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Creado por Ange Miér Jun 29, 2016 8:31 pm
Por un momento la fémina recordó que tenía medio costal de Den den mushis para entregarle a sus subordinados y camaradas para que estuvieran comunicados entre todos de forma segura -Que nadie se olvide llevarse un den den mushi- Exclamo con fuerza repartiendo dichos medios de comunicación mientras que sus compañeros partían a la búsqueda de sus respectivos objetivos de robo -De acuerdo Ord, no toques la Botica y ve por esos ganaderos, insistiré en que intentes no armar un escándalo cuando los robes.-
La idea de la apuesta de Rida sonaba divertida al parecer de la pirata, así que decidió participar en silencio, si encontraba algo absurdamente extraño lo presumiría sin lugar a dudas, tomo sus espadas lista para partir, dado que ella se encaminaba a una casa no esperaba toparse con nada particularmente extraño así que opto por ir a la proa del barco a buscar ayuda para cargar los objetos valiosos que pudiera, sin embargo parecia ser que ya sus subordinados se habían llevado a buena parte de los grumetes, así que ella dejaría los que estaban allí para que cuidaran el barco de ser necesario.
Cuando estaba resignada a trabajar sola vio un reflejo metálico familiar, uno de los “dragones” que se habían incorporado durante los meses de ausencia de Zett y Ord estaba recostado sobre la madera, su aspecto salvaje y oscuro lo hacían ver muy genial, sin embargo ella como capitán del barco no mostraría admiración ni siquiera al tratar con maquinaría de alto nivel como esa -Buenas noches Wolf- saludo la cyborg al pacifista de aspecto canino.
-Estamos por cometer un asalto antes de partir de casería, olvide avisarte e invitarte a la reunión porque… bueno en realidad no invite a nadie realmente, simplemente le encargue a Ord que se ocupara… en fin ¿Me llevas con sigilo y rápidas? Tengo que asaltar una casa bastante grande y me vendrían bien manos extra… patas en tu caso- explico brevemente con su habitual rudeza arruinada por el tono tan dulce y angelical que poseía en su voz, incluso hablando de asaltos y comportándose como un hombre su voz seguía sonando demasiado gentil mientras se acercaba con intenciones de montar al pacifista.
La idea de la apuesta de Rida sonaba divertida al parecer de la pirata, así que decidió participar en silencio, si encontraba algo absurdamente extraño lo presumiría sin lugar a dudas, tomo sus espadas lista para partir, dado que ella se encaminaba a una casa no esperaba toparse con nada particularmente extraño así que opto por ir a la proa del barco a buscar ayuda para cargar los objetos valiosos que pudiera, sin embargo parecia ser que ya sus subordinados se habían llevado a buena parte de los grumetes, así que ella dejaría los que estaban allí para que cuidaran el barco de ser necesario.
Cuando estaba resignada a trabajar sola vio un reflejo metálico familiar, uno de los “dragones” que se habían incorporado durante los meses de ausencia de Zett y Ord estaba recostado sobre la madera, su aspecto salvaje y oscuro lo hacían ver muy genial, sin embargo ella como capitán del barco no mostraría admiración ni siquiera al tratar con maquinaría de alto nivel como esa -Buenas noches Wolf- saludo la cyborg al pacifista de aspecto canino.
-Estamos por cometer un asalto antes de partir de casería, olvide avisarte e invitarte a la reunión porque… bueno en realidad no invite a nadie realmente, simplemente le encargue a Ord que se ocupara… en fin ¿Me llevas con sigilo y rápidas? Tengo que asaltar una casa bastante grande y me vendrían bien manos extra… patas en tu caso- explico brevemente con su habitual rudeza arruinada por el tono tan dulce y angelical que poseía en su voz, incluso hablando de asaltos y comportándose como un hombre su voz seguía sonando demasiado gentil mientras se acercaba con intenciones de montar al pacifista.
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ord "The Dead" Miér Jun 29, 2016 9:43 pm
Paseaba con mi aspecto civil por la ciudad, he de aceptarlo sentía cierta fineza en mi vestimenta y por algún motivo la gente en Lvneel parecía apreciarlo, no parecía tan extravagante como imaginaba, algunas personas vestían cosas aún más extrañas. Mientras me dirigía al establo del que tenía cierto conocimiento y esperaba que me reconocieran, antes de ser pirata había cumplido una estancia en esa isla como médico y según lo que me había dicho Romerto entrelineas nadie tenía idea de que era un criminal, y en todo caso mi vestimenta evocaba una apariencia ostentosa y en mis bolsillos cargaba la solución para el robo. Saque un momento el "kirajuice" solo para sentir su aroma, sin probarlo y dije para mi mismo -Hoy toca hacer todo consciente, puedo con esto y con la responsabilidad - cerraba el frasco, junto a los otros tantos.
La primer figura que divise fue a un tipo delgado, alto y de barba. Portaba vestimenta de marinero curtido, piel tostada, tatuajes de anclas, demasiado esterotipado tal vez, y ceño algo fruncido podía no indicar una buena respuesta pero por dinero probablemente se interesaría, esa era la idea. Vi algo de interes en él y le dije aparentado ser alguien de dinero la propuestas de que me acompañara por una paga, la idea era "comprar" los equinos y que él junto a alguien más me ayudaría. En ese momento me di cuenta que había una extraña refinada niña al lado, había estado escuchando toda la idea. Por algún motivo su cornamenta y gesto la hacían no ser alguien común, su gesto parecía bastante pedante pero parecía andar sola. A fin de cuentas pense que podía servir para decir que era mi hija, aunque a la vista sería demasiado increible -¿Pequeña escuchabas lo que hablabamos? ¿Te gustaría ganarte un algo de dinero y montar a caballo?- le dije tratando de convencerla, no esperaba que acabara metida en la tripulación, inicialmente solo era una niña bonita para la mejorar mi papel y actuación pero no siempre se tiene todo bajo control. Yo en ese momento no sabía que era una pirata. Al escucha sus respuestas le susurre al oído algo que el corsario no alcanzaría a escuchar, era una propuesta interesante del ganancias a conseguir.
Nos acercábamos al lugar y llame a la puerta educadamente, me presente con el nombre de Ordnardo, el que la gente más conocía, no el de los carteles de "Ord, El Muerto" pasamos hablando un momento presentando a mis acompañantes, mi hija y el capataz, nos llevaríamos cuatro caballos, los juegos de sillas y las alforjas más grandes. Supuestamente me acababa de mudar de vuelta al reino, mis acompañantes poco a poco se iban acoplando al plan, solo habían dos presentes. Lo importante era dormirlos con la droga que cargaba en mi bolsilo, metí mi mano en la molsa y tome la droga, puse mis manos en la espalda y dije -Ueue estoy muy contento con este trato, es un buen precio- rotunda mentira, era una estafa de precio por las bestias, las separe y estas, como dos ratas fueron directo hasta el que estaba más alejado, una mano le asfixiaba y la otra le virtió algo de la droga en su boca, hice que le diera la espalda a los tipos y le tapaba la boca mientras presionaba.
