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Creado por Sinbad Jue Sep 15, 2016 10:42 am
El vaivén del mar, el sonido de las olas y toda la ráfaga directo en el rostro hacían que el pelimorado no pudiese evitar profanar la seriedad de los pescadores con su sonrisa semi perpetua, la misma que destacaba por la proa, solo al frente, hacía donde ningún otro grumete o superior alcanzaba a verlo. El navío se caracterizaba por la presencia de mercaderes. Conforme pasaban las millas náuticas que separaban Miqueot y Lvneel el amante de las joyas solo alcanzaba a apreciar el logotipo de ese bar que iluminaba el camino, se reflejaba en el mar y le hacía parecer simplemente una longeva noche para llegar.
La llamada que había recibido le había sorprendido bastante en su estancia, como siempre, de lo había sido una estancia vacacional mermada con vino y dicho llamado estaba destinado a acciones en su isla de origen, justo cuando había caído víctima de una de las famosas frutas malditas, no estaba precisamente contento con ello, sabía que no podría nadar pero por el simpe hecho de haber visto la nueva pigmentación del cabello y el creciente sentimiento de poder creía valía la pena, ¿Narcisismo? Sin duda, el orgullo, el pecado eran de sus motivaciones principales pero se estaba oxidando. A fin de cuentas hacía ya varios meses no acaba envuelto en una batalla que le hiciese arder la sangre. Y justo ahora parecía que en cualquier momento, desde que su cuerpo había pasado a un estado maldito lo deseaba.
La olas le habían trasladado nuevamente a la tierra que le vio nacer, la pasiva y tranquila ciudad donde su familia de carácter nobiliario había seguido bajando escalafones en importancia. ¡Y qué más da! Si a fin de cuentas esa nación estaba en despojo hasta la médula, el marinero lo había visto antes de partir en su juventud, sentía la necesidad, tras que el barco encallara. El llamado de la armada podía haber llamado a alguno que otro revolucionario, no lo tenía claro pero definitivamente sabía cuál era su misión en su tierra y empezaba con la palabra “cambio”, por ahí siempre empezaba todo. Bajaba a buen puerto junto con toda la tripulación. Al momento de colocar la pierna derecha en la tierra su rostro cambiaría por completo, un tempano frio, la sonrisa de hace unos momentos por regresar había acabado, la estoica seriedad que tuvo durante su partida había regresado, el viaje le había hecho dar la vuelta a los cuatro blues y luego de casi una década regresaba.
Se mantendría caminando bajo la noche hacía la dirección donde le habían informado. La plaza cercana a las tabernas, le tentaban a entrar una vez más pero esa noche no lo conseguirían, al menos no hasta recibir las siguientes indicaciones. De momento solo tenía dos cosas claras, visitaría a sus padres, se disculparía por lo sucedido y evitaría al máximo las muertes de sus compatriotas, que sangre fuese derramada quizás sería inevitable, siempre aparece algún perro en el camino. Aún no sabía si quien iba aparecer le traería a algún soldado más o se las tendría que arreglar para buscar a alguien durante la noche pero ya se había puesto en marcha el motor del mencionado plan por den den mushi.
La hora para su llegada aún era pronta respecto a la indicada, tendría que esperar unos minutos más hasta la aparición del informante "Eulogerus", su nombre clave, que debía de aparecer alrededor de las 8: 44 por allí, irremediablemente y pese a la hora una que otra persona caminaba por la zona. Los dorados iris solo se dedicaban a mirar a la taberna, escrutar a los presentes y a mirar al estrellado cielo a la espera de lo que viniese. El navegante lo podía evitar, estaba ansioso, lo que estaba por venir hacía de nuevo ígnea su llama de la revolución.
La llamada que había recibido le había sorprendido bastante en su estancia, como siempre, de lo había sido una estancia vacacional mermada con vino y dicho llamado estaba destinado a acciones en su isla de origen, justo cuando había caído víctima de una de las famosas frutas malditas, no estaba precisamente contento con ello, sabía que no podría nadar pero por el simpe hecho de haber visto la nueva pigmentación del cabello y el creciente sentimiento de poder creía valía la pena, ¿Narcisismo? Sin duda, el orgullo, el pecado eran de sus motivaciones principales pero se estaba oxidando. A fin de cuentas hacía ya varios meses no acaba envuelto en una batalla que le hiciese arder la sangre. Y justo ahora parecía que en cualquier momento, desde que su cuerpo había pasado a un estado maldito lo deseaba.
La olas le habían trasladado nuevamente a la tierra que le vio nacer, la pasiva y tranquila ciudad donde su familia de carácter nobiliario había seguido bajando escalafones en importancia. ¡Y qué más da! Si a fin de cuentas esa nación estaba en despojo hasta la médula, el marinero lo había visto antes de partir en su juventud, sentía la necesidad, tras que el barco encallara. El llamado de la armada podía haber llamado a alguno que otro revolucionario, no lo tenía claro pero definitivamente sabía cuál era su misión en su tierra y empezaba con la palabra “cambio”, por ahí siempre empezaba todo. Bajaba a buen puerto junto con toda la tripulación. Al momento de colocar la pierna derecha en la tierra su rostro cambiaría por completo, un tempano frio, la sonrisa de hace unos momentos por regresar había acabado, la estoica seriedad que tuvo durante su partida había regresado, el viaje le había hecho dar la vuelta a los cuatro blues y luego de casi una década regresaba.
Se mantendría caminando bajo la noche hacía la dirección donde le habían informado. La plaza cercana a las tabernas, le tentaban a entrar una vez más pero esa noche no lo conseguirían, al menos no hasta recibir las siguientes indicaciones. De momento solo tenía dos cosas claras, visitaría a sus padres, se disculparía por lo sucedido y evitaría al máximo las muertes de sus compatriotas, que sangre fuese derramada quizás sería inevitable, siempre aparece algún perro en el camino. Aún no sabía si quien iba aparecer le traería a algún soldado más o se las tendría que arreglar para buscar a alguien durante la noche pero ya se había puesto en marcha el motor del mencionado plan por den den mushi.
La hora para su llegada aún era pronta respecto a la indicada, tendría que esperar unos minutos más hasta la aparición del informante "Eulogerus", su nombre clave, que debía de aparecer alrededor de las 8: 44 por allí, irremediablemente y pese a la hora una que otra persona caminaba por la zona. Los dorados iris solo se dedicaban a mirar a la taberna, escrutar a los presentes y a mirar al estrellado cielo a la espera de lo que viniese. El navegante lo podía evitar, estaba ansioso, lo que estaba por venir hacía de nuevo ígnea su llama de la revolución.
- Vestimenta:
Sinbad
Hoja de personaje
Nivel:
(13/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Sophie Bismarck Vie Sep 16, 2016 7:29 pm
Era un lugar muy tranquilo para que una pirata como Lalaco, venia de una aventura bastante interesante y que sin duda daria que contar para cuando estuviera lo suficientemente borracha, surcaba el mar junto a unos pescadores desde el Reino de Torino hasta este otro reino, el de Lvneel que era mucho mas tranquilo, no se quejaba por el cambio pues despues de huir de varias aves gigantes, combatir contra un cazarrecompensas ademas de recibir algunas heridas y luego luchar codo con codo con el mismo que intentaba matar antes para librarse de un ataque de indigenas canibales sin duda la habia dejado mas que exhausta y se quedo dormida enseguida nada mas unos pescadores se ofrecieron a llevarla a un lugar mas tranquilo, ademas de que esta los amenazara con que si no lo la llevaban a otro lado serian comida de su serpiente, una serpiente roja y dorada que no descansaba cuando Lalaco dormia, se mantenia despierta y vigilane para ver si algo sucedia, siempre siseando cada dos por tres. Cuando los primeros rayos del sol dieron en la cara de la pirata, esta se puso de pie mientras se estiaba y vio como habia llegado al tranquilo y relajado Reino de Lvneel, puso una sonrisa arrogante como acostumbraba mientras ahora era la serpiente la que dormia pero seguia enrollada a su cuerpo.
