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Censo
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Creado por Mr. Narrador Lun Jul 11, 2016 8:22 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El grupo de cazadores se dividió en tres grupos para poder acabar con los “malvivientes” que asechaban el pueblo Gosa. Estos se dividieron básicamente primero en L.i.l.y quien fue a la playa, Ruiko Saten que fue en la dirección del bosque y el duo restante fue a una plantación en la que abundaba la Cannabis y la amapola, en una lejana pradera del centro del pueblo. Fue de aquella manera que todos salieron en las direcciones indicadas para poder acabar con todo el mal que reinaba en el pueblo, cada quien tenía sabido a lo que iba pero por supuesto sus enemigos siempre estaban preparados para actuar y como no, sí son un grupo de piratas bastante listos, con artimañas demasiado callejeras.
La lejana pradera donde tenía que ir el dúo era preciosa a la distancia pero cuando se acercaba la gente no era lo que aparentaba, repleta de aquella hierba que muchos usaban para fines medicinales y amapolas por doquier. El sitio era amplio, habían un par de rocas, no muy grandes ni tampoco como para poder esconderse. A lo lejos yacía una pequeña casa, abandonada pero estaba demasiado lejos como para poder ir, se escondía tras aquella fauna del sitio. Allí tenían que ir los cazadores designados, el pirata los esperaba, oculto, camuflado en el sector. El viento corría con suma tranquilidad, moviendo toda la flora que se encontraba presente. El lugar era precioso por las amapola, hermosas como ninguna otra. Allí sería el todo, quizás correría sangre.. tal vez, se podría llegar a un nuevo comienzo.. Todo depende de aquellos que buscar salvar al pueblo.
La lejana pradera donde tenía que ir el dúo era preciosa a la distancia pero cuando se acercaba la gente no era lo que aparentaba, repleta de aquella hierba que muchos usaban para fines medicinales y amapolas por doquier. El sitio era amplio, habían un par de rocas, no muy grandes ni tampoco como para poder esconderse. A lo lejos yacía una pequeña casa, abandonada pero estaba demasiado lejos como para poder ir, se escondía tras aquella fauna del sitio. Allí tenían que ir los cazadores designados, el pirata los esperaba, oculto, camuflado en el sector. El viento corría con suma tranquilidad, moviendo toda la flora que se encontraba presente. El lugar era precioso por las amapola, hermosas como ninguna otra. Allí sería el todo, quizás correría sangre.. tal vez, se podría llegar a un nuevo comienzo.. Todo depende de aquellos que buscar salvar al pueblo.
Mr. Narrador
Hoja de personaje
Nivel:
(1/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Lexi Henrietta Miér Ago 03, 2016 4:17 pm
— Ma... maldición... —mi aliento era un suspiro, pronuncié esas palabras con la certeza de que me costaba incluso decirlas. Pero no tenía ninguna intención de rendirme.
La parte menos dañada eran las piernas. El mayor impacto de los golpes del búfalo estaba en el torso, eso lo sabía bien, sentía el dolor lacerante de las magulladuras, aunque no podía pararme a hacer un análisis de mi cuerpo. Eso vendría después. Aún teníamos por delante un gran reto, uno que debía superar si quería cumplir mi cometido: volverme invencible. No podía dejar que aquel malhechor me derrotara, mucho menos superándole en número. Sería una deshonra inmensa. Bajo ningún concepto podía suceder. Me aseguraría de que así fuera, o moriría allí mismo, en el intento. Eso solo significaría que no estaba hecha para las ligas mayores y que era mejor desaparecer de este mundo.
Fui lenta, estaba en problemas. Buffaloman esquivó los cortes en carrerilla que arrojé. No tenía toda la gracia del mundo, pero yo no podía hacer mucho más con mis extremidades maltrechas. Para más penurias, Brachiux estaba estropeado. No sentía dolor en el brazo pero podía notar como el forzarlo podía hacer que directamente se quebrase, y obviamente me dolería un montón del codo al hombro, que eran partes totalmente humanas. No podía actuar sin pensar, ahora Übel era quien se enfrentaría más directamente a nuestro enemigo... y debía tragar un poco mi orgullo y comprarle tiempo. Lo haría por él.
