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Creado por Shinkai Urukiora Vie Jun 24, 2016 5:40 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Shinkai nadaba como siempre junto a Chiyumi, desde su salida de isla Gyojin, nadaban por unas frías corrientes que le generaban cierta sensación de placer al chico alado. Entre más se acercaban parecía ser más helado y similar a las profundidades. Su querida piraña se quedaría pescando para saciar su hambre así que el tipo sombrío le diría que lo esperara o que fuese a la costa cuando estuviese satisfecha. Sabía bien que Chiyumi no muy partidaria del frío y menos de la helada que había allí.
Pese a que su pareja no pudo resistir su hambre y se quedó cazando peces. El del tatuaje negro en el pecho quería algo diferente o por lo menos probaría un humano que no era una carne tan mala como algunos podrían pensar. El desinteres por la humanidad ese día era particular, tenía ciertas ganas de golpear o dañar a esa raza que poblaba el mundo en mayoría solo para hacerles ver cual era la raza superior. Su mirada despedía desprecio mientras se ergía de la playa y caminaba por la blanca playa ante el frío que le rodaba que no le afectaba en lo más mínimo pese a no andar camisa. Desplegaba sus alas negras y con un movimiento removía la agua salada y le permitía un avance más ameno, libre del agua que probablemente se cristalizaría en sus extremidades.
La noche era perfecta y pese al frío no había viento. Caminaba por la desolada playa esperando topar con el primer humano que le sirviese de alimento. No había pensado aún si actuaria de alguna forma o lo atacaría de inmediato pero al encontrarse con el sujeto en aparecer diría fingiendo una tonalidad de amistad, no quería generar gritos o miedo, las mejores muertes para su gusto son las silenciosa -Saludos buen humano, ando en búsqueda de comida, cono algún local cercano- le resultaba un trago amargo tratar con cordialidad a una escoria humana pero era pertinente para su diversión, el único local que esperaba utilizar como restaurante era el mar con esa carne pero la respuesta del tipo podría sorprenderle o no.
- OST:
Shinkai nadaba como siempre junto a Chiyumi, desde su salida de isla Gyojin, nadaban por unas frías corrientes que le generaban cierta sensación de placer al chico alado. Entre más se acercaban parecía ser más helado y similar a las profundidades. Su querida piraña se quedaría pescando para saciar su hambre así que el tipo sombrío le diría que lo esperara o que fuese a la costa cuando estuviese satisfecha. Sabía bien que Chiyumi no muy partidaria del frío y menos de la helada que había allí.
Pese a que su pareja no pudo resistir su hambre y se quedó cazando peces. El del tatuaje negro en el pecho quería algo diferente o por lo menos probaría un humano que no era una carne tan mala como algunos podrían pensar. El desinteres por la humanidad ese día era particular, tenía ciertas ganas de golpear o dañar a esa raza que poblaba el mundo en mayoría solo para hacerles ver cual era la raza superior. Su mirada despedía desprecio mientras se ergía de la playa y caminaba por la blanca playa ante el frío que le rodaba que no le afectaba en lo más mínimo pese a no andar camisa. Desplegaba sus alas negras y con un movimiento removía la agua salada y le permitía un avance más ameno, libre del agua que probablemente se cristalizaría en sus extremidades.
La noche era perfecta y pese al frío no había viento. Caminaba por la desolada playa esperando topar con el primer humano que le sirviese de alimento. No había pensado aún si actuaria de alguna forma o lo atacaría de inmediato pero al encontrarse con el sujeto en aparecer diría fingiendo una tonalidad de amistad, no quería generar gritos o miedo, las mejores muertes para su gusto son las silenciosa -Saludos buen humano, ando en búsqueda de comida, cono algún local cercano- le resultaba un trago amargo tratar con cordialidad a una escoria humana pero era pertinente para su diversión, el único local que esperaba utilizar como restaurante era el mar con esa carne pero la respuesta del tipo podría sorprenderle o no.
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinkai Urukiora Lun Jun 27, 2016 7:58 pm
Pese a que Shinkai odiaba mucho a los humanos y desatarse por completo en asco hacía dichos seres. Le podía parecer algo insultante las palabras que decían el humano pero había algo que estaba por encima de su ira y era su inteligencia, en una batalla no solía cometer errores y menos por provocaciones insulsas.
