda y a sí misma. Intentó hacerlo rápido para que, si venía alguien, no la pillase en bolas.
- Spoiler:
- ¡Día de playa!
Última edición por Revy Lothbrok el Lun Jun 27, 2016 1:05 pm, editado 2 veces
Revy Lothbrok
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Angelo Jaguerjakert Dom Jun 26, 2016 7:47 pm
Angelo se había sentado en aquel barril y retomado la lectura de su nuevo libro, un ejemplar que recordaba haber leído en más de una ocasión, pero que siempre gustaba de ojear, aunque supiera de arriba hasta abajo todo lo que sucedía en el mismo. – Es un dicho, un refrán de piratas, el significado se lo debe buscar quién lo escucha y al mismo tiempo encontrarlo en quién lo dice. – Cual juego de adivinanzas, el literalmente “pensador” hizo un ademán de inconformidad ante las siguientes palabras de su compañero sobre limpiar el suelo. - Si la miras porque es una mujer y una mujer está más socialmente aceptada a realizar este tipo de tareas, te diré dos cosas, la primera es que tienes razón y la segunda es que ella no es una mujer cualquiera. - Mostró una leve sonrisa, escapando del claro significado de las palabras de Shinra las cuales le identificaban como el culpable del destrozo y claro, le tocaba limpiar. - Oh y por supuesto yo tampoco lo limpiaré, es decir… - Se señaló la cabeza, sentenciando la conversación.
El pirata de albina cabellera era un ser arrogante y con una imagen de sí mismo muy elevada, no porque fuera poderoso, no por que tuviera una fuerza física envidiable o una velocidad de vértigo, tampoco era diestro en tareas sencillas como limpiar, cocinar, navegar o ni si quiera construir, pero era un gran lector, pensador y elaborador de planes, un hombre que había nacido con el don de aprender más rápido de lo normal, de alcanzar puntos de la existencia que otros no, de no dar una doble lectura a lo que le rodea, si no hasta una cuarta si hacía falta. Quién no se creería superior a los demás con ese currículum querido lector.
Un chapuzón es acompañado de unas palabras, como eran de esperar, negativas hacia lo dicho por Shinra. Angelo esboza una sonrisa, cerrando el libro y lanzándoselo al joven moreno. El artillero se quita despacio la camisa hawaiana y se lanza de cabeza al mar. Estaban cerca del puerto, por lo tanto el agua estaba un poco turbia y además en cualquier momento un barco les podía pasar por encima. Por suerte el agua estaba turbia solo en su superficie, pero en cuanto alguien se sumergía se podían contemplar los peces, grandes ejemplares nadar libres.
El pirata de albina cabellera era un ser arrogante y con una imagen de sí mismo muy elevada, no porque fuera poderoso, no por que tuviera una fuerza física envidiable o una velocidad de vértigo, tampoco era diestro en tareas sencillas como limpiar, cocinar, navegar o ni si quiera construir, pero era un gran lector, pensador y elaborador de planes, un hombre que había nacido con el don de aprender más rápido de lo normal, de alcanzar puntos de la existencia que otros no, de no dar una doble lectura a lo que le rodea, si no hasta una cuarta si hacía falta. Quién no se creería superior a los demás con ese currículum querido lector.
Un chapuzón es acompañado de unas palabras, como eran de esperar, negativas hacia lo dicho por Shinra. Angelo esboza una sonrisa, cerrando el libro y lanzándoselo al joven moreno. El artillero se quita despacio la camisa hawaiana y se lanza de cabeza al mar. Estaban cerca del puerto, por lo tanto el agua estaba un poco turbia y además en cualquier momento un barco les podía pasar por encima. Por suerte el agua estaba turbia solo en su superficie, pero en cuanto alguien se sumergía se podían contemplar los peces, grandes ejemplares nadar libres.