Seguía hablando con los otros dos mientras el tipo forcejeaba de espaldas, uno de los dos lo miró y le pregunto sobre que le sucedía. Llegando casi al limite de la distancia de control lo lleve arrastrado, Estaba dormido, una mano sostenía su boca y cabeza, la otra la entrepierna, me daba igual tomarlo de ahí, la idea era que aparentara caminar, hice que se sentara. Los tipos lo veían extrañados, esperaba tener que evitar la violencia con mis brazos largos ahora sin manos en mis bolsas. y la espada oculta bajo la ropa. Luego de ese hice que las manos volaran hasta los otros dos y que cada una acabara en la boca impidiendoles gritar -Vigilen un momento, les dije, vamos a robarles todo a estos bastardos, corsario si la niña se asusta tápale la boca- le dije a los dos acompañantes, mientras a cada uno le daba un codazo, separado. Era la primera vez que usaba mis poderes en un combate o asalto, era realmente útil. Mi risa cubría por completo mi boca -Creo que el diablo de la fruta puede ser mejor que el diablo de la botella kukuku- decía recordando él crimen anterior de esa indole y el famoso cuento de Robert Loise Stevenson.
La primer figura que divise fue a un tipo delgado, alto y de barba. Portaba vestimenta de marinero curtido, piel tostada, tatuajes de anclas, demasiado esterotipado tal vez, y ceño algo fruncido podía no indicar una buena respuesta pero por dinero probablemente se interesaría, esa era la idea. Vi algo de interes en él y le dije aparentado ser alguien de dinero la propuestas de que me acompañara por una paga, la idea era "comprar" los equinos y que él junto a alguien más me ayudaría. En ese momento me di cuenta que había una extraña refinada niña al lado, había estado escuchando toda la idea. Por algún motivo su cornamenta y gesto la hacían no ser alguien común, su gesto parecía bastante pedante pero parecía andar sola. A fin de cuentas pense que podía servir para decir que era mi hija, aunque a la vista sería demasiado increible -¿Pequeña escuchabas lo que hablabamos? ¿Te gustaría ganarte un algo de dinero y montar a caballo?- le dije tratando de convencerla, no esperaba que acabara metida en la tripulación, inicialmente solo era una niña bonita para la mejorar mi papel y actuación pero no siempre se tiene todo bajo control. Yo en ese momento no sabía que era una pirata. Al escucha sus respuestas le susurre al oído algo que el corsario no alcanzaría a escuchar, era una propuesta interesante del ganancias a conseguir.
Nos acercábamos al lugar y llame a la puerta educadamente, me presente con el nombre de Ordnardo, el que la gente más conocía, no el de los carteles de "Ord, El Muerto" pasamos hablando un momento presentando a mis acompañantes, mi hija y el capataz, nos llevaríamos cuatro caballos, los juegos de sillas y las alforjas más grandes. Supuestamente me acababa de mudar de vuelta al reino, mis acompañantes poco a poco se iban acoplando al plan, solo habían dos presentes. Lo importante era dormirlos con la droga que cargaba en mi bolsilo, metí mi mano en la molsa y tome la droga, puse mis manos en la espalda y dije -Ueue estoy muy contento con este trato, es un buen precio- rotunda mentira, era una estafa de precio por las bestias, las separe y estas, como dos ratas fueron directo hasta el que estaba más alejado, una mano le asfixiaba y la otra le virtió algo de la droga en su boca, hice que le diera la espalda a los tipos y le tapaba la boca mientras presionaba.
Seguía hablando con los otros dos mientras el tipo forcejeaba de espaldas, uno de los dos lo miró y le pregunto sobre que le sucedía. Llegando casi al limite de la distancia de control lo lleve arrastrado, Estaba dormido, una mano sostenía su boca y cabeza, la otra la entrepierna, me daba igual tomarlo de ahí, la idea era que aparentara caminar, hice que se sentara. Los tipos lo veían extrañados, esperaba tener que evitar la violencia con mis brazos largos ahora sin manos en mis bolsas. y la espada oculta bajo la ropa. Luego de ese hice que las manos volaran hasta los otros dos y que cada una acabara en la boca impidiendoles gritar -Vigilen un momento, les dije, vamos a robarles todo a estos bastardos, corsario si la niña se asusta tápale la boca- le dije a los dos acompañantes, mientras a cada uno le daba un codazo, separado. Era la primera vez que usaba mis poderes en un combate o asalto, era realmente útil. Mi risa cubría por completo mi boca -Creo que el diablo de la fruta puede ser mejor que el diablo de la botella kukuku- decía recordando él crimen anterior de esa indole y el famoso cuento de Robert Loise Stevenson.
Ord "The Dead"
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Leona Clare Jue Jun 30, 2016 4:59 am
Sin nada que hacer, de la nada se le presento esa oportunidad que a pocos se le presentaban, una aventura y lo que era mejor, para conseguir algo que le pertenencia por derecho, el dinero, viviendo como noble ella lo tuvo a montones, ni siquiera se preocupaba en que gastaba y en como se podía gastar, ella solo lo usaba para su propia satisfacción, sin tener la menor piedad de las consecuencias que esto le pudiera traer a otros y el montar a un caballo era algo irrelevante, esas criaturas de carga simplemente servían para sus designios, así fue que cuando vio a un tipo bastante horripilante hablarle, esta le contesto a su pregunto - Lo que hayan hablado o no, es mio, así que puedo escuchar lo que quiera - le respondió con una mirada fría mientras se ponía de pie y por mero capricho, siguió al tipo horripilante y a sus acompañantes.
Soltó un suspiro al ver el método tan simple que había usado para infiltrarse, para acabar con esos dos tipos y ademas era un usuario de Akuma, no podía ser mas horripilante, aunque Leona pensaba en adquirir alguna akuma en un futuro pero claramente pensaba que la suya seria mil veces mas majestuosa, cuando escucho el comentario de que le taparan la boca por si se asustaba, esta miro a los corsarios con un enorme desprecio y le dirigió unas palabras - Si se os ocurre tocarme o si quiera rozarme con esas manos, os pondré vuestras bocas en la nuca a puñetazos o quizás me divierta aplastándoos los huesos de los brazos uno a uno - los dos corsarios se sorprendieron al ver que esta lo decía en serio, solo en su mirada se podía notar que no tendría pizca de miedo en hacer tal acción, se crujió los dedos moviendo los dos enormes guantes que cubrían sus manos mientras esperaba que el tipo horripilante terminara lo que estuviera haciendo.
Soltó un suspiro al ver el método tan simple que había usado para infiltrarse, para acabar con esos dos tipos y ademas era un usuario de Akuma, no podía ser mas horripilante, aunque Leona pensaba en adquirir alguna akuma en un futuro pero claramente pensaba que la suya seria mil veces mas majestuosa, cuando escucho el comentario de que le taparan la boca por si se asustaba, esta miro a los corsarios con un enorme desprecio y le dirigió unas palabras - Si se os ocurre tocarme o si quiera rozarme con esas manos, os pondré vuestras bocas en la nuca a puñetazos o quizás me divierta aplastándoos los huesos de los brazos uno a uno - los dos corsarios se sorprendieron al ver que esta lo decía en serio, solo en su mirada se podía notar que no tendría pizca de miedo en hacer tal acción, se crujió los dedos moviendo los dos enormes guantes que cubrían sus manos mientras esperaba que el tipo horripilante terminara lo que estuviera haciendo.
Leona Clare
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Rida Sarwick Jue Jun 30, 2016 7:59 am
La misión de los Wild Dragons era efectuar un asalto coordinado múltiple en el Reino Lvneel, por lo que la tranquilidad de aquella isla se vería seriamente turbada esa noche.