Mientras el humano con con complejo de trompo empezaba a girar y esquivar por la mínima el golpe Shinkai le seguía sus movimientos y con la intención de posicionarse en detrás del de que le llevaba casi un metro de altura pero no era el mínimo problema, era una virtud, girando el cuerpo para agacharse alcanzó a evitar el golpe. Le miraba de frente al pequeño copito que trataba de alejarse. El gyojin se desde la posición flexionada se lanzó de nuevo a toda velocidad, la distancia era mucho menor pero ya ambos estaban más encendidos. El mantarraya hizo un movimiento más ágil que el anterior, pasando de su postura contorsionada e impulsandose con las manos y abriéndolas como un ave de gran envergadura iba a por el tipo a darle un golpe con cualquier brazo o la cola que viajaba como el tercer ataque a la altura del pecho, la única intención era bloquear la arma metalica y desencadenar de nuevo el ataque descendente que tanto placer le daba a su arpón y su cola. Rida podría atacar perfectamente, el gyojin iba a dejar recibir cualquier golpe a la altura de su pecho pero la distancia era muy corta, por más que le impactara y girara sus puños tenía la piel del humano tatuada a segundos, ya fuera su cuerpo o el brazo que portaba esa arma -¿Esto es "guay" pequeño mono albino?- le decía con el mismo desprecio del idioma tan malsonante para su gusto. Los puñetazos iban en las dos direcciones de forma ascendente y la cola como el látigo que no pretendía usar se dejaba caer como un meteorito.
Ignoraba por completo lo que hacía la chica del parche, solo le interesaba tomar el abrigo y fundir a golpes al tipo que había atrasado su comida. De momento el combate seguía siendo algo discreto y no llamaba la atención de más de las dos personas que la chica había dominado.
Mientras el humano con con complejo de trompo empezaba a girar y esquivar por la mínima el golpe Shinkai le seguía sus movimientos y con la intención de posicionarse en detrás del de que le llevaba casi un metro de altura pero no era el mínimo problema, era una virtud, girando el cuerpo para agacharse alcanzó a evitar el golpe. Le miraba de frente al pequeño copito que trataba de alejarse. El gyojin se desde la posición flexionada se lanzó de nuevo a toda velocidad, la distancia era mucho menor pero ya ambos estaban más encendidos. El mantarraya hizo un movimiento más ágil que el anterior, pasando de su postura contorsionada e impulsandose con las manos y abriéndolas como un ave de gran envergadura iba a por el tipo a darle un golpe con cualquier brazo o la cola que viajaba como el tercer ataque a la altura del pecho, la única intención era bloquear la arma metalica y desencadenar de nuevo el ataque descendente que tanto placer le daba a su arpón y su cola. Rida podría atacar perfectamente, el gyojin iba a dejar recibir cualquier golpe a la altura de su pecho pero la distancia era muy corta, por más que le impactara y girara sus puños tenía la piel del humano tatuada a segundos, ya fuera su cuerpo o el brazo que portaba esa arma -¿Esto es "guay" pequeño mono albino?- le decía con el mismo desprecio del idioma tan malsonante para su gusto. Los puñetazos iban en las dos direcciones de forma ascendente y la cola como el látigo que no pretendía usar se dejaba caer como un meteorito.
Ignoraba por completo lo que hacía la chica del parche, solo le interesaba tomar el abrigo y fundir a golpes al tipo que había atrasado su comida. De momento el combate seguía siendo algo discreto y no llamaba la atención de más de las dos personas que la chica había dominado.
- OFF:
- En caso se que tratare de alejarse más solamente va prolongar la distancia recorrida hasta alcanzarlo
Shinkai Urukiora
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Rida Sarwick Lun Jun 27, 2016 10:38 pm
Mi contraataque no había sido lo suficientemente veloz para impactar; el gyojin era hábil y escurridizo pese a su gran tamaño. Eso me traería muchos problemas, pero debía seguir intentando conectar golpes y no descuidarme de todas sus extremidades. Aparentemente, no quería separarse de mí, porque una vez me hube separado de él, se me abalanzó de frente una vez más, solo que con una rapidez más visceral. Por su postura, intuí que quería darme una paliza, ya fuera atropellándome de lleno o enfrascándose en una golpiza de varios ataques a la vez. Extendí las piernas, separándolas rápidamente. Ladeé ligeramente el cuerpo y lo envolví con un fluido movimiento de Erufu Sangeki.
Sonreí mostrando los colmillos.
— Furēkugādian —pronuncié.
Koro había dirigido tres ataques contra mí al mismo tiempo, quizá pensando que estaría indefenso al no contar con suficiente capacidad defensiva, pero la postura de la Escama del Guardián estaba hecha para precisamente ataques avasalladores cuerpo a cuerpo de esa índole. Con una barra tras el cuello, se protegía la zona de la cabeza y el costado derecho; la barra que atravesaba el torso en vertical podía dirigirse con cualquiera de las manos, que aferraban las barras de los extremos, y cuidaba la zona media del cuerpo; la barra que se sostenía con la mano izquierda era la más versátil, capacitada para defender la zona izquierda del cuerpo y podía descender hasta llegar a las extremidades inferiores.
Así, la barra tras el cuello detuvo el golpe de la cola, y las otras dos frenaron los golpes directos de los brazos. Apliqué toda mi fuerza y presión, enseñando los dientes con ferocidad al gyojin, para terminar de detener su demoledora embestida.
— No hay ninguna forma de que tú hagas algo que sea guay, mi escamado anfibio —sí, era una muy buena variante de "mi estimado amigo"; estoy orgulloso de ese chiste.