Nada mas tocar puerto, esta agradecio a los dos pescadors que la trajeron y se marcho para dar una vuelta por la ciudad, todo le resultaba tan tranquilo, tan monotono que le entraban ganas de vomitar y sin duda un dolor de cabeza al ver a la gente tan feliz, realmente le molestaba ver a gente que se conformaba con esas vidas tan simples y asi estuvo, vagando sin rumbo hasta que al caer la noche, se dirigio plaza, donde se encontraba la zona de tabernas, enando en una y instantaneamente todas las miradas se fijaron el ella, no era usual ver una mujer y menos una Kuja con serpiente adentrarse en una taberna pero ahi iba ella, sin importarle las miradas, se apoyo en la barra y le pidio al camarero una jarra de cerveza que fue servida con rapidez por este mientras la Kuja miraba a su alrededor en ese aburrido lugar.
Nada mas tocar puerto, esta agradecio a los dos pescadors que la trajeron y se marcho para dar una vuelta por la ciudad, todo le resultaba tan tranquilo, tan monotono que le entraban ganas de vomitar y sin duda un dolor de cabeza al ver a la gente tan feliz, realmente le molestaba ver a gente que se conformaba con esas vidas tan simples y asi estuvo, vagando sin rumbo hasta que al caer la noche, se dirigio plaza, donde se encontraba la zona de tabernas, enando en una y instantaneamente todas las miradas se fijaron el ella, no era usual ver una mujer y menos una Kuja con serpiente adentrarse en una taberna pero ahi iba ella, sin importarle las miradas, se apoyo en la barra y le pidio al camarero una jarra de cerveza que fue servida con rapidez por este mientras la Kuja miraba a su alrededor en ese aburrido lugar.
Sophie Bismarck
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Jinji Masano Dom Sep 18, 2016 12:12 am
Sin un hogar al cual acudir, el ex marine se había convertido en una especie de trotamundos, a la deriva de su ser visitaba isla por isla en busca de convertirla en un nuevo hogar pero sabía que eso estaba demasiado lejos de dejar de ser un mero sueño. Cuando no se encontraba realizando las tareas de mantenimiento sobre su propio cuerpo; pues aún sentía que la fría sensación del metal lo despojaban de lo poco que quedaba de su humanidad de la cual debía mantener y depender; se la pasaba buscando algunos rumores de aquellos piratas que hacía unos años le habían quitado todo lo que para él era preciado. Sabía que su propia misión era demasiado complicada pero el espíritu de venganza era lo único que lo mantenía en pie y es por eso que aún continuaba con vida. Aún así su temple de acero estaba comprometido con la causa de la Revolución, aunque por dentro su objetivo era más egoísta, él continuaba involucrado con la idea de libertad y de forjar un nuevo Mundo.
Pero aquella mañana no se encontraba en busca de esa cantina por orden de algún alto mando de la Armada, sino por deseo propio y por perseguir algunas pistas que había estado reuniendo hacía unas semanas atrás en Swallow. Se había enterado que unos piratas visitarían el pacífico pueblo de Lyneel en busca de algunos problemas y provocar también uno que otro saqueo con la intención de obtener provisiones para sus viajes, tipo de los piratas pues no es la primera vez que se escuchaba que un grupo de maleantes iba a pequeñas aldeas y robaban lo que podían para navegar durante meses.
A penas el sol se puso en lo alto, Jinji ya se encontraba despierto desde hacía unos minutos preparado para ir a la Taberna de la ciudad ya que, generalmente, ese era el punto de reunión de los piratas. Allí bebían, gritaban y se divertían como niños mientras el alcohol alargaba su felicidad pero nublaba su juicio. Vistiendo nada más que una gabardina de color gris tierra, éste se camufló entre las personas de allí y optó por tomar un asiente alejado justo en una esquina, esperando no levantar sospecha alguna mientras alzaba el dedo para que el cantinero sirviera en una jarra de madera un litro de cerveza. — "Detestable." — Pensó, mientras observaba desde lejos con recelo y algo de desprecio mientras su semblante permanecía inmutable ante la presencia de aquellas personas. El pelirubio nunca había bebido y esa no sería su primera vez pero debía disimular un poco por lo que dejó el jarrón en la mesa y de vez en cuando hacía la mímica de llevar el tarrón de cerveza sobre sus labios pero sin sorber ni tomar nada.
De esa forma se quedó allí sentado, expectante a que algo le diera el indicio de que los piratas que estaba buscando fueran al lugar y que por alguna suerte del destino esos mismos fuesen aquellos que hicieron de su vida un calvario. Sabía que era difícil pero aún así no perdía las esperanzas de encontrarlos en ese lugar por lo que pasaría todo el día de ser necesario y si aún así no lograba dar con ellos visitaría la isla más cercano en busca de pistas que pudieran acercarlo cada vez más al Jorchy, nombre que tenía el barco de los piratas asesinos.
Pero aquella mañana no se encontraba en busca de esa cantina por orden de algún alto mando de la Armada, sino por deseo propio y por perseguir algunas pistas que había estado reuniendo hacía unas semanas atrás en Swallow. Se había enterado que unos piratas visitarían el pacífico pueblo de Lyneel en busca de algunos problemas y provocar también uno que otro saqueo con la intención de obtener provisiones para sus viajes, tipo de los piratas pues no es la primera vez que se escuchaba que un grupo de maleantes iba a pequeñas aldeas y robaban lo que podían para navegar durante meses.
A penas el sol se puso en lo alto, Jinji ya se encontraba despierto desde hacía unos minutos preparado para ir a la Taberna de la ciudad ya que, generalmente, ese era el punto de reunión de los piratas. Allí bebían, gritaban y se divertían como niños mientras el alcohol alargaba su felicidad pero nublaba su juicio. Vistiendo nada más que una gabardina de color gris tierra, éste se camufló entre las personas de allí y optó por tomar un asiente alejado justo en una esquina, esperando no levantar sospecha alguna mientras alzaba el dedo para que el cantinero sirviera en una jarra de madera un litro de cerveza. — "Detestable." — Pensó, mientras observaba desde lejos con recelo y algo de desprecio mientras su semblante permanecía inmutable ante la presencia de aquellas personas. El pelirubio nunca había bebido y esa no sería su primera vez pero debía disimular un poco por lo que dejó el jarrón en la mesa y de vez en cuando hacía la mímica de llevar el tarrón de cerveza sobre sus labios pero sin sorber ni tomar nada.
De esa forma se quedó allí sentado, expectante a que algo le diera el indicio de que los piratas que estaba buscando fueran al lugar y que por alguna suerte del destino esos mismos fuesen aquellos que hicieron de su vida un calvario. Sabía que era difícil pero aún así no perdía las esperanzas de encontrarlos en ese lugar por lo que pasaría todo el día de ser necesario y si aún así no lograba dar con ellos visitaría la isla más cercano en busca de pistas que pudieran acercarlo cada vez más al Jorchy, nombre que tenía el barco de los piratas asesinos.
Jinji Masano
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
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Creado por Sinbad Dom Sep 18, 2016 3:27 am
La seriedad impregnada en el actual estado del navegante era más que evidente, la espera le hacía parecer un poco más serio pero la verdad no le molestaba en absoluto. El simple hecho de estar en su tierra natal hacía parecer la estancia completamente diferente, le hacían cambiar su aire de completo desinterés de la resistencia por uno verdadero y fiero. No era que el resto de lugares no le importaran pero si había algo que de momento le interesaba era el cambiar su nación, solo quien conocía el estado de sitio como él, al momento de su partida y según algunos rumores que había escuchado de barco en barco le daba a entender de cómo se habían torcido las cosas. Varias familias nobles habían cambiado de posición pero eso le resultaba absurdamente irrelevante cuando había actividades por hacer. La idea no era causar una cantidad de estragos descomunal, todo radicaba en dar el golpe preciso y el pelimorado tenía una idea, probablemente conocían sus orígenes y por eso fue seleccionado pese a ser un soldado cualquiera que hasta el momento había sido más que innecesario.
Faltando solo cinco minutos para el cambio de hora, ya el retraso de quien estaba esperando era evidente pero tendría una justificación para ello y más de un motivo. La imponente figura que aparecería era más bien conocida para el de la cimitarra, un tipo de tez pálida y cabello rojizo de una estatura destacable y cuerpo fornido. Sinbad aún no sabía que este era el del nombre clave pero si era un viejo conocido que había conocido desde su niñez, Saroga, una familia importante que de manera análoga a la del ahora usuario Zoan. La sería expresión que poseía el revolucionario no se inmutaría pero evidentemente había molestia al pensar que la aparición de un viejo conocido como ese le afectaría en su futura reunión. La primera palabra del que hizo acto de aparición solo sería –Un tal Eulogerus suele aparecer tarde por motivos familiares- lo que de inmediato dejaría perplejo al maldito para el mar por una fruta.
