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Creado por Shinya Kougami Lun Ago 29, 2016 2:14 pm
Una semana luego del "Camino de la Unión".
8 A.M. Está nevando.
8 A.M. Está nevando.
El azabache cazador andaba con su gabardina negra con una capucha para cubrirse del frío, de su mano estaba tomada su pequeña hija que vestía un abrigo que le cubría el rostro, le sostenía la mano bien firme, la diestra para ser honesto. En la izquierda su mujer, a ambas no se les notaba mucho el rostro, pero venían mirando al suelo para que el viento no les llegase de lleno, para que no enfermase. El hombre miraba hacia adelante, llevando a sus dos damas hacia lo que parecía más lejos el barco de la tripulación a la que pertenecía y por fin retomaría sus labores de navegante. El pelo medio anaranjado de la mujer se hizo presente en el clima, la nieve caía levemente cubriendo de apoco los trajes de la familia.
—Papi, ¿ya estamos llegando? Quiero choco caliente.— El varón le sonrió a la pequeña y se agachó para acomodarle la ropa en lo que el blanco caía con lentitud. —Dentro de poco querida. Conocerás al jefe de papá.— Le acarició el rostro y luego le acomodó la bufanda que él traía. A su mujer le acomodó bufanda con cautela, escondiendo esos hilos que antes habían salido alocados. —Debes cuidarte. No quiero que enfermes.— Le volvió a tomar la mano, entrelazando sus dedos con ella, con su hija se aferró de la mano para seguir su andanza, quedaba poco para llegar al barco, no entraba en duda era el de Weißkugel.
Llegaron al barco que estaba ahí parado, habían luces prendida y seguro existía el movimiento dentro, era más que seguro. El azabache subió acompañado, estando ya arriba abrió la puerta para poder entrar e ir a su habitación o al menos la que solía ser. No hizo mucho ruido pero evidentemente la niña sí. —¡WOOOOAH! Lindo, lindo barco.— Ya estaba con su abrigo más suelto, su cabellera larga se dejaba ver y un peluche de cerdito que abrazaba con ganas. —¡Shh! Aún no saben que papá regresó.— Dijo aquella hermosa joven que dejó al descubierto su cabellera larga y de tonalidad naranja. Su rostro angelical y actitud tan de una verdadera ángel lo decía todo. El hombre les indicó cual solía ser su habitación para que fueran a acomodar los bolsos que traía, no eran tan pesados. Las dos mujeres entraron en la habitación para acomodar las cosas en lo que él salió a buscar al capitán.
—Enseguida vengo, descansen princesas.— El azabache caminó soltando ya su gabardina, su pelo negro quedó al descubierto y cayeron unos leves rastros de nieve, los cuales humedecieron un poco el sitio. De pronto al ir caminando sintió ruidos en el taller por eso decidió ir hacia allá. Al estar en la cercanía abrió la puerta notando que había una mujer bien elegante y al lado un hombre, no cabía duda era el jefe. —Regresé, capitán.— Por su manía quería sacar un cigarrillo pero recordó que su hija se los lanzó al mar por ende rascó su cabeza y se adentró más. —Traje a mi esposa y mi hija, espero eso no moleste.— Desvió la mirada para ver a la mujer y preguntar. —¿Tú quien eres?— Se quedó analizando a la fémina, no sabía quien era. ¿Nueva compañera o qué?
—Papi, ¿ya estamos llegando? Quiero choco caliente.— El varón le sonrió a la pequeña y se agachó para acomodarle la ropa en lo que el blanco caía con lentitud. —Dentro de poco querida. Conocerás al jefe de papá.— Le acarició el rostro y luego le acomodó la bufanda que él traía. A su mujer le acomodó bufanda con cautela, escondiendo esos hilos que antes habían salido alocados. —Debes cuidarte. No quiero que enfermes.— Le volvió a tomar la mano, entrelazando sus dedos con ella, con su hija se aferró de la mano para seguir su andanza, quedaba poco para llegar al barco, no entraba en duda era el de Weißkugel.
Llegaron al barco que estaba ahí parado, habían luces prendida y seguro existía el movimiento dentro, era más que seguro. El azabache subió acompañado, estando ya arriba abrió la puerta para poder entrar e ir a su habitación o al menos la que solía ser. No hizo mucho ruido pero evidentemente la niña sí. —¡WOOOOAH! Lindo, lindo barco.— Ya estaba con su abrigo más suelto, su cabellera larga se dejaba ver y un peluche de cerdito que abrazaba con ganas. —¡Shh! Aún no saben que papá regresó.— Dijo aquella hermosa joven que dejó al descubierto su cabellera larga y de tonalidad naranja. Su rostro angelical y actitud tan de una verdadera ángel lo decía todo. El hombre les indicó cual solía ser su habitación para que fueran a acomodar los bolsos que traía, no eran tan pesados. Las dos mujeres entraron en la habitación para acomodar las cosas en lo que él salió a buscar al capitán.
—Enseguida vengo, descansen princesas.— El azabache caminó soltando ya su gabardina, su pelo negro quedó al descubierto y cayeron unos leves rastros de nieve, los cuales humedecieron un poco el sitio. De pronto al ir caminando sintió ruidos en el taller por eso decidió ir hacia allá. Al estar en la cercanía abrió la puerta notando que había una mujer bien elegante y al lado un hombre, no cabía duda era el jefe. —Regresé, capitán.— Por su manía quería sacar un cigarrillo pero recordó que su hija se los lanzó al mar por ende rascó su cabeza y se adentró más. —Traje a mi esposa y mi hija, espero eso no moleste.— Desvió la mirada para ver a la mujer y preguntar. —¿Tú quien eres?— Se quedó analizando a la fémina, no sabía quien era. ¿Nueva compañera o qué?