Los miembros se habían puesto en movimiento, cada uno con un respectivo den den mushi para hablar entre ellos y estar mejor sincronizados o pedir ayuda en caso requerido. Mi tarea particular era sencilla: hurtar provisiones de un restaurante para el Wing, pero estaba indudablemente más emocionado por la apuesta que habíamos pactado en la sala del capitán. ¡Tenía que conseguir el objeto más extraño, a como diera lugar! Por esa razón, desde que puse un pie en el reino, iba vigilando todo lo que me rodeaba, sopesando qué podría bastar para ganar la apuesta.
— Tsk, seguro que Ord lleva algo rarísimo, tengo que poner empeño... —susurré para mi mismo, mientras empezaba a entrar en la civilización.
La noche había caído ya, y por lo tanto no había tanta gente en la calle, de modo que podría ser más sencillo para alguien fijarse en mí, por una razón u otra. No me preocupaba demasiado, mi Wanted era pequeño y no era probable que me reconocieran la cara. Angelene y Ord tendrían más problemas con eso. De camino al restaurante, lo más extraño que vi fue una corbata con estampado de patitos que llevaba un anciano. Podría servir, pero prefería buscar algo superior, y de no encontrar nada ya vería si le seguía la pista al viejo y le birlaba la corbata.
Diez minutos después estaba en el lugar que la capitana me había indicado en el mapa. Era un bonito y decente restaurante de élite. Al día siguiente tenían anunciado un gran evento de degustación de un Rey Marino del Grand Line y debido a los preparativos no habían abierto, por lo que era la ocasión perfecta para ir a hurgar el depósito trasero. Rodeé el establecimiento con calma y me encontré con el acceso a las bodegas: un par de puertas enormes de hierro, cerradas con doble candado. Podría romperlos, pero eso haría un escándalo.
— ¡EH! ¡TÚ! —un grito iracundo surgió de detrás de mi. Al darme la vuelta, vi que no me había dado cuenta de un guardia. Me había descuidado. El tipo era grande y fuerte, tan alto como yo y más fornido, lo cual era bastante decir— Esas pintas, y ese saco, ¿vienes a robar, sabandija? —me espetó.
Pillado, no me quedaba más que sonreír de oreja a oreja.
— Creo que es muy obvio, ¿verdad? Ya qué... voy a tener que ensuciarme un poco —dejé caer el saco al suelo a la vez que sacaba el sansetsukon, lo extendía y me colocaba en la posición de combate. Mientras lo hacía, vi bien al vigilante... y lo que vi me hizo aumentar aun más la sonrisa: el tipo se veía muy normal, pero tenía un colgante muy bizarro con un amuleto dorado que decía "EL GUARDIA MÁS SEXY DEL MUNDO" y dos rábanos a cada lado como ornamento— A ver, a ver, a ver... Me llevaré ese collar tuyo aunque sea lo último que haga en la vida y ganaré esa jodida apuesta, príncipe —dije, entrecerrando los ojos y enseñándole una sonrisa maquiavélica de duende.
Los miembros se habían puesto en movimiento, cada uno con un respectivo den den mushi para hablar entre ellos y estar mejor sincronizados o pedir ayuda en caso requerido. Mi tarea particular era sencilla: hurtar provisiones de un restaurante para el Wing, pero estaba indudablemente más emocionado por la apuesta que habíamos pactado en la sala del capitán. ¡Tenía que conseguir el objeto más extraño, a como diera lugar! Por esa razón, desde que puse un pie en el reino, iba vigilando todo lo que me rodeaba, sopesando qué podría bastar para ganar la apuesta.
— Tsk, seguro que Ord lleva algo rarísimo, tengo que poner empeño... —susurré para mi mismo, mientras empezaba a entrar en la civilización.
La noche había caído ya, y por lo tanto no había tanta gente en la calle, de modo que podría ser más sencillo para alguien fijarse en mí, por una razón u otra. No me preocupaba demasiado, mi Wanted era pequeño y no era probable que me reconocieran la cara. Angelene y Ord tendrían más problemas con eso. De camino al restaurante, lo más extraño que vi fue una corbata con estampado de patitos que llevaba un anciano. Podría servir, pero prefería buscar algo superior, y de no encontrar nada ya vería si le seguía la pista al viejo y le birlaba la corbata.
Diez minutos después estaba en el lugar que la capitana me había indicado en el mapa. Era un bonito y decente restaurante de élite. Al día siguiente tenían anunciado un gran evento de degustación de un Rey Marino del Grand Line y debido a los preparativos no habían abierto, por lo que era la ocasión perfecta para ir a hurgar el depósito trasero. Rodeé el establecimiento con calma y me encontré con el acceso a las bodegas: un par de puertas enormes de hierro, cerradas con doble candado. Podría romperlos, pero eso haría un escándalo.
— ¡EH! ¡TÚ! —un grito iracundo surgió de detrás de mi. Al darme la vuelta, vi que no me había dado cuenta de un guardia. Me había descuidado. El tipo era grande y fuerte, tan alto como yo y más fornido, lo cual era bastante decir— Esas pintas, y ese saco, ¿vienes a robar, sabandija? —me espetó.
Pillado, no me quedaba más que sonreír de oreja a oreja.
— Creo que es muy obvio, ¿verdad? Ya qué... voy a tener que ensuciarme un poco —dejé caer el saco al suelo a la vez que sacaba el sansetsukon, lo extendía y me colocaba en la posición de combate. Mientras lo hacía, vi bien al vigilante... y lo que vi me hizo aumentar aun más la sonrisa: el tipo se veía muy normal, pero tenía un colgante muy bizarro con un amuleto dorado que decía "EL GUARDIA MÁS SEXY DEL MUNDO" y dos rábanos a cada lado como ornamento— A ver, a ver, a ver... Me llevaré ese collar tuyo aunque sea lo último que haga en la vida y ganaré esa jodida apuesta, príncipe —dije, entrecerrando los ojos y enseñándole una sonrisa maquiavélica de duende.
Última edición por Rida Sarwick el Dom Jul 03, 2016 6:34 pm, editado 1 vez
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Zett Jue Jun 30, 2016 10:59 am
Los demás ya deberían estar llevando a cabo su parte del plan, pero por algún motivo que Zett no lograba comprender, la cerradura de la puerta se le resistía una y otra vez, las ganzúas se rompían como palillos en una tasca de pueblo.
Que aquel lamentable espectáculo le ocurriera a un ingeniero acostumbrado a manejarse con maquinaria pequeña era algo vergonzoso, menos mal que nadie caminaba a esa hora por la calle trasera de los edificios.
¿Acaso eran los meses en prisión y la falta de sueño los responsables de lo torpe del mink?, Zett no tenia forma alguna de saberlo, pero cuanto mas y mas trataba de abrir la puerta, mas se molestaba el enorme hombre oso. Llego al punto de tratar de usar sus uñas largas para abrir la cerradura, pero estas eran mas anchas que el ojo de la misma y no entraban, el mink se frustro y decidió entrar como mejor sabia hacer, aun que de esta forma llamara la atención. Tomo un pedrusco que vio por los alrededores y lo lanzo con su devastadora fuerza contra la puerta, provocando que un agujero se abriera a la altura de las mirillas, lo bastante grandes como para dejar pasar el brazo del mink.