Por un momento callaría y proseguiría- Saroga, también te... - sin decir poco más, cualquier palabra sobraba al respecto, proseguía -¿Cuál es la situación de todo en el campo? ¿Hay plagas? ¿Qué fruto es necesario que recolecte?- preguntaría con cierta y determinada confianza mientras le estrechaba la mano al viejo conocido, desde joven. El pelirrojo era unos tres años mayor que él pero sabía que nunca estuvo muy conforme con la situación de las familias más influyentes. Los jóvenes de su generación definitivamente habían visto muchas variaciones en las brechas sociales creadas por estas clases, dominantes mediante la ayuda de “Don dinero”.
Mirando fijamente al de ojos dorados decía -Toma esta nota, estaría demás decirte detalles sobre el arado, aquí y ahora lo que necesitamos es una copa, lo único es que no creo que puedas solo con todo, deberás conseguir otros jornaleros. En caso de necesitar ayuda puedo darte una mano pero no a tiempo completo, primero deberás familiarizarte con los cambios en el sembrado- daba una palmada al pelimorado que escuchaba atento - han sido bastantes años, te sigues viendo tal cual tu...- y así la conversación entre ambos fluiría con cierta código del que retoma un viejo pasatiempo, cierto información encriptada y un tono amistoso.
Inevitablemente se acercarían a una taberna, milagrosamente Sinbad no tenía pensado beber, parecía que su tierra le hacía ser alguien con un atisbo de responsabilidad podía ser solo la ilusión del momento. Al entrar ambos al lugar se acercarían a la barra, Sinbad por el simple hecho de acompañar al conocido, aparentaba cierto entusiasmo por el necesario un trago, acciones como esas podía ser fácilmente catalogada como acto de insurrección y rebeldía.
Ambos se percataron de la Kuja ahí presente que parecía pasear pomposamente con su mascota. El navegante solo alcanzaría a recordar una rubia de los mismos orígenes que había conocido un tiempo atrás y sonreía con nostalgia. En ese momento de distracción su compañero acertadamente asignado por el destino y por la armada le dirigiría la palabra a la chica de cabellos de fuego -Evidentemente no eres de aquí chica. Sin duda has debido has debido de recorrer un largo camino para llegar a este reino, mi nombre es Saroga- Eulogerus, hacía un gesto hacía el conocido cantinero que les servía tres tragos que Sinbad rechazaría de manera insolita, le ofrecería uno a la chica y el musculoso de barba bebería los dos restantes -¿Qué buscas? Si se puede saber- el pelimorado se mantenía callado escuchando lo que su compañero decía y observaba como un tipo aparentaba beber, era demasiado evidente para un verdadero bebedor como él, en especial en un momento que mantenía toda su atención en objetivos de la armada –Por cierto un gusto chica, soy Sinbad -ofrecía un caballeroso saludo -denme un momento, puede ser que la marea nos ofrezca varias olas a la vez Saroga- caminaría en la dirección del falso bebedor, el aspecto fuerte le hacían bastante llamativo ahora que estaba de reclutamiento. Su compañero terminaría por acotar -¿Sería algo ofensivo preguntarle si se considera fuerte?- aparte del tratar de ligarla evidentemente estaba catandola, las kujas eran conocidas como guerreras y podía ser un buen prospecto para lo que estaba por venir.
El de la cimitarra se pararía junto a la mesa de la esquina luego de doce pasos necesarios para recorrer la distancia, diría con tono sereno y de aire paciente –Usted no parece el tipo que arme problemas en un bar apenas empezando la noche, Espero no pretenda arruinarla- ¿Qué lo llevaba a eso? Pues el simple hecho de que las personas que van a bares y no van a beber tienen objetivos personales, por lo general conflictos con alguien o pueden ser una dinamita a punto de estallar. Lo que menos quería la armada era llamar la atención, no aún, y por eso era bueno apagar cualquier fuego antes de que empezara a arder –Me considero alguien osado y libre, Sinbad por cierto, por ello le preguntó ¿Qué anda buscando? ¿Cree que puede solo? Y antes de que me responda las preguntas le propongo un trato simple y llano, a cambio de otra buena cerveza- bromeaba mientras escrutaba el cuerpo y reacción de quien tenía enfrente, no era nada común- a simple vista y en especial de cerca me doy cuenta de que no es originario de la isla, nunca lo vi antes- colocaba cada palma en la mesa y seguía comentando en voz solo audible para la mesa -¿Qué opinión tiene del gobierno mundial y del reinado de Lvneel?- completamente sincero trataba de escuchar una respuesta que no involucrara la violencia, perfectamente el tipo podía ser parte del gobierno o un cazador pero por algún motivo confiaba en salir airoso, era uno de los mayores defectos del poseedor de las grandes joyas doradas llamadas iris propios.
Faltando solo cinco minutos para el cambio de hora, ya el retraso de quien estaba esperando era evidente pero tendría una justificación para ello y más de un motivo. La imponente figura que aparecería era más bien conocida para el de la cimitarra, un tipo de tez pálida y cabello rojizo de una estatura destacable y cuerpo fornido. Sinbad aún no sabía que este era el del nombre clave pero si era un viejo conocido que había conocido desde su niñez, Saroga, una familia importante que de manera análoga a la del ahora usuario Zoan. La sería expresión que poseía el revolucionario no se inmutaría pero evidentemente había molestia al pensar que la aparición de un viejo conocido como ese le afectaría en su futura reunión. La primera palabra del que hizo acto de aparición solo sería –Un tal Eulogerus suele aparecer tarde por motivos familiares- lo que de inmediato dejaría perplejo al maldito para el mar por una fruta.
Por un momento callaría y proseguiría- Saroga, también te... - sin decir poco más, cualquier palabra sobraba al respecto, proseguía -¿Cuál es la situación de todo en el campo? ¿Hay plagas? ¿Qué fruto es necesario que recolecte?- preguntaría con cierta y determinada confianza mientras le estrechaba la mano al viejo conocido, desde joven. El pelirrojo era unos tres años mayor que él pero sabía que nunca estuvo muy conforme con la situación de las familias más influyentes. Los jóvenes de su generación definitivamente habían visto muchas variaciones en las brechas sociales creadas por estas clases, dominantes mediante la ayuda de “Don dinero”.
Mirando fijamente al de ojos dorados decía -Toma esta nota, estaría demás decirte detalles sobre el arado, aquí y ahora lo que necesitamos es una copa, lo único es que no creo que puedas solo con todo, deberás conseguir otros jornaleros. En caso de necesitar ayuda puedo darte una mano pero no a tiempo completo, primero deberás familiarizarte con los cambios en el sembrado- daba una palmada al pelimorado que escuchaba atento - han sido bastantes años, te sigues viendo tal cual tu...- y así la conversación entre ambos fluiría con cierta código del que retoma un viejo pasatiempo, cierto información encriptada y un tono amistoso.
Inevitablemente se acercarían a una taberna, milagrosamente Sinbad no tenía pensado beber, parecía que su tierra le hacía ser alguien con un atisbo de responsabilidad podía ser solo la ilusión del momento. Al entrar ambos al lugar se acercarían a la barra, Sinbad por el simple hecho de acompañar al conocido, aparentaba cierto entusiasmo por el necesario un trago, acciones como esas podía ser fácilmente catalogada como acto de insurrección y rebeldía.
