Online
Conectarse
En total hay 16 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 16 Invitados
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 166 durante el Dom Nov 13, 2016 9:10 pm
Last Post
Censo
Staff
Página 1 de 3.
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Creado por Zhenya Wayland Dom Jun 26, 2016 3:36 am
Ya habían pasado una par de semanas desde lo que había pasado en Goa, y en aquel tiempo desde lo más común hasta lo extraño y extraordinario había rodeado a la joven de cabellos dorados. Desde que había encontrado aquella hermosa caja la cual con bastante batalla logró abrir y, en ella, una fruta de forma extraña era su contenido terminó comiéndola. Mucho sufrió para poder comprender cómo utilizarla a su beneficio mas sin desistir lo terminó logrando pudiendo volver su cuerpo a total voluntad con sólo imaginarlo y de ello sacar ventaja. Apenas sus compañeros llegaron a la isla ella tomó su forma animal y curiosa se dedicó a explorar toda la isla encontrando en esta aquella base de la marina que sin más se dedicó a curiosear, sabia que estaba a salvo siendo una simple avecilla, mas sus ojos no dieron crédito a lo que veían, aquel hombre de negros cabellos que hacia poco había conocido merodeaba el lugar rodeado de entre tantos marines… No hizo más que atinar a seguirle durante el resto de la tarde manteniendo siempre una distancia segura le seguía en todo momento, ya encontraría un momento para poder enfrentarle de nuevo.
Y como era de esperar la noche terminó por caer siendo la luna quien rodeada de hermosas estrellas las que adornaran el cielo y con ello el momento justo para ir al encuentro se aquel hombre. Extendiendo aquellas rojizas alas emprendió vuelo buscando entre los edificios alguna ventana que perteneciera al dormitorio de él, varios minutos duró la búsqueda mas logró resultados. Posándose sobre la barandilla de uno de tantos cuartos pudo observar en su interior las armas de aquel hombre que bien identificaría en cualquier lugar, tratando de buscar entrada hacia el lugar era imposible, la ventana estaba totalmente cerrada mas lo único que pudo hace fue con su pico tratar de llamar la atención del marine golpeando delicadamente el vidrio, no quería llamar más la atención de lo debido.
Y como era de esperar la noche terminó por caer siendo la luna quien rodeada de hermosas estrellas las que adornaran el cielo y con ello el momento justo para ir al encuentro se aquel hombre. Extendiendo aquellas rojizas alas emprendió vuelo buscando entre los edificios alguna ventana que perteneciera al dormitorio de él, varios minutos duró la búsqueda mas logró resultados. Posándose sobre la barandilla de uno de tantos cuartos pudo observar en su interior las armas de aquel hombre que bien identificaría en cualquier lugar, tratando de buscar entrada hacia el lugar era imposible, la ventana estaba totalmente cerrada mas lo único que pudo hace fue con su pico tratar de llamar la atención del marine golpeando delicadamente el vidrio, no quería llamar más la atención de lo debido.
Zhenya Wayland
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinya Kougami Dom Jun 26, 2016 11:02 am
Incidente de Goa, fue fatídico para muchos y encuentros de toda índole para unos pocos afortunados. Para el marine se podía decir que conoció a alguien, interesante, intrigante y con una historia bastante amorosa. Su cabellera era dorada como el oro, orbes expresivas. Podía ser un tipejo de la peor calaña, de un genio asqueroso pero no olvidaba a las personas, si tenía recuerdo del primer hombre que le dio una paliza cuando vagaba huérfano por las calles como olvida a una mujer. Traía consigo la pluma que ella le había dado, siempre la tenía, al menos en su bolsillo o si andaba en misión prefería dejarla en casa. Nunca hay que desagradecer los obsequios que te dan aunque el significado aún no lo comprenda.
Ése día, el marine estuvo tranquilo merodeando entre los suyos todo el día. Se podía decir que se mantuvo tranquilo, comía manzanas a cada hora del día, dando bocanadas. Traía igual una herida en su mejilla que estaba cubierta por un vendaje simplón que él, con sus cualidades médicas hizo. Se la había hecho al llegar de Goa, se pasó a llevar con un metal y aun no sanaba del todo. Cómo sea, se la paso en paz todo el día. No era mucho de hablar con los marines y allí no estaban muchos que hubiesen ido a esa isla ni tampoco sus compañeros, estaba solo por decirlo así esperando a volver a reunirse con sus camaradas.