Bien, no he echo mucho ruido pensó Zett mientras colaba el brazo por el agujero y abría la puerta desde dentro, entrando si mayor dificultad a la trastienda de la bodega y echando un vistazo a su alrededor vio que le toco un buen objetivo
El lugar rebosaba de botellas de alcohol y mas importante aun, de barriles, estos eran el objetivo principal para este asalto, ya que por esta vez premiaba mas la cantidad que la calidad, aun que igual tomaría los barriles con el contenido mas caro y mayor calidad de entre el conjunto que se encontraba dentro.
Dicho y echo, no tardo mas de unos cuantos minutos en cargar el carro que traía con el con los mejores barriles, de ellos eran 8 en total, ademas de 2 docenas de botellas de buena calidad. Toda la estructura montada sobre la carreta era algo endeble y se tambaleaba a ratos, mas Zett confiaba en poder llevar la carga a salvo, por lo que se puso en camino.
No tardo mucho en empezar a cruzarse con gente por la calle, pero como estos estaban borrachos y Zett aprovechaba el amparo de las sombras, lo único que vieron era un carretón que transportaba algo, pero no prestaron mas atención, o eso pensó el mink, ya que al llegar a un cruce se encontró de frente con una guardia que le daba el alto -¿que querrá esta ahora?- se pregunto el mink.
Por un momento pensó en atacar a la joven guardia, pero esto iría en contra de las ordenes de su capitana por lo que se detuvo.
¿Sabe que existe un toque de queda para el transporte de mercancías señor... oso? le pregunto la guardia a Zett sin mucho gesto de sorpresa por la naturaleza animal del mink.
Lo se, estoy tarde... fingió normalidad el mink pero estos días el trabajo a estado pesado, ¿no puede hacer una exención por hoy?
La guardia pareció pensárselo, pero de inmediato respondió Lo siento señor, pero no puede ser, debo informar de esto en mi cuartel. fue lo que dijo la guardia mientras metía su mano en su bolsillo y sacaba un pequeño den den mushi y se lo acercaba a la boca.
Zett entro en pánico en ese mismo momento, si no hacia algo la guardia rebelaría su golpe a sus compañeros, ya que no existía constancia de su transporte de carga ficticio, pero no podía hacer daño a la joven y tampoco salir huyendo y dejar la carga atrás, ¿que podría hacer?. La chica ya estaba apunto de presionar el botón que iniciaba la comunicación, fue entonces cuando una idea fugaz cruzo la mente de Zett, la asustaría.
Fue con esa idea en mente que Zett se estiro hacia adelante salvando el metro de distancia que le separaba de la guardia y inclinándose un poco quedo con su cara a la altura de la de ella, que se veía pequeña a comparación del rostro del mink, la joven se sorprendió por este repentino movimiento y esto se reflejo en su rostro, acompañado de un pequeño tartamudeo por verse abordara tan repentinamente por una figura de semejantes dimensiones. Fue en ese intervalo que el mink rugió, uno de los rugidos mas fuertes, vocalizados y intimidantes de los que había soltado nunca.
La sorpresa que sintió la guardia enseguida se convirtió en autentico terror, su rostro se volvió rojo en un segundo, las lagrimas comenzaron a escurrir por sus mejillas y lo mismo pasaba con su mucosa al caer por su nariz, al mismo tiempo Zett pudo escuchar sus dientes crepitar al temblor nervioso que invadió el cuerpo completo de la joven y lo que culmino la escena fue ver como una mancha de humedad aparecía en la zona de su ingle, una milésima después la joven caía de rodillas al suelo y mirando hacia arriba demostraba haber perdido la conciencia con sus ojos completamente en blanco.
El den den mushi de la oficial callo a tierra y quedo con la concha rota, Zett supuso que quedo inutilizado en ese momento, solo esperaba que el rugido no hubiera quedado registrado por el pequeño animal de comunicaciones y se hubiera enterado todo el cuartel del que venia la joven. Hablando de la joven, Zett sentía pena por como había dejado a la guardia, en especial por orinarse encima, por lo que dejando un momento la carreta de lado tomo a la joven y la apoyo sobre la pared mas cerca, le retiro los pantalones y la ropa interior mojadas y la cubrió con una de las telas que tapaban parte de la carga en la carreta.
-Lamento esto, pero es mejor que perder la vida por estar en mal lugar, en el peor momento, frente al tipo equivocado- fue lo que le dijo Zett a la oficial antes de seguir su camino, aun que sabia que ella no era capaz de escuchar sus palabras.
Que aquel lamentable espectáculo le ocurriera a un ingeniero acostumbrado a manejarse con maquinaria pequeña era algo vergonzoso, menos mal que nadie caminaba a esa hora por la calle trasera de los edificios.
¿Acaso eran los meses en prisión y la falta de sueño los responsables de lo torpe del mink?, Zett no tenia forma alguna de saberlo, pero cuanto mas y mas trataba de abrir la puerta, mas se molestaba el enorme hombre oso. Llego al punto de tratar de usar sus uñas largas para abrir la cerradura, pero estas eran mas anchas que el ojo de la misma y no entraban, el mink se frustro y decidió entrar como mejor sabia hacer, aun que de esta forma llamara la atención. Tomo un pedrusco que vio por los alrededores y lo lanzo con su devastadora fuerza contra la puerta, provocando que un agujero se abriera a la altura de las mirillas, lo bastante grandes como para dejar pasar el brazo del mink.
Bien, no he echo mucho ruido pensó Zett mientras colaba el brazo por el agujero y abría la puerta desde dentro, entrando si mayor dificultad a la trastienda de la bodega y echando un vistazo a su alrededor vio que le toco un buen objetivo
El lugar rebosaba de botellas de alcohol y mas importante aun, de barriles, estos eran el objetivo principal para este asalto, ya que por esta vez premiaba mas la cantidad que la calidad, aun que igual tomaría los barriles con el contenido mas caro y mayor calidad de entre el conjunto que se encontraba dentro.
Dicho y echo, no tardo mas de unos cuantos minutos en cargar el carro que traía con el con los mejores barriles, de ellos eran 8 en total, ademas de 2 docenas de botellas de buena calidad. Toda la estructura montada sobre la carreta era algo endeble y se tambaleaba a ratos, mas Zett confiaba en poder llevar la carga a salvo, por lo que se puso en camino.
No tardo mucho en empezar a cruzarse con gente por la calle, pero como estos estaban borrachos y Zett aprovechaba el amparo de las sombras, lo único que vieron era un carretón que transportaba algo, pero no prestaron mas atención, o eso pensó el mink, ya que al llegar a un cruce se encontró de frente con una guardia que le daba el alto -¿que querrá esta ahora?- se pregunto el mink.
Por un momento pensó en atacar a la joven guardia, pero esto iría en contra de las ordenes de su capitana por lo que se detuvo.
¿Sabe que existe un toque de queda para el transporte de mercancías señor... oso? le pregunto la guardia a Zett sin mucho gesto de sorpresa por la naturaleza animal del mink.
Lo se, estoy tarde... fingió normalidad el mink pero estos días el trabajo a estado pesado, ¿no puede hacer una exención por hoy?
La guardia pareció pensárselo, pero de inmediato respondió Lo siento señor, pero no puede ser, debo informar de esto en mi cuartel. fue lo que dijo la guardia mientras metía su mano en su bolsillo y sacaba un pequeño den den mushi y se lo acercaba a la boca.
