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Censo
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Creado por Hanzo Sáb Oct 22, 2016 7:44 pm
-¿Información?- pregunte algo sorprendido. - Si, esa será tu misión. Ya se que estas acostumbrado a encargos muchos más peligrosos, pero esto es más importante que cualquier otra cosa-Dijo el hombre que me había adoptado como hijo, ya hacia un buen tiempo.
Sin decir más nada, asentí con mi cabeza - Bien entonces, te diré que información debes conseguir y de quien.....- dijo mi padre adoptivo.
Una vez que termine de escuchar lo que mi padre me decía y las recomendaciones que me daba; salí de la habitación y me dirigí hacia el puerto donde iba a encontrar a una persona, que era amiga de la Familia Vongola, para que me trasladara a las isla Shell Town.
Para mi sorpresa, se trataba de un viejo conocido, por lo que el viaje no seria nada aburrido o desagradable. Salude al hombre con un gran respeto, pero con algo de amiguismo. El hombre sin problemas, respondió mi saludo y me invito a pasar a su barco.
Una vez arriba, el hombre grito algunas instrucciones y el barco zarpo a alta mar. El viaje iba a ser largo, pero entretenido.
El viaje estaba llegando a su fin, cuando pude divisar la gran y pacifica isla Shell Town, o al menos eso creía.
Me pare en el proa del barco y comencé a observar como la isla se iba agrandando poco a poco. No paso mucho tiempo, cuando el puerto de la isla se hiso presente.
Este se encontraba lleno de barcos y de gente. Hombres con grandes musculaturas llevando cajas o bolsas en sus hombros, cargando y descargando barcos; hombres desenredando redes pesqueras y otros que preparaban sus velas para poder partir lo más rápido posible.
Una vez que el barco atraco, un grupo de marines se acerco para poder hacer preguntas sobre el barco, sus tripulantes y las carga del mismo.
- Espera aquí y no te asomes. No quiero problemas con la ley por tu culpa- dijo el viejo capitán del navío, en forma amistosa y sonriendo. El capitán, se acerco a los marines y comenzó a hablar con ellos, pero sin llegar a ningún acuerdo, los marines esquivaron al capitán y subieron al barco para poder investigar un poco, con el capitán de navío detrás de ellos, hablándoles para poder convencerlos. Al ver que no era escuchado, simplemente se paro e hiso una muesca de desaprobación y espero a que los marines terminaran de revisar el barco.
Al ver que los marines no se iban y subían al barco, decidí escabullirme para que no me encontraran y pudiera entrar a la isla sin ningún problema. Sabía que si me encontraban, las preguntas de ellos iban a tocar muchos temas delicados que no tenia permitido revelar, por lo que me acerque al borde del barco que se encontraba, en el lado opuesto de donde se encontraban los marines y salte hacia el muelle, cayendo pesado y haciendo algo de estruendo al caer por mi gran peso, pero gracias al gran bullicio que había en el muelle, el estruendo se mimetizo con los demás ruido.
Me levante rápidamente y camine hacia la multitud, perdiéndome entre ellos.
Había entrado a la ciudad de la isla, con éxito, sin que ningún marine se enterara de mi presencia, pero creo que eso era algo imposible. Mi altura y mi cuerpo metálico, hacia que la gente se volteara a mirarme y a susurrar por mis espaldas, sabía que pronto los marines sabrían que andaba por las calles de su ciudad, por lo que debía buscar el prostíbulo lo mas rápido posible y salir de las calles atestadas de gente. Ese lugar, era donde encontraría al informante de los revolucionarios.
Me moví rápidamente entre la multitud, esperando no encontrarme con ningún marine, pero el lugar donde debía asistir se encontraba algo retirado del muelle, por lo que solo disponía de suerte para que eso no pasara.
Sin decir más nada, asentí con mi cabeza - Bien entonces, te diré que información debes conseguir y de quien.....- dijo mi padre adoptivo.
Una vez que termine de escuchar lo que mi padre me decía y las recomendaciones que me daba; salí de la habitación y me dirigí hacia el puerto donde iba a encontrar a una persona, que era amiga de la Familia Vongola, para que me trasladara a las isla Shell Town.