La noche cayó, como las hojas de los árboles de cerezo en otoño. La puesta de sol hizo que Guren mirase aquella escena, sonrió y siguió su andar. Cada paso que daba recordaba cosas, pensaba en que haría la mujer de esos rubios hilos, su estadía en Gray Terminal tenía un objetivo, muy noble. Decidió irse a su habitación dado que se haría de noche, no tenía planeado salir y menos solo. De esa manera llegó a su habitación, era espaciosa y claro sus espadas estaban ahí. Había conseguido una nueva gracias a sus hazañas. Decidió tomar una ducha, todo el día en la calle ya seguro su pelo tenía polvo. Se metió a la ducha, hizo lo normal, duchándose de cuerpo completo, lavando su melena negra como la noche, con un champú de aroma masculino igual que el jabón. Se puso pantalones y la camisa abierta para salir de allí con la toalla sobre la cabeza secándose, los mechones de su pelo estaban desordenados.
Cuando se acercó a su cama prendió una lampara pero notó un sonido, era una especie de piquete. Primero pensó en la puerta pero no era, o sino hubieran hablado luego miró a la ventana, una pequeña y delicada ave estaba allí. Jamás había visto ese ejemplar. Quizás el animal tenía frío por eso decidió avanzar con el genero en la cabeza aún. Al estar cerca abrió la ventana.
— ¿Tienes frío pequeño?— Comentó en un tono agradable, casi energético.— ¿También estás solo en esta noche?— Preguntó, tampoco esperaba que un ave le respondiese, lo hacia por instinto humano de hablar. Tras eso puso sus codos en el cuadro de la ventana, dejó que la brisa entrase y miró al firmamento, siempre manteniendo ojo en la ave, la cual llamó su atención.
Ése día, el marine estuvo tranquilo merodeando entre los suyos todo el día. Se podía decir que se mantuvo tranquilo, comía manzanas a cada hora del día, dando bocanadas. Traía igual una herida en su mejilla que estaba cubierta por un vendaje simplón que él, con sus cualidades médicas hizo. Se la había hecho al llegar de Goa, se pasó a llevar con un metal y aun no sanaba del todo. Cómo sea, se la paso en paz todo el día. No era mucho de hablar con los marines y allí no estaban muchos que hubiesen ido a esa isla ni tampoco sus compañeros, estaba solo por decirlo así esperando a volver a reunirse con sus camaradas.
La noche cayó, como las hojas de los árboles de cerezo en otoño. La puesta de sol hizo que Guren mirase aquella escena, sonrió y siguió su andar. Cada paso que daba recordaba cosas, pensaba en que haría la mujer de esos rubios hilos, su estadía en Gray Terminal tenía un objetivo, muy noble. Decidió irse a su habitación dado que se haría de noche, no tenía planeado salir y menos solo. De esa manera llegó a su habitación, era espaciosa y claro sus espadas estaban ahí. Había conseguido una nueva gracias a sus hazañas. Decidió tomar una ducha, todo el día en la calle ya seguro su pelo tenía polvo. Se metió a la ducha, hizo lo normal, duchándose de cuerpo completo, lavando su melena negra como la noche, con un champú de aroma masculino igual que el jabón. Se puso pantalones y la camisa abierta para salir de allí con la toalla sobre la cabeza secándose, los mechones de su pelo estaban desordenados.
Cuando se acercó a su cama prendió una lampara pero notó un sonido, era una especie de piquete. Primero pensó en la puerta pero no era, o sino hubieran hablado luego miró a la ventana, una pequeña y delicada ave estaba allí. Jamás había visto ese ejemplar. Quizás el animal tenía frío por eso decidió avanzar con el genero en la cabeza aún. Al estar cerca abrió la ventana.
— ¿Tienes frío pequeño?— Comentó en un tono agradable, casi energético.— ¿También estás solo en esta noche?— Preguntó, tampoco esperaba que un ave le respondiese, lo hacia por instinto humano de hablar. Tras eso puso sus codos en el cuadro de la ventana, dejó que la brisa entrase y miró al firmamento, siempre manteniendo ojo en la ave, la cual llamó su atención.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Zhenya Wayland Dom Jun 26, 2016 4:40 pm
Parecía que su plan había tenido efecto, el sonido seco de las pisadas del hombre en el interior de la habitación avisaban que se acercaba a la ventana y junto con ello el suave sonido de esta abrirse dejaba verlo… ahí se encontraba, aquel hombre el cual había estado buscando. Sus llamativas plumas se esponjaron apenas este posó su mirada en la dama, levantando su cabecilla lo observaba atenta abriendo apenas si un poco su pico evitando dirigirle palabra alguna. ¿Estar solo? Claro que lo estaba porque lo esperaba a él. Apenas notó que él se acomodaría para ver el hermoso paisaje ella no lo permitió, levantó sus alas aún con las plumas de su espalda y cola esponjadas para parecer más agresiva, aleteando para hacerle retroceder y entrar tras él, llevando su par de patas hacia el pecho de él sin enterrar sus garras mas el filo de estas podía sentirse y usando la poca fuerza que tenía esperando que él perdiera equilibrio y así tumbarlo sobre la cama, tras ello aquella ave apenas si se dejaba ver por la poca luz en la habitación terminó por tomar aquella forma híbrida, la joven de blanca tez parecida a la porcelana misma, una pequeña mota de cinco plumas adornando su cabeza por el lado derecho de esta, aquel par de pequeñas alas inútiles que poseía en su espalda se habían convertido en un imponente par de alas dejando caer unas cuantas plumas en la habitación tras hacerse visibles, llevando su mano hacia el cinturón donde portaba aquel par de espadas blanca y negra que siempre llevaba lo soltó dejándolas caer de seco en el piso y sin más llevó sus manos a las muñecas del masculino buscando aprisionarle contra la cama, abriendo sus piernas intentó sentarse sobre su cadera y acercando su rostro al de él dejó que sus negros ojos viendo los de él.