— Übel... ¡cuidado! —advertí prontamente el enemigo se encaraba al joven músico. Tenía que hacer algo. Dolería, pero cuidaría de no hacer un movimiento demasiado brusco. Ahora que estaba distraído con Übel, era mi oportunidad. El escudo se plegó nuevamente, había estado abierto por si el búfalo intentaba otro ataque. Casi de inmediato resonó el chasquido del despliegue de Morbux. Surgió siseante el látigo, una vez más, extendiéndose 7 metros. Con eso no necesitaría aplicar tanta fuerza para envolver con él— Y-yo... haré... lo que pueda... Pugno Fulgur —un chispazo encendió nuevamente el motor eléctrico de Brachiux; al menos, aún funcionaba aquello, aunque no podía saber por cuánto más. Entonces, valientemente, arrojé el látigo en una gran brazada para envolver el cuello del usuario Zoan con el látigo, ahora electrificado— No te atrevas... ¡a olvidarte de mi, b-bastardo! —rugí al unísono con el ataque, también siendo este un grito de dolor por la dificultad en mover el brazo. Sería un movimiento suficiente para hacer contacto y dar un par de vueltas alrededor del cuello, pero no me atrevía a aplicar más fuerza. Al menos, no por ahora... pero tenía un plan. Quizá implicase un sacrificio enorme, pero lo llevaría acabo si no tenía más remedio.
La parte menos dañada eran las piernas. El mayor impacto de los golpes del búfalo estaba en el torso, eso lo sabía bien, sentía el dolor lacerante de las magulladuras, aunque no podía pararme a hacer un análisis de mi cuerpo. Eso vendría después. Aún teníamos por delante un gran reto, uno que debía superar si quería cumplir mi cometido: volverme invencible. No podía dejar que aquel malhechor me derrotara, mucho menos superándole en número. Sería una deshonra inmensa. Bajo ningún concepto podía suceder. Me aseguraría de que así fuera, o moriría allí mismo, en el intento. Eso solo significaría que no estaba hecha para las ligas mayores y que era mejor desaparecer de este mundo.
Fui lenta, estaba en problemas. Buffaloman esquivó los cortes en carrerilla que arrojé. No tenía toda la gracia del mundo, pero yo no podía hacer mucho más con mis extremidades maltrechas. Para más penurias, Brachiux estaba estropeado. No sentía dolor en el brazo pero podía notar como el forzarlo podía hacer que directamente se quebrase, y obviamente me dolería un montón del codo al hombro, que eran partes totalmente humanas. No podía actuar sin pensar, ahora Übel era quien se enfrentaría más directamente a nuestro enemigo... y debía tragar un poco mi orgullo y comprarle tiempo. Lo haría por él.
— Übel... ¡cuidado! —advertí prontamente el enemigo se encaraba al joven músico. Tenía que hacer algo. Dolería, pero cuidaría de no hacer un movimiento demasiado brusco. Ahora que estaba distraído con Übel, era mi oportunidad. El escudo se plegó nuevamente, había estado abierto por si el búfalo intentaba otro ataque. Casi de inmediato resonó el chasquido del despliegue de Morbux. Surgió siseante el látigo, una vez más, extendiéndose 7 metros. Con eso no necesitaría aplicar tanta fuerza para envolver con él— Y-yo... haré... lo que pueda... Pugno Fulgur —un chispazo encendió nuevamente el motor eléctrico de Brachiux; al menos, aún funcionaba aquello, aunque no podía saber por cuánto más. Entonces, valientemente, arrojé el látigo en una gran brazada para envolver el cuello del usuario Zoan con el látigo, ahora electrificado— No te atrevas... ¡a olvidarte de mi, b-bastardo! —rugí al unísono con el ataque, también siendo este un grito de dolor por la dificultad en mover el brazo. Sería un movimiento suficiente para hacer contacto y dar un par de vueltas alrededor del cuello, pero no me atrevía a aplicar más fuerza. Al menos, no por ahora... pero tenía un plan. Quizá implicase un sacrificio enorme, pero lo llevaría acabo si no tenía más remedio.