Angelo Jaguerjakert
Hoja de personaje
Nivel:
(4/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinra Tsukishima Lun Jun 27, 2016 11:45 am
~ No hablaba del cuento chino, sino de lo otro, pero en fin... Más pereza me da tener que hablar de eso... Así que déjalo ~ Luego me empezó a hablar de Revy, de manera indirecta por haberla metido al saco. Si la metí fue porque si, por educación, por no tenerla a un lado. No era necesario que ella lo limpiase ~ Me da igual si ella es una mujer o no. Y más le vale que sea tan especial cómo dices para sobrevivir ~ Seguía sin moverme ni un palmo. No tenía nada en contra de ella, era por el echo de que ya todo me daba igual, excepto la limpieza ~ No voy a ser yo el que se preocupe por ella ~ Ni por ella ni por nadie, a menos que sea de vida o muerte y tenga la determinación de hacerlo. No por nada, pero el poder de la vagueza era superior a mí.
Por otro lado, sabía que no lo iba a limpiar, si lo dije era por hacer la broma, pero Angelo seguía siendo el mismo que desde entonces. Ya estaba cansado de esperar y escuchar a Angelo. Me fui de esa posición pasando por el lado del pirata albino ~ Aquí, el único que no ha cambiado eres tú ~ Decía hablando a su altura, para ser más específico, hombro con hombro. Además, para acompañar mis palabras, le di una palmadita en la espalda alejándome por las escaleras que ligaban con el interior del barco, pues me iba a mi camarote. Había dormido poco en lo que llevaba de semana, me iba a echar un siestón que me iba a durar bastante. Ya me había olvidado de la situación con Angelo, ya que me daba completamente igual lo que opinase ese arrogante de mí y no le tenía que demostrar nada. Podíamos haber compartido momentos en un tiempo atrás, pero desde luego que no era el mismo y para cómo era ahora, y veía las cosas, el echo de que fuese tan soberbio no haría otra cosa que pasase de su culo. Podría contestarle y hablarle sin problemas, pues me daba igual hablarle. Pero él siempre iba a tener sus pensamientos y era un terco y un zoquete, que por tener siempre unos conocimientos se cree superior a los demás, algo que un futuro le pasará factura, esperemos que no, pero pienso que es algo que atraerá a su vida.
Y así fue, como divagando entre pensamientos terminé llegando a un camarote corriente. Con sus muebles, su cama, lámpara junto a la mesita de noche, había de todo ~ Bueno, ahora sí, a dormir ~ Me quité toda la ropa hasta quedarme en calzoncillos. Y directo me tumbé en la cama para acomodarme después de estirarme
Por otro lado, sabía que no lo iba a limpiar, si lo dije era por hacer la broma, pero Angelo seguía siendo el mismo que desde entonces. Ya estaba cansado de esperar y escuchar a Angelo. Me fui de esa posición pasando por el lado del pirata albino ~ Aquí, el único que no ha cambiado eres tú ~ Decía hablando a su altura, para ser más específico, hombro con hombro. Además, para acompañar mis palabras, le di una palmadita en la espalda alejándome por las escaleras que ligaban con el interior del barco, pues me iba a mi camarote. Había dormido poco en lo que llevaba de semana, me iba a echar un siestón que me iba a durar bastante. Ya me había olvidado de la situación con Angelo, ya que me daba completamente igual lo que opinase ese arrogante de mí y no le tenía que demostrar nada. Podíamos haber compartido momentos en un tiempo atrás, pero desde luego que no era el mismo y para cómo era ahora, y veía las cosas, el echo de que fuese tan soberbio no haría otra cosa que pasase de su culo. Podría contestarle y hablarle sin problemas, pues me daba igual hablarle. Pero él siempre iba a tener sus pensamientos y era un terco y un zoquete, que por tener siempre unos conocimientos se cree superior a los demás, algo que un futuro le pasará factura, esperemos que no, pero pienso que es algo que atraerá a su vida.