Liberé la presión contenida, empujando para separarme un metro de mi oponente tras detener sus golpes. Fue ahí cuando ocurrió algo que, inevitablemente, me distrajo. Vi como del restaurante, de pronto, salían un par de cocineros furibundos a intentar detener la batalla de los piratas, ya que íbamos a espantarles la clientela. ¡Idiotas! Se hubieran quedado dentro. No podía protegerlos, no con Koro frente a mí. Entonces la pastelera entró en escena, y lo que hizo me dejó con los ojos abiertos de par en par: con un arma que era como unas grandes tijeras, cercenó ambas manos de uno de los cocineros.
Yo había trabajado codo a codo con ese tipo. No era como el gordinflón de mierda que me había sacado de quicio. Era un cocinero inocente, leal a su cocina y a su restaurante, y acababa de perder lo más preciado para cocinero alguno: sus manos. Los gritos del hombre cortaron el aire. Reinó el caos; aquella muchacha no era alguien normal. Había hecho algo atroz, simplemente porque se le había antojado.
Por un momento, bajé la cabeza... pero luego solté una risa lenta y diferente a las anteriores; esta era pausada y macabra.
— Y eso que tenía pensado darte mi receta de sushi de verdad —mi semblante era sombrío, pero seguía teniendo una sonrisa en la cara; a decir verdad, ahora probablemente daba miedo— ¡Oye, Koro! Si no te importa, voy a patearle el culo a la pastelera esquizofrénica antes que a ti. Si quieres ayudarme terminaré más rápido y seguiremos pegándonos después, ¿qué te parece? Hasta podemos hacer otra apuesta a ver quien le da el golpe de gracia —terminé de decir, mirando fijamente a la retorcida jovencita.
Sonreí mostrando los colmillos.
— Furēkugādian —pronuncié.
Koro había dirigido tres ataques contra mí al mismo tiempo, quizá pensando que estaría indefenso al no contar con suficiente capacidad defensiva, pero la postura de la Escama del Guardián estaba hecha para precisamente ataques avasalladores cuerpo a cuerpo de esa índole. Con una barra tras el cuello, se protegía la zona de la cabeza y el costado derecho; la barra que atravesaba el torso en vertical podía dirigirse con cualquiera de las manos, que aferraban las barras de los extremos, y cuidaba la zona media del cuerpo; la barra que se sostenía con la mano izquierda era la más versátil, capacitada para defender la zona izquierda del cuerpo y podía descender hasta llegar a las extremidades inferiores.
Así, la barra tras el cuello detuvo el golpe de la cola, y las otras dos frenaron los golpes directos de los brazos. Apliqué toda mi fuerza y presión, enseñando los dientes con ferocidad al gyojin, para terminar de detener su demoledora embestida.
— No hay ninguna forma de que tú hagas algo que sea guay, mi escamado anfibio —sí, era una muy buena variante de "mi estimado amigo"; estoy orgulloso de ese chiste.
Liberé la presión contenida, empujando para separarme un metro de mi oponente tras detener sus golpes. Fue ahí cuando ocurrió algo que, inevitablemente, me distrajo. Vi como del restaurante, de pronto, salían un par de cocineros furibundos a intentar detener la batalla de los piratas, ya que íbamos a espantarles la clientela. ¡Idiotas! Se hubieran quedado dentro. No podía protegerlos, no con Koro frente a mí. Entonces la pastelera entró en escena, y lo que hizo me dejó con los ojos abiertos de par en par: con un arma que era como unas grandes tijeras, cercenó ambas manos de uno de los cocineros.
Yo había trabajado codo a codo con ese tipo. No era como el gordinflón de mierda que me había sacado de quicio. Era un cocinero inocente, leal a su cocina y a su restaurante, y acababa de perder lo más preciado para cocinero alguno: sus manos. Los gritos del hombre cortaron el aire. Reinó el caos; aquella muchacha no era alguien normal. Había hecho algo atroz, simplemente porque se le había antojado.
Por un momento, bajé la cabeza... pero luego solté una risa lenta y diferente a las anteriores; esta era pausada y macabra.
— Y eso que tenía pensado darte mi receta de sushi de verdad —mi semblante era sombrío, pero seguía teniendo una sonrisa en la cara; a decir verdad, ahora probablemente daba miedo— ¡Oye, Koro! Si no te importa, voy a patearle el culo a la pastelera esquizofrénica antes que a ti. Si quieres ayudarme terminaré más rápido y seguiremos pegándonos después, ¿qué te parece? Hasta podemos hacer otra apuesta a ver quien le da el golpe de gracia —terminé de decir, mirando fijamente a la retorcida jovencita.
- TÉCNICA USADA:
- Furēkugādian (Escama del Guardián):
Sarwick asume una postura envolvente con su sansetsukon en la cual abandona cualquier intención ofensiva a cambio de poder protegerse de una o varias acciones enemigas. Puede detener el impacto de una flecha o ataques contundentes cuerpo a cuerpo, mas proyectiles como balas o algo de más calibre impactarían con normalidad.
- Reposo: 2 turnos.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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