Guardó silencio durante algunos instantes, sus rubios cabellos cayeron cubriendo a los costados del rostro de ambos, sus mejillas apenas si podían ser visibles para él mas sus mejillas teñidas de un suave carmín. Hizo un agarre sobre sus muñecas un poco más firme hundiendo apenas si los brazos de él sobre las cobijas nunca con la intención de lastimarlo. - Te encontré… - Un dulce susurro en un tenue hilo de voz acercando más su rostro al de él sintiendo su aliento chocar contra el de él.
Guardó silencio durante algunos instantes, sus rubios cabellos cayeron cubriendo a los costados del rostro de ambos, sus mejillas apenas si podían ser visibles para él mas sus mejillas teñidas de un suave carmín. Hizo un agarre sobre sus muñecas un poco más firme hundiendo apenas si los brazos de él sobre las cobijas nunca con la intención de lastimarlo. - Te encontré… - Un dulce susurro en un tenue hilo de voz acercando más su rostro al de él sintiendo su aliento chocar contra el de él.
Zhenya Wayland
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinya Kougami Lun Jun 27, 2016 9:35 am
Miró a aquella ave, tan frágil y delicada, hermosa como ninguna pero claro no podía hacer mucho mas cuando llamó su atención impidiendo que viera el paisaje. No comprendía para nada el marine, tal vez estaba herida, él era médico y si era eso, haría algo pero aquella acción y cercanía hizo que el mero instinto le hiciera moverse hacia atrás, sin querer tocar al ave. Las delicadas patas del animal se posaron en él, dio pasos hacia atrás perdiendo por casualidad el equilibrio puso una mano sobre la cama. De pronto aquella ave tomo una forma diferente, al comienzo las orbes de Guren se fijaron en la cadera de la mujer que lentamente fueron subiendo hasta encontrarse con el rostro de aquella bella mujer.
Cuando terminó fijándose en ella sus ojos se abrieron como platos, sabía quien era y por sobre todo reconocía ese cabello dorado y facción tan femenina. El muchacho sonrió, no pudo decir nada e intentó con la mano libre alzarla para tocar su mejilla mas falló. Fue prisionero de los movimientos de ella, le dejó hacer, siempre observando su cara. No despegó ojos de ella. Se preguntó; ¿Qué hacía aquí?, ¿No corre peligro? Las armas de ella en el suelo, las del marine acomodadas en una pared alejadas, era un claro símbolo de: enemigos no somos pero quien sabe que somos.
Fue prisionero de la rubia, las manos de ella tomándole como cuan ser dominante, Guren por su parte era igual a pesar de eso no quizo zafarse, se encontraba pensativo y no dejaba se verle. Aquella hermosa mujer se posó sobre él, sentándose en su cadera, aún teniéndole a servicio con manos aprisionadas. El rostro de ambos estaba cerca ahora, respiraciones cruzadas, alientos casi mezclándose. La toalla que traía el marine se desató dejando que su pelo mojado negro en desorden se mezclase con los mechones amarillos de ella. La tomada fue más firme, impidiendo que el impulso de su mano fuese a tocar ese rostro delicado de la mujer.
Las palabras de ella salieron, se podía sentir la cercanía tanto por parte de la respiración, el palpitar y el aliento de ambos que se mezclaba. Guren decidió responder enseguida. — Me encontraste y aquí me tienes.— Musitó levantando la cabeza para que esas palabras fueran más cercanas a la boca de ella, dijo con lentitud y con todo el tiempo del mundo. Por un momento los ojos del marine se posaron en los labiales contrarios. — Fui atrapado por un ángel.— Terminó comentando volviendo a la distancia anterior pero diciendo en ese movimiento. Las ansias de sus manos eran hacer fuerzas, dominar era su idea pero sus manos pensaban en querer sentir su temperatura y suavidad, poder ver sentir sus mejillas si es que estaban irrigadas por la sangre o mejor dicho, únicamente saber si era real y no un mero sueño.