Ambos se percataron de la Kuja ahí presente que parecía pasear pomposamente con su mascota. El navegante solo alcanzaría a recordar una rubia de los mismos orígenes que había conocido un tiempo atrás y sonreía con nostalgia. En ese momento de distracción su compañero acertadamente asignado por el destino y por la armada le dirigiría la palabra a la chica de cabellos de fuego -Evidentemente no eres de aquí chica. Sin duda has debido has debido de recorrer un largo camino para llegar a este reino, mi nombre es Saroga- Eulogerus, hacía un gesto hacía el conocido cantinero que les servía tres tragos que Sinbad rechazaría de manera insolita, le ofrecería uno a la chica y el musculoso de barba bebería los dos restantes -¿Qué buscas? Si se puede saber- el pelimorado se mantenía callado escuchando lo que su compañero decía y observaba como un tipo aparentaba beber, era demasiado evidente para un verdadero bebedor como él, en especial en un momento que mantenía toda su atención en objetivos de la armada –Por cierto un gusto chica, soy Sinbad -ofrecía un caballeroso saludo -denme un momento, puede ser que la marea nos ofrezca varias olas a la vez Saroga- caminaría en la dirección del falso bebedor, el aspecto fuerte le hacían bastante llamativo ahora que estaba de reclutamiento. Su compañero terminaría por acotar -¿Sería algo ofensivo preguntarle si se considera fuerte?- aparte del tratar de ligarla evidentemente estaba catandola, las kujas eran conocidas como guerreras y podía ser un buen prospecto para lo que estaba por venir.
El de la cimitarra se pararía junto a la mesa de la esquina luego de doce pasos necesarios para recorrer la distancia, diría con tono sereno y de aire paciente –Usted no parece el tipo que arme problemas en un bar apenas empezando la noche, Espero no pretenda arruinarla- ¿Qué lo llevaba a eso? Pues el simple hecho de que las personas que van a bares y no van a beber tienen objetivos personales, por lo general conflictos con alguien o pueden ser una dinamita a punto de estallar. Lo que menos quería la armada era llamar la atención, no aún, y por eso era bueno apagar cualquier fuego antes de que empezara a arder –Me considero alguien osado y libre, Sinbad por cierto, por ello le preguntó ¿Qué anda buscando? ¿Cree que puede solo? Y antes de que me responda las preguntas le propongo un trato simple y llano, a cambio de otra buena cerveza- bromeaba mientras escrutaba el cuerpo y reacción de quien tenía enfrente, no era nada común- a simple vista y en especial de cerca me doy cuenta de que no es originario de la isla, nunca lo vi antes- colocaba cada palma en la mesa y seguía comentando en voz solo audible para la mesa -¿Qué opinión tiene del gobierno mundial y del reinado de Lvneel?- completamente sincero trataba de escuchar una respuesta que no involucrara la violencia, perfectamente el tipo podía ser parte del gobierno o un cazador pero por algún motivo confiaba en salir airoso, era uno de los mayores defectos del poseedor de las grandes joyas doradas llamadas iris propios.
- Eulogerus:
Sinbad
Hoja de personaje
Nivel:
(13/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Sophie Bismarck Dom Sep 18, 2016 5:56 am
Lalaco se encontraba en la taberna tranquilamente bebiendo la jarra de cerveza que se habia bebido a tragos mientras hablaba con el camarero de la taberna, bueno, con uno de ellos, era lo que tenia ir a un lugar y no conocer a nadie, acababas hablando de cosas de la vida, matanzas y entre otras cosas con completos desconocidos, el aspecto de la mujer que resultaba muy revelador para los alli presentes solo se veia interrumpido por esa serpiente de colores vivos que le recorria el cuerpo y hacia que cualquiera se lo pensara dos veces antes de acercarse pues esta miraba a todas las personas del lugar mientras siseaba, haciendo que el ambiente se pusiera tenso si habia un silencio incomodo aunque el silencio parecia ser una cosa que nunca pasaria en aquella taberna tan concurrida por piratas entre otras cosas. Fue despues de un rato cuando al parecer dos hombres, uno alto y fue para Lalaco y otro mucho mas decente para ella se acercaron a su lado, siendo el tipo feo el que hablara primero - Un gusto conocerle Saroga, mi nombre es Lalaco Godspeed y ella no tiene nombre de momento - dijo señalando a su serpiente mientras miraba como este le invitaba a beber, al parecer no iba a ser un dia tan aburrido para Lalaco despues de todos, escuchando la pregunta del grandullon y viendo como el chico decente de nombre Sinbad se marchaba un momento, dejandola sola con aquel tipo, no tenia mas opcion que responder a sus preguntas.
- ¿Que busco? Bueno esa es una pregunta algo complicada y simple a la vez - dio un trago de cerveza y miro de reojo a Saroga - Si te refieres a hoy, solo busca una manera divertida y puede que escandalosa de pasar la noche en esta isla tan pacifica que me esta empezando a dar asco pero...- dio otro trago de cerveza antes de continuar hablando - Si lo dices en general, solo busco ser la mejor jeje - siguio ebiendo hasta que le preguntaron si se consideraba fuerte, esta solto unas carcajadas y luego miro a Saroga, frunciendo un poco el ceño mientras no solo ella sino tambien su serpiente lo miraba - Eso tendras que verlo por ti mismo cariño - dijo esbozando una sonrisa arrogante y desafiante.
- ¿Que busco? Bueno esa es una pregunta algo complicada y simple a la vez - dio un trago de cerveza y miro de reojo a Saroga - Si te refieres a hoy, solo busca una manera divertida y puede que escandalosa de pasar la noche en esta isla tan pacifica que me esta empezando a dar asco pero...- dio otro trago de cerveza antes de continuar hablando - Si lo dices en general, solo busco ser la mejor jeje - siguio ebiendo hasta que le preguntaron si se consideraba fuerte, esta solto unas carcajadas y luego miro a Saroga, frunciendo un poco el ceño mientras no solo ella sino tambien su serpiente lo miraba - Eso tendras que verlo por ti mismo cariño - dijo esbozando una sonrisa arrogante y desafiante.
Sophie Bismarck
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
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Creado por Jinji Masano Lun Sep 19, 2016 11:52 am
Por ahora todo marchaba con calma, hablando estrictamente sobre la aparición de los piratas a los cuales el ex-marine estaba esperando, porque si se hablaba del ambiente que se vivía allí en la taberna podía decirse que todo era "normal", pues los gritos y la gente riendo de manera descontrolada y con un tono de voz bastante exaltado. Aún así éste no parecía perder la calma, pues la paciencia tal vez era su mayor virtud, estaba aún sentado con al cabeza media gacha ocultando la mitad de su rostro con la capucha de la gabardina mientras esperaba que algo le diese la señal de que las personas que él venía "cazando" dieran la cara, pues sería bastante desilusionante tener que dirigirse hacia otra isla tan rápidamente, ya que la calma de Lyneel le recordaba bastante a su hogar.
Antes de que cayera la noche y que las esperanzas de Jinji fuesen arrastradas por la borda, una persona se le acercó. Raramente el pelirubio no notó la presencia de éste hasta que le había, pues no parecía del tipo de personas que fuese un pirata y es por eso que no lo estaba registrando de una manera amenazante. Levantó un poco la cabeza y lo observó detenidamente. Parecía un muchacho joven y con un rostro que aparentaba amabilidad, o tal vez aquella fuese sincera pero era difícil saberlo. Escuchó sus palabras sin mirarle fijo, desviando la mirada hacia él de vez en cuando pero atento a sus palabras. Lo que aquel dijo sonaba bastante extraño, es como si hubiera adivinado sus intenciones pero aún así, Jinji, intentó no demostrar que aquel estaba acertando en alguna de las cosas que decía.
— ¿Armar problemas? Descuida... Ese no es mi estilo ni mi forma de hacer las cosas. — Murmuró de manera tajante, intentando ahuyentarlo con sus palabras y que siguiera su camino mientras él seguía observando a las personas de la cantina. — ¿Mi opinión sobre el Gobierno y sobre la isla? ¿Por qué te interesa saber eso?. — Cada momento que pasaba las palabras de aquel parecían sonar más extrañas. El hecho de que fueran tan puntuales sus preguntas le hacían a Jinji sospecha de él. — "Me descubrieron?." ← Se preguntaba para sus adentros el cyborg intentando no levantar más sospechas centrándose con la vista al frente y mirándolo solo de reojo al tipo de nombre Sinbad. ¿Acaso alguien había notado que Jinji era un Revolucionario?, ¿Era algún agente del Gobierno o alguien de la Marine?. Realmente no tenía pinta de serlo pero sus preguntas eran bastante certeras y la duda comenzaba a despertarse en el rubio.