Zett entro en pánico en ese mismo momento, si no hacia algo la guardia rebelaría su golpe a sus compañeros, ya que no existía constancia de su transporte de carga ficticio, pero no podía hacer daño a la joven y tampoco salir huyendo y dejar la carga atrás, ¿que podría hacer?. La chica ya estaba apunto de presionar el botón que iniciaba la comunicación, fue entonces cuando una idea fugaz cruzo la mente de Zett, la asustaría.
Fue con esa idea en mente que Zett se estiro hacia adelante salvando el metro de distancia que le separaba de la guardia y inclinándose un poco quedo con su cara a la altura de la de ella, que se veía pequeña a comparación del rostro del mink, la joven se sorprendió por este repentino movimiento y esto se reflejo en su rostro, acompañado de un pequeño tartamudeo por verse abordara tan repentinamente por una figura de semejantes dimensiones. Fue en ese intervalo que el mink rugió, uno de los rugidos mas fuertes, vocalizados y intimidantes de los que había soltado nunca.
La sorpresa que sintió la guardia enseguida se convirtió en autentico terror, su rostro se volvió rojo en un segundo, las lagrimas comenzaron a escurrir por sus mejillas y lo mismo pasaba con su mucosa al caer por su nariz, al mismo tiempo Zett pudo escuchar sus dientes crepitar al temblor nervioso que invadió el cuerpo completo de la joven y lo que culmino la escena fue ver como una mancha de humedad aparecía en la zona de su ingle, una milésima después la joven caía de rodillas al suelo y mirando hacia arriba demostraba haber perdido la conciencia con sus ojos completamente en blanco.
El den den mushi de la oficial callo a tierra y quedo con la concha rota, Zett supuso que quedo inutilizado en ese momento, solo esperaba que el rugido no hubiera quedado registrado por el pequeño animal de comunicaciones y se hubiera enterado todo el cuartel del que venia la joven. Hablando de la joven, Zett sentía pena por como había dejado a la guardia, en especial por orinarse encima, por lo que dejando un momento la carreta de lado tomo a la joven y la apoyo sobre la pared mas cerca, le retiro los pantalones y la ropa interior mojadas y la cubrió con una de las telas que tapaban parte de la carga en la carreta.
-Lamento esto, pero es mejor que perder la vida por estar en mal lugar, en el peor momento, frente al tipo equivocado- fue lo que le dijo Zett a la oficial antes de seguir su camino, aun que sabia que ella no era capaz de escuchar sus palabras.
Zett
Hoja de personaje
Nivel:
(15/100)
Haki:
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Creado por Blade Wolf Jue Jun 30, 2016 11:26 pm
El lobo se encontraba recostado en el barco tranquilamente como normalmente era para el estar haciéndolo, le gustaba pasar gran parte del día y la noche descansando mientras no tuviera nada para hacer la pasaría allí, actualmente su sistema se encontraba aparentemente desactivado, ya que no se veía ningún tipo acción por parte del lobo, pero en cuanto sintió los pasos de alguien acercándose a el, sus ojos se activaron encendiendo el rojo de su visor, volteando a mirar quien era que se le aproximaba, pudo detectar a su capitán la cual se aproximaba tranquilamente, para saludarle a lo que el respondió tranquilamente, sus patas traseras estaban sobre su cuerpo metálico y su cabeza reposaba sobre sus patas delanteras, para saludarla, su voz era la de un mecha, ya que no contaba con ningún tipo de mecanismo que lo hiciera parecer mas humano, nunca se habían preocupado por eso realmente quienes le dieron una vida.
-Buenas noches Capitana....
Fueron sus palabras, mientras luego escuchaba como esta comenzaba a mencionar sobre lo que había pasado, de por que el no había estado en aquella reunión, pero realmente a el no le interesaba ese tipo de reuniones, no tenia gran interés en dichos acontecimientos, sino que se reservaba a hacer lo que le fuera asignado y al parecer, la capitana ya tenia sus instrucciones, al escuchar lo que le mencionaba mientras ella hablaba el se levanto estirando las patas traseras y las delanteras, como si de un gran lobo se tratara, luego arqueando su espalda para levantar su cabeza mirando hacia la luna y sacudir tranquilamente su cuerpo, como si buscara quitar su pelaje metálico, el cual no tenia, luego de escuchar todo lo que se le informaba, bajo su cuerpo para que ella pudiera montar sobre el.
-Por supuesto subid taicho, le llevare enseguida... dime donde es.
Dijo para esperar que ella se subiera en cuanto la joven lo hizo, el empezó a caminar para tomar distancia del limite del barco, en cuanto estuvo a una distancia optima empezó a tomar carrera y bajando su cuerpo levemente dio un salto tomando impulso, para caer sobre los tejados y empezar a correr de uno al otro, utilizo sus garras para asegurarse que no fuera a caerse y caer con su capitana, saltando de un edificio al otro, paso cerca de sus aliados saltando por encima de los edificios cercanos y luego ver el lugar donde le había citado era una hermosa casa se podría decir y tenia un balcón lo que era mejor para la infiltración, debió corregir el curso saltando dos casas a la derecha, para quedar alineado con el balcón y tomar impulso de una casa a la otra y caer sobre el balcón, giro levemente su cuerpo usando sus zarpas para detener la velocidad y su pata trasera se clavo en la pared, logrando detenerse.
-Llegamos si me permite yo le abriré paso...
Menciono moviendo su cola, mientras se colocaba frente a la puerta de entrada al balcón, observando si podía ver a alguien o algo entonces alzo su cola, bajando un poco el cuerpo para que ella se bajara y con su cola comenzó a arrombar la puerta, usando los cables de menor envergadura, para luego abrir la puerta y hacer con sus patas hacia atrás y se sentó sobre las traseras observando como de seguro la joven entraría y se quedo esperando, para luego entrar detrás de ella observando el lugar, moviendo su cola como alerta de que algo llegara a pasar.
-Buenas noches Capitana....
Fueron sus palabras, mientras luego escuchaba como esta comenzaba a mencionar sobre lo que había pasado, de por que el no había estado en aquella reunión, pero realmente a el no le interesaba ese tipo de reuniones, no tenia gran interés en dichos acontecimientos, sino que se reservaba a hacer lo que le fuera asignado y al parecer, la capitana ya tenia sus instrucciones, al escuchar lo que le mencionaba mientras ella hablaba el se levanto estirando las patas traseras y las delanteras, como si de un gran lobo se tratara, luego arqueando su espalda para levantar su cabeza mirando hacia la luna y sacudir tranquilamente su cuerpo, como si buscara quitar su pelaje metálico, el cual no tenia, luego de escuchar todo lo que se le informaba, bajo su cuerpo para que ella pudiera montar sobre el.
-Por supuesto subid taicho, le llevare enseguida... dime donde es.
Dijo para esperar que ella se subiera en cuanto la joven lo hizo, el empezó a caminar para tomar distancia del limite del barco, en cuanto estuvo a una distancia optima empezó a tomar carrera y bajando su cuerpo levemente dio un salto tomando impulso, para caer sobre los tejados y empezar a correr de uno al otro, utilizo sus garras para asegurarse que no fuera a caerse y caer con su capitana, saltando de un edificio al otro, paso cerca de sus aliados saltando por encima de los edificios cercanos y luego ver el lugar donde le había citado era una hermosa casa se podría decir y tenia un balcón lo que era mejor para la infiltración, debió corregir el curso saltando dos casas a la derecha, para quedar alineado con el balcón y tomar impulso de una casa a la otra y caer sobre el balcón, giro levemente su cuerpo usando sus zarpas para detener la velocidad y su pata trasera se clavo en la pared, logrando detenerse.