Para mi sorpresa, se trataba de un viejo conocido, por lo que el viaje no seria nada aburrido o desagradable. Salude al hombre con un gran respeto, pero con algo de amiguismo. El hombre sin problemas, respondió mi saludo y me invito a pasar a su barco.
Una vez arriba, el hombre grito algunas instrucciones y el barco zarpo a alta mar. El viaje iba a ser largo, pero entretenido.
***
El viaje estaba llegando a su fin, cuando pude divisar la gran y pacifica isla Shell Town, o al menos eso creía.
Me pare en el proa del barco y comencé a observar como la isla se iba agrandando poco a poco. No paso mucho tiempo, cuando el puerto de la isla se hiso presente.
Este se encontraba lleno de barcos y de gente. Hombres con grandes musculaturas llevando cajas o bolsas en sus hombros, cargando y descargando barcos; hombres desenredando redes pesqueras y otros que preparaban sus velas para poder partir lo más rápido posible.
Una vez que el barco atraco, un grupo de marines se acerco para poder hacer preguntas sobre el barco, sus tripulantes y las carga del mismo.
- Espera aquí y no te asomes. No quiero problemas con la ley por tu culpa- dijo el viejo capitán del navío, en forma amistosa y sonriendo. El capitán, se acerco a los marines y comenzó a hablar con ellos, pero sin llegar a ningún acuerdo, los marines esquivaron al capitán y subieron al barco para poder investigar un poco, con el capitán de navío detrás de ellos, hablándoles para poder convencerlos. Al ver que no era escuchado, simplemente se paro e hiso una muesca de desaprobación y espero a que los marines terminaran de revisar el barco.
Al ver que los marines no se iban y subían al barco, decidí escabullirme para que no me encontraran y pudiera entrar a la isla sin ningún problema. Sabía que si me encontraban, las preguntas de ellos iban a tocar muchos temas delicados que no tenia permitido revelar, por lo que me acerque al borde del barco que se encontraba, en el lado opuesto de donde se encontraban los marines y salte hacia el muelle, cayendo pesado y haciendo algo de estruendo al caer por mi gran peso, pero gracias al gran bullicio que había en el muelle, el estruendo se mimetizo con los demás ruido.
Me levante rápidamente y camine hacia la multitud, perdiéndome entre ellos.
Había entrado a la ciudad de la isla, con éxito, sin que ningún marine se enterara de mi presencia, pero creo que eso era algo imposible. Mi altura y mi cuerpo metálico, hacia que la gente se volteara a mirarme y a susurrar por mis espaldas, sabía que pronto los marines sabrían que andaba por las calles de su ciudad, por lo que debía buscar el prostíbulo lo mas rápido posible y salir de las calles atestadas de gente. Ese lugar, era donde encontraría al informante de los revolucionarios.
Me moví rápidamente entre la multitud, esperando no encontrarme con ningún marine, pero el lugar donde debía asistir se encontraba algo retirado del muelle, por lo que solo disponía de suerte para que eso no pasara.
Hanzo
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Koujaku Cifer Lun Oct 24, 2016 11:59 pm
Trabajo, trabajo y más trabajo… Era lo que pensaba Koujaku en su estancia en la Marina, pues este pensaba que se mantendría en épicas batallas, capturando piratas, encontrando contrabando, atrapando revolucionarios, pero no, era totalmente distinto a lo que él pensaba, ¿Por Qué? Pues porque lo único que lo habían puesto a hacer era a cuidar puebluchos, a descargar los buques, algún día Cifer entraría a una tripulación con un Almirante como líder de la flota y dejaría esta rutinaria vida de Marine de lado.
La ultima tarea encomendada a el pelirrojo era ir a Shell Town a revisar todos los barcos comerciantes de la zona que no tuvieran nada sospechoso, a sacar piratas de las tabernas, a parar peleas, y todo ese resto de cosas aburridas. El Capitán encargado de la misión separó a los Marines en grupos, dándole tareas diferentes a cada grupo. A Cifer le había tocado la tarea de la exploración del pueblo, y como su pereza era más fuerte que sus ganas de trabajar, se metió para un prostíbulo a ver chicas bailando y a tomar algo para el calor, a pesar de que era un perezoso tenía mucho respeto por la Marina y no pensaba emborracharse hasta no cumplir su deber.