- Acciones realizadas:
- - Plegar escudo y desplegar el látigo 7 metros.
- Activar:
Pugno Fulgur (Puño de Relámpago)
Henrietta electrifica el brazo durante un máximo de 3 turnos. Todo lo que toque o golpee recibirá una descarga eléctrica potente. Mientras el brazo esté electrificado, Etta NO podrá usar Pugno Opressus, ya que el generador sufriría una sobrecarga. Sí podrá desplegar su escudo con normalidad.
- Reposo: 1 turno por cada turno que pase el brazo electrificado.
- Intentar atrapar a Buffaloman del cuello con el látigo eléctrico.
- En reposo:
- - Subsidium: 3/3
- Flagellum Liria: 2/3
- Notita:
- No hay problema, Narri-sama. A darle un final épico a esta batasha
Lexi Henrietta
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Übel Blatt Jue Ago 04, 2016 4:21 pm
La bestia contra la que los cazadores estaban luchando era menos humana que los mismos cyborg que también lo eran poco. Parecía como si debido al calor del momento no sintiese ningún tipo de dolor producto de los ataques de su compañera pero el fulgor verde aún envolvía al pequeño, estaba a máxima potencia, no se podía saber cuanto más podría durar así pero ese combate era cada vez más emocionante. El pequeño no tenía miedo en absoluto, no tenía nada que perder, su vida era vagar, y por otro lado mucho que ganar, principalmente el respeto de Lily one-chan a quien admiraba y ahora de Lexy one-chan quien había luchado con valentía admirable, el no podía ser menos, no quería y evidentemente era más que su trabajo, era su orgullo, su vida y su futuro, ese que una vez había sido truncado por un malvado ejercito contra su familia. El mal debía desaparecer, esa era la visión del mundo del pequeño rubio.
El usuario Zoan tomaría la espada Ascherit sin miramientos pero el ojirojo no dejaría que pasará sin más, movería su mano mientras trataba de generar pequeños cortes en la mano o antebrazo del oponente, solo para tratar de incomodar el agarre de su brazo. La fuerza y presión le hacía darse cuenta, además de lo que ya había presenciado, de que sería difícil recuperar su brazo o su espada, por ahora.
Al ver como levantaba el otro brazo con la intención de arremeter con un puñetazo no tenía otra opción que atacar con toda su fuerza, apoyaba firmemente sus pies en el suelo, incluso uno lo colocaba entre los pies del rival para tratar de apoyarse haciendo palanca. Lanzaría una estocada al grito de -¡Suelta mi espada o recibe ambaaaas!- arqueaba su izquierda para tomar la carrerilla pertinente a la altura de su pecho y el filo de 60 cm avanzaría con toda su fuerza, directamente hacía el puño, que sería una dolorosa pared para ambos. La espada se clavaría con la misma fiereza que sus ojos rojos le miraban, el impacto sería abrupto, se sentía ardiente, era un tren de fuerza que dañaría su izquierda para luego hacer sentir otro golpe, una onda que ondearía su cabellera como si quisiese arrancarla, le haría chillar las partes mecánicas pero al menos clavaría su espada hasta la mitad. La expresión del pequeño denotaba el daño recibido, iba hasta sus pies que incluso se habían clavado un poco en la tierra y lo resentían, pero se determinación era firme y terca como su cabeza, no soltaba su arma pese a que su mano izquierda, de forma trémula, lo pedía, tampoco la derecha que yacía atrapada, miraba directamente al tipo y giraba la espada aún con la fuerza del fulgor verde de su lado, del bosque, tenía que hacer daño, tenía que ver sangre, cada gota que le quitase a ese bicharraco era importante. A la larga tenía que agotarse o algo, al menos eso pensaba -Tori...toahhh... eres muy ahh...pesto...so de cerca- decía entre suspiros y con una sonrisa adolorida, realmente odiaba el olor a boñiga, sus ojos rojos brillaban de la emoción, el pequeño creía tener posibilidades, de que sus espadas fuesen la justicia, de que todo fuese a buen puerto para los civiles de esa isla que vivían aterrorizados por esos tipos a los que cazaban, como los malvados piratas que mataron a sus abuelos.