El hombre se inquietó e intento ahora voltear las cosas a su favor, movió su cadera hacia el lado izquierdo para él intentar pasar a la pose dominante. Quería quedar ahora él acomodado en ella, aprovechando como ella había abordado al hombre, aprovechó que la posición de las piernas de ella, ahora él se encontraría aprovechando eso y a merced de ser aprisionado por las femeninas, largas piernas de aquella mujer. Sería ella quien reposaría sobre la suavidad de la cama. En un movimiento intentó zafar sus manos, llevó primero la derecha al cuello de ella, con el pulgar delineo el labio inferior y se acercó con su rostro de apoco. Su respiración la apegó al mentón y luego subió hasta poder observar su rostro. El cabello lo tenía aun mojado, la camisa a medio abrir.
— Zhenya.— Dijo simplemente entre labios, el tibio aliento del masculino se mezclo con los aromas de su champú y jabón. La mano libre la hizo pasar por el brazo diestro de ella, recorriendo con su palma hasta llegar a su mano, la cual, hizo que cuadrasen los 5 dedos del masculinos a los de ella. Su palma sintió la de ella, no le aprisionó solo acaricio. No dijo más. No podía creer aún, le volvió a encontrar. Pero para ella era peligroso estar en un sitio como este, se preocupó el marine pero la cercanía era más importante y atrayente.
Cuando terminó fijándose en ella sus ojos se abrieron como platos, sabía quien era y por sobre todo reconocía ese cabello dorado y facción tan femenina. El muchacho sonrió, no pudo decir nada e intentó con la mano libre alzarla para tocar su mejilla mas falló. Fue prisionero de los movimientos de ella, le dejó hacer, siempre observando su cara. No despegó ojos de ella. Se preguntó; ¿Qué hacía aquí?, ¿No corre peligro? Las armas de ella en el suelo, las del marine acomodadas en una pared alejadas, era un claro símbolo de: enemigos no somos pero quien sabe que somos.
Fue prisionero de la rubia, las manos de ella tomándole como cuan ser dominante, Guren por su parte era igual a pesar de eso no quizo zafarse, se encontraba pensativo y no dejaba se verle. Aquella hermosa mujer se posó sobre él, sentándose en su cadera, aún teniéndole a servicio con manos aprisionadas. El rostro de ambos estaba cerca ahora, respiraciones cruzadas, alientos casi mezclándose. La toalla que traía el marine se desató dejando que su pelo mojado negro en desorden se mezclase con los mechones amarillos de ella. La tomada fue más firme, impidiendo que el impulso de su mano fuese a tocar ese rostro delicado de la mujer.
Las palabras de ella salieron, se podía sentir la cercanía tanto por parte de la respiración, el palpitar y el aliento de ambos que se mezclaba. Guren decidió responder enseguida. — Me encontraste y aquí me tienes.— Musitó levantando la cabeza para que esas palabras fueran más cercanas a la boca de ella, dijo con lentitud y con todo el tiempo del mundo. Por un momento los ojos del marine se posaron en los labiales contrarios. — Fui atrapado por un ángel.— Terminó comentando volviendo a la distancia anterior pero diciendo en ese movimiento. Las ansias de sus manos eran hacer fuerzas, dominar era su idea pero sus manos pensaban en querer sentir su temperatura y suavidad, poder ver sentir sus mejillas si es que estaban irrigadas por la sangre o mejor dicho, únicamente saber si era real y no un mero sueño.
El hombre se inquietó e intento ahora voltear las cosas a su favor, movió su cadera hacia el lado izquierdo para él intentar pasar a la pose dominante. Quería quedar ahora él acomodado en ella, aprovechando como ella había abordado al hombre, aprovechó que la posición de las piernas de ella, ahora él se encontraría aprovechando eso y a merced de ser aprisionado por las femeninas, largas piernas de aquella mujer. Sería ella quien reposaría sobre la suavidad de la cama. En un movimiento intentó zafar sus manos, llevó primero la derecha al cuello de ella, con el pulgar delineo el labio inferior y se acercó con su rostro de apoco. Su respiración la apegó al mentón y luego subió hasta poder observar su rostro. El cabello lo tenía aun mojado, la camisa a medio abrir.