-Llegamos si me permite yo le abriré paso...
Menciono moviendo su cola, mientras se colocaba frente a la puerta de entrada al balcón, observando si podía ver a alguien o algo entonces alzo su cola, bajando un poco el cuerpo para que ella se bajara y con su cola comenzó a arrombar la puerta, usando los cables de menor envergadura, para luego abrir la puerta y hacer con sus patas hacia atrás y se sentó sobre las traseras observando como de seguro la joven entraría y se quedo esperando, para luego entrar detrás de ella observando el lugar, moviendo su cola como alerta de que algo llegara a pasar.
Blade Wolf
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Frisk Vie Jul 01, 2016 4:13 pm
Frisk, en conjunto de 2 o 3 grumetes que ella misma escogió en el barco, finalmente llegó al establecimiento de venta y compra de instrumentos musicales. Ella caminó, alzando su mano derecha con el fin de que los subordinados le siguieran con lentitud y sin emitir sonido. Dentro del local, habían unas luces encendidas, pero el cartel de "Cerrado" estaba colocado en la puerta. Se detuvo al frente de la puerta, tocando el vidrio con una de sus manos, siendo ella la única visible por parte de los que estuvieran dentro, debido a algunas persianas y cortinas que bloqueaban la vista en el exterior. Un hombre de unos 48 años se acercó a la puerta y movió su cabeza y mano en señal de negación, avisando que no abriría porque ya estaban cerrados.
Frisk chasqueó su lengua, mostrándose molesta y asqueada. Giró sobre su propio eje e implantó una fuerte patada sobre la puerta para abrirla sin más. El vidrio se vino abajo, y el sonido del impacto resonó en aquella oscura calle. La pirata entró de manera tranquila, con su mano posada sobre el mango de su Shinai. El encargado estaba con mucho miedo, tumbado en el suelo y detrás del mostrador estaba una señora de pelo largo oscuro que contabilizaba el dinero de su caja registradora. ~ Chicos... entren ya ~ Aquellos hombres que siguieron a Frisk asintieron a las órdenes e ingresaron, destrozando todo lo que veían. Rompían las vitrinas y tomaban todos los instrumentos y piezas musicales que podían cargar. Frisk estaba muy tranquila, dirigía a los grumetes con su voz para indicarles qué debían montar en la carreta que les esperaba afuera. Uno de los hombres sujetó el vestido de la señora y la empujó hacia el suelo, arrancándole todos los berries que ella tuviese. Su marido se levantó, bastante molesto, pero Frisk simplemente clavó la punta de su tacón derecho sobre el hombro izquierdo de dicho para mantenerlo calmado en el suelo. ~ No hagas tonterías ~ Poco a poco la mirada de Frisk se perdía en una oscuridad, se veía bastante molesta y quería infundirle miedo al buen hombre, quien asintió y se quedó inerte allí. Un grumete había robado todo el capital de la caja registradora, depositándolo como era debido en un saco.
Algunos pianos fueron robados como también los violines, trompetas, clarinetes, flautas, entre muchos otros instrumentos que fueron debidamente sacados del local para subirlos de manera rápida y eficaz sobre la carreta. Las casas y estructuras aledañas comenzaron a iluminarse por dentro, destacando que los testigos comenzarían a llegar. Un grumete alertó a Frisk de que era hora de largarse y ella asintió. ~ Salgamos inmediatamente de este sitio. ~ Dio media vuelta y se disponía a salir del establecimiento.
Frisk en el camino, fue pensando muy bien el objeto que debía presentarle a su capitana para ganar así la apuesta de sus compañeros.
Frisk chasqueó su lengua, mostrándose molesta y asqueada. Giró sobre su propio eje e implantó una fuerte patada sobre la puerta para abrirla sin más. El vidrio se vino abajo, y el sonido del impacto resonó en aquella oscura calle. La pirata entró de manera tranquila, con su mano posada sobre el mango de su Shinai. El encargado estaba con mucho miedo, tumbado en el suelo y detrás del mostrador estaba una señora de pelo largo oscuro que contabilizaba el dinero de su caja registradora. ~ Chicos... entren ya ~ Aquellos hombres que siguieron a Frisk asintieron a las órdenes e ingresaron, destrozando todo lo que veían. Rompían las vitrinas y tomaban todos los instrumentos y piezas musicales que podían cargar. Frisk estaba muy tranquila, dirigía a los grumetes con su voz para indicarles qué debían montar en la carreta que les esperaba afuera. Uno de los hombres sujetó el vestido de la señora y la empujó hacia el suelo, arrancándole todos los berries que ella tuviese. Su marido se levantó, bastante molesto, pero Frisk simplemente clavó la punta de su tacón derecho sobre el hombro izquierdo de dicho para mantenerlo calmado en el suelo. ~ No hagas tonterías ~ Poco a poco la mirada de Frisk se perdía en una oscuridad, se veía bastante molesta y quería infundirle miedo al buen hombre, quien asintió y se quedó inerte allí. Un grumete había robado todo el capital de la caja registradora, depositándolo como era debido en un saco.
Algunos pianos fueron robados como también los violines, trompetas, clarinetes, flautas, entre muchos otros instrumentos que fueron debidamente sacados del local para subirlos de manera rápida y eficaz sobre la carreta. Las casas y estructuras aledañas comenzaron a iluminarse por dentro, destacando que los testigos comenzarían a llegar. Un grumete alertó a Frisk de que era hora de largarse y ella asintió. ~ Salgamos inmediatamente de este sitio. ~ Dio media vuelta y se disponía a salir del establecimiento.
Frisk en el camino, fue pensando muy bien el objeto que debía presentarle a su capitana para ganar así la apuesta de sus compañeros.
Última edición por Frisk el Dom Jul 03, 2016 6:28 pm, editado 1 vez
Frisk
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ange Dom Jul 03, 2016 4:49 pm
El pacifista respondió de forma tranquila ante la solicitud de la fémina invitándola a subir, sin mucha finura ni ceremonias la dama de cabellera azabache se montó en aquel lobo mecánico que comenzó a desplazarse con ligereza envidiable para los seres orgánicos seguramente, si bien cargar a la fémina no era una gran proeza, el hecho de que lo hiciera con más sigilo del que ella hubiera hecho en caso de intentar ir volando era bastante resaltable, por no mencionar que tenía el extra de que el pacifista no se cansaba de correr y saltar de techo en techo hasta el objetivo.
Angelene se bajó del lomo de su compañero para que este pudiera trabajar en abrir la ventana sin tener que maniobrar con ella arriba, tener una navaja suiza era realmente útil en aquellas ocasiones, si fuera por ella simplemente habría destrozado la entrada del balcón -Te lo encargo Wolffie- dijo de forma relajada a sabiendas de que no habría nadie alrededor, por mucha gracia que tuviera ese apodo y por más de que le gustara usarlo sobre aquel lobo mecánico, también quería que tuviera aquella imponente imagen que le gustaba ver en sus "dragones".