— Ve al grano... Si tienes algún problema con mi presencia solo dilo. Pero no diré nada de mi, pues, pareces bastante extraño acercándose y haciéndome todas esas preguntas. Mi nombre es Jinji Masano, y sin de la Armada Revolucionaria. Creo que eso responde a tus preguntas sobre lo que opino del Gobierno. Ahora tu turno. — Finalizó sus palabras mientras alejaba la cerveza de si mismo, pasándosela casi al extraño para que hiciera con ésta lo que quisiera pues a Jinji no le interesaba y mucho menos la terminaría, aunque eso si... Él debería pagarla.
Antes de que cayera la noche y que las esperanzas de Jinji fuesen arrastradas por la borda, una persona se le acercó. Raramente el pelirubio no notó la presencia de éste hasta que le había, pues no parecía del tipo de personas que fuese un pirata y es por eso que no lo estaba registrando de una manera amenazante. Levantó un poco la cabeza y lo observó detenidamente. Parecía un muchacho joven y con un rostro que aparentaba amabilidad, o tal vez aquella fuese sincera pero era difícil saberlo. Escuchó sus palabras sin mirarle fijo, desviando la mirada hacia él de vez en cuando pero atento a sus palabras. Lo que aquel dijo sonaba bastante extraño, es como si hubiera adivinado sus intenciones pero aún así, Jinji, intentó no demostrar que aquel estaba acertando en alguna de las cosas que decía.
— ¿Armar problemas? Descuida... Ese no es mi estilo ni mi forma de hacer las cosas. — Murmuró de manera tajante, intentando ahuyentarlo con sus palabras y que siguiera su camino mientras él seguía observando a las personas de la cantina. — ¿Mi opinión sobre el Gobierno y sobre la isla? ¿Por qué te interesa saber eso?. — Cada momento que pasaba las palabras de aquel parecían sonar más extrañas. El hecho de que fueran tan puntuales sus preguntas le hacían a Jinji sospecha de él. — "Me descubrieron?." ← Se preguntaba para sus adentros el cyborg intentando no levantar más sospechas centrándose con la vista al frente y mirándolo solo de reojo al tipo de nombre Sinbad. ¿Acaso alguien había notado que Jinji era un Revolucionario?, ¿Era algún agente del Gobierno o alguien de la Marine?. Realmente no tenía pinta de serlo pero sus preguntas eran bastante certeras y la duda comenzaba a despertarse en el rubio.
— Ve al grano... Si tienes algún problema con mi presencia solo dilo. Pero no diré nada de mi, pues, pareces bastante extraño acercándose y haciéndome todas esas preguntas. Mi nombre es Jinji Masano, y sin de la Armada Revolucionaria. Creo que eso responde a tus preguntas sobre lo que opino del Gobierno. Ahora tu turno. — Finalizó sus palabras mientras alejaba la cerveza de si mismo, pasándosela casi al extraño para que hiciera con ésta lo que quisiera pues a Jinji no le interesaba y mucho menos la terminaría, aunque eso si... Él debería pagarla.
Jinji Masano
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Creado por Sinbad Lun Sep 19, 2016 10:13 pm
Los dos oriundos provenientes de Lvneel estaban ahora cada uno frente a un posible aliado para las misiones que estaban por venir. Tanto Sarago como Sinbad sonreirían casi al mismo tiempo, no para el otro si no para si mismos, al finalizar, como si fuesen hermanos o tuviesen algún tipo de sincronía además de la causa, dirían -Me parece perfecto-
Pero antes de eso aclararemos un poco lo que cada uno comentaría para el receptor de su mensaje. El pelirrojo de aparente picardia producto del juego de la noche, la conquista y la bebida, de una compañía y el buen trago que había pedido - Lindo nombre - el corpulento sonreía y acotaba -Te llamare Lala, si no te molesta, y a tu mascota Speed- acotaba mientras se atusaba la flamante barba rojiza. Las palabras de la tambien pelirrojo le hacían pensar al del nombre clave Eulogerus -Me parece una buena forma de beber la vida- le acercaba a la pequeña el trago. Siendo el de tez pálida extremadamente alto todos le parecían parte del jardín -Te puedo presentar una propuesta interesante, ya que buscas ser la mejor- daba un buen trago a su ron y luego de una sonrisa por el escozor de el alcohol - algo grande y movido va pasar en esta isla, te propongo que te nos unas a mi y mi amigo, te prometo irte con más riquezas de las que pensaste llevar de esta "pacifica isla" - tendía la mano de manera amigable - Será un gusto comprobarlo señorita amazona - finiquitaba y en ese momento aclaraba mientras veía por la puerta -Me parece perfecto- la noche, la situación y el mismo primer posible fichaje.
Por otro lado y a unos metros de la barra se encontraba el recientemente usuario zoan -Sin problemas todo pintará bien para la isla. - se mantenía fijamente mirando a su interlocutor, ese que fingía tanto el gusto por la bebida como por la calma, evidentemente podían estar a segundos de desembocar un conflicto pero por suerte para todos el destino no pintaba ese rumbo, de momento - mi intención de conocer esas opiniones radica en que acabamos de iniciar una búsqueda y a simple vista pude percibir varios aspectos de su parte que me hacen pensar que puede ser un buen peleador. Primero se mantiene sobrio e igualmente viene a un bar, segundo escrutaba muy finamente a los presentes o eso percibí, definitivamente anda buscando algo - luego de eso y antes de responder las preguntas planteadas escucharía el origen del tipo que poseía algunos elementos metálicos que destacaban - Jajajaja no debí hablar tan pronto. Pensé que usted podía ser un problema pero ahora es una oportunidad ejemplar - de manera inevitable sonreía - Su perspectiva del gobierno me interesa porque también tengo asuntos contra este, soy de la armada revolucionaria - era bastante peligroso revelar esa información así de la nada pero estaba repleto de confianza en sus actos - ves ese tipo de la barra de melena roja, también es un soldado de la armada, recibí un llamado para ayudar y al ser originario, conocer la situación y tener bastante interés en mejorar mi isla acudí de inmediato. ¿Te interesaría ayudarnos? Hablaremos con los superiores para que lo tomen en cuenta luego de la misión, definitivamente va ser exitosa- acababa con una sonrisa demasiado galante para compartirla con un tipo, en caso de haberse quedado en la barra el resultado sería completamente otro -Por cierto un gusto Jinji, mi nombre es Sinbad y soy el mejor navegante de todos los mares- pensaba en que tal vez no el mejor revolucionario pero estaría demás decirlo, al menos dejaba la cerveza ahí porque tampoco tenía interés alguno en beber esa noche, sus intereses inmediatos tenía -Bastante curioso todo, que precisamente fueses otro soldado de la armada- miraba hacía su compañero en la barra que le tendía la mano a la señorita pelirroja "sigue siendo el mismo pero definitivamente le ganaría" -Me parece perfecto- y de una manera más seria que la de su compañero le tendía la mano al de metálicos detalles levemente perceptibles.
De las respuestas de ambos dependía la noche y el día, a la mañana siguiente sería un día con prisa para todos en Lvneel.
Pero antes de eso aclararemos un poco lo que cada uno comentaría para el receptor de su mensaje. El pelirrojo de aparente picardia producto del juego de la noche, la conquista y la bebida, de una compañía y el buen trago que había pedido - Lindo nombre - el corpulento sonreía y acotaba -Te llamare Lala, si no te molesta, y a tu mascota Speed- acotaba mientras se atusaba la flamante barba rojiza. Las palabras de la tambien pelirrojo le hacían pensar al del nombre clave Eulogerus -Me parece una buena forma de beber la vida- le acercaba a la pequeña el trago. Siendo el de tez pálida extremadamente alto todos le parecían parte del jardín -Te puedo presentar una propuesta interesante, ya que buscas ser la mejor- daba un buen trago a su ron y luego de una sonrisa por el escozor de el alcohol - algo grande y movido va pasar en esta isla, te propongo que te nos unas a mi y mi amigo, te prometo irte con más riquezas de las que pensaste llevar de esta "pacifica isla" - tendía la mano de manera amigable - Será un gusto comprobarlo señorita amazona - finiquitaba y en ese momento aclaraba mientras veía por la puerta -Me parece perfecto- la noche, la situación y el mismo primer posible fichaje.