— Zhenya.— Dijo simplemente entre labios, el tibio aliento del masculino se mezclo con los aromas de su champú y jabón. La mano libre la hizo pasar por el brazo diestro de ella, recorriendo con su palma hasta llegar a su mano, la cual, hizo que cuadrasen los 5 dedos del masculinos a los de ella. Su palma sintió la de ella, no le aprisionó solo acaricio. No dijo más. No podía creer aún, le volvió a encontrar. Pero para ella era peligroso estar en un sitio como este, se preocupó el marine pero la cercanía era más importante y atrayente.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Zhenya Wayland Lun Jun 27, 2016 2:21 pm
Su corazón palpitaba de tal manera que parecía en cualquier momento este saldría de su pecho, aquella cercanía era por mucho lo que en toda su vida había vitado con un hombre mas de cierta manera sentía la necesidad de sentirle, el buscarle, saber de él y tenerlo bajo sus garras era un lujo que la de cabellos dorados podía darse por aceptación de él, ella lo sabía, él era mucho más fuerte que la fémina mas no temía de ello, estaba segura que no era la única con deseos de seguir sintiendo aquellas ansias del otro. Entrecerró su mirada apenas escuchó la respuesta del marine, y como si de magia se tratase las palabras de su boca fueron arrebatadas y el aliento se le fue abriendo de par en par tras lo último dicho… ¿Un ángel?.. ¿De verdad él sabía que ella no iba a lastimarle?.. Tal confianza desde el primer encuentro era algo que la joven pirata seguía sin creerlo. Sus mejillas ya totalmente ruborizadas y el nerviosismo impidió que ella se moviese atinando sólo a apegar más su cadera a la de él e incluso sin quererlo apretar más sus manos casi al borde de comenzar a lastimarlo y en cuanto quiso tomar algo de aire para responderle un brusco movimiento de él la hizo perder la noción por un instante perdiendo totalmente el control de aquella transformación haciendo que el mote de plumas que adornaban su cabeza desaparecieran y sus alas a la par, unas cuantas plumas que caían sin rumbo por la habitación y poco a poco se desvanecían de tenues destellos eran las fieles pruebas de lo que ella había portado hace algunos instantes.
Un dulce gimoteo a manera de reclamo se hizo escuchar, por inercia intentó cerrar sus piernas más él estaba entre ellas, recostada ya sobre la cama ahora con papeles inversos no pudo ocultar más el nerviosismo y su respiración algo agitada se hacía notar por l movimiento de su pecho y el suave sonido que salía de sus labios. Tragó en seco levantando suavemente su mentón recibiendo aquella tosca mano que posesivo tomaba su cuello y estremeciéndose al contacto de su dedo una mueca suplicante se dejó ver, aquel trato tortuoso ponía a la joven en una situación más que complicada, deseaba algo mas no sabía qué… ¿O deseaba a alguien..? Cerró su párpado derecho tratando inútilmente de volver a cerrar sus piernas en cuanto el aliento de él rozó su pálida piel llevando su mano izquierda al desnudo pecho del azabache, las palabras sobraban, al menos para ella.
Apenas escuchó su nombre su cuerpo terminó por ceder ¿Tranquilidad?.. Era como si este dejara de estar tenso, como si una dulce droga recorriera cada célula de su cuerpo. Un par de gotas del húmedo cabello de él cayeron sobre su mejilla derecha las cuales cayeron sin rumbo ni permiso logrando que su piel terminara de erizarse. El dulce tacto de él recorrió su brazo y como si lo intuyera abrió su mano para gustosa entrelazarla con la de él apenas si su mano osara aferrarse a ella sintiéndose más tranquila… Más segura… - Te meterás en problemas si me encuentran aquí… - Un dulce susurro se hizo presente. Aquella mano posada en el pecho de él subió lentamente para llegar al mentón del contrario incitándole a no detenerse. - Deberías temer por tu vida… Los piratas no son buenos… - Buscaba los labios ajenos y aun yendo contra la voluntad de él y desafiando el agarre de su cuello con un suave movimiento buscó rozar los labios del marine atrayéndole más a ella tras posar su mano sobre la mejilla de él. Una dulce caricia fue regalada al moreno y un poco más firme el agarre de aquel par de manos dejaba bien claro que no iba a permitirle que se alejara.
Un dulce gimoteo a manera de reclamo se hizo escuchar, por inercia intentó cerrar sus piernas más él estaba entre ellas, recostada ya sobre la cama ahora con papeles inversos no pudo ocultar más el nerviosismo y su respiración algo agitada se hacía notar por l movimiento de su pecho y el suave sonido que salía de sus labios. Tragó en seco levantando suavemente su mentón recibiendo aquella tosca mano que posesivo tomaba su cuello y estremeciéndose al contacto de su dedo una mueca suplicante se dejó ver, aquel trato tortuoso ponía a la joven en una situación más que complicada, deseaba algo mas no sabía qué… ¿O deseaba a alguien..? Cerró su párpado derecho tratando inútilmente de volver a cerrar sus piernas en cuanto el aliento de él rozó su pálida piel llevando su mano izquierda al desnudo pecho del azabache, las palabras sobraban, al menos para ella.