Los grupos fueron divididos al fin y Cifer se fue con sus compañeros Marines, en el momento que estos perdieron la concentración y se colocaron a hacer otras cosas el joven aprovechó y se fue a buscar algún prostíbulo para deleitar su vista con algunas chicas hermosas que abundaban en dicho pueblo, el calor de ese día era insoportable, apenas la gotas de sudor bajaban por la cara y la larga cabellera del Pelirrojo. Después de caminar un rato se adentró al primer prostíbulo que vio, cuando colocó un paso en la taberna inmediatamente las personas lo miraban raro, en especial unos hombres encapuchados que se encontraban en la esquina del prostíbulo. El pelirrojo no les colocó mucha atención y se dirigió al Barman – Me regala por favor un jugo de Naranja si es tan amable – Decía Koujaku con su voz alegre como siempre. Un borracho que se encontraba en la barra se reía del Marine pues no pedía algo que los verdaderos machos acostumbraban a tomar, pero el pelirrojo no le prestó atención alguna a este borracho.
La ultima tarea encomendada a el pelirrojo era ir a Shell Town a revisar todos los barcos comerciantes de la zona que no tuvieran nada sospechoso, a sacar piratas de las tabernas, a parar peleas, y todo ese resto de cosas aburridas. El Capitán encargado de la misión separó a los Marines en grupos, dándole tareas diferentes a cada grupo. A Cifer le había tocado la tarea de la exploración del pueblo, y como su pereza era más fuerte que sus ganas de trabajar, se metió para un prostíbulo a ver chicas bailando y a tomar algo para el calor, a pesar de que era un perezoso tenía mucho respeto por la Marina y no pensaba emborracharse hasta no cumplir su deber.
Los grupos fueron divididos al fin y Cifer se fue con sus compañeros Marines, en el momento que estos perdieron la concentración y se colocaron a hacer otras cosas el joven aprovechó y se fue a buscar algún prostíbulo para deleitar su vista con algunas chicas hermosas que abundaban en dicho pueblo, el calor de ese día era insoportable, apenas la gotas de sudor bajaban por la cara y la larga cabellera del Pelirrojo. Después de caminar un rato se adentró al primer prostíbulo que vio, cuando colocó un paso en la taberna inmediatamente las personas lo miraban raro, en especial unos hombres encapuchados que se encontraban en la esquina del prostíbulo. El pelirrojo no les colocó mucha atención y se dirigió al Barman – Me regala por favor un jugo de Naranja si es tan amable – Decía Koujaku con su voz alegre como siempre. Un borracho que se encontraba en la barra se reía del Marine pues no pedía algo que los verdaderos machos acostumbraban a tomar, pero el pelirrojo no le prestó atención alguna a este borracho.
Koujaku Cifer
Hoja de personaje
Nivel:
(2/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Hanzo Jue Oct 27, 2016 10:03 am
Había estado moviendo y evitando las calles más transitadas de la ciudad, pero al parecer no tenía demasiada suerte ese día. Cada una buena cantidad de metros, me encontrar con un grupo de marines que vigilaba, que tenía que esquivar rápidamente entrando por callejones y demás lugares para poder desplazarme libremente.
Una vez que me encontraba seguro, seguía caminando lo mas rápido que podía, sin llamar demasiada la atención.
En más de una ocasión, había pensado saltar a los techos y poder ir por los mismos. Estaría libre de moverme, sin que ningún marine me detuviera, pero al ver los techos sabría que no iba a ser nada fácil andar por esos lugares, por lo que simplemente decidí seguir caminando por las calles, tratando de evitar a toda a costa a estos malditos marines.
Mi desplazamiento era suave, tranquilo y rápido, pero alguien de metal, no podía pasar desapercibido por siempre.
La gran cantidad de gente, hacia que pudiera escabullirme fácilmente y perderme entre ellos. Al parecer la táctica me había funcionado varias veces, por lo que suponía que ningún marine me había visto entrar y transitar por la isla.
Luego de estar dando una buena cantidad de vueltas, esquivando y alejándome de los asentamientos de los marines, al fin pude encontrar el prostíbulo que tanto había estado buscando, pero antes de entrar mire el numero de la misma para saber si ese era el lugar donde podría estar nuestro informante, para mi suerte era ese mismo sitio.