Por otro lado y a unos metros de la barra se encontraba el recientemente usuario zoan -Sin problemas todo pintará bien para la isla. - se mantenía fijamente mirando a su interlocutor, ese que fingía tanto el gusto por la bebida como por la calma, evidentemente podían estar a segundos de desembocar un conflicto pero por suerte para todos el destino no pintaba ese rumbo, de momento - mi intención de conocer esas opiniones radica en que acabamos de iniciar una búsqueda y a simple vista pude percibir varios aspectos de su parte que me hacen pensar que puede ser un buen peleador. Primero se mantiene sobrio e igualmente viene a un bar, segundo escrutaba muy finamente a los presentes o eso percibí, definitivamente anda buscando algo - luego de eso y antes de responder las preguntas planteadas escucharía el origen del tipo que poseía algunos elementos metálicos que destacaban - Jajajaja no debí hablar tan pronto. Pensé que usted podía ser un problema pero ahora es una oportunidad ejemplar - de manera inevitable sonreía - Su perspectiva del gobierno me interesa porque también tengo asuntos contra este, soy de la armada revolucionaria - era bastante peligroso revelar esa información así de la nada pero estaba repleto de confianza en sus actos - ves ese tipo de la barra de melena roja, también es un soldado de la armada, recibí un llamado para ayudar y al ser originario, conocer la situación y tener bastante interés en mejorar mi isla acudí de inmediato. ¿Te interesaría ayudarnos? Hablaremos con los superiores para que lo tomen en cuenta luego de la misión, definitivamente va ser exitosa- acababa con una sonrisa demasiado galante para compartirla con un tipo, en caso de haberse quedado en la barra el resultado sería completamente otro -Por cierto un gusto Jinji, mi nombre es Sinbad y soy el mejor navegante de todos los mares- pensaba en que tal vez no el mejor revolucionario pero estaría demás decirlo, al menos dejaba la cerveza ahí porque tampoco tenía interés alguno en beber esa noche, sus intereses inmediatos tenía -Bastante curioso todo, que precisamente fueses otro soldado de la armada- miraba hacía su compañero en la barra que le tendía la mano a la señorita pelirroja "sigue siendo el mismo pero definitivamente le ganaría" -Me parece perfecto- y de una manera más seria que la de su compañero le tendía la mano al de metálicos detalles levemente perceptibles.
De las respuestas de ambos dependía la noche y el día, a la mañana siguiente sería un día con prisa para todos en Lvneel.
Sinbad
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Creado por Sophie Bismarck Mar Sep 20, 2016 7:21 pm
Ella seguia bebiendo, callada y escuchando lo que decia el tipo con barba, no estaba callada por producto del alcohol, que en parte sino porque estaba prestando atencion a las palabras que este decia, lo miro de reojo mientras daba un trago y dio un golpe fuerte con la jarra pues habia algo que la habia echo saltar una chispa - No me gusta que me llamen Lala, es muy femenino para mi aunque ya que me vas a invitar a cerveza, te lo dejare pasar y sobre la serpiente, creo que por fin alguien te dio un nombre, Speed - dijo con una sonrisa mientras la serpiente siseaba, mirandola a ella y luego al tipo con barba, lo miraba a los ojos y se decia que las miradas de una serpiente eran hipnoticas, asi que si una te miraba seria mejor apartar la vista aunque para la Kuja ella la miraba sin miedo y ella tambien tenia esa mirada hipnotica propia de una serpiente que hacia que te quedaras sin habla, pues despues de todo, ella tambien era una serpiente a su manera, volvio a dar otro trago y miro a Saroga - ¿Una propuesta? - no le estaba preguntando a el, era una pregunta retorica que habia soltado al aire esperando a que ese coninuara hablando. Escucho la propuesta con suma atencion y una sonrisa arrogante se formo en sus labios, el montar jaleo, el tomar algunas cosas para no irse con las manos vacias, en resumidas cuentas, ser lo que a ella mas le gustaba estaba a solo un apreton de manos.
- Pues no me queda otra opcion para quitarme el aburrimiento - apreto la mano que le tendio con fuerza mientras soneia desafiante - Cuenta conmigo para montar algo grande kijajajaja - solto una carcajada, dando un trago largo a su cerveza, acabandola para luego ajustarse la ropa, acariciar a su serpiente recien nombrada Speed y prepararse para lo que estuviera por venir.
- Pues no me queda otra opcion para quitarme el aburrimiento - apreto la mano que le tendio con fuerza mientras soneia desafiante - Cuenta conmigo para montar algo grande kijajajaja - solto una carcajada, dando un trago largo a su cerveza, acabandola para luego ajustarse la ropa, acariciar a su serpiente recien nombrada Speed y prepararse para lo que estuviera por venir.
Sophie Bismarck
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Creado por Jinji Masano Jue Sep 22, 2016 10:42 am
Aunque todo le sonase demasiado extraño y sospechoso decidió seguirle la corriente a aquel sujeto, tal vez con su ayuda podría capturar o conseguir algo más de información ya que desde el momento en que llegó a la isla no había tenido rastro alguno de ellos y eso comenzaba a desesperarlo un poco pero más que la ausencia de los piratas aquel sujeto parecía bastante confiado de que Jinji fuese a aceptar el trato que le estaba proponiendo, es como s todo fuese según lo planeado. Tal vez debería seguirle la corriente un poco más hasta ver donde llegaban las cosas, pues por lo que el pelimorado decía no estaba solo y su acompañante parecía aún más sospechoso que él. Uno lucía extraño y el otro era extraño, ambos se complementaban bastante bien y no dejaban que Jinji pudiese ver las cosas con claridad, todo muy mal para el soldado.
Aún así, no tenía por qué sospechar por lo visto, pues aquel hombre que se había presentado con el nombre de Sinbad era también de la armada al igual que su compañero de cabellos rojizos y piel escamosa, todo indicaba que era una Gyojin o algo similar. Según las palabras del joven navegante, ellos dos se encontraban en la isla por una misión de la misma Armada, algo de lo cual Jinji no fue informado tal vez por su rango y por su reciente incorporación a ésta, era algo normal, pero tal vez si debería ayudarles de manera interesada y no para conseguir lo que estaba buscando, pero si en el transcurso de la misma se daba que podía encontrar a los piratas abandonaría todo e iría en captura de los maleantes.
— Muy bien, no me queda otra más que ayudarles. Si es una misión de la armada debo brindar mi apoyo en lo que pueda. Así que cuenta conmigo. — Agregó con un tono de voz calmo mientras se levantaba de su silla y quedaba casi a la misma altura que quien tenía enfrente. Miró al tipo de la melena roja que se encontraba hablando con una muchacha del mismo color de pelo pero como se encontraba de espaldas hacia el rubio no pudo ver su rostro, tal vez era una mujer Gyojin también. Lo único que pudo denotar en ella era una larga serpiente que le seguía a todos sus movimientos, siseando de manera pausada como toda serpiente. — Me gustaría que me dieras los detalles de la misión si los tienes, deberás entender que no me gusta hacer las cosas improvisadamente. — Murmuró con un tono serio de voz como era característico de él, ya que hablar de manera seria y educada era un cliché de que él mismo se había puesto por costumbre.
Cuando finalizó de hablar sus ojos dejaron de lado a Sinbad y se situaron en el sujeto de la melena colorada, intentando capturar más detalles de éste con solo su vista, pues era muy bueno a la hora de analizar, aunque también pensó que si era de la Armada debería hablar con aquel sujeto quien parecía tener más ímpetu y voz de mando que el navegante, por lo que podría ser el líder de la misión. Aunque aquella mujer desconocida para él también podría tener algo que ver con todo éste asunto. Pero bueno, las indicaciones no eran demasiado claras ni específicas así que lo mejor era esperar y que el peli morado lo pusiese al tanto de todo cuanto antes.
Aún así, no tenía por qué sospechar por lo visto, pues aquel hombre que se había presentado con el nombre de Sinbad era también de la armada al igual que su compañero de cabellos rojizos y piel escamosa, todo indicaba que era una Gyojin o algo similar. Según las palabras del joven navegante, ellos dos se encontraban en la isla por una misión de la misma Armada, algo de lo cual Jinji no fue informado tal vez por su rango y por su reciente incorporación a ésta, era algo normal, pero tal vez si debería ayudarles de manera interesada y no para conseguir lo que estaba buscando, pero si en el transcurso de la misma se daba que podía encontrar a los piratas abandonaría todo e iría en captura de los maleantes.