- Coldown:
Wald Propellant durch oszillierendes Magnetfeld
Segundo turno de activación.
Estadísticas actuales de Übel
F= 4
R= 5
D= 4
Ascheriit Sturm:
[1/3]
- Acciones:
-Movimientos de la espada atrapada, la de la mano derecha para tratar de hacer cortes menores
-Estocada directa contra el puñetazo
-Recibir el golpe y la onda
-Girar la katana con la muñeca para dañar la mano del enemigo
- Aclaración del turno anterior:
Ya que se me bloqueó la espada grande, Ascheritt, que hacía tres cortes supongo que se pueden dar por validos los otros dos con la katana, ya que igualmente era parte de la técnica y aunque se detuviese una mano no implica detener la otra. Supongo que serían a la altura y en el muslo derecho ya que el Torito se puso de frente y me tomó la derecha. Si me equivocó con esta suposición pues continuamos igualmente.
- Agradecimiento:
Muchas gracias por continuar, la idea es divertirnos y aprender el arte del combate rol
*Übel hace una reverencia hasta casi pararse de cabeza de lo agradecido que esta por poder seguir*
Übel Blatt
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Lexi Henrietta Dom Ago 07, 2016 9:35 pm
Abrí el ojo de par en par ante el choque de poderes entre Übel y el búfalo. El pequeño valeroso había hecho algo que me hizo respetarlo por completo como guerrero, y eso era ir de frente contra aquel puño que fue como un tren para mí, con una estocada devastadora, poniendo allí todo su empeño. La onda rompió el aire, era la misma que me había causado tanto daño. Estaba preocupada por Übel, bastante, pero no podía ceder ante estas emociones, tenía que concentrarme. Y más aún que ahora, distraído con el infante, Buffaloman bajó la guardia y pude atraparlo del cuello con el látigo.
La electricidad pasaba continuamente por el arma larga, a través de Brachiux, generando todos los voltios de los que era capaz. Sentía el brazo vibrar, sostuve la carga, aferré el látigo con mis fuerzas restantes, poniendo todo mi empeño en no soltar al búfalo. Debía ser fuerte como Übel, o lo deshonraría.
Unos cinco metros me separaban de mi enemigo. Morbux, que medía actualmente siete metros, había dado un par de vueltas aferrándose al cuello, sin parar un instante de suministrar electricidad. Apenas vi que mi ataque había tenido éxito, no perdí más de dos segundos en activar el despliegue de púas; el búfalo podría intentar zafarse, pero difícilmente tan rápido como para evitar lo que venía.
— Hamus —decenas de anzuelos de acero surgieron otra vez de Morbux, todos a la vez.
Eran las mismas púas que antes habían desgarrado su espalda, y no podría saber si serían suficientes para acabar con él, lacerando su cuello sin piedad, pero algo me decía que le iba a doler mucho.
La electricidad pasaba continuamente por el arma larga, a través de Brachiux, generando todos los voltios de los que era capaz. Sentía el brazo vibrar, sostuve la carga, aferré el látigo con mis fuerzas restantes, poniendo todo mi empeño en no soltar al búfalo. Debía ser fuerte como Übel, o lo deshonraría.
Unos cinco metros me separaban de mi enemigo. Morbux, que medía actualmente siete metros, había dado un par de vueltas aferrándose al cuello, sin parar un instante de suministrar electricidad. Apenas vi que mi ataque había tenido éxito, no perdí más de dos segundos en activar el despliegue de púas; el búfalo podría intentar zafarse, pero difícilmente tan rápido como para evitar lo que venía.
— Hamus —decenas de anzuelos de acero surgieron otra vez de Morbux, todos a la vez.
Eran las mismas púas que antes habían desgarrado su espalda, y no podría saber si serían suficientes para acabar con él, lacerando su cuello sin piedad, pero algo me decía que le iba a doler mucho.
- Salto de turno:
- Bueno, realmente estaba reacio a hacer esto, mis compañeros de equipo son testigos. Incluso dejé pasar todo el día de hoy, extendiendo el período de 48 horas a 72, pero he decidido saltar el turno del búfalo en vista de que nuestros personajes están en un peligro inminente bastante grande.