Apenas escuchó su nombre su cuerpo terminó por ceder ¿Tranquilidad?.. Era como si este dejara de estar tenso, como si una dulce droga recorriera cada célula de su cuerpo. Un par de gotas del húmedo cabello de él cayeron sobre su mejilla derecha las cuales cayeron sin rumbo ni permiso logrando que su piel terminara de erizarse. El dulce tacto de él recorrió su brazo y como si lo intuyera abrió su mano para gustosa entrelazarla con la de él apenas si su mano osara aferrarse a ella sintiéndose más tranquila… Más segura… - Te meterás en problemas si me encuentran aquí… - Un dulce susurro se hizo presente. Aquella mano posada en el pecho de él subió lentamente para llegar al mentón del contrario incitándole a no detenerse. - Deberías temer por tu vida… Los piratas no son buenos… - Buscaba los labios ajenos y aun yendo contra la voluntad de él y desafiando el agarre de su cuello con un suave movimiento buscó rozar los labios del marine atrayéndole más a ella tras posar su mano sobre la mejilla de él. Una dulce caricia fue regalada al moreno y un poco más firme el agarre de aquel par de manos dejaba bien claro que no iba a permitirle que se alejara.
Zhenya Wayland
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinya Kougami Lun Jun 27, 2016 5:46 pm
Seguía sorprendido, atónito y por sobre todo con aceleración cardiaca. La forma en que le tomó durante un instante fue más fuerte, él no se quejó tampoco es que le incomodase sino al contrario. Jamás quitó los ojos del rostro de la mujer, lo observó tanto que podía definir cada una de las facciones de la fémina, su piel, ya era suave con solo mirarla, su aroma no podía observarlo pero en su mente imaginaba a flores, con canela quizás una suave vainilla aromática. Pudo sentir cuando ella dominó como su cadera se pegó, por instinto el marine ahí hubiese hecho otro movimiento pero, estaba prisionero. Sus orbes se fijaban en ella, cabellos dorados, plumas, nariz, hasta el mentón. Recaía en ser detallista, se podría memorizar los lunares si los encontraba.
Ichinose cambió de postura, ahora él tenía acceso a poder usar sus manos, se apegó más cargando su cadera más no implico fuerza para que no molestase. Quizás se vería incomoda, pero para Guren estaba siendo totalmente impulsado por algo su ser. La joven de cabellos dorados, era para los ojos del marine, bella no lo iba a negar, rostro fino podía hacer perder el aliento a cualquiera. El acelerado corazón palpitó, su cabeza no pensaba, sino que actuaba sin preguntarse a si mismo si le agradaría su tacto. Le tenía ahí, frente a sus ojos, parecía que quería escapar, pero él, no la iba a dejar tampoco quería darle espacio. Tal vez necesitaba el calor ajeno, el tacto, el aliento.. A ella.
El marine no estaba nervioso sino que desconcertado, pensó una vez al salir de Goa que no sabría de ella, que seguro las vidas de ambos tomarían caminos separados. Sería una historia, con un desenlace que nadie sabría, era historia de dos, no había nadie entrometido solamente dos seres que por ser parte de bandos totalmente enemigos se encontraban ahora envueltos, entre caricias, miradas y mezcla de alientos que de apoco incendiarían todo, sí es que pasaba a mayores. Cuando tocó sus labios, ese dedo fue tan delicado llegó hasta el labial superior, paró a mitad de camino. Eran carnosos al contrario del marine, los cuales eran muy gallardos quizás pequeños.
Su mano durante un momento envolvió detrás de su nuca con sus dedos, el pulgar acaricio esa piel que ya desde el comienzo deseo. Era suave, como imaginó. No podía oler, quería memorizar, recordar y tener en mente, tanto la suavidad de su piel como aromas. Miró esos labios, durante un segundo los cuales parecieron años. En su mente la imagen de combinar ambos, en un gesto de puro deseo. El marine se mordió el labio con sus dientes, ocultando ese deseo pero era tarde el gesto se veía. Le inquietaba el respirar de ella, pero el de ambos de apoco se hacia uno, se unían.
Durante un instante cuando su mano libre en la de ella dio paso a dejarle responder a su gesto, cerró sus ojos, se acercó otro poco rozó la comisura de sus labios con las de él, sintió su aliento, pudo notar la respiración, la de él igual sonó entre sus labios medio abiertos. Acelerada, cuando abrió los ojos miró las manos de ambos, se iban a juntar en un hermoso gesto. La mano de ella por el contrario fue a parar al pecho del marine, su piel seca pero aun con dejes de la ducha. Le dejo palpar, sentir y que recordase la piel de él. Quizás no era tan suave ni atrayente como la de Zhenya pero, eso lo decidía ella. Se movió un poco más hacia adelante para ver si la mano de ella avanzaba y tomase el cuello de él.
La mano de ambos finalizaron encontrándose, por instinto cerró esta enlazando los dedos con confianza, no le iba a soltar. La mano de él callosa, la de ella suave como la de una princesa. Su pulgar de espadachín, algo grueso, acarició la contra parte de la mano, lenta, memorizando todo tacto, disfrutando. El marine se aceleró, dejó escapar un sonido entre sus labios como si su alma escapase por su boca, miró a Zhenya justo cuando habló. Decía algo cierto, se metería en problemas al igual que ella. Pero los problemas le daban igual, no iba a parar por un problema. El cuerpo de Guren se sentía, protegido, querido, deseado tal vez. Solo por tener amarrada la mano con la de la pirata.