— Muy bien, no me queda otra más que ayudarles. Si es una misión de la armada debo brindar mi apoyo en lo que pueda. Así que cuenta conmigo. — Agregó con un tono de voz calmo mientras se levantaba de su silla y quedaba casi a la misma altura que quien tenía enfrente. Miró al tipo de la melena roja que se encontraba hablando con una muchacha del mismo color de pelo pero como se encontraba de espaldas hacia el rubio no pudo ver su rostro, tal vez era una mujer Gyojin también. Lo único que pudo denotar en ella era una larga serpiente que le seguía a todos sus movimientos, siseando de manera pausada como toda serpiente. — Me gustaría que me dieras los detalles de la misión si los tienes, deberás entender que no me gusta hacer las cosas improvisadamente. — Murmuró con un tono serio de voz como era característico de él, ya que hablar de manera seria y educada era un cliché de que él mismo se había puesto por costumbre.
Cuando finalizó de hablar sus ojos dejaron de lado a Sinbad y se situaron en el sujeto de la melena colorada, intentando capturar más detalles de éste con solo su vista, pues era muy bueno a la hora de analizar, aunque también pensó que si era de la Armada debería hablar con aquel sujeto quien parecía tener más ímpetu y voz de mando que el navegante, por lo que podría ser el líder de la misión. Aunque aquella mujer desconocida para él también podría tener algo que ver con todo éste asunto. Pero bueno, las indicaciones no eran demasiado claras ni específicas así que lo mejor era esperar y que el peli morado lo pusiese al tanto de todo cuanto antes.
Jinji Masano
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Creado por Sinbad Sáb Sep 24, 2016 7:29 am
La conversación entre Saroga y Lalaco seguía con aparente interés mutuo, quizás por el carácter de cada uno que trataba de superponerse sobre el otro o por el simple hecho de demostrar cual cabello de fuego provenía de una llama más avivada. Ante la reacción sobre el nombre, el de piel clara respondía –Pues para mi gusto eres bastante femenina- con tono seductor tanto producto de su intención como de su grave voz de naturaleza radiolocutiva o de cantante de blues –con bautizar a tu amiga ya es algo, siempre que la llames por su nuevo nombre deberás recordarte de mí – y mientras notaba la actitud bastante impulsiva de la flamígera y serpentíl hembra respecto al alcohol por un simple hecho de sentimiento de igualdad se pondría al ritmo de la bebida, que si bien seguía siendo poca para alguien de su tamaño y corpulencia la prisa con que la pequeña lo ingería le hacía empezar a sentir levemente los efectos inhibidores de la personalidad
–La propuesta se divide en dos, la importante y para mañana, trata de decomisar una riqueza de una familia que consiguieron de manera ilegal mediante tráfico en el mercado negro y manejando influencias del reino de Lvneel, ¿Acá tenemos rey sabes?- de manera aclaratoria, mientras terminaba el trago. Volteaba la vista hacía su compañero que aparentemente le miraba sin querer expresarle mucho, para entendimiento del grandullón –Y la otra propuesta probablemente más interesante es seguir viendo durante la noche quien es capaz de aguantar más alcohol, probablemente una amazona como tú no se puede resistir a un duelo particular como ese – evidentemente la intención de este era pasar el mayor tiempo posible con la chica ya que por lo que alcanzaba a ver el pelimorado aparentaba haber encontrado un tipo interesante al no regresar tan rápido como hubiese esperado y necesitaba que Lalaco quedara convencida para no perder ante su coterráneo –de todas formas todo lo vamos a realizar en la tarde de mañana, por lo que la noche es joven –acercaba la copa para un brindis y terminaba por aclarar- la mañana puede ser perfectamente de recuperación Lala…-dejaba un espacio solo para retarla-…co y Speed. Les conseguiré un buen presente para mañana, debes ser tiradora como la imagen que tengo de las kuja y sus arcoculebras.
Por otro lado, en la mesa donde ninguno bebía la cerveza que yacía en el centro, entera e implorando por refrescar una garganta del lado de los iris dorados y las cejas oscuras se pronunciaba un dialogo que respondía -Efectivamente, no te queda de otra- con una sonrisa rotunda y probablemente molesta para el rubio daba por sentado el hecho de que el navegante tenía toda la intención de que el falso bebedor le ayudase. Sacando la nota dada previamente por su compañero pelirrojo decía – Será algo interesante. Deja te explico, en este reino hay varias casas nobles cuya relevancia influye directamente en el poder y control del reinado –miraba por un momento a la pareja de pelirrojo y hacía una señalización de que todo estaba bien- tanto ese tipo, Saroga, como yo somos de casas que no han sido muy relevantes pero conocemos a las demás de toda la vida.
Actualmente pareciera como que varias han empezado a ascender y tomar más poder tras bambalinas, el problema de esto es que los demás conocemos que la forma en que lo han estado haciendo y no es muy “legal” que digamos por ello gracias a la información brindada a la armada se ideo un plan ya que nos enteramos de que se prefiere cortar el mal de raíz ya que fue detectado con antelación por personas a la que les interesa, al menos mantener el status quo actual. No es el mejor pero al menos no hay tal amaño de intereses –revisaba entre sus ropas y sacaba dos objetos, un caracol característico como medio de comunicación y una concha de las que los habitantes del cielo suelen usar – te daré estos dos juguetes ya que el plan consiste en dos aspectos de los que nos encargaremos por separado, un decomiso de riquezas de origen turbio, ya que estas familias a la que “visitaremos” sabemos de buena fuente están traficando armamento militar con piratas y además este pequeño –señalaba con el índice el dial- nos dará información para hundirles y restarles credibilidad, va haber una reunión de planificación ya que por suerte para nosotros no confían ni en ellos mismos –finiquitaba con una sonrisa, acercando los objetos al mecánico revolucionario y echándose hacía atrás de la silla con la certeza de que sin duda la responsabilidad de tomar acciones en misión le encantaba. Al ver que una camarera se acercaba a la mesa con intenciones de preguntar si necesitaban algo más de manera rotunda y antes de que interrumpiera negaría con la cabeza y afirmaría que estaba perfecto con una sonrisa sincera consigo mismo.
El sentido de pertenencia y lo que puede llamarse hasta nacionalismo es extraño, pese a que Sinbad llevaba más de diez años sin pisar esas tierras tenía toda la intención de arriesgarse por ello, por mejorarlo, en este caso no empeorarlo pero a fin de cuentas era ese tipo de sentimiento que no se alcanza a entender. ¿Por qué un individuo empieza a sentir ese tipo de arraigo por un lugar? En el fondo sentirse nacionalista o similar es algo absurdo, uno no extraña un lugar de tales proporciones que ni siquiera alcanza a ser conocerlo del todo, uno extraña a los amigos, a los lugares en que se disfrutó cualquier tipo de momento o quedaron marcados sentimientos a piel. La familia y sus recuerdos. Eso era lo que probablemente el pelimorado añoraba con nostalgia. Querer reconstruir un país parte de no querer que los recuerdos sean destruidos, de que todo siga como en su memoria y para su ego era importante retomarlo y hacerlo suyo. Quizás cuando fuese alguien influyente y relevante podría aspirar a volver por ello, a hacer de Lvneel su nación, bajo las fuerzas de la armada.
Una vez había puesto en manos del ciborg la información y los objetos necesarios para lo que acontecería al siguiente día se levantaría, mirándolo a los ojos con los suyos cargados de autoridad pero a la vez enfundados de un aire amable que le invitaba a ser su compañero –Nos vemos mañana, justo en la plazoleta afuera de este local a las dos en punto, allí empezará todo, cualquier duda puedes preguntarla vía Den Den Mushi pero no olvides hablar en clave, nuestras líneas actuales de comunicación no son las más seguras- ejecutando una acción de completa confianza para con el individuo de carácter reservado extendía su gran y fuerte mano hacía el abstemio que tenía por compañero de mesa –Nuestra aporte será fundamental y yo como Lvneeliano te lo agradeceré Jinji Masano – estrecharía su mano, si este así lo disponía, de caso contrario solo cerraría el puño como señal de la resistencia. Hacía una afirmación con la cabeza antes de retirarse de la mesa y privarlo de la compañía, que cualquier chica hubiese suplicado porque continuase. De todas formas desde la fruta y su reciente llegada a Lvneel Sinbad ya no era el mismo.