Y así fue, como divagando entre pensamientos terminé llegando a un camarote corriente. Con sus muebles, su cama, lámpara junto a la mesita de noche, había de todo ~ Bueno, ahora sí, a dormir ~ Me quité toda la ropa hasta quedarme en calzoncillos. Y directo me tumbé en la cama para acomodarme después de estirarme
Shinra Tsukishima
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
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Creado por Revy Lothbrok Lun Jun 27, 2016 1:02 pm
El conjunto de incomodidad y sangre hizo que Revy saliese del barco. Notaba una pequeña tensión entre el caza recompensas y el pirata, y ella no pintaba nada en medio de estos dos. Así que antes de sentirse como un estorbo, decidió quitarse de en medio. También para limpiarse toda la sangre que se le había quedado impregnada en las piernas y la espalda. Esperaba tener unos momentos de soledad en el mar, para quitarse la ropa dentro de ésta y limpiarla sin que nadie la molestase, y a la vez, también esperaba que los dos resolviesen sus tonterías y pasasen un día de playa con ella, ya que no tenían nada más que hacer por hoy, y tenían que esperar a los demás miembros del grupo. Además, la verdad es que era irónico que nunca habían tenido una tarde de playa con nadie de los de su grupo, después del tiempo que habían pasado juntos, sin contar la separación de unos pocos de meses.
Así que eso fue lo que hizo, se desnudó, rápidamente. Empezó a lavar esa ropa sucia, frotándola contra sus manos y entre estas. Entonces se dio cuenta de que alguien se había tirado de cabeza al agua. Aceleró el ritmo, pero a los dos segundos desistió e intentó volver a ponérselo rápidamente, antes de que llegase. El hombre salió a la superficie, era Angelo quién había seguido su idea de pasar un rato en el mar. Se encontraban cerca del puerto, tampoco era necesario irse más lejos, y esto hacía que la marea fuese un poco irregular, y que hubiese muchos barcos con los que pudo esconderse antes de que Angelo la viese vistiéndose. Aunque seguramente, éste ya había visto que la mujer estaba allí, así que no sería ninguna sorpresa lo que haría a continuación.
Cuando terminó de ponerse bien el body (que tenía la misma silueta que un bañador, pero sin la misma tela) salió de detrás de uno de los barcos para tirarse encima de Angelo, que justo había salido a la superficie después de haber buceado. Se tiró encima suya, obligándole a volver a sumergirse en el agua, aunque a la vez ella hizo lo mismo. Estaba feliz, no podía dejar de sonreír o de reírse. Angelo y Revy tenían una relación de pique, de cariño pero de odio, de lanzarse fichas pero a la vez fastidiarse el uno al otro, y la verdad es que en situaciones como estas, donde dos personas podían picarse tanto, Revy se lo pasaba realmente bien. La verdad, es que con Angelo siempre se lo pasaba bien, habían llegado a tener una gran confianza el uno con el otro, al menos eso pensaba Revy. Pues no solo hablar de cosas serias hace que una persona tenga confianza sobre la otra, no solo el contar los problemas, sino el tener a alguien que sabes que te va a hacer sonreír y que te sientas bien.
Así que eso fue lo que hizo, se desnudó, rápidamente. Empezó a lavar esa ropa sucia, frotándola contra sus manos y entre estas. Entonces se dio cuenta de que alguien se había tirado de cabeza al agua. Aceleró el ritmo, pero a los dos segundos desistió e intentó volver a ponérselo rápidamente, antes de que llegase. El hombre salió a la superficie, era Angelo quién había seguido su idea de pasar un rato en el mar. Se encontraban cerca del puerto, tampoco era necesario irse más lejos, y esto hacía que la marea fuese un poco irregular, y que hubiese muchos barcos con los que pudo esconderse antes de que Angelo la viese vistiéndose. Aunque seguramente, éste ya había visto que la mujer estaba allí, así que no sería ninguna sorpresa lo que haría a continuación.