- Mi adorable hija <3 y su peluche de cerdito:
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Marcus d' Voltem Lun Ago 29, 2016 3:20 pm
Había pasado una semana desde que la compañía estaba en la isla minion, en esa semana pasaron unas cosas, como que Karl tuvo que retirarse por motivos personales y jennyfer fue despedida. Pero las cosas no terminaban ahí, porque hace unos tres días paso algo que solo podía tacharse de absurdo. Marcus buscando algunos materiales se encontró con una chica de cabello negro en una tienda, era su amiga de infancia que para increíble sorpresa estaban casados, como era de esperarse el cazador no tenia ni la mas mínima idea del asunto. Cuando pregunto que había pasado, resulta que hace unos años poco antes de emprender su viaje como cazarrecompensas, estuvo en una fiesta donde se alcoholizo a tal punto que no recuerda nada, pero en esa fiesta se le había declarado a la chica, le había propuesto matrimonio, se habían cazado y pasaron la noche juntos con todo lo que eso implica. Esa era la razón de porque habían ahora en el barco dos niñas, gemelas de unos 5 años, que eran las hijas del cazador. Como buen hombre de palabra, el cazador acepto la responsabilidad y se haría cargo de su nueva familia.
En la semana, Marcus había estado fabricando unas cosas para su compañía, un nuevo arco Yumi para el samurái. El diseño era bastante bueno el original, tan solo tuvo que estudiarlo un poco para aumentarle cosas como la elasticidad, y con ello pudiese disparar certeramente a mas distancia. Adquirió también algunas piezas de goma, necesarias para poder hacer el segundo implemento del llamado Riñón, una muñequera capaz de disparar un total de tres dardos pequeños. Era curioso como un samurái quería armas como esa pero Marcus no era quien para contradecir otras cosas. Adicionalmente, una ametralladora pesada, que llamo cariñosamente como Tachanka, ideal para atravesar estructuras bastante fuertes y un pequeño catalejo que permitía ver a mas distancia.
Había otras cosas en la fabricación, como mirillas de filtro rojo para poder mirar mucho mas lejos sin verse afectado por brillos intensos o cambios de iluminación o silenciadores para las pistolas. Entre otras mejoras al barco que eran necesarias para emprender dentro de poco el viaje a la gran línea todas las cosas, fabricadas con la ayuda de su nueva esposa, quien para grata sorpresa del cazador era una muy buena ingeniera capaz de ayudarlo a realizar las distintas tareas en el barco. Tan solo faltaba una persona para partir, persona que casualmente atravesó la puerta del taller una mañana mientras la pareja estaba haciendo retoques a las armas – Shinya, tiempo sin verte – dice Marcus alzando la cara momentáneamente – oh cierto que no la conoces, ella es Saskia, es mi esposa – en ese momento entran las gemelas y una corre tras la mujer, y otra se queda frente al tirador. Ambas empezaban a hacer gestos para que las cargaran, Marcus sintiendo una especie de aura asesina tras de si, carga a la niña y se la pone en el hombro – estas son estas son Tali y Nia, mis hijas – comienza a salir del taller – bueno Shinya, ya que estamos todos podemos partir sin ningún problema a la gran línea, ten listas tus cosas – en eso, tras jugar un rato con las niñas, Marcus prepara el barco y todos emprenden el viaje a la siguiente etapa, los mares de paraíso.
En la semana, Marcus había estado fabricando unas cosas para su compañía, un nuevo arco Yumi para el samurái. El diseño era bastante bueno el original, tan solo tuvo que estudiarlo un poco para aumentarle cosas como la elasticidad, y con ello pudiese disparar certeramente a mas distancia. Adquirió también algunas piezas de goma, necesarias para poder hacer el segundo implemento del llamado Riñón, una muñequera capaz de disparar un total de tres dardos pequeños. Era curioso como un samurái quería armas como esa pero Marcus no era quien para contradecir otras cosas. Adicionalmente, una ametralladora pesada, que llamo cariñosamente como Tachanka, ideal para atravesar estructuras bastante fuertes y un pequeño catalejo que permitía ver a mas distancia.
Había otras cosas en la fabricación, como mirillas de filtro rojo para poder mirar mucho mas lejos sin verse afectado por brillos intensos o cambios de iluminación o silenciadores para las pistolas. Entre otras mejoras al barco que eran necesarias para emprender dentro de poco el viaje a la gran línea todas las cosas, fabricadas con la ayuda de su nueva esposa, quien para grata sorpresa del cazador era una muy buena ingeniera capaz de ayudarlo a realizar las distintas tareas en el barco. Tan solo faltaba una persona para partir, persona que casualmente atravesó la puerta del taller una mañana mientras la pareja estaba haciendo retoques a las armas – Shinya, tiempo sin verte – dice Marcus alzando la cara momentáneamente – oh cierto que no la conoces, ella es Saskia, es mi esposa – en ese momento entran las gemelas y una corre tras la mujer, y otra se queda frente al tirador. Ambas empezaban a hacer gestos para que las cargaran, Marcus sintiendo una especie de aura asesina tras de si, carga a la niña y se la pone en el hombro – estas son estas son Tali y Nia, mis hijas – comienza a salir del taller – bueno Shinya, ya que estamos todos podemos partir sin ningún problema a la gran línea, ten listas tus cosas – en eso, tras jugar un rato con las niñas, Marcus prepara el barco y todos emprenden el viaje a la siguiente etapa, los mares de paraíso.
Marcus d' Voltem
Hoja de personaje
Nivel:
(35/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 | 1 |
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