- Acciones realizadas:
- - Mantener activo:
Pugno Fulgur (Puño de Relámpago)
Henrietta electrifica el brazo durante un máximo de 3 turnos. Todo lo que toque o golpee recibirá una descarga eléctrica potente. Mientras el brazo esté electrificado, Etta NO podrá usar Pugno Opressus, ya que el generador sufriría una sobrecarga. Sí podrá desplegar su escudo con normalidad.
- Reposo: 1 turno por cada turno que pase el brazo electrificado.
Es su 2do turno.
- Desplegar inmediatamente las púas anzuelo de Morbux para incrustarlas en el cuello del búfalo.
Púas desplegables. El látigo está cubierto de pequeñas púas de acero resistente, del grosor de una aguja y 2 cm de longitud, las cuales pueden desplegarse con otro botón en el mangual. Las púas cuentan con punta de anzuelo que les permiten atravesar y aferrarse con seguridad a superficies varias y, claro está, para dañar a los enemigos (no obstante, por el grosor y largo de las púas, no generaría heridas graves y no podría penetrar el Haki).
- En reposo:
- - Flagellum Liria: 3/3
Lexi Henrietta
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Übel Blatt Dom Ago 07, 2016 10:46 pm
El agotamiento del pequeño era brutal. El consumo energético lo había llevado prácticamente a su limite. Luego de unos minutos su fuerza se vería mermada y sus pies metálicos sentirían la pesadez de lo que implicaba pero de momento el brillo verde le acompañaba y el sonido del mecanismo seguía activo. Ambas espadas bañadas en sangre del puño del tipo zoan con el que el pequeño hubiese deseado poder llevarse mejor pese a el mal olor de su sudor.
El látigo de su compañera había hecho aparición alrededor del cuello, ni siquiera le dejo responder a las palabras suspiradas por el pequeño, parecía como si por un momento su oponente hubiese flaqueado. Le había dado un chance para safar el brazo que tenía atado y liberar una cortada en su palma, retraer ambas espadas y brazos ahora que estaba recibiendo el daño su parte superior. El pequeños iba a seguir con su ataque. La distancia era demasiado reducida y cada segundo que pasaba era importante. Lanzando una estocada a la boca del estomago, con todo su poder y al momento de gritar -¡Ascheriiiiit!- esa galante espada de 1 metro de largo de filo que tanto amaba. No dudaba ni un segundo en la gravedad de acertar ese golpe, era su trabajo y su otra mano apenas podría liberarse del puño el cual había atravesado y así realizar un corte con la fuerza restante justo por la mitad del plexo, donde debían estar los pulmones de ese increíble humanoide de aspecto mitológico.
El pequeño cyborg de rubia cabellera seguiría al lado, con sus filos tratando de cortar cada vez más y con su mirada imperecedera hacía el toro. El agotamiento y el daño sería considerables. La batalla se había alargado mucho pero al menos parecía que el Torito también estaría resentido luego de tanto tiempo en combate, ahora sí, todos parecían estar en un estado más exhausto. Al menos Lexy y Übel había llevado mucho palo, ahora tocaba ver si ese ente podía seguir en pie y en combate. Era el mejor combate que Übel nunca había imaginado, sonreía mucho pese a su el gran daño acumulado.
El látigo de su compañera había hecho aparición alrededor del cuello, ni siquiera le dejo responder a las palabras suspiradas por el pequeño, parecía como si por un momento su oponente hubiese flaqueado. Le había dado un chance para safar el brazo que tenía atado y liberar una cortada en su palma, retraer ambas espadas y brazos ahora que estaba recibiendo el daño su parte superior. El pequeños iba a seguir con su ataque. La distancia era demasiado reducida y cada segundo que pasaba era importante. Lanzando una estocada a la boca del estomago, con todo su poder y al momento de gritar -¡Ascheriiiiit!- esa galante espada de 1 metro de largo de filo que tanto amaba. No dudaba ni un segundo en la gravedad de acertar ese golpe, era su trabajo y su otra mano apenas podría liberarse del puño el cual había atravesado y así realizar un corte con la fuerza restante justo por la mitad del plexo, donde debían estar los pulmones de ese increíble humanoide de aspecto mitológico.