Tome la puerta y la abrí lentamente. Una vez abierta, unas jóvenes en paños menores, me dieron la bienvenida y tomaron uno de mis brazos y me empujaron dentro.
- umm ¿Que busca por acá joven de metal?- dijo una mujer rubia, con grandes pechos. La mujer se apoyaba en mi y frotaba sus pechos contra mi brazo sujetado por ella.
Sin hacer ningún movimiento disfrute la situación, pero luego recordé que mi cuerpo no estaba hecho para divertirse con mujeres. Si aun fuera joven y tuviera mi cuerpo de humano, probablemente me hubiera divertido un poco, pero ya no podía sentir ese calor que emanaba el cuerpo de otra persona ni el placer que esta podía dar.
Con algo de fuerza, me saque a la mujer con grandes pechos de mi brazo y la mire.
-¿Dónde puedo encontrar a Raymund Florent?- le pregunte a la mujer sin vacilar en ningún momento. La mujer me miro algo extrañada y me señalo el mostrador donde servían bebidas. Asentí con la cabeza como agradecimiento y me dirigí hacia la barra del prostíbulo.
-¿Quee? ¿ El señor de metal no se quedara a jugar con nosotras?- dijo una de las muchachas mas jóvenes que me había entrado al fuerza, a la mujer de grandes pechos.
- No creo, al parecer no es un hombre entero. No tiene lo que es necesario para nosotras- dijo la mujer algo fuerte para que pudiera escucharla, pero no me intereso en lo más mínimo y seguí mi camino hacia la barra.
Una vez en la barra, un hombre con los ojos apagados, me pregunto que necesitaba; al volver a mencionara el nombre del tal Florent, el hombre me miro atentamente y con una cara de sorpresa me señalo una esquina, donde 2 hombres encapuchados estaban sentados.
Asentí con la cabeza y me desplace rápidamente hacia los hombres.
Una vez llegue a su mesa, me pare frente de ellos y dije -¿Raymund Florent?- el hombre con la capucha asintió con la cabeza y me invito a sentarme.
Su rostro estaba totalmente tapado con la capucha, pero esperaba que dentro de poco me mostrara su rostro. El otro hombre simplemente se quedo en silencio.
-Ud. debe ser Hanzo Vongola, ¿Eso es correcto?- dijo el hombre que al parecer era Raymund. Sin decir nada asentí.
-No pensé que los Vongolas estuviera haciendo maquinas para la guerra. ¿Acaso quieren destruir el gobierno? Malditos sea tú y tu raza- dijo el otro hombre que no se había presentado.
- Jon, basta!. Lo siento Joven Vongola, mi amigo se exalta mucho al ver a un cyborg- Al decir ello, se saco la capucha de su rostro, mostrando una máscara en forma de luna, cubriendo gran parte de su rostro y solo mostrando parte de su nariz, de su boca y su mejilla derecha en su totalidad.
La máscara tenía un aspecto tenebroso, tenía una boca dibujada tapando su costado izquierdo.
Aun algo sorprendido, decidí hablar- Mi padre me ha mandado a buscar información de Ud. y la verdad quiero salir rápidamente de esta isla. Soy algo llamativo y está lleno de marines- dije algo impaciente y nervioso por esa maldita mascara
Raymund sonrió macabramente - Nos están observando- solamente dijo eso y un escalofrió recorrió mi espada, esperando que fuera broma.
Los hombres junto a mi miraron para todos lados, esperando que las pocas luces que habia, iluminaran a nuestro espía.
Una vez que me encontraba seguro, seguía caminando lo mas rápido que podía, sin llamar demasiada la atención.
En más de una ocasión, había pensado saltar a los techos y poder ir por los mismos. Estaría libre de moverme, sin que ningún marine me detuviera, pero al ver los techos sabría que no iba a ser nada fácil andar por esos lugares, por lo que simplemente decidí seguir caminando por las calles, tratando de evitar a toda a costa a estos malditos marines.
Mi desplazamiento era suave, tranquilo y rápido, pero alguien de metal, no podía pasar desapercibido por siempre.