No quiso responder, las palabras estarían de sobra pero seguro al rato diría algo, susurrado, un secreto para los dos, un nido de secretos. La mano de la mujer subió, Guren con sus ojos miró el recorrido haciendo con la de tenía en el rostro de ella bajar, delineo por la silueta a la mujer lento, depositando la yema de sus dedos en cada parte de su piel que estuviera al tacto. Fue lento tanto que el tiempo se detenía. Luego llegó a la cadera donde se detuvo, le tomó con suavidad y se acomodó un poco mejor. Dominando más, dejando relucir su ser más de hombre, su mente y cuerpo incitaban a avanzar más, con su cuerpo daba oportunidad a que la joven igual lo hiciera, era libre podía tomar lo que buscaban, ambos.
La mujer no se detenía con sus palabras, al marine no le importaba. A ella no le iba a temer, pensaba que ella era un ángel, con esas alas y esa entrada. Quizás ella debería temerle al marine, a lo mejor simplemente debería hacerle reposar en su regazo, nadie temía sino lo contrario. Entregó la confianza y todo en bandeja. La tomada al cuello y la cercanía que forzó no fue forzada sino querida por el marine. Se comenzó a acercar, los labios de ambos rozaban, los de él estaban algo húmedos. Se veía tentado por los de ella, un placer sería completar todo. De pronto el marine inicio el habla, pero cada palabra que hilaba era un roce con los labiales contrarios, los movía con suavidad y pronunciaba lento, disfrutando ese suave roce.
— No importan, quien castigarían sería a mi no a ti, Zhenya.— Dijo su nombre lento, aumentando el toque de labios, cargando el peso más en estos. — Tú deberías temer por tu vida.. Recuerda que soy marine puedo..— Hizo una pausa, miró el cuerpo de ella y acomodó más, era hermosa. — Hacerte mi prisionera.— Terminó. El tiempo quizás pasaba más lento, y por eso su mano retomó a el tacto. Su camino fue a la inversa pasando desde la cadera, torso con la yema de los dedos tocando su piel a roces por lo difícil de la posición. Llegó arriba y con la mano en el hombro zurdo de ella lo apretó con suavidad, meneo sus dedos y llegó a la nuca, de apoco acortó la distancia, presionando los labios él con los de ella. Abrió su boca, cerro los ojos acercó el rostro de ella e hizo que el labio superior de él quedase en la comisura de sus labios, besó envolviendo el labio inferior de ella. Depositó el beso, por fin fundió sus labios con los de ella, envolvió los labiales inferior con los de él casi mordiendo y así, se aceleró. No le iba a dejar escapar y eso fue evidente con aquella acción. Su respiración la notaba ella cercana y más continua que antes. En la noche no le dejaría ir.
Ichinose cambió de postura, ahora él tenía acceso a poder usar sus manos, se apegó más cargando su cadera más no implico fuerza para que no molestase. Quizás se vería incomoda, pero para Guren estaba siendo totalmente impulsado por algo su ser. La joven de cabellos dorados, era para los ojos del marine, bella no lo iba a negar, rostro fino podía hacer perder el aliento a cualquiera. El acelerado corazón palpitó, su cabeza no pensaba, sino que actuaba sin preguntarse a si mismo si le agradaría su tacto. Le tenía ahí, frente a sus ojos, parecía que quería escapar, pero él, no la iba a dejar tampoco quería darle espacio. Tal vez necesitaba el calor ajeno, el tacto, el aliento.. A ella.
El marine no estaba nervioso sino que desconcertado, pensó una vez al salir de Goa que no sabría de ella, que seguro las vidas de ambos tomarían caminos separados. Sería una historia, con un desenlace que nadie sabría, era historia de dos, no había nadie entrometido solamente dos seres que por ser parte de bandos totalmente enemigos se encontraban ahora envueltos, entre caricias, miradas y mezcla de alientos que de apoco incendiarían todo, sí es que pasaba a mayores. Cuando tocó sus labios, ese dedo fue tan delicado llegó hasta el labial superior, paró a mitad de camino. Eran carnosos al contrario del marine, los cuales eran muy gallardos quizás pequeños.
Su mano durante un momento envolvió detrás de su nuca con sus dedos, el pulgar acaricio esa piel que ya desde el comienzo deseo. Era suave, como imaginó. No podía oler, quería memorizar, recordar y tener en mente, tanto la suavidad de su piel como aromas. Miró esos labios, durante un segundo los cuales parecieron años. En su mente la imagen de combinar ambos, en un gesto de puro deseo. El marine se mordió el labio con sus dientes, ocultando ese deseo pero era tarde el gesto se veía. Le inquietaba el respirar de ella, pero el de ambos de apoco se hacia uno, se unían.