El pequeño cyborg de rubia cabellera seguiría al lado, con sus filos tratando de cortar cada vez más y con su mirada imperecedera hacía el toro. El agotamiento y el daño sería considerables. La batalla se había alargado mucho pero al menos parecía que el Torito también estaría resentido luego de tanto tiempo en combate, ahora sí, todos parecían estar en un estado más exhausto. Al menos Lexy y Übel había llevado mucho palo, ahora tocaba ver si ese ente podía seguir en pie y en combate. Era el mejor combate que Übel nunca había imaginado, sonreía mucho pese a su el gran daño acumulado.
- Coldown:
Wald Propellant durch oszillierendes Magnetfeld
Tercer turno de activación.
Estadísticas actuales de Übel
F=4
R=5
D=4
Ascheriit Sturm:
[2/3]
- Acciones:
-Liberar la mano atrapada y con la espada de esa mano, Ascherit, lanzar una estocada al estomago de la bestia
-Con dificultad liberar la otra espada del puño y hacer un corte ligero a la altura de los pulmones (aprox)
-Übel sigue cerca y trata de retorcer la espada clavada, esta vez en el estomago, y en caso de lograrlo de manera satisfactoria.
*Se dan por acertados las acciones del turno anterior debido al salteo
Übel Blatt
Hoja de personaje
Nivel:
(18/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 |
Creado por Lexi Henrietta Sáb Ago 13, 2016 8:42 pm
Mi brazo temblaba, en sus últimas. Usaba toda la fuerza que me quedaba, imprimía presión al látigo y flexionaba ligeramente las rodillas, intentando ponerle fin a la contienda. Poco a poco sentí como la tensión en el cuello enemigo se aligeraba; nuestro rival ya no estaba forcejeando como antes. Lo debilitábamos. La electricidad pasaba sostenida a través de su cuello, del cual salía humo. Su carne se cocinaba. Übel usaba todo lo que tenía, al mismo tiempo, y tras destrozar su mano se dispuso a darle una estocada a su plexo. Vi como la espada penetraba y el usuario Zoan quedaba casi completamente mermado. Poco a poco, bajaba los brazos, indefenso.
Activé el botón de los anzuelos en el mangual del látigo para que estos se retrajeran, hiriendo aún más la piel del cuello de nuestro enemigo. Bastarían más que esos anzuelos para matarlo, la piel del búfalo era bastante resistente. Pero ya sus heridas eran insoportables. Retraje el látigo, haciendo levemente presión antes para que, de desmayarse, se precipitara de espaldas y no encima de Übel. A continuación, clavé la espada en el suelo, cayendo de rodillas, jadeando, con ganas de... comer mucho chocolate. Qué puedo decir, las peleas tan intensas como esa me provocaban antojos. También dormir un siglo, quizá.
Sin embargo, me arrastré como pude hasta Übel. Tenía que hacerlo. Una vez nuestro enemigo derrotado, postrado en el suelo, el furor de la batalla había que compartirlo. Estando delante del infante, lo miraría con intensidad para rodearlo con el brazo derecho (el biónico estaba destrozado, no podía moverlo ya) y estrecharlo en un abrazo.
— Eres... todo un guerrero... y me honra haberte conocido, Übel —dije, esbozando un asomo de sonrisa, por vez primera desde que el músico me conocía— Bien hecho... Menos mal que estás... bien —la última palabra apenas fue un suspiro, estando a punto de caer sobre el hombro de Übel, al borde del desmayo.
La victoria era nuestra ese día.
Activé el botón de los anzuelos en el mangual del látigo para que estos se retrajeran, hiriendo aún más la piel del cuello de nuestro enemigo. Bastarían más que esos anzuelos para matarlo, la piel del búfalo era bastante resistente. Pero ya sus heridas eran insoportables. Retraje el látigo, haciendo levemente presión antes para que, de desmayarse, se precipitara de espaldas y no encima de Übel. A continuación, clavé la espada en el suelo, cayendo de rodillas, jadeando, con ganas de... comer mucho chocolate. Qué puedo decir, las peleas tan intensas como esa me provocaban antojos. También dormir un siglo, quizá.