Una vez que la entrada estuvo lista la capitán se adentró en la oscuridad de aquella habitación había una cama matrimonial medio desarmada, pero la puerta estaba cerrada así que no debía de haber salido nadie de allí, se acercó y tomo las frazadas, las apoyo contra su abdomen descubierto, dado que no tenía sentido del tacto en sus extremidades esa era la forma de comprobar si estaban tibias y todavía estaban calientes -Parece que alguien se levantó por un ruido...- dijo mientras que se agachaba para mirar debajo de la cama sin encontrar nadie allí.
La muchacha liberó una de las espadas retractiles de sus antebrazos y abrió la puerta del único potencial escondite sin revisar, un armario bastante grande, al abrirlo una mujer que tendría la edad de Frisk intento apuñalarla pero la pirata más dada al combate con armas desvió el corto filo de la agresora y tomo de la boca a aquella muchacha mientras la desarmaba -Calma, no vengo a hacerte daño, aunque debería después de querer apuñalarme... en fin, cálmese señora, vengo con mi terrorífico amigo...- dijo mientras que con un gesto de la cabeza señalaba a Blade Wolf, cuya presencia parecía intimidar bastante más que la de una adolescente que no llegaba a los 20 con voz de persona amable.
Tras un largo periodo de forcejeo para mantenerla callada, atada y amordazada la pirata la sentó en la cama -Vamos a hablar con calma y no gritaras o haré que Blade te coma ¿Ok?- tras otro rato de intimidación e interrogatorio por parte de la pirata, está se enteró de que la mujer estaba casada con un hombre, un guardia que en esos días se encontraba en un viaje de negocios y por eso estaba sola, con la promesa de que después de revisar la casa y llevarse objetos de valor suficientes se irían sin hacerle ninguna clase de daño.
Evidentemente la pirata no se confió tanto y ató a la mujer a la cama además de amordazarla para que no armará un escándalo mientras ella revisaba la casa y traía distintos objetos de valor, todos los que había podido reunir a lo largo de una revisan de casi una hora. Tras aquel tiempo había reunido los objetos en la habitación de la mujer con el balcón cerrado pero listo para ser el medio de escape en caso de que alguien se hubiera alertado afuera.
La pirata se acercó, liberó de la mordaza a la mujer y le propuso el intercambio de algunos objetos de valor "sentimental" a cambio de la caja fuerte que seguramente su marido había escondido en la casa (A sabiendas de que ella misma no podría encontrarla seguramente), tras un largo rato seleccionando y separando los objetos de valor emocional la mujer colaboró.
Para tristeza de la pirata había menos dinero en la caja fuerte del que hubiera obtenido vendiendo los objetos robados, sin embargo se daba por satisfecha sin saber que había sido engañada en los negocios por una comerciante astuta pero no arrogante como para intentar ser ambiciosa al punto que en que la pirata se hubiera sentido estafada o hubiera montado en cólera.
-Bueno Wolf, tenemos suficiente para nuestro atraco, así que nos iremos dejando a la señora con una mano y ambos pies atados para que no avise a la marina de nosotros tan rápidamente.- Con aquellas palabras que relajaron al a mujer, Ange le dio un fuerte golpe con la empuñadura de una de sus espadas en el abdomen dejándola inconsciente -Aunque dejarla suelta e inconsciente es menos problemático para todos.- dijo explicando aquella maravillosa idea que acababa de tener y ejecutar en un instante, cual rayo de inspiración divina.
Angelene se bajó del lomo de su compañero para que este pudiera trabajar en abrir la ventana sin tener que maniobrar con ella arriba, tener una navaja suiza era realmente útil en aquellas ocasiones, si fuera por ella simplemente habría destrozado la entrada del balcón -Te lo encargo Wolffie- dijo de forma relajada a sabiendas de que no habría nadie alrededor, por mucha gracia que tuviera ese apodo y por más de que le gustara usarlo sobre aquel lobo mecánico, también quería que tuviera aquella imponente imagen que le gustaba ver en sus "dragones".
Una vez que la entrada estuvo lista la capitán se adentró en la oscuridad de aquella habitación había una cama matrimonial medio desarmada, pero la puerta estaba cerrada así que no debía de haber salido nadie de allí, se acercó y tomo las frazadas, las apoyo contra su abdomen descubierto, dado que no tenía sentido del tacto en sus extremidades esa era la forma de comprobar si estaban tibias y todavía estaban calientes -Parece que alguien se levantó por un ruido...- dijo mientras que se agachaba para mirar debajo de la cama sin encontrar nadie allí.
La muchacha liberó una de las espadas retractiles de sus antebrazos y abrió la puerta del único potencial escondite sin revisar, un armario bastante grande, al abrirlo una mujer que tendría la edad de Frisk intento apuñalarla pero la pirata más dada al combate con armas desvió el corto filo de la agresora y tomo de la boca a aquella muchacha mientras la desarmaba -Calma, no vengo a hacerte daño, aunque debería después de querer apuñalarme... en fin, cálmese señora, vengo con mi terrorífico amigo...- dijo mientras que con un gesto de la cabeza señalaba a Blade Wolf, cuya presencia parecía intimidar bastante más que la de una adolescente que no llegaba a los 20 con voz de persona amable.
Tras un largo periodo de forcejeo para mantenerla callada, atada y amordazada la pirata la sentó en la cama -Vamos a hablar con calma y no gritaras o haré que Blade te coma ¿Ok?- tras otro rato de intimidación e interrogatorio por parte de la pirata, está se enteró de que la mujer estaba casada con un hombre, un guardia que en esos días se encontraba en un viaje de negocios y por eso estaba sola, con la promesa de que después de revisar la casa y llevarse objetos de valor suficientes se irían sin hacerle ninguna clase de daño.
Evidentemente la pirata no se confió tanto y ató a la mujer a la cama además de amordazarla para que no armará un escándalo mientras ella revisaba la casa y traía distintos objetos de valor, todos los que había podido reunir a lo largo de una revisan de casi una hora. Tras aquel tiempo había reunido los objetos en la habitación de la mujer con el balcón cerrado pero listo para ser el medio de escape en caso de que alguien se hubiera alertado afuera.
La pirata se acercó, liberó de la mordaza a la mujer y le propuso el intercambio de algunos objetos de valor "sentimental" a cambio de la caja fuerte que seguramente su marido había escondido en la casa (A sabiendas de que ella misma no podría encontrarla seguramente), tras un largo rato seleccionando y separando los objetos de valor emocional la mujer colaboró.
Para tristeza de la pirata había menos dinero en la caja fuerte del que hubiera obtenido vendiendo los objetos robados, sin embargo se daba por satisfecha sin saber que había sido engañada en los negocios por una comerciante astuta pero no arrogante como para intentar ser ambiciosa al punto que en que la pirata se hubiera sentido estafada o hubiera montado en cólera.
-Bueno Wolf, tenemos suficiente para nuestro atraco, así que nos iremos dejando a la señora con una mano y ambos pies atados para que no avise a la marina de nosotros tan rápidamente.- Con aquellas palabras que relajaron al a mujer, Ange le dio un fuerte golpe con la empuñadura de una de sus espadas en el abdomen dejándola inconsciente -Aunque dejarla suelta e inconsciente es menos problemático para todos.- dijo explicando aquella maravillosa idea que acababa de tener y ejecutar en un instante, cual rayo de inspiración divina.