Cuando terminó de ponerse bien el body (que tenía la misma silueta que un bañador, pero sin la misma tela) salió de detrás de uno de los barcos para tirarse encima de Angelo, que justo había salido a la superficie después de haber buceado. Se tiró encima suya, obligándole a volver a sumergirse en el agua, aunque a la vez ella hizo lo mismo. Estaba feliz, no podía dejar de sonreír o de reírse. Angelo y Revy tenían una relación de pique, de cariño pero de odio, de lanzarse fichas pero a la vez fastidiarse el uno al otro, y la verdad es que en situaciones como estas, donde dos personas podían picarse tanto, Revy se lo pasaba realmente bien. La verdad, es que con Angelo siempre se lo pasaba bien, habían llegado a tener una gran confianza el uno con el otro, al menos eso pensaba Revy. Pues no solo hablar de cosas serias hace que una persona tenga confianza sobre la otra, no solo el contar los problemas, sino el tener a alguien que sabes que te va a hacer sonreír y que te sientas bien.
Revy Lothbrok
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Angelo Jaguerjakert Lun Jun 27, 2016 1:34 pm
Una vez dentro del agua fue bastante impactante para el albino contemplar como cambiaba todo allí, aquella agua turbia se volvía preciosa, casi cristalina, era posible ver las rocas que estaban puestas como piezas de un tablero, daban la sensación de haber sido talladas, pues eran bastante uniformes. Movió sus manos y piernas para profundizar más, llegando hasta el límite, rozando la arena lisa, peces pasaban por su lado, pero no de gran tamaño, se notaba que estaban cerca de la costa, ya que en mar abierto el tamaño de los animales se triplicaba al igual que la ferocidad de los mismos. Se impulsó hasta la superficie, cuando estaba a punto de salir se quedó un par de segundos más allí bajo el agua, mirando el impactante cuerpo de la mujer guerrera, lo cierto es que era muy atractiva.
Estaban a tan solo diez metros del puerto en línea recta y la costa girando algo hacia la izquierda. Angelo sale de forma agresiva, lanzando agua por todas partes y tomando un aire que estaba a punto de quitarle la capacidad de… Pues de vivir, que se estaba ahogando vamos, solo por mirar a Revy. Antes de decir una palabra la mujer de pechos prominentes se le tira encima, llevando a este a casi no haber podido respirar. Cuando sale del agua lo hace lentamente, tiene una compresa en la cabeza y está escupiendo un chorrito de agua cual fuente de forma cómica. – Qué asco. - Comenta, lanzando aquel pedazo de basura lejos de allí. – Vamos a la costa, aquí el agua no se la puede considerar ni agua. - Se gira, colocándose al lado de Revy.
-Pero hagamos esto más divertido, el ultimo que llegue será el sirviente del otro durante una semana y con esto me refiero a que no se puede negar a nada de nada, como un buen sirviente se deberá obedecer. - Sonríe maliciosamente. - Tampoco al sexo oral. - Comenta con gracia.
Estaban a tan solo diez metros del puerto en línea recta y la costa girando algo hacia la izquierda. Angelo sale de forma agresiva, lanzando agua por todas partes y tomando un aire que estaba a punto de quitarle la capacidad de… Pues de vivir, que se estaba ahogando vamos, solo por mirar a Revy. Antes de decir una palabra la mujer de pechos prominentes se le tira encima, llevando a este a casi no haber podido respirar. Cuando sale del agua lo hace lentamente, tiene una compresa en la cabeza y está escupiendo un chorrito de agua cual fuente de forma cómica. – Qué asco. - Comenta, lanzando aquel pedazo de basura lejos de allí. – Vamos a la costa, aquí el agua no se la puede considerar ni agua. - Se gira, colocándose al lado de Revy.
-Pero hagamos esto más divertido, el ultimo que llegue será el sirviente del otro durante una semana y con esto me refiero a que no se puede negar a nada de nada, como un buen sirviente se deberá obedecer. - Sonríe maliciosamente. - Tampoco al sexo oral. - Comenta con gracia.
Angelo Jaguerjakert
Hoja de personaje
Nivel:
(4/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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