La gran cantidad de gente, hacia que pudiera escabullirme fácilmente y perderme entre ellos. Al parecer la táctica me había funcionado varias veces, por lo que suponía que ningún marine me había visto entrar y transitar por la isla.
Luego de estar dando una buena cantidad de vueltas, esquivando y alejándome de los asentamientos de los marines, al fin pude encontrar el prostíbulo que tanto había estado buscando, pero antes de entrar mire el numero de la misma para saber si ese era el lugar donde podría estar nuestro informante, para mi suerte era ese mismo sitio.
Tome la puerta y la abrí lentamente. Una vez abierta, unas jóvenes en paños menores, me dieron la bienvenida y tomaron uno de mis brazos y me empujaron dentro.
- umm ¿Que busca por acá joven de metal?- dijo una mujer rubia, con grandes pechos. La mujer se apoyaba en mi y frotaba sus pechos contra mi brazo sujetado por ella.
Sin hacer ningún movimiento disfrute la situación, pero luego recordé que mi cuerpo no estaba hecho para divertirse con mujeres. Si aun fuera joven y tuviera mi cuerpo de humano, probablemente me hubiera divertido un poco, pero ya no podía sentir ese calor que emanaba el cuerpo de otra persona ni el placer que esta podía dar.
Con algo de fuerza, me saque a la mujer con grandes pechos de mi brazo y la mire.
-¿Dónde puedo encontrar a Raymund Florent?- le pregunte a la mujer sin vacilar en ningún momento. La mujer me miro algo extrañada y me señalo el mostrador donde servían bebidas. Asentí con la cabeza como agradecimiento y me dirigí hacia la barra del prostíbulo.
-¿Quee? ¿ El señor de metal no se quedara a jugar con nosotras?- dijo una de las muchachas mas jóvenes que me había entrado al fuerza, a la mujer de grandes pechos.
- No creo, al parecer no es un hombre entero. No tiene lo que es necesario para nosotras- dijo la mujer algo fuerte para que pudiera escucharla, pero no me intereso en lo más mínimo y seguí mi camino hacia la barra.
Una vez en la barra, un hombre con los ojos apagados, me pregunto que necesitaba; al volver a mencionara el nombre del tal Florent, el hombre me miro atentamente y con una cara de sorpresa me señalo una esquina, donde 2 hombres encapuchados estaban sentados.
Asentí con la cabeza y me desplace rápidamente hacia los hombres.
Una vez llegue a su mesa, me pare frente de ellos y dije -¿Raymund Florent?- el hombre con la capucha asintió con la cabeza y me invito a sentarme.
Su rostro estaba totalmente tapado con la capucha, pero esperaba que dentro de poco me mostrara su rostro. El otro hombre simplemente se quedo en silencio.
-Ud. debe ser Hanzo Vongola, ¿Eso es correcto?- dijo el hombre que al parecer era Raymund. Sin decir nada asentí.
-No pensé que los Vongolas estuviera haciendo maquinas para la guerra. ¿Acaso quieren destruir el gobierno? Malditos sea tú y tu raza- dijo el otro hombre que no se había presentado.
- Jon, basta!. Lo siento Joven Vongola, mi amigo se exalta mucho al ver a un cyborg- Al decir ello, se saco la capucha de su rostro, mostrando una máscara en forma de luna, cubriendo gran parte de su rostro y solo mostrando parte de su nariz, de su boca y su mejilla derecha en su totalidad.
La máscara tenía un aspecto tenebroso, tenía una boca dibujada tapando su costado izquierdo.
Aun algo sorprendido, decidí hablar- Mi padre me ha mandado a buscar información de Ud. y la verdad quiero salir rápidamente de esta isla. Soy algo llamativo y está lleno de marines- dije algo impaciente y nervioso por esa maldita mascara
Raymund sonrió macabramente - Nos están observando- solamente dijo eso y un escalofrió recorrió mi espada, esperando que fuera broma.
Los hombres junto a mi miraron para todos lados, esperando que las pocas luces que habia, iluminaran a nuestro espía.
- Explicacion:
- El escalofrio recorre mi espalda, proque es lo unico que un tengo de humano, ademas de mi cerebro y mi corazon. Eso es simplemente :D
Perdon la demora, los parciales me estan matando D:
- Mascara:
Hanzo
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Nivel:
(1/100)
Haki:
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