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ord "The Dead" Dom Jul 03, 2016 11:05 pm
Una vez había satisfecho con el control de la situación y al ver que la chiquilla era más respondona o valiente de lo que espere dije para los bandidos -Todo marcha bastante bien kukuku niña disculpas, al parecer eres una fierecilla marina kukuku- y mediante poderosas patadas acabe con la conciencia de los tipos, puse las manos devuelta una vez estaba seguro que los tipos estaban noqueados pese a que podía matarlos como medico había algo que me lo impedía pero realmente me daban igual.
El corsario se encargaría solo de esconder los cuerpos y vigilar la entrada en caso de alguna visita inoportuna. La chica cornada era libre de hacer lo que quisiera, tome una de las alforjas y se la aventé -si quieres ser tan mala como dices ven conmigo a saquear a estos ganaderos bastardos kukuku- no me sentía bien influyendo de esa forma en una niña así pero prefería aprovechar ese recurso que dejarlo pululando en su pedantería. La oportunidad no podía ser mejor tenía una caja fuerte y aparentemente estaba abierta de antes de que llegaramos. Había bastante dinero y oro. -¡Por los brazos cortos de Jesús Etxailarena! Ven chiquilla a cargar con esto y te daré un caballito luego kukuku- también cargaba dos alforjas más. Solté mi boca y la mande cerca del corsario que nos ayudaba en ese lindo día de robo -¡Ey soy yo, el feo, no te asustes y obedece! Ensilla 5 caballos de esos del establo y ponlos al costado, luego ven a ayudarme a cargarlos, hay mucho oro y dinero- el tipo se asustaría mucho pero la avaricia siempre podía más.
Rápidamente tendría listos los equinos y el botín cargado, mi caballo contaba con 2 alforjas, el de la pequeña el que le había quedado a ella y el otro tipo también con uno. Antes de irse un tipo viejo se acercó, parecía el encargado del establo, era un inconveniente pero se veía demacrado, le dije -¿Señor como lo tratan sus jefes, me dieron estas bestias por un precio un poco caro?- el anciano miró un momento el local con algo de odio y dijo -Chon unos bastardos, Chevan por lo menos 30 achos echplotandome a mi y mi familia- pensé por un momento y le lance un par de fajos de billetes y un lingote de oro -Vayase ya para su casa y mandelos a la mierda, viva lo que le quede con su familia, soy un tipo rico y me cayeron mal kukuku. Hasta nunca viejo. ¡Arre!- azote al caballo negro que me había tocado, me gustó bastante ese condenado. Fuimos directo al punto donde quedamos de vernos una vez completado nuestro respectivo robo, si algunos de los dragones estaba por allí en el momento acordado había caballos de sobra y si no pues galoparíamos hasta el Wing tan rápido como el viento cargado de oro, no mucho pero si hacía falta le imprimiría el ritmo necesario, tenía muchísimo de no galopar sobre una bestia así, probablemente le pondría un nombre.
El corsario se encargaría solo de esconder los cuerpos y vigilar la entrada en caso de alguna visita inoportuna. La chica cornada era libre de hacer lo que quisiera, tome una de las alforjas y se la aventé -si quieres ser tan mala como dices ven conmigo a saquear a estos ganaderos bastardos kukuku- no me sentía bien influyendo de esa forma en una niña así pero prefería aprovechar ese recurso que dejarlo pululando en su pedantería. La oportunidad no podía ser mejor tenía una caja fuerte y aparentemente estaba abierta de antes de que llegaramos. Había bastante dinero y oro. -¡Por los brazos cortos de Jesús Etxailarena! Ven chiquilla a cargar con esto y te daré un caballito luego kukuku- también cargaba dos alforjas más. Solté mi boca y la mande cerca del corsario que nos ayudaba en ese lindo día de robo -¡Ey soy yo, el feo, no te asustes y obedece! Ensilla 5 caballos de esos del establo y ponlos al costado, luego ven a ayudarme a cargarlos, hay mucho oro y dinero- el tipo se asustaría mucho pero la avaricia siempre podía más.
Rápidamente tendría listos los equinos y el botín cargado, mi caballo contaba con 2 alforjas, el de la pequeña el que le había quedado a ella y el otro tipo también con uno. Antes de irse un tipo viejo se acercó, parecía el encargado del establo, era un inconveniente pero se veía demacrado, le dije -¿Señor como lo tratan sus jefes, me dieron estas bestias por un precio un poco caro?- el anciano miró un momento el local con algo de odio y dijo -Chon unos bastardos, Chevan por lo menos 30 achos echplotandome a mi y mi familia- pensé por un momento y le lance un par de fajos de billetes y un lingote de oro -Vayase ya para su casa y mandelos a la mierda, viva lo que le quede con su familia, soy un tipo rico y me cayeron mal kukuku. Hasta nunca viejo. ¡Arre!- azote al caballo negro que me había tocado, me gustó bastante ese condenado. Fuimos directo al punto donde quedamos de vernos una vez completado nuestro respectivo robo, si algunos de los dragones estaba por allí en el momento acordado había caballos de sobra y si no pues galoparíamos hasta el Wing tan rápido como el viento cargado de oro, no mucho pero si hacía falta le imprimiría el ritmo necesario, tenía muchísimo de no galopar sobre una bestia así, probablemente le pondría un nombre.
Ord "The Dead"
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Leona Clare Lun Jul 04, 2016 11:07 am
Si el tipo horripilante y sus amigos estúpidos tenían la esperanza de que Leona moviera un musculo por estos no podian estar mas equivocados, esta se cruzo de brazos mientras veía las escenas que el tipo feo estaba haciendo, aun cuando le ordenaron que llevara las cosas y que se montara a un caballo, esta miro a uno de los corsarios con una mirada mas que fulminante y le dijo - Tu vasallo, lleva las cosas al caballo y cuando las tengas listas, avísame - el corsario asintió con un rostro que hacia notar el miedo que le tenia a esta, aun siendo esta una mera niña, cuando este hubo cargado todas las cosas en su caballo, aviso a Leona y esta con una sonrisa de superioridad dio nos pasos y vio que para ella era imposible subirse al caballo sin ayuda pero esta no tenia la menor intención de recibir esa ayuda - Bueno, inclínate que te usare de escalera - le ordeno al corsario, este se negó por un momento pero un puñetazo a la parte mas sensible de un hombre lo hizo caer al suelo y esta lo uso como escalera para subirse al caballo, poniendo los pies en su espalda y luego subiendo al caballo - Debes estar agradecido por ese golpe, no golpeo a todos, humano - dijo mientras veía como el tipo horripilante se estaba marchando.
Mientras seguía a ese tipo, por simple curiosidad, nunca había visto antes a un usuario de akuma, así que estaba interesada en ver como podía conseguir una para si, a lo mejor los demás piratas de ese tipo tenían alguna que no hayan comido aunque lo dudaba mucho por lo demas, el recibir el dinero por algo en lo que no había actuado no era algo que pudiera desaprovechar, despues de todo era como si se lo estuvieran regalando.
Mientras seguía a ese tipo, por simple curiosidad, nunca había visto antes a un usuario de akuma, así que estaba interesada en ver como podía conseguir una para si, a lo mejor los demás piratas de ese tipo tenían alguna que no hayan comido aunque lo dudaba mucho por lo demas, el recibir el dinero por algo en lo que no había actuado no era algo que pudiera desaprovechar, despues de todo era como si se lo estuvieran regalando.
Leona Clare
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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