Caminaría hacía la pareja de pelirrojos y al contactar con ambos les diría –Saroga creo que ya tengo el fichaje que ocupaba y señorita amazona espero usted también esté interesada en todo lo que viene en camino para mañana- registraría una vez más entre sus objetos dentro de sus oscuro atuendo y sacando un Den Den mushi más se lo entregaba junto a una sonrisa –Por cierto aquí tiene, mañana, justo acá afuera, preguntele cualquier duda a este gandul- giraría el puño extendiendo un dedo hacía la puerta, indicando el espacio libre tras de ella, evidentemente la misma dirección dada al compañero de la armada – a las dos en punto por cierto. – levantaba el puño para ambos a la altura de su propio pecho, girando un momento después, dándoles la espalda a ambos y empezaba a caminar hacía la salida –Pasen una buena velada y no se excedan con ella, la noche - decía con una sonrisa
–La propuesta se divide en dos, la importante y para mañana, trata de decomisar una riqueza de una familia que consiguieron de manera ilegal mediante tráfico en el mercado negro y manejando influencias del reino de Lvneel, ¿Acá tenemos rey sabes?- de manera aclaratoria, mientras terminaba el trago. Volteaba la vista hacía su compañero que aparentemente le miraba sin querer expresarle mucho, para entendimiento del grandullón –Y la otra propuesta probablemente más interesante es seguir viendo durante la noche quien es capaz de aguantar más alcohol, probablemente una amazona como tú no se puede resistir a un duelo particular como ese – evidentemente la intención de este era pasar el mayor tiempo posible con la chica ya que por lo que alcanzaba a ver el pelimorado aparentaba haber encontrado un tipo interesante al no regresar tan rápido como hubiese esperado y necesitaba que Lalaco quedara convencida para no perder ante su coterráneo –de todas formas todo lo vamos a realizar en la tarde de mañana, por lo que la noche es joven –acercaba la copa para un brindis y terminaba por aclarar- la mañana puede ser perfectamente de recuperación Lala…-dejaba un espacio solo para retarla-…co y Speed. Les conseguiré un buen presente para mañana, debes ser tiradora como la imagen que tengo de las kuja y sus arcoculebras.
Por otro lado, en la mesa donde ninguno bebía la cerveza que yacía en el centro, entera e implorando por refrescar una garganta del lado de los iris dorados y las cejas oscuras se pronunciaba un dialogo que respondía -Efectivamente, no te queda de otra- con una sonrisa rotunda y probablemente molesta para el rubio daba por sentado el hecho de que el navegante tenía toda la intención de que el falso bebedor le ayudase. Sacando la nota dada previamente por su compañero pelirrojo decía – Será algo interesante. Deja te explico, en este reino hay varias casas nobles cuya relevancia influye directamente en el poder y control del reinado –miraba por un momento a la pareja de pelirrojo y hacía una señalización de que todo estaba bien- tanto ese tipo, Saroga, como yo somos de casas que no han sido muy relevantes pero conocemos a las demás de toda la vida.
Actualmente pareciera como que varias han empezado a ascender y tomar más poder tras bambalinas, el problema de esto es que los demás conocemos que la forma en que lo han estado haciendo y no es muy “legal” que digamos por ello gracias a la información brindada a la armada se ideo un plan ya que nos enteramos de que se prefiere cortar el mal de raíz ya que fue detectado con antelación por personas a la que les interesa, al menos mantener el status quo actual. No es el mejor pero al menos no hay tal amaño de intereses –revisaba entre sus ropas y sacaba dos objetos, un caracol característico como medio de comunicación y una concha de las que los habitantes del cielo suelen usar – te daré estos dos juguetes ya que el plan consiste en dos aspectos de los que nos encargaremos por separado, un decomiso de riquezas de origen turbio, ya que estas familias a la que “visitaremos” sabemos de buena fuente están traficando armamento militar con piratas y además este pequeño –señalaba con el índice el dial- nos dará información para hundirles y restarles credibilidad, va haber una reunión de planificación ya que por suerte para nosotros no confían ni en ellos mismos –finiquitaba con una sonrisa, acercando los objetos al mecánico revolucionario y echándose hacía atrás de la silla con la certeza de que sin duda la responsabilidad de tomar acciones en misión le encantaba. Al ver que una camarera se acercaba a la mesa con intenciones de preguntar si necesitaban algo más de manera rotunda y antes de que interrumpiera negaría con la cabeza y afirmaría que estaba perfecto con una sonrisa sincera consigo mismo.
El sentido de pertenencia y lo que puede llamarse hasta nacionalismo es extraño, pese a que Sinbad llevaba más de diez años sin pisar esas tierras tenía toda la intención de arriesgarse por ello, por mejorarlo, en este caso no empeorarlo pero a fin de cuentas era ese tipo de sentimiento que no se alcanza a entender. ¿Por qué un individuo empieza a sentir ese tipo de arraigo por un lugar? En el fondo sentirse nacionalista o similar es algo absurdo, uno no extraña un lugar de tales proporciones que ni siquiera alcanza a ser conocerlo del todo, uno extraña a los amigos, a los lugares en que se disfrutó cualquier tipo de momento o quedaron marcados sentimientos a piel. La familia y sus recuerdos. Eso era lo que probablemente el pelimorado añoraba con nostalgia. Querer reconstruir un país parte de no querer que los recuerdos sean destruidos, de que todo siga como en su memoria y para su ego era importante retomarlo y hacerlo suyo. Quizás cuando fuese alguien influyente y relevante podría aspirar a volver por ello, a hacer de Lvneel su nación, bajo las fuerzas de la armada.
Una vez había puesto en manos del ciborg la información y los objetos necesarios para lo que acontecería al siguiente día se levantaría, mirándolo a los ojos con los suyos cargados de autoridad pero a la vez enfundados de un aire amable que le invitaba a ser su compañero –Nos vemos mañana, justo en la plazoleta afuera de este local a las dos en punto, allí empezará todo, cualquier duda puedes preguntarla vía Den Den Mushi pero no olvides hablar en clave, nuestras líneas actuales de comunicación no son las más seguras- ejecutando una acción de completa confianza para con el individuo de carácter reservado extendía su gran y fuerte mano hacía el abstemio que tenía por compañero de mesa –Nuestra aporte será fundamental y yo como Lvneeliano te lo agradeceré Jinji Masano – estrecharía su mano, si este así lo disponía, de caso contrario solo cerraría el puño como señal de la resistencia. Hacía una afirmación con la cabeza antes de retirarse de la mesa y privarlo de la compañía, que cualquier chica hubiese suplicado porque continuase. De todas formas desde la fruta y su reciente llegada a Lvneel Sinbad ya no era el mismo.
Caminaría hacía la pareja de pelirrojos y al contactar con ambos les diría –Saroga creo que ya tengo el fichaje que ocupaba y señorita amazona espero usted también esté interesada en todo lo que viene en camino para mañana- registraría una vez más entre sus objetos dentro de sus oscuro atuendo y sacando un Den Den mushi más se lo entregaba junto a una sonrisa –Por cierto aquí tiene, mañana, justo acá afuera, preguntele cualquier duda a este gandul- giraría el puño extendiendo un dedo hacía la puerta, indicando el espacio libre tras de ella, evidentemente la misma dirección dada al compañero de la armada – a las dos en punto por cierto. – levantaba el puño para ambos a la altura de su propio pecho, girando un momento después, dándoles la espalda a ambos y empezaba a caminar hacía la salida –Pasen una buena velada y no se excedan con ella, la noche - decía con una sonrisa
- OFF:
Los Den Den se los transferí de verdad además a Jinji un tone dial para grabar la conversación que va a suceder entre los malos malosos y a Lalaco en el próximo tema le regalo unas municiones de flecha, que ya puse a transferir, pero para darle lógica a la acción se las doy en el tema que sigue (?)
Sinbad
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