Sin embargo, me arrastré como pude hasta Übel. Tenía que hacerlo. Una vez nuestro enemigo derrotado, postrado en el suelo, el furor de la batalla había que compartirlo. Estando delante del infante, lo miraría con intensidad para rodearlo con el brazo derecho (el biónico estaba destrozado, no podía moverlo ya) y estrecharlo en un abrazo.
— Eres... todo un guerrero... y me honra haberte conocido, Übel —dije, esbozando un asomo de sonrisa, por vez primera desde que el músico me conocía— Bien hecho... Menos mal que estás... bien —la última palabra apenas fue un suspiro, estando a punto de caer sobre el hombro de Übel, al borde del desmayo.
La victoria era nuestra ese día.
Lexi Henrietta
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Übel Blatt Mar Ago 16, 2016 7:43 am
El pequeño cyborg había perforado con su espada el estomago del ser animalesco, su cuello rodeado del látigo de Lexy y una descarga loe habían aturdido lo suficiente como para no reaccionar. Poco a poco empezaría a perder su forma animalesca y se tornaría en lo que ahora era el simple humano del inicio, el tipo del afro y de actitud arrogante para con los cazadores, su destino había sido cegado y ambos espadachines habían completado su misión.
Übel no tenía ni un ápice de misericordia, el ver a su compañera en estado le hacía querer acabar cuanto antes el combate. Su mejora tecnológica hacía segundos se había apagado, estaba agotado y hambriento. El cuerpo rival cayó al suelo de espaldas, seguía siendo enorme en comparación con el rubio. La mirada rojiza le cortaba como en segundo lo haría y al ver que Lexy se acercaba le respondería a sus palabras, con una carencia energética pero una sonrisa de satisfacción por el combate -Tu fuiste increible Lexy one-chan- le llamaba así porque para él lo era, hermana de armas, de combate y de victoria - no imagine que podías tener tales poderes y ese látigo ¡Wao!- decía mientras cerraba un ojo y observaba como la peliblanca se desmayaba sobre el, era ligera pero por el estado de Übel resultaría un tanto pesada -¡Leeexy!- decía un momento preocupado pero podía ver como respiraba, era solo un descanso.
Caminaría a cuestas, cargando a Lexy y al zoan arrastrado del afro, era un tramo agotador e infinito pero aún faltaba lo más importante para el pequeño reunirse con Lily y mostrarle su valía, mostrarle que había triunfado y esperando que tanto ella como Saten estuviesen bien, eran un equipo y si sus batallas habían sido tan fieras era algo de que preocuparse aunque Übel confiaba plenamente en ellas, quizás demasiado pero era solo un niño en algunos momentos.
Übel no tenía ni un ápice de misericordia, el ver a su compañera en estado le hacía querer acabar cuanto antes el combate. Su mejora tecnológica hacía segundos se había apagado, estaba agotado y hambriento. El cuerpo rival cayó al suelo de espaldas, seguía siendo enorme en comparación con el rubio. La mirada rojiza le cortaba como en segundo lo haría y al ver que Lexy se acercaba le respondería a sus palabras, con una carencia energética pero una sonrisa de satisfacción por el combate -Tu fuiste increible Lexy one-chan- le llamaba así porque para él lo era, hermana de armas, de combate y de victoria - no imagine que podías tener tales poderes y ese látigo ¡Wao!- decía mientras cerraba un ojo y observaba como la peliblanca se desmayaba sobre el, era ligera pero por el estado de Übel resultaría un tanto pesada -¡Leeexy!- decía un momento preocupado pero podía ver como respiraba, era solo un descanso.
Caminaría a cuestas, cargando a Lexy y al zoan arrastrado del afro, era un tramo agotador e infinito pero aún faltaba lo más importante para el pequeño reunirse con Lily y mostrarle su valía, mostrarle que había triunfado y esperando que tanto ella como Saten estuviesen bien, eran un equipo y si sus batallas habían sido tan fieras era algo de que preocuparse aunque Übel confiaba plenamente en ellas, quizás demasiado pero era solo un niño en algunos momentos.
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Haki:
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