Durante un instante cuando su mano libre en la de ella dio paso a dejarle responder a su gesto, cerró sus ojos, se acercó otro poco rozó la comisura de sus labios con las de él, sintió su aliento, pudo notar la respiración, la de él igual sonó entre sus labios medio abiertos. Acelerada, cuando abrió los ojos miró las manos de ambos, se iban a juntar en un hermoso gesto. La mano de ella por el contrario fue a parar al pecho del marine, su piel seca pero aun con dejes de la ducha. Le dejo palpar, sentir y que recordase la piel de él. Quizás no era tan suave ni atrayente como la de Zhenya pero, eso lo decidía ella. Se movió un poco más hacia adelante para ver si la mano de ella avanzaba y tomase el cuello de él.
La mano de ambos finalizaron encontrándose, por instinto cerró esta enlazando los dedos con confianza, no le iba a soltar. La mano de él callosa, la de ella suave como la de una princesa. Su pulgar de espadachín, algo grueso, acarició la contra parte de la mano, lenta, memorizando todo tacto, disfrutando. El marine se aceleró, dejó escapar un sonido entre sus labios como si su alma escapase por su boca, miró a Zhenya justo cuando habló. Decía algo cierto, se metería en problemas al igual que ella. Pero los problemas le daban igual, no iba a parar por un problema. El cuerpo de Guren se sentía, protegido, querido, deseado tal vez. Solo por tener amarrada la mano con la de la pirata.
No quiso responder, las palabras estarían de sobra pero seguro al rato diría algo, susurrado, un secreto para los dos, un nido de secretos. La mano de la mujer subió, Guren con sus ojos miró el recorrido haciendo con la de tenía en el rostro de ella bajar, delineo por la silueta a la mujer lento, depositando la yema de sus dedos en cada parte de su piel que estuviera al tacto. Fue lento tanto que el tiempo se detenía. Luego llegó a la cadera donde se detuvo, le tomó con suavidad y se acomodó un poco mejor. Dominando más, dejando relucir su ser más de hombre, su mente y cuerpo incitaban a avanzar más, con su cuerpo daba oportunidad a que la joven igual lo hiciera, era libre podía tomar lo que buscaban, ambos.
La mujer no se detenía con sus palabras, al marine no le importaba. A ella no le iba a temer, pensaba que ella era un ángel, con esas alas y esa entrada. Quizás ella debería temerle al marine, a lo mejor simplemente debería hacerle reposar en su regazo, nadie temía sino lo contrario. Entregó la confianza y todo en bandeja. La tomada al cuello y la cercanía que forzó no fue forzada sino querida por el marine. Se comenzó a acercar, los labios de ambos rozaban, los de él estaban algo húmedos. Se veía tentado por los de ella, un placer sería completar todo. De pronto el marine inicio el habla, pero cada palabra que hilaba era un roce con los labiales contrarios, los movía con suavidad y pronunciaba lento, disfrutando ese suave roce.
— No importan, quien castigarían sería a mi no a ti, Zhenya.— Dijo su nombre lento, aumentando el toque de labios, cargando el peso más en estos. — Tú deberías temer por tu vida.. Recuerda que soy marine puedo..— Hizo una pausa, miró el cuerpo de ella y acomodó más, era hermosa. — Hacerte mi prisionera.— Terminó. El tiempo quizás pasaba más lento, y por eso su mano retomó a el tacto. Su camino fue a la inversa pasando desde la cadera, torso con la yema de los dedos tocando su piel a roces por lo difícil de la posición. Llegó arriba y con la mano en el hombro zurdo de ella lo apretó con suavidad, meneo sus dedos y llegó a la nuca, de apoco acortó la distancia, presionando los labios él con los de ella. Abrió su boca, cerro los ojos acercó el rostro de ella e hizo que el labio superior de él quedase en la comisura de sus labios, besó envolviendo el labio inferior de ella. Depositó el beso, por fin fundió sus labios con los de ella, envolvió los labiales inferior con los de él casi mordiendo y así, se aceleró. No le iba a dejar escapar y eso fue evidente con aquella acción. Su respiración la notaba ella cercana y más continua que antes. En la noche no le dejaría ir.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Zhenya Wayland Mar Jun 28, 2016 1:20 pm
Zhenya Wayland
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinya Kougami Mar Jun 28, 2016 5:37 pm
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Zhenya Wayland Jue Jun 30, 2016 3:25 pm
Zhenya Wayland
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shinya Kougami Vie Jul 01, 2016 10:56 am
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» [PRIVADO] ¡Todo por ron!
» The jaws of oblivion —Privado.
» #PRIVADO — Whispers in the Night
» #PRIVADO — A dance to remember.
» Lindo color~ [Privado]
» The jaws of oblivion —Privado.
» #PRIVADO — Whispers in the Night
» #PRIVADO — A dance to remember.
» Lindo color~ [Privado]
Página 1 de 3.